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El imperio Uco no se tambalea
by LNCleon
F. FERNÁNDEZ
LEÓN. A la hora de hacer una previsión de cara a la temporada que ahora comienza pocos pronósticos parecen más claros, en categoría masculina, que el favoritismo de Tomás González, Tomasuco de La Vecilla, en semipesados. La temporada pasada le avala, se estado de gracia, la edad ideal, la calidad, la pasión que siente por la lucha... y que uno de sus rivales, Rubo, no estará este verano por los corros y Liquete sigue lesionado.
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La Liga pasada fue un monólogo. Ganó con solvencia los 13 primeros corros, hasta el de su segundo pueblo, Boñar, y ahí llegó su primer contratiempo en forma de lesión que le tuvo apartado siete corros, que se repartieron cinco Rubo y dos Rodri; regresó y tan solo perdió otro, en Manzaneda ante Rodri.
EL ABUELO UCO
Sin embargo, fue un año ‘duro’ para Tomasuco, que en su apodo de luchador pasó de ser Tomasín, en el recuerdo de aquel niño que acudía a los corros a animar a su hermano David mientras destacaba en la base, a Tomasuco, pues quiso incorporar a su nombre el apodo con el que en todo el valle del Curueño (y diría que en toda la provincia) era conocido su abuelo: Uco.
Sin complicarse, Tomás más Uco, Tomasuco. Es más, amplió la fór- mula a sus hermanos luchadores, Albertuco y Davizuco, que regresó el año pasado después de muchos años alejado de los corros y ganó (en pesados).
Fue un golpe duro para Tomasuco, que empezó dedicando un corro a su abuelo que estaba en el hospital; el día de La Vecilla (con doblete suyo y de David) ya estaba en casa pero no pudo acudir a la pradera y los dos hermanos se acordaron de él. Unos días más tarde falleció, cierto que ya tenía 90 años pero he visto pocos noventa años más lúcidos y en mejor forma, seguía trabajando en su empresa de maderas, acudía cada día y, sobre todo, escucharle contar historias de sus aventuras con los obreros, viejos camiones, singulares máquinas... era un privilegio que se podía disfrutar cada tarde mientras tomaba café en El Cruce. O en cualquier reunión.
Pero una enfermedad fulminante le arrancó y dejó una cicatriz en el corazón de Tomasuco, que también mira al cielo después de cada victoria desde que Uco se fue.
Ya sé que estamos hablando de lucha leonesa. Y Uco lo era. Uno de los secretos de la lucha es precisamente ése, que se conoce al aficionado que está sentado al lado, que se sabe de qué luchador es seguidor, de quién familia, que se puede discutir de ello en el bar, que cuando estás en la grada se acerca el luchador y explica por qué luchó mal o qué le motivó a luchar bien... Eso ocurre en muy pocos deportes y ése es un gran activo, por eso fue un año triste, se fue demasiada gente «reconocible» en la grada. En lo deportivo ya se ha dicho que fue un monólogo de Tomasuco, que las mayores sombras de la categoría fueron que en un momento determinado de la temporada eran muy pocos los que concurrían en la pradera y que en el único corro celebrado hasta ahora, en Quintana de Rueda, solo eran tres y desde abajo solamente se viene consolidando Del Cojo.
Tomasuco dominó la Liga de principio a fin aunque estuvo siete corros lesionado, que ganaron Rubo y Rodri
El mayor problema de la categoría fue la baja participación en algunos corros, que se repitió en Quintana
El único contratiempo del año fue la muerte de su abuelo Uco, al que estaba muy unido
Es la incógnita de la temporada y la preocupación que el propio presidente de la Federación reconoce en una entrevista en este mismo suplemento, preocupación que extiende a la categoría femenina, en la que se esperaba mejor respuesta después de llegar a la igualdad en los premios. De todas formas, la Liga acaba de empezar y solo parece haber una certeza, que el Imperio Uco no se tambalea.
Tomasuco, la apuesta por el espectáculo
Durante buena parte de la temporada pasada (salvo su periodo lesionado) el dominio de Tomasuco fue realmente espectacular, pues hay que considerar que tenía ribvales de talla y ya consolidados, no jóvenes que trataban de hacerse conun hueco. Luchadores como Rodri ‘La
‘La Perla’ que debe animar el cotarro
Con Rubo fuera de juego Rodri se convierte en el único luchador que, con Tomasuco, ganó corros el año pasado y también en el único que logró tirar al de La Vecilla, en el corro de Las Manzanedas, ya en la recta final. No fue un año fácil para el de Cistierna/Prioro, que suele tardar en co-
Perla’, siempre capaz de todo, de hecho fue el único que derrotó en un corro a Uco, en Manzaneda; o Rubo, uno de esos luchadores que conectan con la grada y por algo será. Pero Tomasuco estaba intratable, fue una suma de unos días como un ciclón y otras veces (pocas) algo más sereno y a la espera. Fue el sinónimo más claro del espectáculo en estado puro.
Rubo, una ausencia que lamenta la grada
Una de las noticias ‘tristes’ de esta Liga de Verano es la ausencia durante toda ella de Rubén Fierro, Rubo de Valdorria. Por suerte ni es por lesión ni es un adiós definitivo, sino trabajo y cumplir con sus obligaciones. El de Valdorria, al que tanto quiere la grada, es ger la forma y no participó en una buena parte de los primeros corros de la temporada pues estaba centrado en preparar unas oposiciones. A su regreso no acabó de ofrecer esas tardes que siempre se esperan de un luchador de su evidente calidad.
A ver si este año recupera sensaciones y los aficionados pueden disfrutar de La Perla en estado puro, falta le hace a semipesados
Del Cojo y Sansón, jóvenes e ilustres
Alberto del Cojo viene avisando desde la base que hay luchador, se lució en un Ribera contra Montaña, tiene planta de luchador grande y viene con muchas ganas. Luchó tres finales (Villaquilambre, Boñar y Matallana) y rebosa ilusión, pero necesita tiem- militar y acaba de irse a Letonia para participar en este país báltico en una misión de la OTAN, como él decía al enviar una foto con colegas de varios países «mi equipo ahora es este». Ya Tomasuco estuvo en otra similar en África, pero a él le coincidió en invierno y para la Liga ya había regresado, por cierto, en un gran estado de forma. po para explotar, a ver qué ocurre este año con la progresión del chaval de Los Espejos. Desde hace tiempo se nota la ausencia de otro de los que siempre da juego, Liquete, el año pasado en semis. Anda renqueante de un hombro y su ausencia se hace larga, mientras los aficionados siempre agradecen presencias como las de Sansón. Un clásico.