Ser escritor
Jorge A. Garrido
Ser escritor © 2013 Registrado en Safe Creative Nº de registro: 1211212712998 Corrección, maquetación, diseño y montaje por Jorge A. Garrido Cualquier reproducción, total o parcial, de esta obra, así como su divulgación por cualquier medio o la creación de obras derivadas, necesita de la expresa autorización por escrito del autor. Todos los derechos de esta obra quedan reservados a Jorge A. Garrido
5 Recién terminada la historia 5.1 Registro Es muy importante que nada más terminar la tripa, y corregida si es posible, se lleve a registrar. El método tradicional era acudir en persona a una oficina del registro de la propiedad intelectual, dependiente del ministerio de educación y cultura, llevando una copia impresa de la obra o guardada como archivo de texto en un cd, tarjeta de memoria o pendrive que se quedarán ellos para, en caso de que lo necesitemos, autentificar nuestra autoría. Sin embargo, también nos dan la posibilidad de realizar la tramitación de manera telemática. En ambas modalidades, una vez rellenado su formulario correctamente y con el pago de una pequeña tasa, nuestra obra quedará protegida jurídicamente ante posibles plagios o modificaciones a las cuales no hemos dado nuestra autorización. No obstante, en los últimos años han aparecido nuevas vías de registro a través de internet, que se ofrecen, gratuitamente en sus servicios básicos, a responder por nuestra autoría en las obras que registremos en sus páginas. Dos de las más usadas
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son Creative Commons y Safe Creative (ésta en español), que, al menos, ofrecerán la fecha de nuestro registro como prueba de que somos los legítimos dueños de las mismas. Por otro lado, ser dueños de una obra nos otorga un total control sobre la misma, así como de su uso, explotación y modificaciones. Esto quiere decir que, sin nuestro expreso permiso, absolutamente nadie puede comercializarla, ofrecerla de forma gratuita, exponerla bajo ningún medio, aún menos declararse autor de dicho trabajo, ni realizar una obra derivada (lo que serían una segunda parte o una precuela de nuestra novela). Para esto, se añadirá en la misma página de los créditos un pequeño párrafo en el que declaras que no se permite lo arriba mencionado, además de a quién pertenecen dichos derechos (en internet hay miles de ejemplos, aunque también puedes fijarte en los libros que tendrás por casa). Puedes prohibir sólo un aspecto, todos o ninguno, dependiendo del nivel de exclusividad que quieras para tu obra. A lo mejor deseas que nadie gane un solo euro con ella, pero sí que se distribuya gratuitamente (siempre indicando que eres tú el dueño), o únicamente permites su difusión por internet, por ejemplo. Tú mandas, pues eres quien posee los derechos sobre ella, pero déjalo bien claro.
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5.2 Concursos ¿Crees que tu obra es tan buena como para ganar un concurso? Si lo es, ni te lo pienses, que, además del dinero en metálico de los premios, normalmente suelen ser convocados por editoriales o sociedades vinculadas a éstas que buscan nuevos autores por los que merezca la pena luchar. Y si no es tan buena, piénsatelo, puede que te lleves una grata sorpresa. A través de internet no te será demasiado difícil encontrar estos concursos, que suelen tener ciertos requisitos excluyentes (edad, tema, género, límite de extensión mínima, que la obra sea inédita y original, etc.) Lo más importante podría ser elegir dónde presentarla. Hay algunos anuales, nacionales y de gran prestigio a los que acuden la mayoría de los escritores, habiendo mucha mayor competencia que en los convocados a nivel local o por sociedades de menor repercusión. Lógicamente, las diferencias fundamentales vendrán enfocadas al premio (cantidad monetaria y posterior promoción de la obra). Lo que has de hacer es leer bien las bases antes de entrar en un concurso u otro, pues entre sus
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cláusulas puede existir la pérdida total de derechos de explotación y beneficios por parte del autor. Como si de la firma de un contrato se tratara, una vez que envíes tu manuscrito aceptas todas sus condiciones y puede que, con ello, les estés cediendo todos los derechos sobre la obra. No te asustes, tan sólo hay que leer con tranquilidad las bases y preguntar por aquello que no entiendas. Otro tema a tener muy en cuenta respecto a los concursos es el de la exclusividad. Por norma, entre que se abre el plazo de inscripción, se valoran los manuscritos y se da el veredicto final pueden pasar muchos meses, tiempo en el que, generalmente, no podrás hacer nada con tu creación. Será al dar a conocer el ganador cuando se liberará dicha exclusividad y podrás probar suerte en otro concurso, así como mandar a editoriales, ponerla a la venta... Lo que ya estimes oportuno hacer, pero no antes.
