Arquitectura & Bosque

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ARQUITECTURA & BOSQUE

En la Sierra Nevada Đ Santa Marta

Juana Londoño Niño


Mapa de la Sierra Nevada de Santa Marta

Copyright © 2012 Juana Londoño Niño. Todos los derechos Reservados.

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ARQUITECTURA Y BOSQUE EN LA SIERRA NEVADA Đ SANTA MARTA Juana Londoño Niño Textos y Dibujos

CREDITOS Y AGRADECIMIENTOS Diseño y diagramación: Manuel Salazar Serje

Traducción de español a alemán: Paula Torres Londoño Heidi Beck-Nörr

Traducción de español a inglés: Ángela Posada-Swafford

Contribución con/en textos: Mama Jacinto Zarabata Mama Santos Moscote Mama José Zarabata Paula Torres Londoño Roberto José Londoño Fernando Salazar Holguín

Agradecimientos:

Embajada De Colombia En Alemania Embajador Juan Mayr Maldonado Laura Arango Blanco, Encargada de Asuntos Culturales. Almuth Zuber, Traductora. Círculo De Amistad Colombo-Alemán-Stuttgart Stiftung Entwicklungs-Zusammenarbeit Baden-Württemberg (SEZ) Juanita Cárdenas Ricardo Rey Cervantes Anamaria Londoño Niño Juana Valentina Rey Londoño Ricardo Rey Londoño Pedro Londoño Niño

José de los Santos Sauna, Cabildo Gobernador Organización Gonawindúa Tayrona Fundación Pro Sierra Nevada de Santa Marta

Copyright © 2012 Juana Londoño Niño. Todos los derechos Reservados.

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Failej贸n [Espeletia schultii]


CONTENIDO A continuación se presentan parte de los textos y de los dibujos realizados para la exposición “Arquitectura y Bosque en la Sierra Nevada de Santa Marta” a la cual fui invitada por Juan Mayr Maldonado, actual Embajador de Colombia en Alemania, en Noviembre de 2012. Además de los textos sobre Arquitectura y Bosque, incluyo un mensaje de parte de las Autoridades Mayores Kogui sobre el bosque, una reflexión acerca de la Arquitectura escrita por mi hermano Roberto José y un escrito sobre las Mujeres de la Sierra a quienes siempre llevo presente. La Sierra Nevada es el corazón del mundo y es responsabilidad de todos, que este corazón se mantenga vivo. MENSAJE DE LOS MAMAS DE LA SIERRA NEVADA DE SANTA MARTA por Mama Jacinto Sarabata, Mama Santos Moscote, Mama José Zarabata

ARQUITECTURA / CRÓNICA DE UN ACUERDO por Juana Londoño Niño

BOSQUE/ RESPIRACIÓN – FLOR por Juana Londoño Niño

LAS MUJERES DE LA SIERRA por Juana Londoño Niño

REFLEXIÓN/ PREGUNTAS A LA ARQUITECTURA por Roberto José Londoño Niño

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MENSAJE DE LOS MAMAS DE LA SIERRA NEVADA Por Mama Jacinto Zarabata, Mama Santos Moscote, Mama JosĂŠ Zarabata


¿POR QUÉ SE DEBE CUIDAR EL BOSQUE? - EL BOSQUE ES EL VESTIDO DE LA MADRE. (Traducción Cabildo Gobernador José de los Santos Sauna.)

Los Mamas de la Sierra Nevada de Santa Marta, todo el tiempo le están hablando al hermanito menor de cuidar y respetar la naturaleza: el bosque, los ríos, las piedras, el viento, todo lo que hace parte de nuestro mundo, lo que es para ellos la Madre Tierra. Hablan de esto, porque para ellos, el hombre es naturaleza, nosotros somos los arboles que forman el bosque, el agua que es rio, la roca que se vuelve piedra, la brisa que corre, la candela que arde en el fogón. Dicen que si no se cuida la naturaleza, se acaba la historia y el conocimiento de la naturaleza. ¿Por qué se acaba la historia? Porque en cada elemento de la naturaleza está escrito como se debe trabajar y vivir para mantener viva la Madre Tierra y para mantenernos sanos nosotros como personas. Si se pierden esas leyes entonces los hombres no van a poder cumplirle a la naturaleza, no van a saber qué hacer y solo le van a llegar problemas. Sin bosque ¿cómo pedir permiso para respirar y para todo lo que se necesita? En el bosque hay diversidad de elementos para los humanos, ahí viven todas las cosas que los hombres estudian y es de donde le surgen los pensamientos, entonces sin naturaleza no habría que estudiar, los hombres no tendrían pensamientos, serian hombres sin pensamientos y sin preguntas.

