Lendo no Segrel

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―Marta dubidaba que houbese no mundo unha muller tan feliz coma ela. […] Héctor amábaa como ninguén a amara, pensaba, se cadra con fervor de máis, porque non lle gustaba que ela se relacionase con ninguén, especialmente con homes…‖ ―Acabou por esquivar os compañeiros de clase algúns dos cales chegaron a estrañarse moito deste cambio. Como por arte de maxia, a Marta que coñecían, amable, simpática e aberta, en pouco máis dun mes volvérase orgullosa, taciturna e distante.‖


―No fondo decidín facelo porque para min, a amizade consiste precisamente niso, na comprensión, no apoio, na tolerancia; que é, de verdade, o único que espero de ti logo da miña difícil confesión. E na sinceridade‖ ―É insoportable vivir da nostalxia, das lembranzas, vante envelenando sen que te decates‖


―E soubemos xa dende novos que para emigrar cómpre ser rico, os pobres paupérrimos, os que viven na miseria máis absoluta,

eses

non

teñen

cartos para emigrar. Mesmo para soñar fan falta cartos‖


―Alí están as embaixadas, as institucións do novo gobernó iraquí e os hoteis onde se aloxan os periodistas e os contratistas occidentais. Uns veñen contar as desgrazas e infortunios deste país destruido; os outros, a facer negocios coa reconstrucción, co petróleo, coas subministracións, coa miseria destas cidades arruinadas.‖


―Don Melchor ponía el capital y Custodio se ocuparía de lo demás. No hubo necesidad de ningún contrato o acuerdo por escrito, ni firmar nada, bastó con un apretón de manos‖ ―El cargo de Jefe Local le había venido caído del cielo después del asesinato del último Jefe. Se había afiliado a la Falange porque un compañero de facultad le aseguró que iba a pasar una guerra en butaca.‖


―Non vaias a pensar que che estou dicindo que era meiga e facía as súas maldades valéndose de aretes que non todos posúen, non, era a dela unha maldade vulgar, non usaba máis ferramentas que as que ti ou eu poidamos ter: A palabra‖


―Polas noites, cando regresaba cansa á súa casa, refuxiábase nos libros de poemas que fora reunindo durante aquela breve tempada, en especial nos que chegaran a ela por medio das tarxetas. Eran o refuxio secreto no que se gorecía cada noite, un refuxio de palabras para conxurar a tristeza que ás veces medra en nós e nos anega por dentro‖


―Muchas de esas historias se contaban en la escuela, cuando las maestras trataban de que los niños no perdieran la memoria colectiva‖ ―A Bachir le avergonzaba no saber leer, pero solo cuando se encontraba con amigos de su edad. […] curiosamente, a pesar de ello, le complacía rodearse de libros, que sabía que le abrían las puertas de mundos distintos del suyo‖


―No era la primera vez que llegaba a la conclusión de que los padres, a pesar de lo que dicen y presumen, casi siempre están en la inopia con respecto a sus hijos, sabía de compañeros del instituto que se emborrachaban los fines de semana, que incluso coqueteaban con las drogas, sin que sus padres sospechasen nada, y cuántos habían perdido ya la virginidad mientras sus padres creían que el sexo aún no les interesaba nada. Y podía seguir y seguir…‖


―Cogí el sándwich y -Grandes Esperanzas– y me metí en la cama con una extrema sensación de lujo. Ahhh. Cama, libro, gatito y sándwich. Realmente, todo lo que una necesita en la vida‖ ―- Cuánta ignorancia - murmuró, y los ojos me escocieron al instante: ¿yo era una chica ignorante? Pero continuó -: Por favor, disculpa mi ignorancia, Calpurnia. Me pusiste al corriente del primitivo estado de tu educación pública, y yo debería haber pensado que te quedarías en la inopia en ciertos temas de ciencia.‖


―- ¿Pero por qué? - acertó a preguntar su madre, que parecía disponer de un tiempo muy limitado y quería aprovecharlo para expresar las frases que traía preparadas - . ¿No te hemos dado siempre todo lo que necesitabas? ¿No nos hemos siempre sacrificado…? ―- Tú no lo entiendes. Tú vives aquí solo y nadie te empuja. Pero entras en una banda así y no puedes pararte. Coges ese camino y no puedes dejarlo.‖


―Eran los tiempos buenos, cuando apenas sabía lo que era el dolor, o la tristeza, o el hambre, o lo peor de todo: La soledad‖ ―Habían

sido

los

tiempos

felices.

