LARADA SETEMBRO 18

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re v is ta p a rro q u ia l m e n s u a l d e S a n C ris to v o d a s v iñ a s nº 120n- º2Ano M SETEMBRO a rz o 2 0 0 9 2018 - AXn o I “Aquél que esté LIBRE de PECADO que arroje la primera piedra”. Jesús de Nazaret

LA FAMILIA, ESCUELA DE RESPETO AL OTRO

A punto de comenzar un nuevo curso escolar y después del Encuentro Internacional de las Familias con el Papa Francisco en Irlanda ahí va una sencilla reflexión sobre un aspecto de la familia. La familia debiera ser la escuela del respeto a los demás, del respeto al otro, porque el respetar al otro como persona, respetar las diferencias del otro y su modo de pensar no se aprende en los libros sino en la experiencia personal, la que tiene como fuente primaria a la familia. Los hijos no aprenden en la escuela el respeto, allí aprenden doctrinas. Es en el hogar donde se crean los hábitos, las actitudes y los sentimientos de respeto. Esto implica una doble experiencia. Los hijos aprenden y sienten sus primeras experiencias en el modo que tienen papá y mamá de tratarse. Cuando son testigos de insultos, agresiones, malos tratos e, incluso a veces, frases ofensivas a la dignidad de uno de ellos, se van marcando. Al fin y al cabo, para ellos el modelo de vida es originariamente la vida de sus padres… Nunca olvidaré a aquella niña que iba a hacer su Primera Comunión y me dice: “Pero yo odio a mi papá…” Me estremecí escuchar de una niña de nueve años esta expresión. En su corazón comenzaba a anidar el odio. ¿Razón? “Es que mi papá le pega a mi mamá y le dice palabras muy feas.” Es doloroso decirlo, pero la primera escuela de los sentimientos está en la experiencia familiar del amor de los padres. Es allí donde se crea un cortocircuito emocional porque el niño siente su fidelidad a los dos y con esta experiencia se ven conflictos de fidelidades. La otra experiencia es cómo tratamos a los hijos. Los hijos no son cosas que podemos manejar. A los hijos no podemos tratarlos a todos por igual. Cada uno es diferente al otro, por lo que cada uno necesita atenciones personales. En la familia pasa como con los médicos, que estudian enfermedades, pero curan enfermos. Cada enfermedad es distinta en cada enfermo. El hijo necesita ser valorado, sentirse estimado, sentir que lo aprecian y valoran. No se le debe humillar porque necesita crear en sí mismo esa actitud de autoestima, que sólo será posible si se siente estimado y valorado. Sólo entonces podremos exigirle que respete a sus hermanos, para que luego pueda respetar a los demás en la vida social. El que es humillado de niño, terminará humillando cuando pueda a los demás porque es su manera de ver las relaciones humanas. En cambio, quien se ha sentido valorado, estimado, también valorará y estimará a los demás.


A LAREIRA

PENSAR EN LOS PEREGRINOS "Las iglesias y capillas del Camino siempre cerradas...." "En nuestra credencial del Camino no queremos sólo sellos de casa Manolo…de bares y restaurantes…” “No hay momentos para la reflexión....·” Estas son algunas de las opiniones de los muchos peregrinos que acuden a Santiago y lo hacen desde parte del llamado Camino Inglés... A partir de aquí surge la idea de hacer algo en este sentido, como una inquietud que llevábamos dentro y que vamos a compartir con vosotros. Es bueno recordar que las peregrinaciones a Santiago han formado siempre parte de la riqueza cultural de nuestra tierra, han supuesto un acercamiento a otras culturas y a otras personas… Por eso os invito a acercarnos a estas personas que son los peregrinos, cuya presencia no deja de ser familiar para todos. Desde hace un par de años, en verano, una vez a la semana y atendiendo a la invitación que en su día nos hizo el sacerdote Fernando Isorna, sensible a esta realidad e incapaz de atender a los peregrinos que pasan constantemente por sus parroquias, comenzamos en la capilla de Bruma (al lado del antiguo hospital de peregrinos de Bruma, hoy albergue) esta experiencia compartida con ellos. Una experiencia no sólo de oración, sino también una experiencia de VIDA, porque el Camino es una parábola de la VIDA, y nosotros sus peregrinos. Una experiencia de oración que a nosotros no nos deja indiferentes... Una experiencia que cada día nos enriquece más y más. Por eso PENSAR EN LOS PEREGRINOS, para nosotros, es pensar en tantas vidas y experiencias íntimas que son capaces de compartir… PENSAR EN LOS PEREGRINOS es pensar en las personas que no dejan de repetir una y otra vez la experiencia del Camino y lo hacen año tras año... porque ya es parte de ellos. PENSAR EN EL CAMINO es pensar en la comunidad que los peregrinos son capaces de crear entre ellos, compartiendo y viviendo juntos las dificultades y las alegrías que cada día ofrece... PENSAR EN LOS PEREGRINOS es pensar en madre e hija que han vivido experiencias dolorosas, pruebas duras del CAMINO DE LA VIDA...pero que son capaces de vivirlas desde la ESPERANZA de la FE. PENSAR EN LOS PEREGRINOS es ver la sonrisa de tantos rostros que sólo esperan lo que el camino les puede ofrecer...sin más. PENSAR EN EL CAMINO, desde nuestra experiencia en esta oración, es precisamente dar gracias a Dios... por ellos y, sobre todo, por sus vidas...que tanto aportan a nuestra fe y a nuestra vida. PENSAR EN LOS PEREGRINOS es pensar a fin de cuentas en LA VIDA MISMA. BUEN CAMINO.....DE VIDA Paco Cotelo


