Oración de la noche
Salmo del Amor de Dios conmigo (Salmo 136) Te doy gracias, Señor, porque eres bueno, porque es constante y eterno tu amor conmigo. Te doy gracias, Señor, Dios de todo, porque en todo lo mío Tú intervienes, porque es constante y eterno tu amor conmigo. Tú haces grandes maravillas: la potencia del Universo, el misterio de la Vida, la fuerza del Amor, mi propio ser… porque es constante y eterno tu amor con todo y también conmigo. Me sacaste de aquello que un tiempo me hizo esclavo, con mano firme y fuerte brazo como 'tira de uno' aquel que es buen amigo… porque es constante y eterno tu amor conmigo. Cuando no tenía fuerzas, me abriste el camino: pasé y fui salvado por Ti desde la experiencia del antiguo Egipto sentí en mi vida una vez más que es constante y eterno tu amor conmigo. Me llevas al desierto, pero vienes conmigo, me sacas... y me guías a tu estilo haciendo brotar fuera aquello que en mí, tú pusiste escondido, pero yo nunca supe porqué no había podido: quitaste de muy dentro "poderes escondidos", rompiste mis cadenas y viniste conmigo; yo, a tientas, descubría porque es constante y eterno tu amor conmigo. Tú me das, Señor, el pan que necesito, el pan que me da vida y aunque me canso… ¡Vivo! Si recuerdo mi historia… has puesto en cada instante el pan que necesito. No me dejes, ahora que estoy cansado hazme experimentar que es constante y eterno tu amor conmigo. A quienes leáis esto, ¡os invito!: leed en vuestra historia la salvación que El hizo, la salvación concreta que El realiza hoy con vosotros y conmigo… A todos nos regala el don de pronunciar: te doy gracias, Señor, porque es constante y eterno tu amor conmigo.
Oración de la noche
CANTO: “Manos del mundo” (Andi y Lucas) Hay muchas clases de manos en las que puedes ver la verdad. Manos que con el tiempo se hacen viejas por la edad. Manos que da gusto acariciar y manos que pueden dar amor y paz Las manos son con el tiempo que las decisiones siempre va acompañar. A veces son como el fuego que hay que cuidarlas o se pueden quemar. Hay manos buenas y hay manos malas manos que curan y manos que matan Manos que tocan mucho dinero manos que sueñan poder tenerlo. Manos que viven para el trabajo y gente mala que las usa en el maltrato. Manos que tocan guitarras de ensueño Así son las manos del mundo que sin ir tan lejos te puedes encontrar Manos que con tu ayuda hay muchas personas que han de necesitar. EL HOMBRE DE LAS MANOS ATADAS Erase una persona como todos las demás. Una persona normal. Tenía cualidades positivas y negativas. No era diferente. Una vez llamaron repentinamente a su puerta. Cuando salió, se encontró a unos amigos. Eran varios y habían venido juntos. Sus amigos le ataron las manos. Después le dijeron que así era mejor; que así, con las manos atadas, no podría hacer nada malo (se olvidaron de decirle que tampoco podía hacer nada bueno). Y se fueron. Al principio se desesperó y trató de romper las ataduras. Cuando se convenció de lo inútil de sus esfuerzos, intentó, poco a poco, acomodarse a su nueva situación. Poco a poco, consiguió valerse para seguir subsistiendo con las manos atadas. Inicialmente, le costaba hasta quitarse los zapatos. Hubo un día en que consiguió liar y encender un cigarrillo. Y empezó a olvidarse de que antes tenía las manos libres.... Pasaron muchos años. Esta persona llegó a acostumbrarse a sus manos atadas. Mientras tanto, sus amigos le comunicaban, día tras día, las cosas malas que hacían en el exterior los
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seres humanos con las manos libres ( se les olvidaba decirle las cosas buenas que hacían en el exterior las personas con las manos libres). Siguieron pasando los años. El hombre llegó a acostumbrarse a sus manos atadas. Y, cuando sus amigos le señalaban que, gracias a aquella noche en que le ataron las manos, él, la persona de las manos atadas, no podía hacer nada malo (no le señalaban que tampoco podía hacer nada bueno), esta persona comenzó a creer que era mejor vivir con las manos atadas.... Además, ¡estaba tan acostumbrado a las ligaduras...! Un día, un grupo de gente entró en la casa y rompieron las ligaduras que ataban las manos de aquella persona. - Ya eres libre, le dijeron. Pero habían llegado demasiado tarde sus manos estaban totalmente atrofiadas. SILENCIO – REFLEXIÓN
Dibujo mi mano y escribo: Necesito contar contigo para…
Dinámica de las manos.
