Zoleila Solano RamĂrez
ENIGMA de la Piedra
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Zoleila Solano RamĂrez
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Enigma de la piedra Llegué a la comunidad de Urasca, en el año 1962, como educadora. Pequeño poblado perteneciente al Distrito de Cachí, Cantón de Paraíso, provincia de Cartago. Me encantó desde el primer momento; el verdor de sus montañas, el sonido musical del río, al golpear las piedras, el revoloteo de los pájaros con sus alegres trinos, y, muy en especial, los niños con sus caritas alegres esperando conocerme.
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La gente, su mejor tesoro Sus padres, humildes hombres de campo, sembraban pequeñas parcelas en las faldas de los cerros; sus madres entregadas a las labores hogareñas y al cuido de los hijos, de sus animales domésticos, de pequeños jardines al frente y en los solares de las casas, entre otros. He ahí mi función por casi veinte años; enfermera, consejera matrimonial, partera, no solo educadora de los niños sino también de los padres de familia. En ese mismo año empezaba el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) la construcción de la represa hidroeléctrica, necesitaba una gran peonada. 6
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No solo lectura necesitaban, sino también crecer en la simpleza misma de la matemática, el uso del metro y saber algunas medidas. De día trabajaba con los niños, daba clases por las noches a los adultos. Al pasar el tiempo y con la confianza que les brindé, fueron mis amigos, compinches, sinceros fieles y felices. Activamos en uno solo nuestros planes, nuestros proyectos, nuestros gustos con una meta propuesta a aprender y mejorar sus hábitos de vida.
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La piedra y el río El río era uno más, era parte de la comunidad, era parte de las mariposas, de los pájaros, de las nutrias de agua, de las serpientes zopilotas que a diario aparecían entre los matorrales, y muy en especial para los niños. No había miedo alguno, retábamos cualquier negativa que involucrara al río, lo recorríamos de arriba abajo, admirando su frescura, sus aguas cristalinas, las formas de sus piedras, y sus diferentes colores. Ahí encontramos parte de los muchos trabajos realizados por nuestros antepasados. No solo dentro del río, sino en sus riveras. 9
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Así fue con alegría que encontramos la enorme piedra, trabajada con exactitud, con belleza, y una gran incógnita, ¿qué significa? , ¿para qué la construyeron?, ¿tiene relación con el espacio sideral?, ¿fue adoración?, ¿sacrificios?, y muy especial, la pregunta ¿con qué la construyeron? Las medidas de cada cavidad y entre cada uno de ellas es exacta. Encontramos otra gran piedra de forma piramidal, impresionante, que tenía las mismas estrías de aquella piedra original, era de una materia diferente de color gris oscuro lujado. También encontramos petroglifos que el río algún día se llevó; uno de esos ejemplares se exhibe hoy en día en la entrada del museo de la Parroquia de Nuestra Señora de Ujarrás, en Paraíso. 11
Vivencias del lugar Las visitas de los niños a la piedra era muy frecuente, estaba en un lugar cercano a la escuela vieja, anterior a la actual, ahí jugábamos a la ronda, de casita, de escondido. La comunidad se asentó a orillas de la calle de Urasca, aledaña al río y el único acceso. Se cuenta que en tiempos inmemoriales cerca de la antigua escuela, salía una dama vestida de negro, con una gran son-
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risa debajo del velo que le cubría el rostro; asustaba a los hombres que se emborrachaban con guaro contrabando que ellos mismos fabricaban. Por cierto, desde la escuela nos tocaba cuidar cuando llegaba el “Resguardo”, de pronto entraban en un “jeep”. Era notorio pues los chiquillos salían a toda prisa a avisar a sus papás para que escondieran el licor clandestino que tenían en garrafas.
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Cambios en la geografía En el año 1965 hubo una gran tormenta en la montaña, la lluvia y los rayos caían, los cerros se encendían, los árboles se rajaban y bajaban junto con los animales domésticos; el río creció hasta llegar a las basas de la escuela. Todavía recuerdo a Heriberto, el chiquillo que se tiró a las aguas embravecidas para salvar a los patos y a su perro que se llevaba la fuerte correntada. Fue en ese momento cuando la piedra desapareció, el río la cubrió con aquella maleza que arrastraba desde montaña arriba, creíamos que la había rodado, la perdimos por muchos años. 14
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Tiempo después hubo otra gran tormenta, más fuerte, destrozó el camino que va paralelo a él desde la entrada abajo, y para sorpresa de los chicos y algunos adultos, apareció la piedra, un poco más gastada, más vieja, por los golpes llevados, pero “aún está ahí”. Siempre me gusta visitarla, es cumplido de los gratos recuerdos de mis niños urasqueños, de la montaña, del río, y sus habitantes que sembraron en mí, el amor por la naturaleza.
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Urasca es una población del Distrito de Cachí, Cantón de Paraíso, enclavada entre los cerros aledaños a la Represa Hidroeléctrica de Cachí. Tiene unos 2000 habitantes, y cuenta con la escuela, el templo católico, plaza de fútbol y algunos negocios. Los vecinos establecieron sus propiedades al lado de la calle de acceso. Hoy se divide en Urasca Nueva y Urasca Vieja, en esta última es precisamente donde se localiza la gran piedra.
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Zoleila Solano Ramírez nació en 1943 en la localidad de Paraíso, Cantón del mismo nombre, provincia de Cartago. Estudio en la Escuela Goicoechea de Paraíso, Colegio San Luis Gonzaga de Cartago y Casa del Artista Anexo de Paraíso. Dedicó toda su juventud a la educación rural, precisamente en Urasca. Una vez jubiladada, inició su carrera artística. Expuso individual y colectivamente en el país y el extranjero, entre otras: “La Alegría del Silencio” 2010, “Cromatismos”2011, Museo del Árbol 1, 2010, en Galería Nacional, Museo de los Niños. Participó en la exhibición “Museo del Árbol” como parte del FIA 2010 en Instituto de Mexico, en la Colectiva de grabado “Gubias, Papel y Tinta” 2015 en Casa Amón del TEC; además la exposición individual “Umbral de Colores” en Galería 1820 de Liberia, y actualmente expone en “El Árbol Buscado” Galería Pedro Arrieta Centro de las Artes del TEC en Cartago.
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Zoleila Solano en su jardin.
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Este documento “El Enigma de la Piedra” de Zoleila Solano Ramírez, es parte de la muestra “MAYINCA: Tiestos de una Cultura”, curada por Rolando Castellón, realizada en el Museo Nacional de Costa Rica del 11 de octubre a 29 de diciembre de 2015.
Se trata de una recopilación de datos históricos y vivenciales escritos por la autora, así como las ilustraciones como parte de la muestra.
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M AY I N C A : T i e s t o s d e u n a C u l t u r a O c tubre - Di ci embre 2015
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