PETIZA - REVISTA DE ARTE Y LITERATURA

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PETIZA REVISTA DE LITERATURA Y ARTE

Especial Homenaje a Antonio Silva

N° 1 – Año 2012


PETIZA

REVISTA DE LITERATURA Y ARTE “Academia de Letras de San Bernardo”

A n t o n i o

S i l v a

PETIZA - REVISTA DE LITERATURA Y ARTE DIRECTOR: YURI PÉREZ COMITÉ EDITORIAL: MARCELO MALLEA - MARCELO SEPÚLVEDA DISEÑO- DIAGRAMACIÓN: MARCELO MALLEA DIBUJOS: JEAN COCTEAU PRIMERA EDICIÓN, AGOSTO 2012 SAN BERNARDO, CHILE MADE IN CHILE / HECHO EN CHILE


MARCELO MALLEA Poeta, Documentalista, San Bernardo

Y en su oreja menstrua esta canción Que ha de ser verdugo Pintado en verde rosado y overol Entonces reposo y como junto a la mujer de nadie Que ha sido olvidada por algún monstruo Descolorida sangre apretando puños enarbolados Sintaxis cruda de mujer/objeto Nadie del barrio conoce su blanca delincuencia Y dan consejos a esta mujer marcada Envenenada tal vez con semen caliente Bajo duchas macabras Escribo para la mujer de nadie Cuya sonrisa no pinta muñecas bravas en rouge Arrojada para Satanás Y en coma

A LAS NIÑAS QUE LES CAMBIA LA VOZ

A esas niñas tan bonitas Les cambia la voz Como pétalos en una alambrada Rasgando sus vestiduras de ciénaga y tierra Es imparable su despertar E imparcial el dolor que las aqueja Miras como se mueven Al ritmo de la sangre Intuyes cómo las desea el tiempo Para quedarse con ellas Sus labios amplían la morada Deseando beber salvajes aguas prohibidas


Porque tarde o temprano Ellas mutarán Y se irán a un lugar Donde nadie las toque Ellas son blancas aureolas que dejan las espumas Al reventar los hímenes que alguna vez fueran de papel Ellas reblandecerán su silencio Gastando el cruel paso del sonido por la semilla Romperán sus pupas arcillosas Membranas ácidas Atropelladas en un circo etílico Ya preparan su viaje Fuera del continente que las abrigó Lejos del vientre que las amortajó Serán especies tridimensionales Incólumes mariposas viejas A esas niñas tan bonitas Les cambia la voz Inventando nuevos colores para el prisma Van juntas de la mano Recogiendo migajas de mostacillas perdidas Hilvanando columnas trenzadas por los manglares Porque ya no serán tus niñas Las de siempre Serán mujeres pasajeras Y tendrán un vientre maquillado para ellas


JEANNETTE MONTERO Presidenta Sociedad de Escritores de Chile Filial San Bernardo

Tres de Julio Hoy es tres de Julio, es el año Según término del mundo desgrana un miedo profundo y mi hermano de cumpleaños pasando a los cuarenta años que con pequeña discreción es una hermosa adquisición aunque pasa a la otra era de la blanca cabellera va para viejo este huevón. No podía dejar pasar Escribir uno de mis poemas Describiendo en esquemas y una historia repasar en mis recuerdos retratar lo que ha sido mi hermano de niña le decía mano yo no lo quería soltar que no se fuera a escapar de aquellos juegos sanos. Conocido por Petuco Chicomito y otros nombres actualmente que ya es hombre yo todavía lo estuco buscando apodo belluco para que no se sienta Pelao le digo contenta.


De canela y rubios pelos Ojos claros los que anhelo Obtener a los cuarenta. Desde niño era pelusa Caía por cuanto techo El Traspasaba derecho En escapadas confusa Como si fuera reclusa Buscando los volantines Perdiendo sus calcetines En las manos con sus cañas Le daban todas las mañas Si no conseguía sus fines. Desde siempre pelotero jugaba hasta con las piedras los zapatos llenos de hebras visitando al zapatero Este pequeño Montero Con sus diarias pichanga Y Su camisa arremanga Jugando a la pelotita Llegando a ser figurita Del Cacique en su manga. Los sueños se disiparon Y desengaños amargos Los momentos fueron largos Faltando un gran alerón que te agarraran del cinturón Para poder ser estrella de las historias aquellas donde fuiste gran goleador y un pichanguero peleador sólo dejando tus huellas.


