Director / Propietario
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Fotografías
Marcos Ferrer
Federico Bianchini Global Newsroom Jimena Sánchez Daniel Barrabino Corina Sperperato Corina Krotter Miguel Bobzin
Ana Centoya Jean Revillard Club de Corredores Hugo Flores Xk Race Diego Cavassa
Corrección María Soledad Navarro
Agradecimientos Club de Corredores Luxor Magenta Red Bull
Foto de Tapa Sergio Llamera
Mary Anne Goossens Red Bull Santiago García Hugo Flores Sergio Novelleto Diego Cavassa
Leo Vaca Andrés Calla Marcos Ferrer Sergio Llamera Guillermo Falsarella Miguel Bobzin
Pre Impresión Fotocromos Printerra Impresión Imprenta Printerra
Revista de Aventura, Deportes Extremos, Medio Ambiente y Turismo. Registro de la propiedad Intelectual. Dirección: 65 nº 287 (1 y 115), La Plata, Bs As, Argentina. Tel:0054 (0221) 4254577 E-mail: info@andaresaventura.com.ar face: andar extremo fan page: andar extremo info Queda prohibida la reproducción no autorizada total o parcial de los textos publicados, mapas, ilustraciones y gráficos incluidos en esta edición. La Dirección de esta publicación no se hace responsable de las opiniones en los artículos firmados, los mismos son responsabilidad de sus propios autores. Las consecuencias de practicar deportes extremos pueden ser muy peligrosas. Las notas publicadas en este medio no reemplazan la debida instrucción por parte de personas idóneas. El staff de Andar Extremo colabora ad-honorem, si deseás publicar un relato o nota comunicate a nuestro mail.
orremos, nadamos, entrenamos hasta el momento en que nos sentimos cansados y pensamos en tomar agua, parar un rato, bañarnos o volver, ¿podríamos seguir?, sí, podríamos y seguramente las piernas y los brazos responderían: la cabeza suele ser más perezosa que el resto del cuerpo. ¿Cómo cruzar el umbral? ¿Cómo sobrepasar nuestros propios límites? En “Desafiar el cuerpo”, publicado el mes pasado por la editorial Aguilar, Federico Bianchini compendia historias de hombres que van más allá, que no
frenan cuando aparece dolor, que no abandonan cuando están cansados, porque como dice uno de los personajes: - “El dolor pasa, después llega la gloria”. Un libro para descubrir que la mayoría de las veces no nos detenemos por falta de entrenamiento, sino por desconfianza en nosotros mismos. Un hombre de 28 años nada en el río 88 kilómetros en 8 horas y 17 minutos. Otro, de 59, al que operaron once veces del corazón, es un adicto al deporte capaz de esquiar 15 kilómetros, correr 22, hacer 10 en kayak y pedalear otros 40 en mountain bike. Una mujer cuenta sus experiencias como nadadora sin más protección que una malla en las aguas heladas de la Antártida. Otro hombre de 36, a lo largo de una década recorrió en bicicleta casi 90.000 kilómetros a través de 70 países. Estos son los datos duros de algunas de las crónicas que componen “Desafiar al cuerpo”, historias de deportistas que exploran sus límites. Federico Bianchini, editor de la revista digital Anfibia y autor del libro, entrevistó a fondo a los protagonistas de estos textos y en varios casos, además, los acompañó para asistir de cerca a detalles y voces de sus persistencias. “Algunos de los personajes entrevistados para el libro se confiesan adictos al deporte: el placer que las endorfinas generan en el cuerpo se les vuelve necesario. Hay casos de deportis-
tas de alto rendimiento que, cuando el cuerpo no les da más, terminan drogándose para poder recuperar esas sensaciones. Creo que (sin llegar a tanto), en general nuestras vidas suelen ser bastante rutinarias y este tipo de desafíos (como en un plano más detenido, quizás, el que permite la literatura) nos ayudan a escapar de la aburrida sucesión de los días”, dice Bianchini.
Me llamo Damián Blaum. Tengo 28 años y descalzo mido 1,76. Desnudo peso 70 kgs, y por así decirlo ahora estoy desnudo, acostado boca arriba, hablándole a la oscuridad en esta pieza de hotel. Un viejo maestro, Claudio Plit, que fue cuatro veces campeón del mundo, siempre decía que si la noche antes de una carrera uno logra mantener el cuerpo en posición horizontal y los ojos cerrados durante más de cuatro horas, tiene que estar agradecido. Pero miro el reloj, son las cinco menos cuarto de la madrugada, sólo dormí dos horas y a las siete menos diez tengo que levantarme. En un rato arranca la carrera. Muchas veces sueño con que llego primero a la meta. Otras tantas, con que me quedo dormido y
me pierdo la largada. Ahora trato de no pensar. Intento no volverme loco. No es fácil. La semana pasada nadé desde Santa Fe a Coronda, 57 kilómetros. Nadé sin parar durante siete horas y el cuerpo lo siente. Ayer llovió. Hoy el río está muy alto. A pesar de lo contradictorio que puede sonar el calificativo para una carrera de 88 kilómetros, va a ser una carrera rápida. Habrá que esperar y ver qué pasa, arrancar tranquilo, percibir cómo se van dando las cosas, acomodarse y, recién ahí, pensar en atacar. Quizás llueva. Hace unas horas, en la charla técnica el prefecto dijo que si hay tormenta y mucho viento la carrera no se hace. Espero que no se suspenda. Es dura, pero me cae bien. Vuelvo a mirar el reloj. Pienso en el tiempo que me queda para disfrutar este relajo. Trato de dormir.
Domingo 9:55 hs. El agua del Paraná está un poco mejor que la semana pasada, pero sigue caliente: 23°, 24°, y eso que todavía es temprano y el sol aún no quema. Me siento más cómodo en agua fría. Estamos todos, los 21 nadadores en una misma línea. La veo a Esther, mi novia, que también compite. Le sonrío. Espero que hoy le vaya bien. Nos avisan, vamos a largar. Explota la bomba y nadamos. El plan de carrera es estar
Federico Bianchini (Buenos Aires, 1982). Editor de la revista Anfibia, colabora en diarios y revistas de Latinoamérica y Europa. Fue redactor del diario Clarín durante cinco años. En 2010, ganó el premio Nuevas Plumas organizado por la Universidad de Guadalajara y la Escuela de Periodismo Portatil. En 2012, fue elegido por la FNPI para participar en el encuentro "Nuevos Cronistas de Indias" en México DF. En 2013, recibió el premio Don Quijote Rey de España de la Agencia EFE. Da talleres de crónica.
tranquilo, ver qué hacen los demás y, después, a medida que me sienta bien, ir incrementando el ritmo. Recorremos 40 metros en contra de la corriente hasta una boya, y luego giramos con el río a favor. En segundos, la largada, el barco donde hicimos la preparación, la gente que aplaude, desaparecen. El río está rápido en serio. Va a ser una carrera corta. Las primeras cinco horas hay que pasarlas, como sea, con el menor desgaste posible. Mantenerse relajado, divertirse dentro del primer pelotón. Salvo excepciones, las carreras se definen en los últimos minutos. Lo peor viene al final.
Una hora veinticuatro minutos. No tengo ojos. Cuando estoy en el agua, mis córneas son las de Gustavo Langone, mi guía, que va en un
bote ahora a mi derecha. Igual veo, sé dónde está el alemán, detrás de mí el italiano y el esloveno, la costa santafesina, la entrerriana, lo que falta para Brugo, pero es él quien maneja la carrera y quien decide, desde ahí arriba, hacia qué dirección tengo que ir. Además de gritar (y me grita bastante) Gustavo, o Guga como le digo, tiene una especie de pizarrón donde anota cosas que yo leo sin detenerme. Son letras que quizás alguien sin experiencia no podría descifrar de un vistazo. Pero el hombre es un bicho de costumbre y yo al agua, estoy digamos que acostumbrado. Hice esta carrera unas cinco veces.Y antes, años atrás, por el campeonato nacional, nadé el último tramo otras siete. Conozco el terreno. Freno a tomar agua. Grito:– ¿Voy por acá? –, y señalo hacia adelante. Guga me responde callado, con una sucesión de carteles. Escribe, me muestra, borra con un trapo
y vuelve a escribir. “Confiá en vos”.Y “Confiá en mí. Estás entrenado para nadar fuerte. No para hacerle la carrera a los otros”. Sigo. Brazadas y patadas. Tac, tac, tac, tac.
Van dos horas treinta y seis minutos de carrera. Lo sé por mi plan de hidratación. Cada doce minutos, Guga me da para tomar un carbohidrato puro que compramos en Alemania. Cada hora, tomo el carbohidrato mezclado con un gel que tiene cafeína. El gusto y la consistencia cambian y yo me doy cuenta de que pasaron otros 60 minutos. Precisión. A las dos horas doce minutos, cuatro horas doce minutos, seis horas doce minutos como además, un pedazo de banana. Comer sirve para orientarme temporalmente. A las dos horas treinta y seis, cuatro horas
treinta y seis, y seis horas treinta y seis, tomo ibuprofeno. Por reglamento el nadador no puede tocar al bote ni a su guía. Para evitar sospechas, me acerco, abro la boca y Gustavo, como si alimentara una orca, trata de encestarme en la garganta. Pasamos Brugo, hay que cambiar de orilla. Nado por el medio del río. El alemán y los dos italianos prefieren ir más cerca de la costa. Estoy primero. La jugada viene bien pero en un momento, al cruzarse de margen ellos agarran una corriente y aparecen cien metros delante de mí. Mierda. Tengo que desgastarme para ir a alcanzarlos. Ellos trabajan juntos, yo vengo solo. Es como en el ciclismo, siempre es preferible pertenecer al pelotón. Acelero y llego, pero cansa y ahora tengo que recuperar. El río está sembrado de camalotes.
Somos cinco en el primer pelotón. Yo, el
alemán Studzinski, los italianos Valenti y Volpini y el esloveno Rok, en ese orden. Me siento bien. Voy a probarlos. Meto cambios de ritmo, piques cortos. Dos o tres minutos fuertes, les sacó quince metros y relajo. Cuando se me acercan, dos o tres minutos fuertes, les sacó diez metros, relajo. Si les jugás a nadar tranquilo algunos se agrandan, piensan que mandan ellos. Se equivocan. Cartel: “creo que el cambio les está rompiendo las bolas. No les va a ser fácil.” Ahora, en el primer pelotón, sólo somos cuatro. Rok, el esloveno, quedó atrás. Mientras nado, meo. No necesito frenar.
Pasamos Villa Urquiza. Voy segundo. En la ribera, gente que aplaude. Faltan veintidós kilómetros, dos horas de carrera. Cruzamos el río, desde la costa entrerriana a la santafesina. Los tríceps y las piernas se me empiezan a acalambrar. El cuerpo grita. Mientras tomo la
bebida, dos segundos, trato de patear un poco de pecho (como las ranas) porque los músculos me duelen todos. Los que usé, mucho. En los otros tengo una sensación extraña, no es dolor, no es cansancio. Es una especie de entumecimiento, los dedos acalambrados. Trato de estirarlos, de hacerlos sentir vivos. El cuerpo pregunta qué carajo pasa; el estómago se desconcierta: ¡Bebida, bebida, bebida, Coca Cola, banana, ibuprofeno! Se preocupa, pasa a ser un estómago angustiado y quejoso:- ¡Qué me están dando hijos de puta, me va a agarrar una úlcera enorme! El alemán está 80 metros delante de mí. No lo puedo seguir. Los hombros. Hay viento y muchas olas. Atrás tengo a los italianos, Valenti y Volpini. Me pregunto si estarán trabajando juntos para alcanzarme. La semana pasada salí cuarto en Santa Fe. No puedo salir cuarto de vuelta. Los hombros. No trabajé tanto para salir cuarto. Tengo que seguir a Studzinski. Guga me grita que no baje los brazos:- “¡El otro está tan cansado como vos, seguí, seguí, seguí, huevo, seguí, seguí!”, me dice. Puteo. Nadamos seis horas y media, esto parecía una pileta y ahora, en el momento más importante, empieza a haber olas. Quién mierda me mandó a hacer esto. Cartel: “No te entregués”. Los tanos siguen luchando. Están atrás. Puedo. Los hombros. Le pido a Guga que me dé algo que me levante, que me saque de este pozo en el medio del río: carbohidrato, potasio, magnesio. Si a mí me duele, a ellos, a todos ellos, debe estar doliéndoles el doble o el triple o más. Sé cuán entrenado estoy. Lunes, martes, jueves y viernes, a la mañana y a la tarde: cinco horas por día en el agua, una de gimnasio. Puedo. Nado en aguas abiertas desde los seis años. Puedo. Me gusta, es mi trabajo y, como otros llenan planillas sentados detrás de un escritorio, me gano la vida con esto. Los hombros. Siento que estoy nadando dentro de una armadura. Me duelen los hombros. Sin embargo lo tengo claro, el dolor pasa. Pasa y después viene la gloria. No voy a sentirme bien, pero dentro del cansancio, voy a acostumbrarme. Si lo supero, voy a estar más fuerte. Y puedo
María Inés Mato nada en aguas heladas y nadó en la Antártida sin más cobertura que una gorra, antiparras y traje de baño.
Cristian Gorbea se encontraba corriendo una carrera en el Cerro Champaquí (en Córdoba) y de repente trastabilló y cayó en una cornisa de un metro por tres metros, quedando atrapado 42 horas. Pablo García agarró una bicicleta y los últimos nueve años no hizo más que pedalear, pedalear y pedalear. Recorrió 90.000 kilómetros en 70 países.
superarlo. De a poco, el bajón se va. Duele todo, pero me siento bien, y sigo.
El sol me da de frente. Sólo veo sombras y, a lo lejos, los edificios de Paraná. Más cerca, botes. Botes con gente que me grita que siga, que falta poco, que ya lo alcanzo. En otros lugares del mundo, corro más tranquilo. Acá en la Argentina, durante las tres semanas previas a la carrera sólo escucho: “¡Vamos que el domingo hay que ganar!, ¡Vamos que el domingo es tuya, campeón!”. Aliento, que indirectamente te presiona. Ayuda, aunque es más difícil. A Studzinski no lo veo pero Guga está desesperado mirando adelante y grita:- “dale, boludo, seguí que lo tenés.” Y si Guga está así, lo conozco, falta poco para alcanzarlo. La gente está eufórica. Gritan todos. Hay un bote, a la izquierda con unos flacos que tocan bombos. Guga escribe en el cartel: “Apretá los dientes y buscá.” Si uno nadara bien, las piernas no se tocarían. Pero después de horas, cansancio, olas, ya no responden como uno quisiera y chocan entre ellas. Igual que los brazos. La cara contra el cuello. Me afeité al ras pero la barba, que no se ve pero existe, raspa contínua y lastima.
