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Lokarri akordioaren eta kontsultaren aldeko herritarren Sarearen aldizkaria Revista de la Red ciudadana por el acuerdo y la consulta Lokarri

Haritu 10 julio de 2007ko uztaila

África, una mirada con otro color Sísifo, de vuelta a la trinchera Unai Basurko & José Luis Korta Comercio Justo, consumo con-sentido Oriente Próximo, un conflicto sin fin

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Sumario Aurkibidea

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Haritu 10 Editorial Queremos saber Pies de foto Urratsen joan-etorrian Al hilo Sísifo, de vuelta a la trinchera Ezbaian Ramón Jauregui & Rafa Díez Alegiak «Tina, ene maitea», María Lizardi En primera persona Mbuyi Kabunda A dos bandas El abordaje del Pakea

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Unai Basurko & José Luis Korta Orratza Comercio Justo, consumo con-sentido Opinión Una cuestión de fe, Pedro Urquijo Munduari so Oriente Próximo, un conflicto sin fin

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Zuzendariak: María Lizardi eta Alvaro González - Erredakzioa: Itziar Fernandez, Garazi Landa, Ana Elvira, Paul Ríos, Miguel Sarratea eta Ruth Soria. Ale honetako kolaboratzaileak: Pedro Urquijo, Carlos Martínez Orduna, Ramón Jauregui, Rafa Díez eta Lokarriren Bruselasko Foroa. - Maketazio eta diseinua: Lokarriko diseinu taldea. Ilustrazioak: Srinavasa Ramanujan. - Azaleko argazkia: Srinavasa Ramanujan. Inprimategia: Antza (industrialdea 2. pab. - 20160 Lasarte) - Lege gordailua: SS-1142/06 - ISSN: 1134-8038 Haritu no se responsabiliza de las opiniones emitidas por sus colaboradores. Para la edición de esta revista se utilizan papeles libres de cloro. Aldizkari hau moldatzeko klororik gabeko papera erabiltzen da.

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Editorial

Queremos saber Han transcurrido más de 6 meses desde que ETA provocó una crisis irreversible en el proceso de paz con el atentado cometido en la T4 de Barajas, y más de 1 mes desde que la propia ETA certificó esta situación con la declaración de ruptura del alto el fuego. Lo que en marzo de 2006 parecía un camino irreversible hacia la paz y la normalización se ha convertido en una nueva frustración para la sociedad vasca. Es lógico que en estas circunstancias haya un deseo por conocer cuáles fueron los motivos, razones y causas que nos han conducido a una situación objetiva de riesgo de vuelta al pasado. La sociedad vasca delegó la tarea de llegar a acuerdos en los principales responsables del desarrollo y culminación del proceso, aceptando que la imprescindible discreción con la que se gestionan este tipo de negociaciones impedía conocer día a día el estado de las conversaciones. Por tanto, es natural que ahora quiera tener una información detallada de los avances, bloqueos, principios y contenidos que se manejaron tanto en el ámbito correspondiente a los partidos políticos como en el tocante a ETA y el Gobierno Central. Además, esta necesidad de información también está justificada por la obligación de aprender de los errores cometidos para que en futuras oportunidad no se repitan. En las últimas semanas han aparecido diversas informaciones en medios de comunicación sobre las conversaciones mantenidas. No son

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explicaciones “oficiales”, es decir, ofrecidas por los partidos políticos o las instituciones implicadas. Más bien, algunos de ellos han utilizado los medios de comunicación afines para dar a conocer su versión sobre lo acontecido. No es la manera más adecuada de presentar la visión particular de cada una de las partes ya que este sistema de hacer balance impide la tanto la crítica como el contraste directo. El receptor de estas noticias, el conjunto de la sociedad vasca, únicamente puede elaborar su propia narración de los acontecimientos según la credibilidad que le merezca el medio de comunicación en cuestión. Es especialmente grave que en estas noticias se abuse de la frase “fuentes de ....” o “cercanas a...” afirman tal o cual cosa. La duda salta al instante. ¿Son las explicaciones oficiales de una de las partes o únicamente un contraste de la información conseguida por el medio de comunicación? Siendo así, ¿cuál es la fuente primera de la información? La situación política en relación a la paz y la normalización ya es lo suficientemente crítica como para que la sociedad vasca tenga que conocer lo que ha ocurrido gracias a informaciones indirectas. Esta propuesta para tener más información no se refiere a querer conocer absolutamente todos los detalles del desarrollo del proceso de paz. Es indiferente que las reuniones se celebrasen en Loiola, Noruega, Turquía o Alemania, o que los moderadores de las reuniones fuesen el

Centro Henri Dunant o un gobierno europeo. Lo importante es que cada parte presente oficialmente un análisis sereno, ajustado y argumentado sobre los elementos de consenso alcanzados y especialmente sobre las causas que llevaron al fracaso de las conversaciones. El conocimiento de estas cuestiones permitiría que la sociedad vasca pudiera construir de manera crítica su propio juicio acerca de lo ocurrido. Finalmente, esta mirada al pasado puede permitir centrar todos los esfuerzos en el futuro. La prioridad es evitar una vuelta al pasado donde la violencia, la exclusión y la ausencia de diálogo acaparen todo el protagonismo. Lo sucedido no puede servir de justificación para evitar las responsabilidades de cada uno. ETA no puede alegar la falta de avances para volver a la lucha armada. El Gobierno Central no puede alegar la ruptura del alto el fuego para regresar a las medidas de recorte de derechos y libertades. Los partidos políticos no pueden alegar el fracaso del proceso para cerrar las puertas al diálogo. La sociedad no puede alegar la decepción sufrida para desistir del trabajo por la paz y la normalización. La prioridad reside en respetar las voluntades sociales mayoritarias de fin de la violencia, diálogo sin exclusiones y acuerdo plural. La forma más directa y democrática de respetarlas es convocar una consulta popular que impulse el camino de la paz y la normalización.

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Pies de foto

Urratsen joan-etorrian Crónica anunciada 1999/11/29, Donostia Nago batek baino gehiagok pentsatuko duela berriki zizelkatuak direla hormako eleak. Azken buruan, 1999ko urrats hartara egin dugu itzulia, egin dute. Konpromisoaren zutoinak zartatuta berriz. Urrats bat aurrera, beste bat atzera. Hori al dugu euskal jendearen madarikazioa? Erorialditik inoiz baino sasoikoago eta tinkoago altxatuak ginelarik, amildegian behera beste behin. Izango al dugu indarrik erorialdiari aurre egiteko? Ez gaitzala irabazi nekeak, etsipenak. Baliteke, bai, Espainiako Gobernuak ekarpenik egin ez izana, loaldian geratu izana. Baliteke ez, hala da. Alta, hori ez da berriro hiltzen hasteko aitzakia. Gogaitasuna, atsekabea, saminaren dolua. Doazela gugandik urrun! Miguel Sarratea La noticia por esperada no es menos grave y traumática. Una vez más, pero no una cualquiera sino la que con más cauteloso furor había abierto la vereda del feliz desenlace, dilapidadas nuestras esperanzas, reventadas, destripadas. Afortunadamente –¡como si la fortuna tuviere lugar dentro del infortunio que se nos ha anunciado!–, sin el estallido de kilos y kilos de amonal, mediante un simple comunicado; o sea, valiéndose del poder de la palabra, la única arma que podría aprobar la ITV de los vehículos aptos para construir una sociedad pacífica y democrática, esa arma que tan pronto aparece y nos cobija cálidamente en su regazo, como más tarde algunos se encargan de enviarla al destierro. Barajas ya nos puso sobreaviso el pasado 30 de diciembre y el proceder posterior tampoco auguraba buenos presagios: la presión que tanto el PP como la derecha mediática han ejercido sobre ZP, la tan discutida Ley de Partidos, dejando sin derechos políticos y representación a un importante sector de la población vasca, intereses partidistas culpables de encallar el proceso, víctimas... El reinicio en el ejercicio de la violencia retoma el acecho. ¿Volverá la señora palabra de su destierro? Ruth Soria

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Al hilo

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A. B. López de Lerena Texto

Sísifo de vuelta a la trinchera Rota la tregua, tanto el Gobierno como ETA parecen dispuestos a volver a enrocarse en posiciones de fuerza como ya ocurrió tras los anteriores procesos de paz frustrados. La inmediata vuelta de Iñaki de Juana a la cárcel, el encarcelamiento de Arnaldo Otegi y las detenciones y extradiciones de etarras «controlados» residentes en el extranjero por un lado, y el imparable aumento de la kale borroka y la amenaza de una fuerte campaña de verano que se evidenció en Ayamonte, por otro, parecen ser el anticipo de un tiempo que se antoja oscuro mientras la piedra de la esperanza rueda de nuevo ladera abajo. «Cuando se rompe un proceso, el Estado de Derecho sólo puede pensar en firmeza, determinación y en el peso de la ley. Cualquier otra especulación o hipótesis carece absolutamente de sentido». El pasado 14 de junio, el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, se expresaba en estos contundentes términos después de reunirse con todos los grupos parlamentarios para recabar su apoyo de cara a la nueva situación de reapertura de «todos los frentes» que ETA había anunciado diez días antes. «ETA se ha metido en un callejón sin salida» y en su cúpula «se han impuesto los más descerebrados». «Vamos a hacer todo lo que dentro del Estado de Derecho esté en nuestras manos, con la máxima determinación, firmeza e inteligencia para combatirla», concluía.

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Al hilo

«Cuando se rompe un proceso, el Estado de Derecho sólo puede pensar en firmeza, determinación y en el peso de la ley» José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno español.

Zapatero se ha querido mostrar firme en todas las apariciones que ha realizado después de que ETA decidiera dinamitar todo el esfuerzo invertido y no parece dispuesto a quedarse solo defendiendo la bandera del diálogo en un momento tan sensible como el actual, sino que parece más inclinado a hacer bueno el amagado acercamiento al PP haciendo una exhibición de mano dura que quizá no haya hecho sino comenzar. En realidad, esta estrategia es lógica en un momento en el que las tensiones negociadoras han hecho que la cuerda termine rompiéndose y, para el Gabinete Zapatero así como para la propia ETA, existe el riesgo de caer al suelo en una postura poco decorosa. Tanto el presidente como la organización parecen haberlo entendido así y envían mensajes de fuerza a sus bases, pertrechándolas para que puedan aguantar un nuevo tiempo de trincheras. Prietas las filas y al enemigo ni agua. Pero, más allá de la lógica del corto plazo y el mensaje interno, el problema, como estrategia, quizá sea precisamente que esto supone volver a la fatal dinámica de la confrontación desde la que resulta casi imposible construir un futuro de acuerdo para este país. En la Grecia clásica se contaba la historia de Sísifo, el hijo de Eolo; un hombre hijo de dioses que tenía fama de ser tan listo que quiso engañar incluso a la muerte. Cuando Hades, el Rey del otro mundo, descubrió sus planes, le castigó con tener que empujar una piedra enorme cuesta arriba por una ladera empinada, condenándole además a que antes de que alcanzase la cima la piedra siempre rodara hasta abajo, obligando a Sísifo a empujarla de nuevo desde lo más profundo del valle. Así lo recoge Homero en La Odisea, y así ha sucedido a lo largo de la historia de los diferentes momentos históricos en los que quienes han ocupado el palacio de La Moncloa han intentado solucionar el conflicto vasco y caminar hacia una convivencia pacífica y normalizada. La tempestad después de la calma A la ruptura de cada proceso de paz que se ha emprendido en el País Vasco ha seguido un recrudecimiento de las diferentes expresiones de violencia, así como de la actuación de los distintos mecanismos del Estado. Más allá de la teoría acuñada por Jaime Mayor Oreja de la tregua trampa declarada sólo para rearmarse, lo cierto es que tras un contexto de tregua, la organización siempre ha vuelto con fuerzas renovadas. En parte porque ETA, como todos los grupos

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armados, realmente aprovecha estas situaciones para reorganizarse y apuntalar su entramado logístico, como demuestran el robo de Titadyne en Plevin, o el más reciente abastecimiento de un gran número de coches, placas de matrícula, troqueladoras y demás material operativo y sobre todo las 350 pistolas con que un comando se hizo en medio de la tregua. Pero también como estrategia de negociación; como demostración de fuerza de cara a revalorizar el precio de una hipotética desactivación futura de los «frentes» que ha decidido volver a abrir. Por su parte, el Ejecutivo tiene que probar su capacidad de respuesta a través de una «firme» y «contundente» aplicación del Estado de Derecho. Sin contemplaciones. En este sentido, llama la atención la enorme similitud que guardan el discurso que Zapatero pronunció a comienzos de este pasado mes de junio, después de que se conociera la decisión de ETA de romper la tregua, y el que José María Aznar pronunciara cuando la organización suspendió el alto el fuego propiciado por el proceso de Lizarra, como recogió una simpática y recomendable comparativa que elaboró Cuatro y que aún se puede encontrar en su web (www.youtube.com/watch?v=yOdo1jQOYZY). Las dos experiencias más recientes, y las que mejor aguantan el contraste con la actual situación, son las que siguieron a los procesos de Argel y Lizarra, en 1989 y 1998 respectivamente. A finales de los años ochenta, y en medio de una furibunda campaña de atentados de ETA que tuvo sus puntos álgidos en el mercado barcelonés de Hipercor y la Casa Cuartel de Zaragoza, y de los GAL, que asesinó a unas 30 personas, el Ejecutivo de Felipe González comenzó a tirar cabos con la cúpula de la banda a través de hombres de su confianza como el que fuera Secretario de Estado para la Seguridad, Rafael Vera, hasta que en 1988 se estableció una dinámica de contactos que propició uno de los procesos de diálogo más fundamentados de los que se han producido hasta la fecha. A lo largo de aquel año, ETA llegó a ofrecer hasta tres treguas a González, a cambio de que éste se comprometiera a buscar con ella una salida pactada al problema político vasco. El líder socialista aceptó abordar determinados aspectos como el desarrollo de las capacidades del Estatuto y la Constitución, pero se plantó cuando la banda quiso imponer como interlocutores a algunos de sus cabecillas como Ternera, txikierdi o Mamarru, lo que hi-


La campaña de verano

Explosión Estado en el quedó el coche bomba, un Renault Clio, que hizo estallar ETA el 22 de junio de 2002 en la calle Vargas de Santander.

El hallazgo de un coche cargado con 130 kilos de explosivos y diez detonadores anuncia la posibilidad de que ETA quiera hacer presente su vuelta a las armas mediate su campaña de verano, en una demostración de fuerza tejida a base de espectaculares atentados con bombas. Desde el nacimiento de ETA en las postrimerías del régimen franquista, la organización siempre ha utilizado sus armas contra los intereses turísticos españoles durante el periodo de verano con un doble objetivo: dañar la economía española atacando uno de sus sectores de más peso, y aprovechar la presencia en el Estado de turistas para intentar que el eco de sus acciones se oiga también más allá de los Pirineos. Durante los últimos años, mientras se llevaban a cabo las conversaciones que facilitaron la llegada de la tregua ahora rota, esta estrategia ha ido perdiendo peso, pero ahora habrá que esperar para ver si ETA recupera este camino, una vez que ha decidido «abrir todos sus frentes». El año pasado, gracias al «alto el fuego permanente», fue el primero sin «campaña» propiamente dicha en décadas. En 2005, dos explosiones en los arcenes de sendas autopistas toledanas bloquearon durante horas la Operación Salida de miles de madrileños, en una acción que ya se había ensayado unos meses antes cuando, coincidiendo con el puente de la Constitución, ETA hizo estallar hasta cinco artefactos de forma coordinada en otras tantas gasolineras de las salidas de la capital española. Un año antes, en 2004, la campaña tuvo tintes de demostración de fuerza, ya que más que el golpe en sí, lo que la organización buscaba era demostrar su capacidad operativa, entonces muy discutida. Los terribles atentados del 11-M no dejaban márgen para que se produjeran más víctimas, por lo que un comando, siguiendo la ruta jacobea -según la Policía-, se dedicó a sembrar el miedo colocando pequeños artefactos (hasta nueve en sólo un mes) por la cornisa cantábrica; desde Santander hasta La Coruña, causando algunos heridos leves. Si obviamos el verano de 2003, cuando la banda sólo colocó artefactos explosivos en hoteles de Benidorm y Alicante y en el aeropuerto de Santander, el ejemplo más claro de una tradicional campaña de verano de ETA se encuentra en el año 2002. El 21 de junio de aquel año, dos coches bomba rompían la paz de las localidades de Fuengirola y Marbella, coincidiendo con el inicio en Sevilla de la Cumbre Europea y aprovechando así el eco mediático internacional. Tan solo 24 horas después, otro coche explotaba en Santander y un paquete bomba lo hacía en Mijas. Finalmente, el 4 de agosto, un último coche cargado de explosivos se llevaba la vida de dos personas en la localidad alicantina de Santa Pola; una de ellas, una niña, hija de uno de los agentes que habitaban la casa cuartel contra la que ETA quería atacar. Un ataque contra una hamburguesería muy frecuentada por turistas extranjeros también en Alicante, en Torrevieja, ponía el punto final a aquella alocada carrera de violencia en una postrera demostración de la fuerza y la voluntad de matar y hacer daño que entonces tenía la organización terrorista. El tiempo dirá si algunas informaciones policiales que ya apuntan a la posibilidad de que ETA va a reactivar este «frente» de forma inminente como forma de presionar al Gabinete Zapatero para retomar el diálogo a medio plazo son erróneas, o si, desgraciadamente, se ven confirmadas por las acciones de esta organización.

