Devocional mvc noviembre 2013

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Ministerio VISION CRISTIANA RECOPILACION DEL MES DE NOVIEMBRE/2013 Avda. Centenario Este 369 – San Luis – C.Postal (5700) – Argentina

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA NOVIEMBRE 01_2013 “Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará”. Juan 12:26

PARA SERVIR A DIOS… Como cristianos, debemos ser extensiones vivientes de la vida Jesús. Es decir, debemos permitir que el Espíritu Santo haga la obra de Cristo a través de nosotros. Para seguir el ejemplo de Jesús, debemos: • Aprender a vivir como siervos de Dios. Necesitamos renunciar a controlar nuestro tiempo, talentos y dinero, y aceptar nuestra comisión de trabajar en Su reino. Así como hizo nuestro Salvador, no debemos actuar independientemente (Juan 5:19). Nuestra tarea es hacer todo lo que Dios nos pide que hagamos. • Estar listos a responder a Su llamado de ayudar a los demás. Hay el deseo natural de limitar nuestro círculo a personas que sean como nosotros, pero debemos rechazar esta inclinación. Dios nos pide que ofrezcamos nuestra ayuda a quienes la necesiten: a conocidos y a extraños. Fortalecer nuestra relación con el Señor nos ayudará a reconocer las oportunidades que Dios ha puesto delante de nosotros, y a actuar. • Estimularnos los unos a los otros a las buenas obras (Hebreos 10:24). Debemos motivarnos unos a otros para optar por la santidad y el servicio, por encima del placer mundano y el egoísmo. Los creyentes debemos estimularnos mutuamente a tener una actitud de gratitud por lo que Dios ha hecho, y de confianza por lo que Él hará en y a través de nuestras vidas. Las buenas obras no son un medio de salvación, pero sí tienen que ver con las recompensas eternas. Los creyentes seremos evaluados en el tribunal de Cristo por lo que hicieron en la tierra. Las obras hechas sin la dirección de Dios serán quemadas; las realizadas en obediencia al Espíritu Santo serán recompensadas (1 Co. 3:15). Permita que su amor a Dios le estimule a servir en Su reino.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA NOVIEMBRE 02_2013 “Para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error…” Efesios 4:14

CRECER EN MADUREZ ESPIRITUAL… Si pensamos en la vida cristiana como un viaje, podemos identificar varias etapas de crecimiento que necesitamos alcanzar en la ruta a la madurez espiritual. Las primeras dos etapas son la salvación y el servicio. Todos comenzamos nuestro viaje en el mismo lugar: muertos espiritualmente y sin interés en las cosas de Dios (Ef. 2:1, 2). Solamente hay una manera de recibir vida espiritual: la fe en Jesucristo, quien tomó nuestro lugar y llevó el castigo de Dios por nuestros pecados. Murió para que nosotros pudiéramos tener vida. Al ser salvos, recibimos el Espíritu Santo, el cual crea en nosotros el deseo de conocer a Dios y a Su Hijo Jesucristo. Al aprender más acerca de nuestro Dios trino, nuestra fe se profundizará y nuestros corazones rebosarán de agradecimiento. La gratitud nos conducirá al siguiente paso del viaje: el servicio a Dios. Desearemos devolver algo a Dios en reconocimiento a Su generosidad para con nosotros. En vez de determinar nosotros lo que queremos hacer, debemos preguntarle al Señor cuáles son Sus planes, y cómo podemos encajar en ellos (Ef. 2:10). Como hijos de Dios, debemos escuchar con atención Su invitación, y concentrar nuestras mentes y corazones en la obediencia. Con el tiempo, el Espíritu Santo producirá su “fruto” en nosotros (Gá. 5:22, 23), y nos unirá a otros creyentes en el servicio. El crecimiento es un principio clave en la vida del creyente. Efesios 4:15 nos dice que “crezcamos en todo hacia… Cristo”. La madurez espiritual comienza con la salvación, y ésta debe ser seguida por una decisión permanente de servir a Dios. ¿Está usted dedicado a servirle?

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA NOVIEMBRE 03_2013 “Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra”. Colosenses 3:2

LOS PASOS CRISTIANOS… El Espíritu Santo nos guiará a través de etapas para desarrollar nuestra madurez espiritual. Estas etapas son: salvación, servicio, dependencia y una vida canjeada. Aunque este crecimiento se produce a velocidad y modo diferentes, todos los creyentes están en el mismo viaje con igual propósito: ser transformados a la imagen de Cristo. La dependencia de Dios, una parte importante de la madurez espiritual, se aprende muchas veces por medio del servicio a Él. Al intentarlo, nuestras torpezas nos frustrarán y nos sentiremos tentados a renunciar. O podremos encontrarnos cayendo de nuevo en hábitos pecaminosos, aunque no queramos que sucedan (Ro. 7:19). Una lección clave en esta etapa, es entregar el control y dejar que el Espíritu Santo nos dirija y ayude; es decir, tenemos que vivir por fe, no por vista (2 Co. 5:7). Cuando enfrentemos una lucha, debemos volvernos a Dios y depender de Él. Al mismo tiempo, cuando estudiemos Su Palabra, nuestra mente será redirigida para pensar bíblicamente. Entonces podremos aceptar la verdad de Dios, y dejar detrás los mensajes que hemos recibido en nuestra educación y cultura, que no armonizan con Su perspectiva. La etapa final es lo que se conoce como una vida canjeada (Gá. 2:20). Aceptamos que la única manera de vivir la vida cristiana, es permitir que el Espíritu Santo viva la vida de Cristo a través de nosotros. Le hacemos a Dios la promesa de rendir todo lo que nuestro “ego” quiere, y de buscar sólo lo que Él quiera. Después que hagamos este canje, tendremos una experiencia mayor de la libertad y el gozo que Jesús prometió a Sus seguidores. El crecimiento espiritual requiere de nuestra cooperación.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA NOVIEMBRE 04_2013 “Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”. Lucas 19:9-10

¿QUIÉNES SON “LOS PERDIDOS”?... Zaqueo trabajaba como un importante cobrador de impuestos para el gobierno de Roma, y su profesión hacía que sus compatriotas judíos lo despreciaran. Cuando el Señor lo buscó y le dijo que visitaría su casa, la multitud se sintió consternada: Jesús se estaba asociando con alguien cuya conducta lo hacía un pecador para ellos. El Salvador respondió: “Porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lc. 19:10). La palabra perdido es un término bíblico usado para describir la situación de todos los que todavía no han recibido a Cristo como su Salvador personal. En ese estado, la persona está separada de Dios –hay una vida física, pero ninguna conexión espiritual con Él. En esa condición, la mente está ciega a la verdad de Dios. Estar perdido no tiene nada que ver con la conducta física; se refiere a la muerte espiritual (Ef. 2:1). El pecado entró a la humanidad por la acción desobediente del primer ser humano: Adán. Cuando éste toleró el plan de Eva y desobedeció a Dios, su naturaleza se volvió rebelde, y todas las generaciones posteriores heredaron su naturaleza de pecado. Todos nosotros hemos nacido en este mundo con una naturaleza no inclinada a Dios (Ro. 5:1, 2). Zaqueo era un pecador, no por su codiciosa profesión, sino debido a su condición perdida. La buena conducta no nos hace cristianos, ni la mala conducta nos descalifica. Zaqueo recibió la salvación por su fe en Jesús. Cuando recibimos a Cristo como Salvador, nosotros, al igual que Zaqueo, no estamos ya perdidos; ahora tenemos vida espiritual ¡Aleluya!

