Breve reseña de la etapa artística concreta de Tomás Maldonado

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Alejandro Albornoz – mankacen@gmail.com Programa Especial de Titulación: Licenciatura en Artes Visuales, Universidad Mayor Prof. Claudio Cortés Arte Latinoamericano Hoy Santiago de Chile, Agosto 2012

Breve reseña de la etapa artística concreta de Tomás Maldonado

“Tres zonas y dos circulares”, 1953, Óleo sobre tela, 80 x 80 cms.

Resumen: Este ensayo es una breve aproximación al trabajo y pensamiento del artista, arquitecto, diseñador, intelectual y docente argentino Tomás Maldonado, centrándose en la época en que es uno de los miembros del movimiento de las vanguardias del país transandino donde pondrá las bases para lo que se dió en conocer como Arte ConcretoInvención, una tentativa teórico práctica que vió la luz a mediados del siglo XX en Argentina. El presente texto pretende dar luces generales sobre el tema en cuestión y ser base para futuras profundizaciones. Palabras clave: Tomás Maldonado, Arte Concreto, Invencionismo, Madí, vanguardia argentina.


1.- Introducción El llamado Arte Concreto-Invención (ACI), es un movimiento de vanguardia surgido en la Argentina en los años cuarenta del siglo XX y que con su aparición instaló un corpus teórico-práctico bien definido y heredero algunas de las corrientes artísticas, filosóficas y políticas más representativas del siglo pasado, a saber ideas racionalistas que conjugan el marxismo, el constructivismo ruso de los años 20, el neo-plasticismo, el denominado invencionismo y el arte abstracto y concreto proveniente del movimiento holandés “De Stijl”. En conjunto con lo anterior, en un sustrato conformado por las experiencias del creacionismo de Vicente Huidobro, el arte-constructivo de Torres-García en Uruguay, el invencionismo del argentino Edgard Bayley, la continuidad del arte concreto holandés a través del suizo Max Bill, a comienzos de los 40's, un grupo de jóvenes artistas argentinos, entre los que se haya Maldonado, toman como valores esenciales de su trabajo las nociones de invención y arte concreto, queriendo con ello poner en el centro de la creación artística el trabajo no mimético y referencial (invención y no representación) y las obras como objetos materiales cuyos valores están en sí mismos (materialidad abstracta y no figuración realista). Al respecto, Alejandro Crispiani dice: La versión teórica del invencionismo más considerada por la crítica de arte ha sido la de Tomás Maldonado, que está evidentemente muy vinculada al pensamiento de su hermano Edgard Bayley. Es la versión más militante, a veces provocadoramente frontal, y también la más precisa en relación con las fuentes que la informan. En la formulación del invecionismo plástico también intervinieron otros artistas, desde posiciones no siempre coincidentes pero tampoco contrarias a la de Maldonado, como Alfredo Hlito, Raúl Lozza y Manuel Espinoza. Además de los artículos de estos artistas, el corpus teórico del invencionismo se completa con el Manifiesto Invencionista y los textos programáticos sin autor que acompañaron los dos números de la revista de la Asociación Arte Concreto-Invención. (…)


los artistas invencionistas consideraban el ejercicio de la pintura concreta, o del arte concreto en general, como una práctica revolucionaria precisa, enmarcada, en teoría, en los lineamientos de acción del partido comunista y reflejo de la filosofía marxista que lo informaba. (Crispiani: 2011:91) Es así que a partir de estas ideas que continuán las líneas iniciadas por los constructivistas sovieticos y las ideas de Theo van Doesburg, el grupo autodenominado Asociación Arte Concreto-Invención (AACI), conformado por Edgard Bayley, Antonio Caraduje, Simón Contreras, Manuel Espinoza, Alfredo Hlito, Enio Iommi, Obdulio Landi, Raúl Lozza, Rembrandt Van Dick Lozza, Tomás Maldonado, Alberto Molemberg, Primaldo Mónaco, Oscar Núñez, Lidy Prati, Jorge Souza y Matilde Werbin, formula un sustento teórico que entronca con el pensamiento político de izquierda en general, el marxismo en particular y por un período con los lineamientos del Partido Comunista Argentino. Cómo se da este entroncamiento, cómo surge este grupo, cuál es el rol de Maldonado en términos de aglutinar iniciativas e impulsar el movimiento, es lo que describiremos sucintamente en la siguiente sección del texto. 2.- Entrada impetuosa del Arte Concreto-Invención En 1942 cuatro jóvenes artistas argentinos rompen formalmente relaciones con la oficialidad artística del Buenos Aires de esos años. Inspirados por los movimientos de vanguardia de la Europa de la primera mitad del siglo XX, escriben un manifiesto que lleno de idealismo e irreverencia juvenil irrumpe en forma de panfleto en el corazón del arte oficial argentino, el Salón Nacional de Artes Plásticas. Daniela Lucena relata: En la XXXII edición del Salón Nacional de Artes Plásticas del año 1942 un volante cuelga del marco del cuadro premiado. El texto del panfleto se titula Manifiesto de cuatro jóvenes y en él se critica la “mediocre” orientación artística consagrada por la institución oficial La proclama, firmada por cuatro estudiantes de Bellas Artes -Tomás Maldonado, Alfredo Hlito, Claudio Girola y Jorge Brito- termina con una contudente frase del pintor futurista italiano Carlo Carrá: es necesario suprimir a los imbéciles


