Earth & Contemporary ART

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Tierra&Arte contemporรกneo

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Museo de Pobre y ARTSeum Muestra Internacional on line Foto portada Pirรกmide Vaca Blanca. Land Art virtual Anรณnimo. 2017.

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Moyo Coyatzin. Muro de memorias. 2005.


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C r i s t i n a

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Cristina Gutiérrez Cruz. (Costa Rica) Profundidades, fotografías marinas. 2020.

G u t i ér r e z


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Cristina GutiĂŠrrez Cruz. (Costa Rica) Entorno marino. Concha, dibujo y pintura, 2020.


Javier Salinas

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Javier Salinas, Arquitecto General (Costa Rica) JardĂ­n vertical. Nuevo edificio de la Asamblea Legislativa de Costa Rica. 2020.


Museo de Pobre y ARTSeum Muestra Internacional on line

Tierra&Arte contemporรกneo

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Tierra & Arte Contemporáneo Ante las dificultades que enfrenta la sociedad y vida urbana actual, debido a la pandemia del coronavirus, además de tensiones y choques sociales, resulta oportuno ofrecer propuestas artísticas que puedan apreciarse desde los centros de trabajo, estudio u hogar. Internet es la herramienta propicia para develar un espíritu de crecimiento mediado en tiempo real por la virtualidad.

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Esta muestra ”on line” -en las plataformas “issuu y blogger”-, repasa las prácticas artísticas actuales, en las tendencias del arte de la tierra, paisaje, abstracción áspera o terrosa que evoca los signos y materias terrestres, estratificaciones internas del planeta, o profundidades marinas, como también la capa vegetal que le recubre y en la cual germina vida abundante. También observa un arte que aúna simbolismos en torno a la cultura, lo originario, ancestral, creencias y ritos en torno a la convivencia con la madre naturaleza.

Anónimo. Bejucal en la antigua ferrovía, Paraíso, 2020.


Abordajes actuales Los artistas en la actualidad interactúan con la materia origen del planeta: La tierra, el lodo, la piedra, lo vegetal (plantas ornamentales o comestibles), árboles, troncos, bejucos, hojas, cortezas, maderas, tejidos, piedras. Sin exceptuar a los demás elementos como el agua, el fuego, la atmósfera, el mundo marino, todo para la explotación tolerante de sus frutos obtenidos mediante siembras agrícolas, y recursos naturales. Se trata de un ejercicio creativo muy distinto al que se hacía en el pasado, cuando al artista le importaba solo la contemplación y representación fiel del entorno en el cuadro. Para la historiadora y teórica del arte, Karin Thomas: “En el land art los espacios naturales y también los paisajes alterados industrialmente, se convierten en material de configuración artística”.

Anónimo. Bejucal en la antigua ferrovía, Paraíso, 2020.

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Anónimo. Tronco y raíces. Guanacaste. 2020.


Con esta categoría crítico creativa se estimula la totalidad de sentidos: tacto, oído, olfato, vista, y sobre todo el espacio, el campo, el bosque, el mar, donde va a ser contemplada la obra que, por lo general, encuentra en el mismo entorno los materiales a utilizar. El arte Povera -impulsado en Italia por Germano Celant en la segunda parte de la década de los setenta del siglo pasado-, considera este carácter de materiales, hojarascas, tejidos gruesos o ásperos, maderas, palos, piedras, observando los cambios producidos en el tiempo, en general, efímeros, pues el interés se centra en la documentación de dichos procesos. Interesa, además, un carácter de pintura abstracta, que por su cromática y superficies sugieren elementos de la tierra, observados en capas tectónicas, paredes de roca o en las profundidades marinas. Interesa el mundo vegetal, las plantas, el vivir en la tierra o en el aire.

Anónimo. Sembradíos en Paraíso, 2020.

