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MICRO RELATOS PARA INQUIETAR TÚ NOCHE Resultado de un Certamen de Micro Relatos de Suspense y Misterio dentro del grupo literario AMANTES DE LAS LETRAS / SOLO PARA LOCOS Convocatoria del mismo grupo encabezada por Dayana Rosas y Marcela Isabel Cayuela Edición: https://www.facebook.com/groups/938779992839995/ Año 2015 Idea Original: Dayana Rosas y Marcela Isabel Cayuela Edición y Correcciones: Marcela Isabel Cayuela y Dayana Rosas
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MICRO RELATOS PARA INQUIETAR TU NOCHE AUTORES VARIOS
https://www.facebook.com/groups/938779992839995/
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© Ediciones AMANTES 2015 1° Edición Nro. de Registro: 1512216070030
Editor: Marcela Isabel Cayuela Imágenes: Web Edición de Portada: Marcela Isabel Cayuela Edición literaria: Dayana Rosas
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Dedicado a A los seres que más amamos, familia, hijos amigos y muy especialmente a nuestros compañeros de grupo literario AMANTES DE LAS LETRAS/SOLO PARA LOCOS
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PROLOGO El misterio y el suspenso han sido desde siempre motivo de desvelos y metas literarias. Tanto para el lector como fundamentalmente para los autores, entre quienes se conlleva implícita, la responsabilidad del logro plasmado en letras. Sin la inspiración y la técnica, el esfuerzo y el esmero, sería prácticamente imposible que el lector disfrute de una historia. En nuestro grupo literario, hemos convocado un certamen de micro relatos, con ésta temática de gran convocatoria entre el público lector. Los textos a continuación son el resultado final del mismo, expuestos en orden de votaciones, desde el ganador hasta los subsiguientes escritos más votados. A través de estas letras, viajaremos por diferentes planos o universos alternos. 24 historias en menos de 200 palabras que destilan imaginación, suspenso, misterio y finales sorprendentes, expuestos por nuestros mejores escritores seleccionados por más de 1500 compañeros, entre colegas y lectores, aficionados y profesionales. Esperamos que nuestro esfuerzo encuentre en vosotros la reacción tan ansiada, el efecto de inquietar sus mentes. Con solo eso, nos damos por satisfechos.
MARCELA ISABEL CAYUELA – DAYANA ROSAS
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AUTORES
DANIEL CASTILLO (Primer Lugar) DIONISIO LOPEZ RAMOS (Segundo Lugar) MARCELA ISABEL CAYUELA (Tercer Lugar) LUCHO SANCHEZ PEDRO RAMIREZ JOSE LUIS MACHADO MARITZA ALVAREZ DAYANA ROSAS HANNA POE EDUARDO CORRALES SHERMAN PEQUE NORMA BEATRIZ VILLAFAÑE EDUARDO MANSILLA (Mención Especial)
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CRUCIGRAMA DANIEL CASTILLO (Primer Lugar) No podía encontrar la palabra. El fuego ardía en la chimenea y las figuras sobre la pared eran un juego de luces y sombras. Era de noche y estaba solo en la casa. Para distraerse, se había puesto a resolver ese bendito crucigrama. La faltaba muy poco "palabra de nueve letras sinónimo de crimen". Comenzaba con A y terminaba en O, era todo lo que sabía. En ese momento le pareció escuchar unos tenues pasos en la escalera. Absurdo. La puerta estaba bien cerrada, se había asegurado. Solo su esposa tenía las llaves, pero se había marchado de viaje y no volvería sino hasta la semana siguiente. Así que siguió enfrascado en la lectura. De repente, una sombra se deslizó sigilosamente detrás de él y le golpeó en la cabeza con el atizador de hierro. La sangre comenzó a gotear copiosamente sobre las blancas baldosas del piso. Una mano femenina tomó entonces delicadamente el lápiz de sus manos y completó la palabra que faltaba. Qué tonto era, estaba muy fácil.
(ANONYMUS)
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SE APAGA LA LUZ DIONISIO LOPEZ RAMOS
A veces, la vida teje alrededor de las ilusiones. Fantasmas sin nombre que atrapan. Espejismos con huecos absorbentes tragando en tu interior, te comen el alma y se adueñan de tus sueños. Después, vomitan lo mejor de ti; demasiado tarde... se apaga la luz.
