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Axum Unas ruinas envueltas en las leyendas de la reina de Saba
y del Arca de la Alianza, que según la tradición se encuentra aqu[ por Marla Font
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situadas en un pequeño distrito de I üt
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cercano a la tera de Eritrea. La zona ve de estos vestigios del
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"ventana del mundo". En Adulis, el puerto del reino, los
innumerables
palacios y las iglesias de basalto de-
deviene
notaron la riqueza que los intercambios comerciales proporcionaban. Por ,allí pasaban los tesoros naturales de toda Africa: oro, esmeraldas, obsidiana, marfil, pieles de animales, inciensos, resinas... A cambio, los barcos volvían con metalistería, armas, vinos, aceite, cristalería o telas. Se comerciaba con Roma, Egipto, la India, Sri Lanka... En definitiva, con cualquie ra que necesitara traspasar el mar Rojo. Con todo este poder en sus manos, el reino fue conquistando territorios a lo largo de la costa de Eritrea v a lo ancho de la llanura etíope. En Marara, al norte de la capital, la arquitectura a base de piedra calizay los innumera-
declive
bles objetos de la vida cotidiana hallados de muesiran la afanosa acrividad agrícola v ga-
Una de las más lucrativas para el turismo gira en torno a la figura de la reina de Saba. Según se cuenta en el relato épico etíope Kebrlt Negasl, o libro de la gloria de los muertos, la famosa reina vivió en la ciudad de Axum mucho antes de que ésta fuera la capital del glorioso reino axumita. Su hijo Menelik, fruto de la esporádica relación con el no menos famoso rey Salomón de Israel, trajo desde Jerusalén e I Arca de la Alianza a la ciudad. El Arca, también llamada Thbot, custodia las Tablas de la Ley que Dios entregó a Moisés. Según la creencia etíope, este mítico objeto descansa en la catedral de Santa María de Sión. Está vigilada por un monje: el único que la ha visto y que guardará celosamente el tesoro hasta que se designe su sucesor. LLEGADOS DEt REIN(I DE SABA
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leyendas que los envuelven.
sado y de las
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cantidad de información sobre este pueblo, pero sí que da valiosas pistas acerca de la importancia comercial del Imperio axumita. El escritor romano Plinio el Joven (siglo I d. C.), por eje mplo, se refiere a Axum como la
Los orígenes de Axum son enormemente inciertos y no existe acuerdo en la comunidad científica. Por las inscripciones en altares, tronos tallados en íbice y estatuas femeninas de piedra caliza encontradas en las llanuras etíopes, se sabe que a mediados del I milenio a. C. llegaron hasta aquí, procedentes del otro lado del mar Rojo, los sabeanos, una comunidad de comerciantes procedente del sur de Arabia y del Yeme n. La fusión de la cultura semítica sabeana y la autóctona sería el germen del reino de Di'amat, el verdadero embrión de la civilización axumita. La primera mención de Axum como capital del territorio se encuentra en un documento griego del siglo I a. C., en el que se describe al regente Zoskales como "el que reina a las ciudades de tierra adentro y costeras desde su metrópolis, Axum". Ninguna de las fuentes documentales antiguas proporciona una gran 30
ARQUEoLoGÍA
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Épocl Entre el siglo a. C. y el t d.
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Axum en capital reino' El se sitúa en el :"" srqlo vil, con la
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":: - : ;,"r;;i¿;"]irt;;. zottA La costa de Eritrea y norte de laactual tlropra'
nadera de los pobladores del interior. -, gran descubrimiento de la cultura axumiEl ta se produjo con los viajes de los portugueses
en el siglo xv. Marineros, esrudiosos de todo tipo y misioneros de este país empezaron a interesarse por Etiopía y penetraron en su interior. El padre Alvares, capellán de la embajada porruguesa en Etiopía, en su libro I/erdadeira InJarmagño das Terras do Preste Joño (publicado en Lisboa en 1540), hizo las primeras descripciones detalladas de las ruinas de la ciudad de Axum. No se olvidó de mencionar, por supuesto, las leyendas relacionadas con la reina de Saba y el Arca dela Llianza. PRIMERAS PRflSPECCIf¡NES
Las excavaciones exhaustivas llegarían mucho más tarde. Primero, la expedición alemana de Enno Littmann, en 1906, corroboró que alrededor del siglo ul d. C. esta civilización vivió sus años dorados. Despues, entre 1972 y 1974, llegaron las investigaciones del British Institu-
te in Eastern Africa, dirigidas por Neville
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Estelas como ésta, er¡gidas durante los siglos
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d. C., se alzan a lo largo de las ru¡nas de Axum. La mayor sobrepasa los treinta metros de altura.
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Tras sus huellas f
Las ruinas de la ciudad de Axum. además de fabulosos obeliscos, albergan numerosos restos bañados en leyendas.
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Catedral de Santa María de Sión El santuario más sagrado del cristianismo eiíope. Según la creencia, alberga e Arca de la Alianza, El emperador Fassilidas ordenó erigir la actua tg esia en 1635, sobre las ru nas de un templo del slqlo v
Existen restos de otros ediflc os que, a pesar de que se desconoce su función, se han bautizado con
nombres ctados en antguas crón cas: Enda Se-
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y Ta'akha Maryam
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Campos de estelas
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Algunos de estos obeliscos, levantados sobre las tumbas de os reyes. alcanzaban os 33 m de altura, Hoy casi todos yacen desp omados en e suelo, aunque todavia puede verse alguno en pie. Hay cuatro campos: el de Gud , el princi, el de norte
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y el del sudeste Algunos presentan complejos grabados, i usiones de la arquitectura de la época que tamb én se emp earon en las tumbas cercanas: puertas con cerrojos, ventanas, vigas que falsean estructuras de soporte,,,
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Tumba de f{efas Mawcha El
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más espectaculares de la ciudad, descubierto por la expedi-
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A dos quilómetros al norte del campo de estelas más importante se encuentran las ruinas de la
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restos.
Tumbas de Kaleb y Gabra
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gravemenie dañada cuando la mayor estela de Ia ciudad se desplomó sobre sus
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ción de Littmann en 1906, es la tumba del rey Nefas Mawcha (siglo rrr d. C.). La tumba resultó
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tumba del rey Kaleb y su hijo Gabra Masgal. Una estrecha y empinada escalera baja hasta dos cámaras funerarias, donde se encontraron varios ataúdes de piedra. Según la leyenda, en el siglo vt, el rey Kaleb abdicó en favor de su hijo y decidió vivir los últimos 26 años de su vida como un ermitaño, totalmente
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aislado.
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El baño de la ruina de Saba $ffi El embalse de donde los axumitas obtenían
agua es localmente conocido como El baño
de la reina de Saba porque, según la leyenda, nadaba en este pequeño lago rodeado de pa-
redes de granito, Asimismo, las ruinas de una mansión situada al gPJ oeste de 4¡unr 5e¡, según los locales, las del palacio donde vivió esta reina mil años antes de Cristo.
Tumba de los A¡cos de l¡drillo y Tumba de la Puerta Falsa IEI La llamada Tumba de los Arcos de Ladrillo es-
tá decorada con relieves que representan tres curiosos arcos de herradura. En la de la Puerta Falsa, el grabado en la
fachada imita una puerta de tamaño real, Ambas fueron estudiadas
en profundidad por la expedición de Chittick y Munro-Hay en los años setenta.
axurnitas diseñaran las llamadas casas-tumba, más pequeñas, cuadradas, con acceso y rodeadas de un pequeño patio a modo de foso. La Turnba de la Puerta Falsa y la Tümba de los Arcos de Ladrillo son los nombres que estos arqueólogos dieron a dos de estos monumentos funerarios (nombres que se refieren a los relieves que las decoran). Dentro de ellas se hallaron exquisitos objetos que acompañaron a los muertos hacia el más allá: cerámicas, arrnas de hierro y finos vasos de cristal.
ESCATERAS HACIA
Et CIET(l
Los restos más impresionantes de las ruinas de Axum son, sin duda, las estelas u obeliscos construidos entre los siglos III y I\'. Se alzan a más de veinte mecros del suelo, agrupados en cuatro zonas de la ciudad. Son muchas las conjeturas que los arqueólogos han hecho de estos monolitos, pero la teoría más aceprada es que fueron "escaleras hacia el cielo" para los reyes, cuyas tumbas se construían bajo estas estelas. De las deidades que podían estar inARqUEOLOGIA
33
Un conflicto de altura Casi 25 metros de obelisco,
tallado por las cuatro caras, constituyen el motivo de una pugna histórica entre los gobiernos italiano y etíope. Drr-
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rante la aventura colonial de Benito Mussolini en tierras abisinias, en 1932 el Ejército italiano se lo llevó de Axum y lo instaló enlaPiazzadi Porta Capena para conmemorar el quince aniversario de la marcha del D¡ce sobre Roma, En esta ubicación ha sufrido durante décadas los efectos de
En esta pág¡na, corona que un
emperador etíope depos¡tó en la catedral de Santa María de Sión. En la s¡guiente,
encuentro entre Salomón y la reina de Saba. Miniatura del s¡glo xx.
la polución de la capital italiana. Es el segundo más alto que se mantiene en pie de todos los que se erigieron en Axum y Etiopía lo reclama de vuelta. Hace dos años el go-
bierno de Silvio Berlusconi accedió a devolverlo, El obelisco ha sido desmantelado en tres partes y, según las últimas noticias, se encuentra en un aeropuerto militar a la espera de encontrar un avión con capacidad suficiente para transportarlo,
volucradas en estos monumentos nada se sabe. NIucho más altos que la mavoría de los famosos obeliscos egipcios, todos están construidos con piezas de una piedra de apariencia similar al granito y enormemente resistente al desgaste de las lluvias. El grupo de estelas más impresionante es el ubicado en el norte de la ciudad, donde se alzabatn grupo de siete, los más altos. Sólo uno se mantiene en pie, cinco están derrumbados y uno se encuentra en Roma. Algunas de las estelas tienen labrada su superficie -v termi-
nan en una punta redondeada en la que
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se
pueden ver agujeros en los que posiblemente se clavaban objetos simbólicos. En su ba-
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se, una bandeja hecha de la misma piedra don-
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de se depositaban regalos y ofrendas para el espíritu del que había muerto.
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tA IIEGAIIA DEt CRISTIANISMfl
Los axumitas movían una gran cantidad de dinero en su actividad cotidiana. Una prueba indiscutible de su poderío es el hecho que Axum fue el único esta-
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do africano fuera de las dependencias del Imperio romano que acuñó su propia noneda. De plata, bronce, y hasta recubiertas por una fina capa de oro, en ellas se fueron escribiendo los nombres de los
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reyes, lo que ha pe rmitido a los arqueólogos completar la lista de gobernantes. Los reversos de las mone-
das revelan que durante el reinado deEzana, en el siglo tv, se adoptó el cristianismo. Se dejó de lado el símbolo de
la antigua religión del sur de 34 ARQUEOTOGiA
Arabia, la luna creciente del dios Alemkah, v e mpezaron a acuñarse con la cruz cristiana y con inscripciones que rezan a Cristo, va fuera en griego o en el idioma local, el Ge'ez. Estas monedas no sólo eran un medio de pago, sino que servían también de rudimentarios medios propagandísticos de la nueva religión. En algunas de las piezas de los primeros años posteriores a la conversión pueden leerse frases a favor de la adopción del cristianismo,
como "Esto complace a la gente" (escrita alrededor del símbolo de la cruz) o "Nlediante esta cruz, Él nos conquistará". Según las crónicas rofiranas r-bizantinas, la conversión del Rev al cristianismo se produ jo con la llegada de un sirio llamado Frun-rentius (llamado Abba Salama en los relatos etíopes). En un primer momento fue hecho prisionero, pero al fin consiguió que el rey Ezana y su cor-
fe abrazaran la nuer.a fe. E[
DECTIVE
En el siglo t'll, el profeta \lahoma recibió sus revelaciones v empezó su misión. La rápida expansión del islam a lo largo de Arabia 1, Egipto rompió las relaciones comerciales entre Axum y cl mundo mediterráneo. Empezaba el período más oscuro. Adernás, un
cambio climático que originó la escasez de lluvias en el norte de Etiopía pudo propiciar la emigración desde la ciudad ante la pobreza de los cultivos. Poco a poco, Axum fue desapareciendo de las rutas comerciales y se convirtió en un pe-
queño y solitario
reducto, centro del cristianismo or-
A las ruinas de Axum se llega desde Addis Abeba (a \
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1.000 km) mediante vuelos interioies (con destino a Gonder, Adwa, Adigrai o Mekele). El viaje se suele completar con una visita a Yeha,.a tan sólo 55 km de Axum. M¡ís inf.:
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www.tou rethio.com
Museo de Axum. Situado en el mismo aplazamiento que las ruinas.
tvturuno-H¡Y Stuarl
Aksum: An African
üvilization of Late Antiquity. Edinburgo: Edinburgh University
Press,1991. PHTLLTPSoNI
David W.
Ancient Elhiopia: Aksum. Its
anteedenb and succesorc, Londres:
todoxo etíope, rodeado de zonas rápidamente islamizadas. A finales del siglo x, poco quedaba de la que fue una de las civilizaciones más esplendorosas de Africa. En los siglos siguien!es, sin embargo, muchos de los gobernantes de Etiopía mirarían hacia Axum, el embrión de su Estado, y allí, en la catedral de Sanca María de Sión, depositarían sus coronas muchos de los emperadores. UN FINAT DE TEYENDA
Como tantos otros elementos en Axum, el fin también cuenta con su propia leyenda. La narración tiene como protagonista a una reina
inmensa destrucción en la catedral de Santa N,Iaría de Sión, en los ter.r-rplos, en las lumbas, v hasta se le atribuven derribos de algunas de
British Museum Press, 1998,
las más altas estelas. El origen de esta leyenda es oscuro v confuso. Lo rnás probable es que Gudit fuera oriunda de las rebeldes )¡ paganas
Aksum, an.african civilizaüon of late antiqu¡ty.
tierras del sur de Etiopía v que supo aprovecharse del estado de declive del Imperio axumita. Sea cual sea la verdadera hisroria, un campo de estelas en las ruinas de Axum fue bautizado c.on ei nombre de tan temida reina. Paralelas a todas las leriendas v al impacto turístico que puedan tener, las excavaciones van sucediéndose. Una de las más modernas. llevada a cabo por la expedi-
Buena parte de la historia de Axum se ha reconstruido gracias a la lectura de las inscripciones en las monedas. guerrera llamada Gudit (Judith). Según la historia popular etíope, esta reina forastera atacó sin piedad el Imperio: su ejército neutralizó la Armada real y destruyó casas e iglesias, cometiendo pillajes a gran escala a su paso. Cómo no, la capital se llevó la peor parte. Se habla de
ción británica de David Phillipson durante 1998, abrió interroganles nuevos, centrados sobre todo en cómo vivían los
pobladores axumitas que no
formaban parte de la elite social. Mientras se buscan las respuestas, en las llanuras de uno los países más pobres del mundo todavía puede escucharse, a lo lejos, el tintineo de las monedas de los mercaderes, comprando y vendiendo en la próspera Axum.
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http://useÉ.vnettie UalíghVaksum/mh akf.húml(en inglés).
Olmecas Mucho antes que incas y mayas, en Mesoamérica existió una esplendorosa civilización de la que aún hoy poco se sabe, por Choni Fernández
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Tres Zapotes, fechada en 291 a. C. y descubierta por_Matthew Stirling en 1939). Asímismo, también se cree que practicaron las obser-
I término olmeca (habitante de la región del hule ) se utiliza para designar una cultura arqueológica que tuvo su apogeo entre 1200 y 600 a. C., en la zona del golfo de México. Considerada como la primera gran civilización del área, sus logros anticipan los llamados rasgos mesoamericanos, como la escultura monumental, el trabajo dei jade o la diferenciación social. Lo primero que se conoció de los olmecas fue su arte, concretamente las cabezas colosales de piedra (la primera fue descubierta en 1807). Más restos fueron saliendo a la luz durante los siglos xtx y >(x, pero no se los reconoció como una cultura nueva y se los llegó a con-
vaciones astronómicas.
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1807. En ese año, el Boletín de la
Sociedad Nlexicana de Geografía y Estadística publicó un artículo de José
Nlaría Nfelgar y Serrano
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be za colosal en la región de , Andrés Tüxtla (Veracruz). San En 1890, George E Kunz la relacionó con diversas hachasa votivas halladas en la zona. Creyó que podían
pertenecer a un mismo pueblo: una civilización aún desconocida y sin nombre.