Si se acaba el bosque también se acabarían las autoridades que controlan la naturaleza, porque dentro de los arboles hay autoridades que controlan el que los ríos no se salgan de su cauce, así como los Mamas controlan espiritualmente a su comunidad para que vayan por un solo camino, porque cuando las personas tratan de coger el camino de otros, se pierden y no encuentran su felicidad.

Los árboles son personas y las personas son árboles. Sin bosque, nosotros como personas nos veríamos como arboles y empezaríamos a utilizarnos como utilizamos el bosque, así la gente no podría vivir. Cuando se necesitara madera, las personas cogerían a otras personas como leña, los nacimientos de agua empezarían a enfermarse y las personas empezarían a pelear para no quedarse sin agua.

Si se acaba el bosque, no habría paz, todo seria calor completo. No habría sombra, solo habría guerra, en la sombra hay paz por lo que no hay calor, el bosque por eso no solo produce sombra sino que produce paz, por eso es que hay que cuidar el bosque.


ARQUITECTURA: Crónica de un acuerdo Por Juana Londoño Niño


Hacer una casa implica un acuerdo:

No solo con la historia (nuestro origen, el del territorio y su cultura), Sino tambi茅n con el sitio y las piedras del lugar; Con el Sol;

Con el Bosque;

Con los otros pueblos, nuestros hermanos; Con los hombres y los animales; Con lo negativo (el diablo), con la cabeza y el cuerpo;

Y finalmente, con el coraz贸n de la Tierra.



ACUERDO CON LA HISTORIA.

En el Origen, Serankua puso dos hilos en cruz, que levantó para crear la Sierra Nevada, el corazón del Mundo.

En cada uno de los cuatro puntos de la cruz hay un hombre que se llama Shicuacala, que está cargando la Tierra. A cada Shicuacala se le paga con retribuciones espirituales para que evite el temblor de tierra.

Pagar es devolver, es reconocer, es agradecer, es una retribución espiritual a la naturaleza por el uso que hacemos de sus elementos. Con esto se garantiza el equilibrio natural y el bienestar social.

A las personas cuando el Mama les pone una aseguranza (un hilo que se amarra en la muñeca para protegerla), se le hacen dos nudos: uno para evitar los temblores de tierra, y otro para asegurar el corazón de la persona. Asegurar es prevenir, es proteger, es acompañar por el camino.

Para trazar la casa donde iban a vivir sus cuatro hijos, la Madre clavó su huso sobre este Territorio, en el sitio de Kaludsankua, una piedra sagrada en la Cuchilla del Palomino. Y, partiendo de Shicaje –Riohacha- dibujó un círculo.

Así, a cada uno de sus hijos, los cuatro pueblos indígenas que habitan hoy la Sierra (Kogui, Wiwa, Arhuaco y Kankuamo), le tocó una parte del Territorio. Y con ésta, uno de los cuatro puntos principales desde donde ellos iban a poder comunicar su origen, y que iba a ser un punto central dónde reunirse. Estos puntos se llaman Eswamas, y corresponden a picos o cerros sobresalientes en la Sierra.


Desde los cuatro Eswamas los Mamas reconstruyen permanentemente el equilibrio entre lo material y lo espiritual, y se comunican con el Mundo Espiritual (el mundo de los pensamientos y las ideas), que es donde está el Origen.

Además de los Eswamas, hay otros sitios sagrados, cuya función es mantener a las especies animales y vegetales. Los sitios sagrados están no solo sobre el círculo o Línea Negra que delimita el Territorio en la parte alta (lagunas), sino también en las partes bajas (desembocaduras de los ríos). La conexión entre estos puntos es lo que asegura que se pueda dar y que se mantenga el equilibrio material y espiritual del mundo. Asegurar estas conexiones entre lo tangible y lo intangible, y dar las normas de cómo intervenir en el Territorio, es lo que dicta la Ley de Origen.

En las lagunas sagradas se hace pagamento con piedras y caracoles de mar. En las desembocaduras de los ríos se hace pagamento con piedras y semillas de páramo.