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LA CENA MARCELA ISABEL CAYUELA
Fue una velada encantadora, y las visitas habían resultado exquisitas. Satisfecha de sí misma, limpió delicadamente la comisura de sus labios, secó los extremos de sus esbeltos y pálidos dedos y, dejando caer displicentemente la servilleta sobre el plato, en silencio, se levantó de la mesa. Antes de salir del gran salón echó una mirada al magnífico escenario que brindaba la engalanada mesa con los restos del espléndido banquete y sonrió complacida. Descendiendo por largas escaleras, llegó a su habitación. Se desvistió en completa oscuridad. Desnuda y añorando el descanso, se introdujo en su lecho. Una última preocupación le impidió conciliar el sueño: ¿Qué serviría en la próxima cena? Las provisiones se habían acabado. Pensó con la mirada fija en la oscuridad hasta que se dijo, confiada, que ciertamente antes del ocaso llegarían nuevas visitas y el problema quedaría resuelto. Ya tranquila, alargó su brazo y bajó la tapa de su ataúd.
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CORTINA DE HUMO DIONISIO LOPEZ RAMOS
Esta mañana he intentado acabar con mi egoísmo; pero él, me exige dialogar dentro del silencio un pacto entre caballeros que no acepto. Yo pretendo redimirme de ciertos comportamientos, él pretende ocultarse detrás de una cortina de humo para volver a aflorar de nuevo.
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CELOS LUCHO SANCHEZ
-¡Doctor!, espero que esta cirugía clandestina que está a punto de realizar sea todo un éxito -¡Claro que sí!, no por nada soy uno de los mejores cirujanos. Pero… ¡cuénteme la verdad!, ¿Por qué quiere someter a su hermana a tan riesgosa operación?-Usted no me lo creerá… lo que pasa es que mi ¡hermanita! Se cree el centro del universo, siempre llamando la atención. Sus más primitivos deseos son cumplidos de inmediato; es más, a mí me arrastra siempre a sus alocadas travesuras, no importa que me niegue, me lleva de aquí para allá. Somos seres tan distintos, pero con una vida ligada; inclusive… ¡me ha obligado a dormir con hombres borrachos y otros muy rugosos!; es una vida desesperante la que tengo, un verdadero infierno. - No logro entender… ¿cómo diablos la convenció para que se realice esta intervención?-Ja, ja, ja, ¡no sea iluso doctor!, me toco dormirla con somníferos y realicé una gran proeza al traerla, aquí estamos. Solo yo quiero ser el personaje central de esta historia… la que mande en ella. ¡No pregunte más y trabaje!El galeno, inicia la complicada redistribución de cabezas en las siamesas.
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Deuda de un deudo Pedro Ramírez
Hace unos días murió mi madre. Hacía rato que no iba a visitarla, a saludarla, a abrazarla y besarla como corresponde a un hijo. De modo que decidí ir al cementerio a cumplir con mi deuda. Ya me puse en campaña para conseguir un pico y una pala...
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Final Jose Luis machado
Se colocó la boina de guía de época, y examinó el estado de las señales y el movimiento del cambio de las manecillas. Comprobó que los senderos estuvieran despejados hasta donde alcanzaba el horizonte. Inmediatamente, completando el rito, confirmó la suspensión de los espectros, y como ordena el protocolo de los artífices, acarició la noche. Todo estaba en orden, encendió su pipa e hizo vibrar los estandartes. Entonces, su compañera, se inclinó para conectar la bruma con el agua, y él, en persona, dio la salida a los fantasmas. Del otro lado los mortales, no saben lo que les espera.
