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YOROKOBU / TAKE A WALK ON THE SLOW SIDE / Nยบ 46 - 2013
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LA PORTADA Mira tus manos. Las dos. Empieza por la izquierda. Acerca la palma a tu cara y obsérvala bien. Gírala y mira los nudillos, mira cómo se mueven los dedos, cómo se doblan y cómo se estiran. Lo que tienes ante ti es un milagro evolutivo que ha conseguido que ahora, entre otras cosas, tengamos papel para escribir lo que tú quieras: pescado enlatado, discos de Jeff Buckley, vidrio en forma de vaso para verter zumo de frutas o fragancia de jazmín envasada para llevártela allá donde todo huele algo peor que el jazmín. Tus manos sirven también, desde que comenzamos con esta historia de Yorokobu, para crear la portada de la revista cuando cumplimos años. Para nosotros, que tú utilices tus manos para celebrar nuestro cumpleaños nos parece el mejor regalo. Que nos dediques esos minutos de atención, que sonrías al descubrir lo que te proponemos o que pongas mala cara porque igual te resulta algo complicado. Sabes que las complicaciones lo harán más divertido, así que no tengas prisa. Para la portada del cuarto aniversario de Yorokobu quisimos llamar a peSeta. Porque les seguimos desde que empezamos. Porque alucinan con la belleza que hay en las pequeñas cosas que encontramos cada día. Porque abordan cada tarea con el mismo cariño con el que nosotros hacemos cada número de Yorokobu. A ellos también les hizo ilusión y aquí estamos, ilusionados con lo que vendrá y con una sonrisa bobalicona que no quiere irse de nuestras caras. “Poned a nuestros lectores a coser”, les dijimos, y así empezaron Laura, Jamie y el resto de su equipo a pensar en cómo traspasaros el reto de
crear la portada de este número. peSeta imaginó cómo comienza cada proceso en la moda. “El retor es el algodón sin teñir con el que se hacen las pruebas de patrón antes de usar el tejido definitivo. Es, por decirlo de alguna manera, el material primigenio de la moda”, cuenta Laura Martínez. Así, han confeccionado una base de retor cortada en zigzag —”porque así es como se presentan los tejidos en los muestrarios”— sobre la que deberás, si te apetece, coser otros retales que te ofrecemos en un pequeño costurero. “Para las letras, miles de retales distintos. Los hay de todo tipo: españoles, clásicos, raros, bonitos y ‘feítos’. Algunos llevan años dando vueltas por casa peSeta y no imaginamos un mejor destino para ellos. ¡La ilusión que nos hace verlos, por ejemplo, con forma de letra ‘o’!, dice la fundadora de peSeta. Somos conscientes de que vuestra capacidad creativa va mucho más allá de lo que os digamos, así que podéis hacer la portada que os pida el cuerpo. Como explica Laura, “se pueden recortar o no las letras por la línea de puntos, coserlas de una manera u otra, o escribir “yo robo”, que es lo que harían ciertos humanos que se dedican a la política. Como dice el refrán,coser y cantar todo es empezar”. Ya sabéis. Cosed, cantad, disfrutad y celebrad este cumpleaños con, como poco, un poquito de la ilusión que nos hace a nosotros. Y si la revista que tenéis entre las manos no es una de las que tienen la portada de tela, mirad lo bonita que le salió a los chicos y chicas de peSeta. www.peseta.org
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YOROKOBU
DICIEMBRE
DIRECTOR
REDACTORA JEFE
REDACTOR JEFE
DIRECTOR COMERCIAL
DIRECTOR DE ARTE
Juanjo Moreno juanjo@yorokobu.es
Mar Abad mar@yorokobu.es
Marcus Hurst marcus@yorokobu.es
Fermín Abella fermin@yorokobu.es
LuisB luisb@luisbboy.com
M. Angeles García mangeles@yorokobu.es
Jose Luis Colomina colo@yorokobu.es
REDACCIÓN
David García david@yorokobu.es
Gema Lozano gema@yorokobu.es
JEFA DE PUBLICIDAD
Rocío Martí rocio@yorokobu.es
Ximena Arnau ximena@yorokobu.es
DEPARTAMENTO COMERCIAL
Laura Calvo laura@yorokobu.es
Marisa Caballero marisa@yorokobu.es
Pedro Monzó pedro@yorokobu.es
DELEGACIÓN BARCELONA
Albert Gomez agomez@guerrillademedios.es
Gemma Gené gemma@guerrillademedios.es
Silvia Moreno silvia@yorokobu.es ASSISTANT
Jordi Granja jgranja@guerrillademedios.es
Teresa Cobo teresa@yorokobu.es
HAN COLABORADO EN ESTE NÚMERO Antonio Dyaz Escritor y director de cine www.antoniodyaz.com | Benjamí Villoslada Bitólogo benjami@benjami.cat Blastto Diseñador gráfico www.blastto.es | Daniel Martorell Periodista y fotógrafo www.dmartorell.com David González Ilustrador www.behance.net/Dglez | Forma & Co Ilustradores www.forma.co Francesc Beltri Gebrat Socio Mediterráneo Consultores www.beltri.com | Iñaki Berazaluce Periodista iñakiberazaluce@gmail.com Javier Creus CEO de Ideas for Change javicreus@ideasforchange.com | José Antonio González Alcantud Antropólogo social Juan Díaz-Faes Ilustrador www.juandiazfaes.com | Pablo Gámez y Marta Gómez Diseñadores www.gamezygomez.com Relajaelcoco Bomberos toreros www.relajaelcoco.com | Ricardo Llavador Arqueólogo de YouTube www.lallavadora.com Velckro Artwork Reggaetonero www.velckroartwork.com
C/Acebo, 13 - 28016 Madrid - t. 914 157 283 - www.yorokobu.es - twitter: @yorokobumag Edita: Brands & Roses, S.L. - Impresión: Rivadeneyra - www.rivadeneyra.com - Depósito legal: M42701-2009 Periodo de Control: Abril 2011 / Diciembre 2011 Tirada media 30.741
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ÍNDICE medidor de concentración
Caminar
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El sentido del ridículo de los españoles: ¿mucho, poco o nada?
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Miedanza
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Un pueblo inteligente
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¡No tires tu doble pletina!
26
Bom yeoreum gaeul gyeoul geurigo bom
20
Una ilusión de lo real muy falsamente verdadera
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Apps
58
Numerografía
96
Goodbye, oficina
74
La mina que alimenta a medio mundo
82
Monedas de curso social
22
Albert te alquila una vaca
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El WhatsApp de tu bisabuela
24
Stupidcity, el reverso tenebroso de la smart city
64
Relatos ortográficos
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Minerales raros raros
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LeRaúl
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No leas. ¡Dibuja!
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UN PUEBLO INTELIGENTE POR
Por Juanjo Moreno
FOTOGRAFร A
Kindel
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Ahora que las ciudades crecen a gran velocidad y el
urbanismo salvaje ha hecho estragos en casi todas ellas. Ahora que se anuncia que el 70% de la población mundial vivirá en centros urbanos en el año 2050. Ahora que Naciones Unidas advierte de que este éxodo hacia la ciudad puede estallarnos en la cara. Ahora, cuando vemos las orejas al lobo, cobran fuerza conceptos como el de ‘ciudad inteligente’ para intentar paliar los negativos efectos de esta realidad en la economía, la política y fundamentalmente en el medio ambiente. A mitad del siglo XX nadie hablaba de ciudades inteligentes. Ni siquiera existía internet, las comunicaciones eran malas y la tecnología de la información precaria. Sin embargo, ya había urbanistas visionarios que hablaban de la necesidad de armonizar arquitectura y naturaleza, de la importancia de los espacios públicos, del uso de materiales y mano de obra local... en definitiva, de un planteamiento arquitectónico natural y sencillo dirigido a que el hombre viviera mejor. El arquitecto José Luis Fernández del Amo (1914-1995) fue uno de ellos. Él nunca construyó una smart city, pero sí se le puede atribuir el mérito de haber diseñado uno de los primeros pueblos inteligentes de España: Vegaviana. Pero esta historia comienza mucho antes. En 1939, el régimen de Franco creó el Instituto Nacional de Colonización para organizar una reforma social y económica de la tierra después de la devastación de la guerra civil. En un intento de transformar el espacio productivo mediante la reorganización y reactivación del sector agrícola, se construyeron pantanos y acequias y se levantaron más de 300 pequeños núcleos urbanos para dar cobijo a más de 50.000 familias de colonos que se asentaron en ellos. Fue uno de los mayores movimientos migratorios promovidos por el Estado español en el siglo XX. José Luis Fernández del Amo formaba parte del plantel de arquitectos de este organismo, dependiente del Ministerio de Agricultura. En 1952, proyecta la construcción de un pueblo de nueva planta en la cuenca del Alberche, cerca de Talavera de la Reina (Toledo). Por primera vez, el urbanista fija su atención en la vegetación espontánea, plantas silvestres, arbustos y jaramagos, y se plantea edificar un pueblo que circundase áreas en las que permaneciese la vegetación. “Fue un proyecto adelantado a su época en el que no todo el núcleo urbano giraba en torno a una plaza mayor, como era habitual. Se trataba de un urbanismo descentralizado, formado por casas especiales, ya que constaban de dependencia agrícola, por lo que la circulación rodada daba a los patios y las casas miraban
siempre a espacios abiertos en los que la vegetación permanecía intacta”, explica Rafael Fernández del Amo, también arquitecto e hijo del protagonista de esta historia. Pero el régimen franquista no parecía muy dispuesto a permitir que alguien cambiara su estilo de arquitectura imperialista y el proyecto fue denegado. Sin embargo, el arquitecto no dejó de insistir en las bondades de esta nueva forma de organizar la vida de las personas, y tal fue su insistencia que dos años más tarde se le encargó el diseño de una pequeña urbe situada en el norte de la provincia de Cáceres, donde la construcción del pantano del Borbollón, en el río Árrago, había creado una extensa zona de regadío. Era el momento de poner en marcha las ideas frustradas dos años atrás. Y eso hizo.
Encinas
La mayor parte de los terrenos circundantes de lo que iba a ser el nuevo pueblo habían sido explanados y convertidos en campos de cultivo. Por eso Fernández del Amo concibe su trazado manteniendo la vegetación natural, compuesta por encinas, alcornoques y especies de monte bajo, dentro del núcleo urbano y en sus alrededores. Las viviendas se abren a estas zonas destinadas a la convivencia y la expansión, constituyendo grandes manzanas rodeadas de senderos para vehículos y animales. El proyecto contemplaba la construcción de 340 viviendas para colonos y otras 60 para obreros. “Como decía mi padre”, apunta Rafael, “la grandeza de este proyecto es haber podido diseñar absolutamente todo: desde el urbanismo hasta el picaporte de la última puerta”. Encargos como este son la envidia de cualquier arquitecto hoy en día. Y es que ya no existen proyectos tan completos como fue Vegaviana, que incluía, además de las viviendas y la urbanización, la iglesia con casa rectoral; una escuela con siete aulas y viviendas para los maestros; seis artesanías y siete comercios; clínica y vivienda para el médico; casa de administración con juzgado, correos y vivienda del funcionario; edificio social con sala de cine, bar y posada; casa de la hermandad con biblioteca, almacenes cooperativos y porches para maquinaria. “En España primaba el estilo historicista en el peor sentido de esta palabra, es decir, se copiaban formas supuestamente históricas, preferiblemente las que correspondían al ‘Imperio’ y se utilizaban desprovistas de contenido”, señala Javier Marcos, arquitecto que ha firmado algunas de las edificaciones recientes más destacadas de Sierra de Gata, donde se encuentra
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Vegaviana. “Fernandez del Amo recupera el lenguaje racionalista anterior a la guerra civil que está más en línea con lo que se hacía en Europa”. Por eso, para Marcos, Fernández del Amo fue un caso extraño en el momento histórico en que se sitúa. En lo que se refiere a la arquitectura de Vegaviana, Fernández del Amo hizo una apuesta por la abstracción. Como dice Javier Marcos, se alejó de las consignas oficiales de imágenes histórico-regionalistas y se acercó a una arquitectura básica que eliminaba lo superfluo. Fuera cornisas, recercados y elementos innecesarios. Lo importante es la desnudez de sus blancos muros y especialmente los encargados de construirlos: los albañiles del lugar que usan materiales y técnicas constructivas de la zona avaladas por siglos de tradición popular, lo que hace que Vegaviana, 60 años después, no haya perdido ni un ápice de modernidad. “Vegaviana es intemporal y el programa sigue funcionando con escasas variaciones: ahora, en lugar de la yunta se guarda la furgoneta, pero la vivienda y su patio siguen siendo plenamente vigentes”, asegura Marcos. Fernández del Amo utilizó también estos pueblos para la promoción de jóvenes artistas que decoraron con sus murales la iglesia de Vegaviana y las de los otros 13 pueblos que proyectó el arquitecto, dentro de los más de 300 que se construyeron para dar cobijo a estos nuevos colonos, fundamentalmente en la década de los cincuenta y principios de los sesenta. El arte fue ‘la otra’ gran pasión de este arquitecto. Además de su faceta de mecenas en estos pueblos y promotor de las artes de aquella época, fue académico de Bellas Artes, director del Museo de Arte Contemporáneo y precursor de lo que hoy es el Museo Reina Sofía.
Inspiración
Vegaviana ha inspirado a numerosos arquitectos en sus proyectos urbanísticos y a su diseñador, José Luís Fernández del Amo, se le reconoció por ello. En 1958 recibió una mención de honor en el V Congreso de la Unión Internacional de Arquitectos de Moscú, donde no se pudo participar oficialmente al no reconocer España a la URSS. En 1959 recibe el premio anual de la Crítica de Artes Plásticas, por una exposición sobre Vegaviana en el Ateneo de Madrid, que por primera vez entregaba este galardón a un evento no relacionado con las artes clásicas (pintura o escultura). Uno de sus mayores espaldarazos vino de Brasil, donde en 1961 un jurado presidido por Oscar Niemeyer le otorgó la medalla de oro en la VII Bienal de Sao Paulo de Planificación de Concentraciones Urbanas.