Terminamos dándonos la mano y rezando el Padre nuestro…
OraciĂłn de la noche
Material, una cartulina blanca tamaĂąo A4 y temperas y pinceles
Oración de la noche
Mientras escuchamos: el salmo 138 invitamos a los presentes a pintar en la cartulina el nombre, o el símbolo,… por el cual se sienten reconocidos o llamados por Dios. CÁMBIAME LA MIRADA Mírame Tú, Jesús de Nazaret. Que yo sienta sobre mí tu mirada libre y transformadora. Que tu mirada se pose en mis sentidos, y se filtre hasta mis rincones inaccesibles donde te espera mi yo desconocido... sembrado por Ti desde el inicio, y germine mi futuro, rompiendo el silencio con el verde de sus hojas... la tierra machacada que me sepulta y que me nutre. Déjame entrar dentro de Ti, para mirarme desde Ti, y sentir que se disuelven tantas miradas propias y ajenas, que me deforman y me rompen... Dame Señor ojos nuevos para ver la novedad de tu Espíritu que habita en cada tiempo y lugar, para descubrir la vida que late y quiere brotar en cualquier trozo de tierra, para mirar de otro modo lo que pareciendo igual, es el AQUÍ Y EL AHORA donde Tú Señor estás para HACER NUEVAS LAS COSAS. Dame Señor ojos nuevos para mirar más allá de la mirada miope que nunca ayuda a avanzar
Oración de la noche
Dame, Señor, tu mirada, para dejarme mirar por los ojos de los pobres, que hacen ver la novedad de tu Reino, tu verdad. CÁMBIAME, SEÑOR, LA MIRADA Para descubrir tus signos de esperanza y de verdad en estas gentes de siempre, en esta dificultad... Para contemplar la vida por dentro, en profundidad para que brille en mis ojos tu mirada de bondad... DAME SEÑOR OJOS NUEVOS PODRÁ SER TODO LO MISMO PERO DESDE TU MIRAR... SE ENCENDERÁN OTRAS LUCES, Y YA NADA SERÁ IGUAL... Terminamos escuchando: Amando hasta el extremo de Maite López
Mateo 26, 14-25 En aquel tiempo, uno de los doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso: ¿Qué estáis dispuestos a darme si os lo entrego? Ellos se ajustaron con él en treinta monedas. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo.
Escuchamos: En lo profundo, de Luis Guitarra En lo profundo no hay nada que no sea sorprendente. Y sin embargo bajamos tan a poco, y pocas veces. Acomodamos el pulso a la presión de la rutina. Nos distanciamos del fondo y del origen de los días… … y no bajamos, y no bajamos, y no bajamos. Nos olvidamos del sentido de la Vida, del propio barro, del primer atardecer… Y amontonamos un sinfín de tonterías, buscando en lo que creer. En lo profundo no hay nadie que no sea diferente, pero a menudo mostramos sólo aquello que no duele.
Oración de la noche
Desdibujados detrás de multitud de vanidades… Tristes, sin sueños, ajenos al Amor… superficiales. …y no bajamos, y no bajamos, y no bajamos. Nos olvidamos del sentido de la Vida, del propio barro, del primer atardecer... Y amontonamos un sinfín de tonterías, buscando en lo que creer.
