Contribución a la autocrítica de la izquierda y a su desempeño en la administracion de bogotá

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Contribución a la autocrítica contra la izquierda y contra su desempeño en la administración de Bogotá Luis Orlando Serrano.

Autocrítica: f. Juicio crítico sobre obras o comportamientos propios. (Definición de la Real Academia Española) Una vez conocido el desenlace de las elecciones para la Alcaldía de Bogotá, ha venido tomando fuerza una singular tormenta de opinión que conmina a las organizaciones alternativas y partidos de izquierda al ejercicio de la autocrítica, la cual puede consistir en una maratón interna de insultos y acusaciones con el ánimo revanchista de culpabilizar a sus propios compañeros en unos casos y, en otros casos, a auto flagelarse y auto lacerarse hasta la inmolación para que sean proscritas de la faz de la ciudad las legitimas aspiraciones de la izquierda de gobernar la Capital de la República. Para contribuir a ese ejercicio de autocrítica justificadamente exigido por la galería, a continuación se enumeran los más protuberantes hechos por los cuales se merece autocriticar a la izquierda en su desempeño de gobierno en el periodo 2003 - 2015, poniendo especial énfasis en autocriticar la última administración, es decir, la de la Bogotá Humana. Y también hay una sección aparte de autocrítica a la coalición unitaria de las fuerzas de izquierda en la contienda electoral del pasado 25 de octubre. Veamos. Durante los doce años de gobierno de la izquierda se materializó en políticas públicas en Bogotá una agenda de gobierno basada en el enfoque de derechos, la inclusión, el respeto a la diversidad, el cuidado y protección de la vida, el agua, el aire y los animales. Se dio prioridad a los programas sociales de salud, educación, protección a la niñez, empoderamiento de los jóvenes, amplia participación de las comunidades, de las nuevas ciudadanías, avanzó la equidad de género así como la dignificación política, laboral y familiar de las mujeres. Atención a las víctimas del conflicto ha sido prioridad de los gobiernos de izquierda en Bogotá. Se logró la paz y convivencia entre barras de aficionados al fútbol al punto que los homicidios entre hinchas han prácticamente desaparecido. Desde enero de 2011 se prohibió el porte de armas, disminuyó la victimización por delitos y se redujo la tasa de homicidios al más bajo histórico. Justicia social, convivencia, paz, democracia, participación, son el marco de las ejecutorias de la izquierda, en sus tres periodos de gobierno. El firme respaldo electoral a la propuesta de paz de Santos que permitió vencer a los mercaderes de la muerte y de la guerra en las elecciones del 14 de junio de 2014, lo que ha permitido ceses unilaterales de hostilidades, el desescalamiento del conflicto y acuerdos irreversibles del


Gobierno con las FARC, que ya anuncian el cese bilateral y la firma de la paz para el 23 de marzo de 2016. Todo esto es motivo de la más contundente autocritica contra la izquierda. Las firmes decisiones políticas y administrativas para eliminar el maltrato animal, sacando a los caballos que eran torturados en las carretas de recolección de residuos, la transformación del centro de zoonosis en centro de adopción de mascotas; la victoriosa alianza entre animalistas, ambientalistas, ciudadanía y administración por acabar la matanza taurina en la ciudad. Tan pésima bandera que el electo alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, la adopta como el primer punto en su agenda de gobierno. La adopción de decisiones políticas y administrativas para mitigar y frenar el cambio climático, el impulso a la movilidad sostenible fomentando el uso de la bicicleta y sustituyendo combustibles contaminantes por tecnologías limpias. Completamente justificada la autocritica para la Bogotá Humana por este tema. Durante la permanencia de la izquierda en el gobierno se ha defendido el carácter público de las empresas de servicios y de la red hospitalaria. La izquierda defendió el patrimonio público de la ciudadanía capitalina logrando en 2015 ostentar una situación de valorización accionaria y comercial así como superávit para las empresas de servicios y para los hospitales. Igualmente la izquierda le aprobó el mínimo vital de agua a los estratos 1 y 2 es decir unas 641.214 familias, hayan recibido este beneficio, igualmente tarifas razonables y subsidios de transporte para estos sectores menos favorecidos logrando reducir la pobreza del 50% en 2003 al 9% en 2015. Aumento en la productividad y competitividad de las empresas bogotanas junto al impulso de las TICs. Puntos para autocriticar a la izquierda bogotana y colombiana. Merecedora de las mas férrea y voraz autocrítica es también la eficiente gestión de la izquierda para producir avances en estudios, trazados, diseños de ingeniería y financiación de la Primera Línea del Metro de Bogotá, cuyo más reciente hito ha sido la asignación por parte del Confis de $9.65 billones cifra que complementa los $4.1 billones que ya tiene garantizados la administración de la Bogotá Humana.