A FUME DE CAROZO

CARTA DEL SANTO PADRE FRANCISCO AL PUEBLO DE DIOS «Si un miembro sufre, todos sufren con él» (1 Co 12,26). Estas palabras de san Pablo resuenan con fuerza en mi corazón al constatar una vez más el sufrimiento vivido por muchos menores a causa de abusos sexuales, de poder y de conciencia cometidos por un notable número de clérigos y personas consagradas. Un crimen que genera hondas heridas de dolor e impotencia; en primer lugar, en las víctimas, pero también en sus familiares y en toda la comunidad, sean creyentes o no creyentes. Mirando hacia el pasado nunca será suficiente lo que se haga para pedir perdón y buscar reparar el daño causado. Mirando hacia el futuro nunca será poco todo lo que se haga para generar una cultura capaz de evitar que estas situaciones no solo no se repitan, sino que no encuentren espacios para ser encubiertas y perpetuarse. El dolor de las víctimas y sus familias es también nuestro dolor, por eso urge reafirmar una vez más nuestro compromiso para garantizar la protección de los menores y de los adultos en situación de vulnerabilidad. En los últimos días se dio a conocer un informe donde se detalla lo vivido por al menos mil sobrevivientes, víctimas del abuso sexual, de poder y de conciencia en manos de sacerdotes durante aproximadamente setenta años. Si bien se pueda decir que la mayoría de los casos corresponden al pasado, sin embargo, con el correr del tiempo hemos conocido el dolor de muchas de las víctimas y constatamos que las heridas nunca desaparecen y nos obligan a condenar con fuerza estas atrocidades, así como a unir esfuerzos para erradicar esta cultura de muerte; las heridas “nunca prescriben”. El dolor de estas víctimas es un gemido que clama al cielo, que llega al alma y que durante mucho tiempo fue ignorado, callado o silenciado. Pero su grito fue más fuerte que todas las medidas que lo intentaron silenciar o, incluso, que pretendieron resolverlo con decisiones que aumentaron la gravedad cayendo en la complicidad. Clamor que el Señor escuchó demostrándonos, una vez más, de qué parte quiere estar. El cántico de María no se equivoca y sigue susurrándose a lo largo de la historia porque el Señor se acuerda de la promesa que hizo a nuestros padres: «Dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos» (Lc 1,51-53), y sentimos vergüenza cuando constatamos que nuestro estilo de vida ha desmentido y desmiente lo que recitamos con nuestra voz. La magnitud y gravedad de los acontecimientos exige asumir este hecho de manera global y comunitaria. Si bien es importante y necesario en todo camino de conversión tomar conocimiento de lo sucedido, esto en sí mismo no basta. Hoy nos vemos desafiados como Pueblo de Dios a asumir el dolor de nuestros hermanos vulnerados en su carne y en su espíritu. Si en el pasado la omisión pudo convertirse en una forma de respuesta, hoy queremos que la solidaridad, entendida en su sentido más hondo y desafiante, se convierta en nuestro modo de hacer la historia presente y futura, en un ámbito donde los conflictos, las tensiones y especialmente las víctimas de todo tipo de abuso puedan encontrar una mano tendida que las proteja y rescate de su dolor (cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 228). Tal solidaridad nos exige, a su vez, denunciar todo aquello que ponga en peligro la integridad de cualquier persona. Solidaridad que reclama luchar contra todo tipo de corrupción, especialmente la espiritual, «porque se trata de una ceguera cómoda y autosuficiente donde todo termina pareciendo lícito: el engaño, la calumnia, el egoísmo y tantas formas sutiles de autorreferencialidad, ya que “el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz (2 Co 11,14)”» (Exhort. ap. Gaudete et exsultate, 165). La llamada de san Pablo a sufrir con el que sufre es el mejor antídoto contra cualquier intento de seguir reproduciendo entre nosotros las palabras de Caín: «¿Soy yo el guardián de mi hermano?» (Gn 4,9). Soy consciente del esfuerzo y del trabajo que se realiza en distintas partes del mundo para garantizar y generar las mediaciones necesarias que den seguridad y protejan la integridad de niños y de adultos en estado de vulnerabilidad, así como de la implementación de la “tolerancia cero” y de los modos de rendir cuentas por parte de todos aquellos que realicen o encubran estos delitos. Nos hemos demorado en aplicar estas acciones y sanciones tan necesarias, pero confío en que ayudarán a garantizar una mayor cultura del cuidado en el presente y en el futuro. Es imprescindible que como Iglesia podamos reconocer y condenar con dolor y vergüenza las atrocidades cometidas por personas consagradas, clérigos e incluso por todos aquellos que tenían la misión de velar y cuidar a los más vulnerables. Pidamos perdón por los pecados propios y ajenos. La conciencia de pecado nos ayuda a reconocer los errores, los delitos y las heridas generadas en el pasado y nos permite abrirnos y comprometernos más con el presente en un camino de renovada conversión. Asimismo, la penitencia y la oración nos ayudará a sensibilizar nuestros ojos y nuestro corazón ante el sufrimiento ajeno y a vencer el afán de dominio y posesión que muchas veces se vuelve raíz de estos males. Que el ayuno y la oración despierten nuestros oídos ante el dolor silenciado en niños, jóvenes y minusválidos. Ayuno que nos dé hambre y sed de justicia e impulse a caminar en la verdad apoyando todas las mediaciones judiciales que sean necesarias.


