REVISTA ANDAR EXTREMO N° 35

Director / Propietario Marcos Ferrer

Corrección María Soledad Navarro

Agradecimientos Club de Corredores Luxor Magenta National Geographic Summit of My Life Red Bull

Participaron de esta edición

Fotografías

María Laura Giuliani Aleksander Doba Antonio De La Rosa Roxana Del Cid Lucas Germain Diego Cavassa Pedro Billordo

Marcelo Tucuna Pablo Jiménez Javier Rasetti Chino Avalos Juan Barthe Mauro Nestal

Foto de Tapa Chino Avalos

José Alvarenga Marisol López Cile Sophia Santos Will Gadd Wim Hof Bokedari

Igor Shifris Marcos Ferrer Nacho Cembellín Julián Lausi Diego Winitzki Diego Cavassa

Pre Impresión Fotocromos Printerra Impresión Imprenta Printerra

Revista de Aventura, Deportes Extremos, Medio Ambiente y Turismo. Registro de la propiedad Intelectual. Dirección: 65 nº 287 (1 y 115), La Plata, Bs As, Argentina.

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por María Laura Giuliani fotos Marcelo Tucuna, Igor Shifris, Pablo Jimenez y Marcos Ferrer

Entre el 26 y el 31 de enero se corrió la épica carrera de mountain bike en la Patagonia chilena. Es una de las 10 carreras más importantes a nivel mundial. Contó con 6 etapas de 362 km en total y un nivel acumulado de 11400 metros.

Comenzando en Huilo Huilo y terminando en Pucón tuvo la participación de más de 400 personas de 30 países. En esta nota, María Laura Giuliani, nos cuenta su experiencia. pensar que hace un año había jurado en medio de un calambre no participar más en carreras tan exigentes y aquí estoy, un año después tomando el avión nuevamente hacia Chile dispuesta a largar en el Transandes Challengue. Casi 400 kilómetros, más de 10000 metros de altimetría, 6 días seguidos…la mente humana es impredecible y te sorprende minuto a minuto….

Ya desde el pre embarque se palpitaba el evento por la cantidad de cajas de bicicletas que se despachaban en Ezeiza. Ni hablar del cambio de avión en Santiago que allí convergían de todos los países y se comenzaban a entrecruzar los idiomas. Nada que envidiar a la torre de Babel!

Llegamos a Temuco y la combi ya estaba esperando. El cansancio nos vencía pero la excitación podía más, así que después de 3 largas horas y rondando la medianoche llegamos al campamento. Sólo restó encontrar a tientas las carpas, inflar los colchones y a dormir.

Los rayos de sol que comenzaban a calentar nuestros habitáculos nos despertaron. Desayunamos unos mates y nos acreditamos. Armamos nuestras bicis y salimos a rodar para descargar algo de la emoción que nos invadía. El campamento estaba compuesto de un sector de carpas, el área de la carpacomedor, baños ecológicos, duchas, estacionamiento cerrado de bicicletas, área de lavado de bicicletas y el servicio técnico-mecánico. A decir verdad un lujo todo, y absoluta amabilidad de toda la gente desde el minuto uno hasta que nos fuimos.

Nos hicieron sentir todo el tiempo como en casa. Gracias a todos ellos!

Cuando fue cayendo el sol los ciclistas nos fuimos concentrando en la carpacomedor. Luego de las palabras a cargo del director del evento quedamos

inmersos en un festival típico que disfrutamos mientras nos servían la cena. Música, trajes autóctonos, pasos de baile, y sonrisas a más no poder, hicieron que nos relajáramos un poco y que a las diez de la noche estuviéramos acurrucados en nuestras bolsas de dormir dispuestos a descansar los músculos para darles trabajo al día siguiente. 23 horas, los reflectores iluminaban rigurosamente y, como todos los días posteriores a la misma hora, se apagaron.

El lunes amaneció con una pequeña garúa pero duró muy poco ya que a media mañana apareció el sol que nunca nos abandonó hasta nuestro regreso. Desde las 7 comenzaron a surgir caras ojerosas haciendo cola en los baños y luego una larga fila para desayunar. Llenar al máximo las reservas de glucógeno había sido la consigna. No sabíamos qué nos podía deparar el

destino. A las 8.30 hs la música comenzó a sonar para terminar de despertar a los más dormilones y a las 9:00 hs la columna de ciclistas se comenzó a armar en la largada. Palabras de ánimo de los organizadores y el inicio la competencia. La congestión del pelotón de largada duró muy poco, ya que en la primera curva comenzó la trepada y así fue que cada uno a su ritmo fue subiendo y bajando lo mejor que podía.

Quién sabe qué pasaba por cada cabeza en esos momentos... Yo creo que no había una estrategia única, cada uno hacía lo que mejor le salía. Se veían ciclistas solos y otros en grupo, unos concentrados con música y otros hablando con algún vecino ocasional, estaban los serios y los que sonreían como yendo al baile. Ya lo dije al comienzo, la mente es una caja de Pandora.

Los circuitos, la marcación de los recorridos, los senderos, las subidas, los descensos…todo fue perfecto. Mayor o menor sufrimiento pero el disfrute fue constante, en las subidas, por la alegría de poder terminarlas y en las bajadas por la adrenalina generada. Pasábamos de 5 km/hora pedaleando 1:1 a más de 60 km/hora en los descensos que más de una vez nos regalaba algún vuelo rasante al suelo que nos hacía morder el polvo. En ese momento, saltábamos a la bicicleta otra vez y sacudiéndonos intentábamos pensar que estábamos íntegros y seguíamos la etapa. Al llegar, indudablemente, había que revisar el esqueleto para ver si todo seguía funcionando.

A lo largo de esa semana vi fisuras, desgarros, heridas zurcidas, hematomas y hasta un párpado abierto y vuelto a coser. Ninguno

En individuales el ganador fue el español Joan Llordella. El corredor del Team Buff finalizó la competición con un tiempo total de 17 hs 38 min 44 seg, superando por 20 minutos al norteamericano Tristan Cowie (CTS) y al tercero el chileno Javier Püschel (BMC) con un crono de 18 hs 24 min y 48 seg. Por su parte el binomio de Antonio Ortiz y Pau Zamora de España, también del Team Buff, fueron los vencedores de la categoría equipos varones, totalizando un tiempo de 18 hs 31 min y 21 seg. En equipos mixtos, con un tiempo acumulado de 20 hs 41 min y 40 seg, Mary McConneloug y Michael Broderick (Kenda) de EEUU han sido los más fuertes de su categoría.

Open Caballeros 1° Joan Llordella 17:38:44 2° Tristán Cowie 17:59:22 3° Javier Püschel 18:24:48

Caballeros +45 1° Eduardo Soares 21:45:36 2° Bill Crank 22:14:39 3° Rolf Rimrott 23:00:26

Caballeros 18-34 1° Hugo Pino 19:16:42 2° Francisco Pino 19:34:20 3° Manuel Cid De La Paz 19:35:56

Team Open Caballeros 1° Antonio Ortiz y Pau Zamora 18:31:21 2° Valmor Hausmann y Pedro Vieira Neto 22:28:09 3° Edwin Arroyo y Miguel Rivera 23:29:38

Caballeros 35-44 1° Galo Tamayo 18:52:02 2° Luis Diego Chaverri 18:55:27 3° Patrick Mosler 20:20:17

analizó abandonar, íbamos sistemáticamente a la carpa sanitaria buscando la solución, y ante la frase: -“dejo a tu decisión el continuar la competencia”, la respuesta unánime era: - “sigo”.

Fanatismo?, locura?, convicción?... lo dejo a criterio de los lectores.

Poco a poco fueron todos arribando a la meta que ese día fue el mismo campamento en HuiloHuilo. Más tiempo o menos tiempo, todos éramos recibidos como si fuéramos los punteros del Tour de France. Qué buena onda la organización,

Team Caballeros 60+ 1° José María Eyzaguirre y Enrique Uribe 21:25:04 2° Alvaro Castro y Daniel Roura 21:59:51 3° Nacho Gómez y Nacho Pujol 22:26:09

Team 100+ 1° Art MacFarland y Trever Bushnell 23:00:20 2° Joao Mendes y Jose Almeida 26:39:18 3° Jorgeb Cristovao y Vitor Silva 27:35:06

Team Caballeros 80+ 1° Leandro Oddino e Ignacio Gili 21:27:09 2° Carlos Cardemil y Patricio Diaz 22:56:12 3° Xavier Coellar y Juan Almeida 22:56:57

Team Open Mixtos 1° Michael Broderick y Mary McConneloug 20:41:40 2° Elisa García y Claus Plaut 22:40:55 3° Ilaria Balzarotti y Aldo Zanardi 24:58:42

tanto en la llegada como en los lugares más extraños de los senderos te gritaban dando ánimo o nos sacaban fotos en las más extrañas circunstancias de placer o sufrimiento.

Al llegar nos esperaba abierto el comedor con pastas, carnes, postres, bebidas varias, para todos los gustos, paladares y nacionalidades.

Impecable, y me quedo corta...creo que llegué a alucinar con traerme a mi casa a alguno de esos artistas virtuosos del arte culinario! Mientras íbamos a comer, atentamente nos cuidaban las

Open Damas 1° Caterina Tellini 26:29:41 2° Marianela Quesada 26:44:35 3° Monica Velásquez 28:28:19 Damas +45 1° María Laura Giuliani 27:59:20 2° Diana Almeida 29:32:10 3° Laura Imelda Rodríguez 30:21:28

bicis en el parque cerrado a donde luego la buscábamos para lavarlas y darles unos mimos.

Unas piernas potentes, sin una bicicleta en condiciones no te sirve de nada y eso lo teníamos muy claro. Un buen baño y la posterior elongación y continuaba el rito que se fue repitiendo todos los días. A los que más tardaban tratábamos de solucionarles algún paso: - “anda a comer que te lavo la bici” o :- “anda a bañarte que te hago la fila del comedor,” eran frases desinteresadas que mostraban el compañerismo a flor de piel.

Las tardes transcurrían con mates, relax, y charlas de bicicletas. El primer día hasta una clase de yoga abierta. Que placer!

A las 19:30 hs, nuevamente la cola del comedor y nos ofrecían la cena. Video con fotos de por medio se hacía la entrega de los premios a las categorías. Lo que más valoro en estas carreras de MTB es que la gente no corre por plata sino por el honor. Los premios eran instrumentos autóctonos, jarros térmicos, ropa, y al líder de la competencia se le entregaba un jersey con el que debía correr al día siguiente.

Creo que esto hace que las competencias sean más leales, al menos es mi percepción y ojalá se pueda mantener siempre esta sensación de “juego limpio”.

Terminada la ceremonia de premiación comenzaba la peregrinación de los cansados cuerpos hacia las carpas. Ni resto de energía nos quedaba para la tertulia. Había que guardar algún resto de fuerzas para los días posteriores.

El segundo día nos encontró con la misma

rutina: baño, desayuno y alistarse para la largada.

Este día el campamento se trasladaba de lugar y la etapa, aunque algo más corta, tenía mucha mayor altimetría y se iniciaba con 10 km de trepada que ponía a prueba a los más valientes.

En mi opinión fue el día más sufrido en las trepadas. Por suerte los puestos de hidratación aparecían cual espejismo en el Sahara y nos reponían con frutas, cereales, aguas saborizadas y el incondicional aliento de la gente de la organización.

Llegamos al segundo campamento que fue en Liquiñe, y en estas etapas se sumaba el tener que ir al camión que trasladaba los bolsos y encontrar carpa en donde armar nuestro momentáneo hogar. Almuerzo, lavado de bicis, ducha reconfortante y a elongar. Los ríos circundantes nos ofrecían un efecto antiinflamatorio a nuestras edematizadas piernas. Era muy

graciosa la postal de todos con las calzas subidas y el agua hasta los muslos, intercambiando palabras de aliento.

La tercer etapa fue muy larga pero de una belleza absoluta. 45 kilómetros de subida que cuando coronó la montaña dio lugar a unos descensos por curvas con peraltes que rogábamos que nunca terminaran. Volvíamos a nuestra infancia en donde no teníamos miedo al peligro y hacíamos caso omiso a los números del velocímetro. En cada puesto de hidratación reponíamos energía y así hasta llegar al nuevo campamento que fue en Catripulli. Buscar los bolsos, comer, bañarnos, lavar las bicis. Ya comenzábamos a extrañar a las familias y amigos, así que cada tanto en donde veíamos una computadora con internet mandábamos un saludo de “estamos vivos y enteros”. No saben qué lindo era ver del otro lado las respuestas,

besos y palabras de aliento que nos recargaban.

Gracias!

El cuarto día nos puso a prueba a todos.

Largo, con muchísima variación de altimetría, todo tipo de suelos, mucho polvo…pero nuestra actitud, aunque algo cansada, estaba intacta, y había que llegar. Hubo quien tardó menos de 4 hs, hubo quien tardo más de 10 hs. Ese día fue la bisagra del evento ya que si lo pasabas, la meta estaba cumplida porque llegabas al último día seguro. El retorno fue al mismo campamento así que agradecimos que tuviéramos la carpa con todas nuestras pertenencias en el mismo lugar.

Ese día no hacíamos la cama!

El viernes amaneció tan lindo como los días previos. Me encontré en un momento de optimismo diciendo “Hoy no es nada, son sólo 1050 mts de altimetría…..” Ahí me di cuenta que todo es relativo. Después de 4 días de más de 2000 mts de variación, el quinto día parecía un juego de niños, aún para los que vivimos al nivel del mar! Nuestro cansancio era mucho pero nos entusiasmaban con que el recorrido iba a ser incomparable. Largamos con esa esperanza, y a decir verdad, no nos habían mentido. Bosques, senderos, una trepada muy dura, pero en un momento llegamos a una playa de lava negra que estaba custodiada por el Volcán Villarrica de fondo. Imposible pedalearla por lo poroso e inestable así que lo caminamos hasta atravesarlo mientras que a mitad de camino los hábiles fotógrafos hacían de nosotros una postal. Llegar a ese lugar justificaba el sacrificio de los días previos. Que bellezas existen en la naturaleza!

Llegamos a Pucón, y por más que faltaba la última etapa, parecía que la competencia terminaba allí. Esa idea nos recargaba las ya casi inexistentes energías de nuestros cuerpos. El último día había que salir a rodar 22 km y volver enteros.

La modalidad del ultimo día fue contra-reloj así que comenzó la largada a las 9.30 hs y cada

30” era eyectado un ciclista hacia el volcán.

Siiiiiii, corta la etapa pero no menos dura. Fueron 11 km subiendo que nos encontraban cansados, ahogados y algo acalambrados. Los 11km en bajada se hicieron también complicados ya que el cansancio nos hacía cometer errores y caernos ante las más mínimas piedras, así que definitivamente ese día rodamos para terminar.

Poco a poco los que habíamos ido juntos, más todos los amigos que habíamos recolectado durante la semana fuimos llegando y recibiéndonos con abrazos y lágrimas de emoción. Gritos, bailes, fotos, todo coronaba nuestra felicidad al lado del Lago Pucón que fue el lugar elegido para dar fin a una de las competencias más duras del ciclismo de montaña.

