por mi capricho Mercedes Ruiz de los Llanos, Ariel Cusnir, Amadeo Azar Gestiรณn y Organizaciรณn: Esteban Drincovich museo de arte contemporรกneo salta | octubre 2018
Autoridades
Museo de Arte Contemporáneo
Gobernador Dr. Juan Manuel Urtubey Vicegobernador Sr. Miguel Ángel Isa Ministro de Cultura, Turismo y Deportes Sr. Juan Manuel Lavallén Secretario de Cultura Prof. Sergio Mariano Bravo Coordinador General de Cultura Dr. Santiago Suñer Sub Secretario de Patrimonio Cultural Lic. Diego Ashur Mas
Directora Arq. Claudia Lamas Programación y Producción Gral de Muestras
Sr. Daniel Conti Colección Lic. Valeria Cabrera Educación Prof. Silvina Troyano Prensa Lic. Paula Ferrer Téc. Paula Cadena Montaje Sr. Luis Barro Sr. Omar Chauque Sr. Sergio Díaz.
Los caprichos: el arte del coleccionista Hernán Ulm “La única diferencia que hay entre un capricho y una pasión eterna es que el capricho dura un poco más de tiempo.” Oscar Wilde
Encapricharse es persistir en el tiempo. No se trata apenas de un impulso inconsistente, despótico, arbitrario, pasajero, de un mero berrinche. Encapricharse requiere de un cierto arte por el que convertir ese impulso en un trabajo obsesivo que dura y define toda una vida. Sólo así lo que podría ser la enigmática acumulación de nuestras iluminaciones privadas, se convierte en un territorio colectivo de ocupación. Solo así lo que podría ser una simple suma de objetos dispersos se convierte en una colección de arte. Encapricharse es tener la determinación para encontrar en los lugares inesperados de las cosas. Hay un esfuerzo prolongado en empecinarse en reunir, llegados de geografías y latitudes extrañas, los más diversos objetos para construirles un suelo in-común. La muestra organizada por Esteban Drinconvich es, en este sentido, una cartografía que reúne y mantiene juntos una incomunidad de objetos que bien podrían no encontrar nunca su lugar. Nadie que practique la tarea del arte es ajeno a esa experiencia de un trabajo prolongado por la que se hace nacer una idea, por la que se fabrica un suelo, por la que se inventa un mapa. Volverse artista, convertirse en pintor, es el resultado de una perseverancia en el tiempo, de una perseverancia del tiempo por el que las líneas y los colores, las más diversas intensidades que nos atraviesan se dan cita en un lugar. Los caprichos de Amadeo Azar, de Mercedes Ruiz de los Llanos y de Ariel Cusnir trabajan configurando una memoria, creando una zona en el que el tiempo adquiere una extraña visibilidad En Mercedes Ruiz de los Llanos se trata de dar estatuto, entregarle un cuerpo, a un pasado que llega en retazos que van dando cuenta de la presencia del tiempo demorado en la imagen. En sus obras de costura, el dibujo y la pintura encuentran un lugar común en el que se descubren las múltiples direcciones en que la memoria se vuelve a rearmar. Una cierta poética de la demora acontece entre las obras con que Mercedes Ruiz de los Llanos. Entre los
hilos, las telas, los colores, se van estableciendo relaciones que hacen visibles las huellas colectivas (la biografía de la artista se pierde en el trabajo de un tiempo que la excede) que configuran el sentido del acontecimiento que nos deja en este preciso lugar. En Amadeo capas de pintura se superponen formando un espesor en el que pulsan las más variadas formas de lo irreconocible: la memoria nunca devuelve aquello que fue sino trasformado según el sentido de lo que está siendo. Hay un cierto empecinamiento en los proyectos inconclusos, en los proyectos que no llegaron a realizarse, en los sueños interrumpidos que su obra restituye en la incompletitud que los realiza. Al fin y al cabo, los caprichos de la memoria no son menos arbitrarios e incompletos que la propia fuerza pictórica con que Amadeo los reinventa. No se trata de restituir la verdad de aquello que fue sino de inventarles una posibilidad para que se aparezcan en nuestro presente con la carga de ausencias y las tensiones que organizan nuestras relaciones con el pasado. De encapricharse con eso que pervive detrás de las borraduras, en medio de los recuerdos y que no se resigna a perderse en la noche terrible que todo lo olvida Son, en fin, los caprichos de la pintura, los caprichos en la pintura: eso que Amadeo, Ariel y Mercedes muestran y que la fuerza de su empeño, que la fuerza del tiempo realiza como visible. Es la persistencia en el tiempo de Esteban Drincovich que reúne en su muestra caprichosa los trabajos de amigos diversos en un mismo lugar.
Mercedes Ruiz de los Llanos
amadeo azar
ariel cusnir
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