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Universo a observar y –quizás, lo importante hoy en día-, interactuar creativamente con estos dones del planeta. Estructura de la muestra Percibe cuatro zonas a abordar: El Jardín, Land Art y Agri/cultura, Abstracción, y Simbolismos. La primera compone propuestas en las cuales las plantas son centro de atención, por su naturaleza verde y porque constituyen una práctica de amor hacia el planeta, afirmar su belleza es congraciarse con la madre tierra (Pachamama).

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La segunda zona propone una mirada al “land art”, para apreciar como el paisaje se transforma con las actividades agrícolas, pero que además nos dan sus frutos para nuestra alimentación y subsistencia. Es otra manera de actitud hacia el planeta.

Anónimo. Tronco de

pochote. Bahía de los Piratas. 2018.


La tercera incluye la pintura, gráfica, instalaciones artísticas, que dentro de un lenguaje abstracto regenera signos de la tierra, como son las texturas, el tratamiento cromático o un sentido de paisaje sin serlo propiamente dicho. En cuanto a simbolismos recrea aquel arte como el performances o happenings lo cual reflexiona sobre los rituales en torno a la naturaleza y creencias arraigadas en las culturas originarias como la mesoamericana, la trascendencia de la muerte y la vida que afloran a través de tales signos. Importa este acercamiento temático al arte contemporáneo centralizando la Tierra, como materia física pero también es conceptual: Trata a esa tierra que llevamos dentro y es identidad de habitantes del planeta, lo cual alude a los orígenes del mundo y que impele a preguntarnos sobre nuestra propia naturaleza de humanos dentro de la gran creación.

Anónimo. .Bejucal, Paraíso. 2020.

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Tierra&Arte contemporáneo

E l J a r d í n

Anónimo. Tronco de á rbol en Playa Avellanas, Guanacaste. 2018.

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Serán observados entornos, jardines, físicos o mentales, esos que llevamos dentro y en los cuales engulle la mirada interior, para sumirnos a encontrar regocijo ante tantas presiones provenientes de lo externo. La primera propuesta apreciada en inicio de este recorrido por el arte de la Tierra, lo dimos con el jardín vertical, que Javier Salinas, (Costa Rica), como arquitecto general del proyecto del nuevo edificio de la Asamblea Legislativa, creó para el acceso al plenario, y cargar del signo de esperanza que representa el mundo vegetal.

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La propuesta de Maurizio Bianchi (Italia) aprecia zonas verdes mixtas, entre el césped y el concreto, con ese estimulo visual tener presente nuestra necesidad de apreciar los verdores. En otra de sus piezas muestra la tierra agrietada, el tronco que asfixia los bejucos, y la mano que marca la superficie para recordarnos su existencia. De la muestra que Fabián Bonilla (Costa Rica), en Sala 1.1 del MADC, rescatamos el añoso marco de una ventana de madera, en la cual brotaron hongos captando el gesto poético de mirar a través de esa mirilla de la naturaleza. Dinorah Carballo (Costa Rica) busca en el jardín de su propiedad y encuentra plantas colgantes mecidas por el viento, o una piedra recubierta de musgo y líquenes, además de un coayote partido del cual parecen escapar en vuelo las semillas, para caer en la tierra y renacer en una nueva planta. Carlos Coto (Costa Rica) en su finca “Lord Tree”, alturas montañosas de Loaiza, Cachí, es un verdadero jardín o “land art” donde recoge materiales que el mismo lugar ofrece, para disparar nuestra vista hacia todas las direcciones explorando su idea de vergel.