Ahora sólo quedaba disfrutar. El sufrimiento,

El placer de los corredores luego de cada etapa del Trans Andes Challenge 2015. A su disposición más de 10 kinesiólogos que les hacían los masajes más reconfortantes para sus piernas. www.kinesic.cl

aunque elegido, había terminado. Ya no queríamos subirnos más a la bici pero había que hacer 5 km para volver al campamento. Qué necesidad había de haber largado desde tan lejos? No quedaba otra, volvimos al campamento pero con una sonrisa de oreja a oreja por la meta cumplida. A la noche nos esperaba la premiación, con el baile y la cena final.

Ya a las 15 hs nos deleitábamos con la imagen de los asadores y el rico aroma empezaba a sentirse. Charla y mate de por medio empezamos con la odiosa tarea de desarmar la bici para guardarla en el bolso de viaje. Eso también significaba que las mini vacaciones habían terminado. Con la llegada de la noche comenzó un show de bailes típicos que fueron la antesala de la premiación. Luego llegó la cena y el baile en donde abandonamos la ley

seca y las pastas que nos habían perseguido toda la semana. No hay dolor que no se olvide con un asado con Malbec!

Y así es como poco a poco todo fue terminando. Ahora cada uno estaba volviendo a su hogar llevándose en la retina los más hermosos paisajes, y en la mente las anécdotas más divertidas. Son experiencias que no nos hacen famosos ni nos dan dinero, pero sí nos dan un valor agregado a nuestra vida en donde nos damos cuenta que no hay techo cuando estamos convencidos de la meta. Todo está en nuestra cabeza y espíritu de superarnos, y nadie tiene que aplastarnos esa idea. Todo depende de nosotros…

María Laura Esposa, madre, farmacéutica y argentina.

Pucón

La Carrera se desarrolló entre Huilo Huilo, se accede por el paso Hua Hum desde San Martín de Los Andes y se cruza en ferry boat hasta Puerto Fuy (a 2 km de Huilo Huilo), y Pucón. Las etapas fueron Huilo Huilo, Liquiñe, Catripulli y Pucón

n enero de 2014 El Salvador recibió como un héroe al pescador que sobrevivió a un naufragio de 13 meses en el Pacífico.

José Salvador Alvarenga de 38 años fue el protagonista de una historia de supervivencia como salida de los mejores relatos de ficción y aventuras. El 11 de febrero de 2014 regresó a su tierra natal, El Salvador, que lo recibió como el náufrago pródigo y un ejemplo de superación. En la casa humilde de sus padres, en la lejana y casi invisible comunidad costera del occidente salvadoreño, Garita Palmera, ese día había un gran letrero pintado por niños y niñas de su familia, decía: “Bienvenido a casa”.

Alvarenga era uno de los millones de salvadoreños que habían migrado a otras tierras en busca de una mejor vida. Él no se fue a Estados Unidos a trabajar en cualquier actividad como lo hace la mayoría que huye a causa de la pobreza o de la violencia. Él partió hace 15 años al sur de México para seguir dedicándose a su arte: la pesca de tiburones.

El 18 de diciembre de 2012 salió a pescar con un joven ayudante llamado Ezequiel Córdova Ríos, de quien no se ha confirmado su edad (entre 15 y 22 años). Al parecer partieron de las costas de Tonalá (o Costa Azul, según otras versiones), en Chiapas, al sur de México, y a las pocas horas no se volvió a saber de ellos. Al principio fueron dados por desaparecidos. Los servicios de guardacostas y los pescadores de la zona y familiares de Córdova Ríos los buscaron durante 15 días. “Esperamos saber cómo falleció nuestro hijo. Lo que nosotros queremos es que se interrogue a esta persona y se compruebe su relato”, dijo el padre de Ezequiel, Nicolás Córdova Cruz, a la prensa mexicana.

La historia de Alvarenga es bastante

increíble. Estando en alta mar el motor de su embarcación (que medía unos siete metros de eslora) se averió y los pescadores quedaron a la deriva y sin posibilidades de comunicarse con tierra para pedir socorro. Tras 13 meses desaparecidos, vuelve sólo uno de ellos a más de 10.000 kilómetros de distancia en las Islas Marshall, en la región de Micronesia en el Pacífico. El hecho más dramático es el destino sufrido por el joven Córdova Ríos. Alvarenga contó que había fallecido a las pocas semanas del naufragio por negarse a comer y que tuvo que lanzar el cadáver al mar.

Alvarenga narró que él sobrevivió alimentándose de carne cruda de peces y tortugas; que bebía sangre de tortuga, agua de lluvia y hasta sus propios orines.

La llegada de Alvarenga al atolón de Ebon, el 30 de enero de 2014, provocó gran sorpresa. El pescador apenas podía expresarse. Barbudo y casi sin poder moverse por su cuenta, fue tratado en un hospital de Majuro, capital de las Islas Marshall, desde donde emprendió vuelo a casa.

Tuvo que hacer escalas en Hawaii y en Los Ángeles.

El relato de cómo había logrado sobrevivir contrastaba con la imagen del sujeto a su llegada al atolón: un hombre aparentemente sano, sin

signos de desnutrición y poco demacrado. El corresponsal del diario británico The Telegraph, Jonathan Pearlman, que habló con el náufrago en Majuro, relató :- “ a pesar de su dura experiencia apareció bien alimentado y de buen humor, excepto cuando intentó describir la pérdida del compañero con el que viajaba que murió tras cuatro meses a la deriva por negarse a comer”.

Pearlman concluyó que “había varios detalles incompletos” y que Alvarenga a veces “se contradecía”.

En cuanto a su estado físico, “Las tortugas tienen un gran valor nutricional”, comentó a la BBC el nutricionista Giuseppe Russolillo. En la carne de estos quelonios, había conseguido una fuente de grasas y proteínas, y una concentración de azúcares, nutrientes y sales importantes para sobrevivir. “Aunque faltan muchos alimentos (vegetales, frutas y fibras) la vida es compatible y sólo se va desnutriendo”, señaló Russolillo.

“Desconozco su capacidad de pesca, pero si comió mucha proteína, no tenía por qué adelgazar y pudo aguantar perfectamente... Y si fue capaz de cubrirse de la exposición solar y mantenerse mojado para evitar perder agua por la exudación de la piel, entonces pudo pasar todo ese tiempo a la deriva”, añadió el experto.

Hasta ahora el caso más largo que se recuerda en la zona, es el de los tres pescadores mexicanos que llegaron en 2006 tras pasar nueve meses a la deriva en el Océano Pacífico. Los hombres salieron a pescar tiburones pero pronto el motor de su lancha se averió y la corriente los arrastró mar adentro. Recorrieron 8.500 km de distancia hasta ser rescatados por un barco atunero taiwanés. Pero de confirmarse la versión de Alvarenga, se trataría de una historia muy parecida aunque su odisea sea más larga y en solitario.

Ni las autoridades mexicanas ni las salvadoreñas desmienten ni confirman la veracidad del relato de los 13 meses de naufragio pero aseguran que los datos dados por el pescador han sido cotejados con la fecha de su desaparición.

Alvarenga es un héroe hoy día. Decenas de periodistas nacionales y extranjeros, esperaron al náufrago en tres lugares estratégicos: el aeropuerto internacional de El Salvador, en el hospital San Rafael y en Garita Palmera, población costera donde reside la familia.

Al llegar a El Salvador le dieron un micrófono, los periodistas hicieron silencio, pero Alvarenga no pudo pronunciar una sola palabra. Con una mano se cubrió el rostro y con la otra levantada hizo un gesto de saludo. Todos aplaudieron y ovacionaron. Fue trasladado al hospital San Rafael y el primer parte médico confirmó que, en general, su salud física y mental era buena, aunque tenía síntomas de anemia.

El veterano palista de kayak polaco ha sido elegido por votación popular en la página web de National Geographic, por delante de otros candidatos como Ueli Steck, Tommy Caldwell o Will Gadd y sucede a Kilian Jornet en el podio. “Si un joven de 67 años puede hacerlo, tú también puedes hacerlo", esa es la frase con la que Aleksander Doba concluye su vídeo de agradecimiento por haber sido elegido Aventurero del Año 2015 de National Geographic por votación popular. leksander Doba ha sido el nominado que más votos ha recibido por parte de los 521.000 internautas que han participado en la elección. Y no es que le faltaran candidatos importantes, puesto que entre los diez nominados figuraban nombres tan conocidos en el mundo de la montaña como Ueli Steck (por su ascensión a la cara sur del Annapurna), Tommy Caldwell (que escaló el Dawn Wall en libre en plenas votaciones) y Will Gadd (quien escaló las Cataratas del Niagara heladas durante el período de votación).

El barbudo ganador es un veterano palista de kayak, que ha demostrado que la edad no debe ser un factor limitante para cumplir sus sueños. Aleksander Doba llevó a cabo una gran

aventura, considerada como el cruce más largo del Atlántico en kayak de la historia. A base de fuerza de brazos y de voluntad, el aventurero polaco navegó unos 12.400 km a bordo de su kayak transoceánico de 7 metros, llamado Olo, desde que partió en octubre de 2013 de Lisboa hasta que alcanzó las costas de Florida seis meses más tarde.

La citada travesía fue realizada en solitario y sin asistencia, lo que puso a prueba constantemente sus conocimientos como ingeniero mecánico jubilado. De hecho, la distancia recorrida es sensiblemente mayor a la que se obtiene de una navegación en línea recta.

A pesar de esas dificultades, los sueños de Aleksander Doba todavía no se han apagado. En

2016, cuando cumpla los 70 años, tiene planeado volver a cruzar el Atlántico en kayak, esta vez en sentido inverso, partiendo desde Nueva York y llegando a Europa.

El pasado 19 de abril de 2014, Aleksander Doba remaba las últimas millas en solitario de su viaje a través del océano atlántico. Un viaje de 12.418 km. que completó con Olo, su kayak de 7 metros con el que llegó hasta la “bahía de Smyrna Beach” en Florida. Para nosotros, el desafío cobra aún más relevancia si tenemos en cuenta la edad de nada más y nada menos que 68 años.

“Cuando la gente me pregunta mi edad les respondo diciendo, “¡No soy viejo! ¡tengo 68 años de juventud!”, dice el aventurero.

Doba, partió del puerto de Lisboa el 5 de Octubre de 2013 con la intención de remar los 8690 km. que separan Europa de Estados Unidos y con las previsiones de completar la aventura para mediados de Febrero de 2014. Sin embargo, diversos temporales y el fallo de parte del equipo de abordo desviaron a Doba de la ruta original haciendo que tuviera que remar 2000 km. extra y pasar en el océano dos meses más de lo

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esperado. Con los cerca de siete meses de viaje, batió el récord de duración de un viaje en solitario y en kayak. Actualmente es una de las dos personas que han conseguido cruzar el océano atlántico remando en solitario y sin vela.

Para completar la expedición, navegó unos 50 km al día, actividad que solía hacer durante la noche, cuando bajaban las temperaturas. Nunca dormía más de 6 horas diarias. El espacio en Olo era muy reducido y estaba optimizado para llevar las provisiones y equipo técnico suficientes para aguantar todo el recorrido. Una vez se alejaba lo suficiente de la orilla, Doba se desnudaba para continuar el viaje de forma “más confortable”.

Según relata, estuvo acompañado en todo momento, cuando no eran las aves costeras, se le acercaban peces, delfines, tortugas e incluso tiburones. Recordaba “Docenas de curiosos tiburones se acercaron a mí pero solo uno de ellos me intentó atacar, tuve que golpearle fuertemente en la cabeza con el remo para ahuyentarlo” .También comentaba lo curioso que era ver a peces voladores en las zonas más

2015: Aleksander Doba (Polonia, kayak) 2014: Kilian Jornet (España, carreras por montaña) 2013: Felix Baumgartner (Austria, saltador BASE) 2012: Sano Babu Sunuwar y Lakpa Tsheri Sherpa (Nepal, aventureros) 2011: Edurne Pasaban (España, alpinista) 2010: Albert Lin y Marc Hoffmeister (Estados Unidos, explorador y veterano de guerraalpinista) 2009: Rob Gauntlett y James Hooper (Reino Unido, aventureros) 2008: Andrew Skurka (Estados Unidos, senderista) 2007: Colin Angus y Julie Wafaei (Canadá, aventureros) 2006: Ed Viesturs (Estados Unidos, alpinista)

cálidas del atlántico. “Cuando alguno de ellos aterrizaba sin querer en mi kayak me alegraba mucho porque esa noche no tendría que cenar la comida deshidratada que llevaba a bordo”.

Doba no empezó a remar en kayak hasta que no cumplió los 34 años y no entrenó especialmente para preparar su aventura.

“Me considero un turista,” explicaba. “Hago expediciones oceánicas como turista.Y un turista no se prepara demasiado. Eso sí, soy físicamente bastante activo, ando en bicicleta, trabajo en el jardín de mi casa y me gusta mucho caminar.”

A parte de algunas erupciones en la piel a causa de la larga exposición al agua salada, parece que no sufrió muchos altercados físicos.

Pero el recorrido no fue sencillo. Después de navegar durante algo más de dos meses, en mitad del océano el teléfono satélite y GPS dejó de funcionar por lo que pasó incomunicado 47 días. Las pilas fallaron así que este ingeniero jubilado se las tuvo que arreglar para conseguir hacer funcionar su equipo y poder continuar su viaje. En algunos tramos, tuvo que remar olas de casi 10 metros. Además tuvo que lidiar con vientos en contra y corrientes que le mantuvieron remando a la deriva en el conocido triángulo de las Bermudas durante semanas, llegando incluso a pasar hasta tres veces por la misma ruta.

Finalmente, el timón del kayak no aguanto las sacudidas de las tormentas y se vio obligado a hacer una parada técnica en Bermuda para reparar el bote. Una vez reparado, volvió al punto exacto de la ruta donde abandonó para finalizar los 1.127 km. que le quedaban para completar el desafío. Ahí aprovechó para hacer otra modificación importante a Olo y le quitó las barras anti-vuelco que había estado llevando desde que partió. Con este cambio, Doba afirmó ir mucho más cómodo ya que el kayak era más estable y no ofrecía tanta resistencia al viento.

Pero esta no ha sido la única aventura de Doba, si bien ahora estaba realizando la expedición desde los puntos más alejados del Atlántico, en 2010, el polaco hizo lo mismo pero recorriendo la ruta más corta, desde “Dakar”, Senegal, hasta “Acaru” en Brasil. Tras 5.472 km. y 99 días, completaba con éxito su primera expedición trasatlántica.

“La primera expedición trasatlántica me sirvió para ponerme a prueba a mí mismo y a Olo y la segunda para superarme. Tengo dos hijos y dos nietas. Espero que aprendan a no temer los sueños, convertirlos en planes, hacerlos realidad y sentir la satisfacción de conseguir grandes hazañas”.

ace más de 15 años que Martín Papalia está dedicado exclusivamente a las producciones audiovisuales en montaña, deportes de aventura, expediciones, carreras y documentales.

Aproximadamente un año atrás nació pccamp.tv, un canal dedicado a las carreras de aventura por internet. Muestra videos de 7 a 10 minutos, de las competencias más importantes y entrevistas a los corredores. Por suerte logró lo que se había propuesto y creció mucho, ya que la información que brinda le gusta a la gente común y a los corredores. Y gracias a eso se ganó un lugar en el AR World Championship 2013 en Costa Rica y el de 2014 en Ecuador.

