Revista Dupin nº 1 by Manu Ibáñez

Nº 1 · Año 0 · Octubre 2014

Dupin. Revista de libre interdisciplinariedad por Manu Ibáñez se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.

ÍNDICE Dupin. Revista de libre interdisciplinariedad Nº 1 · Año 0 · Octubre 2014 revistadupin.blogspot.com revistadupin@gmail.com

Dirección y edición Manu Ibáñez ibanhez7.wix.com/manuibanez

Dupin. Revista de libre interdisciplinariedad por Manu Ibáñez se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercialCompartirIgual 4.0 Internacional.

Manifiesto: La libre interdisciplinariedad Manu Ibáñez

Viajamos para cambiar, no de lugar, sino de ideas Javier Erena

Agallas Manuel Ángel Bermúdez Martos

Animal castrado Irene Bueno

El cobista La Maga

Mi ballena Lucas Durán

Placebo Enrique Carmona & Juanma Cózar

Nueva vida Pilar Ibáñez López

Rincones María Lendínez Álvarez

Introducción a la Ondalogía Irene Bueno

Sombra Manu Ibáñez

El triunfo de lo arriesgado Pablo Castro

Ensayo sobre la bipolaridad Alberto Martos

Diario de una joven emprendedora Ana López Colmenero

Redes animales Carlos Sánchez

¡Qué difícil es ser responsable! Ángel Luis Hermoso

¿Qué es género? Francisco Javier Fenoy Serrano

MINTERDISCIPLINARIEDAD ANIFIESTO: LA LIBRE

Manu Ibáñez

onstruir conocimiento significa construir identidad. La identidad no tiene que ver con un nombre, un número, un documento oficial o cualquier otra mera abstracción. Tiene que ver con el pensamiento. Pues la sustitución de una letra o un dígito por otra u otro no conlleva una sustitución de una parte de tu identidad. Las ideas, hijas del pensamiento esculpido, no son meras abstracciones. Las ideas son el pilar maestro de las opiniones y de los juicios, los cuales se transforman en modos de proceder, de hablar y de vivir, esto es, en actos físicos propios e individualizados que tienen repercusión en la vida. Sin embargo, en nuestro día a día comprobamos con cada vez mayor asiduidad –y lo que es peor, con cada vez mayor indiferencia– que las identidades, aunque aún bombilleantes, viven, sin alertarse, con el riesgo de caer, o en una gris linealidad, o en el extremismo de los blancos y negros, esto es, de que se diluyan sus matices, que son los que moldean a la persona. Tal es el peaje de la inmediatez y de los botones cómodos fruto de la mala explotación, uso y disfrute de las tecnologías de la información –de la tecnología que nos rodea, en general– que, en su afán por ahorrar escalones intermedios, como si de una relación básica de estímulo/respuesta se tratase, y no de un proceso de pasos lógicos, dan lugar a una concepción de la adquisición de conocimiento de acuerdo a los mismos términos de ahorro, cuando un proceso de construcción propia, en el sentido de probar y equivocarse, de descubrir y no de asumir, es tan necesario en pos de conocer los mecanismos básicos para saber razonar y emitir razonamientos propios con intención de y, por tanto, para formar identidad. Para ser una persona. Podemos hablar, por tanto, de una sucesión lógica, en este sentido: acceso, conocimiento, pensamiento, idea, identidad, expresión y persona. Esta revista surge como marco para que diferentes manifestaciones, ya se sirvan de la palabra, del sonido o de la imagen, ya tengan carácter principalmente crítico, artístico, teórico o descriptivo, gocen de un punto de encuentro e incluso de contacto y, por tanto, de fusión. Porque las maneras de manifestarse y plasmar identidad y vida no entienden, en su carácter funcional, de formas, sino tan sólo de fondos y fines. Por supuesto que tal punto de vista no significa que censuremos el estudio de la forma, pues, sin duda, es este necesario en tanto que el análisis del método posibilita que, más allá de genios innatos, se avance en la innovación a la hora de crear, pero sí que otorgamos la

importancia vital a la reacción y el sentimiento, porque son estos comunes a todas las personas pensantes, sin distinguir entre las que son conscientes, gracias a sus estudios externos, y las que no lo son, ejecutores de su conocimiento interno adquirido. La publicación se llama Dupin porque nos remitimos a las palabras del narrador innominado de La carta robada de Edgar Allan Poe, protagonizada por el pensador lógico C. Auguste Dupin, y porque nos guía la idea de lo ecléctico como medio solidario para con la construcción del conocimiento: –If it is any point requiring reflection –observed Dupin, as he forebore to enkindle the wick–, we shall examine it to better purpose in the dark. –That is another of your odd notions –said the Prefect, who had a fashion of calling every thing “odd” that was beyond his comprehension, and thus lived amid an absolute legion of “oddities.”1

Es libre porque tiene cabida todo tipo de pensamiento, siempre que no sobrepase las lindes del respeto. Es interdisciplinar porque no pone límite a las fórmulas de expresión y al enriquecimiento recíproco, a lo cual contribuye su carácter digital, pues permite que se puedan adjuntar enlaces a contenidos audiovisuales cuyo acceso depende tan sólo de un golpe de ratón.

No he de callar por más que con el dedo, ya tocando la boca o ya la frente, silencio avises o amenaces miedo. ¿No ha de haber un espíritu valiente? ¿Siempre se ha de sentir lo que se dice? ¿Nunca se ha de decir lo que se siente? Hoy, sin miedo que, libre, escandalice, puede hablar el ingenio, asegurado de que mayor poder le atemorice.

Javier Erena

Es de libre interdisciplinariedad porque deja a la voluntad del sentimiento del creador la medida en la que quiera plasmar tal enriquecimiento y la puesta a punto del mismo entre formas de sentir en apariencia distantes, pues tal separación no existe en lo funcional porque, en definitiva, el sentir es igual aunque haya muchas maneras de expresarlo.

En otros siglos pudo ser pecado severo estudio y la verdad desnuda, y romper el silencio el bien hablado. Pues sepa quien lo niega y quien lo duda, que es lengua la verdad de Dios severo, y la lengua de Dios nunca fue muda. Francisco de Quevedo

–Si es un caso que requiere reflexión –observó Dupin, absteniéndose de encender la mecha–, lo examinaremos mejor en la oscuridad. –Esta es otra de sus extrañas ideas –dijo el Prefecto, quien tenía la costumbre de llamar “extrañas” a todas las cosas que superaban su comprensión, y que vivía así entre una legión completa de “extrañezas”. 1