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LA VENGANZA DE LAS SOMBRAS MARITZA ALVAREZ
Caminaba por el parque a sabiendas de que era seguida por alguien o por algo, varias veces volteó y no vio nada. Pero sentía la energía de otro cuerpo .Agilizó el paso y comenzó a sudar copiosamente, se detuvo y en ese instante los pasos que escuchaba detrás de sí también lo hicieron. Giró la cabeza y vio la sombra a su lado, cobró valor y le preguntó:- ¿Quién eres? En ese instante una voz como de mil trompetas le respondió: -tu sombra. Se tranquilizó y siguió caminando tranquilamente sin sospechar que al llegar al final algo pasaría. Y justo antes de llegar al final sintió la daga en su espalda, dio un traspié, y quedó tendida sobre la grama del parque asesinada por su sombra. Al día siguiente todos los periódicos del lugar reseñaba el suceso con muchas conjeturas y ninguna certeza...Cada día aparecían mujeres muertas en el lugar y nadie investigaba .Mientras yo sigo escribiendo mi novela la venganza de las sombras y desde la ventana observo el parque que me inspiró para recrear el espacio donde se desarrollaba, maravillado por las sombras que dan los árboles al caer la tarde y como cambian en la noche.
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Atrapada Marcela ISABEL cayuela Sentada en aquella mecedora por horas, observando inescrutable la ventana, doña Margarita dejaba correr el día displicente. Sola, desde hace más de 20 años, cuando su esposo desapareció en el pantano y los hijos emprendieron cada quien su derrotero. Jamás regresaron. Como si ella también hubiese muerto, tragada por el lodo que anegó la vida de su padre, hace tanto tiempo. Nunca encontraron el cuerpo. Pero aquella mañana del terrible suceso, recogieron prendas y artículos de su pertenencia flotando sobre el cieno oscuro y misterioso, frente a la cabaña. Era una antigua construcción, con una pésima fama. Se murmuraba, estaba habitada por fantasmas. Margarita odió a su marido desde el día en que depositó su joven y prometedora vida, en aquel distante paraje en medio de la nada. Pudo marcharse luego de su muerte. Pero la casa jamás lo permitía. Nada más llegar al sendero de partida, una extraña fuerza la devolvía. Solo le estaba permitido caminar por el viejo puente de madera sobre el pantano, para mirar desde el cieno, el reflejo de aquella mano tan conocida, que no quiso aferrar, para salvar su vida. Y aún… dormía junto a ella, embardunándolo todo con el sucio lodo.
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El ventilador Dayana rosas
Ella veía en el fondo una puerta entreabierta, sonaba algo que parecía un ventilador, pero realmente no era eso. Era el cuarto de su hermana, que debía estar estudiando. No hay luz, extraño, piensa. Camina y entra al cuarto. . . Un hilo de sangre por el piso, un cuerpo en el suelo y el ventilador girando descontrolado. . . Una letras en rojo. . . No fui yo.
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¡me duele! Dayana rosas
¡Duele, duele, duele demasiado! Amputada mi pierna, pero duele, duele. ¿Qué pasa? ¿Qué tengo? No lo soporto. Me tiro al piso y me retuerzo de dolor. Frustración, desesperación, tormento. . . Mientras que en otra parte, su pierna está siendo descuartizada por un hacha. . . Allí mismo, donde el jardinero corta su grama…
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Muerte en el museo roca MARITZA ALVAREZ Aquella noche se premiarían a los escritores ganadores de concurso de micro cuentos. En el museo Roca se encontraban todos reunidos. Recuerdo que éramos más de doscientos de todas las nacionalidades. Nos habíamos conocido en las páginas propias para este fin. Por supuesto que no imaginábamos la macabra idea de los organizadores del evento. Al comenzar la premiación, noté que había como una especie de bruma cubría el salón, le resté importancia porque el museo está en un edificio antiguo y creí que era producto del aire acondicionado y el frío propio de Argentina. Observaba a mi alrededor y muchos se veían como sofocados y otros parecían dormidos, les confieso que me dio miedo. Sin embargo me quedé tranquila. En ese momento todo fue paz y calma… la luces se apagaron, el aire dejó de funcionar… intenté incorporarme y no pude, toqué a mi compañero y estaba rígido y frío…Dios estaba muerto. Lo entendí todo fuimos asesinados con el vapor del aire, sí, la bruma que vi era el veneno. Pero ¿por qué? Si no éramos ningún peligro para nadie, solo personas apasionadas por la escritura. Abrí mis ojos y ya estábamos en una fosa del cementerio de la Recoleta.
