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Lokarri akordioaren eta kontsultaren aldeko herritarren Sarearen aldizkaria Revista de la Red ciudadana por el acuerdo y la consulta Lokarri

Haritu 13 noviembre 2007ko azaroa

Caminando entre Downing Street y Lizarra Jonathan MartĂ­nez & Fabio GonzĂĄlez Tareq Al-Bakri Se abre el abanico Myanmar, la tentaciĂłn del olvido

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Sumario Aurkibidea

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Haritu 13 Editorial Impulsando un acuerdo para la consulta Pies de foto Mehatxuaren kiribila Al hilo Caminando entre Downing Street y Lizarra Ezbaian David Pejenaute & Pere Francesch En primera persona Tareq Al-Bakri A dos bandas La llama de la juventud

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Jonathan Martínez & Fabio González Orratza Se abre el abanico Opinión Raíces y piedras, Pedro Urquijo Munduari so Myanmar, la tentación del olvido

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Zuzendariak: María Lizardi eta Alvaro González - Erredakzioa: Itziar Fernandez, Garazi Landa, Ana Elvira, Paul Ríos, Miguel Sarratea eta Ruth Soria. Ale honetako kolaboratzaileak: Pedro Urquijo, Pere Francesch, David Pejenaute, Ibai Los Arcos eta Juan Sánchez. Maketazio eta diseinua: Lokarriko diseinu taldea. Ilustrazioak: Srinavasa Ramanujan. Inprimategia: Antza (industrialdea 2. pab. - 20160 Lasarte) - Lege gordailua: SS-1142/06 - ISSN: 1134-8038 Para la edición de esta revista se utilizan papeles libres de cloro. Aldizkari hau moldatzeko klororik gabeko papera erabiltzen da.

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Editorial

Impulsando un acuerdo para la consulta El pasado 31 de marzo Lokarri puso en marcha una campaña de recogida de firmas que apoyasen la presentación de una propuesta de convocatoria de una consulta popular ante el Parlamento Vasco y el Parlamento de Navarra. Esta iniciativa ciudadana nacía con un doble objetivo: 1) ofrecer una alternativa cívica, pacífica y democrática para superar el bloqueo en el que se encontraba el proceso hacia la paz y 2) dinamizar la movilización, la participación y la iniciativa social en una situación de riesgo de vuelta al pasado. Las circunstancias en las que fue presentada dicha iniciativa han cambiado de forma notoria. El Gobierno Vasco, de mano del Lehendakari Ibarretxe, ha presentado una propuesta cuyo objetivo es desbloquear el proceso hacia la paz y que también recoge la posibilidad de convocar una consulta popular, bien para refrendar un acuerdo que alcancen instituciones y partidos políticos, bien para que la sociedad, en caso de desacuerdo o bloqueo, ponga las bases para iniciar un proceso de pacificación y normalización. A mediados de octubre Lokarri celebró asambleas provinciales en las que se reflexionó sobre la contribución de Lokarri en la nueva situación generada tras la presentación de la «hoja de ruta» del Gobierno Vasco y se extrajeron las siguientes conclusiones: 1. La campaña impulsada desde el pasado 31 de marzo ha permitido

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difundir social y políticamente una alternativa cívica, democrática y pacífica para desbloquear la situación. 2. La propuesta de convocatoria de una consulta ha encontrado un reflejo en las instituciones, más concretamente en la iniciativa planteada por el Lehendakari en el Parlamento Vasco. 3. El éxito de las iniciativas ciudadanas se mide por los apoyos recibidos y por la capacidad de impulsar alternativas concretas para solucionar los problemas que padece nuestra sociedad. En este sentido, el objetivo de la iniciativa (ofrecer una alternativa concreta y viable a la situación de bloqueo del proceso hacia la paz) se ha cumplido, aunque queda un largo camino por recorrer para que la posibilidad de convocar una consulta pueda materializarse. 4. Ahora la prioridad es contribuir a que la consulta tenga un carácter integrador y fomentar la participación ciudadana. Una consulta integradora es aquélla en la que se refrende un acuerdo político alcanzado por las instituciones y los partidos políticos, o bien, y en caso de desacuerdo, en la que la ciudadanía establezca unos principios de convivencia con capacidad de integrar sin exclusiones a todos los sectores sociales y políticos. En cuanto a la participación ciudadana, Lokarri considera que es imprescindible para legitimar socialmente la convocatoria y definir los contenidos de una consulta integradora.


Una consulta popular en Navarra 5. La convocatoria de una consulta es una propuesta novedosa para alcanzar la paz y la normalización y, lógicamente, genera dudas e incertidumbres en la sociedad sobre su virtualidad, objetivos y contenidos. Lokarri debe actuar con responsabilidad y la campaña de recogida de firmas puede contribuir a la confusión entre nuestra propuesta y la presentada por el Lehendakari que, coincidiendo en lo esencial, cada una de ellas tiene sus propios matices y acentos. En vista de estas consideraciones, Lokarri decidió dar por concluida la campaña de recogida de firmas que apoyen la presentación de una propuesta de consulta ante el Parlamento Vasco, no poner en marcha las iniciativas previstas (más concretamente, un día de recogida masiva de firmas prevista para el 27 de octubre) y acudir al Parlamento Vasco. Así, el pasado 6 de noviembre Lokarri ha entregado su propuesta en sede parlamentaria, en la que propone la aprobación de una declaración que incide en dos compromisos: en primer lugar, el compromiso de impulsar y apoyar la celebración de una consulta popular; en segundo lugar, el compromiso de hacer todos los esfuerzos necesarios de diálogo y acuerdo para llegar a la consulta con el mayor nivel de consenso posible. Precisamente, la exigencia de celebrar una consulta y de esfuerzo para alcanzar un consenso previo será el trabajo prioritario de Lokarri durante los próximos meses.

Si la campaña de recogida de firmas ha finalizado en la CAV, Lokarri ha decidido reforzarla en Navarra, ya que de momento la única propuesta concreta de convocatoria de una consulta popular es la planteada por Lokarri desde el pasado mes de marzo. Navarra también se ha visto afectada por el problema de la violencia, las violaciones de los Derechos Humanos y la ausencia de consensos básicos para articular una convivencia plural. Navarra ha sido parte del problema y será parte de las soluciones, porque la sociedad navarra también quiere vivir de manera pacífica y democrática. Es más, la celebración de una consulta en Navarra adquiere mayor importancia al no haberse celebrado ninguna hasta el momento en la que la ciudadanía navarra haya podido expresarse sobre su marco de convivencia. Es cierto que el Parlamento, sede de la soberanía popular de los navarros, ya se ha pronunciado sobre esta cuestión, pero el desarrollo de un sistema democrático en el que los ciudadanos sean los protagonistas es dificilmente compatible con la negativa a permitir que los navarros puedan decidir sobre su futuro. Esta necesidad de profundizar en la democracia tiene especial relevancia si además queremos que la sociedad navarra se pronuncie sobre un tema tan importante y transcendental como es la paz y la convivencia.

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Pies de foto

Mehatxuaren kiribila Anuncio amenazante 2007/10/05, Bilbo Hogeita bi? Hogeita hiru izan zirelakoan nago. Hogeita hiru lagun atxilotuta. Sarekada ederra. Seguran egin zuen bileraren ondoren buruzagi abertzaleak preso eramanak. Orain, berriz ere zornea dario zauriari. Bortizkeriaren zornea. Sendatuko duen ukendurik bai? Badago topatzeko nahia, baina nahasgarria da mehatxuaren bidea. Lubakiak ditu helmuga. Miguel Sarratea

Redoble de ofensivas y amenazas. ¡Impongamos nuestras razones con la intimidación! ¡Favorezcamos el enfrentamiento! ¡Total, la agresividad es un valor en alza! Vale que fue una acción represiva. Vale que desde su posición privilegiada el Poder Judicial ha saboteado la opción política de muchos ciudadanos, que las medidas de excepción y represión que actualmente se ciernen sobre la izquierda abertzale sólo sirven para enconar aún más el conflicto, pero no vale decir que la amezana y la violencia siempre tendrán la razón. No vale. Nos toca luchar con optimismo y esperanza por un futuro mejor, aunque cueste. Nos toca alumbrar nuevas generaciones más tolerantes, inclinadas a la cooperación y preparadas para solucionar los conflictos de forma pacífica. Nos toca huir de la espiral de la amenaza. Ruth Soria

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Al hilo

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A. B. López de Lerena Texto

Caminando entre Downing Street y Lizarra La hoja de ruta dibujada por el lehendakari Ibarretxe ha logrado reabrir el debate político. La ruptura de la tregua, y la paulatina vuelta a la dinámica de la violencia y a la interpretación más restrictiva de la justicia, planteaban una nueva regresión democrática ante la que había cundido una cierta sensación de impotencia. Pero la lucha por desbloquear esta situación, reabrir el diálogo y labrar acuerdos parece volver a cobrar fuerza en un momento en el que se antoja imprescindible. El pasado 16 de octubre, el lehendakari Ibarretxe subía las escaleras del palacio de La Moncloa para encontrar allí una vez más al presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero. Era su octavo encuentro oficial. Para quienes gustan de leer entre líneas e interpretar el significado oculto de los gestos, cabe destacar que el jefe del Ejecutivo español bajó, no sólo un par de peldaños, sino toda la escalera hasta llegar al coche de Ibarretxe, para mostrar una recepción lo más cálida posible a su invitado; que ambos se estrecharon con fe las manos; y que sonrieron francamente a la prensa antes de encerrarse solemnemente en Palacio. Después, a la salida de la reunión y ante un batallón de periodistas ávidos de titulares que justificaran su despliegue, pocas palabras y menos información. «Estamos en el primer paso de una negociación (...) y, como dijo Simon Peres, éstas

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Al hilo

siempre empiezan con titubeos», afirmó un flemático Ibarretxe. «Lo que no se puede hacer, no se va a hacer, no se hará», concluyó Zapatero respondiendo finalmente a la enésima acometida de los periodistas. Pero, si éste hubiera sido todo el mensaje real, todo el contenido de una reunión de dos horas, ¿a qué dedicaron los otros 118 minutos? La hoja de ruta planteada por Ibarretxe en la reapertura del curso político del Parlamento Vasco se plasmó en un calendario lleno de círculos rojos con fechas bien delimitadas. Junio del año que viene es el límite marcado para alcanzar un acuerdo político entre Ajuria Enea y La Moncloa. Entonces será cuando el lehendakari dará la palabra al Parlamento Vasco, bien para que apruebe el hipotético pacto alcanzado con Zapatero, o bien, en el caso de que éste no se haya producido, para que autorice la convocatoria de una consulta popular «habilitadora» para desbloquear la situación en base a lo que los ciudadanos decidieran ante las urnas. En ambos casos, el día elegido para la consulta sería el 25 de octubre, aniversario de la aprobación del Estatuto de Gernika. En caso de que el Parlamento rechazara el hipotético acuerdo, o rechazara la convocatoria de la consulta, Ibarretxe daría por terminada la legislatura y convocaría elecciones, adelantándose así a la primavera de 2009, cuando tocaba convocarlas legalmente. Como punto final de este itinerario, en tanto y cuanto a él aún correspondiera tomar esta decisión, el lehendakari ya ha afirmado que apelaría a la ciudadanía en la segunda mitad de 2010 para hacer «un referéndum resolutivo que plasme el ejercicio del derecho a decidir libremente nuestro propio futuro».

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Pero este calendario está atravesado por las elecciones generales de marzo del año que viene (seguramente el domingo 2, o el 9 como tarde), lo que sin duda afectará al avance del diálogo entre Zapatero e Ibarretxe. Y es que el PP parece haberse cansado ya de exprimir argumentos como el juicio del 11-M e incluso las tan aireadas «cesiones» que el Gobierno habría estado ofreciendo a ETA, y se centrará en la defensa de una idea blindada de España que convertirá en arma arrojadiza contra el PSOE a la más mínima ocasión que encuentre. Y ésta mínima ocasión, bien podría ser el diálogo entre el presidente y el lehendakari, si éste empezara a ser serio y fluido. Así las cosas, esta negociación que reclama Ibarretxe parece estar condenada a quedar, al menos en el plano público y oficial, a la espera de que pasen las elecciones generales y los dos grandes partidos se puedan resituar ante el panorama que ofrezcan el nuevo Congreso y sus juegos de mayorías y gobernabilidad. Quizá eso explique el hermetismo que rodeó al presidente español en su última comparecencia, y que no ha sido roto por ningún miembro de su gobierno cuando se le ha preguntado sobre el contenido real de la conversación que mantuvo con el lehendakari el pasado 15 de octubre en La Moncloa. Zapatero siempre ha hecho de la necesidad, virtud, convirtiendo su farragosa dialéctica en un escudo tras el que ocultar lo que no le interesa decir. Ya lo demostró después del atentado de Barajas, cuando estuvo meses evitando dar oficialmente por «roto» el proceso de diálogo con ETA, y no sería de extrañar que volviera a hacerlo ahora, cuando según las últimas encuestas, la distancia que guarda con el PP no es lo suficientemente grande como para que pueda maniobrar con comodidad sin correr el riesgo de llevarse un buen revolcón electoral.