Algunos de los más importantes trabajos realizados fueron: “Primer transmisión en vivo desde la cumbre del Aconcagua”, 2003.

Para TV3 España, “Aconcagua 6962", con Julián Weich, para Telefe Argentina, “Rescate al Límite”, seguimiento de la patrulla de rescate de Aconcagua. Para National Geographic. y “Conquistador del Aconcagua”. Reality. Para EITB del – País Vasco.

Entre los documentales más destacados podemos sitar: “Thangi”, de los Andes al Pacífico. (exploración del Río Manso, desde la frontera Arg/Chi hasta el océano Pacífico. “Refugio Patagonia” Travesía de los 4 refugios en Bariloche. “Expedición Río Santa Cruz”.

Para España. “Travesía a caballo por la Patagonia Argentina”. Para Polonia. “Cruce de la cordillera con trineos tirados por perros”, en Tierra del Fuego. ESPN, “Cóndores”. Para ART Francia/Alemania.

Podemos también verlo. presente en un sin fin de Carreras: Desafío de los Volcanes, Eco Peugeot, Salomon Series, XK Race, La Mision, Ecomotion, Tantauco Exploration Race, Tierra Viva, Desafío Aysén, Tetras de Bariloche, de Chapelco y deEsquel, AR World Chamionship Costa Rica 2013, AR World Championship Ecuador 2014, Patagonia Run, Endurance North Face, UTACCH, Conquista Tu Cumbre y Desafío Ansilta entre otras.

Marisol López y Javier Rasetti hace 12 años que están en pareja y su sueño siempre fue realizar la ruta 40 en bicicleta desde Ushuaia a la Quiaca. Un viaje que duró alrededor de 8 meses con un recorrido de 7500 km. Un reencuentro con ellos mismos y su entorno. Una nota llena de libertad con unas imágenes para no olvidar.

l reloj marcaba las 12 del mediodía y aún faltaba todo por hacer, cargar las bicis, revisar una y otra vez que cada milimétrico detalle organizado desde hacia dos años esté listo y justo en su lugar, calmar los nervios, ponerse los guantes cortos, cambiarlos por los largos, sacarse los largos y ponerse los cortos y así con los lentes, el pelo, la camperita que me parece que está es muy gruesa pero la otra demasiado fina y ya son las dos de la tarde y aun no sé si el asiento está muy alto o es el manubrio.

Era entendible, una vez que

cruzáramos el arco que nos despedía de la ciudad de Ushuaia nos esperaba la más absoluta nada. Realmente no encuentro ninguna otra explicación de por dónde deberían andar nuestras cabezas aquel 24 de enero antes de partir para creer que teníamos que tener comida para aproximadamente 15 días, ropa y accesorios de lo más variados y diversos y agua como para hidratar a toda una manada de elefantes.

Finalmente dejamos Ushuaia a las seis de la tarde para adentrarnos en el oscuro y misterioso mundo de la vida sobre una bici.

Y entonces, apenas al pedalear los primeros kilómetros aquel mundo no era tan oscuro, los miedos se fueron volviendo más

tolerables y los guantes cortos habían sido la mejor elección.

Después de 30 kilómetros la tarde comenzaba a caer y nos propusimos buscar un lugarcito donde acampar. De a poco sentíamos que la cabeza dejaba de pesar como bola de boliche y se podía tolerar tranquilamente sobre los hombros sin más esfuerzo. Encontramos un rincón en medio del bosque, con un arroyito de sonidos enyogizantes todo para nosotros.

Armamos la carpa, elegimos entre nuestro basto menú algo rico para comer y nos quedamos en silencio escuchando correr el agua y oliendo a musgo húmedo, intentando procesar ese presente que nos encontraba después de mucho, en el hall de entrada de todo aquello con lo que tanto habíamos soñado.

Así iniciábamos este viaje, con los nervios, miedos y ansiedades que generan los cambios.

Atrás quedaba lo conocido, la vida entre

rutina y pasatiempos, aquel mundo que frecuentábamos hacía 31 años y hoy mirábamos por el espejito retrovisor, pedaleando hacia un horizonte desconocido del que únicamente llegábamos a percibir nuevas formas.

Cargábamos con más peso de lo necesario, no sólo en fideos y chocolates, también transportábamos kilos y kilos de deberes y presiones que costaba soltar, así que los primeros días pasaban entre esporádicos momentos de disfrute y horas contínuas de lenta adaptación. ..." que si no llegábamos al próximo pueblo o el agua se terminaba...que si era suficiente comida o llovía o el viento no nos dejaba avanzar, y si nos sentíamos mal y si nos quedamos sin dinero y si estamos yendo muy lento o muy rápido"... sin dudas, dos arriesgados llenos de ideas locas por la ruta 40.

Con el correr de los meses y las

experiencias, fuimos entendiendo de qué se trataba eso de andar liviano. Lo notamos un día en el que Javi en medio de la estepa patagónica me miro con cara de desconcertado y me dijo: - " Sol no puede ser, no tengo ninguna preocupación, mirá que lo pienso y lo repienso y nada absolutamente nada me preocupa últimamente. Qué raro, ¿no?".

El tiempo transcurría en la más completa soledad, charlábamos con guanacos, nos recostábamos a mirar planear cóndores y por las noches apagábamos las linternas para que un infinito cielo de estrellas nos iluminara los ojos.

No teníamos obligaciones, ni rutina alguna, despertábamos cuando el sol calentaba la carpa y entre bostezos nos alistábamos para que un nuevo día de pedaleo nos sorprenda.

De a poquito y sin darnos cuenta cumplimos 1000, 2000, 3000 kilómetros y la misma emoción se apoderaba de nuestros rostros cada vez, recordando todo lo que esas distancias guardaban y guardarían para siempre en nosotros. Habíamos aprendido a negociar con los vientos, las subidas, el ripio, el cansancio. Nos sentíamos parte del entorno, fundiéndonos con arroyos, árboles y cerros. Teníamos nuevos amigos en cada rinconcito del país, de esos que sin conocerte te abrían las puertas y se volvían familia al instante. La vida era simplemente eso.

Un Javi, una Sol, sus dos bicis, algo de comida y agua, poquitas pertenencias y la ruta paciente y sabia esperando a ser descubierta.

Cruzamos una y otra provincia pasmados ante tanta belleza, cada una, particular y única, contándonos secretos al oído que lográbamos descifrar en atardeceres, nubes surrealistas y colores irrepetibles.

Algunas veces pinchamos, rompimos la bici, atravesamos tormentas en medio de la montaña, las ratas nos comieron las alforjas, se nos congelo la carpa, deambulamos durante horas buscando algún lugar donde refugiarnos del viento, pedaleamos descompuestos, deshidratados y con dolores de todo tipo, comimos arroz durante semanas.

Algunas veces la cosa se puso difícil y deseamos una cama, un televisor y un pase libre a algún restaurant. Pero otras tantas, empezaba a atardecer y la luna salía antes de que se esconda el sol, la ruta se volvía toda bajada, el viento se ponía a favor y nos peleábamos de agotamiento para inmediatamente volvernos una carcajada imparable, el día nos hacía un guiño, una caricia, una palmadita en la espalda y seguir. Sólo seguir se convertía en la única opción posible.

El cuerpo no respondía. La subida infinita, la altura, un viento desmoralizante, parar a respirar a cada paso. Estábamos a 5 kilómetros de la cumbre del Abra del Acay el paso carretero más alto del mundo y las distancias parecían inalcanzables. Llevábamos más de seis horas interminables de subida en las que habíamos logrado avanzar 10 kilómetros haciendo equilibrio sobre la bici, llegando a pedalear a 3 km por hora. Pactamos como límite de cumbre las 17hs, si para ese entonces no habíamos logrado llegar al Abra, bajaríamos y lo intentaríamos al día siguiente.

La tarde pasaba rápidamente y nuestra lentitud era cada vez más desesperante, las piernas se aflojaban, teníamos que desmontar y pechear la bici ya que el pedalear se hacía imposible. La hora límite se acercaba y la cumbre parecía cada vez más lejos. Íbamos literalmente tirados sobre las bicis empujándolas con el peso del cuerpo y hasta la más insignificante piedrita se volvía un enorme obstáculo a atravesar.

Nos esperábamos, nos ayudábamos y nunca dejábamos de alentarnos "fuerzas, un poquito más, un poquito más". Javi miro el GPS y con una

Después de 6500 kilómetros y 7 meses de viaje llegamos a La Quiaca, y no porque somos superhéroes ni ciclistas de elite, no teníamos ninguna herencia millonaria ni nos ganamos algún juego de azar, tampoco contábamos con ningún dote especial como mover cosas con los ojos o lograr la teletransportación, y peor aún nuestras bicis no despliegan alas tocando un botón (asunto pendiente que habría que empezar a resolver).

sonrisa entre cansada y eufórica nos dijo:- “Ya estamos, quedan dos zigzag más y estamos” Nos subimos a las bicis y al tomar un nuevo zigzag un fuerte viento nos sorprendió por la espalda para llevarnos hasta la cumbre sin pedalear. El corazón casi infartado, la alegría, los gritos incontenibles rebotando entre los cerros y

Llegamos a La Quiaca por el sencillo hecho de que queríamos llegar a La Quiaca y aunque suene ridículo y a cliché, con ese pequeño deseo, con esa microscópica esperanza es que los sueños se materializan siempre y cuando, claro, te des la posibilidad de dejar de poner excusas y salgas a intentarlo.

toda esa mezcla de sensaciones indescriptibles que te permiten romper con tus propios límites, que te regalan las montañas y el encanto que ellas encierran.

Ahí en el Abra del Acay y sus 4895 mts quedó un pedacito de nosotros para siempre.

Despertamos en Cabo Vírgenes. Habíamos llegado al anochecer y, sin saberlo, ubicado la carpa justo frente al mar. El viento nos despabiló apenas amanecía y después de una agotadora lucha decidimos darnos por vencidos, desarmar la carpa y desayunar en la playa. Íbamos por el primer mate cuando Javi notó algo que se movía entre las olas, era increíble, un delfín saltaba de un lado para el otro. Fascinados sacamos la cámara y nos acercamos a la orilla para intentar fotografiarlo antes de que se vaya pero al mirar hacia el costado quedamos boquiabiertos, una gigantesca familia de delfines se acercaba a toda velocidad entre saltos variados y locos. Nuestra emoción era incontenible, corríamos de aquí para allá tentados a meternos en esas aguas heladas para bailar, saltar y hacer piruetas entre cientos de toninas overas que nos saludaban mágicas y hermosas.

Linda forma de empezar el día, pensamos, y nos sentamos a disfrutar de delfines acróbatas entre mates y bizcochitos.

Llegamos a Río Grande a paso de oruga a causa de unos vientos imposibles que nos sacudían sin compasión. Festejamos el logro con una milanesa a caballo de esas que tienen calorías como para una semanita de hambruna, convencidos de haber ganado la batalla contra el maléfico viento. La ilusión duró apenas aquella noche, ya que al levantarnos y salir a la ruta comprendimos que la cosa iba para largo.

Durante 3 días intentamos ingenuamente pedalear para salir de la ciudad y durante 3 días volvimos cabizbajos y haciéndonos a la idea de que dejar Río Grande pedaleando ya era utopía.

Al cuarto día con el ánimo por el piso y después de haber analizado la triste idea de tomar un micro hasta Río Gallegos, nos despertamos, miramos sin esperanzas la banderita que nos predecía el viento y permanecimos incrédulos durante un rato. La bandera se mantenía caída e inmóvil, el viento había calmado y nos daba permiso para abandonar la ciudad pedaleando rápido y a pura sonrisa.

Transitábamos la ruta 40 en Mendoza rumbo a Pareditas. El ripio se había vuelto arena movediza, las ruedas se enterraban y todo costaba el doble. El invierno estaba comenzando a sentirse y habíamos pasado una de las noches más frías hasta el momento llegando a los -10°C. Todo estaba congelado, la transpiración dentro de la carpa era escarcha y caía sobre las bolsas de dormir que amanecieron todas mojadas en su exterior.

La tarde comenzaba a caer y un viento violento y frío se levantaba, algo preocupados buscábamos un lugar donde poder refugiarnos y pasar la noche, pero la ruta era tierra arenosa y desierto, ni un árbol, ni una lomita, nada.

Ya estábamos pensando como última alternativa hacer vivac en unas pequeñas zanjitas que había a los lados, tapando las bolsas de pluma con el sobretecho de la carpa, aunque probablemente íbamos a pasarla desvelados y tiritando de frió. Fue entonces cuando vi a los lejos un hombre montando a caballo que se perdía en la estepa e instintivamente levanté el brazo y empecé a llamarlo insistente. De seguro era un baqueano del lugar y conocía algún sitio donde refugiarnos. Se acercó recomendándonos que nos introduzcamos 2 kilómetros hacia adentro en donde estaba el rancho de su tío que no iba a tener problema en darnos un lugarcito para repararnos. Así lo hicimos, llegamos al rancho de Enrique que sin dudarlo nos dio cobijo. Armamos la carpa entre gallinas y nos fuimos a calentar al fuego con la Tía Gringa y Chiquita, dos de las personas más maravillosas y simples que nos obsequió este viaje.

Lo que iba a ser una noche se convirtió en tres días de comidas caseras, guitarreadas, risas y más risas. Se había

levantado un viento zonda terrible y ellos nos obligaban a quedarnos mientras nos engordaban en kilos y cariño.

Cuando llego el momento de partir les prometimos volver a buscarlas para llevarlas a conocer la ciudad. Ellas tenían ganas de ver cómo era ese otro mundo pero les daba un poco de miedo ir

solas. Nos abrazamos un rato largo y comenzaron a llorar. Habíamos compartido tres días pero hacía rato que el tiempo no era parámetro de medición.

Nos alejamos despacio, con los ojos húmedos y el pecho estallado en gracias, prometiéndonos volver...

Kilian Jornet había establecido el récord de ascenso y descenso del Aconcagua (6962m) en el marco del proyecto Summits of My Life. El día 24 de diciembre de 2014 en la ruta normal había marcado un tiempo de 12hs 49 min, con salida y llegada en Horcones. Pero el 19 de febrero Karl Egloff de Ecuador estableció el record de 11 hs y 52 min realizando el mismo recorrido. l atleta de 33 años, Karl Egloff, en agosto pasado había bajado en 32 minutos el récord de ascenso y descenso del Kilimanjaro que poseía también Kilian Jornet de 7 hs 14 min por 6 hs 42 min, y en el Aconcagua hizo lo propio con el récord del español bajando la marca en 57 minutos.

Karl partió desde el sector de Horcones a 2900 metros a las 6:00 de la mañana del día 19 de febrero, realizando la misma ruta que el catalán para marcar su récord. Una ruta que conlleva completar 60 kilómetros y prácticamente 4.000 metros de desnivel positivo y otros tantos de desnivel negativo.

En las últimas semanas Egloff había estado en la Patagonia como guía de expediciones comerciales, su profesión. Sólo unas semanas, una vez que finalizó sus compromisos de trabajo, se enfocó en el record. De padre suizo y madre

ecuatoriana, se destacó en el deporte local como ciclista de montaña y corredor de largas distancias. En septiembre pasado corrió su primera carrera de 50k, y no podría haberlo hecho de mejor manera: en su debut en la distancia ganó la The North Face Endurance Challenge de Ecuador.

