Primera Estación

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Versión digital y actualizada del libro “Conciencia de Pasos” Ed. San Pablo. W. Elphick D. 2009

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PRIMERA EDICION: Ediciones SAN PABLO, Santiago Chile Inscripción N° 88.2411. Edición 1.500 ejemplares . Impresor: Talleres Gráficos Pía Sociedad de San Pablo . Abril de 1994 SEGUNDA EDICION (DIGITAL) : CENACE (Centro Nacional de Calidad Educación Empresa). Santiago de Chile, Marzo 2009. Versión Actualizada. La portada de esta edición digital corresponde a la Primera Edición, publicada por Ediciones San Pablo. Se libera a esta editorial de toda responsabilidad por esta edición digital. Diseño portada: Mauricio Villarroel E.

VERSION TOTALMENTE GRATUITA. PUBLICACION SIN FINES DE LUCRO. Nuestro negocio es vender ideas, sueños, propuestas para mejorar la vida persona y social. ¿Quiere ser nuestro socio? ¿Cómo? Difundiendo, imprimiendo, regalando, estudiando en grupos esta Edición de Conciencia de Pasos 2009. Hagamos LIBRE el LIBRO …

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WINSTON ELPHICK DEBlA

CONCIENCIA DE PASOS (O de cómo reflexionar la existencia sin caer en la euforia o en el suicidio) CENACE – Centro Nacional de Calidad Educación Empresa. Segunda Edición (Digital) . Stgo de Chile 2009 © Winston H. Elphick D. LO PUEDE REPRODUCIR CON TOTAL LIBERTAD citando la fuente. Nos interesa repartir estas ideas, pueden ser pequeñas semillas…

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PRIMERA ESTACION

¡HORA DE BAJARSE DEL ARBOL! (O reflexiones sobre el sentido de la propia vida y nuestra capacidad de autopercepción)

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I. LA MITAD DE TU VIDA ESPERA SUBIRSE A TU VIDA El mundo me amaneció un 4 de noviembre, entre gritos y espasmos mis pies fueron amaneciendo. Amanecer en otra ciudad, de aires desconocidos. Despertarse en el exilio, del que lo tiran, lo cogen, lo raptan, para sumergirlo en una sociedad de desiguales. Expulsado de aquel rincón cálido, para iniciarse en la ruta de los esfuerzos, de las luchas, del sudor y del pan. ¡A llorar! fue la orden del descorchador. ¡A correr! gritaron los bancarios, financistas del parto. ¡A vivir! el deseo de los Padres. ¡A callar! el grito de los mayores. ¡A competir! fue el canto de los marketeros. ¡A ser PERSONA! el simple sueño del Dios - Padre. Y lo ritual fue cogiendo la vida: ante el zumbido de los "Buenos Días" mis labios emitían otro zumbido. Ante las sonrisas mis labios aprendieron sonrisas estandarizadas. Ante la muerte, un Q.E.P.D. Ante Dios, un signo que no siempre es adhesión de vida. Y lo ritual detuvo la espontaneidad, la caída libre de las sonrisas. Lo ritual cubrió la vida, Diplomatizó la energía humana, puso tuberías al aire de las relaciones. Cada uno en el mercado de la vida negociaba, transaba sus afectos, como baratas melodías de un mal concierto. Versión digital y actualizada del libro “Conciencia de Pasos” Ed. San Pablo. W. Elphick D. 2009

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1.1. Una historia

La posta del hospital se llenó del ulular de la ambulancia, a su llamado se congregó un grupo de camilleros y enfermeras. Subieron a sus camillas a dos jóvenes heridos, sangrantes y en shock. Ellos son el centro de esta historia, una pareja de amigos adolescentes, jóvenes de un barrio marginal de Santiago. Vestían a la usanza de los "Trashers", de pelos rapados, chaquetas negras y botas militares. Los llevaron al Pabellón para suturar sus muchas heridas, éstas habían sido provocadas por unos asaltantes que les robaron sus chaquetas de cuero. Desde ahí, fueron llevados a la sala de recuperación, separados por unas albas cortinas, hablaban de un extremo a otro, de su penosa experiencia: - 'nos hicieron huevones estos desgraciados, el curso de karate que tomamos no nos sirvió de nada..' - dijo el más despierto. - 'es que eran muchos pu", deberíamos haberles entregado lo que pedían, total igual se lo llevaron' . El diálogo no se extendió más allá, uno de ellos entró :en un estado de fiebre y empezó a hablar en voz alta: -

Mamá, ven a verme, mamá. . .

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En eso y de improviso, entró una mujer a la sala de recuperación de los heridos: -

-¡Este es mi hijo! - dijo, acercándose precisamente al que clamaba por su madre en el ardor de su fiebre.

Al acercarse la mujer a observar a su hijo, sucedió algo inusitado, y que a pesar de lo rápido de su desarrollo dejó un amargo sabor a quienes les observaban: -

¡Sale, perra, de aquí- gritó furioso el joven herido. Al fin me tienes como siempre deseaste... al borde de la muerte -, concluyó el herido.

Enfermeras y médicos recién entonces reaccionaron: ¿ Qué hace esta señora aquí? La madre, mujer de apariencia firme, no supo qué decir. Calló. Lograron sacarla tranquilamente de la sala... pero el problema continuaba al interior de la vida de estos jóvenes heridos. Mirando esta escena se puede reflexionar: -

El mismo hijo que en su fiebre llamaba a su mamá... cuando ésta llega a verlo, la llama ¡perra! ... tremendo contrasentido.

-

Pareciera que el hijo tiene una imagen de Madre que no coincide con la madre real. En su fantasía soñaba con su madre que cubría sus heridas, en la realidad vive el encuentro con una mujer que odia.

-

No pocas veces las personas somos constructores de fantasías o pesadillas. Las primeras pueden ser un calmante para sobrevivir a la experiencia de no sucumbir ante la dolorosa realidad.

-

Podemos construir una realidad no fantasiosa, podemos vivir con la conciencia de que es posible reconstituir la vida. Podemos rescatar el sentido de nuestros pasos, aun dentro de una situación detestable.

Podemos superar las pesadillas, aquellas que sobreviven a la lucha diaria. Podemos dar el paso de conversión hacia una dignificación de la existencia. ¡Eres hombre, eres mujer llamados a vivir y multiplicar cada célula humana que recorre tu persona, tus afectos, tus pensamientos, tus esperanzas. Que no venza el rito de la agonía.

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1.2. La vida no pide permiso Ninguno de nosotros optó por nacer. No nos subimos a la vida, nos subieron, nos lanzaron con un golpe pegado a una esperanza. Una total tiranización, mala costumbre de servir la mesa, sin saber si el apetito está dispuesto. Nos subieron a la vida. El bus ya estaba en marcha, los boletos eran con pasaje de ida y vuelta.

1.3.

La vida no te espera, ve por ella

Ya que somos cautivos de la vida, ¿podríamos transformarnos en fugitivos de ella? Algunos lo hacen y huyen de ella, anulan la posibilidad de vivir en plenitud, se prefiere la constante cojera, se adopta la rebeldía de quien es llevado - contra su voluntad- a un banquete en donde no eligió el, menú. Pero la vida se encarga de cautivamos, nos envuelve con sus colores, nos hace admirar su fuerza y nos envía a descubrirla. Es necesario un esfuerzo personal para correr tras ella. Es preciso ganarse la posibilidad de tener vida, y lograrla en plenitud. No es suficiente "existir". Al ser humano no le basta con existir, no es suficiente ser un individuo autónomo, con una musculatura que lo moviliza o un corazón que irriga su organismo. i N o basta con existir, se requiere ganarse el derecho de existir, viviendo en plenitud humana! ¡No basta tener sangre en el cuerpo, hay que hacerla palpitar con la fuerza de quien descubre la seducción de la vida y responde a ella!