El espejo irlandés Dicen los chinos que cuando se gana, siempre hay un ganador, pero cuando se pierde, todos son perdedores. Quizá sea ésta la reflexión que se ha abierto paso entre la clase política tras la decepcionante ruptura del último proceso de pacificación y normalización política. Y quizá por ello, muchos parecen buscar un compañero con quien trabajar hombro con hombro para sacar adelante esta situación. En 1996, el conflicto transitaba por sus más oscuros lugares comunes. La Mesa Nacional de Herri Batasuna fue encarcelada y la activdad de ETA mantenía sus dramáticos números rojos. Entonces se activó la vía de Lizarra-Garazi, como un modelo de acuerdo entre los partidos vascos que bebía de la contemplación del espejo irlandés y del esquema que allí estaba funcionando: trabajar un acuerdo político entre los representantes políticos de los vascos para poner fin al conflicto desde el propio país en el que reside. Sin embargo, la negativa de PP y PSE a participar en este proyecto le restó potencialidad al quedar como un acuerdo entre sólo un sec-


Diálogos en la Moncloa El lehendakari Ibarretxe estuvo tres años sin pisar las escaleras del palacio de La Moncloa. Fue entre 2001 y 2004, cuando las pésimas relaciones existentes entre Ajuria Enea y el José María Aznar de la mayoría absoluta llevaron las relaciones y el diálogo entre los jefes de ambos gabinetes al terreno de lo inexistente. Desde la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero al poder, Ibarretxe ha acudido hasta en ocho ocasiones a entrevistarse con él. La primera fue el 26 de julio de 2004, en el marco de una ronda de entrevistas que organizó el nuevo inquilino del palacio madrileño para estudiar la posibilidad de reformar la estructura del Estado. Nacía el talante como estilo propio de Zapatero en su relación política con sus adversarios y todo eran sonrisas y palabras de futuro. La segunda ya fue más tensa. El 13 de enero de 2005, Ibarretxe acudía a la visita con la reforma del Estatuto de Gernika aprobada por el Parlamento Vasco bajo el brazo y recibía de Za-

patero un anticipo del portazo que luego iba a recibir en el Congreso. La tercera reunión se produjo tras las elecciones vascas de abril, el 5 de mayo, y la cuarta, que tuvo lugar a comienzos de septiembre, sirvió para poner en común el estado de un proceso de pacificación cuyos mimbres comenzaban ya a tejerse. Ya en 2006, después de que el 22 de marzo ETA hiciera público su «alto el fuego permanente», Ibarretxe volvió a Madrid para estudiar el nuevo escenario junto con el presidente español, que le recibió el 4 de abril. Desgraciadamente, el lehendakari tuvo que volver a citarse con Zapatero cuando el panorama dio un inesperado giro de 180 grados. ETA había asesinado a dos personas colocando en Atocha un potente explosivo, a pesar de que no había roto su alto el fuego de manera pública ni oficial. Era el 18 de enero y ambos dirigentes compartieron su desconcierto y su frustración y se mostraron su apoyo en la lucha por acabar con la vio-

lencia. El 20 de junio, la estampa se repetía porque la ruptura de la tregua ya era oficial y el jefe del Ejecutivo español quiso hacer una nueva ronda de entrevistas para organizar una respuesta conjunta a la decisión de ETA de volver a las armas. Así, el pasado día 16, Ibarretxe llegó de nuevo con un plan en la cabeza y la voluntad de dinamizar el debate político poniendo un exigente calendario negociador sobre la mesa de Zapatero. Fue la octava reunión en poco más de tres años. Tres intensos años que, además, han estado llenos de conversaciones extraoficiales fuera del calor de los focos y que, si bien aún no han fructificado en nada concreto, sí han servido para evidenciar que el diálogo está en la agenda de ambas administraciones como única vía para abordar los conflictos y que, según parece, lo seguirá estando en el futuro, dejando una puerta abierta a la esperanza de que algún día llegue a cuajar.

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Al hilo

«Todos los conflictos se resuelven por medio de la negociación, dialogando. En algún momento las partes implicadas van a querer volver a negociar» Gerry Adams, líder del Sinn Féin

tor de la población que, si bien era mayoritario, dejaba fuera de los acuerdos que se pudieran alcanzar a casi el 40% de la ciudadanía de la Comunidad Autónoma Vasca. Salvando las distancias temporales, diez años después, la situación actual guarda un cierto paralelismo con la que se vivía entonces, con ETA intentando volver a matar y la Audiencia Nacional ordenando a la Policía cercar y detener a los principales portavoces de Batasuna cuando estos se encontraban reunidos para, según Baltasar Garzón, colaborar con ETA por estar pensando en cómo organizar la acción política de este sector de la izquierda abertzale. Y es precisamente en esta situación en la que Ibarretxe vuelve a mirar al Reino Unido y se presenta ante Zapatero diciendo que su objetivo es alcanzar un acuerdo que sea una especie de «Downing Street, a la vasca», sabedor del valor que Zapatero y su equipo han dado a la opinión del ya ex primer ministro británico Tony Blair en este asunto. Downing Street es una calle residencial erigida en el centro de Londres, a pocos minutos andando de las Cámaras del Parlamento de Reino Unido y en el borde del terreno del Palacio de Buckingham, residencia oficial de la Reina de Inglaterra. Toma el nombre de Sir George Downing, un soldado y diplomático que sirvió en el siglo XXII a las órdenes de Carlos II, y en ella se sitúa, entre otras instituciones del Gobierno británico, la residencia del Primer Ministro en el mítico número 10 de la calle. Allí se forjaron en 1993 los acuerdos entre los primeros ministros británico e irlandés, John Major y Albert Reynolds, que abrieron la puerta al proceso de paz

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norirlandés. En aquellos textos, ambos mandatarios se comprometían a iniciar una negociación multipartita sobre el futuro de Irlanda del Norte y a incluir a los partidos asociados con paramilitares si cesaban el fuego. Asimismo, se establecía el derecho de autodeterminación basado en el consenso para todos los irlandeses, y se mantenía que cualquier acuerdo debía basarse en el derecho de la ciudadanía a «ejercer el derecho de autodeterminación sobre la base del consentimiento presente y libre en el norte y sur de crear una Irlanda unida si tal es su deseo». Recordando aquellos términos, se intuye por dónde pretende transcurrir la materia que quiere abordar el lehendakari en su negociación con Zapatero. Además, cabe recordar que incluso en esta última tregua, estos argumentos y este esquema han estado muy presentes, quizá alentados por la presencia constante durante los últimos años en el País Vasco, bajo el amparo del Obispado de Bilbao, del sacerdote Alec Reid, que fue entonces intermediario entre el líder del Sinn Fein, Gerry Adams, el de los nacionalistas norirlandeses pacíficos, John Hume, y el Gobierno de Dublín. Pero quizá también por datos como aquél que en su día aseguraba que el término «permanente» con el que ETA adornó su declaración de alto el fuego fue incluido por la organización a instancias de una exigencia del Gobierno español, asesorado por el Jefe de Gabinete de Blair, Jonathan Powell. Ante esta situación, durante el último mes se han hecho algunas propuestas que planteaban recuperar en cierto modo el esquema de Lizarra para, de forma paralela y de cara a las próximas elecciones generales y a la representación que éstas dibujen en el Congreso, aglutinar a los partidarios de la hoja de ruta de Ibarretxe para acudir juntos a defenderla en Madrid. En este sentido, la voz que más eco ha tenido ha sido la del presidente del PNV en Gipuzkoa, Joseba Egibar, quien afirmó: «Es hora de unir fuerzas y dar la talla como pueblo», y puso como ejemplo los buenos resultados de Nafarroa Bai para plantear exportar la idea y «obligar» al presidente a negociar, una vez que supere el veredicto de las urnas. «Nos jugamos algo más que un número de diputados y senadores. En determinados momentos, un pueblo que tiene derecho a existir y sabe que está jugando en terreno contrario puede introducir un nuevo factor de consolidación de proyecto y un nuevo dato para el análisis de Zapatero y de Rajoy», zanjó Egibar en lo que pareció una llamada a la unidad que podría incluso resonar en los oídos de a izquierda abertzale representada por Batasuna; sobre todo en un escenario en el que la Ley de Partidos pende amenazante sobre su ac-


ción política. Sus palabras fueron matizadas por la dirección del PNV, que incluso reconvino a Egibar por airear ante los medios este planteamiento sin que hubiera sido oficialmente estudiado. Pero su voz también ha sonado en otras gargantas, como la del lehendakari Carlos Garaikoetxea, o el líder de ELA, José Elorrieta, aunque con los diferentes matices de cada color de voz. El debate está abierto, y hasta el momento, éste es el primer tanto que se ha anotado la sorprendente propuesta de un Ibarretxe que ha conseguido darle la vuelta a la tortilla y recuperar un protagonismo político al que había renunciado durante las negociaciones que se produjeron en tiempo de tregua. Sólo han pasado unas semanas desde que el lehendakari y el presidente español se reunieron para analizar este planteamiento y, a pesar del hermetismo que, al parecer, ambos acordaron mantener sobre lo hablado, Ibarretxe desveló recientemente en Deia que Zapatero le había reconocido la «solidez de los argumentos políticos de su propuesta». Poco después, el propio lehendakari ofreció públicamente reconsiderar su calendario negociador con Zapatero y «cambiar todos los pasos» si el presidente español aborda el debate y acepta su «oferta sincera de negociación». Un año es muy largo y puede ser mucho tiempo en política. Más allá de la necesaria discreción que puede ser positivo mantener en torno a los diálogos que se produjeron en Loyola durante el proceso entre PNV, PSE y Batasuna, sí parece que ha quedado acreditado que los responsables de estos partidos asumieron este esquema y lo hicieron suyo, abriendo sus posturas y poniéndose en el lugar del otro en busca de un acuerdo. Así, si en septiembre de 2006 los contactos que se habían ido manteniendo por diferentes vías durante años se tradujeron en las primeras reuniones a tres bandas, el 31 de octubre ya había sobre la mesa un borrador consensuado que abordaba por un lado la necesidad de establecer los mecanismos para posibilitar el derecho a decidir del pueblo vasco, y por otro, el compromiso de promover la creación de un órgano institucional común para el País Vasco y Navarra. Es decir, dos de los puntos clave del conflicto político: el derecho a decidir y territorialidad. Por eso, un año puede ser tiempo suficiente para que se den pasos y se acerquen posturas; para que se desdramaticen los debates y se dialogue, y para que, como aconsejaba el que fuera uno de los principales muñidores del proceso en Sudáfrica, Roelf Meyers, cada interlocutor pueda escuchar al otro poniéndose en su lugar y tratando de entenderle. Y, siguiendo con los consejos internacionales que dan aquellos que, en mayor o menor medida han seguido el devenir político del conflicto vasco, quizá quepa recordar lo que dijo recientemente uno de los artífices del proceso irlandés, el líder del Sinn Féin, Gerry Adams: «Todos los conflictos se resuelven por medio de la negociación, y para ello es imprescindible el diálogo. En algún momento las partes implicadas van a querer volver a la mesa de negociación. ¿Por qué no hacerlo inmediatamente, lo antes posible?».

Pesimistas aferrados a la esperanza Las últimas encuestas que se han realizado sobre la ciudadanía vasca arrojan datos interesantes que apuntan cómo ha vivido la ruptura del último proceso y la vuelta al bloqueo y a las expresiones más descarnadas del conflicto. En primer lugar, destaca el pesimismo en el que la ruptura de la tregua ha dejado sumida a la sociedad de la Comunidad Autónoma Vasca. Así, según una encuesta de Gizaker realizada por encargo de Radio Euskadi, si antes de que ETA volviera a tomar las armas, hace un año, uno de cada tres vascos creía que era posible salir del túnel del conflicto en menos de cinco años gracias al proceso de diálogo iniciado, ahora quienes ven viable esta posibilidad no llegan a ser ni uno de cada diez encuestados. Más aún, si antes de la ruptura del proceso sólo un 4% pensaba que Euskadi nunca podría vivir en un escenario de paz, ahora lo piensan cuatro veces más personas; un 16% de la población. Sin embargo, la sociedad vasca sigue aferrándose mayoritariamente al diálogo como única esperanza de solución. Según una encuesta realizada por Lehendakaritza, un 89% se muestra partidaria de que Ibarretxe y Zapatero dialoguen para buscar soluciones al conflicto. En este sentido, sólo un 18% valora positivamente que el presidente español haya rechazado cualquier posibilidad de llegar a un acuerdo con el lehendakari y haya declarado que impedirá la celebración de una consulta a los vascos, llegando a ser un 77% quienes ven con buenos ojos que el lehendakari, llegado el caso, pida autorización al Parlamento para convocar una consulta. Además, ante esta posible llamada a las urnas, un 65% de los encuestados aseguraron que acudirían a votar, un 13% dice que lo haría según las circunstancias, y sólo un 15% rechazaría hacerlo en cualquier caso. Estas cifras arrojan que en torno al 80% de los ciudadanos quiere expresar directamente su opinión; un porcentaje que ya viene reflejándose casi invariablemente desde tiempos de Lizarra, por encima de las diferentes coyunturas políticas, y que demuestra que existe una gran mayoría social que supera las tradicionales barreras de las siglas y las diferentes afiliaciones partidistas y que desea tener la oportunidad de expresar de una vez lo que realmente opina a través de su propia voz mediante un ejercicio de democracia directa que le permita recuperar la voz, la iniciativa y el

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Ezbaian

El valor Durante estos últimos meses se ha producido un curioso fenómeno por el que se han quemado muchas banderas y, sobre todo, muchas fotos de personajes como el rey Juan Carlos, o el líder independentista catalán Josep Lluís Carod-Rovira. Esto ha generado un enrabietado debate que ha derivado incluso en que algunos se pregunten si España se está rompiendo. Pero, quemar un símbolo ¿es una mera expresión de una disconformidad que debería caber en la libertad democrática, o un grave atentado contra los sentimientos de quienes se ven representados en él y, como tal, debería ser perseguido? Dos periodistas, especializados en las realidades sociales de Euskadi y Catalunya respectivamente, analizan esta cuestión. David Pejenaute Jefe de Sociedad del Diario de Noticias de Álava

Mahatma Gandhi y Martin Luther King destacaron tanto por sus firmes convicciones morales como por su valentía a la hora de enfrentarse a todos aquellos que seguían otros caminos, alejados de métodos pacíficos, para defender unos u otros intereses. «Ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego», advirtió el mártir indio. «La violencia crea más problemas sociales de los que resuelve», nos avisó Luther King. Ambos fallecieron asesinados, un final habitual para este tipo de figuras en un mundo en el que las manifestaciones de intolerancia a las que estamos tan habituados persiguen generar, casi siempre, la crispación en el prójimo más que la satisfacción propia. Puede sonar tópico, pero considero que las banderas son simples pedazos de trapo coloreados. Hasta que alguien quema aquélla que veneran otros. Se atacan símbolos porque la sociedad ha evolucionado desde los poblados prehistóricos. Antes, quizá en defensa de los mismos intereses territoriales, se tiraba de hacha. Ahora, de mechero. Porque prender fuego a los símbolos de cualquier colectivo -por estúpido que pueda parecerme personalmente el apego que algunos confieren a ciertas efigies- supone recurrir a la violencia, a la agresión. Representa otra forma de agresividad que la sociedad debería haber superado hace siglos. Más allá de apreciar sus meteduras de pata y agradecerle el haber representado el papel ideal para erigirse en protagonista de centenares de rumores sobre su vida sexual y sus escapadas nocturnas en moto, coincido en el fondo con la mayor parte de esos que se concentraron en lugares públicos para mostrar su desacuerdo con la monarquía. Pero no en las formas, ni en el mechero. No en las hachas prehistóricas, que convier-