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA NOVIEMBRE 05_2013 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3:16

AMADOS, PERO PERDIDOS… Por la fe en Jesús, pasamos de nuestra condición de perdición –separados de Dios– a la adopción en su familia. Sin fe en Él, enfrentaremos la separación permanente de Dios. El día del juicio, Dios determinará el destino eterno de todos, según el estado espiritual de cada persona. Los miembros de la familia de Dios vivirán en el cielo con Él. Pero quienes sigan estando ciegos a la verdad divina, que se encuentra sólo en Jesús, serán separados y enviados a vivir en un tormento eterno (Ap. 20:12-15). Muchas personas tienen problemas para reconciliar esta enseñanza con el concepto de un Dios de amor. Razonan que el amor no condenaría a nadie al tormento. La verdad es que Dios desea la reconciliación –no la separación– del hombre. Su amor por nosotros fue lo que lo llevó a darnos todo lo que necesitábamos para recibir el perdón y ser reconciliados con Él. Es el hombre quien se niega a aceptar su provisión como el remedio para su problema del pecado. Una persona no salva no podrá culpar a Dios; su sufrimiento será el resultado de su rebeldía contra el Señor. Otra objeción común es: “El amor debe aceptar a la gente por su vida moral y por sus buenas acciones”. Este argumento da por sentado que Dios ignora el pecado y que concede el cielo gracias a la buena conducta. Pero Dios es santo y justo, y por eso no permitirá que el pecado quede sin castigo. Sin embargo, por su gran amor, Él proveyó un medio para que nuestra deuda de pecado fuera pagada: la muerte expiatoria de Jesús. Dios extiende Su amor a todo el mundo perdido, e invita a cada persona a venir a Él por medio de la fe en Su Hijo Jesucristo.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA NOVIEMBRE 06_2013 Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias. Colosenses 4:2

CONSAGRADO A LA ORACIÓN… Jesús estuvo consagrado a la oración. Se encontraba con el Padre temprano cada mañana, le buscaba en medio del día ajetreado, y se apartaba para tener comunión con Él en las noche. Sus acciones eran un testimonio del lugar central que debe tener la oración en la vida de los cristianos. La oración parecía ser algo natural para Jesús, pero la mayoría de nosotros tenemos que esforzarnos para mantener una comunión regular con Dios. Nos distraemos fácilmente con los detalles de la vida, nuestros deseos y las exigencias de la gente. La vía para tener una vida más intensa de oración comienza con nuestra firme determinación de desarrollar el hábito de la oración, y de hacer de ella una prioridad cada día. Lo logramos apartando tiempo para la comunión diaria, y teniendo un lugar que reduzca al máximo las interrupciones. Puesto que siempre estamos ocupados, será necesario hacer un sacrificio –es posible que tengamos aceptar dormir menos, renunciar a una actividad favorita, o utilizar nuestra hora del almuerzo para orar. Es posible que los padres tengan que pedirle a un amigo cristiano que les ayude con los niños, para tener un tiempo a solas con Dios. Otro factor clave es la lectura de las Escritura, la cual debe sostener nuestra vida de oración. La Biblia nos enseña cómo es el carácter de Dios, sus promesas y sus prioridades; ella dirige nuestros pensamientos, para concentrarlos en Él. La Palabra nos recuerda la importancia de Dios y nuestro deseo de agradarle. Después de esto, estaremos preparados para oír lo que Él tenga que decirnos. Evalúe el estado actual de su vida de oración, y dispóngase a mejorar una de las áreas mencionadas arriba.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA NOVIEMBRE 07_2013 Gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración. Romanos 12:12

LOS BENEFICIOS DE DEDICARSE A LA ORACIÓN… A Jesús le encantaba hablar con Su Padre, y buscaba a menudo la oportunidad de estar a solas con Él. Además, a veces hablaba con Dios en presencia de multitud de personas, o pedía a algunos de sus discípulos que se unieran a Él en oración. Porque Jesús oraba con frecuencia, seguía la dirección del Padre, estaba unido a Él en Su obra y comunicaba las palabras de Dios a las personas que le rodeaban. Cuando tomamos la oración en serio, nuestra intimidad con el Señor comienza a crecer. Llegamos a conocerle mejor cuanto más le escuchamos y hablamos con Él. Cuando eso sucede, comenzamos a ver al mundo desde una perspectiva divina. Las cosas que le importan a Dios serán también las que nos interesen a nosotros, y nuestras oraciones reflejarán cada vez más Sus intereses. La experiencia de las oraciones respondidas nos animará y desarrollará nuestra fe. Con el tiempo, la disciplina de la oración comenzará a tener un efecto purificador en nosotros. El Espíritu Santo cultivará la verdad de Dios en lo profundo de nuestro corazón a medida que dejemos que el estudio regular de la Escritura nutra nuestra relación con Él. El contacto constante con la Palabra nos revelará áreas personales de pecado, y el Espíritu nos dará el poder para cambiar. Además, aprenderemos a ver dónde quiere Dios que nos involucremos, y cómo invertir nuestro tiempo, dinero y dones espirituales en Su obra. Por medio de la oración, recibiremos también una paz divina, aunque las circunstancias empeoren o no cambien (Is. 26:3). Los beneficios de la oración son numerosos, pero el mayor de todos es el gozo que nace de pasar tiempo con el Señor.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA NOVIEMBRE 08_2013 En la hermosura de la gloria de tu magnificencia, Y en tus hechos maravillosos meditaré. Salmo 145:5