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5.3 Editoriales Otra opción que tenemos es la de acudir a estos profesionales del sector, que son los que mueven el mercado. Algunos me dirán que ellos sólo exponen a los autores y son los lectores los que en realidad dan su veredicto, hundiéndoles en el olvido o elevándoles a un rotundo éxito, pero, en mi opinión, para que alguien pueda ser valorado antes ha de tener su libro en las estanterías de las librerías y si las editoriales lo rechazan, no hay mucho más que hacer. Aquí ocurre algo parecido a los concursos. ¿Imaginas cuántas obras reciben diariamente las editoriales? Y no hablemos ya de las grandes firmas, incluso las pequeñas se ven desbordadas por una multitud de autores que esperan ver editados sus trabajos. Así, lo primero que has de plantearte es un no por respuesta. A ver, no te digo que no les envíes nada, sólo que no te hagas demasiadas ilusiones en un principio, ya que tu manuscrito ha de pasar por varios filtros. Las editoriales tienen un grupo de personas dedicadas a leer todo aquello que van recibiendo, los cuales darán una primera valoración.
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De ser positiva, se tomará más en cuenta y harán un mayor estudio de las posibilidades reales de tu historia dentro del mercado actual. ¿Hay muchas obras parecidas a la tuya? ¿Está de moda el género que abarca? ¿Tiene personalidad propia o parece una mera copia de otras ya editadas? Es difícil que una editorial acepte nuestro manuscrito, aunque tampoco es algo imposible. De interesarles, te habrias anotado un grandísimo tanto, pues ellos se encargarán de una agresiva promoción, te prepararán las presentaciones y firmas del libro, tienen sus distribuidoras que lo llevarán a los distintos puntos de venta... Vamos, que ya tendrás casi hecha la dificilísima tarea de llegar a tus potenciales lectores. Aquí van unas cuantas recomendaciones para el envío a editoriales: • Empieza por leer varias veces tu propia obra y asegúrate de que el nivel de corrección se encuentra en un nivel óptimo (incluso puedes pedirle a amigos o familiares que la lean para que se percaten de los errores que a ti se te escapen). La editorial tendrá correctores profesionales en nómina, pero un texto mal redactado o con miles de errores puede que la echen atrás, rechazando nuestro trabajo al instante.
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• ¿Tienes claro cuál es el género al que pertenece? Pues haz un listado de las editoriales que tengan en su haber libros de ese tipo. A ninguna que trate temas científicos, por ejemplo, va a interesarle una comedia romántica y ni siquiera van a leer más allá de los datos técnicos. Escoge sólo aquellas a las que pueda interesarles. • Haz un segundo listado en el que separes dichas editoriales según su importancia. En primer lugar, deberías mandar tu manuscrito a las más grandes, esperando entre tres y seis meses una contestación de alguna de ellas. Puede que recibas un no o que simplemente ni contesten. En estos casos, empieza a enviarlo a las siguientes, más pequeñas y de menor influencia. Lo mismo para el tiempo de espera. Deja para el último lugar las editoriales que trabajen con pocos autores y que apenas vayan a promocionarte fuera de tu localidad o provincia. ¿Por qué? Imagina que envías a la vez tanto a la mayor como a la más pobre de las editoriales y esta última contesta que está interesada, sólo un mes después de recibirla. Cinco meses más tarde, ya concluido el periodo de promoción y con únicamente cien libros vendidos, llama a tu teléfono aquella que se iba a encargar de traducir tu libro a ocho idiomas y te llevaría a ser un
