Prosvet

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en colaboraci贸n con el

Instituto de Investgaci贸n del Futuro


Secci贸n de aut贸rafos



Consejo Editorial Diana Diego F. Elizabeth Acosta Haro Kiril Kravchenko Primera edición: Diciembre 2012 © Todos los autores incluidos en esta publicación D. R. © Mamá Dolores Cartonera, 2012 Impreso y hecho en Querétaro, México “Se prohíbe la reproducción total o parcial de este documento por cualquier medio sin previo y expreso consentimiento por escrito de Mamá Dolores Cartonera, a cualquier persona y actividad que sean ajenas al mismo”.

Prosvet es un proyecto de difusión artística sin fines de lucro. Todas las colaboraciones son voluntarias y por puro amor al arte.

En colaboración con:

Diseño Editorial:

a través de


Candy for Gold

1. Take Off 2. Satellites 3. Asteroids 4. Peace


¬El último desastre nuclear, ocurrido un 21 de diciembre de algunos cientos de años atrás, acabó con la mitad de la población de la Tierra. Animales, plantas y personas. Por años, nuestros antepasados vivieron en búnkeres subterráneos, alimentándose con barras de granola y fumando permanentemente marihuana y otras yerbas de olor para mitigar el sufrimiento ocasionado por la radiación y la repentina miseria. La humanidad fue deformando física, intelectual y espiritualmente, hasta convertirse en esto que somos ahora: animales desalmados, irracionales y amorfos. La creación más repugnante de Dios. Sólo pocos aprendimos a leer y escribir; pocos menos aprendieron a pensar. La mayoría nace sólo con una masa encefálica que apenas les permite comer, coger y cagar. ····· Reporte 001 / Instituto de Investigación del Futuro / 24-Junio-1947 Localizado en los cuarteles centrales ubicados exactamente en latitud 21º40’-20º01’longitud 99º30’-100º36’, el próximo 21 de diciembre iniciará labores el Instituto de Investigación del Futuro, cuyos objetivos son: 1) Investigación y desarrollo de prototipos que contribuyan al desarrollo de las sociedades futuras. 2) Entablar negociaciones con seres de otros mundos para proyectos de desarrollo tecnológico. 3) Evaluación de predicciones e investigación de posibles escenarios para el fin de la humanidad. 4) Publicar el trabajo y los avances alcanzados por el Instituto para acercar la ciencia al ser humano promedio. Los responsables de este proyecto son todos de nacionalidad mexicana, aunque con una innegable influencia rusa, y sus nombres permanecerán en el anonimato. El Instituto de Investigación del Futuro operará con recursos de patrocinadores desconocidos, la Mafia y la venta de revistas “Vaqueras”. La fecha y editorial para su primera publicación todavía es desconocida.

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Cuando a las oficinas centrales de Mamá Dolores Cartonera llegó un sobre sellado como “Confidencial”, el Consejo Editorial integrado por un ruso y dos mexicanas, se reunió en cabildo para discutir su contenido. ELIZABETH a.k.a Lizter La Alteza Serenísima del Imperio Cartonil: (Leyendo en voz alta) “Se solicitan los servicios del Grupo Editorial Mamá Dolores, para la publicación de contenido científico.” ¡Ah no mames, eso está bien chingón! Podemos sacar libros con contenido clasificado. KIRIL a.k.a. Ministro de Asuntos: (Sacándose el cigarro de la boca) ¡No mames! Mejor podemos hacer una revista de Sci-Fi, disfrazando los contenidos clasificados en literatura, música, ilustraciones y cine.


1 DIANA a.k.a. La Jefa de Jefes: (Rascándose la cabeza) Suena bien, necesitamos escritores, más cartón y un nombre. Escrito en una pequeña computadora Asus de color negro: “Fecha sugerida para el lanzamiento: 21-Diciembre-2012 7:30 p.m.”.

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Hay muchos mitos alrededor de aquel desastre nuclear que acabaría con la mitad de la población en la Tierra. Los pocos hombres de ciencia coinciden en que nunca fue un misterio, que era bien conocida la fecha y la hora exacta en la que detonaría la primera explosión. Cuentan que un Instituto de Investigación situado en la antigua ciudad de Querétaro, México, había hecho del conocimiento popular esa y más información sobre el futuro de la humanidad. Por eso ahora desde las cloacas de este lugar, seguimos buscando y recolectado todos y cada uno de los ejemplares de la Revista Prosvet, porque tal vez y sólo tal vez, entre sus líneas alguien haya escrito algo sobre nosotros. Dicen que la palabra Prosvet significaba la entrada de luz solar que, atravesando las nubes más espesas de la atmósfera, llegaba a calentar una pequeña porción de nieve siberiana hasta convertirla en un pequeño riachuelo en medio de la nada. Eso mismo necesitamos ahora. Un Prosvet. ····· Reporte último / Instituto de Investigación del Futuro / Fecha Desconocida No importa cuándo hayas leído esto. Lo importante es que tú también sobreviviste al fin de los tiempos. Nuestro trabajo está hecho.

La Redacción Prosvet El brazo armado de Mamá Dolores


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El especialista

Fernando Zesati

S

é que me llamo Andrés y que hubo, en el pasado, pirámides en Egipto. Sé que estoy escribiendo estas palabras y sé que serán leídas por un comité designado por el Centro de Gobierno. No sé exactamente quiénes formarán ese comité y desconozco por completo cuál será su decisión, si es que tienen algo por decidir. Ignoro también si seré liberado al final de este proceso, pero espero y confío en que probablemente ése sea el caso. Soy especialista en dilucidación y desciframiento de códigos de tipo A-III y laboro en el Nodo 34 Sur de la Red Intersecretarial de Centros de Códigos. Habito un departamento en la zona sur de esta ciudad, vivo tranquilo y trato de saber sólo lo que necesito saber, como ordena la máxima número dos del Decreto. Por mi trabajo termino, en ocasiones, sabiendo más de lo debido y hago un constante esfuerzo por olvidar todo lo que exceda mis obligaciones cognitivas. Pero sé que el esfuerzo no es siempre efectivo y reconozco recordar aún datos, historias y asuntos que no competen a mi área de especialización. Y sé, sobre todo, que eso es poco recomendable y que está prohibido a la mayoría de los especialistas de mi grupo (el número 367 de la subsección C del Nodo 34.) Supongo, sin ninguna certeza, que me encuentro en un Centro de Detención de la SPT y que se me ha solicitado escribir este Reporte Total de Información por mis conocimientos sobre los Hombres de Barba. Y aunque no se exige ni se recomienda que lo haga, argumento ahora que lo que sé es realmente poco y que no es, propiamente hablando, conocimiento; sé sólo de algunas historias y leyendas, cosas que la gente dice. Tengo entendido que el asunto comenzó muchísimo tiempo atrás (aunque nadie sabe decir cuándo), en la época en que los Hombres de Barba aún se desplazaban sobre sus piernas y fumaban en pipa y leían los periódicos y hablaban en las asambleas. Hoy sé que ese tiempo no volverá jamás y ellos tampoco. Y pienso

que puede que eso sea, como muchos han creído, lo mejor para el resto de nosotros. Según lo que he escuchado, los Hombres de Barba representaban el último eslabón de una tradición muerta y olvidada, pero que, al parecer, era ineludible para garantizar el funcionamiento de las sociedades humanas. Supuestamente, estos hombres podían tratar cualquier tipo de problemas y, sobre todo, aquellos en los que las máquinas no servían en absoluto. Sé que fueron considerados trabajadores de primer grado durante mucho tiempo y que trabajaron como consultores, supervisores y asesores del Centro de Gobierno, principalmente, pero también fungían como líderes sociales y desempeñaban otras ocupaciones que no sé en qué consistan. Calculo que su salario era bastante elevado y que su nivel de vida sobrepasaba el de las mayorías, pero eso es sólo una estimación y no se basa en datos asegurados. Hay quienes dicen que hubo un momento en la historia, una brecha de casi setenta y cinco años, en el que sólo los Hombres de Barba tenían empleo y eran productivos para el Mundo, porque todos los demás puestos habían sido ocupados por máquinas, computadores y programas de diversas índoles. Estoy consciente de los rumores que proponen que fueron ellos, los Barbados, quienes establecieron el Reglamento Laboral vigente, con el que se crearon todos los puestos para especialistas y supervisores que existen hoy en día – como el que yo mismo ocupo. Pero, según he podido dilucidar, esto debió haber ocurrido hace mucho tiempo y no hay, que yo sepa, registros de ello. Ahora bien, lo que hasta ahora he expuesto no constituye en manera alguna una violación de la tercera máxima del Decreto (no has de investigar lo que no te compete, ni preguntar lo que no puedas saber…), aunque sí – y ya lo he confesado – rompe con el mandato de nunca retener información, conocimiento, ni ningún tipo de dato, operación, resultado, expresión o código que se


3 encuentre fuera de nuestra área de especialización. Pero, por lo demás, es información que uno puede encontrar en todas partes, si se tiene un nivel de acceso cognitivo autorizado por el Gobierno, como tenemos todos los especialistas. Me imagino, sin tener pruebas de ello, que el problema para el Gobierno reside principalmente en lo que yo pueda conocer sobre la desaparición de los Hombres de Barba. Sobre este asunto lo que sé es muy poco y está tan mal fundamentado y es tan carente de evidencias como cualquier otra cosa que pudiera imaginar yo en este momento. Según lo que he podido saber, los Barbados recomendaron, en un documento que se ha extraviado y que a nadie compete buscar, la redacción de un Nuevo Decreto. Sin embargo, todo indica que no se les tomó en cuenta cuando fue escrito, pese a que ellos en persona, los catorce que aún quedaban en la Tierra, intentaron en repetidas ocasiones hablar con el Presidente y demás funcionarios del Centro de Gobierno. Creo que la idea que los Barbados tenían era que el Nuevo Decreto (que desde hace dos siglos conocemos sólo como Decreto) debía, podía o habría de ampliarse en su segunda máxima; es decir, permitir que los especialistas conociéramos más allá de nuestra especialidad, aunque yo no puedo imaginarme con qué objetivo o para qué habríamos de saber cosas que no se relacionan con nuestros ámbitos. Y, de cualquier modo, el Presidente no hizo caso de esta idea y se dice, incluso, que no estaba siquiera en condiciones de comprenderla, pues era, como resulta lógico, especialista en gobierno y no en asuntos del conocimiento humano. Sea como haya sido, la palabra está en el aire, la gente habla de ello. Y yo trato de mantenerme escéptico respecto a todo el asunto, pues quedan, además, muchas lagunas y agujeros de información que no permiten conocer el asunto. ¿Por qué se les llamaba Barbados? ¿Qué especialidad tendrían o, más bien, tendrían alguna especialidad? Y si no era un saber específico ¿qué era? Nadie ha podido, quizás ni siquiera intentado, responder a estas preguntas. Y quizás eso sea lo mejor para todos nosotros. Se dice que desaparecieron de pronto. ¿Por qué? ¿Hacia dónde? ¿Cómo? Eso tampoco me queda claro, ni pretendo que se aclare. Sólo sé lo que he escuchado y, como ya dije, lo sé de una manera tan incierta y con tan pocas evidencias que pienso que realmente no lo sé en absoluto. Está, claro, el rumor. Pero el rumor es aún más impreciso que lo que yo interpreto; de una manera muy vaga cuenta que los Hombres de Barba se aburrieron de hablar únicamente entre ellos –porque los especialistas se habían vuelto sordos a sus conversaciones– y que decidieron irse y se fueron. El rumor también los relaciona con la Cuarta Infección y con el primer grupo de máquinas que tomó consciencia de su propia existencia (cosa que yo mismo no sé en qué consista.)

Los datos sobre la Cuarta Infección y las máquinas autoconscientes son ahora parte de un informe clasificado y que sólo puede encontrarse en la Red de Acceso Restringido, desde hace algunos años, por decisión del Centro de Gobierno. Un especialista de mi rango no tiene acceso a esa red y me he empeñado arduamente en olvidar la información que sé al respecto, pero uno no puede conseguir siempre sus objetivos. Lo que sé es que la Infección y el fenómeno conocido como Repentina Autoconsciencia Informática (RAI) coincidieron en el mismo momento de la historia, aunque he olvidado la fecha exacta, afortunadamente. Pero no comprendo cabalmente qué quiera decir el término autoconsciencia ni la expresión consciente de su propia existencia; estos conocimientos sólo han permanecido en mí como datos históricos, pertenecientes a un pasado tal vez demasiado lejano. Sé, aunque pienso recurrir al Procedimiento Amnésico Dirigido que se ofrece en el Centro de Especialidades Mnémicas, que tanto la Infección como la RAI están relacionadas, no sólo con la desaparición de los Barbados, sino también con la pérdida de los archivos que contenían el Antiguo Decreto. Esto último lo supe por un informe, fechado hace tres o cuatro siglos, no lo recuerdo muy bien, que apareció en mi sistema hace varias semanas. El texto hablaba de estas relaciones y aseguraba ser un elemento residual de la Cuarta Infección, una falla sistémica o un virus informático, algo que no habíamos conseguido eliminar de nuestras redes y que aparecería constantemente hasta que su tarea estuviera cumplida. ¿Cuál era dicha tarea? No puedo saberlo ni mucho menos asegurarlo. Sólo sé que fue trabajo de los Barbados, si es que el reporte no mentía, y que el virus está presente en nuestros sistemas de redes, pese a mantenerse encubierto y no atraer demasiada atención. A veces pienso que los Barbados mismos son este virus y que su desaparición involucró algún tipo de cambio en su conformación: sus códigos genéticos traducidos a los códigos informáticos, su presencia en el mundo convertida en presencia dentro de las redes. No lo sé. Únicamente leí el informe un par de veces y, por prudencia, evité aprenderme lo que decía. El contenido de dicho informe lo conocen ya quienes leerán estas palabras, pues fue sustraído de mi computador el mismo día en que fui apresado por los oficiales de la SPT. Los demás conocimientos que poseo, o que tengo almacenados en mis bancos de datos, forman parte de lo que ya sabe el Gobierno y de lo que todos podríamos saber: los cuadrados tienen cuatro lados, la causa antecede al efecto, el cielo es azul, la materia es energía, el control es necesario, el Gobierno funciona…


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Paesaggio RaĂşl Campos


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El desconocido universo de METROID Gonzalo Ruiz Ballesteros

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l hostil pero atrayente universo de Samus Aran ha estimulado nuestra curiosidad por 26 años. Es un espacio desconocido que guarda infinidad de maravillas, pero también peligrosas criaturas. Es esa curiosidad la que hace que nos lancemos a explorar mundos desconocidos, enfrentar feroces criaturas y a quedar absorbidos por una atmósfera de soledad y claustrofobia, que inevitablemente nos hace ver hacia adentro de nosotros mismos. Inspirado por la serie Alien de Ridley Scott, Nintendo intentó trasladar la idea a un videojuego tomando diversos elementos, como el de una criatura capaz de consumir y reproducirse a un ritmo muy acelerado, y sólo un individuo que puede hacer frente a la amenaza. Más allá de los paralelismos en los argumentos de Alien y Metroid la razón por la que nos metemos a los universos de estas dos franquicias es por su atmósfera, entorno, iluminación, sonido, criaturas y experiencias inolvidables. Desde que se definió la serie en el Super Nintendo, englobando todos los elementos de la inspiración original, pudimos ver cómo la serie aprovechó para dar un argumento que se contara a través de lo que viéramos. Aparte de la introducción de Samus todo el juego es contado sin palabras. Desde el intro del juego con los científicos muertos en el laboratorio y el Metroid chillando en la oscuridad, nos absorbe un ambiente de suspenso y misterio. Los primeros momentos del juego muestran como viviremos esta aventura desde los instantes silenciosos donde no parece haber nada, hasta las frenéticas batallas que sorpresivamente ocurren. Mucho de eso se debe a cómo nos va integrando el sonido y el movimiento de estas criaturas en el entorno, en los primeros instantes que entramos a la primera caverna sólo se ven en el techo y suelo insectos y todo lo demás abandonado, nos envuelve una densa atmósfera de incertidumbre como si estuviéramos siendo acechados y es hasta agarrar el primer ítem (la morphball) donde de la nada enemigos aparecen en cuartos donde no había nada.