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ten el que podría ser uno de los debates más apasionantes del siglo que acabamos de estrenar en un rastro más, quizá el enésimo estertor, de aquella guerra civil que tantas cicatrices le ha regalado a esta sociedad. ¿Es necesario reconsiderar el modelo de Estado? Probablemente sí. ¿Para ello se requiere la quema de 150.000 retratos de Don Juan Carlos y presentar sus cenizas en los juzgados? Estoy convencido de que no, por mucho que la mayor parte de nosotros estime incomprensible que hoy por hoy una familia -cada vez más numerosa- esté viviendo, y muy bien, gracias a nuestros impuestos y por el mero hecho de nacer en una clínica con nombre de goma de borrar. El problema, como casi todo en este santo país, ahora más bien beato, es que las líneas maestras de la política centralista, la que se exporta desde la capital a provincias por pasar los pertinentes filtros, lo tiñe todo de un mismo color. Y lo peor es que hay muchos que, pudiendo cambiar esta tónica, arremeten contra el capote con una bravura española poco acorde con los símbolos que ensalzan, en esta ocasión también, para molestar a otros. ¿Qué más pueden pedir los defensores de la monarquía, las clases más conservadoras, que poder asociar la imagen de los antimonárquicos con la de «independentistas radicales de tendencia violenta»? El mechero, como las pistolas, quita razones. Deja en un segundo plano los argumentos y ayuda a que quienes así lo desean puedan confundir términos, de manera torticera, es verdad, pero apoyados en un gesto de dudoso encaje en la democracia. En la Edad Media se quemaba a las brujas, en el siglo XXI se pasa por la hoguera los libros de Salman Rushdie, las banderas americanas y las caricaturas de Mahoma. Ha sido -y sigue siendo- una de las armas predilectas de los fanáticos. El infiel debe ser purificado en el fuego. El apego a la monarquía se adivina también como un anacronismo, uno de los muchos que tantos problemas generan a diario. La tragedia es que se ha incluido en la eterna guerra de bandos. Porque es entonces cuando uno intuye que al otro, a quien quizá apenas le importa el símbolo en cuestión, podría molestarle que se queme. Y sólo por eso, por la intención, resulta plausible que al otro, a ese que probablemente ni le iba ni le venía, le moleste que prendan fuego a algo que se supone que debía importarle. Estamos en las mismas: confrontación y violencia. Y ya se sabe, aunque esta vez no lo dijo Gandhi, sino Ibarretxe: «Ojo por ojo y acabamos todos tuertos»… y quemados.


de un símbolo Catalunya tiene un problema y no es la quema de fotografías del Rey sino la parálisis de sus infraestructuras. En los últimos tiempos, la imagen de los catalanes se ha visto de nuevo manchada en el Estado español por las manifestaciones contra el monarca en varias ciudades catalanas que acabaron con la quema fotografías de Juan Carlos I. Las protestas antimonárquicas tuvieron su continuidad ante la posibilidad de que Jaime Roure y Enric Stern, los dos jóvenes que participaron en la primera quema de fotos en Girona, fueran encarcelados por un delito de injurias a la Corona. Después de Girona, vinieron otras ciudades como Manresa, Lleida, Reus, Tarragona e incluso la Universitat Autònoma de Barcelona fue escenario de estos actos, con la presencia de 300 estudiantes que se concentraron en la plaza Cívica de la universidad. Catalunya rechaza los actos incívicos muy alejados del famoso seny català (tan difícil de traducir al castellano). Y es que lo que empezó como algo espontáneo, acabó convirtiéndose en un acto de solidaridad a favor de los «perseguidos» y de rebeldía contra «el Estado que nos oprime». Catalunya necesita otros héroes que actúen y tengan valentía, pero no en este sentido. Quemar fotografías del Rey es un acto inútil, sin sustancia, gratuito y que no busca otro objetivo que provocar y sacar adelante aquel «inteligente» modo de hacer política basado en el pulso continuo a ver quien consigue tumbar al otro. Al igual que denunciable es quemar fotografías del vicepresident de la Generalitat y líder de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, o los carteles que aparecieron en varias manifestaciones contra el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Catalunya no necesita este tipo de actitudes para conseguir mejoras en su vida diaria, mayores cotas de autogobierno y ni tan siquiera la independencia. Y en este contexto, ¿qué papel juega políticamente Juan Carlos I? Ninguno. Dicho esto y sin comulgar con la acción en sí, en el caso de la quema de fotos, los ciudadanos pueden manifestarse amparados por la libertad de expresión que les da el artículo 20 de la Constitución española. «Se reconocen y protegen los derechos a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción». En España y Catalunya se ha hablado horas y horas sobre este tema. En tertulias radiofónicas, en columnas de opinión, editoriales… Sin embargo, ahora, el tema que llena las páginas de los periódicos catalanes son las infraestructuras. Eso sí es realmente grave. Socavones a causa del AVE. Problemas en la red de Cercanías. Un aeropuerto insuficiente. Levantar algunos peajes de la autopista… Ese es el problema que vive Catalunya y quién sabe si ello fomentará el independentismo más práctico basado en el binomio cercanía para gestionar y eficacia. Es sorprendente que la noticia de la quema de fotos del Rey, por ejem-

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Pere Francesch Periodista de Agència Catalana de Notícies

plo, trascendiera hasta en los medios de comunicación argentinos. Este es el mejor paradigma de la actual situación en la que se presenta un acto no masivo, pero que levanta pasiones, y que acaba convirtiéndose en un problema general de todo el país. A mi parecer, es puntual y con este tipo de alarmismos las consecuencias inmediatas son crear un efecto llamada a que muchos jóvenes, que se expresan de nuevo libremente, salgan de clase o de la universidad y se vayan a quemar fotos del Rey. Algunos medios de comunicación de tirada nacional han aprovechado con grandes titulares, portadas y comentarios radiofónicos para resaltar aquello que peor imagen da Catalunya de puertas a fuera. En un programa televisivo se hablaba de nuevo de la ruptura de España y tras visualizar los anuncios del lehendakari, Juan José Ibarretxe, con su consulta para 2008, y de CarodRovira para el 2014, mostraron lo sucedido en Catalunya con las fotografías del Rey como ejemplo de la «desmembración» del Estado. Y, mientras, en Catalunya todos atentos a los retrasos en los trenes para no llegar tarde al trabajo. No se puede jugar con estas cosas porque lo único que consiguen es animar más a la gente a llevar a cabo este tipo de actos incívicos y al exterior a tener más argumentos para poder decir aquello de «cómo son estos catalanes de insolidarios y separatistas…» No hay que obviar lo que está sucediendo, pero hay que tener presente que Catalunya tiene actualmente 7.134.697 habitantes y que de todos ellos menos de dos mil han participado en la quema de fotografías del Rey. .

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En primera persona

Tareq Al-Bakri YWICS proiektuko koordinatzailea Gatazken konponbidea ez da nagusien eta politikarien kontua bakarrik. Guztiona da eta gazteria bere esparrua aldarrikatzen dabil. Tareq Al-Bakri-k, YWICS (Gazteekin Lanean Gatazkan dauden Gizarteetan) proiektuko koordinatzaile den palestinarrak, aski ongi daki hori. Hiragan hilabetean Arantzazuko Baketik zentroan gazteei eta gatazkari buruz egin zen Nazioarteko Konferentzian topatu genuen Al-Bakri ÂŤgazteek protagonista izateko duten eskubideaÂť defenditzen. Gizarteari gazteen ahotsa entzun dezan eskatzen du Tareq-ek ÂŤbaliozkoak diren ikuspegi bereziak dituztelako bizi duten gatazkari buruz, gazteekin lan egitea itxaropena gorpuztea baitaÂť. Haritu: aurten eszenatoki aldaketa izan du gazteei eta gatazkari buruzko nazioarteko konferentziak. Hiru urtez Ipar Irlandan egin ondoren, Euskal Herrira etorri zarete. Zer dela eta? Tareq: batetik, aurten Eusko Jaurlaritzaren gonbidapena jaso dugu hemen egiteko. Jada hasiak ginelarik laugarren konferentzia prestatzen, gonbidapena iritsi zitzaigun eta egoki iritzi genion hemen egiteari. Bestetik, konferentzia hau bere baitan hartzen duen programaren oinarrizko premisetako bat da gatazka eta gazteen inguruan leku ezberdinetan lanean ari den jende sare bat hedatzea. Beraz, oso garrantzitsua da leku ezberdinetan egitea. Aurrerantzean, seguraski gatazkan diren beste herrialde batzuetan egingo dugu. Gainera, gero eta baliabide gehiago lortzen ari gara horretarako. Euskal Herria gatazkan dago eta, hona, egoera berean edo antzekoan gauden herritarrak etorri gara. Bagaude palestinarrak, irlandarrak, israeldarrak, Hegoafrikakoak, Balkanetakoak... Konferentzia honen helburua da esperientziak eta hausnarketak elkartrukatzea eta batak bestearengandik, guztiok guztiongandik,

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ikastea. Hori da bidea gatazkan gazteek zer egin dezaketen, nola aurre egin diezaioketen, zehaztuz joateko. Hona etorrita, gainera, askoz hobe uler ditzakegu hemen pairatzen den gatazkaren nondik-norakoak, bai eta gazteekin lanean ari direnak nola jarduten diren ere. Haritu: zer moduz orain arte konferentzian jorratzen ari zaretena? Tareq: primeran. Argi ikusi da konferentziara bertaratzen den jendea parte-hartzeko gogoz datorrela. Entzuteko, esperientziak partekatzeko eta komunikatzeko gogoz etorri dira. Gainera, giro oso politean izan da orain artekoa. Igarri da parte-hartzaileek gatazkan diren herrialdeetako gazteak gaiaren ezagutza oso sakona dutela, beren herrialdeari dagokionez jakina. Orain artekoa kontuan hartuz, uste dut emaitzak oso onuragarriak eta positiboak izango direla hemendik bi egunetara, konferentzia bukatuta alegia. Hemen gaudenok gazteekin lan egiteko eredu praktikoak hobetzeko konpromisoa hartu dugu, horrela aldatzen ari den gizarte horri erakusteko gazteekiko lanerako tresnek gazteei laguntzen

dietela bidezkoago, demokratikoago eta anitzagoa izango den gizarte bat eraikitzeko prozesuan eragile aktiboak izaten. Haritu: nola sortu zen konferentzia bere baitan hartzen duen YWICS ekimena (Gatazkan Gazteekin Lanean dauen Gizarteetan)? Tareq: akademikoen eta esperientzia praktikoa dutenen arteko elkarrizketak izan ziren abiapuntua 2002an Ipar Irlandan. Emaitza batera iritsi ziren, teoria eta praktikaren arteko zubira iritsi nahi zutela. Elkarrizketa haien ondorioz, baliabide pila bat iritsiz joan ziren eta iristen ari dira, gero eta gehiago. Hartu-eman asko egin dira leku ezberdinetan lanean ari diren pertsona ugarirekin. Hiru urtean hiru konferentzia egin dira eta bada baita liburu bat ere argitaratuta gatazkan diren herrialdeetako gazteekin egin daitekeen lana biltzen duena. Esan beharra dago gai hau jorratzen duen lehendabiziko liburua dela. Israel, Palestina, Turkia, Hegoafrika, Balkanak eta Irlandako jendearen ekarpenak biltzen dira argitalpenean, teorikoak zein praktikoak. Pertsona askoren partaidetzaren


María Lizardi Testua Karlos Corbella Argazkiak

«Gazteekin lanean ari garenon zeregina da elkarrizketarako esparruak zabaltzea» 17


En primera persona

emaitza da. Oso pozik gaude Euskal Herrira etorri izanagatik, hemen ere argitalpen horretarako ekarpenak jaso ditzakegulako. Euskal Herrikoak ez ziren sarean sartu iaz arte eta horregatik ezin izan dugu landu beren lana liburuan. Haritu: konferentzia eta argitalpenez gain, egiten al duzue bestelako tailerrik edo dena delakorik gazteekin? Tareq: YWICS proiektua mundu osoko gazte teknikari, politikari, akademiko eta gazteen

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arteko lankidetzan oinarritua dago, luzaroan indarkeriazko gatazaka politikoa bizi izan duten edo horretan murgilduta dauden eskualdeei arreta berezia eskainiz. Akademiko, teknikari eta politiko horietako asko, beren lanarengatik, egunero-egunero ari dira lanean gazteekin, beren errealitatea gertu-gertutik ezagutzen. Hala, beraiek bai zuzen-zuzenean ari dira tailerretan gazteekin. Konferentzian horien guztien ekarpenak jasotzen dira. Azaleratuz doazen ideiak gazte eragileek aurrez aurre aurkitzen dituzten alderdiei buruzko eztabaidaren pizgarriak izango dira.