Para la permanencia de la cultura y de su hogar natural, que es la Sierra Nevada, se considera vital el control total de cada uno de los sitios sagrados. En especial los que conforman la Línea Negra. Lograr esto dentro de un mundo cambiante y lleno de fuerzas e intereses encontrados requiere un esfuerzo continuo de concertación/acuerdos, en los que se defina su manejo, y en algunos casos, su restauración. Si se pierden las prácticas culturales no puede asegurarse la conservación de la naturaleza. Si se olvida la historia, se olvida cómo construir una casa.


ACUERDO CON EL SITIO Y LAS PIEDRAS DEL LUGAR.

Se escoge el sitio donde se va a levantar la casa a través de adivinación. Es decir, para que no vaya a traer enfermedades o causar derrumbes, y que no vaya a causar daño a un sitio sagrado. A ese sitio escogido se le hace un trabajo de mortuoria “Iza Aqueshi”, que consiste en sanarlo para que quede en limpio y en positivo, tocando el alma de seres que han muerto en ese sitio.

A partir de aquí se hace mentalmente toda la construcción de la casa. Se le pone la madera, se embarra y se empalma. Una vez terminado este trabajo, se inicia la construcción en material.

Todo lo que existe en el mundo material viene del mundo espiritual.

La Sierra es un Territorio sagrado, y por esto cada uno de los elementos que se encuentran dentro de ella es importante y tiene su razón de ser. Es un lugar antiguo donde todavía se encuentran tramos de caminos que alguna vez conectaron cada pueblo con el resto de la Sierra, restos de muros que sostuvieron las construcciones de los antiguos pobladores, y piedras que marcaron lo que alguna vez fue una entrada. Parte del acuerdo con las piedras está en identificar y recuperar su significado: las que eran personas, las que eran guardianes de los muros, las que representaban un animal como el tigre, las que eran candela o señalaban algún punto más adelante . En la construcción de una casa, es con una piedra que se marca el centro del círculo, se delimita y protege su interior, se organiza la entrada, se protegen los horcones de la humedad de la Tierra y se arma el fogón que la calienta la casa. Los horcones son maderos verticales que sostienen la cubierta de la casa. Son de piedra también los asientos donde se sientan los mayores a trabajar en la adivinación, las aseguranzas que cada quien lleva en sus mochilas, los collares antiguos de las mujeres y algunos sitios sagrados donde se dejó escrita la historia.



ACUERDO CON EL SOL.

Para trazar el círculo que conforma una casa se parte igualmente de un centro. En este centro se entierra una piedrita como pagamento para que se mantenga la conexión entre el mundo material y espiritual.

Utilizando un bejuco, se traza un círculo. La medida del radio de la casa se determina midiendo lo que da una brazada y media (aprox 2,60 mts). Se localizan los cuatro puntos cardinales, y a partir de éstos se ubican los cuatro horcones principales en cada cuadrante. La entrada generalmente esta orientada hacia la salida del Sol.

Antes de enterrar los cuatro horcones principales se ponen lajas de piedra para evitar que los horcones se pudran en su base. La profundidad del horcón se calcula midiendo lo que dan dos manos. Para los horcones se utiliza generalmente palma boba, por su resistencia a la humedad. A una casa se le ponen muchos horcones por dentro para que no nazcan los niños sin brazos.



Cada pueblo tiene una autoridad mayor, que es el Mama, que quiere decir también el Sol. El Mama orienta, dirige y aconseja a su comunidad en lo espiritual. A su vez, la comunidad alimenta al Mama en material a través de la comida, y la leña que le lleva para el fogón. En un pueblo la primera construcción es la Cansamaría, o Templo Ceremonial del Mama. A esta le sigue la Casa Ceremonial de la mujer. Estos son los espacios de reunión desde donde se organiza a la comunidad. En la Cansamaría del Mama se reúnen los hombres a deliberar de noche, al lado del fogón. Al otro día se llevan a la loma, al exterior, los acuerdos a los que se llegó en el interior de la Cansamaría. Los Mamas aquí, a través de un trabajo de adivinación, revisan y ratifican los acuerdos y se delegan las tareas establecidas colectivamente. En su templo ceremonial, las mujeres se reúnen a cocinar, conversar y bailar al ritmo de su tambor.