Una fotografía y un par de líneas en su cuenta oficial de Facebook, detallaban las intenciones de conquistar esta marca. Este amante de los deportes extremos, que también practicó fútbol, ciclismo de montaña y ‘trail running’, enfrentó el coloso de América luego de ganar el Ultra trail Andes Infernal, en el mes de diciembre en Chile.

Desde allí lanzó su reto, expectante por lo que sucediera con el escritor español y su intento de conquistar la cumbre. Inmediatamente luego del récord, Kilian fue uno de los primeros en felicitarlo y Karl le agradeció por recibir las

felicitaciones del más grande corredor de trial del mundo.

Egloff, quien a los 15 años debutó como guía de montaña fue acompañado por un equipo de apoyo que incluyó a andinistas experimentados como Nicolás Miranda e Iván Herrera.

Por su lado Kilian Jornet ha marcado una nueva cima a su lista de sueños, completó el reto tras un intento fallido, cuando se vio obligado a dar media vuelta cerca de los 6.500 mts debido al mal tiempo, con ráfagas de viento de más de 90km/h.

El 24 de diciembre de 2014 la meteorología le fue favorable y el atleta logró completar el ascenso y el descenso del Aconcagua, el pico más alto de América (6.962 mts). Un recorrido de ida y vuelta por la vía normal que suma 59,85km con un desnivel positivo de 3.962mts. Sin embargo, el mayor reto al que se tenía que enfrentar Kilian Jornet era la altura, rozando los 7.000: “Hemos pasado casi dos semanas en la zona, pero probablemente habríamos necesitado más para estar en las mejores condiciones. El Aconcagua no es una cima técnica como otras que hemos tenido que superar durante el proyecto, pero sí que, hasta ahora, ha sido la más alta”.

Siguiendo la filosofía del resto de cumbres del proyecto, Jornet decidió iniciar la ascensión desde el último punto habitado, la caseta de guarda parques de Horcones (2.900m). Salió a las 6 de la mañana, después de haber desayunado tres tostadas con dulce de leche, un dulce típico argentino.

Desde allí, lo esperaban 23km y 1.400 mts de desnivel que recorrió en 3hr 15´, antes de llegar a Plaza de Mulas (4.300mts), campo base del Aconcagua. Es en este punto donde la mayoría de expediciones comienzan la ascensión hacia la cumbre. Pueden tardar hasta cuatro días. Al llegar a Plaza de Mulas, Kilian se detuvo durante 15 minutos para comer y beber. Desde allí iniciaba la ascensión: “Mi idea era hacer una

subida suave intentando conservar el máximo para la bajada. Por eso decidí detenerme, descansar y recuperar fuerzas para el siguiente tramo“.

Jornet subió hacia Nido de Cóndores (5.550 mts), donde pasaba después de cinco horas de la salida, iniciando entonces el último tramo hasta llegar a la cima. Antes, había que superar 1.463 mts de desnivel positivo y pasar la barrera de los 6.500 metros. “A partir de esa altura, he empezado a ver que me estaba afectando. Tenía problemas de equilibrio y resbalaba constantemente con la nieve helada. Por eso he decidido avanzar poco a poco, sabiendo que todavía tenía mucho camino por delante”. Rozaba los 6.600 metros, en Cueva del Guanaco, con un tiempo de 7hrs 40'. Finalmente, conseguía llegar a la cima (6.962m) tras 8hr 45´ de esfuerzo. Allí se quedó durante quince minutos: “Fue un momento para

recuperar fuerzas antes de la bajada. La cima ha sido la culminación del trabajo que hemos estado haciendo durante todos estos días. También he podido apreciar las vistas increíbles que se tienen desde allí de la cara sur del Aconcagua“.

Pero todavía le quedaba la bajada, según explicaba él mismo: “La altura me ha seguido afectando hasta Plaza de Mulas. Seguía perdiendo el equilibrio, los músculos parecía que no querían seguir la cabeza y me hacían caer. Al llegar al campo base he parado durante veinte minutos. He comido y me he hidratado bien y poco a poco me he ido encontrando mejor. Desde allí sólo me quedaba la bajada de nuevo hasta Horcones, donde he podido correr bien y acabar marcando un buen tiempo“. En Plaza de Mulas llegó tras 10hrs 10' de recorrido. Finalmente, al llegar de nuevo a Horcones el cronómetro marcó 12h 49´.

De este modo Kilian Jornet consiguió el récord, luego superado por el atleta ecuatoriano Karl Egloff el 19 de febrero de 2015.

En este reto le han acompañado la corredora de montaña Emelie Forsberg y los cámaras Seb Montaz y Vivian Bruchez, también asesor de seguridad. Emelie Forsberg ha estado presente en la salida y llegada en Horcones. Por su parte, Seb Montaz y Vivian Bruchez se han situado por encima de Nido de Cóndores (5.500m) para filmar durante la ascensión.

Con este nuevo reto Kilian Jornet completa el tercer año de proyecto de Summits of My Life después de que este 2014 también estableció un nuevo récord en el McKinley (Alaska).

Este audaz Madrileño ganó en el 2014 la única competencia que existe en el mundo en la que se cruza el Atlántico a remo, La Rames Guyane. En solitario, en un barco muy pequeño y en completa autonomía, desde Dakar hasta la Guayana francesa, Antonio es un ejemplo de lucha y pasión. ntonio de la Rosa, nació en Valladolid en 1969. Es un aventurero, deportista y empresario que vive en Madrid. Ha sido kayakista toda la vida, también ha remado en canoa pero no tenía experiencia en una embarcación con un sillín móvil hasta que comenzó a entrenar para el cruce.

Esta aventura fue avasallante en tiempo e intensidad. Tuvo sesenta días para entrenarse.

Los primeros 40 fueron de aprendizaje neto y poco más de 20 para entrar en carrera y poder lograr el triunfo.

Una de las mayores dificultades a atravesar fue para él la humedad, dado que era un factor permanente. Siempre estaba todo mojado dado

que al ser el agua salada higroscópica, terminaba a diario durmiendo en un colchón mojado. A eso se sumaba el cansancio causado por levantarse todos los días para remar, con la presión de que no podía fallar. Antonio remaba entre diez y doce horas diarias, siete días a la semana. Sólo logró parar una jornada cerca del final cuando vio que ya podía permitirse hacerlo.

Otro hecho a vencer fueron las condiciones insalubres que tenía la embarcación, teniendo en cuenta que estuvo más de dos meses en un espacio de 60 centímetros por dos metros. Este habitáculo estanco era el único sitio que existía en el barco para poder estar cubierto. Fuera de él, había otros dos metros en donde se pasaba casi

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todo el tiempo porque era donde estaba el sistema de remo. Delante tenía otro metro y medio que era un almacén. Es importante señalar, para entender la vivencia de Antonio, que la parte intermedia del móvil de navegación también estaba al descubierto, dado que no está permitido cubrirla porque podría parecer que usan algún sistema de impulso que no corresponde. La trasera sí lleva una escotilla hermética.

Su embarcación la fabricó un ingeniero francés, las dieciocho que participaron en la competición eran iguales. Medía 8 metros de largo por 1.60 m. de ancho, con un peso de 750 kilos y estaba equipada con todas las tecnologías necesarias: placas solares arriba que cargan unas pequeñas baterías para alimentar la desalinizadora que permite realizar ocho o diez litros de agua diarios. Llevaba equipo electrónico, otro de filmación, un teléfono satélite y un sistema de comunicación para enviar videos en baja calidad.

Al ser una embarcación pequeña se comporta bien en las tormentas con olas grandes. La embarcación las pasa sin problemas y no sufre mucho movimiento. Uno de los problemas reales en una travesía de este tipo es cruzarse con embarcaciones grandes. El kayak lleva un sistema de detección, un altavoz que suena, si es un barco grande uno se tiene que mover ya que un transatlántico sigue su camino fijo. A lo sumo uno puede comunicarse por radio y avisar. Pero generalmente le ha tocado cambiar el rumbo o poner la embarcación cruzada para no avanzar. Igualmente las embarcaciones grandes no se ven, solo se ven en el detector de radar, porque visualmente no se tiene contacto por el mar en movimiento.

En sus acciones diarias, todas las semanas el navegante se ataba para limpiar el casco de la embarcación que habitualmente al llenarse de

caracoles podía no generar un buen deslizamiento.

Uno de los momentos de mayor angustia y en los que llegó a pensar con temor en el retiro de la competencia, fue la rotura de la desalinizadora. Al principio de la travesía se trabo y no funcionaba. Por suerte llevaba una vieja de repuesto que tuvo que desarmar para sacarle piezas. Estuvo doce horas hasta que consiguió que funcionara. Él era consciente de que sin agua potable no se podía navegar y eso le dio fuerzas para seguir. El día 37 se le rompió otra pieza que sujetaba la desalinizadora pero con más experiencia y tranquilidad, lo resolvió rápido.

Si bien a la competencia la hicieron 18 personas, solamente estuvieron juntos a la salida por unas cinco horas. El segundo día se encontró un kayak y luego no volvió a ver otra embarcación hasta que llegó a la ansiada meta.

Las dos últimas semanas reconoció que fueron duras porque si bien sabía que tenía la posibilidad de salir primero, a nivel físico tenía un gran cansancio producto de días remando

durante veintidós horas y alguna jornada en la que se decidió a remar casi sin parar.

A pesar de su actividad solitaria, en ningún momento tuvo la oportunidad de sentirse solo.

Estaba entretenido en el día a día gracias al teléfono satélite, con el que pudo comunicarse con su familia o con los medios de comunicación.

Ellos le brindaban el apoyo necesario para reafirmar su confianza.

Antonio de la Rosa relató que cuando se iba la luz al principio se le complicaba porque se tropezaba con los remos, pero al final logró sentir que estos eran una prolongación de las manos y remó de noche al igual que de día, incluso más porque hacía menos calor y en la línea del ecuador de día hay un sol muy fuerte.

Su alimentación se basó en comidas liofilizadas y otras envasadas al vacío como cecina, chorizo y pan. También pescaba. Llevaba comida para 50 días y al alargarse la expedición la segunda parte de la travesía tuvo que dividir los packs de alimentación y pescar más. De 15 a 20 días cenó pescado, mayormente atún.

Dentro de los momentos que más disfrutó,

relató la navegación con delfines, tiburones, tortugas, y ballenas, y se asombró con la diversidad de aves, incluso vio pájaros a 2.000 kilómetros mar adentro.

Es fundamental señalar, que en otras ediciones La Rames Guyane se ha ganado en menos de 40 días, casi la mitad del tiempo que le llevo a Antonio. Al adelantar la carrera, las condiciones climáticas (exceso de viento en contra) y las corrientes complicadas llevaron a que haya sido una de las competencias de mayor dificultad hasta el momento. El segundo deportista clasificó a unos 100 km de distancia del ganador, y el tercero a dos días.

Los próximos proyectos de Antonio, luego de haber ganado esta competencia, son bajar de Madrid a Lisboa en stand paddle, e ir al Polo Sur a pie y con esquíes a fin de año para hacer la travesía desde la Bahía de Hércules hasta el Polo magnético. Sabe que va a ser difícil superar el récord oficial de 24 días, pero quiere intentarlo.

Ahora está seguro que puede llegar al objetivo que se proponga, con esfuerzo y tenacidad.

La carrera de trail run más importante de Sudamérica se corrió entre el 5 y el 8 de febrero de este año y se desarrolló en las cercanías de Bariloche. Los más de 2500 corredores provenientes de 36 naciones, se enfrentaron a un circuito de montaña de 3 etapas uniendo simbólicamente Argentina y Chile. En la nota un binomio brasileroargentino explosivo: Cilene Sophia Santos y Roxana del Cid, grandes triunfadoras de la categoría Damas en pareja, nos relatan dos vivencias de un sueño compartido hecho realidad.

ace cuatro años, todos los febreros, mi corazón atraviesa la Patagonia.

En “El Cruce Columbia”, vivo momentos únicos que despiertan lo mejor de mí y me permiten renovar la energía para todo el año.

El universo de las montañas me fue presentado en el 2012 en mi vida como atleta y cambió mucho desde mi primera participación en ésta, que es una de las mejores competencias de trial de América del Sur. Ella se tornó mi principal prueba de montaña del año y me consagró como una atleta.

El Cruce es una travesía que se desarrolla entre las montañas de Argentina y de Chile, que permite a los corredores conectarse con la naturaleza y llenarse con la inmensidad de esa magia contagiosa. No es apenas una prueba de montaña, es mucho más que eso, es una combinación de elementos fascinantes: la adrenalina del desafío, el encuentro con la naturaleza bella y grandiosa, la convivencia con bellas y nuevas amistades, la emoción de superación y el brindis por la vida.

Mi primera participación en El Cruce en 2012, fue en la categoría “Team Mixto” y con mi compañero alcanzamos el tercer lugar.

En esa ocasión, no entendía muy bien como

funcionaba la logística de la prueba, pero sabía, esencialmente, que debía correr, correr y correr mucho.

En mi segundo Cruce, tuve la honra de integrar la categoría “Team Damas” con mi ídola Cris de Carvalho, penta campeona. Juntas conquistamos el primer lugar en el podio, ese fue el momento en el que crecí como atleta.

El Cruce 2013 fue un hito para mí. En 2014, nuevamente, corrí en la categoría “Team Damas” y esa vez formé una dupla internacional con Sofi Cantilo, una atleta de corazón y alma gigante.

Fuimos segundas en esa prueba. Este año, también en la categoría “Team Damas”, hice una bella pareja con Roxana Del Cid, una mujer tranquila, pero en competencia muy agresiva hablando deportivamente, y al mismo tiempo, muy sensible! Con Roxy, llegué una vez más al lugar mas alto del podio.

Increíblemente las cuatro personas con las que corrí El Cruce tienen algo en común. Ellas son personas que, como yo, poseen una fuerte conexión con la naturaleza, tienen garra, determinación y capacidad de superación. Los resultados conquistados en cada competencia fueron consecuencia de esa combinación de elementos.

Lo que más me fascina en El Cruce es la forma como el evento está estructurado. Son tres días de prueba en que son alcanzados lugares diferentes corriendo largas distancias. Al final de cada etapa, se tiene la impresión de que no será posible correr el día siguiente, por al esfuerzo intenso realizado en cada trayecto. Pero, al levantarse, el atleta descubre una nueva fuerza, corre muchos kilómetros, y cuando menos se lo espera, concluye el tercer día. Enseguida, extraña todo el sufrimiento y la entrega que son parte de esta competencia y que uno aprende a amar desde el fondo del alma.

Como una de las mayores carreras de montaña y referente de las pruebas de esa modalidad, El Cruce tiene una característica muy especial: la convivencia en el campamento permite que el atleta viva las más variadas emociones y aprenda a desapegarse de muchas comodidades. Dormir en una carpa sin confort y contar con una comida buena y simple, son condiciones a las que el atleta se acostumbra rápidamente. Es más, para mí, lo mejor que el campamento ofrece es el compañerismo y el cambio de gentilezas entre los atletas, que se

ayudan sin hacer distinción en relación al idioma o al nivel de performance que tiene cada uno. La convivencia en el campamento, y la energía de los atletas se contagia en el lugar, y las amistades se construyen. Allí la solidaridad se fortalece y todos se unen en un único objetivo: desafiar sus propios límites.