Et SABER
La civilización olmeca surgió y
se desarrolló dentro de los límites de los actuales estados de Veracruz y Tábasco, al sur del actual México, una región de clima tropical, con notables variaciones geológicas y ecológicas. Tias su formación, esta cultura raspasó esas fionteras: se han hallado restos en otros estados mexicanos (Michoacán , Oaxaca, Chiapas), así como en Guatemala, El Salvador, Costa Rica y Honduras (de descubrimiento reciente). La información sobre este pueblo proviene, casi exclusivamente, de cuatro o cinco yacimientos que han sido mínimamente investigados, pero aún hay mucho trabajo por hacer. La visión que se tiene de la cultura olmeca es aún incompleta y muy fragmentada: lograr una imagen de conjunto topa con un clima con frecuentes lluvias que, sumado al paso del tiem-
po, ha borrado buena parte de los restos. Se cree que fue una sociedad con especialización del trabaj o (agricultores, comerciantes,
recolectores, alfareros, escultores...) y que efectuó contribuciones fundamentales en el campo del saber: poseían un calendario, idearon un sistema de escritura jeroglíficia y numeración con puntos y rayas (desarrollado posteriormente por los mayas y del cual se conserva un famoso ejemplo en la llamada estela C de 36
civilización olmeca se remonta
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fundir con vestigios mayas. AVANGES EI¡
La historia del descubrimiento de la
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ARquEoLocÍA
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En 1925 :.
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La cultura olmeca se formó
alrededor de
1200a.C.y desapareció en el siglo t a, C. 201{A
El núcleose cree que estuvo en la costa del golfo de México, aunque
su influencia llegó hasta el valle de México, por el norte, y Honduras, por el sur.
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MAYAS
se efectuó una exploración de enver-
gadura, a cargo del danés Frans Blom
1, el etnógrafo estadounidense Oliver La Farge, quienes atribuveron sus descubrimientos a la civilización mava. Un año más tarde, el alemán Hermann Bever fue el primero en caracte rizar con el vocablo olmeca el estilo de las esculturas y las hachas votivas del sur de Veracruz. Etimo-
lógicamente la palabra significa "habitante del país de la goma, de I hule", y está compuesto por los vocablos náhuacl (la lengua de varias culturas mesoamericanas, incluidos los aztecas)
olli (goma) y rnécatl(estirpe). La costa sur de México fue durante décadas el lugar donde los arqueólogos centraron sus pesquisas de este pueblo, hasta que en 2002 un grupo de científicos estadounidenses que trabajaba en Guatemala e ncontró un extenso depósito de jade azul que se cree fue minado por los olmecas. De este modo se demostró que la influencia de este pueblo se extendió hacia el sur, un hecho que se ha confirmado en 2004 al hallarse vestigios olmecas en zonas tan alejadas como la actual Honduras. A partir de 1800 a. C., en diversos puntos de
Mesoamérica comienza un proceso de transformación que lleva al surgimiento de clases
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Escultura en jade que representa un enano eunucoide, sin genitales, hallado en el Cerro de las Mesas. Museo de Antropología de Méx¡co.
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sociales, al nacimiento de las ciudades y posteriormente de los estados. Hacia 1500 a. C. las tierras bajas tropicales de la costa del golfo de
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México estaban habitadas por pequeñas comunidades agrícolas que posiblemente compartían un mismo tronco lingüístico. Hacia
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1200 a. C. en esa región se había desarrollado una cultura hegemónica, la olmeca. En una superficie aproximada, según las in-
vestigaciones arqueológicas, de unos veinte mil kilómetros cuadrados v un terreno tan fértil que podía propiciar tres cosechas al año, las elites gobernantes pudieron disponer de la suficiente mano de obra para construir sus centros ceremoniales, de tal grandeza, que no tenían en ese momento parangón en toda Mesoamérica. Ties ciudades en particular son las que debieron de ocupar una posición privilegiada: San Lorenzo, La Venta y Ties Zapotel
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Arriba, altar con figura CJ
sedente emergiendo de un nicho (en el parque museo de La Venta). A la derecha, estela hallada en el s¡tio de Villahermosa.
Las manifestación artística más conocida de los olmecas la constituyeron sus cabezas colosales, pero también fueron duchos en otras creaciones en piedra, de una perfección que prácticamente no igualaría ninguna cultura mesoamericana posterior. Construyeron altares de piedra (que algunos investigadores consideran tronos y que después seguirían tallando los mayas), en los que plasmaron magistralmente un contraste entre alto ,rr bajorrelieve, así como figuras de bulto redondo que emergen de una especie de cueva. Las estelas, por su parte, son grandes bloques de piedra con una caralabrada en ba-
jorrelieve, donde aparecen personajes ricamente ataviados, componiendo escenas. Asimismo, trabajaron enormes estatuas de
bulto redondo de personajes de carácter antropomorfo y fantástico, generalmente en cuclillas o sedentes, a veces con un niño en el regazo. En algunos casos, los pies y manos han sido 3s
AReuEoLocfA
Tras sus huellas Los asentamientos principales se encuentran en la costa del golfo de México, en los estados mexicanos de Tabasco y Veracruz. Sin embargo, existen restos de influencia olmeca en zonas más alejadas. La Venta ejemplos del urbanismo temprano mesoamericano, cuya extensión llegó a ser de varios kilómetros cuadrados y su población de
Explorada en 1932 por la expedición estadounidense
liderada por Matthew W Stirling y Philip Drucker, quienes afirmaron que era el verdadero hogar de la ci-
hasta 20.000 habitantes.
Los edificios, de los que
vilización olmeca. Hallaron cuatro cabezas colosales,
apenas queda rastro algu-
varios monumentos (como
y estatuillas de jade. Se
no, obedecen a una alineación norte-sur, con plazas alargadas situadas de ma-
trata de uno de los mejores
nera intercalada.
el Gran Altar, en la imagen)
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San Lo¡enzo Tenochtitlán
Es uno de los centros mesoa-
ve y San Lorenzo Tenochtitlán
mericanos más importantes para los estudiosos, puesto que fue ocupado por culturas sucesivas entre 1300 a. C. y 1 .1 00 d. C. La ocupación olme-
fuera arrasado. En la actualidad, en el yacimiento se han
ca tuvo su auge después de
que La Venta entrara en decli-
hallado 49 monumentos de diversa índole, dos cabezas colosales (una de ellas, la primera que fue descubierta, en 1 862) y cinco estelas,
Descubierto y excavado en I945 por Stirling y Drucke¡ los mismos que exploraron La Venta. En 1964 Michael D. Coe retomó sus trabajos y descubrió que San Lorenzo fue un centro anterior a La Venta, pero que resultó abandonado. En 1990, el Proyecto Arqueológico San Lorenzo Tenochtitlán había localizado ya más de cuarenta monumentos. En mayo de 1994 apareció la décima cabeza colosal y en 1995 cinco esculturas más.
tallados como garras. En sus rostros, unas líneas paralelas representan los ojos, y, en muchas de las figuras, el labio superior a veces está vuelto hacia arriba para dejar ver dos colmillos. Los olmecas se distinguieron también por la elaboración de pequeñas esculturas en piedra verde (jade o jadeíta), como las de la Ofrenda 4 de La Venta (tal como la llaman propiamente los investigadores). Fechada entre 900 v 300 a. C., se trata de un grupo de figurillas de jade v serpentina dispuestas en semicírculo alrededor de otra y seis hachas que representan estelas.
cree n ver claramente deidades sobrenaturales con atributos de jaguar, cocodrilo, serpiente o
tiburón, aunque no puedan definir de qué divinidad se trata y cuál era su patronazgo. Otros arqueólogos, sin embargo, defienden que las representaciones olmecas no son propiamente dioses, sino un conjunto de metáforas que simbolizarían elementos de su entorno, como por ejernplo el trueno o la tierra. Otro punto de debate entre los especialistas es, en el caso de que las representaciones sean de dioses, dilucidar hasta qué punto estos fueron antecedentes de
A los recién nacidos, seguramente de la clase las divinidades de alta, se les comprimía e-l cráneo con tablas y ven- ::ilT'ff:';:T:',': "E;'ii",,o das y se les arrancaban los dientes anteriores ;;;;;.;.
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Otro de sus telrras comunes fue el mundo infantil, con sus famosas figuritas conocidas por
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el nonrbre de bcblJace.
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La mavor parte de figuras que se conocen
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hov día proceden de ¡'acimientos desconocidos. Han ido a parar a museos o colecciones
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particulares despr-rés de ser saqueadas de su lugar de origen, un episodio común en el siglo
escasa. o ninguna, información sobre patrones
pasado, durante los primeros tiempos del descubrimiento de esta cultura. REUGIÚN En la página C"
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que estas conservaron ciertos símbolos ohnecas, pero algunos investigadores aducen que su significado pudo variar con los siglos.
s¡guiente, escultura sedente tallada en basalto, que quizá represente a un sacerdote olmeca.
Se trata de uno de los aspectos más desconoci-
dos de esta cultura. Lo que los arqueóiogos entienden por religión ohneca, de mornento, son sólo interpretaciones de los sírnbolos que nos
han llegado de su arte. Algunos investigadores
Hasta hace relativamente poco tiempo había de asentar-niento y métodos de subsistencia y agricultura, va que la arqueología olmeca es muv reciente y las investigaciones se han cencrado tradicionalmente en sus esculturas y construcciones ceremoniales. Recientemente, sin embargo, las líneas de investigación han cambiado y se han empezado a estudiar asentamientos de la vida cotidiana, con sus viviendas v basureros. San Andrés es uno de los asen-
tarnientos ubicados en el cauce del río Palma,
El parque museo de La Venla, en el estado de Tabasco, está situado a 1 29 km de Villahermosa. lv1ás
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inf .:www.securcd,go
b.mx/patrimonio/p arque_Jmuseo.htm
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Museo de América. Madrid, Vasijas y fF gurillas olmecas, así como de otras culturas precolombinas. Más inf.:
htg://museodea merica.mcu,es
tüi nrvr, Anionio. O/me-
cas, mayas, azte-
cas: las grandes civilizaciones del Nuevo Mundo. Mr lán: Biblioteca Editri-
ce,2003. oe
en los alrededores de La Venta. r'allí se han encontrado restos de maí2, huesos de pescado, alrnejas de agua dulce v otras especies de fanna fluvial (corno el róbalo v el rnojarro). hr,resos de
venado, perro v cocodrilo. En tnenores cantidades se han hallado restos de otros animales, corno el conejo, el pécari, el mapache r-el pato. A raíz de estos descubrimientos los arqueólogos afirman qr-re la población dependía de la cornbinación de recursos locales acuáticos. la caza\ la agricultura intensiva. Practicaron el comercio, con intercambios con regiones murdistantes, en las que influveron en sus manifestaciones artísricrs r religiosas. CRÁNE(lS DEFf¡RMADOS
Parece clue la indur.nentaria oll.neca estaba forrnada por Lrn número básico de piezas. El hombre llel'aba un taparrabos, a teces Llna especie cle falda corta v eventualrnel-rte Lln rnanto. La mujer vestía una falda, también llarnada l-ruipil, v se dejaba los pechos al descubierto. El benigno clirna no hacía necesario llevar l-nás vestido. Personas de uno u otro sexo podían ir
ruerute, Bea-
friz., Cabezas
to de la clase dominante.
sa/es o/mecas
La ornal.nentación corporal estaba forr-nada por brazaletes. collares. per-rdientes. pectorales
r-elementos para la nariz (con toda segr-rridad se perforabar-r el tabique nasal para insertar jovas). En la cabeza ller-aban tocados rígidos de cuero o tejido (seguraulente los dignatarios), así como turbantes que cubrían cabezas afeitadas (si se da por r'álido el aspecto de la escultura denorninada el Luchador de Urpanapa). El estr,rdio exhaustivo de la civilización olmeca es rnul reciente, se inició hace poco más de sesenta años. Quedan! por tanto, muchos aspectos por descubrir, cono por ejer-r-rplo, hasta dónde llegó su área de influencia. Recienterrrente, en enero de 2004, se han encontrado en
Practicaban la defonnación del cráneo, com-
el oriente de Hondr-rras vestigios de esta cultura. La directora de Investigaciones Arqueológicas del IHA (Instituto Hondureño de Antropología), Carmen Julia Fajardo, ha comunicado qr-re los últimos hallazgos se han hecho en los departamentos de El Paraíso v Olancho, fronterizos a Nicaragua. En arnbos se han encontrado cLle\ras, osamentas, cerár-r-rica v calzadas de piedra. Dichas osamer-ltas presentau la deforma-
prirniendo la bóveda craneal a los recién naci-
ción craneal propiarnente olmeca, así pues todo
dos con r-rnas tablillas v vendas. como tan-rbiér-r lo hicieron las culturas prehispánicas del área perllana (paracas v nazca). Ader-nás, se arrancaban los dientes anteriores. Esras prácticas posi-
La Agencia de Cooperación Alemana (GTZ) va ha ofrecido su apovo financiero para investigar
calzadas con huaraches.
u
blernente obedecían a signos de reconocir.r-rien-
indica que lo hallado pertenece a esta cultura.
estos últirnos hallazgos.
colo-
México D.F: El Colegio Nacional, 1992,
(WM).:Hrsto¡ra anügua de México, t/o/. L México D, ñ:
rNAH,2000.
Instituto Nacional de Arqueología e
Historia de México. www.inah,gob,mx
Paracas r Nazca En los inhóspitos desiertos del sur de Perú, dos civilizaciones
florecieron mucho antes de que emergiera el lmperio inca por Choni Fernández
A partir de 700
(maí2, maní, frijoles...) y un ajuar más elaborado que en el período anterior: plumas, conchas, brazaletes, armas, penachos...
a. C., en el actual
Perú, anres que
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sentan deformaciones artificiales y hay una incipiente momificación. La momia esrá acompañada de un sencillo ajuar funerario, con algún objeto de oro y cerámicas. En Necrópolis (desde 400 a. C. hasta 100 a. C) los fardos funerarios (de los cuales se han hallado muchos más que en el caso anterior) se encuentran directamente bajo tierra, en hoyos rectangulares sin techo. Los cuerpos presentan la misma posición que en Cavernas, pero los tejidos son más espectaculares: son los famosos mantos. También aquí están presentes la momificación y las deformaciones craneales, así como signos evidentes de trepanación. Junto a los fardos se depositaron alimentos 42
ARquEoLocÍA
)l- -l^-^ de r^ llama rr^-^^ y lana dón o vlcuña. Sorprende la rique-
' colores: los análisis
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muestran la presencia
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de hasta 22 colores y 190 gradaciones en un solo manto. Los pigmentos utilizados eran tanto de origen animal como vegetal, y se han conser-
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Las culturas Paracas y nazca se sucedieron, por este orden, entre
700 a.
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y 600 d.
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Épocn
tA MUERTE En Cavernas (a partir de 700 a. C.) los enrerramientos consistían en cámaras funerarias de techo abovedado excavadas en la roca, que alcanzanhasta ocho metros de profundidad. Allí se amontonaban los cadáveres en posición flexionada y envueltos con unos tejidos relativamente sencillos en forma de fardo. Los cráneos pre-
Los mantos son sudarios con bordados simbólicos, de hasta 20 m de longitud y , . 4mdeancho. Decalidadlinica, para su confección se utilizó algo:r, i-, za y armonía de los
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cerros pe lados y grandes masas arenosas, de clima desértico y prácticamenre sin precipitaciones. Fue en esa yunga donde se desarrolló la cultura paracas, en la península del mismo nombre y donde sopla un viento también conocido como paracas. El investigador Julio C., en 1925, descubrió este pueblo y separó su historia en dos períodos: paracas Cavernas y paracas Necrópolis, según e I patrón de enterramiento. PABACAS, f¡BSESIflI¡AllflS PflR
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dores como jefaturas o señoríos. La costa peruana se caracteriza por la existencia de dos pisos ecológicos bien diferenciados. Por un lado, la chala, entre la orilla del mar y los 500 m de altitud, de clima seco. Por otro, la yunga, entre los 800 y 2000 m, una región de
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Costa sur de Perú, en los valles de Chinca, Pisco, lca, Nazca y Lomas.
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vado casi inalterados debido,
probablemente, al clima desértico de la zona. La iconografía gira en torno al mundo natural y su influencia sobre la vida humana. Así, se advierten escenas con cambios de estación, épocas de cosecha, siembra, y aparecen las especies animales que convivían con ellos: zarcillos, halcones, felinos, reptiles, cérvidos, cetáceos.
