qwertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwerty uiopasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasd fghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzx AUTORIDAD Y POTESTAD DEL DOCENTE cvbnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmq EN EL AULA wertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyui opasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfg hjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzxc vbnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmq wertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyui opasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfg hjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzxc vbnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmq wertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyui opasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfg hjklzxcvbnmrtyuiopasdfghjklzxcvbn mqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwert yuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopas 17/05/2013
WENCESLAO AGUILAR Y MARBELI MEDINA AGUILAR
AUTORIDAD Y POTESTAD DEL DOCENTE EN EL AULA En la actualidad el término "Autoridad" parece estar perdiendo
relevancia
dentro
de
las
instituciones
educativas y más aun dentro de los salones de clase. Parece haberse vuelto una mala palabra, ya que la autoridad
es
vista
(por
algunos)
como
un
aprovechamiento del poder, que las funciones y cargos les dan a algunas personas en el área educativa. Comúnmente la autoridad suele relacionarse con términos como "orden", "disciplina", entre otros etcétera. Estos se consideran hoy por hoy conceptos inutilizados para algunos maestros, manifestando que la situación social por la que atraviesa la educación es caótica, los docentes ya no pueden hacer uso de técnicas o actividades correctivas, mediante las cuales regulen las actitudes negativas de niños y jóvenes, pues estos últimos evidencian conductas que no están acordes a la educación que reciben, y aprovechan los amparos legales de los que disponen para actuar de la forma en que lo hacen, y al verse corregidos por los maestros únicamente buscan generar un clima represivo, donde el docente aparte de perder la autoridad que por su labor le corresponde, y finaliza aceptando o volviéndose indiferente ante situaciones conflictivas que puedan darse dentro del aula. Para que el maestro reconozca verdadera mente cual es la tan llamada autoridad que el debe ejercer, es sumamente fundamental que sepa diferenciarla, ya que autoridad en ningún momento es sinónimo de autoritarismo, y por ende no implica volver a los planteamientos de la escuela tradicional donde el maestro era visto como en que tenía el poder y el alumno únicamente acataba órdenes; este tipo de educación es reconocida como formación de tipo bancaria o únicamente de almacenamiento de conocimientos por parte de los alumnos; un proceso donde el docente buscaba a toda costa hacerse respetar, sembrando el terror en sus alumnos, lo cual se concretaba en una marcada diferenciación de roles y funciones que ambos actores debían cumplir. La educación como proceso integral debe buscar el equilibrio entre el hacer y el deber ser, es decir, cada maestro tiene que reconocer cual es el papel que
desempeña y buscar ejecutarlo de la mejor manera, pero además cumplir con los que el sistema educativo demanda, una educación cimentada mas no temida. Para llegar al punto de equilibrio entre autoridad y potestad se deben tener en cuenta algunas consideraciones que permite revalorizar y poner en contraste la forma en que la labor docente se ha venido desarrollando a lo largo del tiempo.
La
autoridad
separada
hoy
no
del afecto por
un diálogo honesto
con
puede los ellos
entenderse
alumnos, y
con
de sus
aprendizajes, partiendo de la idea que se debe reconocer con humildad lo que no se sabe, pero al mismo tiempo tener la firmeza de que se debe enseñar aquello que se considera valioso. Los maestros y profesores pueden conquistar la autoridad por medio de sus actitudes en el aula y, sobre todo, apostando a una formación sólida y permanente. De todas maneras, los esfuerzos están condenados a quedar estancados si no cuentan con el apoyo de los aliados más importantes del proceso educativo: los padres; quienes proporcionan el apoyo y afirmación de las decisiones que los maestros consideres adecuadas para los estudiantes. Para que el maestro en la escuela actual pueda considerarse poseedor de virtudes y habilidades que se vean fundamentadas en sus alumnos, debe tener en cuenta que la potestad con la que el establezcan juicios de valor y toma de decisiones debe basarse en la comunicación e interacción con los educandos. El maestro debe aprovechar esa comunicación para brindar espacios que posibiliten a los estudiantes expresar sus ideas, opiniones y sentimientos, evitando la aparición de posibles barreras que se interpongan entre los ideales que el maestro persigue y los que los estudiantes están dispuestos a aceptar voluntariamente, sin verse influenciados por la autoridad y potestad del docente, ya que esto afecta al desarrollo académico, social y de personalidad de los alumnos. Desde este punto la función del maestro no puede verse reducida a la simple trasmisión de conocimiento, sino más bien ejercer autoridad con afecto y seguridad
y esto traerá consigo una serie de beneficios que van desde la credibilidad ganada por el docente, hasta el óptimo cumplimiento de lineamientos por parte de los estudiantes. La idea anterior hace énfasis en la importancia que tiene el alumnado dentro del proceso de enseñanzaaprendizaje, tal importancia se refiere a que el alumno no puede ser concebido como un ente pasivo, ya que nunca llegará a serlo. Por esta razón la buena relación que entre docente y discentes se desarrolle generará un cambio de actitud y forma de percibir la actuación de cada uno, sin dar paso a malas interpretaciones. Es tarea del docente conocer a sus alumnos, investigar el entorno que les rodea, valorando no solo los resultados académicos de estos, sino también las fortalezas y debilidades que cada alumno presenta, de tal manera que el docente no tenga que recurrir a castigos, llamados de atención o incluso sanciones al querer orientar a sus estudiantes.