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Ella Hanna poe
La última discusión no tenía precedentes. Se le fue de las manos. Como imaginar que se apoderaría de él, semejante, tremenda iniquidad, transformándolo en un monstruo. Solo quería humillarla, desguazarle su serenidad, su belleza, jirón a jirón. Dejarla. Derribar sus barreras. Que su miseria saliera a la luz. Verla babear, orinarse en sus blancas ropas. Sentir que se quebraba, como un jarrón de la más fina porcelana… Luego, revolver sus pedazos en su propia porquería. Lo había intentado muchas veces, siempre salía airosa, lastimada, sangrando… Y sin embargo se levantaba, acomodaba su pelo y su ropa, triunfante, gallarda (con su sonrisa enrojecida). Él huía… Ahora que lo había logrado, se sentía inquieto y asustado.
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Entró en la casa de los dos, no había rastros del infierno desatado. Todo estaba en su lugar, limpio, reluciente. Flores en los búcaros y comida en el horno. Ella en la cama, con su mejor vestido, níveo, espléndido. Solo había algo fuera de lugar… Un diminuto frasco azul caído en la alfombra, del que emanaba un sutil olor a almendras. Y ese olor, tan etéreo, como la mujer que quiso destruir, le hizo saber que una vez más, ella había ganado.
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payaso Dionisio López ramos
Y lo peor de todo, es haber nacido con cara de chiste. Pero no porque se rían conmigo o de mí constantemente; si no porque no me hacen caso y me toman por el pito de un sereno, pero no importa yo les dejo. Después, a la noche, les llevo a mi mundo... ¡Jamás vuelven a saber de ellos! ¡Yyyyaaggggg!
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El misterio del monasterio Maritza Álvarez
Nadie sospechaba lo que sucedía en aquel monasterio ubicado en las afueras de la ciudad. Desde hacía más o menos cinco años al iniciar el mes de agosto se veía salir un humo gris de la chimenea del lugar y la carroza de la funeraria llevaba un nuevo ataúd. Yo decidí preguntare al cura del pueblo, el cual con mirar enjuto me dijo:- es una ceremonia que hacemos en agosto y nada tiene que ver con fallecimientos de monjes, ni asesinatos, ni nada de eso…ocúpate de cosas del pueblo. La vida en el monasterio es cosa de nosotros. Por supuesto que la respuesta no me gustó y decidí seguir investigando en otras fuentes, pero nada. Todo era silencio en torno al monasterio. De pronto todo cambio porque un incendió en la lavandería arrojó un centenar de fallecidos que al ser examinados por el forense se observó que muchos de los cadáveres no eran de ese momento trágico sino que tenían mucho tiempo de muertos y en el sótano habían restos de madera de ataúd. Mi teoría era cierta, fallecían y se quedaban enterrados allí o mejor dicho en el sótano en sus ataúdes… guardados para siempre en el monasterio cruel.
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Cada noche Marcela ISABEL cayuela Se estremece mi piel bajo las sabanas, esa extraña sensación de no estar sola en la penumbra de la noche, iluminada por la luna atravesando el cristal de la ventana. Aferrada a mi almohada, repaso todas las razones posibles y fundamentadas para lo que sucede cada noche en ese cuarto. Intento tomar el control de mis sensaciones y sentidos; inculcándole a mis miedos, la banalidad de su misterioso origen. Lucha vana, indeclinablemente perdida… horas de esfuerzo desvelado. Mientras la plateada luz, recorre con su haz los rincones en penumbras, mi ansiedad aumenta descontrolando mis latidos…pronto se reflejará en el antiguo espejo. Será como cada noche, el clímax de mi angustia, el límite entre lo razonable y el pánico desatado. Cierro fuertemente los ojos. Más una extraña fuerza me obliga a observar el destello del astro sobre el cristal enmarcado. Y allí está, como cada noche, dibujada en plata, el contorno de una figura inescrutable, observándome…invitándome a seguirle. Esta vez, decido enfrentarle, camino hacia ella…La luz me envuelve…desaparezco en el reflejo. Siento que finalmente voy adonde pertenezco. Sobre mi mesa de noche, reposan amarillentas y olvidadas, las invitaciones a un funeral…hace 150 años. Todas, llevan mi nombre impreso.
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El número 13 Norma Beatriz Villafañe
Todos los años se reunían a la misma hora y en el mismo lugar, jamás faltaron a la cita.