Encuentro todos los motivos del mundo para decir que El Cruce es una prueba única. Son tres días de lucha, cada una de ellos con una distancia diferente, una ruta distinta con grandes exigencias a nivel técnico y altimetría, y con variedades climáticas que, muchas veces, pueden hacer que toda la logística del evento precise ser cambiada a última hora.

Cada entrenamiento para El Cruce merece planeamiento, disciplina, dedicación y entrega de corazón y alma.

Mi preparación comienza siempre más o menos cuatro meses antes de la prueba.

Disfruto de iniciar los entrenamientos de forma leve, sintiendo mi cuerpo y conectándome conmigo misma, y después, entro en la fase específica del entrenamiento.

Los entrenamientos de velocidad los

hago en la pista junto con mis alumnos. La convivencia con ellos es mi combustible para superar cada día. Los de fondo son hechos en la montaña y siempre procuro correr en lugares semejantes a las realidades de la prueba. Son técnicos, con subidas, descensos y trechos largos en rectas, donde también se puede ejercer la parte mental.

Este año estudié mucho la prueba. Para mí, es fundamental saber, por ejemplo, en qué trechos voy a conseguir correr más fuerte, en qué momentos va a predominar la caminada, en que momentos habrá mas descensos etc.

Soy disciplinada con mi alimentación por considerarla vital y, principalmente, por entenderla como fundamental para mi desempeño en los entrenamientos y mi rutina diaria. La suplementación no es algo que reciba una dedicación especial de mi parte, uso siempre suplementos en los entrenamientos más intensos o en determinados períodos. En la fase más leve, procuro mantener una alimentación equilibrada y respetar el descanso, el cual considero esencial.

Como comenté, en una de mis participaciones en el El Cruce, corrí en mixtos. Entiendo que es más difícil para una mujer correr con un hombre, pues, fisiológicamente, el hombre es

más fuerte que la mujer. En 2015 el proyecto inicial era, nuevamente, correr en mixtos con Paulo Quesada. Entrenamos juntos y después continuamos solos, el en Costa Rica y yo en Brasil. Un mes antes de la competencia, por motivos personales Paulo no pudo participar. No dejé que me sacuda esta situación y traté de mantener mis pensamientos en lo que me fortalece. Al final, yo estaba entrenada, el bolso listo, sólo faltaba viajar... Ahí pensé en cambiarme a categoría solos.

Al final todo se enderezó e invité a ser mi pareja a una persona a la que le tenía gran admiración por lo notable que es y también por ser una atleta, a un nivel técnico, equivalente al mío. Roxana Del Cid aceptó mi invitación y juntas alcanzamos una linda conquista!

Sugerí a Roxy una estrategia para El Cruce 2015: correr fuerte todos los días, así podríamos ganar las tres etapas. También planteé que cuando sintiéramos cansancio, deberíamos conversar para que eso no se torne negativo. Sin comunicación podríamos perder todo. En este punto fuimos bastante estrategas.

El primer día de El Cruce 2015, antes del evento, con toda la energía, con los atletas, mis alumnos y grandes amigos, mi corazón latió más fuerte que nunca en la largada de la prueba. Lloré

emocionada en los minutos previos a la largada.

Muchos pensamientos pasaron por mi cabeza.

Estaba feliz y orgullosa de mis alumnos que irían a correr su primera prueba de montaña; pensé sobre el cambio de dupla, sobre los entrenamientos duros en relación al poco tiempo que tuve para entrenar en el año. En fin, me perdí en un torbellino de pensamientos y dejé que la emoción tome cuenta de mí.

Y llegó la largada, y con mi compañera estábamos ligadas por nuestros corazones, el objetivo era alcanzar la línea de llegada. El primer día, el recorrido fue increíble, la belleza fue única y el nivel de dificultad y la altimetría fueron bastante elevados. Al fin estábamos en las montañas de la Patagonia. Delante de aquel escenario deslumbrante, por un momento, parecía que estaba teniendo una alucinación: dos músicos tocaban un violín y una guitarra mientras los atletas veían un espectáculo hermoso e intenso al comenzar la prueba. Para mí, ese fue el mensaje más lindo y sensible que Sebastián Tagle, organizador impecable de El Cruce, dejó a los corredores.

De tal modo, la llegada del primer día fue bellísima. Un día de sol, a la orilla de un lago maravilloso y muy helado, con Roxy mantuvimos la punta y conquistamos el primer lugar en

Damas. Después de la primera batalla, disfruté el día entre amigos con un almuerzo delicioso.

El segundo día fue el momento de más exigencia mental para los atletas. Físicamente, estaba desgastada del esfuerzo en la etapa anterior. Este segundo día era más largo pero más fácil en relación al trayecto anterior. Hasta el kilómetro 22 hubo predominancia de trechos de montaña con bastantes subidas y bajadas, después de eso el .trayecto era plano, en medio de una vegetación abierta y cerca de un río.

Seguía por una ruta interminable. En ese punto, recordé mis entrenamientos en Sao Paulo y conversé con mi compañera incentivándola en todo momento para distraerla un poco. La llegada del segundo día proporcionó una visual esplendorosa. Alcanzamos otra victoria con la vista del grandioso Cerro Tronador y su pico iluminado por la nieve.

Después de una noche de acampe a los pies del Tronador, la increíble competencia 2015 estaba llegando al fin. Mi corazón ya daba señales de mucha nostalgia. El comienzo del tercer día era plano en su inicio y después de una larga subida a una montaña, seguía un descenso bien largo para cruzar la frontera a Chile. Hicimos los papeles de aduana, y con Roxy seguimos para la llegada y consagrarnos

campeonas de El Cruce Columbia 2015.

Ver la línea de llegada es una sensación inigualable, ganar es indescriptible. Vencer en El Cruce tiene un sabor especial para mí, refleja mi dedicación, mi disciplina y mi concentración en un objetivo. Todavía, me falta mantener los pies en el suelo, tengo la consciencia de que hoy estoy en el lugar más alto del podio, pero mañana puede que no esté allí. Por eso, preciso vivir como si no hubiese un mañana!

Mi conexión inconmensurable con la montaña hace que vuelva al Cruce todos los años. En él renuevo mis energías y estoy más cerca de Dios. La belleza de El Cruce es infinita e intocable y motivo suficiente para estar dispuesta todos los años.

Cuando El Cruce termina, pienso inmediatamente en el evento del año siguiente, tengo la certeza de que siempre voy a encontrar algo nuevo, algo no explorado, algo que me desafía, algo que me sorprenda a mí y a todos los otros atletas con los que tengo el privilegio de compartir las montañas de la Patagonia cada año. El Cruce es único porque se renueva todos los años, en todos los aspectos (visuales, operacionales, etc.) y, principalmente porque está organizado con el corazón.

Viva la vida! Viva las montañas !

El Cruce, es sin dudas, una de las carreras más sor prendentes de Sudamérica que se supera año a año y tiene como objetivo principal el cruce de los Andes uniendo Argentina y Chile. Son 100k en tres etapas, un desafío único incomparable que hoy comparto con ustedes…

El Cruce se vive intensamente desde que tomás la decisión de participar.

Proyectás día a día entrenamientos, carreras preparatorias para llegar en mejores condiciones, alimentación, contás meses, semanas fusionando ansiedad, emoción, adrenalina.

En este intenso proceso te conectás con personas que siente lo mismo que vos, se generan relaciones, deciden compartir este maravilloso proceso y vivirlo a pleno, sabiendo que es una carrera que te dejará más de lo que imaginás: paisajes, lugares soñados, la comunión con los corredores y nuevas relaciones que surgirán por una sensación en común Mi quinta participación hace que sienta que vivo todo como si fuese la primera vez, incluso la recepción del mail de confirmación que dice:-“Roxana

Caballeros 1° Ernani Souza (Brasil).

2° Marcelo Fenske (Argentina).

3° Gustavo Reyes (Argentina).

Damas 1° Luciana Urioste (Argentina).

2°Teesa Roorda (Brasil).

3° Adriana Vargas (Argentina).

Team Caballeros 1° Columbia - Dole (Pablo Ureta y Daniel Simbrón, Argentina) 9:57:15

Bienvenida a la decimocuarta edición de El Cruce 2015”.

Particularmente este año formamos una dupla femenina internacional, con una gran corredora de Brasil, Cilene Sophia Santos, con quien nos conectamos increíblemente. Es evidente que no existe la distancia ni el idioma, sólo la misma pasión: correr el cruce y dar lo mejor de cada una.

Con Cilene manteníamos un contacto diario, un acompañamiento virtual, brindándonos información y ultimando detalles juntas a miles de kilómetros de distancia pero unidas por la energía de poder correr El Cruce juntas!

Así llego el lunes 2 de febrero, y a las 4:30 partí aguardando el ansiado encuentro. El viaje estuvo cargado de anécdotas, risas y recomendaciones entre amigas (que también correrían) del cuidado en cada etapa del evento.

El martes, ya instalada en Bariloche en la Villa Catedral, estuve a la espera de Cilene y así, al vernos nos encontramos en un abrazo que daba por hecho seríamos un gran equipo. Juntas nos dirigimos a la acreditación, con el corazón que parecía acelerarse más al aproximarnos al arco de largada que ya estaba armado. Ese camino se colmó de reencuentros con amigos, fotos, retiro emocionante de kit y planeamiento de trotecitos previos.

2° Serra Mantiqueira (Hamilton Miragaia y Celio Da Rosa, Brasil) 10:16:13 3° Team es aktitud + 12:03:05 Team Damas 1° Nucleo Aventrura / Gyra.com (Roxana Del Cid y Cilene Santos Arg/Bra)12:24:05 2° Homenaje a Yolanda Mardones (Gilda Flores y Maira Mardones, Argentina) 13:02:24 3° Team Columbia- Correr Ayuda (Laura Lucero y Sofía Cantilo, Argentina)13:48:37

Y llegó el momento, y a tan sólo diez minutos de la largada estábamos listas sintiéndonos un equipo, con entrenamiento duro, confianza y la conciencia de que afrontaríamos 100k en montaña.

Al largar, nos encontramos en las rampas con otros equipos. Estábamos junto a Virginia, mi compañera del cruce anterior, y fue una linda sensación volver a estar ahí. También encontre a Marcelo Perotti con el que compartimos varios kilómetros y etapas muy divertidas. Estaban Sofia Cantilo con su compañera Laura Lucero, todos corredores que admiro y eso le daba un plus emotivo pensando que estaba viviendo lo que quise siempre, ni más ni menos que lo que soñé.

Corrimos juntos hasta la telesilla entre charlas, risas hasta que llegó el momento de partir sólo con Cilene con quien como eyectadas fuimos a una bajada vertiginosa. El día era inmejorable, con un cielo celeste y la bella sensación que mis pies iban en el aire casi sin tocar el piso y que Cilene volaba por delante como la bandera que habíamos intercambiado antes de largar.

Team Mixtos 1° Correrayuda Dermaglos (Marcelo Perotti y Virginia Gálvez, Argentina) 12:32:31 2° Argentina Outdoors (Gustavo Pascual y Andrea Dalmaso, Argentina) 13:27:43 3° Es el Fin (Adrían Vuano y Romina Sardén) 13:28:09

Luego, nos esperaban las piedras y lajas hasta el filo del Catedral a 2100 mts donde mágicamente escuchábamos un eco de música clásica que provenía de dos jóvenes con instrumentos de cuerda que daban un sonido angelical a mis oídos y calmaban mi mente. Se aproximaba otra bajada técnica y rápida con más piedras sueltas y los paisajes empezaban a variar con rocas más grandes. Con Cilene llevábamos un ritmo parejo y una frase reiterada de ella:- ¡amiga esto es maravilloso! Se iba terminando la primera etapa de 24 k. costeando el lago Gutierrez una de las vistas más lindas con ese color azul profundo que invita a quedarse ahí.

Este año, a diferencia del anterior, el clima nos regaló el sol y la energía única de la montaña, de los bosques, lagos y senderos, ahí recordé la frase de mi amigo y compañero team Charly Alaniz : - “ el aire de montaña nos cae muy bien!”.

Ya quedaba menos y nos sentíamos bien pero algo preocupadas dado que se nos había acabado el agua y no podía hidratarme como había planificado con el doctor Pedro Billordo, cardiólogo que me había brindado todo su conocimiento dándome indicaciones para cuidarme al máximo y no deshidratarme. En ese momento nos salvaba cada arroyo que se cruzara. Así, teniendo esperanza en

nuestras fuerzas, se iba dando el final de la primera etapa y comenzábamos la espera de la etapa más larga, los 44 kilómetros.

El despertador sonó a las 4 am, abrimos los ojos, saltamos del colchón inflable y en silencio acomodamos todo muy rápido para entregar el bolso que iría al campo 2. Desayunamos bien, intentamos estar bien relajadas y esperar el horario de comenzar. Dentro de la carpa ya limpia y vacía definimos como sería nuestra jornada!

Salimos en el horario de la primer largada 8:30. Kilómetros llanos y de senderos de bosques que me hizo rememorar el Parque Pereyra de La Plata , lugar donde he entrenado muchos fondos.

Eso me hacía sentir cómoda en un ritmo de carrera durante 10 km, bordeando el lago Mascardi. Luego empezaron las subidas y bajadas y mis gemelos lo empezaron a notar.

Estábamos pendientes de la comida y la hidratación.

Lentamente el calor se empezó a notar.

Cargaba agua en cada arroyo y esperaba el puesto de bebida a km 30 aproximadamente.

Seguimos con un ritmo muy bueno casi todo el camino, solas, en medio de la inmensa naturaleza. Después del puesto de hidratación los últimos 12 km de ripio (un falso llano), se nos hizo largo.

En ese momento algunos compañeros nos alcanzaron y nos alentaron. En el trote sentía

que recuperaba las piernas, caminaba en las subidas, trotábamos tranquilas hasta que en un segundo levantamos la cabeza y nos enfrentamos al imponente volcán El Tronador con su lengüeta del glaciar. Luego de la grata sorpresa, nos dimos cuenta lo poco que quedaba y levantamos el ritmo para volver a cruzar el arco.

Manteníamos la punta de líderes, nos señalaba la reconocida y gran atleta Cristina Carvallo profesora de Cilene. Ahí, no unimos en un abrazos y otra vez perfilamos al lago, que estaba muchísimo mas frío que el del campo 1 dado que era agua de deshielo. Ahí nos quedamos con el team de Brasil, de Núcleo Aventura. Volvimos a hacer la rutina de dejar lista la mochila y armar el colchón inflable, yo particularmente necesitaba dormir mi siesta, hacer mis estiramientos y tomar el café con leche doble en la carpa. Allí nos encontramos con Dani Simbron y Pablo Ureta ganadores de la etapa 1 y 2 ( triunfadores consecutivos del Cruce) y fue un lujo compartir momentos con ellos.