en el arte”. El Salón Nacional, nacido en nuestro país en 1911, constituye como un espacio central para la consagración dentro del campo. Ser aceptados y premiados en el Salón implica para los artistas el reconocimiento del público, la crítica, el incipiente coleccionismo y las instituciones de enseñanza, la posibilidad de obtener becas, vender obras e ingresar en el circuito de exhibición de las galerías de la zona céntrica de Buenos Aires. Asimismo, a partir de sus aceptaciones y rechazos, el Salón delimita una estética dominante que es sostenida también por otras instituciones oficiales como el Museo, la Academia y la Comisión Nacional de Bellas Artes durante los años 10 y buena parte de la década del 20. (Lucena: 2011: 3) La anquilosada visión del arte oficial manifestada en los Salones Nacionales y en las actitudes de los profesores de la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano, con quiénes estos cuatro artistas tendrán una polémica ruptura que los llevará a abandonar la institución, provocan una desilución en ellos que queda manifiesta en el texto, desilución y agotamiento por el estancamiento en un realismo decimonónico sin proyección alguna. Pero a la vez el manifiesto es un gesto de ruptura que busca golpear al sistema instalado. A pesar de que la estructura oficial del arte argentino en esa época otorga espacio a ciertas manifestaciones de la nueva figuración, las escuelas, academias y los salones oficiales, en lo sustancial no son permeables a los movimientos modernos y se mantienen dentro de los marcos designados por una tradición fija. (Lucena: 2011: 34) En este entramado, el Manifiesto de Cuatro Jóvenes viene a constituirse en la expresión de una ruptura con el sistema del arte transandino del momento, una queja virulenta, pero serán otros textos y trabajos los que configurarán los lineamientos de estas propuestas al instalar temas de discusión sobre la modernidad en general y sobre aspectos puntuales, pero sustanciales con el fondo conceptual de estos artistas, como son la materialidad de la obra como valor esencial y la cuestión del marco recortado versus el tradicional espacio ortogonal.


Una actitud activa y racional guiará a estos artistas y al grupo mayor que conformará la AACI, generando no solo textos

