RELATOS POLISÉMICOS
Ana y Paco van a una academia de baile que está a unos pasos de su casa. Siempre van andando y sus padres les acompañan hasta la mitad del trayecto, debido a que no les gusta que sus amigos los vean con mamá y papá. Por tanto, desde el paso de cebra van ellos solos: sus padres se lo permiten porque la distancia es de unos veinte pasos y llevan un paso muy marcado para llegar pronto y poder hablar un poco con sus compañeros. Su profesora, Emilia, les enseñó muchos pasos de baile. Llevan en la academia seis meses y en ese tiempo dieron un gran paso, aunque como dice ella: “Para ser todo un profesional hay que ir aprendiendo a paso de tortuga para evitar dar un paso en falso“. Ellos están muy ilusionados y quieren ser grandes bailarines de mayores. ( Por Tania)
Estaba sentado en un banco, enfrente del banco BBVA, esperando a Miguel. Mientras tanto, me puse a pensar en aquel banco de peces que había visto por la mañana en el acuario, en qué buena idea sería ir al banco de órganos y al banco de sangre para donar; asimismo recordé lo enfadado que estaba ayer en el partido, pues mi entrenador me había sentado en el banco. (Por Víctor)