Devocional mvc marzo 2014

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Ministerio VISION CRISTIANA RECOPILACION DEL MES DE MARZO/2014 Avda. Centenario Este 369 – San Luis – C. Postal (5700) – Argentina

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA MARZO 01_2014 Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. Mateo 28:5-6

LA IMPORTANCIA DE LA PASCUA DE RESURRECCIÓN… Jesús estará a nuestro lado en medio de nuestras pruebas, y nos acompañará en nuestras adversidades. Jesús les dijo a Sus discípulos que Él era el Mesías. Les expresó que el Padre celestial le había dado toda autoridad, y que nadie podía quitarle la vida; Él podía llamar a legiones de ángeles, de ser necesario. Él dijo estas cosas, y luego fue colgado de una cruz entre dos ladrones. Derramó su sangre y murió, y no hubo ángeles que vinieran a salvarlo. Fue humillado y crucificado por soldados romanos. ¿Dónde estaba el Jesús que había hecho tan sublimes promesas? Para los discípulos, el Viernes Santo debió parecerles el fin del mundo. Las mayoría de las veces, el modo de obrar de Dios es tan diferente al nuestro, que no somos capaces de ver Su mano actuando en las circunstancias difíciles. La Pascua de Resurrección es un buen momento para reflexionar en la paradoja de la vida que nos ha sido dada por medio de la muerte. La Biblia no nos promete una vida sin sinsabores y sufrimientos; sólo nos garantiza que Jesús estará a nuestro lado en medio de nuestras pruebas, y que nos acompañará en nuestras adversidades. Tres días después de que todas las esperanzas habían muerto, un ángel exclamó: “No está aquí, pues ha resucitado, como dijo” (Mt. 28:6). Lentamente, la majestad de su plan perfecto comenzaba a ponerse en claro. El Cristo en quién los discípulos habían creído, era ciertamente el Salvador. Y había resucitado de los muertos. Esas palabras de que Cristo había resucitado, fueron el mensaje más poderoso que los discípulos habían escuchado jamás. Y esas palabras los transformaron. Ése sigue siendo el mensaje más poderoso, después de más de 2.000 años. Somos capaces de experimentar todos los consoladores sentimientos que acompañan al perdón y a la gratitud por el regalo recibido. El saber con certeza que Jesús ha resucitado, transforma a una persona desde adentro. El creer de corazón y saber con toda confianza que el Hijo de Dios murió, venció la muerte y se levantó de la tumba, es la prueba de fuego de todo verdadero creyente. Si usted nunca ha entregado verdaderamente su vida a Cristo, considere lo que Él hizo en el Calvario, y cómo podría el poder transformador de ese acto cambiar su vida hoy… ¡El lo hizo por usted!

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA MARZO 02_2014 Entonces el pueblo gritó, y los sacerdotes tocaron las bocinas; y aconteció que cuando el pueblo hubo oído el sonido de la bocina, gritó con gran vocerío, y el muro se derrumbó. Josué 6:20

UNA VIDA DE FIRME OBEDIENCIA… Josué encabezó durante siete días la marcha que hicieron los israelitas alrededor de la ciudad enemiga de Jericó. Después, tras el grito del ejército, los muros de la ciudad se desmoronaron, y sus residentes quedaron a merced de los israelitas. Muchos de nosotros conservamos esta historia en nuestra mente como algo increíble que hizo el Señor hace mucho tiempo, pero Él es el mismo Dios que nos guía hoy. El estudio de esta historia nos enseña que debemos tener una vida de firme obediencia al Señor. Josué escuchó la orden de Dios: “Rodearéis, pues, la ciudad…” (Jos. 6:3). Para obedecer, debemos oír lo que Dios nos está diciendo que hagamos. Y para reconocer claramente Su voz, debemos primero andar delante de Él de una manera santa, confesar nuestro pecado, orar y meditar en Su Palabra, y obedecerla. Josué obedeció: “Dijo al pueblo: Pasad, y rodead la ciudad” (Jos. 6:7). El líder hebreo enfrentaba tres escollos. 1) Pudo haber cuestionado la orden de Dios, ya que marchar alrededor de la ciudad no parecía una estrategia práctica para conquistar a un pueblo poderoso. 2) Pudo haber sentido la presión de dar explicaciones a sus hombres. 3) Pudo haber sentido que fracasaría. Pero no lo hizo. Josué oyó la voz de Dios y obedeció sin vacilar. ¿El resultado? “El muro se derrumbó… y tomaron [la ciudad]” (Jos. 6:20). Dios honró la obediencia de Josué. ¿Está usted dispuesto(a) a hacer lo que Dios le dice, sin importarle cuál sea su situación o sus sentimientos? Ruegue a Dios que Él le permita escuchar Su vos claramente, y le dé fortaleza para obedecerlo firmemente.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA MARZO 03_2014 Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios. Romanos 15:7

RECONOCER EL AUTORECHAZO… COMO SABEMOS, EL MALTRATO A LOS HIJOS ES COMÚN EN ESTOS DÍAS. POR FORTUNA, LA MAYORÍA DE LAS personas no experimentamos ese tipo de maltrato, pero aun las heridas leves pueden afectar nuestras relaciones y nuestra autoimagen. • El origen. El autorechazo puede tener su origen en el sentimiento de no ser aceptados por los demás. Traumas como el divorcio o la muerte de un ser querido pueden contribuir a desarrollar una autoimagen distorsionada. • Los síntomas. La persona que tiene problemas para aceptarse a sí misma puede considerar como algo natural criticar a los demás e interpretar los comentarios de otros como ataques personales. Luego puede surgir la falta de decisión, ya que el temor a fracasar puede hacer que la persona dé largas a la realización de las cosas. La ira súbita es otro resultado del autorechazo. Tales individuos pueden volverse personas solitarias o sentirse demasiado preocupadas por las opiniones ajenas. Por ejemplo, en vez de disfrutar de un servicio de adoración en la iglesia, una mujer puede comparar su vestido con el de las otras y volverse insegura. La persona con esta mentalidad puede encontrar difícil amar, porque duda de que sea digna del amor e interés de los demás. Lamentablemente, después podrá portarse de una manera que “pruebe” su teoría. La solución está en el versículo de hoy: Los creyentes deben aceptarse unos a otros, de la misma manera que los acepta Jesús. Esto incluye amarse a sí mismos. Pídale a Dios que escudriñe su corazón, y que le revele cualquier área de autorechazo que haya en su vida.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA MARZO 04_2014 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Romanos 5:8