si no que vehículos para ellos: revistas. En ellos

pondrán en juego todas sus intenciones que aglutinan los referentes teóricos que hemos mencionado más arriba. Como veremos, es un desprecio por el realismo y el romanticismo lo que mueve a estos artistas emergentes, pues consideran estas prácticas y sus implicancias sentimentales, relacionadas con los paradigmas anteriores de sensibilidad, inspiración de artista y emotividad, como esquemas desprendidos de la sociedad burguesa que no solo mantienen los valores propios de su estructura de desigualdad e injusticia, si no que impiden, en una actitud deprimente y exacerbadora de la individualidad, el surgimiento del nuevo hombre, nacido de la revolución, cuyo desarrollo llevará a la construcción de la nueva sociedad donde el arte será un eje de su sustento en base a los valores de racionalidad, claridad, alegría y colectividad. Aquí la noción de Invención es central: inventar es descubrir gracias al esfuerzo del ingenio humano, es imaginar; Invención en este contexto es creación pura, el objetivo al que debe apuntar la humanidad para crear un mundo mejor para todos. (Ver: Nelly Perazzo: “Tomás Maldonado y los orígenes de la Vanguardia Argentina” en Maldonado: 1997: 20) 3.- Caminos de búsqueda y establecimiento Luego de abandonar la Escuela Nacional de Bellas Artes, estos jóvenes buscan seguir su formación en academias y talleres particulares. Tomás Maldonado cruza el río y escoge el alero de Joaquín Torres García en Montevideo. Torres García es en aquel momento una figura reconocida en el arte de vanguardia de Sudamérica, pues ha participado de los grupos del nuevo arte en la Europa misma de entre guerras. Formado en París, Torres García se vincula con Mondrian, Van Doesburg y funda con el crítico francés Michel Seuphor el grupo Cercle et Carrè, una agrupación destinada a promover el arte abstracto y en el cual participaron Piet Mondrian, Jean Arp, Wassily Kandinsky, Georges Vantongerloo, Friedrich Vandemberge-Gildewart y Antoine Pevsner. Con este bagaje, el uruguayo construye un corpus artístico-estético que denomina Universalismo Constructivo, donde mezcla elementos que transfiere desde el cubismo, el neoplasticismo y el surrealismo, “y combina creativamente la abstracción y la


representación a través de la incorporación de símbolos dentro de las estructuras geométricas (…) Como puede observarse Maldonado elige el atelier de un artista respetado y solidamente formado y que cuenta con una importante trayectoria en los centros artísticos internacionales como miembro de movimientos vanguardistas. En el taller de Torres García se enseña composición, uso de la sección dorada, se debate sobre pintura abstracta y constructiva y se leen manifiestos de vanguardia, es decir, se enseña aquello que las academias oficiales de Buenos Aires ni siquiera se menciona.” (Lucena: 2011: 5-6) Como se ve, es a través de este maestro que Maldonado profundiza en su acercamiento a las corrientes de avanzada en el arte mundial de esos años. Aunque de izquierda, Torres García no es militante comunista y su pensamiento está más cercano a corrientes místicas como la teosofía que al marxismo, lo que marca una diferencia sustancial con los paradigmas de Maldonado y que finalmente llevarán a nuestro artista a alejarse del uruguayo. De hecho, posteriormente se producirá un enfrentamiento ideológico-estético entre ambos mediante ataques mutuos mediante textos.

En 1944 se edita en Buenos Aires la revista Arturo, editada por Carmelo Arden Quin, Rhod Rothfuss, Gyula Kosice y Edgard Bayley, todos artistas que adhieren a los nuevos


valores más progresistas del arte rioplatense y están vinculados a las ideas de invencionismo, abstracción

y arte concreto. Maldonado participa en el equipo de

trabajo y de hecho realiza la xilografía que será la portada. En esta revista, que solo se publica una vez, aparecen tres ejes conceptuales esenciales: la invención, idea que describimos más arriba, la visión de la historia del arte desde la óptica del materialismo dialéctico y el recurso del marco recortado, técnica que renuncia al marco ortogonal por considerarlo sugerente de un espacio virtual que distrae de los elementos concretos de la composicón plástica, elementos que a su vez son configurados y relacionados por ellos intrínsicamente con el marco recortado, cuya forma deriva de la estructuración con estos componentes. Cada uno de los artistas que mencionamos tiene una trayectoria que puede ser seguida y profundizada, pero aquí nos interesan como marco general donde podemos apreciar valores comunes hasta cierto momento y que configurarán el quehacer de Maldonado. Precisamente los gestores de Arturo, comenzarán en este gran conglomerado donde se comparten las ideas que hemos citado, pero pronto irán acentuando ciertas aristas que provocarán dos grandes esciciones, aunque no las únicas derivaciones, a partir del Invencionismo y el Arte Concreto tal como son definidos en la primera mitad de los 40 por estos intelectuales en Buenos Aires. En el año 45, Kosice, Arden Quin y Rothfuss hacen dos exposiciones que se consideran el punto de inflexión en la línea conceptual del gran grupo de artistas que hasta ese momento compartía, aunque mediante un rico abanico de matices, un gran eje estético ideológico. En estas exhibiciones están sustancialmente ausentes Maldonado y Bayley, así como la mujer del primero, la artista Lidi Prati. Es en ese momento en que Maldonado está perfilando con precisión una directriz que si bien parte de las ideas antes descritas, profundiza en una especificidad creadora centrada en el racionalismo, un materialismo estético exclusivamente preocupado de las formas concretas plásticas a la vez que asume un compromiso político sin vaguedad con el marxismo: ese mismo año Maldonado y su grupo se afilian oficialmente al Partido Comunista Argentino. En este proceso es que el argentino conforma la Asociación Arte Concreto-Invención (AACI), mientras que Arden Quin, Kosice y Rothfuss fundan el movimiento Madí, que por el contrario se apartan del racionalismo estricto, trabajan con elementos de la fantasía y el


