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(VISIÓN SALVAJE) V
isión Salvaje no surgió sólo por casualidad. Su génesis comenzó hace un año aproximadamente, con motivo de una salida fotográfica al campo en la que coincidieron algunas personas con inquietudes heterogéneas pero complementarias. Por un lado Rodrigo Hernández Cabos, editor y apasionado de la naturaleza, por otro un joven y novel fotógrafo de historia natural cargado de ilusión y buen hacer, Diego López Álvarez, y por último un tercero, más veterano y de larga trayectoria en este campo, Herminio M. Muñiz. Entre los tres decidieron engendrar la revista. Diego y Herminio se encargaron de diseñar un proyecto teniendo en cuenta las carencias actuales de este segmento editorial en España, así como el gran auge de la fotografía de esta especialidad, vigorosamente refrescada por la tecnología digital. Igualmente decidieron darle una especial importancia a las imágenes como elemento fundamental de expresión y El equipo de Visión Salvaje
vehículo de divulgación del patrimonio natural, cuidando los detalles para que pudieran ser contempladas sin interferencias y relegando los textos a un plano secundario en el que solo sirvieran de apoyo a la edición gráfica. Según hemos podido conocer por confesión de los gestores de Visión Salvaje, con más ilusión que medios se procedió a elaborar el primer número en Sevilla, haciendo y deshaciendo la maquetación cuantas veces dudaron del resultado. Con una periodicidad bimensual y después de varios números en la calle, tanto por la acogida del público como de la mayoría de los fotógrafos, la revista de Naturaleza Visión Salvaje parece haber calado profundamente en su mercado. La consolidación definitiva la proporcionará el propio público, así como otros elementos indispensables en la supervivencia de cualquier publicación de características similares como, publicidad, expansión en otras áreas y buen nivel de suscriptores.
Y es que Visión Salvaje, según sus editores, quiere ser algo más que una revista. Quiere ser un referente en este tipo de fotografía, pues, sin esperar a que se cumplan definitivamente todas sus expectativas, están abordando ya la realización de un libro anual que muestre las mejores imágenes que realizan los fotógrafos españoles, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras y que de alguna manera recoja el pulso de la fotografía de la Naturaleza en nuestro país. Con seguridad no estarán todas las que son, pero las que estén, sí serán de las más destacadas. Han comentado a esta redacción que nada resulta fácil en esta aventura que han emprendido y muchos serán los obstáculos que habrán de superar en el futuro, pero confían en seguir ganado el apoyo y la consideración de un grupo social cada vez mas extenso, como es el de las personas comprometidas con el mundo de la Naturaleza y su imagen. Por parte de AEFONA deseamos los mayores éxitos a ésta y todas las revistas españolas que divulguen los temas de Naturaleza de la que sus socios son tanto consumidores fervorosos como generadores de imágenes. 43