LA LIBERTAD DEL AUTORECHAZO… Vimos que muchas personas luchan con una autoimagen deficiente, por lo que les resulta difícil aceptarse a sí mismas. Eso se debe, con frecuencia, a cierta manera de pensar que han tenido por muchos años. Para quienes hemos recibido a Jesucristo como Salvador, la base para que nos aceptemos es Su muerte en la cruz. Pero eliminar patrones errados de pensamiento y de conducta es más que simplemente saber la razón por la que somos aceptados: tenemos que meditar en la verdad de Dios. Si saturamos nuestra mente con Su Palabra, el Espíritu Santo obrará en nuestro subconsciente para que nos deshagamos de la manera equivocada de pensar, y para que desarrollemos una perspectiva más saludable. Por ejemplo, la Biblia nos dice que el creyente debe tener: • Sentido de pertenencia. Romanos 8:15- 17 nos dice que los cristianos somos miembros de la familia de Dios. Y en Hebreos 13:5, Dios nos asegura: “No te desampararé, ni te dejaré”. • Sentido de valía. Nuestro valor no cambia con las circunstancias, sino que está basado en el amor infinito e inalterable de Dios cuya prueba fue la muerte expiatoria de Cristo en favor nuestro (Ro. 5:5-8). • Sentido de competencia. Romanos 8:11 nos enseña que el Espíritu Santo mora en nuestro ser. No somos capaces de tener una vida cristiana victoriosa confiando en nuestras propias fuerzas; pero si somos obedientes al Señor, el Espíritu Santo nos guiará y nos capacitará para tener una vida triunfante. Confíe en la verdad de Dios, para pensar de manera adecuada. Si usted cree en Jesucristo, la Biblia dice que usted le pertenece a Dios, y que es valioso(a) y competente en Él.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA MARZO 05_2014 Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete. Mateo 18:22

LA RESPUESTA A LOS CONFLICTOS PERSONALES… Los conflictos personales son parte normal de la vida. Pueden tener su origen en malentendidos, en diferencias de opinión, en convicciones profundas, en envidia, en orgullo o en hambre de poder. Cuando enfrentamos conflictos personales, no podemos controlar la respuesta de la otra persona; la responsabilidad de cómo manejamos el asunto es sólo nuestra. Algunos evaden los conflictos ignorando el asunto o aparentando que no existe, mientras que otros culpan a los demás para defenderse a sí mismos. Estas respuestas negativas revelan a menudo uno de tres escenarios subyacentes. Primero, las heridas del pasado pueden dejar emocionalmente insegura a la persona e incapaz de enfrentarse a las críticas. Segundo, el perfeccionista se fija normas muy altas que nunca puede alcanzar, y luego le resulta difícil reconocer sus equivocaciones. Finalmente, el orgullo hace difícil que algunas personas reconozcan sus errores o pidan perdón. Cuando no respondemos de manera correcta a los conflictos personales, limitamos nuestro potencial para crecer, porque no estamos aprendiendo lo que el Señor nos está enseñando. Además, desarrollamos un espíritu no perdonador, lo cual nos vuelve rencorosos y resentidos. Al final, esa actitud puede destruir nuestras relaciones con los demás. Pero existe una manera positiva de manejar los conflictos. Lucas 23:34 nos revela la manera cómo respondió nuestro Salvador cuando fue acusado y juzgado injustamente. Jesús oró diciendo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. ¿Cómo maneja usted las acusaciones y las críticas? El perdón es la única respuesta que evitará que se convierta en una víctima del rencor.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA MARZO 06_2014 Porque ha perseguido el enemigo mi alma; Ha postrado en tierra mi vida; Me ha hecho habitar en tinieblas como los ya muertos. Salmo 141:3

EL MANEJO CORRECTO DE LOS CONFLICTOS… Cuando surgen conflictos personales, a menudo nos apresuramos a defender nuestra posición, y quizás hasta nos sentimos justificados al culpar a otros. Pero Santiago 1:19 nos da un consejo diferente para encarar las disputas: “Todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse”. Es decir, se puede lograr más con una actitud de calma ante la situación. La Biblia nos dice también que debemos: • Orar. Lo primero que debemos hacer es pedirle al Señor que guarde nuestros labios y que nos dé las palabras adecuadas que debemos decir (Lc. 12:2). También debemos pedirle que nos dé discernimiento para saber cuál es el verdadero problema, y para entender si el error es nuestro. • Ver con la perspectiva divina. Nuestro Señor hace que todas las situaciones obren en favor del creyente (Ro. 8:28). Dios utiliza las dificultades no sólo para enseñarnos, sino también para permitir que mostremos la vida de Cristo por la manera como respondemos. • Perdonar. Aunque sea la otra persona la que nos haya herido al originar el conflicto, debemos perdonarla. Jesús murió para perdonar todos nuestros pecados, y nosotros, a cambio de eso, debemos perdonar a los demás. Si no lo hacemos, nuestra vida se verá agobiada por el rencor y por las relaciones destruidas. • Responder. Si hemos hecho algo incorrecto, debemos disculparnos. Y si no hemos actuamos mal, debemos agradecer que la otra persona nos haya compartido su inquietud. Asimismo, debemos decirle que apreciamos sus comentarios y que le prestaremos atención. ¿Cómo responde usted a los conflictos personales? Pídale a Dios que le dé la fortaleza para mantenerse tranquilo(a) y para hacer lo correcto en situaciones difíciles.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA MARZO 07_2014 Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre. 1 Timoteo 2:5

QUE TODOS PUEDAN CONOCERLE… Un amigo mío me contó hace poco la interesante experiencia que tuvo mientras era transportado por un taxi. Dentro de éste había varios símbolos religiosos visibles de cristianismo, islam, budismo e hinduismo. Le preguntó al conductor por qué tenía esos símbolos que representaban a religiones tan diferentes, y me respondió: “Para protegerme”. Pero cuando mi amigo le preguntó cuál de ellos lo haría, el hombre dijo: “No lo sé, pero quiero estar seguro de que alguno funcionará, y por eso es que los tengo a todos”. Muchas personas, viven todavía en total ignorancia del único Dios verdadero. Primera a Timoteo 2:5, 6 dice: “Hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos”. Esa verdad es el fundamento de la fe cristiana. Por medio de Cristo somos perdonados y reconciliados con el Padre celestial. Tenemos la oportunidad de contar a quienes están a nuestro alrededor lo que el Señor ha hecho por nosotros. No piense que todas las personas que usted conoce están familiarizadas con la buena nueva de Jesús. Ya se trate de un taxista cualquiera, un compañero de trabajo, un nuevo amigo o su vecino de mucho tiempo, ¿qué puede usted hacer para ayudar a esa persona a conocer, y a querer seguir, al único Dios verdadero?

