TATIANA AGUILAR: LA BÚSQUEDA INCESANTE
A partir de los colores primarios, la pintura de Tatiana Aguilar se sumerge en un pequeño big bang creativo en busca de su identidad estética y cósmica. El microcosmos de esa pintura intenta atrapar instantes del macrocosmos, ya ecológico, ya intergaláctico, como intrigantes muestras de explosión creadora.
Esas muestras pueden ser vislumbres o nanosegundos del movimiento de las partículas o de los grandes astros. Hay un juego incesante en las formas, texturas y colores, cual movimiento pluriversal, centrípeto y centrífugo a la vez, que indaga en los mundos paralelos de las parcelas más íntimas de su actividad creadora. La luz se mueve y se detiene en partículas o cascadas de agua, luz, materia volcánica o cósmica, todo ello reunido en pinceladas y en contornos que se despliegan, se abren, explosionan.
La búsqueda de la artista es un prisma por donde no solo atraviesa la luz, sino el infinito abanico de posibilidades formales de universos que nunca