Daniel Feraud tiene nueve stents, varios infartos, once operaciones de corazón y corrió un tetratlón (esquió 15 kilómetros, corrió 22, hizo 10 en kayak y 40 en mountan bike).
Freno a tomar la bebida y una mujer, desde una lancha larga un grito desgarrador: -“, ¡Vaaaaaaamos Damiaaaaaán!”, como si su vida dependiese de esto. Tiro el vaso hacia atrás, queda flotando, solo, en el medio del río, meto la cabeza bajo el agua y arranco. Saco fuerzas de donde no tengo y trato de llegar. Lo veo a Studzinski quieto y con cara de dolor: el hombro no le da más. Adelante, la meta. Al verme, acelera. Nos cuesta. Seguimos juntos hasta el andarivel. Sólo faltan unos metros. No pienso en nada. Tampoco entiendo. Después de ocho horas, quién puede entender. La placa. Escucho a la gente, los gritos, el aguante, y quiero llegar a la placa. Y muevo los brazos, falta poco, las piernas, y Studzinski va quedando unos metros atrás, toco la placa. Me paro, llegué, gané, lo hice, siento un calor que me sube desde el estómago y vomito con fuerza. Estoy sentado en un banco de la carpa de rehabilitación con mi abuelo al lado, intentando bajar las pulsaciones. El primer pensamiento que te pasa por la cabeza después de tocar la meta es: no vuelvo nunca más. El río, a veces, es cruel. De Villa Urquiza hasta acá, nos trató mal. Apenas llegué, algunos periodistas me preguntaron cómo
estaba. Cuando les dije que mareado, muy dolorido (realmente me siento mal), algunos se sorprendieron. No deberían, aunque sé que, sin haberlo vivido, es imposible entender cómo se siente uno después de nadar durante más de ocho horas. Quizás, se me ocurre, para que entendieran habría servido la frase que le dije a mi abuelo en la llegada, cuando lo abracé después de tocar la placa y de que entre tres o cuatro tipos me sostuvieran, no podía mantenerme en pie, no podía parar de vomitar, estaba extenuado:- “Las mil putas que los parió, me duele todo el cuerpo”, le dije.
Boca arriba en la cama del hotel, las piernas y los brazos flojos, el aire acondicionado a full. Ya está. Ya pasó, pero son las tres de la mañana y todavía tengo los ojos abiertos. El éxito es efímero: la premiación, las repercusiones en los diarios, el reconocimiento, las felicitaciones, los abrazos; que la gente te quiera sacar fotos no es poca cosa en un país tan futbolero. Pero no hay que flotar. En un abrir y cerrar de ojos, te golpeás contra la pared y así como te fue bien, te puede ir como el culo. Me cuesta dormirme. El cuerpo sigue en el río. Todavía está ahí. Los hombros, la piel, los músculos, las piernas, el cuello, los brazos. Duelen.
El deporte llevado al extremo: 10 historias de personas que desafían el umbral del dolor, superando las trabas de la mente para que el cuerpo se imponga. Un libro sobre el cuerpo del siglo XXI y sobre nuestros propios límites. Editorial Aguilar .160 páginas, encuadernación rústica, 2015.
a holandesa Mary Anne Goossens pasó dieciocho días entre unas cascadas del nacimiento del río Chillar, en Nerja, en una hondonada que se convirtió para ella en un callejón sin salida. Se fabricó un lecho de esparto y rellenó sus ropas con las matas que pudo arrancar del terreno para abrigarse del frío. El agua del río le permitió sobrevivir. La suerte quiso que unos senderistas la encontraran, más de dos semanas después de su desaparición, en un camino por la zona más alta del río, a doscientos metros de su nacimiento en un paraje de extraordinaria belleza pero de muy difícil acceso.
Mary Anne llegó a Málaga un 16 de junio para pasar unas vacaciones. Reservó una semana en el hotel Bajamar, en Nerja, pero sólo pasó allí la primera noche. El resto estuvo durmiendo al raso, sin comer y bebiendo agua del río, a más de veinte kilómetros en línea recta, y a unas doce horas andando desde donde salió para hacer la ruta del río Chillar. Salió con la intención de llegar a Frigiliana, debajo del viaducto, donde el río Chíllar se divide en dos, y tomó el rumbo que creyó que la llevaría a esa localidad. Cuando comenzó a oscurecer pensó que le quedaba poco, pero no llegó. Durante su aventura por las montañas axárquicas incluso divisó el mar y pensó en bajar, pero se encontró con un sitio abrupto y se dio cuenta que estaba atrapada. Cada vez se sentía más débil, así que optó por tratar de sobrevivir bebiendo agua que encontraba cerca y procurando no romperse ningún hueso. Con un espejo y un silbato, de vez en cuando daba señales para intentar que alguien la encontrara. Los hijos contaron que durante los días que pasó en la montaña, su mayor temor era toparse con una serpiente. “Llegar allí es un infierno”, resumió uno de los miembros del operativo de rescate, capitaneado por los especialistas del Equipo de Rescate e Intervención en Montaña (EREIM) de la Guardia Civil. Tres agentes de esta unidad de élite la sacaron del pozo donde había quedado atrapada. Estaba desnutrida, mareada y con quemaduras en la piel provocadas por el sol. Estaba consciente, y viva. “Nos dijo que quería conocer el río, pero llegó un momento en que quedó enriscada, lo que quiere decir que estaba atrapada entre dos cascadas, sin poder subir ni bajar”, relató uno de los especialistas, quien destacó la fortaleza de esta mujer holandesa de 48 años, de 1,65 metros de estatura, pelo corto, y bibliotecaria de profesión en la ciudad de Stramproy. Durante esos dieciocho días que permaneció perdida en la sierra, gritó sin parar por si alguien la oía, y utilizó un silbato. A las ocho de la noche casi ya oscureciendo de un afortunado martes, tres senderistas malagueños oyeron su petición de auxilio y, horas más tarde, cuando tuvieron cobertura en sus móviles, avisaron a los servicios de emergencias.
Los que conocen la zona donde fue rescatada esta turista holandesa aún no dan crédito a cómo ha sido capaz de sobrevivir tanto tiempo sin comida, bebiendo agua del río. :-“Ha sido una auténtica casualidad. Todas las batidas de rastreo se habían hecho siempre por debajo de la presa del río Chillar, que es la zona más frecuentada, ya que a partir de ahí el río se estrecha mucho y es muy difícil seguir”, explicó un voluntario de Protección Civil que colaboró en el operativo de rescate, en el que también participaron agentes de las policías locales de Frigiliana y Nerja, así como efectivos del Consorcio Provincial de Bomberos (CPB) y de los diferentes puestos de la Guardia Civil. Los excursionistas que la encontraron con vida el martes le dieron un saco de dormir y una manta térmica, así como algo de comida. Dado que en la zona donde se encontraban, a unos doscientos metros del nacimiento del río Chillar lo que supone más de veinte kilómetros desde el núcleo urbano de Nerja-, no había cobertura para dar aviso desde el móvil, los tres jóvenes iniciaron el descenso hasta la zona conocida como Cortijo del Imán. Desde allí, realizaron
varias llamadas de socorro, las primeras en la misma noche del martes sin conseguir contactar con el 112 por lo que al oscurecer decidieron echarse a dormir. Así, la llamada definitiva se registró a las 7.30 horas del miércoles, e inmediatamente después se puso en marcha el operativo de rescate. El helicóptero de la Guardia Civil hizo una primera parada técnica en la plaza de las Tres Culturas de Frigiliana, para desde ahí alcanzar la zona donde se encontraba Mary Anne Goossens.
Tras sobrevolar el río, localizaron a la turista junto a uno de los pozos del nacimiento, atrapada entre dos cascadas. Los agentes buscaron el mejor camino para bajar a la hondonada. Iban cargados con la camilla y con todo el equipo por lo que tardaron unos 25 minutos. Desde ahí, y con mucha dificultad, treparon hasta la posición en que se encontraba Mary Anne. Finalmente, la mujer fue rescatada con la ayuda de cuerdas hasta una zona elevada donde el helicóptero la evacuó. Luego contó a los agentes que se quedó bloqueada, que no era capaz de bajar ni de subir el río, y que prefirió esperar a que la localizaran porque estaba muy cansada.
Rápidamente, fue trasladada hasta el hospital comarcal. El helicóptero aterrizó junto al parking del Centro Comercial El Ingenio, donde fue traslada a Urgencias. Allí comió, se le hicieron pruebas médicas y se certificó que, salvo algunas quemaduras y heridas leves, estaba en perfecto estado y podía recibir el alta médica. Un auténtico milagro.
No solía hacer mucho senderismo, sólo daba paseos por su pueblo en Holanda. Mary Anne ha mordido madera, ha comido algunas hierbas e incluso ha saciado su hambre pensando en cómo preparar algunas comidas. :-"Con eso tenía la sensación de que había comido". Incluso contempló la idea de ingerir hormigas, aunque no llegó a eso. Mojaba la camiseta durante el día para estar fresca, pero siempre procuraba que estuviera seca para cuando llegara la noche. Entonces, se hacía una cama con ramitas, se colocaba hierbas en la ropa para protegerse del frío y se metía debajo de una roca un poco inclinada para guarecerse del frío. Durante los días que estuvo atrapada junto al río Chillar para mantener ocupada su mente pensaba en la forma en que celebraría su 50 cumpleaños, en:-"cómo iba a ser la fiesta, la comida y a quién iba a invitar". "Ha estado mirando sólo hacia el futuro", apuntó su hija Por su parte Antonio Díaz, portavoz de la familia, explicó a los periodistas que Mary Anne ha sobrevivido con agua,-“algo muy extraño y muy duro”, y que se tapaba con hierbas que se metía en la ropa durante las noches para protegerse del frío.
uede que el Solar Impulse 2 sea una de las máquinas más increíbles jamás creadas en el mundo: un avión construido para volar alrededor del mundo impulsado sólo por la fuerza del sol. El avión empezó su viaje en marzo en Abu Dabi dirigido por dos pilotos suizos, André Borschberg y Bertrand Piccard. La nave aterrizó sana y salva en Hawai el 4 de julio tras volar sin escalas durante 118 horas mientras cruzaba el Océano Pacífico. Contando este vuelo, el avión ha batido un puñado de
récords en una demostración sin precedentes del potencial de las energías renovables. El vuelo de Borschberg de 8,266 km y realizado en solitario ha sido a los mandos de una nave equipada con 17.000 células solares. Esta etapa ha sido la más larga y difícil de las que se han completado hasta ahora, en una vuelta al mundo que empezó y acabará en Abu Dabi. Nunca antes un avión propulsado por energía renovable había cruzado sin escalas el océano más grande del planeta. Tampoco había volado una máquina de estas características
durante cinco días y cinco noches consecutivas. Por si fuera poco, nunca un piloto había estado tanto tiempo en solitario a los mandos de una aeronave. Borschberg tenía planeado echar ligeras cabeceadas de entre 10 y 20 minutos varias veces al día para descansar, pero al final ni siquiera ha llegado a esos extremos por culpa de las turbulencias del trayecto. El Solar Impulse 2 tiene la envergadura de un avión 747 pero pesa poco más que un coche familiar, por lo que puede volar a velocidades de entre 50 y 100 kilómetros por hora de media, tanto sobre tierra como sobre mar. "Durante la cuarta jornada me sentí bastante cansado, ya que había volado el equivalente a subir y bajar del Everest unas cuatro veces. Mi cuerpo notaba los duros efectos de necesitar constantemente el tanque de oxígeno", ha comentado Borschberg sobre la parte más difícil de esta travesía. Al pisar tierra, el piloto fue recibido por una comitiva que incluía un grupo de chicas hawaianas bailando la tradicional danza hula, mientras le regalaban al austríaco coronas de flores. Borschberg, quien ha afirmado tener ganas de comerse un buen churrasco en Honolulú tras cinco largos días enclaustrado en el pequeño habitáculo del avión, ha comentado que el Solar Impulse 2 ha seguido sin necesitar ni una gota de combustible fósil y que la máquina que él y el cofundador de este proyecto, Bertrand Piccard, han creado ha funcionado sin mayores problemas. Borschberg, de 62 años y aventurero de profesión, ha relatado que se ha encontrado con turbulencias más fuertes de lo esperado y que para conservar energía se ha visto obligado a volar a menor velocidad. Piccard será quien se ponga a los mandos del avión, desde Honolulu hasta la ciudad de Phoenix.
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La nave, que forma parte de la campaña para promover la energía renovable “Future is Clean”, despegó el 29 de junio desde Japón y ha tomado tierra en el aeropuerto de Kalaeloa, en Hawai. Los primeros días de junio, cuando estaba programado el primer intento de travesía del Océano Pacífico, el piloto se vio forzado a aterrizar de emergencia en Nagoya, tras haber despegado desde la ciudad china de Nanjing, por culpa de la climatología adversa en alta mar. Las 40 horas de vuelo desde China hasta Japón marcaron un hito histórico, ya que ningún avión impulsado por energías renovables había estado en el aire tanto tiempo. La vuelta al mundo del Solar Impulse 2 empezó el pasado mes de marzo, en Abu Dabi y tras 25 días totales de vuelo y 13 etapas, acabará en la ciudad árabe.
El clima desempeña un papel de diferentes formas. Tenemos que evitar las turbulencias, vientos fuertes y las columnas térmicas contundentes. Desde el momento en el que se necesita energía solar para cargar el avión, también tienes que estar al sol tanto tiempo como sea posible. De vez en cuando volaremos en algún otro sitio.
Pues no lo es. El avión sólo alcanza los 72 km/h. Puedes escoger entre duración y velocidad, y nosotros escogimos duración. Con
buen clima, el avión puede estar volando eternamente. Subes hasta los 8.500 ms cada noche.
La altura es una forma de ahorrar energía. Subir hasta los 8500 ms nos permite gastar menos batería. Hace que aumente la probabilidad de que aún estemos en el aire cuando amanezca la mañana siguiente.