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1.4. Simples reflexiones Un día inventé una frase : Sube, la mitad de tu vida está esperando subirse a tu vida … y se la propuse, en un juego, a un grupo de jóvenes para que reflexionáramos a partir de ella. Las palabras hablan por sí solas: "Entiendo que significa que nuestra mitad de la vida que es el amor, la fe, la esperanza, está esperando subirse a nuestra vida que es trabajo, esfuerzo y superación" (José, 15 años). "Creo que esto va enfocado en una temática de integridad, es decir, una vida plena en todos los aspectos humanos, morales, espirituales. Una vida íntegra deja la mediocridad .en los aspectos que nos limitan. El consejo es ascender, subir en esta escalera sin fin que es nuestro ser" (Carlos, 16 años). "Mi vida para mí hoyes un carro, un solo carro de un extenso tren. Es un carro simple, que si yo lo echo a andar seré capaz de vivir y sentir, de amar. Si lucho por esta causa llegaré a ser el maquinista de este gran tren. Sí, seré el maquinista, ya que pasaré carro por carro, serán las diferentes etapas que este "tren-vida" tiene. Eso sí: este tren necesita de mucho amor y de fe para poder andar y andar y nunca echar pie atrás" (Roberto, 16 años). "Yo creo que lo que quiere decir esta frase es que nosotros estamos viviendo con una parte de nuestras vidas y que nosotros tenemos otra parte, que para cada uno puede ser distinta, que puede unirse a la vida y formar un todo. Lo otro es que debemos tratar de que aquello que estamos viviendo hoy, lo sepamos proyectar hacia aquellas experiencias que se están por vivir". (Ornar, 15 años).

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2. EL YO MOSAICO A lo largo de la historia el hombre se puso de pie.. dejó la vida - faber, para llegar a la vida - sapiens, del que al mirarse es capaz de reconocerse, de intimar consigo mismo y recorrer todos los espacios de sí que le eran negados. A lo largo de la historia un hombre se puso de pie, miro sus manos y la ruta que sus pies habían andado. Entendió que la única forma de ser hombre era bajarse del árbol, dejar de ser el mono cazador o sedentario y empezar a vivir lo humano en lo cotidiano. Entendió que la definición de hombre es: 'Hombre - sabio' . . . No sólo el intelectual, sino aquel que sabe mirar y sabe mirarse. Hombre - consciente no de las exterioridades, sino del profundo diálogo que se gesta en el silencio de Los espacios interiores. Hombre - original que lucha contra los mosaicos que otros arman para su vida. Bienaventurado aquel que venció los moldes, los prejuicios, los temores para apropiarse del rostro verdadero.

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2.1. Una historia antigua Recuerdo una experiencia que viví en una vieja iglesia. Aún la veo: vetusta, piadosa, sombría. En ella se refugiaban los acalorados paseantes de la ciudad, allí parecían rezar aquellos que cerraban sus ojos para, por unos minutos, dormitar. Era una iglesia de paredes altas como los álamos que le hacían custodia, en una de ellas se mostraba un antiguo mosaico, algo descolorido y roído por el tiempo. El Párroco pensó sacarlo. Se está cayendo a pedazos, era la razón que daba a sus antiguas feligresas, que rezaban a la imagen de las que pocas conocían su nombre. En verdad se caía a pedazos, y cada vez que las lozas se caían, dejaban tímidamente ver algo más, oculto tras ellas. No era fácil descubrirlo, el pegamento cubría toda la pared. Un día el Párroco, aprovechando el espacio dejado por las lozas caídas, empezó a quitar el pegamento, raspó delicadamente. Poco a poco se dejaban entrever algunos trazos, pequeños detalles que no se distinguían con claridad. Inmediatamente sospechó - tras este viejo mosaico, se dijo, debe estar una obra muchísimo más valiosa y más propia a la idea original de los constructores de esta iglesia... No se equivocó: descubrieron un antiquísimo cuadro del patrono de la iglesia tallado en piedra. Su calidad, después de muchos años, pudo estar por fin a la vista de todos, quienes se admiraban de esta obra para tantos escondida y por tanto tiempo.

2.2. La lucha por descubrir el rostro verdadero Paradógicamente, cada persona nace propietaria de un yo, que debería ir descubriendo, tallando en su propia experiencia; sin embargo nos vemos enfrentados a la lucha de crecer adaptándonos a un yo - mosaico que otros han diseñado, bosquejado para cada nacido: allí están los padres, proyectando sus ausencias, lo que cada uno no pudo realizar, aquellos sueños que no tuvieron despertar; están los profesores "modelando" al alumno cual "arcilla" que debe adaptarse a su sociedad, neutralizando la crítica, el cuestionamiento y la inestabilidad... no pocos se dejan manejar por la idea de que mientras más repetitivo y estandarizado sea el proceso educativo, mayor será su eficiencia... y menores las molestias. Al igual que en la historia de la vieja iglesia, podemos enfrentarnos a la lucha de dos fuerzas: la que desea descubrir el rostro original, aquella que busca liberarse de estucos, de exterioridades, y aquellas otras fuerzas que desean imponer colores y formas sobre la verdadera realidad... loza que se cae nos la vuelven a pegar .

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El esfuerzo por estucar y tapar el rostro original necesita de un "pegamento"... ¿qué pegamentos usamos en nuestra realidad? Uno de los más firmes es la traición: esto se ha hecho siempre así", "nuestra familia siempre ha tenido en sus filas a médicos". Otro "pegamento" son los temores sociales: "el qué dirán si..."; otro, la ley del menor esfuerzo: "no te compliques... síguele el juego, no contradigas, no le pongas tanto"... hay variedad de pegamentos. Al fin, ¿ qué conciencia podrá cultivar el hombre si somos macerados en la nulidad del yo, en la engañosa pista de "un destino", en el temor de no hacer nada que se salga de lo tradicional, de lo convencional?

2.3. ¡Ponerse de pie, en sus propios pies. Hoy, aquí en mis alrededores, una persona pequeña, comienza a ponerse de pie... aprende sus primeros pasos, tímidos. Cae cuantas veces quiere, se levanta y cae, pero vuelve, pues nació para vivir de pie. Contra toda fuerza, nació para vivir de pie. Contra todo obstáculo, nació para crecer de pie. Contra toda violencia, nació para relacionarse de pie. Contra toda opresión, nació para morir de pie...en sus propios pies. Hoy juguetea alrededor mío mi hija Natalia. Aprende el arte de ponerse de pie, que va más allá de caminar en dos pies. Un día aprenderá que tiene dignidad ofrecida desde su gestación, pero esta dignidad exige que cada persona asuma su dignidad a escala humana, creciendo en conciencia de pasos, amando con gratuidad y responsabilidad, sufriendo con mirada alta, venciendo sin avasallar, buscando con claridad de metas. Es la madurez de quien reconoce que sus pasos son suyos y no los de los adultos, proyectados en su ruta. Un día, Natalia, tus pasos te llevarán de pie por la vida, interiormente de pie, con tu verdad libre de mordazas, con tus opiniones sin muletas, con tus proyectos sin componendas. U n día, Natalia, veremos cómo ha crecido tu ruta, cómo has conquistado terreno. Un día irás de pie, en tus propios pies, alejándote de la huella paterna, encarnando tu propio proyecto de vida.

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3. VIRTUD y VICIO ORIGINAL Un día llegó a mi ciudad un predicador ambulante, micrófono en mano, empezó a decir: “Si quieres seguir a Cristo tienes que renunciar a ti mismo”. Y continuó: “renuncia a tus gustos”, “cuidado con tanta risa " “sacrifica tus descansos, no dejes que tu cuerpo te domine " “abandona tus deseos, elige los deseos de Dios...”. Mal maestro ... De tanta renuncia empezábamos a dejar de ser nosotros mismos. No nos dijo que renunciar a Si mismo, no es dejar el propio yo, sino los yo aparentes, aquellos que obstaculizan la plenitud de la persona.

