ANÁLISIS
LOS AMOS DE INTERNET
EL ÁRBOL DEL DINERO SEQUOIA LA EMPRESA DE CAPITAL DE RIESGO MÁS IMPORTANTE DEL MUNDO, SEQUOIA CAPITAL, INVERSOR DE APPLE, GOOGLE, YAHOO! O YOUTUBE, LLEVA TIEMPO APOSTANDO POR SUEÑOS QUE HAN REVOLUCIONADO EL MUNDO TECNOLÓGICO. SI TIENES UNA IDEA, CUÉNTALES TU HISTORIA. TEXTO MAITE GARRIDO COUREL
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a Estatua de la Libertad era lo primero que veían los inmigrantes llegados de Europa tras una travesía larga y un pasado mísero. La tierra de las oportunidades se abría ante ellos y el único requisito para triunfar era tener una idea y apostar por ella, o conseguir que otros apostaran por ella. Esa es la mentalidad con la que los fundadores de Sequoia Capital plantaron la semilla en 1972. Unos eran los primeros de sus familias en llegar a América, otros eran hijos de inmigrantes, pero todos eran los primeros emprendedores en su entorno con un objetivo común: apoyar nuevas ideas y abrir puertas a negocios que olían a grandeza. El concepto Venture Capital –en español solo se puede traducir como “capital de riesgo”– albergaba un sentido positivo de empresa, de aventura, era un capital emprendedor, y Estados Unidos en los años 70 era un hervidero tecnológico de ideas que solo estaban esperando a eclosionar. El centro neurálgico de todas ellas era una región al norte de California que se convertiría en el nuevo El Dorado. Silicon Valley vería el surgimiento de la industria de capitales de riesgo y sería testigo de las alianzas con unos incipientes empresarios de la nueva tecnología. Un joven llamado Steve Jobs tenía una idea de negocio en la cabeza. La por entonces startup Apple Company, Inc. había lanzado al mercado las primeras computadoras Apple, pero estaban trabajando en un nuevo ordenador llamado Macintosh con el que pretendían ponérselo fácil al usuario medio. Solo necesitaban una cosa: dinero. “El arte de saber contar historias es increíblemente importante porque así es como funciona el dinero. El dinero fluye en función de la historia”, decía Donald Valentine en una conferencia en la Graduate School of Business, de la Universidad de Stanford, en 2010. Conocido como “el padre de Silicon Valley”, Don Valentine, fundador de Sequoia, aseguraba en la charla que lo esencial para ellos es que el emprendedor responda a cuatro sencillas preguntas: ¿qué quiere hacer?, ¿cuánto tiempo va a tardar?, ¿quién es la competencia? y ¿cuánto dinero necesita?
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Si la historia que cuenta el potencial emprendedor los seduce, entonces invierten en ella. “No gastamos mucho tiempo preguntándonos sobre dónde ha estudiado la gente, cómo de inteligentes son y todo lo demás –continuaba Valentine-, a nosotros nos interesa sobre todo la idea de mercado que persiguen, la magnitud del problema que resuelven y qué puede pasar si la combinación entre Sequoia y el individuo es correcta”.
EMPRENDEDORES PARA EMPRENDEDORES Entre las compañías que fundó Sequoia como inversor principal y aquellas a las que ayudó en su desarrollo con financiación suponen hoy cerca de la mitad de la capitalización bursátil del Nasdaq (bolsa de valores electrónica y automatizada más grande de los Estados Unidos, con más de 3.800 compañías y corporaciones), es decir, alcanzan un valor conjunto de cientos de miles de millones de dólares cuando en 2003 apenas suponían un 10%, según una presentación del fondo. Solo Apple ha llegado a rozar los 400.000 millones; Google, también de la compañía, 200.000 millones, y Oracle, fundada por Larry Ellison en 1977 y socio de Sequoia desde 1983, también se ha acercado a esos niveles. Pero volvamos al comienzo, cuando la revolución tecnológica comenzaba a despuntar y ya se intuía imparable. En las cabezas de miles de estudiantes de la Universidad de Stanford bullían ideas visionarias sobre cómo hacer la vida más fácil en ese nuevo mundo por
“NO GASTAMOS TIEMPO PREGUNTÁNDONOS DÓNDE HA ESTUDIADO LA GENTE: NOS INTERESA SOBRE TODO LA IDEA DE MERCADO QUE PERSIGUEN” ‘DON’ VALENTINE, FUNDADOR DE SEQUOIA
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