Diálogos del Agua por Felipe Doyagüez

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Diálogos del Agua.... Felipe Doyagüez

Al Mar tan vivo y sugerente Hallo en la música tu presencia amada

Inmenso Creador de la armonía, desbordas mi pequeño pentagrama. La música se escapa de tu llama y tu luz se hace hermosa melodía.

Desde el principio tu concierto ardía como un grito vibrante que te aclama y creas el espacio que te aclama tu incompleta y redonda sinfonía.

Con tu palabra ruedo persistente y el grito musical de cada cosa desde tu orquesta, Dios, suena a llamada.

Estremecido me hundo en tu corriente. Me persigue tu música, me acosa y hallo en la música tu presencia amada.


Diálogos del Agua.... Felipe Doyagüez

Al Mar tan vivo y sugerente Como un niño peque, como un niño... En tu presencia musical espero sintonizar al alba muy temprano sentir tus notas traspasar mi mano llenando de armonía el cuerpo entero.

De tu ritmo cargado: lo primero que voy a pretender, mi Dios hermano, es cantar, en un tono fresco y llano, lo mucho que me quieres y te quiero.

Hasta el atardecer llenaré el día de una línea a otra el pentagrama, persiguiendo tus notas con cariño.

Sembrando oiré tu grata melodía sin descanso, sin tiempo, sin programa como un niño pequeño, como un niño.


Diálogos del Agua.... Felipe Doyagüez

Al Mar tan vivo y sugerente Me identifico con el mar Se me ha metido el aire tan adentro que se ha hecho parte de esta carne mía. Tengo tan dentro el mar, tan dentro el día que se ha fundido el alma en el encuentro.

El mar, el aire, el alma y en el centro una explosión de pájaros ardía en medio de la sangre. Qué alegría corriendo a gritos por la vida siento.

Esta mañana el mar es movimiento sentido a pasos sobre cada vena, viva transpiración, ruidosa fuente.

Me identifico con la luz y advierto como Cristo me tiende una cadena sujetándome el alma felizmente.


Diálogos del Agua.... Felipe Doyagüez

Al Mar tan vivo y sugerente Estabas Tu en el mar, Señor.... Desde el rompiente el agua, que rodando desenvolvía el alba por la arena, el mar, que parecía un mar de avena "molto vivace" andaba despertando.

Yo con el píe descalzo iba pisando la espuma como un sueño, una cadena. Y pisaba la luz, la luz serena que sobre el agua andaba galopando.

Qué alegre el mar, qué alegre la mañana, qué alegre el viento que iba y que venía a voleo sembrando sal y brisa.

Y el azul turbio, en hora tan temprana, con timidez, desde la lejanía traía en cada ola una sonrisa.


Diálogos del Agua.... Felipe Doyagüez

Al Mar tan vivo y sugerente Quiero sentir... Quiero sentir, Señor, físicamente con la fuerza que siente el cuerpo mío la embestida del agua, el desafío de este mar que me abraza ciegamente.

Quiero sentir, sentir físicamente Tu corazón latiendo junto al mío. Tu sangre arrolladora como un río sobre la que navegue alegremente.

Llévate como un rapto el alma mía que anda al garete sobre el desaliento mientras espera ciega por tu ausencia.

Tu mar anegue Dios, el alma mía. De la mano del mar y la del viento haz que me funda en tu presencia.


Diálogos del Agua.... Felipe Doyagüez

Al Mar tan vivo y sugerente Surcando el alma jubilosamente... YO ESTABA ALLÍ de pie como un coloso; mas vivo que la luz, mas que la espuma. Me abruma el cielo, Dios. La luz me abruma rompiéndose en un clima tenebroso.

Yo estaba allí de pie. Era asombroso. El sol se debatía con la bruma que el aire levantó como una pluma dejando el cielo limpio y luminoso.

Era fácil sentir que por los huesos, en una grata y colosal riada, se te metía el mar hasta la frente.