Es un buen asiento de Clase Business, ¡puedes llegar a tumbarte del todo! Además, es extremadamente suave.
Dormir es una buena forma de descansar, pero sólo puedes hacerlo durante 20 minutos seguidos. Utilizo otras técnicas como el yoga, la meditación o las técnicas de respiración. Son muy potentes para relajar la mente y el cuerpo pero te permiten mantener la atención en la aeronave.
Durante el vuelo hay muchas cosas que hacer, no te creas que tengo mucho tiempo libre. Me comunico con tierra, miro las predicciones del tiempo y busco el mejor camino para llegar al destino.
Trabajo duro para prepararme. Hemos hecho entrenamiento de rescate para asegurarnos de que podemos usar los paracaídas y para evadirnos de los momentos difíciles. No tengo miedo, estoy emocionado. Esto te obliga a anticiparte a todo, te prepara que da gusto.
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edaleamos por una ruta que nos resulta familiar: la Ruta (provincial) 40. Según el mapa estamos casi al borde de los Esteros, pero aún no alcanzamos a ver lagunas ni regiones inundadas. Intento agudizar mis pupilas y creo ver agua a lo lejos, pero mi atención se dispersa a la velocidad de las alas de un carancho. Escucho una especie de ladrido. ¿Perros? No, es el sonido de un carpincho que sale corriendo de entre los pastizales. Tengo la sensación de que en este punto del mapa dos de nuestros sentidos van a experimentar de más: ojos y oídos en la primera fila de esta función litoral. El camino de tierra desde Mercedes no fue difícil (en modo-bici siempre hay una huella pisada y libre). El primer día hicimos 75 km gracias al soplido del viento sur y la noche nos encontró en una estancia diferente a las que estamos
acostumbrados. Sucede que en este camino hay más estancias-empresa que estancias-campo y a esto mucha gente local le duele: el trato humano fue reemplazado por el vacío de las Sociedades Anónimas. El segundo día estuvimos a punto de entrar en la estancia Rincón del Socorro (12 mil hectáreas que hoy per tenecen a The Conservation Land Trust), pero después de varias idas y vueltas, decidimos llegar sin escala a Colonia Carlos Pellegrini, el pueblo portal de los Esteros. En la entrada la protagonista es una sola: la laguna Iberá. Se muestra simple y a la vez compleja: existe en su volumen un macro ecosistema con tanta vida que cuatro días nos resultan pocos para conocerla. Cruzamos un puente “provisorio” que ya cumplió más de 10 años y sus maderas imitan los sonidos de una pianola. Así de sentido es el ritmo de Pellegrini: rostro verde de selva intensa, ojos de agua
brillante como sol de verano. Son como esos lugares-persona que te hacen sentir cómodo sin ningún vestigio de intimidad. Todas sus calles son de arena. Todas sus casitas son bajas y de barro: las que tienen ventanas grandes están abiertas al turismo, las chiquitas y rectangulares, desde donde sólo se puede asomar una cabeza, son más introspectivas. Todas sus puertas tienen la altura de los guaraníes: no llegan al metro cincuenta. Todos tienen consciencia del lugar que habitan: el humedal de agua dulce más importante de la Argentina tiene sello y orgullo correntino. El primer día paramos en el camping municipal Iberá y a la mañana siguiente nos recibieron en la Eco Posada de los Esteros.
Recuerdo cuando conocí la estepa: en su infinidad me encontré siendo un punto en el mundo. Recuerdo la montaña del norte: tan pura,
tan real en sus colores ocres, tan despiertasueños. Pero nunca estuve en la selva: no sé cuáles son sus texturas ni perfumes. Hoy tenemos cita con ella a las ocho de la noche. Encendemos nuestras linternas antes de entrar a un sendero de vegetación cerrada. Ni la luna ni las estrellas iluminan: pareciera que el cielo se apagó para que afinemos las cuerdas de nuestra percepción. Las nubes avecinan una llovizna que levanta humedad y calor de la tierra (un falso verano en pleno invierno). La espesura de la selva invade el espacio libre: todo está cubierto de ramas enredadas, troncos flacos y gordos (algunos fríos, otros tibios), hojas microscópicas y del tamaño de la oreja de un elefante. Respiro aire verde como el sonido de los zorzales cuando vuelan: misma frecuencia, misma sincronía. Hay ramas que luchan por la luz e intentan alcanzar un sol que las nutra. Desconocía que hay cactus de porte colgante: son como las
rastas de los árboles. El foco de mi linterna ilumina una flor que no esperaba ver en este mundo monocromático: hay jazmines azules del mismo color que el océano. La tierra húmeda está viva en sus sonidos y en sus pasos: el tatú negro acelera su marcha y cruza el sendero de lado a lado, el carpincho come, come y come y posa para las cámaras. Un murciélago vuela mientras el estero se despliega ante nosotros desde un mirador.
Llueve. Y en lugar de maldecir la lluvia, la veneramos: los verdes brillan aún sin sol. Hoy la caminata es tripartita: sendero de los monos, pasarela por la laguna y reserva Cambá Trapo. Volvemos al bosque cerrado, a la selva en galería. Los carayá no se ven pero se escuchan: sus aullidos se oyen en todo el centro de América del Sur. Es la especie de monos más austral del mundo y los hay negros-machos y doradoshembras.
“En esa rama, ahí arriba, hay una familia. Se sostienen con sus fuertes colas nudo. Parece que están dormidos pero nos equivocamos: uno mueve su cuerpo de cincuenta centímetros y deja ver una cría enredada en su panza. Camina, busca alimentos: hojas, flores, frutos, tallos, brotes, da igual. Nos miran: en el suelo hay nueve caras humanas observándolo todo. Seguimos su andar, pero los perdemos de vista pronto”. La pasarela de madera tiene gusto a nueva. No sé hacia dónde llega, pero es la ventana de la laguna Iberá. Está rodeada de juncos delgados y camalotes acordeón. Vemos cardenales (¡queremos ver yacarés!), vemos perdices coloradas (¡queremos ver yacarés!), vemos ciervos de los pantanos y corzuelas (o el “Bambi” del Litoral). “¡Ahí está! Quieto, duro, estacionado sobre plantas flotantes. ¿Es el overo o el negro? Es negro: su hocico es alargado y angosto y aún con la boca cerrada alcanzamos a ver sus dientes blancos filosos. Su piel oliva oscura, las escamas de su lomo y su cuerpo de dos metros y medio despierta temor, pero solo se acerca a la tierra para buscar un poco de calor y entibiar su sangre fría de reptil. Es el Señor de los Esteros”. Estamos al borde de un embalsado: son grandes masas de vegetación que flotan sobre las lagunas y que se mueven con el viento o las corrientes por no estar arraigadas en el fondo. Nos dicen que entremos, que lo pisemos. ¿Pisar qué? Debajo hay dos metros de profundidad. ¿Pisar qué? Estamos junto a cinco turistas que miran a una guía local como si ésta fuese una asesina serial. Pasamos de la tierra segura a una gelatina verde que parece un colchón de agua que da la sensación de estar pisando el suelo de un castillo inflable. Intentamos saltar pero nuestros pies están aferrados a esta isla flotante de raíces
acuáticas. “¡No se queden todos en un mismo lugar que se pueden llegar a hundir!”, nos grita A. Suficiente adrenalina por hoy, volvemos por donde entramos y vamos hacia los detalles. Caminamos por la reserva privada Cambá Trapo, a 15 km de Pellegrini. Combina tres ambientes naturales: monte chaqueño, selva misionera y espinal entrerriano. Cambá significa “morocho” en lengua guaraní.
Hoy es un día de perspectivas: a la mañana cabalgamos para ver los Esteros desde arriba con sus ñandúes y ciervos en tierra; a la tarde lo navegamos al ras del agua para ver yacarés bebés, jotes que sobrevuelan y águilas negras que se alimentan de las crías de los benteveos.
Navegamos la laguna dos veces en lancha y en canoa. Observamos, pájaros federales, la garza de los Esteros, el chajá y el infaltable yacaré negro en camino Sigue lloviendo: en estos cuatro días el cielo de Iberá se cubrió de nubes gris perla. La tierra de agua no quiso que veamos su mejor cara, pero esta primera vez ya tiene su revancha en nuestro calendario.
uando faltaban sólo dos kilómetros para terminar la Terma Adventure Race La Aurora del Palmar, los corredores dejábamos atrás las vías abandonadas y entrábamos nuevamente a los senderos. A nuestra derecha primero y a nuestra izquierda después, largas filas de naranjos acompañaban nuestro andar. No pude evitar recordar la inmortal página de Virgilio y Homero Expósito “Naranjo en flor”. Asociación libre por los naranjos, pero también por esa frase de: “Primero hay que saber sufrir, después amar,
después partir y al fin andar sin pensamiento…”. Yo venía con mi compañera María Paula Ren y pensaba en que “primero hay que saber sufrir, después correr…” porque las carreras tienen siempre una cuota de sufrimiento, y lidiar con eso es parte de nuestra vida como corredores. Quien no pueda lidiar con el sufrimiento encontrará muy pronto un límite en su vida de corredor, el estancamiento llegará pronto. En los entrenamientos y en las carreras hay que esforzarse, exigirse, desear romper las barreras. En este 2015 la Adventure Race fue
inesperadamente calurosa. El año pasado, fría y este año directamente verano. Mientras desde Buenos Aires nos hablaban de un diluvio, y los amigos que corrían los 42 Km de Rosario se enfrentaban a un calor y humedad enormes, nosotros los que corríamos los 25 Km en Entre Ríos estábamos bajo los rayos de un sol que parecía de verano. La Aurora del Palmar es la más amable de las carreras del circuito Adventure Race. No tiene grandes trepadas, ni médanos, y con prudencia es perfecta para debutar en aventura. No es que se trate de un evento sencillo pero, volviendo al comienzo, no se trata de correr carreras fáciles, se trata de correr carreras posibles.Y esta es una competencia posible para empezar. Con postas de 8 Km o pasando por primera vez a una distancia larga, el circuito es impecable para desafiar al novato sin someterlo a una experiencia límite. Quienes tengan más experiencia, claro que podrán ir rápido y desafiarse de otra manera. Se desarrolla en uno de los lugares más emblemáticos de Entre Ríos: la Reserva Natural de La Aurora del Palmar, próxima al Parque Nacional. El recorrido incluye bañados, cañadones, caminos de arena, senderos en los palmares, campo traviesa, selva. Con un poco de barro, pero no demasiado, las vías del ferrocarril y algún pequeño puente le dan un encanto extra. La temperatura era alta y hubo que hidratarse bien, no se podía ignorar el líquido en una carrera así. Los puestos de hidratación estuvieron muy bien. El agua estaba fría y había frutas, Gatorade y barras de cereal. Un premio aparte para los que
pelaron cientos de mandarinas, fruta ideal para comer e hidratarse, todo un hallazgo. Cuando las carreras son rápidas y de menos de treinta kilómetros, es una gran tentación correr sin mochila hidratadora. Yo corrí sin mochila, pero mi compañera la llevó. Ambas opciones, en este caso, eran válidas. Pero mi consejo es que todo corredor debutante debe correr con mochila sí o sí en estas carreras. A veces tres botellas en un cinturón no alcanzan y frente a la angustia de la sed, el debutante debe sentirse seguro llevando agua. Para los más experimentados, dependerá de la temperatura y la experiencia personal el elegir el uso de mochila. Si se corre en verano y la temperatura es muy alta, obviamente una mochila, aunque
sea pequeña, es imprescindible. El sol permitió que la fiesta fuera total. El sol ayuda muchísimo a que todos disfrutemos. La mencionada hidratación y la excelente atención de la gente de La Aurora del Palmar hicieron que a nadie le falte nada. La organización fue impecable, sin una sola fisura. En lo personal, mi equipo Correr Ayuda Correr para vivir, junto a mi amiga María Paula Ren, subió al podio. Cuarta carrera juntos, siempre un placer correr junto a ella. Tercer puesto en Mixtos. Cada carrera que pasa uno conoce más gente. Allí estaba Santiago Cisneros en la largada, también Carolina Rossi, Virginia Galvez, y todos los amigos del running team. Los que no corrían alentaban y otros sacaban fotos,
Caballeros 1° Diego Simón 1:52:30 2° José Félix Sánchez 1:58:21 3° Sebastián Leonardo González 2:00:48
Equipo Mixto 1°Team Sox 2:27:02 2°Simbron Team 2:37:40 3° Pipi Run 2:45:38
Damas 1° Leonela Rodríguez Zulé 2:21:01 2° Mariel Alasia 2:22:39 3° Alicia Villarruel 02:29:49
Equipos +90 años 1° Uade Gym 2:21:56 2° los matungos 2:33:58 3° Discípulos de Bertini 2:34:05
Equipo Caballeros 1° Petiso y Flaco 2:12:17 2° NRCB Running Team 2:17:29 3° Ricas Team 2:25:13
Equipo Postas Caballeros 1° Kumelen Running Team 1:55:16
Equipo Damas 1° Un fondito 3:02:22 2° Rayo de Luz 3:04:52 3° Angeles 3:05:57
Equipo Postas Damas 1° Arriba las chicas 2:44:00 Equipo Postas Mixtos 1° VO2 Max Running Team 2:10:03
como Roberto Pringles, que como si fuera fotógrafo oficial nos perseguía por todos lados para sacarnos fotos a los de Correr Ayuda, principalmente. Pero como mi grupo y mi carrera, hay muchos grupos y muchas carreras. También estuvo presente Elisa Forti, claro, que ganó en su categoría. Y como siempre, pero siempre, hay miles de historias. Cuando ya de noche volvíamos en el auto con Pedro y Luciana Espetxe y Gabriel Rositto, todavía recordando con alegría lo vivido durante el día, pudimos ver a un corredor por Dorrego y Libertador yendo en dirección hacia Alcorta. Lo reconocimos enseguida, era Toni Gutiérrez, de nuestro running team. Fue un gran momento, porque ahí iba él, ya de noche y bajo la lluvia, a hacer el entrenamiento que le tocaba hacer. Eso somos, corredores. Eso somos, enamorados del running. Hasta la próxima carrera, felicitaciones a todos los que corrieron.
uando se encara una carrera como la Max Race, la noche previa será corta y el día largo… A las 7 am en el Quilmes Way quedamos en encontrarnos todos los que íbamos a enfrentar el desafío que ya arrancaba con el viaje a la Reserva Natural “El Destino” en las inmediaciones de Magdalena, distante a unos 130 kms de la ciudad de Quilmes. Los últimos 20
kms de tierra y serruchito, nos advertían las dificultades por las que íbamos a tener que pasar los casi 50 competidores del Team Way (en adelante “Los Wayler's”) durante el transcurso de la carrera. Como no podía ser de otro modo, cuando vamos a un lugar lindo dónde los chicos pueden disfrutar de un rato al aire libre en un entorno
natural, decidimos con Carla –mi señora- llevar a nuestras hijas Mia, alias Barra y Juguito (ya entenderán el porqué de su alias) y Azul, la mayor. También se sumó mi cuñado, Emmanuel, que sería fotógrafo oficial junto a Dany Domínguez y Anita Ferro. Ya en el lugar, nos incorporamos al grupo -se entiende que nunca llegamos a las 7 am a la puerta del Way, no?