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La muerte era omnipresente en la vida de los paracas, hasta el punto que empleaban años enteros en confeccionar un manto para sus momias. Su método de subsistencia era la agricultura, y la utilización de lana de llama y alpaca indica que estaban conectados de alguna manera con las zonas montañosas andinas. Por las diferencias en los enterramientos se deduce que existía una fuerte gradación social. Poco es lo que se sabe de sus asentamientos, aunque alguna estructura de adobe con tejado de paja se ha descubierto recientemente (2002).Por algunas escenas bordadas en los mantos se sa-
be que guerrearon con algunos pueblos vecinos. NACIMIENTfl ilAZCA
Heredera directa de la anterior es la cultura nazca (cuyo nombre en quechua significa dolor, sufrimiento). Se desarrolló desde 100 a 600 d. C., fechas relativas, pues todavía se discuten las dataciones mediante carbono 14. Fueron un
Momia nazca de un var贸n en pos隆c隆贸n sedente. Lleva tocado, oreieras, nariguera, tubeta, brazalete y tobillera.
ARqUEOLOGiA
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nazca de Chauch¡lla, donde se exhiben blanquísimos féretros desecados por la acción natural del sol. Abajo, máscara de metal repujado perteneciente al m¡smo pueblo. 44.\ltQLrr,OLOGi_\
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Las líneas nazca Son uno de los grandes prodigios de la Antigüedad que aún están envueltos en el misterio: surcos sobre la tierra que, vistos desde el aire, se revelan como precisas figuras antropomorfas o geométricas, La manifestación cultural más famosa de la cultura nazca son las llamadas, precisamente, lineas nazca,
visitadas anualmente por multitud de turistas de todo el mundo. Se trata de dibujos trazados sobre la tierra ubicados en las pampas de Nazca, Ingenio, Palpa y Socos, cubriendo un área de 350 km'. Los dibujos se efectuaron mediante surcos de unos 30 cm de profundidad con los cuales se obtenia un contraste de colores: la capa superior de la pampa es ro1iza, mientras que la tierra que sale a la superficie tras la excavación es amarilla. Se han descubierto más de 10.000 trazos, entre formas antropomorfas, zoomorfas y geométricas. Algunas de ellas superan los 90 m de longitud, por lo que sólo son reconocibles vistas desde el aire.
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DESCUBRIMIENTO
Extrañas marcas en el suelo ya despertaron la curiosidad de los conquistadores españoles. El cronista
Cieza de León, hacia 1540, ya observó unas "señales" sobre la arena del desierto. Sin embargo, el descubrimiento propiamente dicho llegó en el siglo xx. Primero fue Toribio Toribio Mejía Xesspe quien, en 192f, se percató de la existencia de una largas líneas rectas, Posteriormente, Paul Kosok descubrió que esos trazos eran parte de monumentales dibujos, gracias a que sobrevoló la zona en 1941, Kosok fue el gran especialista en esta manifestación artística, sucedido por la alemana Maria Reiche, quren luchó enconadamente para que fueran declaradas Patr monio de a Humanidad por la Unesco (1o que ser produjo en 'l 994), Reiche, a gran dama de 1as líneas nazca, llegó por primera vez a Perú en 1932 para ejercer como institutriz. Ouedó prendada y, tras una estancia en su Alemania natal, volvió al paG sudamericano para quedarse para siempre. Conocló a Los arqueólogos PauL Kosok y Julio
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C. Tello, que se encontraban trabajando sobre las líneas. Su nivel de conocimiento llegó a ser tan alto que cuando Kosok abandonó Perú la dejó como encargada de las investigaciones, Fa lec ó en junio de 1998 a los 95 años, Hoy, sin e a, su gran valedora, las líneas han quedado a merced de vandalismo y la indiferencia de os estudiosos, Los turistas, sin embargo, ilegan en gran número pa'a s-b'se er -n pequeño avión desde el cual contemplar los impresionantes dibujos.
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¿OUÉ SIGNIFICAN? En 1949 Maria Reiche publicó E/ misterio de las Pampas,libro en que explicaba que las figuras son un calendario astronómico relacionado con la agricultura, Sin embargo, ésta no es la única interpretación, aunque sí la mayoritaria hasta hace poco, Las últimas investigaciones han concluido que, sin embargo, exlste una más que razonable coincidencia entre los lugares por los que discurren ríos subterráneos y el lugar donde se trazaron los geoglifos (así se llaman propiamente las lineas). De esta manera, cabría pensar que los dibujos qu zás eran un punto de referencia para para situar los lugares donde se podia obtener agua, Esta teoría se presenta como bastante razonable, pues no hay que olvidar que la zona es prácticamente un desierto y que, a pesar de ello, la forma básica de subsistencia de los nazca
fue la agricultura,
Arriba, línea conocida como Gran Col¡brí, un dibujo de un solo trazo de
95mde longitud. Aba¡o, la bautizada como Candelabro.
Tras sus huellas Los restos de las culturas paracas y nazcat principalmente sus famosas momias, han aflorado en los desiertos del sur de la costa peruana, Gahuachi Es el mayor, y casi único, asentamiento nazca que se conoce, En-
tre los principales vestigios destacan una construcción piramidal y diversos pequeños habitáculos de adobe. Su función es todo un misterio. Algunos autores apuntan a que Cahuachi era una
especie de capital de los nazca, el lugar donde se alzaban los principales edificios ceremoniales y que, probablemente, también acogía un cierto número de habitantes. Otros investigadores, en cambio, opinan que sólo se trataba de un centro ceremonial,
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Restos Prpcolombinos de cultura Nazca
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¡ss195 Prgcolombinos de cultura paracas
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Península Pa¡acas En esta lengua de tierra es donde floreció la cultura paracas. Los yacimientos más significativos son los de Cerro Colorado y Cavernas. Éstos fueron, precisamente, los cementerios que primero se descubrieron y que hicieron aflorar esta civilización en
46 ARQUEOLOGÍA
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la historia. Los halló el arqueólogo peruano Julio C. Tello en 1925. En total se
desenterraron 429 t ar dos funerarios, algunos de los cuales contenían hasta 1 6 mantos, además de otros elementos, como esclavinas, turbantes, paños y adornos.
Cráneos deformados Presiones con tablillas y trepanaciones eran prácticas habituales entre los nazcas y paracas, tanto para identificar a una clase social como por motivos medicinales, La deformación craneana fue una práctica común en muchas culturas del Viejo Mundo. Con toda probabilidad se efectuaba para diferenciar a las clases dirigentes del resto. Se realizaba básicamente con unas tablillas y a mohadillas atadas fuertemente a los lados de la cabeza para presionar
cultural.org.pe Museo de América. Madrid. Mantos de momias paracas y cerámicas nazca, Más inf.:
htlp.://museodea merica.mcu.es
r-a rRepr¡,¡acróH
Entre los nazca,el tratamiento de las heridas craneales (recibidas durante una batalla, por ejemplo) era la trepanación. Consistia en agujerear la cabeza liberando la presión o retirando las esquirlas producidas en los choques. Se podía llevar a cabo por dos métodos: por incisión con un objeto cortante cuyo agujero tapaban con una pieza metálica, generalmente oro; o por raspado, produciendo pequeños agujeros en torno a un círculo que se extraía después,
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LOS TUMIS Para todo ello se utilizaban cuchillos de obsidiana (llamados
tumis) de diferentes tamaños, así como hilos, algodón y vendas. Era una artesanía quirúrgica primitiva, Como anestésico utilizaban la chicha fermentada con hojas de coca, el zumo de vilca (otra planta alucinógena y
como lo demuestran, al igual que entre los paracas, las diferencias en los patrones de ente-
rramiento. No
de
Lima. En este museo, el principal del país, se encuentran cerá micas y textiles de todas las civilizaciones precolombinas peruanas. Más inf.:
h@://mnaah.pe ru-
la caja craneana.
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Museo de Arquéología, Antropología e Historia.
bieron de existir
grandes
sedante) y la coca cachada (es decir, masticada con cal quemada), E, exito oe tales operacrones era alto, ya que en algunos cráneos se han llegado a encort.a' f,asta cir^co trepanaciones diferentes (lo que con toda seguridad significa que el paciente sobrevivió tras cada una de las intervenciones),
te último considerado un núcleo irnporcante incluso desde época paracas, con una octlpación continr-rada.
concentraciones de población, ya que los yaci-
ajustarse CERAMICA NAZCA de El arte nazca es uno de los más reconocibles del mundo andino. Lo n-rás destacado, sin dupropiamente ejemplo dichas. Como ciudades cabe destacar Cahuachi, que no tiene ninguna da, es su cerárnica, descubierta y catalogada mientos de mayor tamaño parecen
más a la idea de centros ceremoniales que
t'Jil"X'3i'3'J,1:.,.T:,T,.i;
se desconoce si los nazca fundaron grancles ciudades, pues los restos que se conocen
características pictóricas'
parecen ni¿r centros
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ceremoniales
evidencia de carácter urbano y sí hallazgos de ofrendas ligadas al culto y las ceremonias. lJna misión arqueológica del Centro Italiano Srudi e Richerche Archeologiche Precolombiane (CISRAP) trabaja en la región de Ica desde 1982. En diciembre de 2002 se inició uno de los proyecros arqueológicos más importantes llevados a cabo en territorio peruano: el
desenterramiento del centro ceremonial más grande del mundo (24km-). Desde agosto de ese mismo año el proyecto ha continuado con las excavaciones de Cahuachi y Estaquería, es-
l$3Í.[1::'il1i-
guru, aonrorneaclas aparecen sobre fondo blanco, negro, rojo oscuro y rojo. Pueden aparecer respresentados animales, plantas, humanos, formas geométricas, an-
tropomorfas... Los nazca practicaron el horror vacui, el horror al vacío: toda la superficie de las cerámicas estaba decorada, bien prolongando el dibujo central o bien con dibujos de relleno, como ciempiés o monstrllos de largas lenguas. La pintura se aplicaba antes de cocer la cerámica; de esta manera se conseguía un acabado más fino v duradero que si era decorada después.
elq¡¡n rn¡nc¡, José. Las culturas preeoIombinas de América. Madrid: Alianza 2000. srr-vlo
Fernando. Los
geoglifos de Nasca.' extrañas formas de poder. Lima: Universidad de Lima, '1995.
Sumerios La primera civilización de la historia, olvidada por la Biblia y los textos clásicos,
permaneció sepultada hasta hace poco más de un siglo, por Felip Masó
I término sumerio es una designación que el fi-
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je de la Biblia ni en las fuentes clásicas se ha,-'.r*\.,*:" ' \ I\".--.... ce la más mínima refe rencia a los sumerios. lólogo Jules Oppert Nadie podía imaginar hace poco más de un , \. i,.- siglo que toda una nueva civilización. empleó en 1869 para refeH t't- "./ír. ¡'i,*'%* civilización, totalrirse a un pueblo cuyas inscripcione s ;i F* mente desconocida, apareciera -\# plasmaban una lenguá que no lu u"u- i i l"' d. i. -J.golpe. y no se trataba "L --/ diu y qu" vivió en i rui¿" Nlesopotamiu un pueblo iletrado, i (el actual sur de Irak) durant" .it.r"., y falto de documentos es"..- -.,-!., ' el segundo milenio a. C. El término derivacritos o con apenas re sba de la palabra acadia sl'tumer (de origen desros de una culiura mate' conocido), que se utilizaba para referirse al sur rial, sino todo lo concrario: de Mesopotamia. Los sumerios, sin embargo, !. se trataba, ni más ni menos, conocían su territorio como ki-en-gi, que signide la primera civilización de ,'' fica __--"hogar". i'- '- ", "-ó-._ ' la historia Se ha calificado muchas veces a los siglos xvtll y xtx como la época de la arqueología ro-
EL 0LVIflA[l0 SUR
mántica, porque durante este período se llevaBotta v Lavard iniciaron hacia mediados ron a cabo los primeros viajes y las primeras Épocn del siglo xtx sus excavaciones en el norte de excavaciones en Oriente. Rodeadas por una El nacimiento N,Iesopotamia, centrándose en Nebi Yunus aureola de exotismo, aventura y peligro, fue- delacivilzación (Nínive), Khorsabad (Dur Sharrukin) o Nimron coronadas por espectaculares descubri- sumera,con la rud (Calah), mientras que la región de la Baja
las Mesopotamia quedó piácticaménte oh'idada. el Sólo fue ¡on rondeadoi superficialmente algutA BESURRECCIÚN IlE MES0P0TAM|A nos cells (ur, uruk, Larsa, Eridu) po, purr."d. :"u:?:::::* s como el diplomárico francés Paul los ingleses k. Lof,r, ).J. E. Taylor. ño r" i1?ltiil']11" tlombre Émile Botta (el primei europeo que excavó en .n profundidad, puesro que en esros "*ya;li:TJ":'¿t. "uuó Mesopotamia y descubrió el palacio del re1, fin de su incimientos no ocurrió ló mismo que e n los asiasirio Sargón en 1843), el británico Austen fluenciasefe- rios, en los que apenas remover la tierra Her-IJy I ayard (el primero en dar con la ciudad cha a finales aparecían imponenies restos de palacios con de Nínive) o el alemán Robert Koldewey (el del r mitenio, rélieues y colósales esraruas. más famoso investigador de Babilonia) se vie- con el llamado El descubrimiento más destacado de los priron arrastrados por la fascinación de las civili- lmperio neosu- meros sondeos en el sur fue e I mosaico de zaciones asiria y babilónica, que resucitaban merio. Uruk, hallado -d" por Loftus. Se trara de unos co_ en todo su esplendor a cada nuevo golpe de nos de arcilla ,nor 10 cm de longitud inz'NA pico que daban. crustados por parte su cónica sobre uña supere;á'fr/".oooSi bien estos primeros "excavadores" (la arficie de barro, dl manera quel a purr" piunu #;-::, J,queología propiame nte dicha, con un matiz de I cono era lo único visible; al e siar pintados iá¿ siste mático y científico, aún no había hecho ".trrl de diferentes colores y situarse todos ál mismo acto de presencia) sólo conocían la existencia nivel, daban la impresión de un mosaico. K. de estos pueblos por las breves referencias bíLoftus los halló formando parte de las columblicas y clásicas, su fe y su esfuerzo fueron renas del recinto de entrada d-el Templo de Eancompensados al ir descubriéndolos bajo esas na. Esre hallazgo, aunque impresionante, no colinas artificiales tan típicas de Oriente, los podía comperiñon los del norte. En vista de te lls. esto, las próspecciones en los tells del sur fueLa historia del descubrimiento de la civiliron abanáonádur y los arqueólogos prefirieron zación sumeria es, si cabe, aún más meritoria, seguir con las mucho más productivas excavapuesto que en esta ocasión no existían prueciones en el norte. mientos.
48
ARquEorocÍA
creación de ciudades y
Una de las estatuas del ensi Gudea halladas en Tello. Museo del Louvre, ParĂs.
ARqUEOTOGiA
49
Tras sus huellas Amenazados por los continuos conflictos bélicos en lrak, los restos de la civilización sumeria se extienden por los valles de los ríos Tigris y Éufrates.
Kish Nombre del conjunto de asentamientos de lngharra, Uhaimir y otros
menores,aunos 15km al este de Babilonia, Tu-
vo una gran importancia durante el lll milenio a.
cuando el título de Rey de Kish equivalía al de Rey de Sumer. Las principales excavacioC,,
nes fueron llas de H, de Genounillac (1 91 2) y S. Langdon (1 923-33).
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qrBagdad
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llippur Nombre moderno de la antigua ciudad de Nibru, a unos I80 km al suroeste de Bagdad, Era la más santa de las ciudades sumerias, sede del dios Enlil, la principal deidad mesopotámica,
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Nombre moderno de la antigua ciudad de Shuruppak, situada a unos 20 km al sureste de Nippur y, según la tradición, hogar de Utnapishtim, el Noé
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mesopotámico superviviente del Diluvio Universal. A pesar de contar con restos anteriores, su gran época fue el Dinástico Antiguo lll. (2250-2350 a. C.),
CJ
SUMERI(¡S, At FIN
En
1877 el vicecónsul francés en Basora, Er-
nest de Sarzec, inició la que sería la primera campaña de excavación concienzuda de un yacimiento sumerio. El yacimiento excavado fue Tello, donde bajo capas de tierra de adobes deshechos se escondía la anrigua ciudad de Girsu, la capital de Lagash durante el período Neosumerio (2112-2004 a. C). Las excavaciones duraron 24 añ.os y el resultado fue espectacular: se descubrieron gran nú50 ARQUEOLOGÍA
mero de estatuas de diorita del ensi Gudea: era la primera vez que un hombre volvía a mirar a la cara a un sumerio después de más de 4.000 años. Ensi era un título que significaba prínci-
pe o gobernador; Gudea fue el ensi de la ciudad-estado de Lagash enue 2141 y 2122 a. C. y pasó a la posteridad, tal como reflejan numerosos textos, por su piedad. De Gudea han llegado hasta la actualidad otras muchas estatuas de diorita, una piedra dura de color negro o verde procedente de los actuales Irán u Omán.
