A mi esposa Elena A mis hijas: Marta y Fabiola
EN EL NOMBRE DEL TIEMPO
LUIS ADOLFO IZQUIERDO DEL ÁGUILA
EN EL NOMBRE DEL TIEMPO
Autor: © Luis Adolfo Izquierdo del Águila ISBN: 9789463673471 Fotografía cubierta: © Marta Izquierdo Vinué (Cedido su uso por gentileza de su autora) Impreso en España – Printed in Spain Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley.
Yo no lo sé de cierto Jaime Sabines Hay una leve luz caída entre las hojas de la tarde. José Ángel Valente Las bicicletas son para el verano Fernando Fernán Gómez Aquellos ojos míos Federico García Lorca …en esa soledad de centinela que parecen tener las playas en invierno. Felipe Benítez Reyes El amor es la única respuesta sensata y satisfactoria al problema de la existencia humana. Erich Fromm
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PALABRAS He horadado los muros del silencio. Tras ellos se esconden las palabras. He aquĂ la sustancia, el alimento.
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LECTURA DE PIEDRAS EN LA PLAYA* Azul mañana de estío. Ya la sombra dándome cobijo y el virtuoso mar su discurso amable susurrándome al oído. En este ambiente propicio, leo, releo varias veces, Piedras en la playa: un poema de Benítez Reyes que habla de los recuerdos que el tiempo transforma y abrillanta. Tras su lectura no puedo evitar pensar en estas piedras abrillantadas por la espuma de las olas —errantes piedras huérfanas que van de playa en playa—. Ya han pasado los años y mi vida se asemeja en mucho a la vida de estas piedras: cada vez más pulida, sí, cada vez más desgastada.
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* Piedras en la playa es un poema de Felipe BenĂtez Reyes publicado en su libro Ya la sombra editado por VISOR LIBROS.
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VIAJE INTERIOR De regreso a una Ă?taca olvidada, sin PenĂŠlope que aguarde tu llegada, vas en busca de ti para encontrarte, cegar la oscuridad, prender la llama.
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MADRE NUESTRA A mi madre
La Odisea de Homero, el sin par Don Quijote, la forma de un soneto (palacio endecasílabo), el color de la rosa (más bella cuando Mayo)... Sin duda son ejemplos magníficos que explican la más pura belleza, lo más aproximado a su idea o concepto. Pero seamos francos: la llama inextinguible que horada los escudos y da luz a las sombras, la mano que conforta el alma, achica el agua, recoge los cristales después de la caída; ella, la madre nuestra,
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en esta frรกgil vida de sombras y temblor no tiene parangรณn con las cosas que, errados, creemos las primeras, las de mayor valor a los ojos de nuestra mens hominis enferma.
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EFÍMERA BELLEZA Un intenso azul rubendariano impregna con su luz la lenta tarde. La belleza es efímera, las flores mueren. No es posible detener el tiempo, pero tú sí puedes detenerte; abre los ojos y observa: hay una leve luz caída entre las hojas de la tarde.
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PRIMER ENCUENTRO CON UN POETA
A Manuel Lacarta
Nunca hasta entonces estuve tan cerca de un poeta. Su rostro, de otro tiempo. Su barba, de otro siglo. Su mirada: un tanto triste y algo pícara. Y esa elegancia al beber un trago de cerveza.
Sólo él conoce las 34 posiciones para amar a Bambi.
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ANSIEDAD Hay algo en la adolescente primavera que provoca en tu interior un no sé qué que te incomoda: acaso esa intranquilidad que produce el estar vivo. Una anticipación al final cierto hace que te levantes de la cama.
