Ciudades sumergidas

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Ciudades sumergidas

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Si atendemos a la posibilidad de que la

uno de los primeros cientÍficos occidenta-

ciudad sumergida deYonaguni hubiera si-

les que ha investigado hasta la saciedad

un coronel de 75 años llamado James

do, como se ha referido con anterioridad, levantada al flnal de la última glaciación,

el tema. Está convencido -y

asílo ha mos-

Churchward. Durante años, el viejo militar

trado en múltiples ocasiones- que se tra-

vivió en la lndia, por aquellas fechas una

tendríamos que remontarnos en el tiempo

ta de formaciones puramente naturales,

de las colonias más exóticas del vasto im-

de ocho a diez milenios.

creadas por la especial actividad sísmica

perio británico. Allí Churchward entró en c0ntacto con un monje que habitaba en un templo hindú, y que durante años ha-

Así pues nos encontraríamos ante los

Era Mu, el continente perdido, escrita por

manidad, pertenecientes a una cultura ab-

de la zona. No en vano, en el año 1998 se produjo un gran terremoto submarino que destruyó una pequeña parte del "yacimien-

s0lutamente desconocida, anteriores inclu-

10", pero que a la vez hizo emerger otras

so a Mesopotamia o Egipto. Podrán imaginar que a partir de este momento las

estructuras que hasta ese momento per-

bía custodiado unas pequeñas y enigmáticas tablillas de barro, que aparecnn cubiertas de escritura. A partir de ese día, y

manecían sepultadas bajo una impoftan-

con la obsesión propia del que se adivina

explicaciones que se han dado son de lo

detrás de un gran descubrimiento, el coro-

más variopinto. Como ya hemos visto, el

te capa de piedra y escorias volcánicas. Es posible que las tesis más fantasiosas

profesor Kimura, después de dos décadas

sean las que más seguidores tienen.

restos más antiguos de la historia de la hu-

nel continuó recopilando datos, convenciéndose a cada jornada que en un pasa-

lnvestigando el asunto es un firme defen-

Porque partiendo de la defensa que reali-

sor de su traza humana. Y además añade

za el profesor Kimura, son muchos los que

do muy remoto -que estimaba en 25.000 años- existió una tierra habitada por gen-

que para su realización, dado lo descomu-

han querido ir más allá, encontrando en

tes cuyo nivel de evolución sobrepasaba lo

nal de las mismas, habrían sido necesarios medios técnicos difíciles de asimilar

las supuestas ruinas la certeza de que en

entendible, más aún si atendemos a tex-

el pasado existió un cont¡nente que per-

tos milenar¡os, como el manuscritoTroano,

para la época a la que estamos haciendo

manece enclavado entre los márgenes de

alusión, amén de una organización social

la mitología más universal, llamado Mu...

un códex maya conservado en el Museo Británico londinense en el que se puede

y unos conocimientos que la arqueología no atribuye a los pueblos de ese tiempo.

atisbar la presencia de una civilización que sucumbió a un gran cataclismo, y que, c0-

Pero tamblén hay detractores, entre los que

Fue en el

destaca el doctor Robert Schoch, profesor

llegó una obra destinada a vender cientos

mo imaginarán, Churchward asoció rápidamente con su "mundo perdido". Decía

de geologíia de la Universidad de Boston y

de miles de ejemplares en todo el mundo.

así: "Después de habersido levantado dos

año 1926 cuando a las librerías

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veces, el país de Mu fue engullldo durante

la noche, después de haber sido minado por debajo de manera ininterrumpida, por v0lcanes subterráneos. El continente subió y bajó varias veces. Por último, el globo ce-

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dió y diez naciones quedaron arrasadas y

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aniquiladas. Se hundieron con sus sesen-

ta y cuatro millones de habitantes". Y es que tal y como ya hemos podido ver, se lla-

me diluvio, Atlántida, l\4u, Lemuria

o

lVlahabalipuram -ver cuadro-; se vista como castigo de dioses o se deba a catástrofes naturales de dimensiones apocalípticas, lo cierto es que tradiciones, leyendas

y algunos manuscritos nos hablan de un pasado en el que floreció una cultura de la que deviene todo lo que hoy en día existe. Pues bien, de esta misma historia narraban épicas y epopeyas las tablillas que comenzaron a surgir c0m0 por afte de magia,

a las que se llamó Naacal, y que fueron descubieftas en la lndia pero también en México, estableciendo asíuna conexión di-

ficil de explicar en la actualidad. Ese

y no otro, su estudio y traducción,

fue el motivo de que.lames Churchward escribiera su libro Mu, el continente perdido,

aParecen

donde además se avanzaba, eso sí, raya-

las espeCaculares estruCuras de Yonaguni,

no con la leyenda. que el conocimiento acumulado por los sabios de este pueblo quedó guardado con celo en el interior de

la

cumentación alguna

unos extraños cristales de roca, que sin doy

símucho atrevimien-

to se han asociado a las célebres calaveras de cristal que el explorador FrederickA.