En todos estos premios, así como en la promoción de su legado, jugó un papel destacado el trabajo fotográfico de Joaquín del Palacio (Kindel), autor de las fotografías de este reportaje, que se convirtió en uno de sus mejores aliados en la propagación de la expresión plástica de su arquitectura. En 1998, el Ministerio de Fomento edita la Guía de Arquitectura para catalogar e inventariar el Patrimonio Arquitectónico de España. Un comité de selección formado por siete catedráticos de todo el país crea una guía con las 767 obras de mayor calidad del siglo XX, y dentro de este distingue 17 de ellas como ‘obras maestras’. Una de ellas es Vegaviana. “Fernández del Amo influyó no solo en los arquitectos de la zona, sino en varias generaciones de profesionales que hemos tenido en su figura un modelo a seguir cuando se trata de hacer una arquitectura honesta, con pocos recursos, pero adaptada al medio y a las posibilidades técnicas del momento”, recalca Javier Marcos; “Vegaviana se encuentra entre las diez o doce mejores obras de la arquitectura española del siglo XX y como tal seguirá siendo valorada dentro de la Historia de la Arquitectura”. El reconocido arquitecto Francisco Javier Sáenz de Oiza también dedicó a Vegaviana y a su artífice palabras de reconocimiento. “Ya está el agua, por obra de colonización, abriendo surcos de plata sobre la tierra, ahuyentando de paso a la encina que se refugia en el pueblo de nuevo para, antes de morir, brindar un último servicio al hombre: la sombra beneficiosa y la siesta grata bajo el sol abrasador de esta seca Extremadura. Vegaviana nace con árboles. Es curiosa la estadística para los árboles de París o Nueva York. Vegaviana les gana desde su niñez porque el arquitecto supo, entre encinas y con encinas, levantar una geometría perfecta de casas blancas”. No solo arquitectos valoran la obra de este profesional adelantado a su época. El filósofo José Antonio Marina reconoce que, fascinado por unas fotografías que vio de Vegaviana, lo primero que publicó en su vida fue un comentario sobre este pueblo de nueva planta: “En las difíciles tierras de Cáceres ha nacido un pueblo. Brotó de la tierra con la misma naturalidad y sencillez que una planta; con la misma humildad y alegría que tienen las encinas y los tomillos entre los que Vegaviana está enclavado”. Copyright fotografías: Herederos de Joaquín del Palacio. Fotos cedidas por Rafael Fernández del Amo Nº46 - 2013 / YOROKOBU / 13
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UN PUEBLO INTELIGENTE
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Noción de arquitectura
Solo hay una arquitectura: la que sirve al hombre. Pero tenemos el deber, la responsabilidad de hacer que ese hombre quiera vivir mejor. Que la arquitectura le asista en una auténtica superación: la casa, el taller, la escuela, la iglesia, la ciudad. Desde fuera y por dentro, desde el urbanismo a la interioridad. Hacerle grato el entrar en la casa y el salir de ella. Quitar fronteras, chafar orgullos, reducir diferencias, que todo sea recinto de convivencia y el ámbito de su paz. Que la objetiva virtualidad del arte le llegue al espacio vital y al utensilio. Que se sienta bien y se haga mejor. Que le proteja de la intemperie y le alivie de las fuerzas oscuras que ensombrecen el mundo. José Luis Fernández del Amo
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POR FRANCESC BELTRI GEBRAT
MIEDANZA La miedanza es una virtud de la que apenas se habla y ha sido escasamente tratada. Solo un limitado número de estudiosos ha enfocado su interés en ella. Hablamos de la sana combinación de miedo y confianza. Merece que se repare en ambos términos. El miedo, del latín ‘metus’, no es otra cosa que una emoción que se caracteriza por esa inequívoca sensación, habitualmente desagradable, provocada por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente o futuro. Es una emoción primaria que se deriva de la aversión natural al riesgo o la amenaza y que se manifiesta en todos los animales y, por supuesto, entre los humanos. De otro lado, el vocablo confianza está formado por diferentes raíces latinas que significan ‘acción de tener total seguridad en algo o en alguien’. Sus componentes léxicos son: el prefijo ‘con-’(junto, todo), fides (fe, confianza), más el sufijo ‘-anza’( acción). Comporta seguridad y determinación, siendo una de las bases de la convivencia humana. Conectada con la esperanza y, por extensión, con la seguridad en uno mismo o en las propias cualidades y supone a su vez ánimo, decisión o valor para obrar. La miedanza, pues recoge positivamente dos aportaciones claras: por un lado, el miedo que, desde el punto de vista evolutivo, actúa como un complemento y una extensión de la función del dolor, emoción útil que nos alerta de los peligros que no nos han ocasionado algún mal, sino más bien una amenaza a la salud o a la supervivencia. Del mismo modo en que el dolor aparece cuando algo nocivo ataca nuestro cuerpo, el miedo se manifiesta cuando se anticipa un riesgo. De otro, la confianza, la seguridad fruto del conocimiento de los recursos personales y frecuentemente de la propia biografía que alimenta la convicción en las propias capacidades. Veamos un ejemplo: el miedo a las alturas o vértigo puede resultar paralizante y quien lo padece, verse bloqueado totalmente. Sin llegar a este
extremo debemos reconocer que evitar la proximidad de grandes elevaciones es un mecanismo claramente defensivo y útil. La virtud de la miedanza incorpora la confianza en el propio equilibrio, firmeza en el paso y ánimo por avanzar; permite ampliar nuestra respuesta más allá de la mera evitación y nos permite avanzar caminando prudentemente junto al abismo. Desde el punto de vista biológico, la miedanza es un patrón adaptativo y constituye un mecanismo de supervivencia y defensa surgido para permitir al individuo responder ante situaciones adversas con rapidez y eficacia. En ese sentido, es natural y beneficioso tanto para el individuo como para su especie. Esta activación de la amígdala situada en el lóbulo temporal que no llega a convertirse ni en fuga ni en parálisis, sino que se serena, convirtiéndose en tranquilo paso en la firme convicción de las propias capacidades. Seculares instituciones han basado su pervivencia en esta oferta de miedanza. Durante mucho tiempo la representación y la delegación funcionó, y lo hizo hasta que el poder, imprescindible para cualquier logro, apareció para influir en la acción ajena para forzarla a ajustarse a las propias expectativas, acabando definitivamente con la miedanza. La reacción no se ha hecho esperar y asistimos a la recuperación progresiva de esta virtud en manos de las personas individuales. Ha oscilado de las organizaciones y estructuras hacia las personas y su capacidad de autoorganizarse. Como brotes verdes de miedanza aparecen aquí y allá iniciativas que constatan la fuerza del individuo frente a sistemas que se están manifestando ineficientes y ausentes de tan necesaria virtud. Reconozcámonos virtuosos para caminar serenamente junto a los abismos que han aparecido en el sistema, avancemos con paso firme y con miedanza.
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POR ANTONIO DYAZ
BOM YEOREUM GAEUL GYEOUL GEURIGO BOM Perihelio y afelio, como saben los astrónomos, son los momentos en los que la Tierra se encuentra respectivamente más lejos y más cerca del Sol. Cualquier variación en estas distancias provocaría el fin del mundo tal y como lo conocemos. Se corresponden con el solsticio y el equinoccio, día arriba, día abajo... Los antiguos druidas de las islas Orcadas escocesas, o los de los alrededores de Stonehenge, o los constructores de la pirámide de Keops bien conocían estas particularidades cósmicas. Todo el mundo sabe que la alternancia estacional es necesaria para mantener un estado de ánimo saludable. Por ejemplo, en Caracas, ciudad situada en el trópico, pero sobre una meseta elevada, lo que modera la temperatura, no hay cambio de clima en todo el año. Los días son igual en navidad que en agosto, y el fondo de armario siempre es el mismo. O en Manaos, en el corazón de la Amazonia brasileña, cuyo teatro de la ópera se construyó al calor de la industria del caucho y que convocó a los mayores cantantes, músicos y divas en los últimos años del siglo XIX. El calor tropical era sofocante, pero las damas vestían abrigos de pieles y sudaban y sudaban... porque no había estaciones. Ni aire acondicionado. El título Primavera, verano, otoño, invierno... y otra vez primavera, película que dirigió en 2003 el coreano Kim Li-Duk, se pronuncia algo así como ‘ Bom yeoreum gaeul gyeoul geurigo bom ’. Mucho ha llovido desde que sonaran por primera vez Las cuatro estaciones de Antonio Vivaldi, compuestas en los albores del siglo XVIII y que han llegado hasta nuestros días revitali-
zadas en forma de infinitas sintonías publicitarias, televisivas y radiofónicas. Sin embargo, las estaciones, como las marchas de un motor de explosión, el calendario o la edad legal para votar son arbitrios humanos, convenciones para denominar fases. Igual que se introdujo la quinta marcha en los vehículos, también podría introducirse una quinta estación en el calendario para ayudarnos a conducir nuestros destinos con mayor acierto y precisión. Porque ¿y si hubiera una quinta estación? Algo que nos infundiera esperanza, más allá del crudo invierno, donde ya no se espera nada... Una quinta oportunidad, en definitiva. Es posible que la quinta estación sea un burdel antiguo, o una sala de conciertos, o una de esas mercerías de barrio donde alguien te vende cuatro botones de colores y te los entrega en una bolsita de papel... Es quizás la calma tras superar las cuatro pantallas del videojuego que intentamos resolver toda la vida. Muchos no superan las primeras fases y se quedan en la colorida y luminosa primavera... Solo una minoría llega al final del invierno y, de esos, pocos atesoran la suficiente lucidez para contar hasta cinco o para intuir que en este gran desafío no todo se rige por el soslticio de invierno o el equinoccio de verano. Así que piensen en esa quinta estación y repitan conmigo: Bom yeoreum gaeul gyeoul geurigo bom. @AntonioDyaz
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POR JAVIER CREUS
MONEDAS DE CURSO SOCIAL En la economía industrial la confianza tenía expresión tangible, regía el patrón oro. Desde 1971 la expansión financiera confió en el progreso ilimitado y en la capacidad autorreguladora de los bancos centrales y de la banca comercial, a los que se concedió el poder de emitir créditos, es decir, dinero. Los ciudadanos, que activan todas sus capacidades (lo que tienen, lo que saben, lo que saben hacer) para generar intercambios entre ellos o nuevos recursos a disposición de todos, también necesitan sus propios medios de intercambio, ahorro e inversión. Pero su confianza está depositada en otras fuentes. Bitcoin, la estrella entre las monedas alternativas —experimentos diseñados para sustituir a las monedas de curso legal— genera un enorme interés no solo de los que quieren ocultar su identidad, sino también de los emisores de tarjetas de regalo válidas en Walmart. Un sistema descentralizado regido por un protocolo público que determina cómo se crearán las nuevas monedas y cómo se realizan los pagos. El fabricante de sensores Sensorica propone a todos los que estén interesados en participar de su modelo de cadena de valor abierta un protocolo para crear valor conjunto, distribuirlo dentro del sistema allá donde cubre una necesidad y repartir los ingresos en función de las contribuciones. La confianza está en lo que todo el mundo puede ver, comprender y utilizar. Confianza en lo abierto. Por 3 Pumas te llevas medio kilo de nueces; con 15 te arreglan la bici; si tienes 20, puedes pagar parte del alquiler de tu
apartamento en Matalascañas este fin de semana. En Sevilla se llama Puma, en otros lugares Zoquito o Turuta o Bierzín (adivina). Son las monedas complementarias, aquellas que permiten realizar intercambios entre los miembros de una comunidad. Mucho antes, en el siglo pasado, los 57 despedidos de la editorial Bruguera unieron sus indemnizaciones para crear una cooperativa de servicios financieros para la promoción de iniciativas ligadas a la economía social. Los particulares pueden depositar sus ahorros y las iniciativas pueden servir tanto para ahorrar como financiarse. Desde 2005 el modelo Coop57 se ha expandido a Madrid, Aragón, Andalucía y Galicia. La confianza está en lo próximo, en aquello con lo que se siente una afinidad o propósito común. Confianza en lo colectivo. Más de un millón y medio de personas han prestado ya su dinero a otros a través de Lending Club, un servicio que pone en contacto a ahorradores individuales con solicitantes de crédito. Sin pasar por los bancos y con mejores tasas de interés para unos y otros. Cinco millones más financian proyectos en Kickstarter y otras plataformas de crowdfunding después de examinar con atención las capacidades y promesas de las personas que los promueven. Más allá, los bancos de tiempo facilitan intercambios directos sin la mediación del dinero. Removidos los intermediarios, quedan las personas. Confianza de persona a persona. Porque donde no llega la moneda de curso legal, aparecen monedas de curso social.
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POR BENJAMÍ VILLOSLADA
EL WHATSAPP DE TU BISABUELA Vamos a morir todos pero, mientras tanto, dicen que se sufre mucho con situaciones del tipo de una separación amorosa. Y más adelante te cuentan que, si usas internet, puedes acabar separado. Miedo. Que, además, si usas WhatsApp tienes muchas más posibilidades porque millones de parejas andan por ahí separándose por culpa del invento. Muchos millones. Tantos como 28. Terror. Nivel sáquenme-de-aquí. De internet. Pero en realidad no quieres irte. Se te ocurre que, ya que te quedas, puedes parecer un héroe y dices: “Yo no puedo escapar, salvaos vosotros”. Pero nadie se va. No quieren irse de internet. Por algo será. Entonces, el rubio voluntarioso —pero poco hábil— teclea ‘adicción a intee’ pero antes de que pueda borrar esa ‘e’ que sobra, su pareja le riñe: “Ya vuelves con ese trasto, ¡ahora no es el momento!”. Esconde el móvil con cara de avergonzado y desconcertado, además de otras palabras que acaban en ‘-ado’ que no voy a escribir porque quizás eres un menor leyendo este artículo en horario infantil. ¡Oh, vaya! Eres un menor. ¿Menos de 18 años y leyendo en papel? Qué raro. Solo puedes ser del futuro y has encontrado esta revista, de casualidad, porque tu bisabuela quizás la guardó por la portada. Pues ya ves, lo de arriba es porque en el 2013 discutíamos sobre si estar conectado era malo para esto o para aquello. Te reñían cuando usabas el móvil, que era algo así como una pantalla que cabía en el bolsillo. Aquel año, alguien dijo que por culpa del WhatsApp (un chat, ¿aún tenéis de eso?) millones de personas se pelearon por hablar con desconocidos o porque no contestaban rápido a los conocidos. Luego resultó que la noticia era falsa, pero tanto daba; la seguían repitiendo
porque molaba mucho encontrar todo tipo de pegas a los aparatos conectados a internet —supongo que todavía decís ‘mola’ y lo llamáis internet—. Por eso quería hacer un artículo cargado de argumentos: que el rubio voluntarioso —pero poco hábil— encontraba un escrito diciendo que internet no podía provocar adicciones porque solo lo hacen las sustancias y los trastornos del control de los impulsos, hecho que luego se refleja en muchas situaciones: desde el uso compulsivo del chat hasta andar sin pisar las juntas de las baldosas. Que no es nada divertido aguantar a esa gente, tampoco lo era en el pasado, y que por eso acababan separándose. Pero que no era culpa de internet. Siempre había algo más. No haré ese artículo porque, cuando te imaginé desde el pasado, me pareció que nuestras manías con internet eran una tremenda estupidez pasajera. Mi nueva versión de la historia es un cuento en el que el rubio voluntarioso —pero poco hábil— era tu bisabuelo: una persona sana que jamás tuvo ningún problema con las juntas de las baldosas. Tras meter en el bolsillo el móvil, pensó que siempre era buen momento de saber más, volvió a sacar su móvil, borró la ‘e’ que sobraba, terminó la frase y pulsó la tecla de búsqueda. En su pantalla apareció la versión web de ese artículo y lo compartió con tu bisabuela por WhatsApp. Ni estaban en peligro, ni se separaron por culpa de internet, ni ella guardó esa revista solo por la portada. @Benjami
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CLAVES DEL PANORAMA DIGITAL* Crece el número de personas que utilizan internet; ya somos 2.300 millones de usuarios en el mundo (32,5%). En España, hay cerca de 25 millones de Internautas de los cuales el 51% se conecta a diario. Servicios como el correo electrónico, buscadores, y entretenimiento, las categorías más consumidas.
El 20% de los internautas españoles dispone de Tablet (12% población total), el 73% posee un ordenador portátil y el 54% tiene Smartphone. España es el país con el parque de telefonía móvil más avanzado del mundo y los españoles los europeos que más dispositivos poseen. La penetración de Smartphones en España es ya del 75%.
Mientras en Europa el 84% de los europeos navegan por internet mientras ven la televisión, en España lo hace el 51%, principalmente para consultar su Mail (92%), para realizar búsquedas (80%), para comentar en las redes sociales (77%) o simplemente para navegar (70%).
El e-commerce sigue su tendencia positiva en nuestro país. Un 66% de los Internautas han realizado compras online en el último mes y sólo un 8% no lo ha hecho nunca. A pesar del incremento del 60% del volumen de negocio en dos años España ocupa el puesto nº15 con una penetración media de 27 compradores online por cada 100 habitantes.
El 68% de usuarios de Smartphones ha buscado información sobre un determinado producto al verlo en TV, prensa o en las tiendas y el 62% de estos usuarios ha comprado en el último mes por móvil. Un 27% declara llevar su Smartphone para comparar precios y obtener información de los productos.