AGALLAS

Manuel Ángel Bermúdez Martos

DESPIDO EXTREMADAMENTE BARATO REFORMA L

ABORAL PO

Rajoy anuncia un hachazo de 40.000 millones

R DECRETO

U e d cha

p s o s s o i c o g

n í r a g rdan

estable, una España en la que el número de ricos crece, en detrimento de la clase media. En definitiva, un país en ruina que ha perdido el norte en el cual parece que nuestros gobernantes tienen carta blanca y pueden hacer lo que les plazca. Mientras tanto, la gente aguanta, impasible, con el sentimiento generalizado de impotencia, de rabia al ver que mientras nos dicen que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, ellos siguen a lo suyo, cobrando sueldos vitalicios o gastándose en una noche el triple del sueldo base que un ciudadano español cobra, gracias a unas dichosas tarjetitas que resulta que se las proporciona el mismo banco que ha engañado a tantas familias con las preferentes. El panorama es cuando menos alarmante y poco prometedor. Pero, como se suele decir, todo el mundo no es de la misma condición, y podríamos mencionar la existencia de un país roto en dos mitades en el cual la parte mala se está cargando a la buena. Aunque la buena nunca para de luchar, apretar y sacar los dientes todos los días, partiéndose la cara en busca de un trabajo, esté donde esté, gritándole a las injusticias, acercándose y familiarizándose con los que se han visto salpicados por esta situación insostenible. La parte buena saca todos los días el orgullo, la fuerza, las agallas, los La parte buena nunca para cojones para revertir esta situación en busca de luchar, apretar y sacar los del bienestar, buscando que esta sociedad sea más justa, que nuestras generaciones y dientes todos los días. las venideras no tengan que mendigar por un trabajo digno, que no tengamos que ser ‘okupas’ en casa de nuestros padres y podamos ser independientes una vez hayamos terminado nuestra formación. De esta manera, sólo nos queda ganar, porque esta parte de España ha demostrado que los tiene muy bien puestos y que por más inconvenientes y dificultades que vengan, sabe sobreponerse, sabe actuar. Porque podrán robar todo lo que quieran, podrán inhabilitar jueces para salir airosos de sus tramas de tela araña, pero lo que nunca nos podrán arrebatar son las ganas de ser libres y de luchar.

Camps se va al banquillo PARO RÉCORD

6.202.700

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y así una innumerable lista de titulares de prensa que el español de a pie encuentra todos los días. Una España salpicada por una multitud de tramas de corrupción, una España llena de recortes hacia nuestros servicios sociales imprescindibles, una España que desahucia y deja casas vacías, una España con banqueros engañosos que hacen peripecias para asegurarse una vida de lujo, una España en la que tienes que tener un gran golpe de suerte para encontrar un trabajo, ya ni

ANIMAL CASTRADO

Irene Bueno

os dijimos noventa y nueve veces que nos queríamos, lo nuestro nunca fueron las cuentas. Me abrazaste, tú tenías miedo de soltarme y al hacerlo a mí me temblaron un poco los cimientos del edificio. Disfrutamos de mirarnos y sonreírnos durante toda una tarde. Puede que fueran más, ya no importa. Tuvimos miedo de qué podían significar esos sentimientos desconocidos que llenaban todo el tiempo la habitación. Luchamos por ponernos serios, pero eso sólo nos llevó a la cama de nuevo. Te herí cuando fingí, confesando que todo era por diversión. Pero tú no comprendiste que ya nada estaba a mi alcance y que yo era sólo un recipiente. Lo que estaba pasando lo escribieron otros hace ya tiempo. Lo que tú y yo fuimos ese domingo se repetirá cada día entre esas paredes amarillas aunque hoy estemos a miles de kilómetros de distancia. Nuestro eco hará felices a sus actuales habitantes, mientras nosotros tenemos pesadillas una vez al mes. Aprender a volar no se olvida. Puede que no se te permita hacerlo siempre, por eso de que lo bueno viene en cajitas pequeñas. Pero yo volé, y todavía lo recuerdo. Tú me llevabas de la mano pero ya no dependía de ti. Tú me diste la posibilidad, pero yo volé. Aprendí a volar y supe que había nacido para eso, que mi lugar estaba en los cielos. Y ahora no puedo dejar de pensar en ello. Ahora que vuelvo a estar atrapada en la vida humana que se me asignó, mis brazos se extienden instintivamente cada segundo que estoy sola y, a menudo, casi lo logro. Por un segundo, puedo sentir el aire en el pelo, las tripas desgarradas por la emoción, la posibilidad de la completa felicidad a tan sólo un salto con impulso. Pero al final, no sé por qué, nunca salto. Y esto es lo que queda del animal salvaje aunque castrado que soy desde el día en que vi tu espalda alejarse por última vez. ¿Cómo no se te ocurrió pensar que hacerme feliz sería muy difícil de superar? Maldito insensato, enseñaste a volar a un animal sin alas; abriste una ventana al exterior de la caverna pero no soltaste mis riendas de la pared del fondo; dejaste la zanahoria colgando frente a los ojos del burro; no luchaste por mí el resto de tu vida. Ahora mis brotes de psicopatía son cada vez más frecuentes. La parte instintiva de mi cerebro se hizo más fuerte contigo y a mi razón no le quedan argumentos para detenerla. Debo volar. Necesito volar lejos, alto, lento. El suelo firme empieza a quemarme las plantas de los pies. Ese suelo que me une a ese edificio nuestro, a esa habitación amarilla. Me convertiste en lo que debía ser por naturaleza y supongo que tendré que agradecértelo. Pero yo sólo noto que ahora soy consciente de la cárcel en la que vivo, y que la ignorancia era la felicidad.

EL COBISTA

La Maga

o reconozco. Cada vez me gusta menos la gente. Y es que la gente es cada vez más idiota –con perdón-. Lo sé porque hoy es muy fácil saber estas cosas. Hoy la gente vende pedazos de su alma a diario, sin pudor, sin vergüenza, sin miedo al ridículo ni temor al escarnio. ¿Qué ha sido de la prudencia y la timidez? ¿Dónde están los cortados, los raritos, los introvertidos? ¿Adónde han ido todas esas personas que valían más por lo que callaban? Según mis propias investigaciones sociológicas, se han ahogado todas en el maremágnum de facebook, twitter, whatsapp, etcétera. El inventazo del siglo ha venido a ser una suerte de show de lluvia de estrellas, en el que la gente aparentemente normal cruza una puerta con humo, y reaparece hecha un cristo, regalando megusta y caritas sonrientes por doquier, colgando fotos de pies horrendos en cualquier lugar de este maldito mundo (algunos tan remotos como Benidorm), y avisando a bombo y platillo de todo cambio insustancial en sus magníficas vidas de escaparate. Por poner un ejemplo de lo visto en facebook: “Día de mantita, sofá e ibuprofeno. Me ha venido la regla”. Sin embargo, no es el postureo de las redes sociales lo que más me molesta. Lo que no me deja vivir es la adulación continua, el peloteo indiscriminado, la exageración sentimental y todos aquellos derivados de lo que vamos a llamar cobismo. No lo busquen en el diccionario, no lo encontrarán. Lo verán claro con algunos supuestos prácticos, de esos que abundan en las redes. Pongamos por caso que a una chica “redondita” le da por dejar de comer, así, sin paños calientes; lo hace, y claro está, meses más tarde consigue sentarse en una silla de jardín sin mayores complicaciones. Tan orgullosa está ella de su hazaña que decide colgar en las Lo que no me deja vivir es la redes sociales la prueba definitiva: una foto adulación continua, el peloteo del antes y otra del después. Lo que viene indiscriminado, la exageración a continuación es una orgía de adjetivos biensonantes, pffiu pffiu, emoticonos de sentimental y todos aquellos aplausos e incluso confeti. Lo más trillado, derivados de lo que vamos a sin duda: “¡Guapa antes y guapa ahora!”. llamar ‘cobismo’. Algunos van más allá y se atreven con un alto y claro “No te hacía falta” y cosas así. No digo yo que la muchacha no merezca un cumplido, que a todos nos gusta que nos acaricien el lomo de cuando en cuando pero, ¿acaso soy yo la única que se espanta ante tanto dorapíldoras suelto? Ocurre igual cuando llegan cumpleaños, santos y otras fechas señaladas. Esos días los cobistas se desmelenan. A menudo felicitan –a través de las cuentas de papá y mamá- a los más pequeños de la casa, aunque lo sean tanto que ni hacer la o con un canuto sepan todavía. En previsión de sus futuros nombres, se ha llegado incluso a felicitar a bebés no natos. Y es que la dicha del cobista no reside en que el aludido reciba o no el