JOAN ONEILL Poeta, San Bernardo

VIUDA NEGRA Me descolocas con alientos de rosas, relames provocadoramente la sangre hipotética de vestigios de mi cuerpo, el aura se enrarece tus piernas asfixian la excitación sumisa, eres la dueña; Torturadora muy dulce. Filo sabor a muerte danzando con aire espeso, reloj sin pulsaciones gemidos que ensordecen, ya no hay vuelta; Mientras más profundo más glorioso eclipse al borde de perderme. El final es irrenunciable manto rojo consume dudas tus pétalos embriagadores ninfas errantes que no se detienen esqueleto desarticulado bajo suspiros bamboleo irrepetible, vertebras sedientas deseando arder en fluidos.


JUAN CARLOS DÍAZ FERRADA Escritor, Secretario Sociedad de Escritores de Chile Filial San Bernardo

Las Dendritas Literarias de Carlos

La melancolía se apoderó de él durante esa navidad del 2003, año impar, como el de su nacimiento. Su matrimonio se había quebrantado en Mayo y la familia se escindiría en un poco tiempo más… La tarde estaba fresca y el cielo de Santiago nublado por una capa de humo proveniente de la costa, seguramente por algún incendio forestal. Estaba comprendiendo que las pérdidas siempre generan un dolor intenso en el alma llevándolo a indagar en las profundidades de su yo interno, buscando desnudar las verdades más cruentas de su existencia. Asimilando lo sucedido y aprendiendo a reconstruirse nuevamente. Su vida la había fundado en la familia y el trabajo, siempre fue de pocos amigos por tanto, era una presa fácil para la depresión. El Psicólogo, le recomendó que tratara de formar parte de algún grupo de pertenencia, que lo ayudaría a superar la soledad y esa pena que no despegaba de su piel. Fue así, como se acordó de un amigo de la Universidad que dirigía un taller literario y le consultó si podía asistir. El que le indicó que no había problema, en que acudiera. De esa manera comenzó a encontrarse con la escritura formalmente.


Ese taller tenía como misión recuperar las historias de chilenos desaparecidos por la dictadura. Por lo que precipitaron en su memoria, aquellos compañeros de la universidad que habían sido apresados por los aparatos del estado ( Dina y Cni). Abordó el informe Rettig, y empezó a escribir relatos en prosa poética de sus breves vidas, la mayoría de ellos y ellas no alcanzaron a cumplir los treinta años, en esa oscura historia de nuestra patria. La lectura del poeta Norteamericano Walt Whitman, con su libro Hojas de hierba (1855), lo sedujo, y que también influyó a Neruda en el deleite de los sentidos y aprecio por la raza humana, lo impulsó a dar una visión esperanzadora de aquellos jóvenes que sufrieron tormentos abominables antes de morir.

Oda a Walt Whitman (Pablo Neruda) YO no recuerdo / a qué edad, / ni dónde, / si en el gran Sur mojado / o en la costa temible, bajo el breve / grito de las gaviotas, / toqué una mano y era / la mano de Walt Whitman: pisé la tierra / con los pies desnudos, / anduve sobre el pasto, sobre el firme rocío / de Walt Whitman. Posteriormente, con la lectura del poeta beat Estadounidense Allen Ginsberg, quedó fascinado y sorprendido, con ese lenguaje y temáticas rupturistas. (Reconocido como uno de los padres del Flower Power, defensor de las minorías étnicas y sexuales de su tiempo). De su poema Aullido: “He vistos los mejores cerebros de mi generación destruidos por la locura, famélicos, histéricos, desnudos, arrastrándose de madrugada por las calles de los negros en busca de un colérico picotazo,”


Las propias llagas amargas del autor, comenzaron a cicatrizarse con la resurrección de aquellos textos de un incandescente dolor, como Vidas breves: “Estarían uno al lado del otro, ¿Habrán podido tocarse las manos, en esa camioneta que los sacó de Villa Grimaldi? Seguramente Renato encontró la forma de acercarte a ti, María Isabel y selló un exiguo calor en ese precario beso que te dio, antes de morir.” El haber leído a los clásicos escritores rusos como León Tolstói, Gógol, Dostoieski, que graficaron los símbolos básicos de su tiempo, hablando desde lo más puro del ser humano, desde sus miserias, dolores, del campesino y de aquellas guerras que les eran impuestas… Fueron seguramente, dando pistas en el inconciente del autor a conformar su estilo afectivo, coloquial y cercano al lector de las historias que cuenta. También dejaron trazas más que indelebles en su retórica, la lectura de los grandes escritores latinoamericanos como: Gabriel García Márquez, con su realismo mágico. Y la ironía, de claves surrealista de Julio Cortázar, completaron de sellar la estética de su escritura, de alto raigambre social, y la creación de un mundo ficcionado, compuesto de un humor sarcástico en que enfrenta la realidad del desenfadado sistema neoliberal impuesto a sangre y bala.


