REVISTA ANDAR EXTREMO N° 38

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Corrección María Soledad Navarro

Agradecimientos Club de Corredores Ale Barrionuevo Goal Zero

Participaron de esta edición

Fotografías

Gerardo Aldazabal Federico Bianchini Gerard Anton Mariano Galván Crisitian Fiorillo Gabriel Vande Voorde Ricardo Galán

Gerardo Aldazabal Humberto Cámara Jr Club de Corredores Mariano Galván Crisitian Fiorillo

Foto de Tapa Mariano Galván

Cristian Gorbea Humberto Cámara Jr Lucas Escobedo Diego Cavassa María Soledad Navarro Circuito Team

Cristian Gorbea Gerard Anton Marcos Ferrer Diego Cavassa

Pre Impresión Fotocromos Printerra Impresión Imprenta Printerra

Revista de Aventura, Deportes Extremos, Medio Ambiente y Turismo. Registro de la propiedad Intelectual. Dirección: 65 nº 287 (1 y 115), La Plata, Bs As, Argentina. Tel:0054 (0221) 4254577 E-mail: info@andaresaventura.com.ar face: andar extremo fan page: andar extremo info Queda prohibida la reproducción no autorizada total o parcial de los textos publicados, mapas, ilustraciones y gráficos incluidos en esta edición. La Dirección de esta publicación no se hace responsable de las opiniones en los artículos firmados, los mismos son responsabilidad de sus propios autores. Las consecuencias de practicar deportes extremos pueden ser muy peligrosas. Las notas publicadas en este medio no reemplazan la debida instrucción por parte de personas idóneas. El staff de Andar Extremo colabora ad-honorem, si deseás publicar un relato o nota comunicate a nuestro mail.


ormamos parte de un grupo de entusiastas del kayak al que llamamos KV (Kayak Viernes), porque los viernes tenemos nuestra infaltable remada desde hace ya más de 7 años. Con viento, lluvia, nieve, sol o truenos (nunca se nos dio), salimos a remar. Fue en enero de este año que comenzamos a darle vueltas a la idea de una expedición a los hielos del Sur. De un grupo de doce, luego de compatibilizar expectativas, exigencias de trabajo y fechas, decantamos a dos grupos de cuatro que saldríamos en fechas diferentes. Decidimos apuntar al Glaciar Jorge Montt, en los fiordos chilenos. Es una gran lengua glaciar al norte del llamado Hielo Continental Sur y al sur del pueblo de Caleta Tortel (507 habitantes, según reza el cartel), de una superficie de 464 km². Saliendo de Tortel, y según la ruta elegida, son unos 100 km hasta el glaciar Montt. En tiempos de kayak y dependiendo del clima, unos tres días de aventura en remo para llegar. Si bien resultó una suave travesía gracias al patrono de las tempestades que estuvo de nuestro lado, la expedición requirió de una preparación logística y técnica importante. Es una zona muy aislada, de las más lluviosas del planeta (unos 3500 a 4000 mm por año), donde suelen soplar vientos muy fuertes, con largos canales que favorecen el desarrollo de olas altas. Los fiordos caen abruptamente al mar, con pocas playas para acampar e incluso para desembarcar en caso de emergencia. Siendo mar, hay que ubicar también lugares donde aprovisionarse de agua dulce y estar atentos a las mareas. La Armada chilena tiene una serie de requisitos de equipamiento, comunicación satelital, envío diario de la posición etc. para este tipo de expediciones. Teniendo en cuenta estos datos, el 22 de marzo partimos Gerardo, Guille, Ingo y Maka, desde Bariloche hacia Tortel. El martes 24 casi a las 15 hs, después de pasar por el control del equipo por parte de la Armada de Chile, empezamos a navegar hacia los fiordos. Comenzamos descendiendo unos kilómetros por el río Baker, el río más caudaloso de Chile (podría aprovisionar con 10 litros de agua potable por día a toda la población mundial!).



Salimos provistos de excelente cartografía a prueba de agua (elaborados por Maka), GPS, tabla de mareas, algo de ansiedad, y muchas ganas de disfrutar. Requirió concentración especial ubicarse entre las islas y canales, trasladar la información del mapa al paisaje. Como el día estaba muy calmo decidimos abrirnos por el Canal Troya, más largo y más expuesto que la ruta directa. La zona permitió deleitarse con las montañas que caían a pique, cubiertas de vegetación exuberante, flores de copihue flotando en el mar. Nuestro acampe fue en el lugar que habíamos identificado en el mapa, una zona blanca que parecía arena en una imagen satelital y con un arroyo de agua dulce. El arroyo estaba, pero el color blanco de la playa resultó ser el de troncos lavados y empujados hacia la costa por el viento y las olas! Igual, como estaba calmo desembarcamos a eso de las 19 hs y armamos carpa sobre un mullido y húmedo mallín. Subimos los kayaks para evitar que se los lleve la marea y cenamos opíparamente. Por la mañana, no tan temprano como habíamos previsto en las conversaciones, partimos con la idea de cruzar el canal Baker, la

parte más expuesta de la travesía. Miramos la tabla de mareas para asegurarnos de tener la corriente más fuer te a nuestro favor. Nuevamente nos acompañó un día atípicamente calmo, soleado y caluroso. Nuestra visión de lince distinguió un enorme barco blanco a lo lejos, que resultó ser el primer témpano, flotando por el canal con destino hacia el mar abierto. Luego de unos 30 km de remo arribamos a nuestra segunda playa de acampe, todavía con sol y calor que dio incluso para un baño brevísimo en el canal. Nuevamente el vaciado de las naves y armado del campamento nos llevó un poco más de tiempo de lo previsto. Mientras se secaba el equipo con los últimos rayos de sol, preparamos pizzas variadas y ensalada de repollo. Sin viento y con sol emprendimos el tercer día con destino al Glaciar. Tuvimos nuestro primer encuentro cercano con un pequeño témpano. Dedicamos un largo rato a sacar fotos, como esos entusiastas turistas que nos divierten cuando vienen a Bariloche y se fotografían al lado de un sucio manchón de nieve… Luego de aproximarnos a otro témpano y unas paradas técnicas en playas de la isla Faro,

apuntamos las proas de nuestros kayaks hacia el glaciar. A eso de las cuatro de la tarde estábamos navegando entre los primeros témpanos grandes, a la entrada del último fiordo. Ubicamos la playa de acampe y seguimos remando un rato entre los hielos. Ni las imágenes ni las mil palabras podrán describir la emoción de estar allí. El atardecer fue rojo intenso. Abrazados tratamos de testimoniarlo en las imágenes. Armamos carpas y un cómodo toldo, subimos los kayaks y encendimos un fogón. Estaba fresquito. Por la noche recibimos un pronóstico satelital con anuncio de “pesto” para la vuelta. Vientos muy fuertes en contra, anuncio de cierre del puerto en Tortel nos invitó a quedarnos un día más en el glaciar y dedicarnos a recorrer un poco más la bahía. Al día siguiente intentaríamos salir de la zona remontando el río Pascua, a unos 20 km de donde estábamos, aunque con poca información sobre la corriente, la accesibilidad a la ruta, la factibilidad de encontrar un camino de regreso a Tortel. Estuvimos tranquilos. Hubo pan amasado y fondue de queso. El hielo milenario sirvió para enfriar un sabroso ron colombiano. Por la mañana estaba calmo y salimos hacia el glaciar, a unos 8 km del campamento. Navegamos entre témpanos cada vez más grandes, algunos crujidos y un paisaje cada vez más cautivante. Era nuestro cuarto día de remo. Solos, en medio de una inmensidad de hielo, agua y montañas, pudimos llegar a ver la gran lengua del Glaciar Montt. Sacamos del tambucho de nuestros kayaks un sabroso té caliente, que disfrutamos con vista al glaciar. Nos divertimos jugando a esquivar témpanos con los kayaks con ritmo de danza.



Cerca de la playa de acampe los hechos se precipitaron. Apareció una lancha rápida que, desde Tortel, con turistas ( amigos de Bariloche!), venía a sacar a unos biólogos y exploradores que estaban acampando en otra zona porque anunciaban un huracán. Señalaron que el puerto probablemente estaría cerrado los próximos días, pronóstico de 40 nudos de viento, que no estaba claro que el Río Pascua pudiese navegarse contra corriente. También dijeron que en 30 minutos era necesario que desarmáramos ya que sería la última chance de que nos saquen de ahí. Así fue. Nunca sabremos si fue la decisión acertada. Prudente, sí, pero con un final demasiado abrupto. Técnicamente la definimos como “expeditio interruptus”. Cantando “…quién dijo que todo está perdido…” acampamos en la zona del aeródromo de Tortel durante otras dos

noches. Lluvia no faltó. Nos calzamos nuestros trajes secos y navegamos nuevamente el delta del río Baker, visitamos la zona de acceso a la imponente cascada Pisagua, a la isla de los Muertos, y al mar a los pies del pueblo de Tortel.Ya camino de vuelta a casa remamos por el lago General Carreras para visitar las Catedrales de Mármol. A este lago en tehuelche lo llamaban “Chelenko”, o “lago de las tempestades”. Alejándose de las Catedrales, el viento se llevaba las olas para arriba, parecía soplar a unos 80 km por hora. El grupo, un lujo, y ya pensando en la próxima salida. El 1 de abril por la tarde llegamos de regreso a Bariloche culminando este hermoso recorrido.



a muerte se esconde ahí nomás. En un lugar oscuro, difuso, pero cercano: vaya uno a saber dónde. El 13 de septiembre de 2010, estuve a un tris de irme. Siempre estamos a un tris de irnos. Hay que conocer la diferencia y aprovecharla. Cuanto más jóvenes somos, más inmortales nos creemos. Con el paso de los años, con la muerte de familiares y amigos, uno se va dando cuenta de que esto, la vida, es así mientras dura. Pero en ese momento, todo estaba oscuro, no había Luna ni ganas de teorizar. Yo, trabado contra un arbusto, mientras pensaba: quedáte quieto, es peligroso. Esperá que amanezca, que se vea el camino. No te muevas. Dejá que la noche pase, dejá que la evapore el sol… Con mucho cuidado saqué la mochila, la puse a un costado y busqué la manta de papel

aluminio. Me tapé y cerré los ojos. Hacía frío. Miré el reloj. Eran las dos y cuarto de la madrugada. Sólo oía el ruido del viento, de una pequeña caída de agua, de mis dientes chocando entre sí. Tomé varios sorbos de la cantimplora y traté de dormir. Al rato, volví a mirar el reloj. Habían pasado dos minutos. Después de correr once horas de una carrera de ochenta kilómetros en el cerro cordobés El Champaquí, el gerente de Recursos Humanos del Banco Hipotecario, Cristian Gorbea, se dio cuenta de que había perdido el camino. Siguió trotando. Empezó a bajar, pastizales, pendiente. Su objetivo era hacer una buena carrera, estar en el percentil diez, de trescientos, entre los treinta primeros. Venía treinta y dos. Un carrerón. No quería perder posiciones.

La linterna que llevaba sobre la cabeza alumbraba lo suficiente como para saber que por ahí no podría retomar el sendero. Pero vio, delante de él, más abajo, las luces de otros corredores y pensó en agarrar un atajo. Entró en un bosque de tabaquillos. Mientras tomaba agua de un arroyo, se dio cuenta de que se había perdido. El tiempo corría. Los competidores que iban detrás de él, también. No iba a estar entre los treinta primeros. Siguió bajando. Trotaba despacio. No veía nada. Pensó: “Dios, cambio el podio por salir vivo de este lugar”. Y el piso, bajo sus pies, pareció desvanecer… Cuando amaneció descubrí dónde había caído: una cornisa de roca, entre matorrales, de medio metro de ancho por dos de largo. Tuve dos sentimientos contradictorios. Me asomé al vacío. Ciento cincuenta metros de precipicio. Pánico. Si me caía centímetros a la derecha, milímetros a la izquierda, ahora, estaría muerto. Alegría eufórica. Por haberme enganchado en este tabaquillo…por estar vivo. Me duró un rato. ¿Cuánto? En una cornisa, en el medio de las sierras, con los pájaros como única compañía, el tiempo tiene otra intensidad, se hace profundo. Fue un rato largo aunque quizás, hayan sido pocos minutos. De a poco recobré la lucidez y empecé a luchar contra mí mismo. Repetía: no tendría que haber caído acá. Debería haber doblado a la derecha, ido más despacio, esperar. Estaría duchándome en el hotel. Pensé: el presente es inevitable, acéptalo. Traté de reconciliarme con el lugar. Trabajé a favor de la situación, no en contra, generando calor, no perdiéndolo en agredirme. Dos mil trescientos metros de altura, quince grados de temperatura, apoyado en la roca, sentado en un hueco perfecto, hecho como para que yo pusiera la cola. Frente a un tabaquillo que detuvo la caída. Hacía arriba: una pared de unos tres metros, prácticamente lisa. Traté de trepar; demasiado empinada. Había musgo, algunos pliegues de cinco o diez centímetros. Imposible subir por ahí.Volví a intentarlo.



Pensé: me equivoqué una vez y estoy vivo. No puedo empeorar una situación que ya es mala. No voy a tener otra oportunidad. Tengo que tranquilizarme y esperar. Son las seis de la mañana. A las doce termina la carrera. Hasta esa hora soy un corredor más; no el imbécil de la cornisa. A las cuatro van a dar los premios. A las cinco van a saber que no estoy, van a decidir ir a buscarme, va a ser tarde, va a haber anochecido. Van a venir, con suerte, mañana a la mañana. La noche de hoy, de nuevo, voy a estar solo. Esto es un juego de paciencia, un juego mental con un único participante, yo, y no quiero jugar. Muchas veces, Cristian Gorbea sobrestima su capacidad deportiva. Piensa que termina una carrera en diez horas y tarda dieciséis. Su esposa Claudia Rama lo sabía. También sabía que ahí, en el medio de la sierras, no había señal de celular. Así que cuando el domingo al mediodía su papá, Francisco, la llamó preocupado ella lo tranquilizó. Seguro no había pasado nada. Tres horas después, Francisco repitió el llamado. Esta vez, Claudia decidió comunicarse con la hostería donde se había alojado Cristian. Un hombre que había corrido la carrera le dijo que, en ese cerro, demorarse era algo común. Ella le creyó. Su hija, no. Desde el primer momento, Belén (18) pensó que su papá, Cristian Gorbea, estaba muerto. Santiago (14), el más chico de la familia, le pidió a su hermana que no se preocupara. Le dijo que debía estar bien. Ellos siempre miraban documentales de rescate y su papá tenía la cabeza fría, sabría qué hacer. Después de decir eso, se encerró en su cuarto a chatear con sus amigos. No salió hasta la noche. Alrededor de las 17, la policía de San Javier los llamó por primera vez. Le pidieron a Claudia que denunciara que Cristian estaba perdido. Sin ese trámite, no podían empezar a buscarlo. La segunda llamada distó de la primera en una hora. Y hubo más. En todas, después de atender y escuchar una voz con tonada cordobesa, que no era la de su marido, Claudia

pensó que iban a anunciarle el título de una tragedia. Pero no. Nadie sabía nada. Alberto Beúnza, amigo de Cristian, le propuso que viajaran a Córdoba, en auto, esa misma noche. Ella dijo: Mejor en avión, mañana, a primera hora. A la una y media de la mañana, consiguió hablar con una persona de San Javier que alquilaba un avión privado. Le pidió que fuera a buscar a su esposo en ese momento. -Está oscuro, señora -le dijo el hombre-. Encontrarlo así va a ser imposible. Esa noche, imaginando lo que iba a pasar el día siguiente, Claudia no pudo dormir. Con los ojos cerrados, rezó durante horas. Pensó en Ricardo Gorbea, el padre de Cristian, fallecido cinco años atrás. Le pidió que lo cuidara. Se tranquilizó al oír la voz de su suegro repitiendo, como en un susurro: está bien, Cristian está bien. Los ojos cerrados, ese estado intermedio entre la vigilia y el sueño, cuando se acordó del triatlón de 2004. Detenido al costado de la ruta, Cristian fue atropellado por otro ciclista. Tres costillas rotas y una fractura en la pierna. Desde ese momento, días antes de las carreras, Claudia le cosía en una de las mangas una medallita de San Benito, para que lo cuidara. Los ojos cerrados cuando se acordó de que vaya uno a saber por qué, justo esta vez, se había olvidado de coserle la medallita.