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Al hilo

Zapatero parece más inclinado a hacer bueno el amagado acercamiento al PP llevando a cabo una exhibición de mano dura

zo que las conversaciones no llegaran a buen puerto. Sin embargo, sí sirvieron para sentar unas bases desde las que en enero de 1989 partieron las conversaciones de Argel, avaladas por una tregua que ETA fue prolongando hasta abril de aquel año. Después, fracasado el proceso, la organización se embarcó en una espiral violenta que se saldó, sólo en los meses que restaban de año, con 19 muertos cobrados en 15 atentados; dos cada mes. Por su parte, el Ejecutivo socialista quiso mantener los canales de comunicación abiertos y no activó todos sus mecanismos a la espera de que la situación pudiera reconducirse. Así, recién comenzado 1990, el entonces ministro del Interior, José Luis Corcuera, aseguraba que, si se avanzaba en la buena dirección, «¡quién se va a negar a ser generoso!». Pese a los intentos de retomar el diálogo -incluso se volvió a Argel para comprobar la disposición al diálogo que podían tener las partes, la estrategia terrorista tomó unas dimensiones que hoy resultan impensables, ya que sólo en 1991 ETA fue responsable de 45 asesinatos. Así las cosas, la labor policial volvió a primer plano y se tradujo en la desarticulación de hasta 12 comandos de la banda y, sobre todo, en el golpe a la cúpula de Bidart, en marzo de 1992; históricamente, uno de los más serios varapalos recibidos por la dirección etarra. Hubo que esperar hasta la txanpa final de aquella década para volver a ver sentados de forma oficial a emisarios de ETA y del Gobierno español con una tregua de por medio. Después de la caída de su cúpula en Bidart, la banda demostraba que estaba reestructurada con altos picos de violencia, que incluyeron los intentos de asesinato de Aznar -que salvó su vida por el blindaje de su coche- y el Rey de España, pero sobre todo, el de Miguel Angel Blanco. Tocada por la visceral respuesta popular, ETA redujo su macabro ritmo hasta que llegó la tregua de Lizarra. El 16 de septiembre de 1998, la organización planteaba una tregua «indefinida», a lo que el Gabinete dirigido por José María Aznar respondió con acercamientos de presos, excarcelaciones, y el envío de un grupo de representantes a Zurich, donde se entrevistaron con la cúpula etarra liderada por Mikel Antza. Desgraciadamente, un nuevo comunicado emitido el 28 de noviembre de 1999 ponía fin a la etapa de alto el fuego y abría una nueva de total enfrentamiento. Un total de 23 personas murieron por decisión de ETA durante el

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año 2000 -entre los que se encontraban figuras como las de Ernest Lluch o Fernando Buesa- y 16 más en 2001. Por su parte, Aznar obtuvo la mayoría absoluta en las elecciones de 2000, y de sobra es conocido cómo respondió a la vuelta de ETA a las armas -aprobación de la Ley de partidos, cierre de Egin, de las herriko tabernas, persecución del entorno, redispersión de los presos que habían sido acercados, endurecimiento de condenas, escalada de recorte de libertades...-. Además, los interlocutores de las conversaciones de Zurich fueron siendo detenidos uno tras otro y el interlocutor, el obispo Uriarte, fue quemado públicamente por el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja. Ahora, rota la más reciente etapa de esperanza, los empresarios han denunciado la llegada de nuevas remesas de cartas que exigen el pago del impuesto revolucionario, la kale borroka vuelve a pasar al primer plano de las noticias, y la Guardia Civil interceptó el pasado día 21 de junio un coche en Ayamonte en el que los terroristas transportaban casi 130 kilos de explosivos y hasta 10 detonadores, lo que hace pensar en la intención de ETA de plantear una campaña de verano en localidades costeras del sur de España a base de bombas. Desde el Estado, la Policía ha llevado a cabo importantes detenciones, entre las que destacan el encarcelamiento del máximo interlocutor de la izquierda abertzale, el líder de Batasuna Arnaldo Otegi -al que el propio Zapatero defendió durante la tregua como un «hombre de paz»- y la detención de Iban Apaolaza -presunto responsable del atentado con el que ETA rompió de facto la tregua de Lizarra- en Canadá, o la de Antxon Aspiazu en Méjico, desde donde estaría encargándose de aspectos mportantes de la financiación de la banda. Además, la vuelta a la colaboración con el PP anunciada en la reunión que Zapatero mantuvo con Rajoy en La Moncloa, podría ser el origen de los pactos en Alava y Navarra, y anticipar una nueva etapa de confrontación total. Muchas veces, la Historia puede ofrecer un retrovisor desde el que contemplar lo que se acerca al presente. Entre los procesos de Argel y Lizarra pasaron 10 años, mientras que sólo ha habido que esperar 7 para éste último intento. Y dicen los expertos en optimismo que esto significa que el ciclo se acorta y que todos los agentes entienden que sólo mediante uno de estos procesos es posible lograr el final del conflicto.


Una píldora contra la desesperanza

La Historia también recuerda que tanto Felipe González como José María Aznar contaban con mayorías absolutas cuando se embarcaron en estos procesos y quizá eso le haya faltado a Zapatero para afrontar con más seguridad y contundencia la oportunidad abierta, sobre todo teniendo en cuenta el tipo de oposición que, por encima del espíritu del pacto antiterrorista, ha apostado por mantener el principal partido de la oposición. Sólo el tiempo dirá si el escenario vasco vuelve a enrocarse en lo peor de la estrategia de las trincheras, o si es posible resucitar el espíritu que hizo posible que tantos corazones se llenaran de esperanza. Por el momento, Sísifo vuelve a lo más bajo del valle y, resignado, contempla un segundo el horizonte con los brazos en jarras y comienza trabajosamente a empujar de nuevo la piedra ladera arriba.

Un observador del proceso vasco que quisiera confrontar con la Historia sus incontenibles ganas de ver luz donde ahora sólo se ven terribles sombras podría alimentar su esperanza buscando un nuevo paralelismo con el proceso de paz que actualmente hace sonreir a Ian Paisley y Martin McGuiness en el norte de Irlanda. Y es que la tregua que ETA hizo volar por los aires en Barajas y rompió sobre el papel el pasado día 5 de junio evoca la situación de estancamiento que el proceso del Ulster vivió hace una década, antes de desembocar en el desarme del IRA de hace dos años. La Declaración de Downing Street de 1994 había abierto las puertas al diálogo y dejaba entrever la posibilidad de lograr un acuerdo resolutivo entre las partes. Pero, tras año y medio de conversaciones, el IRA creyó que el proceso se había estancado y decidió atentar. Y aunque muchos entendieron que no quería causar muertos, sino llamar la atención sobre la situación de bloqueo que apreciaba y presionar así a Londres para que retomara el impulso negociador inicial, se cobró dos vidas más cuando, el 10 de febrero de 1996, un comando hizo estallar media tonelada de explosivos escondidos en una camioneta aparcada en la estación de tranvía de South Quay, en el distrito financiero londinense de Canary Wharf. Con aquel atentado, el IRA ponía fin a 17 meses de alto el fuego (por los 14 que ahora rompe ETA).

Respuestas tras la ruptura de la tregua Jose María Aznar, 28 de noviembre de 1999: -«ETA se equivoca de nuevo». -«La fortaleza y unidad que hemos demostrado en los momentos más difíciles siempre prevalecerán sobre los que intentan sembrar la desesperanza y provocar el desánimo». -«Me comprometí como presidente del Gobierno a impulsar con toda determinación las iniciativas que condujeran al inicio de un proceso». -«ETA se equivoca de nuevo cuando desoye el clamor unánime de la sociedad en favor de la paz y de la convivencia pacífica». José Luis Rodríguez Zapatero, 5 de junio de 2007 -«ETA vuelve a equivocarse». -«La sociedad española ha mostrado a través de un periodo ya muy largo que su dolor no debilita su fortaleza». -«He realizado todos los esfuerzos posibles para alcanzar la paz y abrir un marco de convivencia para todos en el que pudiesen defenderse democráticamente todas las opciones y supere todo enfrentamiento». -«ETA va radicalmente en la dirección contraria al camino que desean la sociedad vasca y la española, el de la paz».

La violencia pareció desaparecer entonces de la escena para propiciar que se retomaran las conversaciones. Sin embargo, el 15 de junio, y mediante el mismo mecanismo efectista de la camioneta fuertemente cargada de explosivos, el IRA golpeaba Manchester destrozando literalmente su centro comercial, pero sin causar víctimas mortales. Con sus dos atentados, la organización trasladó un mensaje de fortaleza que probaba que, si el conflicto no se desatascaba, estaba en condiciones de hacer daño a los puntos neurálgicos del país. Afortunadamente, el diálogo prosiguió de forma discreta y, tras la llegada de Tony Blair al poder en 1997, el proceso recobró fuerza por encima de los brotes de violencia y devolvió la esperanza a los irlandeses desembocando en los Acuerdos de Viernes Santo que se alcanzarían un año más tarde y que llevarían al IRA en 2005 a inutilizar su arsenal y renunciar a la lucha armada.

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Ezbaian

¿Punto final El pasado 5 de junio, ETA anunciaba la ruptura oficial de la tregua que mantenía desde marzo del año pasado. Pocas horas después, el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, comparecía ante los medios para subrayar que la organización se había vuelto a «equivocar», pero también para apuntar que él seguirá trabajando, empeñándose en que «la paz se alcance cuanto antes». A renglón seguido, Arnaldo Otegi, en su valoración de la noticia, se comprometía a «redoblar esfuerzos» para que «el proceso se dé», y concluía afirmando rotundamente que «no se puede transmitir a la ciudadanía que todo ha acabado, porque no es verdad». ¿Está el conjunto del proceso totalmente muerto y enterrado tras el atentado de Barajas y el comunicado del fin de la tregua, o quedan rescoldos de los que, como sucedió en Irlanda, podría renacer en un futuro más o menos cercano aprovechando las bases construidas durante estos meses? ¿Está definitivamente roto el proceso? ¿Podrá reanudarse alguna vez? Para responder a las preguntas centrales de este debate sin fin, hace falta conocer dos secretos. El uno es de pasado, del reciente pasado y consiste en calibrar con exactitud qué pasó para que ETA decidiera romper el alto el fuego permanente de marzo de 2006, en la TerRamón Jauregui Portavoz del PSOE en minal de Barajas el 30 de diciembre de ese mismo la Comisión Constitu- año. El otro es de futuro y afecta exclusivamente a los dirigentes de ETA, puesto que sólo ellos saben si volcional del Congreso de verá a haber atentados o no. los Diputados Yo tengo pocas dudas sobre ambos interrogantes, aunque, naturalmente, me baso en análisis y especulaciones. Análisis e informaciones sobre lo acontecido en los últimos años y especulaciones sobre previsiones de la violencia. Siento decepcionar a los lectores de Haritu, pero, sí, estoy convencido de que el proceso está roto. Definitiva e irreversiblemente finiquitado. Si no lo creyera y afirmara así, estaría aceptando una dinámica predemocrática inaceptable como es la negociación del fin de la violencia a través de un diálogo político con ETA. De la experiencia producida en estos años pasados todos debemos extraer enseñanzas y consecuencias. Mi lectura del pasado es ésta: por razones varias que no hace falta repetir, a lo largo del año 2004 el Gobierno llega a la conclusión de que hay una seria oportunidad de fin de la violencia. Más allá de propuestas concretas y declaraciones varias, fuimos persuadidos de una clara voluntad de negociar el fin de ETA en el marco de nuestras leyes, es decir, sin contrapartidas políticas que modificaran nuestro statu quo jurídico-político. Durante meses, ese camino se ha ido construyendo discreta e inteligentemente, hasta que el 22 de marzo de 2006 ETA anunció el alto el fuego permanente. ¿Qué ocurrió a partir del verano de 2006 para que todo se frustrara? Dos cosas que no podremos olvidar: la primera, la aparición de una controlada y planificada violencia paralela al diálogo, que generó una creciente suspicacia sobre la auténtica voluntad de abandono de las armas por parte de ETA y Batasuna (encapuchados en Aritxulegi, Kale Borroka, robo de armas, movimientos operativos en Francia, etc). La segunda es la reaparición en el diálogo de una serie de viejas demandas políticas, inviables, democráticamente hablando, al mismo tiempo que se rechazaba el diálogo sobre la disolución de ETA. Encajonado el proceso en esas condiciones imposibles, a los dirigentes etarras no se les ocurrió mejor idea que ordenar un gran atentado en Madrid para «engrasar el diálogo», que dirían ellos. Mi lectura del futuro es que ETA volverá a la violencia. En el momento de escribir estas líneas (finales de junio) todavía nada ha ocurrido. Pero, quien sabe si cuando sean publicadas o leídas, no tendremos sobre la mesa del análisis, nuevas desgracias humanas que añadir a la larga lista de víctimas de los terroris14 Haritu

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tas. Para aquellas almas cándidas que siguen confiando en ETA, el coche abandonado en Ayamonte con 130kg de explosivo, tampoco será motivo de alarma, como no lo fue en su día, la bomba de Barajas, pero hay que suponer con realismo que las ocho bombas que, al parecer, pretendían fabricar, no eran para jugar a las canicas. Ojalá me equivoque, pero creo que entramos de nuevo en el túnel del dolor y de la tragedia que impone la violencia de ETA. Es la vieja noria vasca del eterno conflicto que algunos consideran causa de una lucha, otros simplemente niegan y muchos queremos resolver razonablemente, en el marco de la política y de la democracia sin la presión del chantaje terrorista. Se nos pregunta ¿quedan rescoldos del proceso y bases construidas para retomarlo? Leyendo las informaciones del Gara de estos días -hábilmente manipuladas, como es lógico- me quedan pocas dudas sobre las intenciones destructivas del proceso, por parte de las fuentes de dicha información. Evidentemente ETA o Batasuna -igual me da, que me da lo mismo- han contado su versión del llamado proceso con un doble objetivo: en primer lugar, responsabilizar al Gobierno de Zapatero de la ruptura por sus «incumplimientos» y dejar sentada la naturaleza política de la negociación que sustentaba el proceso. ETA tiene especial interés en esto último, por razones obvias. Pero nadie debe sorprenderse porque siempre han hecho lo mismo. Es decir, cuando han considerado acabado el proceso y han decidido volver a la violencia, cuentan los secretos de lo tratado, se atribuyen toda la razón de su causa y de su intervención en el diálogo y de paso, destruyen a sus interlocutores. De manera que no hay bases en ese pasado porque, entre otras cosas, ellos mismos las han destruido. Desconozco los lazos humanos y políticos trabados en estos años. No los desprecio pero ya no sirven. Lo más grave de lo ocurrido es que ya no podemos confiar más en tantos portavoces oficiosos que nos dicen una cosa y hacen la contraria. Que aseguran el fin de la violencia y desconocen lo que piensan o hacen los violentos o simplemente nos engañan aceptando la violencia paralela de sus primos. Lo importante es aprender del pasado y hoy sabemos que ya no bastan las «treguas» ni los «alto el fuego» ni nada parecido porque ETA ha demostrado que esos movimientos son tácticos y que nunca ha habido verdadera voluntad de cese de la violencia. Lo evidente es que ellos conciben el final tras una negociación acompañada de presión violenta que pone un precio a su disolución. Lo que se ha probado es que ETA no acepta su disolución a cambio de su inserción humana y política en la democracia, es decir, a cambio de defender sus reivindicaciones con la voz y la palabra sino que pretende imponerlas a cambio de la paz. Y así no. Así no puede haber proceso ni paz. Con esta organización incapaz de ver el siglo XXI, prisionera de su lógica militarista y enloquecida por su paranoia de representar a un pueblo oprimido que lucha con las armas para liberarlo, con esa ETA y con su mundo político plegado y sometido a su delirio, no hay camino. Quizás sea pesimista pero ¿tienen ustedes razones para desmontar mis argumentos? ¿Recuerdan el comunicado de la ruptura de la tregua en junio de 2007? Léanlo y piénsenlo.


o posible reanudación?

