Informe Primavera 2012 Observatorio Social del Proceso de Paz

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Informe Primavera 2012

Presentación

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La situación del proceso de paz

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El análisis de situación del proceso de paz

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Reflexiones con nombre propio

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Las leyes penales y penitenciarias ante las nuevas realidades (Iñigo Lamarca) Presoak eta bakea, prozesu berean elkarloturik (Amaia Esnal)

Recomendaciones de Lokarri para impulsar el proceso de paz

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Presentación

Este Informe del Observatorio Social tiene un carácter especial, ya que no sólo recoge la percepción sobre la paz y la convivencia correspondiente a primavera de 2012, sino que además pretende ser un recorrido por la evolución que dicha percepción ha experimentado durante los tres años de andadura de esta iniciativa. Durante este tiempo Lokarri ha difundido catorce cuestionarios y con cuyas respuestas ha elaborado otros tantos Informes. Cuatro Informes al año excepto en 2011, cuando, tras la declaración de alto el fuego permanente, general y verificable de ETA, Lokarri difundió un cuestionario extraordinario con el propósito de conocer de primera mano el sentir social ante tan deseado anuncio. Durante este tiempo, se han puesto en marcha dos cauces de participación a través de los cuales las personas interesadas han podido realizar sus aportaciones en relación a la paz y la convivencia: los cuestionarios y los Observatorios Locales. Tras la celebración de cinco reuniones, estos Observatorios se han consolidado como espacios de diálogo en trece localidades y han propiciado la participación de más de 100 personas de diferentes ámbitos y sensibilidades en cada convocatoria. Los debates han sido variados: desde la reconciliación, al debate abierto en el seno de la Izquierda abertzale tradicional en otoño de 2009, hasta cuestiones relacionadas con un hipotético diálogo entre ETA y el Gobierno, pasando por los retos para construir un proceso de paz irreversible o el papel activo que la sociedad debe desempeñar para incidir en el proceso de paz. Como novedad de este último año, y a partir del Informe de Verano de 2011, se introdujo una nueva sección llamada “Reflexiones con nombre propio”. En este marco se han abordado cuestiones relevantes relativas a la convivencia, tales como el relato, la reconciliación social o el papel de la sociedad civil en la consolidación de la paz. A través de sus reflexiones personas referentes de muy diversos ámbitos y procedencias como Joxean Agirre, Carlos Martin Beristain, Piedad Córdoba, Jonan Fernández, Pierre Hazan, Daniel Innerarity, Fabian Laespada, Edorta Martínez, Javier Merino, Gabriel Otalora, Mirentxu Purroy, Paul Ríos y Gorka Ruiz han realizado una aportación constructiva en la clarificación de algunos debates todavía hoy abiertos en nuestra sociedad. En lo que respecta a este Informe contiene un análisis de la situación en primavera de 2012 elaborado en base a las aportaciones enviadas por las 838 personas que han respondido al cuestionario y un análisis en perspectiva para el cual se han tomado como referencia los trece Informes anteriores del Observatorio Social. En la sección “Reflexiones con nombre propio”, Iñigo Lamarca y Amaia Esnal comparten sus diferentes perspectivas sobre las posibilidades que la legislación penal y penitenciaria ofrecen para contribuir en el proceso de reconciliación social. Para cerrar el Informe, Lokarri propone una serie de recomendaciones encaminadas a avanzar en la consolidación de la paz y de la convivencia. Por último, Lokarri quiere agradecer el compromiso de todas las personas que aportan su opinión a través del cuestionario o participan en alguno de los Observatorios Locales del proceso de paz. Los resultados cuantitativos y cualitativos contenidos en los Informes del Observatorio Social permiten a Lokarri conocer de forma directa, aunque no de forma científica, las preocupaciones y prioridades de una parte de la sociedad en relación al proceso de paz. Así, Lokarri ha contado con una valiosa aportación para definir sus objetivos y prioridades de trabajo y adecuarlos al sentir ciudadano.

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La situación del proceso de paz Análisis de los resultados ofrecidos por el cuestionario

1. ¿Cuál es tu opinión sobre la situación del proceso de paz? La valoración media de la situación del proceso de paz es de 5,52 sobre 10, casi un punto menos que la obtenida en el último Informe de invierno de 2012 (6,41), y más de dos por debajo de la nota del Informe de otoño de 2011, la cual llegó a alcanzar un 7,76. Las valoraciones más positivas (de 7 a 10) suponen un 29% del total frente al 51% del anterior Informe. En esta ocasión, el porcentaje de respuestas se concentra en las notas de 5 a 6, con un 47%, mientras que el 24% de las respuestas valoran negativamente (notas de 1 a 4) la situación del proceso de paz. Las razones que aducen las personas que han respondido con las valoraciones más altas inciden en que el proceso de paz está encaminado y es irreversible. En estas respuestas se explicita la esperanza de que el apoyo internacional y los pasos unilaterales que se han ido produciendo terminen por contribuir definitivamente a la consolidación del proceso de paz. Si bien se destaca que aún es necesario dar más pasos y avanzar en el camino hacia la paz, algunas de estas voces llaman a la paciencia y a la apreciación positiva de cada pequeño movimiento que se produzca.