juego, todo en una estética no sistemática como la de la AACI. Uno los posibles significados de la palabra Madí, según Daniela Lucena, es el de combinar las dos primeras sílabas de las palabras “materialismo dialéctico”, lo que se condice con que sus miembros adhieren a esta concepción marxista, sin embargo no es testimonio de su adhesión militante, lo que marca otra diferencia entre ambos grupos. Señalemos aquí también que las ideas sustentadoras de la AACI, que comparten con Madí el ámbito del concretismo y el constructivismo compositivo, tomarán un derrotero que les llevará a aplicar sus principios en las áreas del diseño y la arquitectura. 4.- Asociación Arte Concreto Invención y la consolidación de un ideario Como hemos visto, Maldonado toma un rumbo que se define claramente y podemos catalogar como un humanismo positivista, que busca en un acto polivalente integrar todos los quehaceres del saber humano para el beneficio de todos, en un idealismo utópico que hace suyos los valores de la modernidad, entiendo esta última como el ámbito del pensamiento en que la razón y la fe en la ciencia tienen un espacio primordial, heredero de la larga línea intelectual que recorre desde la Ilustración, pasa por el positivismo y llega hasta ciertas corrientes de la filosfía de la ciencia como el empirismo lógico del Círculo de Viena, lo mismo que la idea de progreso desde un punto de vista materialista marxista. Crispiani describe este trasfondo ideológico: En términos gernerales, el marxismo que va a informar la operación del invencionismo es lo que diversos autores han denomindado el “marxismo humanista” o, si se quiere, el período humanista del pensamiento de Marx, que en general abarca los llamados escritos juveniles, los Manuscritos económicos y filosóficos de 1844, la Contribución a la crítica a la filosofía del derecho de Hegel y la Tesis sobre Freuerbach, entre los escritos más importantes. Evidentemente, no son los únicos textos en los que se basan los invencionistas, o al menos Tomás Maldonado y Edgard Bayley, pero sí son los que muestran más cercanía con sus formulaciones y los que se


proveen las principales categorías con que van a llevar adelante su hacer artístico, a pesar de que las citas directas a textos de Marx son escasas en todos los autores invencionistas, excepto quizás el caso de Alfredo Hlito (…) (Crispiani: 2011: 99) El propio Maldonado dice en una entrevista de 2011: Desde jóven siempre me ha interesado mucho esta pluralidad de empeños en la vida cultural y en la vida artística e intelectual. Nunca me ha gustado encerrarme, siempre me he preguntado, cuando hacía una cosa determinada, cuales eran los efectos sobre otros ambitos de la reflexión cultural general, sociológica, filosófica y también política. Naturalmente los años 40 han sido muy particulares, después de la guerra, nosotros teníamos esa pasión extraordinaria por un protagonismo diverso, hasta un cierto utopismo, muy distinto a la situación posterior de gente que hace arte en función del mercado del arte, en ese momento (lo nuestro) era una gran aventura de juventud. El concretismo argentino, no solo mío, si no de Alfredo Hlito, Lidi Prati, de todo ese grupo, representaba una línea muy intelectualizada, se puede decir (…) (García: 2011: 07”- 1’20”)


“Bonjour Madame Diagonale”, 2000, Acrílico sobre tela, 80 x 80 cms.