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Si hace casi 15 meses el anuncio de alto el fuego de ETA abrió un horizonte de esperanza en la sociedad vasca, la ruptura de este compromiso, en el marco de un proceso de diálogo y negociación totalmente atascado, abre un panorama pleno de interrogantes, sombras y preocupación que hace necesario un mayor esfuerzo de reflexión constructiva por parte de gobiernos, comunidad internacional y agentes sociopolíticos de Euskal Herria. No es momento para fatalismos que expandan el pesimismo y la resignación predicando la entrada en un túnel que cierre sine die el anhelo de la sociedad vasca. Tampoco para frivolidades y voluntarismos, cuando existe una realidad de sufrimiento y vulneración masiva de derechos básicos. Entiendo, eso sí, que, por encima de los hechos objetivos -ruptura del proceso negociador iniciado-, todas las partes tienen que seguir trabajando en la misma dirección: encauzar un proceso real de soluciones democráticas que permitan construir la paz. Lo contrario sería condenar a la sociedad vasca a la pérdida de esperanza y a la convivencia en confrontación. Dicho esto, ¿por qué hemos llegado a este punto? ¿Qué es lo que ha pasado? Si tan cerca hemos estado, o podemos estar, de un auténtico proceso de diálogo y negociación, ¿por qué esta situación de ruptura?; y, ¿por qué se ha desaprovechado esta oportunidad con decisiones y actuaciones incomprensibles? En la sociedad vasca y la comunidad internacional se generó una gran expectativa. El escenario que se abría necesitaba de prudencia, tranquilidad... pero, sobre todo, de convicción y confianza entre los sujetos determinantes en la construcción del proceso de diálogo y negociación política. La experiencia de otros procesos similares apelaba a tejer complicidades que fueran capaces de superar los obstáculos que, a buen seguro, podrían surgir. La inexistencia de un pacto de Estado para abordar un problema de Estado fue una primera gran carga de profundidad contra el nuevo contexto. El PP y su espacio mediático establecen desde el primer minuto una estrategia de acoso y desgaste que permanentemente sitúa a Zapatero y al Gobierno socialista en posiciones defensivas e, incluso en ocasiones, para contradecir al PP, en actuaciones más regresivas. Son los tiempos de actuaciones de la Audiencia Nacional, encarcelamiento de Arnaldo Otegi, aplicación de la doctrina Parot a más presos y presas, caso de Iñaki de Juana, mantenimiento de impulsos ilegalizadores en la actividad de la izquierda abertzale...; es decir, con la nueva situación se mantenía un arsenal político-judicial contra la izquierda abertzale totalmente incompatible con el contexto que abre el alto el fuego. Esta estela de presión político-judicial, de chantaje con presos y presas, de vacío en la consolidación de un espacio de diálogo y negociación política, ha sido una constante en la hoja de ruta de Zapatero. Detrás de palabras que pretendían dar cuerpo a un nuevo talante político y voluntades etéreas de «recorrer el camino hacia la paz», nos hemos encontrado con un Gobierno débil y dubitativo. Un Gobierno incapaz de soltar amarras con respecto a la presión del PP y sectores del Estado y, al contrario, en continuo vaivén, al ritmo del titular de tal o cual medio de comunicación. Zapatero ha sido rehén del CIS, ha estado preso de presiones internas y permanentemente ha actuado, por sus dudas y cálculos perversos, a remolque de la agenda impuesta por el PP. De esta manera no puede funcionar, no puede reco-

rrerse el camino hacia la paz en un conflicto que necesita medicina política para reconocer la existencia de un pueblo y el respeto a su libre decisión democrática. A pesar de que Zapatero, pienso, es consciente del valor y de la posibilidad de llegar a un escenario de paz, ¿por qué ha especulado hasta la saciedad con esta oportunidad pretendiendo debilitar a la izquierda abertzale y desvirtuar un proceso integral de soluciones políticas? A mi entender, Zapatero ha buscado atajos para evitar un proceso de diálogo y negociación política intentando ensamblar un final dialogado con una mera remodelación estatutaria, pretendiendo aplicar un «modelo catalán» que en Hego Euskal Herria no sirve. En lugar de abordar con determinación los pasos que necesita un auténtico proceso de diálogo y negociación, ha priorizado, con el aval e interés del PNV, el debilitamiento de la izquierda abertzale en el marco de una geometría política influenciada por el ruido que hacían el PP y sus «hooligans» mediáticos. ¡Así es imposible! En esta mirada retrospectiva habrá que considerar los errores que la izquierda abertzale haya, también, cometido en modelo de negociación o en la implicación de la sociedad en el mismo. Da la impresión que se ha hecho un proceso sin sociedad, en el ático político. Es verdad, además, que no se pueden eludir los hechos de Barajas, pero hay que recordar que hasta el 30 Rafa Díez de diciembre pasan muchos meses en un esquema especulatiSecretario General vo que termina por horadar confianzas, aumentando los mecadel Sindicato LAB nismos posicionales de negociación. Decía un experto sudafricano que las negociaciones posicionales siempre terminan en ruptura, que sólo se desarrollan o avanzan las llamadas negociaciones de intereses; es decir, en una negociación las partes tienen que convencerse del interés común del proceso abierto, de lo contrario rápidamente la negociación se convierte en un espacio de especulación, cálculo político y degradación. ¿Y ahora qué? Ésa es la pregunta que nos hacemos todos y todas. ¿Todo está roto? ¿Empezamos de cero? Creo que detrás de la ruptura de este proceso o intento negociador hay factores negativos, pero también hay que considerar cuestiones positivas que deben ser trabajadas adecuadamente para el futuro. Se han debatido y tratado los temas nucleares. Se han considerado los problemas y límites recíprocos. Han existido acercamientos considerables en el llamado diálogo de Loiola. ETA, por primera vez en su historia, ha hecho propuestas para desmantelar las estructuras militares en función de la proyección de un proceso de diálogo y negociación que aborde en términos democráticos un acuerdo integrador sobre territorialidad y derecho a decidir. Así pues, no partimos de cero; las cartas están sobre la mesa. El camino recorrido puede y debe servir para poner bases sólidas e irreversibles a un auténtico proceso de diálogo, de negociación hacia un acuerdo que ponga cimientos a una «segunda transición» democrática en Hego Euskal Herria. Zapatero sabe que es posible y que la paz podría estar cerca. La cuestión, tras la experiencia de estos últimos meses, es saber si asumirá los riesgos, los compromisos básicos para una reconstrucción necesaria del proceso para una solución política negociada. Por eso, en este momento de incertidumbre colectiva, es más necesario que nunca establecer los mecanismos de comunicación, contraste y negociación que permitan encauzar la situación. Apostar por lo contrario, encarcelando interlocutores, adoptando medidas vengativas o apelando a «unidades o pactos antiterroristas» es mantener la confrontación, la conculcación de derechos y el sufrimiento sin perspectiva. Es volver a caminos ya transitados y conocidos en sus múltiples y desgraciadas consecuencias. El diálogo y la negociación no tienen alternativa para solucionar el conflicto y la izquierda abertzale, estoy convencido, siempre estará abierta a recorrer ese camino. 15


Alegiak

Tina, ene maitea

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María Lizardi Idazlea Ramanujan Marrazkiak

M

undu desorekatuan instalatzen ahalegindu zen...

Hiru minutu. Oroi-minerako hiru minutu. Kerobiaren doinu eta hitzen goxotasun melodikoaren magalean. Oroitzapenei tiraka. Astebururo gau luzeetako aterpe dudan nire auzoko taberna-zulo honetan talde iruindarraren «Tina, maite zaitut» nire belarrien barrunberainoko bidea egiten hasi da. Malekoniazko bidea nire kasuan. Sentipenezkoa. Zigortzailea ere bai. Mundu desorekatuan instalatzen ahalegindu zen, eta ez zuen inoiz galdetu ere alboan ote zinen. Are zehatzago: hiru minutu eta hogei segundo. Nafar musikarien «Rose Scargot» disko bikainaren abestirik laburrena da, denborak berahala daroana, beti nahi baino lehenago. Tamalez. Ezin konta ahala minutu emango nituzke nik sentimendurik hunkigarrienak ernatzen dizkidan kanta honen doinuetan murgilduta, bide batez garagardoaren itsasoan igeri eginez hasia naizen honetan, itotzen oraindik ez. Auskalo hori ere ez ote den laster gertatuko. Bost axola. Kalterako badut ere, gauaren luzetasuna hitz madarikatu hauei helduta joko nuke. Bihotza urratzen badidate ere. Antza, gizakiaren joera omen da, madarikazioa esango nuke nik, samina eragin dioten gertaerei lotuta, atxikita, gelditzea. Eta ni irmoki iltzaturik nago, tinko. Belenen jaiotakoa gurutzean bezala. Nireak ziren espazio guztiak opa nizkion Katalinari, Kerobiarena ez nirea den Tina maiteari.

Momentu zailenetan ohitura txarra hartu zuen, inor kontutan hartu gabe lurrak irentsi zezan uzten zuen. Drogen putzu sakon eta ilunak irentsi zezan utzi zuen Tinak momentu zailenetan. Ni kontuan hartu gabe, inor. Alta, litxarreria hilgarrien maitaleen patua da hori, menpekotasunaren atzaparretan erorita gainerakoak, ingurukoak, bihotzekoak, beren bizitzatik erbesteratzea kaltea baino egingo ez dien maitale ahalguztidunaren mesedetan. Luze, luze eskertu zuen zure, zure gogo eta izate. Beti izan zintuen gogoan, ohartu ez bazinen ere. Zalantza hori izango dut betiko, marraskaka. Izan al ninduen gogoan? Eta gaur egun, gogoan al nauka? Eskergarri ote zitzaizkion nire gogo eta izatea? Nola lagundu, ordea, laguntzari muzin egiten dionari? Zaila da herioaren atakan joka dabilenari eskutik heltzen saiatzea. Eromen bihurtzen da azkenean. Ezintasunaren sentsazio hutsala. Beti izango zaitut gogoan, nere azken eguna iritsi arte. Beti izango zaitut gogoan, Tina. Hiru minutu eta hogei segundo. Gehiago ez. Nahikoa nire bihotzean zartadura sakonak egiteko. Samina da maitatzea, borrokatzea; samina zoriontsu izatea ere. Eztarria geratzen zaidan garagardo apurrarekin busti eta banoa, nire lo eskasaz gozatu, edo agian hobe nire loa pairatu, ohi duen ohean etzatera. Nire gorputzari hiru orduz atseden har dezan agintzera, soilik hiru orduz. Atsedenaldi luzeagoen lekuko zen nire ohea Tina alboan nuenean. Bi gorputzen arteko ezkontzak irudikatzen duen maitasunezko atsedenaldiena. Laztanen ordu ahantzia.

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Alegiak

Lotarako hiru ordu, prestatzeko hamar bat minutu eta, goizeko zortzietarako, pixka bat lehenago ziurrenik, herriko eskolako atarian. Baso-esnerako tarterik ez, ez eta kaferako ere, edari alkoholgabe horien zaporea aspaldi ahaztua duen honentzat. Gutunean agindu bezala, zortzietan herriko-eskolan. Hitzordu saihestezina, edo behintzat saihesteko zaila. Ez du inporta, trukean 53.34 euroko ordainsaria. Otorduak egiteko ematen omen dute diru hori. Sos hori sakelarako eta egun oso bat Krisketa nire taberna-zulotik urrun, nire eguneroko galzoritik aldenduta, Tinarengana naramaten zorabiozko amets gazi-gozoei agur eginez, egun bakar baterako agurra bada ere. Apika, agur zerrenda luzea, behin betikoa, etorriko da atzetik. Hobe hala balitz, bai! 07.45. Atarian naiz. Bakarrik. Eguneko bigarren zigarretaren kea xurgatzen. Eta alde egingo banu? Ordu amaiezinak mahai baten atzean herrikide guztien nortasuna, segundo gutxiz bada ere, deskubrituz? Nortasun ezberdinak, bai, eta zer! Azken buruan, artalde berekoak gara denak. Artzaina galdua dugun artalde berekoak. Agirian ezkertiar deiturarekin sinatu eta jokabide eskuindarra dutenak, eskuindar direla aldarrikatu eta egiazki izaera sozialista nagusitzen zaienak, ezkertiar agertu eta badirenak... Zer leku ote dut nik nahasmen-kutxa horretan? 08.20. Dena dago ondo, hautestontziak, kabinak, gutun-azalak eta boto orriak eskatu bezala daude. Gorabeherarik ez, mementoz. Aurtengoak gatazkatsuak izango direla dago iragarrita. Krisketan eguneroko solasaldiko gai bihurtu da hondar aste honetan. -Zerrendak kutsatuta? To! Demokrazia, hori bai zegok aski kutsatuta, kirastua. Ez gaituk libre herri honetan hautu politikoa ere ukatzen bazigutek! -Egingo zinaten gaiztakeriarik! Hola edo hala, besterik gabe, ez dituk jartzen debekuak, areago instituzio goren horietatik. -Ezetz? Hi ez al habil beti beti biraoka dabilena lege-debekuak direla eta? Badakik zerrenda bat osatzen hasita luze emango geniakeela barra honen aurrean. -Antxoa harrapatzeko debekua. Horrek egiten didak niri zauririk mingarriena. Ez niri bakarrik. Emazteari eta gure haurrei ere bai. Eta jakina, gainerako arrantzaleei, eta beren emazteei, eta beren haurrideei. Ez dik itxura onik kontu honek. Itsasoa utzi beharko laster. -Hara, bada! Uler nazak orduan. Ezin diat hautatu ordezkari politikorik, ez nahi niakena behintzat, debekatu egin diatelako hauta-

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gai izateko eskubide demokratikoa, urratu egin diate. Torquemadaren lagun inkisidore horiek! -Ez zekiat nik! Ez diat piperrik ulertzen. Alderdi bereko zerrenda batzuk baliogabetuta, beste batzuk ez. Nahaste-borraste galanta. Zerrenda kutsatuak? Itsasoa, horixe bai ari gaituk kutsatzen. Uretara isuritako zinkinkeria munta-eskerga hilzorira zeramak antxoa. Ikusiko orduan. Etorkizun goibela. -Etorkizun goibela euskal herritar askorena bozka ematen ere uzten ez bazigutek. Erantzun egin behar zaiok bidegabekeria honi. Nolabait. Maiatzaren 27an herri-eskolan izango nauk, pankarta eskuetan. Bidegabekeria honi aurre egiten. Joxe Antonio eta Tomas Etxalekukoaren elkarrizketa hau entzun nuenerako banekien han izango nintzela ni ere. Ordurako jasoa nuen gutuna. Hitzordura huts egitea otu zitzaidan, eta horretarako zorizorian egon nintzen, Anderrek, Krisketako goizeko txandako tabernariak, kontuz ibiltzeko esan zidan arte. -Imanol, ez duk hain erraza marroi horretatik libratzea. Ez bahaiz zintzo portatzen, isuna hartuko duk. -Ez, ba! Nolako isuna? -Diru kontuko isuna soilik ez, espetxealdia ere omen zegok jokoan ÂŤherritarren betebeharraÂť den lan honi ihes eginez gero. -Espetxealdia? Ziegara? Hauxe fardela sartu zidatena! 00.09. Ion Endarlazak, zozketan nirekin eta Ainhoa Epelderekin batera hautes-mahaian egotea egokitu zitzaionak, ireki du eskolako atea bozkatzera datorren jendearentzat. Kalean jada badira horretarako zain daudenak, hamar bat lagun. Jendeak igande batean ez al du beste zereginik goiz jaikitzea baino? Krisketan ez, tenore horretan jada itxita dagoelako, Ekine taberna goiztiarrean harrapatzen nau ni ordu horrek igandeetan, oraindik etxeratu gabe, jakina. Guztiz ezberdinak ziren igande goizak Tinarekin. Behintzat hasierako garaietan. Bezperan sofaren gainean elkarri gerritik, bizkarretik, eskuetatik helduta zinema-istorio batez gozatu gauerdira arte eta igandean goiz jaiki. Pasioa eman, hamaiketako oparoa dastatu... Milagarren edo miloikagarren aldiz Tinarengana naramaten oroitzapenek lausotua nagoela, nortasun agiri bat jarri dute bozkak gordetzeko kutxaren gainean. Eta eskuetan hartu dut. Katalina Elizegi Otxoa, Jose Luis Elizegiren eta Juana Maria Otxoaren alaba. 1968an jaioa, Artiagoitin.


ÂŤSamina da maitatzea, borrokatzea; samina zoriontsu izatea ereÂť

Irtenaldia mundura ez zuen Artiagoitin egin, Donostian baina, adinez gertukoak garen herriko asko bezala. Hiriburuko ospitaleren batean jaio baina nortasun agirian herriaren, gure izatearen, izenarekin sinatu. Artiagoitiko Kale Berriko bigarren zenbakian helbideratua. Kilometroen urruntasunak ez ei du sorterriarekiko zilborrestea ebakitzen. Bere sustraiak nolabait bizirik, oroimenan galdu gabe, mantentzeko modua da herrian helbideratuta jarraitzea? Ez dakit, garrantzi nabarmenik bai galdera horrek? Hemen da, oraintxe. Nire aurrean dut. Tina. Kerobiarena ez, nirea.

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En primera persona

Mbuyi Kabunda Miembro de Estudios Africanos de la UAM Arropado por la paz interior que embriaga a quien se acerca al enclave del Santuario de Arantzazu encontramos el mes pasado a Mbuyi Kabunda, trasladando la realidad africana a la sociedad vasca dentro de las jornadas organizadas por el centro Baketik y la Fundación Tau sobre el continente negro. «Un modelo afrocentrista que fortalezca la capacidad de actuación interna» es la fórmula que defiende este socio de Sodepaz y miembro del Instituto de Estudios Africanos de la Universidad Autónoma de Madrid que afirma que «el fracaso que se recrimina a Africa es el fracaso de Occidente». Haritu: una de las noticias, lamentablemente, más comentadas últimamente es la ruptura de la tregua por parte de ETA. ¿Qué opinión le merece? Mbuyi Kabunda: es una noticia muy triste. Que se consiguiera llegar a vivir en paz, aunque de una manera relativa, sin muertes, ha sido extraordinario. La ruptura del alto el fuego en este país que yo tanto amo, en el que viví del año 1998 al 2000, es muy preocupante. Gracias al Partido Socialista, se habían dado muchos avances, ya que se mostraba con disposición a dialogar, a escuchar. Pero parece que ahora, aunque me gustaría que no fuera así, han acabado con el mandato del PSOE. Haritu: sin embargo, ETA justifica su decisión aduciendo la falta de iniciativa por parte del Gobierno español. Mbuyi Kabunda: el Gobierno está entre dos fuegos. Por un lado, tiene al PP, que ejerce una oposición radical utilizando la lucha contra el terrorismo como tema de campaña. Por otro, soporta la presión de ETA. No es fácil para un gobierno adoptar una actitud coherente, y me da mucha pena, porque

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con la decisión de ETA, en general, se ha presentado la actitud del PSOE como incoherente e irresponsable. Al final, el gran perdedor va a ser el PSOE y el PP va salir favorecido, teniendo en cuenta que las Elecciones Generales están a la vuelta de la esquina. El anuncio de ETA va a traer el retorno del PP, de su línea pura y dura, y del fin del diálogo, de cualquier forma de diálogo. Haritu: ¿cree que hay posibilidades de retomar el proceso de paz? Mbuyi Kabunda: se debe retomar, porque no hay solución al problema vasco mediante la violencia. Es la peor de las opciones. Se debe dialogar, y ETA debe comprender, y yo creo que lo sabe muy bien, que se pueden conseguir muchas cosas negociando, avanzando con el PSOE, con el gobierno del progreso, y no con la gente que utiliza su negación y su violencia para seguir reprimiendo. Haritu: usted pertenece a la ONG Sodepaz, que nació con el objetivo de ayudar a que los países del sur se emanciparan. ¿Piensa que el País Vasco no se ha emancipado en cuanto no ha podido ejercer el derecho de autodeterminación?