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MI INFANCIA Hablemos de mi infancia. Comenzaré por una imagen; la imagen de un pirata en plena ejecución del abordaje de un navío, acaso la de un payaso triste paseando de la mano de una niña por el parque. Sigamos desandando. ¡A ver, a ver…!; sí, ¡lo tengo!, ¡una baraja!, eso es: naipes parlantes sometidos a los coléricos dictados de una reina que compendia su regia gobernanza en una frase: ¡que le corten la cabeza!, (¡qué obsesión por cortar a todo quisque la cabeza!). Mi infancia son solapas de camisas; solapas de camisas cuyas puntas alcanzan las estribaciones de los hombros, camisas ocupadas por ejércitos de cuadros, inquebrantables pantalones de campana. Y una niña: también mi infancia es una niña;
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una niña con pecas, millonaria, que vive con un mono y un caballo y viaja en globo, y es dueña de la casa en la que vive donde todo es desorden y no existen los castigos: esa casa de ensueño con la que siempre hemos soñado los infantes. Mi infancia son dos rombos que me arrastran a la [cama, el árbol hueco y la atalaya, las rodillas peladas en el parque, los libros juveniles de Bruguera que ocupaban los blancos de mis tardes; ¡cómo no!, las chapas, las canicas, los cromos, los partidos de fútbol en el parque… Mi infancia, en fin, es un gato vacilado por ratones, el aroma imborrable de un pupitre de madera, la brisa marina que trae el alba de la noche, la merienda cena en un cine de verano, el cuero de un balón,
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(su tacto, su fragancia), el sonido de los grillos en verano, saberme inmortal, exprimir mi magĂn como si se tratase de una fruta para beberme toda su sustancia imaginaria, reĂr mucho, creer en mĂ, marrar y poder refugiarme en los brazos de mi madre, tambiĂŠn en los de aquel Dios infalible con el que yo charlaba unos minutos, ya en la cama justo antes de dormirme.
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VISIĂ“N EXPRESIONISTA ImĂĄgenes difusas, rostros inacabados, figuras apenas definidas. En la ausencia del detalle hallo la magia de lo hermoso.
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ÁRBOL Prólogo del hombre escrito por un Dios que firma con pseudónimo, milagro de la tierra, razón para la luz y para el agua, claustro que ofrece su silencio y alumbra el cántico; hogar del ave, compañero de juegos del viento y de la lluvia.
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RENACER Me imaginé palmera en un desierto, nenúfar en jardín con ruiseñor, de sombra y sueño enhiesto surtidor, un sintecho por ángeles cubierto. Y al acercar mi barco hacia tu puerto sentí en mi pecho, oh Cristo Salvador, un celebrado abril de nueva flor que vino a renacer al hombre muerto. Soñar, soñar, soñar....; vivir, vivir como océano, fuente, mar o río; fluir constante de un no querer morir. Qué augusta libertad, qué poderío, escapar del mundano ruido, huir; reconquistar la luz del fuego mío.
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DEPRESIĂ“N Hoy, cirros de argenta y plomo sabotean el azul. Velada queda la luz en el lienzo de tus ojos.
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VERANO A mi padre
Acompañados de la noche y del silencio, mi padre y yo en las hamacas del jardín mirando las estrellas. Tal vez él estuviera pensando en algo triste, por ejemplo: la temprana muerte de su hija, la muerte de su padre cuando niño. Yo, por mi parte, desandaba el camino, regresaba al bosque prohibido mil veces profanado, a la oquedad del árbol donde escondía mis primeros cigarrillos, al cine de verano entre los pinos, al roce de las manos de la chica de piel morena y pelo corto. Oxigenados por el aire procedente de la sierra, nos daban las dos de la mañana. Y todo era silencio, fragancia de magnolia, húmeda hierba. 24
No volverán esas noches de verano; la casa (nuestra casa) la vendimos a pesar de que tú siempre me decías: No vendáis esta casa cuando muera.