Muchos cerros se consideran también Casas Ceremoniales, que serían templos donde viven los guardianes de la Tierra. La Cansamaría de los hombres es la única construcción que tiene dos puertas. Desde allí se contempla no solo la salida del Sol, sino también la llegada del Ocaso. Según el “linaje” al cual pertenezca cada individuo, este entra o sale por una de las puertas del templo. De igual forma, según el linaje se ubican las viviendas dentro del pueblo, a un lado o al otro de la Cansamaría.

Los linajes son los guardianes de los Eswamas y de los sitios sagrados dentro del Territorio. Los linajes tienen el mandato de alimentar y conservar estos sitios sagrados, siguiendo la tradición de un conocimiento ancestral. De esta forma, en la construcción del pueblo se refleja cómo cada individuo tiene un lugar y una razón de ser dentro del Territorio que habita.



ACUERDO CON EL BOSQUE.

Para los indígenas, los horcones representan personas. Las personas son árboles, y los árboles son personas. Si las personas respiran odio o rabia, el bosque recibe esa respiración y se seca, se enferma. Por eso la importancia de cumplir con los trabajos tradicionales. Parte de estos trabajos es el “confieso” que consiste en identificar los pensamientos negativos y transformarlos en pensamientos positivos.

Antes de cortar la madera se debe hacer un acuerdo con el Jefe del Bosque. Cada elemento dentro de la naturaleza tiene un Jefe que es el encargado de cuidar esas distintas naturalezas. El Jefe del Bosque se llama Kalashe – Kalabia.

Kalashe es el hombre y Kalabia es la mujer. ‘kala’ viene del nombre de la paja con que tradicionalmente se techan los ranchos en las partes altas de la Sierra. Al Jefe del Bosque se le paga con cuarzos verdes o con ‘tumas’, que son piedras antiguas talladas con las que se realizaban los rituales de pagamento.


Al mismo tiempo, antes de iniciar el corte de la madera, se le ‘paga’ a las herramientas que se van a utilizar para el trabajo: hacha y machetes, principalmente. Toda la madera debe cortarse en menguante.



ACUERDO CON LOS OTROS PUEBLOS (Nuestros hermanos)

Una vez ubicados los horcones, se pone sobre el piso y al interior del círculo un bejuco grueso de 8 a 10 cm de diámetro. Lo que va a ser el techo se arma en el suelo sobre este bejuco, que actúa como viga de amarre.

A partir de aquí se comienza a armar la estructura, partiendo de los cuatro horcones principales. Se hacen dos cruces sobre el suelo, que después se levantan y se aseguran con dos caballetes. Después se colocan dos horquetas para darle más estabilidad al rancho.

Cada una de las cuatro varas representa a cada uno de los pueblos indígenas de la Sierra: Kogui, Arzario, Arhuaco y Kankuamo. Su unión en el caballete representa la unificación de los cuatro pueblos indígenas de la Sierra.



ACUERDO ENTRE LOS HOMBRES Y LOS ANIMALES.

Después que se tiene la estructura principal, se pone el resto de las varas de la cubierta de la casa. Para los indígenas, estas varas representan los cabos y los comisarios, que son también autoridades y están nombradas por los Mamas para hacer que los trabajos materiales se cumplan.

Puestas las varas se procede a colocar los bejucos donde se va a enganchar la palma o la paja.

La distancia entre los bejucos depende del material que se vaya a utilizar para techar. Esta la paja o palma de las variedades iraca, cola de gallo, maquenque, tagua y amarga.



AsĂ­ como los horcones son personas, las varas son los brazos estirados que sostienen en lo alto los animales que representan a cada etnia.


ACUERDO CON LO NEGATIVO (Diablo).

En los templos ceremoniales se colocan otros niveles adicionales, hasta tener los diferentes animales que existen en la naturaleza: animales de cuatro patas, de dos, que vuelan, o que viven en el agua. En las construcciones sencillas, se colocan en la mitad y en la parte superior de la cubierta dos palos en forma de cruz que van sostenidos por un bejuco. La cruz intermedia señala la entrada y a su vez ayuda a que la estructura no se doble por el peso del material. Para los indígenas esta cruz es una forma de evitar que lo negativo entre dentro de la casa. Y es también una forma de representar el corazón de los animales que habitan en esta casa. La cruz se repite en la forma como se arma el telar con el que se teje la ropa y también en la forma como los hombres se tercian las dos mochilas en la espalda.