Haritu: progamaren helburuetatko bat da gatazkan dauden gizarteetan gazteekin egiten den lanerako eredu sorta zabal batek nolako inpaktua izan dezakeen argitzea. Bildu al dituzue dagoeneko uzta horren fruituak? Nola neurtzen duzue inpaktu hori? Tareq: mintegi honetan elkartu garenok hausnarketa lana egitea espero dugu gauzatzen ari garen lanaren inguruan. Konferentzian azken lau urteetako lanaren balorazioa egingo dugu. Lortutako emaitzak eta ondorioak baliagarriak izango dira gazteekin


egiten den lana modu eraikitzailean garatzeko. Neurtutako inpaktuari dagokionez, nik, zehazki, Palestinaz hitz egin dezaket, palestinarra naizen heinean han gertatutakoa ezagutzen baitut hoberen. Palestinan bizi nintzelarik hasi nintzen YWICS programarekin lanean. Bada, programarekin erdietsitakoari esker, gazteekin lan egiten duen proiektu bat abian ipintzeko aukera izan dugu Palestinan. Hiritarren partaidetza eta hezkuntza garatzen dituen programa bat da, bederatzi hilabeteko iraupena duena. Unibertsitateko ikasleekin eta gazteekin lanean aritzea ahalbidetzen du programak. Urtero 900 gazte elkartzen dira. Hain ongi ateratzen ari da, ezen beste leku batzuetan eta beste erakunde batzuk ere hasi diren gauza bera egiten. Gainera, benetako demokraziaren alde lanean ari den gazte sare berri bat sortu da. Zenbakien atzean gazteen bizitza eraldatzeko gaitasuna geratzen da. Proiektu horri esker, orain ikusten dugu gazteek konfidantza handiagoa dutela elkarrizketan parte-hartzeko orduan, batak besteari ulertzeko orduan, erronkak finkatzerakoan eta jada aldaezinak diruditen ikuspegien inguruan galderak egiteko orduan. Galdetzeko gaitzen dira, gaiak ezbaian jartzeko. Gainera, beren eta beste pertsona batzuen aurriritziez ere ohartzen dira. Prozesu demokratikoan parte-hartzeari dioten beldurra ere azaleratu eta aurre egiteko bide oso egokia izaten ari da proeiktua. Egitarau honen ondorioz, nagusitasun demokratikoari ateak irekitzen ahal zaizkiola argi frogaturik ikusi dugu. Aipatu lanaren emaitza da. Haritu: zeri diote hainbesteko beldurra egungo gazteek? Tareq: arrazoi askorengatik daude beldurtuta. Aurrena, batzuetan ez da ez segurua ez baliagarria ez eta posible ere elkarrizketa demokratikoan parte-har dezatela. Ez dute jasotzen gonbidapenik, aukerarik, ez ezer. Bestalde, atsekabetuta eta nazkatuta daude egoerarengatik politikoek ez baitituzte kontuan hartzen gazteak, oro har gizarteak ez die arretarik

eskaintzen. Gauzak horrela, gure lana da gazteek prozesu demokratikoetan parte hartzeko esparru seguruak eraikitzea. Eta baditugu horren emaitzak. Esparru horien bidez partaidetzarako aukera ematen diegu. Gure nahia eta itxaropena da beraiek gero lan horri eustea, segida ematea, beraien artean ohitura bihurtzea. Izoztuta dagoen egoera ezbaian jartzeko gaitzen dira, eztabaidarako ahalmena lortzen dute. Haritu: zeintzuk dira topatzen dituzuen eragozpen eta abantaila nagusiak gazteekin lan egiteko orduan? Tareq: gazteek beste pertsona batzuen bizitza ulertzeko duten modua da eragozpen nagusietako bat, nire ustez. Gatazkaren heredentzia beren zirkunstantzien eta baldintzen arabera iristen zaie beti. Kutxetan sarturik hazten dira, gizarteak kutxa hertsietan hazten ditu. Gizartearen, politikaren, erlijioaren eta kulturaren eraginez gertatzen da eta, tamalez, aurriritziz janzten dira beren pentsamoldeak. Gure lan jardunbidean ikusi ahal izan dugu gazteak sortzaileak direla, badutela gaitasuna eta parte-hartzeko eta laguntzeko borondatetea baldin eta horretarako esparru segurua bermatzen baldin bazaie. Haritu: biolentzia eguneroko ogia izanda, nola aurreikusten dute Palestinako gazteek beren etorkizuna? Tareq: nire esperientziak kontuan hartuz, bada, egia da baikortasun maila beheruntz doala. Egunero dira biolentziaren lekuko Palestinan. Politikan gertatzen denaren arabera aldatuz doa egoera. Den aden, belaunaldi batek baino gehiagok biziraun du gatazka egoeran, era asko garatu dituzte hori lortu ahal izateko, bai gazteek nola adinduek, gizonek zein emakumeek, aberats eta txiroek‌ Gauza batetaz oso ziur nago: gure programetan eskaintzen eta lantzen duguna, bai Palestinan nola beste leku batzuetan, baliagarria da egoera oso krudela eta itzalez betea izan arren. Ezin dugu galdu itxaropena,

bakean oinarrituriko bizikidetzaren itxaropena. Hain zuzen ere, horrek mantentzen du bizitzaren sugarra pizturik. Haritu: izango da depresioak jotako gazte asko zure herrialdean... Tareq: bai, ezin duzu imajinatu besterik. Gatazka hain latzean bizitzeak eragiten dituen sentimendu ezkor guztiak oso sakonak dira. Urteak eta urteak beharko dira sentimendu horiek guztiak eta gauza negatibo guztiak, galerak, minak‌ gainditzen joateko. Ezinbestekoa izango da profesionalen lana zauriak sendatzeko. Hala ere, uste dut garrantzitsuena dela ikasi egiten dugula nola egin dezakegun lana itxaropena tresnatzat hartuta, esparru berri bat eraikitzeko tresnatzat. Haritu: Euskal Herrian bizi dugun gatazkan bada gazteak proagonistatzat dituen biolentzia ekinbide bat kale-borroka izendatu ohi dena. Ezagutzen al duzu? Tareq: egia esan, gutxi ezagutzen dut hemen gertatzen ari dena, iritsi berria naiz, baina kale-borrokarekin lotuta, Palestinan gertatzen denaz hitz egin dezaket. Uste dut hango gazteek biolentziari heltzen diotela ez dutelako ikusten beste alternatibarik. Ez dute ikusten beren egoera aldatuko duen inolako aukerarik eta oso errnegatuta daude. Gazteekin lanean ari garen guztion betebeharra eta ardura da elkarrizketa abiatzeko esparruak zabaltzea. Ez soilik elkarrekin hitz egiteko, baita emaitzak erdiesteko ere. Emaitzak baitira elkarrizketaren helburuak. Horretarako, gazteak serioski hartu behar ditugu eta gizarteak gazteak ulertzeko duen markoerreferentzia aldatu behar dugu. Oinarrian komunitatean duen proiektu bat aurrera eramateko esparrua eraiki behar diegu. Gazteen beharrak, nahiak, itxaropenak ase egin behar ditugu. Begirunea zor diegu. Lan zaila da, partaidetza handia eskatzen du, gogoa, ahalegina eta zintzotasuna. Egiten duzun horretan sinistu behar duzu.

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Hilvanando

Hari-muturrak...

Una vuelta de tuerca más

La macabra espiral

Desde Irak hasta Palestina se teje en Oriente Próximo un escenario violento que salpica a todas las regiones de la zona. Una de ellas es el Kurdistán, la tierra de los kurdos; un país sin Estado, repartido a través de las fronteras administrativas de Turquía, Irak, Irán y Siria. Tras la I Guerra Mundial, el Tratado de Sevres reconoció por vez primera el derecho de autodeterminación que corresponde a este pueblo, dedicado en su gran mayoría al pastoreo y al trabajo de las montañas. Sin embargo, la negativa de los citados Estados a posibilitar el ejercicio de este derecho derivó en el nacimiento de un conflicto armado que se ha ido cronificando con la lucha del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). En los últimos meses, el PKK ha asesinado a decenas de militares turcos en varios atentados y Turquía parece estar a punto de reaccionar dramáticamente. 100.000 soldados esperan la orden de Ankara para avanzar sobre el kurdistán iraquí, donde dicen que se esconde esta guerrilla, pero ya han adelantado sus intenciones llevando a cabo intensos bombardeos sobre los kurdos de la zona. Más de 20.000 personas han muerto en esta guerra no declarada que, por ahora, se centra en este enfrentamiento entre kurdos y turcos, ya que es en Turquía donde reside más de la mitad de la población total del Kurdistán: unos 20 millones de personas. Agitar aún más ese avispero, invadiendo además nuevamente la precaria autonomía de Irak, puede acrecentar la dramática situación de Oriente Próximo en una vuelta de tuerca que Bruselas, e incluso Washington, tratan de evitar a toda costa.

ETA vuelve a intentar matar. Después de sorprender a la sociedad con el atentado que costó la vida a dos inmigrantes en el aeropuerto de Madrid y de romper posteriormente de forma oficial el «alto el fuego permanente» que había declarado en marzo del año pasado, no debería extrañar a nadie que la organización intente de nuevo cobrarse víctimas mortales. Sin embargo, después de haber vivido un proceso como el que hemos vivido, la vuelta a la espiral de violencia a la que nos tiene acostumbrados se hace, si cabe, más dramática. Una bomba lapa casi acaba el pasado día 9 de octubre con el escolta Gabriel Ginés en un atentado que se produjo además en mitad de un popular y populoso barrio de Bilbao, con el riesgo implícito de provocar víctimas colaterales añadidas. La kale borroka recobra progresivamente el protagonismo que tuvo en el pasado, extendiendo su macabra amenaza ya no sólo sobre los concejales de los partidos políticos, sino también incluso sobre sus familiares. Y además, dos toneladas de una sustancia explosiva, el nitrometano, fueron robadas de una empresa cercana a Saint Etienne por un grupo de encapuchados en un golpe tras el que parece esconderse la firma de una ETA que sigue nutriendo sus polvorines. Más violencia en una terrible espiral que crece desde la pequeña bomba que un comando colocó en un árbol al paso del Tour de Francia por Navarra, pasa por los coches bomba de Logroño y Durango y por el intento de asesinato de Ginés, y que quién sabe hasta dónde puede llegar hasta que llegue por fin la paz.

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...hilos sueltos

A vueltas con la Justicia

Mientras PP y PSOE se tiran las togas a la cabeza con la reforma del Consejo General del Poder Judicial, diferentes tribunales siguen alimentando las tesis de quienes apuntan a que actúan muy condicionados por la coyuntura política y en un contínuo zigzagueo por la línea que separa a los poderes del Estado. A comienzos de octubre, la Policía Nacional desplegó un impresionante operativo sobre el pequeño pueblo guipuzcoano de Segura y, por orden del juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, arrestó a más de 20 personas que estaban reunidas en una casa. Se trataba de encarcelar a la cúpula de Batasuna, como ya se hizo en 1996 y, así, personas como Rufi Etxeberria, Joseba Permach o Juan José Petrikorena, se unían a los ya encarcelados portavoces de la izquierda abertzale Juan Mari Olano y Arnaldo Otegi en una alocada carrera que bebe de la inefable Ley de Partidos para considerar aquella reunión constitutiva de un delito de integración en banda armada cuando, como dijo la portavoz del Gobierno Vasco, Miren Azkarate, allí no había «ni bombas ni pistolas». Con prácticamente toda la dirección de Batasuna en prisión, se cierran vías al diálogo dejando fuera de juego a uno de los interlocutores y dificultando el trabajo por la normalización. Y en este sentido, el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco sigue adelante con el juicio emprendido contra el lehendakari Ibarretxe y los dirigentes socialistas Patxi López y Rodolfo Ares, precisamente por reunirse para dialogar con la cúpula de Batasuna. Desde el PSE se subrayó que se habían entrevistado con Batasuna con el único objetivo de «alcanzar la paz y la libertad para este país».

Desde Lehendakaritza, que no puede ser delito dialogar, y que este juicio que pretende que lo sea responde a impulsos «esencialmente políticos». Es curioso ver cómo se han activado estos procesos tras la ruptura de la tregua convirtiendo un diálogo que hace un par de meses era vital en un delito. ¿Debe estar la Justicia sujeta al contexto político y actuar en consecuencia? ¿Actuará en consecuencia contra el presidente español por enviar a su gente a dialogar con miembros de ETA, o contra el Congreso de los diputados por abrir la vía a ese diálogo? En el camino hacia la normalización, sería importante revisar un entramado legal como el actual, que ampara leyes como la de Partidos, permitiendo que los jueces decidan cuándo es un delito sentarse en torno a una mesa para dialogar, y cuándo no lo es.

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A dos bandas

Alvaro González Texto Karlos Corbella Fotos

La llama de la juventud Jonathan Martínez & Fabio González Sorprende la naturalidad con la que hablan de la cosa pública, pero es que Jonathan Martínez (25 años y juntero de EB por Bizkaia) y Fabio González (22 años y coordinador de organización de las juventudes de Aralar, Iratzarri) tienen ya mucha mili política a sus espaldas. No rehuyen ni una pregunta y entran al debate a pecho descubierto. Son parte del pequeño porcentaje de jóvenes vascos que eligen involucrarse en política activamente y, como buenos idealistas e inconformistas, no renuncian a trabajar para cambiar la sociedad en la que viven. Son jóvenes políticos que reflejan las preocupaciones de su generación y que, más allá de sus diferencias, coinciden en aferrarse al diálogo como arma de paz tanto para solucionar el problema de la vivienda, como para acabar con el conflicto político vasco, aplaudiendo iniciativas como la de Ahotsak, y confiando en que este espíritu se extienda a todos los ámbitos. Incluido el de la juventud. Haritu: ¿qué pueden aportar los jóvenes a la política? Fabio: a parte de las cuestiones propias de nuestra generación, que obviamente son distintas a las que pueden afectar a personas de otra edad, como la precariedad de la vivienda y demás, creo que podemos aportar una forma distinta de hacer las cosas y ver las distintas realidades Y en general, creo que nuestra forma de hacer política está menos viciada. Si llevas discutiendo con una persona 30 años, el diálogo que puedes mantener no puede ser el mismo que el que se puede establecer entre dos personas que no llevan esa carga de broncas acumuladas, voces y puñetazos encima de la mesa. Es importante que se dé un cierto relevo para que sean las ideas las que se sienten a negociar, sin esa carga personal que hace que, a veces, dos no se reunan por problemas personales, porque no se aguantan.

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Jonathan: frescura. Yo creo que, tal y como está planteado esto de la política, los jóvenes quizá seamos un poco como los taquilleros del circo; estamos un poco al margen, pero tenemos la posibilidad de decirle a la gente que compra entrada para la función que el número del trapecio está amañado y que no se crean mucho que los elefantes estén domados. Cuando he dicho frescura me refiero a eso; a que podemos ofrecer una forma de decir las cosas más espontánea y que no está moldeada por la participación continuada en todo este tinglado. Haritu: una reciente encuesta afirmaba que sólo uno de cada cien jóvenes vascos milita en alguna organización social o política. ¿Cómo veis a la juventud actual?

y en todo Europa. Imagino que esos datos se ceñirán a la militancia en partidos políticos, pero sí indica una tendencia que puede responder a que al poder establecido en Europa no le interesa esa implicación. Y si tienes el poder mediático de cortar esa participación juvenil y social, lo utilizas. Está claro es que los jóvenes de ahora no somos ni más tontos ni menos válidos que nuestros mayores, y que es la incertidumbre en el futuro lo que creo que está generando una resignación que ocasiona desmovilización entre los jóvenes. De todas formas, los estados deberían plantearse por qué pierden el empuje de la juventud en este sentido porque, por ejemplo, su participación en sindicatos, sube. ¿Por qué en ese ámbito sí participan y en el otro no?