Decidí armar una rutina para no volverme loco. Revisé la comida: cuatro barras de cereales, varios geles, chocolates, alfajores. Bien racionada, podía durarme cinco días. Encontré un pequeño hilo de agua. Sed no iba a tener. Busqué las pilas de repuesto para la linterna. Las que llevaba se habían perdido en la caída. Cada diez minutos, tocaba el silbato de emergencia y gritaba auxilio. Cada quince, me incorporaba y con la espalda apoyada en la roca, caminaba lento hacia el hilo de agua. Gota tras gota, la cantimplora tardaba veinte minutos en llenarse. En situaciones como ésta, el estómago se cierra, el hambre desaparece. A lo lejos veía un pastizal. Con el viento los pastos se movían. Vi cuatro caballos. Vi un rancho con una ventana enorme. Vi a un Cristo en la cruz. Vi a cinco personas que parecían buscarme. Y vi, después, cómo el pasto se movía de un lado al otro y todas estas alucinaciones desaparecían de golpe. No me asusté. Me había pasado en otras carreras: el cansancio, la falta de comida y de sueño hacen que uno se imagine cosas. Un pájaro se posó en un árbol cerca. Me miraba. Sentí su compañía. Traté de establecer un vínculo con él. Quise hablarle pero se fue antes de que pudiera decirle algo. El tiempo no pasaba. Rezos de pedido de rescate, rezos de tranquilidad para mi familia. Pedí a Dios, a mis padres, que ya no están, a mis ángeles. A quien sea que pueda ayudarme, le pido que lo haga. Me angustiaba saber que mi familia me debía creer muerto. ¿Qué estarían haciendo Claudia, Belén, Santiago? ¿Qué podía hacer yo, ahora, más que pensar en positivo? Cuando nos encontráramos se darían cuenta de que sólo había sido un mal momento. Grité auxilio. Hice sonar el silbato. Grité auxilio. Me senté. El sol empezó a baja, también la temperatura. A las ocho ya estaba oscuro. Prendí la linterna. Tal vez, alguien pudiera verme. Me tapé con la manta de papel de aluminio, me acosté en posición fetal. Cerré los ojos. De a ratos, los abría para ver si veía una luz en la quebrada. Pensé que, como la noche anterior, no iba a poder dormir. No sé si fue por el cansancio o la tensión, pero pude. De a ratos, pero pude.



Grabación para un documental en las sierras

Sueño con gente que me busca. Que se mueve en la montaña. Oigo claro dos personas hablando. Un hombre y una mujer. No entiendo lo que dicen. Están arriba de mi cornisa. Trato de escuchar, hago un esfuerzo y cuando me concentro oigo que las palabras se deshacen, se transforman en el sonido del viento que pasa entre los árboles. A la madrugada me despertaron los truenos. Hacia el oeste, para el lado de San Luis, veía los relámpagos y las nubes de una tormenta eléctrica. No tenía más que una manta. Hacía frío. Si llovía, la iba a pasar mal en serio. Sin reconocer que lo único que podía tranquilizarme era un juego mental, me acordé que en la inscripción un corredor de 68 años me había dicho que este cerro tiene un raro mineral que genera un microclima en la zona. No va a llover. Mineral milagroso. No va a llover. Desde el patio de su casa a unos cuatro kilómetros de San Javier, el bombero José Luis Altamirano, exhausto después de haber corrido la carrera en quince horas, vio allá lejos, en el medio de la cuesta, la luz de una linterna. Eran las

Cristian con el set de filmación

cuatro de la mañana del lunes. Llamó a la organización. Alguien se había perdido. Unas horas después, él y otros cinco bomberos, dos policías y gente de la organización fueron a la zona. Sabían cuál era el paraje, pero no el lugar dónde estaba el hombre. Hay quebradas, bosques, muchos árboles. Para peor, debido al frío de la noche del sábado, en la mitad de la carrera, uno de los puestos de control había cambiado de ubicación. No estaba claro el lugar donde podría estar Gorbea. Altamirano presentía que el perdido vivía. Por más que gritara no lo iban a oír: el arroyo estaba crecido. Narcisista, el ruido del fluir del agua, absorbe otros sonidos. Quería encontrarlo. Era su primera competencia. Su tierra y el hombre perdido, su compañero de carrera. Algunos de los que buscaban no tenían radio. Era escuchar un grito y preguntar: ¿Fuiste vos el que gritó? ¿Fuiste vos el del silbido? A esto se le sumaba el ruido de los dos helicópteros y del avión que daban vuelta por la zona. Estaban en una de las cuestas cuando apareció la neblina. Con la lluvia, el frío se hizo más intenso. Decidieron suspender la búsqueda un rato y bajar a la base del cerro.

El lunes amaneció nublado. Cielo gris, ánimo azabache. Saqué chocolate para el desayuno. Lo abrí con cuidado. Lo partí en dos, me metí una parte en la boca y lo saboreé sin pensar jugando con la lengua. Desde arriba no podrían verme. Quizás escucharan mis gritos o el silbato, pero sólo me podía encontrar alguien que viniera desde abajo, desde el valle. Grité auxilio. Hice sonar el silbato. Grité auxilio. Estiré las piernas. Salté, con miedo, en el lugar. De a ratos las nubes bajaban, se acercaban a la montaña. No iban a encontrarme hoy. Tranquilo. Mis ruegos a Dios, que eran internos, se fueron transformando en gritos desesperados. ¡Sacáme!, ¡Sacáme por favor!, ¡Hacé algo!, ¡Sacáme!, ¡Ya aprendí lo que tenía que aprender! Si hubiera sabido que nadie iba a escucharme, igual habría gritado. La última vez que Lisandro Tagle vio a su amigo Cristian Gorbea fue durante la primera hora de la carrera. Corrieron juntos hasta que en una subida Cristian se alejó. Ahora, esperando en el aeropuerto de Córdoba el avión que traía a Claudia Rama y Alberto Beúnza de Buenos Aires, Lisandro pensaba qué habría pasado si hubiesen estado juntos más tiempo. Salvo por la llamada del periodista Víctor Hugo Morales que la distrajo un poco con sus preguntas, en las tres horas que duró el viaje en auto hasta San Javier, Claudia sintió que estaba masticando un chicle de angustia. -¿Hacía frío? -preguntaba ella. -No -respondía Lisandro y pensaba: "Un frío helado que no te permitía dejar de tiritar". Se imaginaba a Cristian con la cadera quebrada, en el fondo de un lecho. Muerto, después de un ataque cardíaco. Veinticuatro horas era demasiado tiempo como para que estuviese perdido. Lisandro y Alberto hablaban y hablaban. Los llamados de la gobernación, de la policía, al celular de Claudia relajaban, un poco, el clima denso en una ruta sinuosa, elevada junto al precipicio que parecía no terminar nunca. Cuando llegaron a la posada donde se había hospedado Cristian, Claudia vio en el estaciona-



En TN en el programa “David y Goliat”

Con su esposa al ser rescatado

miento el Volskwagen Gol verde cuatro puertas, alquilado por su marido. En ese momento, empezó a sentirse protagonista de una tragedia. Podría haberse quedado llorando. Nadie la habría culpado. En cambio, fue a la estación de policía a declarar, coordinó la búsqueda del helicóptero y el avión privado, pensó en la posibilidad de que lo encontraran herido y llamó a la obra social para que le consiguiesen un médico. Así, pudo sentirse útil, ocupada en algo. Mientras, atendía las llamadas de amigos y familiares. Algunos la reconfortaban. Otros le decían que su marido estaba loco. Una de sus amigas arriesgó: "Seguro está muerto". Lisandro y Alberto recorrían el pueblo de San Javier buscando baqueanos. Encontraron tres. Les dieron cien pesos a cada uno, les pidieron que encontraran a su amigo. Después, fueron a la estancia La Constancia, al pie del Champaquí. Quizás, ahí, alguien supiera algo. Desde Córdoba, estaba llegando un camión con cuatro perros Golden retriever olfateadotes.

Lugar donde cayó

La policía le dijo a Claudia que había que ir a buscar ropa de Cristian para que los animales pudieran reconocer su olor. Los mensajes de texto de su hijo: ¿Apareció? .Las remeras, prolijas, una arriba de la otra. El cepillo de dientes. Llenar la valija vacía. Levantarle el cuarto a un muerto. Pagarle a la mujer de la posada la noche que su marido (¿muerto?) había pasado en una cornisa. Descubrir que ese pensamiento ya aparece, para adentro, ya aparece, repetido, ya aparece, silencioso, ya aparece, no era más que un deseo fútil. Me entreno desde hace veinte años. Corro carreras de aventuras. Hice trekkings que duraron una noche entera. Vi, junto a mi hijo Santiago, decenas de documentales de rescatismo. Eso me ayudó. Estaba en un lugar que podía aguantar mi peso. Tenía comida y agua. Perderse formaba parte de las reglas del juego. Y para jugar, uno

empieza por aceptarlas. Conozco montones de historias de gente que se equivocó de camino, que se rompió una pierna, que no pudo llegar. Tranquilo. Me acomodé contra las rocas y pensé en mi familia. En el día en que me casé, los nacimientos de mis hijos, los trabajos que tuve, la escalada al Aconcagua, las carreras de expedición. Pensé en la charla en la que Fernando Parrado contaba su supervivencia en Los Andes. Él pudo sobrevivir en condiciones mucho peores. Pensé en mi mamá, en mi papá, ya fallecidos, en los buenos momentos que pasamos juntos. Pensé que había tenido una vida plena. Pensé que si alguien me decía que éste era el final, mi respuesta hubiera sido que no me arrepentía de nada. Grité auxilio. Hice sonar el silbato. Grité auxilio. Creí oír un ruido. Temí otra alucinación, pero un helicóptero, negro, pasó real sobre mi cabeza. Más gritos: desesperados. Por favor. Que alguien, quien sea, me escuche. Al ver la cara de preocupación de los dos hombres, Luis Dorado, dueño de las 1.200 hectáreas de la estancia La Constancia, recordó en un destello de intuición, los cóndores que esa mañana había visto revolotear sobre la cuesta de las cabras. Pensó: el hombre ya es carroña. Y mandó a dos baqueanos, a ver si encontraban algo. Gabriel Ledesma subió con su compañero Darío "Peco" Díaz y Felipe, un perro cruza de ovejero. Conocía la zona, pero no mucho. El precipicio lo impresionó. Ciento ochenta metros de caída. Una sensación extraña, un vacío en el estómago. Le pidió a Peco, si no le sacaba una foto con el celular. Por encima de sus cabezas, pasó el helicóptero. El grito. El eco del grito. Gabriel no supo si era Cristian o un lugareño que buscaba al corredor. Otro grito. Era Gorbea. No había duda. Pero, ¿dónde estaba? El gerente de Recursos Humanos del Banco Hipotecario prendió su linterna. Detrás de un árbol, Gabriel vio la figura. Lo había encontrado. Subió por la cuesta hasta llegar al lugar donde el piso había parecido desaparecer. Trató de ver a Gorbea. No pudo.


Los Bomberos que lo rescataron

- No te veo. - Estoy acá. - Quedáte ahí. Tranquilo. Ya avisé por handy a los bomberos. Yo me quedo con vos. No me voy hasta que te rescaten. Si me tengo que quedar toda la noche, me quedo toda la noche. Cuatro metros más abajo, de pie en la cornisa angosta en la que había pasado las últimas cuarenta y dos horas, sin un rasguño, emocionado, Cristian Gorbea lloraba. Cuarenta y cinco minutos más tarde, el bombero José Luis Altamirano agarraba el brazo del hombre atado con un arnés de soga naranja. Ahora, lloraban todos. -Yo entiendo mi llanto, pero no el de ustedes. No me conocen -dijo Gorbea. -No te imaginás lo que sentimos al encontrarte vivo -respondió alguien. Cuando Claudia Rama llegó a la estancia La Constancia encontró a su marido con la ropa sucia tomando un plato de sopa. Gorbea no entendía qué hacía su esposa, sus amigos, la gente del banco en ese lugar. Parecía metido en una película. No hablaba de la cornisa, de las cuarenta y dos horas, de las alucinaciones, los ruegos, la tormenta eléctrica. Relataba la caída, decía: "Iba treinta y dos en la general". Como si eso fuera lo importante. Estoy viviendo tiempo gratis. Fue un milagro. Lo cuento y no lo entiendo. Pero todos sabemos que vamos a morir y lo negamos, cada día, al levantarnos de la cama. Aunque cambié: soy más solidario. Trato de ayudar a otros en lo que puedo. Antes, los bomberos me parecían unos tipos que trabajaban en un cuartel apagando incendios; ahora, son héroes. Intento pasar más tiempo con mi familia. Intento disfrutar los momentos. Pero ¿no tratamos todos de disfrutar los momentos? Las rabietas, por problemas de trabajo, no desaparecieron. Sin embargo, cuando me broto, vuelvo a la cornisa. Trato de pensarme allá. Con mi barras de cereal y el frío. Sin saber cuándo iban a venir a rescatarme. Comparo situaciones.Y el enojo, de a poco, se apacigua. Aprendí la lección. Pero competir es mi vida. Mi trabajo incluye presión. Correr me relaja, me carga de energía. En los últimos veinte años me entrené, en promedio, cuatro veces por semana. Con picos de nueve entrenamientos y con días que no pude, por razones laborales. Voy a tomar más recaudos. Pero no voy a dejar de competir. No puedo. En septiembre voy a volver a Champaquí. Voy a volver a correr los ochenta kilómetros. Esta vez, con José Luis Altamirano. Yendo al lado de un bombero, no voy a perderme. Pensé mucho sobre lo que me pasó en el cerro. Esto es como una pizza grande: podés comerla, pero te lleva tiempo digerirla. ¿La conclusión? Me pido a mí mismo, le pido a Dios, no olvidarme de lo que pasó. Sin embargo, tenemos la inercia de vivir negando la muerte. Nuestra cabeza funciona así: yo sigo siendo inmortal.