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reconocido autor internacional. Pero ya firmaste la exclusividad con la pequeña, aparte de que ya está editada y, por tanto, no les interesa. • ¡Importante! Lo que envíes a las editoriales ha de ser inédito (y, obviamente, de tu propiedad), lo que quiere decir que no debes autoeditar tu obra si quieres que las editoriales no te digan no sin ni siquiera leerla. • Nunca envíes el original, sino copias, pues jamás volverás a ver aquel material que les remitas (sea a editoriales o concursos). • No envíes tu obra directamente. Casi todas las firmas editoriales tienen página web y en ella encontrarás un apartado llamado recepción de manuscritos o algo parecido. En él te dirán qué debes hacer para hacérselo llegar, sea a través de un formulario propio o detallando medios como el envío directo a través de email o la misma copia física. Esto es lo más caro, pues deberás imprimir tu trabajo (generalmente en tamaño DinA4, anillado, por una sola cara y a doble espacio, quizá para hacer sus propias anotaciones) y realizar el envío postal, certificado, además, para que tengas una prueba de que llegó a la editorial. Cada vez se aceptan más los envíos por email, totalmente gratuito, pero me he encontrado con alguna grande que aún no ha
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adoptado esta modalidad. • Para aquellas editoriales que no tengan dicho apartado de recepción o que incluso digan que tiene cerrada dicha vía (que será por saturación), no envíes tu obra, que no la aceptarán (y es posible que ni te avisen de ello). En su lugar, mándales un email, o carta, cuyo asunto o título va a ser propuesta editorial. Aquí dirás cómo te llamas y de dónde eres, así como que tienes una obra que encaja en sus planes editoriales, la cual te gustaría que valorasen. Incluye su nombre, género y un muy breve resumen. Sería muy bueno que dieras, además, con el nombre de quien lleve dicho departamento y dirigieras a esa persona tu carta. De gustarles, te dirán que se la envíes. Por supuesto, no olvides incluir tus datos de contacto, sobretodo email y teléfono, aunque siempre se decantarán por el primero. • A la hora de preparar tu manuscrito para el envío, en la primera página deberías dejar el título con letras grandes y claras, así como tu nombre un poco más abajo. En la segunda irán las características de la obra, detallando el género al que pertenece, la sinopsis, los datos técnicos del trabajo (si es un libro único o pertenece a una saga (y de cuántos libros se compondrá); tamaño de las
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hojas en el cual está maquetado; número de páginas y de caracteres; tipo de fuente y tamaño de la misma), un pequeño párrafo sobre a quién está dirigida la historia (margen de edad) y el razonamiento (puedes indicar qué obras similares a la tuya son un éxito de ventas y qué público tienen. En esto has de ser sincero y coherente, no vale un para todos los públicos. Niños, adolescentes, de veinte a treinta años, una generación en particular... A la editorial no le hará gracia que tú mismo no sepas quién será el lector potencial de tu obra) y un resumen algo más detallado que el de la propuesta editorial. Al final de esta parte irá tu nombre y apellidos al completo, el alias o pseudónimo (si vas a hacer uso de alguno), dirección, teléfonos y email. Como ya he dicho, puedes recibir un no o que ni siquiera contesten si no les interesa, pero, ¿y si les gusta? Dos posibilidades: En la primera, te llaman y te dicen que quieren editarla, debiendo firmar un contrato en el que te comprometerás a ayudar a la venta de libros en presentaciones y firmas y se detallará lo que a ellos les corresponde para corregir las características de tu obra, los ejemplares a imprimir, geografía donde promocionarla y venderla y la retribución que se llevará cada uno en esta primera edición. Como segunda posibilidad, te
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ofrecerán una coedición, enviándote un presupuesto en el que tú tendrás que abonar una gran parte de los gastos. Tranquilo, más adelante hablaré largo y tendido sobre este tema, que bien merece un apartado propio.
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5.4 Agentes literarios He aquí la última opción antes de decantarse por la autoedición. El agente literario es aquel al que le presentas tu obra y la valora convenientemente a nivel personal. Si le ve potencial, básicamente le contratarás para que se recorra distintas editoriales vendiendo tu libro, hasta que logre colocarla en una de ellas. Se lleva un buen pellizco, pero no hay que negar que es quien mejor puede saber dónde encaja tu obra, ahorrándote mucho tiempo y facilitando que nuestro trabajo llegue a donde deseamos. Las editoriales conocen bien esta figura y le atenderán con muchísima mayor atención que a cualquier escritor desconocido.
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