NATALIA ORELLANA Escritora, San Bernardo

26 DE MARZO No llamarás en mi hora libre, aunque prometiste hacerlo, no se si por pena o por compromiso, pero claramente no por interés. Siento que me olvidas fácilmente. A veces quisiera ser la Reina de tu tablero de ajedrez, solo para decapitar al rey, que indudablemente serías tú, pues la única forma de captar tu atención es entrando en tu “apasionante” juego de 64 cuadros, teniendo un ejército de 16 piezas para atacarte, para fingir que no disfruto viendo caer tus preciados caballos en manos de mi alfil, para pretender que no espero el momento de verte acorralado y que finalmente me tomes en serio. Veo como mi almuerzo da vueltas en el microondas mientras el tiempo se va agotando. Este es el momento ideal para que llames y me hagas olvidar por un momento la ansiedad que me produce ver que aún debo esperar 2 minutos y 31 segundos para poder almorzar. Tu partida siempre es la misma, al igual que en el sexo, sin dar lugar a la imaginación. Algún peón, de preferencia el que cubre al rey, avanza dos casillas. El único suspenso es el sorteo inicial para saber quién ocupará cada color. Debo reconocer que esta partida es conveniente, pues deja libre uno de los alfiles y la Reina. Esta es tu pieza favorita y eres hábil en sus movimientos, debe frustrarte no poder manejarme de igual forma (Jaque).


El problema de los almuerzos recalentados es que cuesta dar con la temperatura perfecta, puede quedar demasiado caliente o definitivamente frío, como el mío. Pero en momentos en que el hambre es superior, se suelen pasar por alto ciertos detalles, detalles que terminan siendo relevantes, como el hecho de que aún no llames. Siempre es lo mismo, tú sacas la Reina, te mueves con autoridad y crees tener el control de todo lo que ocurre a tu alrededor. Yo muevo mis alfiles, con ataques certeros y directos logro evadir tus cuestionamientos y ganar tu confianza. Intentas acorralarme con tus caballos, esperando que ceda ante tu manipulación. Procuro complacerte, que pienses que cambiaré mis planes y me quedaré contigo, que daré un paso atrás y no iré por el rey. Estás tan concentrado en esquivar la fortaleza de las torres que no logras ver como te acorraló un peón (Jaque). Terminó mi hora de almuerzo y no llamaste. Tampoco espero que me sorprendas esperándome con una flor a la salida del trabajo; tus movimientos son predecibles. Te quedarás en tu casa, esperando que llame para avisarte que llegué bien mientas lees un libro para aprender nuevas técnicas de ajedrez, nuevas formas de manipular a la Reina. Por mi parte, comenzaré un nuevo juego, en otro tablero. Buscaré un nuevo Rey: Jaque Mate.


Galardonados 19º Concurso Premio Municipal de Literatura 2012

Según acta del 09 de agosto del 2012 el Jurado Premio Municipal de Literatura de San Bernardo 2012, categoría “Obras Editadas”, dio el siguiente resultado: GÉNERO POESÍA 1º LUGAR OBRA: ZURDO DE MARCELO SEPÚLVEDA RIOS 2º LUGAR OBRA: VARONA DE MÓNICA MONTERO FERNÁNDEZ 3º LUGAR OBRA: LA ORILLA DE MARÍA BEATRIZ ORTIZ

GÉNERO NOVELA Queda desierto GÉNERO ENSAYO Queda desierto GÉNERO CUENTO 1º LUGAR OBRA: EL PATA HUACHA DE CARLOS PEÑA Y LILLO 2º LUGAR OBRA: CUENTOS PARA LEER EN UNA ESTACIÓN DE TRENES AL ATARDECER DE UN DÍA SOLEADO DE OTOÑO ALEJANDRO MIRANDA CONTRERAS 3º LUGAR OBRA: SANTO REMEDIO DE LEONARDA CAROCA FUENZALIDA