1: Primavera 2009 2: Verano 2009 3: Otoño 2009 4: Invierno 2010

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3,5

2,8

3,7 4,2

6,2 6,3 5,0 6,1

7,1

6,5

5: Primavera 2010 6: Verano 2010

6,4 5,5

7: Otoño 2010 8: Invierno 2011 9: Primavera 2011 10: Verano 2011 11: Otoño 2011 12: Invierno 2012 13: Primavera 2012

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Es en la concreción de estos pasos donde las respuestas con valoraciones más negativas encuentran sus argumentos: se hace hincapié en el estancamiento y la lentitud del proceso atribuidos a la inacción del Gobierno español, bien por falta de voluntad o por la existencia de otros problemas como la crisis económica. Así mismo, se manifiesta que la proximidad de las elecciones en la Comunidad Autónoma Vasca está impidiendo el logro de acuerdos y consensos entre los partidos políticos vascos. Otras personas sostienen su valoración negativa en que no se ha producido un desarme por parte de ETA.

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2. ¿Hay más posibilidades ahora que hace un año para conseguir la paz? El 68% de las respuestas considera que sí hay más posibilidades que hace un año para conseguir la paz frente al 9% que sostiene la postura contraria. El 22% cree que existen las mismas posibilidades y el 1% elige la opción “no sabe/no contesta”. La primera respuesta continúa el descenso iniciado en el Informe anterior (del 95% de personas que en otoño de 2011 consideraban que había más posibilidades que el año anterior se pasó a un 81% en invierno de 2012). Las respuestas positivas a esta pregunta se amparan en los siguientes argumentos: 1) el cese definitivo de la actividad armada de ETA, 2) los pasos unilaterales de la izquierda abertzale ilegalizada, 3) el apoyo de la comunidad internacional y, especialmente, el trabajo del Grupo Internacional de Contacto y 4) el deseo de paz de la sociedad. Muchas personas destacan que el paso del tiempo sin atentados de ETA reafirma que el proceso de paz no tiene vuelta atrás. Quienes aprecian que las posibilidades son las mismas que el año pasado subrayan la sensación de parón y estancamiento basada en el inmovilismo del Gobierno español. Por último, quienes entienden que no hay más posibilidades que hace un año para conseguir la paz consideran que la llegada al poder del Partido Popular es perjudicial para el proceso de paz, que la cerrazón del Gobierno podría provocar que surgieran voces contra el final de la violencia, que la venganza y la revancha son los criterios que están rigiendo la política o que ETA no ha efectuado el desarme ni ha reconocido el daño que ha generado.

3. ¿Qué opinión te merece la ponencia para la paz y la convivencia constituida en el Parlamento Vasco? La mayor parte de las respuestas obtenidas inciden en la importancia de la inclusión: el 45% considera que esta iniciativa es un primer paso, pero que para servir a su objetivo debe garantizar la inclusión de todas las sensibilidades políticas de nuestra sociedad mientras que el 32% la califica directamente de excluyente, pues no garantiza la participación de todas las ideologías existentes. El 7% considera que es una iniciativa positiva y necesaria pues cuenta con una amplia mayoría mientras que el 2% sostiene que es una iniciativa legítima porque se da en el marco del Parlamento y está integrada por aquéllos que respetan las reglas de juego democráticas.

1: Primer paso, pero debe garantizar inclusión 2: Iniciativa excluyente

45%

3: Iniciativa positiva y necesaria

32%

4: Iniciativa legítima

7%

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5: Otros

2%

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Un 14% de las personas participantes ha querido matizar su opinión eligiendo la respuesta “otros”. Entre los argumentos, destacan las respuestas que subrayan que a pesar de posibles carencias, todas las iniciativas en pro de la paz son positivas y pueden suponer un impulso, las que reclaman la participación de la sociedad civil en esta ponencia o quienes alegan que el Parlamento no debe ser el lugar para debatir este tema, bien por considerarlo ilegítimo o porque la paz debe trabajarse en la calle. Finalmente, es interesante exponer que varias personas han respondido que no conocen esta ponencia.