Sippar Nombre antiguo de la más septentrional de las ciudades sumerias (actualmente Abu
Shamash y tuvo un carácter predominantemente co¡nercial. De sus etapas paleo y neobabi-
Habbah). Ocupada desde el pe-
lónica procede la mayor documentación epigráfica hallada de estos períodos.
ríodo Uruk, fue sede de un importante culto al dios sol
Uruk
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Nombre acadio de la ciudad sumeria de Unug, la actual Warka, sltuada al sur de lrak. La ciudad fue la sede de reyes legendarios como Gilgamesh, Enmmerkar o Lugalzagesi, protagonistas de destacados episodios de la historia mesopotámica y emplazamiento de míticos templos como el de Eanna, consagrado a la diosa lnanna/lhsiar
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Ciudad-estado formada por la misma Lagash (moderna Al-Hi(Zurghul), Lagash es uno de los yacimientos más grandes de todo el Próximo Oriente, con una extensión de 600 ha. Girsu fue la primera ciudad sumeria
enserexcavad4en 187f,por el francés Ernest de Sazec.
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Nombre antiguo dado al conjunto de siete tells conocidos hoy como Abu Shahrain, situados a 24km al sureste de Ur, Según la Lista Real Sumeri4 fue la primera ciudad don-
de apareció la monarquía, Las excava-
ciones constatan una espectacular secuencia estartigráfica de más de 15 templos que se remontan al período Ubaid (5500 a. C.).
Las prospecciones en Tello también sacaron vasos de plata, cerámicas, estelas e infinidad de objetos realizados en un estilo nunca antes visto. El descubrimiento de mayor importancia fueron, sin embargo, miles de tabillas escritas en cuneiforme que, una vez descifradas, darían voz a todas aquellas extrañas piezas que iban surgiendo de las entrañas de
alaluz
la tierra. Los hallazgos de Tello motivaron a los estudiosos a girar sus ojos hacia el sur y empezaron a enviar misiones de prospección. ARqUEOLOGiA sl
Las tumbas reales de
Ur
Halladas por el británico Leonard Woolley, estos'enterramientos suponen el gran hallazgo del pueblo sumerio, tanto por los objetos rescatados como por los restos de masivos sacrificios humanos,
[$ ruum
DE L/a RETNA
La primera de las espectaculares tumbas que se excavaron fue bautizada como 800. En una zanja hallaron cinco cuerpos, uno al lado del otro, con puñales de cobre atados a la cintura, De ahí se accedía a un espacio rectangular de tierra batida donde se encontraron diez cuerpos más, de mujeres, colocados en dos hileras y ricamente adornados con tocados de oro, collares de cuentas de lapislázuli y Cabritillo trepando, cornalina, Enfrente de estos Gran Foso de la Muerte, cuerpos aparecieron huesos de asnos y bueyes, así como restos de carros decorados Gran Lira, una cabeza de toro con oro y lapislázuli, En la cáde materiales preciosos. El rimara funeraria principal se tual de enterramiento no tenía halló un ataúd de madera con nada que envidiar a la tumba los resios de una mujer, ata800. Seis soldados colocados viada con un complejo vestido en dos hileras, con cascos y del que sólo quedaban las lanzas de bronce, Dos carros, cuentas de oro, plata y piecada uno tirado por tres buedras preciosas y un riquísimo yes. Nueve mujeres ataviadas y complicadís- | con elaborados mo tocado. tocados de oro. df 1"1 los pies y a lapislázuli y corLa Gran Lira, cabeza i nalina, Más de
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A la del féretro se '
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encontraron \
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hallada en la Tumba del Rey.
los esqueletos de las que quizá fueran sus damas o sirvientas preferidas, La cámara estaba repleta, asimismo, de ricas ofrendas de todo tipo: vasos de oro, vasijas de plata, jarros,.. En un cilindro de lapislázuli se descubrió una inscripción con el nombre de la ocupante principal de este enterramiento: "Pu-abi, ia reina'i
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DEr REY
La exploración de esta tumba (la 789) reveló que la cámara había sido saqueada en la Antigüedad, Pese a ello, aquíse encontró la conocida como
52
AReuEoLocíA
puñales de oro, plata y bronce. A
juzgar por el rico ajuar, Woolley no dudó en atribuir la tumba a un rey. Se cree que la reina de la tumba 800 y el monarca de la 789 formaban pareja.
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,l l\ I i , 30 soldados lanzas y ' ," 'on
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DE LA MUERTE
Bautizada como 1232 esta tumba recibe el sobrenombre de Gran Foso de la lVuerte debido a la gran cantidad de cádaveres halldos: 6 hombres y 68 mujeres, ordenados en hileras. Estos féretros obedecían a un ritual complejo de sacrificio humano para honrar
Plano de las Tumbas Reales de
Ur.
a un rey o una reina. Este acto era aceptado como un privilegio. En esta gran tumba se hailaron las dos famosas esculturas de unos cabritos rampantes apoyados sobre una planta.
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ruuer779
Es una de las tumbas más grandes exploradas por Wootley, dividida en cuatro cáma-
ras. Aquí se halló uno de los ob.jetos más representativos
del arte sumerio: el Estandar-
te de Ur, Se trata de una pieza trapezoidal de madera decorada con incrustaciones de lapislázuli, nácar y cornalina. En uno de sus lados largos se representa una batalla y, en el otro, el festejo de la victoria. En las caras laterales aparecen escenas satíricas.
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Los primeros en llegar fueron los alemanes, que iniciaron sus excavaciones en 1888 en el yacimiento de Shuruppak (moderna Fara). En la misma época un equipo americano inició también excavaciones en Nippur (Nibru), el centro religioso más importante de Sumer y lugar donde eran coronados los reyes. Aquí fueron halladas también gran cantidad de tablillas de todo tipo (literario, religioso, jurídico...), entre las que se encuentran las de la célebre Lista Real Sumeria, documento clave
veló como uno de los más importantes de la historia del Próximo Oriente v dio nombre al período que vio florecer la civilización sumeria, el período Uruk (3750-3150 a. C.), con la aparición de la ciudad v la escritura.
El arqueólogo
británico Leonard Woolley traba¡ando en una excavación en Ur.
LAS PIRÁMI DES MES(¡POTÁM ICAS
Del período Uruk datan los primeros ejemplos de zigurat, la construcción mesopotámica por excelencia. Se trata de plataformas diseñadas como pirámides escalonadas, en cuya cúspide
zigurat, las pirámides escalonadas de los ::"'ü:lJ:".ti."#:#Ji: sumeiios, estabán coronadas por un templo |:::i:ii:,:':::lili;l: un principio constaban de y podían llegar a los siete pisos de altura un solo piso; más adelante, Los
para la historia de este pueblo. Se trata de 15 tablillas en las que se encuentra narrada de
forma lacónica e hiperbolizada la secuencia de gobernantes de Mesopotamia, desde la instauración de la realeza en Eridu durante el período del Dinástico Antiguo I (29002700 a. C.) hasta el momento de la redacción del documento (siglo xtx a. C). De este modo, a lo largo del último decenio del siglo xIX y el primero del xx las excavaciones en el sur de Mesopotamia se hicieron más frecuentes y cada vez se localizaban nuevas ciudades. Entre las excavaciones más destacadas están las de Tello (interrumpidas sólo por las guerras mundiales), las de Kish, Eridu, Sippar y Uruk. Este último asentamiento se re-
a partir del ttt milenio, ya aparecen los zigurat típicos, las cuales pueden llegar hasta los siete pisos de altura. Están construidos con adobes de dos tipos; el núcleo son adobes secados al sol, mientras que el exterior eran ladrillos cocidos y, en algún caso, esmaltados de diferentes colores, representando los planetas. Para subir se utilizaban escaleras, siendo lo más típico el que existiera una escalera central y dos laterales, que llegaban hasta el primer o segundo piso, y otro tramo central que desde ahí ascendía hasta el templo. En la Antigüedad, prácticamente todas las ciudades importantes tenían uno o dos zigurat, de los cuales conocemos su existencia a partir de los restos arqueológicos
o de los textos. Entre los más conocidos
se
AReuEoLocfA
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En la página
siguiente, ¡magen de diosa sumeria con inscripciones en cuneiforme alrededor de su cabeza.
encuentra el de Babilonia, cuvo nombre era Entemenanki, "la cas del fundamento del cielo y de la tierra", de donde procede el miro de la Torre de Babel. De ella, sin embargo, apenas queda su impronta. En cambio, los
mejor conservados son los de Ur
y
Choga
Zambil (en el antiguo Elam, hoy Irán. Al período Uruk le sucedió el bautizado como período Dinástico Antiguo I, en el que
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se crearon las unidades políticas por excelen-
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cia, las ciudades-estado. Este período terminó, según se relata en la Lista Real, con el
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Diluvio Universal.
c¡ tAS Sf|RPRESAS DE UR
El segundo gran momento de la arqueología sumeria llegó en 1922, el mismo año del hallazgo de la tumba de Tütankhamón. Casualmente, también se traró de un descubrimiento
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el área sagrada donde se encuentra el espectacular zigurat de la ciudad. Sin embargo, los principale s descubrimientos llegarían de la mano de Woolley, que, entre 1922 y1934, exca-
vó el área del cementerio que: unas dos mil tumbas, entre las cuales se hallaban las famosas
tumbas reales de Ur.
Et ARflUEÚTflGO RIGURf¡Sf¡
Woolley ya pertenecía a una generación de verdaderos arqueólogos, enrre los cuales primaba más el espíritu científico que el avenrurero. La búsqueda del tesoro arqueológico, propia de mediados y finales del xtx, había sido sustituida por el rigor y el ansia de conocimiento. Uno de los principales rasgos de Woolley era su gran profesionalidad, cosa que demostró en el descubrimiento de estas tumbas: a pesar de que el primer año de excava-
ción había identificado
Evans no exploró de inmediato las Tumbas Reales de Ur. Esperó a tener suficientes datos para, así, no estropear el yacimiento
;
funerario, el de las tumbas reales de Ur, cuyo artífice, Leonard Woolley, era mmbién británico, como Howard Carrer, el arqueólogo ligado para siempre al faraón niño. El yacimiento de Ur se halla en la localidad de Tell Muqair y había sido ya explorado muy superficialmente por J. E. Táylor a mediados del xtx, sin que efectuara ninguna excavación de importancia. Después llegaron los trabajos de H. R. Hall, quien consiguió individualizar 54
ARqUEoLoGÍA
ya algunos de los sepulcros de los reyes, esperó cinco años a que tanto él como su equipo (formado básicamente por ára-
bes) tuviesen la suficiente experiencia como para no provocar excesivos e innecesarios daños en las mejores tumbas jamás encontradas en Oriente. Decidió cubrirlas de nuevo y duranre esos cinco años se dedicó a excavar el resto de tumbas, más sencillas. Ello le permirió pracricar la metodología de su excavación y resolver los problemas con los que se podía encontrar en las tumbas principales, entre los que destaca-
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m@ British Museum. Londres. Aquí pueden verse muchas de las piezas encontradas por expediciones patrocinadas por el museo, como el Estandarte de Ur, Más inf.: www.the britishmuseum,ac,ukl
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t\r.:
Universíty of Pennsylvania Museum, Philadelphia. Este centro posee una colección de 200 obletos hallados en ias tumbas reales de Ur. ltineran por diversas ciudades norteamericanas hasta 2006, Más inf,:
wwwmuseum,upen
n.edu/
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A. El Oriente Próximo en la Antigüedad. Barcelona: Crítica,2000. KHURT,
ba la cues-
tiíin cle
conser\-¿1clol1 cle los ¿lrtefactos rlrgírnicos (com0 lOs de rnaclcr¿). En 1927 cmpczaron los clcscrrbrr-
lliclttos
eenRo¡ A. Sumer.
Ia
Madrid:Aguila¡ 1981. posromE, J. N. La
Mesopotamia arcarca. Madrid; Akal, 1 999.
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mírs scr-rslrciona-
les: un ptrñal de oro r.uacizo con el mango clc lapislirzLrli v una fllncle cle oro elabrlr:rda con las mírs clelicaclas l conrplejas filigrarlas, coprrs, r'asos, lanzas. objetos dc oro r platrr ricr,rntente decoraclos c¡ue aparccíar-r por prinrera vez alttc los cljiis cle los lrclucrilr)gos y que hecían pcltstr en las l-naravillas que poclíar-r ocrrltarsc cn lils tLlmbils por abrir. SACRIFICItlS HUMAN(lS En 1clZll, se abrió la prir.ncra cle las tuurbas rca-
les (conocida pol cl núr.uer<i ti00 por los especialistas). La sorprcsir luc rnar'úscula. tanto por kls tcsoros (lue se desente rraron como por los restos dc s¿crificios htrr.uanos rituales, sir-r parangón en lir zonir. El dcscLrbriuriento cle estas turr-lbas cleió patcntc cl clcr aclo graclo cultural \, técnico clue alcanzó csta civilizacitin, lo cual obligó a la c<luruniclacl científica a girar sLrs ojos hricia el srlr lrcsopotiullico v a llei ¿rr a cabo
Roux, c.: MesoPo¿a-
m¡a. Histoda políti^ ca, económica y culturai. Madrid: Akal, 1990, c
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pañas lrclueológicas clue han sido realizadas dc fbrnr¿t r.r.rírs o ntenos colltirruada hasta el estalliclo de los cor-rflictos intern¿rcionales de Irak. L)e todas uraneras. la cxcalación durante ur-r siglo de I país cle Strrrer no sólo ha devuelto a esta cililización a la histclria, sino quc la ha colclcaclo en uno clc l<ls prirrcipales lugarcs en interés histórico clel r.nundcl. ¿rl ser ésta la vcrdaclera cuna de la civilización, lugar cle nacirnie nto de algunos cle lcls m¿rvores logros cle la hur.uanidacl, cor-no la vida rurbana. la escritura. la rueda. el sistema seragesinral y otros. cle los cualcs aún ht¡r- sollos hcrccleros v en los cluc ascntanros l¿rs bases cle luucsta sclciecl¿cl.
Hititas Citado ya en la Biblia, el pueblo que puso en jaque alfaraón Ramsés ll
sólo entró en la historia tras los descubrimientos del siglo xrx, por Fel¡p Masó
asta mediados '.' del siglo xlx la
hititas en el año 1300 a. C. Las hostilida-
. des finalizaron con la firma de un tratado de ^''-' paz en 1286 a. C. La narración de la batalla \,-r'-'\\\. -de la cual Ramsés II se vanagloriaba de
única fuente an
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cle información sobre los hititas era la Biblia, con todas las reservas que este documento presenta como fuente histórica. En ell¿r se puede leer una doble descripción de este pueblo. En primer lugar, en los hechos previos a la monarquía israe lita (antes del siglo x a. C.), los hititas -llamados "hijos de Jet"- se presentan como uno más de los pueblos que habitaban Oriente Próximo, v se hace una vaga referencia a que sus tierras se extendían desde el Líbano al río Eufrates. Estas informaciones, sin embargo, no permiten suponer que este pueblo tuviera una entidad mayor que otros que también vivían en la región, como los jebuseos o los quineos. La impresión sobre los hititas en la Biblia, sin embargo, parece cambiar en las narracio-
nes de los reinados de David y su hijo Sa-
lomón. Ahora se menciona, por ejemplo, que las rnujeres hititas forman parte del harén real de Salomón (lo mismo que las demás féminas de las más altas casas reales del momento, incluso del Egipto faraónico) y se cita la fama de su poderoso ejército, que aterroriza a las tribus sirias.
lrrÁ DE rA BrBr.rA [,as citas bíblicas, sin embargo, no eran
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prueba suficiente para dar crédito académico a la existencia de los hititas. La primera evidencia con fundamento llegó con el des-
cifrarniento de las inscripciones egipcias. En efecto, una vez se de scifraron los jeroglíficos, no sólo se pudo acceder al conocimiento del país de los faraones, sino que también surgieron gran cantidad de datos sobre las culturas con las que estuvo en con-
tacto, y entre ellas, v de una manera muy especial, el pueblo de Kheta, nombre con el que los egipcios designaron a los hititas. El contacto rnás famoso entre ambos pueblos fue la batalla de Qadesh, el choque entre los ejércitos del faraón Ramsés II y los 56
ARquEoLociA
una gran r.ictoria, aunque en realidad se sal-
dó
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guramente con empate o una ligera ventaja hitita- se grabó en las paredes de los templos v su descifrarniento contribuvó a ' dar ma-vor veracidad
se
a los pasajes bíblicos.