El planeta solo demuestra más vida conforme nos adentramos en él; desde las junglas de Brinstar, los ríos de lava de Norfair, al mundo subacuático de Maridia, diferentes tipos de seres extraños aguardan en las sombras, y muchos de ellos son simples animales cazando. Pero increíblemente, no todos son peligrosos. Hay dos tipos de animales que de manera indirecta le enseñan al jugador a usar técnicas avanzadas mediante la imitación. La manera como los mundos en Metroid están construidos da la sensación que están vivos debido a la diversidad de especies que se encuentran en cada uno de los extremos climas por los que hay que atravesar. Desde pequeños insectos que se alimentan de plantas, a enormes reptiles que cazan de forma brutal. Este factor no sólo resalta en los animales, sino también en las ruinas de seres más inteligentes de los cuales unicamente quedan reliquias para hacer notar que existieron. Esculturas, alto relieve, antiguos templos y lenguajes muertos que relatan el alza y deceso de una cultura olvidada. Samus por lo general toma de estas ruinas algún objeto para poder seguir con su misión como un arqueólogo descubriendo un antiguo tesoro. Metroid Prime subió aun más la calidad de detalle e inmersión de la franquicia al colocarnos justo detrás del visor de Samus. Trayendo de vuelta los elementos antes mencionados. La experiencia fue más envolvente ya que el visor se volvió parte del mundo al estar expuesto a los efectos del agua, humo, y electricidad, los cuales nublaban de distintas formas la vista. La integración de un escáner


6 para conocer mejor el mundo que explorábamos también ayudó en poder comprender mejor lo que llegábamos a conocer, desde descripciones de criaturas, a las herramientas y equipo tecnológico que fuéramos encontrando. Los mejores juegos de todos los tiempos son aquellos que nos transportan a lugares increíbles y nos dejan maravillados con la inmensa creatividad y atención al detalle que tiene una aventura que nos dio gusto vivir. Más allá de su inmersión, la particularidad de Metroid es cómo puede tomar todos estos elementos de soledad, claustrofobia y tensión, rompiendo con lo que hace estás características negativas en la realidad. Apelando a nuestra reflexión, paciencia, y determinación por explorar, descubrir y conquistar.


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Reporte AN-56 Sergio Franco 07 Noviembre 2075 Departamento de Investigaciones Cuánticas No. De Reporte: AN-56

Proyecto SDSS/J11+06 respecto a las Realidades Dimensionales

El siguiente reporte muestra los hechos contundentes en relación a los experimentos realizados en el proyecto SDSS/J11+06 de la serie de investigaciones para comprobar las posibles aplicaciones prácticas de la manipulación de la Partícula Universal. Dicho trabajo se lleva a cabo en el laboratorio designado para investigaciones cuánticas, que se encuentra establecido a 600 m por debajo del volcán Mauna Kea en Hawái. Las operaciones del proyecto SDSS/J11+06 comenzaron el 07 de Mayo del 2074 y su objetivo es, mediante el uso de equipo de aceleración subatómica y la manipulación de PU’s, encontrar alguna utilidad para con los medios de transporte utilizados en nuestra gloriosa patria. El tiempo estimado de investigación es de tres años. Primera Etapa (Mayo 2074 – Mayo 2075) Durante esta etapa el objetivo fue aprender más acerca del comportamiento de las PU’s. Esto para poder realizar los cambios estructurales necesarios durante la aplicación del Método Larsson. Así como diseñar el primer prototipo de medio de transporte, que deberá recorrer un distancia de 100 millones de kilómetros en un tiempo aproximado de tres microsegundos. Logrando esto, el transporte nos ayudaría a viajar a Marte en menos de un día. Se necesitaba saber cómo es que el espacio está determinado dentro de la programación de las Partículas Universales y obtener un mejor entendimiento del mismo. Después de tres meses de trabajo y un sinnúmero de hipótesis anuladas se descubrió cómo se podrían reprogramar las PU’s aplicando el ya conocido Método Larsson (Anexo 1) 1.

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Cuando la materia se desplaza en el espacio se necesita mover cada una de las PU’s del objeto, es por eso que es imprescindible lograr que el Método Larsson aplicado en una PU del objeto a transportar pueda lograr el desplazamiento de todas las demás. Afortunadamente, se descubrió que las PU’s en un objeto están ligadas por un campo magnético apenas apreciable, por lo que con un pequeño cambio en la estructura de una PU se puede realizar una “reaparición” completa del objeto, en otro lugar. A esto le podríamos llamar “teletransportación” (Anexo 2).


8 La reprogramación hecha con objetos inanimados fue positiva y alcanzó un objetivo límite de reaparición de tres metros, en un tiempo de tres microsegundos; sin embargo, a la hora de usar animales u otras formas de vida, se presentaron ciertas inconveniencias. Al observar los operadores Hamiltonianos de las PU’s que están ligadas a los seres vivos, se descubrió que éstas están programadas de diferente forma y lo que las une no es un campo magnético sino un flujo de energía constante, creando una unión más fuerte. Más adelante en las investigaciones, se descubrió que este flujo de energía no sólo une al cuerpo, sino que lo liga con el origen del flujo, aún desconocido. Lo anterior hace casi imposible la desintegración para el uso del Método Larsson. Segunda Etapa (Mayo 2075 - ) Se realizaron reapariciones en roedores y porcinos, pero el proceso de desintegración crea explosiones viscerales en los animales o la reaparición de algunos miembros solamente. El 29 de Mayo de 2075, la Doctora Geffroy logró descifrar un algoritmo que permitiría, según ella, perseguir el origen de la energía durante la reprogramación y formar una pared para impedir que el ser vivo quedara ligado al origen durante la reaparición. Al aplicarse se creyó que el roedor había sido transportado exitosamente, sin embargo, sólo una mitad del animal (aún con vida) reapareció en el punto objetivo. El corte longitudinal que separaba a la rata en dos partes era exacto, y no había indicios de evisceración ni hemorragias. La mitad derecha caminó por el laboratorio y después de quince segundos entró en una etapa de uroboros frenético, que terminó cuando todo órgano vital había sido devorado y el medio roedor quedó sin vida. La mitad izquierda, por otro lado, nunca fue localizada. Los estudios del porqué del extraño comportamiento de la rata, así como del paradero de la otra mitad perdida, se han extendido por más de seis meses. Tampoco se ha podido averiguar por qué el ser seguía con vida a pesar de haber sido seccionado en dos partes. Se cree que la respuesta está en el origen del flujo de energía de las PU’s. Además, se ha presentado otro problema, uno de los practicantes del Dr. Durr presentó un comportamiento también extraño. De pronto, al estar sintetizando PU’s genitales de un primate (del canal deferente, para ser más exacto), su cuerpo entró en un estado de hipnosis. En la sala médica se descubrió que su cerebro ya no presentaba lectura alguna, pero sus signos vitales seguían funcionando con normalidad; el campo magnético de su glándula pineal había desaparecido. También, se observó que podrían existir ciertos cúmulos de antimateria o materia oscura entre sus neuronas. Por el momento no se puede seguir avanzando en la investigación original hasta tener una mejor idea, al menos, del paradero de las mitades de animales desaparecidas. Es posible que necesitemos más suministros de alimentos y energéticos. Se le manda el anterior reporte junto con la humilde petición a Su Alteza para conceder al departamento una reestructuración del presupuesto, afín de tener más recursos con los que podamos tanto cubrir el tiempo requerido para terminar la investigación, como para comprar dichos suministros, incluyendo más roedores y/o primates. Así mismo, requerimos que se mande la solicitud para más doctorandos que deseen fungir como practicantes en la investigación. Se le agradece de antemano a Su Magnificencia la compresión por las complicaciones derivadas de la investigación.


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Oracle Fernando Le贸n


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Gliese

Gerardo Sinecio “Vivimos en una sociedad profundamente dependiente de la ciencia y la tecnología y en la que nadie sabe nada de estos temas. Ello constituye una fórmula segura para el desastre.” Carl Sagan

A

bordo del Auriga el tiempo transcurre lento, casi en un estado de trance. La mayoría de los pasajeros pasan horas admirando a través del ventanal de la nave las estrellas y las galaxias. Joyas de colores incrustadas en un muro de eterna y profunda oscuridad. Al fondo, la penetrante inmensidad se funde con los límites de nuestro entendimiento, formando así los linderos de nuestro universo. Qué espectáculo. Nada como tener cara a cara la frontera de nuestra imaginación, o nuestra consciencia como única referencia de la realidad. Como si el espacio fuera un guardián, defendiendo en todo momento y sin descanso, una fortaleza indestructible de misterio. Un guardián que mira a los ojos siguiéndote con la vista a donde quiera que vayas y que a veces acecha dentro de tus más íntimas ensoñaciones. Como un fantasma, un embrujo, como si además de ser guardián fuera un depredador. Oscuridad tan perfecta. No quedaba un sólo rastro de destino en aquellos charcos negros. La brillante luz de los cuerpos celestes era incapaz de opacar las zonas oscuras. Cada punto luminoso parecía un montón de ojos en los que uno podía mirarse. Nada, absolutamente nada más perfecto que el vacío total. Ni si quiera una partícula de polvo entre el infinito y tú. Todos en el Auriga conocen su origen pues lo saben desde que nacen. Todos los pasajeros, el aire que respiran, el ruido que escuchan, las ropas que visten, la nave, el calor, la comida y el agua. Todo es descendencia estelar y todo forjado en las entrañas de miles de soles. Qué gran cualidad mirar al vacío y sentir admiración lejos ya de sentir miedo. A los ojos de cualquiera, la eternidad es tan próxima que es posible sentir el límite

del universo. Lo que tienes en la punta de la nariz, esperando a ser tocado, es una frontera de millones de años luz al toque de la mano, no más lejos de lo que está la ventana que separa el frío absoluto de la calidez del cuerpo. Una ventana de algunas pulgadas de grosor es todo lo que separa la vida de la muerte. El espacio interestelar, conteniendo las condiciones más hostiles para la vida, es contenido por una capa delgada de carbón. Tanto poder de destrucción y de aniquilación con dimensiones inimaginables. Echado atrás por casi nada, como una hormiga conteniendo el embate de un león para que no ataque a un hombre indefenso. Irónicamente, el espacio era responsable de la existencia de vida, así que en cierta manera, podría vérsele como alguien reclamando lo que por derecho es suyo, como diciendo: “Tu cuerpo es prestado. Aprovecha tu alma, mientras la tengas.”. Todos en el Auriga saben que tienen una deuda con el espacio y que éste se las cobrará tarde o temprano, sin poder siquiera argumentar algo en defensa propia. Pero el espacio es lo más parecido que el hombre puede concebir a la “nada”, por lo cual, resulta paradójico que todo cuanto se es, se le deba a la nada. ¡Qué asombroso! Ver el brillo de la oscuridad en su más amplio sentido y en todas las direcciones, un espectáculo digno de sentir vértigo. Estar en medio de todo ese vacío y de toda esa oscuridad y a la vez estar rodeado de miles de millones de estrellas y galaxias y a la vez de millones de civilizaciones que nunca se enterarán de la existencia de la humanidad y mucho menos del Auriga. Estar sumergidos en un océano de vacío, algo parecido a una caída libre perpetua y


11 aún así detener al miedo justo en la orilla de la conciencia. Sí, quienes viajan en Auriga son privilegiados. Viajar por el espaciotiempo a gran velocidad, rodeados de millones de objetos que atraviesan el espacio a millones de kilómetros por hora. Llamar a las personas del Auriga pasajeros, se quedaría muy corto pues para muchos de ellos no hay pasaje a ningún lado, nacen, crecen se reproducen y mueren a bordo, llamarlos habitantes sería darle un alma que no tiene al vehículo, ya que no se puede habitar una nave al igual que no se puede llamar hogar a una jaula, el lugar donde habitas debe tener un espíritu, y definitivamente un montón de fierro, plástico y carbón no es precisamente lo que uno llamaría un ser viviente, por todo eso, quienes viajan a bordo del Auriga se autodenominan “buscamundos”. Hace mucho tiempo que el Auriga dejó la Tierra, bueno, si es que algún buscamundo sabe lo que es el tiempo. Nadie ha visto alguna vez un amanecer o un atardecer, un río natural, el día o la noche, una tormenta, el mar, nada. ¿Cómo entender al tiempo si no hay una claridad o un crepúsculo que nos avise que es hora de dormir? Al final de cuentas, nadie realmente se hacía esa pregunta. Sólo conocían el concepto de tiempo-espacio a través de fórmulas matemáticas ideadas por un tal Einstein, quien habitó la Tierra miles de años antes de que el triste planeta tuviera que ser abandonado a su suerte. Quienes viajan en el Auriga ya no recuerdan la razón por la que sus antepasados se vieron forzados a dejar el planeta, tal vez fue una guerra nuclear la que los forzó a buscar un nuevo hogar, o la escasez de recursos, los conflictos sociales, las crisis económicas generalizadas, catástrofes naturales, alguna combinación de las anteriores o probablemente sólo se acabó la vida útil del planeta, tal y como termina todo aquello que tiene espíritu. Había pasado ya tanto tiempo que, al estudiar la historia ya muy remota de la humanidad en la Tierra, no había un buscamundo que lograra comprender las tantas y tan diversas causas que obligaran a una especie entera a abandonar su planeta. Todos, al conocer los hechos históricos se preguntaban los mismo “¿Qué no entendían que la explotación de recursos debía mantener un equilibrio con la actividad humana? ¿Por qué no había más esfuerzos para que el conocimiento se esparciera por cualquier rincón posible? ¿Cuál era la finalidad de las guerras? ¿Por qué había tan poca gente con tantos recursos a la mano y tantos que no podían beber

siquiera un vaso con agua? Qué crueles y qué bárbaros éramos.” Aun con el planeta sumergido en un caos total, podría pensarse que el planeta estaría mejor sin el hombre, la única especie capaz de esculpir paisajes y modificar extensiones enormes de terreno con el objeto de hacer de la supervivencia una tarea sencilla. Miranda, era una buscamundo con profunda sensibilidad. Consideraba a los humanos del siglo XX, unas personas de juicio laxo. Tal vez, en alguno de los rincones más humanos de su corazón, guardaba cierto rencor a sus antepasados, pensaba que el hombre se volvió un maestro en el falso arte de la apología propia, justificando los errores del pasado con un simple “¡Bueno! Lo hacían de esa manera porque el contexto y circunstancias eran diferentes.”. Grave error de consecuencias exponenciales, defender los errores de los demás aún siendo víctima de los mismos. Pensando de esa manera cualquiera podría realizar actos viles y de traición, pensando que en el futuro lo perdonarán “¿Qué más da si esto no está bien, si causo dolor o angustia? Hoy yo puedo hacer lo que quiera y en un futuro alguien perdonará mis errores atribuyéndolos a la ignorancia o circunstancias históricas. ¡Gracias! Aunque no te conozco, te agradezco que encuentres mil razones para defender mis errores y responsabilizar a todo excepto a mí”. Miranda, se sentía impotente al igual que todos los buscamundos. No pensaban cometer los mismos errores. Pensaba que evolutivamente el hombre tuvo un gran acierto, tal vez por mucho el más grande de los pocos que tuvo históricamente. Sabía que originalmente, el hombre padecía ante cualquier acontecimiento natural en la Tierra, al frío, al hambre, al calor, a la sequía, a las tormentas, al viento, depredadores, la escasez de presas, enfermedades y mil tantas oportunidades de morir que se le presentaban con cada salida y puesta de sol. Pero poco a poco, fue mejorando esas condiciones y que el hombre tuvo el acierto de reducir las causas de muerte de su especie, minimizando las debilidades que lo hacían susceptible de perecer al momento de mantener y mejorar sus fortalezas. Cada vez, el hombre era más rápido, más fuerte, su cuerpo trabajaba como una máquina casi perfecta en constante renovación, y si algo comenzaba a dejar de funcionar como debiera, ¿qué importa?, al fin y al cabo ya había una cura para todo. El hombre dejó de tener dificultades para sobrevivir y muchos factores que propiciaban una larga y feliz vida. Para cuando la esperanza de vida del hombre, llegó a los 165