3.1. Virtud y vicio original Todo mal tiene un inicio. ¿Cuál será el mal inicial, el vicio original? ¿Será la desconfianza, madre de toda división y frontera? ¿Será la envidia, hermana del stress y de la competencia desleal ? ¿Será la autosuficiencia, causal del desprecio y atropello de quienes nos rodean ? ¿Será la soberbia, aquel deseo de ser superhombres y aun de autonombramos dioses? El vicio original es el continuo afán por superar la realidad de lo que somos, para adornar externamente, de lo qué no existe en el interior del hombre. El vicio original me lanza fuera de mí, me subordina a buscar lo ajeno y encontrar en él una falsa plenitud adormecida por la inconsciencia. La virtud original es la capacidad para trabajar la autoconciencia, aquella capacidad para abordarse, conocerse y valorarse en el justo equilibrio. La virtud original es la fuerza centrípeta que me lanza hacia mi interioridad. Estas dos fuerzas pueden tener el patrocinio de mis acciones, cual bencineras están allí esperando que las cargue como combustible. Versión digital y actualizada del libro “Conciencia de Pasos” Ed. San Pablo. W. Elphick D. 2009 13


3.2. El hombre original, la mujer original… La tarea más cotidiana de la persona debería ser la búsqueda de su imagen verdadera a fin de dejar de ser hijos de la apariencia, para ser padres de nuestra propia originalidad. ¡Basta ya de jugar a la imagen que en el juego social montamos cada día! : allí desempeñamos pulcramente el rol, sin errores, sin quiebres, de acuerdo al estatus que con tanto esfuerzo hemos construido. Este juego es agotador, pero también es 'consumidor' del rostro verdadero, aquel del hombre original. ¿Por qué no intentar otro juego? , el día de la búsqueda de la verdad personal: encontrar el rostro original de mi persona, libre de las adecuaciones, de los compromisos, de las versiones decoradas y aumentadas. Es necesario mantener este juego, como un constante rescate de" la imagen verdadera de cada uno, es necesario tener valentía para liberamos de las gruesas capas que nos han puesto 0 con que hemos recubierto nuestra imagen original de hombre. Es necesario mantener la fórmula original, algo así como aquellas bebidas que mantienen el mismo sabor a pesar de que cada cierto tiempo su botella cambia de forma. Podremos cambiar en años, en trabajos, en responsabilidades, pero no necesariamente en nuestra escala de valores, principios, estilo de vida, sencillez, etc. La tarea de trabajar la imagen original no es un descubrimiento, no es algo que se encuentra ya hecho, es un trabajo lento y constante, como el agua que trabaja la roca hasta formar en ella una pequeña cavidad.

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3.3. El fruto del esfuerzo: la felicidad

Quien descubre su rostro verdadero, descubre la "camisa" del hombre feliz. ¿Recuerda la antigua historia del hombre feliz? Aquella que dice que ante la infelicidad del Rey, sus consejeros le sugieren que la solución está en ponerse la camisa del hombre más feliz de la tierra. Comienzan la búsqueda, consultan, nadie se reconoce feliz... hasta que un día dan con un hombre tremendamente feliz. Le piden con urgencia su camisa para llevársela al Rey ... sin embargo, este hombre feliz no poseía ni siquiera una camisa. La felicidad es la búsqueda constante de las personas, por ello tendemos instintivamente a evitar el dolor, el sufrimiento. ¡La felicidad se puede encontrar con muletas o sin ellas. Puedo encontrar la felicidad con muletas, aquella externa, transitoria, engañosa, en último término: herida por una falsa sensación de satisfacción, como el desnutrido que se siente "satisfecho" con pan y té puro... satisfecho, mas no alimentado. Puedo encontrar la felicidad, aunque corporalmente use muletas, en la unidad de mi yo y en la percepción juiciosa de mis actos; cuando las amenazas externas no me hieren; cuando lo ajeno no "manosea" mis valores y mi perfil de vida; cuando el concepto oferta - demanda no logra contaminar mis relaciones con las personas. La felicidad no se conquista desde fuera, lo externo adorna la vida, la facilita, pero ello por si sólo no entrega la felicidad. El hombre feliz no tiene en "su camisa" la fuente de su felicidad, su éxito radica en una camisa que ni el tiempo ni la fatiga corroen. El ropaje de la felicidad es el conocimiento y crecimiento personal. Quien sigue buscando "la camisa" del hombre feliz, busca una felicidad con muletas, nunca tendrá la autonomía ni el equilibrio que entrega un paso liberado de muletas. La felicidad fundada en el brillo de lo externo siempre cojeará, por más hermosa que se vista. Versión digital y actualizada del libro “Conciencia de Pasos” Ed. San Pablo. W. Elphick D. 2009 15


4. SORPRENDI A MIS PASOS Sorprendí a mis pasos compitiendo entre ellos, jugando a quién descubre más eficazmente el nuevo metro por pisar . Los sorprendí mordiendo el pasto, aferrados a las raíces para correr más veloces. Sorprendí a mi s pasos cabalgando sobre la locura. Iban raudos, soberbios, con dignidad desafiante. Iban, por esto, ciegos. Pobres ciegos, que por indigentes no tenían la conciencia que ellos no manejaban... simplemente rodaban programados, ordenados, no autogestados.

4.1. Paso a paso, una carrera La falta de tiempo nos acelera, buscamos la eficiencia, gastar menos y obtener más. Con esta lógica nos estamos matando. De tanto trabajar con máquinas, hemos confundido al hombre con una de ellas. Esta misma celeridad provoca una permanente competitividad entre los compañeros de ruta, una competencia descarnada, que no reconoce la deuda de solidaridad que tenemos para nuestros compañeros de viaje. La competencia tiene un rol dinamizador de los logros, siempre que tenga la adecuada dosis de justicia y solidaridad, como también la claridad de que la mayor competencia es en relación a sí mismo. Un atleta tiene como mayor compromiso vencer su propia marca.

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4.2. La ambivalencia de mis pasos En ocasiones, quien camina no siempre avanza. En la vida de cada día se experimenta la ambivalencia de ser hombres, de tener la intención de buscar el bien, pero terminamos en actuaciones incoherentes. El quiebre paulino se repite: 'hago el mal que no quiero y no hago el bien que deseo'. Tal vez sea la marca de la humanidad este sentimiento siempre presente de estar incompletos, inacabados, de ser impredecibles en nuestro actuar. Tal vez sea el regalo que nos hace la libertad: decidir en plenitud, aun en la neutralidad o en la negación de los valores a los que hemos adherido.

4.3. Una avenida de pasos solidarios Una sociedad, si quiere, puede hacer de sus ciudades una avenida de pasos solidarios, en donde los sanos respeten el caminar de los limitados, en donde se respete el ritmo de los lentos, como también de los rápidos; en donde la persona se vista y se calce con dignidad. En donde el crecimiento de unos no ignore la indigencia de los otros. Una sociedad puede educar en ambos sentidos: a aquellos que no tienen nada y sobreviven abrazados al hambre, como también a aquellos que nunca han pisado la dureza del camino y son hombres de cuatro ruedas (en coche cuando guaguas, en auto después, para terminar en la carroza funeraria). A todos, ricos y pobres, la educación les permite dar sentido a sus pasos, con todos se han de conformar los pueblos y sus comunidades, con el esfuerzo de todos ha de crecer la solidaridad y el bien común. A todos se les debe enseñar el acto constante de abrirse al paso de las personas próximas y detenerse s es necesario para atender al de los pies cansados, a los cojos, a los que han perdido la fe en sus propios pies.

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5. HOMBRE A KILOMETRO LANZADO La urgencia por calmar la sed me lanzó a pasar por el agua, sin poder encontrarla. La urgencia por saciar mi hambre me hizo cruzar por los mercados sin poder hallar mi verdadero alimento. La urgencia me hizo pasar por orgullosas catedrales y por humildes comunidades de creyentes sin detectar la presencia del Dios Vivo. La urgencia nos hace correr . Nos hace pasar por las cosas, por la gente y sus diálogos sin detenernos ni contemplarlos, sin ser conscientes de sus existencias ni de vivir en propiedad la nuestra. Con el tiempo aprendí que nuestra existencia es como una manta: un lento trabajo que entrelaza un conjunto de hilos, texturas y colores. El hombre, creciendo con otros hombres va tejiendo su vida, ideando formas, dibujos y colores. Así, cada persona va conformando con "hilos" que lo vinculan con otros: algunos breves y delgados. Otros firmes y seguros fortalecidos en el abrazo y la mesa de cada día. La vida va conformando la existencia humana con “texturas” que unen a as personas: algunos hilos son suaves y cálidos, nacidos del diálogo y la comunión. Otros tensos y endurecidos, cual hijos de la desconfianza. La vida va conformando una red de relaciones que por su esencia no huyen, ni me piden carreras, sólo demandan espacios para detenerme, para contemplar y contemplarme no con el ardor del narciso, sino con la serenidad del que asume sus oscuridades y claridades como la base de la gran carrera del hombre: encontrar sentido y conciencia de cada paso que lo convierte en hombre no sólo preocupado del raudo logro de metas, sino también atento a vivir los procesos con el tiempo y la prudencia necesarios.