Pero no sólo la lectura de los jeroglíficos egipl
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cios contribuvó a devolver hititas a la historia, sino también la lectura de los textos asirios del siglo XII a. C. -escritos e n acadio-, en los que se pudo averiguar que el nombre con el que ellos conocían los territorios de Siria r,Anatolia era el de País de Hatti. De esta manera, tres fuentes de infornación diferentes -la Biblia, 1as inscripciones egipcias v los anales asirios- afirmaban la existencia de un mismo pueblo -llamado Jet, Kheta y Hatti, respectivamente- ubicado en una misma región, Anatolia v la Siria del norte, desde por lo menos el siglo x a. C. a los
ZflNA
Península de Anatolia y norte de Siria, En el período final
el lmperio se extendió también por a isla de Chipre. Épocn
La historia hi-
tita se suele dividir en dos periodos: e lmperio Antiguo (desde finales del s, xvr'a, C. hasta med ados del xv a, C,)
y el lmperio Nuevo (hasta
el siglo
xrr),
TAS PRIMERAS EXCAVACIflNES
Aceptada ya sin reser\ras la existencia de un gran reino hiti¡a en la Edad del Bronce N,Iedio y Final (entre 2100 v 1200 a. C.) a partir de los textos, faltaban ahora hallazgos más contundentes. Los arqueólogos empezaroo a realizar investigaciones sobre el terreno, entre las que destacan las efectuadas a cargo del British N,Iuseum en Carquemish (1879), al sur de Türquía, o las de la misión alemana enZinjirli (1882), al norte de Siria. En ambas ciudades se halló un nuevo tipo
de arquitectura en piedra, caracterizada por el uso de sillares gigantescos y por los ortostatos, piezas de piedra de diferente tamaño decoradas con relieves -más toscos que los empleados por los asirios- que se colocaban en las partes bajas de las paredes de los pa-
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Puerta de los Leones, una de las cinco entradas a la capital hitita, Hattusa.
ARqUEOLOCiA
57
Tras sus huellas En el corazón de Turquía se encuentran los restos de la capital hitita, Hattusa, y de su principal santuario, Yazilikaya, un lugar de culto entre las
rocas, I
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Caquemish Asentamiento hitita situado en la frontera turco-siria, en la actual localidad de
tas que participaron
Jerablus. Los primeros trabajos arqueo-
en i876,acargo
en la ciudad sumeria Oe Ur) y T. E. Lawrence, que pasó a la leyenda posterior-
del British Museum, Entre los especialis-
mente como Lawrence de Arabia.
lógicos se iniciaron cn
destacan sir Leonard Woolley (famoso por sus descubrimientos
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Yazilikaya
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Situado a 1,5 km al noreste de Hattusa, la capital hitit4
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el asentamiento de Yazilikaya se considera el santuario
principal de aquel pueblo. Aprovechando una estre-
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chez rocosa construyeron un espacio natural para el
culto. Decoraron las paredes con inscripciones jeroglíficas y relieves de sus
principales divinidades, así como también la de algún rey, como Tudhaliya lV (1 227 -1
209 a
C,), a quien
se le atribuye su construcclón, Este santuario fue descubierto por el explorador francés Charles Fleix Marie Teixier, el mismo que también avistó por primera vez las ruinas de Hattusa.
Actual Zinjidi, cerca de la frontera siria, Se han hallado restos de una ciudad de planta circular, con una acrópolis en su centro y edificios decorados con impresionantes relieves. Fue excavada inicialmente por el alemán Robert Koldewey, el arqueólogo de Babilonia.
C¡ Tablilla con escritura hitita cuneiforme. En la pág¡na siguiente, el explorador suizo Johann Ludwig
Burckhardt.
5s
ARqUEoLoGÍA
lacios reales hititas. Thas el estudio de todos estos datos, el misionero irlandés William
Wright tuvo información suficiente para publicar la primera gran obra sobre los hiritas, E/ imperio de los ltititas (1884). Dos hallazgos más vinieron a ampliar el aún limitado conocimiento de este nuevo pueblo. El primero fue el descubrimiento en 1887 de las llamadas cartas de Amarna, la correspondencia diplomática entre el Egipto de los faraones Amenhotep III y IV y los soberanos orientales, entre los que se en-
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Ahca Huyuk Su esplendor se sitúa entre 2000 y 1200 a, C. Se rodeó de gruesos muros y torres, con puedas decoradas con esfinges aladas y relieves de cacerías y procesiones. Fue abandonada durante la invasión de los Pueblos del Mat hacia 1200 a. C.
Hattusa -.
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Los primeros vestigios
y templos y una ciudad
complejo religioso de
se remontan al il milenio a. C., aunque no fue hasia el reinado de Hattusili I cuando se convidió en capital del lmperio Antiguo. Constaba de una acrópolis con palacios
baja con viviendas; to-
20.000 m'. Se accedía
do ello rodeado por murallas y montañas, En el lmperio Nuevo creció y fue modificada: la acrópolis pasó a ser un palacio y la ciudad baja albergó un
a través de cinco puer-
tas, decoradas con esfinges, leones o dioses guerreros. Un túnel de
2 km conducía desde el interior de las murallas al exterior.
Hama
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'JHoms
Q Damasco
En 1812, el viajero suizo
Johann Ludwig Burckhardt, el descubridor de Petr4 describió que en
Hama (Siria), incrustadas en la pared del bazar,habia unas piedras grabadas con unos jeroglíficos que no eran egipcios. La población local desconocía su ori-
gen y les atribuía pro-
contraban rambién los hititas, especialmente Shuppiluliuma, del que se conse rva una
misiva alfaraón Amenhotep IV para felicitarle por su reciente nombramiento. Ade más del contenido histórico, estas cartas revelaron algo aún más sorprendente: todas estaban escritas en acadio, la lingua franca de aquel tiempo, excepto dos, que lo estaban en un idioma desconocido que pasó a denominarse lengua de Arzawa. El misterio de esta nueva lengua se resolvió con el segundo gran descubrimiento, el
piedades curativas al tocarlas. Posteriormente se hallaron jeroglíficos similares en Alepo (Sir¡a) e lvriz (Turquía),
Pese a no haber sido traducidos, en 1880 el historiador inglés Archibald Henry Sayce atribuyó su autoría a los hititas. En 1947 se comprobó que era'cier-
to, al hallarse una inscripción bilingüe en jeroglíficos hitita y fenicio,
este último un idioma conocido. Se descubría, además,
que los hititas utilizaron tanto el sistema
jeroglífico como el cuneiforme.
de la capital del Imperio hitita, Hactusa, arrasada hacia 1200 a. C. a consecuencia de los disturbios provocados por los Pueblos del NIar, de los que poco se sabe. La primera noticia sobre la ubicación de Hattusa data de 1834, cuando Charles Fleix N4arie Teixier, un arquitecto y explorador francés que se encontraba en la localidad turca de Boghazkoy buscando el antiguo asentamie nto romano ARQUEOLOCIA
59
El mundo
hitita
T LA FAMILIA REAL
*ffi# lSrill?i'3;"xil:ilffi de conflicto casi constante con sus vecinos, una de las obligaciones de la corte hir ta era la diplomacia, tal com
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se encontraba la nobleza
(que
El rey Sulumal¡ ofrece una tibación. Balorretieve.
durante el lmperio Antiguo formaba la asamblea llamada Panku) y los funcionarios. tre estos últimos destacaban los gobernadores provinciales, que informaban directamente al rey de los asuntos que ñían a cada
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comunidad
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metales
preciosas en
;ilL::J:'.5:ñ:5J;:.,
L|MITADA que los esc avos fueran simhitita ples posesiones, sino que dis(el f rutaban de algún derecho. ttecam- r Los MtL DtosEs y Como resultado de varias influencias culturales a lo largo de mucho tiempo, a religión
EScLAvtTUD La base de la economía la constituían ia agricultura rey era el propietario de la rra pero podia cederla a bio de ciertas prestaciones) la ganadería, Asimismo, desde muy temprano se establecie-
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ron centros y rutas comercia- hitta contaba con divinidades les para redistribu r autóctonas y otras muchas (sobre todo estaño), maderas añadidas, Esto la llevó a ser o piedras (tanto conocida como la religlón de como para la construcción). os mil dioses. Entre sus parExistió la esclavitud, pero ticularidades, cabe señalar
:Xi:J;
l,"Ji::1ff,:i:il:
un dios (en algún caso pudo ser divinizado tras la muerte, nunca en vida), pero sícomo un escogido por los dioses, la persona a la que se debía culpar de cualqu er mal del pais, Era el encargado de realizar los más importantes ri-
CJ
tuales, en los que el más mínimo error o descuido, consciente o inconsciente, se creía qr,e podía acarrea. re.r'bies cas[igos pa.a toda la corunidad. En algunas desgrac'as, a sabiendas de que é no había cometido ninguna falta, debra irdaga' cuá había sido y quién la habia cometido. Su búsqueda no se limitaba al mundo de los vivos, sino
que tambrén podia iratarse de un pecado cometrdo por un antepasado, no resuelto y heredado por é1,
ckler, del Institr,rto Arclueológico Alemán. Los resultados fueron espectaculares: descubrir-niento de impresionanres puerras decoradas con hermosos relieves, del Palacio Re al v de nn gran nirnero dc ternplos v edificios públicos, se sumó el más increíble e importante hallazgo, el de un archivo corr más de diez rril tablillas. Para sorpresa de los investigadores, las tablas reslrltaron estar redactadas hasta en siete ler-rgnas diferentes, rodas en sistema cuneifome. De estas siete, sólo tres podían ser leídas v traducidas sin dificultad: el acadio, el sLturerio ), el hurrita. Los doculnentos ¿11
de Tavium, halló los resros de unas ruinas de un estilo arqr-ritectónico cornpletamente inr-rsual 1', desde Iuego, en absoluto rotrlano. Las primeras excar.'acicines en Hattusa, sin embargo, no se llevaron a cabo hasta 1906, bajo la dirección del profesor Hugo \\rin60
ARquEoLocÍA
Los guerreros Entre los siglos xtv y xn a. C., el ejército hitita fue el más temido de Oriente Próximo. o o
o 6
Desde Ankara se organizan visitas guiadas hasta las ruinas de Hattusa y Yazilikaya. La excursión ocupa todo un día, dado que los restos arqueológicos están situados a 200 km de la capital turca. lnf.:
I
EL CARRO DE GUERRA La gran baza de los hittas
o
e caTTo de combate, más pesado que el de sus oponentes, Su función era embestir las líneas enemigas, Podía estar tripulado por tres soldados: un conducto¡ un escudero eTa
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'ó
www.turkey travelplanner.com
Museo de las Civilizaciones Anatolias. Ankara. Posee la mayor co-
Cola de cabello para
'l a:-i .-../
proteger la nuca.
leccrón de objetos hititas del mundo. Más inf,:
www.kultur.gov.tr
.:..rt
Pergamonvordeasiatisches Museum. Berlín,
T SOLDADO DE INFANTER|A Una unidad de diez soldados prestaba apoyo a un carTo de combate,
Se conservan copias en yeso de los relieves rupestres del principal santuario hitita, Yazilikaya.
BERNABÉ, PEDROSA,
A. y ÁLVAREZ J. A. Hisfo-
ria y leyes de los l¡ftifas. Madrid: Akal Oriente,2000. eavce,l. El reino de los hititas. Madrid: Cátedra,
2001. euR¡¡ry, O. R. Los
ñl-
fifas. Barcelona: Laertes, 1 990. F, MAcouEEN, J. G. The
escntos en es-
tos tres idiomas fueron sLrficientes para que \\Iinckler pudiera afirmar sin ninguna duda que la ciudad exhumada no era otra que Hattusa. Las tablillas en sllmerio, acadio v hurrita, no obstante, conformaban sólo una pequeña parte del hallazgo. El grueso de la documentación estaba escriro también en sistema cuneiforme, pero en otras cuatro lenguas desconocidas. Una de ellas se descubrió más tarde; era una lengua del sustrato local. el hatti. De las otras tres. en un prilner tTrorrento, sólo pudo deducirse que
parecían constituir diferentes dialec-
-
tos de una misma lengua indoeuropea, aquella que \:a se había bautizado como lengua de Arzau'a. No fue hasta 1914, molnento en que el filólogo checo Bedrich Hroznv enrró a fomrar
parte del equipo del profesor \\¡inckler, cuando se realizó la primera traducción de un idioma que va se podízr afirmar que era el hitita. Con ello, toda la documentación recuperada de las excar.aciones podía ser interpretada: aparecía la historia de los hititas contada por ellos n-iismos. LJn pueblo renacía definitivamente del olvido.
Hittites and their contemporaries in Asia Minon Lon' dres: Thames and Hudson, 1986.
Minos La primera cilización griega, cuna de la leyenda del minotauro,
se creyó un mundo de fantasia. Hasta que en el siglo xx enormes palacios fueron excavados. por Belén Romero
asta el siglo xx, defender la existencia en la región del Egeo de
tencia de los palacios; N,linoico Nledio (2100-1600 a. C.), que se inicia con la aparicrón en -)-Cnosos de una cerá'*r=-1, mica polícroma con ,-! rnotivos rojos y blan' cos sobre un fondo oscuro; v Nlinoico Reciente (1500-1,{50 a. C),
una civilización anterior a la gnega atcalca efa una cuestión espiU'
nosa. Y es que hacerlo suponía dar credibilidad a una
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hipótesis sin más "ciencia" que la \
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o.
que aportan textos más tributarios de la
fantasía Í
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y la leyenda que
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de la historia. Sin embargo, y aun a falta de pruebas, un arqueólogo convencido de la veracidad de los relatos de Hornero decidió hacerse suva esa misión, a la que dedicó vida r-fortuna. Poco después, ese polémico arqueólogo, de nombre Heinrich Schliemann, se convertía en un pionero al proclamar que en la isla de Creta podía estar enterrado un eslabón perdido de la historia del mar Egeo. No obstante, Schliemann, más conocido por el descubrimiento de Tioya, no pudo hacer uso de su olfato y excavar en la isla, ya que por aquel entonces estaba sornetida al
N
yugo turco. Habría que esperar doce años después de su lnuerte, a 1900 y a la indepen-
at
t¡¡
z,
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dencia griega para que otro arqueólogo obstiJ
nado, el británico sir Arthur Evans (18511941), diera con los restos de esa civilización desconocida, a la que en honor al rey de Creta Nlinos bautizó con el nombre de rninoica.
c¡
donde aparecen los segundos palacios, \-a que los primeros se vieron destruidos en 1700 a. C. por un fuerte seísrlo.
Su descubrimiento abría la veda al esrudio de la Edad del Bronce en el Egeo.
LA CRETA PAIACIAI
La civilización minoica se explica, ante todo, por escos palacios, sin
ZflNA
lsla de Creta.
No existe acuerdo acerca de s egaron L
a colon zar otras islas. PERíODO
Se inicia en
2600
a. C. En-
tre los siglos xv y xtv a, C, se
produjo el declive por causas aún no aclaradas, quizás una inva-
sión desd'e la Grecia continental o quizá la explosión de un volcán.
E0rFrcr0s c0r0sArEs
Los trabajos del inglés en la isla fueron muy provechosos: en poco más de diez años emergieron de la tierra construcciones cuya es-
parangón en el mundo griego. De momento, se han rescatado cuatro principales: el de Cnosos en el norte, el de Festos en el sur, el de Malia, excavado desde 1921 por la Escuela Francesa, v el de Zakros, que probable mente dependía del de Cnosos ,v cuvos rrabajos dirigió a partir de 1961 el prestigioso profesor cretense Nicolás Platón. Considerado el referente en la arqueología minoica, a él se le debe una segunda propuesra de cronología basada en cuarro períodos: Prepalacial (2600-2000 a. C.), Palacial Antiguo (20001700 a. C.), Palacial Recienre (1700-1400 a. C.) y Postpalacial (1.100-1100 a. C.). Numerosas son las misiones que han excavado en el territorio estrecho y alargado de la isla de Creta. Los hallazgos han puesto de relieve el innegable parenresco que rnanrienen entre sí esos cuatro palacios principales. Sin murallas ni forrificaciones defensivas, se organizan alrededor de un patio central rectangular (de 50 por 22 metros de media), en tor-
no al cual se abren pórtic<ls columnados o escaleras monumentales. Pavimentados con losas de piedra, las paredes interiores aparecen decoradas en muchos casos con frescos
tructura y ornamentación rompían con todo lo conocido. Se trataba de unos edificios descomunales en los que Evans vio auténticos palacios reales. El arqueólogo planteó una
de colores sobre motivos de la naturaleza, \a vida marina o la celebración de especráculos
posible cronología de esta civilización e n función de estas construcciones: Minoic<r Antiguo (2600-2100 a. C.), anterior a la exis-
taurinos, que se desarrollaban en el patio central: núcleo no sólo organizativo, sino probablemente de relación social.