*Fuentes: EGM, ComScore, The Cocktail Analysis, IAB Europe, TNS Digital Life, Barómetro Social Commerce 2013
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¡NO TIRES TU DOBLE PLETINA!
Por una vez, tener amor por todos los objetos que pueblan una casa, además de resultar un peligro por el potencial síndrome de Diógenes, puede solucionar la papeleta en el proceso de adaptación a una muy subterránea tendencia que resucita tras unos cuantos años. Es el momento de recuperar la vieja doble pletina que hay en el rincón más polvoriento del trastero porque, aunque suene a broma, ¡vuelve la cinta de casete! POR
David García
ILUSTRACIÓN
La histeria del pirateo se desató con
la grabación de cintas en los años 80. Ya entonces, las primeras campañas que pretendían proteger los derechos de autor usaban el lema ‘Home Taping is Killing Music’ (la copia casera matará a la música). Eso, claro, no ocurrió. Tres décadas después la copia de cintas regresa como reivindicación del amor por los formatos palpables. Pasó con la resurrección del disco de vinilo. El melómano irredento es un ser de costumbres extrañas y muy dado al hedonismo táctil. Al fan fatal de la música le gusta escuchar, sí, pero también es un esclavo de toquetear las cosas con las manos, de absorber de ellas la energía vital cual insaciable súcubo sónico. La veneración del objeto es la clave que impulsa al coleccionista a hacerse con soportes que podría escuchar pocas, una o ninguna vez de manera real. Conviene aclarar que casi el único detalle que une al renacimiento del vinilo con el de la cinta es la del establecimiento
David Gonzalez
del objeto físico como centro del ritual. Mientras que tanto sellos independientes como multinacionales editan referencias en plástico redondo, lo del casete es un fenómeno destinado casi en exclusividad a solistas y bandas de claro posicionamiento underground. Mucha de la culpa de este homenaje a la historia lo tiene el movimiento hardcore americano que nació a finales de los años 70 en Washington D.C. y, poco después, en Nueva York. Bandas contundentes y muy críticas con el sistema como Bad Brains, Black Flag, Minor Threat o Fugazi tenían por imposible la promoción a través de los canales convencionales. Su música saltaba de casa en casa constreñida en los límites de las cintas de casete y el mensaje identitario del movimiento se expandía en páginas de fanzines como Touch and Go. El presente es mucho menos antisistema porque todo es mucho menos antisistema en la industria de la música y en el adocenado panorama social. Aun así, sellos como Burger Re-
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cords en Estados unidos, Supplex Cassettes en Reino Unido o Boston Records y Jamón Vudú en España dedican muchos esfuerzos a lanzar tiradas reducidas de cintas para goce y jolgorio de minorías selectas. Sergi Alejandre y Andrea Pérez empujan a diario a Boston Records. No tienen cifras que corroboren el auge de este soporte pero sí observan cómo a su alrededor múltiples sellos y bandas utilizan el formato. Alejandre atribuye el fenómeno a la ritualización del proceso de selección, compra y escucha de la música: “El formato digital no es suficiente para muchas personas que buscamos algo más en un disco, vivir el ritual completo de lo que es descubrir o escuchar música, ir a tiendas de discos, apreciar el artwork de cada edición, poner el disco en el tocadiscos o coleccionarlos. El cassette sí tiene esa magia y cuenta con la ventaja de que es relativamente económico. Para bandas y sellos pequeños es una buena opción para seguir editando música sin demasiado riesgo”. Boston Records se apoya en las más canónicas acepciones de la palabra independiente para definir su sello. “Podemos hacerlo todo nosotros mismos. No mandamos el máster a la fábrica y nos lo devuelven todo hecho, sino que nosotros mismos grabamos cada cinta con una doble pletina profesional que compramos al empezar el sello. Podemos hacer el artwork y vivir cada parte del proceso de crear un disco. Otra ventaja es que te permite hacer tiradas cortas, cosa que con el vinilo es más difícil o caro”, cuenta Andrea Pérez. Como muchos de los que se mueven entre los 30 y los 40 años, Benjamín Villegas, alma máter de Anicet, creció haciendo rular de mano en mano cintas de sus grupos favoritos. Ahora se considera “un creador de música que se ha formado desde el consumo, como oyente y comprador”. Para él, “la generación que (nacida pirateando) grabábamos
y comprábamos cintas recuerda el formato con cariño y lo aprecia, dejando a un lado la calidad que pueda tener”. Es una cuestión de romanticismo. El músico catalán cree que las plataformas de música digital hacen que los formatos físicos tengan sentido “por su capacidad para encandilar al consumidor a través de la nostalgia”. La consecuencia es que, como consumidor de música, compra cintas para tenerlas en la estantería mientras las escucha en formato digital. Como creador, “¿por qué no editar mi segundo disco en un casete que incluya la descarga en mp3 de alta calidad?”, se plantea. Borja Prieto, director de la plataforma de crowdfunding My Major Company, agitador y consumidor voraz de casetes, afirma que este soporte “es un objeto sexy, un buen recuerdo para comprar en un show a un precio tentador. Además, históricamente, artistas chulísimos han editado en casetes y eso se contagia. En cuanto al supuesto revival, “lo celebro, aunque no tengo doble pletina, lo que me convierte en una especie de poser”. La nueva democratización de la cinta tiene incluso su ramalazo masivo. Una marca multinacional como Converse ha apostado también por el uso de este soporte para la difusión en España de un proyecto como Rubber Tracks, un estudio pop-up especializado en descubrir bandas primerizas a las que graba para editar una recopilación en casete. Como explica Sergi Alejandre, de Boston Records, “desde un punto de vista pragmático está claro que el formato físico cada vez tiene menos sentido, pero para los que coleccionamos discos, a los que nos gusta la experiencia completa de escuchar música, lo pragmático nos importa un pepino”. Si no buscamos lo especial que hay en cada cosa que experimentamos, ¿qué sentido tiene todo el paripé vital?
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DICIEMBRE 2012. No hay más norma que la libertad para diseñar una portada de Yorokobu. Esta vez, sin
embargo, la ley se quebrantó. Había una imposición: una pizarra. El ilustrador y calígrafo Joluvian tenía una pizarra limpia en una pared donde tenía que escribir la palabra Yorokobu. Empezó el boceto en un papel. Utilizó rotuladores y dejó las tizas para el final. “Quería recordar a los antiguos calígrafos que creaban bellos textos partiendo de una pluma y un bote de tinta”, cuenta el venezolano. “Lo más complejo fue el acabado de las letras porque el polvo de la tiza se cae y a veces es difícil conseguir un color sólido”. Pero la tiza resistió a la foto y la foto se convirtió en la portada de diciembre de la revista. www. joluvian.com
ENERO 2013. Dicen los artífices de esta portada que día tras día paseamos por las calles sin darnos cuenta
que entre baldosas y ladrillos de fachadas viejas, suelos de solares abandonados, en el asfalto y el arcén o en cubiertas de tejados destartalados crecen hierbas entre las grietas, dejando paso a insólitas e inesperadas muestras de vegetación. Sin embargo, estos pequeños brotes luchan sin hacer ruido para sobrevivir. Esta portada es el homenaje de La Dyssenyadora a las malas hierbas, “esas que, a pesar de estar rodeadas de condiciones adversas, resisten y crecen en un entorno complicado”, dicen sus componentes. ¡Que mala hierba nunca muera! www.ladyssenyadora.com
FEBRERO 2013. A Andrés Lozano le gustan los invernaderos. Al ilustrador le interesa la arquitectura que
guarda naturaleza en su interior. De ahí, probablemente, surgió la conexión. Una revista, Yorokobu, como un invernadero donde algo crece. Las plantas o la revista. Lo mismo da. Esta portada se impuso sobre las casi 600 piezas que participaron en el concurso Hazlo tú. El edificio se suma a su colección de trabajos nacidos de su “ligera obsesión por arquitecturas imposibles”. Así lo califica el autor y añade a esta pasión el cine negro y la compra compulsiva de libros, cuadernos y material artístico. www.andres-lozano.com
MARZO 2013. La ilustración donde aparece la palabra Yorokobu es, según el diseñador Albert Trulls, “un
reflejo de un momento concreto dentro de una acción más larga en el tiempo”. Es “el instante en que dos conceptos opuestos entran en contacto y colisionan”. El director de arte acudió a varias disciplinas para crear esta dualidad. Recurrió a la geometría, las matemáticas e incluso a la pintura metafísica (movimiento artístico italiano que, mediante la yuxtaposición de objetos, crea espacios imaginarios que pretenden hablar con el inconsciente). www.albertrulls.com
. AkaCorleone no sabía nada de la historia que iba a acontecer en esta portada pero quería dotarla de cierto misterio. De la misma intriga que él sentía mientras la dibujaba. “Me gusta crear suspense y drama”, indica. “Esa misma sensación que yo tenía mientras trabajaba en el dibujo” y que acabó convirtiéndose en esa advertencia verbal: “Nada pudo prepararles para esto...”. Aunque quizá no sea tan misterioso como dice y la justificación de su obra y su estilo estén en la comida tailandesa. ¿Por qué? Porque esa es la respuesta que da siempre cuando le preguntan por sus referencias y su inspiración. www.akacorleone.com
ABRIL 2013
MAYO 2013. Una de las cosa que más feliz hace al autor de esta portada, Eduardo Bertone, es conocer
nuevas culturas y nuevas formas de entender el mundo. Eso, y el nombre de la revista, hicieron que no pudiera resistirse a retomar una idea que tenía desde hace tiempo: rendir un homenaje a la cultura asiática. “Además, tengo un especial cariño por Japón ya que mi pareja es de Kyoto”. Por eso en la portada aparecen distintos elementos que representan la felicidad de alguna manera y se mezclan de forma irracional y espontánea creando un mundo onírico. “Un mundo que juega con el equilibrio entre similitudes y diferencias”. www.bertoneeduardo.com
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JUNIO 2013. La portada de este mes recuerda perfectamente a uno de esos mastodónticos equipos de
música que todos tuvimos en casa, en el que un vinilo se rayaba, la radio nunca sintonizaba bien y cada cinta solo te proporcionaba algo más de una hora de música. “Qué importante era escoger adecuadamente su contenido. Añoro la atención que implicaba y el cuidado que requería. Era un proceso lento y pausado. Sin prisas”. Todo lo contrario con la situación actual en la que “vivimos hiperinformados a ritmo exponencial. Sin tiempo para asimilarlo. A veces, es bueno parar”. www.davidelosegui.com
JULIO / AGOSTO 2013. Conrad Roset vive en medio del Olimpo. Es imposible que no sea así porque en los
últimos cinco años se ha rodeado de 500 musas. La diferencia entre las que dibuja el ilustrador y de las que hablaba Homero es que estas no son diosas. Son terrícolas. Y no dedican sus días a la música y los poemas. Pueden hacer cualquier cosa, como, por ejemplo, erigirse en portada de esta revista. En la mitología griega las musas proporcionaban inspiración a los artistas y tenían también oficio de diosas de la música y la poesía. Más tarde su tarea se extendió a más artes e incluso a la ciencia. Pero las de Roset no pretenden trascender más allá de su figura. “Intento transmitir un mensaje meramente estético”, dice el catalán. “Mi intención es explorar la belleza y la sexualidad”. www.conradroset.com
SEPTIEMBRE 2013. El ordenador hizo la música invisible. El tacto de los archivos de sonido digitales no es ni
suave ni áspero. No tiene. Tampoco huele. La música digital se despojó de envoltorios. Pero no hace tanto la música olía. Vivía guardada en una funda hasta que su dueño la despertaba de su reposo. Esta portada pertenece, emocionalmente, a aquellos tiempos. Noelia Lozano emigró temporalmente a su infancia y llegó al colegio. Allí vio a unos niños que metían un boli en uno de los orificios de una cassette para hacer girar la cinta que había en su interior. “Era la forma artesanal de rebobinar una canción para escucharla otra vez sin gastar las pilas del Walkman”. www.noelialozano.com
OCTUBRE 2013. PJavier Arcos ha sido un apasionado de los robots desde pequeño. Lo que comenzó siendo
un hobby para evitar el estrés le ha llevado a inaugurar su propio taller de autómatas, Pitarque Robots, donde trabaja en sus creaciones y desarrolla todos sus proyectos. Un espacio en Madrid donde conviven sus criaturas robóticas junto a piezas antiguas de radios, cámaras de fotos, piezas de coches de colección... “y todo tipo de objetos con una historia detrás preparados para convertirse en un ser vivo”. Para el robot Yorokobu buscaba una pieza con historia en el mundo del periodismo. “Y la encontré en una tienda antigua de fotografía en Granada”. www.pitarquerobots.com
NOVIEMBRE 2013. La ‘Y’ es una tortita de albahaca. La ‘R’ está escrita en polvo de espinacas, de tomate, de
remolacha y de aceituna. La ‘K’ es una gelatina de remolacha, La ‘B’ es sésamo negro. La ‘U’ es gelatina de pimiento de piquillo. La primera ‘O’ está hecha con calabazas asadas y zanahorias. La segunda con kolhrabi morado confitado, rabanitos, rábano negro y remolacha arcoiris. Y la tercera con crema de espárragos y queso fresco. Es la receta creada por el cocinero Jesús Núñez para confeccionar la primera portada comestible de Yorokobu. www.facebook.com/jnunezchef
DICIEMBRE 2013. Conocemos a peSeta desde que comenzamos esta aventura. Sabemos que alucinan con la
belleza que hay en las pequeñas cosas que encontramos cada día y que afrontan cada tarea con el mismo cariño con el que nosotros hacemos cada número de Yorokobu. Ellos traspasaron la responsabilidad de crear la portada de nuestro cuarto aniversario a los lectores. Un kit de costura, unos cuantos retales y un trozo de retor como lienzo en blanco. Coser y cantar. www. peseta.org
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CAMINAR
Y cómo los coches expulsaron a las personas de la calle POR
Mar Abad (@marabad)
Puede que Caín tenga la culpa de todo. De que los pies se hayan clavado al suelo con la vehemencia de una púa. De que los pies se hayan vuelto perezosos. De que, como dice David Le Breton en Elogio del caminar, el coche sea hoy el rey de la vida diaria y haya hecho del cuerpo algo superfluo para millones de personas. “La condición humana ha devenido en condición sentada o inmóvil, ayudada por un sinnúmero de prótesis”, escribe el antropólogo francés. “La actividad individual consume más energía nerviosa que física. El cuerpo es un resto sobrante contra el que choca la modernidad (...). Los pies sirven sobre todo para conducir un automóvil o para sostener en pie momentáneamente al peatón en el ascensor o la acera. Esto los transforma en seres inválidos cuyo cuerpo apenas sirve para algo más que arruinarles la vida. Por lo demás, y debido a su infrautilización, los pies son a menudo un estorbo que podría guardarse sin problemas en una maleta”. Puede que Caín tenga la culpa porque sus descendientes construyeron las primeras ciudades y la vida sedentaria. Abel siempre fue el nómada. Caín, el sedentario. Abel disfrutaba de la naturaleza tal como era y no se ató a ningún lugar. Era el homo ludens. Caín, el pecador, se ató a una tierra e intentó domesticarla para construir un nuevo mundo. Era el homo faber.
ILUSTRACIÓN
Blastto
también Kierkegaard. En 1847 el existencialista danés escribió una carta a Henrietta Lund en la que decía: “Lo más importante es que no pierdas tu deseo de caminar. Todos los días me llevo caminando hacia un estado de bienestar y del mismo modo, caminando, me alejo de la enfermedad. He andado hasta mis mejores pensamientos y jamás he encontrado un pensamiento tan pesado que el caminar no pudiera ahuyentar”.