Fabio: está claro que la participación en política sigue una tendencia descendente, aquí

Jonathan: yo creo que quienes ahora nos achacan ser una juventud desmovilizada de-


berían hacer un pequeño examen de conciencia y ver qué responsabilidad han podido tener. De todas formas, esta desmovilización no es sino un triunfo de la derecha, que ha conseguido después de muchos años un grado de corrupción y falta de fe en la política que han logrado un desapego por parte de la sociedad que, encima, es lo que les permite seguir con las manos libres. Por eso me gusta hacer una reivindicación de la política. No podemos entrar en ese juego y conformarnos con la demagogia de decir que todos los políticos son malos. Pero si de verdad crees eso, entra tú en política e intenta cambiar las cosas por tí mismo. Haritu: ¿cuáles creéis que deberían ser las prioridades de nuestras administraciones públicas? Jonathan: que no te extrañe que diga que la vivienda, aunque sea ya un tema tan recurrente. Siempre recuerdo el artículo de Borges en el que decía que la generación de sus padres tenían que trabajar cuatro años para pagarse su casa, cuando nosotros tenemos que hipotecarnos de por vida. Es un gravísimo problema que tiene que ver con esos intereses políticos a los que hemos dejado las manos libres para llevarnos hasta estos extremos. Así que deberían preocuparse también por lograr una ma-

yor implicación de la ciudadanía en el debate público y en la política.

te nacional, que tanto parece ocupar a los políticos?

Fabio: tanto en Nafarroa como en la CAV preocupan las condiciones de vida en cuanto a vivienda, trabajo… Pero a medida que las políticas neolibrales se apoderen de las instituciones, no habrá libre acceso a la vivienda, ni condiciones decentes de trabajo, ni nada. Por eso, la prioridad es el propio modelo de capitalismo agresivo en el que estamos entrando, antes de abordar los problemas que citábamos, porque no son más que reflejos de ese problema estructural que los alimenta. Por eso creo también en dar la voz a la ciudadanía. En todos los ámbitos. Es evidente que hay un conflicto nacional, que también habrá que debatir primero y espero que presentar ante la ciudadanía para su consulta.

Jonathan: se me hace complicado que este debate nacional capitalice la actividad política y a la opinión pública. Hay diversos sentimientos identitarios, pero la identidad es algo múltiple. Yo puedo sentirme vasco, hombre, joven… Es un debate que existe, pero es necesario hablar antes de otras cosas y, cuando estén arregladas, ocuparse de estos debates.

Jonathan: estoy de acuerdo. Por ejemplo, cuando se habla de Europa, parece que fuimos los más contrarios porque votamos mayoritariamente que no. Pero no hay nadie más europeísta; somos la generación del Interrail y del Erasmus. Lo que pasa es que no queríamos ese modelo de Europa neoliberal con fronteras para el ser humano, pero no para el capital.

Haritu: y, en este muestrario de preocupaciones, ¿dónde queda para vosotros el deba-

Fabio: en realidad ya lo he citado antes, porque yo considero que es un debate interrelacionado con los otros. Mi proyecto político no desvincula los derechos sociales del proyecto nacional que reclama el abertzalismo. La opción de la izquierda en Euskal Herria pasa por el abertzalismo, porque sentirte parte de una comunidad es el primer paso para que la izquierda tenga fuerza. No conozco ninguna sociedad sin conciencia colectiva que haya cerrado el paso al neoliberalismo y optado por un proyecto firme de izquierdas.

Haritu: ¿cómo habéis vivido el último proceso de paz?

Jonathan: yo debo decir que cuando se anunció el alto el fuego fui pesimista, porque he vivido una situación similar cuando em-

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A dos bandas Jonathan Martínez

«Hay muchas cosas que nos unen y muchos problemas que sufrimos todos y que entre todos tendrán que ser solucionados dialogando» pecé a tener conciencia política, en tiempos de Lizarra-Garazi, y después vi como caía ese esfuerzo de solucionar el conflicto por la obstinación de ETA de tutelar un proceso que tiene que recaer en el debate político. Y parece que aún no tienen claro que la acción armada es incompatible con la política. Fabio: yo comparto en parte ese discurso, pero creo también que el Estado ejerce una presión sobre este debate, cuando no le compete inmiscuirse en las cosas de política de aquí, que no resulta positivo. Yo acogí el proceso con mucha esperanza, pensando que el IRA estaba desarmándose y demás, pero bueno; creo que lo que ETA hizo en la T-4 fue romper su alto el fuego con dos víctimas mortales, y eso no se puede hacer, porque rompes las reglas y ya nadie va a creerte, porque has roto la tregua unilateralmente y sin aviso previo. Pero el Estado tampoco puede jactarse de hacer menos que sus predecesores, porque eso es hacer un bochornoso electoralismo con los votos del Ebro hacia abajo. Y en el plano político, también ha servido para ver que hay un derecho a veto que impone la minoría, PP y PSOE, porque son mayoría en Madrid, y eso habría que analizarlo. Jonathan: sí, pero no se puede responsabilizar al Gobierno de la ruptura de ese proceso, porque se podría haber esperado a la respuesta política del Estado y, si éste no escuchaba la voluntad popular, recurrir a la desobediencia civil, pero no a las armas. Y cuando hablo de desobediencia civil, hablo por ejemplo de que si Ibarretxe coloca urnas y nos llama a votar, y lo prohíben, podemos desobedecer e ir a votar. Fabio: sí, pero, por ejemplo, no se puede pretender que Batasuna entre en un proceso con todas las garantías, cuando el Estado le niega la posibilidad de presentarse a las elecciones y hacer política. ¿Alguien podría pensar en llegar a como están en Irlanda si el Sinn Fein hubiera sido ilegalizado? Yo no

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voy a acusar al Estado de romper el proceso, claro que no. Pero sí de no haber hecho casi nada por mantenerlo vivo y avanzar en él. Haritu: y de cara al futuro, ¿qué introduciríais para que esto no volviera a suceder?

Jonathan: la expresión de la voz ciudadana. Pero para esto, como para tantas cosas: para consultarnos sobre nuestro futuro político, sobre la existencia de ETA… pero también acerca de grandes proyectos como la construcción del TAV, o de la central de Boroa. Fabio: sí, pero ya se ha visto lo sucedido en Navarra. Su voz se había dejado oír a través de unas elecciones y ha sido ignorada sin escrúpulo ninguno. ¿Hasta qué punto estarían dispuestos a asumir lo que dijeran los vascos?

Por eso, lo de Ibarretxe me parece un primer paso clarificador. No una solución, pero sí algo que, si no es parte de un mareo electoral, puede ser muy positivo. Haritu: ¿cómo véis el panorama vasco? ¿Y la idea que expuso Joseba Egibar de hacer una especie de Nafarroa Bai en la CAV para defender la capacidad de decidir de los vascos en el Congreso de los diputados como un único grupo?

Jonathan: a mi entender, Nafarroa Bai responde a una realidad distinta como es Navarra, y además se centra en defender la problemática de la zona norte de la Comunidad Foral, de la más euskaldun y vasquista. EB en Navarra trató de defender sus intereses haciendo encaje de bolillos ante este plantea-


Fabio González

«La incertidumbre en el futuro está generando una resignación que ocasiona desmovilización entre los jóvenes» nas como Nafarroa Bai-Izquierda Unida, hace el juego a la derecha. En la Comunidad Autónoma Vasca se podría plantear lo mismo. Pues bien, vistos los resultados electorales de Navarra, y lo que ha pasado después con el PSN y la presión del PSOE, que siga en esta cerrazón, no lo entiendo, y creo que vuestros votantes en Navarra os lo están haciendo pagar. IU ha bajado del 12% al 4%, y se ha quedado fuera del Ayuntamiento de Pamplona. Y si hubiera sumado su fuerza a la de Nafarroa Bai, Yolanda Barcina ya no sería alcaldesa. Navarra necesita un cambio y hay que unir fuerzas, como podría pasar aquí. Jonathan: ya, pero creo que es muy difícil para EB ir con quienes quieran priorizar cuestiones identitarias a los otros problemas de los que hablábamos antes. Por eso, entiendo el recelo que pudo tener EB en Navarra, y entendería que lo tuviese aquí en función de cómo se planteara esa «idea» de Egibar, si es que se plantea formalmente.

miento, y tomó una decisión legítima de no ir juntos a las urnas, aunque manteniendo una voluntad clara de unir fuerzas después de las elecciones para relevar de una vez a la derecha. Respecto a la idea de Egibar, habría que ver si es una suma de fuerzas nacionalistas, o una suma de voluntades por el derecho a decidir, pero EB nunca va a cerrar las puertas a dialogar y buscar acuerdos. En cualquier caso desde mi punto de vista personal, sería muy difícil para EB, porque podemos llegar a acuerdos con el PNV, pero no sé si podríamos defender las mismas políticas en Madrid durante cuatro años. Fabio: cuando IU en Navarra dice que no a la posibilidad de acudir a las urnas junto con Nafarroa Bai, no integrada, sino coaligada, que se ofreció incluso que fuéramos a las ur-

Fabio: ¡Pero si lleváis gestionando las administraciones con ellos! En cualquier caso, no puedo entender lo de Navarra, de verdad. Navarra vive una situación de excepción que no se circunscribe al euskera. ¡En Navarra no se puede abortar en 2007! Y en esa situación, cualquier voto perdido de la izquierda es hacerle el juego a la extrema derecha gobernante. Haritu: ¿Qué os parece el experimento que representa Ahotsak? ¿Sería posible o deseable tender a construir un puente similar entre los jóvenes de las diferentes organizaciones?

Jonathan: siempre hemos tenido buena relación entre los jóvenes, quizá por lo que decíamos de que nuestro debate no está tan viciado. Fabio: es verdad. Ahotsak demostró que era una vía para alcanzar consensos y espero que sigan teniendo contacto. Y de cara a la ju-

ventud, ahora la cosa quizá esté demasiado caliente, pero creo que es un camino que habría que explorar. Hace poco nos hicieron una entrevista en Gara que planteaban como un cuestionario a cinco jóvenes militantes de distintas organizaciones compuesto por cinco preguntas. Y no estábamos de acuerdo en todo, pero sí en gran parte, y de ahí puede surgir un debate que alumbre acuerdos. No consensos unitarios, pero sí debates sinceros que puedan aportar. Jonathan: la pena de Ahotsak es que no ha tenido reflejo en otros ámbitos. Se abortó y no han surgido otras plataformas ciudadanas que recojan su testigo, más allá de Lokarri que, sin ánimo de dar cera, siempre ha sido un referente (Je, je,…) Es necesario reactivar ese espacio, por encima de los golpes y codazos del día a día de la política. Fabio: los sindicatos han trabajado en este sentido y la foto de UGT y LAB creo que tuvo mucho de esta voluntad de reforzar la imagen de diálogo y negociación que entonces existía. Y se puede profundizar en ese camino. También desde el ámbito juvenil. Sin miedo a que no se alcancen consensos, que en algún caso serán imposibles, pero creando espacios para dialogar y ver en qué podemos estar de acuerdo para, una vez hecho esto, llevar la decisión final a las urnas para que la ciudadanía lo refrende. Es importante que se extiendan estos ejemplos porque, por mucho pesimismo que haya en torno a la resolución del conflicto, se debe saber que existe un pequeño corazoncito de diálogo latiendo, que si bien no tiene eco público, existe, de distintas formas, y en distintos ámbitos. Jonathan: hay que pensar que esto tiene solución, que no es irresoluble, y que la vía es el diálogo, porque por encima de ideologías y demás, hay muchas cosas que nos unen y muchos problemas que sufrimos todos y que entre todos tendrán que ser solucionados.

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A dos bandas

«Se dice que otro mundo es posible, pero sólo lo será si bajamos el debate a la calle y actuamos desde lo local» Jonathan Martínez entró en política tras la invasión de Irak y ya es juntero. Desde su compromiso, este joven se esfuerza por cambiar su realidad para influir en la global con los pies sobre el terreno.

Haritu: ¿Cómo acabaste militando en Ezker Batua? Jonathan: yo empecé en un contexto muy concreto como fue el de la guerra de Irak. Necesitaba un cauce para dar salida a mis ganas de participar y dar una utilidad a mi pensamiento de izquierdas. La militancia me facilitó un vehículo para traducir en hechos las utopías en las que, como adolescente, creía. Fue una apuesta sencilla por lo que veía en EB de vasquismo amable y cosmopolita, y de organización que pretende abordar los problemas locales para transformar la realidad global. Haritu: y, ¿por qué no Aralar, el PSE o Batasuna?

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Jonathan: dentro de la izquierda, no comparto las tesis de Batasuna ni sus actitudes, porque tengo convicciones plenamente pacifistas, Aralar era una organización incipiente y aún sin hacer cuando yo entré en política, aparte de que yo reivindico el concepto de ciudadanía por encima del de nacionalidad, y no entré en el PSE porque, sencillamente, no le considero un partido de izquierdas. Haritu: como joven, ¿qué ofrece EB para quien quiera simpatizar o militar en ella? Jonathan: precisamente, que hacemos política joven. Al margen de que contamos con una estructura abierta y participativa, ralizamos política para todos aquellos que no tienen la vida re-

suelta. Además de eso, ofrecemos unos planteamientos críticos que se revisan a menudo incluso a sí mismos.

Haritu: ¿qué actividad real tienen las juventudes de EB? Al ser una pataforma que une a diversos partidos, ¿hay unidad de acción como jóvenes, o cada formación organiza sus campañas y sus actividades? Jonathan: Ezker Batua Gazteak, efectivamente, es un grupo de gente joven que se reune y debate. Pero los jóvenes de EB participamos plenamente en las iniciativas de EB. No existe esa división entre las actividades de los jóvenes y las de nuestros mayores. Y para nosotros es un honor y algo que nos da prestigio, porque como jó-


venes, participamos prácticamente al mismo nivel que el resto de compañeros en las instituciones y también dentro del partido. No hay más que ver que hay muchos jóvenes en cargos de relevancia e incluso responsabildades de gobierno de las que se ocupa EB.