62
ARquEoLocÍA
Escultura de la deยกdad mรกs representativa de la cยกvilizaciรณn minoica, la diosa de las serpientes. ARQUEOLOGร A
63
Tras sus huellas Además del de Cnosos, situado en el norte, en Creta se encuentran los restos de otros tres grandes palacios.
Palacio de Malia Construido hacia 1800 a. C., fue destruido a causa de seísos, como los otros palacios, en
1700yen 1450a.C. De las ruinas, destaca un pequeño santuario en cuyos pilares se puede contemplar el símbolo religioso minoico, el hacha doble (/abrys, en griego).
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Festos HagiaTriadat c'
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Palacio de Zakrus
Las excavaciones del arqueólogo italiano Halbherr a partir de 1900
Descubierto en 1961 por Nicolás Platón, fue construido en I700 a. C. y destruido en 1450 a. C. Fue, con toda probabilidad, un núcleo de intercambio con el Próximo Oriente, gracias a su emplazamiento en el extremo este de la isla. Fue uno de los pocos sitios que no sufrió ningún pillaje a lo largo de los siglos.
han dejado al descublerto dos palacios en Festos. Los vestigios del primero (1800-1700 a. C.) son todavía visibles, aunque la mayor parte de las ruinas corresponden un segundo palacio, afectado hacia I450 a. C. por un nuevo seísmo. La superposición de tos restos de ambas cons- r-:. -!--. t.:''=. . trucciones hacomplicado mucho ffi*1:¡-.---..i¿..-+,. interpretación del t: i. ::l
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Palacio de Festos
la yacimiento. b
En la página siguiente, fresco de los delfines del Salón de la Reina del
Palacio de Cnosos.
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En el ala occidental suelen aparecer, asimismo, una amplia zona de almacenamiento, una serie de pequeños recintos, seguramente dedicados al culto religioso, y los talleres, destinados alaalfarcría o a la fabricación de vasos de piedra. Cabe destacar que la mayoría de las estancias, que se reparten en dos y a veces tres pisos, en función del palacio, cuentan con grandes tragaluces para su ventilación e iluminación. Y lo que dejó estupe-
factos a los investigadores: los palacios están dotados de una red de saneamiento impecable, formada por unsa tuberías de terracota que recogían las aguas sobrantes y funcionaban a modo de alcantarillado. 64
ARQUEoLoGÍA
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Todo ello hace pensar en un alto grado de organización y desarrollo, aunque lo cierto es que el aspecto que ofrece un palacio minoico es, sobre todo, el de un laberinto de habitaciones, antesalas, vestíbulos, corredores y pasadizos que se interponen de manera asimétrica y confusa. Como en el mítico laberinto de Ariadna y el minotauro. Et
TABERINTO
flEt
MINOTAUR(¡
Cuenta la leyenda que el rey de la isla y del Egeo, Vlinos, ocultó en un laberinto al hijo bastardo que su esposa, Pasifae, había conce-
bido con un toro blanco. Mitad hombre mitad toro, se alimentaba de las ofrendas de
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carnc hur.nenir clel subr-ugirdo pueblo ateniense. Sus r'íctirlas r-norían deloradas rllLlnca conseguían salir ccln vicla clc su guaricla. IIasta la Ilegada del gran Tcsco. el rev cle Atcnas. El \lonirrcir no sólo consigtrió nrtttar al rrinotauro r librar a Aren¿ls del vugo cretcnsc. sirro que taurLliór-r ptrdo abar-rclol-rar fii-
cilncr-ltc el lirbelir-rto rehacierrdo el calrir.lo. gracias a un hilo rlue le había facilitado '\riaclrrrr. lri.jrr rlcl lcr \[irrt's. l,as referencias a csta lcr-encl¿r se multiplican poi: cloqtrier en la r-navorí¿r cle escen¿ls cretcnscs! especialmente cn los legcnclarios co-
rrcclores l¿rberínticos de los palacios, crrr-zr trLl ctrl ra v fu r-rc i o n al i cl a cl s i gu c m o ti \'¿1n cl o
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cliscusiones acaloradas. ¿Para c1uó serr'ía el ¡ralacio? ¿Qtrién lo l-rabitabar
L,l hallazgo cle habitaciones de all-n¿rcenanliento pirla matcrias ¡rrinras r- rrlir.ne ntos, así cclr-no cle
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Pórtico escalonado.
Palacio de Cnosos Sir Arthur Evans halló la joya arqueológica de Creta:
un palacio de veinte mil metros cuadrados. Cuando Evans inició los trabajos en Cnosos a princlpios del siglo xx, dio con los restos de un palacio que, construido en I800 a. C., seguia la estructura de un palacio anterior datado en 2000 a. C. Destruido en 1700 a,C. por un seísmo, sus ruinas aún muestran la magnificencia de esa construcción. Su superf icie se estima superior a los 20,000 m2, por lo que casi dobla la del resto de palacios hallados en la isla.
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T TRES MIL HABITACONES
Formado por más de tres mil habitaciones, cuenta con dos patios, uno al oeste y el otro en el centro, acuyaiz' quierda y derecha se levantaban las dos alas principales: la occidental, con tres pisos de altura, y la oriental, con cinco.
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En la página siguiente, el
arqueólogo británico s¡r
Arthur Evans, el
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principal explorador del palacio de Cnosos
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FRESCOS
La Gran Sala del Trono está presidida por el asiento real de alabastro, flanqueado por una pintura mural en la que dos grifos protegen al Rey, El Salón de la Reina, por su parte, está adornado por el famoso fresco de los delfines. En el pasillo de la procesión las pinturas representan a más de
500 personajes
a
ta-
maño natural.
r áplr-lclo? La tesis de Evans de que Cnosos era un palacio no la comparten todos los investigadores. Para Hans Georg Wunderlich, por ejemplo, era una
construcción funeraria y las famosas bañeras serían, en realidad, sarcófagos. Por ello, además, el material principal de construcción fue frágil yeso y
El pasillo de la procesión, pintado con lrescos donde aparecen más de 500 personaies de tamaño natuml,
no alabastro.
quito. No obstante, para algunos estudiosos, como D. Faure, los palacios eran en realidad santuarios o monasterios, mientras que los monarcas residían en otros edificios próximos más modestos (de esm manera, junto al Palacio de Cnosos, por eje mplo, se halla el
des palacios podía funcionar como una unidad administrativa territorial, con un área de influencia de entre 1.000 y 1.500 km'z. Pero ¿por qué el de Cnosos es mayor que el resto? Sus dimensiones, su esplendor arquitectónico y decorativo y su misma ubicación apuntan a que, al menos en determinados períodos del u minoicas
han encontrado cerámicas en Egipto, por lo que se deduce que este pueblo comerció con el valle del Nilo Se
Pequeño Palacio, con el cual está unido por una calzada pavimentada). En todo caso, de lo que no cabe duda es de que el palacio era un centro con funciones políticas, económicas y religiosas de alto nivel. Separados por una media de unos 35 o 40 kilómetros, cada uno de los cuatro gran66
ARqUEOtOGÍA
milenio a. C.,
Cnosos
ejercía el control sobre toda Creta. Una tesis de unificación política que, aunque no cuente con muchos adeptos, podría explicar la ausencia de murallas y una hipotética falta de enemigos. CflN ET EOEÍ¡ BAJfl CflNTRf¡T
La potencia minoica no contaba con rivales. Al menos en el mar, del que eran soberanos.
[a Gran Sala del Trono, con un asiento rual de alabastro flanqueado por
una
pintura mural en la que dos gdfos protegen al Rey y con bancos para el consejo real.
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Sala de las Hachas de doble filo. Ia estancia, decorada con este símbolo, era la recepción
principal del palacio.
Patio cenlral.
El Salón de la
Feina,'
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adornado con un fnsco' de delfines y con terraza y sala de bañ0.
Sus naves, que surcaban sin problemas el Mediterráneo, controlaban las rutas comerciales en la cuenca del Egeo, por lo que muchos historiadores han utilizado para Creta el concepto de "talasocracia" (gobierno de los mares). [Jn concepto al que, de alguna forma, también se refirió el historiador griego Tücídides (455-400 a. C.), quien en sus crónicas se refiere al rey cretense Minos como al "más antiguo en poseer una flota y en conquistar el dominio del mar que hoy es griego; implantó su dominio en las [islas] Cícladas e instaló colonias en casi todas ellas". Aunque no hay base arqueológica que apoye esa tesis colonial, sí están probados, por ejemplo, los contactos con Egipto, ya que se han encontrado cerámicas minoicas en el delta del Nilo y algunos escarabeos egipcios en Creta. Asimismo, han aparecido cerámicas
minoicas en Chipre, Siria y diversas islas de las Cícladas, donde se atestigua algún pequeño esra-
blecimiento cretense. La riqueza minoica y su predominio comercial marítimo no sólo reposaban en cerámicas u otras piezas de orfebrería,
sino también en materias primas y productos varios, como la madera, el vino, el aceite y las telas que inrercambiaban por cobre de Chipre, lapislázuli de Palestina, esraño de Anatolia o alabastro y oro egipcios. llE N(lBTES Y CAMPESINfls
Aunque ni los restos de escritura ni la misma arqueología han ayudado a precisar cuál fue el sistema social en Creta, las cons-
trucciones y tumbas inducen a pensar que ARQUEoLoGÍA
ó7
La escritura r
minoica r
S¡N DESCIFRAR
Tablillas de arcilla, sellos y graffitis diversos evidencian el uso de la escritura en la sociedad minoica, El primer sistema conocido es una sucesión de ideogramas que el arqueólogo sir Arthur Evans denominó jeroglificos y quer aunque no se han descifrado, se cree que fueron utilizados para regis-
tros administrativos (20001600 a. C.). A éste cabe ct
EI
a e
añadir un segundo sistema silábico llamado lineal A (19001450 a. C.), con 75 signos diferentes que también continúan siendo un enigma.
Et DISCO DE FESTOS
Entre los descubrimientos más sonados destaca el del arqueólogo italiano Luigi Pernier en 1908: un disco de ar-
cilla de 'l 6 cm de diámetro con ambas caras escritas con caracteres jeroglÍficos que se desarrollan en espiral. Conforman un total de 242 signos que, a su vez, componen 61 palabras, Fechado entre 1 450
y 1200
a. C., sesabe que el texto se confeccionó con 45 cuñas diferentes y que se leía de derecha a izquierda. Su contenido, sin embargo, permanece sin descifrar.
sólo en Cnosos, el sistema lineal B (14501400 a. C.), que sí pudo ser descifrado en 1 953 por el joven arquitecto inglés Michael Ventris. Autor.junto a John Chadwick de Documentos en la Grecia Micénica (1956), descubrió que la lineal B es un dialecto griego predórico adoptado por los micénicos que no sobrevivió a la caÍda del mundo palaciego de esta
1a
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tA ¡MPORTANCIA DE tA MUJEH Otra lectura interesante es la que ofrecen
palacio.
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los hallazgos de objetos cotidianos, los testimonios pictóricos y, muy especialmente, los sellos y las figuras de terracota, entre las que destacan las de la diosa de las serpientes. Lln emblema único de esta civilización que parece evidenciar un cierto predominio soci4l de
JUEGf¡S TAURINf¡S
L
Aba¡o, terracota
decorada con una escena de
sacrificio r¡tual (Hagia Triada). En la página s¡gu¡ente, arriba, sala
restaurada del Palac¡o de
Cnosos, Aba¡o, rec¡piente ritual en forma de cabeza de toro. at
l¡¡
o
N
CJ
usos literarios ni religiosos, sino meramente administrativos (i nventarios, catastros, censos, recuentos de cosechas y rebaños,..),
mujer, tal v como ya atestiguó sir Arthur Evans a principios del siglo xx. En la actualidad, esa tesis no cuenta con el apoyo unánime de la comunidad científica, aunque algunos arqueólogos insistan en ella. Es el caso de 1a inglesa Jane Hellen Harrison, para quien la civilización minoica es además un
existió una nobleza y una masa campesina que vivía organizada en pequeñas aldeas o ciudades, como la de Gurnia, en el golfo de Mirabello, al nordeste de la isla. Ampliamente excavada, era una comunidad agrícola formada por unos setecientos habitantes. Sus casas aparecerl ofganizadas en bloques irregulares separados por callejones pavimentados, con un pequeño palacio y un santuario en el centro. Dentro de ellas, la disposición de las estancias sigue el mismo patrón que el de un palacio: todas aglutinadas en torno a un núcleo central.
u¡
última civilización. Las tablillas
e inscripciones, como las halladas en flilos en 1939 y en Micenas en 1952, evidencian que el lineal B no tenía ni
claro ejemplo de matriarcado. Sea o no cierto, lo que sí atestiguan de ma-
nera ecuánime esas representaciones femeninas de las diosas de las serpientes (sacerdotisas, reinas o sólo señoras) es la importancia del culto religioso, tema central de muchos de los frescos que decoraban las paredes de
Además de las efigies femeninas que recuerdan el culto a la diosa, también conocida como la Gran Dama del Laberinto, es evidente el peso crucial que tiene el dios-toro, evocación de la leyenda del minotauro. A él se le dedicaban ceremonias y monumentos, como el imponente monolito en forma de dos grandes cuernos de piedra situado en la vía procesional de Cnosos. Pero no sólo eso. A juzgar por los coloridos murales del Palacio de Cnosos, el toro también era el anfitrión indiscutible de las fiestas populares, gracias a los juegos taurinos que ponían a prueba el valor de los jóvenes. La celebración de las tauromaquias en los patios sugiere nuevamente la idea de palacio como lugar de culto. Aunque no sería el único: se han hallado gran cantidad de figuras de terracota que, a modo de ofrenda, eran depositadas en cuevas y grutas sagradas lejos de
6s
ARquEoLocÍA
Las estancias del
Palacio de Cnosos están abiertas al público, Dado el enorme tamaño del recinto la visita se puede prolongar hasta cuatro horas, Para llegar a Creta, la isla cuenta con dos aeropuertos internacionales (en Khania e lráklio). Desde el puerto de Pireo, en Atenas, un ferry enlaza con lráklio (el trayecto dura quince horas).
Museo de lráklio.
los palacios. Se trata de santua- f ,. hecl-ro suponer un dor-nir-rio rios apartados situados cerca de \ ¡,-:"-=1r_:i$. -,/ que. en todo caso, no duró las cimas de montañas v colinas.\' j*'¡igii'ffir.,6f mrrcho (aprorimadarnenre e nrre \ a menos de una hora caminando 1-150 r' 1380 a. C.). Lo qr,re sí se **$WW$$INEJ -'..J de los asentar-nientos. Activos dusabe con seguridad es que el Palaranre rodo el Nlinoico NIedio fk\SN}fu..W cio de Cnosos ardió por esa época, (2100-1600 a. C.), casi suman una quizá como consecuencia de una re-
Alberga hallazgos minoicos de toda la isla como el disco de Festos, la diosa de las serpientes o el
sarcófago de Hagia Triada, además de
piezas del período Neolftico.
ntssNnülffi
cincuentena'aunquenotodostie-w{Wr'uel¡acontralosconqrristadores.
nenelmismopeso.Entreellos,wtftü|^\esateoríacabesunrarleunaSedestacaeldelaCueuadeCa,rlar.s.wFFgu'-'a,'ro'palaciossedestrrtr'erona en el monte Ida, vacimiento que des- .fl causa de una erupciór-r del lolcán Santotaca por la calidad v cantidad de vesti- [ rín. Las ercalaciones que el profesor griego gios de cerámica que se han hallado Spvridor-r \larinatos ller'ó a cabo en Akroriri -|lp bajo las gruesas capas de ceniza de $.. (Thera-Sanrorini) sacaror-r a la luz Lln \¡alos fuegos rituales. !lcimiento espectacular v la certeza de que LA HIP0TESIS DEt
FIN
Como ocurre con talltos otros detalle s sobre esta civilización, el final esrá envuelto en la neblina. Que el poder n-rinoico entró en una
una treutenda explosión a mediados del segundo milenio traUia ¿ividido la anrigua isla de Tera, al norte de Creta, en rres partes (hol Tera, 'lerasia r- Aspronisi). Según Nlarinaros. cluien consagró su vida al r-acimienro donde
derrumbe
qué provocó el [H:";;:,':;".';;:1,1: fe de la CiViliZaCión minOiCa. Se Cree que pUdO podría haber generado ser debido a la explosión de un vol¿án lJ,'.'Jr'"Ti",i',:'l'lf il1'lSe desconoce
^
etapa de decadencia a parrir del siglo xv a. C. es una tesis que nadie disct¡te gracias a las pruebas que aporta la arqueología. Sin embargo, sí son discuribles los rlotivos. ¿A qué se debe el fin precipitado de esta civilización?
dimiento minoico. Fuera por culpa de una guerra o de un volcán, lo cierto es que la cir.ilización del legendario rev Nlinos vio precipitado su fin para dar paso a Llna nueva época que va no tendría corno epicentro una isla, sino la Grecia del
A la vista de las turnbas de guerreros con arnas )¡ armaduras, algunos historiadores l-rablan de conquista por parte de la continental
continente. El fin de la civilización de los minoicos dio paso a la de los griegos nicénicos v determinó la ruina de Creta. Su prota-
N{icenas. LIna inte rpretación que corrobora la
gonismo histórico quedaba así relegado a un segundo plano, que sólo la arqueología recuperaría muchos siglos después.
presencia de nuevas formas de cerárnica llegadas desde la península griega v que han
BoARDMAN, J. ¿os
griegos en ultramar: comercio y expansión colonial antes de la era clásica. Madrid: Alianza, I975. Hree rrus, R. A.