Mitchell-Hedges diera a conocer al mundo

a partir del descubrimiento que su h¡a Anna realizara el día de su cumpleaños de

L924, cuando casualmente se encontra ba caminando por la antigua ciudad maya

de Lubaantún (Honduras). Huelga decir que la historia es l0 suficientemente atractiva como para que el mismísimo Spielberg la recogiera en su última película de la saga del aventurero porantonomasia: lndiana

Jones y el reino de la calavera de cristal.

Ciefto es que llegados a este punto resulta francamente d¡fícil dirimir lo que es real de lo que no lo es, y es quizá por eso por lo que el continente perdido de Mu con-

tinúa despertando tanta fascinación, más aún cuando hay que explicar "anomalias" históricas como podrian ser las ciudades sumergidas de Yonaguni, Bimini o Mega.

enirmasl@


Ciudades sumergidas

A ello hay que añadir, según

el valor que cada cual le quie-

ra dar, las tradiciones de los pueblos que para Churchward se-

rían los descendientes directos de

los ant¡guos pobladores de Mu, que en

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una evacuación sin precedentes histórlcos se habrían asentado en lugarestan distantes del planeta como Eg¡pto, lsla de Pascua

-que sería el pico de una de las altísimas montañas que bordeaban el legendario continente-, el Valle del lndo -Pakistán-, Asiria, el Perú anterlor al inca o la Bolivia de los aymaras. EI hecho de que todos estos pueblos recurriesen a templos de estructuras piramidales, que utilizasen el lenguaje de losjeroglíficos, hasta el punto de

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haber hallado trazos similares entre culturas tan distantes como las citadas delValle

del lndo y Pascua, que en su acervo religioso aparecieran siempre deidades de ti-

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po solar,0 que -y quizá sea lo más intere-

sante-, que todas aseguraran proceder de lugares que desaparecieron a consecuencia de desastres naturales -aunque éstos

hubieran sido producto del carácter de unos dioses con muy malas pulgas-, llamáranse Atlántida para asirios y egipcios,

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Mu, Hiva para los pascuenses, o Atl-Antis

-"tierra antigua"- para los aymaras del altoTiticaca, es evidente que es demasiado atractivo para no detenerse en ello. Pero sigamos con Yonaguni...

El profesor Kimura ha destacado en más de una ocasión, después de haber realizado junto a su equipo más de 150 lnmer-

siones al "Monumento Yonaguni" -así es

conocido en Japón-, que las estructuras

nica a templos y foftalezas situadas, por

escalonadas y muros de lseki Point fueron

ejemplo, en los Andes de América del Sur,

ca de la historiografÍa oficial establecer algún nexo de unión entre civillzaciones que

esculpidos por una civilización primigenia que pudo ser la inspiradora de las pirámi-

como Sacsahuamán o Quenko, muy cer-

para muchos simplemente no existieron ja-

ca de la legendaria ciudad de Cuzco.Tal hi-

más, y las asombrosas construcciones atri-

pótesis de confluencia cultural, al menos

buidas a los habitantes del incanato, me-

a día de hoy, es una aberración histórica.

nos aún después de que la evolución de la teoría de la tectónica de placas invalidase de una vez por todas la posibilidad

des escalonadas que se hallan en otras partes del globo. No sólo eso: sorprende -una vez más- su proximidad arquitectó-

Es simplemente imposible desde la ópti-

tsunami

quedó, a pocos metros de la playa, la ci

udad

de que existiese una tierra desconocida hasta la fecha, que sucumbió bajo las aguas. Porque la cuestión no es en este

caso qué hace hay

el

Monumento

Yonaguni, sino quién fue el aftÍfice de su erección. Que aparecieran a esa profundiy treinta metros- n0 es ex-

dad -entre seis

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Sobre estas líneas, impresionattes

irtantánec

de la ciudad sumergida de

hnguni,

en lapón. Abajo, el que es

considendo el alta mayor de la ciudad, que como se puede comnobar está a p0c0s metos de la supefcie.