Pero no debemos quedarnos ahí, en esos puntos tan nimios de autocritica. Hay que hacerla más feroz y dañina. El portentoso hecho de haber logrado la unificación de todas las fuerzas alternativas y de izquierda alrededor de la candidatura de Clara López a la Alcaldía de Bogotá, que congregó la convergencia con espíritu democrático, colaborativo y movilizador de las organizaciones y partidos del amplio espectro: Unión Patriótica, MAIS, Polo Democrático, Progresistas, Poder Ciudadano, Verdes Progresistas, sectores de izquierda del Partido Liberal, Nuevas Ciudadanías, etnias, diversidades sexuales, barristas sociales. Ha sido la campaña más unitaria, dinámica y cohesionada desde la candidatura presidencial de Carlos Gaviria. Esto debe ser un factor indudable de autocritica. El empoderamiento ciudadano en los territorios, con una mayor intervención directa y decisoria de jóvenes, mujeres y trabajadores conquistó la política pública de


participación ciudadana en el Distrito Capital. Por culpa de quien? De los gobiernos de izquierda 2003 - 2015. El empoderamiento de la mujer, una conquista de la izquierda, que se demostró en la valiente presencia política con el liderazgo de mujeres luchadoras: Piedad Córdoba, María Mercedes Maldonado, Aida Avella, Ángela Robledo, la propia Clara López quien defendió la conformación de su gabinete y planta de cargos con al menos el 50% de mujeres. Destacable la abundante participación de mujeres como candidatas a Concejo y Juntas Administradoras Locales. No, es que este punto sí que es merecedor de seguir autocriticando a la izquierda. Y no solamente debe autocriticarse la izquierda desde adentro. Debe seguir incesante y despiadada la autocritica que le hacen los distintos estamentos de la sociedad tradicional, bipartidista y confesional. Esa eficaz y permanente autocrítica de periodistas y medios privados, negociantes excelsos de la manipulación y la distorsión de la información. La justa y equilibrada autocritica del Procurador hacia la actual administración y contra todos sus funcionarios materializada en la destitución de Gustavo Petro como Alcalde de Bogotá, esa ha sido una autocrítica loable, como la que ejercen también las justas e imparciales Contraloría y Personería del Distrito. También muy valiosa y oportuna la autocrítica contra la izquierda y sus gobernantes que han ejercido excelsos concejales como Palacio, Parada, Durán Silva, Bastidas, Sanguino, Camacho Casado, Salamanca, José Juan Rodríguez y tantos preclaros aliados del carrusel. Ponderada y célebre también la autocrítica que han ejecutado sobre los gobiernos de izquierda, especialmente sobre la Bogotá Humana, los poderosos y pudientes comerciantes, empresarios, constructores y gremios entre los cuales se destacan Camacol, los propietarios de los articulados del transporte público o los negociantes de la basura en plausible y nada notoria coalición con algunos funcionarios del orden nacional como el Vicepresidente, el Procurador y el Ministro de Vivienda. Sin dejar de lado la autocritica muy generosa y constructiva del uribismo aliado con un dirigente conservador que desde comienzos de 2011 emprendió una campaña de revocatoria del mandato al Alcalde de Bogotá Como se demuestra aquí, la izquierda ha tenido todas las condiciones favorables y las garantías que se deben a los mandatos ciudadanos ganados en elecciones, para el desempeño de su gobierno. Ya se le ha autocriticado también que no ha avanzado es por ineptitud e improvisación, epítetos que en buena hora le ha endosado la autocrítica de los medios imparciales y veraces, así como los ínclitos y pulcros dirigentes políticos y gremiales de los partidos tradicionales. Durante los últimos años han abundado solamente críticas contra la izquierda, justo es que ahora la izquierda misma se autocritique. No faltaba más. @LuisOrlandoS


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