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INTRODUCCIÓN

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Bibliografía

Bibliografía

Voces de la literatura infantil y juvenil de Guatemala

INTRODUCCIÓN

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El estado embrionario de los estudios de literatura infantil y juvenil en Guatemala provocaron tendencias novedosas, tanto teóricas como literarias, en los diversos géneros, dirigidas a los pequeños lectores, que fueron beneficiado con propuestas para su nivel de comprensión.

A partir de la búsqueda de las semillas, los antecedentes que sirven de soporte al proceso literario, dentro de la historia del país, desde los aspectos coloniales hasta la formación de la República con su ideología, y el de una formación occidental que se remite hacia finales del siglo XVII, con la edición de El mundo en imágenes, un libro didáctico escrito por el pastor Joan Amos Comenius e impreso en Alemania, que constituye uno de los antecedentes fundamentales de la ilustración de libros infantiles así como de los silabarios para la enseñanza de la lectoescritura. Posteriormente, surgieron las famosas fábulas de Iriarte y Samaniego, entre otros autores. Esta información llegó al país e influenció a algunos escritores como: fray Matías de Córdova, Rafael García Goyena y Simón Bergaño y Villegas, por ejemplo.

De manera precisa, se expone la conceptualización de lo que significa un género literario relativamente nuevo: la literatura infantil y juvenil. Se ofrece al acucioso lector la historia antropológica que demuestra desde cuando el ser humano siendo niño, fue considerado como tal, y atendido de acuerdo con su propia evolución personal y psicobiológica, en el proceso de su propia existencia, dentro del transcurso cultural y sociopolítico de la humanidad. En Guatemala, empieza a consolidarse este género en los años treinta del siglo XX y es, precisamente, a partir de entonces que se inicia la idea de esta literatura con los escritores que han sido considerados los más representativos e iniciadores del género, pues despejaron el horizonte con su variedad de propuestas literarias, desde la poesía, los cuentos y el teatro, así como desde las reflexiones teóricas.

La contextualización sociopolítica, en el transcurso de la investigación, emerge como una necesitad sustancial que demuestra la importancia de las decisiones estatales en el proceso educativo en el país. De esa manera, se pueden encontrar, por medio de los acuerdos tomados oportunamente, los aciertos y desaciertos de los diferentes gobiernos de la república. Entrado el siglo XX, la atención estatal se enfoca a otros aspectos, pero no, precisamente, en la educación.

A partir de la Revolución de 1944, con el gobierno del doctor Juan José Arévalo Bermejo se inicia la reorganización estatal que permitió la publicación de diversidad de información con temas contemporáneos, libros escolares, científicos y pedagógicos, documentos informativos con variados temas. Se imprimieron documentos escolares como, folletos y pruebas objetivas, entre otras. Es importante resaltar la edición de revistas, entre las que sobresale la revista del Maestro. Pero, ante todo, dado el carácter de esta publicación, la revista infantil Alegría, cuya importancia, se fundamenta en que fue la primera revista verdaderamente infantil que se publicó en el país. Provocó el interés y la dedicación de un grupo de escritores que brindaron su orientación literaria hacia este género.

El amor y la dedicación a la niñez, especialmente, y la necesidad de avanzar en el proceso de alfabetización ofreció a los y las maestras, la oportunidad para trabajar en beneficio de la niñez guatemalteca. Una de las más destacadas mentoras fue Marilena López, quien tuvo a su cargo la edición de esta revista, por muchos años. Otros escritores, también, incursionaron en el tema, tal es el caso de: Óscar de León Palacios, Luis Alfredo Balsells Tojo, Luz Valle y Ricardo Estrada, entre otros. El doctor Carlos González Orellana ha opinado que la literatura era cuidadosamente elaborada y seleccionada para el mundo infantil, pues la orientación que tenía era esa, la de ser volcada principalmente para el mundo de los niños (1970: 479).

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Lamentablemente, la polarización política basada en diversidad de ideas antagónicas, frenó el proceso de producción literaria, especialmente de la edición de la revista infantil Alegría, que fue suspendida temporalmente. Después de un tiempo se verificó que llenaba los requisitos para los que había sido creada, pero su edición debía ser sancionada por el gobierno. Derivado de este hecho, algunos escritores publicaron su obra en forma de libro, posteriormente. Argumentaron la carencia de este tipo de literatura para niños y la necesidad de contar con material educativo en todas las áreas del país.

