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LOS CREADORES. Alberto Puraenvidia y José Martret, fundadores de La Casa de la Portera.
Dos cuadros de la exposición Sorolla. Jardines de luz. Arriba, El ciprés de la Sultana (Generalife, de 1909, colección particular). Abajo, Tarde de sol en el Alcázar de Sevilla (de 1910, colección particular).
Razón, en portería ¿Se puede hacer teatro en el piso del conserje? Dos tipos pensaron que sí, y acertaron. La Casa de la Portera es la nueva sensación escénica de Madrid.
TEXTO MAITe GArrIDo
Pisos pequeños, oscuros, testigos mudos de las idas y venidas de vidas ajenas, espectadores silenciosos de un mundo que sube y baja por las escaleras. Así suelen ser las casas de las porterías, lugares que transpiran cierta inquietud con olor a cocido. Pero, aunque sea en raras ocasiones, su interior puede sorprender. Es lo que ocurre detrás de la vieja puerta del bajo D del número 24 de la angosta calle Abades, en Madrid. Nada es lo que parece, porque lo que allí sucede nada tiene que ver con la realidad. Pero sí con la ficción. “Es un teatro subcutáneo, donde a menos de dos palmos de distancia puedes ver cómo sienten los personajes de la obra, cómo se emocionan, cada gesto, cada mohín…”. Así lo explica para DT José Martret, quien, junto con su socio y aliado, Alberto Puraenvidia, decidieron sacudirse el líquido viscoso con el que la crisis cubre todo y montar por su cuenta y riesgo una sala de teatro independiente en un sitio inverosímil. Y el riesgo valió la pena. Alquilaron aquel bajo polvoriento del madrileño barrio de La Latina que había sido utilizado como hogar de la portera como local de un grupo anarquista 40 DTLUX.COM
y como ‘casa patera’ para inmigrantes sin techo, y lo convirtieron en uno de los espacios teatrales de referencia en la capital.
Chéjov a La españoLa El Premio Nobel Mario Vargas Llosa, Maribel Verdú, Javier Cámara, Gracia Querejeta o Rosa Montero son solo algunos de los personajes ilustres que han pasado por La Casa de la Portera llevados por las ganas de ver teatro puro y crudo. La obra primigenia, y la que está cautivando a la crítica, es la versión realizada por el propio Martret a partir del clásico –muy actual- de Chéjov “Ivánov”, trasmutada para la portería como “Iván-Off”. “La inauguramos junto con la casa, el pasado 8 de marzo. Fue un éxito y, desde entonces, las puertas de la casa se han abierto a otras obras como ‘Presencias’, de Benja de la Rosa, que también está triunfando todos los martes”, nos dice Martret. Obras que se podrán seguir disfrutando en noviembre (para reservas, en www.lacasadelaportera.com). Solo cabe elucubrar dónde montarán el próximo teatro... “Eso es un secreto, pero ya lo estamos imaginando”.
LOS JARDINES DE SOROLLA Tras pasar por el Palazzo dei Diamanti de Ferrara (Italia) y el Museo de Bellas Artes de Granada, en la Alhambra, llega al Museo Sorolla de Madrid una de las exposiciones más esperadas de la temporada: Sorolla. Jardines de luz, que incide en una faceta menos conocida del pintor valenciano (18631923), y que ocupó sobre todo los últimos años de su carrera artística: su pasión por los jardines. La exposición se compondrá de 56 óleos, de los que muchos de ellos no han sido nunca expuestos y en los que se ofrecen diferentes perspectivas de distintos jardines, algunos de ellos andaluces (Alhambra, Alcázar de Sevilla...), que inspiraron el propio jardín que el pintor diseñó personalmente y mandó construir en su residencia (hoy Casa Museo) de la calle Martínez Campos de Madrid. La exposición se podrá ver hasta el próximo 5 de mayo. http://museosorolla.mcu.es