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NOSTALGIA
A Federico García Lorca
Aquellos ojos míos de mil novecientos ochenta, al igual que los tuyos, nunca vieron enterrar a los muertos, ni el carrusel de caballitos en el que dan vueltas [los insomnes, ni la futura calavera del niño habitado por las [moscas. Aquellos ojos míos de mil novecientos ochenta se asoman hoy a la ventana del tiempo. Quieren de nuevo ver el paraíso: el páramo imperfecto de los tres olivos donde el pájaro azul de alegre trino esparcía su canto; aquel reino (sin reyes) de retama, tomillo y cardos verdes.
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TARDE EN EL TEATRO Aún recuerdo la última noche que estuvimos [juntos, ha pasado algún tiempo desde entonces. Casi había olvidado la verdad de tu risa y de tu llanto (sólo tú puedes hacerme viajar en el tiempo). Hoy me llevaste de la mano a los días previos a la [guerra. Madrid latía mientras un millón de cadáveres aún dormían. Casi todas las familias contaban con un padre autoritario, un vástago de más (para más inri poeta), una hija valiente, una chica de pueblo (la sirvienta) icono sexual de todo adolescente. ¡Ah, la bicicleta de la preciosa chica de trenzas! Si existe una verdad irrefutable, esta es que las bicicletas son para el verano. Todo esto es cierto, sí; lo sé gracias a ti.
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Yo he habitado tus ojos; esos ojos de agua que brillan temblorosos ante el enardecido aplauso de un pĂşblico puesto en pie en el patio de butacas.
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CIUDAD A Salvador Gonzalez Moles
I Dicen que nunca duermes, y es verdad. Que estás enferma, yo también lo creo. Al poder de tu industria, mi ciudad, se rinden los sonidos del recreo. II Tú, amenazante hija de la arquitectura y de la desordenada simetría, con tu tráfico caótico del día rindes tu belleza a la frugal locura. Improvisando según la coyuntura (hoy desesperanza, ayer algarabía) desconoces la virtud de la mesura. III En ocasiones me rindo a tu belleza; en el estío, en el estío puro te purificas, dejas de ser ciudad, aire te vuelves en el estío puro.
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IV Cuando era niño eras tan distinta. Recuerdo cómo los mismos lugares tenían otra magia, otro atractivo. Por ejemplo: el parque. Recuerdo ese océano de tierra donde no había padres vigilando y la bandera verde permanente ondeaba al viento, ausente, cada tarde.
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LA FOTO DE ABBEY ROAD para Elena
Me gusta mirar esa fotografía del salón, esa en la que aparecemos los cuatro cruzando por el paso de cebra de Abbey Road. Yo camino delante y vuelvo mi cabeza hacia a ti. Observo cómo tú has adoptado el mismo gesto. Mientras, Fabiola y Marta cruzan detrás de nosotros como dos estrellas del pop-rock, a la manera de esos chicos melenudos de Liverpool que en los años 60 inmortalizaron nuestra imagen (su imagen) en un álbum, cuando apenas yo era un niño de dos años y tú, ni siquiera, habitabas aún el confortable vientre de tu madre.
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SOLEDAD Cabalgan hoy mis recuerdos sobre un caballo de mar de largas crines de hielo en profunda soledad.
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HAY UNA PEQUEÑA LUZ EN LA TRISTEZA Primero sucede una destemplanza, después, una súbita bajada de temperatura hiela la habitación azul del alma y con fría evidencia te recuerda que estás vivo. Rendido a la desesperanza ella te sonríe y tú la sientes. ¿Puedes verla? Hay una pequeña luz en la tristeza.
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EL TIEMPO Y SUS MUSAS De todos enemigo, ruin ladrón; fabricador de polvo y de ceniza que más pronto más tarde garantiza la muerte tras los rayos de ilusión. Arrasa toda vida cual ciclón con una impunidad que escandaliza, pues nada importa. (El tiempo es la ceniza de los muertos guardada en un cajón). Demuele, sí, radiantes ilusiones; a veces cuando apenas si respiran en una clara muestra de impudor. Malditas sean musas que lo inspiran: matronas de un poder devastador, hadas malas que frustran ambiciones.