Nietzsche decía que permanecer sentado, sin moverse, era un pecado contra el Espíritu Santo y que los pensamientos más valiosos surgían al caminar. Las ideas que escribió en Así habló Zaratustra proceden de largas horas deambulando por las colinas italianas de Rapallo, según Coverley. El filósofo escribió en La gaya ciencia (1882): “No escribo solo con la mano. El pie siempre quiere No pensar en nada escribir también” y, seis años más tarde, en sino en la continuidad una carta a Georg Brandes, redactó: “Profunde los propios pasos. do estado de inspiración. Todo concebido en El eco que dejamos el camino, durante largas marchas. Extrema sobre la corteza elasticidad y plenitud corporal”.
terrestre. (A pie, Luigi Amara)
La filosofía del caminar tiene orígenes lejanos. Hunde sus raíces hasta la Biblia misma, según relata el académico británico Merlin Coverley en su obra El arte de deambular. Jesús y Mahoma fueron también grandes caminantes. Pero las virtudes de andar no se reducen a textos religiosos y leyendas. Sócrates, en el siglo V a. C., fue un “filósofo caminante”. Ya entonces sabían que los pensamientos brotan más fácilmente al deambular. Aristóteles y sus seguidores, los peripatéticos, también paseaban para despertar su intelecto. La lista de filósofos que asociaron sus pies a sus pensamientos es inacabable. Lo hizo Hobbes, Kant, Rousseau, De Quency... y
El hábito de caminar a solas en la naturaleza para escapar del ruido ha sido vanagloriado por muchos filósofos. No solo por Nietzsche. También lo hicieron Rousseau o Thoreau. El estadounidense llegó incluso a huir de la civilización y se refugió, durante dos años, en una cabaña literaria. Allí escribió Walden y desde allí salía cada día, durante cuatro horas, a caminar por el bosque.
DEL PIE AL VAPOR
Los caminos de la Historia están marcados por huellas de zapato. También hay surcos de ruedas de carros, pero en la memoria de las rutas humanas hay más pies humanos que patas de caballo. La invención del ferrocarril, en el siglo XVIII, supuso un giro en la senda de la historia. Especialmente, en Occidente. “La mejora del transporte y la infraestructura dio origen a la figura del viandante a final del siglo XVIII y, además, supuso el inicio de una tendencia que acabaría reempla
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zando la actividad de caminar por la utilización de un medio de transporte”, escribe Merlin Coverley. “Andar fue pronto relegado a la esfera doméstica y se convirtió en la forma de desplazamiento de las mujeres, los pobres, los enfermos y los individuos que rechazaban obstinadamente la velocidad y el clamor de la vida metropolitana”.
de presión llamado Motordom. El lobby lanzó una campaña de relaciones públicas, ideada por E.B. Lefferts, que daba la vuelta al dedo acusador.
Este rechazo a la velocidad, el ruido y los humos que trajeron los inventos surgidos de la revolución industrial tuvo en Henry David Thoreau una de sus voces más lúcidas. El filósofo naturalista estadounidense fue uno de los grandes defensores de la cultura de caminar. En 1862, en un ensayo titulado Walking and the Wild (Caminar y la naturaleza salvaje), escribió que andar es una expresión de libertad y salvajismo. El poeta detestaba la expansión de la cultura urbana y, para escapar de ella, se entregaba al “arte de caminar”.
El lobby de clubes automovilísticos tiró a matar. Enfocó su comunicación en el público más joven para cambiar la mentalidad de las generaciones venideras, según un artículo de The Atlantic Cities titulado The Invention of Jaywalking. Financiaron programas de educación y seguridad vial en los colegios públicos para hacer creer a los niños que las calles eran para los coches. Eran ellos quienes tenían que detenerse para no interrumpir el paso de un vehículo y nunca al revés.
“No culpe a los coches. Culpe a la temeridad humana”
Mientras, en Cincinnati, crecía la ira contra los atropellos a peatones. El académico de la Universidad de Virginia Peter A principios del siglo XX la velocidad nunca pasaba por la caNorton cuenta en su libro Fighting Traffic: The Dawn of the lle. Pero en la década de los años 20 y 30 la industria automoviMotor Age in the American City (Luchando contra el tráfico: lística empezó a llenar las ciudades de coches. Los individuos el inicio de la era del motor en la ciudad americana) que en no estaban acostumbrados a ver aparecer, de pronto, una máesa ciudad, en 1923, presentaron 7.000 firmas en apoyo de una quina veloz sin dirección definida. Entonces no había espacios ley que limitara la velocidad de los vehículos a 40 kilómetros separados para humanos y máquinas. Los coches resultaban por hora. Los clubes automovilísticos pensaban que esta limiunos intrusos en la convivencia armónica de caminantes y bitación reduciría sus ventas y desplegaron de nuevo toda su cicletas y, además, destruían la vida social que florecía en la artillería. Enviaron cartas a todos los propietarios de coches de calle desde las primeras civilizaciones. la ciudad y les dijeron que esta medida condenaría a EE UU al mismo destino que China, el país, a su juicio, más retrasado del Los automóviles se movían sorteando obstáculos y los peamundo. Y además, contrataron a mujeres atractivas para que tones corrían hacia donde podían cuando los veían aparecer. invitaran a los hombres a liderar la propaganda contra esa ley. “Los vehículos mataban a miles de niños Las dos posturas se enfrentaron en un refecada año”, cuenta el periodista estadouniLa fuerza de atracción réndum y la máquina ganó al hombre. dense Roman Mars en su artículo The Moque ejerce el horizonte dern Moloch (El Moloch moderno). “Muchas La industria automovilística se iba haciendo de una calle. personas veían los coches como una máquifuerte batalla tras batalla. Lo hizo en la opiEse estremecimiento na asesina. Una viñeta en un periódico comnión pública y también en la ley. El lobby hacia la fuga paraba incluso al automóvil con Moloch, el con el derecho consuetudinario que proviene del suelo arrambló dios fenicio que sacrificaba a niños”. que había ordenado la vida urbana durante y su planicie siglos y consiguió imponer una ley de tráfico (A pie, Luigi Amara) “Las muertes de viandantes eran consideque convertía las calles en territorio para los radas tragedias públicas. En las ciudades coches. El viandante quedaba relegado a las hacían desfiles y construían monumentos en memoria de los orillas de la vía y, además, no podía salir de su zona de excluniños atropellados y asesinados por coches”, continúa. “Las sión donde el nuevo ordenamiento urbano lo había relegado. madres que perdían a sus hijos en las calles recibían una estrePrimero, buscaron un nombre cargado de maldad: jaywalker. lla blanca en reconocimiento de la pérdida”. “A principios del siglo XX, ‘jay’ era un término peyorativo que hacía referencia a las personas del campo. Por lo tanto, un jaywalker es alguien que camina por la ciudad como un Un artículo de The New York Times, publicado en noviembre arrendajo, mirando boquiabierto los edificios de su alrededor de 1924, decía que “los horrores de la paz parecen tan terroríy completamente inconsciente del tráfico que pasa a su lado”, ficos como los horrores de la guerra. El automóvil se cierne escribe Roman. Después, lo criminalizaron. “El término, origicomo una máquina mucho más destructiva que una pistola. nalmente, se utilizó para menospreciar a los que se cruzaban Los motoristas temerarios provocan más muertes que la artien el camino de otros viandantes, pero Motordom lo convirtió llería. El hombre en la calle parece menos seguro que el homen un término legal para referirse a las personas que cruzaban bre en la trinchera. El mayor factor letal es el automóvil. Dejó la calle por el lugar incorrecto o el momento inadecuado”. la destrucción tras su camino en 1923”.
DE LA LENTITUD A LA RAPIDEZ
Esa imagen exterminadora amenazaba con arruinar la industria del automóvil. Pero no es tan fácil combatir a un mercado sin entrañas. Las compañías del sector se aliaron en un grupo
EL MIEDO AL VAGABUNDO
Deambular por la calle se convirtió en una actividad sospechosa. “Vagar parece un anacronismo en un mundo en el que reina
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el hombre apresurado: disfrute del tiempo, del lugar; la marcha es una huída, una forma de darle esquinazo a la modernidad”, escribe Le Breton en Elogio del caminar. “Un atajo en el ritmo desenfrenado de nuestras vidas, una manera adecuada de tomar distancia”. Dice el francés que nuestros pies no tienen raíces. Fueron hechos para moverse. Pero en las sociedades occidentales ya nadie los mira como un medio de transporte. Ni siquiera para los trayectos más cortos o para subir unas escaleras. Caminar se ha convertido en “una actividad de recreo, afirmación de uno mismo, en busca de la tranquilidad, el silencio y el contacto con la naturaleza: rutas, trekkings, popularidad de los clubes de senderismo, de los antiguos caminos de peregrinación, especialmente el de Santiago, recuperación del paseo...”. “La manera en la que se denigra masivamente el caminar en su uso cotidiano y su revalorización paralela como instrumento de ocio son hechos que revelan el estatuto del cuerpo en nuestra sociedad”, continúa. “El vagabundeo, tan poco tolerado en nuestras sociedades como el silencio, se opone así a las poderosas exigencias del rendimiento, la urgencia y la disponibilidad absoluta en el trabajo o para los demás”.
tirse en un mundo inquietante en el que se sienten perdidos todos los que están acostumbrados al ruido”. Esa resistencia a un mundo para los coches nunca ha muerto del todo. Muchos ciudadanos reivindican constantemente que el espacio público no se disipe del todo. Varias ciudades europeas están construyendo carriles bici y han peatonalizado sus centros históricos en los últimos años. Pero, a la vez, 60 millones de vehículos se suman a las carreteras del mundo cada año. Y los atropellos no han desaparecido. Anualmente mueren 270.000 personas arrolladas por un vehículo, según un reciente artículo de la BBC titulado Pedestrian power to shape future cities (El poder del viandante para diseñar las ciudades del futuro). Todos estos coches, además, hacen aumentar la contaminación y la vida sedentaria. Más obesos y más ataques al corazón.
Un siglo después los viandantes siguen luchando por ciudades más caminables. En Cincinnati no lo consiguieron pero los movimientos ciudadanos insisten. En Europa piden ‘ciudades 30’ para que ningún vehículo supere esa velocidad. Reclaman también recuperar el espacio público, porque no solo se lo arrebató el tráfico. Algunas ciudades, como Madrid, han convertido muchas plazas públicas en explanadas de cemento en venta al mejor postor. Rendirse al vértigo del Los bares alquilan un suelo que antes era de horizonte. todos para desplegar sus terrazas. Las marA la caída libre del cas rentan ese espacio, donde quizá antes vagabundeo. había árboles, para montar eventos.
El caminante, según Le Breton, se ha convertido en un “personaje anacrónico”. “La ciudad se transforma en trayectos que hay que recorrer con la preocupación de no perder tiempo. La funcionalidad es lo primero”, escribe (A pie, Luigi Amara) en su libro. “La acera es una línea recta que hay que recorrer deprisa” y esa misma celeriLa asociación de viandantes A pie trabaja dad es la que “mata la calle para convertirla de forma voluntaria en Madrid, desde 1995, en un espacio de desplazamiento funcional (...). Caminar por la para que los políticos no olviden al caminante en sus políticas ciudad es una experiencia de tensión y vigilancia. La cercanía urbanísticas y sociales. “Defendemos el caminar como un mede los automóviles es un peligro permanente, aunque su condio de transporte saludable, económico y sostenible”, indica ducta esté supuestamente regida por el código de circulación”. Verónica Martínez, miembro de esta asociación. “También nos importa el espacio público. Es un lugar de juego e intercambio, La resistencia a esta expulsión se alargó tanto como pudo. No pero la introducción masiva de vehículos ha arrebatado estos hace tanto los niños jugaban en la calle y los adultos sacaban espacios a las personas. A menudo las ciudades llevan al peasillas a la acera para convertirla en el salón comunitario de tón a situaciones límite”. todos los vecinos. Los coches arrollaron estos dos hábitos y convirtieron estas escenas en algo absolutamente excepcional La función de A pie, para empezar, consiste en divulgar los en Occidente. derechos de los viandantes e intentar aliviar muchos de los cercos en los que se ve atrapado en una ciudad. “Proponemos Caminar se ha convertido, en cierto modo, en una forma de soluciones sencillas al Ayuntamiento o a la persona responactivismo, de nostalgia o resistencia. Caminar es un viaje sable para mejorar cruces conflictivos, recuperar espacio para sensorial, y los caminantes, a menudo, buscan descubrir esos caminar o extender los refugios que son las aceras”, explica detalles que la ciudad oculta y destruye. “La música ambienMateus Porto Schettino, miembro de la asociación. “También te se ha convertido en un arma eficaz contra una cierta fobia hay que estar atento sobre cómo nos venden el tráfico. Dicen al silencio y una forma agresiva de captar la atención de los que lo hacen por nuestra seguridad pero, en realidad, nos detranseúntes por parte de los comercios”, piensa Le Breton. “El jan sin movilidad”. urbanita no está cómodo en los espacios bañados de silencio. Por el momento no hay planes de una nueva edición revisaSale huyendo o se apresura a añadirles sonidos que le hagan da y actualizada de la Biblia. Pero si esto ocurriera puede que sentir seguro, hablando en voz muy alta, dejando la radio del Caín ya no fuera el malo absoluto. Motordom también tendría coche encendida o llamando por el móvil a alguien para que le lo suyo. #ciudadescaminables reconforte. Un mundo tranquilo y silencioso acaba por conver56 / YOROKOBU / Nº46 - 2013
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APPS QUE SÍ (Y CUANDO DIGO SÍ, ES SÍ) POR
David García (@SrGarcia)
Ya era hora de que acabara el verano. Algunos tenemos ganas de deprimirnos, encerrarnos en casa, dejarnos mojar por la lluvia mezclada con incómodos vientos racheados y ver cómo, en general, todo se vuelve gris y tristón. Cuesta mucho más ser un amargado cuando encuentras buenas apps con las que pasar el tiempo pero, aun así, pienso intentarlo con todas mis fuerzas.
NOTEGRAPHY
U LT I M AT E G U I TA R
SOLMAIL
Podrá parecer una app de poca profundidad, pero dado que la obligación de todo ser humano pasa por una implacable persecución de la belleza, no se nos ocurre mejor idea que mencionar una aplicación cuyo objetivo es embellecer la palabra. Notegraphy tiene por objetivo realzar visualmente lo escrito. cuenta con diversas plantillas creadas por prestigiosos diseñadores que maquetan el texto que queremos y le otorgan un atractivo visual tal que irás corriendo como alma que lleva el diablo a compartir tus creaciones tipográficas a las redes sociales.
Ojo, que esto no es asunto baladí. Los que tocamos la guitarra como si a Peret le hubieran amputado las dos manos y se las hubieran cambiado por dos manojos de morcillas, agradecemos ayudas como la de Ultimate Guitar. Se trata de una recopilación de un volumen obsceno de canciones listas para ser tocadas con la guitarra. Cada canción cuenta con sus correspondientes acordes, una muestra de cómo poner los dedos en el mástil, la letra de la canción y otras características que la convierten en una bendición para los perpetradores no muy duchos del instrumento de las seis cuerdas.
Hay tres momentos en la vida que te llena de alegría como ningún otro. Uno es cuando nace tu descendencia. Por fin, tendrás alguien a quien moldear y a quien empujar a seguir tus proyectos frustrados. El segundo es justo después de evacuar. Es algo que todo conoceis y no hay más necesidad de explicación. El mejor, sin duda, es cuando encuentras una herramienta que funciona y que te hace la vida más fácil. SolMail es una de ellas. Se trata de un gestor de email multicuenta de uso sencillísimo y eficiencia probada. Está disponible para Android y es gratis. ¿Qué más quieres?