12 años, sólo un terrible accidente era capaz de acabar con la vida de alguien. El hombre llegó al punto de fusionarse con máquinas de manera que no le era indispensable para vivir más que su cerebro y algunos órganos vitales. Miranda tenía 95 años y no era completamente humana. Con 8 millones a bordo, y tras 13 generaciones, Auriga casi es un vehículo milenario al que la raza humana o lo que quedaba de ella, llamaba hogar. Auriga se dirige al sistema Gliese, donde es probable que haya un planeta con condiciones similares a las que alguna vez permitieron a la Tierra albergar vida. Miranda, sabía que Auriga no llegaría a su destino antes que ella muriera, de alguna u otra manera, Auriga sería el mundo de Miranda, al igual que lo fue para todas las generaciones anteriores a bordo. Todos sin excepción alguna, tenían una función específica dentro de la nave, todo sea por conservar en las mejores condiciones la nave, y todos realizaban sus tareas con la diligencia mas estricta, cuidadosa y prudente posible, sin salir de horarios, con asiduidad. Todos son responsables de sus tareas y nadie procura que alguien evite su trabajo. Los días en que los humanos escapaban a sus responsabilidades o que cumplieran con ellas por el miedo a ser castigados había quedado atrás junto con la Tierra, tal parece que había terminado por ser sólo un mal recuerdo de las conductas del hombre primitivo durante los primeros 230 mil años de existencia. Miranda, después de terminar su turno en los generadores de antimateria que servía de combustible al Auriga, dedicaba, como muchos, otros pasar el resto de su tiempo en la sección de la nave que los buscamundos llamaban “La Gran O”. La Gran O, era un deleite visual, ya que cerca de la ventana, Miranda podía sentir el frío espacial colarse, la luz era blanca con un tono azul, sin embargo era lo suficientemente tenue para que el ojo humano pudiera reconocer hasta el más mínimo detalle de las estrellas más lejanas que fueran perceptibles a simple vista. Miranda solía encontrarse con Otto, un joven de apenas 22 años. –Es como si quisiera entrar, ¿verdad?–, preguntó Miranda a Otto, por detrás de éste en voz baja para no interrumpir el trance en el que se encontraba. Otto volteó hacia atrás donde Miranda, sentada en el suelo en posición de flor de loto, lo miraba como una hermana mayor ve a sus hermanos pequeños. Otto sonrió. –Algunas veces temo que sin avisar y de manera violenta, vendrá por nosotros y no por esa ventana. Lo veo en mis sueños tomándonos a todos por el corazón– dijo Otto mientras volvía su mirada al ventanal de la gran O con cierto aire juguetón al que Miranda ya estaba muy acostumbrada. –Tienes unas fantasías increíbles pero posibles, Otto. No hay manera alguna de que entre por esa ventana. No necesita burlarnos ni escabullirse junto con el frío, al demonio lo llevamos como pasajero en esta nave– dijo Miranda mientras cerraba los ojos. Otto, volteó hacia Miranda y se sentó frente a ella en posición de flor de loto teniendo como fondo una cantidad de estrellas alucinante. Miranda no podía ver

más que la silueta de Otto en un fondo repleto de soles. –Hablas con mucha naturalidad al decir que el demonio es pasajero de esta nave, sin embargo, no se a qué te refieres– dijo Otto. Miranda cerró los ojos, para acostumbrarlos a la oscuridad. –Yo no llegaré a Gliese y tú tampoco. ¿Por qué debería importarnos el destino de todos los que están aquí? ¿Qué hace nuestra subsistencia tan importante?– preguntó Miranda a Otto. Otto, bajó la mirada y sólo podía ver los pies de Miranda iluminados por una tenue sombra azul y después de pensar por un momento, respondió –¿Para no dejar entrar al frío?– Miranda sonrío. –Sin importar, en que rincón del universo decida esconderse el hombre, el demonio será su acompañante eterno. Es parte de la naturaleza y es un vestigio del origen evolutivo del hombre. No puede escapar de él y a su vista nunca dejará de estar. Es el eterno grillete del hombre y desde hace mucho tiempo nos hemos dado cuenta que si bien no existe Dios, el demonio es muy real. El demonio fue, es y será el gran opositor a la vida. Al parecer la vida es un accidente extraordinario. La vida y la muerte no pueden coexistir, de la misma manera que el hombre y el demonio no pueden estar en el mismo cuerpo– dijo Miranda mientras exhalaba lentamente. –Entonces nosotros estamos aquí para que el demonio… – dijo Otto mientras Miranda lo interrumpía poniendo una mano en su corazón y le daba un beso en la frente. –Sí– dijo Miranda mientras sonreía, sabiendo que Otto había entendido quien debía siempre habitar su alma y que algunas cosas, es mejor sólo entenderlas.


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Historia de Jackob Vladimir Dolgosheev

G

con fines de semana libres que podría pasar como quisiera. Me cegó con esa magnífica idea de vida y describió el trabajo como unas vacaciones gratuitas en un hotel de lujo con todo-incluido. Lo siguiente que supe fue que me subía a la nave con 30 personas más. Sonrisas de oreja a oreja. Todos, al igual que yo, esperaban el momento de la llegada a la mejor parte de su vida. Todos a bordo estaban felices al ver el planeta destino tras el cristal. Rojo, como un empaque de cigarrillos con 20 soldaditos de la muerte, formados bajo una orden directa en dos columnas, listos para el ataque. Rojo, como la sangre. La ilusión se derrumbó de inmediato en cuanto bajamos de la nave. Al momento que pisamos el suelo metálico de la estación de vuelos, nos formaron en una línea y dos personas, de uniforme militar color negro con bordes rojos, pasaron frente a nosotros con una máquina que parecía una planchadora, llena de cables azules y morados. Luego nos revisaron, quitándonos las navajas suizas, agujas para cocer y hasta los palillos chinos y cepillos dentales. Después de eso, el guardia barbudo nos miró y dijo: “Bienvenidos a su nueva vida. Aquí no hay nombres, les daremos un número, recuérdenlo bien, porque es su nueva y única identidad ahora. El contacto con Hiropolis está estrictamente prohibido. No intenten comunicarse con el ARV, lo apagamos al momento que ustedes llegaron aquí. Hay sólo una regla y es simple; harán lo que se les pida y no tendrán problemas con los guardias. Bienvenidos a “Hiro te necesita para construir un mejor Marte, que tengan un día maravilloso”. Apefuturo. Nos urgen materiales ¡suscríbete nas el barbudo terminó su breve discurso, ahora como minero y juntos triunfaremos!” el piso metálico se abrió y a través de un tubo fuimos llevados directamente a las Debo aceptar que estaba dispuesto a hacer cualquier cosa que profundidades de planeta. Las maravillosas condiciones de vida no fuera regresar a este mundo de mentira donde pase la mayor que nos prometieron resultaron ser un cuarto enorme, hecho en parte de mi vida y, sin dudarlo ni un segundo, me suscribí. Me medio de una roca, lleno de camas de literas al estilo militar. El reclutaron joven, apenas había cumplido 21. El reclutador me pro- trabajo parecía infinito, no sé cuánto tiempo pasé allá ni cuánto metió una vida hermosa: Mi propio cuarto, 3 comidas completas al tiempo lograbamos dormir, sólo sé que no era suficiente. Y cuando día con buffette abierto, trabajo bien pagado de 10 horas diarias, la voz en la radio decía que era la hora de trabajo, quedaban dos ran parte de mi vida la pasaba en el Mundo 2.0 matando el tiempo, curiosamente, con gente que nunca vi en la vida real. Considerando que ese mundo no es un lugar tan grande, puede ser que la chica hermosa que conociste en un bar del Mundo 2.0 sea en realidad tu vecino: un hombre obeso, de mediana edad, con poco cabello, que grita por las noches cuando despierta de una de sus pesadillas y que has visto un par de veces saliendo de su apartamento para comprar leche sintética en la tienda de al lado. Ese completo desconocido separado de ti por una pared, obsesionado con su colección de minerales encerrados, cada uno, en una caja de vidrio y con su nombre en la parte baja de cada contenedor, puede ser, en el Mundo 2.0, una chica de rasgos orientales que gusta de la filosofía y más que nada, de las obras de Confucio. Su bebida favorita es la sangría con piquete y le encanta el jazz. Todos son unos hipócritas en el Mundo 2.0, nada es verdad, sólo un reflejo de tu imaginación, de cómo quieres ser en un mundo de espejos retorcidos. Llegó un momento en el que decidí salir a la calle y hacer algo con mi vida, algo diferente. Y así fue como terminé en Marte. Vagaba de un lado a otro por el barrio chino, buscando algún trabajo y justo ahí me topé con este panfleto de propaganda. Me acerqué. Las letras rojas sobre el plástico amarillo gritaban en mi cara:


14 opciones: levantarse e ir a las minas o levantarse a la fuerza, electrocutado con los cables conectados a cada cama del cuarto, e ir a las minas. La única excusa para no trabajar era la muerte, la cual era muy común en el gigante sanguinario. Todos los días la misma rutina, nos levantábamos (o nos levantaban), nos poníamos el traje de circulación cerrada, que era obligatorio ya que no a todos los lugares de las minas llegaba el aire por los ductos, y trabajar hasta que sonara la alarma de la comida o el descanso. Teníamos que trabajar con explosivos y si alguien metía la pata y ponía demás, Marte lo castigaba de inmediato con derrumbes de corteza y falta de extremidades. Al menos la parte de la comida era cierta, podías comer la cantidad que quisieras, pero no todos tenían estómagos lo suficientemente fuertes como para poder comer más de un plato. El problema principal era el agua, había sólo un tubo que llegaba hacia nosotros y, por el constante movimiento en las minas, muy seguido se llenaba de fugas que, de no detectar a tiempo, se combatían cortando la circulación para ahorrar el líquido, hasta que encontráramos en donde fue que se rompió. En esos casos, no nos quedaba de otra que tomar nuestra propia sangre para sobrevivir. Ya no recordaba mi nombre, lo único que tenía en mente era “Soy el número 1917”. Hacía tiempo escuché a alguien decir “A veces el paso hacia adelante se da a través de una patada en el culo”, en el momento me reí de esa frase, pero resultó ser una verdad absoluta. Cierta vez estábamos trabajando en un túnel que esperábamos nos llevara a las minas de plata. Conforme nos sumergíamos más y más al fondo del gigante rojo con nuestros taladros mecánicos, me llegaba cada vez más fuerte el olor a gas metano y al voltear atrás, comprendí de inmediato que estábamos a punto de morir cuando vi que el guardia que nos echaba el ojo tenía un cigarro prendido en su boca. “¡No puede ser! ¡Este es el diamante más grande que he visto en mi vida!”, grité. Y el bastardo codicioso se echó a correr hacia las profundidades de la mina, vi de reojo a 1211 y 1046 y comprendí que ellos también se habían percatado del olor a gas. No hubo ninguna seña secreta ni palabra clave, sólo comenzamos a correr a la salida. Lentamente, la ola de fuego fue aproximándose hacia nosotros pero como Genaro, los tres salimos ilesos de las llamas gracias a la distancia que logramos de ventaja y los trajes de respiración cerrada que llevábamos puestos. Después de ese momento, mi suerte cambiaría. No quedó mucho del pobre bastardo que solía escupir en mi plato de avena, pero su carabina semi-automática Solaris-11 quedó intacta; después de todo, hacen estas cosas para que puedan resistir las situaciones más extremas. La metimos al carrito minero, oculta bajo las rocas y luego escondimos el carrito en la profundidad de un túnel que ya no se exploraba. Explicamos lo que sucedido al gerente, contando siempre la verdad pero con menos detalles, por supuesto. Dijimos que no habíamos podido sacar el cadáver debido a un derrumbe después de la explosión. En los días siguien-

tes, más “accidentes” ocurrieron en las minas que llevaron a la muerte de más de 20 guardias. Nosotros habíamos sido la chispa en ese barril, lleno de pólvora. Eventualmente los guardias se dieron cuenta de que algo estaba mal. Nos formaron en una línea, como lo hacían diario, sólo que esta vez el barbudo sacó su pistola Gauss-Manul 82 y ejecutó a 1120 en frente de todos. Era triste morir en un lugar ajeno, lejos de tu hogar, sin identidad. Nadie sabía el verdadero nombre de 1120. A pesar del suceso, todavía creíamos que las cosas podían mejorar eventualmente, y en este instante comprendimos que si no actuábamos con prontitud, era más probable que empeoraran. Nos exterminarían como cucarachas y la ciudad de Hirópolis nunca sabría la verdad sobre Marte. En la hora de descanso de ese mismo día reunimos un grupo de 20 personas. Tomamos las armas que habíamos ido escondiendo en aquél túnel abandonado en la profundidad de este infierno rocoso y nos dirigimos a la caseta de vigilancia. Había sólo dos guardias, los eliminamos sin hacer mucho ruido y usamos la radio para pedir refuerzos al sector D debido a “disturbios con un minero”. Al momento que se abrió el portón hacia la superficie, los recibimos con la lluvia metálica y tomamos control sobre el cuarto de comunicación. El barbudo, que estaba en ese cuarto, nos rogaba porque lo dejáramos vivo; nos prometía reparar la tubería de agua, nos prometía un cuarto individual para cada quien, nos prometía un regreso a casa. Mientras que acercaba su mano a la pistola en su cinturón, fui yo quien acabó con su miserable existencia y aunque no me dio placer alguno hacerlo, todavía creo que era justo redecorar un poco el cuarto de comunicaciones con sus sesos. El color rojo sobre metal es la esencia del planeta Marte. Les dijimos al resto de los mineros que estaban libres, que descansaran y esperaran el rescate. Pensábamos que aquello había sido una definitiva victoria, pero al comunicarnos con los cuarteles en la ciudad y contarles sobre las condiciones de la vida, trabajo forzoso y la rebelión recién consumada, nos contestaron: “Lo sabemos. No tienen manera de escapar de este lugar, ya mandamos un escuadrón de fuerzas especiales, debieron de saber su lugar y mantener la boca cerrada, cambio-fuera…” ¿Cómo escapé de ese lugar a final de cuentas? No me enorgullece contarlo. Nuestro grupo se disfrazó de guardias, recibió a las fuerzas militares y nos llevaron de regreso a la ciudad. Me da mucha vergüenza contarlo porque fueron sólo unos pocos lo que logramos salir de Marte y no pudimos ayudar al resto de los mineros, que fueron eliminados uno a uno, a sangre fría en el Planeta Rojo.


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La espina dorsal del universo Elizabeth Acosta Haro Vamos a dejar de propagar el duelo, estamos en la espina dorsal del universo. (Bunbury & Vegas, El tiempo de las cerezas).

S

ubí a mi habitación. Sólo iba por algo, y ese algo desencadenó todo. Asimilarlo me congeló el corazón; lo sentí explotar y las astillas enterrarse en mis pulmones, pequeñas, afiladas, estalactitas de mi propia sangre. Salió mi padre del cuarto contiguo, ya comenzaba a moverse con dificultad. Volteé a mí alrededor. Igual que la pintura de Dalí, la persistencia de la memoria, la escena se derretía; se hundía sin caer, los muebles parecían ahora de cera, reducidos a dos dimensiones, orillas alteradas igual que en una red warp. El epicentro del fenómeno se expandía; la fuerza de gravedad parecía exponenciarse, deformando el espacio mientras el tiempo se suspendía. Fue difícil salir del perímetro; la imagen frente a mí era el resultado de algo grabado en cámara Phantom, reproducido a velocidad normal.

líneas; los ahora fusionados piso superior e inferior. Nos detuvimos en el garaje, entre los autos. Abrí la reja. Había dejado las llaves en la casa, malditas llaves, maldita casa. Y ahora no estábamos solos; entraban al jardín, primero uno, luego dos, tres, cuatro... su presencia terminó de freír mis nervios. Sentí miedo; pánico, terror como nunca antes. Su respiración cortada en el aire, unida a la mía, las respiraciones de todos empañando el ambiente y las estrellas desaparecidas en una nube de gas; dudé por un momento estar al aire libre, dudé del todo y la nada. Los faros de la calle se fundieron, y sólo el halo naranja alrededor de la luna me concedía visibilidad. Pero la luna no estaba. Un espacio negro, con nebulosas y galaxias en espiral, ocupaba su lugar.

