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Reflexi N

CÉSAR B. GUTIÉRREZ MARTÍN

Tuba de la Banda de Música de Jesús

Acabada la Semana Santa de 2023, trece amigos nos hemos planteado 27 preguntas: ¿Es inevitable procesionar con carritos de bebé? ¿No hay brazos paternos? ¿Por qué no se ordenan las marañas de papones de cruz? ¿Por qué a menudo los papones de filas no las portan? ¿Se podrían agilizar ciertas procesiones? ¿Es imposible incorporarse o salir de ellas con el capillo puesto? ¿Debe levantarse para saludar? ¿Es imposible respetar la uniformidad, también en las manolas? ¿Es preciso usar los móviles, merendar, seguir el partido de turno, vocear… en procesión? ¿Deben los fotógrafos estorbar en el discurrir procesional y erigirse en protagonistas? A modo de chandalismo, ¿hay que ejercitar el ‘tuniquismo’ para alternar, sacar al perro…? ¿Dónde quedan la penitencia, la compostura, el anonimato…?

¿Debe exigirse cierto nivel a las bandas? En las tallas y pasos, ¿es preferible cantidad o calidad? ¿Han de recargarse hasta el paroxismo? ¿Deben quedar almohadillas vacías bajo los tronos? ¿Hay que someter a los braceros a sobreesfuer-

Una misma Pasión

zos con la excusa de la penitencia? ¿Qué peso máximo debería soportar un bracero? ¿Es posible realizar una puja mixta con mujeres que escoltan pasos, pero no con hermanas ‘de cuota’? ¿Deben rellenarse los pasos con braceros de distintas cofradías aunque nos guíe a todos la misma devoción? ¿Hay que bailarlos o botarlos hasta el aplauso?

¿Qué coordina la Junta Mayor, además del Pregón Oficial, la Procesión de las Palmas o la misa del Domingo ‘in albis’? ¿Sirve para algo realmente? ¿Son infalibles las juntas de seises? ¿Por qué hubo cofradías sin representación en la Procesión Oficial del Santo Entierro? ¿Es lícita la crítica feroz?

Pregunta final: ¿Conserva nuestra Semana Santa alguna pátina cristiana, fuera de la vivencia personal de cada uno? Como corolario, la reflexión de un cura este Sábado Santo en Gradefes: «Cristo resucita cada vez que amamos, que hacemos bien al prójimo». Sería estupendo que, puliendo nuestras tachas, pudiéramos ‘resucitar’ cada día de la Semana Santa.