También eso lo había explicado Muazena. Había hablado del paraíso, y había dicho que la felicidad sólo está allí donde sabemos que hemos estado, una vez la hemos perdido‖


―A memoria é unha equipaxe estraña: Algunhas cousas quedan tan ao fondo que non as das atopado nunca, mesmo saber que as conservas, pero outras quedan sempre de man, e semella que non pasou un minuto dende que as gardaches‖ ―E así, memoria a memoria, chegaríamos, nun rego de fantasmas, ao día en que o home aprendeu a falar e a contar historias arredor dun lume‖


―Cuando podíamos, de noche en alguna jaima, escuchábamos la música española en la radio, bailábamos y nos reíamos: El río de mis recuerdos se fundía con el mar de sus sueños sin que ninguna de ellas sospechara ya nada‖ ―Rachid, la magia ni se discute ni se

cree‖


―Mi padre habla a veces de una película, o puede que sea una novela, en la que salen hombres libro. Como yo el cuaderno de Von Arx, cada uno de ellos se sabe un libro de memoria. Es una película, o una novela, sobre el futuro, en el que los libros están prohibidos, y en el que los bomberos se dedican a quemar los libros que encuentran en sus registros. ^¿Será posible que algo así llegue a suceder?‖


―Se alegraba cuando, por no saber

contestar

acabábamos

soltando como último recurso un disparate, en lugar de permanecer obstinadamente callados. Y aun se congratulaba más si la respuesta suscitaba nuevas preguntas que fueran más allá del problema inicial. Tenía una concepción original sobre el –error correcto-‖


―¡Se aprende más leyendo que estudiando! ¡Todo está en los libros! ¡La cultura es absorber la vida, aquí dentro y ahí fuera, estar abiertos a todo, no pasar de nada, tener curiosidad y por encima de todo leer y leer, para ser felices, aprender, entender las cosas, hacer que el cerebro se engrase!


―Fixen fronte con el, sen podelo evitar racionalmente, lembro como me sentía. Cando estamos seguros de actuar con xustiza, por unha causa nobre, ningún sacrificio é capaz de ponernos medo‖ ―Nunca o volvín ver, a vida, comprendino máis tarde, obriga diariamente a elixir. Deses desencontros, de todo o que perdemos, aliméntase a nostalxia‖


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―Es la primera vez que conozco a alguien que busca a la gente y ve más allá de las apariencias. […] Hemos renunciado a conocer a la gente, nos limitamos a conocernos a nosotros mismos sin reconocernos en esos espejos permanentes. […] Yo suplico al destino que me dé la oportunidad de ver más allá de mí misma y de conocer a la gente.‖ ―La facultad que tenemos de manipularnos a nosotros mismos para que no se tambaleen lo más mínimo los cimientos de nuestras creencias es un fenómeno fascinante‖


―Claro, dixo a raíña, pero instruir non é ler. De feito é a antítese da lectura. A instrucción é directa, concreta e pertinente. A lectura é descoidada, discursiva e permanentemente incitante. A instrucción pecha un tema, a lectura ábreo‖ ―Ós libros non lles importaba quen os estivese lendo ou se alguén os lía ou non. Tódolos lectores eran iguais, ela incluída. A lectura, pensou é unha mancomunidade, as letras, unha república.


―Y leía, […] leía para aprender a ser mejor redactora, para conjurar las dudas y el devenir lento de las horas; para descargarme de mis cuitas con amigos que non podían traicionarme porque todos, excepto Tomás, eran personajes de papel. Leía porque, aunque no quería admitirlo, en el fondo, seguía estando sola‖


―Mamá Clara estudara Maxisterio na Coruña e dera clase durante algún anos. Despois do Golpe Militar, como os dous simpatizaban coa República, prohibíronlles exercer de por vida. Aínda debe de andar pola casa o expediente de depuración da avoa. Eu creo que foi daquela cando se refuxiou tanto na lectura. Lembras que andaba sempre cun libro? Era certo! A avoa vivía rodeada de libros, pasaba o día enteiro a ler, mesmo mentres cociñaba. Daquela parecíame natural, máis agora comprendía que poucas mulleres así debía haber na vila, se é que había algunha‖


