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Redención

A comienzos de 1995, sus propietarios –Instituciones Penitenciarias– se interesaron por la talla, que resultó ser de gran valor artístico, del s. XVI, atribuida al círculo de Juan de Anchieta. Hasta León viajó Manuel Avilés, que había sido director de la prisión de Nanclares de la Oca hasta dos años antes, contactando con la cofradía, en cuyo seno –lo cuenta Javier Álvarez Nogal–se respiró cierta, digamos, intranquilidad, teniendo que trasladar a carreras la imagen –en una ambulancia, dicho sea de paso– desde el almacén de una tienda de muebles en que se encontraba hasta las Carbajalas, para ser supervisada por el alto cargo de Justicia e Interior, de lo que quedó constancia escrita.

El desenlace fue, probablemente, mejor de lo esperado: el 3 de abril de 1995, Paz Fernández Felgueroso –secretaria de Estado de Asuntos Penitenciarios– y Francisco Javier García Castañón –abad de la Redención–, firmaban un convenio con el que se oficializaba la cesión de la imagen. Y, aún más, meses más tarde era cedida a la penitencial otra imagen de su propiedad que se encontraba en la prisión de Alcalá de Henares: un Ecce Homo –Nuestro Padre Jesús de la Misericordia–del s. XVII, obra de Luisa Roldán, ‘La Roldana’, también de gran valor.

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