MOMENTOS QUE NOS SUSTENTAN… Todo creyente experimenta momentos de dificultades. El rey David y otros hombres y mujeres piadosos han descubierto la clave para mantenerse fuertes y productivos durante esas difíciles circunstancias. Las palabras de David en el salmo 145:5 resumen lo más importante que puede hacer el creyente: “En la hermosura de la gloria de tu magnificencia, y en tus hechos maravillosos meditaré” Meditar involucra leer la Biblia, pero va más allá de leer por encima una sección, como podemos hacer con otro libro. Más bien, necesitamos orar mientras la leemos, pidiéndole a Dios que nos muestre por Su Espíritu lo que significa un pasaje, y de qué manera podemos aplicar Sus palabras a nuestra vida. Luego debemos hacer todo lo que Él nos inspire. Si apartamos tiempo para dedicarlo al Señor en un lugar tranquilo, Él estará allí, abriendo nuestras mentes y corazones. Al comienzo, muchas personas tienen problemas para organizar sus pensamientos y calmar a un cuerpo que quiere ponerse a hacer algo de una vez. Pero la meditación es también acción. Al concentrarnos en la Palabra de Dios estamos aprendiendo más, y aumentando nuestra sed de Él. Al disciplinar nuestra mente y nuestro cuerpo para meditar, cosechamos los beneficios espirituales de un mayor discernimiento y de un claro sentido de propósito. Sabemos que Dios está siempre con Sus hijos en la persona del Espíritu Santo que vive en ellos. La meditación cambia nuestro conocimiento en experiencia; la comprensión que obtenemos en nuestro recogimiento permanecerá con nosotros, para que estemos conscientes de que Dios está constantemente

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA NOVIEMBRE 09_2013 Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe. 1 Corintios 15:14

SIN LA RESURRECCIÓN NO HAY ESPERANZA… En el pasaje de hoy vemos al apóstol Pablo retando a las personas de la iglesia de Corinto que negaban una verdad fundamental de la fe. Algunos cristianos allí rechazaban la idea de que los creyentes experimentarían algún día una resurrección corporal. Creían que no había ninguna vida después de esta terrenal, y por eso buscaban gozar del mayor placer posible, sin detenerse a pensar en la eternidad. “La muerte es el fin; por tanto, goza lo más que puedas”, era su manera de pensar. A través de los siglos, muchas personas han abrazado esta miope filosofía. La amonestación de Pablo es tan verdadera hoy como en el pasado: negar la verdad de la resurrección significa que nuestra fe no tiene ningún valor (1 Co. 15:17). Si la renovación de un cuerpo es imposible para Dios, entonces Jesús no sería el Señor viviente. Además, Su estado permanente de muerte indicaría que Él no tuvo suficiente poder para vencer el pecado y el mal, y nosotros nunca tendríamos la certeza de que Dios tiene el poder necesario para dar vida eterna. A semejanza de los seguidores de otras religiones, viviríamos confiando en que las palabras de una deidad son ciertas, pero temiendo que la muerte pudiera ser, en realidad, un fin sin sentido. Si Cristo se hubiera quedado en la tumba hace 2.000 años, entonces habría sido sólo un predicador itinerante. Esta religión que llamamos cristianismo habría muerto con Él, porque los creyentes no tendrían nada en qué poner su esperanza. Pero Él sí venció la tumba; tenemos los testimonios de testigos presenciales y la seguridad del Espíritu Santo para confirmarlo. Nuestro lema debe ser: “¡Vivir para la gloria del Señor resucitado!”

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA NOVIEMBRE 10_2013 Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Romanos 10:9

LA RESURRECCIÓN: ¿ES IMPORTANTE?... Para los cristianos es fundamental creer que Jesucristo se levantó de los muertos. Reconocer que murió por nuestros pecados no es suficiente; tenemos que aceptar Su resurrección para la vida eterna. Cristo pagó nuestra deuda, pero Su sacrificio en la cruz no significa nada si Él no tuvo ningún poder sobre la tumba. El Señor hizo posible nuestra salvación al vencer al mal y la muerte. La resurrección de Jesús probó que Él fue capaz de quitar el pecado y su castigo. Creer que Cristo siguió estando muerto, significaría aceptar lo contrario: que los creyentes siguen estando en el pecado. El fin inevitable de una vida de pecado es la muerte. En consecuencia, a la persona que niegue la naturaleza eterna de Cristo no le espera sino un futuro sin esperanzas. Bertrand Russell, un famoso filósofo ateo, dio esta triste descripción de esa desesperanza: “La vida del hombre es frágil y transitoria. Sobre él y su raza cae la muerte, lenta y segura, inmisericorde y siniestra”. En vez de disfrutar de la libertad cristiana y de esperar un hogar en el cielo, quienes rechazan la resurrección están esclavizados al presente, al no tener una esperanza verdadera ni un significado para su vida. La profesión, la familia y las buenas obras pueden ofrecer un placer efímero, pero no la felicidad que viene de saber que hemos sido justificados por Dios y de que estamos viviendo dentro de Su voluntad. La resurrección no es un asunto de denominación religiosa. O creemos que Cristo resucitó de los muertos y ascendió al cielo, o no lo creemos. Si rechazamos Su victoria sobre la tumba, nos negamos a nosotros mismos un lugar en la eternidad. Pero si aceptamos esa verdad, Pablo nos asegura que seremos salvos.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA NOVIEMBRE 11_2013 Y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados. 1 Corintios 15:17

UNA FE DIGNA DE SER PRACTICADA… La actitud de una persona en cuanto a la resurrección, es importante siempre, no simplemente en la Pascua Florida. Si vamos a aceptar o rechazar una verdad bíblica, debemos entender cómo afecta ese principio nuestra fe y también nuestro testimonio. La principal implicación de decir que Jesús se quedó en la tumba, es que hemos sido dejados sin ninguna esperanza de salvación. Esto, hace que sea absurdo que les hablemos a los demás del Señor Jesucristo. Jesús es el Único que da poder dador de vida al mensaje del Evangelio. Sin Él, compartir la Palabra no tendría ningún efecto sobre la vida de alguien. Además, mentiríamos acerca de Dios cuando testificáramos de las Escrituras, diciendo que Él resucitó a Jesús, si en realidad no lo hizo. Si el Padre no resucitó al Hijo, entonces Él debe también ser falso en cuanto a la naturaleza eterna de los creyentes. ¿Cómo podríamos esperar jamás estar “ausentes del cuerpo, y presentes al Señor” después de la muerte, si el propio Hijo inmaculado no recibió el mismo tratamiento? (2 Co. 5:8). Sin la resurrección de Cristo, no tenemos ningún Señor que salve, ninguna Palabra de poder, ninguna esperanza de eternidad, sólo una fe muerta. No valdría la pena practicar una religión con esas características. Sin embargo, creyentes aceptan fácilmente éstas y otras mentiras. Un creyente sabio estudia las Escrituras y, reconoce la manera cómo encaja el plan de salvación de Dios desde Génesis hasta Apocalipsis. La única base legítima para tener una esperanza eterna, es recibir el sacrificio de Cristo por nuestras transgresiones, y creer que Él conquistó al pecado y la muerte para levantarse de nuevo.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA NOVIEMBRE 12_2013 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. 1 Corintios 15:22