Por fin alcancé a mi padre, inmóvil, al pie de las escaleras. Comencé a bajar y lo jalé tan fuerte como pude; los bordes de su mano, sujeta a la mía, se escurrían en el intento. Finalmente, su cuerpo se inclinó, y logró caer del barandal, llevándome consigo. En nuestra trayectoria hacia el suelo, nos redujimos a dos siluetas negras, pequeñas. Jamás impactamos contra el piso, al llegar a éste, nos incorporamos. Estábamos en la cocina, tamaño normal, o por lo menos esa impresión me dio. Mi madre sostenía varios tazones en la mano, frente a la tarja. Corrí hacia ella, para llevarla con nosotros; logré que dejara algunos pero se rehusaba a soltar el bowl con restos de caldo de pollo que se disponía a lavar. No hablaba, ni pestañeaba, nos miraba perpleja. Arranqué el tazón de sus dedos, lo enjuagué rápidamente y se lo regresé. Debía sacarlos de ahí, sacarlos antes de que fueran víctimas de mi descuido. Mi garganta se cerraba y me resultaba difícil despegar los pies. Alcancé la puerta, dejando atrás una mezcla de colores y

Comenzó a temblar; no un sismo tradicional, un sismo visual, fotovoltáico. Luces provenientes del suelo, intermitentes, levantaban polvo en su trayectoria. Busqué a mis padres, habían desaparecido. Estaba sola. Sería víctima de ese algo, de aquello. Saqué un cigarrillo, amorfo y bidimensional, escuché el click de un encendedor a mi lado. Acepté el fuego.


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A4953 B Proyecto/diálogo pictórico de Ury Enríquez y María Sánchez-Guerra

Página 1 y 2 A B Collage en papel 12X9 CM. DICIEMBRE, 2012. HUELVA, ESPAÑA. María Sánchez-Guerra


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María Sánchez-Guerra


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María Sánchez-Guerra


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Ury Enríquez


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Página 3 y 4 Sin título (El viaje de B) Sin título (A y B, año 10, 000, 000) Collage sobre ilustración A4. DICIEMBRE, 2012. QUERÉTARO, MÉXICO. Ury Enríquez


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MÉXICO 2099

César Anguiano

R

egresó sin querer hablar con nadie. Cuando Colima y Tlaxcala comenzaron a contar todo, hubo algunos que dijeron que debía enjuiciársele; incluso se habló de ejecutarlo. Aunque todo fueron palabras, porque nadie se hubiera atrevido a mover una mano contra Oaxaca. Y es que, aunque nos burláramos de él diciendo que a veces era un poco más rijoso de lo necesario, él era en realidad nuestro líder.

El problema era que en la misión habíamos perdido a Tabasco, a Chiapas y a media docena más de los mejores mexicanos. Estábamos azorados; teníamos miedo en realidad de que lo dijera Colima resultase cierto: que ya no había país, que ya no quedaba nada, sino una gigantesca mina a cielo abierto. Tlaxcala, siempre belicosa, decía sin reparo que la misión había sido estúpida. Tenía razón. No debimos haberle dado tanta importancia a ese maldito arete zapoteco, aunque fuese de oro y de verdad prehispánico. El problema fue que Oaxaca se obsesionó con él tan pronto supo de su existencia. Si Colima se hubiera quedado callado, si no se le hubiera metido en la cabeza hacer turismo, quizá no hubiera pasado nada. Pero se le ocurrió ir a ver su volcancito, sus palmeras. Que tenía que cargar pilas, dijo, y se marchó solo, sin pedirle permiso a nadie. Volvió al cabo de dos meses sólo para enloquecer a Oaxaca con la historia del pendiente. “Es un arete zapoteco antiguo, estoy seguro”, insistía, como si alguno de nosotros estuviera negando lo que contaba. Pero nadie entre los vivos había visto nunca una muestra del arte mexicano antiguo, a no ser en un par de libros que había en el campamento y estábamos emocionados por lo que escuchábamos. Aunque Oaxaca no sólo se emocionó, sino que -ahora lo comprendemos-, perdió la razón; pues igual que Colima dos meses atrás para el primer viaje, Oaxaca comenzó a hacer los preparativos para el segundo sin decirle nada a nadie. Nosotros lo veíamos ir y venir por el campamento sin abrir la boca; sin atrevernos a prohibirle la misión, ni a hablarle de su más

que probable fracaso. Porque, aunque se haya logrado recuperar el pendiente, nos queda claro que la misión fue un tremendo golpe contra la idea de la Refundación de México. Por eso quizá Oaxaca nos evade y se la pasa echado en su camastro, para no tener que darnos la cara, para no asumir ante todos que ese pedacito de oro no valía un cacho siquiera de los ocho que murieron; de esos primeros siete que quedaron tendidos en cualquier lugar, debajo de aquella enorme nube de polvo, sin que nadie les diera sepultura. Porque a Jalisco II, por lo menos pudimos enterrarlo nosotros. II La misión a Nueva Colima salió del campamento a las cinco de la mañana. De la sierra de Talpa, sitio donde nos encontrábamos, hasta aquella antigua provincia mexicana, no debe haber más de trescientos kilómetros, pero como todo es montañoso, la distancia prácticamente se triplica. Hay muchos bosques -o había-, y sobre todo arenales; grandes extensiones de escombros y tierra suelta que se debe recorrer cuesta abajo, o cuesta arriba; un trabajo varias veces más difícil que escalar una duna en el desierto, porque en éste se da un paso y se retroceden dos; pero acá, en lo que resta de México, ya no se puede mover un pie sin que un alud de tierra amenace con sepultarnos a todos, a los pocos mexicanos que aún quedamos. En realidad ya no tiene caso llamar a esto México, ni llamarnos a nosotros mismos mexicanos, pero la verdad nos da vergüenza ponernos a buscar un nuevo nombre para nosotros. Los otros, los hombres rubios de las ciudades nuevas, nos llaman chichimecas, y eso somos en realidad, pero a nosotros nos da vergüenza volver a llamarnos de ese modo. Tabasco y Chiapas eran novios, y al parecer esperaban un hijo, un nuevo mexicano, aunque ahora nada de eso tiene importancia, sino que nos movamos de aquí; buscar un nuevo lugar para el


22 campamento. Sólo que algo ocurrió en toda esta aventura que nos impide movernos con rapidez. Es como si todos estuviéramos esperando a los otros; como si sólo ellos, con gigantescas máquinas, unos cuantos disparos y bombas, pudieran hacer que nos movamos aprisa. En realidad es como si estuviéramos esperando sus disparos para morir, para ser liberados por fin de esta maldita obsesión nuestra de ser mexicanos. A Chiapas no la aceptábamos porque era rubia. Su familia había llegado de Alemania en 1880, es decir, ciento cuarenta y tres años antes de que todo comenzara. Hablaba Zoque, Chol, Tzotzil, y sabía un montón de cosas sobre los mayas y el antiguo estado de Chiapas, pero ni aún así la considerábamos una de nosotros. Aunque ahora que está muerta nadie se atrevería a negar que fuera mexicana. A veces nos da coraje haberla perdido, y hasta volvemos a pensar en hacerle juicio a Oaxaca, pero si lo ejecutáramos, los mexicanos que restamos perderíamos con él la mitad de nuestra memoria, y tres cuartas partes de nuestro corazón, quizá. III Dicen que caminaron más de un mes antes de llegar al sitio donde se levanta Nueva Colima. Y que del antiguo paisaje, lleno de montañas, ríos, bosques, prácticamente no queda nada. Dicen que fue muy difícil llegar ahí, sobre todo porque era casi imposible conseguir agua y comida para todos; que durante muchos días no pudieron comer sino hormigas y unos pocos tragos de agua. Dijeron que Chiapas se puso enferma y que se escondió durante varias horas detrás de una gran roca, y que Tabasco estuvo cuidando para que nadie se acercara. Y que sólo al cabo de mucho rato ella se atrevió a salir, pálida, fingiendo que no había ocurrido nada detrás de la gran piedra. Dicen también que varios cedieron su agua de ese día para que ella pudiera tomarla, se recuperara más rápido y poder seguir. Y que fue entonces cuando se levantaron las grandes tolvaneras que les dificultaron todo el camino, tanto el de ida como el de regreso. Dijeron que el polvo les impedía ver las grandes arañas mecánicas que los otros continúan trayendo, y con las que sacan y transportan todos los minerales que aún le restan al suelo. Y que es muy peligroso no verlas sino cuando ya estaban muy cerca, porque casi todas ellas llevaban armas, detectores de movimiento y de calor que funcionaban a más de dos kilómetros de distancia. Dicen de hecho que hubo tanto polvo, que a veces dejaba de verse el sol, y era como si en el mundo entero se hubiera convertido en una inmensa nube de tierra; y que era dentro de esa nube que debían caminar y respirar. Además, como llevaban muy poco agua, no podían sentarse sencillamente a que el polvo se asentara para poder continuar, sino que debían esforzarse, como pudieran, con la esperanza de que en el siguiente sitio de descanso, pudieran encontrar algo, aunque sólo fuera un poquito para beber. Los esca-

sos ríos que quedaban no llevaban agua, sino lodo, un fango pesado color café, sobre el que a veces flotaba un finísimo hilo de líquido transparente, y había que ponerse panza abajo para lamerlo y así calmar un poco la sed. Entrar a la ciudad no fue difícil, sino soportar todas esas ganas de tomar agua fresca. Aunque una vez dentro de la ciudad de los otros, bebieron bastante, casi hasta recuperar fuerzas para el regreso. Dicen que Colima se mostró orgulloso de la ciudad, como si esa nueva urbe de acero y cristal tuviera algo que ver con la que conocieron sus abuelos y bisabuelos. Dijeron también que les mostró las palmeras como si él mismo hubiera sido el dios que las creó y que una y otra vez les señalaba el volcán y les preguntaba si no era bonito. Como si en realidad pudiera ser hermoso un enorme cono de acero, cuyas paredes tienen dos metros de espesor. Porque ahora el Volcán de Colima es una gigantesca central eléctrica. Del antiguo nevado ya no quedaba nada; en el 2060 se había encontrado hierro en su seno y habían bastado cuatro de años para que no quedara de él sino un inmenso cráter, como si un enorme meteorito hubiera caído en el sitio exacto donde éste se alzaba. Porque México y gran parte del sur del continente, ya no es sino eso, una enorme superficie, semejante a la de la luna, donde todo son hoyos gigantescos dejados por las minas. Quizá no habría pasado nada si se hubieran limitado a robar, a recuperar para los mexicanos ese pendiente de oro; pero a Oaxaca se le metió en la cabeza que tenían que destruir la ciudad. Mil veces repitió que no se debía tolerar que México se convirtiera en el hogar de los otros, y que debían destruirla. El resto obviamente dudó, aunque no Tabasco quien llevaba consigo sus explosivos; esas pequeñas latas que uno puede asir fácilmente con la mano para lanzarlas, pero que a la hora de estallar puede matar a veinte o treinta gentes si se encuentran cerca, aunque nunca, por desgracia a una de esas enormes arañas mecánicas. Para detener a una de éstas debe herirse o aniquilar a su conductor con un rifle de largo alcance, pero entre los mexicanos sólo hay tres armas de este tipo, y no las arriesgamos en cualquier misión. Aunque Chiapas había convencido al jefe para que nos prestaran una. Jalisco II la llevaba; era un excelente tirador. Aunque dicen que ni siquiera tuvo oportunidad de dispararla, porque lo hirieron antes. IV Hacerse con el pendiente fue bastante fácil, pues. Sólo tuvieron que desconectar la corriente eléctrica de aquel enorme centro comercial donde se localizaba el museo. Lo hicieron durante la noche, por supuesto, mientras la ciudad dormía. El verdadero problema surgió cuando, en lugar de abandonar Nueva Colima, Oaxaca les obligó a ejecutar el plan para destruirla; el cual, por otra parte,


23 era bastante sencillo: localizar todas y cada una de las gasolineras que había en ella y hacerlas volar con las bombas de Tabasco. Como Nueva Colima era todavía más pequeña de lo que había sido la antigua, parecía en principio un proyecto realizable, pero sembrar las bombas les llevó el doble de tiempo de lo que habían esperado. Cuando se reunieron de nuevo en la avenida que los alejaría de aquella ciudad enemiga, eran ya cerca de las siete de la mañana y comenzaba a amanecer. Si se hubiera abortado el plan, quizá no hubiera muerto nadie. Los otros habrían tardado algunas horas en darse cuenta del robo, y en iniciar la persecución. Pero Oaxaca, siempre Oaxaca, se quiso dar el gusto de destruir Nueva Colima y eso nos costó la vida de muchos; sólo la perdida de Chiapas, nos quitó la posibilidad, si algún día vuelve a fundarse México, de que la gente hable Tzeltal, Tzotzil, Chol o Zoque y tenga al menos una remota idea de lo que fueron los mayas. De hecho, ahora que han matado a Tabasco y a Chiapas, sólo quedamos veinte Estados. Por eso cuidamos tanto a Oaxaca, porque no tenerlo a él sería una pérdida enorme. Antes de la misión quedábamos 504 mexicanos; ahora sólo quedamos 496. Si vuelve a fundarse México ya no habrá un estado llamando Puebla, ni un Sonora, ni un Veracruz; en realidad ya no habrá doce estados, porque ya no hay nadie que pueda contarnos cómo eran éstos antes de que todo comenzara, en el año 2023, cuando el gobierno en turno había autorizado la evacuación y destrucción de Aguascalientes, con el pretexto de que debajo de ésta ciudad había una enorme y rica veta de oro. Volar la ciudad y tratar de huir de sus restos a la luz del día era una locura; pero Oaxaca había enloquecido y no escuchó a nadie. Él mismo apretó el botón del control remoto que Tabasco se negaba a accionar, haciendo que una veintena de gasolineras estallaran a un tiempo, y que otros tantos hongos de fuego y humo negro se alzaran sobre Nueva Colima. Dicen que por un momento todos los miembros de la misión se sintieron exultantes, como si no estuvieran incendiando una, sino todas las ciudades que los otros han construido sobre lo que antes era México. Dicen que por un momento entrevieron la victoria, que casi volvieron a creer en un país para nosotros, para los mexicanos, aunque sólo fue un momento. No había pasado una hora de la explosión y de su salida de la ciudad, cuando escucharon a la distancia los helicópteros. Para no ofrecer un blanco fácil se separaron, y sólo dos días después volvieron a reunirse. Los que quedaban, porque pronto se dieron cuenta de que faltaban Querétaro III, Tabasco IV y Jalisco II, con el rifle de largo alcance. Sólo al cabo de otros dos días apareció éste último; a los dos primeros jamás volvieron a verlos. Como Jalisco II venía herido cedió el rifle de largo alcance a Colima. Oaxaca se replegó dentro de él mismo durante el resto de la misión, y dejó que durante el mes y medio que duró el via-

je de regreso los demás tomaran las decisiones. Él no hacía sino observar el arete prehispánico, como si su única verdadera preocupación fuera mirarlo, salvar ese pedazo de metal y no a los compañeros. Chiapas estaba cada vez más pálida. Era obvio que si no se encontraba comida suficiente, agua y un buen sitio donde descansar, moriría en el camino, pero Oaxaca no hacía caso de ella, de nadie en realidad, sino del maldito arete. Entraron a la zona de las tolvaneras casi con gusto; los detectores de calor y de movimiento de las enormes arañas mecánicas perdían gran parte de su efectividad en medio del polvo, pero pronto se dieron cuenta de que todo ese montón de partículas flotando, más que un aliado, era un enemigo, pues ocultaba por completo el paisaje y era imposible distinguir donde quedaba una pequeña brizna de hierba para poder comer, o una arboleda, un oasis en medio de tanta roca y tierra desnuda donde poder escarbar para conseguir agua. Todo había que dejárselo a la suerte y continuar el regreso, guiándose únicamente por los GPS. Colima y Tlaxcala contaron después que si abrían la boca se les llenaba de inmediato de polvo. Que si pudieron respirar un poco y regresar con vida, fue gracias a unos pedazos de tela que cortaron a su ropa, y que se ataron al rostro como los antiguos bandidos. Dijeron también que una mañana, luego de haber pasado la noche en un pequeño cañón donde crecían intactos casi una docena de árboles, Chiapas se negó a seguir. Para todos los que quedaban vivos era obvio que no se negaba, sino que sencillamente era incapaz de sostenerse de pie. Porque ahora ya no era un secreto que se desangraba, luego de su aborto durante el camino de ida a Nueva Colima. Lo peor de todo es que Tabasco decidió quedarse con ella. Repartió sus explosivos entre nosotros y él se quedó en cuclillas junto a su novia, apretándole la mano. Nosotros nos alejemos sin querer mirar hacia atrás; sentíamos vergüenza y comenzábamos a entender todo lo estúpida que había sido la misión. Todo lo que le estaba costando al resto de los mexicanos. Y es que Tabasco era el último entre nosotros que hablaba Chontal, el idioma en que, dicen, habían sido escritas muchas de las antiguas estelas mayas. Él y Chiapas soñaban en volver a erigir ciudades mexicanas con magníficas estelas, pero parece que también a eso tendremos que renunciar, si este sueño loco de volver a poseer una tierra para nosotros, se nos realiza. El día siguiente, al atardecer, cayó mucho fuego del cielo. Aviones volando más alto que la nube de polvo, nos habían detectado. Por fortuna pudimos separarnos, y cinco días después, volvimos a reunirnos todos; aunque Jalisco II llevaba el brazo cada vez en peores condiciones. Varios días después, con el brazo cada vez más hinchado, él y Colima mataron al conductor de una de esas arañas gigantes. El que disparó en realidad fue Colima, pero Jalisco II hizo valientemente de sebo, o quizá no le quedó más remedio, pues el brazo herido le impedía moverse con rapidez. Aunque lo más difícil del viaje no fueron las arañas, sino la sed.