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Greek Bronze Age. Londres: British Mu-
seum,1970.
The British Schoo/ Athens. www,bsa.gla.
acuAk¡tossos/ vrtour. html
af
Etruscos Aunque conocido desde hace siglos, este pueblo antecesor de los romanos sigue envuelto en el misterio. por Marta Font
cerámicas, armas y estatuillas de bronce que se asemejaban enor-
lrededor del valle del río Po apareció una civtlización que rivalizó con el Imperio romano y el munt) tr¡
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4
do helenístico. Extendió redes hacia el norte y parte del centro-sur de la península itálica creando Etruria, una potencia económica, comercial y cultu-
ral que ha
dejado
múltiples rastros arqueológicos de su existencia. Aun así,
memente a los posteriores vestigios etruscos. Quizá
sus
--
origen exacto de esta civilización aún es mo¡i-
-z
vo de controversia.
se convirtió en una región más del lmperio ro-
Fuen¡es antiquísimas se hacen eco del interés que el pueblo etrusco suscitaba entre los estudiosos, precisamente por el halo de misterio que rodeaba sus orígenes. Historiadores griegos v rornanos ya empezaron a lanzar sus propias tesis, como fue el caso del griego Heródoto, que en sus HisÍorias planteó la posibilidad de que los etruscos fueran en realidad emigrantes del Asia N{enor, concretamente de la región de Lidia. Se justificaban así los aires orientales en algunas de sus vasijas y pinturas y sobre todo su repentina aparición y rápida expansión. Una tesis similar sustuvo Helánico de Lesbos, quien teorizó que eran un pue blo nómada proveniente
mano,
del \4editerráneo oriental.
201'¡A
TTEGADf¡S DE (¡RIENTE
Norte y centrosur de la peninsula itálicd.
Contradiciendo las anteriores teorías orientalizantes, Dioniso de Halicarnaso propuso la tesis "autóctona", es decir, que los etruscos
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el pueblo etrusco sigue envuelto en el misterio: Mucho antes de que el Imperio romano
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empezara a formarse, un pueblo guerrero -v con gran variedad de recursos comenzó a desarrollarse en la actual región italiana de la Toscana. Los etruscos, también denominados tirrenos, iniciaron una expansión terrirorial v política que los situó como porencia hegemónica del norte y centro de la península itálica entre los siglos rttt y v a. C. Vivieron a caballo entre los griegos v los romanos; de los primeros fueron imitadores y herederos, de los segundos resultaron los educadores y casi padres. Su poder se refleja en la gran cantidad de yacimientos arqueológicos esparcidos por toda Italia, y en las exquisitas representaciones artísticas y objeros cotidianos que se encuentran en las tumbas. Los etruscos, desde hace siglos, han sido un codiciado objeto de estudio por sus peculiaridades culturales, que muy poco tenían que ver con los pueblos que les rodearon. UN flRIGEN INCIERT(I Los antecedente s de la
cultura etrusca deben buscarse quizás en la cultura villanoviana. Esta última está representada por cien tumbas, descubiertas casulamente por Giovanni Gozzadini en 1853, en el pueblo boloñés de Villanova de Castenaso. En ellas se encontraron vasijas de arcilla de forma bicónica, objetos ornamentales del difunto allí sepultado, zo
ARquEoLocÍA
los antecesores autóctonos del pueblo ') tirreno, aunque el
sus orígenes son motivo de controversia y su lengua continúa sin descifrar.
ct,
se
habían encontrado
Épocn La civilizac on etrusca se ex-
tendió aproximadamente entre los s glos vttt
y
a. C. En
40 a, C, Etruria
eran los pobladores indígenas de la zona, pro-
tagonistas de una rápida y fructífera evolución política y cultural. Durante siglos se han ido manteniendo estas opciones y se han añadido otras, como el posible origen de los etruscos enla zona de Retia, en la meseta suiza situada al norte de I río Po. Hoy en día las tesis actuales no difieren mucho de éstas. Por un lado, hay autores que mantienen las teorías orientales y otros que abogan por el origen indígena de los etruscos como evolución de los autóctonos villanovianos. Es probable que la respuesta esté en una mezcla de ambas. Los pobladores indígenas
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¡{s{,F'r Figura de flautista peñeneciente a un fresco de la Tumba de los Leopardos, en Tarquinia. Pr¡ncipios del siglo v a. C.
ARqUEOLOGIA
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Arr¡ba, Tumba de los
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el siglo rv a. C. Junto a estas líneas,
balsamario de cerámica con forma de guerrero a caballo. CJ
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ARquEoLocÍA
de la zona podrían haber recibido fue rte s influencias de Oriente gracias a los numerosos intercambios comerciales con las colonias griegas y fenicias establecidas en el sur de la península itálica v en las islas de Córcega, Sicilia v Cerdeña. Fueran cuales fueran sus orígenes, todos los etruscólogos coinciden en señalar el carácter de esta civilización mediterránea, que va se intuía especial mucho antes de su etapa de auge y esplendor. Et
ESPTENf¡f¡R
La etrusca era una civilización excepcionalmente hábil en el comercio v artesanado, con una alta sensibilidad artística abierta a todo tipo de influencias y un dominio del arte de la guerra que la hacía tremendamente poderosa. Este carácter versátil propició que su expansión fuera rápida y profunda. Los primeros ase ntamientos de la civilización etrusca están datados a finales del siglo IX a. C, en el territorio comprendido entre los ríos Arno y Po, en la actual Toscana. Su evidente superioridad, tanto cultural, comercial y militar, en relación con los pueblos vecinos propició que se lanzaran a la conquista de los territorios de su entorno mediante la creación de enclaves a imagen y semejanza de las ciu-
Tras sus huellas Por todo el norte y centro de la península itálica se han desenterrado necrópolis etruscas. Este tipo de construcciones han aportado prácticamente toda la información de este pueblo. Tuscania Fue la ciudad que mejor resistió la crisis en que quedó sumida Etruria a finales del siglo rv a, C. La más fabulosa de las tumbas excavadas es la conocida como Dado, réplica de una típica casa de la clase acomodada.
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Spinafof Bolonia
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Taquinia La colina de Monterozzi, donde se ubicó la necrópolis, alberga más de 200 tumbas decoradas con frescos de escenas cotidianas de la vida del difunto, juegos, bailes, banquetes, batallas o cacerías. Así, encontramos la Tumba de los Augures, con figuras que representan a adivinadores y luchadores; la Tumba de las Leonas, que debe su nombre a las figuras de dos leonas en la pared principal del sepulcro; o la Tumba de laCazay de la Pesc4 en Ia que representaron escenas de aves y peces en el momento de su captura.
¿lólJf' '
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volterra
V¡llanova de castenaso
Veio
Florertcia
Es la ciudad etrusca más cercana a Roma. Se conservan restos de la muralla, asícomo del santuario del Portonaccio. El más famoso hallazgo es la
J¿bArezzo lf,o TOSCANA lfoCortona
t$.'lo?F,r¡oni. Peru8ia .. CnlUSl -rÉ' ¡ -. " '¿.ll¡ Roselle -o Tuscánia Tarquín¡a
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ITALIA CAMPANlA Capua ¡lo
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Nola
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Gerveted Es famosa la Tumba Regolini-Galassi por los contenidos que se encontraron en el momento de su apertura, en 1836. Está situada en la necrópolis de Sorbo y, en ella, el general Galassi y el arcipreste Regolini descubrieron calderos de bronce decorados con figuras fe-
meninas y tesoros de joyería en oro como un pectoral, que se colocaba en el pecho del difunto con diversos grabados y relieves. También brazaletes y collares con diferentes tipos de filigranas y vasijas pulidas con el característico buchhero nero de la cerámica
etrusca, Todo ello hizo pensar que la tumba era de un miembro femenino de la elite social, o incluso de una regente, ya que también se encontraron restos de lo que podía ser un trono. En Cerveteri también se encuentra la necrópolis de Bandiiaccia (en la imagen).
estatua de Apolo, que orrgrnanamente se encontraba en el remate de este templo (hoy en el Museo Nazionale de Villa Giulia, Roma).
Las misteriosas estatuas De la escultura etrusca se han conservado diversos ejemplares rodeados de un aura enigmática, T Et sARcÓFAGo DE rOS ESPOSOS
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Se descubrió en una tumba de la necrópolis de Banditaccia, en Cerveteri, construida alrededor del año 520 a, C. Hoy dÍa puede verse en el Museo Nazionale de Villa Giulia (Roma). El sarcófago está construido en terracota y en la tapa se hallan representados dos esposos, apoyados en un triclinio (el asiento que se utilizaba durante los banquetes). Puede verse cómo la figura masculina apoya afectuosamente el brazo encima de los hombros de la figura femenina, acentuando así la alineación
equilibrada de las dos figuras, que siguen la característica tÉ pica del arte escultórico etrusco: líneas simples y rectas pero al mismo tiempo dotadas de cieda sensación de naturalidad y elegancia.
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LA OUIMERA DE AREZZO Esta figura de bronce, datada entre 380 y 360 a. C,, fue en-
contrada en 1 553 delante de la puerta de San Laurentino, en la ciudad
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de Arezzo, Mide 1,82 m de largo y representa a una quimera, mezcla de león, cabra y serpiente. Esta bestia salvaje, se-
gún la mitología romanar fue abatida por Bellerofonte, que cabalgaba con su caballo alado Pegaso. Es uno de los máximos exponentes del arte etrusco, y en el momento de su descubrimiento se convirtió rápidamente en símbolo del nacionalismo toscano, Actualmente se encuentra en el Museo Archeologico Nazionale de Florencia.
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L'ARRINGATORE
Ejecutada a finales del siglo tt o inicios del r a. C., en la etapa
de plena decadencia etrusca, esta efigie en bronce representa una figura masculina vestida con toga. En su parte inferior una inscripción lo identifica como Aule Meteli, un noble provenienie de Chiusi o Cortona, La pieza fue descubierta en los alrededores del lago Trasimeno, al sur de Cortona, La postura de la figurar con el brazo derecho alzadoy con la palma de la mano extendida sugiere cierto aleccionamiento, por lo que esta estatua es conocida como lAningatore, el orador.
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dades-estado griegas. Empapados de cultura helénica pero conscientes de su propia exis-
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tencia como civilización, se extendieron rápidamente por la península itálica hacia el nor-
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te, llegando a controlar los pasos alpinos, y hacia el este, alcanzando hasta el mismo lito-
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ral del mar Adriático. Por el sur, llegaron a ocupar la mitad de la región de la Campania,
dominio etrusco en Roma, en aquel momento habitada también por sabinos y latinos. Asimismo, se le atribuyen una serie de mejoras en la ciudad, como la construcción de la Cloaca Máxima y el Circo Máximo, un trazado más racional de las calles y cambios en las formas arquitectónicas de los templos. tAS DÍ¡CE CIUDADES
En la ciudad de Roma quizás existieron reyes etruscos que gobernaion sobre otros pueblos, como sabinos y latinos
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aunque el objetivo más tentador fuera la región del Lacio, con la presencia de la prometedora pero aún incipiente ciudad de Roma. En Roma, en 616 a.C., subió al poder Lucio Thrquinio Prisco, hijo de un griego emigrado a Etruria y miembro de una destacada familia de Thrquinia. Quizá se trate de un personaje legendario, Io mismo que sucede con los otros seis reyes que componen la primera monarquía romana, aunque los historiadores antiguos no dudaron en atribuirle fechas concretas y méritos. Con él parece que empezó e I ?4ARquEoLocÍA
Vlientras en la ciudad eterna se sucedieron diversos caudillos de estirpe
tirrena, el resto de Etruria,
cadavez más extensa, se organizaba en áreas te rritoriales compuestas por doce ciudades-estado. La más importante de estas ligas, y sede originaria de la estirpe etrusca, la formaban las urbes de Arezzo, Caere, Chiusi, Cortona, Perugia, Populonia, Roselle, Thrquinia, Veio, Vetulonia, Vulci y Volterra. En cada una de ellas gobernaba un lucumanes,
un miembro de alguna familia de la elite noble. Estas ciudades estaban unidas por vínculos sobre todo religiosos, no políticos, por lo que el predominio de unas sobre otras Íaravez se producía.
Las tumbas o monumentos funerarios, así como todo lo que se ha hallado en su interior, son los pilares de la etruscología, ya que poco se conserva de los templos y todavía menos de las construcciones civiles. Esto demuestra, según los arqueólogos, que para los etruscos la vida en la tierra era temporal y que, como los egipcios, creían que lo importante era construir tumbas fuertes y sólidas, llenas de todo lo que se podía necesitar para la vida eterna. De este modo, se encuentran las tumbas de cámara, excavadas en el subsuelo, con largos corredores con bóvedas falsas que llevan a la cámara sepulcral. Aquí se han hallado vasijas de metales preciosos, cerámicas y estatuas de bronce. El más célebre de este tipo de sepulcros es la Tümba Regolini-Galassi, en Caere. Otra tipología son las tumbas excavadas en la roca, muchas veces decoradas con frescos que narran momentos de la vida del difunto, como la Tümba de los Augures, en Tárquinia, ciudad de donde procede la mayor parte de producción pictórica rescatada de este pueblo. La apertura y estudio de las tumbas ha per-
mitido a los arqueólogos reconocer a los
etruscos como grandes artesanos. Las piezas de cerámica, fácilmente reconocibles por su intenso fondo negro, pulido y brillante, son fruto de un bruñido muy inte nso que demueStra su maestría. Además conocían a fondo el tratamiento de los metales, como lo de-
muestra la gran cantidad de piezas de orfebrería y platería, elaboradas con multitud de filigranas, qu€ utilizaban en sus ritos funerarios y depositaron junto al difunto. ESCUTTURA
La escultura fue una de las disciplinas más practicadas por los tirrenos, influenciada al máximo por las corrientes helénicas. Del período arcaico, en el siglo vu a. C, datan las esculturas más curiosas de aquella civilización: las tapas de sarcófago en terracota, En ellas aparecen las figuras de los difuntos y la más célebre de todas es, sin lugar a dudas, la de la Tümba de los Esposos, hallada en Caere. En el período clásico, el bronce tomó el protagonismo, y la Quimera, una de las piezas más conocidas del arte etrusco, encontrada en Arezzo, es un buen ejemplo de ello. NIás adelante, en la conocida como etapa he-
Escena de banquete, en la Tumba de los Leopardos de Tarquinia.
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nística, los bronces a tamaño natural de personajes públicos, esculpidos con gran variedad de detalles fueron las piezas preferidas por los artistas etruscos.