Entregar un trozo de barro a cada uno. Un día, un hombre joven se situó en el centro de un poblado y proclamó que él poseía el corazón más hermoso de toda la comarca. Una gran multitud se congregó a su alrededor y todos admiraron y confirmaron que su corazón era perfecto, pues no se observaban en él ni máculas ni rasguños. De pronto, un anciano se acercó y dijo: Perdona mi atrevimiento, pero, ¿por qué dices eso, si tu corazón no es ni siquiera aproximadamente tan hermoso como el mío, o el de tantas otras personas? Sorprendidos la multitud y el joven, miraron el corazón del viejo y vieron que, si bien latía vigorosamente, éste estaba cubierto de cicatrices y hasta había zonas donde faltaban trozos y éstos habían sido reemplazados por otros que no encajaban perfectamente en el lugar, pues se veían bordes y aristas irregulares en su derredor. Es más, había lugares con huecos, donde faltaban trozos profundos. El joven contempló el corazón del anciano, y al ver su estado desgarbado, se echó a reír. “Debes estar bromeando -dijo- compara tu corazón con el mío… ¡El mío es perfecto! En cambio, el tuyo, es un conjunto de cicatrices y dolor”. Es cierto -dijo el anciano- tu corazón luce perfecto, pero yo jamás me involucraría contigo… “Mira, cada cicatriz representa una persona a la cual entregué todo mi amor; arranqué trozos de mi corazón, para entregárselos a cada uno de aquellos que he amado. Muchos a su vez, me han obsequiado un trozo del suyo, que he colocado en el lugar que quedó abierto; de ahí quedaron los huecos. Dar amor es arriesgar, pero a pesar del dolor que esas heridas me producen al haber quedado abiertas, me recuerdan que los sigo amando, y alimentan la esperanza que algún día -tal vez-, regresen y llenen el vacío que han dejado en mi corazón. ¿Comprendes ahora lo que es verdaderamente hermoso?” El joven permaneció en silencio, lágrimas corrían por sus mejillas; se acercó y le dio un pedazo de su corazón al anciano, de igual manera hizo éste y le dio un pedazo de su corazón al joven. Al no haber sido idénticos lo trozos, se notaban los bordes y las uniones. El joven miró su corazón, que ya no era perfecto, pero lucía mucho más hermoso que antes, porque el amor del anciano fluía en su interior… y el amor de él en el corazón del anciano. El joven sólo pudo reaccionar y decirle al anciano: “Si, en verdad ahora puedo ver lo hermoso que es tu corazón” Y tu corazón… ¿cuántas cicatrices tiene? Invitamos a cada uno a modelar un corazón para entregar a otro del grupo.
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TU ME SALVAS, Álvaro Fraile La felicidad jugaba al escondite, sólo nos quedaba conservar la fe; andaba como un ciego hasta que tú encendiste la luz de la mesilla y pude ver. Cuando la alegría jugaba al pilla-pilla aprendí a disfrutar de perseguir ansioso algún destino el lugar que andas buscando y nunca está al llegar sino al ir. Tú me salvas… tú me salvas Cuando el corazón juega a perderse hay veces que es mejor dejarlo ir después de aquel naufragio, después de detenerme valían más las cosas que perdí. A veces viene bien llegar a tocar fondo de ahí tan sólo queda subir, todo lo he aprendido sacando agua de un pozo bebí y quizás no tenga ya más sed. Menos mal que… Tú me salvas… tú me salvas… Entre algún sentido y un común soy el que va del infinito al ahora, ya dejé esa frontera bipolar y a ese que ríe mientras llora. Desde que aprendí que vida es pasar de lo importante a lo que importa no he dejado un sólo día de buscar rayos de sol en la sombra, rayos de sol en la sombra rayos de sol que… Tú me mandas… Tú…
Oración de la noche
cadena de favores que inicio Jesús ¿Cuál es tu propuesta para hoy?