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a octava edición del prestigioso Festival de Escalada en Hielo atrajo la atención de un centenar de personas que arribaron a las alturas de Vallecitos durante el fin de semana largo, con la expectativa de presenciar un gran espectáculo. A pesar de las nevadas ocurridas durante las semanas anteriores al evento, la Dirección Provincial de Vialidad mantuvo la zona transitable para todo tipo de vehículos. El emocionante torneo se desarrolló en cuatro cascadas de diferente altura y compartió

espacio con los talleres de escalada en hielo para todos los niveles, a los que concurrieron muchos principiantes y escaladores experimentados para aclarar alguna duda o aprender sobre los gestos deportivos y procedimientos de seguridad. Una vez más el gran torneo reveló muchos nuevos talentos así como también estableció nuevos campeones nacionales de escalada en cascadas congeladas. Luego del primer día de competencia, la concentración de público se dio en las carpas de

la organización, con la música electrónica de DJ José, alrededor del fuego, y luego en los refugios del Valle. Las reuniones de la gente de montaña son semilleros donde se plantan sueños y planifican viajes, son imprescindibles para que el deporte crezca. También ahí se delibera sobre asuntos relevantes de interés común, como las prohibiciones de acceso a montañas limítrofes y las amenazas mineras a nuestros glaciares y ríos, entre otros temas. El parque de escalada en hielo Diamante, es



preservado por la empresa Ventonegro organizadora del Festival, que lo mantiene abierto durante varias semanas al año dictando cursos de escalada en hielo y roca, y salidas guiadas en la región del Cordón del Plata. Organizar tamaño evento toma muchos meses de negociaciones, obtención de permisos relativos a la parte legal, invitaciones, publicidad, patrocinios, seguros, contrataciones etc.., y ocupa gran par te del tiempo de los organizadores, que esperan los resultados de sus esfuerzos para disfrutar entre amigos. En comparación con los eventos anteriores, se pudo apreciar una mayor integración entre los escaladores y el público visitante. Varios de los niños que habían salido de sus casas aquella

misma mañana, no sabían que escalarían el hielo por primera vez, aquella tarde. “Vender tickets para escalada en hielo no es tarea fácil. Nuestro cuerpo de guías e instructores está disponible para proveer el equipamiento y las explicaciones inherentes a dicha práctica en condiciones de seguridad, lo que convierte a un deporte de élite a nivel mundial en un deporte popular argentino, durante un fin de semana”, comenta el brasilero radicado en Mendoza, Humberto Cámara Junior, guía de montaña profesional y organizador del evento. El cordobés Marcelo Frías ganó su primer campeonato habiendo subido al podio de la afamada competencia después de tan sólo un año de práctica deportiva, y demostró su alegría y

entusiasmo por el deporte. La joven mendocina Água Leiva, aspirante a guía de montaña representante de la localidad de Potrerillos, se estableció como la nueva campeona en su categoría motivando así a otros jóvenes lugareños a tomar contacto con el deporte de montaña. La próxima edición del evento todavía no tiene fecha, pero ya se preparan nuevas ideas para el invierno de 2016. Se agradece a los Ministerios de Deportes y de Turismo de Mendoza, por el apoyo incondicional.




slandia, principios de julio de 2015 Al llegar al campsite de Reykjavik encontré cicloturistas que no habían podido entrar en la parte interior de la isla. Según dijeron, la nieve estaba cortando las carreteras y pistas que cruzan Islandia. Qué bien – pensé más nieve, más diversión! Al día siguiente y luego de un buen descanso en el camp, me dirigí hacia el sur, donde empecé a pedalear desde la playa. Lo segundo que te das cuenta cuando vas a Islandia es del viento que sopla. Lo primero el frío. El primer día de pedaleo conocí Skogafoss, una cascada de 60 metros impresionante. Preciosa. Allí empezaron los portajes de la “Surly”, mi Fat bike. Sí, fui con una Fat bike que pesa más de 16kg, y 32kg con alforjas. Tenía que llevar comida para 7 días, tienda de campaña, abrigo, botas de trekking y


material de alpinismo. Como el camino estaba muy complicado tuve que sacar las alforjas y hacer viajes por separado. Este proceso que multipliqué por más de 30 veces en todo el viaje era el siguiente: desmontar alforjas, subir alforjas, bajar alforjas que quedan, subir otro viaje con éstas, bajar la bici, subir la bici empujando o al hombro y montar alforjas. Al terminar el primer día un poco más ambientado, me tocó subir 1100m+, hasta Fimmvörðuháls, un collado donde monté un pequeño campo base y salí luego para subir el volcán Eyafjallajokull (el famoso volcán islandés que colapsó el tráfico aéreo en 2010) a 1666m y el Katla 1512m. Luego de montar el campo base espere al otro día comencé a pedalear y pronto, muy pronto, sólo a 600 ms, sabía que empezó la nieve. Rápido me di cuenta de que la nieve estaba totalmente blanda, era primavera. Había mucha cantidad, y estaba muy deshecha en la capa superior. Esto hacía que me hundiera con la

bici andando unos 15cm. Era imposible rodar, así que me tocaba empujar. No podía pedalear ni en los llanos ni tan siquiera en las bajadas. Las ruedas de la fatbike se hundían demasiado y se quedaba la bici clavada en la nieve. Esto no era lo que esperaba… Pero la motivación era mucha, llevaba 8 meses preparándome. La verdad, me daba igual empujar la bici todo el día. Llegué bastante tarde al collado, pero no importaba, dado que allí en esas fechas no se hacía de noche. Había muchísimo viento, no me podía resguardar a ningún sitio, y empezaba a hacer bastante frío. Había un refugio, así que me alojé adentro. Pronto, por la mañana, salí en dirección Eyafjallajokull. Mucho viento desde el comienzo. Después de 4 hs mi Suunto Ambit peak 3 me marcó que estaba a sólo 100 ms de distancia de hacer cima pero un gran serac me impidió llegar a ella. Estaba todo nublado. La visibilidad era de 6 a 10 ms y no me arriesgué a saltar una grieta. Iba solo no podía arriesgarme. Tocaba bajar, y bajar

rápido. El motivo era que las huellas que había hecho de subida se estaban borrando por el viento. Había tenido que sortear 3 o 4 grietas y ahora empeoraba el tiempo, corría siguiendo mis huellas. Salvado. Otra vez al collado. Hablé con el guarda parque y le dije que mi intención era subir al Katla y que saldría ya y acamparía a medio camino. Él me contestó que si me quería suicidar había métodos más fáciles. Cómo?! Sí, el Katla es un laberinto de grietas. Me dijo seriamente que si salía hacia la cumbre no iba a volver, que me caería en alguna grieta. Los últimos que lo intentaron fueron una cordada de 3 alemanes y no corrieron mejor suerte hace 2 años. Tenía que resignarme y no arriesgarme. Iba solo. Si caía, no tenía ayuda posible. Seguí mi ruta. Me tocaba bajar 850m. El guarda parque me dijo que estaba loco, que por allí no se podía bajar en bici.Ya lo sabía, ya me habían advertido. Bajé corriendo por la nieve con la bici al lado. Mucho desnivel. La gente subía encordada pero



al estar tan blanda era fácil frenar. Más tarde había cadenas, cables, tipo vía ferrata. Aseguré mi bici en la cadena con una cuerda y mosquetón. La gente que me veía me decía que era imposible ir con una bici por allí. Creía que no era imposible. Solo era muy difícil y tenía que ir más lento. Seguí bajando, llegué a una zona bastante expuesta, el camino hacía un palmo y había un buen valle a la derecha. Pasé los últimos obstáculos y, por fin sin nieve, pude ver que el lugar era excepcional: el valle de Thor. Por fin tenía sentido haber traído la bici, pude ir en ella! Qué paisajes! Paré cada 2 minutos para hacer fotos.

Una vez en Thorsmork acampé. Empezó la lluvia. Por delante, había unos 60 km hasta llegar a Landmannalaugar. Un trekking de los más bonitos del mundo, eso sí, normalmente se hacía de bajada en sentido contrario. Así que a mí me tocaba portear la bici en muchas subidas. Dos de ellas bastante largas, se parecían más a un km vertical que a un camino de trekking. Estuve mucho tiempo con mi rutina desmonta-monta alforjas. Otra vez la nieve. Pasé entera empujando la bici. No era divertido. Esta nieve en julio no tenía que estar ahí. Acampé en ella. Hacía frío y todo estaba mojado. La mañana siguiente llegué a Landmannalaugar, pero antes me caí en la

última bajada. Seguía lloviendo no paraba… Ese sitio era precioso, pero el tiempo no estaba conmigo, todo era gris, nubes bajas y muchos turistas. Demasiados. Intenté refugiarme de una lluvia que estaba apretando bastante y encontré un refugio muy antiguo de piedra. Al menos ahí no llovía y podía colgar la tienda para secarla un poco. Esa tarde hallé una patrulla de Safe Iceland (es como la guardia civil de montaña de la zona) y les conté mi intención de ir al Vatnajokull y cruzarlo. Se rieron, pero ante mi insistencia me explicaron que este año aún no habían podido subir los super jeeps. Eran unos 4x4 con ruedas enormes, a lo fatbike. Ellos eran los responsables de los rescates en el glaciar, ya que los helicópteros no podían entrar por el fuerte viento que soplaba allí. La causante volvía a ser la nieve. Muchísima nieve, demasiado blanda. Las ruedas les resbalaban. Normalmente a principios de junio ya se podía subir. Me contaron que ahora había más nieve que a finales de abril y dijeron que si me pasaba algo no podrían ir. Seguí solo, no conocía la zona y no tenía posibilidad de rescate. Es el peor momento, tenía que decidir y preferí no jugármela. Antes me lo había dicho un guía que había encontrado. Ellos eran profesionales de la seguridad y rescate. No podía jugármela. Esto daba una vuelta de 180°. Qué hacía? Llevaba 8 meses planeando esto!! … y al final la nieve, lo que más me gusta del mundo me impedía subir al Glaciar. Dejé el piolet y los crampones y los envié a Reykjavik con la bolsa que me habían enviado previamente aquí con 7 días más de comida. Pero esto es como la vida y como la alta montaña, a veces hay obstáculos que no se pueden pasar. Así que decidí seguir hacia el



Este, ahora hacia el Hekla, el volcán más activo. Dormí en una granja que había por el camino. Por la mañana siguiente subí el Hekla 1488m. Otra vez el viento y la niebla.Y por la tarde la lluvia. No paraba de llover! Mi ánimo no estaban en su mejor momento. Tenía que seguir ahora hacia el Sud Oeste. El Hvannadalshnúkur a 2110 ms era mi próximo destino, la montaña más alta de Islandia. 3 días después llegué a Skaftafell. Iba por la carretera de la costa n° 1. Mucho viento de cara. Era una locura. En la montaña más alta tenía que buscar el camino de subida y al fin lo encontré. Encontré bajando un guía y 5 clientes, le pregunté cómo estaba para subir sin crampones ni piolet, y me dijo que no, que había terreno mixto! Terreno mixto?!. Pero vi la gente que bajaba y tenía claro que si ellos habían podido subir, yo también podía hacerlo. Por la mañana siguiente, no llovía, era de

agradecer, pero un mar de nubes a más de 600 ms tapaban todo. La subida empezaba a 35 msnm Así que con un rápido cálculo vi que me tocaba algo más de 2000 m+. Al llegar a 900 ya con nieve todas las nubes me quedaban a los pies. Era precioso!. Poco más tarde empezó a soplar un viento racheado muy fuerte, creí que era el viento más fuerte que había sentido en montaña. Me tiró alguna vez, por suerte ese terreno mixto simplemente eran rocas y nieve fofa. Ni aunque hubiera llevado los crampones me los hubiera puesto. Sólo era viento. Seguí subiendo y a los 1800 todo se cubrió. Era la pirámide final que emergía del Glaciar. La nieve era algo más dura. Con cuidado hice la cima. Estaba solo. Disfruté unos minutos sentado en la cima, a sotavento. Unos días más tarde llegué a Reykjavik. Tocaba sacar conclusiones. Un sabor agridulce me embargaba. Esto no había salido como tenía

previsto. Pero por otra parte había intentado hacer lo que estaba a mi alcance. Este año el Vatnajokull no me había dado la oportunidad, pero como en la vida: si no lo intentas nunca sabes hasta donde llegas. He aprendido mucho estos últimos meses sobre cómo preparar una expedición y esto me motiva para preparar otras. Esto es lo que realmente me gusta. Pero seguramente la próxima iré acompañado. Dicen que”si quieres ir rápido debes ir solo, pero si quieres llegar más lejos debes viajar con alguien”. Sólo me queda dar las gracias a mis sponsors que confiaron en mí desde el principio. Outdor Research, Suunto, Surly, Hoko, Adidas eyewear, Espai bici, Mediaframe, Runners Tgn, Sportgym y Padelgest.


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ómo te iniciás en el mundo del mountain bike? Arranca desde muy chico. Empecé a correr a los 6 años en BMX. Mi viejo corría en bicicleta de ruta…

algunos amigos viajaron y tampoco pude asistir al evento. A mis 14 años pude asistir por primera vez y la verdad que quedé, alucinado, quedé flasheado con el lugar. Fue como un amor a primera vista con Tucumán, la verdad que lo amo, lo siento como mi casa. Y a partir de ese año juré volver todos los años de mi vida… hasta hoy en día lo vengo cumpliendo. Corrí la edición N° 20…

Sí, las Aurorita… había muchas marcas… Un poco mi viejo nos inició en esto desde chico porque él lo lleva en la sangre. Compitió 5 años de su vida y después tuvo que dejar. Arrancó como un juego, un hobby, y con el correr de los años se fue haciendo mi profesión.

Me acuerdo que el primer Tras Montaña yo tenía 12 años y escuché un rumor de que se corría la Primera Edición del Rally Tras Montaña y era muy chico, no pude viajar. Al año siguiente,

No me considero un profesional sino un pseudo profesional, porque en realidad uno lo hace con la intensidad con que lo hace un profesional pero sin el descanso que tiene un profesional. Podés meter un entrenamiento muy similar en la cantidad de kilómetros o volumen pero no tiene el mismo descanso del profesional, cuando uno termina de entrenar… yo, por ejemplo, tengo una bicicletería. La gran diferencia entre el profesional y el amateur, para mí, está en el descanso. Más allá que uno no vive del deporte, creo que la diferencia está ahí.



Sí. La verdad que una carrera muy dura de 6 días que a uno lo ponen a prueba. Los primeros 4 son muy duros para todo aquel que encare el Trans Andes Challege 2016. Tiene un nivel acumulado de ascenso positivo de 12000 ms, que no es poco. Les aseguro que para alguien como yo que está muy bien entrenado, cuesta, se siente, se hace notar la altura y el desnivel. Los primeros 4 días son de aproximadamente 80 km por día, con 25000 ms de desnivel por etapa. En la quinta etapa encontramos la mitad del desnivel, un desnivel de 1200 ms y 60 km la última etapa es de crono con una escalada importante, unos 600 ms de desnivel.

Sí, totalmente distinta. Este año lo que más pudimos ver fue a través de videos. Nos estudiamos todos los videos de las ediciones anteriores. Lo preparamos con muchos fondos y salidas largas. Lo que importa no es una salida larga a la semana sino el tratar de un sábado meter 100 km y el domingo ver cómo responde el cuerpo a 120 km con el esfuerzo del día anterior. Nosotros intentamos meter 100 km el sábado, 120 km el domingo y si ese lunes es feriado tratamos de meter otros 120. Entonces, al tercer día entonces uno empieza a ver cómo reacciona el cuerpo después de dos días.

Sí, sí (entre risas) estamos hablando de meter 300 km en tres días! Yo vivo en san isidro, por lo cual acá no hay desnivel.

Hacemos una base y después los últimos meses pegamos un “acelerón”, lo que serían noviembre y diciembre que son los meses fuertes. En enero uno baja la intensidad para llegar con mucha fuerza y, lo más importante, juntar ganas, pedalear poquito para después sacarse las ganas esa semana, para volver lleno.

El primer día, un poquito pasada la mitad de la carrera pude observar es que el desnivel era importante. En muchos tramos la computadora de Garmin me marcó más de 24 % de desnivel, y la última hora quería que se termine. Estaba exhausto, sentía que no me había preparado lo suficientemente bien para encarar una carrera de esa magnitud. El nivel es altísimo, hay mucho extranjero muy bien preparado.

De todos lados, de acá de Sudamérica…de hecho la delegación de Argentina era chica. Recién este año armamos una buena delegación y va a “hacer ruido”…(risas). La sensación es terminar la primera etapa acalambrado de punta a punta, las dos piernas acalambradas: los gemelos, los cuádriceps, los isquio… a tal punto que tuve que contratar el servicio de masajes para toda la semana porque me vi venir que iba a ser muy dura, y fue así.