En los templos ceremoniales se colocan otros niveles adicionales, hasta tener los diferentes animales que existen en la naturaleza: animales de cuatro patas, de dos, que vuelan, o que viven en el agua.



Los animales también tienen un lugar dentro de la casa y dentro de la organización.

Se dividen entre los que se consideran femeninos y los que son masculinos, y a cada quién, desde su origen, le corresponde un animal.

A los animales se les deben hacer ofrendas. Si se cumple con este requisito no hay nada que temer y el animal defenderá a la persona contra enfermedades y desgracias.


ACUERDO ENTRE LA CABEZA Y EL CUERPO.

Una vez amarrada la estructura en el suelo se procede a levantarla para amarrarla a los horcones. DespuĂŠs de amarrar la cubierta se procede a poner los aleros, que para los indĂ­genas representan a los vasallos.


Para terminar la estructura del techo, o cubierta, se colocan los “cachos” en la parte superior de la cubierta, que ayudan a evitar problemas de torsión de esta estructura.

Estos cachos marcan igualmente la entrada, y aquí se les coloca un tejido que representa el murciélago para asegurar la fertilidad de la familia y de las cosechas.

En los pueblos más tradicionales se colocan unas ollas en estos cachos que simbolizan el alimento para los animales que habitan/ conviven en espíritu dentro de la casa.



Terminando de colocar la palma o la paja de la cubierta, se inicia con el cerramiento de las paredes. Las viviendas por lo general se cierran con bahareque y las Cansamarías con un tejido que se hace trenzando la caña lata. También se ven cerramientos en listones de palmas, guadua, caña lata, pero son menos comunes.

Se inicia primero con el cerramiento en palma de la cubierta y una vez terminado se inicia con las paredes del rancho. Tejer es una actividad diaria. Es como pensar.

Se hace para trenzar la fibra que va a proteger la casa desde el exterior; para hilar el fique o el algodón con el que se elaboran las mochilas que identifican con sus distintos motivos a cada individuo con su linaje; para envolver sobre el telar el hilo blanco con el que se hace la ropa de vestir. Cada día se entretejen los pensamientos. Por eso se busca que estén ordenados, en harmonía, como hilos claros y desenredados.


ACUERDO CON EL CORAZÓN DE LA TIERRA.

Antes de entrar a habitar la casa hay que bautizarla, para asegurar que aquí se va a poder llevar una vida tranquila. Antes de prender el fogón se mete el humo de los diferentes helechos para sacar todas las enfermedades como rasquiña, fiebre, dolor de cabeza. Después, donde va a ir la candela, se paga con piedras rojas. Entonces sí se puede poner el fogón. Por último, se construye una troja que es una enramada de palos donde se sube la leña en invierno para ponerla a secar. Si no se hace esta troja, dicen los indígenas, los niños nacen sin tripas ni corazón.

DEL CORAZÓN ES QUE NACEN LOS PENSAMIENTOS QUE ALIMENTAN EL MUNDO. EL FOGÓN ES EL CORAZÓN QUE MANTIENE VIVA LA CASA. LA SIERRA NEVADA ES EL CORAZÓN QUE MANTIENE VIVA LA TIERRA.




BOSQUE: Respiración - Flor Por Juana Londoño Niño


Respiración - Flor El entorno nace de adentro; es un reflejo de nuestro interior. Con lo que hacemos, con lo que pensamos, con lo que respiramos, alimentamos lo que está afuera; alimentamos o enfermamos al bosque.

El bosque recibe nuestra respiración. Por eso hay que concentrarse y purificar los pensamientos, para poder alimentar bien el bosque. Concentrarse es llegar a tener claro el hilo del pensamiento. No es irse por las ramas. Es buscar coger el camino y desde ahí empezar a caminar. Purificar es limpiar ese camino, identificar lo que es negativo de lo que es positivo y así poderlo transformar. Alimentar es entregar, es darle al bosque comida para que crezca, para que guarde agua, para que proteja a los animales. Porque el bosque no solo se alimenta de cosas materiales sino también de los pensamientos que nacen en el mundo de lo espiritual y lo intangible. Cada persona debe cuidar sus pensamientos para que no dañen, para que el color de las flores en verano no se pierda y la fuerza de los ríos en invierno los siga llevando hasta las desembocaduras, a encontrarse con el mar.

