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HOCKEY: UNA HISTORIA DE PASIÓN

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LA CENA DEL AFECTO

No creo que se pueda llamar de otro modo. Es posible que sean diversos los motivos por los cuales se decidió llevar adelante esta reunión pero, es claro, que el motivo que prevaleció fue el hecho tan simple como maravilloso de encontrarse. Un encuentro transversal, entre gente de aquí y de allá, con gente de ésta generación y de otra, entre gente que intercambió palabras y anécdotas y abrazos, entre gente dispuesta para la risa franca, para la alegría, para el reencuentro. Y con un único eje: el Hockey del Club Universitario.

Dentro de esta nota están las palabras pronunciadas por Patricia Deco en esa cálida reunión del mes de Agosto y vale tener en cuenta algunas de las utilizadas por ella: encuentro, pasión, nosotros, club, tiempo, trabajo, amigos, siempre y azul y negro. Y de esto se trata, de mezclar afectivamente estas palabras, como bien hizo Patricia, y lograr resumir esa vivencia a través de los años. Quedan las instantáneas, como se decía antes, las fotografías que muestran esos rostros de felicidad. Queda todo lo pasado y queda todo el futuro. Queda el eterno amor por el Hockey de Universitario.

UNA HISTORIA DE PASIÓN

por Patricia Deco

Como siempre, es una alegría encontrarnos. Con muchos nos cruzamos a diario, en la cancha o en La Quinta, con otros es posible que nunca nos hayamos visto, pero nos conocemos igual porque entre todos estamos escribiendo la historia de este nuestro Club y eso nos acerca, nos une. Seguramente, el inicio de cada uno de nosotros, en la vida de esta Institución, ha sido de diferentes formas, algunos, de pequeños, habrán llegado de la mano de sus padres, tíos, vecinos, compañeros de la escuela o a través de la Colonia de vacaciones y encontraron un lugar lleno de amigos, un deporte que los apasionó, y se quedaron para siempre; otros tal vez llegaron de mas grandes, o de más lejos, a una ciudad desconocida, con sueños de progreso en sus estudios, en sus trabajos y encontraron en nosotros la familia que habían dejado en sus lugares de origen y, aunque después de un tiempo, hayan tenido que irse seguramente nuestro Club habrá marcado sus vidas para siempre. Y, además, estamos los que, como en mi caso, llegamos de la mano de nuestros hijos y abrazamos la idea de que el Club fuera el patio de nuestras casas y trabajamos para que ello ocurra aportando desde la mesa de control de un partido, siendo jefes de equipo, managers, preparando los 3ros. tiempos, conformando la hinchada y haciendo cientos de tareas que tal vez no se vean pero que son necesarias para que en cada partido comience la magia del deporte y podamos gritar el gol del triunfo o sobreponernos a la bronca de no haber podido ganar. De una formo o de otra estamos escribiendo una historia de pasión y sentimientos que debe ser continuada para que otros puedan disfrutar como lo hacemos nosotros desde hace tiempo. Este es un compromiso que, desde Capitanía, estamos llevando adelante con la ayuda de muchos jugadores que están comprometidos en instalar la pasión que ellos tienen en las generaciones futuras. Para que todo esto sea posible hay que trabajar muy duramente en lo deportivo y en lo institucional. Un gran desafío tenemos por delante, la segunda cancha de sintético que, podríamos decir, ya es una realidad, la estamos viendo crecer día tras día y en poco tiempo podremos comenzar a disfrutarla y tendremos la satisfacción de haber concretado entre todos un sueño más, de haber podido llevar adelante una tarea que cambiará seguramente la práctica del deporte, dándole una mejor calidad de entrenamiento a todos nuestros planteles. Muchos son los proyectos que tenemos por delante y, tal vez, nuestro deseo sería poder concretarlos rápidamente, pero vamos caminando al ritmo de nuestras posibilidades y de la generosidad de todos ustedes y de tantos otros que siempre han escuchado nuestro pedido y han estado dispuestos a afrontar el desafío. Generosidad que, en algunos casos, se ha materializado a través del aporte económico, tan indispensable, necesario y determinante a la hora de encarar proyectos de gran envergadura, pero también valoramos la generosidad de quienes nos aportan su tiempo, su trabajo, de quienes traen nuevas ideas, de quienes nos han ayudado a la hora de cerrar contratos y de quienes tan solo han aportado su entusiasmo tratando de contagiar a sus compañeros el espíritu de colaboración. Sin esto nada sería posible. Por todo lo expresado es que necesitamos que todos redoblen su generosidad y que recuerden que estas obras trascienden nuestro paso por la Institución. Todavía nos queda mucha historia por escribir y son muchos los corazones en los cuales el color azul y negro se ha instalado para siempre.

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