CÓMO ENTENDER LA RESURRECCIÓN… La ley levítica requería que la primera parte de la cosecha fuera traída en manojos a un sacerdote (Lv. 23:10). Dar las primicias era símbolo de la dependencia en Dios. Pablo pensó en esta conocida práctica conocida cuando hablaba de la preeminencia de la resurrección de Jesucristo. Dios le aceptó como el primero de toda una cosecha de creyentes restaurados. Pero el Señor Jesús no fue, en realidad, la primera persona que resucitó de los muertos. Elías oró para que el hijo de una viuda volviera a la vida (1 R. 17:22). Jesús llamó a Lázaro de la tumba, y a la hija de Jairo de su lecho de muerte (Jn. 11:44; Lc. 8:55). El elemento distintivo en Jesús como “primicia”, es que Él fue el primero en resucitar con un cuerpo nuevo para no volver a morir otra vez. Le quitó a la muerte su poder. Su resurrección nos aseguró que los hijos de Dios nunca tendrían que sentir el aguijón del castigo por el pecado: por el contrario, tienen la promesa de que participarán de la vida eterna. Pablo dice que la muerte entró y contaminó a la humanidad por medio de un hombre, Adán. Todos hemos desobedecido a Dios y estamos sujetos al castigo de la muerte por el pecado. Para no tener que pagar este alto precio fue necesario que un hombre, Jesucristo, venciera la tumba. Pero Jesús no fue un simple mortal; era Dios en carne, y nos salvó de la deuda que nosotros debíamos. ¿Dónde está usted espiritualmente, todavía en Adán o en Cristo? La vida eterna se alcanza sólo por la fe en el Señor Jesús y la aceptación de Su muerte vicaria y de Su resurrección. No espere un día más para ser parte de la familia de Jesucristo.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA NOVIEMBRE 13_2013 Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. 1 Corintios 15:20

SOMOS PARTE DE LA RESURRECCIÓN… Gracias a la victoria de Cristo sobre la tumba, todo creyente puede esperar una vida eterna con Dios. Nuestra parte en la resurrección significa también que tendremos parte en el regreso de Jesús y en Su reino. Una teología popular, pero equivocada, dice que los santos que han muerto experimentan el “sueño del alma”, y que permanecen en la tumba hasta que Cristo vuelva. Pero la verdad es que, cuando suene la trompeta, Jesús traerá con Él las almas de quienes ya han entrado al cielo, incluyendo a todos los creyentes que han muerto desde Adán. Cuando ellos desciendan, las tumbas se abrirán y los cuerpos serán transformados gloriosamente al levantarse para encontrarse con sus espíritus en el aire. Finalmente, los fieles que estén vivos ascenderán para unirse a Jesús y a la hueste de santos (1 Ts. 4:13-17). Si morimos antes de que Cristo venga otra vez a la tierra, no dormiremos en un ataúd. ¡Estaremos con Él! Los creyentes resucitados estarán con Cristo cuando Él reine y ponga fin a todos los sistemas políticos y a todo poder. Nuestra responsabilidad es vivir obedientemente en Su reino hasta que el Hijo nos presente al Padre como un regalo. Con nosotros, Dios restaurará Su reino a lo que debió haber sido si el hombre nunca hubiera pecado contra Él Un problema que enfrentan a veces los creyentes es su visión limitada: si nos concentramos en nuestros problemas y necesidades personales, olvidamos quienes somos en Cristo y qué nos tiene Él reservado. Este mundo, y sus problemas, se acabarán. Entonces nos deleitaremos en nuestra nueva posición, como santos destinados al cielo y copartícipes en el retorno y en el reino de Cristo.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA NOVIEMBRE 14_2013 Entonces él tuvo temor; y Josafat humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá. 2 Crónicas 20:3

SOLUCIÓN A LOS PROBLEMAS MEDIANTE LA ORACIÓN… Los problemas son parte inevitable de la vida de toda persona, ya sea salva o no. La diferencia es que, después que nos hacemos creyentes, el Padre fortalece a Su hijos para que enfrenten a todas las dificultades. Nuestro omnisciente y todopoderoso Dios es mayor que cualquier problema. Él conoce nuestras circunstancias futuras y prepara nuestro corazón y nuestra mente para soportar las pruebas que vengan. En el momento que enfrentemos un problema, podemos recurrir a Su omnipotencia. Él prometió suplir las necesidades de los creyentes; por tanto, está bajo su obligación divina de dar guía y dirección. Nuestra primera respuesta debe ser siempre clamar “¡Padre!” De inmediato suceden dos cosas: el problema no sigue creciendo, y se le recuerda al hijo de Dios la posición especial que le ha sido dada a quienes confían en el soberano Señor. Dios siempre da una solución a los problemas. Pero no nos cruzaremos de brazos para que Él se encargue de todos los detalles. El Señor generalmente pide un acto de fe de Sus hijos para comenzar a resolver la situación. La experiencia y la fe deben decirnos que Su solución es siempre la mejor, pero las fuerzas humanas pueden flaquear cuando escuchemos lo que Él pide de nosotros. Pero, Aquél que nos da fortaleza, también nos da el valor para actuar en el momento adecuado. Mucho antes de que surja una crisis, el creyente sabio buscará a Dios. En los momentos que no tengamos problemas, podemos desarrollar una base de confianza y de comunión con Él que soportará cualquier prueba. Los problemas son inevitables, pero el Padre es fiel para resolver nuestras dificultades.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA NOVIEMBRE 15_2013 De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán. Juan 5:25

EL CUERPO DE RESURRECCIÓN… La invariable oposición del apóstol Pablo a la herejía que había en la iglesia de Corinto, contiene tres partes. Primero vimos la irremediable condición que resulta inevitable para el creyente que niega la resurrección: la vida tiene poco significado si la muerte es, en verdad, el fin. La segunda lección es que los creyentes son participantes de la resurrección, del retorno y del reino de Cristo. Por último, dirigiremos nuestra atención a la manera que Dios quiere que las personas respondan cuando oigan decir que Jesús murió y resucitó. El Señor quiere que toda persona sea salva (2 P. 3:9). Después de morir, quienes decidieron no creer en Cristo y la resurrección, no se convertirán de inmediato en cenizas mientras los cristianos se dirigen al cielo; todas las almas están sujetas al toque de la final trompeta. Los cuerpos de los incrédulos también resucitarán de la tumba un día; estarán delante de Dios para enfrentar el juicio, serán condenados por su incredulidad, y enviados después al tormento eterno (Dn. 12:2). Algunos niegan la resurrección ignorando el futuro día de rendir cuentas. Dicen: “Un Dios de amor no mandará a nadie al infierno”. No, el Señor no condena a las personas al tormento eterno, sino que trabaja sin descanso para atraer su atención a Él y hacer que abandonen el camino de la destrucción eterna. Los incrédulos se condenan a si mismos al rechazar el regalo de la salvación del Señor. Los creyentes, que sí aceptan el regalo de Cristo, experimentarán una eternidad muy diferente. La resurrección es la promesa de una nueva vida; nuestros cuerpos serán renovados, y disfrutaremos de la presencia continua del Dios santo.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA NOVIEMBRE 16_2013 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Filipenses 1:21