mensaje. El impulso que lo mueve, su sanctasanctórum, no es otro que el de “quedar bien”. En ese propósito, los hay que se saltan a la torera las leyes de la prudencia y aprovechan un fallecimiento repentino para entrar en el perfil–todavía activo- del desgraciado y plantarle unas sentidas condolencias en su muro, a ser posible en mayúsculas, para que todos las vean bien. Inquietante. Como ya habrán adivinado los lectores más avispados, lo del cobismo viene de lejos, aunque las nuevas tecnologías de la comunicación le han concedido un poder absoluto. El cobismo tradicional consiste en ir a una boda y alabar hasta el último sobre de mayonesa de la mariscada. El cobismo 2.0 se desata el día después del casorio, cuando el whatsapp echa humo: si formas parte de un grupo de invitados, da por concluida tu jornada de contemplación de la naturaleza humana que es la resaca, y apresúrate a trasmitir no una, sino mil y una veces, tus más sinceros deseos de amor y bienaventuranza para los recién casados. Si no lo haces, serás un desabrido (o un esaborío, en tosiriano popular). Hoy, si quieres tener éxito social (o simplemente tener amigos) tienes que ser cobista. El término no lo he inventado yo –ya me gustaría a mí-, solo lo he cogido prestado de un genio que una vez escribió que “La gente es cobista por estupidez y, a veces, sonríen aunque en el fondo de su alma sientan una repugnancia inmensa, una repugnancia que casi no pueden contener. Por coba se puede llegar hasta el asesinato; seguramente ha habido más de un crimen que se haya hecho por quedar bien, por dar coba a alguien”. Yo estoy segura de eso.

MI BALLENA Voy a matar a mi ballena blanca. Afilé el arpón durante un rosario de mañanas, golpe a golpe, lasca tras lasca.

En el definitivo día de caza mi zagual y yo remontaremos río arriba, hasta las últimas cornisas del agua, donde la ballena, leviatán de mis entrañas, flota entra la cochambre pasada, gorda de lodos y lágrimas, cancerbera de fauces dormidas que sueñan con ser despertadas.

Una vez muerta me ungiré en su sangre, y al amanecer del nuevo día bajaré solo por la montaña, luna creciente en la boca y dos soles por mirada, Moisés sin cayado ni pueblo, salvador de un solo hombre, completamente en blanco las tablas.

Lucas Durán

de que el esfuerzo nos hará libres y nos hará llegar a cualquier meta que nos propongamos. Nos dan el ejemplo de cómo aquel chaval pelirrojo que decidió fundar una página de internet se ha hecho multimillonario en base a su inteligencia y esfuerzo y que nosotros podemos ser él. Podemos ser ese 0’0001%. Que tú, que nosotros podemos alcanzar la meta de ser millonarios y que el placebo del dinero nos hará olvidar nuestros problemas. Imagino a esos teóricos que llegan a Adis Adeba y diciéndole al pequeño Hussein El Arazi que la causa de que su país esté en la situación que está es porque no se esfuerza lo suficiente, que siga luchando por sus sueños, que si no llega a su meta es porque él es responsable de no haber luchado suficiente. Todo así, con una desfachatez propia de un twitt de Alejo Vidal Quadras. Miramos a África como un pozo de horror del que somos ajenos cuando en realidad, nosotros vivimos en uno (salvando las distancias) parecido. E incluso juegan a darnos cuota de la responsabilidad de que ese continente masacrado es culpa de nuestra opulencia. Los dirigentes del poder económico, esos grandes suministradores de placebos de la sociedad actual, juegan con el tablero gigante donde vivimos a ser dioses y a ser dueños. Imagino que esto será culpa del que inventó el Risk, que se encargó de representar con cartón y plástico lo que el ser humano aspira a hacer. Sí, ese será mi placebo.

Juanma Cózar

“

Sí, desde luego que todo el mundo quiere ser libre. Pero una cosa es hablar de ello y otra muy diferente es serlo. Es muy difícil ser libre cuando te compran y te venden en el mercado. Claro, que no les digas jamás que no son libres porque entonces se dedicarán a matar y a mutilar para demostrar que lo son. Sí, sí, están todo el día dale que dale con la libertad individual y ven un individuo libre... y se cagan de miedo.”

Jack Nicholson en Easy Rider (1969) de Dennis Hopper

Enrique Carmona

ay palabras que tienen un encanto especial a la hora de pronunciar. ‘Placebo’ es una de ellas, al menos para mí. No me pregunten por qué, pero creo que debe ser porque no suena al castellano puro ni tampoco suena a los extranjerismos que estamos acostumbrados que nos endosen en cada nueva ola de publicidad. Esa palabra mágica la uso poco pero la pienso mucho. Mi capacidad asociativa de dicha palabra llega a unos límites insospechados hasta el punto de que creo que todo lo que nos rodea es un placebo que tomamos para olvidar el sufrimiento y nuestro destino trágico. No digo que esté mal, de hecho creo que en ocasiones tenemos derecho a tomarnos ese placebo para olvidar la horrible realidad a la que hay que enfrentarse todos los días. Eso pasa con la libertad. La libertad es un placebo que se nos suministra diariamente para creer que somos dueños de nuestro destino,

Más frases, escenas y momentos del mundo del cine en...

magica-linterna.blogspot.com

de Enrique Carmona

NUEVA VIDA N

Pilar Ibáñez López

o quería mirar atrás, sólo vivir el presente olvidándolo todo. Necesitaba respirar aire fresco. Salió de casa, caminaba pensando en el nuevo futuro que le esperaba y sonreía, no le servía de nada recordar el pasado, ya había sufrido lo suficiente. Se terminó su cigarrillo mientras llegaba a la cafetería que solía ir, donde hacía tanto tiempo que no iba. Estaba todo muy cambiado desde la última vez que estuvo allí. Entró y empezó a sentirse observada, todos contemplaban aquellas marcas de guerra pero le daba igual, estaba bien consigo misma, estaba feliz. Había vencido aquello que por un tiempo parecía que la había vencido a ella.

