re v ABRIL is ta p a 2016 rro q u ia l m e n s u a l d e S a n C ris to v-oAno d a sVIII v iñ a s nº 89 M a rz o 2 0 0 9 n º2 - A n o I “Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en el medio de ellos”. Xesús de Nazaret
¿CÓMO CONOCER QUE ES PASCUA? ¡¡¡FELICES PASCUAS!!! Después de unas gozosas celebraciones de Semana Santa en nuestra Parroquia y de la solemne y alegre Vigilia Pascual uniéndonos a la comunidad de San Luis Gonzaga, no nos queda más que felicitar las Pascual a todos, los que participaron en las mismas y a todos los feligreses de ambas parroquias. Pero quisiera que esto no se quedase en unas bonitas y lucidas celebraciones…. Y nos preguntemos ¿en qué consiste también para nosotros la Resurrección de Jesús? Yo diría que en la capacidad de ver más allá del sepulcro vacío. Diría que para nosotros el mejor signo o señal de que creemos en la Resurrección de Jesús está en reconocer: que detrás de ese tipo que se nos cruza en el camino, hay una persona cuya dignidad es más que todas las dignidades artificiales humanas. que detrás de ese hombre o esa mujer mal vestidos que pasa a mi lado se esconde un hijo de Dios, existe un hermano nuestro. que detrás de cada hombre y mujer se encarna nada menos que el mismo Jesús. que detrás de cada hombre y mujer hay un prójimo al que tengo que acercarme. “Mi prójimo es cualquiera que tenga necesidad de mí y que yo pueda ayudar”.
La Pascua es un encuentro con el Resucitado. Pero es también: Una manera nueva de ser, de vivir, de estar en la vida, de ver y de mirar. Una manera nueva capaz de transformar lo que vemos, de detenernos ante los demás y no pasarnos de largo, de escuchar y valorar la música que emite cada vida.
La Pascua es precisamente eso: ver al otro lado de las cosas, al otro lado del sepulcro, al otro lado de la muerte. Ver que el muerto vive. Ver que los hombres y mujeres son hijos de Dios y mis hermanos. Esto nos compromete a los cristianos a ser testigos de la resurrección que es algo muy hermoso, pero, dada la cultura de muerte que impera entre nosotros, exige no pocos compromisos. Por ejemplo, el testigo de la Pascua debe:
Luchar contra todo lo que origina muerte y conduce a la muerte, Combatir por lo mismo, las causas de la pobreza. Defender la libertad verdadera contra toda situación que nos esclavice. Trabajar por la paz. Ser testigo de alegría y esperanza. Vivir en la verdad. Vivir en el amor.
Y esto es el secreto último de la Pascua y la fuerza que lleva a la resurrección; porque un hombre resucitado es un hombre que perdona, que comprende, que sufre, que comparte, que se entrega.