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APPS QUE NO (AUNQUE TIENEN SU PUNTO, ¿EH?) POR
Ricardo Llavador (@RicardoLlavador)
¡Al rico App!¡Ricas apps señoras, que me las quitan de las manos! Hoy vengo cargadito con tres deliciosas apps recién sacadas de ese horno de galletas llamado Apple Store. Las tres tienen su propio carácter y su saber estar y, si tuviera que escoger, de verdad no sabría decir cuál es más idiota
U G LY M E T E R
R O TJ E
T U G A CO R N O A L E N T E JA N O
Sí, señora, un “feómetro” con todas las de la ley (de Murphy). Te escanea la cara y te dice cuán feo eres en una escala del 1 al 10. A mí me ha salido un 9’7, lo que significa que funciona a la perfección. Pero no se queda ahí porque su componente social permite escanear las caras de tus amigos y comprobar así, a través de una cualificada opinión externa, que son todos unos callos malayos y es que, querida lectora, si Ugly Meter lo certifica, va siendo hora de buscar otras amistades más bellas o, en su defecto, más hipsters.
Hay aplicaciones absurdas, hay aplicaciones sin gracia y luego esta Rotje, un innovadora idea que viene a ser un simulador de masclets o petardos. Eliges el tuyo, le das con tu grácil dedito y ¡hala!¡a disfrutar de toda una orgía de fuego y pólvora! Además de unos ejemplos de prueba, puedes descargarte, previo riguroso pago, más
Bien es sabido, se comenta por la bares, que una de mis categorías favoritas es el mundo de los simuladores. Bueno, la verdad es que es algo que no me importa ni a mí, pero no ocurre lo mismo con esta increíble app (de verdad no me puedo creer que a alguien se le haya ocurrido) que no es otra cosa que un editor de imagen que permite ponerte cuernos –literal–, bigotes y, en un modo avanzado, patillas y gorra. Inquietante, ¿verdad? Quiero imaginar que está basada en algún personaje de un lejano país pero amigo, si yo fuera de esos que corroboran los datos, esta sección no existiría.
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POR
José Antonio González Alcantud
No existen estadísticas, ni siquiera se prodiga como
fuente de reflexión. El ridículo, palabra que los diccionarios rezan que describe la situación en que una persona mueve a risa por una caída, un gazapo o cualquier otra circunstancia, parece no importar a nadie sociológicamente. Empero el ridículo es asunto muy serio. Conocí en una pequeña aldea andaluza una situación trágica provocada por el ridículo: alguien había sido ridiculizado tan profundamente en un carnaval que acabó por suicidarse. ¿Es importante o no el ridículo? De principio está vinculado a la imagen de sí mismo —al self—, y por ende, a la autoestima. Partiendo de la base de que, al decir del sociólogo E. Goffman, todos los seres humanos actuamos teatralmente ante los demás, el problema reside en la pérdida de control que sobre nuestra representación significa el ridículo, quedando totalmente a merced del prójimo. Ante el ridículo manifiesto lo más que podemos hacer es callarnos o unirnos al coro de las risas provocando la autoirrisión. Ante la pregunta de cómo anda el sentido del ridículo de los españoles cabe esgrimir que la cotidianidad nos ofrece abundantes ejemplos de su ausencia. Precisemos: algunos, quizás demasiados, miembros de nuestra notabilidad se muestran con frecuencia faltos de sentido del ridículo. Se revisten de una extravagancia que no comparte el pueblo llano, que llega al descaro cuando están inmersos en procesos públicos afirmándose tozudamente en inocencias y virtudes en las que pocas personas creen. Contrasta esta manera de ser con los nuevos pobres, surgidos de la clase media sitiada, que sufren grandes quebrantos morales, aguijoneados por la vergüenza y el ridículo, por el simplemente hecho de ir a almorzar a un comedor social. Queda claro que en el llamado ‘pueblo’ quedan rastros más que visibles de un antiguo y arraigado sentido del ridículo. Si en los notables el sentido del ridículo
ILUSTRACIÓN
Velckro Artwork
resultase disminuido, como así lo parece, sería una noticia muy preocupante pues su desaparición nos estaría señalando el camino del vacío ético. Una primera y gran distinción se ha abierto paso en lo tocante al ridículo, entre los que van camino de perderlo y quienes aún lo conservan. Sin embargo, los españoles, como colectivo, sin distingos de clase o posición social, no siempre fueron así. La vergüenza, fundamento del sentido del ridículo, tuvo sus días de gloria. La vergüenza pública era el justo castigo, la ausencia de honor. Un sentido del honor que obligaba, cierto, a guardar la honra de las mujeres de la casa, lo cual hoy se nos figura una antigualla del pasado, de un país cercado por los excesos de una masculinidad con frecuencia devenida de ‘machismo’. En cierta ocasión me tradujeron al francés el vocablo ‘majismo’ por ‘machismo’. A pesar de la mala traducción no iba descaminado el traductor en su intuición: el majo y el petimetre son personajes sociales que alardean de su masculinidad. Mas, también existe una honra, de la que deriva la honradez, y que supone autoestima, mirarse ante el espejo del sí mismo, del citado self, dándose cuenta de que no existe más pacto que con la buena fama. Así pues, los antiguos españoles fueron gentes de honor. Lo atestiguaron los antropólogos. Julio Caro Baroja evidenció la íntima relación entre honor y españolidad en el siglo XVII. Escribe Caro que “la honra tiene su expresión social en lo que se llama ‘fama’ y la deshonra la tiene en la ‘infamia’”. Hubo tiempo en que el sentido del honor, y sobre todo el de la fama, lo compartieron con el pueblo los príncipes y reyes del mundo. Como se puede comprobar en los ‘espejos de príncipes’, que servían para la educación de los hombres de Estado renacentistas y barrocos, la fama en vida, pero sobre todo la
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póstuma, que sufría la prueba definitiva de la inmortalidad, estaba ligada a una existencia honrada. El intento de quebrar este mundo había venido de aquel tratado à rebours que fue El Príncipe de Maquiavelo. Por él, la traición, justificada como razón de Estado, tomaba el lugar de la fiel honra. Pero esto no era potestativo ni de la edad moderna, ni de los españoles, ni de sus príncipes. El honor lo registró el antropólogo británico Julián Pitt-Rivers en la Andalucía rural en los años 40 y 50 del siglo XX. Aquí comprobó que el “honor es el valor de una persona a sus propios ojos, pero también a ojos de la sociedad”. De ahí que la vergüenza sea el “deshonor aceptado y, por último, sentido”. El honor persistía sobre todo en las montañas, en los lugares donde la modernidad disolvente de viejos valores más tardaba en arribar. En ese camino no estábamos solos los españoles. Otros antropólogos también localizaron al juego del honor y la vergüenza pleno de vida en las montañas griegas y marroquíes, sin ir más lejos. El honor, por tanto, era antiguo, ctónico, y a veces cabría asociarlo a las sociedades bíblicas pastoriles. En ellas, las mofas ligadas a la colectividad, que traen consigo la irrisión y que afectan al honor conduciéndonos al ridículo, eran una parte apreciable del humor vinculado sobre todo a los períodos festeros. Curiosamente este complejo comienza a diluirse de la vida social española en el momento en que irrumpe la democracia con su sistema de valores citadinos que conllevaba el fin de las costumbres destiladas por la ensimismada, castiza y acaso rural España. Sostenía el mencionado Pitt-Rivers, constatando el retroceso del honor en todas las sociedades contemporáneas, que este “hoy es una enfermedad cuyos
síntomas aparecen solo cuando ya no existe”. Patología, en consecuencia, del pasado. Pero existen otros límites al ridículo… La prudencia, todavía activa, es un freno al ridículo. Y ahí, quizás, los españoles hayamos sido y seamos aún pacatos sobre todo a la hora de aventurar. ¿Nos podemos imaginar a Picasso en su Málaga natal? Pues sí, pintando bodegones y paisajes sin sacar los pies del plato. Le seguimos los pasos a Barcelona y ya es modernista. No se trata de una simple evolución motivada por la edad. Es también el afán de aventura que va in crescendo hasta llegar al París del Bateau Lavoir. Allá, Picasso, el joven malagueño errante, pierde los frenos del ridículo y deja volar su imaginación sin respeto a las normas que impone la prudencia. Otro límite al ridículo es el pudor. Un folclorista español, Enrique Casas Gaspar, dio a la luz un texto sobre los orígenes culturales del pudor hace años, en 1939, titulado justamente El origen del pudor, que comienza con una frase cargada de sentido: “Los que derivan el pudor del uso de los vestidos traspasan a estos la dificultad de explicar su origen”. Y efectivamente, a tenor de esta dificultad, su libro carece de una sola hipótesis plausible sobre el origen del pudor, explicándolo por una pluralidad de causas. Establecido el pudor como un freno cultural, del que carece el mundo animal, exhibirnos desnudos corporal e intelectualmente nos deja en el mayor de los ridículos. Cuando los enemigos de Luis XIV querían ridiculizarlo con propaganda en su contra, hacían desaparecer de las ilustraciones del Rey Sol los ampulosos vestidos que disimulaban su maltrecha figura, los coturnos que elevaban su corta estatura, y la
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peluca, que ocultaba su pronunciada calvicie. El rey desnudo acababa así siendo atrapado por la ridiculez. El ridículo ha sido, pues, un contrapeso del poder en manos de sus enemigos. Sin embargo, el principal recipiendario del ridículo es nuestro propio cuerpo. No hay nada más ridículo que un cuerpo que pierde su self y, por ende, su seguridad, cayendo, descontrolándose indebidamente. El cuerpo es la razón última de nuestras seguridades; el cuerpo es educado para no caer en el ridículo, domesticándolo, impidiéndose costumbres que fueron aceptadas en otros tiempos y culturas, como comer con las manos eructar, ventosear, chasquear, etc. El cuerpo caído es un cuerpo vencido, ridículo, sometido al coro de risas del humor cósmico y cruel de los semejantes. Uno de los terrenos donde el ridículo hace más estragos en una sociedad de alfabetizados es en el ortográfico. El miedo a cometer una falta es proverbial. Es una descalificación radical y contundente. Un buen amigo escribió para los franceses una obra titulada Une cause nationale: l’orthographe. Es tal el pavor a cometer faltas ortográficas que en ocasiones asistimos a situaciones risibles, como ocurrió hace bien poco en un programa televisivo: tres famosillos se empujaban los unos a los otros a una pizarra donde tenían que escribir una frase cualquiera con tal de no arriesgarse a cometer esa temida falta que los haría dar la vuelta al mundo del ridículo. Los traspiés lingüísticos que denoten nuestra falta de habilidad cultural o idiomática también son motivo de irrisión, y en este freno nos refugiamos los españoles para justificar una supuesta, y no probada, falta de habilidad para el aprendizaje de las lenguas extranjeras.
El principio de esa irrisión la veía Bajtin en el cuerpo y lenguaje carnavalescos desprovistos de ataduras. Si bien siempre debe existir un punto de contención para evitar afectar a la dignidad humana. Difícil juego que Baudelaire hizo patente en su ensayo sobre el humor, sugiriendo poner límites a la irrisión desbocada. Así Honoré Daumier, cuando retrataba a los parlamentarios franceses de su tiempo, ridiculizando sus carencias morales a través de sus defectos físicos, tenía que disminuir la fuerza de su poderosa ironía. Aun así sus burgueses plutocráticos son retratados con una cierta dosis de crueldad, poniendo de manifiesto a través de barrigas prominentes, labios lujuriosos o narices avariciosas, sus déficits morales. La antigua teoría fisiognómica de Teofrasto, que rezaba grosso modo que la cara es un espejo del alma, quedaba de esta manera rehabilitada como instrumento de crítica social a través de los mecanismos de la ridiculización. Otro caso: uno de los secretos mejor guardados del Museo del Pueblo Español, hoy Museo del Traje, fueron, según me contaron, los patrones de sastrería conservados en el mismo, donde se procuraban disimular las taras físicas de los grandes prebostes del país. ¡La sastrería, razón de Estado! ¡Quién nos lo iba a decir! Quede claro que en lo referente al sentido del ridículo de los españoles ahora no estamos aislados. Que hasta en esto hemos quedado normalizados. E incluso es posible que al día de la fecha ya sea más conocido el homo hispanicus por nuestra falta de sentido del ridículo que por ser poseedores de un atávico sentido del mismo. De esta guisa hemos perdido la contención moral a la que obligaba el viejo sentido del ridículo, pero también hemos liberado fuerzas creativas latentes. Nº46 - 2013 / YOROKOBU / 63
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#STUPIDCITY: EL REVERSO TENEBROSO DE LA SMART CITY POR
David García
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Una ciudad es una extensión identitaria de los habitantes que la ocupan. Por eso, al igual que ellos, las ciudades también corren el riesgo de convertirse en caricaturas de sí mismas. Todos conocerán a algún tipo raro que se carga de gadgets solo para tratar de parecer un geek. Con los lugares en los que vivimos ocurre algo similar: si se implementan las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) sin un objetivo y una planificación racional, se acabarán convirtiendo en mamarrachos que han malgastado el dinero en cacharros. El urbanismo, como ente vivo y mutante, sufre el constante empuje del diseño, el pensamiento o la conceptualización de ideas que amenaza a cualquier parcela del conocimiento. Se trata de algo más que la planificación de las ciudades según los patrones tradicionales de organización y estructuración. La aplicación de la tecnología para convertir a las urbes en espacios más sostenibles y racionales ha acuñado el término Smart City (ciudad inteligente). El problema llegó cuando, como cualquier corriente, idea o filosofía, se muestra susceptible de ser desarrollada de una manera que se aleja de su concepción inicial. Como además hablamos de un jardín en el que se mueven –fluctuaciones a causa de la crisis aparte— unos cuantos cientos de millones de euros, se eleva el riesgo de que se convierta en una burbuja llena de negocios opacos pero vacía de significado. Lo que pretendía ser una Smart City se convertiría así, por arte del despilfarro y ausencia de planificación, en una Stupid City. La teoría suele ser sencilla. Para Juanjo Olmo, diseñador y fabber en el laboratorio de fabricación digital ehcofab, una Smart City “es aquella que pone a disposición de sus ciudadanos tecnologías, desde las más primitivas hasta las más avanzadas, para que puedan desarrollar mejor sus vidas”. El problema viene cuando se intenta instrumentalizar este propósito de mejora urbana para obtener réditos políticos o, lo que es peor, otros de más oscura índole y dudosa legalidad. En #stupidcities, la sesión de noviembre del ciclo [sic], una serie de debates sobre sociedad de la información y el conocimiento celebrados en Sevilla y organizados conjuntamente por el JRC-IPTS, la UOC y la Junta de Andalucía, los ponentes incidieron en la necesidad de que cada solución fuese adecuada y sostenible a un problema social o ambiental, y en el hecho de que, bajo algunas circunstancias, parece que el concepto de Smart City se ha convertido en un contenedor en el que los gestores públicos vuelcan cualquier programa más o menos coherente de gestión urbana. Ese temor es consecuencia de la observación de algunos ejemplos de una mala aplicación de la idea. Frente al ejemplo paradigmático de la red de transporte de Curitiba, con un gran esfuerzo de integración, prioridad y unos altos estándares de calidad, proyectos con igual o mayor financiación como el tranvía de Jaén o el Metro de Sevilla han obtenido resultados de implantación menos eficientes.