Luis Chacón (Costa Rica) construye un jardín simbólico que llamamos “La columnata que sostiene el universo”, 2020, constituida por fotografías de hojas de su jardín, maderos y los elementos terrestres: Agua, fuego, aire, tierra. Enlaza las texturas de las hojas y lo fogoso de los elementos en un paisaje fragmentado pero que aúna el espíritu de su amor por la naturaleza. Sylvia Fournier (Costa Rica) va al bosque que rodea su propiedad para fijar su atención en los bejucos y hojas de helechos que abrazan y crecen en los troncos de los árboles, ejemplo de esas contingencias de la existencia, cuando sentimos el bejuco de la economía, de la salud, de la educación, e incluso la cultura, aprietan y asfixian. Del verde de su casa, Ana Beatriz Sánchez (Costa Rica) provee los elementos para su propuesta, conformada de fotografías del “Ave blanca”, a lo cual agrega la imagen de un petroglifo tomada en el sitio Farallón en Cañas, Guanacaste, donde se funde el interés por lo natural y el arte originario mesoamericano. Y, Anayansi Orozco (Costa Rica), en uno de sus expediciones al campo de Abejonal de San Pablo de León Cortez, capta la profundidad selvática que exhorta a adentrar en la meditación sobre el valor de lo creado por Dios, para brindarnos estos espacios de confort tan necesarios. Diría, para concluir la visita a esta zona de la muestra que, en este vergel visitado de manera virtual, caben todas las propuestas exhibidas, pero para analizarlas, recurrimos a fragmentarlo, avistando esos intersticios de la apreciación artística, y así detallar la grandeza que nos dona el Creador.

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M a u r i z i o

B i a n c h i

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Maurizio Bianchi. Zonas verdes. Fotografia. 2017.


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Maurizio Bianchi. Naturaleza. Fotografia. 2017.


L u i s

C h a c ó n

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Luis Chacón. La Columnata que sostiene el Universo, No.1. Fotografía digital. 2020.


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Luis Chacón. La Columnata que sostiene el Universo, No.2. Fotografía digital. 2020.


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Luis Chacón. La Columnata que sostiene el Universo, No.3. Fotografía digital. 2020.


F a b i รก n

B o n i l l a

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Fabiรกn Bonilla. Ventana. Instalaciรณn con ventana de madera y figuras de hongos en cerรกmica, 2017.


D i n o r a h

C a r b a l l o

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Dinorah Carballo. Entre el viento, el agua y el tiempo. FotografĂ­a. 2020.


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Dinorah Carballo. Coayote. FotografĂ­a. 2020.


C a r l o s

C o t o

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Carlos Coto. Lord Tree. Land Art. 2018.


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Carlos Coto. Lord Tree. Land Art. 2018.


S y l v i a

F o u r n i e r

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Sylvia Fournier. Bejucos y hojas de helecho. FotografĂ­a digital. 2020.


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Sylvia Fournier. Bejucos y hojas de helecho. FotografĂ­a digital. 2020.


A n a

B e a t r i z

S รก n c h e z

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Ana Beatriz Sรกnchez. Ave Blanca. Foto digital, 2020.


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Ana Beatriz Sánchez. Petroglifo en Farallón, Cañas Guanacaste, 2017.


A n a y a n s i

O r o z c o

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Anayansi Orozco. Paraje. San Pablo. 2019.


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Anรณnimo. Tronco con matapalo, Playa Puerto Viejo, Guanacaste. 2019.


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Tierra&Arte contemporรกneo

Land Art y Agri/cultura

Isla Moyo Coyatzin. Land Art.

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Land Art y Agri/cultura Las huertas en el campo a veces son un gran jardín, en otras y sin proponérselo, el agricultor elabora un verdadero proyecto Land Art, no de las dimensiones de las propuestas de Christo, ni del campo de rayos en el desierto de Walter de María, o las espirales de Smithson, pero son a nuestra medida y realidad. Es el ojo del artista, quien siempre busca la belleza, la colecta con la cámara fotográfica, captando esos encuadres con las hortalizas conformando la mancha verde, la tierra deviene signo propio con sus ocres y sienas tostados, los cercados delinean la noción de territorio, las calles y callejones también demarcan, como lo hacen los trillos y portones, todos se encadenan en esta percepción de un espacio edénico. 36

El otro abordaje de este proyecto lo relaciono con la agri/cultura, pues la misma palabra trae su aguijón, cuestiona una cultura agria, invadida y subvertida por los políticos oportunistas. Percepción donde el agricultor trabaja para que todos vivamos, a pesar de tantos “aprovechados” que persiguen quedarse con la mejor parte de los frutos de sus esfuerzos, dedicación y riesgo, pues a veces los factores ambientales hacen peligrar la siembra. En las páginas iniciales se incluyen varias fotografías de Cristina Gutiérrez (Costa Rica), un tríptico conformado por una concha nácar, un dibujo que revolea la idea de trazo, grueso y gestual, al igual que la pintura con las mismas condiciones. La otra pieza de esta artista, es un tríptico vertical con imágenes del lecho marino, despierta el deseo de hundirse en esa ensoñación, sentir las corrientes marinas, las anémonas que parecen volar agitando mas la inmensidad de las corrientes.