24 Las máquinas cada vez más grandes de los otros eran capaces de allanar montañas. Donde antes había existido una barranca, un cerro, no dejaban sino un llano donde ninguna yerba crecía. La tierra reverberaba como si se tratara de un comal caliente. Y eso sin contar el polvo que se les metía en la garganta y que ya ni siquiera podían escupir, pues se les había acabado la saliva por falta de agua. Oaxaca y Tlaxcala fueron los primeros en regresar al campamento. Ella completamente fuera de sí, exigiendo casi de inmediato un juicio contra Oaxaca. Colima y Jalisco II fueron los últimos en volver, cinco o seis días después. Todo mundo se alegró viéndolos llegar, de no tener que contarlos también entre las bajas. Aunque Jalisco II duró muy pocos días vivo, pues el brazo se le había gangrenado y la amputación que se le hizo ya no pudo salvarlo. Además, venía demasiado cansado para continuar resistiendo. A Jalisco le pesó bastante la muerte de Jalisco II, pues ya pasaba de los sesenta años y estaba deseoso de ceder el liderazgo. Jalisco era un Estado prácticamente en extinción. Ahora que Jalisco II había muerto, sólo contaba con su líder y una pareja de niños, hombre y mujer, que no superaban los doce años. El niño era fuerte y despierto, pero la niña no tenía muchas esperanzas de llegar a adulta. Jalisco debía cargarla casi todo el tiempo y siempre estaba preparándole alimentos especiales que la niña de todas maneras no comía. Tlaxcala insistió bastante en que debía hacérsele juicio a Oaxaca, pero nadie le hizo caso y al final terminó por tranquilizarse. Estuvimos más de dos semanas en el campamento, después de la misión, sin saber muy bien qué hacer. El líder tardaba demasiado en decidir y nadie se atrevía a apresurarlo. Oaxaca no hacía sino mirar el arete como quien observa una cosa fantástica, ajena a este mundo. Tlaxcala y Colima resoplaban de rabia cuando lo descubrían así, como ido. Aunque Colima no se hubiera atrevido a hacer nada contra Oaxaca, después de todo había sido por su culpa que Oaxaca se había enterado de la existencia del pendiente. V Apenas terminaron las ceremonias de varios días dedicadas a los muertos, cuando Oaxaca recuperó la razón. Estaba más flaco que antes, pero algo nuevo brillaba en sus ojos. Era como si ya estuviera viendo el México que todos soñábamos, el México que todos queríamos volver a tener y que tan estúpidamente habíamos regalado. Llevaba el arete de oro colgado al cuello con una correa. Él había dejado de mirarlo, como si de golpe hubiera absorbido todo el misterio, todo el poder que ese pedacito de metal había encerrado para él; pero en nosotros continuaba ejerciendo una extraña atracción. Oaxaca dijo de pronto que debíamos mover el campamento, y el jefe máximo estuvo de acuerdo. En realidad hacía más de un año

que Oaxaca era nuestro líder, aunque aún no se llevaba a cabo la ceremonia de relevo. Antes de partir del sitio donde estábamos estuvo hablando largo rato con Jalisco, y después con la niña enferma. Algunos dicen que la curó con sólo tocarla; otros, como Colima, menos dado a creer en misticismos, dice que sencillamente habló con ella, que le hizo entender lo importante que era para todos los mexicanos que recuperara la salud y volviera a comer y no diera más trabajos a su líder. Lo cierto es que ahora la niña come todo lo que le dan, y que va caminando junto a nosotros rumbo al nuevo campamento. Tlaxcala contó ayer que Oaxaca la llamó para comenzar a planear un ataque simultáneo a varias ciudades de los otros, y que le dio instrucciones precisas al nuevo líder de Tabasco para que él y los suyos preparen todos los explosivos que hagan falta. De eso vamos platicando mientras llegamos al otro campamento, y aunque todavía nos faltan muchos días para llegar a él, vamos caminando con gusto, como si camináramos ya sobre nuestra propia tierra. Colima nos ha contado a todos lo maravilloso que es ver volar una ciudad de los otros. Y todos lo miramos arrobados, como queriendo tener también nosotros, algún día, la suerte de ver ardiendo las ciudades que han sembrado en nuestro territorio los enemigos.


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Desde que me anuncio con Prosvet el Flip’n’Style ha llegado a más de un billón de hogares – Diego Huerta C.E.O. de Flip’N’Style


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Caso FE3621 el Manejo Psicológico de Crisis en Masa de Especies Alienígenas Sub-desarrolladas Benjamín Valdés

nglbrndrcnt Asistente de Archivo en Logia de Bitácoras, Nébula 3,002,112 RESUMEN: Se presenta el análisis del caso FE3621, en el cual un reporte de mantenimiento de biosfera extraviado fue encontrado por un nativo, ocasionando así un caso de histeria inter-especies. Se analizan los 2 errores cometidos por el equipo de mantenimiento así como las posibles consecuencias y los pasos tomados por EL CONSEJO para contener la crisis. PALABRAS CLAVE: Manejo de crisis, histeria inter-especies, alienígenas subdesarrollados, errores en mantenimiento.

INTRODUCCION Los Drucal (gfdgfd, 21344112) son los delegados por EL CONSEJO para Aquaformar (sdvyyytt, 21374993) cuerpos celestes estériles. La tarea de Aquaformar es una de las más delicadas e importantes que hay en el universo civilizado ya que esta es la responsables de generar vida inteligente en nuevos cuerpos celestes; ésta es la forma en la que todas las especies, después de los ancestros, que integran nuestras logias han sido creadas. El consejo supervisa el proceso y otorga el derecho de Aquaformar a una nueva especie cada 1,000,000,000,000 ciclos estelares. El proceso consiste proporcionar fenómenos que propicien la formación de una biósfera, para ello se cuentan con una serie de guiones que los dispositivos a cargo del control del cuerpo siguen automáticamente. Dichos guiones tienen que ser elaborados ad hoc al cuerpo en el que se encuentran y son responsables también del mantenimiento del mismo hasta que se desarrolle una biosfera que produzca una especie sentiente que muestre suficiente inteligencia como para poder ser incorporada a las logias. CUERPO CELESTE FE3621 El cuerpo celeste FE3621 era una roca estéril y pequeña en el extremo de la vía láctea que gira alrededor de una estrella amarilla mediana, sin atributo especial alguno. Se decidió hace varias eras colocar a FE3621 en órbita adecuada y dotarlo agua para prepararlo para aquaformación. El proceso utilizado fue colisión satelital (plwsaddddss, et al. 21949001). El satélite usado hasta la fecha continua


27 orbitando alrededor de FE3621. El resto de los cuerpos celestes que orbitan alrededor de la mediocre estrella son residuos del proceso de corrección de orbita (plwsaddddss, et al. 21949133), el cual tomó muchos más recursos de lo anticipado debido a que era la primera vez que los Drucal lo llevaban a cabo (gfdgfd, 21949019). Por dicha razón y en parte también al error Drucal (sdvyyytt & gfdgfd, 21374993), es hecho que a la fecha actual se sigue esperando que FE3621 produzca una vida alienígena que muestre intelecto suficiente como para ingresar a una de las logias menores, posiblemente la logia de administración y servicios (oi, 21375000). CASO DE FE3621 El primer error Drucal El proceso de aquaformación normalmente se considera estocástico por las especies más nuevas. Cuando se aprende a predecir con precisión el proceso se afirma que la especie ha alcanzado madurez suficiente como para llegar a las logias medias. El proceso en promedio toma entre 270 y 650 repeticiones para desarrollar vida, en el caso de los FE3621 el proceso se repitió 9,090,908 veces. No fue sino hasta finales de dicha repetición y bajo fuerte presión del CONSEJO que en una revisión de los guiones del mantenimiento reveló un error lógico en las condiciones de repetición (ver anexo 1). Éste fue conocido como el primer gran error Drucal y el principio del caso FE3621. Encontrado el error en el guión se procedió a corregirlo antes de que por nueva millonésima, nona milenaria, novecientos octava vez se intentara esterilizar la vida en planeta, ya que este proceso tampoco estaba correctamente implementado y algunas especies lograban sobrevivir el proceso de esterilización, lo cual va en contra del estatuto 15533-K del manual básico para aquaformación (CONSEJO, 0000010026), también conocido como aquaformación para especies de baja comprensión, o aquaforme en su astro trasero. Fue de ésta forma como los alienígenas de FE3621 pasaron a ser considerados elementos de alteración probabilística en favor propio, y se volvió una práctica común el robo indiscriminado de estas especies incompletas (CONSEJO, 21375002). El uso de instrumentos de gravitación orgánica a bordo de naves civiles fue prohibido para controlar el tráfico ilegal, aunque hoy en día se siguen encontrando alienígenas de FE3621 en algunas logias de investigación, pero sobre todo en logias de comercio y en las salas de comunas Drucal de clase media. El Segundo Error Drucal El segundo error Drucal (sdvyyytt & gfdgfd, 21374998) fue el extravió de una copia de reporte del error original donde se explicaba que cada 11,000 ciclos estelares la falla lógica detonaba una esterilización del cuerpo, independientemente de que hubiese vida o no. El error hubiese pasado por desapercibido si el Drucal que perdió el reporte no hubiese perdido junto con el su traductor universal, ya que los Drucal son perezosos y en lugar de aprender los medios de comunicación de otras especies usan prótesis comunicativas. Como es de esperarse, un nativo encontró el reporte y, se cree que por medio de un proceso empírico, aprendió a usar el traductor logrando entender el contenido del reporte. Los Drucal y el CONSEJO no se enteraron de lo sucedido sino hasta 10 ciclos estelares antes de la nueva esterilización, cuando observaron que los habitantes de FE3621 emprendieron prácticas frenéticas, histéricas e ilógicas para anticiparse al fin de FE3621. El rumor se corrió entre los Drucal de que lo habitantes sabían sobre los procesos de esterilización y los estaban prediciendo, las demás especies con trabajadores subcontratados esparcieron el rumor entre las demás logias que algo andaba mal y que posiblemente el CONSEJO tomaría posesión de FE3621 porque el error según los habitantes de FE3621 no había sido corregido. El por qué una serie de especies avanzadas miembros de logias respetadas decidió creer en el comportamiento errático de los nativos incoherentes e intelectualmente limitados de FE3621 en lugar de en los comunicados del CONSEJO hasta la fecha es un misterio, nglbrndrcnt (21374999) aboga por un caso de histeria colectiva inter-especie. La crisis detonó una nueva oleada masiva de robos de habitantes de FE3621 por las demás especies ya que ante la posible extinción su valor mercantil aumentó drásticamente. Al observar las irregularidades en el tráfico masivo alrededor del cuerpo en desarrollo, el CONSEJO comenzó una investigación descubriendo todo lo que he explicado hasta ahora. MANEJO DE LA CRISIS El CONSEJO, en efecto, decidió tomar cartas en el asunto. Revocó a los Drucal del proceso aquaformación, sancionó a las logias y especies involucradas en el contrabando e infiltró una serie de agentes en FE3621 para calmar a la población con explicaciones apologéticas donde se decía que los períodos de “las profecías”, forma en la que los habitantes se refieren al reporte, eran solamente cambios de la polaridad en el planeta que nada tenían que ver con las catástrofes anteriores. La población hizo caso omiso a las explicaciones y continuó en su desenfrenado frenesí.


28 CONCLUSIÓN En el trabajo anterior se han demostrado las consecuencias de una mala ejecución de un proceso de aquaformación y del pobre manejo de la documentación correspondiente. Sin embargo no todos los resultados fueron negativos, se pueden rescatar varias consecuencias positivas. Al día de hoy la población de FE3621 sigue atorada entre el estado sentiente, pero sin dar demostración de una inteligencia básica. Los Drucal se encuentran alegando contra el CONSEJO su derecho de aquaformación; culpándolo de discriminación, injusticia y abuso de poder contra especies de las logias menores. Se han publicado cerca de 5532 acuerdos, leyes y normas en contra de tráfico de habitantes de FE3621. A pesar de esto se considera que cualquiera que cuente con un habitante de FE3621 puede manipular procesos estocásticos a su favor, y el dicho “es más difícil de esterilizar que un hijo de los Drucal” se ha vuelto de uso común reflejando un claro retroceso a creencias aleatorias en las logias (nglbrndrcnt, 21374999).

REFERENCIAS CONSEJO, (0000010026), Manual Básico para Aquaformación tomo 1, Comunicación del CONSEJO CONSEJO, (21375002), REPORTE DE TRÁFICO DE ESPECIES 21375002, Comunicación del CONSEJO gfdgfd, (21344112), Especies famosas por su ingenuidad, Logia de Administración y Servicios, Próxima Centauri 7 gfdgfd, (21949019), Lo Que Se Debe Y No Se Debe Hacer Al Aquaformar, Logia de Administración y Servicios, Próxima Centauri 7 nglbrndrcnt (21374999), Tesis: la posibilidad de un contagio de histeria entre especies, el caso FE3621 sus habitantes, los Drucal y las especies involucradas en la Aquaformación Logia de comportamiento. oi, (21375000), índice de logias 21375000. Comunicación del CONSEJO plwsaddddss, et al. (21949001), La Ingeniería Detrás De La Vida: técnicas para preparar un cuerpo celeste para aquaformación. Logia de Trayectorias, Beetlejuce, 236123 plwsaddddss, et al. (21949133), La Ingeniería Detrás De La Vida 2: colisiones que corrigen colisiones. Logia de Trayectorias, Beetlejuce, 236123 sdvyyytt, (21374993), ¿Por qué el agua? La Historia Completa de la Aquaformación. Logia de Aquaformación, Aldebaran 67834 sdvyyytt & gfdgfd, (21374993), Consecuencias de una Mala Plaeneación, Los 10 Errores Más Grandes en Biosferas y su Mantenimiento. Logia de Aquaformación, Aldebaran 67834 sdvyyytt & gfdgfd, (21374998), Descuidos de los Drucal. Logia de Aquaformación, Aldebaran 67834


29 Anexo 1 Traducción del reporte 44512 Drucal: se presenta un extracto una versión similar a lo que el traductor mostro al habitante de FE3621

#include <biosfera.h> #include “biosfera_creacion.h” #include “biosfera_esterilizacion.h” #include “biosfera_estatus.h” #include “biosfera_utilidades.h” #include <stdio.h> #include <stdlib.h> …. ciclos_estelares() { return get_posicion_estrella() *get_posicion_planeta()%get_orbita(); } seres_vivos(SERES objetos[MAXOBJETOS]) { int i =0; while(MAXOBJETOS > i) { if(objetos[i].get_moviemiento() && cambios(objetos[i]) && crecimiento(objetos[i])) return 1; i++; } return 0; } seres_inteligentes(SERES a) { int i =0; if(hay_aprendizaje(obten_comportamiento(obten_patron(a.get_historial())))) return 1; i++; return 0; } limpiar_biosfera() { mover_placas_tectonicas(); liberar_gases(); liberar_polvo_atmosferico(); generar_era_de_hielo(); derretir_hielo(); }

Este error esta matando al 99.7% de la vida del FE3621 cada repetición, corregir inmediatamente cambiar II por &&

control_biosfera(SERES objetos[MAXOBJETOS]) { while (1) { if(ciclos_estelares() == 11000 || seres_inteligentes(objetos[i]) == 0) { limpiar_biosfera(); recrear_biosfera(); set_ciclos_estelares(0); } else { mantenimiento(); } } } ...


