GENERACIÓN Z
Tal parece que la imagen del hombre rudimentario queda en el pasado y los responsables son los llamados chicos “Z”, una generación de jóvenes que han nacido en medio del boom electrónico el que sistemas operativos inteligentes y los contenidos digitales son las actuales fuentes de conocimiento, comunicación y la forma más inmediata de relacionarse con otras personas.
Denominada como “Generación Z”, este sector poblacional nacido después de 1995 no sólo omite por completo la existencia de los padres de la tecnología como el televisor de bulbos o los casettes musicales, sus actividades diarias —tanto de entretenimiento, educación y comunicación— radican completamente en dispositivos que son capaces de registrar cada movimiento, ubicación, pensamiento, imágenes y hasta ritmo cardiaco, en tiempo real. A estas alturas no parece novedoso que alguien permanezca conectado al teléfono celular todo el día, y no justamente para realizar llamadas, sino para mantenerse activo a través de las redes sociales que se vinculan instantáneamente a cualquier aparato inteligente, como consolas de videojuego, tabletas, computadoras, audífonos inalámbricos y hasta las cámaras que vuelan por la ciudad a través de los drones que registran la evolución panorámica de cada metrópoli. Lo sorprendente, según datos compartidos por la consultora internacional Spark & Honey, estos jóvenes que oscilan entre los 17 a 19 años nde edad, acaparan el 60 por ciento de las decisiones respecto a la compra y adquisición de viajes, coches, comida y dispositivos tecnológicos (gadgets), a través del uso del internet y las diversas plataformas y redes sociales digitales a las que da soporte las 24 horas de día todos los días del año. También conocidos como “nativos digitales”, los integrantes de la Generación Z —que representan 25.9 por ciento de la población mundial— no sólo han obligado a los científicos y fabricantes electrónicos a mejorar e innovar en la creación de dispositivos que les faciliten la vida con tan sólo presionar un botón, también impulsan la conformación de nuevas ramas laborales ligadas al uso de internet, en donde el esfuerzo físico no es tan necesario para lograr la venta de inmuebles, contratos empresariales, difusión de información global y hasta el nacimiento de nuevas formas de relaciones interpersonales para formar una familia a distancia. Aunque los focos rojos se han encendido alegando la pérdida de contacto humano entre los jóvenes, lo cierto es que la Generación Z también modifica constantemente los métodos de enseñanza y aprendizaje, el intercambio cultural, social y tecnológico entre países, así como la mejora de la calidad de vida, pues estos dispositivos inteligentes constantes en su quehacer diario, son capaces, incluso, de registrar sus hábitos alimenticios alertando e identificando sobre complicaciones en la salud y en entorno ambiental en el que habitan. Si bien las mejoras en la calidad de vida son evidentes, también existen carencias alarmantes en las identidades culturales que atentan directamente contra el vocabulario que también se ha visto agresivamente alterado ante la integración de “emoticonos” o
“emojis”, imágenes estáticas o interactivas que han remplazado a las palabras y el uso correcto de la ortografía de cada idioma, pues “los nativos digitales”, utilizan más estos elementos virtuales para crear conversaciones a través de la pantalla que de viva voz. La difusión de información en tiempo real también viene ligada a estos jóvenes “Z” que viven en la hiperconectividad digital, pero también es origen de difamaciones, imprecisiones y distorsión inmediata de los hechos del mundo, pues la rapidez con la que el contenido multimedia se distribuye, ha dado paso a la violencia, que lejos de ser física, se centra en el descontrol emocional y la agresión psicológica, en especial, cuando la información en el acoso escolar, laboral, político y cultural. Hay puntos a favor y otros que ponen en duda el verdadero provecho que la “Generación Z” dará a la humanidad cuando se conviertan en el sector laboral activo económica y socialmente, en un lapso no mayor a 10 años. Mientras se definen los senderos de los nativos digitales, lo cierto es que esta hiperconectividad también ha ayudado a unificar las protestas sociales por parte de los más jóvenes que no esperan a denunciar actos criminales, racistas y de esclavitud sin importar en el país que se viva. Los antecesores - Generación X Se dice que los nacidos entre 1963 y 1976 pertenecen a la Generación X y son aquellos que han vivido de todo; es decir, las transiciones más importantes en el mundo: han transitado de la televisión en blanco y negro a la de color, han disfrutado de los juegos tradicionales —canicas, cuerda, yoyo, trompo— y han sido de los primeros en hacer uso de la tecnología recreativa —desde el Atari, hasta el Xbox One, PlayStation 4 o Wii U—. Esta generación se vio afectada por el bombardeo del consumismo de los años ochenta y principios de los noventa, la manipulación del sistema político, la llegada de Internet, cambios históricos como la caída del muro de Berlín, el fin de la guerra fría, la aparición del sida entre muchos acontecimientos. La generación X también se ha denominado “Generación Perdida” o “Generación de la apatía”. - Generación Y El término Generación Y se utilizó por primera vez en la editorial de agosto de 1993 de la revista “Ad Age” para describir a los adolescentes de aquella época nacidos ya a partir del año 1976. El sociólogo estadounidense Kathleen Shaputis había etiquetado milenarios como el bumerang generacional o “Generación Peter Pan”, debido a que percibe la tendencia para retrasar algunos ritos en la edad adulta por periodos más largos que las generaciones antes que ellos. Algunos han argumentado que la Generación Y ha trascendido las batallas ideológicas engendradas por la contracultura de la década de los sesenta.
Esto está más que documentado por Strauss & de Howe en su libro titulado “Millennials Rising: la nueva gran generación”, que describe la Generación Y como más “cívica”, rechazando la actitud de los “Baby boomer” y la Generación X.