Nosotros veíamos cómo la gente se iba apagando de a poco pidiendo un descanso. Antes de la cuarta etapa decías “no!! Hay que arrancar de nuevo”. La verdad hubiera necesitado un dia libre después de la tercera etapa porque son hermosas, una de las carreras más lindas que corrí en mi vida pero hay que prepararla a consciencia para poder disfrutarla un poco más.

Cuando dicen “Ya” la verdad estoy tranquilo. Me preparé para eso, sé lo que tengo que hacer y sé cómo afrontarlo. Pero sí, cuando uno está en un grupo más selecto, más de punta, va un poco más solo. Este años en Trans Andes tuve la fortuna de ir acompañado de a ratos uno se va cruzando con la misma gente. A medida que pasan los días uno tiene un ritmo que sabe que no puede cambiar, porque si aumenta el ritmo sabe que después no va a poder largar y si lo baja mucho pierde mucho tiempo. Cada uno intenta mantener su nivel parejito.



Creo que es mucho más fácil prepararse para los ascensos que para los descensos… lo ideal sería viajar, no a la montaña porque tienen 800 km, pero por lo menos podemos viajar a la sierra. Tenemos sierras muy lindas donde se puede aprender técnicamente, muy cerca: Tandil, Olavarría, Balcarce. Hay circuitos de cross country muy lindos, muy entretenidos, con todo tipo de dificultades para que uno prepare bien un Trans.

Es medio difícil. Hay dos circuitos en gran Buenos Aires, uno está en Pilar (Eco Extreme), tenemos otro circuito en Ezeiza. Son circuitos donde yo preparo todas mis carreras, el Trans Andes, preparo un Transvulcania, Río Pinto…Son circuitos de tierra con infinidad de senderos con algún tipo de dificultad. Hay algunas bajadas pero no tiene más de 20 ms que es la profundidad de las tosqueras que hay ahí.

No es un zona entrenable porque hay que hacer mucha más fuerza que en una calle de tierra. Lo ideal es ir a circuitos y practicar en los senderos.

En Challenge lo que hicimos es tratar de agrupar todos los argentinos para que no estén solos porque hay mucha gente que está sola y no sabe cómo encararlo, cómo prepararlo, cómo inscribirse. Lo que les damos son todos los consejos de lo que vivimos en este 2015, los ayudamos, y vamos a partir de octubre a empezar con los grupos de entrenamiento para ayudarnos. Porque todos nos tenemos que ayudar porque solo es muy difícil. Encarar el sábado 100 k, el domingo 120 solo, es imposible. Es grupo se hace más llevadero, la unión hace la fuerza.

Creo que el 29 llegó hace 3 años y está muy instalado. El 26 es un rodado que quedó aislado. Hoy a nivel internacional es todo rodado 27 y medio o 29 y eso va a depender de la altura del corredor y dónde va a usar la bicicleta. Básicamente es por altura, si alguien mide más de 1,80 es muy raro que compre una 27 y medio, va a comprar una 29. Si alguien mide 1,60 es muy raro que compre una 29.

Alemania hace un tiempo, es muy livianito, no levanta temperatura, y en calidad de frenado es igual a un disco de aluminio pero pesa la mitad.Es un detalle, un agregado que a mí me gusta tener en la bici. Innovar. Es un disco que traje de Alemania hace un tiempo, es muy livianito, no levanta temperatura, y en calidad de frenado es igual a un disco de aluminio pero pesa la mitad.

8 kilos 400, quizás unos gramos más para un Trans Andes porque varía el tipo de cubierta. Se ponen cubiertas un poco más reforzadas para no tener que bajarme de la bici a reparar.

Es un detalle, un agregado que a mí me gusta tener en la bici. Innovar. Es un disco que traje de Lo encaro por épocas. Hay meses donde uno se cuida mucho y meses donde se relaja.Yo estoy recién llegado del campeonato del Mundo disputado en Andorra y estoy hace dos semanas “en un punto” de vacaciones en todo sentido. No estoy entrenando y me estoy dando todos los gustos. Seguramente engorde 2 0 3 kilitos pero en los primeros meses de octubre…te ponés a pedalear y en un mes los bajás. Las últimas dos semanas antes de una competencia importante es a raja tabla, me cuido 100 %. Ahora la temporada terminó con el Mundial, queda una carrera importante que es el rally de las Sierras, el primer fin de semana de noviembre en Tandil, es una carrera muy linda para el que se quiera iniciar en el mountain bike. Lo vamos a usar también como preparación para el Trans Challenge.



oal Zero nació del trabajo humanitario que Robert Workman (fundador de GZ) realizó en la República Democrática del Congo, llevando energía y luz a aldeas donde no había. Éste fue el escenario donde se desarrollaron los primeros modelos de la marca. Probaron los productos durante varios años antes de llevarlos al mercado. Con el tiempo, fueron optimizando los sistemas después de ser probados en estaciones secas, de humedad extrema, y con lluvias torrenciales. En una experiencia en Ghana, Robert Workman cuenta que vieron niños y ancianos jugando con luces, enchufando aparatos y conectándose a la energía (solar) por primera vez en la vida.

Actualmente, Goal Zero hace módulos solares y sistemas de baterías que suministran energía libre para cualquier dispositivo electrónico. Sencillos y fáciles de usar, simplemente se cargan los almacenadores a través de los paneles solares (220v o USB), se conectan en el dispositivo, y listo. Esta innovadora marca ofrece también una línea de accesorios útiles y prácticos: luces de bajo consumo y gran luminosidad, faroles, linternas, parlantes y maletas estancas de protección. Los productos han sido probados en los lugares más extremos del planeta y siempre han superado las expectativas. En nuestro país, tanto Mariano Galván en sus expediciones (en el Broad Peak llevó productos para probar), como “Los gauchos de Mar” (en la última travesía en Tierra del Fuego), también han utilizado Goal Zero. Dentro del abanico de cargadores se pueden encontrar desde teléfonos, tablets, GPS y handys hasta PCs, refrigeradores, televisores y todo tipo de equipos eléctricos como Notebooks, dispositivos 12V, cámaras reflex, e iluminación. SWITCH 8, Kit Adventure Kit: Almacenador + panel solar Nomad 3,5. Ideal para teléfonos inteligentes y equipos USB (tablets, GPS, handys, etc.). SWITCH 8: 8w/h, 2200 mAh Puerto USB salida: 5V, hasta 1A (5W max), regulado. Peso: 91grs. Medidas 12,7 x 2,5 x 2,5 cm. Tiempo de carga: de puerto USB 2 a 4 hs. De Panel Nomad 3,5 de 4 a 6 hs.

SWITCH 10, Kit Adventure Kit: Almacenador + panel solar Nomad 7. Ideal para teléfonos inteligentes y equipos USB (tablets, GPS, handys, etc). Posee 2 accesorios: potente linterna (110 Lumens) y ventilador. Switch 10: 11w/h, 3000 mAh. Puerto USB salida: 5V, hasta 1,5 A (7,5W máx.), regulado. Peso: 113g. Medidas 11,4 x 2,4 x 2,4 cm. Tiempo de carga: de puerto USB 4 hs., de Panel Nomad 7 de 4 a 6 hs. Nomad 7: puerto de salida USB (5V 1A regulado), 12V, encadenado otros paneles y micro-pin. Peso: 363 grs. Medidas: doblado 23 x 4 x 16 cm.

GUIDE 10 PLUS Kit Adventure Kit: Almacenador + panel solar Nomad 7. Ideal para teléfonos inteligentes y equipos USB (tablets, GPS, handys, etc). Cargador de pilas AA y AAA. Posee LED tipo linterna. GUIDE 10: 11w/h, 2300 mAh Puerto USB salida: 5V, hasta 1A (5W max), regulado. Peso: 181g. Medidas 10,2 x 6,4 x 1,9 cm. Tiempo de carga de puerto USB 3 a 5 hs. De Panel Nomad 7 de 3 a 6 hs. NOMAD 7 (idem de Switch 10),

SHERPA 50, Kit Recharging Solar Kit: Almacenador + panel solar Nomad 13. Ideal para teléfonos inteligentes, equipos USB (tablets, GPS, handys, etc), Notebooks/Laptops, dispositivos 12V (handys, cámaras reflex, etc) e iluminación 12V. SHERPA 50: 58w/h, 11V, 52000 mAh, c/ fusible 15A Puerto USB salida: 5V, hasta 1,5 A (7,5W máx.), regulado. Puerto 12V: 8A 100W máx., regulado. Puerto Notebook: 19V hasta 5A 100W máx., regulado. Peso: 544grs. Medidas: 11,4 x 13 x 4 cm. Tiempo de carga: de 220v 3 hs. Panel Nomad 13 de 6 a 8 hs Nomad 13: puerto de salida USB (5V 1A regulado), 14a22V, encadenado otros paneles y micro-pin. Peso: 726 grs. Medidas: doblado 27 x 4

Rockout 1 Carga directamente desde un panel o cualquier puerto USB. Caja de resonancia de madera y altavoces de tonos graves. Ofrece una gama completa de sonido de alta calidad. Tiene batería interna por lo que no se descarga el poder de su dispositivo. Dos horas de carga, más de 20 hs de música. Resistente a la intemperie.


Rockout 2 Mismo concepto que el Rockout 1 pero con comandos exteriores y parlantes más potentes. Vien en camuflado.

Rockout 2 Bluetooth Mismo concepto que el Rockout 1 y el 2, pero ahora con Bluetooth y Panel Solar incorporado. Caja de resonancia Dark Bass, Bluetooth y panel solar incorporado. Arnés elástico que te permitirá sujetar lo de donde sea. Encadenadle infinitamente a otros parlantes RockOut. El altamente eficiente panel solar monocristalino asegura que tu música suene durante todo el día, aún cuando el sol se ponga, una avanzada batería de Litio de 800 mAh continúa amplificando tus melodías por más de 10 horas con una sola carga, además de poder usar el cable USB y cargar la Rock Out2 Solar con una laptop o adaptador eléctrico en 2horas.

Luna Led Light 1 watt de luz. LED con 10 bombillas o luces. Clasificado para 20.000 hs de uso. Puede ser alimentado por Centros de carga de Goal Zero o cualquier USB 9´. Cable flexible que le permite estar segura alrededor de los objetos

Spot Light Linterna tipo busca huellas. Rango de visión de 500 m. Posee un grip de mano con botón de encendido. Potencia: 240 lúmens. Tiempo de carga: 2hs. Autonomía: 3hs. Medio de recarga: USB, paneles solares Goal Zero, cargador 12vPeso: 249g

YETI 1250 Solar Generator Kit Torch 250 All in One, Linterna, farol o luz de emergencia, panel solar incorporado. Ahorre energía con el modo de alta y baja potencia. Puerto USB integrado carga smartphones, tablets, handys, GPSs, etc. Recarga donde sea: Cable USB integrado, panel solar y dínamo para iluminar cualquier lugar, construcción robusta y durable. Resistente al agua.

Light House 250 Farol + almacenador + dínamo Puerto USB de salida. Carga por USB y manubrio de dínamo. Modo farol (1 o 1/2 lámpara) y modo baliza. Posee dimmer para que adaptes la intensidad de la luz. Tiempo de carga: 7 hs Tiempo de función: 48 hs.

NOMAD 20 Solar Panel Panel solar 20W/h. Resistente al agua y a los golpes. Cobertura de Cordura. Con inversor incorporado. Salidas USB + 12V + micro-pin, regulado y toma para encadenar con otros paneles GZ. Ideal para cargar directamente del panel teléfonos, tablets, handys, GPS y más.

Flip 10 Recargador Power Bank . Almacenador y cargador portátil. Indicador de carga. Puerto de carga USB Móvil. Formato de salida USB + accesorio cable USB/Micro USB. 2600 MA. Resistente a golpes.

Respaldo de energía para aparatos críticos como PC, refrigerador, televisores, etc. Carga a través de panel solar, 12v o de la pares (110/220v). Puertos USB, 12V y 110/220v. Generación de energía silenciosa. Excelente para su uso contínuo. Fácil de usar y controlar su rendimiento. Puedes llevarlo a donde quieras. Yeti 1250: 1200w/h, 12V, 100A, con fusible 4 x 50A Puerto USB. Salida: 5V hasta 2,1 A (10W max), regulado. Puerto 12V: 10A 120W máx., regulado. Puerto 220v: 1200W contínua 1500W picos. Peso: 45kg. Medidas 41,4 x 37 x 28 cm. Tiempo de carga: de 220v 12 hs. Panel Boulder 30 x 2 de 36 a 80 hs. Boulder 30: 2A regulado, 14/16V, 30W máx. Encadenado otros paneles. Peso: 2,95kg. Medidas: 53 x 46 x 2,5 cm.


or ahora soy el único en hacer cinco pero no, la verdad no estoy muy al tanto de la actividad porque hace bastante que otros argentinos no acompañan en esto, la verdad es medio difícil… Hice Everest, Lhotse, Gasherbrum 1 y Gasherbrum 2 y ahora el Broad Peak.

No, la verdad que no estaba en los planes pero debido a que había mucha gente trabajando. Había mucho sherpas este año, mucha expediciones comerciales en el K2, agarré y desvié un poquito la mirada y vi que era una muy buena opción




aclimatar, como entrar en calor en nada menos que el Broad Peak, que la verdad es que es una montaña muy difícil, porque las condiciones de nieve siempre fueron un dolor de cabeza para todo aquel que pensaba escalar el Broad Peak. Así que dije: bueno, voy a tratar de aclimatar ahí y luego cuando las condiciones se den, ir para el K2.

Sí, había mucha gente, muchos sherpas trabajando porque las expediciones comerciales se han multiplicado en estos últimos años. El año pasado se tuvieron casi 40 personas en la cumbre en un solo día, y este año sumado a la situación que hay en Nepal donde hubo terremotos y todo, hicieron que el K2 adquiriera cierta importancia y es por eso que se vio reflejado en un mayor número de gente, pero de “clientes” que necesitan muchos sherpas para sostener todo ese grupo de personas. Así que se vio mucha gente trabajando en la montaña, equipos muy numerosos de sherpas. Te hacen más cuidadoso porque tampoco querés interferir en la tarea. Después de todo ellos están trabajando en la montaña, están haciendo un trabajo muy difícil. Por respeto a ellos y para no interferir en la tarea que están haciendo, decidí ir al Broad Peak para hacer el proceso de aclimatación.

Sí, como siempre aclimatando de una manera muy rápida, yendo hasta el campamento 3 de un solo tirón, es decir salir de campo base vas hasta el campamento 3.

Estoy en el campo base del K2 que es donde teníamos el campamento muy bien instalado y a partir de ahí como la entrada de la montaña está a 40 minutos un campo base del otro, es muy fácil poder acercarse para hacer un intento a cumbres del Broad Peak. Comienzo desde ahí, me voy al campo 3 del Broad Peak con mi carpa, con mi tienda, siempre con un estilo muy liviano, sin nada más que 15 kilos en la mochila, ahora

agregado a lo que es Garmont se ha sumado Mountain Hard Wear y he terminado de completar el tema del equipo que me permite moverme mucho más ligero en la montaña. Entonces salgo del campo base y me voy hacia un campamento de altura que está a 6800 ms.