A partir de allí, Maldonado construirá una carrera en la que combinará su creación plástica con la gestión y difusión de las actividades de la AACI, la teroría y la docencia y el proselitismo político, hasta su expulsión del partido comunista debido a su estética abstracta del arte concreto, que eliminaba las formas típicas del arte social clásico de los partidos de izquierda, donde la excepción que marcan sus collages fotográficos para la revista Orientación, órgano oficial del partido, que trataron de conjugar lo representativo con un sentido constructivista de la composición, no constituyeron un corpus que solventara dicha diferencia. En 1946 se publica el Manifiesto Invencionista, que plasma todas la ideas que hemos mencionado hasta ahora sobre

no representatividad, concretismo, invencionismo,

estética racional y creación colectiva. Este texto, escrito con motivo de la primera exposición del grupo, aparece en la Revista Arte Concreto – Invención, publicada por la AACI. Luego, debido a su vocación integradora y humanista, Maldonado comenzará un largo camino hacia disciplinas que a través de valores estéticos buscan el bienestar social, como son el diseño y la arquitectura, lo que lo lleva en 1949 a publicar un primer artículo sobre diseño, donde ve una distancia entre arte y sociedad que debe ser salvada.


Esta vocación da otro paso de consolidación en 1951 cuando funda junto a Hlito la revista Nueva Visión, dedicada al diseño, la comunicación y la arquitectura. A mediados de los años 50 abandonará la creación pictórica solo para retomarla hacia el año 2000. Previamente, en 1948 realiza un viaje a Europa donde se encuentra con “los representantes europeos del arte concreto, de la arquitectura moderna y del diseño. Georges Vantongerloo, Van de Velde, Max Bill, Vordemberge-Gildewart, Max Huber, Richard Paul Lhose. El Bauhaus con sus fundadores y egresados, Carlos Vivarelli y decenas de otras personalidades (…) Es el momento en que Maldonado comienza a afianzarse como pintor concreto, como educador y como diseñador”. (Carlos A. Méndez Mosquera: Introducción en Maldonado: 1997: 11) Justamente es Max Bill quien lo invita a participar como docente en la Hochschule für Gestaltung en Ulm, Alemania, donde desarrollará una profunda y profusa carrera académica que lo consagra en el ámbito del diseño y la teoría. Permanecerá allí hasta el año 1967, donde llegará a ser el director de la institución. Atrás han quedado los años de la pintura concreta bonaerense, pero el argentino ha profundizado en la introducción de temáticas científicas en los estudios de diseño, a la vez que sus publicaciones se constituyen en referencias sobre materias de diseño, arquitectura, comunicación y semiótica. De estos escritos teóricos destacan los textos escritos desde 1946 a 1974, compilados en Vanguardia y Racionalidad. Artículos, ensayos y otros escritos y en Escritos preulmianos. Entre 1967 y 1969 preside el Comité Ejecutivo del International Council of Societies of Industrial Design. En 1971, es nombrado Profesor de Planeamiento Ambiental en la Universidad de Bologna, Italia, país donde sigue su carrera. En 1984 visita la Argentina donde promueve la creación de las carreras de Diseño Gráfico y Diseño Industrial en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires. A mediados de los años ochenta es nombrado Profesor Honorario de la Universidad de Buenos Aires y entre 1992 y 1997 se desempeña como Profesor Consulto y Director del Departamento de Diseño Industrial del Politécnico de Milán.


Su destacada trayectoria en el diseño y su vuelta a la pintura en el 2000, hacen que se le dediquen sendas exposiciones en el Museo Nacional de Bellas Artes en Buenos Aires en 2007, abarcando precisamente ambas caras de su trabajo: Tomás Maldonado. Un itinerario, producida por el MNBA y Modelos de Ulm, el diseño de la nueva Alemania / 1953 – 1968, organizada por el Museo de Ulm, dos exposiciones que se efectuaron en el marco de las celebraciones de los 110 años de esta institución museística trasandina. 5.- Conclusión La figura significativa de Tomás Maldonado demuestra una permanencia en el tiempo gracias a sus aportes relevantes en las áreas que le competen, cruzando espacios y momentos destacados del quehacer artístico e intelectual tanto en Sudamérica como Europa. Su coherencia conceptual se mantiene a lo largo de su carrera, sin significar un estancamiento o un estrechamiento de la mirada, pues ha dejado atrás algunas concepciones para incorporar otros intereses, siempre manteniendo una directriz general vinculada al trabajo guiado por la inquietud racional y esclarecedora en el pensamiento. Rescatamos de esos años del ACI el impulso juvenil, lleno de entusiasmo por lo nuevo, una prolongación de los valores de las primeras vanguardias europeas del cambio de siglo del XIX al XX; como dice Robert Hughes: “¿Qué era lo que tenía la vanguardia en 1890 y que ha perdido nuestra cultura en 1980? Ebullición, idealismo, confianza, la creencia de que había territorio de sobra para explorar y, por encima de todo, la sensación de que el arte, de la manera más noble y desinteresada, podía encontrar las metáforas necesarias para explicarles a sus habitantes un cambio radical en la civilización”. (Hughes: 2000: 9) Justamente el influjo de este espíritu es el que apreciamos en Maldonado, que en su trabajo demuestra una inquietud constante, un actitud de búsqueda que lo lleva no solo a transferir elementos plásticos desde el constructivismo ruso o el Stijl, si no que a configurar un discurso coherente, donde estos elementos son herramientas para su propio programa, que como hemos visto, abarca la creación artística y los ámbitos de la teoría, el diseño y la semiótica. Esa voluntad es tal vez la razón por la que su quehacer posterior a la etapa concretista, revisada