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Cross 12 K Damas 1º Del Cid Roxana 01:08:26 2º Nicoks Martín 01:13:27 3º Baldez Cecilia 01:19:44 Cross 12 K Caballeros 1º Ludueña Nicolás 00:58:20 2º Ariel Pausner Guillermo 01:01:14 3º Ludueña Germán 01:02:53 Cross 21 K Damas 1º Fernández Soledad 02:03:14 2º Turra Johana 02:03:27 3º Angeles Griselda 02:07:57 Cross 21 K Caballeros 1º Ramallo Ezequiel 01:31:21 2º Pereyra Néstor 01:32:13 3º Pereyra Leonardo 01:33:34 Combinada Damas 1º Giulani María Laura 02:43:26 2º Castaingts Melisse 02:53:02 3º Eyroa María Lorena 02:55:36 Combinada Caballeros 1º Menazzi Santiago 02:18:51 2º Zanoni Sebastian 02:19:14 3º Pozzi Pablo 02:19:18
Combinada Parejas Caballeros 1º Festa Martín y Montenegro Mario 03:16:16 Combinada Parejas Mixtos 1º Fernández Laura y Ricardo Minhot 03:07:39 2º Scarpinelli Liliana y Machado Diego 03:11:36 3º Martínez Zulma y Butti Martín 03:17:11 Tria Damas 1º Ambrosini Luciana 03:39:31 2º Caparros Laura 04:23:13 Tria Caballeros 1º Quinteiro Simón 02:55:43 2º Rodríguez Jorge 03:05:33 3º Agnone Gastón 03:09:00 Tria Parejas Caballeros 11ºSergio Novellieto y Gabriel Guaragna 03:01:13
Tria Parejas Mixtos 1º Vesprini Juan y María Bongiorno 03:07:22 2º Pablo Badenes y Vanesa Clausen 03:08:10 3º Fabián Vinci y Natalia Schiavo 03:23:48
Gacebo armado, mucha adrenalina y la particularidad de un entorno con gran número de competidores que entraban en calor, mientras la temperatura ascendía, obligada por las exigencias de un sol radiante. Las demoras típicas en el arranque no empañaron lo que sería una carrera inolvidable, por diversos motivos. En primer lugar, el grupo que se armó para ir –mix de profes y alumnos- en todo momento estuvo muy unido, divertido y solidario; después, el lugar en dónde se desarrollaría la competencia no escatimaba en variantes… costering, senderos de bosques, caminos rurales, arroyos por los que había que transitar y, sobre todo, mucho barro. También sumó la buena onda de los organizadores y las posibilidad de elegir entre distintas pruebas: 12k de sólo pata, dúa, con el agregado de 30k de bici y el tría a lo que habría que sumarle unos 5k de kayak en el río. Los que tuvimos la suerte de elegir la competencia de tría pudimos disfrutar de todas las variantes del recorrido que de entrada nos sopapeó con 12 k de pata muy intensos. Barro hasta las rodillas, zapatillas que se perdían y nunca más serían encontradas (deberían pensar en hacerlas reciclables), caminos de costa con buenas bajadas y subidas, y los velocísimos senderos de bosques marcarían el primer tramo
de competencia. Para los que continuamos, se venía un pequeño tramo de bici, aprox. 3k, que nos llevarían hasta el río en donde casi de inmediato había que trepar a los kayak's para atacar la remada en paralelo a la costa. Luego, la parte larga de bici con un buen tramo de caminos rurales y finalmente el último tramo de pata hasta la meta (fotos, medalla y beso). Como siempre, Silvia Ardiz esperando a sus Wayler's para darte un abrazo y felicitarte… un resumen de lo que se vive en cada competencia. Este tipo de carreras siempre generan una motivación especial en el Way Team. Al punto de
que hasta “los profes” también participan, lo que marca claramente lo exigente de la competencia. De a poco íbamos llegando todos con la satisfacción de haber dejado lo máximo en cada prueba. Era el momento de relajar, esperar con unos ricos mates, aunque también se veía por ahí alguna que otra cervecita hidratante y conversar acerca de las experiencias vividas. Con la caída del sol se anunciaba la entrega de premios. Como siempre el Way se llevó numerosos podios –alrededor de 13- y la satisfacción de haber pasado un día increíble entre amigos y en familia.
El tema de los sorteos merece un párrafo aparte. Había premios muy interesantes: relojes Timex, una bicicleta de MTB y un Kayak, entre otros. Nos sorprendimos gratamente cuando salió beneficiado con el kayak el novio de una compañera, Sofía Naveiras, que representa al Way; pero la sorpresa fue mayúscula cuando ella misma se hizo con el premio de la bici. Unos capos del azar!! Como siempre digo Silvia Way & sus Wayler's son gente que sabe pasarla bien. Hasta la próxima experiencia. *Danel Barrabino (alias Barra y Vino, por eso el alias de Mia, Barra y Juguito)
i relación con los perros de trineo data del año 1986 cuando pude ver los perros polares argentinos, que fueron sacados (para mi echados) de la Antártida. Ellos llegaron a Ushuaia y tuve la suerte de conocerlos en el valle de tierra mayor. En esa época tenía 21 años y pude estar con ellos sin saber que eran los últimos ejemplares. Esta raza la realizaron los veterinarios de Ejército Argentino con cruzas de nórdicos. A partir de razas de perros acostumbrados al rigor de la zona Polar Ártica y luego de 30 años de trabajo, el Ejército Argentino desarrolló una raza para trabajar en las difíciles condiciones de nuestra Antártida.
Austeros, audaces, sumamente inteligentes y de un instinto admirable, estos espléndidos animales recorrieron los hielos desde 1951 hasta que el Tratado Antártico de Protección del Medio Ambiente (TAPMA) firmado en España en 1991 tomó la decisión que debían retirarse o sacrificarse. Así es que fueron llevados principalmente a Ushuaia y a Uspallata, Mendoza. Desde ese momento quede atrapado por leer sobre expediciones a la Antártida Argentina y comencé a leer libros de expedicionarios como “Atrapados en el hielo”, expedición irlandesa de Ernest Shackleton y 27 tripulantes. También leí sobre los primeros hombres noruegos en llegar al polo sur con perros nórdicos y, la catastrófica expedición del inglés Scott quien muere en el polo sur con sus tripulantes. Desde ese momento quede fascinado con los perros nórdicos y saber más de ellos, pero lo tenía que llevar a la práctica.
En realidad me regalaron un ejemplar Siberian Husky y fue llamado Yagan, nombre aborigen de esta tierra. Con él jugábamos con mis hijos en la zona norte de Río Grande en un trineo de madera para chicos. Mis hijos varones tenían 7 y 5 años. Desde 1991 estoy criando siberianos, hace 23 años comencé con ellos en la isla de Tierra del Fuego.
En ese tiempo era empleado de un banco muy reconocido de aquí, y en mis tiempos libres me dedicaba a correr en un descampado junto a
mi Siberian Husky tirando un trineo con mis hijos arriba. Era mi pasión jugar con ellos y ver la alegría de esta bestia que gozaba correr y empujar. Vi una raza audaz, noble, y muy compañera de mi familia. Desde allí comencé a rescatar perros en Río Grande, junto a mis hijos tomábamos perros de la calle q tenían aspectos de nórdicos y en realidad eran Siberian Husky perdidos o abandonados. Algunos ejemplares eran de gente conocida y se los pedía para que tiraran de un carro con rueda (invento mío) que llevábamos a la playa y en la arena seguíamos
con juegos. En ese momento era el único que hacia ésta actividad y fui invitado a la carrera del fin del mundo que se realiza en Ushuaia, en los valles donde se encuentran los centros invernales. Desde allí, en 1998, comenzaron mis carreras en trineo. Mis siberianos eran y son tan bellos que fueron elegidos para la tapa de anuncio de la carrera, como así de una marca de comidas para perros que nunca recibí ni una bolsa.
En la actualidad tengo el criadero más grande de perros de trineo, tengo 126 perros.
La relación es muy personal y muy cercana. Al margen de que siempre tuve la jauría más grande de Sudamérica, elegí vivir con ellos en un valle mágico, alucinante, tan bello como salvaje. Turistas de todo el mundo vienen a verlos, ya que ellos son muy conocidos. La relación que me une es de
nobleza, y a la vez de descubrimiento de su potencial como líder de equipo o como perro de resistencia. La relación es muy estrecha, es de segundos, minutos y horas juntos, creo que saben también de mi pasión por ellos.
Desde las 8 de la mañana a las 6 de la tarde, es muy cerca el trato debido a su limpieza, hidratación y alimentación pero a veces se alarga. Como es una jauría grande algunos necesitan más atenciones, como también si hay hembras con crías o cachorros en crecimiento o en juegos de entrenamiento libre. Prácticamente el tiempo es todo para ellos.
Ya desde su cruza, debido a que llevo años criando, tengo una línea de perros Siberian Husky muy fuertes y nobles y también otra línea de perros denominados Alaskan husky o Alaskanos, estos en realidad son mestizos debido a que poseen sangres de perros nórdicos pero fueron cruzados con perros de caza o lebreles para lograr más velocidad en las carreras
o más atención. Ellos pueden levantar velocidades desde hasta 35 kms x hora. La edad recomendable para que un perro de carrera de trineo logre un buen rendimiento es a partir de los 2 hasta los 9 o 10 años, aunque depende de las competencias y exigencias que hayan tenido durante su desarrollo. La edad óptima donde el perro tiene una madurez mental es a los 6 años de edad, pero depende mucho de las técnicas de entrenamiento, alimentación, afecto y exigencias. En cuanto a los entrenamientos cada competidor utiliza sus criterios, en mi caso utilizó una rutina comenzando con 3 km en verano, en donde coloca 12 perros en el tiro y se hacen trayectos cortos pero rápidos, luego se van agregando de a 2 km por día. El plan que usa es de 4 días de entrenamiento por 3 días de descanso. A medida que van progresando se les va agregando más kilómetros hasta llegar a 25, tratando de hacer esta distancia en una hora. El entrenamiento prosigue cuando al caer la nieve se coloca el trineo, es donde ya el equipo desarrolla una sincronización de paso y velocidad, la cual será aplicada en la carrera. Una estrategia que utilizo es entrenar de noche debido a que los perros corren más concentrados pudiéndose lograr resultados muy significativos.
Los Siberian Husky originarios de Siberia del Norte, probablemente desciendan del lobo. Esta raza fue desarrollada por una población emparentada con los esquimales, los "Chukchis". En 1909 se introdujo en Canadá para participar en carreras, aunque el primer estándar data del año 1930, fundándose el primer club americano en 1938, siendo reconocida la raza en 1966 por la FCI (Federación Canina Internacional). En nuestro país, ingresan a la isla de Tierra del Fuego en el año 1982, adaptándose perfectamente en esta zona por su semejanza al clima original. La otra raza es el Alaskan Husky, originario de Alaska, EE.UU. Su origen se remonta a principios del siglo XX cuando los conductores de trineos de Alaska, los "Mushers": realizaron el cruzamiento de perros indios locales con perros deportivos de diversos orígenes Es uno de los perros más resistentes y con más performance del mundo, teniendo una participación de más del 90% en las competencias. El Alaskan Husky mide entre 45 y 55 cm y su peso va de 18 a 26 kg. La velocidad que llegan a alcanzar en las carreras es de 25 a 27 km/h. A pesar de ser muy costosos la mayoría de los participantes se inclinan por estos ejemplares, pues aunque es un perro más liviano y estilizado con una contextura muy atlética, desarrollan un trabajo espectacular, siendo un gran corredor y superando ampliamente al Siberian Husky por su velocidad. Esta raza ingresa a Tierra del Fuego en el año 1993 con la llegada de competidores extranjeros.
A veces los perros son el modelo. Mike Davis, un veterinario de EUA, ha estado siguiendo y estudiando los perros de Aliy Zirkle y Allen Moore, tomando muestras sanguíneas y biopsias de musculo.
Parece increíble pero la Agencia de Proyectos Avanzados de Investigación de Defensa DARPA estaba muy interesada en mejorar el rendimiento de sus soldados sobre todo en cuanto a resistencia y capacidad de recuperación y por una serie de estudios previos se dieron cuenta que en el mundo de las carreras de larga distancia para perros podrían tener la solución. Actualmente se están dedicando más de 1,5 millones de dólares a este proyecto.
Un perro de trineo bien entrenado tiene un máximo VO2, una medida para captar y usar el oxígeno de 200 (mililitros de oxigeno por kilo de peso por minuto). Lance Amstrong en¨ su mejor momento¨ daba una medida de 85 y se le consideraba un superhombre. Estos Alaskan Husky pueden mantener su VO2 al 50 % durante varios días, el equivalente a trabajar con el corazón
de Lance Amstrong en un puerto de montaña pero durante horas y horas...
Tienen varios: 1. el metabolismo de las grasas es en ellos muy eficiente. La grasa en sí produce mucha más energía, casi el doble que los hidratos de carbono. Además no genera tanto calor residual con lo cual se evita el sobrecalentamiento durante el ejercicio. Una dieta de un 60% de grasa en un humano lo mataría en poco tiempo. A ellos no. 2. el corazón aumenta sin problemas hasta el 50% después de unos pocos meses de entrenamiento constante 3. el número de mitocondrias en el músculo de las mejores líneas de perros es un 70% superior al de cualquier persona y un 50% mayor que en los animales no entrenados. 4. son tremendamente sensibles a la insulina, necesitan muy poca para mantener estables los niveles de glucosa en sangre. Esto es vital para un órgano muy importante: el cerebro. 5. reparan los tejidos dañados desde microlesiones musculares hasta úlceras gástricas a una velocidad muy superior a nosotros, aún en ambientes de estrés.