Haritu: ¿Cómo valoras la gestión de Zapatero y cómo ves el escenario actual de la política española que ya es casi de precampaña? Jonathan: en primer lugar, decir que odio el bipartidismo español y el partido de tenis entre Zapatero y Rajoy a que queda demasiado reducida a política española. A mi parecer, el presidente Zapatero ha tenido buena voluntad, pero al final no ha ido a donde quería. Por eso reivindico la voluntad que tuvo al principio, que la recupere y la traduzca en hechos. Y por eso rechazo que se haya plegado al discurso de la derecha y ahora pretenda ponerse parches y, por ejemplo, dar un dinero para pagar el alquiler que será el mismo para un parado en situación precaria, que para el hijo de una familia acomodada económicamente que quiera irse de casa. Ese tipo de medidas no son en absouto distributivas, sino electorales. Debe volver al impulso real. Haritu: ¿Qué buscas con tu militancia activa, y qué es lo que más te gustaría cambiar? Jonathan: más que o que me gustaría, lo que cambiamos cada día. Son pequeñas conquistas que logramos todos los días desde la política local, o foral. Todo lo que sea avanzar es vital y en ésas estamos. Todo lo que sea bajar el debate a la calle y dar voz a la sociedad para evitar manipulaciones y presiones externas entra dentro de nuestro proyecto, y creo que es en lo que se basa nuestra actividad política de izquierda transformadora. Haritu: y, ¿es posible? Jonathan: se suele decir que otro mundo es posible como eslogan. Pero, en realidad, el reto es cambiar nuestro pequeño mundo, haciendo pequeñas cosas, y sabiendo que esto no va a ser un cambio del tipo que mañana todo el mundo se vaya a levantar siendo de izquierdas. Pero si vamos haciendo cosas desde ese ámbito, y la gente ve que se puede de verdad, que es posible llevarlas a cabo, la capacidad de transformación crece porque va sumando voluntades. El camino es ése.

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A dos bandas

«Si no separamos la lucha social de la nacional, hallaremos una gran fuerza para cambiar nuestro mundo» Fabio González nació en Madrid y ha militado en distintas organizaciones hasta llegar a Iratzarri, un proyecto que define como «amable» y que está seguro de que puede ayudar a cambiar la sociedad.

Haritu: como joven de izquierdas, ¿por qué elegiste Iratzarri para militar y no te decantaste por las otras opciones? Fabio: lo ví como un espacio político amable. Además, Aralar desde su nacimiento, supuso una influencia sobre el mensaje político en general, de lo que estamos muy orgullosos, y esa frescura y esa ilusión fue lo que me llamó. Yo he militado en otros movimientos y otros lugares, como el Colectivo de Gays, Lesbanas y Transexuales o Izquierda Unida en Madrid, pero Aralar me convenció por su estructura y el proyecto socialista e independentista que presenta. Si entré fue porque el proyecto de Aralar llamaba a mi puerta.

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Haritu: pero, ¿por qué no EB, o el PSE, o Batasuna? Fabio: no fue un proceso de descarte de las otras opciones, sino un análisis en positivo. Pero si no estoy en el PSOE es porque no lo considero un partido de izquierdas; si no estoy en EB es porque, aunque podemos coincidir en gran parte de su política social, considero la cuestión nacional como algo estratégico e impostergable; y, si no estoy en Batasuna, a parte de que aunque quisiera no podría, porque es ilegal, como diría la vicepresidente, María Teresa Fernández de la Vega, es porque creo que la vía hacia la independencia de Euskal Herria y el socialismo no pasa en absoluto por la vía armada.

Haritu: siendo Aralar una reciente escisión, ¿es fácil la relación entre los jóvenes de Iratzarri y el otro grupo de jóvenes de izquierda abertzale que eligen militar en los diferentes movimientos que simpatizan con el sector representado por Batasuna? Fabio: no, no lo es. Existen ejemplos como puntos de mira en nuestros carteles, pintadas amenazantes contra nosotros y contra nosotras y demás. No es fácil, pero no es imposible que existan esas relaciones. Yo creo que tenemos que trabajar y que, en algún momento, si Batasuna se desvincula de una vez de la acción armada, nos vamos a encontrar con ellos.


Haritu: ¿Qué ofrece Iratzarri para que un joven decida optar por militar junto a vosotros? Fabio: lucro personal, tráfico de influencias, de estupefacientes (ja, ja, ja,…) No, en serio; ofrece un espacio amable de participación, con una estructura asamblearia fuerte y con unas ideas en las que creemos. Si uno se considera de izquierdas y abertzale, y entiende que tiene que participar en política, creo que la nuestra es una opción muy razonable. Haritu: ¿Qué iniciativas desarrolláis? Fabio: bueno, ahora estamos en un proceso de organización interna, pero vamos a hacer unas jornadas en noviembre en Gasteiz donde vamos a tratar cuestiones como los derechos lingüísticos, cuestión nacional, derechos de gays y lesbianas, lucha sindical y demás, además de llevar a cabo campañas concretas como la que hicimos este verano, «Cinco mentiras y cinco verdades sobre Euskal Herria» para debatir el estado real del país. Haritu: ¿Qué te gustaría cambiar en la sociedad con tu actividad política? Fabio: el modelo de sociedad, entendiendo por esto también la cuestión nacional, que las veo como dos luchas inseparables. Las relaciones de mercado actuales no generan sociedad. Someten a muchos sectores a la miseria y, si pudiera cambiar algo, cambiaría eso, en el marco de una Euskal Herria unida e independiente y dueña de su futuro. Haritu: y ¿es posible? Fabio: no me cabe ninguna duda. La derecha necesita que creamos que las cosas son como son, pero todo se puede cambiar. Hay que combatir esa mentira, porque cambiar el mundo es posible, como demuestra hoy en día Sudamérica. A través del debate, se puede crear un sentimiento compartido y, si no separamos las luchas, si entendemos que el debate nacional y el social van unidos como fuerzas transformadoras, será posible. Como dijo el Che Guevara, «patria o muerte. Venceremos».

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Orratza

Se abre el

abanico

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Texto:

La salida al mercado de nuevos medios de comunicación proyectados para este otoño, amplía y extiende el panorama del variopinto arco informativo.

Juan Sánchez

Los romanos solían enterarse de los más importantes sucesos acaecidos a lo largo del Imperio a través de las Actas Públicas o Actas del Pueblo, grandes tablones expuestos en el Foro, el habitual punto de encuentro para los habitantes de la ciudad del Tíber. En la Edad Media, en los puertos europeos se vendían los Avisos, hojas manuscritas sin título ni firma, pero con la fecha y la ciudad donde fueron redactados, y que recogían informaciones, normalmente facilitada por marinos, peregrinos o guerreros, acerca de los aconteceres bélicos de las Cruzadas que tenían lugar en el Mediterráneo oriental. Sin embargo, el mayor legado que ha recibido la prensa, tal y como hoy la conocemos, fue sin duda la aparición de la imprenta, desarrollada por Gutenberg en el siglo XV. Nada fue igual desde entonces. Lo que hasta entonces se había hecho a mano empezó a ser impreso, con las ventajas, sobre todo de rapidez y difusión, que ello acarreaba. A partir de ahí, la prensa escrita ha conocido los cafés, donde la gente se reunía a leerlos y comentarlos, la figura del pregonero que vendía periódicos a gritos en la calle, o de los quiosqueros con bufandas y guantes atrincherados tras gruesas pilas de papel manchado. Ha sido adoptado por grandes e importantes personalidades, y también ha querido ser independiente y valerse por sí mismo. En su profundo armario, podíamos encontrar grandes trajes asabanados, otros plegados y con forma de tabloides, o incluso arrevistados. Tampoco ha sido ajena, claro está, a la mo-

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da del maquillaje. Así, se ha embadurnado de pesados textos de tinta negra, y también ha sabido retocarse con pequeñas pinceladas de color, y sutiles fragancias de perfume fotográfico. No han sido, como vemos, pocos los cambios que ha experimentado esta aún joven hermana nuestra, que ha sabido acompañarnos fielmente a lo largo de los años. Sin molestar, sin decir nada. O tal vez diciendo todo.

Jugando en casa La prensa del Estado español, no ha sido ajena a todos estos aleatorios vaivenes. Fue en su día una de las principales introductoras de las ideas ilustradas, y posteriormente un gran propagadora del liberalismo y los derechos democráticos en los períodos absolutistas del siglo XIX. Ha sido alabada y ensalzada, pero también proscrita y censurada. Ha conocido guerras, revoluciones y dictaduras. Ha crecido poco a poco, a veces a trompicones, hasta llegar su mayoría de edad, hasta llegar al siglo XXI. A nivel estatal existe un amplio abanico de opciones periodísticas: desde prensa histórica conservadora, de corte tradicional (ABC) a prensa de carácter liberal progresista (El País), sin olvidar los diarios nacionalistas vascos (Deia, Gara) o catalanes (Avui). Hay cabeceras locales y regionales, así como periódicos deportivos de gran difusión (Marca, As, Sport). Pero si hay un fenómeno a destacar en el panorama mediático español de los últimos años es la consolidación y el desarrollo de importantes grupos de comunicación que editan diversas cabeceras y se disputan el mercado de la información. Estos grandes grupos, además de la prensa escrita, suelen abarcar otros sectores como la televisión, la radio, o las editoriales. Los dos grupos que han alcanzado una mayor acumulación de poder e influencia y cota de mercado son Prisa y Vocento. El primero de ellos engloba periódicos como El Pais o As, canales televisivos como Canal + y Cuatro, o emisoras de radio como la Ser. Además, tiene una importante presencia en diversos medios de comunicación de algunos países de Sudamérica. El segundo, además de editar periódicos históricos a nivel estatal (ABC), posee la emisora Punto Radio, tiene participación en cadenas televisivas como Tele5, y ha entrado en el sector de las nuevas tecnologías como Internet, donde posee blogs tan importantes como Infoempleo.com. Vocento se ha convertido en uno de los mayores grupos

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en lo que a prensa escrita se refiere, ya que además de ABC, dispone de importantes rotativos locales y regionales, como pueden ser El Norte de Castilla (Castilla y León), o El Diario Montañés (Cantabria). En Euskadi, es propietaria del periódico El Correo. Resulta difícil muchas veces competir con estos dos grandes gigantes de la comunicación, pero no imposible. Un buen ejemplo de ello es la creación en nuestro territorio del Grupo Noticias, que posee cabeceras en Navarra (Diario de Noticias), Alava (Diario de Noticias de Alava) y Guipúzcoa (Noticias de Gipuzkoa), así como una importante participación en el rotativo vizcaíno Deia. Este joven grupo, encabezado por su director editorial Pablo Muñoz, ha demostrado, desde una óptica vasquista y progresista, que es posible otra forma de ejercer el periodis-


mo, independiente de los grandes grupos de comunicación. Hasta ahora, a nivel estatal, el sector de la prensa escrita se halla dominado por los dos grandes grupos de comunicación, Vocento y Prisa. El sector que abarcaba la derecha y el centro derecha lo dominaba ABC con un reciente desbancamiento por parte de El Mundo, y el sector del centro izquierda, lo copaba única y exclusivamente El País. Sin embargo, todo indica que a estos grandes medios les ha salido competencia. En el sector situado en la derecha política, está previsto el lanzamiento de un nuevo medio con el mismo nombre que utilizaba otro diario conservador de los años treinta, La Nación. Sin embargo, para evitar problemas legales y por no haber podido convencer a los dueños

históricos de ésta para que les cediesen la antigua cabecera, parece ser que los promotores del nuevo diario se verán obligados a incorporar el apellido «del tercer milenio», muy similar al que incorpora El Mundo «del siglo XXI». El nuevo rotativo nace bajo el paraguas del Grupo Intereconomía, y tiene como objetivo captar el público conservador de La Razón, y en lo posible de ABC. Entre los promotores figuran hombres de la talla de Luis María Ansón y Julio Ariza, ex parlamentario del PP y empresario de la comunicación. No obstante, parece que por desavenencias entre ambos, el primero se ha distanciado progresivamente del proyecto. Este hecho puede ser uno de los motivos que hayan provocado el retraso de la salida a la calle de la edición impresa, que ya tiene formato digital (www.La Nación.es). Este salto a los quioscos, ini-

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jo la que se tenía que disfrazar anónimamente la opción ideológica del medio. Tan sólo incorpora opiniones. Con nombre y apellidos. Tiene un formato diferente a los periódicos tradicionales: la contraportada siempre tiene carácter deportivo, y las páginas dos y tres, a continuación de la portada, desarrollan el tema principal de la mismo, muchas veces con un estilo de reportaje. Entre otros atractivos, destacan, además, las firmas que han incorporado para las colaboraciones, donde podemos encontrar a los escritores Lorenzo Silva y Espido Freire, al cantautor José Antonio Labordeta o al showman Gran Wyoming. Con un minucioso plan de viabilidad del diario, los promotores aseguran garantizar su existencia por un mínimo de tres años, con la esperanza de llegar a la autofinanciación llegado el cuarto. El periódico vio la luz el pasado 26 de septiembre, y parece que tuvo una buena acogida de público. El tiempo dirá si se convierte en un sólido referente del panorama mediático estatal, sobre todo del sector situado en la izquierda política. Por si acaso, el periódico que ejercía el monopolio en este sector, El País, ya ha acometido un rediseño de su tradicional formato, que incluye, entre otros, ligeros cambios en la maquetación y una nueva tipografía. Ya lo dice el refranero popular: «cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar». Pues eso. cialmente previsto para este otoño, podría producirse finalmente para antes de las elecciones generales que están previstas para marzo del próximo año. Su difusión se centraría en un primer momento únicamente en Madrid, y tendría un carácter inicial gratuito o semigratuito (50 céntimos). El otro nuevo medio estatal que ha visto la luz con este módico precio es Público, dirigido por el antiguo director de La Voz de Almería, Ignacio Escolar. Con una clara vocación de dirigirse a un público joven, urbano y de izquierdas, es calificado por sus propios promotores como «progresista, popular, democrático radical y respetuoso». Entre estos promotores, su máximo artífice es Jaume Roures, alma mater de Mediapro. Con una tirada inicial de más de 200.000 ejemplares, el periódico espera convertirse en una referencia de la prensa progresista a nivel estatal. El nuevo medio dispone de cuatro ediciones (Madrid, Cataluña, Andalucía y Nacional), y tiene ubicada su sede central en Madrid. A través de un diseño moderno, ligero y atractivo, con 64 páginas a todo color, el nuevo periódico incorpora ciertas novedades en cuanto a su estructuración. Con ciertas semejanzas en cuanto a su maquetación con los periódicos de carácter gratuito, Público concede mucha importancia al elemento visual y no incorpora una portada tradicional ni editorial, a la que considera una reminiscencia del pasado, ba-

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El periodismo que viene La prensa escrita ha sufrido múltiples y largas transformaciones a lo largo de su historia, y no ha sido en ningún modo ajena a los cambios y conversiones sociales que han ocurrido a su alrededor. De ser un producto propio de élites culturales a ser todo un fenómeno de masas, de las ediciones matutinas y vespertinas, a una única y, en cierto modo, amenazada edición de hoy en día. Aunque el siglo XX ha visto morir a un gran número de periódicos por los más diversos motivos (económicos, judiciales...), nunca como en la actualidad, el futuro de la prensa escrita había estado tan cuestionado. Si la revolucionaria aparición de la imprenta tuvo una importancia decisiva en su desarrollo, la aparición de Internet y el fenómeno de la prensa gratuita han colocado a la prensa escrita en una situación un tanto delicada. Hace ya varios años que la prensa escrita no consigue incrementar su número de lectores, y en toda Europa, salvo en España e Irlanda, ha sufrido retrocesos en cuanto a sus ingresos económicos y su difusión. La falta de hábito de lectura y un cierto desinterés por el análisis sociopolítico, han hecho de la prensa gratuita un medio fácil, digerible y con noticias en pequeñas dosis, que le permite gozar de gran aceptación y un amplio desarrollo en nuestro país en los últimos cinco años. Con un tratamiento sencillo y breve, sin artículos de opinión, medios como Metro, Qué! o 20 Minutos, han logrado convertirse en entidades altamente competitivas, con suculentos ingresos económicos procedentes de la publicidad. A su vez, la aparición y generalización en el uso de la Red, ha cambiado la forma tradicional de hacer periodismo. Ahora se prima la inmediatez, la información personalizada, y se busca constantemente la interactividad, la participación del ciudadano. Esto ha hecho que todos los medios escritos den una notable importancia a sus ediciones digitales, que incorporan gráficos animados, contenidos multimedia, foros participativos y blogs personales. Además, han aparecido medios informativos que única y exclusivamente disponen de formato digital, como El Periodista Digital o Reportero Digital. Estos profundos cambios tecnológicos han llevado a la prensa escrita a sufrir más transformaciones en los últimos diez años que en el medio siglo anterior. Los rotativos en papel, cada vez han tendido hacia diseños más ligeros, y a dar una importancia decisiva a los elementos gráficos como la fotografía y, sobre todo, la infografía. Sin embargo, todo ello no ha hecho más que frenar en cierta manera un lento pero constante declive.