“Señor, ayúdanos a contemplar el mundo desde las fronteras” Una cruz preside nuestra oración hoy, en un primer momento estará cubierta. Alrededor de la cruz o debajo de la misma puede haber imágenes de situaciones de cruz de nuestro mundo de hoy. La mostración de la cruz tendrá lugar recorriendo diferentes “lugares” de Jesús. Alguien descubre cada una de las partes y lee lo siguiente:
Brazos: cuando no podemos sostenernos en la vida, Dios nos sostiene con sus brazos. CONFÍO. Pies: cuando no podemos ya caminar en la vida, Dios camina a nuestro lado. CAMINO.
Oración de la noche
Corazón: cuando ya no sabemos cómo amar, Dios nos enseña a Amar, dando la vida. AMO. Se le entrega a cada uno una cruz
LA CRUZ EN TU FRENTE: Coge tu cruz, cierra los ojos y acércala a tu frente. Repasa con la cabeza tus pensamientos más negativos, todo aquello que agobia tu mente. Quizás alguna vez hayas podido pensar que todo esto es un error, que no entiendes cómo alguien puede entregar su vida por alguien como tú; que no eres un buen cristiano o que por mucho que intentes cambiar siempre vuelves a tus pecados. Saca todo de tu cabeza, deja que la cruz lo tome. Canto
LA CRUZ EN LA BOCA: Acércala a la boca. Recuerda aquellas veces que has podido ofender a alguien con tus palabras. Muchas veces hablamos sin medida y sin control, sin pensar en aquel que las escucha, ni en Jesús. ¿Cuántas veces tus palabras han herido a alguien? ¿Cuántas veces han acusado a alguien que no se lo merecía? Acércate la cruz a la boca y susúrrale eso de lo que te arrepientes. Canto
LA CRUZ EN TU CORAZÓN: Ahora llévala a tu corazón. Recuerda todos los sentimientos que has experimentado hoy. La intensidad del día que ha caminado por tu corazón. Y piensa en las veces que le dejas que dirija tu vida. ¿Son muchas o pocas? ¿Te atreves a dejar que sea tu corazón quien marque los pasos, aún sabiendo que puedes sufrir? ¿Qué puedes encontrar miedos, bloqueos, dudas? Deja que la cruz sienta tus latidos y repare los sufrimientos de tu corazón. Canto
LA CRUZ EN TUS MANOS: Deja la cruz sobre las palmas de tu mano. Dios nos lleva tatuados en sus palmas. A lo largo de tu camino, ¡cuánto has recibido de ese Cristo muerto que tienes delante! Sin embargo, ¿qué hemos dado nosotros? ¿Qué hemos ofrecido con nuestras manos? Y sobre todo, ¿cuántas veces las hemos dejado escondidas en los bolsillos y no las hemos utilizado para abrazar al hermano necesitado, al pobre desconsolado, a tantos y tantos que Dios nos pone en nuestro camino? Cógela con firmeza, pero a la vez con dulzura, casi abrazándola, por todas las veces que no lo hemos hecho. Canto
LA CRUZ EN TUS PIES: Hoy tus pies han estado Caminando, con Jesús. Le hemos acompañado en su camino a la cruz durante el Vía Crucis, ¿pero cuántas veces te ha podido la comodidad, y te has quedado quieto? Recuerda las veces que has dejado de acompañar a tu gente o has abandonado el camino que te marca Jesús. No te preocupes, Él siempre abre nuevos caminos para que encuentres otra vez el suyo. Lleva la cruz a tus pies y deja que el cansancio que te impide actuar, recaiga sobre ella. Canto
Invitamos a adorar la cruz, a dejar que todo aquello que ha absorbido nuestro pequeño trozo de madera descanse entre nuestra cabeza y el madero; a que sientas como hoy alguien te acoge y te quiere con todos tus defectos, miedos, dudas… que te quiere tal como eres. Una vez que hayas terminado, deja tu cruz cerca de la suya.