Había visto que debido a que las condiciones estaban muy duras debido a nieve en el Broad Peak, le había “echado el ojo” a otra vía que no se


dificultades. En la parte de entrada al Neve que esta entre los 7200 a 7400 son 200 ms había una buena inclinación, 55°, 60° y a partir de ahí empezó una escalada en roca bastante comprometida.

había repetido desde su apertura, que la hizo Carlos Carsolio, un mexicano que tiene completado los 14 8 miles, un gran escalador que compartió también con grandes del alpinismo polaco. No se había repetido la ruta, tenía menos carga de nieve, más roca. Las condiciones de la nieve hacen que te cueste mucho avanzar. Por la ruta normal, es una ruta más segura, de menor dificultad técnica pero el agregado de una nieve con muy poca consistencia hace que se transforme en algo mucho más difícil, no?. Entonces este itinerario que había elegido, tenía menos sectores de nieve pero más partes de roca, haciéndola más difícil técnicamente, con más exposición pero subsanando el tema de la nieve, que para mí era el gran problema. Estaba solo, entonces no podía compartir o abrir huella como hacen otros, como hacen algunos equipos que van cinco o seis personas que pueden ir rotando como luego haremos en el intento al K2. Elegí esa vía y la verdad es que fueron condiciones muy difíciles porque no esperaba encontrarme con la dificultad y también me llevó mucho más tiempo del que había pensado.

Yo estaba buscando eso en ese momento. El desafío de ir por una ruta no normal, de arriesgar un poquito más y hacer algo distinto. Que me aportara algo más. Porque me había molestado en cierta manera que el K2, la montaña que uno piensa más salvaje, se estuviera comercializando a un nivel de ver tanta cantidad de sherpas tanta gente que, si bien tiene el mismo derecho a subir montañas, se denominan “turistas de altura”. Van con una preparación mucho menor. Porque estás hablando de la montaña ícono por excelencia en los 8 mil, entonces uno toma muy en serio la preparación para la escalada del K2. Entonces me echó un poquito para atrás el decir:pucha, no quiero ser parte de esto, quiero aportar algo nuevo. En realidad no nuevo porque ya se había abierto la ruta, pero repetirla y sumar también un buen hito a la escalada argentina.

A 6800. Descanso un par de horas, 10, 11 horas y salgo de la tienda con un plan de que ir a la cumbre y volver podría llevarme 24 hrs. Así que voy sin tienda, sin saco de dormir, sin bolsa vivac, con muy poca agua y la comida mínima porque pensaba ir y volver en el día. Me equivoqué, encontré mayores

Venía muy bien. Las condiciones estaban dadas, era a mediados de julio y la verdad que estaba perfecto y menos mal que fue así porque paso dos vivac a la noche sin ninguna clase de asistencia, sin nada. Tuve suerte con la ventana de clima y fueron tres días para completar la ruta.

No, seguro no estás nunca y menos sin saber qué podés esperar. No hay mucha información. Carlos Carsolio abre la ruta en el '94 y no hay nada de información. Tratar de buscar una ruta es casi imposible. Ahí hay una incertidumbre total, casi como abrir un itinerario nuevo. No tenés la certeza de nada pero ya hemos tenido una experiencia previa que te permite afrontar esa clase de desafíos. La preparación, ya no es algo nuevo… con el bagaje que uno tiene de antes, te permite estar tranquilo a la hora de escalar y hacer lo que tenés que hacer. Este año fueron muy difíciles las condiciones de nieve, era como arena, super inconsistente. Empezás a escarbar y terminás patinando literalmente. En una parte de la escalada para hacer 20 ms tardé 45 minutos. Y en un momento decís “es frustrante, abandono la escalada, no tengo opción”. Eso cuando estoy a 7600 ms. sumado a eso ya se me había terminado el agua.

Por ejemplo e n la parte del Nevé, de 5°+, una dificultad de escalada moderada, te tenés que ir anticipando porque si te caés, te rompés. Para que tengas una idea, ya es vertical… Con la experiencia sabés como tu cuerpo va a reaccionar, ya estas esperando determinadas reacciones. Vas a tener calambres, la respiración, tenés alucinaciones. Vos ya sabes el deterioro que va a sufrir tu cuerpo y sí, administrás las energías. Tratás de ser prolijo, de comer a determinado tiempo… a mí ya no me quedaba más agua así que después fue resistir.


Llevo geles, almendras, caramelos… los caramelos de goma son una patada de azúcar pero tienen muy buena aceptación al gusto. Mucho de esos, barras de cereal, todo lo que me pueda llegar a entrar en una mochila de ataque. Generalmente, muy poco. Uno tampoco se carga mucho. Ya te digo, yo subestimé la ruta y me encontré con que no llevé la cantidad de cosas suficiente para lo que terminaron siendo 52 horas de escalada desde que abandoné la carpa hasta que volví nuevamente.

… ahora sí me queda el terreno fácil y solamente te quedaban 2 hrs de caminata por los 7800 hasta los 8000 ms. Ahí recién podías relajarte, no? Si es que cabe la pregunta. Después el tema era bajar, me quedaban otros 50 % de bajar por un terreno que no conocía, no podía bajar por el mismo lugar que subí. Trato de descender y después reflexiono, y me doy cuenta de que había pasado por lugares muy de casualidad y digo:- por acá no puedo bajar, no tengo cuerda… qué hago?

No, yo dejo la carpa a las 12: 30 de la noche. El primer vivac que hago es a 7600 ms a las 8 de la noche del primer día de escalada, y ese día son 20 horas! 20 hrs moviéndote. Tratás de descansar un poco… Tratar de dormir es imposible, sin ningún medio más que el mono de pluma.

No, había bajado por el otro, pero estaba equipada ya la bajada, entonces tenía esa pequeña ayuda de decir:- ya está la huella hecha, las cuerdas puestas. Para bajar, a él se le hizo un poquito más fácil. En el caso mío nadie había subido a la cumbre en este temporada, los sherpas no había fijado cuerdas sobre el campo 2, entonces tenía muchísimos metros de desnivel que hacer por mí mismo. Pude encontrar cuerdas viejas en una parte, rescato 25 ms de cuerda.

Claro, es donde no encuentro ningún lugar para poder tirarme… es todo inclinado, o sea plano inestable donde pisaba con los crampones para tener cierta estabilidad pero nunca podía relajar del todo, eso es lo desesperante. No te podés sentar en una repisa, tenés que estar con los pies trabados porque si no te vas… después de los 7800, donde me quedaban 2 hs de caminata hacia la cumbre, ahí recién podías tener un lugarcito más o menos como para tirarte, así que es muy difícil el terreno.

La cumbre… (risas), lo primero que tuve fue un clima muy bueno, la verdad que estuvo espectacular. Tenía una vista increíble. Podía ver el K2 ahí como si estuviera al lado, fue alucinante. Contento por la batalla que había librado, mi primer vivac completo, casi 7600 ms…si bien había estado escalando a otras alturas pero tan

alto… Hacia Mucho frío estaba totalmente despejado. Estaba con un mono de pluma de Mountain Hard Wear y con los interiores siempre de Garmont, así que bueno, entre esas dos cosas me hicieron pasar una noche aceptable a 20° más o menos a la noche, así que bien, una noche tranquila. Eso de poder mirar para atrás… yo sabía que esa ruta no se había repetido y fue una cumbre de crecimiento, de decir, “pucha, di batalla, pude plantearme un objetivo, hacer algo distinto, y me gusto esa sensación”. Ahora miro las rutas normales y no es que las despreciás ni nada pero decís:- “hay otro mundo al ladito de las rutas normales que está muy interesante”. La sensación que te queda es de dar verdadera pelea, está bueno. Me llenó mucho la cumbre del Broad Peak, fue como decir, voy a probar una ruta, tengo la opción de fracasar, no?. Pero voy a intentar algo distinto. Fue muy satisfactoria pero también muy dura. Hacía como 12 horas que no había tomado agua, el último sorbo de agua, que trataba de derretir un poco de nieve en la botella que llevaba adentro del enterito…

Sí, metí la nieve y nunca se enteró que estaba adentro del enterito… todo estaba un poco complicado…. A pesar de eso, fue una cumbre que disfruté muchísimo en todos los sentidos sabiendo que era peligrosa la bajada, que no tenía una línea, no la conocía, no sabía con qué dificultad… una vez que pasó, la felicidad de la cumbre es volver a preocuparse en lo que hay que hacer, la bajada.

Estás todo el tiempo chequeándote, analizándote y viendo cuánto te va deterioran-


do… estás todo el tiempo midiendo tu desgaste con la dificultad que te toca enfrentar, reevaluándote, viendo tu balance energético, “hasta qué punto doy” y en qué punto decís: “no, acá me tengo que volver”. En la bajada, en ese momento, ya se sentía el cansancio de la intemperie durmiendo muy poco y no saber qué te va a esperar. Habían pasado de unas 30 a 32 hs escalando. Me quedaba sobre terreno desconocido, y sabía que tenía que conseguir cuerda de alguna manera. Por suerte pude encontrar restos con los que llegue a 25 ms de cuerda.

A 7700 ms más o menos, pude encontrar restos de cuerda fija, muy cortadas todas para poder usarla así que fui anudándolas y con eso fui descendiendo y desescalando el filo que es muy es muy expuesto, y teniendo que usar la cuerda para hacer algunos rapeles porque había sectores muy verticales. Ya no sabías si pisabas la nieve a dónde te ibas. Hubo algunos momentitos entretenidos porque la verdad es que a veces te caías por la inconsistencia de la nieve y te encontrabas metido en huecos, y

agradecías tener una cuerda. Hasta que finalmente alcanzo el col a 7600 mts y ahí fue que me pude relajar un poco porque sabía que el terreno era relativamente sencillo.

De a poco Mariano comenzó a recordar la soledad de esta increíble aventura y, entre risas y recuerdos vivos, también relató lo que su mente fue creando por efecto de la desesperación y la escasez de provisiones. Desde lo humorístico y con pinceladas de una dura realidad camino al Broad Peak, el montañista que desafió la altura, siguió su relato…

Sí, era muy raro eso porque estaba deshidratado. Ya se venía la noche. Leía el altímetro y no se veía bien si podía tener un poco de altura más abajo. Alcanzo el col y tengo un terreno más fácil, no sabía si confiar bien en el altímetro o no, entonces dije “ no sé si hay alguien que puso una carpa más arriba”. Estaba tratando de hacerme sentir ahí por si había alguien cerca. La verdad es una desesperación

porque ya sabés que vas a tener que pasar otra noche más ahí a la intemperie y no es agradable un segundo vivac sin agua. El agua ya se me había terminado hacía como 20 hs. Por si acaso gritabas, por si acaso te hacías notar con:- eh ¡! ( gestos y silbido entre risas) acá estoy, si alguien tiene agua!!!

Completa! (Risas), A mis amigos les pedí en un momento…

Gritando en inglés!! (Risas) por si acaso! Help! Jajaj porque digo, si grito en castellano por ahí no me dan bolilla, entonces dije, no. Tipo bicho (señalándose sonriente) grito en inglés para que me entiendan. No, un desastre, no había nadie ni cerca … Al rato grite: I need watter!! (Risas) help, watter!, decía. La verdad, patético, patético… La verdad me da vergüenza. No sé para que lo cuento, me da vergüenza hasta a mí mismo!

Muy al límite. Y pasó también de empezar a ver gente alrededor mío… gente que no existía, obviamente. Gente que estaba vestida de calle.



Así, pantalón, buzito “tranqui” y en un momento como que dice:- dale vamos. Yo estaba acurrucado sobre la mochila a 7200 ms en el segundo vivac. Sabía que esto era lógico.

Yo les decía:- claro, ustedes la ven fácil porque el único que tiene frío acá soy yo. Como diciendo: yo sé que ustedes son (gestos)… están pintados, digamos… (risas) son de mentira. Claro, y el único que pasa frío acá soy yo… jajaja

Están mezcladas, aparece la gente ahí y vos esta acurrucado, hecho una bolita, y la gente está ahí tranquila, te hablan. Otros también me dan consejos y me dicen:- no, no, vos seguí por acá que va bien…y vos hablás con esa gente.

Son como reales, pero vos te das cuenta que son parte de tu alucinación, pero coexisten y vos sos consciente de que estás jugado, que estás al límite, que tu cuerpo está deshidratado, que tu cuerpo ve cualquier cosa y que es muy común que vea alucinaciones. Sigue siendo muy anecdótico, muy divertido, la verdad.

Puedo cometer errores y los cometí. Paso de estar caminando y tener que cruzar una remalla, que es como un quiebre y vos ves que se te termina ahí, es como un quiebre que quedó. Una remalla es eso, una fractura en el hielo y un cambio de nivel.

Eran 3, 4 ms más o menos, y me pasó de que iba caminando, queriendo poder sortear esta remalla, y esta fractura en el hielo y como que no se terminaba más para mí, para mi percepción del tiempo. Era como seguir, seguir. Me decía: acá algo pasa. No sabía si estaba durmiendo, soñando, o qué. Entonces decido que se tiene que terminar ahí. Me cuelgo de mis herramientas y caigo, 4, 5 ms sobre la nieve. Obviamente me pego un buen revolcón. Me despierto realmente y ahí se me fueron todos los amigos. Y bueno, quedo ahí y digo, puedo cometer un error mucho

más grande. Tantas horas, se me podía haber roto un tobillo nada más, no te digo que te pasa nada, un tobillo y chau. A quién llamás, a nadie. Entonces sabés que podés cometer errores, los cometés. El tema es la gravedad de los mismos, no?. Así que a veces asusta un poco saber que tu cuerpo está en determinadas condiciones, muy deteriorado, y que vas a poder cometer errores.

A los 7200, ya ahí, después de eso decido pasar la noche y esperar a que se aclare porque... La segunda noche, al raso y digo: no, basta ! . Esto debe terminar acá. Y esperé. Eran como las 11 de la noche y tuve que esperar hasta las 4 de la mañana que empiece a aclarar y tener un rumbo para seguir. Y ahí de nuevo… de nuevo acurrucado con los amigos charlándote.

Nada, ya estaba jugado sabiendo que la tienda estaba muy muy cerca. Nada, estaba a una hora y media, dos horas de caminata, que no es nada después de todo esto.

Si, que tenés todo. Hasta que amanece… encuentro el rumbo, veo la tienda y voy. Y casi a media hora de mi carpa había una tienda donde escucho que hay gente. Agarro y le digo… “my


Friends, watter” . Me convidan agua, unas galletitas? . Yo feliz de la vida. Decís: por Dios! , ahí valorás tanto el agua y la generosidad de la gente, no? Y vos decís: ya con esto estoy, ya llego a mi tienda y ahí ya tenés el calentador, más comida… sabés que ahí no ha terminado la escalada pero fue una gran parte de la misma y esto fue una muy buena aventura.

Totalmente. La expedición si bien no la publiqué, tenía como objetivo el K2, que es la montaña para la que creo que uno se prepara toda la vida cuando te empezás a meter en esto de los 8000. Entonces tampoco quería desviar mucho la atención en lo que era el K2 porque

sabés que te lleva todo. Tenés que ser muy prolijo, muy respetuoso. Y bueno, hasta que pasaron un par de días y logramos hacer un intento de cumbre con un equipo muy muy fuerte de escaladores que nos reclutamos entre nosotros charlando en el campo base. Las condiciones estaban duras…

Estaba con un español, con gente de Ecuador en el Broad Peak… Todos contratamos la misma empresa, cada uno tenía su objetivo, su ritmo y su condiciones particulares de escalada, no?. Yo elegí aclimatar en el Broad Peak. Otros aclimataron exclusivamente en el K2. Cada uno tomaba su estrategia, pero para hacer el intento a

cumbres del K2 logro asociarme con unos suizos que andan muy fuerte y que ya habían tenido otro intento, y con Mike Horn otro sudafricano explorador de mucho renombre que es un personaje que ha hecho cosas increíbles, y con Carlos Suarez que es un escalador de primera línea de España. Así que con todos ellos formamos un equipo muy fuerte para intentar el k2, con un estilo en el que coincidíamos, porque en dos días y medio teníamos que lograr hacer cumbre y bajar, volver de un campamento de 3 a 7200. Para el K2 es muy poco tiempo así que coincidimos en objetivo, en capacidad…

Sabíamos que se venían nevadas grandes. No había chances de decir: “tenemos otra


chance”, éste es nuestro último cartucho lo vamos a disparar y ver qué sale. Llegamos a los 7200 de un solo tirón, al campamento base que está a 5000 ms. y el campamento 3 así que fue de un solo tirón escalar 220 ms nada menos que en el K2.