4. ¿Cómo valoras el programa de reinserción de presos presentado por el Gobierno español? La elección mayoritaria a esta pregunta, un 38,5%, entiende que este programa es más de lo mismo y no respeta los derechos humanos de las personas presas. La valoración positiva, aunque con matices, se encuentra entre quienes han respondido que es una primera propuesta que debe concretar sus requisitos y consecuencias para que las personas presas puedan tomar sus propias decisiones (33%) y quienes consideran que es un paso positivo que demuestra una voluntad de avanzar hacia la reinserción de las personas presas (7%). Por contra, un 0,5% califica el programa como una concesión inaceptable a los presos de ETA y una falta de respeto hacia las víctimas. El 21% escoge la opción “otros” sosteniendo que la dispersión debería finalizar independientemente de otros criterios sobre las personas presas. Igualmente, se califica este programa como un paso positivo pero tibio y tímido que debería poder flexibilizarse en el futuro.

5. ¿Qué opinión te merece la sentencia del Tribunal Supremo en el caso Bateragune? La inmensa mayoría de las opiniones recabadas se muestran desfavorables a la sentencia del caso Bateragune. Desglosando los datos, el 47% califica de injusta la sentencia porque está basada en indicios y juzga como criminales a quienes únicamente ejercían una labor política. El 39% considera inaceptable la resolución ya que demuestra la invalidez del sistema judicial español. Muy lejos de estos porcentajes, el 2% opina que la sentencia es inadecuada, pero al menos ha reducido los años de condena de los dirigentes abertzales. El 11% de las personas profundiza en sus reflexiones escogiendo la opción “otros”, donde destacan las opiniones contrarias a la dependencia del poder judicial respecto al poder político y las voces que recalcan la importancia de la figura de Arnaldo Otegi como pieza importante en el proceso de paz.

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6. En tu opinión, ¿qué hace falta para poder certificar que la violencia de ETA ha cesado de forma definitiva? Más de la mitad de las personas, el 55%, considera que para poder certificar que la violencia de ETA ha cesado de forma definitiva es necesario abrir un diálogo entre ETA y los Gobiernos francés y español para abordar las consecuencias del conflicto. El 16% de las personas mantiene que es suficiente el trabajo serio y discreto que está realizando la Comisión de Verificación Internacional, mientras que el 4% piensa que no hay que hacer nada, puesto que después del último comunicado ETA ha dejado claro que su voluntad es irreversible. En contraposición a estas respuestas, el 4% considera que lo que hace falta es la disolución definitiva de ETA y continuar con la labor del Estado de Derecho. Aquellas personas que se han decantado por la opción “otros” inciden mayoritariamente en la importancia y la legitimidad de la ayuda internacional y en la entrega de armas por parte de ETA como paso previo a una flexibilidad positiva en la aplicación de las leyes por parte del Estado.

7. ¿Qué consideración te merecen las conclusiones del proceso de reflexión del Colectivo de Presos/as políticos/as vascos (EPPK)? La opción mayoritariamente elegida, con un 33%, muestra una ligera decepción al entender que se esperaba más de la declaración aunque se dan oportunidades para avanzar hacia la reintegración social. Dos de las respuestas han logrado el mismo porcentaje de elección, el 28%, y muestran una consideración favorable a las conclusiones del EPPK. Por un lado, aquellas personas que piensan que su apuesta por el fin de la violencia es importante y decisiva para el proceso, y por otra parte, quienes consideran que han demostrado su disposición a dialogar y por lo tanto el Gobierno debería cesar su política basada en el chantaje. Con un nivel de aceptación mucho más distante, un 2% opina que el EPPK no está dispuesto a cambiar su postura. La opción “otros” ha sido escogida por el 8%, destacando aquellas personas que no dan ninguna relevancia a este comunicado y quienes apuntan a la dificultad de alcanzar unas mejores conclusiones debido a la dispersión. La opción “otros” ha sido escogida por el 8%, destacando aquellas personas que no dan ninguna relevancia a este comunicado y quienes apuntan a la dificultad de alcanzar unas mejores conclusiones debido a la dispersión.

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Algunas ideas aportadas

El avance es palpable, aunque más lento de lo deseable Los datos confirman los deseos ciudadanos de pacificación El futuro es de quienes queremos la paz y la democracia y el tiempo nos dará la razón El proceso camina bien, solo falta un paso del gobierno Contamos con el GIC. Creo que desde Europa se nos ayudará y finalmente quien no mueve ficha no tendrá más remedio que hacerlo Si seguimos hacia adelante a pesar de los pesares, avanzaremos Cuanto más tiempo pasa, más irreversible se hace la vuelta a las armas. Pero conviene no dormirse porque nada es para siempre Parece que ahora sólo preocupe la prima de riesgo y la economía. El tema de la paz ha pasado desgraciadamente a un segundo plano Parece un dialogo de sordos Las próximas elecciones son el elemento que puede cambiar a mejor o peor la balanza

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El análisis de situación del p

El 22 de julio de 2009, Lokarri presentó el Informe de primavera del Observatorio Social del proceso de paz bajo los árboles del Arenal de Bilbao. Este informe era el primero elaborado con las aportaciones de varios cientos de personas. A partir de aquí, comienza una historia de percepciones sociales sobre el proceso de paz que arrojan luz sobre lo ocurrido desde ese momento hasta la actualidad. En julio de 2009, en opinión de quienes contestaron al cuestionario propuesto por Lokarri, el proceso hacia la paz se encontraba bloqueado, enquistado. No se daban las condiciones para que pudiera desarrollarse un nuevo proceso. Urgía una declaración de ETA para poner fin a la violencia y que los espacios de diálogo se concretaran.