El bosque manda semillas al mar a través de los ríos. Ese es un alimento que se encuentra en las desembocaduras. Es la forma como el bosque le retribuye al mar por el agua que este le lleva para que crezca. Porque en el mar se forman las nubes que luego se vuelven lluvia y que bañan al bosque. La lluvia se vuelve agua y el agua es río, es camino, es el destino que se teje cada día y en cada piedra, mientras se oscurece. El bosque de la Sierra Nevada es un tesoro. Aquí se pueden encontrar los árboles y los animales que nacen y crecen al lado

del mar, y también los que se esconden en medio de la neblina, arriba entre las piedras del páramo.

Abajo están los arboles que tienen espinas y hojas pequeñas porque llueve poco. Están los árboles de cuyas cortezas se extraen los tintes con que se pintan de rayas las mochilas1. Y también árboles de olor como la bija2, que se quema en semana santa, el guayabo silvestre3 que se caracteriza por la dureza de su corteza, o las ceibas4 que sobresalen por encima de los demás y dan color con sus flores. A este bosque llegan del norte pájaros que vienen cruzando el océano5 y conviven con cangrejos y venados6 , unos de mar y otros de tierra.

Más arriba, el bosque empieza a volverse húmedo y los árboles crecen de mayor tamaño. Por eso aquí hay muchos árboles que se consideran guardianes. Como el caracolí7, que además de proteger el nacimiento de los ríos y las quebradas, se utiliza por los pescadores para construir los bongos o canoas con que van a pescar al mar. Nace también el higuerón8, que en lengua de los Arzarios se llama zhangó y que significa tierra templada, porque este árbol señala el territorio que corresponde a los Wiwa. Crecen aquí también árboles de maderas duras y finas como el roble rosado9 o el guayacán amarillo y otros como el aguacate10, que todos los años, a mitad del año, llenan de comida el bosque y atraen animales como el ñeque o la guartinaja11 que comen de este fruto. Antes de llegar a climas muy fríos se encuentra el bosque húmedo. Esta es la casa de las palmas, aquí viven la taguas donde las oropéndolas12 hacen sus nidos tejidos en forma de mochilas colgantes; la chonta, que tiene un tronco cubierto de espinas con


el que los Mamas hacen sus bastones de mando o el marco de los telares; y la palma cola de gallo, que bota unas semillas que son alimento para los pájaros del lugar. Además de las taguas13, se encuentran árboles de corazón firme como el cedro que se utiliza para hacer el cabo de las hachas y los trapiches donde se muele la caña de azúcar y árboles ceremoniales como el kanji, que es alimento que comen los Mamas durante sus rituales.

Aquí también vive el tigre14, que es una autoridad igual que el Mama, porque los animales tienen cargos dentro del bosque así como las personas tienen responsabilidades dentro de su comunidad. Viven el armadillo y el puercoespín15 , que a veces clava sus espinas al tigre, y los manaos16 que van en manada a buscar comida, haciendo retumbar el bosque. En el páramo y entre las piedras nacen el agua y las plantas medicinales que se buscan para curar las enfermedades. Por eso el páramo huele a tusilago17, romero y frailejón18. En este lugar, que es el más alto antes que la Sierra se convierta en nevado, están las lagunas, que son sagradas porque son la casa donde nace el agua. Aquí se suben pagamentos que se preparan a nivel del mar porque el páramo se alimenta de caracoles y de conchas y el mar de piedras y plantas del páramo.

El bosque es tradición, es historia. Aquí no solo están los árboles que llenan de color las montañas sino también las autoridades, los guardianes del Territorio y las semillas sagradas que se comen en las fiestas o se recogen en las playas. El que conoce el bosque sabe que aquí está la Ley de la Naturaleza y por eso lo respeta y lo cuida. Esa Ley que como dice Ramón Gil autoridad mayor Wiwa de la Sierra Nevada de Santa Marta, dice es así: “Un aguacate, un cedro y un higuerón no se pelean; más bien se ayudan, se dan sombra entre ellos, dan fresco, dan fruta y con esto se alimenta uno; los animales también vienen y comen. Cuando llueve guardan en las raíces agua, y si uno cava encuentra agua, y esa agua se queda en la tierra y sirve para todos beberla. Como produce vapor, produce nubes que suben y luego se vuelven lluvia con la que se llenan las lagunas, y las lagunas reparten esa agua para todos lados, para todos,

para que nadie se quede sin agua; ni aguacate pelea con cedro ni con higuerón: más bien las hojas que caen del aguacate le sirven al higuerón…”