Otto Apuy (Costa Rica) comparte las fotografías de un performance realizado en Playa Dominical, 1987, jugando con los elementos de tierra, agua, fuego y aire. Enfatiza la atracción que experimenta el paisaje, cuando algo cambia, u ocurre un hecho sin igual como la intervención artística, eleva el carácter de otra mirada evaluadora, que admite y crea memoria. Ricardo Ávila (Costa Rica) comparte las fotografías de un fenómeno tectónico, cuando se excava la tierra y aparecen verdaderas obras de arte del material mismo, de la piedra reventada. Además, comparte un tronco de árbol petrificado por las aguas y arenas abrasivas de la costa, y troncos que conforman verdaderos paisajes en sí mismos. Rolando Castellón (Nicaragua-Costa Rica), realizó en 2019 un proyecto land art en Pitões das junias,, Portugal, alineando rocas para crear un muro entre el cual depositó hierros, maderas, e insumos visuales que dieron contenido al pasaje del lugar. En su obra utiliza el barro, las espinas, u otros elementos naturales en un acercamiento a la cultura originaria mesoamericana. Paquita Cruz (Costa Rica) da una ojeada a su entorno en finca “La Paca”, en la zona de los Santos, y comparte la fotografía de dos piezas: “La carbonera” 2019, producto de técnicas tradicionales para producir carbón, al quemar la madera bajo tierra. “Quercus” 2019, observa el corte con motosierra de un tronco que deja texturas similares a las estratificaciones terrestres. Alexander Chaves Gould, (Costa Rica) reflexiona sobre el árbol, sus frutos y semillas en una imagen dual en blanco y negro, en el sentido que enmienda los opuestos y esas fuerzas terrestres que el árbol sortea, afianzado en sus raíces.

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Marta Albán (Costa Rica) propone apreciar la fotografía “Madre Tierra”, 2018, en la cual ella se coloca bajo las raíces de un árbol cual si fuera una cueva que la protege de la intemperie. Carolina Valencia (Colombia-Costa Rica) se sienta en señal de meditación acerca de las críticas condiciones ambientales de las costas y la naturaleza en general, con una hermosa fotografía que demuestra algo mas que la imagen, el amor que ella siente hacia el océano. Zole Solano, realiza el performance Beso de árbol, 2019, teniendo como escenario la ciudadela prehispánica Inca de Machu Picchu, una ceremonia que demuestra amor por la naturaleza y la cultura.

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Quien busca la belleza la encuentra donde quiera, a Irvin González (Costa Rica) le basto la acera de una barriada para fotografiar detalles y jugar con las alternativas de generar espacios y diálogos entre las formas, las texturas y las cualidades de distintos materiales, mientras las plantas crecen y florean. La propuesta de Fernando Poyón (Guatemala) se inserta en el land art, fotografiando la composición de un campo sembrado, donde los surcos marcan una direccionalidad respecto al árbol, al cual apoyó esos palos útiles para sostener siembras. Aporta otra imagen en la cual sembró una línea de plantas que recomponen la visual del terreno, agregando estética al lugar. Rafael Montoya elabora un conjunto modular calado en madera y adherido al tronco de un árbol, crea una imagen muy dinámica y significativa, trae la idea idílica de conjuntos habitacionales en medio de la foresta.