Fuimos todos al K2 de esa manera, fue un esfuerzo muy grande. A partir de ahí salió de que las condiciones no eran las óptimas, que podíamos seguir escalando un poco más pero sabíamos que no teníamos chances de ir a la cumbre. La mayoría de ellos ya habían intentado el K2 así que dijimos “no, no tiene sentido que nos esforcemos por nada”. Yo estuve esperando hasta último momento la decisión de ellos…”si se bajan yo me bajo, si ellos suben un poco más yo subo”. Al final terminaron decidiendo que se bajaban y “chau”, nos bajamos.

Contentos. El K2 se va y se intenta una vez, y después lo escalás. Tenés que ir y hacer el approach: vas, sentís, ves cómo es la verdadera montaña, porque podés ver, leer libros pero hasta que no estás ahí no entendés cómo

funciona. Eso es lo que fui a hacer este año, fui a entender cómo funciona el K2, a tener verdadero contacto con la montaña y espero poder volver y concretar el objetivo, que es llegar a la cumbre.

Fueron cinco años con cinco cumbres, porque un año hice dos cumbres. Vas marcando un hito en cuanto a la eficiencia. Por ahí vas a ver escaladores de otros países que tienen 14 8miles pero les llevó 30 trepadas. Esto habla muy bien en cuanto al rendimiento, la preparación y lo acertado de los planteos que uno se hace para este tipo de montañas. Contento por ese lado.

Por supuesto que te cambia. En cada expedición es un aprendizaje nuevo. Uno cree

que ya sabe todo y siempre te queda algo nuevo por aprender, como fue el año pasado con el tema de las congelaciones de Tibet. Siempre tenés algo para aprender y la verdad que va haciendo crecer tanto en la profesión de guía de montaña como de escalador. Yo siempre lo veo no como un gasto sino como una inversión para crecer en los dos aspectos más importantes de mi vida que es ser guía de montaña y escalador. Esperemos conseguir todo el apoyo en esto, porque es un trabajo en equipo muy grande, si bien se ve reflejado en una sola persona, pero hoy por hoy ya hay mucha gente que te está apoyando y que te banca en pequeños grandes detalles. No escalás solo, escalás con un grupo grande atrás. Cuando me preguntan por qué llevo la bandera en la mochila, digo “porque representa la familia, los amigos y los que te están apoyando”. No sólo representa la imagen de un país, la bandera representa mucho más, es decir: “hay gente atrás”.


a aventura del argentino de 52 años que perdió la movilidad de sus piernas desde el año de vida por la polio. Llegó a los 5600 metros, la altura más elevada en que se puede arribar con ese medio. Hace un año unos documentalistas le propusieron subir a Corona del Inca, en La Rioja. La idea lo entusiasmó y empezó a buscar una bici de brazos para hacer descensos. La probaron en las pistas Denver en verano, pero no era la ideal. Consiguió otra y el ensayo fue en Costa Rica y en las Altas Cumbres cordobesas. Se viene el documental y la nota en Andar Extremo n°39.

oracio Gratton, María José Moisés, Cintia Percivati e Ignacio Elorza realizan la apertura de un big wall de gran calidad en la misma pared brasilera de “The place of Happiness” que Gratton abrió con Stefan Glowacz, Holger Heuber y Ed Padilha. En breve el documental.

l japonés, conocido como “Golden Bolt”, acaba de pasar a la historia al obtener el Récord Guinness como el hombre más veloz del planeta para mayores de 105 años en una pista de Kyoto aunque aparentemente no quedó contento con su desempeño.

eportistas escalarán dos cumbres del Cordón de Plata para juntar fondos con los que comprar el equipo para el Hospital de Gonnet de La Plata. Subirán los cerros Lomas Blancas y San Bernardo desde el 28 de octubre.

E


l jueves previo a la carrera a la noche ya estábamos instalados en Villa La Angostura con ansias para correr en la modalidad de 100km. Por más que queríamos el clima no cambiaba, fueron tres días de lluvias intermitentes, frío y viento. El día de la carrera como no podía ser de otra manera amaneció más frío que los días anteriores y no paro de llover durante toda la carrera con una temperatura promedio de 7°. La largada fue el domingo a las 8 de la mañana desde la costa del Lago Espejo. De arranque se empezaba en subida que sumado al frío si no estabas acostumbrado te sacaba el aire rápido, después de unos 500 metros ya se agarraba el asfalto y de ahí empezar al disfrutar el paisaje hermoso de la ruta de los 7 Lagos, “disfrutar” es una forma de decir porque mientras estas en carrera casi no miras para otro lado que no sea para adelante y el piso, pero el excelente paisaje hacia que de vez en cuando perdamos la mirada hacia el horizonte. La carrera es en modalidad autosuficiencia (la organización junto con el kit entregaba un

pac k de 6 botellas de agua de 1,5 litros y 6 botellas grandes de Gatorade) y como cada equipo se tenía que encargar de su hidratación y llevar a sus corredores donde tomaban cada posta durante todo el camino había autos que te alentaban y te tocaban bocina haciendo más llevaderas la subidas y la lluvia. Si bien en una carrera todos son rivales se siente el compañerismo entre los corredores con el aliento en cada momento al pasarse uno al otro con el clásico: -vamos que falta poco!. Cuando menos lo esperaba ya se terminaba el primer tramo que fueron 18 km, el más corto pero el más duro en cuanto a subidas. Se pasaba el chip al segundo corredor bajo una lluvia molesta y allá sale a disfrutar el tramo más largo de 22 km. Las subidas y las bajadas son una constante en esta carrera y así fueron pasando los 22km de la segunda posta, llegada y cambio rápido de

chip para que salga el tercer corredor, faltaba poco para que la ruta se haga más concurrida ya que a los 50km largaban los equipos que hacían 10km cada corredor. El paisaje seguía maravillando a los que ya habíamos corrido y calmando un poco a los que todavía les faltaba correr. Las preguntas de: - vas bien?, -querés algo? se repetían continuamente y no sólo al corredor de tu equipo si no al resto de los competidores también. Curva va curva viene, bajada va bajada viene se terminaba la tercer posta. Por tramos el viento se hacía sentir cada vez más fuerte, si te agarraba mal parado te hacia dar algunos pasos para atrás. Por fin llegó el turno del último corredor del equipo, el que se tuvo que levantar a las 6 de la mañana para recién corrió a las 3 de la tarde. Es


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el que todavía casi ni comió por estar pendiente del resto del equipo pero a su vez al que le tocaba el tramo menos complicado, desde allí se podía observar San Martín de los Andes. Ya teníamos señal de teléfono y todo volvía a la normalidad, se podía calmar la ansiedad de los amigos y familiares que no habían viajado pero querían saber como iba todo. Se vino la bajada final, el resto del equipo esperando para terminar todos juntos y la tan esperada llegada, se terminaban para algunos los fuertes

Hace 8 años cuando deje de entrenar, nunca me imagine, que un día iba a venir una persona a la que sólo conocía de verla cada tanto y me iba a proponer correr una carrera por postas en el sur. Y así fue, casi sin tiempo para decidirme le dije que sí. La carrera era en equipos de 5 corredores por la ruta de los 7 lagos, 100km en total por postas de 20 km cada uno. Imaginen si apenas conocía al que me invito al resto del equipo no lo había visto nunca. Por la distancia y las obligaciones de cada uno el destino quiso que nos viéramos por primera vez 10 minutos antes de tomar el avión. Iban a ser 3 días juntos y así fue. Fueron 3 jornadas donde parecía Equipos 100 km Damas Elite 1° “Las Cabras” 9:22:49 2° “Las Morning Cata” 9:33:51 3° “Lady`s Team” 9:59:15 Caballeros Elite 1° “Northface Running Club” 6:20:41 2° “Santiago Coria Steel Run Club 2" 6:52:19 3° “Los Puntines...” 7:00:24 Caballeros Master 1° “Lavadero Lubri el Oso” 7:19:02

meses de entrenamiento, para el responsable del equipo se terminaba la tensión para que todo salga bien, para el novato llegaba la satisfacción de volver a casa con el trabajo hecho y no haber defraudado. Para otros simplemente se terminaba una carrera más. Pero para todos comenzaba una nueva meta, pensar en la Hi Tec 7 Lagos del próximo año.

que nos conociéramos de toda la vida, nos divertíamos, jodíamos y nos cargábamos todo el tiempo. Fueron días de disfrute total y de sufrimiento (el de la carrera). El clima que nos tocó no fue el mejor, los tres días con lluvia intermitente y el de la carrera el peor de todos, la temperatura no superó los 8° además de la lluvia y el viento, pero eso no importo tanto. Quiero agradecerle a Martín Liguori que fue el que me invito, al Patricio Gentile, Marito Bianchi, su hermana y a Gonzalo por haberme aguantado esos tres días. Estos son viajes que no se olvidan.

2° Bariloche Run 7:42:05 3° “Era lo que había” 7:48:32 Caballeros Veteranos 1° “Los Abuelos” 7:51:14 2° “Circulo Atle. Veteranos Neuquen” 8:13:24 3° “Clavos de Morales” 8:14:07 Mixtos Elite 1° “Caro25" 7:44:10 2° “Below Eight” 8:09:41 3° “Vo2max running” 8:25:34

Mixtos Master 1° “Vikingos” 8:51:12 2° “Las Liebres” 8:53:44 3° “Tierra del Fuego” 9:34:48 Equipos 50 km Damas 1° “Mandale Fruta” 4:26:20 Mixtos 1° “Sercrossfit 1" 3:52:47

Caballeros 1° “Reyes Gim” 3:52:28 Individuales 20 km Damas 1° Yennifer Castro 1:26:01 2° Mercedes Elena Sánchez 1:37:00 3° Mariana Carolina Fernández 1:40:47 Caballeros 1° Mathias Chazarreta 1:08:22 2° Luciano Daniel Pared 1:12:40 3° Francisco Grill 1:16:22



a desde el día sábado en el Polideportivo Municipal, se palpitaba un clima festivo con muchísimos grupos de entrenamiento que animaron una hermosa jornada. La espectacular pantalla instalada por el Club de Corredores en el gimnasio, fue el centro de atracción y punto de reunión de todos los que no quisieron perder la oportunidad de tener su foto

personal de acreditación con el sensacional fondo de la misma. En el playón contiguo y al calor del hermoso día, la nutrida y colorida Expo Adventure Race ofreció a los participantes la posibilidad de encontrarse con todo tipo de productos, accesorios, indumentaria, alimentos energéticos y todo lo necesario para enfrentar el domingo una apasionante competencia.

Puntualmente a las 09:30 hs dio comienzo la prueba con la clásica largada desde la Avda. Bunge en dirección a la playa. Los primeros 5,5 km fueron por la costa, casi sin viento y con una temperatura ideal para competir. Más allá de la “Frontera” estuvo instalado el primer puesto de cambio para la Categoría Postas y luego de allí los corredores se internaron en una zona de bosques, con senderos de arena más rápidos que lo habitual, habida cuenta las copiosas lluvias registradas en toda la Provincia la semana previa al evento. A partir del km 10, el plato fuerte del recorrido fueron los enormes médanos que corren perpendiculares al mar, uniendo el mismo con la zona de la Ruta interbalnearia Nro. 11. Montañas de arena se mostraron como el principal escollo a vencer, en tanto su tránsito demandó el mayor gasto de energía en todos los competidores. Para entonces los punteros de competencia imprimían un ritmo rápido, aprovechando la mayor compactación del suelo y las excelentes condiciones climáticas. En cada uno de los puestos de cambio de las Postas (km 12,5 en proximidades de la Ruta 11 y km 20,5 en la zona del Barrio “La Herradura”), centenares de acompañantes, familiares y amigos brindaban un caluroso saludo a los competidores a su paso. Luego de duros y extenuantes 27,5 km y con un tiempo de 1h:51:33, Diego Chavez cruzó la meta alzándose con la victoria, seguido por Emanuel Blanchard con un tiempo de 1h:53:51 y Gonzalo Pardo con 1h:56:16. En damas el triunfo correspondió a Soledad Virasoro con un tiempo de 2h:25:51, ocupando el segundo lugar Cecilia Urtubey con 2h:29:09 y Alessandra Cavallero que completó el podio con 2h:31:19. En Categoría Equipos el triunfo correspondió a “Malgor Team” con un tiempo de 2h:02:29 y en Postas la victoria


Caballeros 1° Diego Juan Pablo Chavez 1:51:33 2° Emmanuel Blanchard 1:53:51 3° Gonzalo Pardo 1:56:16 Damas 1° Soledad Virasoro 2:25:51 2° Cecilia Urtubey 2:29:09 3° Alessandra Cavallero 2:31:19 Equipos Caballeros 1° “Malgor Team” 2:02:29 2° “Crinigan Athletic Gr” 2:05:48 3° “M.C Running” 2:09:52 Equipos Mixtos 1° “X Nuestros Amores” 2:15:26 2° “Es el Fin” 2:26:40 3° “Pipi Run” 2:31:12 Equipos 90 años 1° “Bolsa Pack/SLX Club” 2:25:44 2° “Jcj” 2:26:56 3° “Maravillosos” 2:33:08 Damas 1° “I Love Runn” 2:45:20 2° “Un Fondito” 2:49:52 3° “Bombón y Bellota” 3:01:17 Postas Caballeros 1° “Ceo Team 1" 1:57:25

fue para “Ceo Team 1” con 1h:57:25. Una multitud de corredores y un hermoso día, sumado al magnífico escenario pinamarense, construyeron el escenario perfecto para una jornada inolvidable del Terma Adventure Race, que cerrará su edición 2015 el 1° de Noviembre en Miramar, en otro circuito que promete una competencia muy divertida para disfrutar a pleno.

Viajamos desde la ciudad de La Plata 10 atletas y amigos por, con el corazón lleno de ilusiones ante una nueva competencia y con la camiseta pintada en la piel y el alma como lo que somos: “Halcones La Plata”. Amanecimos un día domingo (como años atrás) otra vez en la ciudad de Pinamar con un objetivo firme: desafiar nuevamente médanos, bosques inundados de pinares y playa. Cada uno, como los muchos atletas que viajaron a

correr, fue con metas diferentes, algunos a correr la distancia completa de 27km en forma individual y otros a tratar de ganarle al reloj en las postas, conformadas por 4 integrantes. Nosotros particularmente fuimos con dos equipos conformados para las postas, Halcones I, representado por Patricio Balbi, Raúl Balbi, Araceli Di Lisio y Ricardo Galán; Halcones II, formado por Rubén Espíndola, Matías Hernández, Silvia Emmerich y Jordana Koon, y no podían faltar los valientes y los más osados del grupo que desafiaron los 27 km de punta a punta, en este caso Zapata Guillermo y Sánchez Jaime. Ese día la mañana se mostraba calma, con una suave brisa que nos estremecía mientras calentábamos motores muy cerca de la largada. Por supuesto existían los nervios y mientras creíamos ser los únicos ansiosos, veíamos a miles de corredores abocados a ultimar detalles. Algunos llenaban sus mochilas hidratantes, otros sus cintos de hidratación. Cargaban geles, barras de cereal y se escuchaban consejos por doquier.