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LIBRO DE POEMAS El lomo, la cubierta, el prólogo, el poema... Las palabras, los versos, las pausas, los acentos... El ritmo, la cadencia, la música, el concierto... Metáforas, sinécdoques... Espadas como labios, aceros como espadas, resacas como días, días como resacas... .... y los labios heridos por labios como espadas. Y el poema de nuevo, como la ola: rompiendo. La luz amaneciendo, la lírica fulgiendo, la emoción exudando por las rendijas del verso.
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Y al final del camino: siempre la contracubierta.
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FORTUNA He encontrado una sonrisa y la he guardado en mi caja de caudales.
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REGALO DE MUSAS
La noche habla y habla. Yo sumiso la escucho. Con atención consciente la contemplo a la espera de luz. Después de algunas horas, apenas un tenue parpadeo; tal vez el verso primigenio de un poema. Consciente en el silencio de la noche, apadrino este verso endecasílabo que es regalo de musas. ¡Un verso, sólo un verso! Cons-cien-te en- el- si-len-cio- de- la- no-che
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ESPERANZA
La tristeza ha pasado la noche cobijada bajo la copa del ĂĄrbol de la angustia. En sus ramas un ave se ha posado. Sus plumas son de oro; su canto: un guiĂąo a la esperanza.
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ALGUNAS REFLEXIONES Ignoto es el minuto siguiente; quebradiza: la brizna felicidad; extremadamente blanda: la memoria. El tiempo sufre en soledad.
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HUELLAS Podrás, sí, dar la vuelta a un reloj de arena, pero nunca serás capaz de doblar el brazo al titán del tiempo. Todo pasa (la vida y la muerte), pero tus huellas, tan humanas, permanecen.
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COSMOS La mĂşsica del universo no es posible escucharla por la radio. Dos estrellas bailan a millones de kilĂłmetros.
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ESCEPTICISMO Yo no lo sé de cierto. Que la vida es verdad y no es un sueño, que la vida es real y no es un tongo, y que de ella soy esclavo mas no dueño. Yo no lo sé de cierto. Si la cara de Dios es espejismo o si verá la luz mi agnosticismo, si quedaré disuelto por siempre en el abismo o si al final veré la causa de mí mismo. Yo no lo sé de cierto.
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FELICIDAD ¿Qué mejor que una sonrisa venturosa para alegrar la existencia, me pregunto, cuando se es un elemento del conjunto, uno de tantos, un pétalo de rosa? Pues de la línea apenas somos punto, piel y huesos destinados a la fosa, existencia breve, frágil y angustiosa, nadería en la importancia del asunto. Eludir la ira, que pase de soslayo; embarcar en el bajel de la bandera de umbroso color y blanca calavera, reír, amar, hacer de mi capa un sayo, volar, mis pelos dejar en la gatera; ¡de ser feliz no encontré mejor manera!
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MEMORIA
La memoria es un lugar con zonas neblinosas donde, a veces, es difĂcil orientarse y uno corre el riesgo de perderse, y confundirse, y no encontrarse.
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SUEÑO Hay un sonido matemático en la noche; párpados extenuados se precipitan al vacío, un mar de sombras es bordado por la luna, una vida durmiente aguarda el beso tibio de la aurora, un cuerpo relajado se alimenta.
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MANUAL BREVE DE AUTOAYUDA Fine el temor y anide la esperanza en ti, mi hermano ignoto. Sé valiente, leva el ancla, navega tu presente, aléjate del odio y la venganza. Erguido siempre, la mirada al frente. En la tormenta atiende con templanza el fuego de tus nervios; la semblanza de ayer cedió su cetro a la vigente. Ante el temblor, marmórea confianza. No caigas en las trampas de tu mente e intenta de manera inteligente mantenerte en el fiel de la balanza. Relaja, suelta, afloja, fluye, espera; ¡visualiza la alegre primavera!