Oración de la noche
Al dejar la cruz, recogemos una de las imágenes que hay alrededor de la cruz, para seguir haciendo presente durante el día las situaciones de cruz que viven tantos hermanos nuestros Canto
ESTAR AL LADO (Silencio entre cada estrofa) Estar al lado… del hermano que no tiene fuerzas, del que avanza triste y cargado, del que se queda caído en la orilla, del que no puede curar sus heridas, del que no sabe hacia dónde camina. Estar al lado… de la situación que nos abruma, de la emergencia que surge cada día, de lo inesperado que nos desborda, de lo que todos dejan pasar de largo, de lo que se esconde para que no se vea. Estar al lado… de este mundo que es el nuestro, de esa realidad que es la nuestra, de este momento que es el nuestro, de esta Iglesia que es la nuestra, de este proyecto que nos hace hermanos. Estar al lado… de lo que está desfigurado, de lo que no tiene voz ni peso, de lo que clama abatido, de lo que es rechazado por todos, de lo que ya no sabe qué hacer. Estar al lado… de lo que Tú sabes y conoces, de lo que Tú quieres tiernamente, de lo que Tú buscas a cualquier hora, de lo que Tú nos propones, de lo que Tú estás siempre. Estar al lado… humildemente, como me enseñaste, sin arrogarme privilegios, con el corazón tierno y atento, siendo servidor de todos, como el último de tus amigos, sintiéndome tu elegido. Estar al lado… como hermano solidario, como anónimo creyente, como hijo querido, como aprendiz de discípulo, como compañero de camino. Estar al lado, aunque no lo sepamos. ¡Y que venga lo que tiene que venir! Florentino Ulibarri
Oración de la noche
PARÁBOLA DE LA SEMILLA QUE NO QUERÍA CRECER Hace bastante tiempo, no lo recuerdo muy bien, pasó un sembrador por esta tierra y fue dejando caer sus semillas. Con cariño les hablaba y decía una cosa a cada una: - Sé un buen árbol para que se posen en tí las aves del cielo. - Da buen trigo para que pueda el molinero hacerte harina y ser luego un hermoso pan familiar. - Crece bien, para girar luego con el sol. - Danos buen aceite, para condimentar los hombres nuestros alimentos. Y aquel sembrador salía todos los días a ver crecer el campo y veía satisfecho cómo cada planta echaba sus tallos y hojas. Sin embargo, entre todas aquellas plantas notaba la falta de una semilla que no había salido todavía a la luz. Todos los días la esperaba ver aparecer con gran ansia. Allí, dentro de la tierra, se oía el rumor de la semilla. - Sé que es hora de crecer, de salir de la tierra y echar raíces con firmeza, pero si salgo y no llueve suficientemente moriré de sed, y si hace mucho frío me congelaré, o si por el contrario hace demasiado sol, me abrasaré. Yo quisiera ver el azul del día, ser un árbol fuerte, dormir a la luz de las estrellas, pero si salgo y las cosas van mal, todo se acabará. COMPARTIMOS NUESTRAS RESISTENCVIAS, MIEDOS, DUDAS, FRENOS... CANTAMOS: Se mi luz, enciende mi noche (bis) Aquella semilla nunca se atrevía a crecer, hasta que un día, en medio de sus dudas y sus miedos, recordó lo que dijo el sembrador cuando la puso en la tierra: -
Crece porque te necesitamos. Por tu lado pasarán muchas gentes y se sentarán aquí para descansar. Las aves del cielo harán nidos en tus ramas y... Cuando recordó todo esto, comprendió que alguien la esperaba y no podía permanecer más tiempo allí, bajo el suelo.