―En más de una ocasión José le había confesado su pena porque las nuevas generaciones de su tribu se estuvieran relajando en el cumplimiento de las tradiciones. La influencia española en la educación y en la vida diaria de la isla era la principal causante de ello, pero José añadía que los propios jóvenes ya no escuchaban las palabras de los ancianos como antaño y que, algún día, habrían de lamentar el desconocimiento de muchas de sus costumbres‖


―Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había

de

recordar

aquella

tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo‖


―Si sigue todo recto por Broadway, encontrará la librería Strand. Si le sobran otros dos minutos, ¿Podría dar una vuelta por las estanterías por mi? Hace tanto tiempo que sueño con eso… - ¿Quiere que le traiga algún libro concreto? - No. Solo el ambiente… Entre, vaya hasta el fondo a la derecha, allí donde están las biografías, mírelo todo con atención y respire pensando en mí…‖


―Los soldados de la UNE que lograron salir vivos de Arán, murieron para que nadie lo sepa. La historia con mayúsculas de los documentos y los manuales los ha barrido con la escoba de los cadáveres incómodos, hasta esconderlos debajo de la alfombra que marca el sendero que condujo a su patria hacia el futuro, y allí siguen, cubiertos de polvo, rebozados en pelusas‖


―En Madrid habría gente que creería que en 1939 se había acabado la guerra, pero en mi pueblo todo era distinto. En mi pueblo, los hombres se echaban al monte para salvar la vida, y la autoridad perseguía a las mujeres […] para ellas todo estaba prohibido, todo era ilegal, todo era un delito y la supervivencia de sus hijos un milagro improbable, Así eran las cosas en mi pueblo‖


―Quería defender a mi hijo a toda costa, ponerme de su parte, pero no debía hacerlo con excesiva firmeza, y menos aún con demasiada locuacidad; no se trata de acorralar a nadie. Los maestros y docentes te dejan hablar, pero después se toman el desquite con tu hijo. […]

No es tan difícil exponer

mejores argumentos que los de los maestros y docentes-, pero al final sería el hijo el que pagase…‖


―Los partidarios más acérrimos de la rebelión son los sacerdotes, que se dicen intérpretes de la palabra de Dios, pero su misma condición de sacerdotes los hace de natural holgazanes, acomodaticios y propensos a estar a bien con el poder.‖ ―Puedes hacer uso de lo que te he contado, con prudencia y sin revelar la fuente de tus conocimientos. La verdad es que apenas escucho lo que me cuentan los hombres […] Los hombres no pagan para que yo les escuche, sino para escucharse a sí mismos en presencia de un testigo paciente‖


―La solidaridad femenina era, en verdad, un tema muy delicado en el patio, porque las mujeres rara vez se unían contra los hombres. […] En realidad, mi madre acusaba a aquellas que se aliaban con los hombres de ser en buena medida responsables del sufrimiento de las mujeres. Son más peligrosas que los hombres—explicaba-, porque físicamente parecen iguales que nosotras, pero en realidad son lobos disfrazados de ovejas, si existiera la solidaridad

femeni-

na, no estaríamos inmovilizadas en esta terraza‖


―De haber continuado corriendo a aquel ritmo, sin parar, habría llegado a Tenerife sobre las aguas y, además de en el periódico, me habrían sacado en la Biblia‖ ―Yo me siento más Maruja, sin que ello implique un cambio en mi orientación sexual o algo por el estilo. Quiero decir que lo poco que yo tenía de valor se lo quedó ella con mi tarjeta caducada. Soy un cuerpo vacío, un traje colgado de una percha en una casa sin dueño. Quizá haya llegado el momento de leer -El Quijote-‖


―O que a min me gustaría ser e non fun é cura. Pero non home, diso nada. Eu, Elvira López, cura. Unha cura nova, […] Decateime, eu, aos meus setenta anos, unha ilusa, e con iso invadiume un bo desacougo porque souben que nunca podería chegar a conseguilo, e non polos setenta anos, senón por chamarme Elvira, Elvira López‖