Siempre estaban los doce, y como todos los años había un invitado especial, que cumplía con los requisitos requeridos.
El invitado llego dos horas antes, ansioso y curioso por participar en tan honorable reunión.
Nunca se imaginó que él sería la cena....
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El momento de la verdad Pedro Ramírez
No se resignaba a estar solo. Sentado en el diván, pensó en los momentos felices que habían compartido y lloró amargamente. Las cosas habían sucedido muy rápido, y no se había despedido como hubiera querido hacerlo.
Surgió en él unas ansias irrefrenables de verla una vez más. Se levantó desesperado, salió de la casa corriendo y bajó las escaleras como un torbellino, pero al alcanzar la calle solo llegó a ver como en la esquina doblaba el coche fúnebre.
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El otro Pedro Ramírez
He vivido mi corta vida aterrorizado, y cada año que pasa me agrega nuevos terrores.
Vivo temiendo que acontezca lo inesperado, lo inverosímil: que el fuego irradie frío, que la belleza muestre sus dientes, que la flor despida hediondez, que la juventud devenga en decadencia, que nadie responda a mi voz, que nadie recuerde mi nombre...
Y cada noche, al tratar de conciliar el sueño, me asalta mi peor temor: que mi vida sea un sueño y al despertar me encuentre con que soy otro en un mundo en donde todos mis temores son reales.
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Hambre Eduardo corrales Entre las sabanas de verano hay calor. Calor a pesar de estar desnudo. Calor a pesar de todo. En medio de este clima me voy hundiendo hasta llegar al umbral onírico. Raro, Hace mucho tiempo sufro de insomnio, desde el preciso instante que te fuiste de casa. La psicóloga me dijo que es una transición, pero de esto ya llevo 6 años, sinceramente, te extraño más cada día que pasa y para ser honesto observo, diariamente, embelesado, ese precioso vestido color ámbar que te regale para usar en la playa. Me despierto con un increíble aroma a sándalo, Es obvio que como vivo solo, no hay nada rico para comer a la madrugada. Tengo hambre. Un rayo de luna apunta directo a tu foto y yo me derrito de amor/calor o calor/amor. Me como la foto. Coloco ese precioso vestido color ámbar directo al rayo de luna y lo como. Me siento desahogado pues ya no me queda nada más tuyo para ver. Luego de esto pretendo dormir. Ya dije que sufro de insomnio desde el preciso instante que te fuiste, desde el momento exacto en que comí tu carne… y fue la comida más exquisita.
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Envase Eduardo corrales Amor mío, no creo que de esta noche nada me sorprenda ya. Solo espero que toquen las veinticuatro. Tanto tiempo de no hablarnos me ha calado muy profundo y lastimado mucho. Inclusive padezco insomnio. Amor, ¿quién dijo que tenías derecho a dejarme? Has muerto y debido a ello, hace ya dos años, frecuento lugares metafísicos, espiritistas, alquimistas y esotéricos; donde he aprendido infinitas formas de vincularme con vos. Cosa que hoy, cuando toquen las doce, espero poder concretar. Coloco piedras oceánicas debajo de tus restos. Ellas poseen la energía necesaria, para que tu cuerpo retrase la putrefacción que avanza. Cielo, faltan quince para las veinticuatro. Vida, falta un minuto. A lo lejos, predomina el aullido de los perros. Enciendo las cinco velas negras. Bebo la última pócima, producto de la licuación de tus ojos blancos y nubosos, me acuesto sobre vos. Te abrazo fuerte. Mis brazos fracturan tus restos. Te beso profundamente en la boca, esperando que toquen las veinticuatro y allí, por fin, me voy fundiendo dentro tuyo, y así lograr vivir juntos y enamorados, como siempre, hasta el fin de los siglos de los siglos. Dentro del mismo envase.
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El adelantado Sherman peque
Año 2123. La tierra está devastada, necesitamos otro planeta. El futuro de la humanidad ya no es incierto, la desaparición próxima de todos los seres llamados humanos es una certeza, o casi. Soy la última carta, mi viaje es la mano final. Acabo de despertar del sueño inducido de 5 años. Durante ese tiempo, la nave que me transporta ganó velocidad rebotando en el cinturón de imanes que orbitan el planeta, ahora está próxima a la velocidad de la luz. En breve cambiaré de dirección para dirigirme al infinito y misterioso agujero negro, objetivo de la misión. El momento llegó. Cambio el rumbo. Velocidad luz. ¿Qué pasó? Me desvanezco en millones de partículas. Paz. Soy todo. Soy nada. Lo entiendo, esa luz es mi destino, me entrego a ella.