Mbuyi Kabunda: yo pongo como ejemplo el caso africano, que se puede extrapolar aquí. Me refiero al afrofederalismo, partiendo del propio pluralismo étnico y cultural de la sociedad. El Estado africano es multiétnico, multicontinental, multinacional, más o menos como España, con los gallegos, los catalanes, los vascos, los andaluces... y hay que respetar este pluralismo cultural de las nacionalidades. A mi parecer, aquí, con la existencia de las Comunidades Autónomas ya se dio un paso muy importante, porque pienso que la solución consiste en la descentralización, la desconcentración, la democracia ciudadana, en acercar el poder a sus usuarios y sus beneficiarios, y en España con las Comunidades Autónomas el problema ha sido resuelto en cierta medida. Africa, sin embargo, es un estado unitario, centralizado, jacobino, que se impone desde arriba. El derecho al etnodesarrollo es fundamental para un país, a desarrollarse según su cultura, su lengua y sus valores, y ¿por qué no el derecho a la autodeterminación? Yo creo que corresponde a los vascos decidir sobre su destino, quizás en colaboración con los españoles y los franceses, con quienes han compartido el pasado y el destino. Se debe hallar una fórmula de una cierta autonomía,


María Lizardi Texto Karlos Corbella Fotografías

«En Africa la ayuda al desarrollo ha servido para todo, salvo para el desarrollo»


En primera persona

negativo de Africa, haciendo una definición negativa del continente y reproduciendo tópicos, estereotipos del siglo pasado, y por otro, el afrooptimismo de la autocomplacencia, atribuyendo todo lo que sucede en Africa al colonialismo y al neocolonialismo, sin negar sus responsabilidades en la agonía del continente. Yo me aparto de ambos extremos para atenerme a lo que amo: el afrorrealismo; es decir, ver tanto el lado negativo como el positivo, expresar la realidad africana tal y como existe, objetivamente. Viendo en cada planteamiento más las causas que los efectos. Haritu: más allá de esa visión catastrofista que nos trasladan los medios de comunicación, ¿qué nos puede aportar Africa?

aunque, como he dicho, con las autonomías se ha avanzado bastante, pero es necesario encontrar otra fórmula para resolver el problema vasco. He hablado mucho con amigos vascos sobre el derecho de autodeterminación y me han dicho que un Estado vasco es viable, pero yo, sobre todo, insisto en el derecho al etnodesarrollo, según los valores de este país, como su lengua, el euskara, una lengua tan bonita. Valores que han de ser respetados y no negados como a los africanos, que nos han negado nuestras lenguas en favor de las coloniales. Hoy por hoy, en este mundo de la globalización, donde el mundo se ha integrado globalmente y desintegrado localmente, se debe, al mismo tiempo, permitir este globalismo y reconocer lo local. Haritu: se ha definido usted mismo como un afrorrealista. ¿Podría explicarlo un poco? Mbuyi Kabunda: es sencillo. En la actitud o visión de los problemas africanos suelen predominar dos extremos: por un lado, el afrocatastrofismo, donde únicamente se ve el lado

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Mbuyi Kabunda: tiene mucho que aportar. En primer lugar, el humanismo. Esto es algo que falta al mundo actual, donde priman el individualismo y la competitividad. El africano puede traer el humanismo, este sentimiento de vida gregaria y solidaria del que carece la sociedad. Por otra parte, el arte africano, que inspiró a muchos europeos de siglos pasados, incluso a Picasso con el cubismo, puede ser una aportación muy importante. En el panorama del arte, Africa puede aportar muchísimo y, de hecho, lo está haciendo ahora, en una Europa cada vez más rica y más vieja. Es un arte de una valor excepcional, de una inspiración milenaria. Nos tachaban de pueblo sin historia y sin cultura y, precisamente, somos lo contrario, gozamos de un arte envidiable. Haritu: la ayuda que está brindado Europa a Africa se ha convertido en un arma de doble filo, ya que los africanos se sienten deudores. Mbuyi Kabunda: Europa está devolviendo a Africa lo que le quitó durante mucho tiempo y no ha llegado a pagar aún suficientemente. Empezando por la esclavitud, ésa es una deuda que tiene Europa y que duró cuatro siglos, del siglo XV al XIX. Unos autores hablan de cinco millones de esclavos, otros de quince millones, veinte... El profesor Joseph Ki-Zervo, que acaba de fallecer y fue conocido por su rigor científico y académico, hablaba de 200 millones. No hay que contar sólo los que llegaron al Nuevo Mundo, también hay que

tener en cuenta a los que caían en los combates, los que tiraban al mar y se convertían en comida para los tiburones o los que mataban por la propia ley de la oferta y la demanda. De cada diez, uno llegaba al Nuevo Mundo y nueve se quedaban en el camino. Sumando, 200 millones, eso es así. Fue una sangría humana, se golpeó a Africa en su razón de ser. De ahí el fracaso del desarrollo, de ahí el fracaso del propio Estado. Son orígenes históricos. Haritu: ¿debemos atribuir a Europa, entonces, el origen de los conflictos africanos? Mbuyi Kabunda: ahí quería llegar. 100 años de colonización y, después, el neocolonialismo. Se da una independencia ficticia, decorativa, pero en el fondo se sigue controlando la economía y el proceso de toma de decisiones del nuevo Estado. Y ahora, la globalización neoliberal, la peor, que, después de la esclavitud y la colonización, la que más daño nos ha hecho. En Europa existe una visión simplista de los problemas africanos, que tienen orígenes más complicados. Aquíse se atribuyen a causas étnicas: «son combates étnicos en los que se están matando los unos a los otros». Es una lectura monolítica, cuyo objetivo no declarado es responsabilizar a los africanos de sus conflictos, eludiendo las responsabilidades exógenas. Haritu: ¿qué puede decirnos de la creciente presencia norteamericana sobre todo en determinados países del Africa occidental? Mbuyi Kabunda: EEUU ha estado en Africa desde la Guerra Fría, desde la lucha contra la Unión Soviética, en la época de la bipolaridad. Hoy por hoy, su presencia es cada vez mayor por el control del petróleo como sustituto del petróleo de Oriente Medio. Haritu: pero EEUU justifica su presencia diciendo que interviene para evitar brotes de terrorismo islámico. Mbuyi Kabunda: también. Durante la Guerra Fría, Africa perdió su importancia geoestratégica, pero tras el 11-S, ha vuelto a recuperar su importancia y atractivo, por dos razones: la primera es que los norteamericanos piensan que en Africa hay muchos estados que son zonas de nadie, sin control, y que pueden servir de retaguardia para Al Qaeda con el fin de atentar contra los intereses norteamericanos. Razón por la que los EEUU lanzaron la Iniciativa Pan Sahel, para entrenar las fuerzas de los países del Sahel


e incluso de Africa del norte, desde Senegal hasta Argelia y, en cierta medida, Marruecos, siendo el objetivo fortalecer la capacidad de estos estados, de controlar el Sahára y el Sahel, que es un desierto y que pueden utilizar los terroristas. De ahí el interés por Africa. También por el petróleo. EEUU ve amenazado su acceso al petróleo en Oriente Medio por la guerra, tanto en Irak como en Afganistán, un petróleo que pasa por los estrechos y que, en caso de guerra, es muy vulnerable y, además, tiene un coste alto. En consecuencia, están intentando encontrar una alternativa en el Golfo de Guinea, donde el petróleo se puede transportar fácilmente. La materia prima está en alta mar y lejos de los disturbios del contintente. Proyectan, en su estrategia de diversificación de aprovisionamiento a escala mundial, pasar sus importaciones del Golfo de Guinea del 15% actual al 25% en el año 2015. Haritu: ¿cree que Africa debería buscar sus propias alternativas para reorganizarse sin depender tanto de la ayuda exterior? Mbuyi Kabunda: sí, sí. El proceso de desarrollo es, ante todo, un proceso endógeno que tiene que partir de las propias iniciativas y esfuerzos internos. La ayuda puede servir sólo de paliativo. ¿Me podrían poner como ejemplo un solo país en el mundo que se ha desarrollado con la ayuda al desarrollo? Que yo sepa, no. Suelen decir que los Dragones del Sureste Asiático, pero es falso, porque, en primer lugar, el papel que jugó el Estado fue fundamental. En esos países el Estado creía en las infraestructuras, que después sirvieron a las actividades del sector privado. Otro factor determintante fue que nunca aplicaron las condiciones políticas y económicas de las grandes financieras internacionales. Además, dieron prioridad a la emancipación de la mujer y a la educación. Esos países recibieron muchos fondos de la época de la Guerra Fría para luchar contra el comunismo, pero fue un proceso globalmente interno y, después, supieron conquistar los mercados externos. Por eso digo que el desarrollo supone, ante todo, una ruptura. Una ruptura con concepciones, rupturas prácticas. Para eso, Africa tiene que contar con sus propias fuerzas. Bienvenida sea la ayuda externa, pero

como un paliativo. No debe ser el objetivo principal, porque no se puede perder de vista que el que da es luego el que manda.

gelino 150 años. Esto desanima incluso al más paciente. Hay que reducir estas desigualdades. Es un problema de justicia.

Haritu: la emigración es otro de los grandes problemas a los que se enfrenta Africa debido a esa falta de desarrollo...

Haritu: pero la brecha cada vez es mayor.

Mbuyi Kabunda: Africa es el continente que más dinero ha recibido y el resultado está ahí: el fracaso del desarrollo, o el desarrollo del subdesarrollo. Porque en Africa la ayuda al desarrollo ha servido para todo, salvo para el desarrollo. Los intereses del norte, los intereses de los dirigentes africanos... prima la mala gestión. Era la ayuda de los países ricos a los ricos de los países pobres. Además, se ha ayudado en los aspectos en los que había intereses, allí donde estaban las clases gobernantes africanas, pero la ayuda nunca se ha utilizado para luchar contra la pobreza. No. Ha sido la construcción de grandes elefantes blancos de las infraestructuras de la modernidad según el modelo occidental de desarrollo basado en la industrialización, la urbanización, la creación del estado-nación. Los países más pobres somos los países más endeudados como consecuencia de la deuda, que no se ofrece como una ayuda o donación, sino como un préstamo, un negocio. Desgraciadamente, en el fenómeno de la emigración, se ven más los efectos que las causas. Aquí se trata a los inmigrantes como invasores, incluso con tópicos: «será un árabe terrorista, vividor, aventurero, el negrito sidoso». El efecto llamada es consecuencia de esas desigualdades estructurales y, mientras sigan, hay que prepararse, el fenómeno migratorio no ha hecho más que empezar. Haritu: se está intentando ponerle límites. Mbuyi Kabunda: cuando llegué a este país, todavía llegaban aquí en avión. Después era a través del estrecho en buques, ahora en cayucos y mañana encontrarán otra vía, en avionetas por el espacio o por medios subterráneos. El problema que tienen allí es que la diferencia del nivel de vida entre un europeo y un africano es tal, que un africano tiene que esperar 150 años para alcanzar el nivel de vida de un europeo. Y para alcanzar el nivel de vida de un inglés, el baliense necesita 250 años. El ar-

Mbuyi Kabunda: mientras Europa siga manteniendo su arrogante nivel de vida, construída a través de la destrucción y robo de otros pueblos, esto seguirá adelante. Pero bajemos al nivel de las soluciones. Es un problema humano, no policial ni administrativo. E incluso es un fenómeno que ha existido desde que la humanidad es mundo, siempre se había permitido a los seres humanos desplazarse, mezclarse, como forma de evolucionar. Por primera vez, se están poniendo barreras a un fenómeno natural. El problema es estructural. Ante una Europa cada vez más vieja y rica y una Africa cada vez más joven y más pobre, se constituye el efecto llamada. Y las soluciones consisten en un trato también estructural. Se ha hablado del codesarrollo; es decir, ayudar a los países africanos en la zonas deprimidas utilizando a los propios emigrantes como agentes de la cooperación al desarrollo. Hay otro aspecto de la emigración más preocupante: la fuga de cerebros. Ese capital humano que nos costó mucho dinero formar ahora está trabajando en Europa atraído por los sueldos. Es la hemorragia cerebral de Africa y puede conducir a su muerte. Del continente salen miles de ingenieros, abogados, deportistas, modelos... Nos están quitando todo y éstas son las personas que Africa necesita para la creación de estados sólidos, para la concepción de un desarrollo duradero. Cuando Sarkozy habla de la emigración elegida y no impuesta, está contribuyendo al saqueo del patrimonio intelectual y cultural de Africa. El problema de la emigración necesita un trato humano, mejorando las condiciones de vida en el continente e incluso, como he dicho, convirtiendo a los emigrantes en agentes de cooperación al desarrollo, porque huyen del hambre, de la miseria y de la persecución. No hay barreras para el hambre, para la miseria y para la persecución. Huirán, saltarán, utilizarán cualquier medio para huir de una Africa empobrecida, convertida en un infierno, y llegar a una Europa enriquecida, a lo que ellos creen un paraíso terrenal.

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Hilvanando

Hari-muturrak...

Esperanza rota

Diálogo y consulta

El comunicado que nadie quería leer vio la luz la madrugada del pasado 5 de junio. Con él, ETA ponía fin a un tiempo de esperanzas y abría la puerta de la desolación con la macabra promesa de volver a abrir «todos sus frentes». La organización armada hacía pública esta decisión sólo 8 días después de que se celebraran las elecciones y basándose en la necesidad de «defender por las armas a este pueblo que agreden por las armas». Sin hacer ninguna autocrítica y recuperando el discurso de trazo más grueso, ETA apuntaba como responsables del fracaso del proceso al «fascismo» en que cree que se ha convertido el talante del presidente de España, Jose Luis Rodríguez Zapatero, y a la «traición» que, a su juicio, ha cometido el PNV por intereses económicos. Tras conocer la noticia, la izquierda abertzale oficial ha sido la única que, si bien reconoce que la única «responsable» de romper la tregua es la propia ETA, entiende que si el conjunto del proceso «ha fracasado» ha sido precisamente por culpa del Gobierno español y el PNV. El resto de fuerzas políticas se han movido entre la indignación y la frustración de un escenario en el que paz y normalización política son dos objetivos que se alejan una vez más.

El pasado mes se dio a conocer el último Sociómetro hecho público por el Gobierno Vasco. En él se dan claves que apuntan hacia dónde quiere caminar la sociedad. Entre ellas, destacan dos por su significado en el actual momento político y social: el deseo de ser consultados y la apuesta por el diálogo como única vía capaz de abordar un conflicto que definen como «político». Un 83% de los ciudadanos de la CAV se pronuncia a favor de la creación de una mesa de diálogo interpartito y de las iniciativas necesarias para llenarla de contenido. Siete de cada diez ciudadanos consideran que el pueblo vasco tiene derecho a convocar un referéndum de autodeterminación, si bien la mitad condiciona su convocatoria a que previamente haya desaparecido la violencia. Para afrontar estas demandas, un 58% cree que la ciudadanía debe tener una implicación activa en este camino para la construcción de la paz, frente a un 22% que opina que debería limitarse a respaldar la labor de las fuerzas políticas y un 15% que opta por pensar que la pacificación es responsabilidad de los partidos. Esta prospección sociológica fue realizada entre el 17 de abril y el 2 de mayo; es decir, antes de que ETA rompiera su «alto el fuego permanente». Pero, si se observan los resultados de los anteriores sondeos, éste último no hace más que apuntalar una tendencia que se consolida entre los vascos, como Lokarri está pudiendo constatar en su actual campaña, en la que pueblo por pueblo, trata de lograr el apoyo social para reivindicar el diálogo y conseguir que la ciudadanía sea consultada para que nadie pueda seguir manipulando su voluntad y asegurando hablar y actuar en su nombre.

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...hilos sueltos

Los votos toman cuerpo

A lo largo de este pasado mes de junio se han conformado los equipos de Gobierno que regirán las diputaciones y los ayuntamientos vascos durante los próximos cuatro años. La complejidad del mapa político vasco evidenció ante las urnas que el diálogo y la negociación serían las claves del periodo postelectoral en una situación en la que pocos obtuvieron mayorías absolutas para gobernar en solitario. Respecto a las capitales, Bilbo y Donostia no tendrán caras nuevas en el sillón principal y, finalmente, tampoco las tendrá Iruñea, donde el PSN no ha querido tragarse el sapo de coincidir con ANV siquiera en apoyar conjuntamente la candidatura alternativa que encabezaba Uxue Barkos por Nafarroa Bai. Más allá de cómo quedan los nuevos Consistorios, el desarrollo de las alianzas también ha puesto de manifiesto otros factores que proyectarán su sombra sobre la política vasca. La ruptura de la coalición de PNV y EA ha reforzado las diferencias que separan a ambas formaciones hasta el punto de que en algunos ayuntamientos, y pasando por encima de las directrices marcadas por su Ejecutiva Nacional, los candidatos de EA han aupado a la alcaldía a los candidatos de otras formaciones, y a su vez, candidatos de EA se han hecho con localidades en las que el PNV era la lista más votada basándose en el apoyo de otros grupos. Por su parte, a pesar de algunas especulaciones preelectorales, el partido jeltzale no ha llegado a traducir la buena sintonía entre Imaz y Zapatero en alianzas de gobierno y, en conjunto, ha perdido mucha de su representación municipal y foral. El mayor descalabro lo ha sufrido el PP, que sólo ostentará dos alcaldías y

pierde la diputación alavesa, mientras que el PSE ha gestionado su ascenso electoral y ha consolidado en base a él una importante presencia sin necesidad de apoyos externos. Pero la Ley de Partidos ha hecho de ANV el verdadero protagonista, y la constitución de las nuevas instituciones se ha visto salpicada por los resultados causados por la ilegalización de muchas de sus candidaturas. Protestas, ayuntamientos regidos por gestoras, concejales que se sienten obligados a ceder sus escaños para «respetar la voluntad de los ciudadanos» y expedientes disciplinarios a aquellos que han decidido contar con los votos de estas listas «contaminadas» para gobernar son algunos de los resultados que esta ley ha tenido de nuevo, dejando además una sombra de deslegitimación social que empañará la gestión de muchos ayuntamientos durante los próximos cuatro años; sobre todo en aquellos lugares donde los votos nulos fueron más que los obtenidos por las candidaturas que sí pudieron concurrir.