Otro ejemplo es la sevillana Torre Cajasol o Torre Pelli, el edificio más alto de Andalucía, que fue proyectado sin mirar a las soluciones tradicionales aplicadas en una ciudad como Sevilla y que, en verano, alcanza temperaturas de más de 40 grados. La definición de Smart City debe desligarse de la tecnología como motor principal. Su reivindicación como ciudad plena pasa por una recuperación del control y la responsabilidad por parte de los ciudadanos. El arquitecto Esteban de Manuel apela a la recuperación “del sentido de la ciudadanía acuñado en la polis griega. Todos debemos hacernos responsables de la ciudad; si pensamos que es posible sin esa corresponsabilidad, que basta con que tengamos buenos gestores, estamos equivocados”. Porque, entre otras cosas, es muy difícil saber si los gestores son eficientes cuando la transparencia y la apertura en la gestión son animales mitológicos solo vistos en cuentos y leyendas. La arquitecta Reyes Gallegos cree en la necesidad de que las ciudades dispongan de “un gobierno abierto y transparente, capaz de cambiar la relación entre los gestores públicos y los ciudadanos implicados, así como gobiernos que trabajen conjuntamente con equipos de expertos y ciudadanos en la toma de decisiones, sobre las que cualquiera pueda informarse y tener conocimiento del proceso, desde el principio hasta el final”. Jaime Díez, portavoz de Mazetas, una oficina de arquitectura y diseño eficiente y sostenible, se muestra muy escéptico con la viabilidad económica aplicada al concepto de Smart City. Materializa el ejemplo en el campo del Big Data. “Mientras las grandes empresas obtienen sus datos de los movimientos de los ciudadanos, que son el origen de los datos, esos beneficios no revierten en absoluto sobre el bienestar, no se permite que la sociedad tenga el control sobre esa tecnología”. No es una cuestión de avance científico y tecnológico sino de entendimiento de la ciudadanía misma, del rol que adoptan los responsables de gobernar y el control y la exigencia que asumen los habitantes de las ciudades. Estas no son más que proyecciones de las personas que les dan vida, así que, mientras cada agente implicado en la planificación y uso del espacio urbano no sea capaz de ejercer su responsabilidad, estas correrán el riesgo de dejar de ser inteligentes y convertirse en estúpidas e ineficientes. Nº46 - 2013 / YOROKOBU / 65
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POR
Daniel Martorell
Albert Breitenmoser tiene una granja en los Alpes suizos con veinte vacas lecheras y diez terneros. Las cuida y les habla cada día. Desde hace unos años, el pastor alquila el ganado a través de internet para sacarse un dinero extra. A cambio, te invita a subir a la granja, pasar un día (desayuno incluido) y llevarte a casa un bonito retrato de tu ejemplar. Si hay feeling, igual hasta se deja ordeñar. La vaca.
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Manejar una explotación ganadera en medio de un valle perdido de los Alpes suizos, a mil metros de altura, es un asunto duro. Es cierto que las vistas son espectaculares: peñascos enormes a tu alrededor, un lago, hierba verde, cabritas... todo muy del estilo del abuelo de Heidi. Pero se trata de currar. Y aquí el despertador suena a las 5 de la mañana y la jornada se alarga hasta las siete de la tarde. Cada día de mayo a septiembre. Mucho esfuerzo, tanto físico como económico. Albert Breitenmoser lleva toda la vida subiendo el ganado hasta aquí, cada verano, para que los animales pasten en esta alfombra de nutrientes, que para una vaca lechera es el súmmum gastronómico. Vendría a ser como tener encerrado en tu cocina durante cuatro meses a Ferran Adrià (ahí quieto, Ferran. Crea para mí for free). Y los animales, claro, felices. Gozándolo. A sus anchas. Ajenos al estrés de la hora punta en el metro de Tokio (esto es Suiza, incluso para las vacas). Luego, obviamente, sale la leche que sale. Y los quesos que se producen aquí son de la calidad que son (el Alpkäse es considerado el mejor queso de todo el cantón de Appenzell). Pero a lo que íbamos: todo esto cuesta, y mucho. Hay que subir hasta el valle a todo el ganado —a pata, pasito a pasito, aquí no llegan los trailers de transporte—, mimar las vacas durante el verano, ordeñarlas a diario, vender la leche, y reconducirlas en septiembre valle abajo hasta el pueblo. Para soportar mejor los costes, a los granjeros no les queda otra que devanarse los sesos para buscar financiación extra. Y no hay mucho de donde elegir. Aquí, además del turismo de naturaleza, lo que hay son vacas. Muchas. De hecho hay tantas vacas como humanos (alrededor de 15.000). A Albert se le encendió la bombilla durante una estancia de un año en una granja canadiense, donde los dueños ofrecían un cow-leasing a cambio de que el cliente pudiera conocer a su animal y pasar un día con él. La idea le gustó y decidió montar su propio alquiler en Suiza. “En realidad no es solo una manera de ganar algo de dinero extra y poder mantener este tipo de trabajo tradicional”, explica Albert. “También sirve para que le gente entienda lo que cuesta elaborar productos de forma ecológica”. Al poco de volver de Canadá montó una página web con un primer catálogo de 19 vacas en alquiler y pronto algunos ciudadanos de St. Gallen, cerca de Appenzell, se interesaron por el asunto. 68 / YOROKOBU / Nº46 - 2013
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Por absurdo que pudiera parecer en un principio, la iniciativa empezó a funcionar y poco a poco Albert tuvo que aumentar incluso el número de animales ofertados. Hoy tiene clientes de todo el mundo, aunque principalmente son suizos y alemanes. La hipótesis del granjero que explica este éxito es que la gente necesita escapar de vez en cuando al campo para desconectar. Y tiene razón. Para cualquier animal de ciudad, el hecho de pasar todo un día en una cabaña alpina, rodeado de un escenario bucólico, tiene un magnetismo muy potente. Y más si no hace falta madrugar con el granjero. Tú te levantas tranquilamente, saludas a los pajarillos, te vistes, bajas a la cocina, te sientas a la mesa y desayunas pan recién hecho, miel, leche fresca y queso. Listo. Ahora ya puedes ir al establo a conocer a Geraldine, tu vaca. Así es como funciona el asunto: entras en el catálogo online, le echas un vistazo a las fotos de las vacas y eliges. Para no jugártela dejándote llevar por un primer impulso físico, Albert incluye una pequeña descripción del carácter de cada candidata. Wanda, por ejemplo, es un ejemplar ya maduro, pero “sigue siendo divertida”. Valerie “es tranquila y a menudo desconfiada, pero muy bondadosa”. Y Charlieze tiene un carácter impulsivo, “pero una vez alimentada se calma rápidamente”. El alquiler es por toda la temporada de verano y el precio ronda los 300 euros. El cliente, a cambio, recibe una fotografía de su ejemplar; una noche de hospedaje en la cabaña junto a los establos, desayuno, una visita a una quesería alpina —con descuento en los precios del queso—, una excursión por los alrededores del lago Seealpsee acompañado del pastor y, por supuesto, conocer en persona a Geraldine. Y ordeñarla. Son muchos los clientes que deciden subir hasta este recóndito valle suizo en busca de una jornada de campo diferente, especialmente familias con niños pequeños. Pero también los hay que pagan el alquiler y no visitan jamás a su vaca. “Algunos de los alquiladores hacen esto como un gesto altruista para apoyar la crianza de animales en libertad y la producción ecológica de los productos lácteos”, asegura Albert. Los hay, incluso, quienes van más allá: “un hombre de Basilea, por ejemplo, alquiló a Selma para toda la vida. Nunca ha aparecido por aquí, pero le enviamos cada año el queso a casa”. www.kuehe-mieten.ch Nº46 - 2013 / YOROKOBU / 71
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LA CURIOSIDAD
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La portada y la contraportada las diseñas tú... pero corre, que el plazo termina el 13 de diciembre Diseñadores, artistas, ilustradores, arquitectos, cocineros, fotógrafos... gente muy creativa que cada mes se pone manos a la obra para jugar con la palabra YOROKOBU e interpretar nuestra portada. Ellos aportan en cada número su particular visión de la revista. Pero una vez al año ponemos nuestra portada y contraportada a vuestra disposición. Es el momento y el lugar para que nos demuestres tus dotes creativas. En colaboración con Volkswagen, volvemos a convocar el concurso ‘Házlo tú’. Queremos que seas tú el que diseñe la portada de Yorokobu y la contraportada de Volkswagen del número de febrero de 2014. Al igual que en la pasada edición, todos los candidatos están obligados a presentar ambas piezas y estas deberán guardar relación entre sí. Tenlo en cuenta porque el jurado valorará tanto la creatividad como la relación entre ambas ejecuciones. Un solo ganador firmará la portada de Yorokobu y la contra de Volkswagen del número de febrero de 2014 y recibirá un premio de 2.000 euros. Los diez trabajos finalistas serán publicados en un cuadernillo especial dentro de la misma publicación. Ya tenéis toda la información y bases en yorokobu.es/hazlotu
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GOODBYE, OFICINA
El fundador de WordPress ha conseguido construir una empresa con más de 200 empleados sin necesidad de disponer de una oficina. La mayor parte de su equipo está repartido por el mundo y trabaja en distintos horarios. Esto no solo no ha perjudicado a la compañía sino que le ha permitido facturar más de 45 millones de dólares en el año 2012. POR
Marcus Hurst
ILUSTRACIÓNES
Año 2140. La BBC recupera un documento histórico de 1995. Es un vídeo promocional que trata sobre los hábitos de trabajo del ser humano occidental. A continuación reproducimos la introducción: Voz en Off: “En la segunda mitad del siglo XX, los muros de hormigón se han alzado para crear cómodos espacios de trabajo capaces de acoger al ser humano. Ya no hace falta mancharse las manos como antes. Cada individuo tiene acceso a un ordenador rodeado de un cubículo. Aquí se desarrolla y se producen los grandes avances de la humanidad. En estos espacios encerrados se generan ideas. En los encuentros casuales que se producen en los pasillos surgen los proyectos que cambian el mundo. Todo está bajo el ojo cuidadoso de los ejecutivos encargados de supervisar y controlar al trabajador para que la compañía funcione sin contratiempos. Bienvenidos a la oficina. Bienvenidos al progreso”. Si alguna vez Matt Mullenweg escuchó este vídeo, no le causó ninguna impresión. Este joven programador tejano no estaba contaminado por las nociones anticuadas del trabajo cuando decidió fundar el gestor de blogs WordPress en 2003 con apenas 19 años. Él estaba motivado por algo mucho más importante que el dinero y el control. Quería formar parte de una revolución en ciernes que permitía a cualquiera tener su propio medio de comunicación conectado a la red. Lo acabó consiguiendo, pero volveremos a esta parte de la historia más adelante. Su compañía Automattic nunca ha creído en la oficina. Los más de 200 empleados en plantilla no trabajan en uno o dos lugares fijos. Se encuentran en 141 ciudades repartidos por 28 países. Más del 60% trabaja desde casa por decisión propia. Otros, en espacios de coworking o cafés. Algunos optan por hacer una vida nómada saltando de ciudad en ciudad cada cierto tiempo. A pesar de tener una sede abierta recientemente en el centro de San Francisco, las personas que acuden asiduamente a este espacio no llegan a la veintena. Esta situación no es fruto de un plan orquestado por Mullenweg para instaurar el teletrabajo. Este está intrínsicamente
Forma & Co.
ligado a la razón de ser de la organización. Obligar a sus empleados a trabajar en una oficina nunca ha sido necesario. Automattic no está a merced de la guerra de talento que se libra en ciudades como Nueva York o San Francisco. Su cantera de programadores y diseñadores está en todo el mundo. “En Automattic les importa bien poco de dónde vienes. Desde el primer momento te están juzgando por lo que haces, no por lo que eres”, cuenta Steve Berkun en su libro The Year Without Pants. Berkun sabe muy bien de lo que habla. El estadounidense pasó casi dos años trabajando en la empresa, tiempo en el que, además de gestionar un equipo, logró el permiso de Mullenweg para escribir lo que él quisiera sobre la experiencia. El proceso de selección, según Berkun, es clave para conseguir este grado de confianza. “Si están interesados en tu perfil, no te contratarán por una entrevista por Skype. Te asignan un poco de dinero, te encargan la elaboración de un pequeño proyecto y te dan libertad total para hacerlo en un espacio determinado. Durante este tiempo las personas no aptas no suelen terminarlo y las que demuestran hacerlo bien acaban siendo contratadas”. “Logras filtrar a los individuos que no son adecuados para este tipo de trabajo. Cuando contratas a un pastelero para hacer tu tarta de bodas, ¿le preguntas cuáles son los puntos flacos y fuertes de sus capacidades para hacer el pastel? Claro que no, le pides que te haga una tarta”. Para cada proyecto se buscan perfiles bien preparados capaces de ser autosuficientes. “En Automattic muchos individuos tienen más poder de decisión sobre lo que están haciendo que un directivo medio en una compañía de Fortune 500”, dice Berkun. “No tienen que lidiar con la burocracia de las grandes organizaciones”. Trabajar con un equipo repartido por múltiples horarios y países no ha perjudicado a la compañía. Las webs alojadas y que operan con WordPress (entre ellos Yorokobu.es) superaron las 14.000 millones de páginas vistas tan solo en el mes de Nº46 - 2013 / YOROKOBU / 75
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octubre (2013). Un dato que lo sitúa en el top 20 de sites más visitados del mundo. La compañía ha sido valorada recientemente en 1.000 millones de dólares.
Fundamentos open source
La estructura inusual de la compañía tiene mucho que ver con sus raíces. En 2003, Mullenweg, junto con Mike Little, decidió crear una bifurcación (‘fork’, en inglés) del gestor de weblogs b2. La acción consistía en coger el código fuente de este programa y sacarlo fuera para construir uno nuevo aprovechando lo que ya se había creado anteriormente. El fundador de b2 Michel Valdrighi llevaba meses sin aparecer en los foros de programadores. Tampoco estaba actualizándolo. Ante su inacción, Mullenweg empezó a impacientarse. Una tarde de enero de 2003, el tejano detalló en su blog sus planes para crear nuevas herramientas de blogging aprovechando lo mejor de b2 mediante el ‘forking’. Al día siguiente, Mike Little, un programador de Stockport (Reino Unido), leyó el post y dejó un mensaje escueto en el que indicó su interés en participar. Un pacto que se acabaría haciendo realidad al cabo de unos meses. Según cuenta el libro de Siobhan McKeown sobre la historia de la compañía, el primer grano de arena lo aportó Mullenweg en abril de 2003 cuando compartió su actualización de b2 con un nuevo nombre. Lo llamó WordPress a sugerencia de una amiga. Su versión contenía numerosos cambios que mejoraban la calidad de programación y diseño del código. Tres semanas después, Little aportó otros elementos, como una funcionalidad que mejoraba la legibilidad del texto. “Durante los siguientes meses, Mike y Matt hicieron más de 100 cambios al repositorio de WordPress”, según McKeown. La complejidad del trabajo tenía como objetivo simplificar la usabilidad de la herramienta. “Los dos querían bajar la barrera de entrada lo máximo posible para que cualquiera pudiese utilizarlo para crear un blog”. Poco a poco empezaron a unirse más adeptos a la plataforma e irían contribuyendo con algunas mejoras en código abierto. En la web de WordPress, lanzada en septiembre de ese año, empezaron a acudir una red de usuarios de la plataforma que actualizaban frecuentemente el foro de la página. Dos meses más tarde se creó una wiki de WordPress. El programa empezaba a tener vida propia y una comunidad creciente para sostenerla. Con la introducción de plugins, la plataforma empezó a evolucionar de forma imparable. Mientras un grupo pequeño de programadores experimentados se centraba en el gestor de contenidos, los plugins permitían añadir funcionalidades extras que cada usuario podía descargar libremente si así lo deseaba. “Usuarios con pocos conocimientos de informática encontraron herramientas para poder subir y mejorar sus blogs sin tener capacidades técnicas”. Esto incluía funciona-
lidades como programas antispam, crear pases de diapositivas o estadísticas. “Desde el principio, la comunidad de WordPress se caracterizó por su composición internacional”. Había miembros de Irlanda, Francia, Gales, Hong Kong, Nueva Zelanda, Japón y Brasil. A finales de 2003 se lanzó la web japonesa de WordPress. De este grupo de seguidores empezaron a surgir traductores de la web a otros idiomas. Con la comunidad consolidada, Mullenweg empezó a pensar en formas de construir un negocio que estuviese relacionado con la plataforma. La idea se acabó plasmando en 2005 con la constitución de Automattic. El modelo era sencillo. Wordpress.org ofrecía el gestor de contenidos de forma gratuita a todo el mundo, pero cada uno tenía que encontrar su propio alojamiento para colgar su blog en la web. Wordpress.com, la primera web que lanzó Automattic, solucionaba este problema con alojamiento gratuito para cualquier usuario. En el caso de que alguien desease aumentar la capacidad de su hosting o añadir servicios premium, ya sí habría un coste. Con el paso de los años los servicios premium relacionados con WordPress empezaron a crecer. Crearon Polldaddy, un programa para realizar encuestas; Akismet, un servicio antispam para bloquear comentarios basura en tu blog; Jetpack, para poner toda tu web en la nube; VaultPress, una aseguradora para tu web; Wordpress.com VIP, un servicio para grandes empresas que utilizan medios como CNN y The New York Times. El usuario común puede hacer uso de WordPress sin pasar por el aro aprovechando las actualizaciones desinteresadas de la plataforma de programadores de todo el mundo. En cambio, los que desean tener funcionalidades extras tienen que pagar. Este modelo mixto ha resultado ser muy lucrativo para la compañía, que en 2012 ingresó más de 45 millones de dólares. Más de 6 millones de personas han descargado WordPress y en Estados Unidos las visitas a sus webs superan a Yahoo. Nada mal para una empresa que el año pasado ni siquiera tenía una sede. Cuando llegó el momento de expandir el equipo de Automattic, Mullenweg tenía a su disposición decenas de programadores y miembros del foro que colaboraban desinteresadamente en la plataforma sin ánimo de lucro de WordPress. Daba igual el país donde se encontraban, la cantera estaba en cualquier lugar del mundo y lo único que necesitaban era una conexión a internet. Y así nació y evolucionó está compañía que no cree en las barreras de lo físico. El mundo es su oficina y no están dispuestos a que ningún muro de hormigón se interponga en su camino. “No puedo deciros que copiéis lo que hace Automattic”, reflexiona Berkun. “Cada empresa y cada persona es distinta. Pero sí os puedo decir lo siguiente: han respondido a muchas preguntas que el mundo del trabajo tiene miedo a hacer”.