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5.1. El cansancio de la competencia El hombre corre para estar cansado... y quien está cansado se ve impedido de pensar con tiempo y tranquilidad. Cada uno de nosotros está expuesto a experimentar la carrera del "kilómetro lanzado"... ¿recuerdas la competencia del 'kilómetro lanzado' , la de aquellos esquiadores que se lanzan por empinadas pistas para vencer marcas de velocidades cada vez más exigentes? Usan trajes y cascos especiales para lanzarse raudos entre dos paneles que les permiten concentrarse sólo en la carrera. El que se desliza no ve nada a su alrededor, tiene sólo un objetivo: la meta. Quien corre el kilómetro lanzado pone todos sus esfuerzos en superar el resultado de sus competidores y las exigencias de la pista. Una vez que inició su desenfrenada carrera, no podrá detenerse, deberá correr hasta llegar al punto pactado. Al final, el corredor sólo tendrá dos alternativas: llegará como campeón y señor de la pista o lo veremos como un frustrado competidor que terminó caído, herido y que, aun pasando por la meta, lo hizo en condiciones que no deseaba.

5.2. En nuestra vida social, también jugamos al "kilómetro lanzado" Y un día nos vimos frente a la pista, listos para correr por la empinada ruta. Allí inclinados, pensamos que no era el momento para dudar, j y nos lanzamos! : - Empezamos a competir contra los demás: Al igual que el mono hambriento que aprendió a luchar por su comida, en ocasiones seguimos su dinámica de sobrevivencia. Sin embargo, la mayor competencia debe estar orientada a superar mis propias marcas, más que en vencer las de mis "competidores". La dinámica de las distintas estructuras sociales demanda de nuestra parte solidaridad, a fin de que sean muchos quienes obtengan el desarrollo que esperan. Ningún grupo social podrá obtener éxito, si postula el individualismo. Sólo el crecimiento de todos permite la verdadera evolución social. La competencia no es' contra los otros' , ya que si le quitamos la solidaridad se transforma en desconfianza, en lucha, en violencia encubierta. Relativizamos los valores y las verdades: De esta manera podemos estructurar toda nuestra vida y nuestros mayores esfuerzos hacia una sola meta que nos hemos propuesto y desde esta visión todo lo convertimos en relativo: la familia, la verdad, el amor, la justicia, el respeto, hasta la propia vida. ¿Cuántos matrimonios han saldado las deudas del "kilómetro lanzado"? ¿Cuántos dirigentes, políticos, militares, etc., se han visto afectados y han afectado a otros por efecto del "kilómetro lanzado"? - Corremos, hasta las últimas consecuencias: De esta manera podemos transformar una decisión, una opción que tomamos en un momento dado, en un paso inflexible, que tendremos que sostener todos los días que dure esta "carrera". Una vez lanzados a la carrera no nos damos la posibilidad de la enmienda, de reconocer una mala partida... y detenerse, a fin de observar y reparar lo andado.

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5.3. Desde que nacemos se nos anima a prepararnos para la carrera del "kilómetro lanzado" La carrera de su preparación educativa la iniciamos tempranamente:

Nuestros niños cada vez gozan menos a sus padres y sus padres empiezan a acostumbrarse a la idea de que los técnicos educativos harán mejor el trabajo que ellos...lograrán mayores éxitos y en menor tiempo. ¿Cuántas salas cunas buscan demostrar que se acercan a lo que entrega el pre kinder y cuántos kinder se sienten orgullosos porque sus "egresados" dan señales de estar ya en un Primero Básico? - Sobrevaloramos al hombre "inteligente". Hemos llegado a concebir por inteligencia a la capacidad de retener información, transformando al hombre en un receptáculo de datos, y quien demuestre mayor "capacidad cúbica" tendrá mayor "inteligencia". Nos esforzamos para que " aprendan " en un sentido memorístico, valoramos la idea de impulsarlos a correr mejor ya mayor velocidad... ya hemos creado escuelas para "superdotados" en donde podremos transformar a cualquier niño en un super corredor. Desintegramos la totalidad de la persona al exaltar una de sus capacidades (lo intelectivo), subvalorando su afectividad y su capacidad para actuar en el mundo. ¿ Cuántas veces escuchamos que se nos dice: "esta persona es muy inteligente"? ¿ Cuántas ha escuchado las que se refieren a las personas como más afectivas, acogedoras, etc.? En el diálogo cotidiano, ¿se hace más referencia a que "esta persona es más inteligente" o a que "esta persona es más afectiva, cordial, solidaria? ... ¿Qué se habla y qué se valora más?

5.4. Animamos la carrera por la carrera Más tarde, a los más jóvenes, los hacemos pasar por un ranking intelectual, es el peaje para demostrar que sus aptitudes valen. Los empujamos a correr hacia las carreras que les sirvan para lograr lo que esperan... ¿y qué se espera?: una vida asegurada, económicamente asegurada, que les permita “valerse" y "valer" en una sociedad que asigna poder según el valor que cada uno logre al llegar a la meta. Hemos hecho una sociedad para triunfadores; los que llegan heridos, fracturados... llenan las clínicas de los sicólogos, se empobrecen pagando la terapia, se alejan cargando la sensación de ser desintegrados sociales, parias molestos o terminan suicidándose.

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5.5. Hemos creado un nuevo tipo de hombre

A la carrera, hemos creado un tipo de persona para la velocidad del 'kilómetro lanzado' : 'El Hombre a kilómetro lanzado' , hombre de voluntad a toda prueba, hombre decidido a lograr su meta a toda costa. Hombre que no ve, que no mira ni admira la realidad externa ni la interna... su mirada y su tiempo están fijos sólo en una realidad: su meta, los objetivos que espera alcanzar . 'Hombre a kilómetro lanzado', avasallador, impetuoso. Su velocidad le impide analizar aquellos hechos que lo van conformando y valorar a las personas con quienes interactúa, crece y se proyecta. "Yo soy yo y mis objetivos "... dijo y continuó la loca carrera pendiente abajo. "La idea -continuó- es llegar y pronto, aunque reviente o revienten”. Y vamos "modelando", inyectando este prototipo de hombre a nuestros niños y jóvenes: les hablamos de la importancia de la productividad, de que el fin justifica los medios, pero no les hablamos de los procesos y del respeto a las personas; hablamos del espíritu de empresa, pero no del espíritu de sociedad; sacralizamos el libre mercado, pero silenciamos el tema de los consumidores cautivos, de la deuda social, y las masas sin mercado; les hablamos de la eficiencia, pero no del respeto al tiempo familiar y personal de convivencia; les hablamos de la agresividad necesaria para triunfar, de que 'no te confíes de quien está a tu lado, puede ser tu vencedor' ; les hablamos de la confianza en sí mismos omitiendo la confianza que merecen los demás.

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Estamos formando un tipo de 'hombre a kilómetro lanzado " incapaz de detenerse ante el compañero que ha caído, temeroso de una pausa para no verse sobrepasado por los otros... individuos invencibles, infranqueables, fortificados, dispuestos a defenderse con todo. .. estamos formando hombres de una sola mejilla. Les hablamos desde nuestras experiencias de adultos, desde nuestras heridas, desde nuestros éxitos con sangre, desde nuestros temores al futuro. Los niños y jóvenes no necesitan que les construyamos su vida a partir de nuestras debilidades o flaquezas. Nos piden un esfuerzo, no de neutralidad, sino de respetuosos acompañantes y animadores en su propia experiencia. Este acompañamiento debe permitir que cada hombre pueda llegar a ser la única e irrepetible obra que está llamado a ser. Cada persona tiene su ritmo, sus expectativas, sus esfuerzos que responden a la búsqueda de una meta y de un camino personal que tiene por trabajo central: descubrirse, trabajarse y ser en plenitud.