San Bernardo, agosto, 2012


EL AUTOR DESTACADO

ANTONIO SILVA Poeta Los Maricas “El andrógino es considerado superior a ambos sexos Porque encarna la totalidad y por lo tanto la perfección” Mircea Eliade Cruzados en un parque En el filamento de las sombras Entre destierro y farol Hacen su entrada coja los maricas Las bestias de ágata, torcidos e inmundos Tronchando con sus gestos El decorado siempre bastardo de una ciudad felina Los maricas y sus citas De párpado en párpado, su lenguaje binario Como polillas siempre atentos a una nueva antorcha que surja en el vergel nocturno Uno es la otra la otra es ella en mi y en el otro Sus pequeños y violentos actos Paridos en estertor de un circo pobre En una luminaria se emborrachan los maricas Y relatan siempre una misma historia Despatriados los maricas levantan una bandera; un pañolete izado en la fetidez de la muelas De la mano van los invertidos Al encuentro de matarifes, lumpenaje y soldados Al encuentro de mi canto Al encuentro de un plumaje abanical Locos y tristes los maricas Condenadamente alegres Indeciblemente bellos, bellos.


1.

Int. Cuarto de escritura. Mañana.

La aérea sombra de un pájaro corta en dos el visillo matutino. Las solares agujetas rubean aún más el detalle capilar de las meninas, ubicadas al norte y que por extensión de sus miradas todo será un sur. En el sur un espejo de lenguas acarameladas atrapa en su doble al rey y la reina (en trinal musiqueo). Sobre una mesa China: mapas, planos, radiografías etc… y, en el borde, en la orladura del mantel (nacarado de gorriones que en la cabeza de chileno baile trinan) un sobre lacrado. Primer plano. Desde el exterior Angélica María en mexicano paladar tensiona la escritura facial de la infanta Margarita. Corte A:

2. Int. Cuarto de escritura. Atardecer. En calipso lente angular una sombra interrumpe el gemelar panorama de los monarcas. El cuarto es un incendio Boreal. El detalle de una mano, una trinidad quizá, gira en decibel estéreo, al tiempo que Haydn recompone la mueca púber de la infanta. Alguien abre una puerta y con ello el tropel de un programa de televisión: Miss Universo, que en brocatto inglés domina la escena; un gesto en filoso lamento hace del instante un chronos de puerta y zapatos. Sobre la mesa China que ahora es más que amarilla: un espejo de mano y más documentos serpentean en la vértebra sombra de una lámpara Tailandesa. Haydn aun gira sobre su eje. La violada carta deja ver en el ahora escarlata escenario, su mensaje:

[ ( ( [poema] ) ) ]


Corte A: 3. Ext. Calle de Santiago. Noche. (Lente en Travelling) Un semáforo verde esperanza en la cabellera rala que mira y espanta en metálico peine el dibujo crocante de una manzana, en perplejo silencio una ciega canta. Primer plano: el miserocordo ojo del Padre Hurtado en boreales tonalidades deja ver un cielo de angelical indiaje, una escena a lo Melton Prior. El último decorado oriental tapiza de córneas el asfalto popular; zarcillos, alfileres, espejetos, mostacillas y perfumes, rosetones, nudillos flotantes, gasas y enlaces, polvos y chapes, y acantos helénicos, en plástica factura de callejo cocktail. Shakira en trinico crossover muda nalgas de tienda en tienda. (desde un lente angular) El taglio de un rostro maquillado esconde una varonía (almendreo de sombras en egipcio rabillo ojal y dos lunas que en níveo pómulo –Phobos y Deimos– eclipsan la voz de una ciudad) Quizá el poema aún esté ahí. Corte A:

4.Int. Supermercado. Noche. Nuevamente angular y subjetiva: zapatos taco reina jeans elasticados tensionantes de artificial alumbrado, un cinturón de mariposa Esfinge que en simulacro vuelo robar pretende el ovillo de Láquesis, ¿imita ud. a las osamentas? Alguien difícil de precisar (taglio, perfil, frangerè) un pincelaje de esmalte esteriliza cada paso (so quiet); conservas de tiempo a la espera de su fruición y deglute; transgénicos y saturados, glucoso silabeo de persa en angar que, salvo el ojo de Alá, en nada envidia al popular laberinto de un mercado Iraní. ¿Ariadna qué ves en el ojo del minotauro? Angular. En vitrina soledad Phóbos y Deimos progresan su creciente y, que aguda o tal vez menguante es una nube de lloicas, orquestada en un [easy listening] “bésame mucho”, ella y sus lunas de rufula nocturna desalojan la opereta que fue salida y entrada en su transfugo mirar.