6. Son capaces de desviar el flujo sanguíneo hacia los músculos y cerebro retirándolo en gran parte del resto de vísceras. Eso es lo que nos pasa a nosotros en momentos de estrés muy intenso. La diferencia es que ellos pueden mantener esa situación durante días mientras que nosotros si la mantenemos más allá de unas pocas horas pasaríamos a necesitar hígado nuevo, riñones....
Ya se han materializado lo que llaman los ¨entregables¨ desde una flavonoide vegetal que aumenta el número de mitocondrias en el músculo llamado Quercetina, hasta un sistema de refrigeración para los soldados fabricado por Avacore.Technologies. Esto resulta muy interesante incluso para la industria farmacéutica, ya no sólo para mejorar la resistencia a la fatiga y la autoreparación, sino para entender el mecanismo de enfermedades tan frecuentes como la diabetes o las lesiones cardíacas.
Sí, es mi trabajo diario, formo equipos de 7 a 12 perros según las condiciones del suelo. Si hay mucho hielo pongo menos perros y llevo dos personas. Si hay mucha nieve pesada coloco más perros. Esto también está relacionado con el equipo que tengas además de su entrenamiento, y también influyen tus accesorios, como los arneses que se les coloca, cables super resistentes y un trineo que se aguante golpes en el hielo como derrapes. Las salidas son nuestro sustento, tenemos que trabajar organizados y logar buenos objetivos que tienen que ver con la nutrición de ellos, como así el buen trabajo en equipo para logar un atractivo para los turistas que son muchos en la época de invierno en trineo y también en verano. Soy el único que hace esta actividad debido a que mis perros nunca paran, con un carro con rueda doy un recorrido más corto para que no pierdan su estado y sus músculos estén tan bien oxigenados como elásticos. También es buena época para entrenar perros jóvenes
que no pudieron tirar trineos en invierno con turistas por estar en desarrollo de estructura ósea.
Las travesías las realizamos personales o con alguna producción de documentales. Tenemos mucho trabajo y debemos generar el sustento diario para poder sostener a todos ellos. Las travesías nocturnas son con grupos de 6 turistas y constan de un paseo nocturno sorteando dificultades en el valle. No lo hago masivo.
Formar nuevos valores perdidos respecto a la juventud y a los niños. Debido a que la vida está cada día más rápida para todos, trato de mostrar mi actividad a los jóvenes para que sean responsables con sus animales y con los animales que no son de su familia. También comparto espacio de mi tiempo con chicos especiales, y chicos con problemas sociales. Sería importante recibir apoyo de algún sector
para formar una escuela y proyectarse con los niños a que conozcan diversas actividades con perros, perros de trineos, perros guías para niños ciegos, perros rescatistas, perros de terapia. Esto lo hago con mi voluntad, y mi equipo de ayuda q tengo, no recibo nada de dinero de ningún sector y sólo genero todo esto en base a el trabajo diario que es eterno. También está en mi mente poder salir a correr una carrera afuera. La última la hice en Canadá Quebec en el año 2010 pero desde los cambios económicos de mi país se me imposibilita salir, debido a tantas trabas. Es complicado transportar una docena de perros y conseguir ayuda para dos colaboradores. Nuestros viajes al extranjero se hicieron sólo con aportes de nuestro bolsillo y a pesar de eso, en los campeonatos que participamos estuvimos en los podios en Bélgica, Canadá, Perú y Chile.
Mi criadero denominado “Siberianos de Fuego”, sólo recibe 20 bolsas de alimento a través de Nestlé Purina Propalan, pero se necesitan 65 mensuales de 21 Kg. Si deseas colaborar contáctate con nosotros. Adopta un ejemplar y lo publicamos junto a tu Facebook Apadrina un perro de Ushuaia con tu depósito en Cuenta: caja de ahorro N° 80017350, Banco Provincia, Tierra del Fuego N° de CBU
2680000611202800173504 “tu contribución es para cubrir gastos de nutrición de siberianos de fuego” Estamos ubicados en el Km. 3017 de la ruta nacional N° 3 en centro invernal “Las Cotorras”, con el nombre del criadero “Siberianos de Fuego”. A metros del cerro castor, centro de ski alpino, Ushuaia, Tierra del Fuego Argentina.
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omencé a correr por necesitaba despejarme y rápidamente este deporte me atrapó. Todos los que corremos tenemos como objetivo a muy largo plazo hacer una travesía muy exigente como un raid y te motivás viendo videos y soñando con ser protagonista algún día. Me llamo Corina y tengo 45 años. Corro hace 2 años y el último, de una manera responsable, bajo el entrenamiento 4 veces x semana de Catriel Sarry y Sergio Noveletto del team Quilmes Way. En Noviembre 2014, me llama mi hermano Damián quien también corre y me dice:“hacemos el raid salta Jujuy”,-“estás loco”, conteste, “no estoy preparada”. Pero pasaron los días y la idea no salía de la cabeza. Conociéndome sabía que no tardaría en aceptar, a pesar de las dudas y el desconocimiento a lo que me enfrentaba, así que lo llame y le dije: –vamos, corramos en equipo mixto con “Ikal” (nombre del equipo que significa espíritu). Ya nada fue igual al entrenar, leí de todo sobre respiración en altura, hidratación, alimentación, cómo mantener el pensamiento positivo, posibles lesiones y que se yo cuántas cosas más.
Lo más difícil fue contarle a Catriel y a Sergio, pensando que me sacarían volando pero nada de eso sucedió, su apoyo fue 100 x100 .Sergio fue muy clarito y me dijo: –“cuál es tu objetivo”, respondí llegar y el sumó:-” llegar y bien”. El día llegó, mayo 6, 7,8 de 2015: llegamos con un día de anticipación, fue increíble la felicidad de estar ahí en la charla técnica, en ese ambiente puro de corredores. Había de todo: corredores élite, corredores con experiencia por haberlo hecho varias veces, principiantes y por supuesto yo. Primer día estación Chorrillo –Salta –, lo inconsciente se volvió consciente. Nervios, miedo de no poder completar la travesía como quería, a buen ritmo. El llamado por parlante para reunir a los equipos mixtos en la largada me produjo taquicardia y mucha alegría y se largoooooo!!!!!! Me encomendé a los cielos y Salí “tranqui” como me habían entrenado, con mi hermano de la mano como si fuéramos chicos. Estuvimos así un par de km, cuando nos dimos cuenta nos echamos a reír muy contentos, disfrutando del paisaje, de las dificultades, de la diversión. Al momento de atravesar el túnel a oscuras cuando estábamos llegando, le dije con
euforia: –mirá, hasta ayer lo mirábamos por video y ahora lo vamos a cruzar! Y así completamos casi sin problemas 26k en 3:08hs Luego del excelente y abundante asadito nos fuimos hacia Jujuy a Tilcara a descansar, obvio no sin antes mandarle un wasap a Catriel y contarle cómo me había ido. El segundo día amanecí muy bien con las piernas liviana sin malestar con mucha energía y ahí entendí las palabras de Sergio, cuando dijo: -” llegar y bien”. Emprendimos camino hacia la altura –Purmamarca- el día más difícil, decían todos, de mucha trepada y a 2600 ms. por sobre nivel del mar. Iba a ser un desafío, salíamos según colores asignados por los tiempos de la primera etapa. Nos tocó la tercera tanda (de seis) y se inició la cuenta regresiva. Me encomendé a ese cielo maravilloso y salimos. A los pocos km ya confirmé que la carrera sería muy dura, la falta del oxígeno era una realidad y comenzamos a subir el cerro por senderos muy angosto al borde de precipicio. La prueba más difícil fue desde lo emocional. Durante los 24 km tuve muy presente a mis entrenadores con cada una de las recomendaciones hasta las más sencillas, incluso aquella
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que pocas veces les presté atención las necesité ese día. Recordar la forma en que Catriel te alienta en cada práctica, imaginar qué diría, la presencia de mi hermano diciéndome:–“querías un raid?, bueno acá está” , saber que tenía mucho que contarle a mis hijos… todo me ayudaba a seguir subiendo. El paisaje tan impresionante, tan bello y majestuoso sólo podía agradecer la experiencia, el compañerismo entre corredores desconocidos. Todo ayudaba a seguir. Luego de subir 18k, había que bajarlos y cómo!!!!! Otra vez aplicar técnica y fuerza. El agotamiento se sentía en las piernas y la meta estaba muy cerca. La emoción se sentía, había sido un día muy pero muy duro. Me ayudó a pensar lo que me diría Sergio (siempre tan estricto):–ya hiciste 22k, no podés con dos más?
Caballeros 1° Jorge Daniel García 4:23:18 2° Damian Hernán Carrizo 4:27:04 3° Domingo Patricio Lamas 4:32:42 Damas 1° Virginia Gálvez 5:19:31 2° Laura Lucero 5:23:12 3° Delfina Álvarez 5:24:17 Equipos Caballeros 1° Barbeito's 4:52:58 2° Kas 5:10:45 3° El Gordo y El Flaco 5:16:54
Llegamos de la mano con mi hermano gritando:“lo hicimoooooossss carajoooo” Nos abrazamos y las lágrimas salían solas, nos agradecimos cada minuto. Para mí el sueño se había cumplido y lo había hecho en 4:30hs Pasamos la tarde allí, disfrutamos de esa cultura tan interesante y nos volvimos a Tilcara a descansar y comprar los regalitos. Cuando cerraba ya el día pensaba una y otra vez de lo que fui capaz. Tercer día, 10k en las Salinas a 3500mts de altura, un lugar imperdible, inimaginable con la magia de la naturaleza. Se presentaron sensaciones encontradas, se estaba terminando la experiencia por un lado y por el otro el cuerpo te pedía terminarla, pero la felicidad es tan grande que no se explica con palabras. Esta vez salíamos los 1600 corredores juntos por ese
Equipos Damas 1° Simbron - Las Dulzuras Toma 2 6:08:21 2° Las Pura Sangre Fila Garmin 6:15:18 3° Yolanda Mardones Por Siempre 6:24:20 Equipos Mixtos 1° Correrayuda La Cabrita y El Gaucho 5:43:19 2° Simbrones Mix 5:49:13 3° Correrayuda Vivir Para Correr 5:51:00
lugar inmaculado de blanco a tanta altura, sinceramente no sufrí en esta etapa la presión de la altura. En la última cuenta regresiva se gritaba cada segundo como si fuera el último. Me encomendé al cielo una vez más y finalmente largamooooos!!!! A trote, porque el cuerpo tenía limites (ya había corrido 50k). Por momentos tenía la necesidad de parar e iba recordando lo que decía el profe Sergio:-“parar no sirve, si necesitás, bajá la marcha. Parar no sirve”. Y se acercaba el último km, sacamos la energía de donde no había, apuramos el trote nos tomamos de la mano como cuando salimos y a metros de la llegada agradecí a Dios por haberme demostrado de lo que fui capaz. Cruzamos el arco y el abrazo con mi hermano fue tan interminable que ya no había lágrimas, éramos pura sonrisa y fuimos a buscar la medalla como si hubiéramos hecho podio, porque para nosotros lo hicimos. Regresamos a casa con mucho cansancio y alegría, y al otro día, a recuperar al “Way”. Ahí, el placer de encontrarte con tus compañeros que valoraron lo que logré, el abrazo de mis profes y la fuerza interna de saber de lo que fui capaz de atravesar. Rápidamente me recupere y felizmente en mi primera carrera pos raid apareció mi primer podio con puesto 1. Hace dos años no pensaba en hacer mi sueño realidad, de demostrarme a los 45 años de lo que soy capaz. Crecí en lo deportivo, en lo personal y lo más importante quizás, descubrí el tiempo que uno pasa con uno mismo frente al desafío, para mí……hay un antes y después del raid.
a Pampa nos dejó mucho más de lo esperado. Era nuestra primera carrera como equipo con un objetivo muy claro: terminar la prueba y hacer el recorrido completo. Largamos sabiendo que íbamos a tener que empujar la bici de manera contínua. El terreno no presentaba gran elevación, el suelo arenoso y pesado no permitía que la bici tome velocidad, el pedaleo se tornaba un mantra por momentos. Largamos a las 14hs, con buena temperatura y algo de nubes. A los pocos kilómetros ya
entrábamos directo a caminos con arena suelta donde el terreno te mostraba rápidamente cómo había que pedalear y dominar la bici en los guadales para no tener que bajar los pies. Terminamos los primeros 50km en el Parque Luro, ahí era la transición para salir a un trekking de 40km justo con la bajada del sol. Esa primera parte, todavía con algo de luz, pasó rápido y luego había que salir del parque para buscarlos PC´s más lejanos y difíciles… La orientación en la noche podía ser muy buena o muy desmorali-
zante. Pasamos momentos de desconcierto entre brújula, mapa y palabras fuertes con Nacho Ruberto, pero la Jefa, Silvia Ardiz, nos calló y seguimos adelante. Todo eso forma parte de estas carreras tan largas. Pudimos trotar gran parte del recorrido que no presentaba dificultades para el avance. La brillante luz de la luna en ese momento, acompañaba perfecto pero ya era tarde, eran cerca de la 01:00 y quería terminarlo para llegar a los tallarines y relajar en la única hora de stop de la carrera. 02:30 terminamos el trekking. Suelo tener bajones de azúcar y ésta no fue la excepción: devoré los tallarines con un chocolate de postre, y un aislante que había ahí estirado me dió algo de comodidad. Dolor. Ya eran 03:30 había que encarar la MTB larga de 100km y un frío
Equipos Elite Mixtos 1° “Sportotal” Lucas Vallejo, Edgardo Gonzalez, Nicolás Vallejo y Mónica Ñanculef 2° “Ansilta Viento Andino” Guillermo Ramos, Pablo Scadding y Tania Díaz 3° “Uruguay Natural US” Rubén Maduré, Nicolás Alfageme, Gonzalo Smaldone y Federica Frontini Equipos Elite Caballeros 1° “Kuntur Aventura San Juan”– Mario Nievas y Alejandro Ocampo 2° “Cascos Naranjas,Bs As Provincia” Federico Pagani y Ignacion De Niro 3° “Urban Team” Ezequiel Arguello, Martín G. Cueva y Matías Prieto Cane Equipos Desafío Pro Mixtos 1° “El Rejunte” Laura Nair Lucero, Gabriel Otormin y Diego Fenochietto 2° “Quilmes Way” Sergio Novelletto, Ignacio Ruberto y Silvia Ardiz 3° “Sakai Kona Mapuche” Lucila Fomabaio, Alejandro Mograbi y Fabio Veyrand Equipos Desafío Pro Caballeros 1° “SLX Team Castelar” Andrés Giani y Franco Badaracco 2° “Team Outdoor San Martín de los Andes” Facundo Romera, Cristian Barreiro, Pablo Sequeiros y Alfredo Urán 3° “Palestra” Federico Widmer y Adrián Cantarutti 3° “Junín Toga” Anatonio Perchante y Leandro Ares
importante de -7° nos iba a acompañar. En la bici nos sentíamos bien, los tres tenemos muchos kilómetros juntos y separados, ahí estaba la confianza para meter esa etapa larga. Cerca de 11hs., orientación y puro pedal. No sé cómo en un momento amaneció, pedaleamos el salar, suelo blanco con un cielo inolvidable entre azul y naranja. Hicimos foto al cartel de PC y seguimos. Pensé:- “cuánto falta?” La respuesta: -“me encanta esto, no importa. Disfrutá”.