Seguramente, la prensa escrita necesite de una reinvención de sí misma, aprovechando y rentabilizando todas las posibilidades que nos aportan los soportes multimedia. Entender el nuevo soporte digital como un complemento, y no como un rival, es el reto que se plantea para el futuro. Para Jaime Castellanos, presidente de la Asociación de Editores de Diarios Españoles, AEDE, «el mestizaje entre la prensa de papel y la digital, son las grandes líneas maestras que el sector deberá encarrilar en los próximos años». Por tanto, las predicciones agoreras de personajes como Bill Gates que afirman que la prensa escrita está viviendo sus últimos días, parece que no se van a cumplir. Pero la prensa escrita que viene no será seguramente tal y como hoy la conocemos. Tal vez, si no conseguimos evitarlo, quede reducida a un producto minoritario consumido por personas que valoren la investigación y el análisis, personas que busquen la contextualización y la reflexión frente al vómito sin sentido de noticias inmediatas.

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Opinión

Raíces y piedras

Los primeros esclavos negros llegaron a Norteamérica en el siglo XVII. La mayor parte de ellos procedían del Golfo de Guinea, donde fueron capturados por tratantes de esclavos europeos, encadenados y conducidos al otro lado del océano en las bodegas de un barco, peor que si fueran reses de ganado. Siguiendo la unidad de tiempo concebida por Oteiza, entre los negros estadounidenses de la actualidad y su origen africano no hay más de cuatro o cinco abuelas, si entendemos el concepto de «abuela» como cabeza de puente intergeneracional para el mantenimiento de la memoria histórica. No sabemos cómo calibrar el efecto que un atropello como aquél tiene sobre las generaciones posteriores, pero pensemos en lo que supone que te arranquen de tu entorno vital súbitamente, te separen de tus lazos familiares, te despojen de tu lengua, te obliguen a hacer trabajos penosos a cambio de nada salvo malos tratos y te prohíban casi todos los derechos concedidos a la raza dominante, incluido el derecho a la vida. Difícilmente cabe imaginar un acto de violencia peor. Pues bien, a pesar de todo, he aquí un pequeño fragmento de un conocido discurso que Martin Luther King dirigió a una multitud de cientos de miles y a toda la nación a través de las cámaras cuando se habían cumplido, hacía unos meses, los primeros cien años desde que Abraham Lincoln aboliera la esclavitud: «Pero hay algo que debo decir a mi gente que aguarda en el cálido umbral que conduce al palacio de la justicia. Debemos evitar cometer actos injustos en el proceso de obtener el lugar que por derecho nos co-

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rresponde. No busquemos satisfacer nuestra sed de libertad bebiendo de la copa de la amargura y el odio. Debemos conducir para siempre nuestra lucha por el camino elevado de la dignidad y la disciplina. No debemos permitir que nuestra protesta creativa degenere en violencia física. Una y otra vez debemos elevarnos a las majestuosas alturas donde se encuentre la fuerza física con la fuerza del alma». Pronunciado en el Lincoln Memorial como culminación de la histórica Marcha sobre Washington por los derechos civiles, permanece todavía como algo más que una pieza maestra de la oratoria en lengua inglesa; es una emocionante demostración del poder creativo de la palabra. «No hay palabra verdadera que no sea una unión inquebrantable entre acción y reflexión y, por ende, que no sea praxis. De ahí que decir la palabra verdadera sea transformar el mundo», decía el pedagogo Paulo Freire en su «Pedagogía del oprimido». Efectivamente, lo que hizo Luther King aquel 28 de agosto de 1963 fue apoderarse del lenguaje, elevar su causa a la cumbre de la elocuencia, erigirse en la voz de los sin voz y, con eso, impulsar un proceso de empoderamiento de la población negra. Por si alguno no sabe de qué estamos hablando, el texto íntegro del discurso está fácilmente disponible en internet bajo el término «I have a dream/Tengo un sueño». Se trata de una intervención de once minutos a lo largo de los cuales hace hasta once referencias al concepto que podría resumir su sueño: la justicia. De hecho, aquel año fue clave en todo el mundo para la causa de la justicia, porque las fuerzas la-


Pedro Urquijo Educador

tentes que se desencadenaron realmente abrieron las puertas de una nueva época. Por lo que a los vascos se refiere, ¿qué nos traíamos entre manos por aquel entonces? Pues en 1963 lo que señaló un hito fue la publicación de «Quousque tandem»… Ensayo para la interpretación del alma vasca, de Jorge Oteiza. Es un libro que entraña una doble paradoja: habiendo tomado el título de las palabras iniciales de otra pieza maestra de la oratoria política latina, «las Catilinarias» de Cicerón («Hasta cuando, Catilina, vas a abusar de nuestra paciencia», s.I a.d.C.), su forma expresiva constituye en sí misma una refutación de la oratoria y, sin embargo, tuvo un enorme poder de persuasión sobre no pocos vascos de aquella época que, inspirados por su lectura, decidieron hacer realidad los versos de Tirso: «Vizcaíno es el hierro que os encargo,/ corto en palabras, pero en obras largo». Y así, se entregaron a la lucha armada. Ha pasado ya cerca de medio siglo desde entonces y seguimos sin habernos podido zafar de lo que nuestros sociólogos llaman «la cultura de la violencia». Seguramente podríamos denominarla también como «la cultura del no lenguaje». Esto mismo se comprueba, por ejemplo, al observar a algunos jóvenes con conductas agresivas. En muchos casos, su imposibilidad de encajar en un plan de vida constructivo tiene que ver con dificultades en la comprensión de la realidad, que a su vez correlacionan con deficiencias expresivas. Este tipo de chicos y chicas no saben nombrar un buen número de sus experiencias, lo que equivale ca-

si a no poder aprovecharlas completamente. En nuestro contexto social e histórico, el reto de la sociedad en su conjunto, como si se tratara de un adolescente problemático, es tomar el poder del lenguaje para ejercerlo como mediador entre nosotros y la realidad circundante. Desbaratemos la idea de que las palabras se las lleva el viento. Las palabras tienen poder. Dominar el lenguaje es dominar la realidad. Por tanto si queremos un poder democrático, tendremos que promover el empoderamiento de las gentes permitiéndoles que se apoderen del lenguaje, y esto empezado por los niños y adolescentes a través de programas educativos. Es preciso demostrar que la eficacia de la comunicación en la resolución de los conflictos mejora en la medida en que las partes adquieran la capacidad de verbalizar los problemas, de contarse a sí mismos lo que pasa, de hacer inteligibles y comunicables las razones, los motivos y las ilusiones. Si uno intenta imaginar el efecto de lo que Oteiza escribió sobre los cromlech prehistóricos vascos y todo aquello de que lo que cuenta no son las piedras del perímetro sino el vacío interior, nos topamos con el concepto absoluto de lo inefable. No, Oteiza, eso no nos viene bien. Hay un tiempo para esparcir piedras y un tiempo para recogerlas, lo mismo que hay un tiempo para la guerra y un tiempo para la paz (Eclesiastés, cap. 3). Reunir piedras es construir casas y levantar torres. La torre de la justicia no se construye sin palabras.

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Campa単a

Por una

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consulta Lokarri entrega al Parlamento Vasco 18.131 firmas recogidas en la CAV. En Navarra el día 17 se instalarán 50 mesas en la calle para recabar adhesiones. Desde el pasado 6 de noviembre el Parlamento Vasco cuenta con las 18.131 firmas recogidas por Lokarri en la Comunidad Autónoma Vasca en apoyo a la propuesta de una convocatoria de una consulta popular. Mientras en la CAV se ha dado por finalizada la campaña, en Navarra la campaña de recogida de adhesiones será reforzada. Para ello, el sábado 17 de noviembre se instalarán 50 mesas en la calle con el fin de sumar más voluntades a esta iniciativa.

Un total de 18.131 firmas recogidas en la Comunidad Autónoma Vasca en apoyo a la solicitud de una convocatoria de una consulta popular fueron presentadas por Lokarri al Parlamento Vasco el pasado 6 de noviembre, ejerciendo el Derecho de Petición. Miembros de los foros y de la Comisión de Coordinación de Lokarri, acompañados de varios referentes sociales y culturales, participaron en el acto de entrega simbólica de firmas a la Presidenta del Parlamento. Además, estuvieron presentes representantes de los grupos parlamentarios.

La propuesta entregada en la sede parlamentaria propone la aprobación de una declaración que insiste en dos compromisos: en primer lugar, el compromiso de impulsar y apoyar la celebración de una consulta popular; en segundo lugar, el compromiso de hacer todos los esfuerzos necesarios de diálogo y acuerdo para llegar a la consulta con el mayor nivel de consenso posible. La exigencia de celebrar una consulta y el esfuerzo para alcanzar un consenso previo será el trabajo prioritario de Lokarri durante los próximos meses.

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Campaña

La campaña de una iniciativa ciudadana por una consulta popular dio comienzo el pasado 31 de marzo con un doble objetivo: 1) ofrecer una alternativa cívica, pacífica y democrática para superar el bloqueo en el que se encontraba el proceso hacia la paz y 2) dinamizar la movilización, la participación y la iniciativa social en una situación de riesgo de vuelta al pasado. Casi ocho meses después de que la Red ciudadana por el acuerdo y la consulta pusiera en marcha la campaña de recogida de firmas que apoyasen la presentación de una propuesta de convocatoria de una consulta popular ante el Parlamento Vasco y el Parlamento de Navarra, las circunstancias en las que fue presentada dicha iniciativa han cambiado de forma considerable. El Gobierno Vasco, de mano del Lehendakari Ibarretxe, presentó el mes pasado una propuesta cuyo objetivo es desbloquear el proceso hacia la paz y que también recoge la posibilidad de convocar una consulta popular, bien para refrendar un acuerdo que alcancen instituciones y partidos políticos, bien para

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que la sociedad, en caso de desacuerdo o bloqueo, ponga las bases para iniciar un proceso de pacificación y normalización. En octubre Lokarri celebró asambleas provinciales en las que se reflexionó sobre la contribución de Lokarri en la nueva situación generada tras la presentación de la «hoja de ruta» del Gobierno Vasco y se decidió dar por concluida la campaña de recogida de firmas en la Comunidad Autónoma Vasca, no poner en marcha las iniciativas previstas (más concretamente, un día de recogida masiva de firmas prevista para el 27 de octubre) y acudir al Parlamento Vasco a entregar las 18.131 firmas . Mientras la campaña se daba por concluida en la CAV, dentro del mismo proceso asambleario, se acordó reforzar la campaña de firmas en Navarra, ya que de momento la única propuesta concreta de convocatoria de una consulta popular en la Comunidad Foral es la planteada por Lokarri desde el pasado mes de marzo. Con este objetivo, Lokarri ha convocado una salida a la calle masiva en Navarra el sábado 17 de noviembre, para la que se necesita la co-

laboración de todas aquellas personas dispuestas a estar la mañana del sábado detrás de las 50 mesas de recogida de firmas que se sacarán a la calle. El próximo sábado 17 de noviembre será una gran movilización de miles de personas entre colaboradores y firmantes que lancen un mensaje claro: después de la frustración sufrida ante el fracaso del proceso de paz, queremos tener la oportunidad de decidir para que se respete nuestra voluntad de fin de la violencia, diálogo sin exclusiones y acuerdo plural. La convocatoria de una consulta es una propuesta cívica, pacífica y democrática para definir lo que nos une como sociedad y gestionar constructivamente nuestra pluralidad. Lokarri propone su celebración para que la sociedad navarra se pronuncie sobre un tema tan importante y trascendental como es la paz y la convivencia. Todo aquel que esté interesado en participar en el acto del día 17 todavía puede apuntarse llamando al 902 42 10 10 o en la página web www.lokarri.org.


Encuentro de redes y colectivos por la paz y el diálogo en Madrid

Concentración de la Plataforma por la Paz, los Derechos, el Diálogo y la Negociación en Madrid.