¿Bloqueo o alternativa? El informe que recoge lo sucedido durante el verano de 2009 muestra en su portada una señal que indica dos direcciones opuestas: bloqueo o alternativa. El proceso hacia la paz estaba deteriorándose. El enquistamiento se estaba agudizando y los obstáculos para encontrar una salida cerraban el camino a nuevas oportunidades. La valoración media del proceso hacia la paz se situaba en un 2,8 y únicamente 8 personas de cada 100 consideraban que había más posibilidades para la paz que un año atrás. Esta percepción negativa se asentaba fundamentalmente en los siguientes hechos: los atentados de ETA de junio y julio, la ausencia de espacios de diálogo y la estrategia de los distintos gobiernos basada en nuevos recortes de libertades democráticas básicas. Se estaba produciendo un progresivo empeoramiento de la situación y la tensión política aumentaba.

Movimientos hacia la paz El Informe de otoño de 2009 marca el principio del ascenso de la percepción positiva del proceso hacia la paz. Tras varios meses de cierta desesperanza al no poder vislumbrar ninguna oportunidad, se comenzaban a intuir algunos rayos de luz y el 33% de las personas considera que existían más oportunidades: desde el verano ETA no había cometido ningún atentado y en la Izquierda Abertzale tradicional se abría un importante debate sobre la voluntad de avanzar en un proceso sin violencia y por cauces democráticos. La portada de este informe recogía la siguiente frase: “Tenemos lo necesario para dar un paso gigante hacia la paz”. En invierno de 2010, la percepción sobre la situación ya era más positiva y había una consideración general (un 50% de las respuestas) de que existían oportunidades para

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proceso de paz

avanzar hacia la paz. Se valoraban los avances que se estaban produciendo: “los pequeños movimientos suponen un algo” rezaba la portada del Informe. Sin embargo, las desconfianzas aún eran grandes. La tendencia de progresiva mejora de la situación se confirmó en el informe de primavera de 2010: el 66% era consciente de las oportunidades abiertas y la valoración del proceso hacia la paz llegaba por primera vez al 5. Se estaban consolidando las condiciones para hacer posible la paz: la apuesta de Ezker Abertzalea por las vías exclusivamente políticas y democráticas, la ausencia de atentados, el soporte internacional que representaba la Declaración de Bruselas y los nuevos espacios de colaboración entre diferentes eran los principales elementos que sostenían esta impresión. Sin embargo, las respuestas aún mostraban mucha prudencia: se mantenía la negativa a dialogar de los gobiernos, ETA no respondía a los llamamientos de la Declaración de Bruselas y de Ezker Abertzalea y ésta última continuaba ilegalizada.

Se abren posibilidades de futuro Unas cajas abiertas y otras aún cerradas ilustraban la portada del Informe de verano de 2010. En ese momento, la nota media de la valoración del proceso hacia la paz se situaba en un 6,1 mientras que un 78% de personas ya consideraba que había más posibilidades que el año anterior. En un año se había producido un considerable avance, ya que en el Informe de verano de 2009 sólo un 8% mantenía esta percepción. ETA expresaba su decisión de no cometer acciones armadas ofensivas en septiembre, lo que provocaba un alto nivel de esperanza y una arraigada convicción sobre la necesidad de dialogar. Una brújula en la portada del Informe de otoño de 2010 simbolizaba unas nuevas coordenadas que exigían respuestas novedosas. En ese momento, se daban cuatro grandes retos para contribuir en la creación de condiciones para hacer posible un proceso de paz irreversible: 1) ETA debía declarar en las siguientes semanas un alto el fuego unilateral, permanente y verificable, 2) Ezker Abertzalea debía ser legalizada, 3) se imponía la necesidad de crear espacios de diálogo donde dirimir los desencuentros y asentar las bases para un nuevo proceso de paz y 4) frente a la ausencia de participación social que se vivió en procesos de paz anteriores, el reto era mantener a la ciudadanía informada de los avances y obstáculos. El primer reto se logra en enero de 2011: ETA declara un alto el fuego permanente, general y verificable por la comunidad internacional, que fue valorado de forma

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positiva por el 89% de las personas que respondieron al cuestionario extraordinario publicado por Lokarri. El Informe extraordinario muestra que los sentimientos que despertaron esta declaración frente a anteriores comunicados fueron de esperanza e ilusión, en que esta declaración resultara el paso necesario hacia el fin definitivo e irreversible de la violencia.