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Hemeroteka

Umorea El roto El PaĂ­s, 16 de junio.

Oroz Diario de Navarra, 6 de junio.

Ricardo El Mundo, 4 de junio.

Tasio Gara, 22 de junio.

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Esandakoak «No estamos dispuestos a entregar el timón de nuestro futuro a ETA (...). Nadie nos va a arrebatar el futuro en paz. Es ahora cuandose necesita más que nunca la iniciativa política para superarla violencia y solucionar el conflicto».

Juan José Ibarretxe, lehendakari del Gobierno Vasco.

«Lo que no se puede hacer es transmitir que todo se ha acabado. El acuerdo y el proceso son posibles en este país (...) Hay que redoblar esfuerzos, pero existesespacios concretos (...) que permiten que se alcance un acuerdo político».

Arnaldo Otegi, portavoz de Batasuna.

«Estoy convencido de que más temprano que tardela sociedad española conquistará definitivamente la paz, y me empeñaré en que esa paz se alcance cuanto antes».

José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno español.

«Expresamos nuestra decisión de reabrir todos los frentes(...) para defender por las armas al pueblo que es atacado por las armas».

Comunicado de ETA

«Objetivamente, nos guste o no, con violencia será imposible avanzar en un proceso. Si la vía es un diálogo político, la posición a favor de la ausencia de violencia tiene que ser permanente».

Pernando Barrena, portavoz de Batasuna.

«La violencia ejercida real o potencialmente es contraria a la justicia, a la libertad y a la paz, y cierra cualquiercamino hacia ellas. Debe, por tanto, desaparecer sin contrapartidas».

Comunicado de los obispos de Bilbao, San Sebastián y Vitoria-Gasteiz.

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A dos bandas

Alvaro González Texto Karlos Corbella Fotos

El abordaje del Pakea José Luis Korta & Unai Basurko Ver a José Luis Korta (Orio, 1949) y a Unai Basurko (Portugalete, 1973) explorando juntos el interior del impresionante velero Pakea es un privilegio. Han recorrido mucha mar y son ya historia de la navegación vasca. A bordo del barco que ha dado la vuelta al mundo salsean, comentan, tiran de cada cabo y manipulan cada pieza. Mientras Karlos les inmortaliza sonrientes, ellos hablan un lenguaje sólo descifrable por otros lobos de mar compuesto por garzas, quillas y cabestrantes. Korta se interesa por casi todo, como haría un niño, y Basurko, que juega en casa, responde diligente. A veces parece que el veterano es él, pero en su mirada hacia «Jose», como él le llama, se descubren inmediatamente el respeto y la amistad que les unen. Pie a tierra, los dos abordan la actualidad vasca desde sus peculiares ojos que, cansados de ver tormentas terribles e incontables, también les recuerdan que, incluso cuando parece que el cielo se va a desplomar sobre nuestras cabezas, termina saliendo el sol.

Haritu: ¿cómo véis las aguas de la política vasca?

comer, y ahí les dejaba encerrados hasta que lleguen a un acuerdo.

Unai Basurko: revueltas, muy revueltas. En realidad yo apenas estoy aterrizando porque he pasado mucho tiempo fuera, pero siempre sigues un poco todo desde donde puedes y ya me iban contando algo de lo que pasaba.

Unai Basurko: Sí, podíamos montar como un Gran Hermano, pero con los políticos en una mesa, ¿no? (Ríe)

Haritu: una vez rota la última tregua, ¿creéis que este proceso es reconducible?

José Luis Korta: pues sí; claro. Es que a éstos, les ves discutiendo acaloradamente en el Parlamento, o en los pueblos, o en la televisión, pero luego se están tomando un café tan tranqui-

Unai Basurko: bufff... La verdad es que ya después de lo de Barajas, con la muerte de dos personas, la cosa pintaba muy mal. Pero es que ahora, en pleno siglo XXI y cuando ya han pa-

José Luis Korta: yo mira; a los políticos los metía a todos en una sala, les daba apenas de

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los, y eso siempre ha pasado y siempre se ha dicho. Pues que se pongan de una vez al tema y lo agarren por los cuernos.


sado cosas como el 11 de marzo en Madrid y demás, ¿podemos seguir así?

Madrid ni dejarse enredar por lo que les digan desde allí.

José Luis Korta: sí, esto tiene que ir para adelante, pero haciéndose las cosas bien, no como se han hecho esta vez.

Unai Basurko: los pasos son importantes, y está claro que ambos deberían haber hecho cosas que no han hecho. Pero lo importante es seguir hablando; que ninguno rompa la cuerda por tirar demasiado.

Haritu: ¿que creéis que podían haber hecho ETA y el Estado para mantener viva la llama de la esperanza? José Luis Korta: más que eso, yo creo que son los partidos políticos vascos los que tendrían que ser capaces de sentarse y llegar a un acuerdo. Y ser capaces de hacerlo sin mirar a

José Luis Korta: sí. Está claro que es difícil, pero a la hora de ver quién se mueve, quién hace qué y demás, aquí lo que hay que tener claro es que nadie puede querer ganar al otro. Todos deben estar dispuestos a perder para que ganemos todos.

Unai Basurko: Con la fuerza sólo se arrasa al otro, pero no se soluciona el problema. Ni éste nuestro, ni ninguno a lo largo de la Historia. Y yo creo que, afortunadamente, eso lo tiene claro todo el mundo. José Luis Korta: claro. Si no, fíjate en Estados Unidos: cuenta con el mejor ejército que hay en el mundo y, sin embargo, se le mueren los soldados. Matar es muy fácil, pero hay que luchar mucho para acercar posturas y lograr que se termine el matar y el morir. Y lo más bonito de este mundo es la vida, y a ninguna madre nadie se debería plantear quitarle a sus hijos.

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A dos bandas José Luis Korta

«A los políticos los metía a todos en una sala, les daba apenas de comer, y ahí les dejaba encerrados hasta que lleguen a un acuerdo»

Haritu: durante esta tregua, la sociedad estaba muy esperanzada y confiaba en que la clase política sacara esto adelante aunque no supiera lo que se hacía en la cocina. ¿Habéis echado en falta una mayor movilización social? José Luis Korta: no, no creo que le corresponda a la sociedad ese papel. En muchas ocasiones y de muchas formas hemos dicho lo que queremos y lo que no queremos. Unai Basurko: sí. Nosotros podemos acompañar, sostener en algunos momentos un ar-

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gumento u otro, pero a partir de ahí, son aquéllos en los que hemos puesto nuestra confianza los que tienen y deben saber cómo gestionarla. Haritu: a lo largo del proceso, muchas caras conocidas e incluso muchos deportistas han hecho pronunciamientos públicos, y pelotaris, futbolistas y demás han ofrecido su imagen, o la capacidad de movilización que pudieran tener entre sus seguidores como dinamizador del proceso. ¿Creéis que los personajes públicos podéis o debéis hacer este tipo de contribuciones?

Unai Basurko: bueno... a mi no me parece en absoluto mal que se hagan este tipo de aportaciones si se cree que pueden ser positivas, pero yo no me considero especial. Soy una persona que se dedica a hacer un deporte y poco más. En absoluto creo que pueda ser bandera de nada, ni que nadie me deba seguir porque admire lo que hago. José Luis Korta: cada cual, como vea, pero yo tampoco suelo ser de esas partidas, la verdad. Sé que futbolistas del Athletic y de la Real y tal han hecho este tipo de cosas pero, aun pensando que puedan ser buenas estas cosas,


Unai Basurko

«Lo importante es seguir hablando; que ninguno rompa la cuerda por tirar demasiado» la responsabilidad de esto ya te digo que no creo que esté en la sociedad ni en los iconos que se puedan crear.

José Luis Korta: contaminado está el poder...

Haritu: por cierto; ¿sois futboleros?

José Luis Korta: lo que realmente hay que mirar en las listas es quién se presenta. No tiene que ser el partido el que elige el alcalde. Y el pueblo tiene que elegir al que crea que lo va a hacer mejor. Por encima de las siglas y los dictámenes de los de arriba, sean los que sean.

Unai Basurko: sí, yo sí, y llevo un par de temporadas pasándolas canutas con el Athletic... Haritu: y tú, Korta, imagino que lo mismo, pero con la Real...

José Luis Korta: también. Pero yo soy más del Athletic. En Orio, casi todos los chavales éramos entonces del Athletic. Otra cosa es que cuando me fui a remar a Bizkaia, me hice otra vez de la Real por aquello de llevar la contraria. Pero sí que hemos sufrido, sí. Y el Athletic no ha bajado este año por la afición que tiene, porque si en Anoeta hubiera lo mismo que hay en San Mamés, seguramente las tornas hubieran cambiado. Haritu: volviendo a la actualidad política, en este caso a la de vuestros pueblos, en Orio sí se pudo presentar ANV, pero en Portugalete no... ¿cómo habéis vivido todo este proceso de ilegalizaciones y listas limpias?

José Luis Korta: yo no entiendo nada. Será que los de Orio somos demócratas y los de Portugalete, terroristas, ¿no? ¡Pues que les metan en la cárcel si han hecho algo! Unai Basurko: Yo tampoco entiendo muy bien todo esto de que unos sí puedan competir electoralmente y otros no. No sé. Igual es porque me ha pillado que acabo de llegar, y...

José Luis Korta: No, no. No es que falte algo que te has perdido y por eso no entiendes. ¡Es que una persona normal no puede entender nada de lo que está pasando con eso! Haritu: ¿existen las listas contaminadas?

Unai Basurko: ¡Y el ambiente!

Unai Basurko: sí, es que con todo esto se ha desvirtuado un poco lo que creo que tienen que ser unas elecciones: la competición por ver quién crees que va a defender mejor el futuro de tu gente. Al final se ha hablado más del lío de quiénes son legales y quiénes no que de la verdadera política.

Haritu: hay concejales que están renunciando a sus actas en favor de las personas que iban en las listas anuladas, ¿os parece que puede ser una buena solución para este problema?

José Luis Korta: no es legal. Lo que había que hacer era protestar y pelear para que esas listas fueran legales. Luego no se puede andar haciendo el paripé de si me interesa darte esto o esto otro. Aunque ahora lo veamos en la desembocadura, el problema que ensucia toda esta situación viene de río arriba, y es de ahí de donde tienen que venir también las soluciones. Unai Basurko: hombre, por lo menos son sinceros, porque dicen estar en contra de la legislación que nos ha llevado a esta situación y, en consecuencia, piensan que igual así contienen el problema. De todas formas, estoy de acuerdo en que no deja de ser un parche.

José Luis Korta: si uno es un bandido, que le metan en la cárcel, pero ¿qué ha hecho de

delictivo esta gente para que el pueblo no les pueda votar? ¿A dónde vamos a ir en un país en el que un colectivo, te guste o no, ha intentado sentar a su gente en una mesa y se la han metido en prisión? Con estas estrategias violentas, ni con las otras, vamos a ningún sitio. Yendo un poco más allá de lo que decíamos al principio del Gran Hermano, esto yo creo que se puede arreglar sentando a los políticos la legislatura entera en una mesa y obligándoles a no levantarse hasta que lleguen a un acuerdo, que para repartirse la tortilla bien que discuten y bien que se entienden. Haritu: ¿cómo véis el futuro?

José Luis Korta: bueno; muy bueno, ¡que en cuatro años ganamos La Concha con Kaiku! (Ríe) Unai Basurko: yo soy bastante optimista. En los momentos más difíciles hay que tirar de fe, y yo creo que, a medio plazo, si éstos se ponen a dialogar de verdad, tenemos que ser capaces de solucionar nuestros problemas pacíficamente. La lógica y todo apuntan a que tiene que ser así. Estamos en el 2007 ya, y yo he nacido siempre con esto, mis aitas también, y mi amama,... Y espero que no puedan decir lo mismo mis hijos. Tenemos un país precioso, envidiado y admirado en todo el mundo, y es una pena que sigamos así. José Luis Korta: tenemos barco, tenemos velas, tenemos viento... lo único que falta es un buen patrón que nos lleve a buen puerto y haga las cosas bien, como se debe, sin importarle tener que enfrentarse con muchos por hacerlo. Unai Basurko: con esfuerzo, voluntad y ganas, se puede llegar a conseguir todo. Genios de éstos que logran las cosas sin trabajárselas, pocos hay en todo el mundo... Así que, ya se sabe: a trabajar.

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A dos bandas

«La vida aquí es mucho más dura que en la selva» José Luis Korta es historia viva del remo vasco. A sus 58 años, 14 banderas de La Concha conseguidas a lo largo de 36 años le contemplan como resumen de una trayectoria amplia que siempre ha estado marcada por su fuerte carácter. Parece no importarle estar abonado a que le siga la polémica, dice que aún le queda mucha mar por recorrer y no esquiva nunca una pregunta. Korta, en estado puro. Genio y figura.

Haritu: hace no mucho dijiste que el remo estaba «podrido». ¿Qué le pasa? José Luis Korta: eso lo dije a raiz de la polémica que se desató, porque había una tripulación que estaba ganando regatas con catorce enfermos que iban por ahí haciendo récords. Yo tengo otro concepto del deporte. No tiene nada que ver. Haritu: ¿hay mucho doping también en ese mundo? J.L. Korta: no, bueno. Hubo un caso concreto en Astillero, que tenían 16 remeros autorizados para tomar medicinas y productos farmacéuticos, cuando lo normal es que tengas uno o así que puede estar malo... y la tripulación se negó a que les hicieran las pruebas. Yo siempre he dicho a mis remeros que se cuiden, que no cojan frío, que entrenen; y si para ganar regatas tengo que decirles lo contrario, no me interesa seguir compitiendo. Ya no es deporte. Haritu: ¿qué te hizo elegir el remo frente a los otros deportes?

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J.L. Korta: es que cuando no tienes otra cosa... En Orio lo único que teníamos era el mar, entonces te echabas al agua a jugar, cogías un bote con remos y te ponías a hacer regatas con los amigos imitando lo que hacía la trainera que veíamos entrenar por la ría. Si hubiera tenido un campo de golf a lado de casa, hubiera sido golfista, y si llego a tener bici, ni te digo. Haritu: ¿qué hay que tener para llegar tan alto y mantenerse tanto tiempo? J.L. Korta: no hay secretos raros. Nadie nace con nada especial. Hay que llevar buena vida. En futbol dicen que a los 30 hay que pensar en retirarse; pero ¡es que los futbolistas se pasan más tiempo de juerga que entrenando! Mira lo que ha pasado con el Madrid; un equipo cojo ha ganado la Liga, pero jugaban como equipo, mientras que sus rivales estaban a otras historias. Haritu: ¿eres madridista, o qué? J.L. Korta: no; me alegro de que ganen por Capello, porque todos van en su contra pero él, firme. Me gusta la gente así, que tira para

adelante. Es como Clemente. Incluso me cae bien Piterman, porque una vez que ha puesto el dinero que nadie más quería poner, es normal que quiera mandar. ¡No van a decirle lo que tiene que hacer otros que no se mojaron cuando había que hacerlo! Haritu: a ti te han sancionado, has salido peleado con las directivas... ¿Crees que tienen razón los que dicen que tienes problemas con la autoridad? J.L. Korta: para mi, lo más corrupto es el poder, y lo demuestran cada día. A mi no me vale que me vendan que cinco son más que cuatro. Yo prefiero uno contra veinte. Y sigo navegando. El problema es saber quién pone a los jueces. Es como en el Oeste, donde el más bandido era el que elegía al Sheriff. Y a mi eso no me va. Aquí pasa igual. Cada vez que alguien llega a mandar, pone a los jueces que quiere, y los jueces deberían ser independientes. Y yo, si veo una injusticia, lucho contra lo que sea. Haritu: ¿qué te animó a meterte en televisión?


J.L. Korta: el pensar que aún soy capaz de meterme en problemas y solucionarlos por mí mismo sin pistoleros que me jueguen sucio. Haritu: ¿y no los tuviste? J.L. Korta: sí. Me hacían emboscadas los de la organización, pero a esos les puedo. La vida es mucho más dura aquí fuera que en la selva. Haritu: ¿cómo se lleva que la gente tenga esa imagen de broncas de ti?, porque te pintan muy fiero, pero en la tele y en La Concha te hemos visto llorar de emoción...

J.L. Korta: hay que intentar siempre conocer las dos caras de las personas antes de juzgarlas. Y muchos de los que hablan mal de mi no me conocen. Yo soy como soy; como una serpiente: cortas por la mitad, y soy el cascabel que hace ruido, pero no daño. Otros son la otra parte. En todo caso, yo duermo muy tranquilo.

ves. Y luego igual cruzo el Lago Ness remando. Yo pensaba que un año sabático era dedicarse a no hacer nada, pero parece que eso no sé hacer. Me liaron unos gallegos, y voy a ayudarles, tengo otro compromiso con Ría 2000 para hacer una trainera,... Ya ves, ¡año sabático!... Haritu: ¿te ves fuera del remo?

Haritu: ¿qué te veremos haciendo en el futuro? J.L. Korta: pues me iba a coger un año sabático, pero de momento soy entrenador de Kaiku para cuatro temporadas, así que ya

J.L. Korta: no creo. Me quedan unos 40 años o así, porque llegaré hasta los 99-100 (ríe), pero mientras haya agua y no nos tiren ninguna bomba americana encima, seguiré al pie del cañón.

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«En los momentos difíciles tienes que visualizar tu objetivo y centrarte en lograrlo, y eso es trasladable a la situación de Euskadi» Salió del puerto de Getxo para darse una vuelta alrededor del mundo y ahora vuelve al muelle que le vio partir para compartir su experiencia e intentar que volvamos a mirar al mar. Su optimismo le ha ayudado en los peores momentos de la travesía, y cuando se le pregunta si ve algo de luz en el escenario político de su tierra, recurre de nuevo a él obstinadamente. Mientras, aterriza de un viaje duro, pero del que se ha traído una buena dosis de paz interior a bordo del Pakea. Y se le nota.

