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DON ARNULFO DE JESUS MONSALVE
TODOS TENEMOS RECUERDOS DEL PASADO
Hablar de los tiempos de antaño, de esa época que ya se ha ido y nos ha dejado recuerdos imborrables es a veces grato y muy fructífero. El maestro de la tierra que viene a continuación nos llevara a esos tiempos de hace 6 décadas y nos transportara con su relato a aquellos tiempos en que todo lo local, tenía un valor incalculable.
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Don Arnulfo Monsalve nació en El Carmín, Municipio de Rionegro, Oriente de Antioquia, en el año de 1956. Estudio en la escuela primaria de la misma vereda. Estudio muy poco pues como el mismo dice, "realmente me dedique fue a trabajar".
Cuenta que en su época de infancia esta vereda era muy despoblada y sola. "Eran muy pocas las casas y las que habían estaban muy distanciadas unas de otras. Eran en general casas de "bahareque" y "tapia". Mi suegro, Juan Bautista Monsalve, era uno de los que construía casas de bahareque y de tapia".
Aquí empieza a hilar bien finito sus recuerdos. Lentamente y bien explicado, don Arnulfo nos va contando que para hacer la tapia se utilizaban unas tablas muy anchas y largas, y con ellas se hacía una especie de cajón. Luego le metían palos para sostener las tablas y ahí mismo a meterle barro y capas de "maguey", esto es, cabuya, para afinarla. Todo esto lo iban pisando y pisando para darle consistencia. Hacían una tapia y cuando ya la llenaban, la dejaban uno o varios días que secara y a los dos o tres días que estaba seca, le montaba otra tabla para arriba y seguían lo mismo hasta que la subían al sitio que querían. A eso lo iban trabando para darle fortaleza. Este era un trabajo que duraba mucho tiempo. A veces las tapias la hacían la misma familia, otras veces se hacían convites con los vecinos o se conseguían "tapieros" bien expertos.
Muchas de estas casas de tapia se hacían mediante "la mano cambiada". A las casas de tapia se le atravesaban unas vigas para sostenerlas, pues en esas vigas se colocaban las "turegas" de maíz. En las cocinas construidas de esta manera, también se mantenía un "garabato" colgado para ensartar la carne y que le diera el humo. Eso era para que la carne se ahumara. Estas y muchas más curiosidades valiosas afloraban sin cesar de la memoria de este maestro de la tierra.
También refiere que las casas de materiales, empezaron a hacerse hace aproximadamente unos 40 años para acá. Desde eso las casas de tapia y de bahareque se fueron acabando. Todavía hoy se pueden ver algunas.
"Yo recuerdo que mi casa paterna era muy grande y de pura tapia. Esa casa tenía 3 habitaciones, un baño, la sala y la cocinita. Encima de la cocina estaba "el zarzo", donde se metían "trebejos". Cuando había maíz, se bajaban todos los "trebejos" y se subía el maíz a secar con el calor y el humo del fogón, que generalmente era de leña. La leña con la que se alimentaba el fogón se traía del monte y se utilizaba esa leña seca que se hallaba. Sin embargo, había gente especializada en ir al monte y cortar madera para venderla como leña. Por esta vereda, me acuerdo que el difunto Chepito Muñoz, era uno de los que llevaba leña a vender al pueblo. Él le ponía dos bulticos, uno a cada lado, y en el medio de los dos otro, a una bestiecita que tenía. Él vivía de la agricultura y de la venta de esa leña. También en la vereda había gente que producía carbón.