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MANUAL DEL TELETRABAJO DE AUTOMATTIC Manual de Automattic para crear una empresa descentralizada
• La compañía no pone pegas sobre tu lugar de trabajo. • El centro de gravedad es online. • Automattic proporciona el mejor equipo posible a sus empleados (iMac, Mac Book Pro, PC de última generación). “No tenemos técnicos de informática ambulantes para arreglarlos”, dicen. • Cada empleado recibe 2.000 dólares cuando entra en la compañía para invertir en su lugar de trabajo en casa. • El dinero ahorrado en oficinas se invierte en viajes internacionales que varían año tras año. Los equipos se ven un mínimo de dos veces al año. Destinos anteriores: Atenas, Ámsterdam, San Francisco, Lisboa, Tokio y Sidney. • Una vez al año, Automattic invita a todo el equipo a una gran junta en distintos países del mundo. En el pasado se han producido en Montreal, La Paz, México, San Francisco o Santa Cruz.
• La política de vacaciones es abierta. Todo está orientado hacia la flexbilidad. • Apenas se utiliza el email. La mayor parte del contacto entre trabajadores se produce en chats de IRC. Skype y Google Hangout se utilizan para hablar entre ellos. Cada equipo tiene un blog en el que comparten lo que están haciendo. Utilizan una plantilla llamada P2 que permite conversaciones dinámicas entre ellos. • Los managers están allí para ayudar, no para mandar. Steve Berkun: “Todas son herramientas gratuitas y no especialmente nuevas. No usan un software mágico. Lo principal es la cultura que han creado. Los protocolos que rigen cómo interactúan”. Fuente: Business Insider: Automattics Awesome Remote Work Culture Nº46 - 2013 / YOROKOBU / 77
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AUF WIEDERSEHEN, UFFICIO
Casi al mismo tiempo que el lanzamiento del libro de Scott Berkun sobre su experiencia en Automattic, llega Remote Office Not Required, de los fundadores del gestor de productividad 36 signals. En él comparten reflexiones sobre cómo hacer funcionar una empresa descentralizada.
LA LIBERTAD DE HORARIO ES EL NUEVO LUJO
“El lujo de los próximos 20 años será dejar la ciudad. No como un sirviente atado a un suburbio, sino para ir a donde quieras”. Para Fried y Heinemeier, los privilegios antiguos de las corporaciones, como las secretarias o coches de lujo proporcionados por la compañía, no son muy distintos a los de las nuevas empresas. “Un chef de calidad, comida gratis, servicio de lavandería, masajes, una habitación llena de juegos de arcade. Son dos lados de la misma moneda. Es la que te dan a cambio de que pases horas y horas en la oficina. El verdadero lujo es poder trabajar desde donde quieras. Si realmente lo que te gusta es esquiar, ¿por qué esperar a que tus caderas estén desgastadas para mudarte a Colorado?”. “No hace falta dividir tu vida en fases arbitrarias de trabajo y retiro. Puedes unir las dos cosas. Eso es un objetivo mucho más realista que comprar un billete de lotería. Tampoco significa que tienes que dejar todo e irte a Colorado. Hay puntos medios. Puedes pasar un mes y trabajar desde allí. El nuevo lujo es la libertad y el tiempo. Una vez que has podido saborear eso, no habrá ninguna oficina o chef de lujo que pueda atraerte de vuelta a tu anterior forma de vida”.
EL TELETRABAJO ATRAE TALENTO
“En la economía actual, la guerra por el talento es tan grande que las organizaciones no pueden limitarse solo a contratar personas en las zonas más próximas a ellas. Es más fácil que nunca coordinar individuos en todo el mundo con una buena conexión a internet y buenos softwares”, opinan Jason Fried y David Heinemeir Hansson. “Los perfiles que llevan tiempo en la oficina suelen ser los trabajadores ideales para hacer teletrabajo. Saben cómo funcionan las cosas y saben lo que tienen que hacer”, añaden Fried y Heinemeir. “El talento está en todas partes y no todo el mundo quiere mudarse a Nueva York, San Francisco, Hollywood, Madrid o Barcelona”.
APRENDER A TRABAJAR EN DISTINTOS HORARIOS
“La gran transición de un grupo de trabajadores distribuidos pasa de una colaboración sincronizada a otra que no la es. No solo no tenemos que estar en el mismo lugar para trabajar juntos, tampoco tenemos que hacerlo en el mismo horario”. 78 / YOROKOBU / Nº46 - 2013
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ROMPER LA ADICCIÓN AL AQUÍ Y EL AHORA
“La diferencia de horarios requiere también tener paciencia con las respuestas. No hay nada más arrogante que quitarle tiempo a otra persona con una pregunta que no necesita una respuesta inmediata. Las preguntas que pueden esperar horas para recibir una respuesta deberían enviarse por email. Las preguntas que requieren una respuesta en unos minutos pueden ir en messenger. Para las crisis está el teléfono. Con un sistema de graduación así, rápidamente te darás cuenta de que el 80% de tus preguntas no requieren una respuesta tan rápida”.
SE AHORRA MUCHO DINERO
“Trabajar en remoto no se debe hacer por dinero principalmente, aunque un buen efecto secundario es que se ahorra dinero. En el caso de IBM, desde 1995, han logrado reducir su espacio de oficina en 7 millones de metros cuadrados. El 75% de ese espacio ahorrado fue vendido en el mercado por un precio de 1.400 millones de euros”. El ahorro medioambiental es gigantesco.
ES POSIBLE QUE YA ESTÉS TRABAJANDO DE FORMA REMOTA
“Es probable que tu trabajo legal esté subcontratado a un bufete externo. Si no tienes un departamento de contabilidad, es más que probable que esté en manos de un contable externo. Y ¿qué pasa con las agencias de publicidad que son contratadas para hacer tu trabajo creativo?”. “Para aquellos que se ponen a la defensiva cuando planteo el teletrabajo como una opción les suelo hacer la misma pregunta. ¿Qué porcentaje de tu tiempo en una oficina consiste en trabajar con tus compañeros a través de un ordenador? El número es alto y suele superar el 60%. Si tu trabajo casi siempre se realiza por ordenador, tu presencia continua no es relevante”.
ESTO NO ES UNA GUARDERÍA
“Si desconfiamos de una persona para hacer teletrabajo, quizá hemos contratado a la persona equivocada. Si temes que tus empleados no rindan en casa sin tu supervisión, estás actuando como un niñero en vez de un manager. El teletrabajo será el menor de tus problemas”.
NO FUNCIONARÁ NUNCA EN UNA EMPRESA GRANDE
“Microsoft, IBM, INTEL, Accenture, Cisco, Unilever, Mercedes Benz, DreamWorks Animation o Virgin Atlantic son solo algunas de las grandes multinacionales que utilizan el teletrabajo”. Nº46 - 2013 / YOROKOBU / 79
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NO HACE FALTA SER UN TALIBÁN
“El teletrabajo no es solo para personas que viven fuera de la ciudad. Puede ser para alguien que trabaja en casa a dos manzanas de la oficina. Simplemente significa no estar en la oficina todo el día entre las 9 y las 5. Esta puede ser una forma de iniciarse en el teletrabajo. Permitir que algunos empleados trabajen en cafeterías o en casa. La mañana puede estar reservada a trabajo en solitario en casa y la tarde para el trabajo colaborativo en la oficina”.
LOS GRANDES TELETRABAJADORES SUELEN SER GRANDES TRABAJADORES
“Es mucho más difícil fingir si eres un teletrabajador. Las oportunidades para hacer la pelota en la oficina bajan. El foco está sobre el trabajo. Usar herramientas de gestión dejan muy claro quién está haciendo qué. Esto da una ventaja a personas más introvertidas para destacar que no encajan en entornos de oficina convencionales”.
LOS RIESGOS DEL TELETRABAJO
ESCRIBIR BIEN
REPENSAR EL MODELO DE GESTIÓN
NO LO UTILICES PARA CONSEGUIR EMPLEADOS POR MENOS
“No creo que todo el mundo tiene que hacerlo porque sí, pero nos obliga a hacernos preguntas muy interesantes. ¿Por qué debería importarte dónde está la gente? ¿No es más importante que sean productivos?”, añaden los fundadores de 36 Signals.
En una ciudad grande tienes competencia de otras empresas, pero si en una ciudad pequeña pagas por encima de la media, será muy complicado que te acaben quitando ese talento.
Los autores del libro alertan de que la flexibilidad a veces tienen el efecto contrario a lo que se teme. “A veces se acaba trabajando demasiado y la jornada se extiende a más de 12 horas. Es la gran ironía de dejar a gente con mucha pasión trabajar desde casa. No estar presente impide poder ver si la persona está quemada. Hay que establecer una cultura que tenga unas expectativas razonables. Dejar claro que hay que intentar ceñirse a las 40 horas de trabajo a la semana”.
“La mayor parte de los ejecutivos que vienen de un MBA consideran que los ejecutivos son el elemento visionario más importante de cualquier organización. Eso puede ser cierto si estás gestionando gente haciendo trabajo repetitivo. Pero en la era del conocimiento en la que los trabajadores están construyendo cosas, como escribir código, ese centralismo ya no tiene tanto sentido”, dice Scott Berkun.
“Trabajar bien a distancia requiere escribir bien y con claridad. La carta de presentación de un candidato dice mucho de las capacidades de comunicación y concisión del aplicante. Céntrate sobre la claridad, primero, y el estilo, en segundo lugar. Aunque no todos los trabajos en remoto necesitarán dotes impecables para la escritura, es algo importantísimo”.
Aunque contratar a personas fuera de las grandes ciudades permite ajustar los salarios al coste de vida, Fried defiende que para empresas que se basan en el conocimiento, esa opción no es buena. “En lugar de pensar que puedes pagar a personas de Kansas menos que a gente de Nueva York, deberías pensar que puedes conseguir gente increíble de Kansas y hacer que se sientan valorados y bien compensados si les pagas salarios de Nueva York”.
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LA MINA QUE ALIMENTA A MEDIO MUNDO La alimentación del mundo depende del nitrógeno y del fósforo. Y el último se está agotando POR
Iñaki Berazaluce Juan Díaz-Faes
ILUSTRACIÓN
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A 100 kilómetros de El Aiún, la capital del Sáhara Occidental, en pleno desierto, está la mina a cielo abierto de Bou Craa, el depósito de fosfatos más grande del mundo. No es su único récord: desde la mina parte la cinta transportadora más larga del mundo (construida por España en los años 60) hasta el puerto de El Aiún, donde los fosfatos serán procesados y embarcados hacia su destino: los campos de Norteamérica, Asia y Australia.
el cuerpo humano, tras el calcio. Si no ingerimos entre 800 y 1.200 miligramos diarios de fósforo, petamos.
Apenas un puñado de personas conoce la existencia de la mina de Bou Craa y menos aún han estado alguna vez allí. Sin embargo, cientos de millones de personas nos alimentamos gracias al fosfato que sale del subsuelo del Sáhara, cuya privilegiada combinación de sequedad, humedad del Atlántico y restos de animales que poblaron el antiguo mar hace 20 millones de años ha permitido la formación del mineral, un fertilizante imprescindible para la agricultura intensiva.
Esto explica también por qué Marruecos invadió el Sáhara Occidental en 1975, arrebatando su territorio (y sus fosfatos y su pesca) al millón de saharauis que vivían en el protectorado español: “Desde luego no vinieron por sus bonitas playas”, comenta el delegado del Frente Polisario en Euskadi, Lih Beiruk. El principal motivo era la mina de Bou Craa, que supone “en torno al 80% o 90% de las riquezas del Sáhara Occidental, unos 4.800 millones de dólares anuales”, según Javier García Lachica, de Western Sahara Resources Watch, una organización dedicada a vigilar –y denunciar– la explotación de los recursos naturales del Sáhara por parte de Marruecos ante los organismos internacionales.
Pero la mina de Bou Craa tiene sus días contados: en algún momento entre los próximos 60 y 70 años el fosfato se agotará y solo quedará un gigantesco agujero en el desierto. Para entonces, la población mundial ascenderá a una cifra entre 10.000 millones y 13.000 millones de personas (dependiendo de varios factores, entre otros, la comida disponible) y más vale haber encontrado un fertilizante alternativo para abonar nuestros campos. Porque el fosfato se agota, y no solo en la mina de Bou Craa, sino en todas las excavaciones, según advierte la Iniciativa Global del Fósforo: “No habrá suficientes suministros de fósforo en 30 o 40 años”. Esa es la buena noticia. La mala es que “el fósforo en la agricultura es irremplazable”. ¿Por qué es tan importante el fósforo? Para las plantas, se trata de un elemento (P, en la tabla periódica) imprescindible para hacer la fotosíntesis. Por lo que nos concierne a nosotros, el fósforo es el segundo mineral más abundante en
Nuestra avidez por el fósforo explica que cada año extraigamos 170 millones de toneladas de fosfato de la tierra (2,4 millones de ellas, procedentes de Bou Craa). Cada tonelada de fosfatos produce 130 toneladas de cereal. En otras palabras, sin fosfatos, no hay comida para todos.