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trañ0, ya que tal y como afirmaba el period¡sta José R. Gómez en la revista hermana

riodo más frio de la glaciación, -que se conoce como'máximo glacial'-, el nivel del

Año/Cero "durante los últimos 100.000 años, los niveles oceánicos han sufrido

mar llegó a estar entre 120 y 140 metros

fueftes oscilaciones, pero siempre por de-

mente, hace entre veinte y dieciocho mil años dio comienzo el periodo de desgla-

bajo de la cota actual. Debido a que el planeta se encontraba inmerso en la llamada Cuarta Glaciación, el agua que se evap0raba de los océanos no volvía a ellos en la misma proporción pues se acumulaba en

más bajo que en nuestros días. Final-

ciación, que duró hasta hace ocho mil, cuando el nivel del maraumentó hasta ser el que tenemos en la actualidad". Fue entonces cuando estas colosales piedras de-

forma de hielo y nieve sobre las tierras emergidas. Al no recuperar estas aguas evaporadas, los mares bajaban de nivel,

jaron de estar a la luz del astro rey. iOcho

tanto más cuanto mayorfuera la bajada de las temperaturas. Se estima que en el pe-

ron entonces los que habitaron la ciudad muchos años antes de que las aguas cu-

milenios atrás! Así pues, de ser ciertas las teorías del profesor Kimura, ¿quiénes fue-


Ciudades sumergidas

briesen Yonaguni, y hacia dón-

nocedom de losfondos marinos,fue la res-

de marcharon? Dudas... pero

ponsable de la construcción de las bases

con respuestas posibles.

secretas de los submarinos soviéticos. Esta

formación le ha permitido a día de hoy trabajar en la realización de obras de inge-

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La doctora Paulina Zelitsky frunció el ce-

nieía civilytopografn del lecho oceánico,

ñ0. Las imágenes que estaban llegando al

y además alcanzar ciefta notoriedad inter-

monitor parecían dejar margen a demasia-

nacional, entre otras cosas porque fue ella la que comandó la expedición que locali-

das cuestiones. El robot submarino Rov acababa de sumergise hasta los 600 metros cuando, intentando esquivar el "ruido"

zó el inefable buque Malne, a 5 kilómetros

que en la imagen provocaban las particu-

mos, desencadenó la guerra hispano-nor-

las en suspensión y la escasez de luz, ofre-

teamericana en 1898.

ció las primeras escenas de lo que pare-

día del apocalíptico año 2000 vio en las

cía una ciudad, con calles, edificios y supuestos templos manufacturados en un

pequeñas pantallas hubo de ser lo sufi-

de las costas de La Habana que, recordeEn suma, lo que ese

cientemente importante para que ésta de-

tiempo tan remoto que no se tenía constancia del mismo, en este punto del pla-

jara escapar una mueca de sorpresa; si

neta, entre las costas de Cuba y la penÍnsula deYucatán. "¿Qué locura es ésta?",

vocaban, estaban presenciando el descu-

exclamó la ingeniera oceánica de origen ruso, una mujer poco dada a grandes alharacas, con una vida intensa como pa-

de medio kilómetro de profundidad; piedras coftadas, talladas y pulidas que encajaban perfectamente unas con otras,

ra no sorprenderse fácilmente.

dando forma a descomunales edificacio-

aquellas avanzadas máquinas no se equibrimiento de una ciudad sumergida a más

que durante los dificiles años de la

nes bajo las aguas. Pero aún había más:

Guena Fía, la doctora Zelitsky, experta co-

elequipo deZelitsky pudo identificaren al-

Y es

l' encontraría

Er

guna de estas formaciones una serie de símbolos, similares a los jeroglíficos egipcios, tan abundantes que se hallaban vi-

tesis

de la oceanó grafa Pau lina Zelist(y

é*A.

se

sibles en casi todo el conjunto arquitectónico. Esa y no otra era la prueba definitiva

de que la "ciudad sumergida" no era un capricho de las corrientes submarinas...

Desde que este sorprendente hallazgo fue-

ra dado a conocer en 2003, gracias a la esclusiva de nuestro compañero Luis Mariano Fernández en estas mismas páginas -después de que se conociera su

ubicación en julio de 2000-, la doctora Zelitsky creó el "Proyecto Bploramar'', colectivo de cientÍficos que ha conseguido grabar en sucesivas ocasiones las misteriosas estructuras, contando en sus filas

con ilustres geólogos como

Manuel

Itunalde, miembro del Museo Nacional de Historia Natural de La Habana, pero por encima de todo, el único cubano autorizado por Fidel Castro para llevar a cabo una labortan ardua como conflictiva, tal es rastrear los fondos marinos de la ida. Él mismo reconoció fechas atrás que le resulta-

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La ciudad que trajo el tsunami I 'l¡¡l

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\ Mahabalipuram, en la

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lndia, es el ejemplo de lo que ocune cuando las aguas se retiran. Se le esüma

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una anügliedad de

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dos milenios.