5.6. Buscando el sentido de la carrera Todo en la creación responde a un ritmo, a un movimiento... en la naturaleza existe una carrera con sentido.. Las estaciones corren suavemente una tras otra, ordenadamente se buscan y generan la vida con un sentido de crecimiento continuo. El verano, con sus calores y variedad de frutos, continúa una carrera de relevo en el otoño, tiempo de calma, del inicio de la quietud para que la tierra recobre su vitalidad, para que la savia retorne hacia sí misma y, después del fruto, pueda trabajar la vida al interior de la planta. Después del arduo trabajo por entregar hojas, flores y frutos, sobreviene el tiempo de dejar las apariencias, de abandonar el soberbio follaje y recogerse en el silencio y la sencillez de las hojas caídas. La vida corre, de ser en ser, de edad en edad. Aun tras la muerte, continúa sus pasos transformando la materia, innovando en las células que arropan a semillas que nuevamente habrán de generar nueva vida. Pero el hombre corre por correr. La carrera del hombre a "kilómetro lanzado", ¿hacia dónde se dirige? ¿Qué mueve a su piel ya sus huesos a mantener el esfuerzo? ¿Qué hace palpitar cada día su corazón y sus sueños? ¿Con qué motivos inician sus pasos la jornada de cada día?

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5.7. Ausencia de metas y metas engañosas Que el hombre no tenga metas... es ya un problema; pero el mayor problema es poner la mirada en metas que dejan con insatisfacción, con hambre a quien las alcanza. La persona, al no tener metas en su vida, vive desorientada, envuelta en lo emergente, en lo accesorio. Una persona sin metas tiene una clara posibilidad: descubrirlas y alcanzarlas; por lo general, está deseando una compañía que la anime a descubrir las metas trascendentes. Por otra parte, un hombre con metas engañosas es un peligro contra sí mismo, pues se ha convencido sobre la bondad de lo que busca y por que cree en ellas está dispuesto a cualquier sacrificio por alcanzarla. No discrimina lo engañoso de lo) verdadero, ni lo permanente de lo efímero. Las metas ausentes se pueden descubrir. Es posible hacer emerger desde cada persona la, razones que lo animan a dar, día a día sus pasos esto es un mínimo de calidad humana de vida sabe por qué se vive Descubrir las meta, engañosas es más trabajo y ofrece mayor resistencia por parte de la propia persona. Asumir que las metas que se proponía como buena en realidad son aparentes, hermosas cáscaras vacía, de identidad, es un doloroso pero necesario proceso.

5.8. Variedad de metas

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Las permanentes y globales Las transitorias y breves Las de urgencia aparente (inquieta, nerviosas) Las oscuras y malditas.

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Cada día nos despertamos con metas en nuestra, puertas. Algunas permanentes y globales, que involucran a toda la persona y a quienes le rodean. Otras son transitorias, breves, pero no por eso de menor importancia... una meta aparentemente simple puede ser puerta de otras metas mayores. En el conjunto de metas, existen las que pueden esperar. Aparentan urgencia, al verlas allí esperando nos arrojan adrenalina y nos aceleran, nos agitan. Son metas inquietas nerviosas, que dan poco espacio para analizarlas. Estas son las que nos desvían de los propósitos grandes, ellas ponen a prueba nuestra capacidad de renunciar al inmediatismo y sostener el esfuerzo en consolidar una tarea que construye la vida En ocasiones es necesario saber renunciar a aquellas que son entretenidas, amenas, pero vacías de resultados humanizadores. Atención: con lo anterior no propongo una vocación de mártires para quienes buscan vivir con conciencia de sus pasos. Tenemos derecho a metas entretenidas, al placer, a la alegría, al amor, a la fiesta, al brindis por tu cumpleaños... pero distinto es buscar el placer por el placer, el pasar de fiesta en fiesta porque sí. ¿Cuántos "amores eternos " son sólo amores de fin de semana ?, ¿cuántos buscan el placer exento de dignidad humana?, ¿cuántos viven de "metita en metita" a fin de que el tiempo pase luego y la noche los recoja cansados para adormecer su juicio, su conciencia? También están las metas oscuras, las malditas, las elaboradas en el fragor de la batalla. Metas que surgen y que esperan ser cogidas Con mano vengativa. Están creadas para maldecir, para levantar alambradas, desconfianzas, para hacer de la convivencia un infierno. . . son hábiles, pues se visten de buen ropaje: ¡es el colmo que aguantes tanto! , ¡no te dejes pasar a llevar! ¡Quién es éste para darte órdenes! ¡Con qué ropa la han elegido Jefe a ésta!, ¡me las va a pagar todas juntas!, ¡ya verá con qué chichita se está curando!, ¡el que la hace la paga! , ¡ni perdón ni olvido! Atención: Con lo anterior no estoy negando el derecho que tenemos de hacer respetar nuestra persona. Al fin, para todos es consenso de que todo hombre posee una dignidad humana que es, o debe ser, inviolable. Está claro también que la búsqueda de la verdad y de la justicia se tiene que realizar lo más lejos de la venganza. No se olvide que en una cultura que se dice "cristiano - occidental:” es .imperioso hacer cumplir los pasos del análisis reconciliatorio: Buscar la verdad; una vez encontrada, dar paso a la capacidad de perdonar a quien causó el daño... ¡pero igual el daño queda!; entonces en este momento hace su entrada un acto vital: la reparación por parte de quien causó el mal. La verdad, el perdón y la reparación son partes de la tarea total que es la justicia... si falta uno de estos tres elementos, tendremos una justicia enferma, débil, sorda, incapaz de sanar al que perdona y al que repara.

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5.9. Cada caminante con su meta Al observar la dinámica de cómo se presentan las metas en el desarrollo personal, se podría decir que en nuestra vida de caminante podemos experimentar tres tipos de metas y tres maneras de responder a ellas. Las metas – viento Se muestran cuando impulsan y logran hinchar las velas de los ideales, animando los trabajos concretos de cada día. Ciertamente son metas a escalas humanas: Una meta – viento es aquella que propone desafíos que permiten el acceso a ni veles mas humanos. Son las metas de los sueños permanentes, que exigen esfuerzos y trabajos, que no se aquietan con el tiempo y que piden, cada vez más, radicalidad. Son las metas de los que no se resignan frente a la caída. Son muchos quienes parten con grandes ideales, con metas que tienen que ver con la búsqueda de una vida más plena. Parten y trabajan, se esfuerzan por lograr lo que esperan. Son capaces de renunciar a la premiación inmediata, porque saben que esperan un premio mucho mayor. . . ¿Imaginas todas las renuncias que hace un deportista que va a competir en el triatlón? , ¿o las de la familia que tiene por meta la adquisición de su casa? Un caminante empujado por una meta - viento es aquel que asume la ruta con los descansos, con los. valles, pero también con los montes empinados. Llegará con los pies adoloridos, pero llenos de esperanzas, confiando en alcanzar un bien que sobrepasa todos los accidentes y bondades de la ruta. Las metas – lastres Ellas impiden el avance, son las que detienen e involucionan a la persona. Se convierten en un peso, un lastre que tira según "la ley del menor esfuerzo". Una meta - Iastre degrada y limita el camino del desarrollo humano. Va cargando a la persona de accesorios que más tarde pesan y estorban el caminar del peregrino... sólo sirven para instalarse, para quedarse gratamente estacionado en un rincón lleno de cosas y "metitas" que te alaban el ego y que, cuando las interrogas, callan, se vuelven mudas. Es el vacío que provoca alcanzar metas que no exigen, que sin mayor esfuerzo personal las obtenemos; nos gratificamos en ellas, pero nos dejan el vacío, la nada, la insatisfacción.