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Óxido

Antonio Tamez

M

i país me envió a los Juegos Olímpicos para competir en la disciplina de natación. Esperaban de mí una o dos medallas de oro, cuando menos. Era el tercero mejor del Sistema Solar. Había batido ya un récord olímpico y dos récords universales. Estaba en buena forma, a la mitad de mi carrera y dispuesto a ir por más. Pero tan solo dos días después de mi llegada comencé a sentirme sumamente extraño. Una madrugada me levanté luego de haber tenido sueños mezclados, una sensación muy similar a los sueños de la fiebre. Me paré de la cama con una sed tremenda y me bebí dos litros de agua. Al mirar por la ventana de la habitación se abrió un desierto en tinieblas. Faltaban algunas horas para que saliera el sol, pero el horizonte ya se miraba encendido. La sensación de despertar en un planeta muerto me llenó de miedo. Las dos deformes lunas flotaban en cuarto menguante cerca de las colinas. Entre los sueños mezclados de aquella madrugada, recuerdo uno en el que me hallaba a punto de mi primera competencia. La prueba se disputaba en los viejos canales por los que corría un torrente insalubre y lleno de óxido. No había competidores locales. Los lugareños nos miraban desde las gradas con rostros refulgentes de un verde siniestro. Los participantes de aquella competencia nos mirábamos entre nosotros con miedo porque no queríamos entrar en aquellas aguas turbias. Entendimos que se trataba de una trampa y cuando reventó el balazo de salida nos negamos a saltar. El juez disparó un par de veces, pero ya todos nos estábamos dispersando. Furioso, el juez disparó esta vez sobre uno de los competidores que cayó muerto en la arena. Así comenzó a matarlos a todos. Los demás vimos como única salida saltar a las aguas podridas del canal. Rápidamente la corriente nos arrastró lejos y nos revolvió entre sus remolinos. Nadar no sirvió para nada pues también aquellas aguas estaban destinadas a destruirnos. Tomé la ducha poco después de que salió el sol. Durante el baño no pude apartar de mi cabeza la pesadilla de aquella madrugada y en especial la sensación que me dieron las aguas del canal.

El agua. Aquí ya no quedaba agua. Toda la que alguna vez había corrido por los canales se había petrificado en los polos. La humanidad carecía de la tecnología para extraerla. Al principio de la colonización se habían encontrado algunos pozos, pero varios siglos atrás se habían extinguido. Alguna vez se pensó en plantar bosques, pero el proyecto fracasó porque los árboles morían. Ahora toda el agua venía de la Tierra en buques gigantescos que cruzaban el espacio. Aquella agua que salía de la ducha con muy poca presión era la misma agua de la Tierra, tratada y vuelta a tratar durante cientos de años. Quizás por ello las aguas del canal de mi sueño lucían tan enfermas. Era tal vez el agua del futuro de la que los hombres querían deshacerse. Invadido por esta reflexión apagué la llave precipitadamente y salí de la ducha. Al secar mi cuerpo me percaté de que tenía la piel reseca. Era natural. Los visitantes solían ser advertidos acerca de éste tipo de cambios. Sin embargo, lo más extraño fue que las palmas de mis manos y pies también presentaban signos de resequedad y comenzaban a agrietarse. Preferí no alarmarme. Si bien jamás había experimentado aquella sensación, pensé que todo era parte de la adaptación de mi cuerpo a este clima extraño. Aquella mañana salí a caminar por la Villa Olímpica y tomé un almuerzo ligero. Más tarde me cité con el entrenador en el centro acuático. Nadar me resultó muy difícil y tuve un tiempo muy malo. Me fue necesario interrumpir el entrenamiento porque comencé a sentir vértigo. Mientras nadaba se repitieron las imágenes del sueño. Sentí pavor de que el agua fuera a cambiar de color de un momento a otro y me hallara en medio de un torrente podrido. Salí rápidamente de la alberca y me senté en la orilla. El entrenador llegó hasta mi lado y me echó una toalla en los hombros. —¿Qué te sucede? —me preguntó colocándose en cuclillas.


31 Me pasé las manos por la cara y apreté los dientes. Contuve la respiración unos segundos. —No tengo idea —contesté soltando el aire. El entrenador me frotó los brazos y estudió mis pupilas. —¿Estás durmiendo bien? —preguntó. Negué con la cabeza. Me cogió la cara y metió los dedos dentro de mi boca. Se puso a estudiar mis cavidades. —Te falta comer —me dijo dándome una palmada en la mejilla. Se incorporó y puso las manos en la cintura. Miró al fondo de la piscina y empezó a estudiar sus propios pensamientos. Chasqueó los labios y miró para abajo. —Vete —dijo al fin —tómate el día. Sal a caminar o algo. No pases demasiado tiempo en tu habitación. Si te sientes mal llámame. Me puse de pie y volví a suspirar. —Es el agua—le dije —me da asco. El entrenador se me quedó mirando fijamente. —No digas tonterías —declaró frunciendo las cejas. Por un momento me sentí ridículo. —Voy a estar bien —contesté. Tomé una ducha fría y rápida. Al secarme no percibí nada más allá de lo que ya había visto. Me vestí pensando que todo iba a estar bien. Pero más debía de hacer un esfuerzo por sobrellevar la infundada repulsión al agua. Después de todo me habían enviado para hacer mi trabajo. Temí que si seguía dándole importancia al sueño de aquella madrugada terminaría echándolo todo a perder. Decidí salir a dar un paseo para distraerme. Tomé un tren que me llevó a través del desierto. La luz era intensa y el paisaje desolador. Las planicies del valle pasaban detrás de las ventanas a muy alta velocidad. A lo lejos, la empalizada de las minas se sucedía como muralla de una fortaleza infinita. La población de aquel planeta se hallaba repartida a través de un vasto complejo de colonias. Todas ellas estaban conectadas mediante una red ferroviaria. En ese era lugar posible llegar a cualquier sitio tomando el tren. El patrón de asentamiento se había basado en la interdependencia de todas las ciudades. La gran mayoría de ellas eran colonias de mineros. Así subsistían. No había nada en aquel planeta que no estuviera petrificado. La antigua vida de este lugar, la materia orgánica de los ecosistemas que alguna vez alojó, se había mineralizado hacía millones de años. La lenta marcha de los elementos había transcurrido de regreso a su origen. Ahora toda esa vida pétrea era vendida a los nuestros a cambio de comida y de agua. Una hora más tarde descendí en la central del complejo. Era algo así como la capital de aquellas colonias. Las guías de turismo

recomendaban visitarla pues alojaba centros comerciales, cines, museos y todos aquellos espacios que recordaban el estilo de vida en la Tierra. Sin embargo, al ascender por las escaleras eléctricas la decepción fue muy grande. Aquella ciudad era de una pobreza extrema y reflejaba la precariedad de quienes debían adaptarse a la difíciles condiciones del desierto. Los edificios lucían sucios y polvorientos y se hallaban repartidos en grandes plazas por las que circulaban camiones y hordas de gentes en harapos. Las personas llevaban la cara cubierta con paños de tela y algunos utilizaban goggles. Encima de ellos, los domos de acero y cristal dejaban entrever un cielo ajeno y descolorido. La arena se colaba en el interior de aquella colonia. A través de las botas de la gente y en los neumáticos de los camiones. Aquella era la primera vez que miraba el polvo sin que hubiera un cristal de por medio. Hasta ese momento sólo había caminado por la Villa Olímpica, que era nueva y fresca y en la que no se permitía la entrada de los camiones. Me sentí mal porque lo que aquella gente necesitaba no eran Juegos Olímpicos sino recursos naturales. Celebrar una olimpiada en este lugar era un negocio absurdo que sólo podría beneficiar a los turistas. Me puse en cuclillas para tocar el suelo. Abrí la palma de mi mano y recogí la suciedad del piso. La gente pasaba mirándome con extrañamiento. La textura de aquel polvo era muy similar a una azúcar fina y brillante. Súbitamente, las grietas de la resequedad de mis manos reventaron y se volvieron llagas. El delgado polvo penetró en las heridas abiertas. Me alarmé. Con la mirada busqué un establecimiento en el que pudiera lavarme. Advertí un restaurante y entré en él. Corrí al sanitario y abrí la canilla del agua. No había ninguna presión. A diferencia de la Villa Olímpica, en aquella ciudad el agua caía a cuentagotas. Sin embargo me lavé todo lo que pude hasta expulsar aquella arena extraterrestre. Las heridas de mi palma estaban abiertas y sangraban arrojando una pus brillante. Más tarde caminé por la ciudad en busca de una apoteca. Entré muy alarmado y abordé a la primera señorita que vi dejando caer la mano llagada en el mostrador. La mujer llamó al boticario quien llegó rápidamente y me cogió la mano. Se puso a estudiarla en silencio. Le conté todo lo que había pasado desde la mañana y el contacto que había tenido con el polvo de la ciudad. El hombre levantó la mirada y asintió con la cabeza. Me lanzó una mirada displicente y desapareció detrás del depósito de medicinas. Regresó con una caja de pomada y un carrete de vendas. Tomó nuevamente mi mano y comenzó a untarla con ungüento. —No toque la arena —dijo masajeando mis heridas—por ningún motivo. Mucho menos si acaba usted de llegar de Azul.


32 —¿De la Tierra? —intuí. —Sí, de la Tierra —contestó levantando la mirada. Abrió el carrete de la venda y comenzó a envolver mi mano. —La Tierra es aquí —siguió —los nombres están mal. Allá debe de llamarse Agua o Verde como cuando la vemos brillar en la noche. Azul le decimos nosotros. Dejó mi mano y cruzó los brazos. —Ya está —dijo —no hay nada de qué preocuparse. Póngase la pomada en ambas manos y la resequedad desaparecerá. Utilice guantes y cúbrase la cara cuando salga a la calle. Hay mucho polvo por aquí. Pagué las medicinas y me fui. Sentí ganas de regresar a mi habitación en la Villa Olímpica en donde las cosas, después de todo, eran más higiénicas y familiares. Se me cruzó también la idea de llamar al entrenador, pero desistí muy pronto porque comencé a sentirme como un niño miedoso. Pensé también en los primeros colonizadores de Marte que habían venido hacía cientos de años y en las dificultades a las que se habían enfrentado. Yo no era más que un turista común sufriendo afectaciones normales. Uno más en el enrome flujo de viajeros interplanetarios que habitaban un mundo desarrollado y lleno de comodidades al alcance de la mano. Seguí paseándome por la ciudad. Decidí entrar en el Gran Museo de la Vida Orgánica de Marte. Pagué mi entrada y comencé el recorrido. El lugar estaba pleno debido a las olimpíadas. La mayoría de los visitantes eran terrícolas que paseaban por las salas con la cabeza en alto mirando azorados en todas direcciones. Cada uno de los recintos alojaba reconstrucciones de los distintos ecosistemas que alguna vez había tenido el planeta. Los dioramas estaban basados en los fósiles que los mineros hallaban en sus excavaciones. El juego de luces y sonidos lo volvía una experiencia sumamente dramática. En muchos sentidos aquellas formas de vida se parecían a las de la Tierra, pero se distinguían porque sus estructuras eran más complejas y presentaban extrañas mutaciones minerales. Los tallos de los árboles supuraban rocas brillantes que por momentos me recordaron al cuarzo o a los prismas de la amatista. Los animales eran más parecidos a enormes insectos que incorporaban elementos vegetales. Era un mundo mezclado que emergía de las rocas, muy difícil de comprender para quienes veníamos de Azul. La sala del agua me produjo sensaciones desagradables. Inevitablemente regresaron las imágenes del sueño y comencé a sentir una extraña mezcla de horror y fascinación. En efecto, las aguas que alguna vez habían corrido por los canales de Marte estaban enturbiadas y cargaban afluentes minerales. Un escalofrío me recorrió el cuerpo cuando pensé que las aguas de mi sueño no eran las del futuro, como yo lo había pensado, sino las del pasado. Me invadió un terror más grande al preguntarme cómo era que había soñado con las aguas del pasado de Marte sin tener noción de su

aspecto. ¿Podría ser acaso alguna especie de comunicación onírica?, ¿algún mensaje que el propio planeta me enviaba desde sus propios sueños minerales? En aquellas aguas nadaban terribles monstruos que devoraban a sus congéneres más pequeños. Sólo era posible distinguir sus siluetas flotando entre los turbios afluentes. Caminar por aquellos pasillos era como estar en el interior de un acuario; o peor aún, en el fondo de los mismos canales, sus cuevas y sus plantaciones de coral fosforescente.


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La sombrilla negra

Luis Feregrino Le spectacle est le gardien de ce sommeil Guy Debord

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e encontró a sí mismo en medio de una calle de la ciudad. Sus ojos no podían enfocar; absorbía la confusión de lo gris, lo marrón y lo rojo. Sin diferenciar sus formas, sabía que eran objetos pesados y peligrosos pero tan insustanciales como esporas o polen de una flor. Los ruidos en su cabeza se confundían con los del exterior. Se sentó en el suelo un momento, tres largos segundos perdidos en el suelo tratando de recuperarse, pensó. Siguió su paso a través de caras y cuerpos genéricos. Se le ocurrió que si se concentraba lo suficiente sabría algo más de esa gente. Como esa mujer de gabardina púrpura, veía su cuerpo y con un poco de esfuerzo podría deducir su edad, su ocupación, sus antecedentes sexuales, sus preferencias políticas, los nombres de su familia y amigos. Por milisegundos, la unicidad de su personalidad lo fascinó. Luego ella volvió a sumergirse en la multitud a un lado de la circulación de vehículos y el montaje de sonidos electrónicos —pips, bips, blums, flums—. Estaba completamente perdido, no sabía el nombre de las calles o edificios. Vió una pantalla a su paso que anunciaba 45% de humedad, 56% de probabilidad de lluvia. Se asustó por un momento y volvió a tocar la sombrilla que traía él y que cargaban todos a sus espaldas. Miró la joya brillante que tenía sobre la palma de su mano, y otras formas y sonidos y colores lo iluminaron en respuesta a los movimientos de sus dedos. La joya le dijo a dónde ir: derecha, izquierda, en línea recta, hasta que llegó a un lugar que reconoció. Vio las plantas en macetas y el letrero en metal cepillado. Subió a la oficina. —Perdón por la tardanza— dijo, —me pasé la estación del edificio y tuve que caminar kilómetros hasta acá—. Había caminado exactamente 670 metros.

Hizo once registros en dos horas, muy lento para su ritmo de trabajo regular. Cinco colores y seis imágenes. Pero fueron los registros de los colores lo que lo distrajeron mucho tiempo. Mientras pensaba en nombres para los colores, recordaba las imágenes de esa confusa mañana y de la inquietante noche anterior. Buscaba juegos de palabras, neologismos, imágenes de frutas, piedras preciosas y materiales de construcción para crear nombres de colores, registrarlos conforme a la ley y colocarlos en la base de datos para su renta. No encontraba nombre para ese rojo pesado y rápido de los autos en las calles, o ese púrpura frío de la gabardina que ya no lograba recordar, o ese naranja sobre marrón del cielo en la noche que lo distrajo tanto de su sueño. —No dormí bien. Me quedé viendo por la ventana durante horas— respondió a su compañero que preguntó qué pasaba con él. —El cielo parpadeaba con luces, y esos sonidos discretos de la noche se cortaban con fuertes murmullos. Había fuego y ruido del otro lado del muro, más allá de la ciudad. —No me di cuenta de eso. Creo que lloverá, lo han estado anunciando y no será simulacro— contestó el compañero. — Era gente, ese ruido del otro lado del muro. Ese fuerte murmullo era el ruido de mucha gente reunida. — El color óxido-frutal que registré se ha utilizado ya treinta veces esta semana. Resultó ser de agrado. Están considerando subirle el precio. Buen trabajo el mío. — Me asusta la lluvia. Los simulacros son alarmantes, a veces peligrosos. Pero sería angustiante si es lluvia. — ¿Pero traes tu sombrilla? — Nunca olvido mi sombrilla. — El blanco nieve con sangre que registraste ha subido de pre-


34 cio en tres ocasiones. —¿Qué pasa al otro lado del muro con la lluvia; la real y los simulacros? —No lo sé, ¿sabes dónde almorzarás? En la siguiente estación hay un buen restaurante, me han informado. Cuando terminó su comida entraron varias personas gritando algo que no pudo entender. Sus ropas eran viejas y opacas. El gas que escapaba de sus latas inundaba el restaurante, por lo que tuvo que salir a la calle. Ahí se sumergió en una multitud sin forma y sin rumbo. Olió una esencia animal. Olor a piel y hueso. La gente gritaba, el humo ascendía y el fuego brotaba. Era como lo que había imaginado la noche anterior desde su ventana. — ¡Mueran los demonios de la realidad!— escuchó rugir una voz. —¡Mueran los guardianes del sueño! Se repetían las frases, se rompían autos y ventanas. La multitud apilaba las sombrillas que cargaban todos a sus espaldas sobre el asfalto. Se formó un monte con cientos de sombrillas y se prendió en fuego. Se sentó en el suelo para escapar del tumulto, y el vaho de sudor se despejó con gotas de agua. La joya en la palma de su mano, agua escurriendo por su superficie brillante, le indicaba que la lluvia había comenzado. —¡Corte, corte— escuchó el mismo rugido —cae lluvia, todos al interior! Abrió la sombrilla y corrió hasta su oficina. Muchos de aquella multitud se resguardaron también ahí, cargando cámaras y grandes maletas de metal. Vio las delgadas líneas de agua cayendo sobre el vidrio de la ventana. Los autos de la policía rompían los charcos del piso. Recitaban con bocinas la importancia de estar bajo techo y de cargar siempre con las sombrillas para proteger sus vidas. Miró la bandera de la ciudad ondear en lo alto de un edificio, con la imagen de una sombrilla negra. Tomó la suya, la abrazó y siguió viendo la lluvia caer sobre un asfalto limpio.