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ba extremadamente difícil explicar el descubrimiento desde el punto de vista geológico. ¿Por qué? Es sencillo: los integran-

ó 6 meses de ofrecer la información, y de haberinvestigado más,fui llamado para incorporarme al grupo como geólogo, por-

tes del "Proyecto Exploramai'han sugerido que la formidable ciudad, a la que en base a sus descomunales dimensiones

que solamente había arqueólogos. Como geólogo examiné todo el material del só-

han bautizado con el nombre de Mega, po-

día haber estado habitada en un pasado remoto p0r la misma civilización que siglos después colonizaría el cont¡nente.

El doctor lturralde comentaba fechas atrás que "el hallazgo se produjo cuando se estaban haciendo unas investigaciones en el fondo del mar a profundidades mayores de trescientos a quin¡entos metros

nar de barrido lateral, y también los datos batimétricos detallados, consiguiendo ha-

cer una batimetría muy detallada de esas formaciones. Comencé con el procesam¡ento de toda esa información. Es verdad que ahí abajo, en el fondo del mar, hay unas estructuras que a veces tienen unas dimensiones de varios cientos de metros, que son inusuales; es

en busca de barcos y galeones. Se llevaba

decir, nosotros no tenemos una

a cabo un trabajo de sónar de barrido la-

explicación sencilla, directa, de

teral. En estos escáner aparecieron unas

la formación de estas estructu-

figuras poco usuales, que rápidamente lla-

ras después de haber hecho in-

maron la atención de la investigadora que

vestigaciones de la morfología

estaba alfrente del grupo, Paulina Zelibky.

del fondo del mar, de la acción

Ella se interesó muchísimo

porel asunto e

.

de las corrientes marinas, que

hizo nuevos recorridos con sónar para per-

son muy intensas, etc".

feccionar las imágenes que habían obtenido. Fue entonces cuando se dio la noti-

hubo de ocupar, en una isla frente

cia de que había aparecido una ciudad su-

a la Península de Guanahacabibes

mergida en el occidente de Cuba. A los 5

-entre Cuba y México-, indepen-

Además, dada la ubicación que

eni6mas[fl


Ciudades sumergidas

dientemente de que los niveles de las aguas en la actuali-

dad nada tienen que con los de hace milenios, no habna sido extraño pensar que los asentamientos humanos que se situaron en este lugar pu-

¡'

dieron desaparecer a causa de un desastre natural, un cataclismo que hizo que la

fantástica urbe se precipitara a los abismos abisales, sucumbiendo como la mítica Atlántida de Platón.

sea como fuere, de admitir tal hipótesis nos encontraríamos ante un sitio arqueológico que podría llevar bajo las aguas más de ocho mil años, lo que pondría en solfa la propia historia de este continente, e incluso del resto del planeta. Una civilización muy avanzada, capaz de levantar estructuras piramidales que siglos después servirían de inspiración, como si

su imagen hubiera quedado impresa en

¡'

el paleocerebro de pueblos como los mayas, aztecas o egipcios.

Así las cosas lo cierto es que de regeso a nuestros días, la dudas en torno a la procedencia y datación de la ciudad Mega continúan siendo una incógnita: "No exis-

I'

te una explicación clara a cómo se formaron las mismas con medios naturales -aseguraba Manuel ltunalde-. Ofrecido este

punto de vista como geólogo, admito la po-

sibilidad de que se trate de formaciones n0 naturales, es decir, creadas por el hom-

bre,

o por alguna entidad

inteligente.

se sitúa a más de 3.800 metros en plena cordillera andina peruana. Por si no fuera

Posteriormente a estos hallazgos se han

suficiente, muy cerca de estas monumen-

hecho algunos muestreos de rocas en el

tales ruinas está la legendaria ciudad de Cuzco, el "ombligo" del incanato. Pasear

fondo del mar; muestreos aislados, esto es, que no hay un trabajo sistemático. En

podemos hacer nada similar. No peftenecen a la geología del lugar. No puedo decir de dónde llegaron porque no tengo una respuesta.