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Existen caminantes que han partido con grandes ideales. A la partida, les vimos con sus velas plenas de proyectos, sin embargo, a poco andar se empiezan a desgastar, a distraer de lo que inicialmente les motivó. Su gran meta se desdibujó, surgieron las pequeñas, las novedosas, las emergentes... no priorizaron y con el tiempo sus metas los llevaron a donde no querían llegar . Las metas – neutras También existen metas tibias, que no invitan a jugarse por la radicalidad de lo frío o lo caliente. Son metas que están en la frontera de lo justo y lo bueno, no la traspasan, pero casi se salen de ella. La tibieza en las decisiones es el temor al riesgo de pensar y actuar por la propia opinión. Se puede expresar como la indecisión de vivir, el temor de opinar más allá del promedio de las opiniones de aquellos que le rodean. Un caminante que se deja envolver por metas neutras, tal vez no correrá riesgos, pero perderá su opción de desarrollar la aventura de su propia vida... y la vida es una constante aventura, con riesgos, con caídas y éxitos. Violeta Parra cantó: "conozco yo caminantes que no debieron partir"... Pero cada caminante siempre tiene la posibilidad, una vez lanzado en su carrera, de recuperar el rumbo, de dignificar su ruta, de sanar sus pasos, de darse el tiempo para evaluar y orientar su carrera hacia el encuentro de un Proyecto personal de vida. Un ideal de futuro, un objetivo claro de vida, puede superar cualquier situación que atente contra la persona. Ni los dolores, ni los tropiezos, ni el fracaso o el éxito, ni la pobreza o la riqueza, podrán detener a un hombre convencido de sus ideales que cooperan en la evolución de la vida personal y social.

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6. CONCIENCIA DE MIS TIEMPOS Hoy, aquí, junto a otros, vivimos en un tiempo y una historia no culminada. Todo está por hacerse, por continuarse, por perfeccionarse. Hoy tengo desafíos que piden respuestas frescas, jóvenes respuestas. Cada día es el inicio de la historia. La evolución no ha culminado su obra, aún no llegamos a la plenitud de los tiempos.

6.1. Todo un año de pasos Amanecer 1 - El inicioMe resisto a ponerme vertical. Insisto en mi rechazo a prestar mi cuello para ensayos corbatísticos.

Amanecer 182 - El intermedio¿Falta mucho? ¿Es que aun quedan muchas funciones en nuestro circo ? Perdónalos... los relojes Controles no saben lo que hacen.

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Amanecer 365 -¿El final? ¿Será el fin o el inicio de nuevas transpiraciones ? ¿Será que el sol pedirá su día administrativo? ¿Será que al fin acordaremos un paro de relojes?

Hombre de 365 amaneceres Hombre de 365 días con sus mañanas, tardes y noches. Hombre viviendo entre el reinado y la indigencia. Hombres que caídos, buscan sanar sus rodillas rotas. Hombres que buscan activar el gesto y la palabra, para comunicar gratuita y solidariamente aquel mundo interior del cual dejando de ser sus residentes, se alzan como sus presidentes

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6.2. Todo un día de pasos La mañana - El despertarY lenta la mañana fue creciendo, en tiranía clara que rompió la quietud de mi pieza. Golpeó mis ojos, los abrió al día, Obligándome a dejar mis posiciones fetales.

La decisión de sumergirse - El partir¿De qué quiere lavarse el hombre'? ¿Por qué cada día busca el agua clara ? Se sumerge, limpia sus poros, se rinde al líquido curioso. ¿De qué desea limpiarse cada mañana cada hombre, cada mujer? ¿De un día anterior lleno de carreras, de tensiones ocultas? ¿De miradas incriminatorias? ¿De esperanzas asfixiadas? ¿De parecer lo que no puede ser? ¿De vivir enfundado de hombre sin lograr plenitud humana? ¿De plantar y no cosechar un fruto satisfecho'? ¿De qué quieres lavar tu vida hoy'?

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Mi día - El encuentro Mira: mi día está lleno de huellas. Algunas cruzaron mis puertas y compartieron mi mesa. Otras, esquivas, se asomaron y huyeron recelosas. Mi día está lleno de huellas. Al fin, conmigo, se quedarán las que no temieron, aquellas con las que nos unimos compartiendo la sombra y el descanso. Un día las recordaré, veré sus pisadas de entrada y de salida... llegaron solas, pero partieron acompañadas del afecto que nació entre un pan y una mesa.

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Estrellas de día - Dignidad diariaDe día todos los hombres son estrellas. Pero al igual que las estrellas no tienen brillo en el día. Allí están titilando en dignidad que no se les nota. De día los hombres producen, y como toda máquina que produce, viven en lo inmediato, en la tarea urgente. Una máquina no se proyecta Ni siquiera a su minuto siguiente. De día los hombres obedecen, y como todo aquel que obedece pasivamente Evita pensar , teme cuestionar , desconecta el vínculo creativo. De día los hombres corren, y como todo el que corre, pasa por las cosas, no ve a las personas. Al final del día se detiene cansado y recuerda la geografía humana que en su correr vio pero no degustó.

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¿Cómo vivir el día siendo estrella que reluce? El sentido de la vida humana es la felicidad, sin ella la vida deja de ser digna. Cada persona debe encontrar satisfacción en lo que es y en lo que hace. Esto lo sabemos, pero la actividad, la rutina, el estrés, se han encargado de que lo olvidemos, de que se desperfile de nuestra existencia. Pero, ¿cómo hacerlo si no hay tiempo? El camino más simple para "degustar" la vida es aprovechar lo cotidiano, el desafío es cómo hacer extraordinario aquello de todos los días. Una posibilidad es el lugar donde se trabaja: cada día puede darse usted 10 minutos para reflexionar. Otro camino es romper la rutina: ¡váyase por un camino distinto! , no tema a perderse, juegue a descubrir rutas nuevas. Deténgase en algún lugar agradable, experimente la contemplación, aquella actitud que no tiene más objetivo que estar quieto, abierto al silencio, a la belleza de las cosas simples. " Por último haga un juego: viva su día como el último día. ¿Qué cosa le gustaría hacer, por cierto en el ámbito positivo? ¿Con quién le agradaría hablar? ¿A quién le gustaría agradecer?.. ¿Por que no lo hace ya?

Al atardecer – Aceptarse Al atardecer la bruma. Surgió lenta, suave, contorneando la montaña arropándola con sus grises. Era como una superposición de montañas: una firme y permanente, otra tenue y orgullosa empinándose por alcanzar el risco y la altura. La bruma puso frente a mí la vida. Me llamó a mirar las brumas y montañas existentes en mi propia historia. Fue un instante radiográfico para detectar las superposiciones entre bruma y montaña, en las redes que se tejen entre los hombres. Entonces, la bruma era yo. Versión digital y actualizada del libro “Conciencia de Pasos” Ed. San Pablo. W. Elphick D. 2009 32


A veces podemos ser bruma que pasa por la montaña y cree ser montaña. Podemos ser el rapto de la conciencia que adorna sus pasos y justifica sus tropiezos. ¿Podremos, un día, ser bruma que acoja su identidad de bruma y no de montaña? ¿Podremos valorar nuestra existencia de bruma ? La bruma pasa, es presencia breve que no pisa la piedra ni el aromo. La bruma pasa; con los primeros soplos se deshace en la mañana... pero vuelve, siempre habrá una mañana en que vuelva. Somos hombres con existencia de bruma, pero con aspiraciones de montaña.

La noche - Detenerse y mirarAquí, Señor , al pie del cansancio, en la culminación del día. Mis pies, como tus pies, cansados. Culmina mi fatiga, Señor , con un lento abrazo, suave gesto que acoja mis trabajos y mis ausencias. Aquí, Señor , arropado de día, de todo un día que encerró sueños, carreras, encuentros, divisiones. Cógelos Señor , y crea con ellos el abono de nuevos sueños y trabajos. Versión digital y actualizada del libro “Conciencia de Pasos” Ed. San Pablo. W. Elphick D. 2009 33


7. EL DERECHO A VIVIR LA EXPERIENCIA DEL OTOÑO

Señor, dame la humildad del árbol aquel que de frondoso ramaje transita hacia su amarillo otoño. Ha renunciado a sus hojas, una a una las fue liberando para abrirse a la vida interior. Llamó a su savia, la hizo bullir internamente para retomar su identidad de árbol, más que de follaje-hace-sombra. Señor, dame la humildad de la caída, aquella fortaleza para reconocer mi debilidad; aquella lucidez, para detectar mis torpezas y locuras. Sólo quien se diga sordo, podrá lavar su sordera; sólo quien se llame ciego, traerá luz verdadera a su vida; sólo quien se atreva a perder , será el ganador en esta tierra.

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1.1.

Responder a una esperanza

El árbol es un sueño de una mano tal vez, hoy, ya lejana.

