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Pesados quiere volver a ser «la reina» de los corros

LEÓN. La primera noticia de la categoría de pesados es que ha echado su candidatura para ser la categoría reina, algo que hace muchos años que no ocurría y que ha permitido algo casi impensable no hace mucho, que los aficionados permanezcan en el corro hasta el final para ver qué ocurre en pesados.

El principal argumento para esta nueva situación es que se trata de la categoría con más aspirantes a la victoria cuando arranca un corro. Así, en esta temporada son cinco los luchadores que han logrado alguna victoria: Pedro Alvarado, que ganó la Liga; Unai del Campo, campeón provincial; el veterano Víctor J. Hernández; Davizuco de La Vecilla, que regresó después de 14 años en su pueblo y lo hizo por la puerta grande, con victoria; y Abel Isaí Cabero, Caberín, el gran dominador de la categoría en los últimos años, que quiso matar el gusanillo y lo hizo con solvencia, ganando dos corros, uno de ellos el de Prioro.

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Cinco luchadores ganaron corros en pesados: Alvarado, Unai, Víctor J., Caberín y Davizuco

Después de muchos años los aficionados han vuelto a quedarse hasta el final para ver qué hace pesados

Las esperanzas de futuro están puestas en el joven de Villacorta Jorge Rodríguez

Y podría haber más aspirantes, los hay. Jorge Rodríguez es el mejor colocado pues este joven que ha llevado a Villacorta la esperanza de tener un gran campeón ya estuvo, pese a ser todavía juvenil, en cinco finales, cuatro de ellas ante Pedro Alvarado. Las perdió todas pero el primer corro no se le va a resistir mucho tiempo más.

Suma a luchadores como Jesús Quiñones, que ya ganó corros otras ligas anteriores; Goyo, fundamental para Liquete cuando fue campeón, Edgar Cuesta, que viene con ganas o el veterano Elías... y hay argumentos.

Pedro, premio a la valentía kamikaze

Pedro Alvarado, uno de los luchadores que mantiene vivo el apellido del fallecido Patriarca de la lucha, es un tipo muy curioso, buena gente, noble y, dicen en su club, «terco como una mula, si se le mete una cosa en la cabeza la hace aunque acabe perdiendo un combate que tiene ganado».

Jorge Rodríguez, el futuro en su cinto

Para que esta categoría que quiere ser reina tenga algo de todo le haría falta una alternativa de futuro, un joven que se busque su hueco. Y lo tiene. Se llama Jorge Rodríguez y ha llevado la ilusión por tener un campeón a Villacorta. Lo tiene todo para ir subiendo escalones, ganas y lucha,

Esa fama de kamikaze le persigue para lo malo pero también para lo bueno, le da confianza, cree en sí mismo y la fe mueve montañas hasta el punto de que su valentía le ha dado un título de Liga que se surró corro a corro, en una categoría con rivales muy diferentes, desde los que se parecen a él (Unai) a los que le sacan muchos kilos (Víctor J.) o los clásicos del peso.

Unai y Víctor J., dos caras de una lucha

A la singular personalidad en los corros de Pedro Alvarado, que le llevaron al título, se une la no menos singular de sus principales rivales: Unai del Campo, El Potro de Lillo; y Víctor J. Hernández, El Canario de Villaquilambre; dos caras diferentes de en- cuerpo, pero ya se sabe que la categoría de pesados es la más complicada para llegar y besar el santo. Ya ha hecho Jorge cosas importantes, ha estado en cinco finales, perdiendo en cuatro de ellas con el líder (Alvarado) y en otra con Unai, pero parece que una primera victoria no debería tardar mucho en llegar ¿Este año? Sería muy bueno para una categoría que quiere ‘enganchar’ .

Caberín y los clásicos de la categoría

Además de los ya apuntados (Alvarado, Unai, Víctor J.) pesados tuvo el privilegio de tener otros dos campeones: Davizuco, en su regreso 14 años después para ganar donde más quería, en La Vecilla, su pueblo; y Abel Isaí Cabero, el gran dominador del tender la lucha «en su salsa». Los dos dan juego dentro y fuera del corro, son de los que hablan con la gente, cuentan sus cuitas, comparten su estado de forma y las causas y, después, lo dan todo. Unai es una especie de alter ego de Pedro Alvarado, Víctor J. pone sobre la hierba toda su fuerza y sus ganas, arriesga y muchas veces cae extenuado. peso en las dos últimas décadas que quiso matar el gusanillo acudiendo a algunos corros... Y Caberín dejó su impronta, venciendo en la Montaña (Prioro) y en La Ribera (La Virgen). No sumó este año Jesús Quiñones, lastrado por las lesiones, ahí sigue su hermano, pone todo en el corro Elías, Edgar sigue creciendo y Goyo siempre cumple

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