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA MARZO 08_2014 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. Juan 3:18

EL PODER DE LA GRACIA… Uno de los aspectos del amor de Dios que más nos admira, es su deseo de que todos le conozcan a Él personalmente. El mismo Dios que creó al universo, y que interactuó con Moisés, Abraham y Pablo, quiere conocernos personalmente. Pero muchos le ignoran por tener puesta su atención en los deportes, las personas famosas, la familia, el trabajo y los innumerables asuntos de la vida diaria. Pero, no importa lo alejados que podamos haber estado, la puerta sigue estando abierta para que tengamos una relación con el Señor. Primera a Timoteo 2:4 dice que Dios “quiere que todos sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad”. Notemos que el autor no dice que Dios quiere que “algunos” o cierto número de personas le conozcan. No. El Señor quiere que todos los que viven en este mundo sean salvos. Él no quiere que nadie perezca; su anhelo es que todos le conozcan (2 P. 3:9). Y eso le incluye a usted también. Los incrédulos ven a veces sus pecados y piensan que no hay manera de que Dios puede perdonarles. Pero en el mismo momento que alguien está dispuesto a reconocer sus faltas, el Señor está allí para aceptar al pecador como Su hijo. No importa lo que usted haya hecho, o a quién haya dañado, o lo que haya sido en la vida, Dios está listo y dispuesto a perdonarle. También a los que hemos sido cristianos por mucho tiempo, nos admira pensar en la bondad de Dios. La misma gracia que nos salvó sigue estando al alcance de cada paso de nuestra peregrinación de fe. Cada día podemos avanzar más, teniendo por seguro que ningún error que cometamos nos pondrá más allá del alcance del amor que Dios les tiene a Sus hijos.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA MARZO 09_2014 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Mateo 11:28-30

¡ESTAD QUIETOS!... Todos hemos experimentado tentaciones, pruebas y sufrimientos. Aun los cristianos (y a veces específicamente porque lo somos), debemos padecer sufrimientos, ya sea por causa de muertes, quiebras, pérdidas de empleo o relaciones rotas. Pero, aunque los creyentes no somos inmunes a los tiempos de dificultades, tenemos el poder, por medio del Espíritu Santo, de soportarlos. El salmo 46:10 dice: “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios”. La expresión “estad quietos” indica que nuestra mejor respuesta a las frustraciones es confiar en el Señor. ¡Qué admirable es saber que, como hijos de Dios, tenemos una línea de comunicación directa con el Padre, aun en medio de las dificultades! Por tanto, no tenemos que reaccionar como lo hace el mundo, con ira, depresión y venganza. Tampoco tenemos que arreglar las cosas con nuestras propias fuerzas. Es seguro que seremos tentados por la carne, pero si “estamos quietos” aprenderemos a confiar más en Dios cada día. La verdad es que las dificultades no forman el carácter; sólo lo revelan. Una de las respuestas más comunes a las dificultades es la ira. En momentos de frustración, corremos el riesgo de tomar decisiones impulsivas que podrían afectar el resto de nuestra vida. Pero, en vez de dejarnos vencer por las emociones, debemos estar quietos y confiar en Aquél que puede hacer que todo resulte para nuestro bien (Ro. 8:28). En este mundo, los problemas no van a desaparecer (Jn. 16:33). Pero cuando las tormentas amenacen en el horizonte, abróchese el cinturón y confíe en que Dios le guiará. En Él, y sólo en Él, podrá usted estar quieto.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA MARZO 10_2014 Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría. 1 Pedro 4:12-13

CÓMO APRENDER A ESTAR QUIETOS… Ayer vimos el salmo 46:10, que nos manda a “estar quietos” durante los tiempos de dificultades. Ese versículo significa que debemos dejar de manipular nuestras circunstancias, y permitir que Dios actúe. Sin embargo, entender un versículo es una cosa, pero ponerlo en acción puede ser algo muy diferente. ¿Cómo puede un creyente estar quieto? Primero, debemos entender que el Señor está permitiendo nuestras dificultades. Si creemos que Dios tiene el control, debemos también creer que Él permitió que pasara lo que sucedió. Segundo, puede ser difícil comprenderlo, pero hay un propósito detrás de nuestras pruebas, aunque eso nos deje perplejos. Dios no permitirá que tengamos pruebas en la vida sin una buena razón. Tercero, puesto que hay un propósito para nuestras dificultades, éstas tienen el potencial de ser experiencias positivas. Eso no significa que todo saldrá perfectamente de acuerdo con nuestros planes y criterios, pero si respondemos de manera correcta podremos ver después la experiencia como un catalizador para el crecimiento de nuestra vida espiritual. Romanos 8:28 dice: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”. Es posible que usted haya oído muchas veces este conocido versículo, pero para manejar con éxito las tormentas de la vida, uno tiene que entender la verdad que encierra. Dios no ha desaparecido ni tampoco nos ignora. Él tiene un propósito para todo, incluso en las circunstancias más difíciles.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA MARZO 11_2014 ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío. Salmo 42:5

SU INSPIRADORA PRESENCIA… La mujer abre la cerradura de la puerta y entra a la casa vacía. Deja caer la cartera y las bolsas en el sofá, y luego pone un CD en el reproductor inundando de música la casa. ¿Se ha preguntando usted alguna vez qué impulsa a la gente a romper el silencio de una casa tranquila? Las imágenes y sonidos de la TV, y los CD, llenan temporalmente nuestra necesidad de sentir que no estamos solos. Dios desea tener una relación íntima con cada persona, y por eso nos creó con el anhelo de Su presencia. Pero, aunque sólo Él puede llenar ese vacío, la gente trata de satisfacer su deseo de compañía con toda clase de relaciones y actividades. Llenar ese lugar con algo diferente a Dios es sólo una solución que dura poco tiempo. “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios”, dice el Señor en el salmo 46:10. Pero las personas hacen lo contrario: le buscan sustitutos a Su presencia. Los amigos, los pasatiempos y las diversas actividades dan un entretenimiento momentáneo, devorando un tiempo que debiéramos invertir calladamente delante del Señor. Con mucha frecuencia, cuando el placer de algo bueno desaparece, hay que encontrar una nueva actividad o persona para que llene el vacío. Nada, aparte del Señor, puede llenar debidamente el lugar que Dios ha asignado para Sí mismo. El ruido y la actividad sólo satisfarán por breve tiempo. La inspiradora presencia del Señor es la única solución verdadera. Para los creyentes, el Espíritu Santo está presente en ellos. Lo que debemos hacer, entonces, es estar quietos para que Él pueda manifestarse a nosotros.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA MARZO 12_2014 A Jehová he puesto siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido. Salmo 16:8

LA MANERA COMO DIOS REVELA SU PRESENCIA… Si usted nunca ha experimentado la presencia de Dios, es posible que se pregunte cómo se revela Él a los creyentes. El Señor tiene muchas maneras de acercarse a Sus hijos, si usted desea saber si Él está cerca todo el tiempo, el Señor elegirá la mejor manera de conectarse con usted. • Dios habla. Yo nunca he oído la voz audible de Dios, pero sí he tenido la experiencia de que ha hablado de manera clara y convincente a mi corazón. Su voz es tan evidente que quienes le oyen recuerdan el mensaje y la reverente emoción mucho después de haberla escuchado. • Dios envía un mensaje. A veces, el Señor pone en el corazón de la persona la necesidad de estar a solas con Él. Cuando a mí me sucede esto, Dios está por lo general diciéndome que Él está listo para darme el sermón del domingo. No es prudente que el creyente ignore este impulso. Yo he cometido el error de postergar su voz, y he descubierto después que, cuando finalmente aflojaba la marcha, el mensaje ya no me venía. • Dios da a conocer Su presencia a través de Su Palabra. Hace poco estuve meditando durante un mes en un pasaje de la Biblia para preparar un mensaje; cada día quería volver a los mismos versículos, porque Dios seguía dándome nuevas verdades y percepciones. Sabía que estaba en Su presencia, porque Su Palabra estaba hablándole específicamente a mi corazón. Dios es real y está presente en este mundo. Él quiere hablar con nosotros para que podamos tener satisfacción, ánimo y gozo por Su presencia. Debemos, entonces, estar dispuestos a aflojar el paso para escuchar lo que Él quiera decirle a nuestro corazón.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA MARZO 13_2014 Que cuando vuelva, me humille Dios entre vosotros, y quizá tenga que llorar por muchos de los que antes han pecado, y no se han arrepentido de la inmundicia y fornicación y lascivia que han cometido. 2 Corintios 12:21

