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PÍTULO
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El mito ¡A levar anclas! 1 2 3
Lean el título y observen las ilustraciones, ¿cómo será el Minotauro? ¿Qué otros personajes aparecerán en la historia? ¿Qué significa que el texto sea una versión?
Teseo y el Minotauro Versión de María Silva Hace muchos años, en la ciudad de Trecén, ubicada en el Peloponeso griego, vivía Teseo, un joven que desde muy pequeño se destacó por tener la fuerza y el coraje dignos de un héroe. Cuentan que, cuando tenía apenas siete años, el gran Hércules visitó la ciudad de Trecén y dejó olvidada en un rincón la piel de león que solía vestir. Todos los niños de la ciudad corrieron para ver al ilustre invitado, pero salieron despavoridos al creer que había un animal feroz. Todos excepto Teseo, que fue a enfrentar al animal. Al cumplir los dieciséis años, la madre de Teseo le develó un secreto guardado por mucho tiempo: era el hijo de Egeo, rey de Atenas. Su padre, por temor a que alguno de sus enemigos atacara al pequeño, había decidido mantener en secreto su identidad hasta que fuera mayor. Pero, para reconocerlo cuando volviera a Atenas, había escondido una espada y un par de sandalias debajo de una pesadísima roca. Teseo, ansioso de conocer a su padre, levantó la enorme piedra, se calzó las sandalias y la espada, y salió rumbo a Atenas. Largo fue el camino y muchas las hazañas que realizó Teseo, tantas que al llegar a Atenas su nombre estaba en boca de toda Grecia. Egeo también había escuchado acerca del fuerte y valiente muchacho, y tenía miedo de que hubiera llegado a Atenas enviado por sus enemigos para destruirlo. Por eso, tramó un plan en su contra, pero al ver las sandalias y la espada reconoció a su hijo y brotaron lágrimas de sus ojos. Padre e hijo pasaron largas veladas juntos en las que construyeron el vínculo por tantos años postergado. Todo parecía marchar bien para Teseo, pero al poco tiempo se enteró de un gran castigo que pesaba sobre su querida Atenas. En la isla de Creta habitaba un invencible minotauro, con cabeza de toro y cuerpo de hombre. Vivía encerrado en un laberinto y no salía de él, siempre y cuando, cada nueve años, se le entregasen siete doncellas y siete muchachos. Varios años atrás, Atenas había sido sitiada por Creta y todos sus habitantes habían estado
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Lectura de un mito.
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