Nombres en latin de las especies de plantas y animales. Por Fernando Salazar Holguín

1. Dividivi (Caesalpinia coriaria) y palo de Brasil (Haematoxylum brasiletto) de la familia Fabaceae o Leguminosas. 2. Bija o palo santo (Bursera graveolens), de la familia de las Burseraceae. 3. Guayabo (Psidium guajava), Myrtaceae. 4. Ceiba pentandra, de la familia Malvaceae. 5. A la Sierra Nevada y sus alrededores llegan desde Norteamérica todos los años, escapando del invierno del hemisferio norte, miles de aves de casi un centenar de especies entre las que se cuentan águilas pescadoras (Pandion haliaetus), halcones peregrinos (Falco peregrinus) y numerosas aves canoras. 6. El venado de cola blanca o de cornamenta es el Odocoileus virginianus que vive en los bosques secos de las partes bajas y en los páramos, y también hay venados del género Mazama en los bosques de clima medio. 7. Caracolí (Anacardium excelsum) de la familia Anacardiaceae. 8. Existen numerosas especies de higuerones, del género Ficus de la familia Moraceae. 9. El roble rosado es Tabebuia rosea y el guayacán amarillo Tabebuia chrysantha, de la familia Bignoniaceae. 10. Persea americana de la familia Lauraceae. 11. Ñeque (Dasyprocta punctata) y guartinaja (Agouti paca), roedores. 12. Cacicus leucoramphus de la familia Icteridae. 13. Dictyocaryum lamarckianum de la familia Palmae. 14. Tigre o jaguar (Panthera onca). 15. Armadillo (Dasypus novemcinctus) y puercoespín (Coendou prehensilis) 16. El manao o cerdo de manada (Tayassu pecari) y el saíno o pecarí de collar (Pecari tajacu). 17. Tussilago farfara de la familia Asteraceae, nativo de Eurasia, y Rosmarinus officinalis, de la familia Lamiaceae, introducidos en América como plantas medicinales. 18. Frailejones de los géneros Espeletia y Libanothamnus, este último ramificado y arborescente.



Las mujeres de la Sierra. Muchas mujeres han sido y son parte de la vida de la Sierra. Cada una ha llegado o ha nacido en esta Tierra, con un destino determinado. Para los indígenas de la Sierra, las mujeres representan esta Tierra, donde se siembra y se cosechan las semillas, donde crecen los árboles que se vuelven bosque, donde corre el agua que se vuelve río y después mar, donde los cerros esconden al sol y custodian la historia de los hombres. Cada una tiene un secreto, que les guardan a sus hijos como un tesoro, la vida en la Sierra no es fácil pero tampoco es triste, sin embargo los secretos que se guardan a los hijos, son para que ellos crezcan con fuerza.

En las comunidades campesinas, la mujer es también como la Tierra, en ella se siembran esperanzas con cada cosecha. Cada día no es muy diferente en la Sierra, sin embargo las mujeres son también Tiempo, se vuelven lluvia que cae sobre las piedras, huracán que da vueltas reclamando, rayo que quiebra el cielo pero nuevamente calma, neblina que cubre el cielo y después de todo el sol. Desde que son niñas aprenden a mirarse en el agua, a crecer al lado de un fogón, a moler el maíz como se ha hecho desde siempre, una y otra vez hasta volverse fuertes. Cada una hace su camino, el que le ha dado la fortuna de ser mujer. Porque además de Tierra y Tiempo, son Anhelo, ese hilo que se extrae y se llena de pensamientos, donde llevan el alimento que les dan a sus hijos, raíz de tierra y alma blanca, animal que se caza y cada noche se pone sobre el humo. A cada quien le toca un pedazo, nadie queda por fuera mientras ella sea la que reparte. Antes de acostarse, canta, de noche los animales escuchan y acompañan.