Corte A: 5.Int. Cuarto de escritura. Madrugada. La ventana deja oír el prostibular timbre de las luciérnagas y que en el plugo de sus carcajadas, que es carnada, despiden vulveos aromas en el triangular bulto de los jovenetos –que es bermudas en deseo–. Cumbia y farra en soprano estertor. Alguien enciende un mínimo sol tailandés [que por el pincelar de sus uñas y, que en gótico carmesí emergencia la cutícula abisal, se advierte que es una varona, una saxífraga umbría, la desesperación del pintor] que en fluvial electricidad es secuencia de uña, mano y dedo en colibrí parpadear. El poema ha adquirido independencia, o quizá aun permanezca ahí. En fiero juego la infanta ocultó en el espejo las alas del poema. Contemplad, contemplad.

La enana sostiene una carta.


ERIK LEIVA Escritor, San Bernardo

ORGANILLERO No mire la luz del sol al medio día con afán de capturarlo entre sus pestañas Suelen cauterizar los pedazos errantes de su recordación Los muebles no paran de hablar humedades Parece que tampoco las lámparas Paséese tranquilo Calmo Respire templado Cierra con llave, que no entre frío El último en subir es un cuento mal escrito Sonidos circulares, que terminan en nada más que ruido Escribo, estribo esquivo, un ritmo monótono, pasivo, con polillas amigables


ACERCA DEL LIBRO SUITE DE YURI PÉREZ

RODRIGO HIDALGO Director Área Literatura Balmaceda 1215 Hay algunas cosas en torno a este libro que ya las dijo el viernes antepasado la crítica literaria Patricia Espinosa, en su sección habitual en Las Últimas Noticias. Usualmente Espinosa destruye a sus comentados, y me llamó la atención que con Yuri hiciera una alto a la regla. Tras leer el libro no puedo sino coincidir con mucho de lo que ella dice en su tercio de página. Por ejemplo, es evidente que el libro continúa el tono, extiende la atmósfera en que Pérez ha cimentado su obra. Hay mucho de ese resentimiento y rabia con Chile y el mundo, y consigo mismo también: No he hecho nada importante / Pero es bueno enloquecer como Dios manda / Furioso y decepcionado / A la luz de un cigarro mal encendido. Se nota que Yuri ha masticado tardes enteras el contacto con esos bajos fondos y que logra cierta identificación dolorosa con sus personajes mediocres y percudidos, una fauna en cuyo hábitat se intersectan taxistas libidinosos, matones de esquinas, minas con olor a champú en el lope, comerciantes aburridos y los funcionarillos municipales y profesores mediocres que le encantan a Marcelo Mellado. Humanos a todas luces reconocibles, de carne y hueso creíbles.


También es verdad que en el libro, la contraposición de género narrativa / lírica carece de importancia. Más bien, claro, se diluye. Todo lo que importa es el ritmo que entre texto y texto lleva al lector por este viaje de enervante desasosiego. Es un libro con sangre. Narrativa de cross a la mandíbula. Nada de mamonerías metaliterarias. ¿Nada de metaliteratura? Bueno, estamos ante una colección de cuentos que en realidad conforman una nouvelle, como una suite musical, donde el eje está dado por un escritor que agoniza y reflexiona en torno a su fracaso en el hacer literario, es consciente de su insignificancia, fue derrotado por el cotidiano y progresivo amontonamiento de las cuentas de la luz y el agua, devastado por esta misma conciencia de ser a lo mucho un poeta menor en las ligas menores. Es un resentido que no ha podido entrar al olimpo, y que por lo mismo ha rechazado con rabia, con el conocido gesto de respingo y la dignidad del mal poeta, formar parte de las jerarquías y del modus operandis del pantanoso circuito literario nacional. Extensión de nuevo de otro poema de Yuri, que dice: Nunca me han invitado a nada importante / La poesía no me ayudó a lamer la mama del oficialismo / Me consolé con veladas austeras, tontos monólogos / Bajo la mesa coja, pan y margarina. Esta reflexión sobre el hacer literario o el fracasar literario, se desarrolla a través de 6 cartas que le escribe el protagonista a su mujer. Entre esas 6 cartas se van distribuyendo las postales atmosféricas, los personajes, las anécdotas, en su mayoría textos híbridos que hacen recordar a veces a las Prosas Apátridas del peruano Julio Ramón Ribeyro, como bien lo anotó en la presentación del libro, el escritor Diego Zúñiga. Textos poéticos sobre el fracaso, su olor y sus moscas; donde el hablante se mueve de la primera a la tercera persona, pasando sin problemas por el omnisciente, el testigo, y por variantes no epistolares del apelativo directo.