Ya con el sol en alto y calor empecé a cabecear por el sueño. No sé si fue Sil gritando mi nombre o el golpe en suelo lo que me despertó primero. Zafé, no pasó nada, una volada y a seguir pedaleando. El horario de corte para meter el kayak estaba cada vez más cerca y había que llegar o llegar, ahí podíamos marcar una diferencia respecto de los otros equipos. Más de 24hs de carrera, dejamos las bicis y un trekking de 7km. nos llevaba hasta la laguna
Clases individuales y Grupales Todos los Niveles Días Especiales para Principiantes
Categoría 100km 1° Lucas Gonzalez Gava 2° Daniel Zaldarriaga 3° Pablo Ferretti Categoría 100km Mixtos 1° “Siquerida” Tomás Fleming y Lorena Prone 2° “Solera Team” Pamela Fuertes y Ana Paula Venero 3° “Malamía” Monica Busiuk y Andrea Reinhardt
Quilmes
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para remar. El kayak se me complicó más de lo esperado. Nos pegamos varios palazos hasta que logramos coordinar bien y remar fuerte. Costó encontrar el PC. Remamos, seguía buscando verlo desde el bote. El sol bajaba, veía menos, también se sentía más frío, las ramas de los árboles inundados salían como brazos del agua y empeoraban la cosa. Me enojaba, pero sabía algo: teníamos que encontrarlo sí o sí, porque estaba cerca, porque lo fuimos a buscar y porque estas carreras se corren así. Cruzamos dos botes, uno de equipo mixto y otro masculino.
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Me orienté mejor y ahí estaba! Salté al agua, un rápido sello al pasaporte y a remar con lo que quede. Entre el frío y no saber si otros equipos nos habían pasado, estaba contrariado, lucha interna, una y otra palada. Bajamos del bote… Silvia helada y yo re caliente por pifiar una vez más con la brújula y el mapa. Muy relajado para el momento y seco en la orilla, Nacho nos dijo:- “tranquilos, tómense una sopa que ningún equipo bajó detrás nuestro a hacer el kayak”. Entre los tres nos dimos un abrazo para festejar y para abrigarnos.
De ahí en más, todo fue disfrute hasta la llegada. Mientras un fuego nos abrigaba en la orilla, la organización nos alcanzó las bicis, quedaba rodar 10km, algo así como un paseo final compartido con otros equipos que nos juntábamos en ese momento. El cansancio y el frío no importaban, ya estábamos segundos y nadie nos iba a pasar, quedaba llegar al arco y festejar con un abrazo después de 31hs de carrera y 225km.
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legó Enero, y al fin las vacaciones!! Como ya es nuestra costumbre, la idea era descansar conociendo algún lugar nuevo y, por supuesto, intentar una cumbre. El viernes apenas salimos del trabajo, nos subimos al auto y partimos rumbo a nuestro destino: el Cordón del Plata en Mendoza. Después de un viaje tranquilo, el sábado llegamos al estacionamiento del centro de Sky Vallecitos, donde dejamos el auto y preparamos todo para comenzar el ascenso. Ya cambiados, nos calzamos las mochilas y empezamos a subir para llegar al campamento donde pasaríamos la noche.Poco después estábamos en el campaCamino al Salto
mento “Las Veguitas” (3.247 m.s.n.m.). Las nubes no nos dejaban ver mucho pero nos sirvieron para no sufrir el calor. Aprovechamos para hidratar y descansar un rato y, como todavía había luz y nos sentíamos con energía, seguimos camino en busca del próximo campamento. Cuando todavía no había caído la tarde llegamos a “Piedra Grande” (3.571 m.s.n.m.), el cual sería nuestro primer campamento. Encontramos un lugar cómodo para poner nuestra carpa y Guille se dispuso a armarla mientras yo iba en busca de agua. Como suele suceder en este campamento, el agua más cercana estaba bastante turbia, por lo que seguí
el camino que baja hacia el campamento “Veguitas Superior” y busqué una veguita que nos permitiera hidratarnos con agua cristalina. Con todas las botellas llenas de agua y armada la carpa….a cambiarse, hidratar y comer; nada mejor que una picadita de salame y queso a esa altura!!! El domingo fue un día divino y de calor. Lo aprovechamos para descansar, hidratar, leer e intercambiar charlas con otras carpas. Por la tarde vimos unos guardaparques que estaban realizando tareas de recolección de residuos en la zona del campamento. También nos tomaron los datos ya que no nos habíamos registrado. Vale decir que no sabíamos que había que hacerlo. En tal sentido nos informaron que la registración -antes de iniciar los ascensospuede hacerse en la sede de los guardaparques (Refugio San Antonio) o en cualquiera de los otros refugios. El lunes también nos acompañó el clima así que desayunamos y empezamos a desarmar todo para comenzar nuestro ascenso hacia el campamento “El Salto” (4.283 m.s.n.m.). Luego de unas 3 horas llegamos al “Salto”, que se encontraba bastante concurrido por unas cuantas carpas y petates traídos por las mulas. Había varios grupos numerosos por lo cual hicimos bastante sociales e intercambiamos información acompañados de mates, jugos y las tortas fritas más ricas cocinadas por una señora neuquina a los 4.200 m.s.n.m. El pronóstico del clima no era muy favorable ya que venía nublado y muy ventoso y recién el viernes era un día de cumbre con “cero” viento por lo que decidimos hacer una “espera activa”, es decir: poner el despertador, ver cómo asomaba el día y ahí decidir.
Campamento El Salto
La noche del lunes dejamos todo preparado y pusimos el despertador para salir al día siguiente. El martes amanecimos con la alarma del reloj que colgaba desde el techo de la carpa. Guille se asomó para ver cómo estaba el día y… estaba nevando!! Entre las nubes que estaban bajísimas y los techos de las carpas llenos de nieve hicieron que la decisión no fuera muy difícil; volvimos a acurrucarnos en nuestras bolsas y conciliar el sueño. De a poco el día se fue componiendo y, después de aprovechar para descansar, salimos de la carpa para disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor, sociabilizar un poco, hidratar, escuchar algo de música (provista por una carpa vecina que contaba con un panel solar conectado a un equipo) y caminar por la zona en busca de señal para mandar mensajes que, con un poco de paciencia, se logró. Tras una muy buena noche repleta de estrellas, a las seis sonó de nuevo el despertador, Guille se asomó y me dijo que el día estaba divino!!!
Cumbre Vallecitos
Lomas Amarillas desde Vallecitos
El Plata, Cordón de la Jaula y Aconcagua
Cordón de laJaula, Aconcagua, Vallecitos y Lomas
Vallecitos, Rincón y Lomas
Así que a levantarse, vestirse, desayunar, chequear la mochila y empezar a subir!! Las linternas frontales ni tuvimos que utilizarlas ya que estaba amaneciendo y la visibilidad era excelente. Si bien hacia un poco de frío, una vez que pasamos el Campamento “La Hoyada”, el sol empezó a calentarnos el cuerpo. Al llegar al portezuelo Plata-Vallecitos una increíble vista inundó nuestra alma, el Cordón de la Jaula apareció frente a nosotros y nos deslumbró con su belleza y sus colores, mientras el macizo Aconcagua resaltaba con todo su esplendor. También apareció el viento que se hizo sentir e incluso por momentos, fuertes ráfagas nos obligaron a detenernos. Ya cerca de la cumbre el viento desapareció por completo y el sol hizo que rápidamente volviéramos a sentir las articulaciones. A las 11 horas llegábamos a la cumbre del Vallecitos, felices!!!. Disfrutando de tanta inmensidad y sólo nosotros dos sentados en ella… contemplando… admirando… agradecidos por poder estar ahí tan alejados de todo… donde lo único que se escuchaba era nuestra respiración. Hidratamos, comimos algo y empezamos nuestra bajada a un ritmo muy tranquilo, aprovechando para seguir
Vallecitos y Lomas
tomando fotos ya que todavía nos quedaba obtener nuestra cumbre completa… llegar al campamento sanos y salvos. En el camino nos encontramos y conversamos un buen rato con los grupos que se estaban trasladando al campamento “La Hoyada” (4.660 m.s.n.m.) para salir en busca de sus cumbres los días posteriores. Al llegar al Salto, como todavía era temprano, decidimos desarmar la carpa y emprender la bajaba. El día estaba despejado y caluroso desde el Salto hacia arriba pero más abajo las nubes lo cubrían todo. Así fue que, a pocos metros de dejar el campamento, el cielo se cerró y nos fuimos metiendo en las nubes acompañados por una persistente llovizna que hizo aparecer veguitas por todos lados. Al llegar al Campamento “Piedra Grande” fuimos en busca de algunas cosas que habíamos dejado en la carpa de un “amigo de montaña” quien nos invitó un reconfortante té. Al rato seguimos nuestro descenso y, al llegar al río notamos que estaba muy crecido… seguimos caminando buscando la mejor opción para cruzarlo ya que el agua corría realmente muy rápido. Después de un par de intentos encontramos un lugar ideal y lo pudimos cruzar
casi sin mojarnos. Cuando llegamos al “Campamento Veguitas” el lugar estaba irreconocible… todo tapado de agua y las pocas carpas que quedaban se estaban mudando… ya nos quedaba un último esfuerzo para que llegara nuestro descanso después de un largo y maravilloso día. Y si, después de una larga bajada desde la cumbre del Vallecitos llegamos al auto pero como eran las diez de la noche, en vez de subirnos y seguir viaje decidimos disfrutar un poco más de la montaña y nos fuimos al Refugio de la Universidad Nacional de Cuyo donde nos hicimos una panzada de fideos a la portuguesa con cervezas para festejar nuestra cumbre… baño y a dormir !!!! La luz entra por la ventanita del cuarto y un gato se puso a maullar en ella, haciendo que empecemos a desperezarnos y finalmente levantarnos. Desayunamos, acomodamos un poco las cosas en el auto, avisamos de nuestra llegada a los Guardaparques y al mediodía salimos para continuar nuestro viaje con destino al Valle de Uco.
ace 4 años empecé a ascender montañas debido a que siempre viví en Buenos Aires y no las conocía, hasta que un día las pude ver en un viaje que hice a Bariloche y cambió completamente el rumbo de mi vida al sentir deseo de ascenderlas. A partir de ese momento vi mi futuro en las alturas. Al regresar de ese viaje empecé a mirar fotos por internet y siempre repetía la misma frase:- “Quiero estar ahí arriba y disfrutar de ver el paisaje”. Estuve dos años de esa manera hasta recibirme de profesor de Educación Física. A los dos días me encontraba en Mendoza buscando mi felicidad, queriendo tener una vida cerca de las montañas y, cuando lo económico lo permitiera, intentar ascender todas las montañas que se pudieran e incluso mi “gran sueño”: El Aconcagua.
