Apartir de un libro para niños de colegios municipales, transformo el "Emocionario, Dime lo que sientes" en un Confusionario en donde propongo una crítica a la idea de que las emociones siempre son aisladas y definibles, las mezclo y confundo de manera que ninguna puede ser fácilmente descrita. Algunas emociones vienen de a pares o están relacionadas entre ellas, a veces dependiendo de la persona que la sienta es el nombre que se le da (enojo-ira, compasión-pena-tristeza-ternura, etc.), otras veces las emociones vienen unidas incluso a su opuesto (me siento triste pero a la vez feliz de que mis hermane me apoya).
Esta intervención pretende que el/la lector(a) cuestione sus emociones y se deje incluso atrapar por la confusión y que no siga una especie de enciclopedia para que deje de definirse en función de lo que les otres dicen que cada emoción es.