Por este sendero de pronto asoman algunas vulgaridades que si bien aportan humor, también resultan en alguna medida gratuitas, como los 2 textos en torno a Michelle Bachelet. Esto también lo dijo Espinosa, pero trataré de explicar el punto. Hay una conexión entre este manosear a la presi y el Redolés que le canta a la viejecita que pelaba pollos debajo del puente esperando que llegara el socialismo y que tuvo que mandar a la punta del cerro a todos, y puntualmente a los líderes del socialismo, que traicionaron sin asomo de asco todo lo que alguna vez fueron. Porque, claro, Suite es tan atmosférico que estos dos bajones de realidad contingente y beligerante chocan un poco. El hablante es rudo, medio bruto de machista. Y claro, a la luz de ciertas cosas no está tan mal eso tampoco: este gallo está realmente chato de las patrañas con que le han venido los concertacionistas, la izquierda entera. Comprándoles huevos a ellos es como se tuvo que mamar la lumpenización de la población en la que vive. No les cree nada. Ni su promesa de una educación a la larga inconducente. Ni su idea de ciudadanía. Ni mucho menos su star system literario progresista. Ni a Bachelet su look de vecina buena onda.

¿Qué más podría aportar yo? Tuve la mala idea de leer este libro mientras iba a visitar a mis padres, a bordo del transantiago, en metro y luego en una micro que atraviesa la ciudad desde Franklin hacia La Florida, pasando principalmente por distintas poblaciones de San Joaquín y La Granja. Me hizo pleno sentido leer esta Suite con ese telón de fondo. Ir viendo subirse y sentarse a mi lado a cada uno de esos personajes. Pero debo decir que terminé agotado.


Porque el resentimiento y la frustración, la conciencia -más cercana a la impotencia que al cinismo- de ser como un liceo municipal más entre los liceos municipales, así de penca, es al final de cuentas, deprimente. Me quedo por eso con un texto que es, para mi gusto, el que en alguna medida abre espacio a la inquietud, o plantea solapadamente una pregunta punk notable. HORMIGAS, donde Yuri dice:

“Hay que ver cómo trabajan las hormigas, hombre, de aquí para allá con el cuerpo recto y la cintura exacta. En fila india como si fueran arrastradas por hilos invisibles o hubiera bajo sus patas una ruta diminuta que les indica el recorrido. (…) Yo no sé. Me importa el tema metafísico. Me inquietan ciertas acciones que pueden o no ser deliberadas. El gesto filosófico. Saber cómo se ha gestado en ella ese orden. Pero ¿qué hace que algunas salgan de la fila como si quisieran abandonar la jornada?”


MARCELO SEPÚLVEDA Escritor Academia de Letras de San Bernardo

MOTIVO CUARTO Quiero en este instante en este tiempo de mi vida a una mujer que ocasionalmente se vista con falda escocesa de otoño que triangule entre sus padres la iglesia y yo que arrebate demonios cuando en alma sea compañera de los días domingo, días de oración en el ministerio trinitario Pentecostal reformista mientras entradas las tardes de abril se deje llevar y ser acariciada por el ritmo del viento norte entonces sepa como rociarme de agua fucsia, fresca, serena y reitere así su más íntima emoción en el acto copular Que en nuestro cuarto no cese y levite al respiro al sonido de un “ te quiero” que traspase las ventanas bajo el vuelo de las ansiadas golondrinas recitando un Canto para mí mismo de Whitman Para que cada vez que le requiera nada importe y se haga presente y sea mi refugio en este rincón simoniano recorriendo con sus manos tibias mi fría nostalgia porque habría de ser ella la mística a mis ojos a mi piel en las brisas nocturnas del verano desfallecido cuando desfilen algunas noches terribles más horrendas todavía Para que de vuelta me traiga y me sobrevuele en un bosque de inmensas imágenes azules con sus bebidos labios pronunciándome todas las constelaciones al misterio y a todas las cosas que me faltan por ver o creer aunque jamás sean visibles –la cosmovisión- teniéndole a mi lecho y sea la huella esencial de mi gravedad anidándose en un mutuo sosiego en un manto sobre todas las circunstancias adversas originadas en las crisis solo arrasadas con estampida sicodélica de grueso amor.


ACADEMIA DE LETRAS DE SAN BERNARDO


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