Tenía miedos, pero siempre estuve positivo de que las cosas se iban a dar porque tenía muchos sueños por cumplir y así se fue dando todo. Lo económico no impidió lograr sin experiencia y en solitario, la cumbre del Cerro Aconcagua a los 35 días de elegir el cambio de vida o, mejor dicho, la montaña mendocina. De esta manera empecé a cumplir mis sueños y ese “gran sueño” de estar en el cerro más elevado de América, que lo imaginaba (por lo económico) cerca de los 40 años y junto a un guía de montaña. Finalmente, se terminó cumpliendo de manera totalmente distinta. Luego tocó el turno de concretar sueños en el Cordón del Plata y de realizar ascensiones a las quebradas Vallecitos, Salto y Vacas, siendo éstas las más visitadas por los andinistas. Nunca se me hubiera ocurrido ascenderlas en solitario (lo cual no es recomendable ni lo recomiendo), pero en mi caso se dio de esta
manera por diversos motivos: debido a que no es fácil encontrar al compañero de aventura y menos que tenga la misma motivación, entrenamiento, disposición de tiempo, entre otros factores. Las primeras ascensiones en este cordón montañoso dieron comienzo en marzo del 2011 donde estuve 25 días seguidos gastando los últimos ahorros que disponía. En esta ocasión no todos los ascensos fueron en solitario debido a que en los campamentos conocí a muchas personas, pero hubo días en que los objetivos fueron sin compañía. Entre ellas el Cerro Vallecitos y el Plata, siendo este último el más alto de Cordón con 6000 msnm aproximadamente. A estos dos también los pude ascender en época invernal y en solitario, más precisamente en julio del 2013 donde encadené a ambas montañas en el día. Otros cerros de la Quebrada Vallecitos que visité en esas casi cuatro semanas fueron: C° Rincón, C° Adolfo Calle, C° Stepanek, C° del medio, Aguja CABA, C° San Bernardo, C° Mausy, Pico Parra, C° Colorado, C° Arenales y la cadenita compuesta por el C° Lomas Blancas, C° Estudiantes, C° Caúcaso y C° Iluso. Casi todos los días ascendí un cerro. Estaba motivado y aclimatado, pero el cansancio físico y psicológico se hacía presente como así también los dolores. La mayoría de veces salía hacia la cumbre al mediodía y regresaba a la carpa antes del anochecer (se suele salir bien temprano, pero esa fue mi manera de ascenderlos en ese entonces). Recuerdo que el Cerro Colorado me dio muchos dolores de cabeza al ascenderlo por una ruta que no era la normal (no la conocía en ese momento). Se trataba de un canal donde tenía que realizar escalada sin dificultad pero expuesta en algunos momentos y el descenso por un lugar diferente por equivocación (gran error) donde tuve que rezar y bajar en dos
ocasiones por paredes verticales de pocos metros, con hielo duro y sin equipo de escalada. Todavía sigo dando las gracias de que pude resolver esa dificultad que se había presentado. A los siete meses regresé a Vallecitos en busca de ascender un cerro de 5000 msnm, el Lomas Amarillas, y realizarle un 360° descendiendo por el portezuelo plata-lomas amarillas para regresar por la quebrada de La Angostura. Fue la segunda vez que lo ascendí, debido a que en los 25 días que estuve en vallecitos lo visite junto a un francés, pero en esta oportunidad fue en solitario. Una anécdota de esa expedición, fue la de estar descendiendo del portezuelo y observar a lo lejos un morro, que luego ascendí por curiosidad y al llegar a la cumbre había un hierro de varios metros y algunas personas. Entre el cansancio acumulado y la emoción de estar en una cumbre que no conocía, les dije:- “Hola. Qué cumbre es ésta?” Me respondió una persona que luego se iba a presentar como guía de montaña:“Es el Morro del Negro. De dónde venís?” Señalándole con una mano le digo:- “Desde el portezuelo Plata-Lomas Amarillas” (se veía alejado desde esa ubicación), y el guía me miró con cara de sorprendido; quizás diciéndose “ De donde salió este loco?” Ese momento es muy gracioso para mí y lo voy a recordar siempre. Mientras hidrataba e incorporaba calorías al cuerpo, observaba y sacaba fotos al Cerro Negro pensando la posible ruta a seguir para intentarla en un futuro no muy lejano. En febrero del año siguiente (2012) fui a conocer la quebrada Del Salto junto a gente de Buenos Aires. El objetivo elegido fue una montaña de más de 4000 msnm, llamado Cerro Salto. Recuerdo que el día de cumbre, estas personas salieron tarde de la carpa y el ritmo de marcha no era rápido. Iban pasando las horas de ascenso y el cansancio físico se hacía presente. Los descansos eran frecuentes y, a la vez, se
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hacían cada vez más largos. En definitiva, fui el único que terminó llegando a la cumbre. Al mes siguiente, regresé a las alturas con el objetivo de ir a los más de 5300 msnm del Cerro Negro. La ruta a seguir consistía nuevamente en ascender el Morro del Negro, pero esta vez no lo hice desde la quebrada de La Angostura sino desde un filo que nace en la zona de Piedras Blancas. El lugar elegido para acampar fue en cercanías a la cumbre de éste y desde ahí, fui en
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busca de alcanzar el punto más elevado y, como el Pico Ibañez estaba relativamente cerca, también fui a visitarlo. Recuerdo que esta ascensión se llevó a cabo con bastante viento. Una vez estando en la cima del Pico Ibañez y escribiendo el testimonio de cumbre con la mochila a pocos metros de distancia, una ráfaga de viento provocó el descenso de la misma hacia la quebrada de La Angostura, donde tuve que ir a buscarla. Desde
ese momento, aprendí a poner rocas sobre la mochila cuando el viento se hace presente. A las pocas semanas realicé una nueva travesía uniendo la quebrada Del Salto con la de vallecitos ascendiendo varios cerros. El primer día fue de aproximación hacia las montañas y el segundo día fueron visitadas las cumbres del Cerro Salto, Agustín Álvarez y Santa Elena por el filo. Quise continuar hacia el Falso Santa Elena pero se veía dificultoso y técnico. Para realizarlo
Nubes en la quebrada Vallecitos
Matna presente en la cumbre del Franke
Llegando al campamento de altura con la mochila pesada
se necesitaría equipo de escalada y mucha experiencia. Es por eso que descendí hacia la quebrada en donde arme la carpa y al día siguiente la ascendí por su ruta normal continuando por el filo hacia la quebrada Vallecitos. Este tercer día, ascendí todos los puntos elevados que sobresalían y en uno de ellos encontré un testimonio mencionando: la cumbre del Cerro Gemelos (estaba sorprendido, porque nunca lo había visto en los mapas ni tampoco había escuchado sobre su existencia). Leyendo el comprobante, observé que en el mismo figuraban montañistas del Club Andinista Mendoza y referentes del andinismo mendocino. Luego de esa gran sorpresa, continué hacia el Cerro Rastrillo y el Cerro Ignorado sin encontrar testimonio en ninguno de estos. La jornada fue larga, se hizo de noche y tuve que improvisar campamento al pie del Cerro Iluso (la cadenita) una noche con luna llena. Al no tener agua, fui en busca de pequeños hielos que había visto a la tarde mientras descendía del Cerro Ignorado. Pude derretir solamente un litro porque la cantidad de hielo era escasa y además estaba unida a pequeñas rocas. El cuarto y último día; ascendí toda la cadenita en este orden: Cerro Iluso, Cáucaso, Estudiantes y Lomas Blancas para luego continuar por el Cerro Arenales, Andresito y descender hacia la quebrada de Vallecitos. Desde los refugios, tuve que caminar los 14 km para llegar a la parada del ex Expreso Uspallata que me llevaría a la terminal de Mendoza. Antes de terminar el año, conocí la laguna y el Cerro Platita ingresando por la quebrada de
Vacas. El objetivo de esta expedición, fue conocer el Cerro Niveros ubicado al sur-oeste del Cerro Plata; en donde encontré el libro de cumbres debajo de una pequeña apacheta y la última ascensión según el comprobante encontrado era de hace 22 años. En 2013, continuando con los ascensos en solitarios y aprovechando las vacaciones de invierno. Fui a Vallecitos en busca de experimentar mi primer 5000 msnm invernal. El clima era bueno y no había demasiada nieve acumulada. Las montañas ascendidas fueron: El Cerro Plata, Cerro Vallecitos, Cerro Lomas Amarillas y el Pico Franke, que lo había ascendido en dos oportunidades pero nunca en solitario. En 2014, me propuse conocer las cumbres que me faltaban de la quebrada Vallecitos: el Morro Chato y el Cerro Junción. No hay mucha información sobre éstos, siendo desconocidas para muchos andinistas. A finales de Enero y luego de concretar el Cerro Plata junto a gente de Mendoza, decidí quedarme dos días más en la quebrada para intentar las dos cumbres que me faltaban y es por eso que descendí hasta las Veguitas para armar la carpa. Al día siguiente, desde este lugar salí a las 3 de la madrugada. Primeramente hice cumbre en el Pico Parra y continué hacia el Morro Chato. Estaba al pie de éste, ascendiendo por el glaciar y de la parte superior caían rocas debido al calor (ahí me di cuenta que no es recomendable ascenderlo en esa época del año). Llegue a la cumbre sin encontrar testimonio y en ese momento empezaron las dudas sobre si
estaba en el Morro Chato o en el Cerro Junción. A lo lejos (hacia el este) se veía otro punto elevado que en ese momento suponía que podría ser el Morro Chato. Es por eso que descendí y fui en busca de alcanzar esa posible cumbre. Fue complejo porque tuve que trepar por Roca Podrida y al llegar a la cima, me sorprendí al encontrar un testimonio de hace 32 años y mi visita era la quinta ascensión en la historia (los días siguientes me puse a investigar y ésta se trataba de la cumbre secundaria del Morro Chato). Para concluir con todas las ascensiones a estas tres quebradas, la última montaña a visitar de Vallecitos fue el Cerro Junción. Era un excelente objetivo para finalizar el año antes de volver a Buenos Aires para estar junto a mi familia en las fiestas. Durante el ascenso nuevamente tuve complicaciones en el glaciar pero, por suerte, pude superar la dificultad y de esta manera alcanzar el punto más elevado encontrando el libro de cumbres con menos de 25 ascensiones en la historia. Fueron varias cumbres que visité en esos cuatro años de montaña y disfruté al máximo cada ascenso. Hoy en día pienso que soy un afortunado de estar haciendo lo que me gusta cuando el trabajo me lo permite. Todavía me cuesta creer todo lo que hice desde que estoy en Mendoza (para mí es demasiada aventura en poco tiempo) y no me voy a cansar de decir que no hay nada más lindo que ir en busca de los sueños.
Montañismo, como una suerte de “especialización” coordinadas en general por los mismos profesores y organizadas un poco por todos, pregonando aquello de aprender haciendo. Fue en ocasión de uno de estos viajes, en mi caso particular el primero de una larga lista, en el que tuve contacto por primera vez con la montaña, la altura y todo lo bueno que en ella se puede vivir. A los participantes de aquella aventura dedico estas líneas: buena parte de ese grupo hoy siguen siendo mis grandes amigos, después de varias montañas juntos… en especial a Raquel, mi amor y mi compañera de camino desde entonces. Y sería injusto si no nombrara también con gran cariño a Daniel Barreto, el profesor. La aproximación al Cerro Chimbero (5000 ms aprox.) es de cuatro días, transición en la que nos fuimos quitando poco a poco la ciudad de encima. Cuatro días de marcha que resultan algo desorientadores, por lo cambiante del clima y el ambiente: alternamos entre la selva inferior que nos recibe con una intensa lluvia, y la aridez del Parque Nacional Campo de los Alisos, en el que el desafío consiste en encontrar una fuente natural de agua para poder seguir. Habiendo podido encontrar en el camino una vertiente natural, llegamos al Circo inferior del cerro, y tras armar el último campamento, nos preparamos para el ataque final.
urante la cursada del Profesorado de Educación Física existe como materia Vida en la Naturaleza, en la que se vivencian diferentes experiencias de campamento y actividades afines. De acuerdo al interés y motivación de cada uno, surgen a la vez salidas de iniciación al
Es muy temprano y ya estamos listos para partir. El día promete una cumbre, sí, pero promete también un esfuerzo que se me antoja hoy, desmesurado. Vale la pena la recompensa pero todavía no lo sabemos. Para la mayoría de nosotros es la primera experiencia y resulta difícil imaginar que esa montaña, que poco antes vimos distante y lejana, escondida tras un horizonte desparejo, puede quedar pronto bajo nuestros pies. Todavía no amanece y ya avanzamos. Vamos incorporándonos a un sendero
inestable, a una pendiente que se vuelve poco a poco agresiva y, de a ratos, nos recibe con alguna piedra suelta. Un promontorio, otro y otro más. La marcha, el ascenso, cada hora transcurren lenta y progresivamente, mientras nos vamos conociendo con el Mal de altura. Se me ocurre que en la altura se negocia todo el tiempo y se sigue. Todos seguimos y seguimos y seguimos. Intentamos no darle dimensión al por qué, y concentrarnos en el cómo. Sin embargo, persiste la pregunta como un eco sordo en algún rincón de la mente, dimensionando un poco el aquí y ahora. Se negocia un paso más, y se sigue. Y después otro paso y otro y otro más. Avanzamos. La pendiente recrudece la defensa de la cumbre. Llegamos a un rellano y tomamos un descanso. Es la precumbre, el anfiteatro final. Aún no lo sabemos, pero estamos muy cerca. Transcurren unos minutos de virtual ensoñación (quizás algún ronquido también… en la altura esto es factible), y la voz de mando dice:-“¡partir!”. Uno a uno vamos intentando mover la rueda y arrancar de nuevo. Algunos no tienen inconveniente en ponerse activos, otros deciden llevar su suerte hasta allí y plantar bandera (sabia decisión… ¡y difícil también!). En lo que a mí respecta, me planteo un interesante juego entre el quiero y el puedo, y me llamo un instante a silencio. Pido cinco minutos para responder y cierro los ojos. Ante la voz de partir, como un resorte me pongo de pie, me acomodo un poco y avanzo con los demás en una reacción que aún hoy me sorprende. Un tiempo después, la cumbre, lágrimas que brotan por tantas expectativas contenidas y algunos miedos también (el desconocimiento mueve montañas), fotos de rigor y el abrazo entrañable con mis compañeros que empiezan a sentir lo mismo que yo. Visto a la distancia, las imágenes de aquel momento me siguen transportando y reflejando una belleza y emoción que no conocía. Más tarde, el descenso, proceso lento y de gran esfuerzo que suele quedar fuera de todo anecdotario. Reencontrarnos de
camino con quiénes habían abandonado, qué nos esperaban en la ante- cumbre, y bajar, bajar, bajar, sin más. Entonces se pierden un poco los recuerdos, pero persiste de esa tarde en la memoria, muy marcada, una sensación única: mucha, mucha sed. Habiendo consumido la ración del día en el ascenso, había que preparar más al llegar… y la verdad, quedaban muy pocas reservas: sólo algo de nieve por derretir esparcida un poco por todos lados. Eso era todo. A la vuelta de la cumbre, el proceso de procurarse el agua para todos
se volvió difícil por lo que fue una noche más bien seca. Recuerdo muy claro haberme levantado en mitad de la noche y al incorporarme con la bolsa encontrarme de frente con mi compañero de carpa que me miraba algo desencajado, y preguntarle sin más:- “¿vos tenés tanta sed como yo?”. Sin mediar más consultas salimos en una noche imposible de estrellas, a procurar conseguir agua, nieve o lo que fuere líquido. Resultó nuestra maniobra en una extraña infusión tibia algo terrosa y con yuyos varios, que cumplió en parte su cometido.