RINCONES

María Lendínez Álvarez

Somos piezas del mundo, personas en un puzzle… Labios que lloran, ojos mudos. Poesía muerta incapaz de sentir, de volar, de hacerse viva. Mariposas sin alas que intentan escapar, y acaban chocando con la luna en los cristales. Qué simple vivir para amar. Qué dolor amar para vivir. Estrellas que no brillan pero tampoco mueren, a fin de cuentas. Compases de espera, esperando ‘’quepases’’, que duelas,

o que me dejes.

aspecto,

Que subas el mundo conmigo

y no lo consiguiera.

y bajemos mil astros,

Y es que existimos entre páginas aún no escritas,

mil historias, mil columnas vertebrales. Y luego me quede vacía, rota, y feliz. Y que digan que somos incompatibles. Como el reloj de arena sin tiempo, las rosas sin espinas,

o intentamos existir entre libros ya escritos, o intentamos dibujar el destino inexistente en forma de agujeros negros que al final nos consumen. Y nuestros pulmones ven a los ojos ahogarse,

la soledad sin personas,

voces desgarradas escuchan callar al silencio,

y el tiempo sin verte.

el corazón vomita nostalgia,

Porque hablaban de dolor

cansado de latir.

sin saber lo que era respirarte.

Bombardeado.

Y hablaban de apatía constante

De tinta,

sin conocerme.

de suspiros,

Qué somos,

de ti.

sino simples hojas que caen, versos que mueren, o besos que escriben en prosa sin apenas tener tinta. Sin apenas tener alma, y aún así sentirte tanto que el cielo y la tierra se juntasen para intentar superarte en algún

ondalogía

¿Quién te manda a ti pensar? En serio, ¿quién? Efectivamente, ¡nadie!

Entonces, ¿cómo podemos saber cuándo estamos pensando y cuándo estamos manteniendo la mente en una cómoda y simple visión panorámica de la realidad? ¿Pensamos todo el rato mientras estamos despiertos? ¿Pensamos dormidos? ¿Pensamos de lunes a viernes? ¿Sólo cuando nos lo proponemos? Sabemos tan poco de las millones de cosas que nos pasan por la cabeza, que somos objetivos fáciles, peones que se rinden sin resistencia frente a atajos mentales y a opiniones de corto alcance sin la más mínima consciencia de la necesidad imperiosa de despertar una inquietud que suponga conocer un poco más de la batalla. Puede que porque nadie nos ha dicho nunca que tenemos que luchar por eso. Nadie nos obliga a saber pensar. Nadie nos fuerza a comprender que muchas luchas están ya perdidas desde el momento en que se conoce más al enemigo que al aliado que hay en nuestra mente. Yo puedo presentarme aquí y ahora como una pensadora que admitió hace tiempo su derrota mental. Supe lo que es pisar el polvo, partirme el labio, hundirme en el barro provocado por una guerra que yo no entendía. El enemigo atacaba a cuartel. Tenía estrategias logísticas estudiadas y no daba paso en falso. Ahí me mandaron a cumplir, con mi manual de técnicas de negociación en mano, frente a cientos de tanques. Éxito poco asegurado, oí decir por el transmisor… Hasta que me desperté no me di cuenta de que todo el tiempo había estado sola. ¿Qué había estado esperando? ¿En quién había depositado esa confianza de que todo saldría bien?

Ya no dejo cosas al azar. Un machete me sirve de marca páginas y mi boli expulsa proyectiles de largo alcance. Una nueva estrategia está gobernando esta guerra ahora. Mi estrategia. He encontrado el santo grial de las técnicas de guerra psicológica, la llave a la parte trasera de la base del enemigo, el plan estratégico definitivo. Lo he encontrado y sé cómo usarlo. Puede que en este momento esté mostrando más de lo que debo y con esto quede al descubierto por un momento, pero ellos no descansan y todo movimiento supone un riesgo, mucho más si un retroceso. Ya se conoce a la Ondalogía por los lugares más inhóspitos del planeta como el nuevo método de afrontamiento de conflictos bélicos mentales del milenio. Hoy por hoy hay juicios y peleas encarnizadas por conseguir su patente. Yo he conseguido algunos fragmentos del pergamino original. No puedo decir exactamente de qué se trata, supongo que lo entenderéis. Pero espero que estéis firmes y listos para cargar, que el jaleo empieza ahora. Bienvenidos a la Ondalogía.

m o c . t o logsp

b . a i g o ondal

SOMBRA

me aplastará. No puedo controlarlo. No sé. No lo conozco. No lo vi nunca antes y sin embargo da la sensación de que estuvo ahí siempre, como una existencia fosilizada en el acto, en una época que supera la memoria del primer hombre. Siento comprimírseme aún más el pecho. Me ahogo.

Manu Ibáñez

ebe atribuirse a lo irracional cierto grado de lógica –pese a que se miden las realidades siguiendo la taxonomía aprendida, que suele situar como irracional aquello que carece de sentido, esto es, que no sigue la lógica humana– pues, si lo lógico es lo obvio y lo obvio es que el ser humano es libre y creativo por naturaleza, cabría preguntarse si el grado máximo de lo racional no termina por agotar la individualidad de pensamiento. Cabría preguntarse si la locura no es sino el antídoto o el anticuerpo del disfraz teleológico. Cabría preguntarse si el humano, para ser humano, no necesita ser, a la vez, loco. Y soñar sin estar dormido.

Veo ahora la cabeza elevarse por encima de las colinas, cien veces más grande. Sublime y majestuosa, ha ensombrecido el cielo entero vitoreada por el clamor de mil truenos ensordecedores. El hocico continúa expulsando humo blanco en abundancia. Los ojos siguen imposibles de ser hallados en tal figura abismal y honda. No hay una más opaca e inescrutable. Ninguna de mayor metafísica recóndita. Y ahí quedó, su apariencia inerte y soberbia, pero su existencia chorreante. Encierra una especie de secreto, y es intraducible porque su lenguaje, que designa todas las realidades posibles y las muestra al mismo tiempo, quedó muerto ante los oídos y los engranajes insulsos y mecánicos. Debilitados. De memoria enferma. Insolente. En verdad sí se mueve. No lo sé. No, tan sólo observa. Sí me da miedo su sombra pesada, de la que nunca podré escapar. Un coloso fósil, eco de una vida anterior. El poder del pasado olvidado, que hostiga la vanidad del presente.