Haritu: 32.000 millas de travesía transoceánica recorridas en 160 días y sin la ayuda ni la compañía de nadie más allá del equipo. ¿Proeza, o sencillo y dulce paseo por las afueras del Gran Bilbao? Unai Basurko: (ríe) sí, nada; un garbeo que decidí darme para conocer el océano, el Gran Nervión, je, je... No, hablando en serio, para mí ha sido un todo reto que, además de las 32.000 millas de competición, me ha exigido hacer casi otras tantas de entrenamiento, meter muchas horas de trabajo y preparación, y mucho curro. Pero ha sido muy bonito y la verdad es que estamos encantados con el resultado final. Haritu: ¿cómo nace la idea de participar en la Velux 5 Oceans? Unai Basurko: ya desde pequeño, cuando empiezas a navegar, tu vocación es irte cada vez un poco más lejos y cada vez con menos gente, porque ves que eres más autónomo. Por otro lado, los que vivimos aquí tenemos un referente como el de Ugarte, que dio la vuelta al mundo y a los que éramos chavales nos marcó

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un montón. Al final, esto de embarcarte para dar la vuelta al mundo en solitario es como el cierre natural de toda una progresión; la gran aspiración que tienes desde que empiezas un poco en serio. Por eso, una vez que se te mete en la cabeza, pones todo tu trabajo y terminas en la línea de salida. De todas formas, yo te diría que la Velux en realidad son dos regatas: una que hay que hacer hasta la línea de salida, en la que hay que aunar voluntades, conformar un proyecto fuerte, elegir, construir y preparar el barco... y otra desde ahí en adelante, que es la competición en sí. Haritu: ¿y el proyecto Pakea? Unai Basurko: bueno, a la hora de empezar a hacer ese trabajo de aunar voluntades y darle forma a esta idea, nos pareció que el de Pakea era un concepto atractivo para todos. Es un nombre sonoro, y algo que es muy necesario en todo el mundo. Además, el proyecto Pakea no es sólo algo deportivo. Aparte hay un objetivo que va más allá y que en este caso es que miremos un poco hacia el mar, aunque en este caso sea a través de la vela. La mar es una muy buena educadora. Exige compromiso, res-

peto, trabajo... pero también ofrece muchísima libertad, y todo eso te puede ayudar a crecer mucho como persona y a forjar un tipo muy concreto de carácter. Haritu: ¿en qué se piensa estando tanto tiempo solo en alta mar? Unai Basurko: la verdad es que en todo. En tierra solemos ir siempre rápido de aquí para allá, consumidos por las prisas y las urgencias. Estás metido en una rueda que no te deja ni pensar en lo que haces, en lo que tienes, en lo que quieres... Y todo eso, te lleva a pensar que a veces somos como prisioneros de nuestra propia vida y, en ese sentido, el mar te libera mucho de esa presión. Haritu: has comentado que dormías poco y mal y que eso te hacía incluso ver alucinaciones. ¿Tuviste alguna en la que vieras a los políticos vascos celebrando que habían llegado a un acuerdo? Unai Basurko: ja, ja... Sí, la verdad es que tuve problemas con el barco y no podía permitirme descansar. Y sí que tuve alucinaciones,


pero más que gente a bordo de farra, lo que veía eran cosas absurdas como que me faltaba el mástil o el timón, porque estaba muy preocupado e imagino que proyectaba mis angustias. Y luego también me veía a veces a mi mismo desde fuera, lo cual es toda una experiencia y acojona bastante... Haritu: en tu travesía se te han roto velas, has soportado tormentas, casi chocas con

una ballena... y sin embargo has podido llegar a la meta. ¿Puede haber algún paralelismo con el proceso de búsqueda de la paz en Euskadi? Unai Basurko: pues seguro que sí. Si tienes un objetivo, un fin, una ilusión, sabes que vas a tener días muy malos, sobre todo cuando es un proceso largo, y hay días en los que estás a 60 grados bajo cero en la Antártida en los que

no puedes como ni casi respirar y crees que no vas a llegar. Pero en esos momentos hay que centrarse en esa meta final que te ha llevado a embarcarte en el intento y pensar que en una semana o dos va a salir el sol, va a subir la temperatura, y vas a ir para adelante. Creo que en los momentos difíciles es muy importante visualizar tu objetivo y centrarte en lograrlo, y eso es perfectamente trasladable a la situación de Euskadi.

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Orratza

Comercio consumo con-sentido

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Justo Ofrecer mejores condiciones comerciales y asegurar los derechos de productores y trabajadores desfavorecidos, especialmente en el Sur, es desde hace años el objetivo del Comercio Justo, una iniciativa que, al tiempo que va consolidando su presencia, origina nuevos debates. Una perspectiva que trasciende a la visión tradicional empieza a instalarse en este circuito de economía solidaria.

Texto:

Garazi Landa

Luchar para una mayor justicia e igualdad de condiciones en el terreno del comercio mundial, principalmente en los países del Sur. Es el difícil reto al que se enfrenta el movimiento del Comercio Justo desde hace más de tres décadas. Miles de organizaciones de solidaridad, de cooperación para el desarrollo, cooperativas y colectivos de productores del Sur han contribuido a tejer en estos años una amplísima red de intercambio, de apoyo mutuo y de comercialización. Desde las primeras pioneras tiendas de la solidaridad, surgidas en los países del norte de Europa, hasta las numerosas entidades importadoras u otras asociaciones internacionales, esta iniciativa se ha visto varias veces reconocida y apoyada por diversos organismos internacionales, como el Parlamento Europeo en 1994 o el más reciente Dictamen del Comité Económico y Social de la UE. Sin embargo, su mayor reconocimiento es representado por los logros en el terreno de la sensibilización y de la cooperación y, resultado mucho más ambicioso y realmente difícil de conseguir, por las cuotas comerciales alcanzadas en estos últimos años. El último anuario de EFTA (European Fair Trade Association) habla de 3.000 tiendas de Comercio Justo consolidadas en toda Europa, 45.000 puntos de venta y un facturado calculado en más de 80 millones de ECU. Algunos productos «estrella», como el café, han consolidado cuotas de mercado alrededor del 5% en países como Suiza o Holanda, en una dinámica de crecimiento en todo el continente. Criterios éticos Además de los criterios económicos, unos valores éticos que abarcan aspectos sociales y ambientales son los cimientos sobre los que se asienta el Comercio Justo.

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Orratza

Tres secuencias de «China blue», documental dirigido por Micha X. Peledd que refleja las duras condiciones en las que trabajan empleadas chinas de una empresa textil exportadora.

Uno de los principios fundamentales que proclaman las Organizaciones del Comercio Justo no es otro que garantizar a los productores del Sur una compensación justa por su trabajo, un salario digno, ya que los sueldos que reciben los trabajadores del Sur les condenan a ser esclavos de la pobreza. Unos 100 millones de personas viven del café. La mayoría son jornaleros o pequeños campesinos que cultivan sus parcelas. Cuando caen los precios del café, los pequeños propietarios deben aumentar el área dedicada a este cultivo en detrimento de los productos para el autoconsumo. Los jornaleros deben andar varios kilómetros para llegar hasta las plantaciones y cargar los sacos de café de vuelta. El rechazo a la explotación infantil es otro de los principios básicos del Comercio Justo. Los niños y niñas trabajan como adultos en muchos países del Sur. Los jornaleros son ayudados por sus hijos e hijas para así aumentar los ingresos. Las situaciones de extrema pobreza que viven las familias les fuerzan a ello. Sin una escuela que les facilite un mejor futuro, trabajan demasiadas horas y viven en condiciones insalubres y expuestos a enfermedades. Además, cobran menos por su trabajo y sufren trastornos que les afectan física y psíquicamente. Es habitual que la mujer cobre un salario inferior por realizar el mismo trabajo que un hombre, y uno de los cometidos de este sistema comercial es intentar erradicar esa desigualdad. Desde la cuna hasta la tumba, las mujeres están sistemáticamente discriminadas en el plano social y económico. Esto les supone carecer de posibilidades de alcanzar un empleo seguro, ingresos propios, formación y por tanto tomar decisiones sobre su propio futuro. El 70% de los que viven en la pobreza absoluta son mujeres y hay un abismo entre la retribución que las mujeres reciben y el papel que desempeñan en la sociedad. El respeto al medio ambiente constituye otra de las preocupaciones del Comercio Justo. La sobreexplotación de los recursos naturales compromete el desarrollo de los países del Sur. En los últimos años se ha intensificado el uso de pesticidas y fertilizantes en las plantaciones. Se estima que en los países del Tercer Mundo se utilizan sin control unas 400.000 toneladas anuales de pesticidas, muchos de ellos prohibidos en los países del Norte. Aunque a corto plazo eliminan las plagas, estos productos afectan a la piel y a las vías respiratorias, y provocan la degradación de los suelos y la contaminación del medio ambiente, con la consiguiente recesión de los cultivos. Una producción de café sin productos químicos supondría un ahorro de entre 60,10 y

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120,20 euros por año y hectárea, aunque la productividad de las tierras sería menor. La ausencia de derechos laborales dificulta la obtención de unas condiciones de vida y trabajo más dignas, y el Comercio Justo se encarga de garantizar, en la medida de lo posible, su cumplimiento. En muchos países de Sudamérica y Africa, los capataces van armados; los temporeros se hacinan en alojamientos precarios; no hay ninguna cobertura sanitaria para prevenir enfermedades o accidentes; las leyes no permiten la asociación o sindicación y, si la permiten, los sicarios se encargan de perseguir a los activistas... Productores e importadores, protagonistas Dos son los grupos o sujetos protagonistas que rigen esta forma de comercio equitativo: los productores y los importadores. En su mayoría, los productores pertenecen a comunidades de las zonas más empobrecidas de América Latina, Africa y Asia. Pueden ser familias, pequeñas cooperativas, grupos de mujeres, talleres para minusválidos o empresas de mayor tamaño que engloban a pequeños grupos de productores. Muchas organizaciones de productores han mejorado su situación y la de su comunidad gracias al Comercio Justo, y han conseguido hacerse un espacio en el mercado local, de manera que no dependen sólo del comercio internacional. Los importadores compran directamente a los productores. Son el eslabón entre el productor y la tienda. Entre sus competencias y obligaciones están: avalar la procedencia de los artículos; garantizar las condiciones de pago a los productores (precio justo, prefinanciación, relación a largo plazo...); proporcionar a las tiendas información sobre los productos y los productores, y asesorar sobre el desarrollo de nuevos productos, los requisitos que deben cumplir para adaptarse a las legislaciones de los diferentes países, a los gustos de los consumidores, etc. El sello FLO, un aval de garantía a debate Desde finales de 2005 podemos encontrar en nuestros mercados que los productos de Comercio Justo cuentan con un Sello Internacional que, además de garantizar unos estándares de justicia con los pequeños productores de los países del Sur, promueve la entrada de estos productos en el mercado convencional, como supermercados, grandes superficies, cafeterías, etc. El organismo encargado de aplicar este sello, el Fairtrade de Flo, popularmente conocido como el sello FLO, es la Fairtrade Labelling Organization Internacional. El objetivo es que el Comercio Justo despegue en el Estado español, como ya ocurre en otros países de Europa. No obstante, la aprobación en marzo del 2004 del sello en la Coordinadora Estatal de Comercio Justo no estuvo exenta de dificultades y desacuerdos. Después de un período muy largo de debates, se aprobó el sello por sólo tres votos de diferencia. Esto generó una cierta polarización, ya que la Coordinadora estaba dividida en relación a este tema,

que en la actualidad continúa siendo muy discutido. La ruptura del consenso en el seno de la Coordinadora derivó, en febrero de 2006, en la creación del «Espacio por un comercio Justo», otra plataforma que aglutina una treintena de tiendas, importadores y ONG del sector. Los detractores del sello FLO, principalmente, consideran que esta certificación de garantía sólo analiza el producto en su origen, centrándose únicamente en las condiciones de producción. «Es el sello quien dice lo que es justo y lo que no, cuando puede haber pequeñas organizaciones de Comercio Justo que, a lo mejor, son justas pero que no pueden acceder al sello. Un pequeño productor tiene que pagar un dinero para obtener este sello y, si no lo puede pagar, no puede vender sus productos. Criticamos el uso instrumental que las grandes multinacionales pueden hacer del Comercio Justo», afirma Esther Vivas, coordinadora junto a Xavier Montagut del libro «¿A dónde va el Comercio Justo?», donde explican el momento actual por el que atraviesa el movimiento en el Estado español, así como sus perspectivas y sus retos del futuro.

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Orratza

Es, así, un tema que ha suscitado polémica; de hecho, en el último encuentro nacional de Comercio Justo se volvió a plantear el debate sobre el sello FLO. Según la Red de Consumo Solidario y las entidades del Espacio por un Comercio Justo, la iniciativa FLO «sólo certifica las condiciones de trabajo y elaboración de los productos en el Sur» y no tiene en cuenta cómo se ha distribuido y vendido el producto en el Norte. «Esto ha permitido que multinacionales como McDonalds, Nestlé y Procter&Gamble vendan productos que ellos mismos certifican como de Comercio Justo, sin tener en cuenta el conjunto de sus políticas empresariales», apunta el libro coordinado por Vivas y Montagut. Asimismo, Montagut añade que «apostar por el sello FLO significa apoyar únicamente productores del Sur y establecer unas relaciones Norte-Sur, sin tener en cuenta las relaciones Norte-Norte y Sur-Sur. No todo vale como Comercio Justo, aunque se haya producido según sus criterios los que recoge el sello FLO-, porque en el Norte también hay productos con componentes sociales y ecológicos que necesitan su es-

pacio». Como alternativa, este economista especializado en comercio internacional, consumo responsable y Comercio Justo apuesta por trabajar con artesanos y cooperativas en lugar de priorizar grandes superficies. Al hablar de Comercio Justo, en la actualidad, ya no podemos referirnos a una perspectiva única del mismo. Si hasta hace pocos años prevalecía, en el Estado español, una sola visión del Comercio Justo dominada por las principales organizaciones que trabajaban este tema, la consolidación del movimiento y el planteamiento de nuevos debates ha generado otra perspectiva que trasciende la visión tradicional. En estos momentos, el discurso único centrado en la producción en origen y en la necesidad de aumentar las ventas, como vía para ayudar a «los más pobres», se ha puesto en cuestión. Se trata de una perspectiva que rompe con un análisis estrictamente «asistencialista» y que plantea un modelo de comercio justo transformador, oponiéndose a la venta de sus productos en grandes superficies y rechazando su uso como instrumento de márketing empresarial.


«El Comercio Justo no se puede separar del consumo responsable» Haritu: ¿Qué es Setem? José Luis Mariñelarena: es una organización de cooperación internacional, una ONGD (Organización No Gubernamental para el Desarrollo), cuyos principios básicos tienen que ver con la sensibilización en el Norte a través de la educación en el desarrollo con el fin de transformar la sociedad del Norte.

José Luis Mariñelarena, coordinador de SETEM

Haritu: ¿qué campo de actuación tenéis? J.L. Mariñelarena: las áreas de trabajo son, por un lado, la formación, a través del curso «Colabora y aprende del Sur», que es un curso dirigido a voluntarios que quieran tener una experiencia de cooperación en algún país del Sur, en concreto en Latinoamérica, con idea de que la gente conozca la realidad del Sur in situ. Es una manera de que la persona tome conciencia de los problemas reales de esos países, se sensibilice y cambie su actitud una vez haya vuelto a su casa. Otro ámbito serían los proyectos de cooperación internacional que desarrollamos y la sensibilización y promoción del Comercio Justo. Haritu: ¿Qué proceso sigue la cadena de los productos del Comercio Justo? J.L. Mariñelarena: en resumen, lo que es la cadena comercial en el Comercio Justo se ve reducida porque uno de los criterios es intentar disminuir los intermediarios que, de alguna manera, hacen que el precio final sea más caro de lo que debería. Muchas veces el productor se queda con una parte muy pequeña del beneficio; en cambio, la cadena de intermediarios es muy grande y es ahí donde se van quedando los beneficios. Lo que se hace es intentar acortar esa cadena. En ese sentido, el Comercio Justo nace de una relación directa entre las organizaciones de Comercio Justo y las cooperativas o productores. En algunos casos esta relación se sigue dando, hay algunas organizaciones de Comercio Justo que siguen haciendo importación directa desde los productores, pero en la actualidad esto se ha complicado, porque las cadenas están empezando a estar presentes. Por ejemplo, existe una importadora de Comercio Justo, que es la que directamente, sin contactar con el productor, trae los productos, pero luego los puede vender tanto a tiendas de Comercio Justo, como a proveedores minoristas e incluso grandes superficies.

Nafarroa.

Haritu: las grandes superficies brindan una importante vía de acceso a estos productos... J.L. Mariñelarena: el Comercio Justo no lo puedes separar del consumo responsable. Al menos, ésa es la línea que mantenemos desde SETEM. Por esa razón, nosotros no somos muy partidarios de que el Comercio Justo se desarrolle a través de las grandes superficies, no queremos que sea la manera en que el producto llegue hasta el consumidor, porque, de alguna manera, esas grandes superficies representan un modelo de consumo bastante insostenible y poco solidario. Muchas veces, representa a los mismos agentes que han sido los causantes de esas injusticias, de esas desigualdades entre los países del Norte y del Sur. Es verdad que tiene su lado positivo, en cuanto facilita el acceso al consumidor de a pie, cuyas pautas de consumo están unidas cada vez más a un consumo rápido y cómodo, el que ofrecen las superficies. Sin embargo, nosotros apostamos por el pequeño comerciante, para que el producto de Comercio Justo sea coherente en toda su cadena. Buscamos que se le pague al productor un precio justo, pero que la importadora también sea justa, así como el lugar donde se comercializa. Haritu: es un tema que está en el punto de mira... J.L. Mariñelarena: sí, hay cierta división dentro de las organizaciones de Comercio Justo. Hay un sector que ve el acceso a estas superficies como una gran oportunidad y por otro lado, están quienes, desde una línea más crítica, piensan que puede ser una amenaza que va a llegar a desvirtuar al Comercio Justo.