Un empujón para abrir la ventana El dato más destacable del Informe de invierno de 2011 es que el 90% de las personas que participaron consideraban que había más posibilidades que un año atrás para conseguir la paz y que, posiblemente, nos encontrábamos en un punto de no retorno. Como decía la frase de la portada del Informe, sólo faltaba encajar las piezas del puzzle. Los principales motivos para la esperanza eran tres: el rechazo de Sortu a la violencia de ETA, el alto el fuego de ETA y la presencia de facilitadores internacionales. Sin embargo, se destacaban dos grandes impedimentos para la paz: la acción obstaculizadora del Gobierno, impugnando la inscripción de Sortu y no facilitando un diálogo inclusivo y la confrontación política que estaba generando la cercanía de las elecciones. En primavera de 2011 la situación hacia la paz era valorada con una nota media de 7.09 y un 94% de los participantes tenía la percepción de encontrarnos más cerca de un nuevo proceso de paz: algunos de los pasos iniciados hace dos años estaban dando sus frutos. La posibilidad de que Bildu participara en las elecciones y por tanto, existiera un espacio donde la izquierda abertzale ilegalizada pudiera sentirse representada, aumentó las expectativas. Ya en verano de 2011, la sensación generalizada era de hallarse en un proceso irreversible. Sin embargo, se mantenía la demanda de pasos decisivos hacia la normalización política. Se produce entonces una sensación de parón que pronto se verá resuelta.

Ahora se ha encendido una luz... Una bombilla ilustra el Informe de otoño de 2011: la nota media de la situación del proceso hacia la paz es de 7.76, la nota más alta registrada en los Informes, y nueve de cada diez personas valora de forma positiva la situación del proceso de paz y considera que estamos mejor que hace un año. La declaración de cese de la actividad armada de ETA ha reavivado la esperanza y la ilusión. Esta declaración unilateral es percibida como definitiva y las garantías de ello residen en tres aspectos: en primer lugar el apoyo internacional a un escenario sin violencia escenificado en la Conferencia Internacional de Aiete, en segundo lugar el rechazo de la sociedad vasca al uso de la violencia y por último la apuesta firme de la izquierda abertzale ilegalizada por las vías exclusivamente pacíficas.

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La sensación generalizada es que es el principio del fin, un momento nunca antes vivido en un proceso de paz que, aunque complicado, es ya irreversible. Entre los pasos que deben darse en el corto plazo se mencionan el diálogo entre ETA y el Gobierno para dirimir las cuestiones relacionadas con los presos y el diálogo político para impulsar acuerdos sobre la convivencia, sobre las heridas causadas y las víctimas.

...y se tratará de mantenerla encendida mucho tiempo El informe de invierno de 2012 responde a una nueva sensación de parón. Esta afirmación se asienta fundamentalmente en dos datos objetivos: 1) la situación es valorada con una nota media de 6.41, casi un punto y medio menor que en otoño y 2) son ocho de cada diez personas las que afirman que hay más posibilidades para conseguir la paz frente a las nueve de cada diez del informe anterior. Se impone mayoritariamente la convicción de que el proceso de paz no tiene vuelta atrás. El cese definitivo de la actividad armada de ETA, el apoyo de la comunidad internacional y la determinación de la sociedad vasca sustentan la confianza en la irreversibilidad del proceso. Sin embargo, la falta de respuesta del Gobierno de Mariano Rajoy genera preocupación y se alerta de un posible bloqueo del proceso.

Análisis de situación en primavera de 2012 - Paso a paso Cabe mencionar que este informe ha sido elaborado con las respuestas al cuestionario difundido antes de que el Tribunal Constitucional legalizara a Sortu.

Las opiniones que valoran los acontecimientos desarrollados durante la primavera de este año muestran claramente el descenso en la valoración positiva del proceso de paz: la cifra que recoge el porcentaje de personas que creen que hay más oportunidades que hace un año para conseguir la paz disminuye hasta el 68% (frente al 81% del informe anterior) y la valoración media justo alcanza el aprobado con un 5,52.

El análisis de las respuestas a las preguntas del cuestionario muestra un camino que, de ser recorrido, culminaría en la consolidación del proceso de paz: 1. Hay pasos que se consideran imprescindibles y que en las respuestas se concretan en 1) la apertura de contactos entre el Gobierno y ETA para certificar el final de la violencia, 2) el fin de la política de dispersión de las personas presas y 3) la liberación de los dirigentes de la izquierda abertzale encarcelados por el caso Bateragune. 2. Otros pasos ya dados son calificados como tibios y tímidos, por lo que, según las respuestas, debería trabajarse en 1) garantizar la inclusión de todas las sensibilidades políticas en la ponencia sobre paz y convivencia del Parlamento Vasco, 2) concretar un programa de reinserción de presos con el horizonte del respeto a los Derechos Humanos de estas personas, 3) profundizar en la reflexión iniciada en el EPPK.