Un día alguien tomó la semilla en sus manos y le dijo despacito: no temas, semilla, te prometo que un día tendrás tierra, serás tallo que surge, hoja que verdea, ramas que juegan con el viento. Un día serás raíz que abraza la tierra que se hunde en ella buscando el agua, dulce pago a tu trabajo. Te prometo, semilla -continuó- que un día tu corazón abrirá todas sus puertas para soltar las amarras de sus flores, para atraer la mirada del pobre y llenar sus ojos de colores y su boca de sabores y frutos. Un día puso allí la semilla, la hundió en la tierra y confío en que con cuidado se transformaría en brote, en susurro que verdea hasta convertirse en voz hecha rama y en grito hecho fruto. Y un día el árbol respondió a la esperanza de quien lo sembró a la propia razón de ser de la semilla, a su identidad de transito. Versión digital y actualizada del libro “Conciencia de Pasos” Ed. San Pablo. W. Elphick D. 2009 35


1.2.

Ser más que follaje

El árbol es más que follaje, más que hojas apiladas. Es nódulo fuerte, es anillo de corteza, es - savia que recorre rama por rama, es semilla no abortada. El árbol más que un conjunto de hojas, es la intimidad del brote, es tronco fuerte que sostiene y enraíza. El árbol es más que toldo verde, es la oportunidad de vida que recibe el otoño. El árbol es un anciano maestro que nos educa en los ciclos de la vida. En el aceptar la hermosura de las hojas en su plenitud y también saber aceptar los tiempos de pérdida, de soledad, de silencio, de renuncia que nos trae el otoño. Del árbol aprendemos la humildad de la caída del otoño, como el podemos vivir la experiencia del otoño, de aquel que es capaz de arroparse no de exterioridades, sino con la fuerza del que, desnudo, sabe aquietarse, detenerse y trabajarse interiormente. El árbol, nos enseña que todo es transitorio, que somos peregrinos, que vamos por estos paisajes de tránsito, que no estamos para quedarnos en estas geografías, por muy hermosas que sean… ninguna es para siempre… ni trabajo, ni familia, ni acciones, ni estatus, ni poder, ni fama… todo está llamado a vivir un otoño,. El árbol nos enseña a ver lo hermoso que tiene el otoño, la ganancia de la pérdida. Es contradictorio… pero muchas veces al perder (aparentemente), se ganan espacios de mejor vida, de libertad, de sencillez, de madurez, de crecimiento… siempre hay una ganancia en la pérdida. Versión digital y actualizada del libro “Conciencia de Pasos” Ed. San Pablo. W. Elphick D. 2009 36


1.3.

Humildad para aceptar la realidad del otoño

Todo árbol vive el otoño, es una realidad que lo envuelve cada cierto tiempo, que lo coge y lo aquieta, lo hace reducir las exterioridades y le enseña a saber perder el brillo de los colores para quedarse con la parca sobriedad del amarillo. Aun aquellos de hojas caducas viven a su modo el otoño, en él reducen su ajetreo externo, no nacen nuevas hojas, su ritmo acelerado de producción se reduce al mínimo. Cada árbol vive su otoño, cada mujer, cada hombre también puede vivirlo. Vivir un otoño para cada hombre, una experiencia de saber perder, de soltar lo que atábamos o nos ataba. Vivir el otoño cuando los hijos empiezan a vivir su autonomía; vivirlo cuando un día nos dejen desnudos de su presencia y se alejen junto a otros pasos. Vivir tranquilamente un otoño cuando me pidan que deje mi puesto, aquel sitial que un día me entregaron con aplausos, y que sin querer lo fui confundiendo con mi propio yo...lo hice mío y me fundí a él. Dejarlo es dejar un poco de mí sentado en él. Vivir la experiencia del otoño cuando las voces que me adulaban se transformen en susurros irónicos, críticas ocultas, hasta llegar al sarcasmo público frente a mis actuaciones. Vivir la experiencia del otoño cuando perciba que el afecto de mis amigos no es el mismo que ayer me entregaban. Vivir el otoño cuando vea que mis ojos ya no vean la ruta con la profundidad de los quince años y necesite de otros para llegar a cada esquina. Vivir el otoño cuando quite mis máscaras y disfraces, cuando el baile y la farándula terminen y en el silencio de mi pieza me encuentre con la simple verdad de lo mío. Vivir el otoño en la sencillez de cada día, cuando allegar cansadas desnude mi cuerpo de las apariencias y acepte mis limitaciones, mis temores, mis tropiezos, como una verdad siempre presente. Versión digital y actualizada del libro “Conciencia de Pasos” Ed. San Pablo. W. Elphick D. 2009 37


1.4.

Hombre de otoño es hombre de interioridad

La clave de un otoño bien vivido: Saber perder, ser capaz de aceptar la caída, el alejamiento sin desmoronarse, sin perderse junto a lo perdido. Entender la pérdida aparente de lo querido, como una forma de alcanzarlo, en algún momento, liberado, maduro de ataduras dependientes Saber hacer silencio cuando todo está con bulla. Esto permite la reflexión, y sólo mediante la reflexión se puede actuar sabiamente. Saber mirar al otro y mirarse a .sí mismo en lo importante, sin poner el interés en lo accesorio, en lo decorativo. Saber esperar, confiar en que todo otoño termina florido, logra conquistar con esfuerzo la sonrisa y el calor de la vida. Saber considerar la espera como el único camino para lograr el éxito, una espera activa, capaz de hacer productivo cada silencio, cada reflexión sobre sí mismo, cada paso que se ha reflexionado. Un producto que se convierte en cosecha no de cosas, sino de fortalecimiento y crecimiento del ánimo ante la vida diaria. Saber vivir la independencia ante los aplausos y ante la crítica que demuele. Ser persona que no se deje condicionar con las aprobaciones, y acepte en la justa medida la opinión contraria. Saber que mi verdad es más lúcida cuando se abre a la verdad del otro y que se hace ciega cuando se enamora de sus aciertos. Saber que lo transitorio es lo permanente en el hombre, que el cambio es la realidad que prima y que, si no lo acepto, tiendo a anquilosarme, a ser llanto constante por el pasado, negando el aporte del presente. Versión digital y actualizada del libro “Conciencia de Pasos” Ed. San Pablo. W. Elphick D. 2009 38


8. UN DIA MIS PASOS SE DETENDRAN ( O el fraude de la muerte )

mordaza en mano, a silenciar mis pasos, los cogerá con fuerza, los atará como rehenes.

Y la muerte vendrá un día,

Creerá que los silencia, creerá que los vence, será una ilusa victoria. ¿No sabe que mis pasos son de raíz inmortal, cuya meta definitiva es la vida plena? No habrá atadura que venza la fuerza de liberación que hace sonrojar a la muerte. Tu rehén, muerte, será transitorio, como el agua bajo el puente... me tendrás mientras paso, pero nunca te perteneceré. Me iré un día, quieto, lento a favor de la vida, sombrearé mi salto. Mi espera será breve y mi gozo tan eterno como las voces de la vida que permanecen en las estrellas. Te irás un día, abrazando el aire, cogiendo el aroma a tierra que suda. Versión digital y actualizada del libro “Conciencia de Pasos” Ed. San Pablo. W. Elphick D. 2009 39


Los tuyos no podrán verte, pero serán unos en otros viviendo y palpitando cada día. Nos iremos un día, sin permiso de quien nos ama. Sólo volveremos sobre nuestros pasos, saltaremos la valla de lo etéreo . Dejaremos lo huesos y esta piel adolorada. Teñiremos de amnesia nuestros recuerdos agrios, saldaremos las deudas con las muelas... ya no más dolores ni sátiras remédiales. Y un día nos iremos sin permiso de quien nos ama.

8.1. ¿Un epitafio poco común? "Nació sin saber por qué y murió como nació". ¿Habrá una tumba a la que ponerle este epitafio? ¿Habrá diez tumbas a las que ponerles este epitafio? ¿Habrá un millón de tumbas a las que ponerles este epitafio? ¿Habrá diez millones... ¿Habrá cien millones..? Cada tumba tendrá su epitafio; lamentablemente son pocos quienes han creado sus propias frases. De alguna manera un epitafio resume la vida de la persona, será la frase cariñosa de quienes lo han querido. Este epitafio, por tanto, es poco común, no lo verán en ninguna tumba. Será más fácil verlo en personas vivas, en aquellas que comparten nuestras carreteras, metros y buses. Son los que lleva la vida, los arrastrados por la ruta y la carrera, son los que nacieron sin saber y continúan el circuito de la ignorancia... hasta que la muerte los separe de la ignorancia original: no saber la razón por la cual transita por la vida.