LA RESPUESTA DEL SERVICIO… Lea el libro de Hechos y verá que Pablo estaba siempre en peligro. En todas sus epístolas, él habla de persecuciones, amenazas y dificultades. En 1 Corintios 15:30 pregunta: “¿Y por qué nosotros peligramos a toda hora?” Su respuesta es que el ser siervo del Salvador resucitado bien vale cualquier prueba. La promesa de la vida eterna y de la resurrección le daba confianza a Pablo. Su cuerpo podía ser apedreado o crucificado, pero su alma estaba segura e iría al Señor en el momento de su muerte. Si los creyentes entendieran de verdad el gran regalo que les ha dado Cristo por medio de la resurrección, le servirían sin reservas. Es muy frecuente en nuestro mundo de hoy que los creyentes que entienden la entrega y el deseo de Pablo, estén enfrentando duras persecuciones. Quienes vivimos en situaciones cómodas muchas veces nos preocupamos más por evitar fricciones, que dedicarnos a Dios. La desaprobación de nuestros compañeros y el ajetreo de la vida diaria nos impiden servir. La vida eterna, que comenzó con nosotros el día en que fuimos salvos, no nos pertenece. Por tanto, debemos renunciar a cualquier pretensión de ser nuestros propios dueños. El Señor tiene un gran mensaje que Él quiere compartir. Si renunciamos a tener el dominio de nuestro destino, Él nos usará para alcanzar a las personas y llevar a cabo actos de servicio. Por amor al hombre, Jesús se revistió de humanidad, sufrió y murió para que nosotros pudiéramos ser libres del pecado. Venció al castigo de la muerte por el pecado, y resucitó garantizando que todo creyente tuviera la vida eterna. Debemos ofrecer nuestro incondicional servicio por un sacrificio tan grande.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA NOVIEMBRE 17_2013 Velad debidamente, y no pequéis; porque algunos no conocen a Dios; para vergüenza vuestra lo digo. 1 Corintios 15:34

TENER UNA VIDA DE SANTIDAD… Comamos y bebamos, porque mañana moriremos” es una filosofía presente en la cultura de hoy (v. 32).Esta actitud puede parecer muy buena al comienzo, pero lleva a la desesperanza. Cuando estén delante del Señor quienes han abrazado ese epicúreo estilo de vida, tendrán que reconocer: “No hice nada para Ti; todo lo hice para mí”. El Señor llama a los creyentes a vivir una vida diferente, de santidad. Al ser salvos, somos apartados para Dios, y ya no nos pertenecemos a nosotros mismos (1 Co. 6:19, 20). Esto no significa que soportamos una clase de existencia aburrida y mojigata. En realidad, es todo lo contrario. Tenemos verdadera libertad para experimentar una satisfacción profunda y genuina en la vida presente, más la promesa de un futuro perfecto. Sin embargo, los creyentes pueden ser desviados de una vida de santidad por las malas influencias. La iglesia de Corinto, plantada por el apóstol Pablo, tenía conceptos equivocados sobre el bautismo y la resurrección, y también una actitud complaciente de si misma. Pablo confrontó la raíz de su problema: una falta de conocimiento de Dios. Nosotros, debemos aprender a conocer a Dios para tener una vida santa delante de Él. Si buscamos tener una experiencia íntima con el Señor, nuestra fe se mantendrá sólida. El recordar Su promesa de que volverá y transformará nuestros cuerpos, nos motiva a vivir santamente. Primera de Juan 3:3 dice: “Todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro”. El hambre que domine nuestro pensamiento, ya sea de satisfacción mundana o de una vida santa, le dirá la prioridad que tiene Jesús en su vida.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA NOVIEMBRE 18_2013 Pero Dios le da el cuerpo como él quiso, y a cada semilla su propio cuerpo 1Corintios 15:38

EL CUERPO DE RESURRECCIÓN… A lo largo de la historia, los creyentes se han hecho muchas preguntas acerca de la resurrección. En el pasaje de hoy, Pablo responde a la interrogante de cómo resucitarán los muertos y qué clase de cuerpo tendrán (v. 35). Pablo comienza utilizando una analogía del campo. Si un agricultor pone una semilla de trigo en la tierra, ella muere y nace un tallo verde en vez de una semilla gigante. De la misma manera, el cuerpo de resurrección es el fruto de un cuerpo terrenal que ha muerto. Los dos están ligados: el hijo de Dios no se convierte en un ser completamente nuevo después de la muerte, sino que es renovado con un cuerpo eterno perfeccionado. Los viejos amigos y los seres amados se reconocerán entre sí, porque cada cristiano conservará su individualidad, así como una estrella es diferente de otra. Pero la personalidad y lo que distingue a una persona se perfeccionarán en el cielo. La resurrección corporal no será un maquillaje para corregir “fallas” que pudiéramos encontrar incómodas; como la imagen en un espejo, nuestra apariencia tendrá poca importancia. El yo renovado está hecho para reflejar de manera especial la gloria de Dios y Su perfección. Nuestro cuerpo renovado será adaptado a la tarea de la glorificación. En la tierra vemos que los seres vivientes están hechos para su ambiente. El cuerpo humano no puede soportar el frío como el cuero de un animal, y nuestros pulmones son inútiles bajo el agua, donde las branquias funcionan sí bien. Asimismo, nuestro cuerpo celestial será transformado para que se adapte perfectamente al hogar celestial. Dios nos creó amorosamente como seres especiales y hermosos.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA NOVIEMBRE 19_2013 Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder. 1 Corintios 15:43

RESUCITADOS EN GLORIA… Nuestro cuerpo terrenal se parece al de Adán: tiene una mente corrompida y un alma manchada. Aun los redimidos luchan con una fisiología defectuosa y con la tentación de los viejos hábitos. Pero, para los que son de Cristo, la resurrección lo cambiará todo. Nuestro cuerpo será transformado para ser como el de Él: un cuerpo resucitado indestructible, en gloria y en poder. Resucitado indestructible. Nuestro cuerpo es atacado por muchos depredadores naturales, como el dolor y la edad. Pero la buena noticia es que, aunque de este cuerpo debilitado surgirá uno resucitado, nuestro nuevo aspecto será indestructible; la enfermedad no podrá atormentar nuestros órganos; la discapacidad no podrá inutilizar nuestros miembros y la muerte no podrá tocarnos. Los creyentes serán como Jesús, el primero en volver a la vida para nunca más morir. Resucitado en gloria. En nuestro estado actual, tenemos que luchar con la inclinación natural de la carne que nos lleva a alejarnos de Dios. Aunque fuimos creados a Su imagen, los hombres y las mujeres fieles son una semejanza imperfecta de Él. Pero nuestros nuevos cuerpos, que serán puros, reflejarán Su gloria. Resucitado en poder. El hombre es débil para vencer la tumba, un hecho que atemoriza a mucha gente ante un destino desconocido. Pero, la existencia eterna del creyente y su cuerpo resucitado no descansan sobre la debilidad humana, sino en el poder sobrenatural de Dios. El mismo poder que levantó a Jesús de los muertos sacará a nuestro cuerpo de su última morada para vivir para siempre. Cuando seamos levantados, mostraremos la imagen de nuestro Salvador.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA NOVIEMBRE 20_2013 Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, Colosenses 1:9