Y que las olas no eran sino besos del mar, del aire, de la espuma amada surcando el alma jubilosamente


Diálogos del Agua.... Felipe Doyagüez

Al Mar tan vivo y sugerente Me desborda un dolor desmesurado

Un viento frío, un viento racheado levanta el mar en fuertes marejadas. Riñe en la playa el mar a dentelladas contra la arena y el acantilado.

Tan tibio el mar, tan tibio y tan salado. Tan oscuras las aguas azuladas. Rugen y estallan fieras hostigadas, estallidos de guerra y de soldado.

Desmesurado el miedo y el asombro. Desmesurado el mar y su bramido me desborda un dolor desmesurado.

Me duele el mar. Me duele este hombro... Como si me doliera algún crujido de aguas que estallan sobre mi costado.


Diálogos del Agua.... Felipe Doyagüez

Al Mar tan vivo y sugerente Se hace sólido el miedo, se hace táctil...

Es un dolor este agua que crepita. Un dolor turbio, un tacto de tormentas. Sube a la superficie dando vueltas conmocionada.... En vez de sonar grita. El corazón, que salta y que se agita, ruge y se astilla con fragor de puertas. Es una tralla el mar que tiene abiertas las cavernas del hábitat que habita. La ingente masa líquida y retráctil se aleja y vuelve obsesionada y loca, se diluye brutal y delirante. Se hace sólido el miedo, se hace táctil. Como si succionara lo que toca se pierde entre sus fauces al instante.


Diálogos del Agua.... Felipe Doyagüez

Al Mar tan vivo y sugerente Le deja el mar inerte, amordazado

Encuentra el mar en el acantilado como un brazo de hierro, una barrera. Alineada la roca en su frontera le deja al mar inerme, amordazado Uñas de silex se han multiplicado en implacable y sólido quimera. Es el agua una hermosa cabellera que el peine de las rocas ha peinado. Está agitado el mar y tan revuelto, batiéndose en descargas luminosas, que espanta el movimiento su volumen. Yo estoy clavado allí. Roto el aliento. Parece el mar un bello mar de rosas que mis ojos con avidez consumen.


Diálogos del Agua.... Felipe Doyagüez

Al Mar tan vivo y sugerente No hay en el mar un pez con tanta suerte Oh, Dios, y yo que te buscaba en aquel mar brillante como el heno. Verde de algas, verde de centeno, líquida hierba que te denunciaba. Sin palabras lo hacía. El sol gritaba y yo, como un delfín, me hundí de lleno queriendo descubrirte, Padre Bueno, en el profundo mar donde me hallaba. Estaba Dios allí, Tan Todo estaba sustanciando la vida en movimiento que no era tan difícil suponerte. Más que el mar, en tu mano flotaba. Desde el gozo de haberte descubierto no hay en el mar un pez con tanta suerte.


Diálogos del Agua.... Felipe Doyagüez

Al Mar tan vivo y sugerente Como escapados en este mundo duro ... No sé la forma pero estoy seguro de que los tres, como una sola cosa, en atadura extraña y amistosa vivimos un abrazo franco y puro. Como escapados de este mundo duro la luz, el agua y yo. Dios, qué sabrosa la intimidad. La certeza asombrosa de cósmica hermandad. Así lo juro Era una antorcha yo de agua cubierto, absorbiendo la luz que reflejaba, ardiendo vivo en acuosa hoguera. Corría con la luz al descubierto. Todo el mar era mío. Lo abrazaba como a una luminosa cabellera ...


Diálogos del Agua.... Felipe Doyagüez

Al Mar tan vivo y sugerente Clavadas las dos manos en la arena... Luego sentado, inmóvil en la orilla. Clavadas las dos manos en la arena, rueda la vida múltiple y serena por mi cabeza anclada en la rodilla. Abro los ojos que por maravilla no mueren en la lumbre o en la antena de cada ola que los encadena, mordiendo el vidrio que azulado brilla. Abrazos submarino me retienen por la cintura y por el pensamiento dejándome en las algas recostado. Qué bien se está ... Desde lo lejos vienen once navíos con el pecho abierto que yo pienso amarrar en mi costado.