Rafael Ottón Solís comparte varios conjuntos fotográficos de enorme fuerza evocativa de la campiña, costas, texturas de las maderas. Aborda esos elementos del entorno que le brindad color, textura y fuerza simbólica de esperanza, en tanto aparecen niños que son el futuro de la humanidad, juega alegres recomponiendo los palos hundidos en las arenas. Alessandro Valerio presenta “Sustracción”, video-instalación con tierra y soporte para pantalla, realizada en 2017. Referencia -según explica el artista-, la relación de las hormigas con su entorno. Mostrando el registro de una intervención con hojas sobre un hormiguero, en el cual dibujó tres círculos enlazados. El video aprecia cómo las hormigas fueron trasladando las hojas hacia el nido, borrando el dibujo a través de la sustracción. Alkhi Oacid Salinas (Nicaragua) es un joven ingeniero especializado en agricultura, que siembra en la propiedad de su madre, experimentando cultivos con semillas y brotes, que son también poesía visual. Habla de la transformación de la naturaleza, para obligar también al arte a producir un cambio de actitud. Yamíl de la Paz García (Costa Rica) propone reflexionar con una pieza de carácter conceptual, enmienda la memoria histórica de los campesinos y pueblos originarios actuales, ante las contradicciones de las leyes para con sus tierras, usurpadas por los grandes finqueros terratenientes, y generando choques indeseables en los perdedores son siempre los humildes parceleros. La propuesta describe los ejes territoriales que ubican esas propiedades y las escribe con tierra, elemento del planeta bañado por el sudor de la frente del trabajador e incluso marcado con sangre.

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O t t o

A p u y

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Otto Apuy. Land Art en Playa Dominical, Puntarenas. 1987.


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M o y o

C o y a t z i n

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Moyo Coyatzin. Land Art en PitĂľes das junias, Portugal. 2018.


Moyo Coyatzin. JardĂ­n de pueblo. Calle Fallas, Zapote. 2018. 43

Moyo Coyatzin. Land Art en la catedral de Managua, Nicaragua. SF


R i c a r d o

Ă v i l a

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Ricardo Ă vila. Tierras, piedras, troncos de mar, Playas Avellanas, Conchal, Junquillal, Guanacaste. 2018.


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P a q u i t a

C r u z

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Paquita Cruz. “Quercus” 2019,


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Paquita Cruz. “La Carbonera” 2019,


M a r t a

A l b รก n

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Marta Albรกn. Madre Tierra. Foto digital. 2018.


C a r o l i n a

V a l e n c i a

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Carolina Valencia. S/T. Foto digital. 2018.


A l e x a n d e r

C h a v e s

G o u l d

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Alexander Chaves Gould. Equilibrio. Foto digital. 2018.


Z o l e

S o l a n o

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Zole Solano. Beso de รกrbol. 2019.


I r v i n

G o n z รก l e z

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Irvin Gonzรกlez. Entornos urbanos. Foto digital, 2020.


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R a f a e l

M o n t o y a

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Rafael Montoya. Intervenciรณn escultรณrica en un รกrbol, finca en San Ramรณn, provincia de Alajuela. 2018.


R a f a e l

O t t ó n

S o l í s

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Rafael Otton Solis. Múltiple siembras. 2020.


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Rafael Otton Solis. MĂşltiple piedras y mar. 2020.


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Rafael Otton Solis. MĂşltiple maderas. 2020.


A l e s s a n d r o

V a l e r i o

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Alessandro Valerio. “Sustracción”, video-instalación con tierra y soporte para pantalla, realizada en 2017.


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F e r n a n d o

P o y ó n

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Fernando Poyón. Campo. Fotografía digital. 2020.


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Fernando Poyón. Campo. Fotografía digital. 2020.


A l k h i

O a c i d

S a l i n a s

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Alkhi Oacid Salinas. Brotes. FotografĂ­a digital. 2020.


Y a m i l

d e

l a

P a z

G a r c Ă­ a

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Yamil de la Paz. Serie Memoria Historica.


Tierra&Arte contemporรกneo

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A b stracciรณn


N i n a

M i n d a d z e

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Nina Mindadze. Pintura. 2020. Foto cortesĂ­a de la artista.