Por lo menos nos ayudó a pasar la noche… Al día siguiente, desandar la senda y encontrarnos felizmente con una pequeña vertiente en el camino de vuelta. Alivio total para seguir el descenso hasta la última parada del viaje: un puesto cercano a la Laguna del Tesoro, que había sido también nuestro segundo campamento. Esa última noche dormimos al sereno. Empezábamos a disfrutar lo que habíamos logrado, empezábamos a tomarle el gusto a la cumbre alcanzada... y ya nos teníamos que volver.
erman y Candelaria Zapp junto a sus cuatro hijos ya llevan 15 años continuos de viaje. Comenzaron en el año 2000 junto a su auto inseparable “Graham Paige” modelo 1928 en un viaje que recorrió toda América. Continuaron el viaje y nació Pampa, luego Tehue, Paloma y el úlltimo de la familia fue Wallaby. Recorrieron Oceanía, la enorme Asia y en estos momentos se encuentran en África, más precisamente en Kenia de donde nos mandaron la foto con el termo de “Andar Extremo” Suerte Familia!!!
l veterano proveniente de Polonia, se ha transformado en el anciano "más veloz del mundo" tras correr los 60 metros en Europa y tener 104 años de edad. Esta gran hazaña fue realizada en las instalaciones de Torun (Polonia), donde consiguió recorrer la distancia impuesta. El vital abuelo ya había logrado en mayo del 2014, el récord de los 100 metros en 32,79 segundos participando en la misma categoría, superando al anterior triunfador que aseguraba su récord con 96 años. Asegura "sentirse como un hombre nuevo" luego de terminada la carrera explicando que nunca ha visitado al médico ya que a sus más de cien años se siente totalmente saludable.
l lado de un volcán en pleno océano Índico, Nathan Paulin ha establecido un récord mundial de slackline: 403 metros de longitud por encima de Cassé de la Riviére de l’est con 250 metros. Con ayuda de seis amigos (y algunas sogas), Paulin llevó la cuerda por encima de un valle y la ató a dos árboles. La soga tiene una holgura de entre 25 y 30 metros en su parte media, pero por una buena razón. "La oscilación de una línea más suelta es más pequeña y no tan seguida", dice Paulin. "Es más fácil cruzar cuando la cuerda está suelta que tensa". Después de un día de entrenamiento (en el que hubo momentos en que el camino estaba totalmente oscurecido por la niebla y las nubes), Nathan fue capaz de cruzar la cuerda en su primer intento de la jornada. En total, le llevó 23 minutos para andar los 403 metros. ¿Qué pasaba por su mente?, no caerse. "Me imaginaba llegando al final de la cuerda y para nada concebía una posible caída", asegura. "Porque si imaginaba que me iba a caer, terminas cayéndote".El director Quentin Sixdeniers planea lanzar un corto sobre este proyecto .
l corredor vegano Scott Jurek logró a sus 41 años, un record para en el trayecto de la Appalachian Trail, una ruta de trekking señalizada que recorre el este de los Estados Unidos durante 3500 km.
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La parka icónica con su diseño y tecnología rompió los moldes y revolucionó la industria, convirtiendo a Columbia Sportwear en líder en la industria! Renovada para satisfacer las necesidades del consumidor contemporáneo, esta campera 3 en 1 cuenta con abrigo desmontable que aporta mayor aislamiento. Internamente posee forro con tecnología reflectiva Omni-Heat.
Nuestros nuevos baselayer ofrecen la mejor relación calor/peso para conseguir comodidad en condiciones invernales. Esta calza térmica posee un innovador diseño anatómico que sitúa paneles de puntos reflectantes Omni-Heat en las zonas que necesiten más calor y paneles OmniWick para mejorar el control de humedad y que te mantengas siempre seco y abrigado. El tejido externo tiene un tacto suave y aterciopelado, y tratamiento antimicrobiano para preservar una sensación de mayor frescura y reducir el olor en la prenda. El resultado es que te vas a mantener cómodo y abrigado y vas a poder dedicarte exclusivamente a disfrutar del deporte que tanto te apasiona.
Tres camperas en una! Esta sólida parka tiene un impecable historial de rendimiento, una prenda legendaria que hoy ha sido actualizada con tecnología Omni-Heat para proporcionar mayor protección y calor. Su exterior está diseñado para pasar un largo día en la montaña, ya que incorpora nuestro mayor nivel de impermeabilidad y respirabilidad Omni-Tech, así como costuras totalmente selladas. Su robusto abrigo interno desmontable se convierte en una elegante jacket liviana que se puede llevar sola. Cuenta con un forro con protección térmico reflectivo y aislante de 100 gramos.
Campera confeccionada en soft shell de corte anatómico, capucha apta para uso de casco, cierres impermeables y pegados, cierres axilares con doble deslizador 35cm, tres bolsillos frontales, ajuste de ruedo con cordón elástico y tanca, peso:710grs.El Soft Shell o "cáscara suave" engloba el concepto de prenda de vestir. Nuevas prendas con argumentos suficientes para que cuajen con fuerza en el mundo montañista, aglutina ideas de movimiento y acción con buenas prestaciones, exterior resistente con un buen grado de impermeabilidad, en medio una membrana cortavientos y en su interior suavidad y alta capacidad térmica.
Gorros Tejidos Colección 2015. Tejidos a máquina. Reversibles. Varios colores.
Un clásico del invierno, que se renueva en colores llamativos. Una prenda con una increíble aislación térmica, muy durable, construida totalmente con flat simmer.
Campera con tela Hybrid Block Own-Heat, membrana de 5000 de c.a. y 3000 de respirabilidad.En su parte interna, canesú, y la parte inferior de la manga en tela Hybrid Softshell, para evitar el desgaste. Posee el lateral bajo manga en una sola pieza de microfleece de 140grs con spandex, que lo hace respirable y permite la libertad de los movimientos. Posee dos bolsillos fusionados en el frente, ajuste en puño con velcro . En el ruedo tiene ajuste con cordón elástico y tancas. Usos Ideales: trekking, escalada y montañismo. Impermeable, respirable, protección al viento, water repelent.
Campera técnica con capucha, de gran libertad de movimientos térmica. Capucha, mangas y laterales en tela sin aislamiento. El frente, la espalda y el cuello tienen aislamiento(Ecodown150grs). El forro es de tafeta Own-Heat. Tiene los bajo manga y puños con lycra liviana. Posee dos bolsillos en el frente, en uno de ellos se guarda la campera. Está confeccionada con materiales técnicos distribuidos anatómicamente en donde hace falta, Reduce al mínimo el volumen y el peso. Usos ideales: trekking, ski, escalada, kayak, montañismo y trail running. Water repelent.
Es un tejido tricapa, compuesto por una tela externa, Microfleece cuadrille con WR haciendo que bloquee el viento, membrana Hydrofílica (Hybrid mainbrain) haciéndola impermeable y respirable. Un mesh de poliéster ultra liviano al cual se lo ha aluminizado. Esto hace que refleje el calor del cuerpo y lo conserve un 20% más que cualquier otra tela. Posee 10.000 de impermeabilidad y 3.000 de respirabilidad.
Nuevo carro cama de transporte, apto para todos los modelos de kayak. Desarrollado en aluminio y plástico. No necesita mantenimiento!!!
Tela con tratamiento Hidrofílico, lo cual permite una rápida evaporación de la transpiración, alojando la humedad en la parte exterior de la prenda y manteniendo la piel seca. Confeccionada con costura plana para disminuir el roce. Free Style, Outdoor, Running, Ski, Trail Running Buzo medio cierre, con bolsillo y Trekking. sellado B Tech y espaldín de
Producto recomendado para la práctica de Ski, Snowboard y deportes de Invierno.
spandex para mayor confort y favorecimiento de los movimientos, puño con guante. Ideal como segunda piel, para corredores exigentes.
Carrera de pedestrismo Hi Tec 7 Lagos por Equipos na nueva edición de la que ya es un clásico de la aventura: “Hi Tec 7 Lagos”.La carrera en equipos que recorre el mágico camino de los 7 Lagos, y para esta edición con algunos cambios que la harán más dura, competitiva y también divertida. Villa La Angostura en uno de los extremos y San Martín de los Andes en el otro, y el imponente camino de montaña que las une, serán el escenario de esta carrera única en su formato. 100 km disfrutando los más maravillosos escenarios de lagos y bosques autóctonos.
Los equipos estarán compuestos por 5 integrantes.Habrá dos categorías: Pro y Amateur. La Categoría Pro recorrerá 100K con 5 postas de entre 18 y 21 km (1 posta por corredor). La Categoría Amateur recorrerá 50K en 5 postas de entre 8 y 12 km (1 posta por corredor. Para este 2015, y conjuntamente con la modificación del formato para los Equipos Pro, hemos incorporado una nueva distancia para competir en forma individual: 20 km. Quienes tomen parte de ella recorrerán los últimos kilómetros conjuntamente con quienes estén finalizando la prueba por postas.
Modalidad:Postas de 5 integrantes por Equipo – Individuales. Largada 100km:Lago Espejo. Villa La Angostura. 08:00 hs Largada 50km: Lago Falkner. Ruta Nac. 40. Camino de los 7 Lagos. 12:00 hs Llegada:Plaza San Martín. San Martín de los Andes. Distancia:100km Categoría Pro || 50km Categoría Amateur . Terreno:Ruta Asfaltada.
Carrera de pedestrismo 20 km Hi-Tec Individual Modalidad: Participación Individual. Largada: Paraje “Piedra de San Francisco”. Ruta Nac. 40 a 20 km de San Martín de los Andes. (Camino de los 7 Lagos). 15:00 hs Llegada: Plaza San Martín. San Martín de los Andes. Distancia: 20 km. Terreno: Asfalto.
CURSOS Curso de Piloto de Vuelo de Bautismo: Tel: (0221) 4258341/ 155016592 ww.ulmpoblet.com.ar Cursos de Canotaje : info@febocak.org.ar Club Regatas de La Plata, Tel: 156018819 (Fernando) Curso Internacional de Rescate en Aguas Blancas: RAB SRT info@lideran.com.ar Centro Cultural Argentino de Montaña: (011) 4861-1063, www.culturademontania.com.ar Escuela de Escalada y Montañismo: Acción Directa, Cursos, expediciones, campamentos de aventura Construcción de palestras y tirolesas, ww.acciondirecta.com.ar tel: 0223-4744520 MDQ Curso de iniciación al kayakismo de travesía: individuales personalizados, recreativo en el delta de Berisso www.utopiakayak.com.ar Kayaks PERU BEACH Kayak Team, info@peru-beach.com.ar UTOPIA KAYAKS Travesías, paseos, alquiler de kayaks, www.utopiakayak.com.ar Salidas y Travesías del 15 al 17de Agosto Sierras Tandil. (Bs. As), 23 de Agosto Travesía Lujan A Navarro (Bs. As), 30 de Agosto San A. de Giles y Azcuenaga, 13 de Septiembre Travesía La Plata a Magdalena, 20 de Septiembre, Cañuelas y Uribelarrea, del 2 al 12 de Octubre Valles Calchaquíes (Salta).del 20 al 24 de Noviembre, Sierras de San Luis, del 4 al 9de diciembre, Sierras de Córdoba. Gustavo González 15 6336-0326 y 46504817 bicigg@speedy.com.ar Jauque Aventura & Turismo Trekking : Ascensos al Lanin y en Cicloturismo MTB 7 Lagos. San Martin de los Andes- Neuquen consultas@jauque.com.ar www.jauque.com.ar MTB Tours Tel: +54 11 4788-1549 info@mtbtours.com Grupo La Loma Info: www.grupolaloma.com.ar Septiembre Co. San Bernardo, C. del Plata, Octubre Co. Vallecitos, C. del Plata, Noviembre Volcán San Francisco, Catamarca y Trekking Aconcagua Plaza Francia. Huarpe Adventures 2616679687 huarpeadventures@gmail.com STRATOS BIKE FEST 30 de Agosto, Ruta 210 km 40500 San Vicente, Test Drive, Clínicas, Bike Store, Sorteo y Ridign 15 km
Cross Contry
23 de Agosto, VERTICAL RACE, Catamarca, www.verticalrace.com.ar 24 de Agosto, TERMA ADVENTURE RACE, Pinamar, www.clubdecorredores.com 7 de Septiembre, HI TEC 7 LAGOS, Villa la Angostura y San Martín de los Andes, , www.clubdecorredores.com 19 de septiembre, YABOTY ULTRA MARATON, Misiones, www.salvajoutdoor.com.ar 27 de septiembre, M42 MARATON MONTAÑA, Sierra de Los padres, www.crossdeaventura.com
4 de Octubre, ATLANTICA ULTRAMARATON, MdP Pinamar, www.atlanticaultramaraton.com 7 de Noviembre, TERMA ADVENTURE RACE, Miramar, www.clubdecorredores.com 6 de Diciembre, THE NORTH FACE ULTRA CHALLENGE, Pinamar, www.clubdecorredores.com Multidisciplina 10 al 13 de Octubre, XK TRAVERSE, San Juan, www.xkrace.com.ar
17 de Octubre, MAX RACE RI7, La Plata, www.maxraces.com.ar MTB
1° de Noviembre, RALLY EN LA SIERRA DE TANDIL, Tandil 12° Edición, www.tandilbtt.com.ar 25 al 30 de Enero 2016, TRANS ANDES CHALLENGE, Huilo Huilo, Pucón, Chile, www.transandeschallenge.com También podés encontrar carreras de todo tipo y formato en las siguientes direcciones web: www.atletas.info, www.codigoaventura.com.ar, www.guiakmzero.com, www.guiamaraton.com, www.ecoatletas.com.ar,www.ranelagh7k.com.ar, www.traccion.com.ar y www.findyourtrail.com
La Red de Centros Nordic Walking es una iniciativa basada en modelos internacionales que se puso en marcha en el año 2012 y son ya 18 municipios en España y 3 Parques Tecnológicos los que forman parte de esta Red. Los Centros Nordic Walking pertenecen a la Red de Centros Nordic Walking de ámbito estatal. Un Centro Nordic Walking es un espacio de acceso libre, ideado para todo tipo de personas y de todas las edades que permite la práctica de la marcha nórdica con la finalidad de mejorar la salud y a su vez permitir conocer las riquezas paisajísticas naturales y culturales del municipio donde se encuentra. Todos los Centros Nordic Walking parten de un punto de información, además de contar con una infraestructura de señalización y diversos recorridos marcados con diferente grado de dificultad. Sus principales objetivos son: potenciar la práctica y el correcto uso de la actividad de Nordic Walking, garantizar un estándar de calidad tanto de las rutas como de la valoración activa-deportiva de las mismas y dinamizar los espacios y recorridos urbanos para la práctica del Nordic Walking. www.nordicwalkinggunea.net o en www.centrosnordicwalking.com En el Cerro San Javier, se desarrolló la primer fecha del “Vertical Race”. Un centenar de corredores, principalmente del norte argentino, se aventuraron a enfrentar este novedoso formato de competencia. Con un recorrido total de 6 km, y un desnivel de +870 m los corredores debieron afrontar inclinaciones superiores a los 45º para poder avanzar en la carrera. www.verticalrace.com.ar
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