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Reflexiones con nombre propio Una vez más, este espacio pretende aportar una reflexión a los debates relacionados con la paz y la convivencia existentes en nuestra sociedad. Tras tantos años de conflicto violento, un tema cuya gestión adecuada será importante de cara a la reconciliación social y la humanización es el tratamiento y la situación de las personas presas. Con el objetivo de aportar positivamente , esta sección recoge dos reflexiones con diferentes puntos de partida y ámbitos de incidencia, pero con un objetivo común: contribuir de forma constructiva a una convivencia en paz. Por una parte y desde una perspectiva jurídica, participa el Ararteko Iñigo Lamarca, licenciado en derecho y Ararteko desde el año 2004. Por otro lado la perspectiva de la plataforma de apoyo al colectivo de presos, Herrira, firmada por Amaia Esnal. Ambos han respondido a la siguiente pregunta: ¿Cómo debe tratarse la cuestión de los presos para que contribuya a la reconciliación social y la construcción de la convivencia? Las aportaciones están publicadas en el idioma original en el que han sido realizadas.

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Las leyes penales y penitenciarias ante las nuevas realidades Iñigo Lamarca (Ararteko)

La posición del Ararteko sobre la aplicación de la legislación penal y penitenciaria a las personas que se hallan en prisión por la comisión de delitos considerados por el Código Penal como de naturaleza terrorista ha sido siempre coherente y responde al principio de la interpretación de la ley según los términos más favorables a los derechos de las personas. El comunicado que dio a conocer ETA el 20 de octubre del pasado año en el que anunciaba el cese definitivo de su actividad violenta ha alumbrado, sin duda, un nuevo escenario que el Derecho no puede ignorar. Como tampoco puede ignorar otros hechos de significativa relevancia, como las manifestaciones de destacados dirigentes de la ilegalizada Batasuna rechazando el uso de la violencia, el hecho de que ese rechazo, expresado en términos contundentes e indubitados, se recoja explícitamente en los Estatutos de Sortu o, más recientemente, la disolución de Segi y de Askatasuna. La idea de que nos hallamos en un tiempo histórico nuevo en el que la violencia terrorista de ETA carece de todo margen y de oxígeno para actuar, lo cual le conducirá inexorablemente a su disolución formal –que debemos exigirle que lo haga ya-, es una idea compartida por la inmensa mayoría de la sociedad vasca y de las formaciones políticas. En base a todo ello, entendemos que el contexto en el que surgió la legislación antiterrorista y se aplicó ésta por parte del Ejecutivo y de los jueces y fiscales, ha cambiado radicalmente; en consecuencia, el Derecho ha de evolucionar y adaptarse si no quiere traicionarse a sí misma incumpliendo lo dispuesto por las normas de interpretación y aplicación jurídicas contenidas en el Código Civil. De entrada, habría que plantearse el acercamiento de los presos a los que nos hemos referido a cárceles del País Vasco o próximas a nuestra comunidad puesto que ninguna ley prescribe la dispersión y el alejamiento de aquéllos fuera de sus entornos socio-familiares. Fue una decisión política ligada a la lucha antiterrorista la que

determinó la dispersión, y creemos que en el momento actual deben primar los principios generales del Derecho penitenciario español, así como el Principio 20 del Conjunto de Principios de Naciones Unidas para la protección de todas las personas sometidas a cualquier forma de detención o prisión, permitiendo en consecuencia que el cumplimiento de la condena se haga en prisiones de la CAPV o cercanas, lo cual acabaría de paso con los efectos negativos, costes y riesgos que el alejamiento comporta para familiares y amigos, que resultan injustos e injustificados. La legislación penal y penitenciaria española se ha dotado de normas específicas y extraordinarias en relación con delitos tipificados como terrorismo. Entendemos que habría que plantearse la revisión o modificación de esas normas para una mejor salvaguarda de los derechos de las personas y para, asimismo, elevar la calidad del Estado democrático de Derecho y reforzar su legitimación. En tanto en cuanto no se produzca esa modificación, creemos que existen argumentos jurídicos sólidos para interpretar la referida legislación en el sentido de que en todo lo relativo a la excarcelación de presos aquejados de enfermedades graves, a la clasificación penitenciaria (acceso a los grados segundo y tercero), a la aplicación de los beneficios penitenciarios y a la obtención de la libertad condicional sean los principios y el contenido material de las disposiciones del sistema normativo general los que sean empleados por los jueces y la administración penitenciaria. Todo ello ha de estar, a nuestro juicio, al servicio de los siguientes principios, que entendemos son básicos de un sistema democrático: procurar la paz y la convivencia sociales, facilitar la reinserción social de las personas que han delinquido de manera que asuman los valores éticos de respeto a los derechos humanos, y emplear los medios de la justicia restaurativa para dar satisfacción a la víctimas de los delitos cometidos.