Las reservas de fosfato de Marruecos son propiedad de la empresa estatal Office Cherifien des Phosphates, aunque “empresa real” sería un término más apropiado para definirla: es propiedad casi enteramente del rey Mohammed VI, quien debe una parte sustancial de su fortuna (estimada por Forbes en 2.500 millones de dólares) al fosfato del desierto, marroquí también, pero sobre todo saharaui: Bou Craa es su Potosí. El fosfato es un inmenso negocio para Marruecos y para su monarca. El país africano es el tercer productor del mundo, tras China y EEUU, pero el primer exportador, dado que tanto Estados Unidos como China han establecido fuertes aranceles a los fosfatos, al considerarlos estratégicos para alimentar
su población. El 90% de las reservas mundiales están concentradas en 5 países –los tres citados más Sudáfrica y Jordania–, lo que confiere una nueva dimensión a la importancia geoestratégica de Bou Craa y, por ende, del Sáhara Occidental. El agotamiento a medio plazo del fósforo es un problema serio, una confirmación más de que el futuro se ha convertido en un vertedero del presente, pero más inminente es el llamado “pico del fósforo”, el momento en el que la demanda sobrepasa a la oferta, disparando la competencia por el recurso remanente. Los geólogos no están de acuerdo: algunos piensan que el pico no llegará hasta 2030 y otros que ya tuvo lugar en 1989, lo que en parte explicaría la escalada del precio de los alimentos, hambrunas locales y consiguientes revoluciones sociales. ¿Hay escape a la trampa malthusiana que plantea el agotamiento del fósforo? Solo una. Al contrario que el petróleo, el fósforo es un recurso renovable: de hecho, lo expulsamos en nuestras deposiciones. La solución pasa por utilizar las heces y los orines humanos para abonar los campos, una técnica que, por cierto, llevan utilizando los campesinos asiáticos desde tiempos ancestrales. De hecho, antes del hallazgo de los fosfatos minerales, los ávidos campos de la superpoblada Europa se nutrían del guano, que no es otra cosa que la caca solidificada de los pájaros, producto del que Chile detentaba un monopolio de facto. El guano se agotó, pero llegaron los nitratos y los fosfatos para apuntalar la explosión demográfica del siglo XX. Cuando el geólogo español Manuel Alía Madina descubrió Fos Bucraa, en 1947, la población mundial era de 2.500 millones de personas, la tercera parte que en la actualidad. Artículo elaborado con la inestimable ayuda de Ali Salem Alali y Sukeina Aali-Taleb. Nº46 - 2013 / YOROKOBU / 83
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POR
Juanjo Moreno
La carga estética de su obra es evidente. Pero detrás de la primera apreciación visual, no hace falta rascar mucho para vislumbrar que está repleta de contenido político. De hecho, los temas que elige José Carlos Casado son su propia terapia hacia la impotencia de cambiar lo que no le gusta. “No es tanto una lucha revolucionaria pública, que lo es, como un acto egoísta de reconciliación con la injusticia que no entiendo y nunca entenderé. Las dos partes, la estética y la conceptual, me parecen igual de importantes”, dice Casado. En su portafolio hay pintura, escultura, fotografía, vídeo, performances…, por eso el adjetivo multidisciplinar es el que mejor le viene a este artista. “Solo la idea de una única categoría me aburre. Espero algún día hacer un vídeo musical, por ejemplo, o escribir un libro o participar en una película”. Lo que tienen en común es que todas, de alguna manera u otra, primero pasan por el ordenador. “Quizás eso sea lo que hace mi pintura diferente, pues el proceso varía del tradicional. Cuando estoy pintando estoy pensando en 3D, y viceversa”. Esta búsqueda de lo inusual y la experimentación le llevará el año que viene al Ártico Polar con un grupo de artistas y científicos. “No tengo ni idea de qué saldrá de ahí, pero la idea me fascina, no solo por las conversaciones que voy a tener con los científicos, sino también por las que voy a tener con los osos polares”. Si acabas de descubrir a José Carlos Casado, es posible que lo asocies con un universo lleno de color. En realidad, el color es el protagonista de su última serie pero no es definitorio de su obra. “En la anterior, por ejemplo, era todo blanco y negro”. Sin embargo, el desnudo es una constante en su trabajo. “El desnudo masculino me es más cercano y además es minoritario en la historia del arte, la cual está dominada, como todo, por una visión machista y heterosexual”, explica Casado, quien añade que “en mi obra también hay desnudos femeninos, pero un pene mostrado públicamente llama más la atención”. El 3D también es una constante en su obra. Es la herramienta de la que se vale para, en vez de copiar, transformar la realidad. “Me permite crear una ilusión de lo ‘real’ muy falsamente verdadera. Ya lo dijo Modigliani: ‘Lo que busco no es lo real ni tampoco lo irreal, sino lo inconsciente’”.
Un buen ejemplo para entender su forma de trabajar es analizar uno de sus últimos trabajos: Sacrifice.v02, una pieza de más de cuatro metros de alto y dos y medio de ancho. La imagen está realizada en 3D; es en realidad el videoframe de una de sus animaciones, después impresa en alta resolución y montada en madera. Esta es gruesa y tiene una textura tallada parecida a la imagen frontal que, aunque parece tridimensional, en realidad es plana. “Es una escultura bastante laboriosa, con muchas horas delante del ordenador, pero también en la carpintería”. El resultado es una ilusión óptica, una figura humana colgada cabeza abajo, como se cuelgan las reses para ser degolladas o los grandes peces a modo de trofeo. “Es una derrota y una victoria. Es dolor y es placer. Es bidimensional y tridimensional. Es tecnología y es tradición. Es un engaño y es una realidad”. Casado fue uno de los artistas que recientemente ha dejado su impronta en uno de los relojes de la firma Swatch. “Cuando contactaron conmigo para crear un reloj tardé una semana en contestar, pues no estaba seguro de que algo así fuese bueno para mi carrera. Pero después de investigar pensé que, de trabajar para una marca, Swatch era probablemente la más adecuada. Además, no era simplemente un reloj cualquiera, era uno para su prestigiosa Special Art Collection. Y no me equivoqué. Para mí el reloj fue otra superficie más con la que trabajar y, en este caso, una con la que llegar al gran público, algo que no es muy habitual en el mundo del arte.” Para este profesional, el diseño es menos sentimental que el arte y siempre hay un cliente al que satisfacer, mientras que el arte es más egoísta. Por eso, para él el reloj no ha sido un diseño. Desde el principio lo encaró como otra de sus obras, por eso la edición especial que se vende solo en la Bienal de Venecia va acompañada de una acuarela original y el reloj incluye uno de sus vídeos en realidad aumentada. José Carlos Casado vive en Nueva York desde hace 16 años. Dice que salir a la calle en la ciudad de los rascacielos es un “placentero calambre visual” que no deja de inspirarlo. ¿Cómo se ve España desde allí? “Yo, con rabia; la gente siempre miraba a España con celos, pero ahora también con pena”. En cuanto al mundo del arte, considera que el que se hace en España está al mismo nivel que en cualquier otra parte. “Otra cosa es el mercado y el nivel de coleccionismo, que anda paralizado. Lo cual crea un círculo elitista, pequeño y corrupto, una mafia de nombres reconocibles donde es difícil abrir puertas”. También Casado es crítico con la dependencia del gobierno como única vía de existencia. “No digo que el gobierno no deba financiar la cultura, pero no creo que la industria cultural deba depender de ello exclusivamente. El problema es que el gobierno ahora no solo no reparte, sino que además pide más de la cuenta y exige tanto en impuestos que ahoga y hunde”. Sin embargo, para este artista el verdadero problema del arte en España empieza por la educación. “Si se apreciara más el arte, habría más público y, por tanto, la industria cultural podría ser más independiente”. www.josecarloscasado.com
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RELATOS ORTOGRÁFICOS POR
M. Ángeles García
En el reino de Protocolo todo el mundo tenía un cargo y un título. No había plebe, todos sus habitantes eran la autoridad y tenían el mismo rango en la escala social. No eran una monarquía ni una república. Su gobierno era su desgobierno pero, como eran gente de mucho nivel y de gran autoridad moral y política, esa anarquía no creaba problemas. Al contrario. El orden dominaba el pueblo. Y también el aburrimiento. Todo en Protocolo era solemne, serio, grandioso. Nada se dejaba al azar. Ni las costumbres ni las buenas maneras se relajaban. Todo era previsible. Sin emoción. Como pueblo de bien y de sentido común que se consideraban, se creían en la obligación de inculcar sus sabias y correctas maneras al resto del universo. Debían convencerles de la necesidad de mantener las buenas costumbres, el respeto a los Don, a Sus Ilustrísimas, a Duques, Reyes y Condes. Tenían la creencia de que si esto no se hacía así el mundo sufriría un apocalíptico final. Así que cada cierto tiempo organizaban a su ejército y a su clero y salían a adoctrinar nuevos territorios. Los poblados vecinos se sometían sin resistencia a aquellos educadísimos viajeros que llegaban a sus casas y les impresionaban con tan lujosos ropajes y tan respetuosos saludos. Y al final caían ellos también en los refinados modales y pomposas nomenclaturas de los invasores creyendo con esto que alejarían su trágico fin. Hasta que un día la expedición misionera llegó al lugar más recóndito de su universo y lo que allí encontró cambió su visión para siempre. Se trataba de un pueblo educadísimo, cultísimo, moralísimo y perfectísimo como los habitantes de Protocolo, pero donde las jerarquías eran más igualitarias: existían los don, las doñas y los fray conviviendo sin problemas con los condes, los duques, los marqueses y sus ilustrísimas. Y el caos no se había apoderado de aquella región. Al contrario. Aquel recién descubierto reino era un lugar divertido, donde cada día pasaba algo distinto y motivador y donde los modales eran también refinados y respetuosos, pero estaban desnudos de aquella pomposidad y solemnidad que tanto encorsetaba a los habitantes de Protocolo. Así que la expedición de misioneros regresó a su casa, pero esta vez los conquistados habían sido ellos. ¡Ay, qué bonito y qué idílico todo! Pues no, es solo un cuentecillo. La realidad es un poco más cruda y las invasiones no siempre son tan agradables. Hoy hablaremos de los tratamientos, de los títulos y de los cargos. Hasta ahora, los escribíamos con mayúscula inicial pero la RAE ha cambiado la norma y ya no es así. Nos arguye que tanto los antenombres (tratamientos que preceden al nombre:
don/doña, santo/a, fray, etc.) como los que pueden utilizarse sin él (licenciado, excelencia, doctor, usted o vuestra merced —para los amantes del vintage extremo—) deben hoy escribirse con minúscula inicial puesto que se trata de adjetivos o nombres comunes. Sin embargo, en textos jurídicos y administrativos podemos encontrar aún el uso de esa mayúscula. Pero, como el resto de los mortales no somos tan pomposos, es mejor que nos olvidemos de los Don y Doña y nos igualemos en la minúscula. No obstante, se admite la mayúscula inicial para aquellas fórmulas honoríficas y protocolarias del tipo su santidad, su excelencia, su majestad, aunque no es obligatoria. Nos lo deja a nuestra elección según nuestro grado de anarquía y respeto a las altas esferas. Eso sí: solo si el tratamiento NO va seguido del nombre propio de quien lo ostenta. Si así fuera, iría en minúscula. Vamos a los ejemplos: La recepción de Su Santidad tendrá lugar en el Vaticano. No hay nombre propio, podemos usar la mayúscula. Sin embargo, debemos escribir: La oración de su santidad Francisco se hará desde el balcón del Vaticano. Habemus nombre, habemus minúscula. Y lo mismo para el resto de tratamientos: don Francisco, doña María, el licenciado Mauricio Colmenero, el doctor No… Con los títulos y cargos ocurre lo mismo. Deben escribirse con minúscula inicial por tratarse de nombres comunes, tanto si son de uso genérico (El rey sanciona leyes; el presidente del Gobierno es elegido por votación popular; el papa es el cabeza de la Iglesia) como si mencionan a personas concretas: la reina comprará chuches a sus reales nietos; el papa dejará atónitos a los miembros del Opus con sus declaraciones sobre los homosexuales; o han pillado al duque de Palma con el carrito del helado. Y nos da una recomendación más. A pesar de que en textos protocolarios, administrativos y jurídicos se acostumbra a escribir estos títulos y cargos con mayúscula inicial por razones de solemnidad, la RAE aconseja adaptarlos a la norma general y escribirlos con minúsculas. Pero si tenemos en cuenta el lenguaje arcaico de ciertas instituciones, me da la impresión de que ni con una nueva revolución francesa se igualarán los tratamientos. Y lo último ya, para no abrumaros más con tanta anarquía. Si el nombre del cargo y de la institución coinciden, el cargo se escribirá con minúscula y la institución, con mayúscula. O sea, así: “El defensor del pueblo se reunirá con el ministro de bla, bla, bla”, pero “Se dictarán nuevas leyes que regirán al Tribunal de Cuentas y al Defensor del Pueblo”. Liberté y fraternité, no sé. Pero egalité…
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NO LEAS. ยกDIBUJA!
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YOROKOBU Agenda Surrealistas antes del surrealismo Una exposición en búsqueda de la ascendencia del surrealismo. Fundación Juan March Madrid, hasta el
12.01.2014 Hello, My Name is Paul Smith
El Roto Oh, la l’art!
Una extensa colección de los dibujos de El Roto sobre el mundo del arte. Galería La Caja Negra Madrid, hasta el
18.01.2014 Mercado central de diseño
Un repaso a la trayectoria del iconoclasta diseñador de moda británico. Design Museum
Un espacio para personas relacionados con el diseño: industrial, textil, interiores, etc, donde podrán exponer y colocar al alcance del público madrileño y turista sus trabajos y diseños. Matadero
Londres, hasta el
Madrid,
09.03.2013
14-15.12.2013
Madatac 05
La censura en los textos
La quinta edición del festival de videoarte contará con la presencia de Brian Eno. Centro Centro/La Casa Encendida Madrid,
16-22.12.2013 Mercado de los motores
Gran mercado con aires vintage rodeado de trenes antiguos. Museo del Ferrocarril Madrid,
07-08.11.2013
El fotógrafo Joan Fontcuberta ha dedicado los últimos seis años a coleccionar imágenes de textos censurados, de todas partes y de todos los tiempos. Arts Santa Mónica Barcelona, hasta el
11.12.2013
La magia del cine
Un homenaje a quien ha sido llamado el primer mago del cine, Georges Méliès. La muestra repasa la diversidad de su obra y el valor que ha tenido en la evolución de la historia del cine, un valor que recientemente ha vuelto a salir a la luz gracias al film en 3D de Martin Scorsese, Hugo (2011). Caixa Forum Madrid, hasta el
08.12.2013 Poder y fiebre del crowd
Las iniciativas alrededor de la idea del crowd se multiplican. La colaboración masiva en la investigación, la financiación colectiva, las iniciativas abiertas desde la ciudadanía o las nuevas formas de activismo demuestran que, con el impulso de la tecnología, se pueden desarrollar proyectos y obtener resultados con un alto impacto social. Medialab Prado Madrid,
11.11.2013 Tipografía Malasaña
Un workshop colaborativo para crear una tipografía inspirada en Malasaña. Blu Room Madrid,
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NUMEROGRAFÍA#46
Autor: Pablo Gámez y Martha Gómez Número favorito: 1 www.gamezygomez.com
Estos dígitos arrancan de una pista. Parten de la parrilla de salida de Fórmula 1. En ese lugar los números son imprescindibles, según Pablo Gámez y Martha Gómez. Por eso se trasladaron hasta allí mentalmente al diseñar esta numerografía. “No queríamos que los números fueran una ilustración sobre F1, sino que tuvieran el mismo espíritu”, dicen. “Por eso analizamos aspectos de esa competición que han permanecido sin cambios a lo largo de los años (los circuitos, los pianos de la pista, las marcas de neumáticos...) y con esas señas intentamos hacer una referencia. Para cualquier aficionado, la F1 es velocidad pero también inteligencia y estrategia. Queríamos que los números tuvieran también un pequeño punto de complicación que los hiciera más interesantes”.
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