EL LLAMADO DE DIOS AL ARREPENTIMIENTO… En un estante alto se encuentra un tarro de galletas, y el pequeño niño, de seis años, está determinado a comerse uno. Así pues, cuando su mamá entra a la cocina pocos minutos después, encuentra al niño parado sobre la silla —y con un brazo todavía dentro del tarro — masticando rápido. Las primeras palabras que dice son: “Lo siento”. Obviamente, lamenta que su madre lo haya atrapado, y se siente mal por el castigo que le espera. Pero es probable que él no sienta ningún remordimiento por haberse comido las galletas. A veces, los creyentes enfocan la confesión y el arrepentimiento de la misma manera. Cuando oramos, nos sentimos cómodos confesando nuestras faltas y esperando el perdón. El pesar acompaña usualmente la admisión de culpabilidad, y los sentimientos de vergüenza y remordimiento son considerados como arrepentimiento. Pero, lo que debemos preguntarnos es: ¿Por qué nos sentimos avergonzados? Muchas veces, nuestros sentimientos de culpa tienen raíces poco profundas. Lamentamos haber sido atrapados, o nos sentimos mal por las consecuencias de nuestros actos. A veces nos hace sentir mal nuestra incapacidad de vivir a la altura de nuestras propias normas de buena conducta. Pero el arrepentimiento verdadero involucra una sensación de pesar por haber ofendido a Dios al pecar contra Él. El remordimiento no es el final de la historia. Los hijos de Dios quieren agradar a su Padre celestial. Por eso, la persona arrepentida se sentirá impulsada a cambiar; la alternativa será abandonar el pecado y practicar la obediencia. En respuesta, el Espíritu Santo derramará Su poder y fortaleza en el creyente, para que éste pueda hacer frente a las tentaciones de Satanás.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA MARZO 14_2014 Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Romanos 10:9

EL ARREPENTIMIENTO: EL RECURSO DEL CREYENTE… A medida que los creyentes maduran y adquieren sabiduría a partir de la Palabra de Dios, deben reconocer que la fe, la confesión y el arrepentimiento son recursos necesarios para mantener una relación íntima con el Señor. Tenemos que creer que Jesús perdona nuestro pecado, lo cual nos lleva a confesar las faltas delante de Él y apartarnos de ellas para no seguir entristeciendo a nuestro Padre celestial. Si una de estos recursos es ignorado, los restantes no podrán completar la tarea de generar una vida cristiana victoriosa. Fe significa creer que Dios perdona nuestros pecados y suple nuestras necesidades, pero no implica que debamos ser pasivos. La vida de fe exige trabajo: orar, obedecer, servir y mantener limpio de pecado nuestros corazones por medio de la confesión y el arrepentimiento. Si nuestro concepto de Dios está oscurecido por el pecado, nos resultará difícil confiar en Él. Cuando confiamos en el poder de Dios para perdonar, adquirimos confianza para confesar el pecado; esto significa aceptar que hemos pecado y violado Su voluntad. Pero no podremos buscar Su perdón hasta que estemos dispuestos a identificar nuestro pecado y reconocer su efecto negativo en nuestra relación con Dios. Sin embargo, la confesión será incompleta si no nos arrepentimos. Lamentablemente, el verdadero arrepentimiento (apartarse del pecado gracias al poder del Espíritu Santo) está cada vez más relegado en nuestra sociedad, que estimula la tolerancia y todo lo que la haga sentir bien. Entienda que el pecado tiene que ser abandonado, porque éste entristece a Dios. Para mantener puro su corazón delante del Señor, utilice todos los recursos que Él le ha dado: la fe, la confesión y el arrepentimiento.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA MARZO 15_2014 El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará. Juan 12:25

PARA SERVIR A DIOS…. Como cristianos, debemos ser extensiones vivientes de la vida Jesús. Es decir, debemos permitir que el Espíritu Santo haga la obra de Cristo a través de nosotros. Para seguir el ejemplo de Jesús, debemos: • Aprender a vivir como siervos de Dios. Necesitamos renunciar a controlar nuestro tiempo, talentos y dinero, y aceptar nuestra comisión de trabajar en Su reino. Así como hizo nuestro Salvador, no debemos actuar independientemente (Juan 5:19). Nuestra tarea es hacer todo lo que Dios nos pide que hagamos. • Estar listos a responder a Su llamado de ayudar a los demás. Hay el deseo natural de limitar nuestro círculo a personas que sean como nosotros, pero debemos rechazar esta inclinación. Dios nos pide que ofrezcamos nuestra ayuda a quienes la necesiten: a conocidos y a extraños. Fortalecer nuestra relación con el Señor nos ayudará a reconocer las oportunidades que Dios ha puesto delante de nosotros, y a actuar. • Estimularnos los unos a los otros a las buenas obras (Hebreos 10:24). Debemos motivarnos unos a otros para optar por la santidad y el servicio, por encima del placer mundano y el egoísmo. Los creyentes debemos estimularnos mutuamente a tener una actitud de gratitud por lo que Dios ha hecho, y de confianza por lo que Él hará en y a través de nuestras vidas. Las buenas obras no son un medio de salvación, pero sí tienen que ver con las recompensas eternas. Los creyentes seremos evaluados en el tribunal de Cristo por lo que hicieron en la tierra. Las obras hechas sin la dirección de Dios serán quemadas; las realizadas en obediencia al Espíritu Santo serán recompensadas (1 Co. 3:15). Permita que su amor a Dios le estimule a servir en Su reino.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA MARZO 16_2014 Para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error. Efesios 4:14

CÓMO CRECER EN MADUREZ ESPIRITUAL… Si pensamos en la vida cristiana como un viaje, podemos identificar varias etapas de crecimiento que necesitamos alcanzar en la ruta a la madurez espiritual. Las primeras dos etapas son la salvación y el servicio. Todos comenzamos nuestro viaje en el mismo lugar: muertos espiritualmente y sin interés en las cosas de Dios (Ef. 2:1, 2). Solamente hay una manera de recibir vida espiritual: la fe en Jesucristo, quien tomó nuestro lugar y llevó el castigo de Dios por nuestros pecados. Murió para que nosotros pudiéramos tener vida. Al ser salvos, recibimos el Espíritu Santo, el cual crea en nosotros el deseo de conocer a Dios y a Su Hijo Jesucristo. Al aprender más acerca de nuestro Dios trino, nuestra fe se profundizará y nuestros corazones rebosarán de agradecimiento. La gratitud nos conducirá al siguiente paso del viaje: el servicio a Dios. Desearemos devolver algo a Dios en reconocimiento a Su generosidad para con nosotros. En vez de determinar nosotros lo que queremos hacer, debemos preguntarle al Señor cuáles son Sus planes, y cómo podemos encajar en ellos (Ef. 2:10). Como hijos de Dios, debemos escuchar con atención Su invitación, y concentrar nuestras mentes y corazones en la obediencia. Con el tiempo, el Espíritu Santo producirá su “fruto” en nosotros (Gá. 5:22, 23), y nos unirá a otros creyentes en el servicio. El crecimiento es un principio clave en la vida del creyente. Efesios 4:15 nos dice que “crezcamos en todo hacia… Cristo”. La madurez espiritual comienza con la salvación, y ésta debe ser seguida por una decisión permanente de servir a Dios. ¿Está usted dedicado a servirle? 17


DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA MARZO 17_2014 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. Juan 6:35

EN BUSCA DE LA PLENITUD… Dios creó a la humanidad para que se sintiera bien. En términos espirituales, los humanos fueron hechos para experimentar paz, gozo y contentamiento. Pero muchas personas pasan por esta vida sintiéndose fragmentadas y vacías. Están buscando una persona o una filosofía que las haga sentirse plenas, pero terminan experimentando únicamente insatisfacciones. En el capítulo 4 de Juan, el Señor está hablando con una mujer samaritana que evidentemente se sentía incompleta y desilusionada (vv. 7-30). Había estado tratando de llenar su vida con el amor de un hombre; en ese momento estaba teniendo una relación pecaminosa, tras cinco matrimonios fracasados. Esta mujer había hundido su balde una y otra vez en el pozo del amor humano para tener la aceptación que esperaba para ser feliz. Pero todas las veces se marchaba sedienta. Frente a Jesús estaba un alma destrozada y una marginada por la sociedad. La gente, a través de toda la historia, ha estado bebiendo de pozos falsos. Uno de los engaños más grandes de Satanás es convencer a las personas de que la felicidad y el éxito se pueden encontrar sólo si se tiene mucho amor, éxito, venganza, etc. Pero es fácil ver la mentira del diablo; basta con ver los muchos que están bebiendo grandes sorbos de hábitos malsanos y de actitudes peligrosas. La verdad es que sólo una relación con Jesucristo puede hacer feliz a una persona. De Él viene el agua viva que calma la sed para siempre. Eso significa que el Señor suple cualquier necesidad nuestra en esta vida. En un mundo arruinado por el pecado, no tendremos una vida perfecta, pero a través de Cristo podemos esperar vivir con una sensación de satisfacción profunda.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA MARZO 18_2014 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Romanos 8:35

PARA TENER LA PLENITUD… La sociedad moderna tiene muchas “soluciones” para la infelicidad. El poder, el amor, las drogas (legales o ilegales) son vistos como maneras de contrarrestar el vacío emocional, pero la felicidad que ofrecen se acaba pronto. Sólo el poder transformador de Dios puede convertir a alguien con un espíritu abatido, en un cristiano satisfecho que sabe lo que vale. La persona vacía que quiera encontrar la plenitud, debe comenzar por recibir a Jesucristo como su Salvador. El pecado que hay entre ella y Dios tiene que desaparecer; después, con el poder del Espíritu Santo podrá encontrar el valor necesario para confrontar las heridas, las frustraciones y los pecados del pasado que pueden haber ayudado a que se sienta indigna del amor de Dios. La persona con una sensación de plenitud se siente satisfecha con la vida. Sabe que es amada, lo que le lleva a tener una buena autoimagen y la capacidad de amar a los demás. Los problemas son inevitables en este mundo, pero ellos no la destruyen ni la convierten en una amargada. ¿Por qué razón? Porque el creyente nacido de nuevo sabe que Dios ha prometido que Él hará que todo resulte para su bien (Romanos 8:28). En cambio, la persona que se siente fragmentada y vacía, muchas veces tiene la experiencia contraria; puede verse bien por fuera, pero por dentro está luchando. Esto le puede pasar también a los creyentes que no han aprendido a experimentar el amor de Dios. En realidad, fue a los 50 años de edad que yo comencé a saber lo que era el amor de Dios, y fue entonces cuando me sentí verdaderamente completo. El Señor puede hacer (y hará) conocer Su amor al creyente que se lo pida. Su amor es lo que trae la plenitud. 19


DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA MARZO 19_2014 Porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados. Mateo 26:26-30

LA COPA Y EL PACTO…. La última comida de Jesús con sus discípulos fue durante la celebración de la Pascua. Al darles el pan, Él dijo: “Tomad, comed; esto es mi cuerpo”. Luego, al ofrecerles el vino de una copa común, les dijo: “Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados” (Mt. 26:26-28). Los creyentes observan hoy la Cena del Señor para simbolizar limpieza, consagración y comunión. La sangre de Jesús nos limpia del pecado. Desde Adán y Eva, Dios ha exigido un sacrificio de sangre para cubrir las transgresiones (Gn. 3:21; Lv. 17:11). Pero esto era sólo una solución temporal, ya que el siguiente pecado requería un sacrificio más. Jesús fue la respuesta permanente de Dios al problema. Él tomó sobre Sí mismo todos los pecados (pasados, presentes y futuros), y murió para pagar la totalidad de nuestra deuda. Cuando un creyente recibe la salvación, es consagrado (o apartado) para el Señor. Su pecado es perdonado, recibe la vida eterna y el Espíritu Santo viene a morar en él. Pero si algunas veces olvida que le pertenece al Señor, podrá ceder a la tentación. El pan y la copa dan la oportunidad de recordar lo que el Padre celestial espera de Sus hijos, y de renovar la promesa de obedecer. La Cena del Señor es también un momento para estar en comunión. Nos conectamos con el Señor que nos salvó, y también con los creyentes de ayer y de hoy. Dentro de la familia de Dios encontramos consuelo y ayuda, al igual que los discípulos y la iglesia primitiva. La Cena del Señor es un buen momento para hacer una pausa y recordar lo que Jesús nos ha dado. Participe de ella con solemnidad y gratitud.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA MARZO 20_2014 Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú. Marcos 14:36