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Presoak eta bakea, prozesu berean elkarloturik Amaia Esnal (Herrira Mugimendua partaidea)

Ezeren aurretik eskerrak eman nahi nizkioke Lokarriri aukera hau eskaini izanagatik. Ez da makala eskuen artean dugun erronka eta era honetako egitasmoek, gure ikuspuntuak eginahal inportante honetan batzen joateko aukera ematen dute. Euskal Herrian aurretiaz sekula ezagutu ez dugun aukeraz ari garelarik, presoen gaia bakea eta soluzioak eraikitzeko prozesuaren dimentsioan aztertzea funtsezkoa da. Gatazka egoera luzeak ondorio asko utzi ditu, alde anitzetako sufrimendua eta kaltea eragin du, oraindik sendatu gabeko zauri asko eta gainditu gabe jarraitzen duten egoera krudelak ekarri ditu. Ondorio guztien artean, gaur egun seiehun preso baino gehiago eta ehunaka deserriratu aurkitzen ditugu. Jakina da nork bere ikuspegia duela egitate honi buruz. Edonola ere, soluzioak eraiki ahal izateko, egoera horiei irtenbidea ematea bake prozesuaren beraren beharrizana bilakatzen da. Izan ere, ezinezkoa baita bake egoera bat irudikatzea hainbeste preso eta erbesteratu etxean falta izanik. Ez dut uste presoen gaiari irtenbidea emango dioten formula itxiak proposatzea biderik egokiena denik. Horregatik noa erreibindikazio taula bat baino, bakera iristeko ibilbidean gai honek behar lukeen garapenaz hainbat ideia konpartitzera. Abiapuntuko urratsa alde guztiak bakearen eraikuntzan engaiatzea eta nork bere aldetik giza eskubide guztiak errespetatzeko pausuak ematea da. Horrek kartzela politikan preso politikoentzat eraiki den erregimen berezia bertan behera uztea esan nahi du. Izan ere, preso dauden pertsonei berez dagozkien eskubideen salbuespenezko murrizketa ezarri da euskal presoen aurka, “terrorismoaren aurkako borroka” deiturikoaren baitan. Ondorioz, euskal presoak beren bizilekuetatik milaka kilometrora daude, gaixotasun larriak izan arren kartzelan diraute, bizi osorako zigorra aplikatzen zaie, askatasun kondizionala ukatzen zaie, lehen gradua eta isolamendua irizpide orokortua da, besteak beste. Salbuespeneko politika hau sortzeko “arrazoia”

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desagertu den arren, gobernuek indarrean mantentzen dute. Egoera honek, bigarren printzipio baten premia erakusten du, gatazkaren ondorioak konpontzeko ibilbidea lehia politikoetatik at jorratzea alegia. Zentzu horretan, “arerio politikoa menperatzeko” ahaleginek ez dute prozesu honetan lekurik izan behar. Ikuspegi horretatik, gobernu espainiarrak aurkezturiko “erreinserzio” plana erabat desegokia da, oinarrizko eskubideak eskuratu ahal izateko baldintzak ezartzen baititu, eskubideen printzipioa errefusatzeaz gain, erabilpen politikoa eginez. Bestalde, bakea eta elkarbizitza berri bat, prozesu batean gauzatu beharreko ekuazioaren emaitza direla kontuan izan behar da. Pertsona guztien eskubide denak errespetatzea, esklusiorik gabeko egiaren aitortza eta berdintasunezko justizia, ekuazio horren halabeharrezko osagaiak dira. Prozesu horren protagonista printzipala jendartea da, etorkizun berri baten hartzaile nagusia den heinean, herritargoaren inplikazioa eta adostasun zabalak zehaztuko baitu prozesu horren arrakasta. Bestalde, inplikaturiko aldeek paper jakina izan behar dute, bakearekin eta eskubidezko egoera berri batekin konprometiturik, eta elkarrizketaren bidetik, gatazkaren ondorio guztiak konpondu eta gainditzeko beharrezkoak diren urrats guztiak eginez. Gobernua eta ETA-ren arteko elkarrizketak dira, urrats horiek denak jorratzeko eremua. Guztiarekin batera, presoen prozesuarekiko inplikazioa eta parte hartzea ahalbidetzeari garrantzitsua deritzot. Bakea eta soluzioekin alde guztiak konprometitzea baina berme hoberik ba al da, haren arrakasta eta egonkortasuna lortze aldera? Osagai guzti hauek barne hartzen dituen ibilbideak posible egin behar luke preso eta iheslarien itzulera, pausuen arteko koherentzian eta era ordenatuan. Gaurkoz ordea alde batek urratsak eman ditu, baina beste aldea apenas mugitu da. Horrek prozesua geldiunera darama. Egoera honen aurrean jendartearen protagonismoa indartzea garrantzitsua izango da, urratsak bultzatze aldera.