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4 En esta pág¡na,
recipiente
conocido como
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des tirrenas quedaron enormemente debili-
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tadas, hasta el punto de que, después de casi dos siglos de lucha, en el año 40 a. C, Etru¡ia se convirtió en la región VII del ya poderosísimo Imperio romano. Aun derrotados, las influencias de la rica v
A la fulminante expansión de la Etruria le siguió una lenta y agónica decadencia cuyo inicio puede marcarse en el año 509 a. C. con la caída del rey Tárquinio el Soberbio en Roma, expulsado por la nobleza qúe estableció la Repúb1ica. Más allá de un simple cambio político, significaba el inicio de una identidad latina que surgió en todo su esplendor siglos después, con el poderoso Imperio romano. A este prime r golpe se añadieron
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stamnos, con una escena de un guerrero y una mujer. En la página siguente, tumbas en forma de túmulo, en la necrópol¡s de Banditaccia (Cerveteril.
exquisita cultura etrusca determinaron muchos aspecros de la vida social y pública de los romanos. No fue el caso de su lengua, impenetrable , cuyos orígenes y
secretos siguen todavía sin descifrar. IlESCUBRIMIENTfl
El interés por el mundo antiguo v por el cole ccionismo de antigüedades que trajo consigo el Renacimiento llevó a un
resurgir de la culrura etrusca. El
descubrimiento esporádico
una serie de derrotas en diversas contiendas, como la sufrida en la batalla de Cuma (474 a. C) contra los ejércitos sicilianos y de la magna Grecia, en la que los etruscos perdieron el dominio de la Campania, o las primeras oleadas de invasores galos, que infligieron severos golpes a las ciudades situadas más al norte. La faka de cohe sión de las ciudades-estado etruscas y la ausencia de una unidad política clara pudieron favorecer el desmembramiento de Etruria. La puntilla final fueron las continuas guerras que se dieron desde el siglo v a. C. entre Erruria y Roma por el dominio de la región del Lacio. Las ligas de ciuda-
Aunque Annio de Viterbo manipuló a su antojo las fuentes y la falta de rigurosidad de sus teorías en seguida fue descubierta, lo cierto es que senró las bases de la etruscología gracias a su pasión desmedida por todo lo que rodeara a este pueblo. Contagió su em-
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Una lenzua indescifrable
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Con un alfabeto piíecido al griego, la lengua etrusca es un gran reto para los paleolingüistas, La lengua etrusca continúa siendo un enigma para los estudiosos. No está relacionada con la familia de las lenguas indoeuropeas, y las inscripciones halladas en las tumbas, que representan la única fuente posible de obtener información de la lengua hablada en Etruria, no han sido suficientes para poder aclarar del todo este misterio, Como mucho, se han podido descifrar nombres propios de personalidades políticas o religiosas,
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ARquEoLocfA
El alfabeto etrusco se compone de entre 20 y 26 letras diferentes, dependiendo del período. Es parecido al alfabe- I to griego, aunque las estructuras gramaticales no tienen ningún parecido. Después de la conquista romana de Etruria, la lengua etrusca cayó en desuso en favor del latín, La inexistencia de literatura etrusca o de inscrip-
de
tumbas y de inscripciones alimentó, en el siglo xv y principios del xvr, los escritos de reconstrucciones fantásticas de, por ejemplo, el padre Annio de Viterbo (1432-1502), que se arrevió a ligar la historia etrusca con las narraciones bíblicas, llegando a establecer que el pueblo etrusco tenía raíces semíticas v era descendiente directo delNoé del Génesis.
ciones bilingües continúa sumiendo a los paleolingüistas en el desconocimiento casi absoluto de esta lengua,
Mapa celeste y calendar¡o en forma de hígado de bronce, Siglo rrr a. C.
Dos necrópoliste vF sita obligada son la de Tarquinia (un auténiico mundo subterráneo) y la de Cerveteri (construF
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da como una ciudad de túmulos sobre tierra). Ambas están situadas a medio camino entre Florencia y Roma. Existen diversas empresas especializadas en itF nerarios por Etruria
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Mésinf.twww.fu iis-
matoscana,it
Museo Nazionale di Vílla Giulia. Roma Su pieza estrella es el sarcófago de los Esposos. Más inf.:
wwwarcheolo gia.benicultunli;Mp
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peño a otros estudiosos como Giorgio Vasari, que ahondó en la arquitectura y las arte s figurativas etruscas v relató el descubrimiento de la famosa Quimera de Arezzo en su obra Las tidas de lo-¡ ná¡ exce/ente¡ pirtlores, estultorer ), arquitecto-t. HACIA UN ESTUfl|O $ISTEMÁilC(I
En el siglo xvu se dio una segunda oleada de de la etruscología v se fundó en 1726 la Academia Etmsca de Cortona, que se rransformó en el centro principal de investigaciones. Además, el estudioso escocés Thomas ar,rge
ra profesional) en los grandes centros de la
ga elrusca como Caere, Roselle, entre otros.
La mavoría de vacimientos etruscos que han llegado hasta nuestros días consisten en !umbas o templos religiosos, las construcciones rnás sólidas que han resistido al paso de los siglos. Los objetos encontrados en los sepulcros v las múlriples manifestaciones esculturale s v pictóricas llenan los museos de toda Italia. Con todo ello, poco se sabe del día a día de los habitantes de
Etruria, aunque las lí-
piezas
años
,v 16191a obra De E¡rurin Rcgtli. rrna rigurosa \ exrensa panorámica del mundo errusco de la que bebieron mnchos otros estudiosos.
La unificaficación italiana en el siglo xlx supuso la creación de organismos oficiales que sistemaúzaron y controlaron las prospecciones arqueológicas en toda la ancigua Etruria. Es en este período cuando se excava en las necrópolis de Thrquinia, Vetulonia, Narce y Bolonia; se descubren los antecedentes villanovianos; se revela el singular poblado con
planta regular v los restos del Templo de N,larzabotto; salen a la luz las singulares decoraciones de las tumbas de Orvieto; v se reemprenden las excavaciones (ahora de mane-
\'eio, Populonia r'
LA SITUACIIiN ACTUAT
El gran número de yacimientos ha dificultado su control. Más de 340 mil se han recuperado en los últimos Dempster publicó entre 1616
li-
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recientes, como las de La Piana (al sudeste de Siena), comenzadas en 7982, esrán de stinadas a arrojar más luz sobre la organización social v diaria de las comunidades rirrenas. LJn gran problema con el que se enfrenran
los investiadores es el del tráfico ilegal de piezas. La vasta cantidad de enclaves que se esparcen por la península itálica dificulca el control del expolio por parre de las autoridades. En treinta años se han recuperado 340
mil piezas provenientes de excavaciones clandestinas. Hechos que pulverizan para siempre datos esenciales que sirven para reconstruir la historia de los etruscos. Para muchos, la civilización más influvente y rica en matices que ha habitado Italia.
te/S7í.htrtl Museo Archeologico Nazionale. Florencia Posee algunas de las piezas más famosas, como el Vaso Franqois o la Ouimera de Arezzo.
Másinf.:www,fr renzemusei.iUar cheoIogico Mr¡seo G¡¡arnaoi, Voltena Piezas de la cultura vilanoviana y más de seiscientas urnas funerarias etruscas agrupadas por temas. Más inf,t
www.comunevol |c'lra.pi.it/english/ museiitlmebu.html
BoRRELU, E y
racon,
M. C. Eür¿scos.
Barcelona Elect4 2003. ToREL!, Mario: Írisüo-
r¡b delos ef¡¡scos Barcelona: Crftic4 r
996.
Tartessos La primera civilización ibérica fue un enigma hasta el siglo xx. Hoy sigue sin localizarse la capital de aquel reino, por Dav¡d Suárez
nintencionados para su época (finales del siglo xtx), se perdió en un
urante siglos, Tártessos ha sido un misterio. Las fuentes clásicas
griegas e incluso la Biblia at
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legendario país de las
Casicérides, e n Cor-
dan el nombre de Tartessos.
a
laberinto de incógnitas al dar crédito a las teorías que ligaban Tartessos con el
mencionan un rico reino con una gran capital en el extremo occidental del Mediterráneo al que
Alenta-
nualles (Inglaterra).
Hoy sabemos que hubo una cul¡ura tartésica en el
7
aventu- ? arqueológica, / muchos investi- ; dos por la
ra
gadores han acu-
dido al sur de la pe-
nínsula ibérica para encontrar la "Tioya de Occidente" sin éxito alguno. Hoy sabemos que la cultura de Tar¡essos existió y que es el punto de partida civilizarorio en la península, aunque hasta la fecha no se
hayan encontrado los grandes monumentos at l¡¡
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anunciados por los textos anriguos. El descubrimiento del maravilloso Tesoro de ElCarambolo en la localidad de Camas (Sevilla) en septiembre de 1958 vino a confirmar las teorías que hablaban de un pueblo próspero, que en contacto con fenicios y griegos había logrado un notable esplendor entre los siglos vttl y vt a. C. De esta modo se ponía de manifiesto la existencia de una civilización presenre en numerosas citas clásicas, sobre todo griegas. Incluso la Biblia parece hacer re ferencia a e ste antiguo reino peninsular si damos crédito a las referencias sobre una tal Tarschisch. BÚSOUEDA INFRUCTUt¡SA
Hasta 1958 buena parte de los esfuerzos por encontrar evidencias arqueológicas tartésicas habían sido infructuosos. Especialmenre, los llevados a cabo por el alemán Adolf Schulten, quien hacia 1920 y notablemente influenciado por el éxito de la arqueología filológica de su compatriota Schliemann (descubridor conrra pronóstico de Tioya), gastó muchos años en la infructuosa búsqueda de la capital de un gran reino perdido en torno a los parajes del Coto de Doñana. Thmbién otro extranjero, el anglofrancés Jorge Bonsor, se vio atraído por el misterio tartésico y, pese a algunos hallazgos biezs
ARquEotocfA
EPOCA
Empezó a ges-
tarse hacia el año 1 200 a, C. Su ocaso se fecha a mediados del siglo vt a. C., con la hegemonía de los cartagineses.
z0t¡A Su núcleo principal estuvo en el bajo Guadalquivir, aunque
en su esplendor se extendió por buena.parte del sur de la penÍnsula.
bajo Guadalquivir, desarrollada hacia 1200 a. C. gracias a la explotación de los abundantes recursos minerales de la zona. Una cultura que tuvo su momento de máximo apogeo en los siglos vut y vt a. C. y que dejó llegar su influjo por casi toda la mi-
tad sur de la península (como lo demuestran los restos hallados en Extremadura, sur de Castilla la Mancha e, incluso, en torno a la cuenca del río Segura, en Nlurcia). El esplendor de trtessos coincidió con el conracro continuado con los foceos (griegos procedenres de las costas de Asia Nlenor) r., sobre todo, con los colonizadores fenicios. SIN GRANDES M{lNUMENTOS
Uno de los inconvenientes para los historiadores es que la cultura tartésica carece de grandes conjuntos arqueológicos. Pese a la imagen de opulencia que dejan traslucir los relaros míticos, hasta el momento se deduce que quizás esta cultura era bastante modesta en cuanto a construcciones arquitectónicas. En cualquier caso, quienes han insistido en la búsqueda de grandes restos han fracasado.
Los investigadores sitúan la propia capiral del reino en algún punto de las antiguas marismas del Guadalquivir. Sin embargo, no hay evidencia alguna de esa localización -como penosamente ya pudo constarar Schulten-. Además, la zona de marismas es, casi por definición, un lugar de continuos cambios físicos (producidos tanto por la acción humana como por la naturaleza),lo que aún imposibilita más la conservación de restos arquitectónicos. La capital, según describe Manuel Bendala, especialista en arqueología clásica y culturas ibéri-
Pendยกente de oro de estยกlo orientalizante procedente del Tesoro de La Aliseda (Cรกceres). Sยกglo vlt a. C.
\RQLIEOLOCIA
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Tras sus huellas El núcleo principalde Tartessos debió de situarse en el bajo Guadalquivir. Sin embargo, se han hallado restos de este pueblo en otros puntos del sur,
La caprichosa casualidad permitió que el 30 de sep-
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tiembre de 1958, unos obreros que trabajaban en la ampliación de la sede de la Real Sociedad de TF ro de Pichón de Sevill4 en la población de Camas, toparan con una serie de objetos de oro, la mayoría de los cuales se encontraban entenados dentro de
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una gran vasija" El descubrimiento del llamado Tesoro de El Caram-
bolo (doblemente casual, ya que su hallazgo se produjo por una decisión de
última hora antes de dar por finalizadas las obras) supuso una auténtica revolución y, desde el primer momento, se atribuyó a la cultura de Tartessos, El episodio renovó el in-
terés por un pueblo perdido de la historia y del que no se encontraban apenas datos arqueológicos que sostuvieran una teoría sólida, El tesoro consta de una veintena de piezas de oro destinadas, según se cree, al ornato de una imagen de culto (quizá un toro).
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cas,"debía estar situada en un profundo lago interior (conocido como Lacus Ligusrinus o Si-
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nus Thrtessi), circundado de pequeñas alturas en las que se arracimaban los establecimientos tartésicos al abrigo del mar abierto y junto a ríos y esteros que permitían una fácil comunicación con el interior". La proximidad entre la capital tartésica y el asentamiento fenicio de Gadir sirvió para
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que ambos pueblos esrablecieran sus alianzas (y, dicho sea de paso, también sus tensiones) y dieran curso a sus abundantes relaciones comerciales. Fenicios y tartésicos mantuvieron durante años un acuerdo por el que los primeros distribuían los productos de los segundos (principalmente estaño, indispensable para la
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fabricación del bronce, el metal predominante en aquella época) por todo el Mediterráneo. Para conocer la cultura tartésica los investigadores tienen que recurrir obligatoriame nre a fuentes literarias externas. Se han encontrado 80
AReuEoLocÍA
OCEANO ATLANTICO
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Territorio de Tartessos Territorio de influenc¡a máxima
El centro ceremonial de
Cancho Roano se encuentra en el término municipal de Zalamea de la Serena (Badajoz),
un núcleo aparentemente alejado del foco
A 92 km de Mérida, en Talamea de la Serena junto al río Ganch4 se encuentra el santuario de Cancho Roano. Más información: www.zalameacom
más intenso de cultura
tartésica, La datación se sitúa en torno al si-
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cáceres
Lolrosán Jto.
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Ciudad Real
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Carambolo - .... / J.aseter///a
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glo vi a. C. y se calcula que se abandonó hacia el siglo tv a.C, Se han localizdo tres edificios superpuestos. El primero construido en el período orientalizante. Otro del que hay documentados hasta tres altares de adobe. Y un tercero, fechado a mediados del siglo v a. C., que se encuentra bastante visible. El edificio fue intencionadamente destruido, incendiado y sellado con tierra. No se han hallado objetos de culto, que quizá se trasladaron a un nuevo centro ceremonioso.
Museo Arqueológico de Sevilla. Se exhiben, entre otros objetos de esta civilización, reproducciones de las piezas del Tesoro del Carambolo,
Museo Arqueológico Nacional. Madrid, Aquí se exponen las joyas y otros objetos del Tesoro de La Aliseda (Cáceres),
¡n¡NEoul, Carmen et al.
Argantonia, rey de
Iarfessos.
Sevilla:
Fundación El Monte,
2000. aEruo¡L¡, Manuel,
Iarfesros, iberos y
rnuy pocos textos propios \,, además, es imposible entenderlos, puesto que se desconoce la raíz lingtiística. El principal vestigio arqr-reológico tartésico lo constituven objetos de todo tipo (vasijas, estelas funerarias, monedas, figurillas de bronce, cinturones...), a partir de los cuales se lran uazado teorías dispares respecto al origen, evolución y ocaso de aquel reino. Actnalmente se establecen dos grandes períodos en la historia de Tártessos. en función de
investigadores! que durante mucho años consideraron esos vestigios tartésicos corno propios de los pneblos colonizadores. E,l descr-rbrimiento de El Carambolo fue el acicate definrtivo para que se empezara a estudiar a un pueblo que se rer,eló como la primera
rnanifestaciór-r cultural autócrona de la penínsr-rla ibérica. En torno a trtessos los pueblos peninsulares desarrollaron la prirnera escritura
-probablqmente por influencia de los fenicios-. la sofisticación de cultura tartésica es la agricr-rltura v crearon los primeros centros nr-
Uno de los misterios de la su escritura. Se desconoce su raíz lingüística y, por ello, aún no puede comprenderse los objetos hallados. El primero se ha llarnado geométrico v abarca aproximadamente desde 1200 has¡a 750 a. C. El segr-rndo es el período orientalizante, fechado entre 750 y 550 a. C., en el que l¿r cultura tartésica recibe influencias continuadas de los pueblos procedentes del Lev¿rnte mediterráneo, colro los griegos foceos
), muv especialmente, los fenicios. Precisamente esos trazos orientales confundie¡on a los
banos. Fue tal el impulso
del hallazgo del Tesoro de El Carambolo que en 1968 (sólo diez años después del descubri-
miento) se celebró el primer simposio inrerna-
cional sobre cultura tartésica; Lln encuentro que se repitió en 1993. Los investigadores, si bien no han podido aclarar todos los misterios que aún giran en torno a Thrtessos, sí que parecen tener claro que la reconstrucción de aquel mnndo deberá hacerse sin el descubrimienro de grandes restos monumentales.
ce/tas. Madrid: Temas de Hoy 2000,
farfessos, www.antropos.gal* on.com/html/ farÍessos.áfm