El pasado 27 de octubre, y convocados por el Foro de Lokarri en Madrid, representantes de distintos colectivos y plataformas que trabajan por la paz, los Derechos Humanos y el diálogo se reunieron para compartir experiencias y estudiar la posibilidad de poner en marcha actividades conjuntas. La reunión, que se prolongó por espacio de más de 8 horas, se inició con un intercambio de impresiones sobre el reciente proceso de paz, las causas que lo hicieron fracasar y la situación actual en Euskal Herria. Más allá de las lógicas diferencias se extrajeron

dos importantes conclusiones: 1) en relación al pasado, faltó impulso social en el Estado para defender e impulsar el proceso de paz y 2) de cara al futuro, hay que reforzar el trabajo en red para reivindicar la paz y el diálogo. La segunda parte de la reunión se centró en el estudio de distintas posibilidades para iniciar una cooperación entre las distintas iniciativas que se vienen desarrollando en Catalunya, Madrid o Aragón, por poner algunos ejemplos. La disposición de todos los presentes fue buena y se adoptó el compro-

miso de celebrar una próxima reunión en la que poder concretar una campaña conjunta de defensa de un proceso de paz en Euskal Herria. En definitiva, la reunión fue una buena oportunidad para estrechar lazos entre colectivos que comparten una labor esencial de impulso social de la paz y el diálogo en el Estado. Como uno de los participantes comentó: «es muy duro defender estas reivindicaciones en un entorno sociopolítico poco favorable y es ilusionante comprobar que no se está sólo».

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Myanmar:

la tentaci贸n del olv

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Texto: Ibai Los Arcos,

vido La antigua Birmania es hoy Myanmar: un país gobernado por un régimen militar desde 1962 y en el que las últimas elecciones parlamentarias se llevaron a cabo en 1990. Ante aquella cita con las urnas, la junta militar perdió de manera abrumadora, por lo que decidió ignorar los resultados, arrestar a los líderes opositores y seguir gobernando hasta la actualidad con el silencio cómplice de la comunidad internacional. Sin embargo, hace un mes, una subida de precios colmó la paciencia de los birmanos y provocó que se intensificaran las protestas pacíficas y que este conflicto latente saltase a las primeras páginas de medio mundo. La represión del Gobierno ante esta respuesta ciudadana no ha terminado y el régimen en absoluto ha cambiado, pero la comunidad internacional vuelve a estar tentada de olvidar de nuevo a Myanmar.

Equipo de Campañas del Grupo de Amnistía Internacional de Pamplona-Iruñea

Desde el 21 de septiembre de 2007 se han intensificado las protestas pacíficas masivas en todo Myanmar, motivadas por el drástico aumento del precio de los combustibles en agosto. Los militares gobernantes subieron más de un 60% el precio de la gasolina, doblaron el precio del diésel y quintuplicaron el precio del gas natural comprimido. Esta súbita subida de precios impedía a muchas personas pagar el autobús para ir al trabajo y comprar artículos esenciales como el arroz. Era la gota que colmaba el vaso de la paciencia de los ciudadanos y, siguiendo a los monjes budistas que encabezaron las protestas pacíficas, se echaron a la calle para protestar contra el gobierno y para reclamar una reducción de los precios de los artículos de consumo, la liberación de las personas encarceladas por motivos políticos y un proceso de reconciliación nacional. Las manifestaciones fueron aumentando en número considerablemente, alcanzando cifras que oscilan entre los 10.000 participantes que apuntan los recuentos gubernativos y los 100.000 contados por los periodistas extranjeros. No se celebraban manifestaciones de esta envergadura desde las protestas que tuvieron lugar en todo el país en 1988, que las autoridades reprimieron violentamente y en las que murieron más de 3.000 manifestantes pacíficos.

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El 25 de septiembre de 2007 las autoridades dieron comienzo a una campaña de represión contra los manifestantes, impusieron un toque de queda de 60 días y lanzaron advertencias públicas de que se emprenderían acciones judiciales contra quienes se manifestaran. Posteriormente fueron detenidas al menos 700 personas en la anterior capital, Yangón, así como en la segunda ciudad más grande, Madalay, y en otros lugares del país. Entre las personas detenidas en Yangón había monjes, miembros del Parlamento pertenecientes a la Liga Nacional para la Democracia (LND) -principal partido de la oposición-, integrantes de la LND y otras figuras públicas. Tanto éstas como otras personas detenidas corren actualmente un grave riesgo de sufrir tortura o malos tratos. Todavía no se conoce el alcance total de la represión. La televisión estatal ha informado de que al menos nueve personas -ocho manifestantes y un periodista japonés- perdieron la vida durante la represión de las protestas. Se cree de forma generalizada que la cifra real de víctimas mortales es mayor y que cientos de personas resultaron heridas. Además, sitios web y blogs que contenían información y fotografías de las manifestaciones quedaron bloqueadas por la junta militar, que llegó incluso a cerrar totalmente las conexiones de Internet para evitar que circulara la información de lo que estaba pasando en las calles del país. El 26 de septiembre de 2007, el Consejo de Seguridad de la ONU debatió esta crisis y, al día siguiente, las autoridades de Myanmar aceptaron el envío de una misión al país encabezada por el representante especial del secretario general de la ONU Ibrahim Gambari.

del Estado a las protestas. Durante 2007 se recurrió a bandas de delincuentes para atacar a varias personas defensoras de los derechos humanos. En algunos casos, también se tuvo noticia de que, entre quienes perpetraban u organizaban los ataques, había agentes de policía y funcionarios del Estado. Se provocaba un disturbio, tras lo cual la policía y las autoridades locales se presentaban en el lugar y acusaban a las víctimas de haber causado el tumulto. A continuación podía hacerse uso de los tribunales para presentar cargos contra las víctimas de la violencia. En total, hay más de 1.160 presos y presas políticos en Myanmar, muchos de los cuales han sido castigados sólo por manifestar pacíficamente su desacuerdo con las autoridades. Entre las personas encarceladas hay muchas enfermas y ancianas, cuya salud sigue en peligro por las malas condiciones penitenciarias, como la dieta inadecuada y la falta de atención médica, y la situación que empeora. Los juicios políticos se realizan conforme a leyes que tipifican como delito el ejercicio pacífico de los derechos humanos y en procesos que no cumplen las normas internacionales sobre juicios justos. Se producen detenciones sin orden judicial y a los acusados se les niega el derecho a recibir asistencia letrada o asesoramiento de su elección. Los detenidos están recluidos en régimen de incomunicación durante largos periodos. Durante estos últimos meses, Amnistía Internacional ha documentado diversos ataques contra defensores de los derechos humanos que pueden servir para dar una idea de la situación que viven: el 18 de

Riesgos para los defensores de derechos humanos Los disidentes y los activistas continuan actuando expuestos a un alto riesgo. La práctica del gobierno de contratar delincuentes para sofocar la disidencia quedó consolidada en las respuestas más recientes

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abril de 2007, varios activistas fueron atacados tras llevar a cabo actividades destinadas a sensibilizar a la población sobre las normas de


derechos humanos. A finales de julio, uno de los activistas y algunos habitantes de la localidad que se vieron afectados por el incidente fueron condenados a entre 4 y 8 años de prisión por delitos relacionados con incitar a los disturbios y provocar inestabilidad. El 1 de mayo de 2007, un grupo de defensores de los derechos de los trabajadores que organizaban debates con motivo del Día Internacional del Trabajo fueron detenidos ilegalmente en Yangón por individuos no identificados sin uniformar. Fueron trasladados a un centro especial de interrogatorio. Desde entonces, se han empleado tales métodos de «detención» durante las actuales protestas contra la subida que se produjo en el precio de los combustibles el 15 de agosto de 2007. Win Ko, según los informes, miembro de la LND de la división de Bago, fue condenado a tres años de cárcel en octubre de 2006 por recoger firmas pidiendo la liberación de dirigentes políticos detenidos. Fue acusado de vender billetes de lotería ilegales. Los ex dirigentes estudiantiles y presos de conciencia Htay Kywe, Ko Ko Gyi, Paw U Tun, Min Zeya y Pyone Cho fueron detenidos a finales de septiembre de 2006 y permanecieron recluidos en régimen de incomunicación hasta el final del año. Las autoridades afirmaron que se tomaban estas medidas para «prevenir la insurgencia». U Aung Thein, de 77 años y miembro del Comité Central de la LND, fue detenido junto con otras tres personas en abril de 2006; los cuatro fueron condenados en julio a 20 años de cárcel. Se dijo que U Aung Thein había «confesado» tener un teléfono vía satélite que utilizaba para hablar con dirigentes de la LND. Los refugiados Chit Thein Tun y Maung Maung Oo fueron secuestrados en la India el 14 de enero de 2006 y trasladados a Myanmar por un grupo armado desconocido. Tras ser entregados a las autoridades de Myanmar y torturados mientras permanecían recluidos en régimen de incomunicación, fueron condenados a muerte en un juicio secreto, acusados de hacer explotar una bomba en la frontera entre India y Myanmar. No consta que Myanmar haya llevado a cabo ejecuciones en los últimos años y el país está considerado abolicionista en la práctica. El Consejo de Estado para la Paz y el Desarrollo sigue sin cooperar con los mecanismos del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, incluso negando la entrada en el país al relator especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en Myanmar. Al Comité Internacional de la Cruz Roja también se le sigue negando el acceso a las personas privadas de libertad en Myanmar. Aunque ahora las protestas han estallado por el acusado aumento del precio del combustible, hay que considerar que el telón de fondo de lo que está ocurriendo estos días es el terrible historial de Myanmar en materia de derechos humanos. Por todo ello, algunos organismos como Amnistía Internacional exigen al Gobierno de Myanmar que ponga fin de inmediato a la represión violenta y que permita a la población el libre ejercicio de sus derechos a la libertad de expresión, de asociación y reunión sin te-

Trabajo forzoso

A lo largo del año 2006 se recibieron informes de la práctica generalizada del trabajo forzoso en los estados de Kayin, Mon, Rajine y Kachin y en la división de Bago. Según estos informes, a los presos y presas se les exigió cada vez más que hiciesen de porteadores del ejército y fueron objeto de tortura y otros malos tratos. Según los informes recibidos, algunos presos porteadores que intentaron escapar fueron víctimas de homicidio. La OIT (Organización Internacional del Trabajo) expresó su preocupación porque el hecho de que las autoridades amenazasen constantemente con emprender acciones legales contra quienes presentasen denuncias de trabajo forzoso «falsas» representaba un importante obstáculo a la hora de establecer una colaboración para abordar esta cuestión. En respuesta a las peticiones concretas de la OIT, al finalizar el año las autoridades habían puesto en libertad a dos personas encarceladas en relación con la denuncia de casos de trabajo forzoso y habían anulado el procesamiento de otras. En julio de 2006 se prometió suspender durante seis meses el procesamiento de las personas que presentasen denuncias sobre trabajos forzosos.

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mor a ser hostigada, intimidada o detenida arbitrariamente. Asimismo AI reclamó también recientemente la inmediata e incondicional puesta en libertad de los presos de conciencia, entre ellos la Premio Nobel de la Paz San Suu Kyi, e instó al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a adoptar medidas de inmediato, a considerar la posibilidad de imponer un embargo de armas a Myanmar y a enviar una misión a este país para informarse de la situación sobre el terreno, sobre el uso innecesario o excesivo de la fuerza, y sobre los muertos y heridos entre los manifestantes y las detenciones arbitrarias. Es admirable que todas las personas a los que la dictadura militar ha convertido en presos de conciencia como San Suu Kyi, a pesar de los disparos y las muertes, sigan ejerciendo y reivindicando su derecho a manifestarse pacíficamente para tratar de recuperar las riendas de su país. Aunque les cueste la vida. Y la comunidad internacional no puede seguir haciendo oídos sordos a este grito de paz que llega desde un rincón del sudeste asiático, ni volver a darle la espalda cuando Myanmar deje de ocupar portadas.

El caso de Aung San Suu Kyi Aung San Suu Kyi es la hija del héroe nacional que firmó la independencia con los británicos en 1947. Licenciada en Oxford, regresó a Birmania en 1988 propugnando una «revolución del espíritu que se manifiesta mediante el reconocimiento de la necesidad del diálogo y la compasión por los más humildes». Un año después fue arrestada por la junta militar gobernante, y otro año más tarde, su partido, la Liga Nacional para la Democracia, arrasó en las elecciones generales que el Gobierno decidió ignorar y no repetir para no volver a perder. De los últimos 18 años, Aung San Suu Kyi ha pasado más de 11 y medio bajo detención domiciliaria arbitraria. El resto del tiempo las autoridades han puesto estrictos límites a su libertad de circulación. Y nunca ha sido acusada ni juzgada por ningún delito. En reconocimiento a su trayectoria, la política birmana ha recibido entre otros los premios Thorolf Rafto y Eleanor Roosvelt por su defensa de los derechos humanos, el Sajarov y el Olof Palme a la libertad de pensamiento, y el Nobel de la Paz en 1991. La orden de detención de Suu Kyi debía haber expirado el domingo 27 de mayo pero, a pesar de todo, las autoridades de Myanmar la renovaron el 25 de mayo por un año más haciendo gala de la misma arbitrariedad que preside este caso desde sus oscuros inicios, subrayando la necesidad de actuar urgentemente sobre el deterioro de la situación de los derechos humanos en Myanmar, y convirtiéndose en el mejor altavoz para denunciar la parodia de justicia que actualmente vive el país.

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Hau azaroaren 17a da

zure laguntzari esker

Zu bezalako 200 pertsona behar ditugu Azaroaren 17an sinadurak biltzeko 50 mahai atera nahi ditugu kalera. Hori lortzeko, larunbat goizean mahai horien atzean egoteko prest dauden 200 pertsona behar ditugu. Zure laguntzari esker, milaka kolaboratzaile eta sinatzaileen artean mezu argi bat bidaliko duen mobilizazio erraldoia izango da azaroaren 17a: bake-prozesuaren porrotak eragindako etsipena eta gero, erabakitzeko aukera izan nahi dugu gure nahiak, biolentziaren amaiera, bazterketarik gabeko elkarrizketa eta askoren arteko akordioa alegia, errespetatuak izan daitezen.

www.lokarri.org

902 42 10 10


Esto es el 17 de noviembre

con tu colaboración

Necesitamos 200 personas como tú El día 17 de noviembre queremos sacar a la calle 50 mesas de recogida de firmas. Para lograrlo necesitamos 200 personas dispuestas a estar la mañana del sábado detrás de esas mesas. Con tu ayuda el 17 de noviembre será una gran movilización de miles de personas entre colaboradores y firmantes que lancen un mensaje claro: después de la frustración sufrida ante el fracaso del proceso de paz queremos tener la oportunidad de decidir para que se respete nuestra voluntad de fin de la violencia, diálogo sin exclusiones y acuerdo plural.

www.lokarri.org

902 42 10 10


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