Diálogos del Agua.... Felipe Doyagüez

Al Mar tan vivo y sugerente Hay tanta luz volcada ... Al agua y a la arena tengo atado mi corazón húmedo de tristeza. Lléname, Dios, de luz esta cabeza que tengo el pensamiento obnubilado. Lloro, río, te canto apasionado. Escucho, Dios, y siento como empieza a ganarle terreno a la pobreza de creer que me tienes olvidado. Hay tanta luz volcada esta mañana sobre el agua y la arena crepitante que fácil es hallarte en este juego. Yo también ando, Dios, en la temprana serenidad del agua, tan brillante que me abraso de paz en este fuego.


Diálogos del Agua.... Felipe Doyagüez

Al Mar tan vivo y sugerente Nunca ha sido más grande mi torpeza

Ruedo yo mismo ingrávido, inestable como un muñeco hundida la cabeza. No hay destreza peor que mi destreza llevando por el mar incontrolable. Lucho por soportar lo insoportable. Nunca ha sido más grande mi torpeza. Estoy llevado sobre la grandeza de un cósmico latido inalcanzable. Inalcanzable digo, inalcanzable ...? No me asustaba el mar. En buena hora se fueron con el miedo los espantos. Se me hizo el mar un lecho maleable, una gigante y tibia mecedora movida por marítimos encantos


Diálogos del Agua.... Felipe Doyagüez

Al Mar tan vivo y sugerente El viento agarra al mar y lo enarbola DESDE la roca salto. Sumergido, en el cerebro brilla un verde espeso. Como una flecha un pez, un pez travieso, hila en silencio su húmedo tejido. Aquí, abajo la luz es un quejido. Dulce quejido, dulce como un beso. Anda Dios tan metido en todo eso, que me hallo, en lo profundo, protegido. Estoy aquí guardado de las olas y allá, en la superficie, violento, el viento agarra el mar y lo enarbola. Quiero quedarme aquí vivo y atento, en esta soledad estando a solas, todo en proximidad y acercamiento.


Diálogos del Agua.... Felipe Doyagüez

Al Mar tan vivo y sugerente Rotos los cauces, Dios, cuanta belleza ... Estalla el sol en cada sacudida. Una escisión molecular y expande al turbulento mar pesado y grande, traspasado de luz en su embestida. La luz estaba quieta y escondida como esperando que el calor le ablande, deja que el sol por sus entrañas ande mientras fecunda en cada gota: VIDA. Rotos los cauces, Dios, cuánta belleza. Siete veces la luz, siete se rompe: rojo, amarillo, verde ... Que destreza. Tengo clavado el arco en la cabeza. Queriéndome explicar cuanto contemplo nunca ha sido más grande mi torpeza.


Diálogos del Agua.... Felipe Doyagüez

Al Mar tan vivo y sugerente Dios anda aquí por cada movimiento No me pienso mover. Aquí me quedo. No sé si es gozo o miedo lo que siento. Es como un sobresalto violento contra el que lucho pero que no puedo. Tengo atado este mar en cada dedo y el mar me tiene a mi vivo y atento. Dios anda aquí por cada movimiento pasando a gritos o pasando quedo. Húndeme como el mar en su envestida. Entra por cada célula en el viento que ansiosamente el corazón respira. Empapado el sol, lleno de vida; no sé decirlo, Dios, pero Te siento ... Tanto te busco, que te busco con ira.