Clases individuales y Grupales Todos los Niveles Días Especiales para Principiantes

Postas Damas 1° “Pat Runners” 2:30:56 Postas Mixtos 1° “Jm Team” 1:57:53

No podían faltar las anécdotas de muchos expertos, para los novatos que no tenían ni la más mínima idea a dónde iban a correr… sólo un pantallazo de lo que sería el recorrido era lo que boyaba en sus cabecitas. La hora se acercaba. Fuimos a ver el mar como muchos y a sacarnos fotos, como si nos despidiéramos del mundo. El reloj se iba acercando en la cuenta regresiva de la largada, muchos fotógrafos y el infaltable canto de foto, foto, foto!, tratando de llamar la atención para que quede registro de que

Quilmes

GIMNASIO

Quilmes Way

Calle 9 de Julio n° 334 Quilmes - tel: 4257 3453


habíamos estado allí, en esa carrera, tratando de ganar al peor de los contrarios: nosotros mismos. Vino la foto grupal frente al arco, las últimas risas, abrazos y el momento de la despedida de los compañeros que iban a los puestos de control asignados para cada posta. El abrazo contenedor a los más valientes que fueron a la largada sabiendo que tenían que superar 27 km conformados por playas, bosques, y médanos. Parece que los recuerdos actúan como un anecdotario sin fin, pero nada de eso alcanza, hay que entrar a la manga de largada con miles de corredores de diferentes localidades de la Republica Argentina, ahí cruzamos amigos de otros teams, conocidos de carreras que fuimos en otros tiempos. La hora se plantó. Último minuto. Miré hacia adelante, hacia mis lados y al cielo, buscando esa fuerza necesaria para poder ganarle a la arena. Y así como Halcones que somos, comenzamos nuestro vuelo por las arenas brillantes y ásperas de las playas pinamarenses. Era increíble ver esa enorme cantidad de almas ,con sus remeras color gris y verde manzana desplazarse como una manada de lobos salvajes, muchos a paso vivo, como lobo tras su presa, otros como danzando al son de la música que daba el viento y la marea en sus oídos. Primero sobrevino la playa con un trayecto firme donde cada uno buscaba encontrarse a sí mismo, eligiendo el paso que lo haría soportar la entrada a los médanos de la zona denominada La Frontera. De pronto, se escuchaban los gritos: “acá...acá!”, de cada uno buscando a su compañero en el primer cambio de posta. Y tal como una hilera interminable de hormigas nos adentramos en los médanos. Se veía a lo lejos por las partes altas, a los corredores luchando contra el viento, las subidas empinadas que no dan tregua deteniendo hasta el más experimentado, y haciéndonos muchos la misma pregunta: ¿“ que hago acá”?. Pasa por un instante la duda, luego otra vez nos enfocamos en continuar con el

peregrinaje y darle fin a los médanos, no sin antes pasar por el segundo cambio de posta sobre un enorme médano situado casi sobre la Ruta 11. Así nos adentramos en los bosques de la Herradura, por supuesto bebiendo agua y esperando por ella, cual beduino buscando un oasis. Cuando nos quisimos acordar, estábamos transitando a paso veloz por las calles de la ciudad, `pero solo era un pequeño trayecto. Doblamos y de pronto estábamos otra vez con el mar queriendo mojar nuestros pies. Último tramo por la playa, el aliento de otros corredores y un objetivo: terminar como muchos aquello que habíamos empezado. Casi estamos tocando con la mirada aquel grupo de personas a lo lejos que nos marca que es el fin del recorrido, avanzamos

con el viento sobre nuestra cara ya exhaustos, con las piernas doloridas, pero con una satisfacción increíble de haber hecho otra vez esos 27 kms interminables. Fin de la playa, ahí están nuestros compañeros de posta y los de muchos más, esperándolos ansiosos para recorrer esos últimos 300 metros que dan la gloria de haber ganado otra batalla en equipo. Para los que corrieron individual está el aliento de todos los que saben que lograron vencerse a sí mismos, coronándose reyes de los médanos por un año más. Para aquéllos que fuimos y logramos el objetivo, buscaremos una excusa para volver el año entrante. Para aquellos que no pudieron, volverán por la revancha seguramente… así es la esencia del corredor.


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a aventura dio inicio en Piedras Blancas. Se puede llegar a este lugar en cualquier tipo de vehículo o tomando el ómnibus Buttini en la terminal de Mendoza. Si se elige la última opción, se deberá descender antes de que la unidad doble hacia la derecha, con destino a Los Zorzales ubicado a 1 km de distancia de Piedras Blancas. Continuar en la misma dirección (observar los carteles para no confundirse con el camino que va hacia vallecitos) hasta encontrar una tranquera, luego un piletón de agua, el arroyo morteritos y finalmente el puesto donde se puede dejar el vehículo y acampar.

Era de noche, el cielo estaba despejado y el reloj indicaba las 22:30 horas. Las hermosas estrellas mostraban el camino a seguir y así lo hicieron por largo tiempo hasta tener que utilizar la linterna porque el terreno se había puesto complejo, debido a la cantidad de rocas que se hacían presentes sobre el sendero. Seguí caminando varias horas por la quebrada de vacas; más precisamente al lado del arroyo morteritos, el cual tuve que cruzarlo en varias oportunidades y cerca de las 4 a.m. decidí realizar un vivac por la poca visibilidad, por el cansancio físico y porque empezaban las dudas

sobre si estaría en el sendero correcto (era la primera vez que visitaba el lugar). Estando acostado dentro de la bolsa de dormir, observaba y disfrutaba de las estrellas como si fuera la primera vez que estaba en la montaña. Intente dormir pero no pude; sentí culpa de estar acostado, y por ese motivo, a la hora me encontraba caminando nuevamente. A lo lejos se veía una bifurcación donde los arroyos descendían de ambos lados. Decidí ir por la derecha donde terminé perdiendo tiempo, ya que me había alejado de la ruta. Más tarde continué por la izquierda. La pendiente del terreno se hacía más pronunciada a medida que llegaba al portezue-

Cumbre del Cerro Platita

El libro de cumbres que se volvería a abrir luego de 22 años.


Cruzando un campo de penitentes

Ascendiendo el Cerro Platita siendo los protagonistas el Cerro Negro y El Plata

El Aconcagua desde la cumbre del Cerro Nieveros

lo; allí la naturaleza me volvió a sorprender al ver la laguna del Platita. Mientras me acercaba encontré el lugar perfecto para pasar la noche. Terminé de armar la carpa y fui en busca de conocer la cumbre del Cerro Platita que estaba relativamente cerca. Llegue emocionado a la cima; el paisaje desde ese lugar me dejaba sin palabras. Se podía observar la laguna (pequeña desde esa altura), el Cerro Negro con sus más de 5300 msnm, la pared sur del Cerro Plata siendo la montaña más alta del cordón con sus apróx. 6000 msnm, el Cerro Nieveros con sus más de 5400 msnm (estudiaba por donde iba a intentar ascenderlo al día siguiente) y la quebrada de casas, en donde acamparía el segundo día. Luego de sacar fotos y firmar testimonio de cumbre, descendí hacia la carpa. Durante la noche, las ráfagas de viento eran tan fuertes, que decidí sacar las varillas por miedo a que se rompieran.


La cara sur-oeste del Cerro Plata. Desconocida por los andinistas.

Al día siguiente, descendí hacia la quebrada de casas. El campamento lo hice al lado de un bloque errante (roca enorme que ha sido arrastrada y depositada en ese lugar por los glaciares). La jornada de marcha no superó las dos horas; el viento venía de varias direcciones y como necesitaba descansar lo mejor posible, terminé obsesionándome con el armado del pircado, para la protección de la carpa. Estuve más de 5 horas levantando rocas pesadas y pensando en que podía ser útil para futuras ascensiones, como así también, para que otras expediciones la utilizaran. Al atardecer, a pesar de que las ráfagas de viento eran muy fuertes, no lograban moverla. El tercer día me desperté tarde, al no escuchar el reloj. Inmediatamente salí de la carpa para observar como estaba el clima. Espere una hora, debido a que las nubes dificultaban la ascensión, hasta que opté por intentarlo y a buen

ritmo ascendí hasta el filo, queriendo recuperar el tiempo perdido. El viento era fuerte, por ese motivo las nubes no seguían avanzando y tapando el bello paisaje que se apreciaba; pero a la vez dificultaba mi ritmo de marcha, desestabilizándome y haciéndome perder el equilibrio. A pesar de tener que luchar contra él, disfrutaba transitar por el filo y en muchas oportunidades agarraba la cámara para sacarle fotos a la pared sur del Cerro Plata. Los glaciares se veían increíbles, como así también la laguna y el Cerro Platita. Iba ganando altura como podía. Trataba de refugiarme detrás de las grandes rocas. En la parte final, el viento me hizo caer en más de una oportunidad, hasta tener que empezar a gatear y de esta manera llegué a la cumbre. Buscando el testimonio de la última ascensión; encontré un libro de cumbres que habla sobre la historia de este cerro. Desde su

última ascensión habían pasaron casi 22 años sin recibir visitas. Descendí de la cumbre hacia la quebrada de casas intentando acortar distancia con el campamento. Recuerdo haber tenido que atravesar un campo de penitentes, los cuáles no fueron sencillos, y como si fuera poco, el viento siguió molestando hasta que estuve dentro de la carpa. El último día (el de regreso a casa), las ráfagas de viento no permitían que abandonara el campamento, debido a que eran muy fuertes y avanzar con la mochila pesada era desgastante. Tuve que hacer un gran esfuerzo para llegar a la laguna del Platita y descender el portezuelo, para ingresar a la quebrada de vacas donde todo volvió a la normalidad. Al mediodía me encontraba en Piedras Blancas, esperando el ómnibus Buttini que me llevaría a la terminal de Mendoza.


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e cruzaron miradas, comentarios por lo bajo y empezamos a preguntarnos que era para Christian Ferrari un 6000 barato y efectivamente era el Volcán San Francisco, en plena cordillera Catamarqueña. Desde ese momento, todo el equipo comenzó a investigar su logística: ubicación, climatología, rutas de acceso, de ascenso, y por sobre todo a buscar Sponsors que nos puedan ayudar a llevar a cabo la expedición. Fueron pasando los meses y nos contactamos con personas que ya habían estado o anduvieron por la zona. Busqué y observe cientos de fotos por semanas para saber con qué nos íbamos a encontrar, ya que ninguno de nosotros había ido y trataba de conocer sus rutas de ascenso, campamentos, y el equipo necesario para afrontar a este gigante. Y así empecé a entrenar diariamente bicicleta, natación y correr, para estar a la

S

"Altura" de las circunstancias, ya que este sería mi segundo viaje a la altura y no quería desentonar con el resto de grupo. Finalmente llegó el 03 de octubre, la fecha de partida, en donde se daría inicio a esta gran aventura! Y eso que era un sueño hasta el momento, se empezaba a cristalizar. Cargué el equipo en la camioneta, pasé a buscar a Ulises, luego a Diego y a Christian y partimos hacia nuestro destino inicial: la ciudad de Tinogasta Sábado 04 de Octubre: al mediodía y zigzagueando en la ruta entre medio de las montañas, finalmente arribamos al arco de entrada de Tinogasta donde nos dieron información de la ciudad y seguimos para nuestro hospedaje, “Las Parinas Hostal de Adobe”, aquí nos hospedaríamos esa noche. Ahí nos esperaba Luis, el quinto integrante de la expedición. Domingo 05 de Octubre: bien temprano llenamos el tanque de


combustible mas el bidón de 20 litros auxiliar y comenzamos el viaje por la extensa ruta 60, descubriendo lugares muy pintorescos y no tan conocidos, pasamos por el primer refugio de vialidad, Gallina Muerta a 2976 mtrs y continuamos por la ruta hasta el segundo refugio llamado Chaschuil, 3126 mtrs, donde nos sacamos las fotos de rigor y continuamos el viaje. Finalmente arribamos al Refugio N° 3 Cazadero Grande 3472 msnm, donde sería nuestro primer campamento. Después de unos mates fuimos a caminar un rato por la zona, encontramos un corral con caballos y perros, en estado abandonado, unas vicuñas a lo lejos y un altar de La Virgen del Valle donde pedí por mi familia, por el equipo y para tener fuerza para poder cumplir con el objetivo. Lo positivo es que hay un curso de agua potable muy cerca del refugio, y luego de juntar bastante agua, regresamos al refugio con un cielo estrellado, una luna que alumbraba la ruta y un silencio ensordecedor que se

hacía sentir. Cenamos y nos preparamos a pasar la primera noche en la altura, la cual no fue tan agradable ya que dos de los integrantes comenzaron a padecer el famoso mal de altura y tampoco podíamos dormirnos del todo por el viento que se hacía oír entre las paredes de nuestra pequeña casa. Lunes 06 de Octubre: desayunamos y nos fuimos con Christian y Ulises hasta el puesto Las Grutas a 4050 msnm. Diego y Luis se quedaron


descansando y forzando la aclimatación en Cazadero Grande. Llegamos al refugio de vialidad, averiguamos precios del refugio y la documentación que teníamos que presentar en la aduana para poder seguir hasta El Paso San Francisco. Comenzamos a las 13 hs el primer ascenso programado para aclimatar: "El Cerro Falso Morocho” de 4550 msnm. Luego de una hora cincuenta minutos de ascenso, los tres llegamos a la cumbre, almorzamos arriba, descansamos un rato, seguimos sacando fotos, vimos en persona al gigante que pensábamos subir acompañado del Volcán Incahuasi 6638 m.s.n.m y entre medio se veía a lo lejos el Cerro Muerto, un paisaje maravilloso acompañado de un día espectacular. Nos preparamos nuevamente y comenzamos el descenso, bajamos hasta la cumbre de un segundo cerro a los 4400 msnm y descendimos hasta el pie de vía

donde se encontraba la camioneta… y nos pegamos la vuelta a ver como estaban los muchachos que se habían quedado en el refugio. Por la ruta vimos a unas personas en el Refugio N° 5 Las Peladas a 4041 mtrs, nos alegramos de encontrar gente conocida en estas latitudes y que casualmente tenían el mismo objetivo que nosotros. Llegamos a Cazadero Grande a eso de las 5 de la tarde, los muchachos ya recuperados, prepararon unos mates y luego de un rato comenzamos a preparar la cena. Sin darme cuenta, esa tarde, superé los metros ascendidos el invierno anterior (Cerro Adolfo Calle 4300 msnm, en Mendoza) y eso me dio más confianza para tratar de cumplir con el desafío que nos aguardaba. Martes 07 de Octubre: cargamos las cosas y empezamosa recorrer los 60 km de paisajes que nos separaban del próximo campamento: Las grutas. Un kilómetro antes de llegar se bajaron Diego y Luis que iban a ascender el Falso Morocho. Nosotros seguimos hasta las Grutas, pasamos migraciones y nos dirigimos al refugio de Vialidad Provincial a 4050 msnm, donde almorzamos algo rapidito, nos instalamos y salimos a caminar por la zona. Al llegar al refugio algunas horas más tarde todavía nos comentaron que el refugio N° 6 El Limite a 4776 msnm, nuestro próximo destino, era un desastre, pedimos algunas cosas y nos fuimos a limpiarlo. Al regreso los muchachos llegaban, tomamos unos mates para recuperar energías ya el sol había comenzado a caer sobre las inmensas montañas y una luna bien marcada presentaba otra noche increíble en la puna catamarqueña. Nos juntamos en el comedor del refugio y compartimos la cena y una charla con Quique, Pablo y Luis, nuestros amigos del Refugio Las Peladas. Miércoles 08 de Octubre: mates de desayuno, reunión obligatoria, reacomodamiento del equipo y salida a nuestro próximo destino, Refugio N°6 a 4776 msnm.