Abstracción La idea de dedicar una zona de la muestra a la abstracción, es porque al repasar en redes sociales el arte que se comparte en página, grupos y perfiles de artistas de todo el mundo, capta una manifestación áspera, gruesa, de consistencia plástica y visual en pintura, técnicas mixtas, dibujo, entre otras. Cuando se tiene una idea, la mirada conecta al cerebro para atraer esos holónes, que hace girar lo buscado en torno a la visión, la enriquecen y acrecientan. Además, la facilidad que se tiene hoy día al poder contactarse por mensajería con personas al otro lado del mundo, es otro factor positivo.

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De esta manera contacté a Oni Jiko, quien vive en París, a Ligia Lópes de Portugal, al coreano, a la rusa Nina Mindadze, al japonés Hiroshi Miyamoto, al holandés Jos Bregman, el italiano Mattia Paoli, quienes se suman a los artistas nacionales y centroamericanos que trabajan en esta tendencia. El coreano elabora una pintura matérica, abstracta, de gran esencialidad y riqueza tectónica, sobre soportes irregulares que le confiere una estética contemporánea muy de carácter oriental. También trabaja con las plantas vivas, piezas escultóricas cambiantes, pues crecen las raíces, dan nuevos brotes y floración, característica que la vuelve única. Nina Mindadze (Rusia) comparte la fotografía de una acuarela de singular sensibilidad y sustancia compositiva. Se trata de una enorme zona oscura, multicolora, que cubre un alto porcentaje del formato, con algunos colores puntuales en las esquinas, lo cual carga de un sentido propio de la pintura contemporánea. Es una pieza de


arte que implica la reflexión, que nos detiene a deleitarnos y a preguntarnos acerca de las tendencias actuales. Oni Jiko (Francia) responde a la convocatoria con una pintura sígnico-gestual, con trazos gruesos y poderosos que colman el vacío. Pretexto para meditar y dejarse llevar por ese trance del acto creativo, quizás violento, pero a la vez poético. En otras propuestas me interesa las asperezas, las texturas terrosas surgidas durante la experimentación con el pigmento. Lígia Lopes (Portugal), comenta que parte de su trabajo lo realiza con personas mayores, a saber, personas con demencia. La visión de la demencia a través del arte, le permitió sumergirse en la búsqueda de la identidad personal, así como el espacio ocupado por cada persona en su contexto social. De ahí partió para elaborar sus dibujo de trazos sueltos y color puntual, abundante en transparencias. Quizás por eso pienso titularlos “Paisajes humanos”, el de sus modelos y el paisaje propio, pero también, el adentro de artista investigadora, que sugiere sumirse en los fondos marinos y explorar los cardúmenes, los corales y otro carácter de fauna evocadora. El japones Hiroshi Miyamoto crea una pintura con algunos acentos de color, pero de poderoso gesto terroso, sintetizador. Entona un canto que hace sentir la espacialidad y flujo incesante del océano, el cual va y viene, crece y decrece, por el influjo de la luna. Otra de sus pinturas me transporta delante de un paisaje urbano, tal vez ruidoso, cargado de estrés y humo del transito vehicular, pero que atrapa la mirada y sumerge en ese entorno que poseen todas las ciudades del mundo La pintura de Álvaro Gómez (Costa Rica), con óleo como pigmento, con gran carga de materialidad, cuyo signo gravita entre los discur-

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sos actuales de la pintura, y asimila, por su parte, referencias a lo zen y al Oriente. Transmite la sensación de palpar las escolleras costeras, las profundidades marinas, o las explosiones volcánicas y flujos piroplásticos que bajan de monte y provocan destrucción. Diego Zamora, costarricense, por su parte, comparte tres dibujos a carboncillo, y técnica mixta, se palpan como horizontes, inicios de la bajura o planicies, y borde terrestre del firmamento. Otro de los dibujos con técnica profunda, crea relación con los anteriores como tríptico conformando unidad. Hay una cuarta pieza muy de carácter matérico, monocroma, que sugiere sentir la pastosidad y textura de la tierra y materia origen.