Cuando amanece el huso vuelve a girar como al comienzo, ella es Principio y es también Origen. El círculo nunca se completa, es un caracol que suena con el viento y que esconde en silencio, su dolor. Porque en la Sierra también hay destrucción, se llevan el oro, se llevan las piedras, se llevan la historia y el presente, aunque las mujeres canten, cosechen y aticen el fogón. Entonces se da otra vuelta, porque la vida tiene más fuerza que la muerte, nace un nuevo hijo, como cuando florece por primera vez un árbol, rosado fuerte, amarillo que cubre las montañas, pájaros haciendo nidos en lo más alto de las palmas, vuela el águila mientras el tigre camina cauteloso. Es un nuevo ciclo, las mujeres lo comparten. Van al rio, las voces no dejan de escucharse. Por eso la mujer en la Sierra es también Palabra que se pronuncia, que trabaja, que amamanta, que transforma el sigilo en candela, que arde en el corazón de la Sierra y que sonríe en la soledad. Porque nunca están en realidad solas, siempre las acompaña el deseo de una boca, de unos brazos, de mirar hasta encontrarse en otros ojos y cruzar la orilla para empezar a caminar de nuevo.

El cuerpo cambia con cada invierno, las niñas son ya mujeres, ahora ellas son el reflejo de lo que vivieron, por eso siembran, recogen y se enamoran. Usan chaquiras ceñidas en su cuello, se amarran pulseras o pintan sus labios con brillos de colores. De cualquier forma, cuando están presentes, las mujeres en la Sierra son piedras preciosas.

Cae la tarde. El corazón de roble rosa, que una vez cruzó la orilla y dejo su cuerpo en otros brazos, deja de existir. La música se escucha en el silencio de la noche, el tambor llena el vacío, aparece el canto de una mujer nueva que es también Tierra.

Juana Londoño Niño



Reflexión/Preguntas a la arquitectura. Construir es una forma de habitar y al mismo tiempo de tener conciencia sobre aquello que somos. Hoy reconocemos que en el mundo hay problemas de toda índole y en este sentido construir vuelve a ser, un asunto significativo: además de permitirnos habitar, ayudarnos a entender lo que somos, enfrenta como nunca antes, un compromiso con el futuro.

Así la arquitectura, ese viejo arte y técnica tiene ante sí una vez más, la necesidad de volver sobre las preguntas fundamentales. Qué construir, pero sobretodo cómo hacerlo. Esto significa la tarea de asumir el compromiso establecido y dar además, una respuesta adecuada, respetuosa, bella y humana. En la Sierra Nevada de Santa Marta, los pueblos ancestrales asumieron estas preguntas sobre la base de entender la fragilidad, la condición finita, vulnerable y contradictoria que tiene la vida. Desde hace muchos siglos sus habitantes entendieron que todo resulta importante, en la medida que todos los elementos hacen parte del mundo vivo y presente. Las palabras y los dibujos nos explican estas consideraciones esenciales en la forma de principios con los cuales construir una casa. Son simples y directos porque son al mismo tiempo la pregunta y su respuesta. Nos hablan del tiempo, del lugar, de la energía, de los otros… tienen la capacidad de abarcar toda la complejidad de la existencia, sin establecer categorías ni diferencias, como una totalidad continua, como una metáfora plena de sentido. Las palabras y los dibujos nos explican también las cosas que hemos olvidado o mejor, nos invitan pensar en ellas. El mundo y el tiempo son uno solo y mientras seamos parte del mismo

debemos seguirlo construyendo. Esto es construyéndolo entre todos, en el acuerdo, con la fuerza que da la unidad, en la observación y la felicidad que nace de las cosas simples. Sin el egoísmo de creer que somos únicos, sin la arrogancia de pensar que podemos separar aquello que resulta inseparable y sin el miedo a la muerte que nos llena de todo aquello que resulta innecesario. Esto lo podemos leer en las palabras y los dibujos. Cada trazo y cada letra componen la interpretación de un aprendizaje. Son señales del mensaje que nos dejan estos constructores de mundo con su sabiduría esencial basada en la tradición, en la repetición, en la línea, en el tejido y en el entendimiento de aquello que significa volver siempre sobre las mismas preguntas. No para llegar a las mismas respuestas, sino para confirmar su valor fundamental. Así la casa que construyamos será habitable, nos dirá lo que somos y guardará la historia que son las normas y las leyes originarias. Así la casa será y estará el mundo.

Así la casa podrá acoger a nuestros hijos.

Roberto José Londoño Niño



Juana Londoño Niño Dirección de contacto del autor: Jlondono1933@hotmail.com jlondono@prosierra.org Colombia, Magdalena, Santa Marta Carrera 24 a #15-47 Teléfono: (+) 574203731

Santa Marta, Colombia Octubre de 2012

Copyright © 2012 Juana Londoño Niño. Todos los derechos Reservados.


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