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Cazando pactos

Felipe Bohórquez

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í, señor, mi papá era curandero. Y mi abuelo también, así es. Yo ya no pude seguir. Les ayudé, le supe, pero me tocaron otros tiempos. Nos fue comiendo la medicina moderna, alópata que le llaman. Los new age nos mantuvieron a flote, aunque no le entraban bien, se enteraban de dos cositas y ya creían que todo lo demás lo podían sacar de oído. Aparte que para meterse a esos rollos orientales hay que tener billete y la gente de billete no se mete a estos barrios. Lo que nosotros hacíamos era más barato, porque no se trataba de hacer dinero, sino de ayudar a la gente. En nuestras tradiciones siempre ha habido poco interés, así que no fueron nunca un gran mercado; nosotros seguimos con nuestra gente, ayudando a los nuestros. ¿Por miedo? Yo creo que sí, en parte, pero tampoco tienen nada que hacer en estos lugares. Sea lo que sea, le digo que los new age le entraban poco. Llegaban, se hacían una limpia, compraban algún baño de amor, hacían dos o tres preguntas, venían a filmar y tomar fotos o nos entrevistaban: de ahí no pasaba. ¡Escritor! Ah, no, no sin ánimos de ofender, pero ya sabe a qué tipos me refiero. De esos que se llevaban un libro y creen saberlo todo. Seguro usted lee más, se ve bien informado y que le entra duro a los libros. ¿Verdad que sí? Seguimos trabajando en esto, por tradición, pero yo ya no le pude entrar tan fácil. Todo es más caro ahora, así que me hice policía municipal. No se ganaba mal, aunque el trabajo tuviera sus riesgos. ¡No! ¿Cómo? Yo no le entré a la tranza, me estuvieron chingue y chingue por un rato, pero después me dejaron; con las rondas más jodidas y en los lugares más culeros, pero me dejaron. Yo digo que me ayudaron allá arriba y me gané su respeto, a cualquier otro lo hubieran mandado al carajo rapidito. Mi papá siguió trabajando, haciendo limpias, usando hierbas y preparando brebajes. Para dos no había chamba, pero a él todavía le fue bien por un rato. Luego salió la pinche pastillita esa. Esa sí pasó a chingar todo. ¿Por qué? Ahora le explico por qué. En mi familia no éramos de esos, pero supongamos que usted toma la vía más rápida y va a ver un brujo; le dice que necesita ganar dinero fácil o que su mujer se salve de sabe Dios qué cosas o que su vecino le trae saña y ya estuvo bueno. Pues aunque las cosas se resuelvan

en corto, no hubo tal vía rápida: alguien más se llevó la joda y los compromisos. Por eso esa pastilla hizo los estragos que hizo. ¿Cuál joda? ¿Pues con quién cree usted que se meten los que compran esa madre? Con el Diablo, señor. Satanás anda detrás de todas esas farmacéuticas y claro que no van a decir eso los comerciales. Dicen que el compuesto químico y que estimula no sé qué conexiones en el cerebro y que te mantiene despierto y receptivo, que lo probaron en ratones, que se volvieron bien inteligentes y capaces. El cuento de que el éxito depende de la concentración y el que no se enfoca se jode, pero pura madre. Yo no digo que no hayan descubierto algo, pero lo que descubrieron estuvo más choncho. Siempre me dijo mi padre que, ante todo, el secreto estaba en las hierbas, en el copal, en el agua y en la forma en que se combinaban con el resto de los elementos de la tierra. La combinación perfecta, la invisible y que conecta con todo. Esa pastilla es la combinación perfecta. En moléculas o sabe Dios qué cosas, pero le atinaron a la combinación perfecta para hablar con el mismito Diablo. Y ahí fue cuando comenzó el desmadre. Verá usted, hay magia negra y hay magia blanca. Nosotros aprendimos a trabajar con la magia blanca, acá traigo mi escapulario y en el pecho llevo a la Virgen de San Juan de los Lagos. Yo digo que con la pura Virgen tengo, pero hay negocios que necesitan de otras intercesoras y para eso está la Santísima Muerte. ¡No! ¿¡Qué va a ser del diablo!? Esa es más santa que todos los curas que han pisado el atrio de la Iglesia de este barrio. Santa, santa, pero entrona y esa es la que sirve de abogada, con esa es con la que entramos a los madrazos, porque el que le diga que pura magia blanca y puros santos y vírgenes y cruces le miente, el diablo no suelta sus tratos sin pedir cosa a cambio. Pero de esos tratos yo ya no sé; se los dejo a la Santísima y que entre ellos se arreglen. Pero la de las pastillas es la magia negra. En otros tiempos el brujo intercedía, mediaba, regulaba y servía de canal, por lo mismo el Mal no se desbordaba. Para ser brujo se necesita mucha fuerza de espíritu, porque hay que saber qué hacer con todo ese Mal que brota. No puedo decir que el brujo sea el malo. El cabrón es el Maligno,


36 de él si hay que cuidarse y para eso está el brujo. El brujo, hasta noche una vez televisado el sorteo Melate del último domingo del el de magia negra, es el abogado de los desesperados, si usted mes de octubre, el individuo de nombre Vargas (del apellido de recurre al Diablo más vale que haya alguien de por medio. Y para este sí me acuerdo, porque el cabrón era músico en los camiones y en algún periódico comenzaron a llamarle “El Mariachi Loco”) eso está cualquier brujo: para mediar. Usted sabrá mejor cómo funciona la pastilla esa. Se le ve bien presuntamente alcoholizado forzó la puerta de su vecina y la apuinformado. Porque, ¿no me va a venir usted con que le cree a esos ñaló 10 veces para quitarle el boleto ganador. Un vecino escuchó anuncios que dicen que la pastilla está hecha para estimular las los gritos de la mujer y nos llamó. Pero esos son puros cuentos. Al conexiones neuronales, que es un químico sintético que emula las señor que habló yo le tomé la declaración y primero me dijo que benevolencias de la cafeína, pero multiplicadas por mil? Todas los gritos se escucharon antes de que transmitieran el sorteo. Me esas son tonterías y usted y yo lo sabemos. Ahora es más que pareció extraño. El dudo y después corrigió, diciendo que debió obvio. No me diga que no, se le ve demasiado listo. No le voy a confundirse, pero que él como que se acordaba que sí había sido mentir, cuando empezaron los desmadres yo no sabía qué pensar. antes. Después él mismo me comentó, a modo de broma, que quizás Si había visto los comerciales dos veces era mucho, yo no veía el músico este, ya borracho, debió haberse tomado muy en serio mucho la tele, de mí papá heredé ser más de periódicos. La gente lo de la señora y la pastilla. Yo como le dije, ahí todavía creía siempre ha estado loca y siempre hay más de un suertudo, así que en el azar, así que solté una risita a modo de aprobación por el comentario. Pero supongo que yo se lo atribuí todo al azar. ya tenía mis dudas, porque En ese momento yo seguía su·per·bio *Sensual Academia unos días después fue cuando de la Lengua trabajando de policía en una adjetivo me metí a revisar la casa del de estas colonias que se crean 1. muertito y me encontré con al final de las prolongaciones Dícese de algo digno de admiración, excelente, sublila caja y el empaque de la de las avenidas, cúmulos de me, magnificente. –Superbia velada, querida– dijo el rey. pastilla, el mismo empaque Tomado de las Obras Completas de Dolores Cartonera casas que se forman donde las 2. rojo que encontramos en la calles de concreto terminan Grandioso, de alto valor. –¡Uy, esa doctoranda! Qué supercasa de la señora. Cuando abruptamente, recordatorios bios trenes de aterrizaje– Expresión popular de los ingenieros regrese con mi compañero, para tener presente que los del IIF. Orígen: un coyón hijo de puta que le límites de las ciudades y el < Latín superbus orgulloso, superior, excelente > decíamos el Tierritas, porque progreso no son nada sutiles: cada que oía algo parecido a siempre están franqueados por una geografía inminente: unos entran, otros no. La primera un balazo se echaba al suelo, le enseñé la caja y le dije lo que el vez que me enfrenté a los efectos de la pastilla yo no supe nada. vecino me había dicho y que a lo mejor algo tenían que ver esas ¿Recuerda la noticia del vecino que mató a la señora por su boleto pastillas. Él me dijo que ya dejara de mamar y que pasara la págide Melate ganador? Pues a mí me tocó atender el incidente y sólo na, que ni quién se fuera a preocupar por estos cabrones jodidos, hasta después le hallé sentido al suceso. Como declaró después uno que estaban perdidos al borde de la nada. Eso hice no tanto por de sus vecinos, la señora (cuyo nombre no recuerdo) estuvo toda la el Tierritas, sino porque poco después siguieron más desmadres, tarde eufórica, alardeando que después de tomar la pastilla había asesinatos, violaciones, mujeres que de la nada dejaban a sus encontrado los números ganadores y que por fin podría irse de la maridos y se iban con otro, hombres de negocios que despertaban colonia. Otra señora me dijo que era obvio que estaba perdiendo una mañana con la sangre de sus hijos en sus manos, muchísimas la razón y luego agregó que era normal, señaló la calle que se loqueras por todas partes. Por eso y porque me enteré que el pinextendía con su camino de polvo, parchado con breves fragmentos che boleto de Melate había desaparecido del cuarto de evidencias. de empedrado, y terminó preguntándome si yo no me volvería loco Cuando pregunté por el boleto a mi superior me dio evasivas y me viviendo en ese basurero. El sorteo todavía no ocurría, ella seguía dijo que dejara de buscarle tres pies al gato. Luego en algún lugar afirmando que todo estaba asegurado y toda la manzana se man- de la República salió un ganador que estaba cobrando tardíamente tuvo a la expectativa de los cuentos de la vecina. Del asesino yo su triunfo y, a las dos semanas, el Jefe de la Policía Estatal se no supe nada hasta mucho tiempo después que me metí a la fuerza retiraba para vivir en Houston, lo que ocasionó una serie de reacoa revisar su casa. No supe nada porque lo matamos en el momento modos dentro de la organización dónde se compraron silencios con en que lo encontramos. Trató de huir por entre los baldíos. Cuando mejores puestos de trabajo. Entre ellos estuvo el pinche Tierritas, se vio acorralado atacó y casi mata a uno de los elementos que que pasó a ser mi comandante. El comandante Terrazas. Y seguro esto sí lo sabe, porque solo quién no sale de su casa estaban en su búsqueda; alguien más le disparó, yo no. Murió ahí mismo. Lo que quedó en el archivo es que siendo las 10:30 de la dejaría de enterarse que a mi comandante le empezó a ir muy


37 bien. Desde su puesto se ha encargado de lidiar y negociar con cuanto maleante existe. Se ha encargado de controlar cualquier negocio que tenga que ver con drogas, armas y secuestro en la entidad, desde su chingado puesto de comandante. Yo sabiendo a oídas y aún sin saber qué tan adentro andaba metido, fui a buscarlo un día y me lo encontré en su patrulla tragándose una pastillita roja. Me desaparecí antes que me viera y renuncié al día siguiente. Anduve un buen rato desempleado y escondido en casa. De vez en cuando checaba el periódico, ahí aparecía Terrazas luego en la nota roja, con una mirada cada vez más despierta como de rata rabiosa, esa mirada ansiosa que tienen todos los que han visto algo que no deben ver y les ha gustado. Hasta en las fotos uno puede intuir cómo le tiembla el ojo derecho, pinche Tierritas quién sabe desde hace cuánto se toma su pastillita diabólica diaria como si fueran vitaminas. De seguro sus mocos le huelen a azufre. Perdone, es que de acordarme hago bilis. Pero le estaba diciendo. Anduve un buen rato sin trabajo, deprimido, hasta que mi madre obligó a mi papá a traerme de su ayudante, con el pretexto de que él ya estaba viejo y que le hacían falta un par de manos. Al principio yo creo que hasta mal hacía entrando a sus trabajos: no andaba bien conmigo y eso siempre entorpece los ritos, los hace fallar. En general, mi papá se las podía arreglar sólo, trabajaba a distancia, hasta que un día nos llegó una señora con un pedido especial. Dijo que su hijo andaba en cosas raras, que él siempre había sido muy tranquilo y que ella veía que ahora sacaba dinero de cualquier lado. Yo le dije que seguro estaba robando, que probablemente andaba en una pandilla; ella me dijo que eso era obvio, pero que también pensaba que estaba poseído. Nos pidió que lo siguiéramos para comprobar si realmente estaba metido en cuestiones satánicas. Mi papá le explicó a la señora que él sólo trabajaba a distancia y que a su edad no estaba para seguir a un muchachito. Yo le dije que francamente no tenía ganas de seguir a su hijo. Antes de que la mujer se fuera, mi papá lanzó unas bendiciones para el muchacho. Esa noche casi se nos muere. Se comenzó a ahogar y los médicos dicen que sufrió de un ataque epiléptico, pero mi padre nunca sufrió de eso. Fue el Diablo. Cuando se recuperó me lo contó todo. Mientras dormía el Diablo lo vino a ver y le dijo que el chamaco ya estaba tomado, que mejor ni se metiera, mi padre insistió en que lo dejara en paz, que era sólo un niño. Mientras mi padre soltaba espuma por la boca, él soñaba que la garganta se le comenzaba a llenar de pastillas que no lo dejaban respirar. Mi madre lo cacheteó hasta que peló los ojos y llamamos a la ambulancia. Lo de chamaquito se lo cuento con detalle otro día, mientras le termino de explicar lo que hago ahora. Namás hace falta decir que mi papá me terminó por convencer de que había que hacer algo, investigué al muchacho por unos días. Lo seguí, vi en qué andaba: se dedicaba a robar, pero era encabronádamente hábil, parecía que abría cualquier coche

y callaba cualquier alarma con tan solo tocar la cerradura. Me pareció muy raro que siempre supiera cuál coche tenía las mejores cosas; podía despreciar un Mercedes último modelo y abrir un Jetta chocado estacionado a tres casas, para sacarle una mochila con computadora, una cartera con 5 mil pesos, otras tres mochilas más, lo que se te ocurra. Una tarde cuando su madre me indicó que acababa de salir, fui a su casa y encontré una caja vacía de las pastillas esas. A simple vista el cuarto parecía ordenado y estaba lleno de cosas de lujo: una pantalla plana, celulares chingones, miles de juegos de video, películas, discos, una estéreo envidiable. Pero apestaba horrible a sudor, mota, meados, establo y alquitrán. En resumidas cuentas una semana después me detuve a su lado mientras robaba un coche, a punta de pistola lo trepé a la cajuela, se lo llevé a mi papá y esa noche le purificamos hasta las uñas de los pies. La señora nos lo agradeció de todas las formas posibles, nos pagó, cocinó y a final de cuentas nos trajo lo esperado: otro caso similar. Por un rato me dije a mi mismo que el chamaquito sería solo un caso aislado y que aunque me enterara de otros iguales los rechazaría, porque casi nos cuesta la vida a mi padre y a mí. Pero ya ve que hay que comer, así que ahora me dedico a cargarme a los empastillados. Pero por lo pelados que trae los ojos veo que no necesito explicarle más. Así que aquí le va el trato. Veo que por su afán de echar chisme para sus cuentos, usted negoció hacia el mejor lado: le pido que me ayude a agarrar a todos los pactados que pueda, con miras al comandante Terrazas, si se puede. ¿Que por qué usted? Pos verá, escritor, usted fue de los que le pidió conocimiento al diablo, pero no supo hacer la petición. Así que terminó con una curiosidad tamaño gato encerrado en restaurante chino que lo ha tenido aquí sentado toda la plática y una muy buena cabeza para guardar información. Adivino no es. Visiones se le nota que no tiene, si no jamás se hubiera quedado aquí platicando conmigo tan a gusto. Fíjese que lo consideré una posibilidad, por un rato sentí que se me iba a echar a correr y lo tendría que alcanzar y ponerle unos chingadazos, pero veo que la información no le llega por intuición, se tiene que dedicar a hallarla en vez de que le llegue de sopetón. Así que con esos talentos yo lo necesito, porque uno no puede estar tirando balas, repartiendo agua bendita y metido en una biblioteca todo el santo día. ¿Me explico? Mi papá es muy buen hierbero, pero no es una enciclopedia, así que a usted le toca averiguarme viejos y nuevos trucos y de pasada estar al pendiente de las noticias; que de vez en vez se les escapan verdades a esos desgraciados, namás hay que saber dónde buscarlas. Ya con eso me conformo. ¿Entonces qué dice: lo pongo a hacer buches de agua bendita o se toma otra cervecita? Dicen que el que calla otorga, así que no se levante. Veo que le gusta la cerveza oscura: le pido otra y que nos llenen de nuevo el plato de cacahuates para que coma algo y quite esa cara de susto que todavía trae colgando.