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8.2. Los engaños de la muerte

Cuando mis pasos se silencien, la oscura noche hará creer que me he ido. Los llantos de los que me quieren harán pensar que estoy sufriendo. Pero mis pasos irán livianos, suaves como semilla que rompe su cáscara, que muere para brotar gritando la vida. Creerán que mis pasos han callado... pero ellos desde la luz danzarán melodías que sólo se escuchan desde la experiencia. No se pueden traspasar. Mis pasos se silenciarán para escuchar la voz que un día me llamó a la vida, y otro día, por mí ignorado, me llamará a la vida definitiva. Nos engañaron con la muerte. No existe, al menos para siempre. Es un pequeño puente…

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8.3. Donde no se equivoca una adivina Vino una adivina, tomó nuestras manos y empezó a indicamos futuros acontecimientos en relación a nuestra vida. Los que la escuchaban, permanecían en silencio, con cara de incrédulos. Claro, ¿quién va a discutir, a creer o no creer cuando le enumeran posibles situaciones, que un día podrían ocurrir o no en la vida personal ? La adivina, un poco molesta, llamó uno a uno a su escenario, hasta completar a toda la audiencia... a cada uno le decía algo en secreto. Una vez dicho el mensaje, cada uno volvía a su asiento, algunos aún con caras de incrédulos, otros, en su gran mayoría, con un rostro serio, hasta pálidos. Como si lo escuchado fuese algo serio y terrible, algo irrebatible. ¿Qué dijo a cada persona la adivina? Sólo una frase: , usted va a morir! Bastó para que sus palabras fueran consideradas y creídas.

8.4. El engaño de no pensar en la muerte El tema de la muerte es una de las pocas cosas de las que tenemos la plena seguridad que estará presente en nuestro futuro. Pascal dice sobre este tema: "Los hombres no pudiendo solucionar la muerte, han decidido, para ser felices, no pensar en ella. esto es todo lo que han podido inventar para su consuelo!". No pensar en la muerte o no hablar de ella no soluciona el problema. Tampoco lo soluciona pensarlo o hablarlo. No es tema que requiera solución, no es un problema, es simplemente una realidad. Está allí, o lo toma o lo toma... no existe otra posibilidad. La muerte no es un problema por resolver, ¿acaso se resuelve el propio nacimiento? , ¿acaso se resuelve el paso de niño a joven, de adulto a anciano? Son simplemente etapas por las que debemos pasar, y con nuestra voluntad o no, tendremos que vivirlas... ¿entonces? La palabra es asumir la muerte, reflexionarla, entenderla y acogerla como una experiencia que un día, en un minuto, que puede estar en este día, llegará a entornar mi existencia. Asumir la verdad de la muerte como realidad significa que no nos engañemos dejando de pensar en ella, ni tampoco vivamos permanentemente en clave de muerte, de término. ¿Prepararse para morir? ¿No! ¡Prepararse para vivir, sí! La muerte es tan breve, es apenas un paso entre esta habitación temporal, y la otra que está aquí alIado y que es la eterna. Será un paso, y los pasos por su naturaleza son breves, entonces, ¿para qué insistir en la muerte? , y si mi presente y mi futuro es la vida, ¿para qué insistir en la muerte? Se debe insistir en la vida, en la presente y en la futura. Se debe invertir la preocupación de nuestros abuelos: "obtener una santa muerte"... la mejor forma de prepararse para morir, es vivir con plenitud de conciencia. Versión digital y actualizada del libro “Conciencia de Pasos” Ed. San Pablo. W. Elphick D. 2009 42


8.5. La muerte nos cuestiona la vida Lo paradójico de la muerte es que nos hace pensar en la vida, en aquellas condiciones en que vivimos nuestra existencia. ¿Cuántos casos existen en que personas al borde de perder la vida han repensado su forma de vivir? ¿A cuántos la cercanía de la muerte les ha cambiado la vida? Una actitud que debe acompañar la vida es pensar en la muerte como una realidad. Ella está presente en nosotros cada día, de hecho existe una muerte diaria de nuestras células, las vamos regenerando, cada día morimos y nacemos un poco. Una realidad se puede negar, pero no por eso desaparece. La realidad no la reducen nuestros temores. Cada día podemos tener una experiencia positiva de la muerte: dejar morir las "células" del egoísmo, de la mentira, de las apariencias. Este es el signo del que se hace dueño de sus pasos: es capaz de discriminar los aspectos que deben morir en él, rescatando aquello que debe nacer en él cada día. ¿Y qué será mi muerte? Será mi paso definitivo a aquel nacimiento a realidades que, por desconocidas, espantan. En ella naceré en plenitud.

Aprender a ancianizar, aprender a morir ¿Se acuerda de las críticas o voces que señalaban por qué Juan Pablo no “jubila”? ¿Hasta cuándo le exigen que esté presente en esos largos actos?.... Sin embargo el se mantuvo. Lo vemos ancianizar, vimos cada momento que vivía la realidad de su corporalidad enferma y anciana. Nos enseñó que la vida tiene este lado, real, se hace presente en forma lenta… pero no se detiene. Juan Pablo II nos enseñó que la enfermedad, la ancianidad, el dolor, no es bueno taparlo, maquillarlo … es así y se asume. Tras eso, una enorme confianza en que nuestros pasos no los detiene ni la enfermedad, ni el dolor, ni la vejez, ni la muerte.

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8.6. Definitivamente: ¡No moriremos!

Y no nos moriremos, la vida tomó nuestra vida en sus manos, con la ilusión del adolescente y con la paciencia del anciano. No nos moriremos. No creas que mis ojos se han cerrado, hoy más que nunca verán el ardor de la vida. No creas que mis palabras se han silenciado, continuarán en aquellos que las recuerden y se harán definitivamente todo verbo encarnado. No creas que mis huesos se secan y caen, hoy más que nunca se yerguen y danzan por la vida. No creas que mi corazón ha dejado de palpitar, hoy más que nunca se ha llenado de vida plena, de aquella que no detiene la distancia ni ahuyenta el tiempo. . .

al fin seré todo yo, seré todo en Dios. Versión digital y actualizada del libro “Conciencia de Pasos” Ed. San Pablo. W. Elphick D. 2009 44


8.7. Juntos en el tránsito Y en el tránsito estarás Tú, al inicio y al final de mi primera historia. Hoy inauguramos la historia definitiva, la exenta de tiempo y espacio. Señor de todas las historias, hazme consciente de mis hermosas horas de vida y sereno en mis segundos de muerte. Al traspasarlos, tú y yo viviremos la unidad de origen, comeremos pan y pescado con el mismo fuego como cuando en la playa recibiste a tus discípulos cansados. Seremos, Señor , definitivamente amigos. ¿Cómo decirles a los que me lloran que estoy de fiesta, iluminado por la paz, del dador de toda paz? Creerán que me he ido a la nada, pero mis pasos volverán livianos, suaves, como cáscara que para dar brotes y frutos desaparece. Como el mar y las olas, siempre los pasos idos vuelven.

(Foto: Mar frente a casa de Pablo Neruda, Isla Negra).

Versión digital y actualizada del libro “Conciencia de Pasos” Ed. San Pablo. W. Elphick D. 2009 45


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PRIMERA EDICION: Ediciones SAN PABLO, Santiago Chile Inscripción N° 88.2411. Edición 1.500 ejemplares . Impresor: Talleres Gráficos Pía Sociedad de San Pablo . Abril de 1994 SEGUNDA EDICION (DIGITAL) : CENACE (Centro Nacional de Calidad Educación Empresa). Santiago de Chile, Marzo 2009. Versión Actualizada. La portada de esta edición digital corresponde a la Primera Edición, publicada por Ediciones San Pablo. Se libera a esta editorial de toda responsabilidad por esta edición digital. Diseño portada: Mauricio Villarroel E.

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