Opinión

Una cuestión de fe

Cuando Mary Rabbani nos visitó hace ahora una década, la sangre de Miguel Angel Blanco, aún goteaba del altar del sacrificio y se iba extendiendo efervescente por todas partes. Ella, que a sus ochenta y siete años había estado como representante de la Fe Bahá'í en casi todos los países del mundo, quiso aprovechar la venida a España, en el que iba a ser su último viaje antes de morir tres años después, para conocer a los vascos y a los gitanos. No sabemos bien cómo interpretó aquellas movilizaciones ciudadanas del llamado «espíritu de Ermua». En la rueda de prensa que dio en Vitoria los periodistas quisieron que concretara alguna valoración del momento político, pero ella habló siempre desde un plano general, evitando enzarzarse en cuestiones partidistas. Luego se fue a Alicante, donde fue recibida por una nutrida representación de la etnia romaní. En aquel otro contexto, pese a todo, no hubo preguntas de contenido político, porque ya se sabe que los gitanos son otra cosa: a lo largo de su historia no se conoce ningún episodio en el que algunos de ellos hayan entendido el asesinato como instrumento para la construcción de una epopeya nacional; la suya es más bien la epopeya de los que han sufrido todas las guerras sin haber iniciado, ni participado siquiera en ninguna. Lo que Mary Rabbani vino a buscar fue el tesoro que se esconde en cada uno de los pueblos del mundo, esa herencia particular que enriquece el patrimonio espiritual de toda la humanidad. En ese terreno, los gitanos y los vascos nos presentábamos como dos expresiones distintas de una condición común: la de pueblo afligido.

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Con motivo de aquella visita, se publicó en el Diario Vasco (1/09/97) una entrevista a Mary Rabbani a cargo de Alvaro Bermejo. Al final, el escritor donostiarra le preguntó, en forma de disyuntiva, qué le produciría más entusiasmo, si regresara al País Vasco unos años después, un crecimiento espectacular de su fe o una discreta conquista de la paz. «Nos alegraría más la Paz, porque ésta también es una cuestión de fe», respondió ella. Para comprender el significado de sus palabras recurro a unos versos que escribió en 1958 («Poems of the passing»), en un momento para ella también de máxima aflicción, pues su marido, Shoghi Rabanni -más conocido como Shoghi Effendi- había fallecido repentinamente unos meses antes. Se trata de las primeras estrofas de un poema titulado «This is faith»:

Caminar por donde no hay sendero, respirar donde no hay aire, ver donde no hay luz. Esto es fe. Gritar en el silencio, en el silencio de la noche y no oír ningún eco, creer, y creer de nuevo, y volver a creer. Esto es fe.


Pedro Urquijo Educador

Tener guijarros en la mano y estar viendo joyas, alzarse palos, varas, y ver bosques, sonreír con ojos llorosos. Esto es fe.

Diez años después de aquella entrevista, lo que podemos afirmar es que, en el mejor de los casos, el proceso de conquista de la paz en el País Vasco ha sido discreto. Escribo estas líneas dos semanas después de que se declarara el fin del alto el fuego y pienso que, cuando se publiquen tal vez ya se haya reanudado el incendio. No se ven signos que inviten al optimismo. Sin embargo, está anunciado que las espadas se convertirán en arados (Isaías, 2, 2-5). Hay que tener fe para creerlo, es la base de toda esperanza. La paz podrá parecer una quimera, pero desde una perspectiva como la de Mary Rabanni, la paz, lejos de ser algo irrealizable, es algo que necesariamente tendrá que tener lugar, incluso aunque haya quien se esfuerce por impedirla. En 1985, ella hizo acto oficial de entrega al entonces Secretario General de la ONU, Javier Pérez de Cuellar, de un documento titulado «La promesa de la paz mundial». En él se expresa la convicción de que la solución a las guerras y conflictos violentos tiene que abordarse desde una perspectiva global, y se declara la fe en su segura consecución.

Los gitanos pueden enseñarnos muchas cosas a este nivel. Con la autoridad que les da el no haber sido nunca un pueblo que haya ejercido la opresión sobre otras gentes, nos hablan con voces procedentes de cinco continentes y en multitud de lenguas, además de la suya propia -la lengua romaní-. No hay muchos lugares en el mundo donde no haya alguna familia gitana. Actualmente son la minoría étnica más importante en la Unión Europea. Después de prolongados pesares, sus derechos están siendo progresiva e inexorablemente respetados. Muy lejos de ser un pueblo llamado a desaparecer o en proceso de decadencia, parece claro que cabe esperar muchos y grandes frutos de los gitanos. Por más que su situación requiere ser mejorada y que sus muchos y graves problemas exigen ser abordados, todo nos señala que su futuro es halagüeño. ¿Cómo han logrado llegar a este punto de la historia con tantos motivos para el optimismo? De momento sabemos lo que no han necesitado hacer para lograrlo. Por lo demás, ellos cuentan que cuando iban deambulando por los caminos, sujetos a mil calamidades, en lo momentos más críticos siempre invocaban a «la mano invisible». Cualquiera que los haya tratado sabe que es muy raro encontrar un gitano que no tenga fe. Echo la vista atrás y pienso que aquel último recorrido de Mary Rabanni antes de regresar a Haifa, donde finalmente fue sepultada, tendió un hilo conductor entre los vascos y los gitanos. En este momento amargo de nuestra conflictiva historia, ya podríamos agitanarnos un poco.

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Foros

Bruselas: punto de encuentro En un cruce de caminos de Europa Occidental, Bruselas es lugar de encuentro y morada para muchos europeos. A finales de los 90 un puñado de vascos se reunió en esta casa común, cosmopolita y moderna, aunque no menos orgullosa de su milenario pasado, para brindar apoyo a Elkarri tomando como base los cimientos de una capital caracterizada por ostentar el proyecto de paz más estable. Desafortunadamente, en este momento, El Foro de Bruselas de Lokarri se ve en la tesitura de volver a reconstruir esos cimientos que creía firmemente asentados.

Cuando nos contactaron desde Lokarri para que os contáramos lo que desde la capital europea estamos haciendo, la verdad es que no teníamos muy seguro cuál sería el resultado de nuestra aportación a Haritu. No lo teníamos claro, ya que, por un lado, los tiempos actuales no son los mismos en los que el taller de Elkarri-Bruselas estaba más activo, y por otro, porque sentar en una mesa a las y los voluntarios del taller no iba a ser sencillo teniendo en cuenta la alta movilidad del grupo en general. Si es algo, Bruselas es la capital de Bélgica, un estado que, seguramente, se parezca más en su diversidad y pluralismo a lo de casa que otros, pero también es la capital del proyecto de paz más estable que se conoce hoy en nuestro planeta. Este proyecto es la Unión Europea, que si bien para muchos no significa más que «Bruselas» o «un mercado», en realidad, abarca bastante más, por fortuna de los europeos y europeas. Aunque perfeccionable y en constante evolución, como toda sociedad vital, es gracias a la construcción de esta casa común, también conocida como la UE o Europa, que, por ejemplo alemanes y franceses, no se matan hoy en día. Las fiestas de Semana Santa y el festivo mayo de Bélgica estaban a la vuelta de la esquina cuando contactaron con nosotros desde Hari-

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tu, así que dejamos nuestra pequeña aportación para unas semanas después. Unas semanas que más se parecen a un periodo largo, por lo que han dado de sí, que a un mes en un año corriente. Cuando pensábamos que posiblemente ya no habría mucho más que aportar desde aquí o que necesitaríamos reflexionar sobre cómo colaborar con el proyecto de Lokarri desde este punto de encuentro que es Bruselas, parece que nos encontramos ante la misma pesadilla de no hace mucho: (1) Acaban de celebrarse en Hegoalde y resto del Estado español unas elecciones donde no todos los ciudadanos y ciudadanas han tenido el mismo derecho para elegir o ser elegibles -en base a la aplicación de la conocida Ley de Partidos; esta vez, no era por ETA-; (2) Seguimos con un clima político de crispación que supera la dosis aguantable para una sociedad -en gran medida debido al PP y a los medios de comunicación-; y (3) para rematar, y esto es lo más grave, ETA acaba de poner sobre papel lo que ya nos anunció con el atentado de Barajas de diciembre pasado. Con el comunicado del 4 de junio, ETA vuelve a ignorar la voluntad de la sociedad vasca. En Bruselas somos un puñado los vascos y vascas que, por diversas razones, llegamos o pasamos por la capital europea. Un puñado que, además, cuenta con amigos y amigas del llamado conflicto vasco,


HARITU, a partir de un texto de Ainhitze Bizkarralegorra Bravo y los demás miembros del Foro de Bruselas

bien porque les interese o porque también les afecte, como españoles o como europeos. Así, allá por finales de los 90, unos cuantas personas que conocíamos el trabajo de Elkarri nos juntamos y de ahí salió una semillita de Lokarri. Decimos semillita de Lokarri porque, en definitiva, el taller era lo que servía para unir, más que para hacer cosas con otros, dado nuestro contexto. Como personas ligadas en su mayoría, de alguna manera, a las instituciones europeas, nos parecía natural dar a conocer otros puntos de vista de la realidad vasca -a menudo distante de lo que trasladan los medios españoles- en foros como el de la Red Europea de ONGs de Derechos Humanos, tender puentes entre las diferentes fuerzas políticas españolas o europeas presentes en la capital europea, incluyendo a la Coordinadora por la Paz que se manifestaba después de cada atentado cometido por ETA, y apoyar a las visitas de Elkarri a Bruselas, como por ejemplo en la presentación del proyecto de Conferencia de Paz apoyado por las más de 120.000 firmas en el Parlamento Europeo. Asimismo, en un tiempo en el que a algunos nos daba cierto miedo hablar u opinar sobre lo que pasaba en casa, el grupo era un espacio para poder intercambiar opiniones y expresarse libremente. De las diferentes actividades realizadas, la más significativa para nosotros fue

una cena-coloquio que organizamos en junio de 2002, en la que logramos reunir a gente de todas las sensibilidades políticas en unos tiempos en los que parecía practicamente milagroso. En los últimos años, las idas y venidas de los miembros del grupo -ta -ller- han sido bastantes; algunos teníamos la esperanza de que, posiblemente, ya no tendríamos tanto que aportar. Pero ETA nos ha vuelto a demostrar que ni la voluntad europea expresada con la resolución del Parlamento Europeo del 25 de octubre pasado apoyando un proceso de paz, ni la voluntad de la sociedad vasca son suficientes para que, de una vez por todas, podamos encauzar un proceso de paz resolutivo y la tan ansiada normalización política que la sociedad vasca se merece. En un país y en un continente como el nuestro, con los instrumentos democráticos de los que gozamos, vale la pena profundizar en ellos y construir. La libertad y la paz se merecen vivir, no amenazar ni vulnerar derechos humanos. ¿Será posible que dentro del mayor proyecto de paz conocido hasta hoy, ese rinconcito de Europa llamado Euskal Herria, Euskadi, País Vasco o Pays Basque, sea el último del continente en vivir en paz y libertad? Ahora, tendremos que ver cómo contribuir a las iniciativas de Lokarri desde este punto de encuentro que es Bruselas.

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Campa単a

Bake errepidean aurrera Milaka kilometroren jiran, Euskal Herriko ia ehun herritan egin dute geldialdia Lokarriren bi furgonetek herri-kontsulta baten alde sinadurak biltzeko. Ibilbidea bukatzeko egun gutxi geratzen direlarik, jende ugarik agertu dio atxikimendua herritarrei hitza eman nahi dien proposamenari. Gizarteak, zuzen eta demokratikoki, biolentzia behin betiko uz dezan eskatuko dio ETAri kontsultaren bidez, bai eta alderdi politikoei elkarrizketa areagotzea ere, bakean eta demokrazian elkarbizitzeko akordio berri bat hitzartzeko nahia adieraziz.

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Aurreikusi bezala, Lokarriren bi furgoneten gurpilak Euskal Herriko kilometro eta kilometro ugari ibiltzen ari dira herri-kontsultaren berri eman eta proposamena sostengatuko duten sinadurak biltzeko. Nafarroa, Gipuzkoa, Bizkaia eta Arabako herri eta auzoetan dabiltza bi ibilgailuak eta, furgoneten diseinu deigarriak eta kon-

tsultaren aldeko mezuak erakarrita, jende ugari bertaratzen ari da martxoaren 31n abiatu zen herri-kontsultaren aldeko Lokarriren kanpaina honetara. ETAk su-etena hautsi duela aintzat hartuta, errezeta berri bat dastatzeko beharra azpimarratu zuen Lokarriren Koordinatzaile Nagusi Paul Riosek iragan ekainaren 15ean

Donostiako Boulevardean egin zen fugoneten aurkezpen ekitaldian, gatazkaren konponbiderako baliagarria izango den errezeta. Izan ere, su-etena hautsi eta gero, biolentzia, giza eskubideen urraketak, bazterketa, inkomunikazioa, elkarrizketa eza eta tentsio politikoa ezaugarri zituen iraganera itzultzeko arrisku egoera nabarmenean gaude. ETAk euskal

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gizartearen bake itxaropenak jipoitu ditu eta urratu egin ditu biolentzia amaitzeko bere nahia eta pertsona guztien giza eskubide guztiekiko errespetua. Erabat onartezina den sufrimendu kiribil batean sartu nahi du ETAK gure gizartea. Halaber, kezkagarria da Zapateroren Gobernuak ETAren erabakiari eman dion erantzuna Aznarren Gobernuak indarrean jarri zituen tresna zaharrak erabiliz; alegia, bazterketan oinarritutakoak. ASB eta ANVko hautagaitzak legez kanpokotzat jotzearekin hasitako jardunbideari segida eman zaio IĂąaki de Juana espetxez aldatzearekin eta Arnaldo Otegi espetxeratzeko erabakiarekin. Euskal gizarteak pairatzen dituen arazoak konpontzeko bide bezala elkarrizketari uko egiten dioten ahotsen agerpenak, iraganeko errezetak -ÂŤdemokratak batzearen alde eta biolentoak baztertzearen aldeÂť modukoak, adibidez- errepikatzearen alde daudenenak, iraganera itzultzen ari garen uste hau areago-

Lokarriren furgonetak Euskal Herrian barna egindako hainbat geldialditan.

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tzen dute; hots, jada gainditutzat ematen genituen hainbat egoera errepikatzen aritzearena. Gainera, behin baino gehiagotan jarri da agerian errezeta zahar horiek ez dutela balio konponbideak bilatzeko. Errealitate hau ez dator bat euskal gizartearen gehiengoaren nahiekin. Euskal gizarteak etengabe adierazi ditu bere nahiak: biolentziaren amaiera, pertsona guztien giza eskubide guztiekiko errespetua, elkarrizketa prozesu bat abiatzea eta elkarbizitzarako hitzarmen plural berri bat lortzeko gaitasuna eduki ahal izatea. Zenbat denbora itxaron behar dugu gure nahia onartua izan dadin? Zenbat atsekabe gehiago jasan behar ditugu? Gure gizarteak ez du etsi nahi eta gizartearen gehiengoen nahiak baztertzen dituztenek agindutako egoeran bizitzen jarraitu. Balizko errezeta guztiak dastatu dira eta ezinezkoa egin zaigu bakea eta normalizazioa lortzea. Zerbait berria probatzeko ordua da. Euskal gizartea gogaituta dago manifestazioak

egiteaz, kaleak betetzeaz, aukerak nola galtzen diren ikusteko eta jada iraganean bizi genituen eta berriz ere bizi nahi ez ditugun egoeretara herrastan nola eraman gaituzten ikusteko. Bere arazoak konpontzeko gizarte honen heldutasunaz jabetzeko ordua da. Konponbiderako baliagarria izango den errezeta berri bat dastatzeko unea iritsi da euskal gizartearen nahia argi gera dadin. Herri-kontsulta bat deitzeko ordua da. Gizarteak, zuzen eta demokratikoki, biolentzia behin betiko uz dezan eskatuko dio ETAri herri-kontsultaren bidez, alderdi politikoei elkarrizketa areagotzea eskatuko die eta bakean eta demokrazian elkarbizitzeko akordio berri bat hitzartzeko gure nahia adieraziko du. Euskal gizarteak bere etorkizunaz erabakitzeko gaitasuna eduki behar du. Eskubide ukaezina da baldin eta printzipio demokratikoak onartzen badira. Herritarrek beren arazo propioak konpontzeko giltza daukate eta kontsulta baten bidez

demokratikoki hitz egiteko beren gaitasuna aintzat hartu beharra dago. Orain, su-etena hautsi eta gero prozesua apurtuta dagoela, Lokarritik, uste dugu beharrezkoa dela ahaleginak biderkatzea iraganera itzul ez gaitezen, bai eta bakearen eta normalizazioaren aldeko lana sustatzea ere. Euskal Herria zeharkatzen ari diren bi furgonetak ari dira eginahal horretan, tinko. Furgoneten ibilbidean laguntzaile dabiltzan Lokarriren kolaboratzaileak ere ekarpen handia egiten ari dira jardun honetan, jendeari herri-kontsultaren berri emanez, sinatzera gonbidatuz; azken batean, bakean eta demokrazian oinarrituriko bidea eraikiz. Etsipena ezin da gailendu gure gizartean. Borrokan eta lanean jardun gara bakearen eta elkarrizketaren alde unerik zailenetan eta ezin dugu onartu, besterik gabe, zereginik ez dagoela. Eragozpen guztien gainetik, gizartearen gehiengoaren nahiak bakea eta normalizazioa erdietsiko ditu. Gizarteak bere etorkizunaren

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Munduari so

Un conflicto s

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Texto: Carlos Martínez Orduna

sin fin 40 años después de la Guerra de los Seis Días, la situación política de Oriente Próximo no tiene visos de solución inmediata pese a los numeros e infructuosos intentos de consolidar la paz en la zona. El núcleo central, encuadrado en las hostilidades entre Israel y Palestina persiste en toda su crudeza.

