Nocturno, comentario de un poema de rafael alberti

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NOCTURNO Cuando tanto se sufre sin sueño y por la sangre se escucha que transita solamente la rabia, que en los tuétanos tiembla despabilado el odio y en las médulas arde continua la venganza, las palabras entonces no sirven: son palabras. Balas. Balas. Manifiestos, artículos, comentarios, discursos, humaredas perdidas, neblinas estampadas. ¡qué dolor de papeles que ha de barrer el viento, qué tristeza de tinta que ha de borrar el agua! Balas. Balas. Ahora sufro lo pobre, lo mezquino, lo triste, lo desgraciado y muerto que tiene una garganta cuando desde el abismo de su idioma quisiera gritar lo que no puede por imposible, y calla. Balas. Balas. Siento esta noche heridas de muerte las palabras. RAFAEL ALBERTI: De un momento a otro (1937) Analiza la organización de las ideas, redacta un resumen, formula su tema y realiza un comentario crítico de este poema de Rafael Alberti.

ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS En su estructura externa, este poema de 17 versos está dividido en tres estrofas desiguales cerradas por el estribillo “Balas. Balas.”; y por un verso final conclusivo: “Siento esta noche heridas de muerte las palabras”. En su estructura interna, el poema está organizado en tres partes que semejan la estructura clásica de los textos argumentativos, ya que en el fondo Rafael Alberti está argumentando sobre el uso de la palabra en tiempos de guerra. 

Primera Parte (versos 1-6): El poeta señala el tema que trata en el poema y la tesis inicial: el “odio”, la “rabia” y la “venganza” hacen inútiles las palabras. Segunda Parte (versos 7-16): La tesis inicial expresada en la primera parte se ve reforzada por dosafirmaciones: 1. Las palabras y los escritos de los políticos, los periodistas y los escritores son sustituidas por las armas. 2. El poeta confiesa dolorosamente que a él le está sucediendo lo mismo.


Tercera Parte (verso final): Conclusión o tesis final: las palabras están “heridas de muerte”.

Teniendo en cuenta que, como hemos explicado, la idea principal se repite en el verso 6 y en el último verso, podríamos hablar de una estructura de argumentación encuadrada. RESUMEN Rafael Alberti, en este poema publicado durante la guerra civil española, se lamenta de que las palabras son sustituidas por las balas en situaciones extremas de rabia, de odio y de venganza. Las balas han reemplazado a las palabras de los políticos, los periodistas y los intelectuales; incluso el poeta mismo siente en la oscuridad de la noche que a él las balas también le han arrebatado el uso de la palabra. TEMA Lamento por la inutilidad de las palabras en tiempos de guerra. COMENTARIO CRÍTICO Rafael Alberti -poeta gaditano que se trasladó a Madrid para estudiar en la Residencia de Estudiantes, uno de los miembros más destacados de la Generación del 27- comenzó escribiendo una poesía neopopular de la que es buen ejemplo Marinero en tierra y, más tarde, influido por las vanguardias, una poesía de inspiración surrealista, como la de su libro Sobre los ángeles. Sin embargo, durante la Guerra Civil, su poesía se vuelve comprometida (“poeta en la calle” es la expresión que utiliza) y, desde su militancia en el Partido Comunista de España, se pone al servicio de la defensa de la República colaborando, por ejemplo, en el salvamento de los cuadros del Museo del Prado. Este poema de Rafael Alberti refleja el evidente estado de desolación de un poeta que vio cómo los fusiles, los cañones y las bombas sustituyeron a los debates, los discursos, los libros... Porque, como dice el poeta, en los momentos en que sólo existe violencia, odio y asesinatos, las palabras están también "heridas de muerte". Quizá sea cierto que, una vez desatada la violencia, las palabras ya pierdan su sentido, silenciadas por el estruendo de las explosiones, y que en las guerras a los ciudadanos que las sufren sólo les cabe elegir una posibilidad de acción: o combatir con las armas (de grado o por fuerza) en uno de los bandos o actuar en ayuda de las víctimas inocentes, refugiados y prisioneros... en el suministro de alimentos, medicinas... pero las palabras siempre tienen un papel que jugar para tratar de frenar los conflictos, para propiciar el entendimiento, para que “callen” las armas.


La Guerra Civil española es un trágico ejemplo en el que comprobar cómo, en muchas ocasiones, las palabras pueden preceder a las balas, cómo pueden alimentar los odios... “Las palabras las carga el diablo” dice un viejo y sabio refrán español, que llama la atención sobre lo cuidadosos que debemos ser al utilizarlas, evitando ofensas gratuitas o deliberadas que desemboquen en estallidos de violencia. Resulta muy esclarecedor asomarse a los periódicos de la época para comprobar hasta qué punto, durante los años previos a la Guerra Civil, dirigentes políticos, intelectuales y periodistas se enzarzaron en una espiral de violencia verbal que suministró abundante munición para incendiar los ánimos, que creó un caldo de cultivo para que, una vez provocado el conflicto, cada bando disparara “con más ganas”, creyéndose “cargados de razón”. Los efectos del enfrentamiento bélico y verbal de aquellos años parecen llegar hasta nosotros: esas “dos Españas” de las que hablaba el poema de Antonio Machado no parecen dispuestas a ponerse de acuerdo ni en algo tan de justicia como el reconocimiento póstumo de las víctimas: los restos de miles de ellas siguen mal enterradas en las cunetas de nuestro país, en fosas comunes sin identificar. En la anterior legislatura se impulsó una Ley de Memoria Histórica que debería haber contribuido a superar los efectos de división y enfrentamiento heredados de la guerra de 1936. Pero seguimos arrojándonos las palabras a la cara unos a otros, seguimos utilizándolas para agredirnos, seguimos manteniendo vivo el espíritu destructivo de la Guerra Civil.

(La línea de argumentación que yo he escogido se basa en la importancia de la palabra como instrumento de comunicación y entendimiento..., y en que las consecuencias de la Guerra Civil parecen llegar a nuestros días... Pero otra posible línea de argumentación podría haberse centrado en la violencia latente en nuestra sociedad (la que responde al chiste: “para qué hablar, si lo podemos arreglar a puñetazos...”) o en los conflictos bélicos, en cómo no dejan de sucederse a lo largo de la historia... en el papel de los ejércitos profesionales en la sociedad de hoy: quizá podría considerarse positivo que, en la actualidad, las misiones en el exterior del ejército español sean misiones humanitarias: Bosnia, Líbano, Haití..., aunque en nuestra historia reciente no siempre haya sido así: en Irak fuimos colaboradores de un ejército invasor, en Afganistán no acaba de estar claro cuál es allí nuestro papel...)


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