Es plena tarde y me encuentro en un llano de verde frescor. Estoy tumbado. Descanso. Ya soy incapaz de recordar el motivo por el que necesito tal reposo, pero carece de importancia alguna. Por eso lo he olvidado. La hierba está húmeda y blanda. Hincho mis pulmones al máximo y expulso el aire con cuidado. Eso me relaja. Ningún ruido advierten mis oídos. Ni tan siquiera el de la brisa, que me abanica la cara y los pies descalzos, que forma ondulaciones imaginadas e impresas en el cielo despejado, que remueve con sutileza las hojas de los pinos del fondo, el césped de los tesos lejanos y el conjunto de flores en gama de morados y rojos acompañadas de algunas blancas. La vegetación general es un retrato primaveral, aunque el clima comenzó ya a cantar la bienvenida a la canícula. Pero el aire suave alivia. Es un placentero atenuante. Me gusta. Me sienta bien. De súbito, descubro la figura de una cabeza ciclópea que se mueve. Es de color negro insondable y… ¿tiene forma de animal? Sí, es animal, seguro. Su hocico humea. Se ve a lo lejos, entre las colinas. Lo tapan un poco los pinos abrazados. Está ahí desde el principio, pero no me había percatado. No se distinguen sus ojos en su negro del abismo, mas observa atento. Es animal, repito, pero, de lejos, su tamaño es mayor incluso que el que debiera ser de cerca. ¿Se mueve? ¿O soy yo el que lo imagina? El corazón se me hunde, pero no es miedo lo que siento. ¿Expectación? ¿Sometimiento? El sol se desplaza, se pone tras la figura. La testa soporta dos cuernos en ángulo recto, uno en cada sien. Son poderosos e imponentes, pero templados. Señoriales. Su sombra regia se derrama y se proyecta sobre mí. Oscurece las flores y todo el paisaje. ¿Se mueve ahora? ¿No ha empezado a mostrar su lomo? ¿No son aquellas ya sus patas y sus pezuñas? Me pisará y

EDE LLOTRIUNFO ARRIESGADO

Pablo Castro

i alguna vez nos proponen ver una película carcelaria, nos vienen en seguida a la mente imágenes de tantos títulos memorables (y otros no tan memorables) que han completado la lista de uno de los géneros clásicos por excelencia. Desde Traidor en el infierno, una de los primeras obras del gran Billy Wilder, pasando por Cool Hand Luke, con Paul Newman comiéndose la pantalla, o La gran evasión, clásico entre clásicos del género; podemos encontrar semejanzas entre ellas, cada una, claro está, con su argumento y las particularidades de cada director. Pero a veces, solo a veces, nos encontramos ante una película dispuesta a romper de alguna forma con lo anterior, renovadora de sus antecedentes, demostrando que, más allá de clichés, siempre hay algo nuevo que mostrar al gran público. Jacques Audiard decidió en 2009 regalarnos esa película, que obligará a más de uno el pensarse la aventura de grabar escenas situadas entre barrotes. De más está decir que fue nominada al Óscar como mejor película de habla no inglesa, galardón que ese año obtuvo la maravillosa El secreto de sus ojos. Pero nada de esto importa cuando nos encontramos con material de tal calibre. Un profeta cuenta la historia de un chico árabe que entra en la cárcel por agredir supuestamente a un policía, un chico solitario, tímido, asustado ante el panorama que se abre ante sus ojos, y que tiene la difícil misión de sobrevivir en un escenario dominado por las mafias árabe y corsa, que polarizan por completo la convivencia entre las celdas. Maltratado en un principio, no le quedará otra que luchar por sobrevivir escalando posiciones en el podio del lumpen, practicando el arriesgado ejercicio de la valentía. Por su facilidad para aprender

idiomas le serán encargadas misiones tanto dentro como fuera del presidio, que irá completando con solvencia, mientras prepara el que será su espacio propio. Antes de entrar en detalles que expliquen el título de esta crítica, hablaremos de aspectos formales, básicos para comprender la grandeza del filme. Por un lado tenemos las interpretaciones, un duelo de altas esferas entre el joven Tahar Rahim, desconocido por el gran público pero que ya ha hecho sus pinitos en la industria, y Niels Arestrup, el jefe de la mafia corsa que consigue que se crispen nuestros nervios cada vez que aparece en pantalla, tal es su crueldad y determinación, un actor [...] unos actores en estado de ya curtido en el cine francés. Se antoja gracia, una buena historia, un imposible no hablar también de la agilidad presupuesto más que decente de la cámara de Audiard, la delicadeza de algunos planos en los momentos más crudos y además el sello personal de de la película, violenta en su esfuerzo por ser un relato diferente [...] realista cuando ha de serlo, así como en la simbología de algunos planos que explican qué sucede sin necesidad de usar diálogo (en este apartado, hay que mencionar la escena de la muerte del compañero árabe de nuestro protagonista; una demostración de cuánto se puede conseguir con un leve movimiento de cámara y el saber hacer de un director con personalidad). Otro punto fuerte es la confluencia de tres idiomas a lo largo del metraje, configurando un complejo mundo en el que la única forma de salir de situaciones de peligro es pensando rápido y hablando la lengua adecuada en el momento justo. ¿Pero dónde encontramos entonces la grandeza de esta obra, más allá de su evidente calidad fílmica? ¿Por qué y en qué es arriesgada? Veamos: cuentas con dinero, buenos actores, una historia convincente. Puedes entonces entregarte a realizar un ejercicio de estilo, correcto y no más, capaz de complacer al público menos exigente y encontrarte quizá con las alabanzas de aquellos que buscan algo distinto, pero dispuestos a reconocer algo bien hecho. Aquí es donde Audiard decide hacer que su película trascienda más allá, arriesgarse en el intento de entregar algo desconcertante, con el peligro de caer en el ridículo al que a veces lleva la osadía. Sin necesidad de ello, introducir el factor diferencial: el mundo onírico de Malik El Djebena, el protagonista. Angustiado por un crimen al que es obligado a cometer, verá cómo su víctima empieza a acompañarle en su cotidianeidad, convirtiéndose en alguien importante en su vida, acompañándole en los momentos de duda y en los que hay que tomar decisiones arriesgadas, regalando consejos y visiones privilegiadas. Eso, una decisión arriesgada, es lo que toma el director francés. Donde otros hubieran preferido pasar de puntillas, él mete la cabeza hasta el fondo. Recopilemos: tenemos unos actores en estado de gracia, una buena historia, un presupuesto más que decente y además el sello personal de un relato diferente, que completa el círculo, que convierten los 150 minutos de metraje en un paseo por las entrañas del crimen y la supervivencia de los más fuertes, un paseo lleno de angustia, violencia y desasosiego, pero donde caben también la ternura y la esperanza de que puede haber luz más allá de los túneles lóbregos. Será que Jacques Audiard es un profeta, y que los que entregan los premios, esos académicos a veces tan tiquismiquis y ramplones en sus decisiones, supieron verlo al mismo tiempo que un público privilegiado por poder disfrutar de una de las mejores películas europeas de los últimos años.

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¡¡Hay que leer el poema con el vídeo!!

PRO CHANGE - ALWAYS IN THE BASEMENT Alberto Martos, drum & vocals Sandra Martínez, guitars Jaime Zuasti, bass & vocals

Thanks to: Emmanuel for his stop motion film Un Mundo Oculto Diego RJ and his team for their radio show El sótano

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Alberto Martos

DIARIO

Ana López Colmenero

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Conformarse definición de la RAE: “(Del lat. conformāre). 1. tr. Ajustar, concordar

algo con otra cosa. U. t. c. intr. y c. prnl. 2. tr. Dar forma a algo. 3. tr. Econ. Dicho de un banco: Diligenciar un cheque garantizando su pago. 4. intr. Dicho de una persona: Convenir con otra, ser de su misma opinión y dictamen. U. m. c. prnl. 5. prnl. Reducirse, sujetarse voluntariamente a hacer o sufrir algo por lo cual se siente alguna repugnancia. 6. prnl. Darse por satisfecho.”