Uno de los aspectos más importantes en un salón de clase es la autoridad y la potestad del docente dentro de un salón de clase ya que si se carece de la misma los demás factores serán herrados, del mismo modo es muy importa nte saber cómo ayudar a los niños con problemas de conducta es de particular trascendencia en las escuelas, donde se requieren medios eficientes y efectivos para corregir las conductas problema. En casi todas las sociedades, siempre se ha considerado que la preparación académica es una forma de elevar el nivel de vida. Es por esto que el pequeño que no logra el máximo aprovechamiento en la escuela, pocas veces tiene un futuro de éxito. Por tanto, los profesionales de la educación deben ser expertos en técnicas de modificación de la conducta para que los chicos obtengan los mayores beneficios de sus estudios. Uno de los mejores modelos para propiciar el cambio conductual es el conductista o de aprendizaje. En esencia, supone que la conducta tanto adaptativa como desadaptativa se aprenden, y que la estrategia más aconsejable para remediar la
conducta problema consiste en estructurar el ambiente del niño para que reciba retroalimentación de apoyo por su conducta deseable. Sin embargo, el manejo conductual eficaz no sólo
depende
los
profesionales
de
la
educación. El niño usualmente pasa casi todo el tiempo en dos ámbitos: hogar y escuela. Ninguno de ellos es más importante que el otro, puesto que cada uno interviene de modo decisivo en el desarrollo físico, conductual y cognoscitivo del niño. En general, los problemas de conducta observados en la escuela prácticamente implican a todo el sistema, que incluye al alumno, su casa y la escuela. Para resolver un problema con éxito, es necesario equilibrar los componentes de este sistema, la mayoría de las veces dicho equilibrio requiere que los padres reconozcan la existencia de un problema y colabore activamente para corregirlo. Así tanto la escuela como el hogar se coordinan para cumplir con las metas del manejo conductual. La conducta de un niño muchas veces el reflejo de la conducta de sus padres por ejemplo, la conducta agresiva de un niño en el salón de clases puede originarse en el ejemplo que le ofrecen unos padres abusivos e ineptos, o bien el fracaso escolar puede relacionarse con un trastorno emocional provocado por el divorcio de los padres. Dentro de la escuela, es posible que sin querer se haya recompensado alguna conducta indecible o que cierto problema de aprendizaje no identificado cause una gran frustración al niño en el salón de clases. Cada docente es único cuando nos referimos a dar clases, pues cada uno presenta diversas características a la hora de desarrollar una clase de igual manera es muy importante la autoridad y potestad que tenga el maestro con cada estudiante, es por esto la importancia que tiene conocer los distintos problemas que pueden presentar cada uno de los estudiantes ya que cuando se ha identificado un problema conductual y se ha determinado la conveniencia de modificar la cond ucta, se requiere un modelo de trabajo de técnicas adecuadas para guiar el plan de intervención.
BIBLIOGRAFÍA
Alfredo Dillon, ”Como reconstruir la autoridad en el aula”. Extraído el 15 de mayo de 2013, de: http://www.clarin.com/educacion/reconstruir-autoridadaula_0_894510740.html.
La comunicación profesional en la actividad pedagógica. Revista Pedagógica Universitaria (2005). Pág. 1-5. Cuba.
Richard M. Wielkiewicz. (1999). Manejo conductual en las escuelas. Principios y métodos. Editorial Limusa México.