―Me explicó que a leer se empieza escuchando. Yo más bien habría pensado que, precisamente leyendo. Pero me dijo: -No, de ninguna manera, Germain, no crea eso, para conseguir que a los niños les guste la lectura, hay que leerles en voz alta– y añadió que si se hace eso, después se vuelven dependientes como de una droga. Cuando crecen, necesitan libros‖


―Nadie les atendía ni se ocupaba de ellos, y sólo traían comida muy de cuando en cuando. Tenían tanta hambre que se dedicaban a masticar hierba seca y trocitos de paja. Nadie los consolaba. La chica se preguntaba si esos gendarmes no tendrían familia, hijos a los que veían al volver a casa. ¿Cómo podían tratar a los niños de esa manera?‖


―Le hablé de cómo hasta aquel momento no había comprendido que aquella era una historia de gente sola, de ausencias y de pérdida, y que por esa razón me había refugiado en ella hasta confundirla con mi propia vida, como quien escapa a través de las páginas de una novela, porque aquellos a quien necesita amar son solo sombras que viven en el alma de un extraño‖


―Yo podía comprender que se avergonzase de no saber leer ni escribir, y que hubiera preferido comportarse de una manera inexplicable conmigo antes que permitir que la desenmascarase, al fin y al cabo, ya sabía por propia experiencia que la vergüenza puede forzarlo a uno a mostrarse esquivo, a ponerse a la defensiva, a ocultar y desfigurar las cosas, incluso a herir a los demás‖


―Esto es lo que me encanta de la lectura, en un libro encuentras un detalle diminuto que te interesa, y este detalle diminuto te lleva a otro libro, y algo en este te lleva a un tercer libro. Es matemáticamente progresivo; sin final a la vista, y sin ninguna otra razón que no sea por puro placer‖ ―Leer buenos libros te impide disfrutar de los malos‖


―Si todos los profesores hubiesen sido como el señor Morton y la señorita Bernstone, Francie habría sabido lo que era el cielo. Pero quizá fuese mejor que no ocurriera así. Debe haber aguas turbias y oscuras para que el sol tenga algo que enmarque su deslumbrante gloria…‖ ―En el cerebro de Katie surgió súbitamente la respuesta, tan sencilla que fue como si un relámpago de asombro cruzara su mente. ¡Educación! Eso era. Era la educación lo que diferenciaba a las dos mujeres. La educación los colocaría por encima de la miseria y la inmundicia.‖


―Estaba

convencida

de

que

aquel

hombre era excepcional, el único que había conocido que era capaz de vestirla con la mirada. Boris levantó la cabeza y se volvió hacia la sirena. Julie no pudo evitar estremecerse. En la mirada que Boris posó en ella había lo que nunca había tenido la suerte de sentir. Respeto‖ ―A veces hay que dar tiempo al tiempo para comprender qué querían enseñarnos nuestros padres.‖


―Na parede máis afastada da porta aliñábanse varios estantes de madeira ateigados de libros. Caldas lembraba as palabras do seu paí cando insistía en que podía coñecer aos homes simplemente atendendo ao que beben ou ao que len‖


―O pai mirou ao seu irmán, cos ollos sorrindo tras a máscara, e Caldas contemplou fascinado como comezaban a falar sen necesidade de palabras, movendo os músculos do rostro, comunicándose na linguaxe que conservan os que teñen na infancia un idioma común‖


―Me temo que nada finaliza realmente cuando llega el fin. Los recuerdos permanecen mientras son capaces de blandir su espada y encontrar un punto blando en la mente para hacer un tajo y penetrar en ella‖ ―Las grandes cosas no son más que pequeñas coas en las que uno se fija‖ ―Quiero palabras en mi entierro. Aunque imagino que eso significa que necesitas vida en tu vida‖


―A los alemanes les encantaba quemar

cosas,

tiendas,

sinagogas,

Reichstags, casas, objetos personales, gente caída en desgracia, y, por descontado, libros. Disfrutaban de una buena hoguera de libros, lo que proporcionaba a la gente interesada la oportunidad de conseguir ciertas publicaciones que, de otro modo, no habría tenido‖



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