LA OTRA COPA DE LA CENA DEL SEÑOR… Las pinturas de la Cena del Señor muestran una copa y una bandeja. La copa representa la sangre que Jesús derramó para salvarnos del pecado, y en la bandeja está el pan, que simboliza Su cuerpo que fue molido por nosotros. Lo que no vemos es la segunda copa que Jesús bebió solo: la que hizo posible nuestra salvación. La frase “beber de esta copa” se refiera a la disposición de la persona de tomar parte en un acto. Jesús sabía que Él había venido a la tierra con el propósito de morir por el pecado; es decir, esta misión era su “copa”. Mientras oraba en el Getsemaní, nuestro Salvador rogó que pasara de Él esta copa si era posible, pero que se sometía gustosamente a la voluntad de Su Padre. Algunos piensan que Jesús estaba pidiendo evitar el terrible sufrimiento físico de la crucifixión. Pero aun más difícil para Él era tener que enfrentar dos agonías espirituales que sabía que debía sufrir. Primero, tendría que llevar los pecados del mundo, convirtiéndose en pecado por nosotros (2 Co. 5:21), y morir para que su poder sobre nuestras vidas fuera destruido. El inmaculado Jesús conocería el peso, la culpa y el tormento del incalculable número de pecados cometidos a través de los siglos. Pero, más que experimentar la fealdad del pecado, Él soportaría toda la ira del Padre por la iniquidad de toda la humanidad. En segundo lugar, porque Dios no puede ver el pecado, Jesús tendría que separarse de Su Padre por primera y única vez en toda la eternidad, y soportar totalmente solo esta carga inimaginable. Jesús bebió de la copa del sufrimiento, del peso del pecado y de la separación, para que nosotros pudiéramos tener parte en la copa de la salvación.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA MARZO 21_2014 Mas él les dijo: No os asustéis; buscáis a Jesús nazareno, el que fue crucificado; ha resucitado, no está aquí; mirad el lugar en donde le pusieron. Marcos 16:6

LA RESURRECCIÓN: UNA PROMESA… Desde el primer siglo, la gente ha lidiado con la idea de la resurrección, porque esto desafía a la naturaleza. Pero el creer que Jesús resucitó de los muertos no es negociable para los cristianos. Si no hubo resurrección, entonces Cristo no triunfó sobre la muerte, y sin Su victoria no podemos ser libres del pecado y su castigo. Hay evidencias sólidas de que Cristo resucitó de los muertos. Primero, Él prometió que lo haría (Mr. 8:31). Su regreso a la vida no fue una casualidad ni un truco, sino parte del plan de Dios desde el comienzo. De hecho, siglos antes del nacimiento de Jesús, Isaías y Daniel profetizaron acerca de la resurrección (Is. 26:19; Dn. 12:2). Segundo, los discípulos y los apóstoles estaban tan convencidos de la resurrección de Cristo, que proclamaron un Señor resucitado a un mundo hostil. Enfrentaron persecuciones, sufrimientos físicos y aun la muerte por predicar ese mensaje. Ninguno de ellos habría puesto voluntariamente su vida, de no haber estado seguro de la muerte expiatoria y de la resurrección de Jesús. Por último, los cristianos judíos cambiaron su forma de adoración para celebrar la victoria de Jesús sobre la tumba. Movieron su día de adoración del sábado al domingo, porque Él resucitó el primer día de la semana (Mr. 16:2). Pero aún más convincente es el hecho de que dejaron de presentar sacrificios de animales, porque aceptaron a Jesús como la expiación por el pecado. Jesús dijo que se levantaría otra vez y que se sentaría a la diestra de Su Padre en el cielo, y Él hizo exactamente lo que había prometido. Su regreso sobrenatural a la vida es una confirmación de que todo lo que Cristo dijo es ciento por ciento confiable.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA MARZO 22_2014 Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción. 1 Corintios 15:42

LA RESURRECCIÓN… Una primicia A lo largo de la historia de la iglesia han surgido muchas ideas extravagantes acerca de cómo seremos en el cielo. Por ejemplo, muchos imaginan a los creyentes reclinados en nubes y tocando arpas. Pero Pablo fue más práctico en su descripción de cómo serán nuestros cuerpos resucitados. Por la Biblia sabemos que los espíritus de los creyentes fallecidos ya están con Jesús; 2 Co. 5:8 dice que, cuando una persona está ausente del cuerpo, está presente al Señor. Cuando Cristo vuelva sonará una trompeta, y quienes murieron creyendo en Él serán levantados para que sus cuerpos puedan unirse a sus espíritus (Ap. 21). Después de eso, los cristianos que estén vivos serán transformados. De esa manera, todos los creyentes estarán preparados para ser parte de cielo y tierra nuevos. Nuestros nuevos cuerpos serán perfectos. En primer lugar, seremos inmortales (v. 52), lo que significa que no nos desgastaremos ni podremos sufrir ningún daño. Nuestra forma será excelente y fuerte para toda la eternidad. Segundo, seremos levantados en gloria (v. 43). Significa que nos pareceremos en eso a Dios, al ser reflejos de Su gloria. Tercero, nuestros nuevos cuerpos serán poderosos y capaces de hacer todo lo que el Señor pida. En el reino no estaremos ociosos. Cuarto, la rebelión ya no será parte de nosotros. Puesto que no tendremos que luchar más con los efectos residuales de nuestra naturaleza “carnal”, podremos servir al Señor sin ningunas trabas. Nuestros cuerpos eternos estarán equipados perfectamente para continuar lo que comenzamos a hacer en la tierra: servir al Señor con todo nuestro corazón, con toda nuestra mente y con todas nuestras fuerzas.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA MARZO 23_2014 Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Colosenses 3:1

LAS ETAPAS DE LA VIDA CRISTIANA… El Espíritu Santo nos guiará a través de etapas para desarrollar nuestra madurez espiritual. Estas etapas son: salvación, servicio, dependencia y una vida canjeada. Aunque este crecimiento se produce a velocidad y modo diferentes, todos los creyentes están en el mismo viaje con igual propósito: ser transformados a la imagen de Cristo. La dependencia de Dios, una parte importante de la madurez espiritual, se aprende muchas veces por medio del servicio a Él. Al intentarlo, nuestras torpezas nos frustrarán y nos sentiremos tentados a renunciar. O podremos encontrarnos cayendo de nuevo en hábitos pecaminosos, aunque no queramos que sucedan (Ro. 7:19). Una lección clave en esta etapa, es entregar el control y dejar que el Espíritu Santo nos dirija y ayude; es decir, tenemos que vivir por fe, no por vista (2 Co. 5:7). Cuando enfrentemos una lucha, debemos volvernos a Dios y depender de Él. Al mismo tiempo, cuando estudiemos Su Palabra, nuestra mente será redirigida para pensar bíblicamente. Entonces podremos aceptar la verdad de Dios, y dejar detrás los mensajes que hemos recibido en nuestra educación y cultura, que no armonizan con Su perspectiva. La etapa final es lo que se conoce como una vida canjeada (Gá. 2:20). Aceptamos que la única manera de vivir la vida cristiana, es permitir que el Espíritu Santo viva la vida de Cristo a través de nosotros. Le hacemos a Dios la promesa de rendir todo lo que nuestro “ego” quiere, y de buscar sólo lo que Él quiera. Después que hagamos este canje, tendremos una experiencia mayor de la libertad y el gozo que Jesús prometió a Sus seguidores. El crecimiento espiritual requiere de nuestra cooperación.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA MARZO 24_2014 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre. Lucas 1:32