LA ORACIÓN PUEDE CAMBIAR A LAS PERSONAS… Mire a su alrededor cualquier día, y verá personas que necesitan hacer cambios en sus vidas. Tal vez usted tiene una hermana que no conoce a Cristo, o a una vecina creyente que tiene problemas para dominar su lengua chismosa. La mejor manera de lograr cambios en la vida de otra persona, o de la suya, es la oración. A través del apóstol Pablo, Dios nos ha dado un modelo de oración Cristo céntrico y específico. A veces, los creyentes son flojos para orar. Decimos: “Señor, bendice esto y aquello”, sin pensar para nada en cuál debe ser la bendición. Dios no opera con generalizaciones; Él actúa de manera concreta en la vida de cada persona, y se deleita cuando utilizamos Su Palabra para comunicarnos con Él. La oración de Colosenses 1 recoge los grandes anhelos de Dios para Sus hijos. Cuando oramos al Señor y pensamos en nuestro nombre, en el de un amigo, o en el de un miembro de la familia al leer este pasaje, estamos orando de acuerdo con Su voluntad específica para esa persona. Dios responde la oración a las colosenses transformando a aquel cuyo nombre ha sido pronunciado. ¡A Él le deleita responder la petición de que alguien sea lleno del conocimiento de Su voluntad y del deseo de agradarle! Es posible que los resultados no sean instantáneos. Podríamos esperar semanas o años antes de ver a un ser amado buscar a Cristo, o finalmente ver que esa vecina chismosa dé un fruto de amor en vez de uno malo. Pero el Señor está trabajando entre bastidores para desarrollar el entendimiento espiritual de la persona e inspirar en ella el deseo de tener un estilo de vida fiel. Nuestra responsabilidad es orar de una manera Cristo céntrica.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA NOVIEMBRE 21_2013

Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. 1 Corintios 15:53 EL MISTERIO DE LA RESURRECCIÓN… En 1 Corintios 15:51, Pablo escribió: “He aquí, os digo un misterio”, antes de darles la información sobre la resurrección de los creyentes que le había sido revelada por Dios. Para poder entender eso, era necesaria la iluminación del Espíritu Santo. Muchas de las preguntas que se hacían los corintios, son las mismas que nosotros nos hacemos también. ¿Por qué tienen que ser transformados nuestros cuerpos? La transformación de nuestro cuerpo es esencial, porque estaremos viviendo en un ambiente celestial. Debemos tener una forma que se adapte a nuestro nuevo hogar. La carne y la sangre terrenal no tienen cabida en el reino eterno de Dios. Sólo existirá lo inmortal y eterno. ¿Tenemos todos que morir primero? Cuando se produzca la transformación física de lo perecedero a lo eterno, algunos creyentes estarán vivos y las obras habrán muerto. Todos los que pertenezcan al Salvador, vivos o muertos, serán transformados. ¿Cuánto tiempo tomará la transformación? El cambio ocurrirá en “un abrir y cerrar de ojos”, un momento tan rápido que no puede ser medido. No nos daremos cuenta de que ha sucedido, hasta que todo esté hecho. ¿Cuándo sucederá esto? Cuando se escuchen la voz del Señor y el sonido de la trompeta (1 Ts. 4:16). En ese momento, tendremos un cuerpo nuevo e inmortal. Dios ha querido revelarnos el misterio de la inmortalidad garantizada a todo creyente en el Señor Jesucristo. Ninguna circunstancia terrenal podrá jamás quitarnos esta tranquilizadora y gloriosa bendición. Levantemos nuestras voces en alabanza a nuestro Dios por habernos dado estas grandes verdades.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA NOVIEMBRE 22_2013 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. 1 Tesalonicenses 4:13

UNA PREGUNTA SOBRE LA RESURRECCIÓN… Al igual que los corintios, los tesalonicenses tenían curiosidad por la resurrección. Se sentían preocupados por sus queridos hermanos, familiares y otras personas que han habían muerto sin experimentar el cumplimiento de esa promesa. ¿Qué sucedería con esos creyentes al sonido de la trompeta final? Pablo les recordó la razón para creer en una verdadera resurrección: “Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él” (1 Ts. 4:14). ¡Esta verdad da a los creyentes una gran paz! Aunque estamos separados por un tiempo de los seres que amamos, nos volveremos a reunir algún día. El apóstol les habla después del orden de la resurrección: los muertos en Cristo serán los primeros que recibirán cuerpos resucitados. Aunque nuestros seres amados habrán muerto antes del regreso del Señor, no serán olvidados. Cuando Jesús vuelva, ellos tendrán el honor de levantarse para encontrarle en el aire antes de los que estén vivos todavía. Pablo exhortó a los tesalonicenses a fijar estas verdades en sus corazones, y a hablar de ellas unos a otros. En la resurrección se abrirán las tumbas y todos los creyentes en Jesús se levantarán para encontrarse con Él. El tiempo que una persona haya estado muerta no será un obstáculo para que sea resucitada. Jesús proclamó: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá” (Jn. 11:25). Pídale al Padre celestial que le dé la valentía para hablar a alguien del glorioso mensaje de la Pascua de Resurrección. La muerte ha sido vencida. El cielo y un cuerpo resucitado le esperan a todo creyente en el Señor Jesucristo.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA NOVIEMBRE 23_2013 Sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros 2 Corintios 4:14

LA VICTORIA DE LA RESURRECCIÓN… La resurrección de los creyentes va a ser una experiencia transformadora para nuestros cuerpos y un momento de triunfo en la historia. Los muertos en Cristo se levantarán de sus tumbas tal como lo prometió el Señor (1 Ts. 4:16). Todos enfrentamos ahora la mortalidad de nuestros cuerpos terrenales que se están deteriorando y finalmente dejarán de funcionar aquí en la tierra. La muerte física es inevitable, pero hay buenas noticias para todos los que han confiado en Jesucristo. La muerte no podrá retenernos siempre. Su “aguijón”, que no es sólo la separación de los seres amados y el cese de la vida, sino también las ataduras del pecado (1 Co. 15:56), fue transformado para el creyente. Ahora el final de la vida terrenal del cristiano significa la entrada en el cielo con Dios y Sus santos. Habiendo recibido esa maravillosa noticia: de un cuerpo indestructible, de una vida para siempre con Dios, y de la destrucción final de la muerte algún día, ¿cómo debemos vivir en la tierra? Pablo nos exhorta: “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano” (1 Co. 15:58). Que el conocimiento de lo que Jesucristo ha logrado para nosotros y de lo que Él ha prometido que nos dará un día, nos motive a hacer una entrega incondicional. Nuestro objetivo debe ser vivir para el Señor y agradarle. Como creyentes, valoramos la obra triunfante y eterna de Jesús. Asegurémonos, de que este mundo incrédulo pueda verle reflejado en nuestras relaciones, en la ética en el trabajo y en las actividades de cada día.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA NOVIEMBRE 24_2013 Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo. Génesis 50:20