Después de recorrer unos veinte kilómetros por unos paisajes increíbles llegamos donde pasaríamos casi 2 días aclimatando. Nos instalamos, almorzamos algo rapidito y salimos a conocer la zona por donde íbamos subir, a sacar fotos y armar unas pircas para guiarnos, así llegamos hasta los 5100 msnm. aproximadamente. Sin darme cuenta cometí un error, salí sin mi equipo de marcha y al bajar por primera vez me sentía mal en la altura. Llegué al refugio y los muchachos habían preparado algo caliente para tomar y de a poco comencé a recuperarme de la voz y del frío, cenamos y tratamos de dormir lo que a esa altura a más de 4776 msnm, es bastante complicado. Jueves 09 de Octubre: día de aclimatación y observando una y otra vez al San Francisco que está justo en frente y pensando cómo debía hacer para tratar de llegar a conquistar a ese monstruo. Nos cruzamos con nuestros amigos que iban hasta el campamento 1 de altura a los 5250 msnm. en donde se quedarían a dormir en este Campamento (Nosotros optamos por hacer una sola tirada desde el CB hasta la cumbre). Preparamos la cena temprano ya que la noche de descanso iba a ser demasiado corta. Viernes 10 de Octubre: 01.30 hrs. nos levantamos, tomamos algo caliente cargamos todo en la camioneta y nos acercamos al camino por dónde íbamos a ascender (es un trayecto de unos 2 kilómetros), a las 02.30 am aproximadamente comenzamos la marcha hacia el Campo 1 donde se encontraban Pablo y Luis en su carpa. A las 04.30 hrs llegamos al campamento de altura (5250 m.s.n.m.), mucho frio y viento, calculamos unos -25 grados, encontramos a Pablo y a Luis, los cuales nos cedieron la carpa y otros elementos, por si alguno de nosotros debía regresar antes de los previsto. Hasta ahí estaba cansado físicamente, con frio en las manos pero con las ganas de siempre


Viaje del 04 al 12 de Octubre de 2014. Son en total 6 refugios y están ubicados a uno 25-30 km de distancia entre si. Son casillas con techo de metal a dos aguas y de cemento. No hay combustible durante todo el trayecto es recomendable llevar un bidón de emergencias y se encuentra poca agua potable.

Buenos Aires – Tinogasta 1312km Catamarca – Fiambala 342km Fiambala - Tinogasta 63km Tinogasta – Catamarca 271km Fiambala - Paso San Francisco 198km Tinogasta – Paso San Francisco 253km

Catamarca (519 msnm) sin problemas Fiambala (1450 msnm) Hay estación de servicio de bandera blanca Tinogasta (1204 msnm) Hay estación deservicio del ACA. Las Grutas (4030 msnm) Quizás haya expendio de combustible ocasionalmente

de seguir hasta la cumbre. Diego también se veía cansado y el resto de los muchachos estaban encendidos. En ese momento Diego decide quedarse en el campamento y los demás emprendimos el duro ascenso de los últimos 900 mtrs para poder cumplir con nuestro objetivo. El viento seguía soplando y el frio se sentía más. Salí caminando con el grupo y a los 5350 m.s.n.m. me fui quedando y decidí regresar porque tenía mucho frio en las manos, ya sin voz,

y estaba extremadamente agotado de esas subidas y bajadas que habíamos sorteado hasta ese momento y la mente ya estaba en otro lado. Les hice señas al resto que me volvía y comencé mi descenso. Ahí sentí que para mí había terminado la expedición. Después de unos largos minutos llegué a la carpa donde estaba Diego, y con mucho frio me metí en la bolsa y trate de encontrar mi campera

de pluma para poder entrar nuevamente en calor. El agua de mi Nalgene se había empezado a congelar, el viento movía la carpa, mi cabeza estaba que estallaba, no podía entrar en calor y me quedé con ese sabor amargo de no poder cumplir con lo que había soñado y planificado durante tanto tiempo. A eso de las 06.00 de la mañana me dormí un rato hasta las 08.30hs donde empezamos a hablar con Diego para empezar a bajar al refugio. Finalmente salimos.

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Refugio Nº 1 "Gallina Muerta”, 27º46' 04,1" S / 68º00'43,3" O, Altura Gps 2976, Alt. Barómetro 2900, Distancia Fiambala 45 Refugio Nº 2 "Chaschuil”, 27º46' 13,3" S / 68º06'57,9" O, Altura gps 3126, Alt. Barómetro 3052, Distancia Fiambala 70,1 Refugio Nº 3 "Cazadero Grande”, 27º25' 190" S / 68º07''778" O, Altura Gps 3472, Alt. Barómetro 3360, Distancia Fiambala 113 Nota: a unos 200-300 m antes hay un nacedro de agua potable Refugio Nº 4 "Las Losas”, 27º28' 17,11" S / 68,6º'3'7,54" O, Altura Gps 3735, Alt. Barómetro 3560, Distancia Fiambala 135 Refugio Nº 5 "Las Peladas”, 26º55' 24" S / 68º03' 51" O, Altura Gps 4041, Alt. Barómetro 3854, Distancia Fiambala 158 Refugio "Las Grutas”, 26º54' 49" S / 68º07' 50" O, Altura Gps 4050, Alt.Barómetro 3867, Distancia Fiambala 179 Nota: paso fronterizo gendar. / refugio vialidad prov./ combustible Refugio nº6 "Límite" paso SanFrancisco, .26º52' 35" S / 68º18' 37" O, Altura Gps 4776, Alt. Barómetro 4756, Distancia Fiambala 198 Nota: hito fronterizo / es necesario portear agua ya que en la zona no hay

Primer refugio

El sol pegaba pero el viento que corría no nos dejaba aprovechar el calor y empezamos a montarnos en esa subida para poder salir del cráter donde se encontraba la carpa donde habíamos estado. Ya afuera comenzamos el descenso y de a poco comenzamos a divisar el refugio y ver la camioneta, seguimos caminando un rato, sacamos fotos y vimos que se acercaba Quique en su camioneta. Llegamos donde él estaba y bajamos hasta el refugio a tomar algo calentito. Me hizo un par de preguntas, como estaba, si tenía frío, si me había hidratado, yo no entendía el porqué de las preguntas. Me mira y me dice,…” mira deberíamos bajar hasta Vialidad porque tenes un edema Periférico”. Diego me dice que no pasa nada que por eso no me podía sacar las botas y que tenía las manos y la cara hinchada… y que bajando al otro refugio se me iba a ir pasando. Mientras los demás seguían avanzando lentamente, por el viento que seguía pegando duro, tratando de llegar a la cumbre yo me volvía vialidad. Luego de casi 9 horas de un duro ascenso los integrantes del Club Andino San Martin, Christian Ferrari, Ulises Ielpo y Luis Ricardo Martínez Díaz conquistaron la cumbre del Volcán San Francisco 6016 m.s.n.m. junto a Luis Borgo y Pablo Gomez Rojas. Luego de los abrazos por el

logro cumplido y las fotos de rigor comienzan el descenso y nos volvemos a encontrar todos en el refugio de Vialidad a eso de las 18.00hs, donde decidimos regresar a Tinogasta a descansar y prepararnos para regresar a Buenos Aires. Cansados pero con el espíritu lleno de haber logrado la cumbre y los que no lo hemos logrado, de haber participado de esta exitosa expedición emprendimos la vuelta para Tinogasta. Recorreríamos nuevamente los 246 kms que nos separaban del hostal donde descansaríamos y repondríamos fuerzas. Luego de casi 3 horas de viaje llegamos a “Las ParinasHostal de Adobe” donde nuevamente nos instalamos. Cenamos, brindamos, recordamos todo lo que nos había sucedido durante la semana que estuvimos en la altura y nos fuimos a dormir porque este día había comenzado ya hacía casi 21 horas. Sábado 11 de Octubre: nos fuimos levantando a media mañana y nos encontramos en el salón desayunador seguimos recordando anécdotas de lo sucedido y empezamos a charlar del regreso a Buenos Aires. Luis nos dice que se había conseguido boleto para las 13 hrs, nosotros decidimos ir a unas termas en Fiambalá que nos habían recomendado y a ver si encontrábamos a nuestros amigos que habíamos conocido el primer día. Llegamos a la ciudad, buscamos un lugar donde almorzar para

Agradecemos la colaboración en cuanto a la logística, y a un gran conocedor de la zona, al Sr. Marcelo Scanu; nos ha brindado valiosísima información. A Santiago Falcucci quien nos ha facilitado las cadenas para nieve de la medida de nuestra camioneta, y a la vez de los bidones de combustible. A Pablo Minteguia a través de Filo Sur Tienda de Montaña, por su donación de las comidas liofilizadas de altura, y por su continuo gesto de apoyo a las expediciones nacionales. A Daniela Marina Gianetto, a través de Dosuna Mdqcamping Daniela, por la donación de indumentaria térmica, la cual nos será muy útil. A Promodiseño (diseño-carcelería) www.promodisenio.com.ar y Bagplast (Termoformado) www.bagplast.com.ar , por su donación desinteresada. A SpeedUnlimited (EnergyDrink) www.speed-unlimited.com.ar , por su aporte en bebidas energéticas. Y por último a la Municipalidad de San Martín que través del Secretario de Relaciones institucionales, Sr. David Alvares, www.sanmartin.gov.ar , brinda su apoyo al Club Andino San Martin en esta nueva aventura. Gracias a todos !

después subir a las termas donde pasamos una merecida tarde de descanso. Charlando decidimos volver esa misma noche a Buenos Aires, cargamos todo el equipo incluido el tanque de nafta y nos montamos nuevamente a la ruta 60 para comenzar a recorrer los 1300 km que nos separaban de nuestras casas. Esta vez el viaje fue más tranquilo, pero se nos hizo largo ya que todavía cargábamos las horas del día de cumbre. Luego de casi 18 hrs de viaje llegamos cada uno a su casa y a tratar de volver a nuestra vida cotidiana. Cada uno que bajaba de la camioneta preguntaba ..”¿y el año que viene que hacemos?.. Llegué a casa, me reencontré con mi mujer, con mis hijos que preguntaban ¿cómo me fue, hasta donde llegue? y trate de compartir lo vivido mostrando algunas fotos y relatando algunas situaciones. Lo que me queda de este viaje es un grupo de amigos entrañables, es la unión de un equipo, el tirar todos para el mismo lado para poder lograr un objetivo en común, los ojos cargados de imágenes…de paisajes que van a quedar para siempre en mi mente y las ganas de planear nuevamente una futura expedición invernal!!




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6 a carrera que se desarrolló en el primer semestre (23 de marzo en San Martín de l o s A n d e s ) s i g u i ó e l fo r m a t o Internacional "The North Face Endurance Challenge" con sus cuatro distancias de 80, 50, 21 y 10 km, y fue parte del calendario anual establecido por The North Face en distintos países del continente: Chile, Perú, Ecuador, Colombia, Costa Rica y Brasil.

La competencia que se llevará a cabo el próximo 6 de diciembre en Cerro Catedral, San Carlos de Bariloche, "The North Face Challenge" tendrá, en cambio, 3 distancias: 50, 21 y 10 km. Para 2016 ya te adelantamos el primer desafío: "The North Face Endurance Challenge 2016" el domingo 17 de abril. San Carlos de Bariloche: 80, 50, 21 y 10 km. Entrená duro para tus próximos desafíos en la montaña. ¡Te esperamos! Largada-Llegada Plaza Catalina Reynal. Cerro Catedral. Centro de Acreditación Shopping “Las Terrazas”. Plaza Catalina Reynal. Cerro Catedral. Horarios de Largada Para cada una de las distancias serán los siguientes: 50 k: 7 am 21 k: 10 am 10 K: 11 am


CURSOS Curso de Piloto de Vuelo de Bautismo: Tel: (0221) 4258341/ 155016592 ww.ulmpoblet.com.ar Cursos de Canotaje : info@febocak.org.ar Club Regatas de La Plata, Tel: 156018819 (Fernando) Curso Internacional de Rescate en Aguas Blancas: RAB SRT info@lideran.com.ar Centro Cultural Argentino de Montaña: (011) 4861-1063, www.culturademontania.com.ar Escuela de Escalada y Montañismo: Acción Directa, Cursos, expediciones, campamentos de aventura Construcción de palestras y tirolesas, ww.acciondirecta.com.ar tel: 0223-4744520 MDQ Curso de iniciación al kayakismo de travesía: individuales personalizados, recreativo en el delta de Berisso www.utopiakayak.com.ar Kayaks PERU BEACH Kayak Team, info@peru-beach.com.ar UTOPIA KAYAKS Travesías, paseos, alquiler de kayaks, www.utopiakayak.com.ar Salidas y Travesías 1° de Noviembre, Travesía La Plata Magdalena 15 de Noviembre, Baradero, Club El Torito, Colonia Suiza del 20 al 24 de Noviembre, Sierras de San Luis, 29 de Noviembre Navarro Restaurante de Campo La Fernanda, del 4 al 9de diciembre, Sierras de Córdoba, 1° al 21 de Enero de 2016 Carretera Austral (Argentina y Chile) 5 al 14 de Febrero de 2016 El Doble Cruce de Los Andes por San Martín de Los Andes Gustavo González 15 6336-0326 y 46504817 bicigg@speedy.com.ar Jauque Aventura & Turismo Trekking : Ascensos al Lanin y en Cicloturismo MTB 7 Lagos. San Martin de los Andes- Neuquen consultas@jauque.com.ar www.jauque.com.ar MTB Tours Tel: +54 11 4788-1549 info@mtbtours.com Grupo La Loma Info: www.grupolaloma.com.ar Noviembre Volcán San Francisco, Catamarca y Trekking Aconcagua Plaza Francia. Huarpe Adventures 2616679687 huarpeadventures@gmail.com

Carreras de Aventura Cross Contry

1° de Noviembre, TERMA ADVENTURE RACE, Miramar, www.clubdecorredores.com 6 de Diciembre, THE NORTH FACE ULTRA CHALLENGE, Bariloche, www.clubdecorredores.com 12 de Diciembre, BLACK ROCK NIGHT TRAIL, Córdoba, www.mountainrace.com.ar 8 al 11 de Febrero 2016, CRUCE COLUMBIA, www.clubdecorredores.com 6 al 8 de Mayo 2016, RAID COLUMBIA, Salta y Jujuy, www.clubdecorredores.com 6 de Marzo, BLACK ROCK TRAIL RUN, Córdoba, www.mountainrace.com.ar 17 de Abril 2016, THE NORTH FACE ENDURANCE CHALLENGE, Bariloche, www.clubdecorredores.com 30 de Abril 2016, CHAMPAQUI ULTRA TRAIL, Córdoba, www.mountainrace.com.ar Multidisciplina 10 al 13 de Octubre, XK TRAVERSE, San Juan, www.xkrace.com.ar

15 de Noviembre, MAX RACE RI7, La Plata, www.maxraces.com.ar 24 de Abril 2016, MAX RACE RESERVA EL DESTINO, Magdalena, www.maxraces.com.ar MTB

1° de Noviembre, RALLY EN LA SIERRA DE TANDIL, Tandil 12° Edición, www.tandilbtt.com.ar 25 al 30 de Enero 2016, TRANS ANDES CHALLENGE, Huilo Huilo, Pucón, Chile, www.transandeschallenge.com También podés encontrar carreras de todo tipo y formato en las siguientes direcciones web: www.atletas.info, www.codigoaventura.com.ar, www.guiakmzero.com, www.guiamaraton.com, www.ecoatletas.com.ar,www.ranelagh7k.com.ar, www.traccion.com.ar y www.findyourtrail.com

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