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El italiano Mattia Paoli, trabaja también en esta singular poética de una plasticidad gruesa, pastosa, tectónica o telúrica, de trazos robustos y consistentes. Sugiere abrir una mirilla para atisbar hacia las profundidades terrestres, y en determinado punto focal, pone una acentuación de color. Finalmente, Jos Bregman (Holanda), desde hace años viene investigando el uso de las maderas de árboles que fueron talados por estar enfermos, o porque doblaron los vientos. Esas cortes transversales o “chuletas” poseen diversidad de lecturas, y accidentes, que él reácomoda por su apariencia o color, conformando conjuntos muy sensibles, que nos afectan a los espectadores, en tanto recuerdan el bosque, y sobre todo a los invasores que pretenden acabar con éstos para comercializar la madera.


O n i

J i k o

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Arte de Oni Jiko. ParĂ­ s. 2020.


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Arte y materia, mixta. 2020


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Arte y naturaleza. 2020


L i g i a

L o p e s

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Ligia Lopes, Paisajes Humanos. Dibujos, 2020. Foto cortesĂ­a de la artista.


Ligia Lopes, Paisajes Humanos. Dibujos, 2020. Foto cortesĂ­a de la artista. 73

Ligia Lopes, Paisajes Humanos. Dibujos, 2020. Foto cortesĂ­a de la artista.


Ligia Lopes, Paisajes Humanos. Dibujos, 2020. Foto cortesĂ­a de la artista. 74

Ligia Lopes, Paisajes Humanos. Dibujos, 2020. Foto cortesĂ­a de la artista.


M a t t i a

P a o l i

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Mattia Paolo. Arte colectado de las redes, 2020.


H i r o s h i

M i y a m o t o

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Hiroshi Miyamoto. Oleo sobre tela. 2020.


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Hiroshi Miyamoto. Oleo sobre tela. 2020.


J o s

B r e g m a n

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Jos Bregman. Cortes de madera. 2018..


Á l v a r o

G ó m e z

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Álvaro Gómez. Manchas. óleo sobre tela.


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Álvaro Gómez. La Caserola del italiano o nadie sabe para quien trabaja.

Álvaro Gómez. Parafina, tierra y ocre sobre madera.


Álvaro Gómez. S.T. óleos sobre tela. 81

Álvaro Gómez. Quería un cuadro negro dero no se pudo, óleos sobre tela.


D i e g o

Z a m o r a

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Diego Zamora. Dibujos mixtas. 2020.


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Diego Zamora. Pintura mixtas. 2020.


Illimani de los Andes

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Illimani de los Andes (Nicaragua) “Lágrimas de flores”. 2017. Fotografía digital exhibida en la muestra Mayinca Arquitéctica, Centro de Patrimonio Nacional.


Tierra&Arte contemporรกneo

S im bolismos

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Simbolismos No tiene que haber presencia física de la tierra en la obra, para reflexionar acerca de sus simbolismos intrínsecos al planeta, y a las culturas de la humanidad. Un sabio maestro oriental decía que en un granito de polvo está el planeta entero, entonces, hallamos sus significados en todo lo que nos la recuerda, y es en sí memoria.

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Esta última parte del abordaje presenta el performance de Illimani de los Andes (Nicaragua), quien, en un acto extremo, tal y como es esta forma de arte, se despoja de toda apariencia posible y reducirse a la materia origen, ser ella tierra, que también siente, ama, llora, anhela, abandonándose sobre la superficie, para ser ese granito de polvo, y llenar sus mejillas de lágimas de pétalos de flores en gratitud por la vida que aflora. Así que, a través de los ritos, llegamos al origen y al ancestro, para rendirles culto a la memoria. Josué Orellana (Honduras), nos recuerda su reciente muestra “Adobar la tierra” en los espacios de la virtualidad de Museo de Pobre, mayo 2020. Orellana hace con tierra tres corazones, a los cuales agrega pequeñas plantas silvestres y/o especias. El ritual de adobar la tierra es prepararla para la subsistencia, para tener una mejor cosecha o desechar el tiempo perdido sacándole frutos al planeta. Ángel Poyón (Guatemala) plantea otro simbolismo crítico: Un tejido esencial de la cultura maya, para llevar peso a espaldas, productos del campo, niños, leña, va a ser recubierto de una espesa capa de tierra, y peinada con las garras de las manos. La lectura de ese símbolo revela lo complejo y a veces hasta imposible del trabajo agrícola, por el costo de insumos, transporte, semilla, cuando todo se hace con las uñas.