AGENDA SEPTIEMBRE 2018 INTENCIONES MISAS Semana del 3 al 9: Sábado 8: 19,00 h.: Por Jesusa Calvete López. Domingo 9: 10,30 h.: Intenciones Parroquiales. Semana del 10 al 16: Sábado 15: 19,00 h.: Intenciones Parroquiales. Domingo 16: 10,30 h.: Intenciones Parroquiales.

Semana del 24 al 30: Sábado 29: 19,00 h.: Por los difuntos de Elisa Bello. Domingo 30: 10,30 h.: Intenciones Parroquiales. Semana del 1 al 7 de octubre: Sábado 6: 18,00 h.: Intenciones Parroquiales. Domingo 7: 11,00 h.: Intenciones Parroquiales.

Semana del 17 al 23: Sábado 22: 19,00 h.: Intenciones Parroquiales. Domingo 23: 10,30 h.: Intenciones Parroquiales

Descansan en la Paz del Padre:  Manuel Cedeira Varela  Amelia Lorenzo Barreiro

Se incorporaron a la comunidad cristiana por el Bautismo. ¡Bienvenid@s!:    

Cayetano Novo Sánchez Marco Bao Fernández Helia López Méndez Mateo Bello López

MESA DE REDACCIÓN E COORDINACIÓN Yolanda Sánchez Sánchez Juan López Sánchez Alfredo Losada Suárez José Juan Videla Rodríguez Mª Dolores Mantiñán Loureiro Manuel Rodríguez Rodríguez DIRECCIÓN “Centro Parroquial” R/ Birloque, 52 B 15. 008 A Coruña Tlf.: 981 132 700 / 606 400 909 E-MAIL sancristovodasvinas@gmail.com BLOG: sancristovodasvinas.blogspot.com TIRADA 250 Exemplares. DISTRIBUCIÓN Primeiro domingo de mes na parroquia e no barrio. IMPRIME Velfer

IMPORTANTE: HORARIO INVIERNO (DEL 1 DE OCTUBRE AL 30 DE MAYO) MISAS:  Sábados: 18:00 horas (Iglesia Parroquial)  Domingos: 11,00 horas (Centro Parroquial) DESPACHO PARROQUIAL:  Martes y Jueves, de 17,00 horas a 18,30 horas.  Teléfonos: 981 132 700 / 606 400 909

INICIO CATEQUESIS PARROQUIAL  El Domingo 7 de octubre, a las 10,45 horas, comenzará de nuevo curso de la catequesis parroquial, que se desarrollará hasta el mes de mayo de 2019. Todos/as las personas interesadas en enviar a sus niños/as a la catequesis pueden empezar a inscribirse en los locales del centro parroquial en horario de oficina


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