Dos últimas acepciones por las que esta palabra siempre me ha dado auténtico pánico, y a la que desde que tengo uso de razón he intentado evitar en mi vida por todos los medios. Sin embargo, siendo un poco realista, la sociedad actual nos empuja hoy más que nunca a encuadrarnos dentro de unos estereotipos marcados y definirnos dentro de unos roles establecidos, ambos determinados en gran medida por el trabajo “profesional” que llevamos o llevaremos a cabo en nuestro futuro. Retrocediendo unos pocos años atrás y analizando mi carrera desde la distancia, se me escapa una gran sonrisa ante la multitud de respuestas tan dispares que he aportado a la gran pregunta que desde la infancia nos hacen en reiteradas ocasiones: “¿Y tú?, ¿Qué quieres ser de mayor?” Y es que, mencionando algunas de ellas, he llegado a ser… bailarina famosa, actriz revelación en películas de Almodóvar, profesora de física cuántica en la Universidad de Granada o trabajadora social en tribus indígenas de África. Y así, después de muchas vueltas y muchas experiencias que me hicieron crecer tanto a nivel personal como profesional, pude encontrar aquello que me de verdad me llena y me hace despertar cada mañana con ganas de comerme el mundo. Una vez escuché un vídeo motivacional que decía así: “El recurso más

EMPRENDEDORA

importante que necesitas para hacer cualquier proyecto está en tu cabeza…. Si quieres algo, hazlo. Haz todo lo que esté en tu cabeza, lo que esté en tu mano, cada hora, cada día, cada semana para conseguirlo. Dicen que el precio del éxito es altísimo, pero la recompensa también. Que si te arriesgas lo puedes perder absolutamente todo, pero también vas a ganar un montón de cosas mejores que las que vas a perder. Nadie mejor que tú puede decidir qué es lo que quieres hacer y qué es lo que vas a hacer. Y sobre todo tener un montón de paciencia. Las cosas requieren muchísimo tiempo y muchísimo esfuerzo”. Puede que para muchas personas estas palabras puedan resultar poco realistas, pero ¿qué seríamos los seres humanos sin sueños que alcanzar? ¿Sin objetivos o deseos reales o fantásticos? Cada uno de nosotros vamos creando un camino, donde avanzamos un poco, tropezamos, nos caemos, volvemos a levantarnos y aprendemos de cada tramo pasado. Los errores se convierten en lecciones de supervivencia y los pequeños éxitos en motivaciones diarias para seguir avanzando. Por eso, decidí un día unir todo aquello que había aprendido en cada etapa de mi vida, con cada trabajo (desde los más relacionados con mis expectativas hasta los que menos parecían ser afines a éstas) con cada enseñanza y cada capítulo. Y comencé a dar forma a lo que a día de hoy se ha convertido en mi pequeña empresa, una gran suma de cada pequeña parte de mí y mi entorno. Desde mis estudios de trabajo social, he adoptado un sistema de comercialización basado en una economía social, la compra y venta de prendas de reestreno. Desde el feminismo, el trabajo en red como apoyo y refuerzo de las personas que comenzamos con cualquier tipo de proyecto para poder ofrecer un servicio integral a cada clienta (fotografía, catering, repostería, maquiladoras, peluquería, accesorios y complementos…) Desde mi gran afición por el mundo de la moda, elegí centrar la actividad en vestidos de ensueño

que siempre había deseado tener en mi armario (en este punto me siento en la obligación de definir “la moda” como un aspecto más global, no sólo como forma de vestir, sino como esencia de cada persona y del momento de la sociedad en el que estamos inmersos. “La moda está en el cielo, en la calle, la moda tiene que ver con ideas, con nuestro modo de vida, con lo que está pasando.” –Cocó Chanel-) Gracias al interés por la búsqueda de necesidades e inquietudes de las mujeres, se crea una tienda donde el trato es totalmente personalizado, cada mujer es única, es la protagonista en todo momento. Y por último, gracias a los diferentes trabajos que he llevado a cabo en los últimos años como relaciones públicas, intento llevar a cabo el trabajo de marketing y comunicación a través de redes sociales, publicidad y creación de eventos, todo ello para que todas las clientas que depositan su confianza aquí, con un bien tan preciado y especial como es su vestido de novia, puedan realizar su venta de la forma más inmediata. La idea en sí surgió en el momento menos esperado, en un contexto meramente cotidiano, un programa de televisión nos inspiró a mi madre y a mí. Entones sentí que era el momento de emprender y me fascinaba la posibilidad de crear algo con estas características. En una semana, llevé un pequeño dossier de la idea al CADE (Centros de Apoyo al Desarrollo Empresarial) y fue muy bien valorado por los profesionales del centro. En un mes encontré el local en el centro de Granada y con la gran ayuda de amigos y familiares, pudimos inaugurar el pasado 3 de octubre.

de todo lo que va sucediendo alrededor de esto, una experiencia que te hace crecer cada día. ‘L´Atelier Vintage’ nace así, como un nuevo concepto de negocio en Granada, mucho más que una tienda tradicional. Es un proyecto pensado por y para todas nosotras, por ello seleccionamos en exclusiva vestidos de novia y fiesta, tanto de reestreno (un solo uso), exposición o simplemente nuevos a estrenar, de todo tipo de firmas y diseñadores. Los criterios de búsqueda son: diseño y estilo, modelos recientes y que llegue a ti al mejor precio. Puedes encontrar más información llamando al 958256919, en Facebook: El Atelier Vintage, o mandando un correo a: elateliervintagegranada@gmail. com.

Es obvio que los miedos aparecen cuando empiezas algo nuevo desde cero, de hecho, no podemos eludir que las inseguridades son parte de todo proceso de creación. Pero desde mi punto de vista, no hay nada que no se consiga con paciencia y mucha ilusión. A día de hoy, puedo asegurar que merece la pena crear tu propio negocio, la satisfacción personal es realmente alta y sentirte parte y reflejo