De acuerdo con las investigaciones realizadas sobre el tema, Frieda Morales Barco ha propuesto a diez escritores considerados como los que sientan las bases para la configuración formal de la literatura infantil y juvenil de Guatemala. Con ese propósito, se presenta en este libro una serie de ensayos sobre su obra, que incluyen, también, la biografía de cada uno de ellos. Los escritores estudiados son: Daniel Armas, por la diversidad de propuestas sobre el tema, desde la parte teórica hasta la producción de poesías y cuentos. De similar importancia, por la proyección educativa y lúdica, es la obra de: Marilena López, con el teatro de títeres; Ligia Bernal, que se especializó en teatro para niños; Pedro Adrián Ramírez Flores, y su especial recreación del Libro Sagrado de los Mayas en su propuesta de Junajpú e Ixbalaqué para cuarto grado de primaria. Mario Álvarez Vásquez, quien ha sido eterno maestro e incursiona en todos los géneros dirigidos a la niñez. Óscar de León Palacios, con su poesía patriótica, familiar y escolar, entre otros temas. Amanda Espinoza, quien ha laborado con una gran proyección educativa y su poesía para niños. Luz Pilar Natareno, que destaca su obra sobre literatura infantil, con la teoría y la realidad del país sobre el tema. Y, finalmente, Héctor Felipe Cruz Corzo, con el manejo diferente del lenguaje y la forma especialmente lúdica de su propuesta literaria infantil que incluye, refranes, adivinanzas, poesía, cuento y leyenda.

Los escritores, antes mencionados, dejaron, para la posteridad, grabados sus nombres en la niñez guatemalteca que tuvo, ha tenido y tendrá la oportunidad de leer esta maravillosa producción literaria que, aún con la intención didáctica, ha sido un rayo de luz, de esperanza y de oportunidad para que los infantes del país se orienten por una senda que les provoque descubrir el mundo por medio de la lectura. En ella, se declaran situaciones insospechadas, siendo lúdicas, permiten abrir la mente y el alma hacia nuevas rutas donde campean los sueños, pero, ante todo, se obtienen conocimientos que van formando la personalidad de cada ser.

La contextualización de la condición sociopolítica, como base de la educación en Guatemala, juega un papel de suma importancia, en ella se devela una serie de situaciones que han sido determinantes para la creación de literatura guatemalteca en general, y la literatura infantil en particular. No hay, hasta la fecha, incentivos para la creación de libros dirigidos a la infancia. Por esa razón, los iniciadores de esta literatura tienen un lugar especial en la historia con la creación de sus obras.

La dedicación, con la que trabajaron y siguen trabajando algunos de los escritores mencionados, la literatura para niños, constituye un aporte valioso, ya que no se descuidaron factores eminentemente nacionales, como leyendas, anécdotas, mitos, símbolos patrios, la familia, los padres, la escuela. Este imaginario colectivo que sustenta el ser guatemalteco, desde el nacimiento de la Guatemala de la Asunción, para los infantes, en un discurso didáctico o lúdico transformado en poesía, cuentos o dramatizaciones contribuye a conformar y fortalecer la identidad nacional. Los guatemaltecos comparten un territorio donde se conjuga la visión de mundo de varios pueblos y no se puede, de ninguna manera, divorciar la interrelación cultural que es la que sustenta su identidad.

La literatura es una forma de comunicación que lleva implícito un mensaje y una intención: crear y fortalecer en el lector la identificación con su entorno. El sujeto percibe conocimientos, ideas, descubre formas, colores, asocia objetos y los interioriza. De esa manera, va creando su propio ser que construye las bases de su futura personalidad porque se va gestando el criterio, despierta la sensibilidad, se recrea y se transforma a sí mismo. La literatura infantil y juvenil es propicia para la formación de lectores desde la primera infancia. Y, es preciso, comprender en este contexto, que el aprendizaje de lectura es un proceso evolutivo en el cual se distinguen varias etapas que incluyen

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factores esenciales para desarrollar la capacidad lectora como las destrezas cognitivas básicas, conocimientos previos, experiencias, actitudes y necesidades individuales y colectivas.

La escuela y los maestros y maestras, principalmente, tienen en sus manos la gran responsabilidad de promover en los niños, con amor, dedicación y respeto, los incentivos necesarios para despertar su necesidad lectora, ya que esa relación constituye el espacio donde, inicialmente, permanecen los niños y niñas los primeros días de su infancia para su formación individual. Es, precisamente, en ese espacio, donde la literatura infantil y juvenil desarrolla un papel fundamental con las propuestas adecuadas, para incentivar el conocimiento que fortalece, fundamenta y forma la personalidad de la niñez.

Con el propósito de compartir historia, fundamentos, orígenes, propuestas y fundadores de la literatura infantil y juvenil en Guatemala surge el libro Voces de la literatura infantil y juvenil de Guatemala.

Blanca Lilia Mendoza Hidalgo

Investigadora asociada

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