JESÚS ES EL SEÑOR DE TODOS… Al anunciar el nacimiento del Mesías, el ángel declaró que Jesús reinaría como Rey para siempre (Lc. 1:33). De haber estado nosotros allí, habríamos buscado a un bebé nacido en el seno de una familia privilegiada y poderosa. Pero la vida terrenal de este Rey no fue lo que habríamos esperado. Jesús fue concebido por el Espíritu Santo, pero nació de la misma manera que cualquier otro niño humano: del vientre de una madre. Por haberse criado en un hogar sin una posición especial o riquezas, probablemente aprendió la carpintería de Su padre terrenal, José, la que utilizó como medio de vida siendo más joven. Su ministerio público comenzó con la elección de hombres comunes y corrientes para que fueran Sus discípulos, entre ellos Mateo, un despreciado recaudador de impuestos. Jesús viajaba de pueblo en pueblo y hablaba con las personas, muchas de las cuales dudaban de Él y no le creían. Sus enseñanzas eran, por lo general, malinterpretadas y rechazadas. Hubo veces en que sus seguidores se apartaron de Él cuando oyeron algo que no les gustó (Jn. 6:53, 66). Después de servir al Padre celestial como predicador itinerante durante tres años, Jesús fue tildado de criminal, crucificado entre dos ladrones y sepultado en una tumba ajena. Un currículo no muy impresionante tratándose de Aquél que gobierna al mundo como Señor (Mt. 3:3). Pero el “currículo espiritual” de Jesús nos da su verdadero retrato. Su total dependencia de Dios, Su humildad y autosacrificio, Su absoluta obediencia, aun hasta la muerte, son la muestra de Su grandeza a los ojos de Dios. Tras haber cumplido con el plan del Padre celestial, Jesús recibió el nombre ante el cual todos se inclinarán algún día. Jesús es el Señor de todos. 25


DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA MARZO 25_2014 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, Filipenses 2:9

VIVIR BAJO EL SEÑORÍO DE JESÚS… Dios el Padre ha dado a Su Hijo Jesucristo un nombre que es sobre todo nombre: el de Señor. Jesús ha recibido también completa autoridad sobre el cielo y la tierra, la cual Él ejerce de acuerdo con los buenos propósitos de Dios. Su posición como Señor sobre toda la humanidad jamás se acabará. La mayoría de las personas de este mundo no han reconocido el derecho a gobernar que tiene Jesús. Rechazan Su señorío y hacen lo que quieren. Por eso abunda el pecado, causando estragos en las vidas de muchos. La buena noticia es que Dios tiene un plan, que no puede ser impedido. Un día, todo el mundo reconocerá la autoridad de Jesús. Tal como Dios ha prometido, todo lo que está en el cielo (los ángeles y los seres creados) y todos los que están en la tierra, incluyendo aquellos que rechazaron a Jesús, se arrodillarán delante de Él. ¡Qué día tan glorioso y triunfante será ése! Pero antes de que llegue ese día, nosotros, los que seguimos al Salvador, debemos inclinar y someter nuestra voluntad a la Suya. Si Jesús es Señor sobre nosotros, reconoceremos que nuestra vida gira alrededor de Él y que existimos para Sus propósitos, no para los nuestros. También Sus prioridades serán las nuestras y Sus planes tendrán precedencia sobre los nuestros. Además, con nuestros labios confesaremos Su señorío sobre nosotros (Gá. 20), diremos a otros que Él es nuestro Salvador y testificaremos de lo que ha hecho por nosotros. Nuestras decisiones reflejarán el deseo de ser un testimonio vivo de Su señorío en nuestras vidas. Rendirnos al control del Señor Jesús es la decisión más sabia que podemos hacer. ¿Es Él, en verdad, el Señor de su vida?

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA MARZO 26_2014 El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. 1 Juan 5:12

VIDA ETERNA AHORA MISMO… Dios ha existido siempre. La Biblia lo describe como Aquél que no tuvo comienzo ni tendrá fin, y cuyo reino durará para siempre (Sal. 90:2). Aunque todos los seres humanos nacen en un momento específico del tiempo con cuerpos que al final morirán, todos nosotros hemos sido hechos a Su imagen eterna (Gn. 1:26), es decir, somos también seres eternos, con un espíritu que nunca dejará de existir. Jesús habló muchas veces de la vida eterna, un aspecto esencial de la fe cristiana, y la definió así: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Jn. 17:3). Observe que Él no estaba hablando de un destino, sino de una relación imperecedera con el Dios Trino que comienza en esta vida y sigue en el cielo. Nosotros experimentamos esa vida gracias a la presencia en nuestro interior del Espíritu Santo, quien nos enseña, aconseja y guía. Podemos saber acerca de Dios, pero sólo cuando recibimos a Jesucristo como Salvador es que podemos conocerle verdaderamente. La Biblia dice que, en nuestro estado natural, estamos muertos espiritualmente, y tenemos una naturaleza rebelde a Dios (Ef. 2:1). Antes de que podamos comprender quién es Él, tenemos que estar vivos espiritualmente (1 Co. 2:14), y esto se produce en el momento de la salvación (Jn. 3:6). ¿Quiénes, entonces, pueden tener la vida eterna? Dios ha provisto una sola manera para entrar en una relación con Él: por medio de la fe en Jesucristo (Jn. 14:6). Toda persona que confía en Él como Salvador, recibe la vida eterna (Jn. 6:40). Dios invita a todo el mundo a creer en Su Hijo Jesucristo para recibir este regalo.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA MARZO 27_2014 El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. Juan 3:36

VIDA O MUERTE ETERNAS… La idea de vivir para siempre tiene un gran atractivo, especialmente si hay una garantía de alegría, salud y seguridad. Apocalipsis 21:4 presenta esa imagen de la condición del creyente después de la muerte. Por cuanto el espíritu de todos los seres humanos existirá en uno de dos lugares después de esta vida actual, el sitio donde pasaremos la eternidad es un factor importante. El cielo, la morada de Dios, está abierto para toda persona cuyos pecados han sido perdonados por la obra expiatoria de Cristo. Al producirse la salvación, Dios acredita la justicia de Cristo a nuestra “cuenta” y nos adopta en Su familia. Su hogar viene a ser el nuestro. El mismo Jesús dijo que iba a preparar un lugar en el cielo para todos los que crean en Él (Jn. 14:2). Pero, si rechazamos la invitación de Dios de tener una relación con Él a través de Su Hijo Jesucristo, seguimos en nuestro estado pecaminoso y seremos separados de Él para siempre. El Dios santo no permitirá que el pecador esté en Su presencia o en Su hogar celestial: quienes rechacen a Cristo irán a un lugar de sufrimiento y tormento, donde estarán para siempre apartados de Dios y de Su misericordia. Este estado se llama muerte eterna. Muchos no quieren saber nada de este crucial asunto. A los jóvenes, y también a los que se encuentran en la mitad de sus vidas, no les agrada el tema de la muerte, y prefieren no pensar en la eternidad. Pero, para estar con Dios en el cielo, se requiere la fe en Jesús. No tomar una decisión es, en realidad, una decisión — una torpe decisión. Si la persona no hace nada, enfrentará la muerte eterna. Permita que esta verdad acerca de la vida y la muerte eternas estimulen sus oraciones y sus acciones.