José Rosales (Costa Rica), instala un amontonamiento de tierra sobre el pavimento de la sala expositiva, y en la parte superior, sobre un lecho de polvo rosado, coloca dos esculturas de una pareja simbolizando al ancestro mesoamericano. “Encuentro” es una metáfora de la vida, de lo que puede surgir al reposar dos cuerpos sobre aquella cama de materia del planeta. Finalmente, el escultor Alexander Chaves Villalobos, comparte la fotografía de una jaula en la cual, a primera vista, reconocemos lo que parece un jaguar, por su cuero “tigriado”, pero al verlo en la segunda imagen, vista totalmente de arriba, es un almohadón de tela que asemeja a dicho animal. Medita sobre lo que vemos y que a veces los ojos nos traicionan. Otra de las imágenes es un arco de cacería, y la tercera, un lecho formado por palos y bejucos, en el fondo dispone un espejo que revierte la visión del firmamento. Son signos de esa complejidad que llamamos existencia, donde al mínimo descuido lo que vemos se nos viene encima y nos afecta.

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J o s u ĂŠ

O r e l l a n a

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JosuĂŠ Orellana. Adobar la tierra. 2020.


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JosuĂŠ Orellana. Corazones de tierra y vegetaciĂłn.. 2020.


Á n g e l

P o y ó n

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Ángel Poyón. Peinar la tierra con las uñas. Zurcos Awäxab’äl (semillero de maguey y tierra) 2020 Awäxab’äl (semillero) Bolso tipo cangrejo que se utiliza para cargar las semillas durante la siembra.


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Ángel Poyón. Peinar la tierra con las uñas. Zurcos Tapäl (mecapal de maguey) Tierra y maguey 2020 Tapäl (mecapal) Herramienta que sirve para cargar bultos sobre la espalda y que está hecho de una faja de tejido de maguey que tiene sogas en sus extremos y se apoya en la frente.


J o s é

R o s a l e s

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José Rosales. Encuentro. Tierra, talco y esculturas en jabón. 2017.


Alexander

Chaves

Villalobos

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Alexander Chaves Villalobos. Manso. Escultura de metal y almohada de jaguar.


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Alexander Chaves Villalobos. Nido. Escultura madera y espejo.


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Alexander Chaves Villalobos. Apolo. Escultura de madera.


A manera de conclusión de este ensayo y visión de un arte apegado a la tierra y sus manifestaciones recientes, invita a continuar buscando, e investigar y experimentar aun mas, pues se dice que quien busca encuentra. Por otro, contactar con artistas al otro lado del mundo, enriquece nuestra propia acción curatorial, dedicada a repasar los aportes y lo que comparten estos artistas en las redes. Estar al tanto de lo que ocurre a diario. 96

Gracias a todos ellos por permitirnos llegar a nuevas audiencias y sustentar el proyecto: Museo de Pobre, el cual emergió de la nada, en las barriadas suburbanas colapsadas por la violencia y escases, pero que de inmediato se convirtió en un propósito para elevar la apreciación del arte contemporáneo, y producirlo, desde la contracultura.


Créditos Curaduría Moyo Coyatzin y Othello Quirval Diseño gráfico LFQ Agradecimiento a colaboradores: Cristina Gutiérrez Junio 2020

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Moyo Coyatzin. Muro de memorias. 2005.


99


100

Sede original de Museo de Pobre en Ipis, Goicoechea, 2019.


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