Esta vez nos costó abrir los ojos cuando el despertador sonó 3:30. La largada iba a ser más temprano que los días anteriores. Me levanté y era la única que estaba afuera de la carpa no sentía frio, era una madrugada con una luna que iluminaba todo el campo y se oía nítido el sonido del tronador que me hacía dirigir la mirada a ese

El Cerro Catedral, fue el centro de actividades del evento. La primera etapa de 25 km tuvo una altura acumulada de 1174 metros, comenzó en el Cerro Catedral, subiéndolo y terminado en el Lago Gutiérrez realizando una travesía con mucho desnivel. La segunda etapa comenzó en Los Baqueanos a la vera del Lago Gutiérrez y luego de una larga travesía bordeando el Río Manzo, pasando por el Lago Mascardi llegaron a Pampa Linda luego de recorrer 42 km con una altura acumulada de 1269 m. La última etapa se desarrolló desde Pampa Linda, ascendiendo hacia el refugio Agostino Roca y pasando a los pies del Glaciar del Tronador, bajando luego hacia Laguna Frías. Entraron a la República de Chile por el paso fronterizo Paso Pérez Rosales y reingresaron por el mismo lugar.

Cruzaron la laguna Frías en barco y realizaron 3 kilómetros finales hasta Puer to Blest donde ter minó la competencia. Esta última etapa fue de 28 km con una altura acumulada de 2307 metros.

pico blanco brillante. Me quede ahí, observando con un silencio de paz.

A las 7 am cargamos por anteúltima vez el bolso al camión y nos decidimos a esperar la largada. Estábamos con muchas más ganas de correr, y le dije a Cilene que era nuestro último día y que no quería que se terminara. Nos abrazamos fuerte con mucha emoción, me dio su mano y fuimos a la entrada en calor de 15 minutos para largar.

Nos esperaba un recorrido especial con un tramo llano al principio, luego una trepada que nos llevaría al paso de las nubes faldeando el Tronador. Luego de subir por unos kilómetros fuimos juntos con Virginia , Marce , Juan Pablo y Hugo, y unos metros atrás un equipo de damas.

Nos miramos con Cilene y pusimos un ritmo de

subida demoledor de cuádriceps y gemelos hasta que apreció una bajada hermosa en un bosque inmenso y alto. Luego, apareció una bajada vertical y ahí estaba el majestuosos glaciar con sus cascadas, imagen única. Cilene gritó:- hermosa la montaña! Y nos reímos llenas de felicidad junto con el fotógrafo Marcos que decía:-¡no se pierdan esto!, señalando la belleza del paisaje.

Bajamos a los saltos hasta encontrarnos con otro bosque hermoso con innumerables árboles y senderos escalonados con maderas que nos hacían sentir que estábamos en un cuento.

Quedaba menos para el final y llegamos al Puerto Brest. Quedaba el trámite de aduana a seis kilómetros, tres de subida y tres de bajada, para luego hacer un stop en cronometraje.

La presión en la garganta nos hacía dar cuenta de que todo llegaba al final, y mientras nos llevaban en catamarán al Puerto para terminar los tres kilómetros, esos últimos tres kilómetros, vino al pensamiento todo el tiempo de preparación, las familias que acompañaron esta experiencia inolvidable, el equipo sin el que nunca hubiéramos logrado todo lo hecho, las emociones, los miedos, el afecto a mi compañera, la naturaleza en su máximo esplendor…

Corrimos con pasión, llegamos a la meta sin poder contener las lágrimas, en una mezcla de sensaciones. Sentimos el corte de cinta en el cuerpo, sentimos los abrazos, sentimos felicidad…cumplimos un sueño: ganamos El Cruce.

4747

El reloj marca las 18.25 y una figura aparece a unos 100 metros de la llegada.

Es Elisa Forti y muy cerca su nieto Lihuel. Cruzan el arco de llegada y en medio de aplausos se funden en un conmovedor abrazo. Doña Elisa despliega un histrionismo que hasta ella misma desconocía. En rigor, los aplausos se multiplican a lo largo de los 3 km que unen el puerto con la meta. Hay corredores que la divisan y deciden terminar la carrera con ella, a su ritmo. Ella comanda un nutrido grupo de corredores que la sigue. No les importa el tiempo. Quieren ser testigos de una verdadera proeza. Un ejemplo que cautivó a todos. “Esto no me lo quiero perder.

Esto no me lo voy a perder”, lanza un participante. Y Elisa Forti continúa en compañía de su nieto Lihuel, su fiel compañero que la siguió a lo largo de una aventura de casi 100 km y dos campamentos que le dejaron grandes enseñanzas.

La emoción de Elisa es la emoción de todo El Cruce. Elisa es un símbolo de 80 años que corre a paso lento pero con la plena convicción de dar un paso y otro y otro. A ella poco le importa cuánto tiempo demora en unir cada enlace de la carrera de montaña por etapas más convocante de estas latitudes.

“En este Cruce me di cuenta que contagio pasión en las personas. Todo el mundo me apoyó y me emocionó mucho la compañía permanente que me dieron.

Fue una linda locura”, dice Elisa ni bien le cuelgan la medalla de finisher. Una medalla que tiene un peso enorme para la nona que corre. Esta vez, en su segunda participación en El Cruce, decidió correr en la modalidad Solos. Sin embargo, Lihuel Forti, su nieto de 19 años, la acompañó en cada paso. “No me tenía fe. Pensé que no llegaba. Hacerlo es un orgullo enorme. Uno conoce a su nieto, pero en estos días lo tuve mucho más cerca y lo conocí un montón a Lihuel”, cuenta mientras se funde en un conmovedor abrazo con Lihuel.

Pasan los minutos y el aplauso cerrado continúa. Se hace muy largo en la meta. Es una música que suena extraña en medio de la naturaleza, pero Elisa se lo merece por más que a ella le siga provocando cierto pudor. “El Cruce genera mucha camaradería. No sólo en mi caso que mi historia se conoció bastante por la edad que tengo. Acá todos se ayudan de una manera tan linda que conmueve”, advierte. “Ahora tengo ganas de descansar un poco para recargar energías porque me gustaría seguir corriendo. Si Dios quiere nos vemos en 2016?”, añade.

Las frases no pasan inadvertidas por nadie. La cola para sacarse una foto con la legendaria Elisa se hace cada vez más larga. Más de 30 personas esperan luego de correr 32 km. El cansancio no importa. Llevarse un retrato con la nona que corre vale es un regalo que quedará para toda la vida.

El placer de las pruebas de montaña y, principalmente El Cruce tienen permitido vivenciar cada momento de mi evolución. En mi primer año participé de la categoría Mixta y quedé en tercer lugar; en el segundo año fue el momento de crecer como atleta fue un honor

participar en la categoría Damas con mi ídola Cristina Carvalho en primer lugar. En el tercer año competí en damas también con mi amiga argentina Sofía Cantillo en segundo lugar; y este año, mi cuarto Cruce en categoría Damas con mi compañera argentina Roxana Del Cid quedamos en primer lugar!! A Paulo Quesada Pacheco con quién comparto el corazón a cada momento! Vos sos muy especial y trajiste alegría a mi vida !!

Gracias Cilene Sophia Santos por confiar y ser una gran compañera y una persona tan especial.

Gracias a las empresas que confiaron y brindaron su apoyo para cumplir este logro: Gyra.com y Vía Bariloche; Nutremax por brindarme sus productos, Olimpo Spa La Plata ( el mejor lugar para mis entrenamientos indoor), Baobab , Aldo Herbotte con su apoyo incondicional un año más, a Serie Vital , a Pedro Billordo y Sol Navarro de Harmony Place.

A mis maestros, profesores de siempre y profesionales, Santiago Achucarro, Martin Acevedo, Matías Márquez, Gisela Sangiovanni. A mis amigos y alumnos que estuvieron desde antes, durante y después, acompañándome en todos los aspectos, dándome fuerzas en especial a Silvina Adriana, Daniel , Andrea, Felipe, Claudia Cabrera , Leonel Silengo, Marcos Ferrer, por que hicieron posible este sueño que también es de ustedes!

A mi familia única, maravillosa, comprensiva, amorosa, gracias por aceptarme y acompañarme en mis sueños.

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add escaló la parte más septentrional de las famosas Cataratas Horseshoe partiendo de la base de río congelado Niágara y subió a Terrapin Point en la isla de la cabra, el bloque de tierra que separa el Horseshoe Falls y American Falls. La distancia de ascenso es de 140 metros y la ruta corre exactamente a lo largo de Estados Unidos y la

frontera canadiense, una ruta apropiada para Gadd como un ciudadano con doble nacionalidad de los dos países - nacido en Colorado y ahora mucho tiempo residente de Alberta, Canadá.

"He viajado por el mundo en busca de las escaladas más difíciles, pero las Cataratas del Niágara, uno de los monumentos más emblemáticos de mi país de origen, ha sido una misión de

vida que anteriormente nunca pensé posible", dijo Gadd. "Fue muy real en esa pared. Hay mucho que hacer. El espesor del hielo varía de una pulgada a 10 pies, por lo que cada media vuelta y agarre es diferente. Hay mucho para tener en cuenta, todo esto con más poderosa cascada del mundo que fluye por encima de mi hombro”.

El material de archivo recientemente publicado muestra a Gadd navegar a través de las plataformas de hielo, bloques de hielo de pulverización, y paredes de roca traicioneros de lograr. Transitar ésto por primera vez, es toda una hazaña. Con 150.000 toneladas de agua que fluye sobre la cresta cada minuto a una velocidad de cerca de 70 MPH, el impacto generado es equivalente a cerca de 4.000 camiones de dieciocho ruedas que golpean el suelo al mismo tiempo.

"El flujo de agua masiva sacude constantemente el suelo y hace que las plataformas de hielo y paredes a su alrededor sea inestables e impredecibles. Es un ambiente duro y un desafío intenso para estar pegado a la pared y mucho menos subirla ", remarcó Gadd.

Gadd, con esta subida histórica, se suma a una lista de logros impresionantes. Ha sido nominado como uno de los Aventureros del Año de National Geographic, ha subido derritiendo rápidamente los glaciares de hielo del Kilimanjaro y ha ganado el prestigioso concurso Ouray Ice Festival.

La 5ta edición del Osde Cruce Tandilia se corrió el 10 y el 11 de enero en las sierras de Tandil. Esta edición fue record de convocatoria llegando a los 1500 corredores que desafiaron 42 km o 21 km en dos jornadas.

En la nota, Lucas Germain nos cuenta su experiencia. l Cruce Tandilia tuvo presencia de corredores de todo el país, los más alejados viajaron desde Misiones y Ushuaia. Del exterior llegaron de Venezuela, Colombia, Brasil, Chile y hasta una atleta de Turquía. Es sorprendente cómo creció la convocatoria que pasó de 400 participantes en 2011 a 1500.

La punta tuvo muchas figuras de renombre como Daniel Simbrón y Pablo Ureta últimos ganadores del Cruce de los Andes. Esta vez, Simbrón corrió en equipo con Leandro Esconjauregui siendo el equipo más rápido en completar los 42km en 3:05:56. Por primera vez participó Diego Simón (tandilense) quien fue el puntero indiscutido de la prueba individual 42k

con 2:56:20.

También estuvieron Miguel Cayupan (ganador 2012), Matías Urrutia (ganador 2013 y 2014) esta vez en equipo con Ariel Ots, Nestor y Leo Pereyra quienes estuvieron en el podio en las 5 ediciones.

Entre las mujeres participaron Laura Gordiola (primera en Damas 42km en 3:44:07), Virginia Gálvez (Primer equipo mixto con Marcelo Perotti 3:44:56), Roxana del Cid, Virginia Olivieri y Andrea Castillo, quienes siempre están peleando la punta.

La carrera se va haciendo de una mística especial. Están los que vienen como entrenamiento previo a las carreras largas que hay de febrero hasta abril, como Cruce de los Andes, El Origen, Patagonia Run, North Face. También están los que largan esta carrera como un reto, ya que pueden hacer sus primeros 21km o 42km de trail divididos en dos etapas. Mucha gente llega emocionada a la meta. Algunos tardan más de 4hs para completar los 21km.

En un instante, los running teams se multiplicaron y en el predio de largada se vieron muchos más gazebos y banderas de los grupos de entrenamiento.

Hubo sorpresas, como un vuelo de dos aviones de acrobacia que danzaron sobre la largada dejando estelas de humo, una suelta de palomas mensajeras y hasta una propuesta de matrimonio tras cruzar el arco de llegada.

Los tandilenses se sumaron con su presencia en largada y en el circuito dándo calidez, afecto y aliento a los corredores.

Es un placer correr en Tandil, no estoy diciendo nada nuevo…Este fin de semana estuvimos participando de El Cruce Tandilia, la segunda que participamos de 5 ediciones.

Mirando el pronóstico, ya pintaba caluroso y desde los días previos nos fuimos preparando.

Descanso, alimentación adecuada y fundamentalmente cuidando la hidratación.

Por cuestiones de tiempo tuvimos que viajar sobre la fecha y acreditarnos a último momento y no pudimos aprovechar mucho la expo y las charlas que por lo que había leído, estaban muy interesantes.

Con un equipo reducido, sólo 5 para los 21km y 1 atleta de Improving en los 42 km, el sábado pasadas las 4 de la tarde realizamos una buena entrada en calor para acomodarnos con

tiempo en la largada.

El recorrido? Espectacular!!!

Aproximadamente unos 12km por los paisajes a los que Tandil ya nos tiene acostumbrados a quienes lo frecuentamos para entrenar y correr por sus sierras, pero que nunca dejan de sorprendernos. A diferencia del año pasado donde todo estaba más seco, este año había pastos más altos que cubrían algunos senderos haciendo más entretenida la carrera.

Desde la organización ya habían informado que el primer día iban a ser un poco más de 10.5 km. Fue fundamental contar con estos datos, así como conocer el recorrido y el perfil, para poder planificar una buena estrategia.

El domingo, conociendo la clasificación del día anterior, cada uno planteaba sus objetivos.

Para los nuevos, completar y disfrutar el recorrido.

Para los que ya vamos haciendo algo de experiencia, mantener puestos o incluso intentar mejorar el trabajo del día anterior.

Con la suelta de palomas, sobre las 10 de la mañana largamos, tratando de buscar un ritmo y que los de la punta no se alejen demasiado.

Imposible!!, gran nivel de corredores! Grandes atletas que van a un ritmo que dan ganas de pararse a mirarlos, a tratar de entender como hacen para correr de esa manera.

Cumplimos el objetivo luego de correr unos 10,5 km por un circuito diferente y un poco más técnico que el día anterior.

Gran cantidad de gente se acercó a acompañar a los 1500 corredores tanto en la llegada como en los diferentes puntos del

recorrido, gente que te alienta, que te saluda y te llena de energías para seguir corriendo.