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA MARZO 28_2014 Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados. Efesios 4:1

LA UNIDAD DEL ESPÍRITU… La presencia del pecado divide a las naciones, fractura las relaciones y nos separa de Dios. En la vida de la primera familia (Adán y Eva), las consecuencias de su rebelión contra Dios se ven claramente. El pecado de incredulidad y desobediencia rompió su relación con Dios, y provocó su separación de Él. Después, su hijo mayor Caín se enojó tanto, que asesinó a su hermano Abel. Esta conducta de separación de Dios, de envidia, de odio y de violencia persiste hoy. A pesar de la rebeldía del hombre, Dios se ha propuesto reconciliar a la humanidad con Él y capacitarnos para que vivamos en paz unos con otros. Por eso envió a Su Hijo Jesucristo, para llevar nuestro pecado y morir en nuestro lugar, haciendo así posible que cada uno de nosotros restablezca su relación con Él. Cuando aceptamos Su oferta de salvación, pasamos de un estado de alejamiento a uno de adopción permanente como Sus hijos (Jn. 1:12; Ef. 1:5). En el momento de la salvación, el Espíritu Santo viene a morar en nosotros para guiarnos, enseñarnos y vivir la vida de fe a través de nuestro ser. Gracias a la facultad que nos da el Espíritu, experimentamos unidad con otros creyentes de la familia de Dios, la cual se expresa en el vínculo de la paz (Ef. 4:3). Esto no significa uniformidad, porque todos tenemos personalidades y capacidades diferentes. Pero sí significa vivir en sumisión a Dios y mostrar actitudes y conductas que fortalecerán la unión con nuestra familia espiritual. ¿Ha respondido usted al llamado que le hace Dios de reconciliarse con Él? Si no es así, clame a Jesús pidiéndole perdón. Pero si ya es un hijo de Dios, que sea para usted una prioridad vivir en unidad con sus hermanos cristianos (Ro. 12:18). 29


DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA MARZO 29_2014 Un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos. Efesios 4:4-6

VIVIR DE VERDAD NUESTRA UNIDAD EN CRISTO… Jesús conocía la importancia de la unidad en la iglesia y en la vida personal de los creyentes. En una de sus últimas oraciones registradas, Jesús oró tres veces pidiendo la unidad entre los creyentes (Jn. 17:11, 21, 22). En el pasaje de hoy, Pablo enseña que hay varios aspectos en cuanto a nuestra unidad como creyentes: • Un cuerpo. Dios adopta a todos los creyentes en Su familia, sin tener en cuenta su raza, sexo o denominación. La fe en Jesús es lo único que importa. Todo lo que divide a los cristianos carece de importancia (Gá. 3:28). • Un espíritu. En todos los cristianos mora el Espíritu Santo. Somos diferentes por fuera, pero por dentro todos tenemos la tercera persona de la Trinidad dándonos poder y guiándonos. • Una esperanza. Como creyentes, tenemos una misma esperanza: el regreso de Jesucristo y la vida futura con Él en el cielo. • Un Señor. El señorío de Jesús se extiende a todos. Debemos reconocer y someternos a Su autoridad en todas las áreas. • Una fe. Los creyentes están unidos en una sola fe, fundamentada en varias verdades básicas: Nacido de una virgen, Jesús vivió una vida inmaculada, murió en lugar nuestro, resucitó de los muertos, ascendió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios. La reconciliación con Dios sólo es posible por medio de la fe, por la obra de salvación de Jesucristo. No podemos hacer nada para ganar nuestra salvación. Al aprender a ver lo que tenemos en común, nos resultará más fácil pasar por alto nuestras diferencias. Cuando las personas vean nuestra unidad, estarán listas para escuchar la buena nueva de que Dios ofrece la manera de tener paz con Él y con los demás. 30


DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA MARZO 30_2014 Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. Lucas 19:10

¿QUIÉNES SON “LOS PERDIDOS”?... Zaqueo trabajaba como un importante cobrador de impuestos para el gobierno de Roma, y su profesión hacía que sus compatriotas judíos lo despreciaran. Cuando el Señor lo buscó y le dijo que visitaría su casa, la multitud se sintió consternada: Jesús se estaba asociando con alguien cuya conducta lo hacía un pecador para ellos. El Salvador respondió: “Porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lc. 19:10). La palabra perdido es un término bíblico usado para describir la situación de todos los que todavía no han recibido a Cristo como su Salvador personal. En ese estado, la persona está separada de Dios –hay una vida física, pero ninguna conexión espiritual con Él. En esa condición, la mente está ciega a la verdad de Dios. Estar perdido no tiene nada que ver con la conducta física; se refiere a la muerte espiritual (Ef. 2:1). El pecado entró a la humanidad por la acción desobediente del primer ser humano: Adán. Cuando éste toleró el plan de Eva y desobedeció a Dios, su naturaleza se volvió rebelde, y todas las generaciones posteriores heredaron su naturaleza de pecado. Todos nosotros hemos nacido en este mundo con una naturaleza no inclinada a Dios (Ro. 5:1, 2). Zaqueo era un pecador, no por su codiciosa profesión, sino debido a su condición perdida. La buena conducta no nos hace cristianos, ni la mala conducta nos descalifica. Zaqueo recibió la salvación por su fe en Jesús. Cuando recibimos a Cristo como Salvador, nosotros, al igual que Zaqueo, no estamos ya perdidos; ahora tenemos vida espiritual ¡Aleluya!

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DEVOCIONAL DIARIO – MINISTERIO VISION CRISTIANA - MARZO 31_2014 Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. 1 Samuel 13:13

EL PROBLEMA DEL ORGULLO… El orgullo es una condición común a toda la humanidad. La pobreza no impide tenerlo. Tampoco la edad, la capacidad o la experiencia nos protegen de él. Pensemos en el primer rey de Israel. En una ceremonia realizada frente a todo el pueblo, el profeta Samuel reveló que Saúl había sido el líder escogido por Dios. Primero de Samuel 9:2 lo describe como “joven y hermoso. Entre los hijos de Israel no había otro más hermoso que él”. Esta descripción parece adecuada para el primer rey de la nación. En su nueva posición, Saúl debía seguir las instrucciones de Dios en cuanto a su papel de líder nacional. Había recibido la promesa de que el Espíritu Santo vendría sobre él con poder para ayudarlo (1 S. 10:6, 7). Dios nos trata a nosotros de manera parecida; nos ha escogido para que pertenezcamos a Su familia. Él tiene un plan para nuestras vidas, y nos ha dado un trabajo especial que hacer (Ef. 2:10). El Espíritu Santo mora en nosotros, para poder guiarnos y darnos la capacidad de realizar los planes de Dios. Nuestra parte es obedecer. Para poder tener éxito, Saúl necesitaba recordar varias cosas. Cualquier autoridad que tenía le había sido dada por el Señor. Su responsabilidad era realizar el plan de Dios, liderar al pueblo mediante el ejemplo y obedecer los mandamientos divinos. Pero, como muchos de nosotros hoy, Saúl actuó como si él tuviera el control, no Dios. Dejó que la presión de la situación fuera más importante que la obediencia. Por su orgullo, violó la ley de Dios y ejerció unas funciones sacerdotales que no le correspondían. Dios quiere que nos ocupemos de nuestro orgullo sometiéndonos humildemente a Él, confesando nuestro pecado y buscando Su ayuda para vencerlo. 32


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