Cuando nosotros publicamos por primera vez la noticia de este hallazgo, la Universidad de Veracruz se interesó por nuestro trabajo y las imágenes que habíamos grabado de esas estructuras en

la zona donde están los'megalitos', como

porsus calles es revivirépocas de conquista; apreciar la hermosa fusión de culturas

Paulina los ha denominando, aparecen

que aquí se produjo y que a la vista per-

unas rocas extrañas. Algunas de ellas no son típicas de Cuba. Esto nos hace pensar

manece en templos y casas pafticulares; piedra sobre piedra, de diferentes tama-

en dos variantes: una puede ser que tales

ños y rocambolescos vértices, similares a

piedras hayan caído allí; y otra que todo pudiera ser parte de las construcciones (...). Como geólogo puedo decir que hay

las de Mega...

estructuras lineales elevadas que pudieran

riodista malagueño Luis

Mariano

vieron esas imágenes submarinas encon-

perfectamente coincidir con caminos y pi-

Fernández. De sus sorprendentes declara-

traron similitudes y paralelismos con las

rámides. Estas estructuras tienen formas

ciones destacamos lo siguiente:"Hay unas

encontradas en las excavaciones que es-

diversas".ltodo sea dicho, recuerdan por

estructuras gigantescas a paftir de unas piedras muy grandes de formas geométri-

te instituto estaba llevando a cabo. Su interés era evidente ya que los olmecas y

su tamaño y disposición a otras que se en-

La propia Paulina Zelitsky mantuvo una

interesante conversación con el citado pe-

el fondo del mar.

Concretamente el lnstituto de Antropología de esta universidad me invitó a unas excavaciones que estaban realizando sobre piezas y ruinas de la civilización olmeca. Cuando ellos

cuentran, éstas sí en la supedicie y a va-

cas perfectas, como si hubieran sido cor-

otros pueblos precolombinos pudieron

rios miles de metros de altura. Me refiero

tadas e instaladas una sobre otra, con tal perfección que creo que a día de hoy no

venir del este (...). Cuando los antropó-

a las fortaleza inca de Sacsahuamán, que

logos vieron las imágenes submarinas de

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Wainiejm pozostaloki pocywilizacjach prekolumbujshch

arqueólogos comenzarán a "limpiar" las calles,

templos

A la izquieda,

irfoffi

lub Maiano tenúndu

monolitos símbolos e inscripciones, los identificaron con motivos olmecas. Se quedaron muy sorprendidos. Nadie sabe

Una vez más estamos ante conjeturas, mejor o peor argumentadas, pero conjetu-

docton Zelisüry a nuesto companero

el que se ubica, a 600 m de

hsüunertdulihado

esfuct¡ra pinmidal. tn

para

"llqa¡"

la

págiu anteriori parte del

hasta Mqa.

ras al fin y al cabo. La única certeza que a

de dónde llegaron. Sin embargo, ellos tie-

día de hoy se tiene, a expensas de que la tecnologiia y la financiación permitan que

nen un arte muy antigu0, tal vez de más

las exploraciones puedan ser más escru-

de tres mil quinientos años. Se descono-

pulosas, es que a 600 metros bSjo las

ce su origen y su antigüedad. Pero todos coinciden en que provenían del este. Es

aguas de la peninsula de Guanahacabibes

muy probable que algunas islas que se hundieron con estas civilizaciones establecidas fueran habitadas por olmecas.

trazas aparentemente manufacturadas, y

Algunos hablan de la Atlántida, y en México le llaman Atlanticú. Yo creo que

demuestre lo contrario-, pudieron serel ho-

las estructuras tal vez penenezcan a es-

otras que ya hemos mencionado, nada sa-

te interesante y desconocido pueblo del pasado. Nosotros pensamos, y muchos científicos están de acuerdo, que la

bemos; y es que quién sabe si Mega en

hay unas estructuras de piedra que porsus

siguiendo una línea de conjeturas algo más

fantasiosa -pero plausible mientras no se

gar de una civilización de la que, como

Para saber más.

.

.

La historia empieza en Bimini Pierre Carnac Plaza&Janés, 1977

_

otro tiempo del que ya no hay recuerdo fue la casa de esos gigantes que se pasean a

Península de Yucatán estaba unida mediante una gran cordillera a Cuba y que,

sus anchas por las tradiciones de muchos

probablemente, allí vivieron nativos y

resto del planeta, víctimas de su propio orgullo, que fue castigado por los dioses...

construyeron una ciudad".

lgar er

profundidad, la dudad Mqa. Sobrc estas lheas fr4merto de la gabadón en la que se inürye una

la ciudad Mega, y observaron en algunos

cedida por la del

pueblos de la América precolombina y del

eni6mas[p


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