Diálogos del Agua.... Felipe Doyagüez

Al Mar tan vivo y sugerente El ancho mar se me quedo pequeño Después de que una ola enfurecida se me acercara fría y seductora y yo en su corazón sintiera ahora que aquello era el amor, no una embestida. Estaba la atención tan dividida o disuelta en la luz fascinadora y yo en aquella ola aterradora siendo dueño del agua, de la vida. Dueño de qué si allí no había dueño ... El mar era un enorme y dulce sueño en el que me sentía abandonado. Tan empeñado andaba en el empeño de atar al mar, de haberlo encadenado, que el ancho mar se me quedo pequeño


Diálogos del Agua.... Felipe Doyagüez

Al Mar tan vivo y sugerente Fuera más frágil que una mariposa Andaba yo viviendo apasionado. No podía parar, iba y venia. Hendía el mar a saltos. Sumergía todo mi cuerpo ansioso y fatigado. Sacudido de espuma y hostigado, sobre la cresta erguido aparecía. No sé si respiraba o absorbía la luz y el agua de este mar salado. Qué ignorancia la mía, Dios querido, no podía advertir enloquecido que fueras Tú el autor de cada cosa. El mar tan fuerte, tan enfurecido y que yo tan pequeño y atrevido fuera más frágil que una mariposa.


Diálogos del Agua.... Felipe Doyagüez

Al Mar tan vivo y sugerente Quedando en las arenas sepultados ... Sales sobre las aguas cabalgaban o luchaban queriendo desasirse. Las olas que jugaban a batirse de nuevo al sol mordían o atrapaban. Qué juego, por la playa, el que jugaban el sol y el agua ansiosos de fundirse, de modo que llegara a confundirse quién era, Dios, el que la luz se daban O si los dos fundidos, agua y fuego, eran la misma cosa o diferente hasta la médula del ser atados. Se distendían por la arena luego en un gesto sencillo e inocente quedando en las arenas sepultados ...


Diálogos del Agua.... Felipe Doyagüez

Al Mar tan vivo y sugerente Sumergido en el mar ... Solo en tu seno, Dios, solo en tu seno halla descanso la memoria mía. Eterno amigo. Inteligente guía. Querido familiar. Amigo bueno. Estoy de tu rumor vibrante lleno conectado en tu alegre lejanía. Te embarcas en mi sangre cada día para darle a mi vida un rumbo pleno. Sumergido en el mar de tus rumores detecto la diana de tu pecho y vuelo seccionando los sentidos. Subo a la superficie. Los temores me devuelven al llanto de mi lecho y cuento tu distancia con latidos.


Diálogos del Agua.... Felipe Doyagüez

Diálogos del Agua.... Al Mar tan vivo y sugerente

Oda al mar.

Esta mañana el mar es una mano. Una mano retráctil cada ola. Es el mar a veces amarillo. Tierra y agua revueltos, licuescentes... Otras veces azul. Azul el mar o verde. Verde denso de hierba acumulada. Hierba ondulante cuyo roce sonoro y vegetal susurra una canción remota, la misma de siempre o desde siglos siempre diferente. Azul el mar a ratos como si el aire mismo o el cielo, o lo que sea... empapara por dentro al agua de un azul singular obsesionante. Transido todo y único cabalgamos unidos sobre un hermoso espacio de protecciones compartidas: el mar,


Diálogos del Agua.... Felipe Doyagüez aire, la corriente y los hombres también incorporados... VENIA CADA OLA vaciando la luz sobre la playa. Si, si, venía el mar fiel a cada llamada de alguien, amante anónimo, que misteriosamente requería su tacto una caricia suya abandonada luego en los brazos del viento... Se la venía venir, desde muy lejos, arrolladora, envolvente, incorporando sobre sus espaldas miradas de pequeñas olitas que engrosaban su cauce, su volumen hasta que, metros antes de llegar a la orilla, ponía la resaca, como un pequeño muro de violentas absorciones, un prieto cinturón a cuyas contenciones, la masa, que se venía encima, se agolpaba recrecida en la cumbre y estallaba de pronto rompiéndose en pedazos, en disparados vidrios fulminantes... Saltaban como gotas pulverizadas unas. Otras:


Diálogos del Agua.... Felipe Doyagüez Sales, cuarzos, espumas levantándose en una hermosa cresta sobre la que clavaba sus espinas la luz. LA LUZ jugaba allí vertiginosamente cegadora. Traspasada de lluvia, iluminaba el agua de heridas verticales... Sus híspidas agujas iban multiplicándose como si el agua fuera incombustible, como si fuera incandescente, inflamada toda de pequeñas llamas nerviosamente heridas en la médula, hasta la misma entraña, por las lanzas del sol... DORADO ESTABA TODO como chispas: Igual. Artificial chisporroteo, mágico incendio, alucinante hoguera, que reptaba apagándose sobre la piel vibrátil de cada surco móvil transparente. Líquido surco desparramado luego sobre la arena de la playa. Rota la fuerza, el agua rueda libre. Rueda incontenible, resbaladiza, como desmayada, estirándose al máximo,


Diálogos del Agua.... Felipe Doyagüez galopando deprisa, exultante, dominadora, haciendo de la luz y de la espuma una ligera gasa abierta y reluciente sobre la arena misma. JUGABA ALLÍ LA LUZ fusionándolo todo. Como un lecho bordado de fuegos y de espumas absorbido con ansía por el aire, por la arena, por los ojos desbordados de luz y de armonía. Y sembrado de una lluvia de conchas, que llegaron rondando y se quedaron luego con las manos abiertas. Vacías manos suplicantes. Ojos asombradísimos atrapados por otro mar de lumbre, de claridad caliente. Penetrados de codiciada cercanía. Se quedaron las conchas, después de haber salido


Diálogos del Agua.... Felipe Doyagüez de su hábitat salvaje, ancladas en la orilla para siempre con la bocas abiertas. II EL RUIDO ERA una cosa diferente. ¡Qué difícil decirlo sin tenerlo cosido a las vivas imágenes del agua...! Un susurro primero muy lejano. Luego como si el ruido hirviera montado sobre la corriente o que rodara el ruido en espirales. Un tornillo infinito sobre la misma ola imitando un quejido, una succión enorme prolongada. Olas que se astillaban como mástiles. Velas tronzadas, ecos. Reproducciones de infinitas tragedias. Inextinguibles ruidos


Diálogos del Agua.... Felipe Doyagüez flotando en el silencio del océano y arrancados de nuevo de las grandes cavernas submarinas. Cavernas del olvido o del recuerdo astral rodando siempre por el infinito... MEGAFONÍAS INTIMAS sintonizaban otra vez, desde la prehistoria, que al llegar a la playa, desde lejos, acrecentaban sus volúmenes y el último aletazo fue un grito casi humano inconexo y rugiente. SENTADOS EN EL FARO; DONDE EL AGUA COMBATE con las rocas batiendo eternamente el arrecife; la zarpa líquida sonaba chirriante, dolorida, porque, al galope, una descarga ciega dejaba al agua atónita, desgarrada por la uñas de silex agresivas defensas de la escollera


Diálogos del Agua.... Felipe Doyagüez empapada y brillante, ciclópea, imbatida, rompiendo la galerna a dentelladas. TODO absolutamente, me dejaba suspenso, alucinado, inmóvil... Sólo en unos segundos ya me sentía parte de aquel conjunto bárbaro. Incorporado en aquel juego, el mar gigante amigo, como un oso grandísimo con las garras de esponja me hizo sentir que si embate con fuerza sobre el acantilado, es para alzar la mano hasta tocar mi frente. Una mano suave, incomprensiblemente femenina. Anatómicamente deslizante por el rostro, por el espíritu


Diálogos del Agua.... Felipe Doyagüez sin duda emocionado. Estuve a punto, de provocar una audaz embestida mar a dentro. Pero Dios oportuno,, me grito: ¡TEMERARIO! y me quede tendido, resignado agradeciendo a Dios su providencia. III Pienso volver aquí cuando mi espíritu, pueda montarse libre en una ola. Cabalgar día y noche, saltar partido en millares de gotas... De gotas transparentes, gritando con el lenguaje de la luz hasta quedarse quieto. Quieto como vacío de mi mismo, desmayado, arropado en las algas en la espuma, sobre la limpia arena de GANDIA...


Diálogos del Agua.... Felipe Doyagüez


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