Es un placer como corredor, participar en competencias donde los organizadores se preocupan para que vos disfrutes de la experiencia. Se respetan los horarios, los circuitos están bien marcados, no falta hidratación (a pesar del tremendo calor que hacía). Se nota en las caras, en el ánimo de los corredores que lo pasan bien, que disfrutan de correr por Tandil…

Sin dudas, es la carrera para arrancar el año, sin dudas es una carrera a la que siempre querés volver…

Caballeros 42 K 1° Diego Simon 2:56:20 2° Matias Javier Ingliso 3:09:10 3° Nicolas Espinosa 3:14:28 Damas 42 K 1°laura Gordiola 3:44:07 2°roxana Del Cid 3:46:20 3° Virnigia Oliveri 3:49:59 Equipos Caballeros 42 K 1° Guepardo (Daniel Simbron y Leandro Esconjauregui) 3:05:56 2° Los Rusticos (Nestor Pereyra y Leonardo Pereyra) 3:13:27 3° Kumelen Running (Matías Urrutia y Ariel Ots) 3:15:31 Equipos Mixtos 42 K 1° Correrayuda-Vg Team (Marcelo Perotti y Virginia Gálvez) 3:44:56 2° Uma Bar (juan Cesar Hernández y Leonela Rodríguez) 3:54:21 3° Añuke Mapu (Laura Lucero y Gonzalo Larrazabal) 4:03:34 Equipos Damas 42 K 1° La Leyenda Continua: (María Serino y Andrea Doblas) 4:07:52 2° Daniel Simbron Running (Lorena Lazaro y Natalia Nigro) 4:10:17 3° Simbron L Dulzuras Toma 1 (Soledad Denisio y Magalí Perdrier) 4:13:11 Caballeros 21 K 1° Fernando Sánchez Sañudo 1:39:45 2° Dario Pérez 1:41:50 3° Joaquín Clementi 1:49:26 Damas 21 K 1° Julieta Navarro 2:14:27 2° Jacqueline Castillo 2:17:15 3° Soledad Fernandez 2:19:17 Equipos Caballeros 21 K 1° Jp Outdoor: (Marcio Sordelli y Maximiliano Barrer) 1:59:39

2° Entre Sierras Running Crazy (Ivan Agustín e Ignacio Ikes) 2:00:04 3° Team Cagnoli (Luciano Pena y Ramiro Álvarez) 2:02:32 Equipos Mixtos 21 K 1° Taem Sox (Carina Mendoza y Eduardo Manrique) 1:59:09 2° Fundamentalistas del Running (Roque Pantaleone y Silvana Carcamo) 2:20:33 3° Victoria (Natalia Gil y Matías Baltazar) 2:21:40 Equipos Damas 21 K 1° I Love Runn (Sabrina Domecq y Cintia Andrade) 2:16:46 2° SS Team Girls (Valeria Vega Y Leticia Moroso) 2:22:06 3° Ic-nat (natalia Belen Y Victoria Olivetto) 2:29:46 Caballeros 10 K 1° Vicente Alberto Laguna 1:06:22 2° Juan Pablo Tricarico 1:14:28 3° Luciano Centineo 1:14:31 Damas 10 K 1° Laura Kupchik 1:06:19 2° Norita Sanchez 1:09:20 3° Maria Andrea Almada 1:11:14 Padre e Hijo 42 K 1° Iron-Max (Adrián y Camila Picco ) 4:54:02 2° Kinesioceballoscatena (Rodrigo y Valentina Ceballos) 5:00:02 3° Pumba y Timón Correrayuda (Pedro y Luciana Espetxe) 5:05:36 Padre e Hijo 21 K 1° Los Inalcanzables (Carlos y Dolores Dupleix) 3:17:22 2° Pantastack (Julia Irigoyen Y Ramiro Dunogent( 3:24:06 3° Las Innegables (Magali Battaglia y María Pettigrosso) 3:32:09

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El 'hombre de hielo' que vive del frío, erase una persona que escalaba en pantalones cortos, corría descalzo en la nieve y se bañaba en hielo im Hof es un plusmarquista mundial holandés, aventurero y temerario, comúnmente apodado “El Hombre de Hielo” por su capacidad para soportar el frío extremo. Hof tiene veinte récords mundiales, incluyendo un récord mundial de más largo baño de hielo (1 hora y 53 minutos en un baño de cubitos de hielo tapado hasta la barba).

Wim describe su capacidad de soportar temperaturas extremas de frío como ser capaz de "convertir a su propio termostato" mediante el uso de su mente.

En 2009 Hof realizó un nuevo reto, subió en febrero, el Monte Kilimanjaro de 5895 m de altura en pantalones cortos y sandalias.

Alcanzó la cima con temperaturas que rondaban los 15 grados bajo cero. Nunca antes se había visto a una persona desafiar las montaña a temperaturas de congelación sin equipo adecuado De manera similar Wim Hof intentó escalar el Monte Everest vistiendo pantalones cortos. Acerca de este muy criticado intento, Hof dijo que "el ascenso de Edmund Hillary del Monte Everest fue un testimonio de los logros humanos; mi subida al monte Everest en pantalones cortos será un monumento a la naturaleza frívola y decadente de la sociedad moderna”.

Hof hizo a una altura muy respetable de 7.400 mts, donde tuvo que abandonar su intento a la cima debido al congelamiento de pies. Parece incluso que “el hombre de hielo” no está hecho completamente de hielo.

En 2012 Hof completó una maratón de 42,195 kilómetros, por encima del círculo polar en Finlandia, en temperaturas cercanas a los -20 ° C. Vestido nada más que con pantalones cortos, Hof la terminó en 5 horas y 25 minutos. También nadó 80 mts bajo el hielo del Polo Norte estableciendo un récord mundial.

Sin duda, Wim Hof tiene un talento inusual, con el control de la mente puede regular la temperatura de su cuerpo, lo que le permite correr descalzo en la nieve, sentarse en una bañera de hielo durante casi dos horas o correr un maratón por el desierto sin beber agua. Pero es más que un simple showman supera récords. Actualmente, trabaja con científicos para demostrar que en deportes extremos (y en la vida) el control mental lo es todo. En esta entrevista nos invita a vivenciar su historia

Comencé cuando tenía 17 años. Quería investigar de forma más profunda sobre mi área de control. Un día estaba en el parque y me sentí interesado por el agua fría. Lo sentí, eso es todo.

Eso fue lo que abrió el camino.

Cambié el patrón de la respiración. En un par de meses era capaz de introducir tanto oxígeno que podía estar entre cinco y siete minutos debajo del hielo sin respirar. Aprendes a respirar de forma diferente. Es un buen sentimiento.

Siento el calor a través de la mente y la respiración. Mando a la mente a trabajar al sistema hormonal. Tan sólo con la mente (sin escalofríos ni movimiento) mis células producen un 300% más de actividad metabólica. Es decir, energía pura y dura. Esa es la única manera por la que me mantengo caliente. Es el control mental.

Hasta ahora, los científicos nos han dicho que el sistema nervioso no podía estar controlado de forma voluntaria. Mis técnicas han demostrado (con estudios científicos de por medio) que sí se puede.

Un estudio a 12 personas de mis antepasados asegura que eran capaces de producir más adrenalina tumbados en la cama que alguien haciendo un salto bungee por primera vez. Además les inyectaron una bacteria que normalmente te enferma durante cinco u ocho horas. El grupo reprimió todas las reacciones al cuarto de hora, ¡Eso es un control profundo!

Todos los amantes de la adrenalina buscan el control más profundo y nadie se para a pensar de que están haciendo registros y marcas de forma natural. No lo saben, pero están haciéndolo, controlan su mente.

Los aventureros especialistas en deportes de acción tienen mi máximo respeto porque son personas que buscan su máxima profundidad interior o espiritualidad a través de actividades extremas.

Si controlas bien, no. Si tienes el control del sistema nervioso, producirá una gran cantidad de dopamina que reducirá la sensación de dolor. El cuerpo está preparado para llegar a los extremos, pero hay que aprender a controlarlo.

Sí, una vez. Estaba corriendo descalzo en Laponia, hacía bastante frío y tuve algunos problemas de circulación sanguínea a los 18 km. de empezar. De la rodilla hacia abajo sentía la pierna como una madera, no sentía nada.

El doctor me dijo que el daño era irreparable.

Me dijo que volviera en cuatro meses. Me dieron botes de pastillas y medicamentos que tenía que mantener en seco, pero hice lo contrario. Empecé a curarme, dejé de tomarme las pastillas, menos una especie de grasa que hay en las ubres de las vacas. La usé que durante un mes y me curé. Esa fue la única vez que me he lesionado por el frío.

Pensé, he hecho frío, ¿y qué pasa con el calor?

Si eres capaz de manejar el frío, supuestamente también debes de saber gestionar el calor. Fui a Namibia y corrí una maratón sin entrenamiento previo y sin beber. El fisiólogo dijo que lo extraordinario era que mi temperatura permaneció en 37 grados.

El mejor consejo es darse una ducha fría después de una caliente. Verás y sentirás el cambio si lo haces de forma regular. Una cosa más: respirar más de lo que sientes que es necesario.

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l jueves 20 de Noviembre de 2014 a las 13:55 hs, el grupo conformado por Lucas Gómez, Guillermo Ferri y Mauro Schmiedt de la Provincia de la Pampa y Diego Cavassa de la Provincia de Mendoza lograron la Cuarta Ascensión a este cerro ubicado en el Cordón de las Delicias, el más alto de la cordillera frontal de Mendoza con 6086 metros sobre el nivel del mar. Los andinistas realizaron una nueva ruta de aproximación y a la vez una variante a la ruta de ascenso japonesa del año

1969. Ellos hicieron historia en el Andinismo Argentino.

La expedición tuvo una duración de ocho días en total, entre el 15 y 23 de noviembre.

Lograron alcanzar el punto más alto del cerro en el quinto día de esta aventura, sorprendiéndose al encontrar testimonio, banderín y piolet de la expedición del año 1984 del Club Andinista Mendoza.

El primer ascenso a esta montaña fue realizada por Mendocinos en el año 1953, luego

por una expedición japonesa en 1969 y la última, hace casi 31 años por el C.A.M. (Club Andinista Mendoza) en el Verano de 1984. (Información obtenida del sitio web Andeshandbook, donde mi amigo Pablo David González investigó para conseguir esta valiosa información).

Como se mencionó anteriormente, se utilizó

Terreno dificultoso

una ruta de aproximación totalmente nueva cruzando por el Paso del Portillo Argentino, una de las rutas sanmartinianas utilizadas en la liberación de Chile y se recorrieron más de 90 km (pocos de ellos con senderos) con mochilas pesadas de entre 20 y 27 kg, ascendiendo más de 8000 metros de desnivel positivo. "Para que tengan una idea el esfuerzo realizado es como ascender dos veces seguidas al Cerro Aconcagua”.

Esta cuarta ascensión se realizó por una zona casi inexplorada por seres humanos, ingresando por el arroyo negro. Las expediciones anteriores habían subido por el valle del Río Tunuyán, lugar por el que los Andinistas eligieron regresar.

La expedición del año 1984 tardó 16 días en completar el recorrido, mientras que ellos lo realizaron en 8 días porque debían regresar a sus respectivas tareas laborales, lo cual fue muy

agotador en lo que respecta a lo físico y psicológico. Fueron autosuficientes, en ningún momento recibieron apoyo externo.

Lo que parecía casi imposible, se consiguió.

Cuando los dolores de espalda y piernas se hacían presentes, lo que mantenía viva la esperanza de llegar fue la pasión y la motivación.

e tenido el placer de ayudar en el trabajo de estrategia de hidratación y suplementación a dos corredores de elite, Roxana del Cid y Hugo Celis, para dos grandes eventos de comienzo de este año: El Cruce Columbia y Lanín Corre.

Las carreras exigieron al máximo por sus distancias, desnivel acumulado y condiciones climáticas. Ambos corredores coincidieron en que la correcta estrategia de hidratación, alimentación y suplementación en carrera, fue el 50% de rendimiento que lograron.

Desde ahí surge esta nota con el objetivo de señalar a cada deportista la importancia esencial de conocer los beneficios de programar estas estrategias.

Es sabido que la sensación de sed no es un mecanismo de control de la hidratación, dado que el mismo sólo una señal de alerta de que ya ha ocurrido una gran pérdida de agua corporal.

Un principio biológico a considerar como regla fundamental, es que la velocidad de deshidratación es mayor que la de hidratación, por tanto al sentir sed en una carrera estaremos frente a un gran problema: ya nos encontramos con pocas probabilidades de recuperarnos adecuadamente.

El agua durante el ejercicio cumple muchas funciones: ·Regulación de la temperatura corporal ·Vehiculización de la entrega de nutrientes a las células musculares ·Eliminación de metabolitos ·Lubricación de las articulaciones Las principales pérdidas de agua durante la actividad física se producen por la sudoración, la producción de orina y la respiración, por tanto las condiciones externas pueden modificar la velocidad y es muy importante considerar la

temperatura, tanto climas muy fríos como muy cálidos, la humedad del ambiente, y las corrientes de aire, como principales factores.

Estos mecanismo están regulados por complejos sistemas glandulares y hormonales que requieren días y hasta semanas de adaptación a las condiciones externas, por tanto el cambio de clima es una variable que debemos considerar a la hora de plantear una estrategia de hidratación.

Principalmente por el sudor, además de agua se realizan pérdidas muy importantes de electrolitos (Sodio, Potasio, Magnesio y Calcio principalmente) Las bebidas para deportistas contienen una composición específica para lograr una rápida absorción de agua y electrolitos y reponer los hidratos de carbono consumidos durante la actividad para generar energía. Existen bebidas hipotónicas, isotónicas e hipertónicas.

La propiedad de osmolaridad (que podría explicarse como la capacidad de las partículas de retener el agua) es otro concepto que debemos conocer para realizar una correcta estrategia en carrera.

Algunas recomendaciones prácticas y generales Sabiendo que cada carrera y deportista deben poseer una estrategia personalizada, la cual surge de las condiciones personales y ambientales que modifican nuestras pérdidas ( edad, peso, sexo, vestimenta, temperatura, humedad, viento, etc) podríamos considerar lo siguiente como guía básica: beber 4 horas antes de la competencia, de 57 ml/kg de peso de bebida deportiva isotónica. Si no orinamos o si la orina es concentrada: agregar 3-5 ml/kg extras, 2 horas antes del entrenamiento

y/o competencia.

Inmediatamente antes de la competencia, consumir 200-400 ml de bebida con una concentración de 5-8% de HC (hipertónica por su alto contenido de azúcares).

Durante el entrenamiento y/o competencia, deberíamos consumir 1,5 - 3 ml/kg de peso cada 15 a 20 minutos, esto quiere decir en un deportista tipo de 100-200 ml de esta bebida cada 15-20 minutos durante la primera hora de ejercicio.

Luego de 2 horas de competencia, aumentar la concentración de HC de la bebida al 15-20% y consumir 100-150 ml cada 15 minutos. En los deportes que duran menos de 2 horas, pero que son de alta intensidad, se puede consumir esta bebida en los 4 tiempos finales de la competencia.

Después de la competencia, si se ha perdido más del 2% del peso corporal durante el ejercicio, se debe consumir más líquido aún cuando no se tenga sed, y agregar un poco más de sal a las comidas. Se sugiere beber 1,2 a 1,5 litros por kilo de peso perdido durante el entrenamiento o competencia.

Si hemos perdido más del 4% del peso corporal, deberemos ajustar la estrategia de carrera ya que nos encontramos con un cuadro de deshidratación muy importante.

Un esquema personalizado es la mejor forma de afrontar un desafío y prevenir situaciones que pueden dejarnos fuera de la misma.

Pedro Billordo, Médico Cardiólogo billordopedro@gmail.com

era consciente de su nivel casi 2 grados a vista superior al del segundo en el ranking subjetivo de la Antigua Sociedad Escaladora. Pero aunque los números reflejaran una diferencia abismal, ella nunca mostró señal de ego ni soberbia.