Oración de la noche
Se puso a crecer y cuando salió a la luz, encontró la sonrisa del sembrador y luego, vio un camino que pasaba por allí mismo, y deseó con todas sus fuerzas crecer más. Vinieron las nieves y los vientos del invierno, pero luchaba con todas sus fuerzas con el fin de no ser arrastrada por el viento. Y si la riada de la lluvia llegaba a su tronco, aquel arbolito se agarraba fuerte de manera que no había forma de arrancarle del suelo. Y todas las tardes, encontraba la mirada del sembrador que se fijaba en él y sonreía. Un día descubrió entre sus ramas una ardilla que jugueteaba saltando y que hizo nido en un hueco de sus ramas. Creció y creció. La gente veía sobresalir el árbol, por encima de todos. Le llamaban "El Gran Árbol del Camino", pues ningún otro árbol se podía comparar con éste. Cada vez era más firme, robusto y recto, y su corteza arrugada por los rigores del invierno seguía allí para testimonio de todos los que le veían y le llamaban "El Viejo Árbol del Camino"
¿Qué me ayuda a crecer y dar lo mejor de mi? CANTAMOS: En la vida, bendice mis ojos, bendice mis manos...(bis) O Gracias al Sol y al labrador (Fabiola) Un día descubrió, cuando llegaba ya el invierno, que el sembrador tenía frío, y aquél árbol desgajo de sí una rama para que el sembrador hiciera leña y se calentara día tras día. Cuando el sembrador le visitaba le daba lo mejor de sí mismo, y por su tronco corrían lágrimas de resina. Pero un día aquél sembrador no fue a visitar al árbol. Comprendió que había llegado la hora. Aquella noche hubo una gran tormenta. Un rayo recorrió aquel árbol de arriba abajo y no quedó más que un tronco, el que la gente llama "El Tronco del Viejo Árbol". - ¿Sabes?, dicen que todas las tardes Dios se da una vuelta por el Cielo y que se para a la sombra de un gran árbol, lo mira y sonríe.
Invitamos a todos a depositar unas semillas en un pequeño tiesto, manifestando aquello a lo que quieren morir, para dar vida. De Martin Luther King, defensor de los derechos civiles de la comunidad negra en EE. UU, asesinado en 1969. Hoy, en la noche del mundo, y en la esperanza de la Buena Nueva, afirmo con audacia mi fe en el futuro de la humanidad. Me niego a creer que las circunstancias actuales hagan incapaces a las personas para hacer una tierra mejor. Me niego a compartir la opinión de aquellos que pretenden que el ser humano es tan cautivo de la noche sin estrellas, del racismo y de la guerra, que la aurora radiante de la PAZ y de la fraternidad no podrá nunca llegar a ser una realidad. Creo que la verdad y el amor sin condiciones, tendrán la última palabra. La vida, aún provisionalmente vencida, es siempre más fuerte que la muerte. Creo firmemente que, incluso en medio de los obuses que estallan y de los cañones que retumban, permanece la esperanza de un radiante amanecer. Creo igualmente que un día, toda la humanidad reconocerá en Dios la fuente de su amor. Creo que la bondad salvadora y pacífica llegará ser un día, la ley de la humanidad. Que el lobo y el cordero podrán descansar juntos, que cada ser humano podrá sentarse debajo de su higuera, en su viña, y nadie tendrá ya que tener miedo. Creo firmemente que lo conseguiremos.
Con nuestra maceta en la mano decimos juntos: ALGO ESTA NACIENDO EN MI
Oración de la noche
Algo está naciendo en mi soy yo misma que renazco siento en mi raíz más honda un nuevo yo germinado. De árbol caduco y viejo ¿puede rebrotar otro árbol? ¿Puede una persona reentrañarse para ser reengendrada? Sin darme cuenta nací -si es que fue nacer- antaño Hoy es otra cosa. Hoy me siento nacer despacio. Advierto que en mis entrañas Dios plasma un poco de barro, me regala un aire nuevo, que soy yo, no es nadie extraño. Algo está naciendo y bulle dentro de mí, como un pájaro que rompe el huevo, como una rosa que estalla en su ramo,
como un ciego a quien los ojos se le están volviendo claros. Algo está naciendo en mí, algo se me está alumbrando, algo que es sangre y es vida y es conciencia ¡gran milagro! Oh, qué dolor y qué gozo! No sé si muero o si nazco quiero nacer, renacer, ser persona nueva acaso. Naciendo estoy yo, no otra, me siento más yo, más humana, más resistente más débil, más sin remedio ni plagio. Pero es éste el más difícil y el más lento de los partos.