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CONFESIÓN Confieso haber robado algunos versos, algún bollo, alguna que otra piruleta, quemado un pequeño páramo de cardos, sisado a mi padre cien pesetas, haberme saltado algunas clases para jugar al mus con los amigos, tener mucho que ver con la desaparición de aquel gâteau au chocolat de la nevera.
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EJERCICIO POÉTICO DESCRIPTIVO El párroco lía con parsimonia un cigarrillo, el mismo pobre de cada domingo demanda su limosna a la puerta de la iglesia. Un perro ladra, amenazante, a su sombra, un paisano rompe la tierra con su azada, la cierva solitaria del bosque continúa buscando [a su pequeño. Muy cerca el mar; las olas, por el viento embravecidas, embisten contra los muros del tiempo. Mientras, la vida sucede en derredor.
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QUIETUD La huella de la lluvia en los cristales derrite mis pupilas congeladas, los grises se apoderan de mis versos en esta cruda tarde de nostalgias. Cansado del cansancio rutinario me sumerjo en el río del silencio en busca de una brizna de verano. Tan sólo unos minutos ha durado la paz en la batalla de mi espíritu. Se fue el silencio hondo, y con él, la quietud (brisa del alma). Se fue la extraña tarde, la magia dijo adiós con las palabras.
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MISTERIO Llegará la noche de las noches, el momento más cierto y más temido. Y después: el sonido del olvido, la alargada sombra del ciprés (callada, inmortal e infinita), la piedra pálida y fría, las paredes desnudas de la nada… ¿Y después? ¿La claridad del alba?
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TARDE DE INVIERNO EN LA OFICINA Colores de invierno, señales de salida de emergencia, el ruido de una puerta que se cierra, el sonido de un claxon, la risa de un alcohólico, confidencias de enfermeras cansadas del trabajo del marido y de la vida. Más claxones, murmullos, bostezo y tedio; las silentes agujas de un reloj y un zarrapastroso calendario me acompañan en esta absurda tarde en la que, levemente, me duele la cabeza. Antes de salir de la oficina, de que me cubra por completo el gran vacío que acompaña la existencia, tomo la pluma y me pongo a escribir este poema.
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ASESINATO Era un compendio de debilidades humanas; sus ojos estaban hechos de un fino cristal de soledad. Yo conocí a ese hombre, le soporté estoicamente. No aguanté más y decidí matarle. Aquel que fui yo, hoy descansa in perpetuum; allá, bajo las cómplices arenas del olvido.
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CONTEMPLACIÓN Contemplo el vuelo de los pájaros. Hay en él una mezcla de caos y de armonía. El gorjeo es constante, sólo la extenuación hará que cesen en su canto; será cuando la noche venga a recogerlos y les conceda el descanso de los niños. Nunca vi pájaros jugando al pie de las estrellas bajo el oscuro manto. No son humanos los niños, yo los creo más bien pájaros. ¿Qué otra cosa son sino pájaros blanquísimos los [niños?
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FINAL DE VERANO Negros nubarrones presagian la tormenta. Llueven las primeras gotas; saboreo el rĂo, huelo el mar, acaricio las manos del silencio. SĂłlo el vago rumor de unos pocos coches circulando; es la voz del mar en la ciudad sin costas. ÂĄLas ventanas abiertas, todas!
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ENCUENTRO Me mira y yo le miro. Un pájaro en silencio posado sobre la ardiente arena de la playa. Me mira y yo le miro. Me parecen sus ojos tan cercanos... Eran tristes y verdes. Supongo que no siempre fueron tristes los ojos de mi padre; los ojos de un niño que vieron el horror, ahogarse en un río a su padre, aquellos mismos ojos que vieron apagarse los latidos mortales de su núbil princesa. Me mira y yo le miro. Hay algo espeluznante en la inquietante mirada de los pájaros.
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CARTA DE OBERÓN AL DUENDE PUCK Han pasado los años y Atenas sigue siendo la más grande ciudad entre ciudades.