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Dolor. Me estoy reintegrando. Dolor intenso en todo mi ser. Con la luz cada vez más cerca el sufrimiento es más visceral, más profundo. Fin del suplicio. Calor de unos brazos que me mecen, un pecho que me alimenta. Nuevamente la paz, la incertidumbre. La vida…
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El espejo Norma Beatriz Villafañe Desde que entre a la habitación no he podido apartar mis ojos del espejo, es como si me atrapara cada vez más. El primer día que lo vi, note una mancha, aunque traté de ignorarla, sigue allí, haciéndose cada vez más grande… siento que me absorbe, yo empequeñezco mientras ella crece lentamente Hay días que sigue igual, aunque trato de no darle importancia siento mis fuerzas decaer, contrariamente ella se fortalece. Tengo miedo de desaparecer, de que me absorba por completo. Entonces huyo de la habitación Pero no puedo alejarme demasiado, es como si me llamara por mi nombre y nuevamente, me encuentro sentada en el sillón… mirando fijamente la mancha en el espejo. Ha pasado un mes y ya no tengo aliento, permanezco en cama todo el día, desde allí, la veo creciendo cada vez más Siento que me voy, que mis ojos se van cerrando de a poco, pierdo el sentido y es como si no sintiera los latidos de mi corazón. De pronto, en mi inconsciencia, escucho un llamado suave y susurrante, me levanto, voy hasta el espejo, apoyo mis manos… y el me succiona por completo.
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PLAZA PRINGLES DE ROSARIO ESDUARDO MANCILLA (Mención especial)
Caminó por la vereda diagonal y se sentó en uno de los bancos de madera frente a la fuente. Metió la mano en el bolsillo del sobretodo y sacó unas semillas de alpiste. Las esparció por el piso de baldosas geométricas, de inmediato se arremolinaron palomas a picotearlas. Dos, tres veces repitió la acción. Las palomas se tornaron gordas y negras, como cuervos y devoraron las semillas. Tres, cuatro veces más, ahora del otro bolsillo y los cuervos fueron buitres ingratos, que no dejaron rastros del viejo porque se comieron hasta el sombrero.
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INDICE CRUCIGRAMA – Daniel Castillo…………………………………9 SE APAGA LA LUZ – Dionisio López Ramos………………..10 LA CENA – Marcela Isabel Cayuela……………………………11 CORTINA DE HUMO – Dionisio López Ramos………………12 CELOS – Lucho Sánchez………………………………………..13 DEUDA CON UN DEUDO – Pedro Ramírez…………………..14 FINAL – José Luis Machado……………………………………15 LA VENGANZA DE LAS SOMBRAS – Maritza Alvarez…….16 ATRAPADA – Marcela Isabel Cayuela………………………..17 EL VENTILADOR – Dayana Rosas…………………………….18 ¡ME DUELE! – Dayana Rosas…………………………………..19 MUERTE EN EL MUSEO ROCA – Maritza Alvarez………….20 ELLA – Hanna Poe……………………………………………….21 PAYASO – Dionisio López Ramos……………………………23 EL MISTERIO DEL MONASTERIO – Maritza Alvarez………24 CADA NOCHE – Marcela Isabel Cayuela…………………….25 EL NÚMERO 13 – Norma Beatriz Villafañe………………….26 EL MOMENTO DE LA VERDAD – Pedro Ramírez………….27 EL OTRO – Pedro Ramírez…………………………………….28 HAMBRE – Eduardo Corrales…………………………………29 ENVASE – Eduardo Corrales………………………………….30 EL ADELANTADO – Sherman Peque………………………..31 EL ESPEJO – Norma Beatriz Villafañe………………………33 PLAZA PRÍNGLES ROSARIO – Eduardo Mancilla………...34
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Editado en Tucumán – Argentina Octubre de 2015 1° Edición Todos los Derechos Reservados
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