Conclusiones de las reflexiones

Las reflexiones contenidas en este Informe hablan de legalidad y de derechos humanos. Hablan de adecuarnos a la nueva etapa que esta sociedad está viviendo en el camino hacia la paz y la convivencia y de contribuir positivamente en esta vía. Estas son las conclusiones que Lokarri realiza tras la lectura de ambas aportaciones: Las medidas excepcionales contenidas en la legislación penal y penitenciaria fueron el resultado de una decisión política ligada a la lucha antiterrorista (dispersión, aplicación sistemática del primer grado...), medidas que son contrarias a principios básicos de la interpretación de la ley, por los cuales ésta debe ser aplicada en los términos más favorables a los derechos de las personas. En la actualidad, nos encontramos en un momento en el que la motivación por la que se crearon dichas medidas ya no existe por lo que es imprescindible dar pasos bien para cambiar la legislación penal y penitenciaria o bien para aplicar los principios que rigen el Derecho penitenciario o los principios de Naciones Unidas para la protección de todas las personas presas o detenidas. De una u otra forma, en el plano de lo concreto estos pasos supondrían:

- El final de la política de dispersión - La excarcelación de presos con enfermedades graves - El acceso a los grados segundo y tercero - La aplicación de los beneficios penitenciarios - El acceso a la libertad condicional Todo lo cual supondría una apuesta clara en favor de la paz y la convivencia en nuestra sociedad, además de elevar la calidad democrática del Estado de Derecho.

“El contexto en el que surgió la legislación antiterrorista y se aplicó ésta por parte del Ejecutivo y de los jueces y fiscales, ha cambiado radicalmente” (Iñigo Lamarca) “Hay que plantearse la revisión o modificación de esas normas para una mejor salvaguarda de los derechos de las personas y elevar la calidad del Estado democrático de Derecho” (Iñigo Lamarca)

“El punto de partida es que todas las partes den el paso para implicarse en la construcción de la paz y para respetar todos los derechos humano” (Amaia Esnal) “ A pesar de que la "razón" de crear esta política de excepciones ha desaparecido, los gobiernos la mantienen en vigor... la ruta para solucionar las consecuencias del conflicto tiene que ser tratada fuera de las disputas políticas” (Amaia Esnal)

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Recomendaciones de Lokarri para consolidar el proceso de paz

A la luz del análisis de las respuestas recibidas y relativas a la percepción sobre la situación del proceso de paz en primavera de 2012, algunas de las cuales se vienen reiterando en anteriores Informes, Lokarri solicita a los diferentes agentes sociales y políticos que den todos los pasos necesarios para contribuir de forma constructiva en la consolidación de la paz y la convivencia. Para ello, Lokarri quiere hacer las siguientes recomendaciones:

1. Dar los pasos imprescindibles para la consolidación del proceso de paz Lokarri solicita al Gobierno español que proceda al acercamiento de las personas presas a las cárceles de Euskal Herria, a la excarcelación de las personas con enfermedades incurables y a la eliminación de los agravantes en el cumplimiento de las penas. Además, cree necesaria la elaboración de un Plan de reinserción que contenga unos criterios y condiciones claros, para que las personas presas puedan conocer de antemano las consecuencias que tiene cada medida. A su vez, y con el fin de garantizar la irreversibilidad del fín de la violencia de ETA, el Gobierno debe mostrar voluntad activa de iniciar un proceso de diálogo técnico que ordene y certifique el final de la violencia. Este proceso, encaminado a abordar únicamente los temas relativos al desarme y el desmantelamiento de ETA, necesita ser gestionado por el Estado por responsabilidad y legitimidad.

2. Crear las condiciones para la normalización y la reconciliación social Ante el momento preelectoral, Lokarri quiere recomendar que, más allá de las diferencias políticas legítimas, se den los pasos necesarios para no romper puentes de confianza y para superar de forma compartida aquellas cuestiones relacionadas con la humanización, la reconciliación social y la convivencia. En esta vía, se solicita que la Ponencia para la Convivencia siga trabajando en orden a garantizar la participación de todas las sensibilidades políticas, más aún cuando ahora todas pueden actuar en política en igualdad de condiciones. El Colectivo de Presos y Presas Políticos Vascos debe seguir profundizando en la reflexión iniciada para poder hacer una aportación en clave positiva y constructiva a la sociedad vasca. El proceso de reconciliación requiere pasos valientes, como el reconocimiento del daño causado, para así poder ser asumidos por la sociedad vasca como agentes activos y comprometidos con la consolidación de la paz y la convivencia. Por último, debe ponerse en libertad a los condenados por el caso Bateragune. Tras años de exclusión y vulneraciones de derechos y libertades fundamentales, en este momento las estrategias del pasado deben ser abandonadas.

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