¿ESTÁ DIOS EN TODAS LAS CIRCUNSTANCIAS?... La vida cristiana debe caracterizarse por un proceso de crecimiento, de la leche espiritual al alimento sólido. Debemos asimilar las verdades fundamentales de nuestra fe, y luego comenzar a meditar en las que sean “sustanciosas”. La pregunta: “¿Está Dios en todas las circunstancias?” cae dentro de esta categoría, porque la respuesta a la misma está en pugna con la lógica humana. Es que Dios está tanto en los triunfos como en las tragedias de la vida. O Él las envía, o permite que sucedan. Cuando meditemos en las verdades más profundas de la Biblia, es importante comenzar con el carácter y las promesas del Señor. Por ejemplo, al meditar en el hecho de que Él permite, en efecto, circunstancias muy difíciles, es fundamental recordar lo siguiente: Dios es bueno (Sal. 145:8, 9); Sus propósitos son buenos, como lo es todo lo que Él hace; Dios es soberano (Sal. 103:19), y por eso no hay nada que esté fuera de Su control; Dios promete a los creyentes que Él hará que todas las cosas les ayuden a bien (Ro. 8:28); Dios cumple Sus promesas (2 Co. 1:20). Estos hechos son un filtro que podemos utilizar para comprender la presencia de Dios en todas las situaciones. Piense en José. Fue traicionado por sus hermanos, acusado falsamente por la esposa de su amo y encarcelado injustamente; estaba indefenso y, en muchos sentidos, olvidado. Pero José se negó a dejarse gobernar por las circunstancias, pues entendió la gran verdad de que Dios lo había dispuesto todo para bien. Sea que el Señor mande una prueba, una circunstancia, o que la permita, Él ha dicho que la usará como parte de Su plan para nuestro bien. ¿Lo cree usted?

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA NOVIEMBRE 25_2013 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Romanos 8:28

CREER QUE DIOS ESTÁ EN TODAS LAS SITUACIONES… Dios ha prometido que todo creyente está rodeado por Su presencia (Sal. 34:7). Él nos asegura que aun las situaciones más difíciles son parte de Su plan, y que nada puede tocar nuestras vidas sin Su permiso. Tenemos muchas interrogantes en cuanto a la presencia del Señor en todo. Por ejemplo: • ¿Es Dios quien hace que la gente peque? Dios nunca propicia el pecado ni nos tienta a pecar. Su propósito es librarnos del poder del pecado (Col. 1:13) y transformarnos a la imagen de Jesús (Ro. 8:29). • ¿Cómo puede Dios usar nuestro pecado para traer bien? Él utilizará las veces que caigamos para revelarnos nuestra verdadera naturaleza: nuestras debilidades, nuestras faltas y nuestro orgullo. Su Espíritu nos convencerá del pecado y nos llevara al verdadero arrepentimiento. Además, nos enseñará las consecuencias de la desobediencia y lo maravilloso de Su naturaleza perdonadora. • ¿Está Dios presente en las vidas de quienes no son parte de Su familia? Dios está involucrado en la vida de los incrédulos, pero de una manera diferente, ofreciéndoles siempre Su amor para convencerlos del pecado y de su necesidad de un Salvador. Sin embargo, no pasa por alto su rebelión (Ro. 1:18-25). Jesús, quien nunca pecó, sufrió Su vida terrenal, por las faltas, la rebelión espiritual y la ignorancia de los hombres. Pero Dios estuvo presente en cada aspecto, usándolo todo para nuestro bien y para Su gloria. El Espíritu Santo está dispuesto a enseñarnos acerca de este tema. ¿Quisiera usted venir a las Escrituras con una mente abierta, armonizando su pensamiento con la verdad de Dios?

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA NOVIEMBRE 26_2013 Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados. Santiago 5:15

PARA ORAR CON PODER… Ha visto alguna vez a un corredor acercarse al fin de una carrera? Todos sus músculos se esfuerzan al máximo por el deseo de llegar en primer lugar, lleno de intensidad y determinación. Es la misma clase de deseo ferviente que Dios quiere ver en la vida de oración del creyente. “La oración eficaz del justo puede mucho” (Stg. 5:16). Los creyentes utilizan a veces frases estereotipadas: “en el nombre de Jesús” o “si es Tu voluntad”, como si fueran expresiones mágicas. Las personas se convencen de que, si utilizan ciertas frases, Dios estará complacido y responderá la petición. Pero el poder no está en nuestras palabras, porque el Señor no puede ser obligado a hacer algo que esté fuera de Su voluntad. El poder de la oración está en la respuesta de Dios. Él contesta las peticiones de los justos liberando Su sobrenatural energía hacia el objeto de su preocupación. Una persona que no ora es una persona sin poder. Los cristianos que no dedican tiempo a la comunicación con el Padre celestial no verán resultados dramáticos. Dios libera Su poder sólo en respuesta a nuestro deseo de que Él intervenga. Quien ora con fervor, creyendo que el Señor intercederá, cae de rodillas, con la determinación de orar, superando cualquier obstáculo que le haya puesto Satanás. Y se detendrá sólo cuando Dios responda o muestre que la petición está fuera de Su voluntad. Los creyentes inteligentes dedican tiempo y energías a pedir cosas importantes. Por medio de nuestra relación con Cristo hemos sido hecho justos, lo que significa que tenemos la oportunidad de hacer uso del poder sobrenatural del Señor por medio de la oración.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA NOVIEMBRE 27_2013 Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: !!Tened ánimo; yo soy, no temáis! Mateo 14:27