Querido Puck: Leal bufón que tantas tardes alegraste mi existencia, te ordeno que vuelvas a exprimir sobre sus ojos el jugo de la flor que tú ya sabes. Menudo lío que has organizado. Ruego a los dioses te guíen en tu empresa. Tengamos esta noche de San Juan la fiesta en paz, jodido fauno. Me siento algo cansado y no quiero un mal sueño en este bosque. Yo, Oberón, soberano de los duendes y las hadas. En Atenas, en el año y día en que ahora mismo no [recuerdo.
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PERFECTA IMPERFECCIÓN Veo un ojo pintado en una cúpula, un gran ojo (vórtice donde inicia todo); un ojo que me observa mientras yo juego en el tablero de la vida. La tentación me llama. Imposible salir de este círculo vicioso. Consciente de mi espíritu imperfecto elevo una plegaria y me relajo.
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ENFERMOS DE ADICCIONES Yo veo cada día robinsones, náufragos a la deriva extraviados en el mar de la tristeza. En sus ojos yo veo los naufragios, la huella criminal de la galerna; a veces, el áureo resplandor de la esperanza.
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TORMENTA Da comienzo el ritual de la sibila sombra. La sangre del crepúsculo hiere la lenta tarde. La claridad se rinde, entrega su apariencia a la maga tirana —oh torva noche incipiente—. Una fúlgida tilde acentúa el misterio de lo desconocido. La oronda oscuridad se lo ha tragado todo. Hacía unos minutos, parecían las cárdenas nubes frondosas copas de selváticos árboles. Desde mi ventana veo escuadras de relámpagos (el bermellón del miedo).
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Nada queda de aquel camino ancho que atravesaba el parque; sรณlo este paisaje encendido de luz ante mis ojos negros.
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QUE ME PERDONE NUEVA YORK Alguna vez soñé viajar a Nueva York, allí escribir una treintena de poemas y sentirme un poeta de los grandes, como García Lorca o José Hierro. ¡Luis Adolfo en Nueva York! ¡Qué cosas se me ocurren! Si alguna vez me pierdo, no me busquéis en Nueva York. A mí me tira el sur; el abrazo del sol amontillado. Necesito luz; la claridad divina del azul. Si alguna vez me pierdo no me busquéis en Nueva York. Escuchar a Manolo García después de haber comido un arrocito no sería lo mismo en Nueva York. Como recuerda mi madre: cada mochuelo a su olivo. ¡Qué coño iba a hacer yo en Nueva York!
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MEDITACIÓN Así como las hojas de los árboles se pudren ahogadas en su pena bajo las huellas húmedas del tiempo, la rosa del amor se torna hiel en las islas oscuras de la inquina. No abones los campos con revanchas, no siembres los esquejes de tu odio, no escuches su llamada enardecida; niégale tu pan, no le alimentes. Aléjate de él y al bien camina; entrégate al viento de la risa y si es necesario llorar, llora.
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YO BORRARÍA … Miro hacia dentro, voy buscando las respuestas frías; aprehender la voz del corazón. Yo borraría la muerte inesperada, los veranos de llanto y depresión, borraría las guerras, las venganzas, los fríos asesinos, el hambre de la tierra; pero existen los niños sin sonrisa (los que visten por vestido sus costillas y van siempre de la mano de las moscas). Pintaría de azul sus ojos grandes, tristes. ¡Cese la insensatez! Arriemos la bandera del oprobio y abramos nuestro ojos para ver.
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SIBARITA para Elena
Te gustan los manteles de hilo blancos, los cubiertos de plata, el servicio de tĂŠ de La Cartuja, la crema de guisantes con virutas de manzana, el manhattan bien frĂo antes de la cena, el helado siempre de frambuesa, los gintonics en copa de balĂłn y cortos de ginebra, los besos de mis labios: eternos y salvajes.