REDES ANIMALES ¿

Carlos Sánchez

Por qué llamamos redes sociales a aquellas que lo que provocan es que la gente no haga otra cosa que agachar la cabeza e hincar los ojos en la pantalla de su teléfono? Por diversos motivos, aún mantengo mi antiguo móvil de pantalla pequeña y no táctil, con botones para marcar el teléfono al que llamar o escribir un sms (tres veces al 2 para escribir una ‘c’, ¿recordáis?). Uno de esos motivos es no caer en el ausentismo hacia los demás y no acabar con aquella forma de entretenimiento primitiva como es el hablar con alguien cara a cara, voz a voz. Sin embargo, aunque estoy consiguiendo no caer en esas garras, he caído en algo peor: en el ausentismo de los demás hacia mí por no tener ‘guasap’ o como quiera que se escriba. Me siento dentro de esa marginación de estar con tres personas presentes y ser precisamente el que no está involucrado en ninguna de las conversaciones que cada uno de ellos está teniendo con sus respectivos amigos. Pero volvamos a lo de las redes sociales. Sin querer hacer un artículo más sobre este método de comunicación vía Internet, veo cosas muy curiosas en ellas (porque Facebook sí que tengo, es lo que me faltaría ya para estar aislado del todo…). Unos utilizan estas redes para mostrarnos lo bien que lo han pasado en la discoteca el pasado sábado, lo fotogénicos que son delante del espejo o lo bonita que era la playa donde se bañaron la semana pasada. Otros intentan cambiar el mundo sólo hablando de política y criticando al concejal o alcalde de turno, y están los que simplemente las utilizan para compartir vídeos que todo el mundo conoce: el mago que muere en directo haciendo un truco. Pero estas redes van por modas, y ahora todo el mundo se sube al carro de defender a los animales. Si Toby se ha perdido, cien personas te dan un número por si lo localizas. “Toby ha sido abandonado, dale un hogar, ¿no te da lástima?” “Toby ha sido maltratado, ¡manifestémonos!”

soluciones tienen se vayan a afiliar a un partido político porque eso es lo último que harían! Los del vídeo del mago… pues bueno, se entretienen con eso, no tendrán libros en su casa. Por último, los de los animales. No hablarán nunca de la masacre que se está liberando en Siria, y si en algún lugar ven las siglas ‘E.I.’ probablemente se pongan raudos a buscar si es un nuevo Smartphone de Apple o algo de eso. Muestran una sensibilidad desmesurada protestando contra el maltrato animal. Se atreven incluso a colgar fotos de perros ahorcados, sangrando y espachurrados en la carretera. Sin embargo, cuando están sentados a la mesa para comer al mediodía, son capaces de apagar la televisión cuando un yihadista (no es el nuevo delantero del Real Madrid) está a punto de decapitar a un periodista que sólo trataba de que todo el mundo viese lo que allí se está haciendo. ¡Pero cómo ponen esto ahora, que estamos comiendo! ¿Conocen a Teresa Romero? Seguro que mucha gente no. ¿Conocen a Excálibur? ¡Acierto! Es el gran mártir del tema de moda, el ébola. Teresa Romero ha estado a punto de morir por un virus que podría propagarse por todo el mundo. Aún no ha sido diseñado el antídoto perfecto que cure esto eficazmente, incluso no se tiene claro del todo cómo se podría propagar. Sin embargo, las redes sociales no ardieron con Teresa Romero. Ardieron con Excálibur, un animal que fue sacrificado por miedo a contagiar la enfermedad en caso de haberla contraído. ¿Estuvo bien? ¿Estuvo mal? Realmente no lo sé, no tengo perro y no sé hasta dónde se puede llegar a amarlo, quererlo o idolatrarlo. Quizá hubiese sido mejor aislarlo en otra de las plantas del Carlos III y gastar ese dinero del poco que va quedando destinado a Sanidad en mantener a Excálibur en cuarentena, ya le trasplantarán el riñón a Perico cuando se pueda. Lo único que sé es que últimamente creo que estoy loco: por un lado, soy el único que no tiene ‘wasap’, y por otro también soy el único que piensa que una vida humana vale casi un poco más (sólo un poco, no me critiquéis) que la de un animal. Es por ello, y a modo de conclusión si es que se puede sacar alguna, que me siento un marginado social entre tanta red animal. PD: Excálibur es la espada del Rey Arturo, la cual si la buscas en Google te saldrá como décima o undécima acepción. El perro la ha relegado hasta ahí.

El perfil de todos los usuarios anteriores está muy claro: los de la discoteca lo han pasado genial, es por eso que todo el rato están con el móvil en la mano haciéndose fotos. Los fotogénicos necesitan sexo aquí y ahora y esta es la mejor forma de ligar (en la discoteca estaré haciéndome fotos, no tengo tiempo para entrarle a Muchos usuarios muestran una un chico o una chica). Los de sensibilidad desmesurada protestando la playa disfrutaron de un gran contra el maltrato animal colgando día en La Malagueta viendo las olas a través de la pantalla fotos de perros ahorcados. Sin embargo, del teléfono. A los que intentan apagan la televisión cuando un yihadista cambiar el mundo hablando de está a punto de decapitar a un periodista. política… ¡ni se te ocurra decirles que si tanto les interesa y tantas

¡QUÉ DIFÍCIL

Y llega el momento: ya has pasado por todos los puntos previos a ponerte a hincar codos, pero miras el reloj y ya es la una del medio día y piensas que para empezar un tema y dejarlo a medias sería mejor esperarse hasta mañana. Así que enciendes la tele y esperas la hora de comer mientras ves a los lumbreras de La Ruleta de la Fortuna a ver si alguno se equivoca al leer el panel o cae en la quiebra, no vaya a ser que se haga rico y tú no.

ES SER RESPONSABLE!

Ángel Luis Hermoso

a.m., suena el despertador, desayunas y… ¡al lío! O al menos es lo que piensas que deberías hacer. La realidad es totalmente distinta.

Efectivamente, el despertador suena a las 8 a.m. pero no sé quién fue el iluminado que colocó en el teléfono el botón de ‘aplazar alarma’. Total, que después de haber pulsado 3 o 4 veces el dichoso botón, son las 9 y aún estás metido en la cama, la cual te ha atrapado y dice que de ahí no sales (y si es en invierno el problema se acentúa ya que están las sábanas ‘de pelico’, así que despídete porque ya no te levantas hasta que se presente un caso de fuerza mayor). Desayunas viendo las noticias, lo cual añade unos 10-15 minutos más a la operación y, por fin, te colocas en tu mesa delante de los apuntes con un firme pensamiento: “Venga, ya no me entretengo más”. Bueno, pues no han pasado ni diez minutos cuando arrancas el PC y empiezas a entrar en redes sociales como si te fuera la vida en ello: Facebook, Instagram, Twitter…y si tienes algún desorden psicológico, Tuenti. A este proceso añádele el hecho de que, para ti, el estar informado de todas las noticias deportivas es una prioridad básica en tu vida así que le echas un vistazo al Marca, As, Sport y demás diarios deportivos objetivos y con información fiable (¬ ¬). Posteriormente piensas que ha salido ya el capítulo nuevo de una de tus muchas series favoritas y que por verlo no pasará nada. Total, son 20 minutillos... Aquí entra en juego la famosa Ley de Murphy y da la casualidad que esta vez el capítulo es doble así que tardarás más tiempo del previsto. Pero lo ves, además con ansia, no vaya a ser que abras Twitter y leas sin querer que alguna persona a la que sigues te haya hecho un Spoiler para demostrar al mundo que él ha sido el primero en ver el capítulo y los demás no somos tan frikis como él.