CUANDO SURGEN LA TORMENTAS DE LA VIDA… Las tormentas son inevitables. En la naturaleza, las grandes tempestades dejan tras de sí un paisaje cambiado. En nuestras vidas, las circunstancias difíciles pueden obligarnos a un cambio de dirección. Cuando surgen las dificultades, le dice usted al Señor “Si estoy haciendo lo que me pediste, ¿por qué me está sucediendo esto?” Ese razonamiento da por sentado que estar en el centro de la voluntad de Dios nos exime de problemas. En Mateo 14 vemos que Jesús dijo a Sus discípulos que entraran en la barca y se fueran al otro lado del mar. Mientras le obedecían, se desarrolló una gran tempestad con grandes olas. La verdad es, que las tormentas pueden surgir aun cuando estemos donde Dios quiere que estemos (Jun. 16:33). Otra pregunta que hacemos es: “Padre, ¿qué he hecho mal?” Muchos de nosotros asumimos automáticamente que somos gran parte del problema. Dios usa las pruebas para corregirnos, pero no todas las situaciones son el resultado de nuestros errores. Dios puede utilizar los problemas para perfeccionarnos, es decir, para hacernos madurar y desarrollarnos a semejanza de Cristo. Así sucedió con los discípulos. Jesús sabía lo que les esperaba, y deseaba convertirlos en vasos adecuados para el trabajo que los había llamado a hacer. Los duros vientos crearon un ambiente que los llevó a aprender lecciones fundamentales para su futuro ministerio. Dios utiliza diferentes maneras para capacitarnos y equiparnos, porque Él quiere que nos convirtamos en siervos fuertes y poderosos del Señor Jesucristo. Tenemos que entender que a un hijo de Dios no le puede suceder nada, a menos que Él lo permita.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA NOVIEMBRE 28_2013 Pero cuando la gente había sido echada fuera, entró, y tomó de la mano a la niña, y ella se levantó. Mateo 9:25

COMO CAPEAR LAS TORMENTAS DE LA VIDA… Los discípulos experimentaron muchos “momentos sublimes” cuando estuvieron con Jesús: la hija del principal de la sinagoga fue resucitada; dos ciegos recuperaron la vista con el toque del Salvador; un mudo pudo hablar; y el hombre poseído de demonios fue liberado. Pero se llenaron de miedo al experimentar la tormenta de aquel día. No podían recordar las lecciones que habían aprendido sobre el poder y los propósitos de Aquél a quien seguían. Incluso la aparición de Jesús caminando sobre el agua no los tranquilizó de inmediato (Mt. 14:26). Cuando surgen los problemas, olvidamos el conocimiento que tenemos de Dios. Nos cuesta recordar las respuestas a nuestras oraciones en el pasado, la guía que nos Dios el Espíritu Santo, y las lecciones aprendidas en crisis anteriores. La mente nos da vueltas al pensar en las implicaciones futuras, y las emociones agitadas nos impiden pensar con claridad. Leer las Escrituras es clave para recordar las verdades bíblicas. Otro recurso importante es llevar un diario espiritual. Por ser un registro escrito de su peregrinación con el Señor, contendrá los hechos específicos de cómo ha actuado Dios en su vida personal. Sirve como un mapa para indicar dónde estuvo usted antes, y cómo le ha ayudado Él durante el camino. Si la prueba que enfrente ahora es nueva, puede mirar atrás para ver la naturaleza inmutable del Señor. Nosotros, los cristianos, tenemos un enemigo que quiere que quitemos la mirada de nuestro Comandante, el Señor Jesús. Frustremos, su estrategia llevando un diario que nos recuerde la manera como Jesús nos ha auxiliado y protegido cono Su divino poder.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA NOVIEMBRE 29_2013 Y subió a ellos en la barca, y se calmó el viento; y ellos se asombraron en gran manera, y se maravillaban. Marcos 6:51

ANDAR CON JESÚS EN UNA TORMENTA… Era medianoche. Había un viento fuerte, olas gigantes, poca visibilidad y sólo una pequeña embarcación en el mar de Galilea. Para los discípulos, la situación había llegado a proporciones de crisis, y Jesús no estaba con ellos. Estaba en la falda de una montaña orando, y ellos estaban solos. Al estar ocultos por la tormenta, pensaron que Jesús se había olvidado de ellos. Pero Él sabía exactamente dónde estaban los discípulos, y lo que estaban experimentando. Aunque no podemos ver a Jesús físicamente, Él es omnisciente, puede saber dónde estamos en cada momento. Ninguna oscuridad puede ocultarnos; ningún problema escapa a Su visión. ¡Él nos ve, nos conoce y nos comprende! Jesús se retiró del lugar donde oraba, y buscó a los discípulos. Lo mismo hará Él con nosotros. Sin embargo, los discípulos no le reconocieron porque fue a ellos caminando sobre las aguas. Jesús, muchas veces, no viene a nosotros de la manera como esperamos. Nuestras ideas de cómo Él actúa hacen que no entendamos dónde está y que no podamos darnos cuenta de Su cercanía. Experimentar la presencia de Jesús en tiempos de dificultades, nos enseña verdades preciosas. En una severa aventura en el mar, los discípulos habían visto la confianza de Jesús en Dios y Su autoridad sobre la naturaleza (Mt.8:23-26).En esta última tormenta, habían visto al Señor caminar sobre el agua, y también a uno de ellos. Por medio de las tormentas, aprendieron quién era Jesús, qué podía hacer y cuál era el poder que había en ellos. Cuando se presente la turbación, pidamos ojos espirituales para discernir la presencia del Señor, escuchar Su voz y obedecer.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA NOVIEMBRE 30_2013 Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia; Con cánticos de liberación me rodearás. Selah. Salmo 32:7

EN MEDIO DE AGUAS AGITADAS… En una ventisca, lo familiar desaparece porque la abundante nieve bloquea nuestra visión. Las dificultades tienen el mismo efecto en nuestras mentes. Crean emociones poderosas que nublan nuestra capacidad de pensar. Dios nos ha dado algunas promesas que nos sirven de guía durante las pruebas. Primeramente, el Señor se ha comprometido a instruirnos. Si esperamos en Él, nos dará iluminación en nuestra situación. Puesto que Él ve todas las cosas, sabe qué pasos debemos dar. Pero es posible que sus instrucciones nos sorprendan, porque Sus caminos no son como nuestros caminos humanos (Is. 55:8, 9). Por ejemplo, cuando las personas nos traten mal, el Espíritu de Dios nos recordará que la venganza es del Señor; la parte nuestra es vivir en paz con ellas (Ro. 12:1719). En segundo lugar, Dios ha prometido enseñarnos cómo aplicar la verdad que Él nos ha dado. Al meditar en las Escrituras, Su Espíritu nos mostrará la pertinencia de la Palabra de Dios a nuestro problema. Imaginemos que estamos enfrentados a alguien que nos está haciendo exigencias económicas no razonables. Dios puede decirnos que accedamos a la petición, o nos dará más dinero para favorecer a esa persona (Mt. 5:40, 41) En tercer lugar, el Señor nos ofrece dirección porque Él está pendiente de nosotros. Cuando hay alguien presente, es posible que un padre guíe silenciosamente la conducta de un hijo por medio de diversas “miradas”, para animarlo, instruirlo o hacerle una advertencia. De igual manera, el Espíritu Santo nos da impulsos espirituales para guiar nuestras.

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