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UN BESO BAJO LA LLUVIA para Elena
Cae una lluvia vaporosa. Te recito un haiku de Masaoka Shiki: lluvia de primavera bajo el paraguas mirando la tienda Me sonrĂes, te ha gustado. Bajo el paraguas rojo que nos cubre nuestros labios se cansan de esperar y se aproximan. Y es ahora el silencio el que cabalga.
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NOCHES BLANCAS Bajo la noche blanca anónimos paseantes y los ojos curiosos de un extraño. No conocemos su nombre, no necesita un nombre. Aquella noche en las calles desiertas de Petersburgo hiciste realidad tu sueño: ¡Nástenka: tu amor soñado! ¡Cuatro mágicas noches de un solsticio de verano! Después, voló el amor; ¡estuviste tan cerca! Las noches oscuras regresaron. Nástenka de nuevo en brazos de su amado, y tú, extraño personaje de la noche, vuelves a estar sólo entre los millones de ciudadanos de Petersburgo.
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ORGULLO Y GLORIA NapoleĂłn no naciĂł para verse sometido, no vino al mundo para aserrar madera en un taller, postrarse ante otros hombres, ser el estĂşpido amante de una dama. La gloria siempre, para otros el amor.
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DESAYUNO FEROZ * para Elena
Mañana despiértame sin avisarme, desvísteme y lléname de besos, devórame, sé fiel a tus deseos, no temas al morderme hacerme daño y sáciate de mí sin miramientos, que ya descansaré, no te preocupes; preocúpate tan solo de mi cuerpo. Mañana después del desayuno, si vieras que aun con todo tienes hambre, podrás, bajo las sábanas de Eros, desayunarme, amor, en alma y carne.
* Inspirado en el famoso poema El desayuno de Luis Alberto de Cuenca.
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Gracias Gracias amable lector por tu colaboración en el trabajo de la lectura del poema. Esto siempre lo escriben los poetas después de la última palabra del último verso de cada poema. Lo sé de buena tinta.
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ÍNDICE Palabras ......................................................................8 Lectura de Piedras en la playa.................................9 Viaje interior............................................................11 Madre nuestra .........................................................12 Efímera belleza .......................................................14 Primer encuentro con un poeta ...........................15 Ansiedad ..................................................................16 Mi infancia...............................................................17 Visión expresionista ...............................................20 Árbol ........................................................................21 Renacer ....................................................................22 Depresión ................................................................23 Verano......................................................................24 Nostalgia ..................................................................26 Tarde en el teatro ...................................................27 Ciudad ......................................................................29 La foto de Abbey Road .........................................31 Soledad.....................................................................32 Hay una pequeña luz en la tristeza ......................33 El tiempo y sus musas ...........................................34 71
Libro de poemas.....................................................35 Fortuna.....................................................................37 Regalo de Musas .....................................................38 Un canto a la esperanza.........................................39 Algunas reflexiones ................................................40 Huellas......................................................................41 Cosmos ....................................................................42 Escepticismo ...........................................................43 Felicidad...................................................................44 Memoria...................................................................45 Sueño........................................................................46 Manual breve de autoayuda ..................................47 Confesión ................................................................48 Ejercicio poético descriptivo ................................49 Quietud ....................................................................50 Misterio ....................................................................51 Tarde de invierno en la oficina.............................52 Asesinato..................................................................53 Contemplación........................................................54 Final de verano .......................................................55 Encuentro................................................................56 Carta de Oberón al duende Puck.........................57 72
Perfecta imperfección………………………...58 Enfermos de adicciones ........................................59 Tormenta .................................................................60 Que me perdone Nueva York..............................62 Meditación...............................................................63 Yo borraría ….........................................................64 Sibarita …................................................................65 Un beso bajo la lluvia ….......................................66 Noches blancas … .................................................67 Orgullo y gloria … .................................................68 Desayuno feroz ….................................................69 Gracias….................................................................70
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