Como ejemplo, acudo a la Historia robándole una de sus memorias, para ayudarle a usted, querido lector, a hacerse una idea del perfil moral de quien hoy, me obliga a volcar en letras lo que yo he vivido tan cercano a ella.

Recuerdo la historia, y me incluyo por haber estado ahí, cuando agradeciendo con su siempre radiante sonrisa, ví estrechale la mano al jurado olímpico en ocasión de aprobarse la ley “Para abolir las Diferencias” que con su solo reglamento, eliminó el concepto de Puestos, en las competencias de las Pales en todo el mundo: Ro Juró visitar y maldecir a cada palestra que mantuviese una competencia donde hubiesen primeros, segundos y terceros, y en esa maldición incluyó el hacer retirar todo tipo de “Ojos Gordos” para el control del uso de sustancias prohibidas que hasta ese momento, era común proceder en la política oficial de las policías locales.

Hizo del abolir los puestos, una forma de vida, y se dedicó por años al activismo.

Solo necesitó dos veranos para otras disciplinas dejasen también de ser competitivas. El Handball y el Tiro con Dardos.

En el primero, logró imponer el lema “No importa que tengas que remendar la red del arco, lo importante es divertirse”, y para el

segundo, llegó al cambio completo del reglamento. _Cualquiera que lograse tirar un dardo después de diez pintas de una golden Ale Bokedari y aunque sea darle a la pared, tendría un premio...

atada a sus ojos que le impedía ver más allá del violeta traslucido de sus parpados. Sino, seguramente hubiese en poco tiempo encadenado 18 c+, cargando 20kg de lastre en la mochila¡¡¡

Ningún político, ni club, se atrevería a oponerse a ella. Nadie resistía el encanto al verla escalar.

Así que mediante Ley Nacional votada unánimemente, eliminaron la ecuación de Ganadores-Perdedores y desde ese momento, toda competencia de escalada, donde definieran puestos 1,2 y 3, serían declarada ilegal y acto siguiente e inmediato, con auxilio de la Fuerza Pública, se procedería a decomisar la totalidad de especímenes de flora no autóctona en un radio de 300 metros a la redonda del podio.

Con ese mensaje, dejó en claro que “Para ella, eran todos Números Unos”, y que premiaran a unos y a otros no, le parecía repulsivo.

No le importó las pérdidas de millones de Patacones, en ventas en todos los locales del rubro, y los más de cien locales que debieron cerrar, o fusionarse para sobrevivir.

Tampoco, que miles de competidores, al saberse No Vistos, ni poder Chapear sobre un Primer, o Segundo en la Compe....

Se retirasen del deporte, al saberse, obviamente perdedores por reglamento, y peor aún, eternos ganadores de un premio consuelo.

Ella consiguió abolir la innecesaria competencia y mucho más.

Tuvo una infancia difícil, pero logró aprobar todas las materias en la carrera de Analista de Mutaciones Genéticas, y como complemento, en las horas libres, hizo dos postgrados y asistió a cada seminario posible sobre Igualdad de Seres Vivos, donde definió su modelo de militancia política, que la llevó a la Gloria, y luego a la Locura.

Pasó sus años de oro en soledad, o esporádicamente enamorada de personajes furtivos que le ofrecían mentirosa y cobardemente sus corazones, y a los que ella retribuía con amor tan auténtico, como su mentiroso corazón le permitía aceptar el engaño.

Harta de mentiras, y desilusiones, volcó de lleno su energía a esa gran pasión, que alimentaba tanto el fibroso cuerpo como su corazón galopante. -Sin reclamos ni desalientos, sin gloria ni atardeceres tristes...

Sólo para arriba, sobre la roca.

Escalaba 16 b+ a vista, pero para igualar el Handicap, lo hacía con una venda

No fue hasta que decidió, escalar el Ulvetana, en medio del helado océano Antártico, y hasta donde sólo se accede en barco, que comenzó a percibir la diferencia en el trato.Y por primera vez, la vi preocupada y podría decir algo encolerizada.

Informe Periodístico sobre brote de Cólera sucedido en el Climb Shop del Vendimia Mall.

Según parece, por lo que logramos extraer de su diario, tendría planeado un viaje, rumbo a ese islote Antártico -Granítico, donde nadie hoy se atrevería quebrantar la “muy” democrática ley “Por una libre escalada”.

Cabe destacar que en el tiempo de gestar el proyecto, la ley vigente, todavía dejaba lugar a que algunos sintiesen la escalada como un derecho.

Harta del alcance de la ley que ella misma ayudo promulgar, planeó viajar hasta la localidad de Trango, a intentar ascender de incognito, una de las últimas paredes rocosas que aún no han sido intervenidas, ni cubiertas con asfalto.

Convencida que si llegaba a ascender esa Tapia, podría enviar un mensaje a todo el mundo, organizó todo al detalle y en silencio.

Según un extracto de su diario, hoy incautado y puesto en exhibición: “Nuestra mente o nuestro espíritu, muta según las experiencias vividas, casi siempre de a uno a la vez.. Pocas muy, pocas veces ambos mudan de disfraz al mismo tiempo, y cuando lo hacen, lo que sentimos es lo que llamamos Un Nuevo Aire.

Allá arriba, lejos del mundanal ruido, es donde escondo el biombo, detrás del que me cambio, para que el pudor de exponerme al desnudo, no me deje vulnerable.”

En la tierra del prejuicio, sólo el pasto duro crece-”.

Se autoriza a escalar solo en los lugares determinados por la Patrulla de Conciencia Ciudadana, en caracter recreativo sin exceder los limites previstos.

Toda actividad guiada es ilícita y será duramente castigada.

Ley “Para una libre escalada” 13-03-2031 Hacer caso omiso a lo que Patrulla de Conciencia Ciudadana. reglamenta es atentar contra la naturaleza educada de la sociedad, los buenos modales, y nosotros mismos...

Sólo lograremos locura si nos acercamos a la Escalada en Roca.

Frases para recordar de nuestros Democráticos Consejos Ciudadanos

Analizando, nos atrevemos a deducir, aún convencidos de no poder llegar a un resultado concluyente, que su complicada forma de pensar, algo bohemia, muy maternal, pero por sobre todo, muy analítica, durante estos últimos días, sobrecargada con listas de compras, bolsas ziplock y marcador indelebles, mientras preparaba su Illegal Expedition, jugaron un papel clave en el episodio ocurrido hace días.

Ojalá el cuerpo de peritos que ahora trabaja en la Causa Judicial, logre dar con la clave que derivó en tan grave desenlace.

Según lo visto en la video cámara de seguridad, Fue a comprar algo, y Juancito IV, de Climbers, local que otrora estuviese en Calle Espejo, la recibió con una sonrisa.

Tan pronto entró al negocio, el tátara nieto del fundador Don Juan Climber, saludó con un abrazo amistoso a la mejor escaladora del mundo, a los ojos de él y de todos los demás.

Le dio un abrazo que capturó en una Selfie GoPro 22 Green Edition, que calculamos en 72

horas lograremos editar para proyectores Holográficos como evidencia que será exhibida “Sólo en las Mejores Salas”.

Una clave de esta incógnita nos la da el momento mismo en que formula el pedido, reclamando sin mirar al vendedor. Se evidencia cara de hastío y cansancio en su expresión, algo que nos llama mucho la atención. Pareciese haber salido algo mal reflejado en su tono de voz, y el lenguaje corporal entre ambos.

El dialogo se desarrolla así: R: Trajiste el pantalón que te encargué?

J: Acá lo tenés, está buenísimo, tiene bragueta, rodillas y cinturón reforzados.

R: No tenés uno como para mí?

J: Es el único que viene, me los mandan así.

Están buenísimos¡¡¡ R: !”·$%&/()= (Sonido indescriptible)- E inmediatamente la reacción violenta.

Blum¡¡ Caplum¡¡¡, Crack¡¡¡¡ ( ruido de vidrios rotos, cámara deja de funcionar) Luego de emitir un sonido que hizo estallar la vidriera, y provocar el desmayo del dueño y 18 empleados del local. Culmina la escena, tristemente viéndose extinguir la vida de uno de nuestros históricos vendedores de indumentaria de Montaña, Espacio e Ingeniería Genética, en manos de la ahora Fugitiva R. Estamos analizando el registro de audio del Dron Personalis de nuestro difunto amigo Juan.

Las primeras líneas decodificadas, utilizando filtros supresores de alta frecuencia y anulando el natural tono agudo perforador de tímpanos del reclamo femenino, parecen decir: “Ooootra veeez¡¡¡ Cóooomo que no hay pantalones para minas¡¡¡¡¡¡” Desde ese momento, se desconoce el paradero de R.

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evin Jorgeson y Tommy Caldwell alcanzaron la cima de El Capitán en Yosemite, California después de 19 días en la montaña.

Durante siete años pensaron la hazaña. Lo planearon todo. El ascenso estuvo dividido en 32 tramos. Los más complicados estaban hasta el punto 15. Muchos habían llegado la cima de El Capitán a lo largo de la historia. Pero nadie había logrado subir los 914 metros en escalada libre.

Hasta ahora.

Durante siete años pensaron la hazaña. Lo planearon todo. Los dos hombres que durante 19 días se parecieron pequeñas moscas aferradas a una pared gigante de granito quienes con sus manos y sus pies vencieron al destino y lograron escalar la formación rocosa más difícil del mundo.

Se cumplían 456 horas desde el comienzo del ascenso a El Capitán cuando Tomy alcanzó la cima. Levantó los brazos en señal de victoria y esperó a su compañero Kevin durante los 16 minutos que tardó en reunirse con él, para ahí sí, fundirse en un abrazo histórico La travesía rumbo a la cima comenzó el 27 de diciembre de 2014, vivieron en la mismísima roca. Comieron y durmieron carpas colgantes a cientos de metros sobre el suelo y tuvieron que lidiar con dolorosos cortes en las yemas de los dedos gran parte del trayecto. Utilizaron vendajes e incluso pegamento para facilitar el proceso. En cierto punto, tenían que aplicar una crema especial en sus adoloridas manos.

El ascenso estuvo dividido en 32 tramos. Los más complicados estaban hasta el punto 15. Y desde allí se encaminaron los dos a la recta final.

Caldwell y Jorgeson recibieron ayuda de un grupo de apoyo que les llevaba alimentos y provisiones. Comían arvejas enlatadas y ocasionalmente tomaban unos tragos de whisky. Veían cómo se evaporaba su pis en el aire y disponían de bolsas en donde defecar, que luego se las daban a sus ayudantes para que se deshicieran de ellas.

Muchos habían llegado la cima de El Capitán a lo largo de la historia.

Pero nadie había logrado subir los 914 metros en escalada libre

ás de un millar de corredores se dieron cita el domingo 4 de enero, para participar de la edición aniversario del Maratón del Desierto Hi-Tec, 15 años en Pinamar.

Por primera vez con largada en Av. Bunge y el mar, con un marco de publico inédito y una jornada que se presentaba ideal, a las 8:30 horas en punto arranco la primera de todas las propuestas deportivas s abiertas que presenta Pinamar, esta temporada 2015.

Maratón del Desierto Hi-Tec. 15 años, convocó a participar en dos diferentes distancias, los 15k.Medanos, que propone desde el 2001 la aventura sin igual de correr y trepar los grandes médanos del norte de Pinamar, y la nueva 5k. Playa que invita a todos a animarse y así poder disfrutar del correr junto al mar una distancia posible y en el marco de un evento con historia.

En los primeros kilómetros los más experimentados trataban de imponer su ritmo, pero los 15k se presentaban como un nuevo desafío.

Con un primer tramo en un terreno firme que dejaba correr pero que sin dudas fue determinante más adelante en la carrera sobre los médanos, Y muchos, muchos que buscaban encontrar su ritmo, A pesar de la exigencia de tener que ir rápido, concentrado en la competencia siempre es posible disfrutar. La prueba de 5k.Playa fue por todo el frente de los balnearios de Pinamar, con su llegada en el Parador Sport Beach, anfitrión desde hace mas de 10 años ! El arco de llegada los esperaba a todos!

Con un desarrollo impecable el Maratón del Desierto Hi-Tec nuevamente fue una fiesta del deporte, brindando a todos los que se animaron a participar, tanto de los 5k.Playa como de los 15k.Medanos, una experiencia que nunca podrán olvidar. www.maratondeldesierto.com

a gente del programa "Hoy No Duermo en Casa" están orgullosos del éxito que tuvo el programa en la temporada de verano!!! La conducción y presentación del programa en manos de Gonzalito Rodríguez (periodista de CQC) que fue desde Enero a Marzo, tuvo gran repercusión en medios periodísticos. www.hoynoduermoencasa.com.ar

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La cuarta edición del Raid Columbia se llevará a cabo en Salta y Jujuy del 8 al 10 de mayo, tres etapas de trail run que sumarán 56 kilómetros aproximadamente. lega el Raid Columbia 2015. Luego de vivir una experiencia única en el 2014, transitando por la maravillosa geografía de Salta y Jujuy por caminos cargados por naturaleza y cultura. Seguimos trabajando para que el 2015 el Raid los sorprenda La ruta del Tren a las nubes, el imponente cerro de Siete Colores uniendo Tumbaya y Purmamarca y la inmensidad del desierto de sal que ofrece Salinas Grandes, serán los escenarios de 2015.

Serán tres días de recorrido uniendo Salta y Jujuy, dónde podrán participar en equipos de dos participantes e individuales.

Los invitamos a experimentar la sensación de correr en altura, a más de 3200 msnm, de conocer las comunidades, la cultura ancestral y la magia de la naturaleza que ofrece el Norte Argentino.

Luego de recorrer la ruta del Tren a la Nubes, la primera etapa del Raid Columbia 2015 culminará en el salteño Campo Quijano, un tradicional pueblo del Valle de Lerma, reconocido como "El portal de los Andes". El entorno natural que ofrece Campo Quijano, sus montañas, su cielo siempre azul, y el verde de su vegetación son de una belleza incomparable, digna de admirar y disfrutar!

El circuito de la Segunda etapa te llevará por el pueblo jujeño de Tumbaya, considerado el portón Sud de la Quebrada de Humahuaca. Tumbaya posee un maravilloso paisaje, además de contar con una rica variedad cultural, y una riqueza étnica y arquitectónica, que data desde la época Pre-colombina.

Uno de los rasgos que caracteriza a la comunidad de Tumbaya es su amable y cálida población, descendientes directos de antiguos pueblos originarios, y guardianes de su tradicional cultura ancestral. Conocer a su gente, respetarla y aprender de ellos, también forma parte de nuestra aventura!

Esta etapa culminará en Purmamarca, lugar destacado por su majestuos cerro de Siete Colores.

La aventura concluye corriendo a 3450msnm en el imponente desierto de Sal que ofrece Salinas Grandes en Jujuy.

Partirán desde la estación Chorrillos a 2121 msnm, desde allí el recorrido continúa por las vías y túneles en el Tren a las Nubes disfrutando de un paisaje único, culminando en Campo Quijano.

La segunda etapa del Raid de los Andes comienza en Tumbaya y continúa con un recorrido inmerso en el Cerro de Siete Colores y llegarán a una altura de 2820msnm.

Transitarán por uno de los desiertos de sal más imponentes del mundo. Salinas Grandes con más de 12.000 has. de sal a cielo abierto que encandilan por la vastedad infinita del color blanco.

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