Desde hace demasiado tiempo, escarbar en la convulsa realidad que vive Oriente Próximo invita a sumergirse en un estado de deD. M. Indart sesperanza. La sangre de cientos de disputas y conflictos internos Escritor entre los diferentes agentes que conforman este polvorín han salpicado la actualidad diaria desde hace 60 años pese a que la génesis del problema, paradójicamente, no fuese otra que la confrontación que más muertos ha provocado a lo largo de la Historia, la Segunda Guerra Mundial. El paso del tiempo no ha amansado a este violento enjambre de abejas con muy diferentes objetivos políticos pero un enemigo común, Israel, cuyas discutibles actuaciones cuentan con el beneplácito y el apoyo a todos los niveles de EEUU, primera potencia mundial. Resulta difícil de comprender que hoy en día el núcleo central de este conflicto total, personificado por el enfrentamiento entre el Estado judío y Palestina, persista en toda su crudeza con la perspectiva, incluso, de varios acuerdos de paz fallidos como Camp David y Oslo. Actualmente, sólo Egipto y Jordania poseen tratados de paz vigentes que garantizan su convivencia pacífica con Israel. 40 años después de la cruenta guerra de los Seis Días, cuyo aniversario se celebró recientemente, Palestina se encuentra sumergida en una cruenta guerra sectaria, el muro de Cisjordania sigue quebrantando la libertad de miles de ciudadanos inocentes, Líbano e Israel amenazan con desenterrar las armas que ya emplearon hace casi un año en el enfrentamiento entre Hezbolá y el Ejército judío y Siria, aunque agazapada, nunca ha renunciado a una respuesta armada contra su vecino israelí... ¿Qué ha propiciado una situación como ésta, de conflicto constante, que llena a diario las páginas de nuestros periódicos? El detonante apunta a la configuración de unas fronteras artificiales que sólo satisfacen, como en la mayoría de los casos, a los poderosos y a los que les apoyan.

Un reparto discutible La victoria de los aliados en la Segunda Guerra Mundial y el consecuente derrumbe nazi aceleró la creación del Estado de Israel, aspiración histórica de la antigua Sociedad de Naciones, en virtud de la partición en dos de la «Palestina Histórica» -actuales territorios palestinos más el Estado de Israel-, bajo mandato británico desde 1922. La población autóctona, antes y durante la tutela del Reino Unido, era sobre todo musulmana, con una pequeña minoría cristiana y otra judía, pero la violenta escalada antisemita había provocado un importante éxodo de judíos que encontraron en el territorio un refugio ideal, principalmente después de 1930.

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La lucha por la paz Han sido numerosas las tentativas de paz en el marco del conflicto de Oriente Próximo, principalmente tras la Guerra de los Seis Días, en la que Israel logró un avance sin precedentes en sus objetivos expansionistas por el territorio. Sin embargo, y aunque las partes implicadas están condenadas irremediablemente a entenderse, ninguno de estos procesos ha terminado por cuajar y en la actualidad el conflicto persiste salpicado, además, por una espiral de violencia interna que amenaza con quebrantar la frágil estabilidad política de Palestina. Recientemente ha vuelto a divisarse una tenue luz al final del túnel, fruto de la cumbre cuatripartita de Sharm el Sheij, que ha reunido a Egipto, Jordania, la Autoridad Nacional Palestina de Al Fatah -gobernante en Cisjordania- e Israel en la ciudad egipcia. En este encuentro, primera ocasión en que el Estado hebreo se ha unido en una especie de coalición con gobiernos árabes moderados, Israel se ha comprometido a finalizar el boicot político y económico al Gobierno de emergencia palestino de Al Fatah, a impulsar el proceso de paz, y ha pedido la liberación de unos 250 presos del movimiento nacionalista. Todo ello, no obstante, a costa de perpetuar el bloqueo al gobierno de Hamas legítimamente elegido en las urnas en 2006 y que actualmente mantiene el control político y militar en Gaza; soluciones que, a buen seguro, no lograrán desbloquear por completo el proceso pero que constituyen un gesto de buena voluntad por parte de Israel. Retrocediendo casi tres décadas, en 1978, los primeros acuerdos de Camp David, al margen de establecer la devolución completa de la península del Sinaí a Egipto por parte de Israel, fijaron un calendario y un mínimo de competencias para negociar el establecimiento de un régimen autónomo en Gaza y Cisjordania que nunca llegaron a cumplirse. Pero las buenas intenciones prosiguieron a raíz de la creación de la Autoridad Nacional Palestina en 1988 bajo la presidencia de Arafat. Tres años después, Madrid acogió una conferencia para inaugurar las conversaciones directas de paz en la que participaron Israel, Palestina, Siria, Jordania y Líbano y en 1993 las esperanzas se acrecentaron con la reunión de representantes de Israel y la OLP en Oslo. En septiembre de ese mismo año, Isaac Rabin y Yasser Arafat firmaron una declaración de principios basada en estas reuniones, en virtud de las cuales el Estado judío reconocía a la OLP y otorgaba a los palestinos cierta autonomía a cambio de que renunciasen a sus pretensiones territoriales. Muy pocas veces la paz pareció tan cerca, pero el paso del tiempo volvió a instaurar el pesimismo entre los actores del proceso. Desde la firma de esta declaración de principios hasta el planteamiento de la Hoja de Ruta en el año 2003, las negociaciones se han visto sometidas a permanentes crisis cíclicas que ni siquiera pudieron zanjarse mediante las conversaciones que se celebraron al amparo del gobierno de Bill Clinton a partir del año 2000, una vez más en Camp David. El incumplimiento del calendario planteado por la Hoja de Ruta, que establecía en poco más de dos años el final del terrorismo y la violencia, la aprobación de una Constitución palestina y la solución de los problemas de los refugiados, el estatus de Jerusalén o las fronteras volvió a dar la razón a los más escépticos.

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Al terminar la Guerra en 1945, cuando las dimensiones reales del Holocausto se hicieron evidentes, la doctrina sionista, que partía de la base de que los judíos sólo podrían estar seguros en un Estado judío, se convirtió por vez primera en el sentimiento mayoritario en el judaísmo mundial. La ubicación de las tierras palestinas sobre el Israel bíblico, el pretexto. Y aunque los judíos sólo formaban un tercio de la población de Palestina y únicamente poseían el 6% de esos territorios en 1947, la Asamblea de la ONU decidió otorgarles en noviembre un 55% de la superficie total dentro de su plan de partición, a lo que la comunidad árabe se opuso frontalmente. Si los judíos tenían derecho a un Estado, ¿por qué no se fraguaba en Alemania, responsable de esta situación? Desde ese momento, en un ejercicio premonitorio, los árabes palestinos ya dibujaron una Palestina cada vez más numerosa en población judía -controlar un Estado soberano trae de la mano, irremediablemente, controlar la inmigración- y pronto dominada por la comunidad israelita.

Los sionistas aceptaron la partición pero sus líderes, en privado, contaban con objetivos más expansionistas una vez se convirtiesen en una potencia real. La primera guerra árabe-israelí, consecuencia directa de la creación del Estado de Israel en 1948, se convirtió en la primera «excusa» para hacer reales esos ambiciosos objetivos expansionistas, defendidos a capa y espada por Ben Gurion, líder de la comunidad judía en Palestina. «Cuando nos convirtamos en un poder fuerte después del establecimiento del Estado, aboliremos la partición y nos extenderemos por toda Palestina». El poder político, económico y militar de la emergente potencia le ha permitido hasta la actualidad capear un difícil temporal sin apenas sufrir daños de importancia si se compara con sus vecinos árabes. El primer conflicto armado involucró a los ejércitos de Transjordania -actual Jordania-, Egipto, Siria, Líbano e Irak, que cruzaron la nueva frontera israelí sólo un día después de que Ben Gurion proclamase el Estado judío, al retirarse el Reino Unido de Palestina. Las fuerzas hebreas vencieron sin mayores problemas tras varios meses de batallas y en virtud de los armisticios de Rodas, reconocidos por la comunidad internacional y la ONU, el 78% del antiguo Mandato Británico pasaba a formar parte íntegra de Israel en 1949. El 22% restante -Gaza y Cisjordania- quedaba en manos de Egipto y


Incumplimientos continuados Israel, desde su constitución como Estado en 1948, ha logrado por sus propios deméritos ganarse la antipatía de una parte muy importante de la opinión pública internacional por perder su prestigio de pequeño país en lucha por la supervivencia y convertirse en potencia agresora y ocupante. A todo ello también han ayudado, en buena medida, las constantes violaciones de las resoluciones de la ONU sobre el conflicto desde la primera guerra árabe-israelí de 1947, algo que no le ha salido nada caro por el apoyo total de algunas de las más importantes potencias mundiales, primero Francia, principal suministrador de armas a Israel hasta 1967, y posteriormente EEUU. Estas son algunas de las más importantes. En diciembre de 1948, durante este primer conflicto armado que causó miles de desplazados, la ONU exigió en su resolución 194 «que hay lugar para permitir a los refugiados que lo deseen regresar a sus hogares lo más pronto posible y vivir en paz con sus vecinos y que se deben pagar indemnizaciones a título de compensación por los bienes de aquéllos que decidan no regresar». Una resolución apoyada de forma abrumadora un año tras otro y que Israel se negó repetidamente a cumplir. Dos décadas más tarde, seis meses después de la Guerra de los Seis Días (noviembre de 1967), la resolución 242 subrayó «la inadmisibilidad de la adquisición de territorio mediante la guerra» y llamó «al retiro de las fuerzas armadas israelíes de los territorios ocupados en el conflicto», así como a «respetar y reconocer la sobera-

Jordania. El Estado Palestino había desaparecido y Jerusalén, que debía ser internacionalizada, fue dividida entre el control israelí y el jordano. Como siempre, el drama humano de millones de refugiados -alrededor de 700.000 palestinos- tiñó de luto un conflicto efervescente que sólo acababa de dar un pequeño primer paso, aunque esa nueva configuración de las fronteras se asemejase casi al 100% a la actual situación. Pese a que hubo varias oportunidades para la paz posteriores a este conflicto, la intransigencia israelí, que rechazó en 1951 un plan de paz de la ONU aceptado por los países árabes, fue un factor fundamental. Las acciones de guerrilla posteriores contra Israel y las negociaciones infructuosas para que el Reino Unido se retirara de la zona del Canal de Suez provocaron en 1956 el estallido de un segundo conflicto armado, antecesor y en parte causante de la Guerra de los Seis Días, en el que tomaron parte la antigua colonia, Francia e Israel en Egipto. La aplastante victoria militar de las potencias occidentales, no obstante, se convirtió en una importante derrota política para ellos por la presión internacional que les obligó a retirar sus ejércitos de la zona. Israel también debió retirarse de la península del Sinaí, conquistada por primera vez durante esta guerra, y un cuerpo especial de la ONU fue desplegado en la península.

nía, integridad territorial e independencia política» de cada Estado. Israel, amparado en la ambigüedad del término «territorios» -se escudó en que no estaba claro el artículo «los» en el texto, pese a que sí figuraba en las traducciones en francés y en ruso-, respondió que sí podía conservar algunos de ellos como una forma de obtener fronteras seguras. Al margen de ampliarlas, sólo se desprendió de parte de los Altos del Golán fruto de la guerra del Yom Kippur (1973) y no devolvió a Egipto la Península del Sinaí hasta 1979 (Camp David). En cuanto a Gaza y Cisjordania, la situación actual habla a las claras. En 1974, la resolución 3236 volvió a reafirmar «el derecho inalienable de los palestinos a regresar a sus hogares y recuperar sus bienes desde donde quiera que se encuentren desplazados». También exigió el «derecho de autodeterminación del pueblo palestino». Nada más lejos de la realidad. Y más recientemente, el 9 de julio de 2004, el Tribunal de La Haya declaró ilegal el Muro de Cisjordania y exigió su desmantelamiento, pero el entonces presidente Ariel Sharon hizo oídos sordos pese a la exigencia por parte de la ONU de acatar esta resolución. Actualmente, esta erizada frontera de más de 700 kilómetros se erige como un obstáculo casi insalvable hacia una normalización política duradera. Con la excusa de proteger la seguridad del Estado judío, Israel se ha anexionado de facto nuevos territorios de Cisjordania donde reside un buen numero de ciudadanos palestinos.

La guerra total Sin un cambio de actitud por ninguna de las partes, era algo evidente que la crisis entre Israel y Egipto no tardaría en repetirse. En junio de 1967, a raíz del bloque egipcio de los estrechos de Tirán y la movilización de los ejércitos árabes en la frontera de Israel, estalló la Guerra de los Seis Días, que enfrentó al Estado judío contra una coalición formada por Egipto, Jordania, Irak y Siria. Un conflicto que resultó clave en la geopolítica de la región y cuyas consecuencias han sido profundas hasta el punto de que se han dejado notar hasta nuestros días. Seis días en los que Israel se apoderó de toda Palestina, incluyendo Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este, junto con la Península del Sinaí y los Altos del Golán sirios.

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Israel comenzó a establecer asentamientos en lugares estratégicos de Gaza y Cisjordania con el fin de hacer irreversible la ocupación, violando de paso las Convenciones de Ginebra, y designaba a Jerusalén como la capital «eterna» del Estado judío. Como consecuencia de estos territorios conquistados, que en un principio estaban destinados a convertirse en moneda de cambio de una paz duradera -paz por territorios-, Israel consolidaba su posición de potencia ocupante ante una población árabe muy hostil y el apoyo total de EEUU. La situación actual es un fiel reflejo de este terremoto de acontecimientos, así como los conflictos posteriores, que sin ser desdeñables por la gran cantidad de víctimas mortales que han dejado a su paso apenas han tenido influencia en la configuración de las fronteras de la región. Durante la guerra del Yom Kippur (1973) Egipto y Siria recuperaron parte de los altos del Golán, en los acuerdos de Camp David de

1979 Israel devolvió a Egipto la península del Sinaí, pero la creación de la Autoridad Nacional Palestina en 1988, después de la Primera Intifada, no sirvió para que la raíz del conflicto llegase a buen puerto por el fracaso de los procesos de paz posteriores. Hoy en día la ocupación israelí de los territorios palestinos, pese a la celebración en 1996 de las primeras elecciones legislativas y al más reciente desmantelamiento de una parte mayoritaria de sus viejos asentamientos hebreos de Gaza y Cisjordania, es un hecho toda vez que sigue controlando las aguas, el espacio aéreo y las fronteras de los territorios con la construcción del muro de Cisjordania como telón de fondo. El fracaso de la Hoja de Ruta, último intento de reanudar el proceso de paz y alcanzar la independencia palestina, volvió a demostrar que el camino restante para solucionar el eje del conflicto todavía será largo.

Cronología 14/05/1948: la asamblea de la ONU vota a favor de la Creación del Estado de Israel, un plan de partición de la Palestina Histórica en dos estados independientes que rechaza la comunidad árabe al completo. Palestina nace «muerta» porque un día más tarde estalla la primera guerra árabe israelí, que involucra a los ejércitos de Transjordania, Egipto, Siria, Líbano e Irak contra el recién creado Estado judío. 1949: tras la victoria de Israel, los armisticios de Rodas otorgan a Israel un 78% de las tierras del antiguo Mandato Británico y el 22% restante (Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este) queda en manos de Egipto y Jordania. Unas 700.000 palestinos debieron abandonar sus hogares.

1982: Israel invade Líbano para expulsar a la OLP. Múltiples asesinatos de refugiados palestinos en Líbano por milicias libanesas cristianas y el ejército judío. 1987: empieza la Primera Intifada, con más de 20.000 muertos y heridos. 1991: conferencia de paz de Madrid, en la que participan Israel, Palestina, Siria, Jordania y Líbano. 1993: acuerdos de Oslo. Israel reconoce a la OLP y otorga cierta autonomía a los palestinos. 1996: Arafat vence las primeras elecciones legislativas en Palestina.

1956: en la Guerra de Suez, que involucra a Egipto contra Israel, Francia y el Reino Unido, el Ejército judío ocupa la Península del Sinaí, pero la presión internacional obliga a los aliados a retirarse. 1967: la guerra de los Seis Días enfrenta a Israel contra una coalición formada por Egipto, Jordania, Irak y Siria. El Ejército hebreo se apodera de toda Palestina, incluyendo Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este, junto con la Península del Sinaí y los Altos del Golán sirios. 1973: la guerra del Yom Kippur, última guerra total entre Israel y sus vecinos árabes (Egipto y Siria), no alteró sustancialmente el mapa geopolítico establecido tras la Guerra de los Seis Días. Siria recupera parte de los Altos del Golán. 1974: la ONU reconoce a la OLP como legítima representante de Palestina. Líbano se convertiría en su cuartel general. 1978: acuerdos de Camp David. Israel y Egipto firman la paz tras la devolución de la Península del Sinaí al gobierno de el-Sadat.

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2000: fracaso en julio de la Cumbre de Camp David, convocada por Bill Clinton para negociar la soberanía de Jerusalén. En setiembre se desata la Segunda Intifada tras la visita de Ariel Sharon a la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén. 2001: nace el Cuarteto de Madrid (EEUU, UE, Rusia y la ONU) con la intención de acabar con la creciente espiral de violencia. Se establece una Hoja de Ruta para reactivar el proceso de paz, pero sus puntos quedan incumplidos posteriormente. 2004: se inicia la construcción del Muro de Cisjordania. 2005: comienza la evacuación de 25 asentamientos judíos en territorio palestino, 21 en Gaza y 4 en Cisjordania. 2006: victoria aplastante de Hamás en las últimas elecciones legislativas. Bloqueo económico internacional al nuevo gobierno y posterior guerra civil frente a Al Fatah, facción nacionalista.




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