someramente aquí, revela aportes novedosos y significativos en las áreas que aborda, como por ejemplo su afán por romper la exclusiva atención a los componentes artísticos del diseño para entregarle a esta rama creativa un carácter que nos es muy actual, a saber la de una disciplina donde la funcionalidad está a la par con valores puramente estéticos. Otro rasgo de esta clara visión son sus lúcidos textos semióticos donde destacamos su interesante visión respecto de las nuevas tecnologías y los nuevos paradigmas estéticos que se desprenden de ellas, sabiendo entramarlas con el bagaje de la cultura occidental en su totalidad, como lo demuestra en Lo real y lo virtual. Este Maldonado, que se para como faro en el entorno digital y del ciberespacio es el que nos llama a una investigación futura. Referencias: Crispiani, Alejandro. Objetos para transformar el mundo. Santiago de Chile: Ediciones ARQ, Escuela de Arquitectura, Pontificia Universidad Católica de Chile, 2011. Medio impreso. García, María Amalia. Conversando con Tomás Maldonado. Madrid: Fundación Cisneros / Colección Patrica Phelps de Cisneros, 2011. Medio audiovisual, link visitado en Agosto de 2012: http://www.youtube.com/watch?v=Ii0RK1lIBKU Hughes, Robert. El impacto de lo nuevo. El arte en el siglo XX. Barcelona: Editorial Galaxia Gutemberg-Círculo de Lectores, 2000. Medio Impreso Lucena, Daniela. La irrupción del Arte Concreto-Invención en el campo artístico de Buenos Aires (1942-1948). Artículo publicado en el EUROPEAN REVIEW OF ARTISTIC STUDIES, 2011, vol.2, n.4, pp. 78-102, 2011. Medio digital, link de descarga visitado en Agosto de 2012: http://www.eras.utad.pt/docs/Articulo%20Lucena%20ERAS.pdf.


Maldonado, Tomás. Escritos Preulmianos. Buenos Aires: Ediciones Infinito, 1997. Medio impreso.

Bibliografía complementaria: Lucena, Daniela. Arte y diseño argentino: vínculos entre la vanguardia concreta y el constructivismo ruso. Ponencia, Universidad de Buenos Aires, Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo. Medio digital, link de descarga visitado en Agosto de 2012: http://webiigg.sociales.uba.ar/iigg/jovenes_investigadores/4jornadasjovenes/EJES/Ej e%204%20Objetos%20culturales%20Arte%20Estetica/Ponencias%20eje%204/LUCEN A%20DANIELA.pdf Lucena, Daniela. Arte y revolución: Sobre los montajes olvidados de Tomás Maldonado. Revista digital www.izquierdas.cl, N°13, agosto 2012, ISSN 0718-5049 pp. 18-28.

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2012:

http://www.izquierdas.cl/revista/wp-content/uploads/2012/07/Daniela-Lucena2.pdf Devalle, Verónica. Hacia la síntesis de las artes. El proyecto cultural y artístico de la revista Nueva Visión. Buenos Aires, Revista Anclajes, XIII.13 (diciembre 2009) ISSN 0329-3807.

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2012:

http://www.scielo.org.ar/scielo.php?pid=S185146692009000100004&script=sci_artte xt Maldonado, Tomás. Lo real y lo virtual. Barcelona: Editorial Gedisa, 1999. Medio impreso.


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