Y si piensas que las redes sociales y demás parafernalia son un obstáculo a la hora de ponerte a estudiar, existe un factor que es incluso más peligroso: Los amigos. Sí, queridos lectores, los amigos son esas personas que justo cuando llevas un minuto concentrado hacen que te vibre el teléfono para comentarte no sé qué historia por WhatsApp que hace que pierdas la concentración durante otros 10 minutos. Los amigos influyen de otra manera más cruel. Os pongo en situación: Once de la noche, estás en un bar con tus amigotes y ya llevas 6-7 cañas. En ese momento, el más ‘enrea’ de todos pronuncia la frase mágica: “Vamos a echar una copilla”. Tú, tus amigos y, sobre todo, el enrea, sabéis como acaba eso: a altas horas de la madrugada, en un estado lamentable, esperando que abran el bar Los cazaores para comerte ese fantástico ‘plomillo’. Pero tu cuerpo a veces es sabio y una pequeña chispa de responsabilidad brota en tu interior y te informa: “Como te dé el cubito del vaso en el labio, mañana no te levantas”. Así que efectúas la técnica conocida como ‘bomba de humo’: Te levantas, pagas las cervezas sin que nadie se dé cuenta, te acercas a tus amigos y dices: “Ey, que yo me voy que mañana tengo que estudiar”. Sales pitando del bar porque tus amigos te intentarán convencer para que no te vayas, cuales sirenas cantando para atraer marineros errantes. Los has conseguido y, al levantarte al día siguiente, tienes un cuerpecito que no está precisamente para estudiar. Coges el teléfono y compruebas que han aparecido las, poco a poco más famosas, ‘notas de audio’ de WhatsApp y oyes como tus amigos te dicen que si eres un abuelo, que vaya fiestón te has perdido, que qué bien se lo han pasado y que no van a estar mañana con buen cuerpo para ir a ver el fútbol, por lo que encima te quedas sin plan para salir. Como veis, la vida del estudiante responsable está llena de peligros que, en el mejor de los casos, se soluciona de una manera drástica: no teniendo amigos, no teniendo ordenador, no teniendo teléfono e incluso no bebiendo agua para no ir al baño. En fin, amigos, cierro ya Facebook, Instagram, Twitter, Tuenti, Gmail, Outlook, el Marca, el As, Comunio y apago el PC y el teléfono y me pongo q estudiar. Aunque bien pensado, es la 1 y quiero ver La Ruleta de la Fortuna.

Lógicamente ha pasado ya un rato, por lo que tus necesidades fisiológicas hacen aparición y vas al baño y, antes de volver a tu mesa, pasas por la cocina a ver qué encuentras. Vamos a ver chaval, tú sabes lo que hay: un plátano negro y blandorro que lleva en el frutero dos semanas, un yogurt a punto de caducar y galletas; pero vas a la cocina esperando que por arte de magia haya aparecido un donut de chocolate, aunque bueno, todo sea por arañar unos minutillos.

Qué es género Francisco Javier Fenoy Serrano

Género

Los organismos internacionales

Wikipedia El género es una construcción simbólica que alude al conjunto de atributos socioculturales asignados a las personas a partir del sexo biológico que convierten la diferencia sexual en una desigualdad social entre hombres y mujeres.

El primer problema es que se centran en estudios exclusivos de las mujeres y estos deben de ser tanto de hombres como de mujeres de manera equivalente.

“Nuestro propósito es comprender el significado de los sexos, de

Natalie los grupos de género en el pasado histórico. Nuestro propósito descubrir el alcance de los roles sexuales y del simbolismo Davis es sexual en las diferentes sociedades y períodos”.

‘Género’ fue un término propuesto por quienes afirmaban que el saber de las mujeres transformaría fundamentalmente los paradigmas de las disciplinas. Esta metodología implica una Nueva Historia.

una categoría de análisis

Analogía entre raza, género y clase.

Término designado por las feministas para definir explícitamente el estudio de género centrado en el sexo femenino y que no es el estudio de la mujer, que es general, sino de las mujeres, que sería individual, teniendo en cuenta las condiciones políticas, económicas, genéricas, etc., de las mujeres según su origen, raza, religión, etc.

Los estudios feministas demostraron que la mujer estaba en un estado de marginalidad dentro de la propia Historia. Los historiadores/as de las mujeres han demostrado que las mujeres estuvieron y participaron en las conmociones políticas más importantes de la civilización occidental.

Han definido género como un “conjunto de pautas de conducta o patrones de relaciones asignadas a cada sexo en las diferentes culturas. Se utiliza para demarcar las diferencias socioculturales que existen entre hombres y mujeres y que son impuestas por el sistema de organización política, económica, cultural y social, y por lo tanto, son modificables”.

En el inicio de su diferenciación, las feministas comenzaron a emplear ‘género’ como forma de referirse a la organización social de relaciones sexuales. Apareció primero en las americanas, que defendían una cualidad social de las distinciones basadas en el sexo. Querían diferenciar el determinismo biológico presente en expresiones como ‘sexo’ o ‘diferencia sexual’.

Género,

Estudios de las mujeres

Término estrictamente gramatical. Hablar de personas o criaturas de género masculino o femenino, en el sentido de sexo masculino o femenino, es una jocosidad (permisible o no según el contexto) o una equivocación.

PROBLEMA

El término ‘clase’ tiene una connotación económica, mientras que ‘género’ y ‘raza’ no.

Problema

Los historiadores no feministas lo reconocen pero lo marginan:

“Las mujeres han tenido una historia aparte de los hombres; en consecuencia, dejemos que las feministas hagan la Historia de las Mujeres que no tiene por qué interesarnos.” “La Historia de las Mujeres tiene que ver con el sexo y con la familia y debería de hacerse al margen de la Historia política y económica.” “Mi comprensión de la Revolución Francesa no cambia porque sepa que las mujeres participaron en ella.”

Así, en su concepción simple más reciente, ‘género’ es un sinónimo de ‘mujeres’. Hay que tener en cuenta que ‘género’ sería un término más neutral y objetivo que el término ‘mujeres’. ‘Género’ parece ajustarse a la terminología científica de las Ciencias Sociales y se desmarca de la política del feminismo.

Un ejemplo que muestra esta diferencia es que la Historia de las Mujeres proclama que su política es la de afirmar que las mujeres son sujetos históricos válidos, mientras que ‘género’ las incluye en sus estudios sin nombrarlas. Lo que implica este uso de ‘género’ es una búsqueda de legitimidad académica. Eso sí, hay que tener en cuenta que ‘género’ sugiere información de las mujeres, pero también necesariamente de los hombres.

Por tanto, y como explicación, el uso explícito de la palabra ‘género’ rechaza las explicaciones biológicas. Esto demuestra que el uso de ‘género’ pasa a ser una forma de denotar las ‘construcciones culturales’, es decir, la creación totalmente social de ideas sobre los roles apropiados para mujeres y hombres. ‘Género’ es, según esta definición, una categoría social impuesta sobre un cuerpo sexuado.

Para saber más...

El género: una categoría útil para el análisis histórico, Joan W. Scott

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