¿Qué es el amor, sino…?
Miren Agur Meabe nació en Lekeitio (Bizkaia) en 1962. Maestra y filóloga vasca, se ha dedicado a la enseñanza y a la edición de libros escolares en euskera. Autora de obras para el público adulto e infantil-juvenil, tanto en narrativa como en poesía, ha participado en numerosos encuentros internacionales y algunos de sus textos han sido traducidos al braille. Recibió el Premio de la Crítica en 2001 y el Premio Euskadi de Literatura Juvenil en dos ocasiones, una de ellas por Urtebete itsasargian (Un año en el faro), publicado en español por Lóguez, en esta misma colección. Recientemente, su libro Mila magnolia-lore (Mil flores de magnolio, 2010) ha sido incluido en la lista de honor del IBBY.
Primera edición: abril 2011 © Miren Agur Meabe © para el español: Lóguez Ediciones 2011 Ctra. de Madrid, 128. Apdo. 1. Teléf. 923 138 541 37900 Santa Marta de Tormes (Salamanca) www.loguezediciones.es ISBN: 978-84-96646-64-3 Depósito legal: S-547-2011 Printed in Spain Gráficas Varona, S.A. Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada en, o transmitida por, un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia, o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito de la Editorial. Papel ecológico
Miren Agur Meabe
¿Qué es el amor, sino…?
Diseño e ilustraciones de Concetta Probanza Traducido del euskera por Miren Agur Meabe
Lóguez
A los que están en edad de enamorarse.
“¿Qué hago ahora contigo?” Silvio Rodríguez
“La única opción de expresarse a través de la palabra sin traicionar los sentimientos es convertirse en poeta, convertirse en Virginia Woolf ”. Markos Zapiain, Errua eta maitasuna (El amor y la culpa)
1 Quiero a Mister X Estoy enamorada. Pero mi amor es secreto. Esta noche me he despertado de golpe. Me he levantado a hacer pis, y luego ya no he podido volver a dormirme. Mister X se ha encendido dentro de mi cabeza, igual que una cerilla. Una cerilla que alumbraba y quemaba. ÂżQuĂŠ es el amor, sino eso x que sientes cuando ves a esa persona x? Yo, cuando veo a Mister X, siento correr grillos por mi piel.
9
Grillos Grillos en mi piel cuando te veo, cosquillas de miel. Una semana lloviendo: siete dĂas llevan los grillos durmiendo.
10
2 ¿Quién es Mister X? Mi abuela me ha regalado una colección en mi cumpleaños, media docena de copias de obras de arte tamaño postal. Me dice: —“El arte de la vida consiste en hacer de la vida una obra de arte”. Miquel Martí y Pol. Papá me ha regalado un sombrero. Llamativo, muy llamativo. Morado. Me explica: —Para mi amatista, tan pequeña y dura ella. Y los de clase… vaya. Me han regalado un álbum de fotos, con dedicatorias y todo. Hay gente que tiene una cáscara de cacahuete en vez de imaginación: “En el cielo hay una estrella que brilla por ti” o “Para cuando hagas bonitas fotos”. Ocurrentes frases de gente ocurrente. Pero él es distinto. Él, breve y conciso, me hizo el regalo más original: su firma y su número de teléfono. —Para lo que quieras o necesites —añadió. Cómo voy a llamarle, si ya me altero cuando tengo que decirle cualquier cosa. No le llamaría a no ser que tuviera una buena excusa. He escrito su nombre cientos de veces en mis papeles; lo he tachado otras tantas. Nadie sabe quién es.
11
Porque X es la letra del misterio. Porque X es la inc贸gnita en las ecuaciones. Porque la X marca, en los mapas, el tesoro escondido.
12
Amor oculto Escribir un nombre y borrarlo. Pensar una frase y callarla. Imaginar una tarde y olvidarla. Buscar algo en la piel y encontrar un cero. Amarte en secreto: hacer de ti un holograma.
13
3 ¿Cómo es Mister X? Mister X es hablador, alegre, amable. Eso es muy importante para mí, pues yo también disfruto mucho charlando, aunque, según dónde y cómo, prefiero escuchar en vez de hablar. Mister X va siempre con prisa, como si tuviera montones de cosas que hacer, largas listas de planes. Eso es importante para mí, pues a mí también me gusta aprovechar el tiempo, aunque, según cuándo y por qué, me va también la contemplación. Mister X escribe muy bien. Me quedo hipnotizada cuando le escucho en clase. A veces me parece que sus frases son una corriente que me lleva, ese balanceo suave que transporta una rama en el agua; otras veces, sus palabras me parecen tercas semillas arraigando una a una en los surcos de mis pensamientos. Dice que quiere ser músico, de esos que van con la guitarra al hombro por el mundo. Y eso también es importante para mí, porque yo soy poeta.
14
La mujer del cuaderno Soy la mujer del cuaderno, ya sabes quién: la que quiere escribir tus iniciales en la playa; o mejor, mi número de teléfono en el cristal de tu coche. Pero esto no es una película francesa, ni tampoco un anuncio de colonia.
15
4 Le gustan los faros Las nubes se persiguen en el cielo como si corriesen a contarse chismorreos. Yo, en cambio, no pienso revelar a nadie mi secreto, al menos por ahora. Estaba con mis amigas en el patio mirando fotos del verano. De pronto, una ráfaga me las ha quitado de las manos. Nieve de papel. Mister X se ha acercado para ayudar a recogerlas. Nuestros dedos se han tocado. Me pregunta, mirando una foto: —¿Te gustaría vivir en un faro? —No lo sé. Me he cortado. En realidad le habría dicho que sí: —Me gustaría, si fuera contigo. Para escuchar el mar y escucharte a ti.
16
Dónde ¿Dónde te encontré? En tus labios, gotas que perdió la luna. En tus manos, alas que soltó la espuma. En tu piel, papel que se fugó del viento. Y en tus palabras: en ese reino de sueños, siempre y nunca.
17
5 Tierno sueño, breve sueño Hoy me ha visitado en sueños. Por lo de ayer. Porque al recoger las fotos nuestros dedos se dieron un recado, igual que las hojas de los árboles cuando se rozan con disimulo. En el sueño eran fiestas. Yo quería trabajar para conseguir algo de dinero, así que decido hacer de estatua. Primero me pinto la cara de color plata. Después tiño una sábana con purpurina y me la pongo como si fuera una túnica. Me cuelgo del brazo una cesta llena de frutas hechas con pasta de papel, y me planto en medio de la plaza sobre un banco cubierto con un retal de terciopelo. Parezco una diosa clásica. Él aparece enseguida. Se pone a mi lado a tocar la guitarra, una canción infantil, algo sobre la voz de los faros… Lógico, todo muy lógico. Por fuera parezco de piedra, pero por dentro burbujeo como el agua. La gente nos mira al pasar y deja unas monedas. Algunos se quedan a escuchar. Se les nota una especie de emoción: la canción circula directa de corazón a corazón, o simplemente se enternecen al vernos tan jóvenes, tan auténticos. Al acabar el trabajo vamos a los tiovivos, comemos buñuelos y me hacen trencitas de colores en un puesto del puerto. 18
La brisa frunce el mar de color vainilla bajo la luna. Y estamos juntos. Pero en ese momento, justo cuando Mister X me coge de la mano, me ha despertado un trueno. Triste despertar, como el de los veleros amarrados en invierno.
19