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Blackwater

Luis Alberto Arellano Es por eso que pregunto si sabes descifrar los sueños. Espero tu respuesta pronta, amable, afirmativa. O es que los sueños, aquella actividad craneana que se despliega en estado REM y nos limpia poro a poro, decía, los sueños están condenados a terminar en el arroyo continuo de la nada. El olvido viene en pliegues. Es por eso que pregunto. Todo comenzó como un domingo cualquiera, habían caído las bombas: no internet, no gobiernos, sólo tribus y astucia. El tipo de pueblo que te gustaría conocer. Vino uno que se llama como cualquiera de los apóstoles y me pidió acompañarlo con otro que vende medicamentos. Es decir, que antes de las bombas y la fuga eléctrica administró farmacia y tiene bajo su custodia (armas y fuego permanente) grandes pociones que alivian las membranas sutiles del cuerpo. Siempre he dicho que lo cutáneo es un estuche de terciopelo. Dentro encontrarás bisutería que algunos ahora comen golosos por falta de cabra. Éste, el bíblico, tenía auto que aún funcionaba. En la cajuela cargaba un zombie que intentó morderme. Lo guardaba ahí porque el zombie olía perfecto el combustible para el auto.


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Como un zombie varita de zahorí, pero para hidrocarburos refinados. Llegamos al otro, el de los narcóticos y los niños jugaban con cabras montañesas, evidentemente radioactivas, su pelaje cubría hasta las pezuñas y su cornamenta se cruzaba por su frente en una X muy glamourosa. Muy alfa centauri. Cómo dices que se llama a eso: glosolalia, oráculo o esquizofrenía. Oligofrénico me decían en las calles. Los tipos del mendicamento, pareja, querían a cambio el zombie zahorí. Lo dejamos, lo comieron. Así de simple el mercado cuando no hay leyes. Trataron de venderme un niño de los de la calle. Pero tú sabes que ya tengo hijos, uno. Para qué más reveses argumentales, para qué la retórica del yo lo digo. Entonces los niños empezaron un juego que les divertía mucho. Tomaron a una cabra, la mayor, le rompieron las piernas con una barra de hierro y luego azuzaban al animal para que los embistiera. Entre gemidos de dolor y furia la cabra lanzaba cabezadas que eran débiles empujones para los niños. Qué crees que signifique. Significa algo seguro. Como los temblores de tierra, que significan acomodo de las placas tectónicas. Liberación de energía. Puntos para el planeta. Como los ovnis que significan NUNCA ESTUVIMOS SOLOS. Como los árboles secos que significan destierro. Somos un ciclo de caballos batiendo la estepa sin mucha certeza de sus límites. Por eso las estrellas permanecen mudas, porque no saben hablar como nosotros.


40 * Sé que no has respondido. Tus razones tienes: horror, olvido o ignorancia. Todo es válido ahora que la vida flota como a capas entre los humos de los cadáveres. No sueño frecuentemente. Por eso me pregunto qué significan. Los egipcios lo tomaban en serio. El faraón soñaba peste y ¡paff!, caían las langostas a volver noche el día. Los griegos no andaban muy lejos. También tenían que interpretar los sueños. Además había truco. Los durmientes podían comunicarse con los muertos. Aesclepio fundó una práctica de sanación basada en el sueño. El asunto era sencillo. Llegabas, como podías, a cualquiera de sus templos, dormías esa noche en el piso y el dios médico brujo te visitaba, ascultaba y receteba en sueños. Al amanecer procedía pagar el hospedaje de esa noche única. O sea que el sueño era una avenida de ida y vuelta. Pero nosotros ni la gracia de Moctezuma que soñó su caída. Porque hemos perdido la claridad onírica. Soñamos en idiomas extranjeros, con vicios extranjeros. Normal para esta decadencia. Pero seguro tú sabes qué significan. Los has estudiado. Seguro tú reconoces sus bordes. Te molesto con esa certeza. Vino otro sueño. Dos días después del primero. Yo cuidaba un flanco de un fuerte militar. Estábamos armados y entrenados. Y vino una granada a volar la puerta en la que me apoyaba. Perdí un ojo y la mandíbula colgaba.


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No sentía dolor, sino presión en el ojo. Como cuando tienes un ojo flojo: Ambliopía. Síndrome del ojo perezoso. Algo de eso se esconde en mis dioptrías cotidianas. Y yo hablaba y hablaba con la gente, pedía instrucciones, recibía y transmitía órdenes, pero nadie se atrevía a decirme que todo era un sonido gutural y que mi mandíbula colgaba del lado izquierdo, unida por el tendón al craneo, pero que el lado derecho había caído y estaba y no estaba. Nadie me advertía que no hablaba más, sino gemía muy mamífero, pero que la comunicación oral había pasado sin dejar muchas huellas. Aparecía en el sueño el mismo del nombre bíblico y con cara de asco unía mi mandíbula al lado derecho del cráneo, pero no se ajustaba. Los sonidos eran peores en su definición. Hice lo único sensato en ese momento y tiré con fuerza del lado izquierdo para desprenderla toda. Qué crees que signifique esto. Las cabras radioactivas y la mandíbula suelta tendrán relación entre sí. Te mando saludos. Espero que tu familia encuentre sosiego pronto. Todos por acá estamos contigo y los tuyos en este momento. Espero tu respuesta pronta, amable, afirmativa.


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Lista de reproducción para viajes interestelares Elizabeth Acosta Haro

El lanzamiento del Apollo 11 al espacio, y Neil A. Armstrong como el primer hombre en la luna en el 69’ marcaron todo un acontecimiento en la historia, sobretodo en la sociedad que lo vivió. A finales de los sesentas, principios de los setentas, vemos una gran influencia de lo espacial en todas las expresiones de la época; como en la música, por ejemplo:

“Ground Control to Major Tom… commencing countdown, engines on” Space Oddity, de David Bowie, salió exactamente el mismo año que este acontecimiento y fue utilizada por la BBC en la transmisión televisiva. La canción habla sobre Major Tom; un astronauta inventado por Bowie (recurrente en sus letras, como en Ashes to Ashes) que sufre de una crisis existencial en medio de su misión, y ha sido referenciado no sólo por su creador, sino otros artistas como Peter Schilling y posteriormente la versión de Shiny Toy Guns (entre otros).

“Mars ain’t the kind of place to raise your kids, in fact, it’s cold as hell…” Incluso Rocket Man (1972) de Elton John, tiene cierta similitud en cuanto a la historia de Major Tom. En el mismo año, Bowie sacó Starman; una canción que habla de un personaje del espacio que vendría a salvar al mundo, después de la destrucción anunciada en Five Years (otra canción suya), cuyo mensajero en la tierra es Ziggy Stardust. El personaje de Ziggy, a la vez, está inspirado en The Legendary Stardust Cowboy, de la canción I took a Trip on a Gemini Spacecraft por Norman Carl Odam, la cual también re-grabó Bowie después.


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“I took a trip on a Gemini Spacecraft”

Continuando con la trayectoria, tenemos la canción de Spaceman por 4 Non Blondes, en 1992, y en el 2008 el homonominado track número tres y segundo sencillo del álbum Day & Age , por The Killers. Lo interesante es que incluso en estos tiempos, como diría Joaquín Sabina, sigue siendo un fenómeno y tema presente en obras de arte, canciones, pinturas, cine, etc. En fín; regresando a los noventas, en 1993 salió Space Cadet, por Kyuss, en su álbum titulado Welcome to Sky Valley. Cinco años después, en el 98, Space Lord trajo a Monster Magnet un éxito rotundo.

“It’s so very lonely, you’re 2,000 light years from home”

Los Rolling Stones entran también en este recuento, con Two thousand light years (from home), canción que salió en el ‘67 y se dice, fue escrita durante la estadía de Mick Jagger en una prisión de Brixton. La lista podría seguir, y no sólo hablando de canciones que hacen referencia a astronautas, o extraterrestres, sino al espacio exterior en general. Hay bandas con gran afición hacía este tema, o que lo han adoptado para álbumes suyos, como lo hizo Muse con Black Holes and Revelations en el 2006. De igual forma, la banda rusa-americana Red Elvises tiene s u propia canción de Rocket man (1998) , o la versión en ruso Cosmonaut Petrov , y Space Cowboy (entre otras).

“Looking at earth trhough a telescope, my spaceship is clean and I love my job…I am a rocket man!”


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Fragmento del Breve Atlas de la Flora, Fauna y Cultura de la Unión de Repúblicas Democráticas Populares (última edición: 2027). Kiril Kravchenko Animología: La animología como ciencia apareció en el año 2017, con la legalización de las drogas denominadas suaves en todo el territorio de la URDP. En esencia, el animólogo es un experto en los efectos que producen las diferentes sustancias en el organismo humano y hace la labor del alquimista al mezclarlas y recomendar su uso a sus pacientes. Barba: La barba en la vida de un ruso es más que un atributo que demuestra sabiduría y edad suficiente para visitar el reproductorio, pues es, también, un fiel reflejo de su potencia sexual y su bondad. Butter-brod: Del alemán “butter” - mantequilla, y “brod” - pan. Literalmente, mantequilla sobre un pedazo de pan. Comúnmente, sobre la mantequilla se ponen más ingredientes. El más afamado de todos es la kolbasa, kilbasa en polaco, o wurst en alemán. Decimación: Escrita con “D” mayúscula, se refiere a la serie de fusilamientos y asesinatos políticos a principios de los años noventa del siglo XX, cuando fue exterminada la gran mayoría de los “revoltosos” que exigían la liberalización del mercado y la transformación de la URSS en una república democrática, con la eliminación de los puestos vitalicios y la instauración de un sistema de elección presidencial directa en dos rondas, al modo europeo. Algunas fuentes hablan de millones de ejecutados, aunque las fuentes oficiales sólo declaran el encarcelamiento de alrededor de cien personas, líderes de la insurrección democrática. Delirio Revolutivo: Esta extraña enfermedad se descrubrió, hace unos años, en varios pacientes que habían visitado la URDP recientemente. En cierto sentido, es identica al llamado Delirio Mesiánico de Jerusalén. Muchos turistas, hombres de negocios e incluso representantes extranjeros han despertado una mañana

creyendo que son los elegidos para traer la Paz Mundial Comunista y asegurar la igualdad de todos bajo una sola bandera. Dieta Paleolítica: La dieta paleolítica se volvió una parte esencial del entrenamiento de un soldado soviético durante la guerra revolucionaria de 1917, en la que muchos regimientos del Ejército Rojo tuvieron que subsistir a base de frutos y hongos salvajes en los bosques de la Rusia europea. Después del holodomor, como se le conoce en Occidente a la quema de granos y campos de los años veinte y treinta en Ucrania, la dieta del cavernícola fue incorporada en el reglamento de todos los defensores de la Patria. Claro, en aquella época la dieta paleolítica no se llamaba aún así, como luego la nombró Walter Voegtlin. En esos tiempos, más simples y puros, más inocentes, la dieta era llamada “Dieta Militar Nacional para el Incremento de la Productividad de la URSS”. Consistía en hacer que los soldados -cavernícolas por naturaleza- cazaran sus propios alimentos cuando su situación geográfica se los permitiera. Así, las tropas estacionadas en áreas pobladas por animales silvestres, o en zonas boscosas y ricas en frutos, estaban obligadas por decreto del Secretario General del Comité Central, a vagar horas por los bosques o a perseguir liebres y venados alrededor de sus bases para procurar la cena, sin uso de armas de fuego, por supuesto, pues eso representaría un serio gasto en municiones necesarias para el fortalecimiento y defensa de la Gran Patria. Embarazo: “Al gestarse un bebé en el útero de la madre, se gesta también un número equivalente de osos guerreros, hechos por nuestros científicos tan amorosamente para todo el pueblo. Si el humano es el que gana, será entónces un ruso verdadero, como los que habitan desde Siberia y hasta España nuestro hermoso país. Si, en cambio, nace el oso vivo, se convierte en parte de los Escuadrones Osenos Motorizados de nuestro Ejército Rojo Obrero-Campesino”- cita del libro de texto “Биология Великого Отечества для девятого класса”. “Se oían voces, sí, que habla-


45 ban de exterminio, pero no eran muchas. La mayor parte de la gente no podía creerse el hecho de que los rusos fueran una raza no-humana de seres que crecen en sus madres al lado de osesnos. Ellos creían estar bien. Después resultó que no. Que hay secretos nacionales que es muy difícil descubrir. Es por eso que en este libro he decidido plasmar lo que sabemos ahora, para no caer en su engaño muchos años después. El horror de ver un cadáver de cachorro de oso salir del útero de una madre humana, seguido de vitoreos y la cabeza ensangrentada de un bebé asomandose es indescriptible.” - El autor, cuando descubrió este hecho. Leche de oso: Desde la revolución y hasta la llegada de las políticas de liberalización nacional, Glasnost’ y Perestroika, de Mikhail Gorbachev, la leche de oso, que hoy en día es un placer nacional nutritivo y disponible para todos, se manejaba en los mercados estatales como un manjar y se le daba un boleto de ración únicamente a familias mayores de cinco personas. Peregar: m. sust. Se nombra así al aliento alcohólico.

*La Sensual Academia de la Lengua es un órgano fundado con la noble misión de otorgar reconocimiento oficial a todas aquellas palabras nacientes del idioma castellano.


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Oda a la Matrona Sacad sus cartones; Mamá nos espera. Cargad sus plumillas y doblen papel. La guerra se acerca, regalan jeréz, Algunas personas se van del país. Mamá Dolores Cartonera, tu mano suave acaricia, Pero la nalgada es dura también. Mamá Dolores Cartonera, la flor más bella del ejido. Mirad a tus hijos, por ti crearán. Tambores resuenan, la gente se altera, Tugurios y bares por ti brindarán. La tinta ya fluye, la mano produce. De hombres de letras la Patria será. Mamá Dolores Cartonera, tu mano suave acaricia, Pero la nalgada es dura también. Mamá Dolores Cartonera, los pueblos libras de cochambre. Por eso tus fieles jamás morirán. ¡Venid escritores, artistas y anexos! Traed vuestras obras, los publicarán. Y aunque tengan gloria, placeres y vino, El precio de venta es recuperación.


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Juan Herrera

Icarus


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