REVISTA ANDAR EXTREMO N° 49

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Director / Propietario

Corrección

Marcos Ferrer

María Soledad Navarro

Participaron de esta edición

Fotografías

Herman Zapp Juan Martín Laborde Jimena Sánchez F. Sánchez Sañudo Mariel El Jaber Marcos Ferrer Inés y Maxi González

Familia Zapp Running Trip Juan Martín Laborde Sergio Vahnovan Eleonora Peña Ferrer Marcos

Foto de Tapa Pablo García

Candelaria Zapp Antonio de la Rosa Pablo García Juan Cruz Suárez Gustavo Eggeling Sergio Vahnovan Diego Winitzky

Pre Impresión Corrales Impresión 4 Colores

Antonio de la Rosa Pablo García Alejandra Melideo Andrés Calla Xavier Tarrega

www. andarextremo.com.ar andarextremo@gmail.com

Revista de Aventura, Deportes Extremos, Medio Ambiente y Turismo. Registro de la propiedad Intelectual. Dirección: 65 nº 287 (1 y 115), La Plata, Bs As, Argentina. Tel:0054 (0221) 4254577 E-mail: info@andaresaventura.com.ar ffan page: andar extremo Queda prohibida la reproducción no autorizada total o parcial de los textos publicados, mapas, ilustraciones y gráficos incluidos en esta edición.La Dirección de esta publicación no se hace responsable de las opiniones en los artículos firmados, los mismos son responsabilidad de sus propios autores. Las consecuencias de practicar deportes extremos pueden ser muy peligrosas. Las notas publicadas en este medio no reemplazan la debida instrucción por parte de personas idóneas. El staff de Andar Extremo colabora ad-honorem, si deseás publicar un relato o nota comunicate a nuestro mail.





os Zapp son la familia más viajera del planeta. Candela y Herman Zapp comenzaron su travesía hace 18 años, con el objetivo de hacer un recorrido desde Argentina hasta Alaska de una forma peculiar y poco vista: en un automóvil Graham Paige de 1928. Tardaron tres años en atravesar de Sur a Norte el continente americano, y fue tiempo suficiente para ampliar la familia con Pampa, Tehue y Paloma, a los que se añadió después Wallaby. Luego de recorrer América, viajaron por Oceanía, Asia, África, y actualmente están recorriendo Europa por partes. En estos momentos, en un breve descanso, ésto nos cuentan…

Estamos en la última, terminando de recorrer Europa. Nos faltan ya muy poquitos países. Después vamos para Guyana y de allí para casa, a terminar la vuelta al mundo. Al viejo continente entramos por Turquía, veníamos de África. Fuimos hasta lo más alto posible, que es el Mar Ártico, fuimos por Noruega hasta Tenerife (que fue lo más sur de España), luego Inglaterra, Escocia y ahora hicimos Bruselas y Bélgica. Falta casi nada para terminar.


ganas de viajar o estemos cansados. La idea es terminar con ganas de seguir.

En un año y unos meses estamos de vuelta. Creo que es lo mejor que nos pasó en nuestras vidas. Nos arrepentimos de no haber empezado antes. Cuando nos casamos pospusimos el viaje como 4 años. La idea era salir a los dos años, pero estábamos con la casa, con miedos, y lo fuimos retrasando. Uno siempre piensa que no está preparado pero lo que sí está listo es el mundo para que uno lo viva. Lo descubrís luego. Uno no tiene que estar listo, te tenés que ir haciendo.

Eso se verá cuando terminemos la vuelta al mundo. Hay que finalizar este sueño en el mejor momento, no hay que esperar a que no tengamos

La gente se piensa que por viajar continuamente son muy diferentes. Que se hayan criado de una manera distinta puede ser, pero son como cualquier niño. Ellos ven el mundo como un gran vecindario. No sienten algo lejano y peligroso, ven como barrios que van conociendo. Son muy libres. Son más humanistas que nacionalistas. Uno como padre se preocupa más que ellos, sin embargo nacieron y vivieron todas sus vidas así. Es como una gran casa el mundo. Cuando llegamos a África o a China, no nos preguntaron por qué la gente era de diferente color, lo vivieron como lo tendría que vivir el mundo entero. Por otra parte, se acostumbraron a tener lo indispensable.

Imagináte que en cualquier cocina de cualquier casa entra dos veces más cosas de lo que podemos llevar en el auto. Nuestras cosas entran en una caja de plástico. Llevamos dos valijas para los 6 y ellos se dan cuenta que pueden vivir así o en una casa grande. Se adaptan a todo. Lo bueno es que les gustan ambas cosas, no es que ven a una como sacrificada y la otra no. Lo importante es saber que aunque somos viajeros y es lindo lo básico y simple, también nos gustan la comodidades pero podemos prescindir de ellas. Uno puede dejarlas y vivir muy bien igual.

Extrañamos mucho la familia, más que la casa. Nuestro lugar es el auto, es donde nos sentimos más cómodos, pero en Argentina cuando nos tomamos vacaciones del viaje, nos sentimos como en un club. Siempre hay chicos en casa, familiares y muchos amigos. Se extraña pero uno tiene que elegir el camino. Nuestro destino es el camino. Cada 3 o 4 años nos damos un gusto dando una vueltita muy corta por casa, pero sabemos que hay que ir detrás de nuestro destino aunque nos separemos un poco de nuestra familia.



Recibimos todos los días unos 20 emails de futuros viajeros, de viajeros y de personas que ya terminaron su viaje. Mucha gente inspirada por nuestro libro “Atrapa tu Sueño”. Ahí no mostramos lo que hacemos sino lo que se puede

hacer. Explicamos que teníamos miedo, que no nos animábamos, que nos costó. La gente siente lo mismo. Hablar con nosotros les da esperanza, fe y confianza en sus propio proyectos. Ahora en Argentina, tenemos una familia de sevillanos con tres niños que en el paso por España nos alojaron y están por emprender un itinerario largo por Latinoamérica con una biblioteca móvil.

Cuando era chiquito odiaba que me preguntaran qué iba a hacer de grande. Yo les diría: “hacé lo que yo menos quiero”. Deseo que sean soñadores, que vayan por su amor. Queremos que sepan no de lo que van a vivir, eso



es fácil, sino para qué van a vivir. Si están convencidos que quieren hacer marcos de cuadros o viajar en bicicleta por el mundo, está bien. Lo importante es que sus vidas tengan un sentido y no tener que llegar a fin de mes con el sólo objetivo de pagar cuentas.

Sólo con la venta del libro. Ya van 13 ediciones en español y 6 en inglés. Pensá que somos nosotros mismo los editores. Las charlas las damos sin costo. Con cada libro que vendemos avanzamos 5 km.

Generalmente hacemos como hicimos siempre en el viaje: llegamos a una ciudad, al centro o a un lugar público, y nos ponemos a contar el viaje y a ofrecer el libro. A veces vendemos 5, otras diez y otras nada. En ocasiones nos corre la policía y otras se sacan fotos con nosotros…a veces las dos cosas…El día que llegamos a Amsterdam pusimos el auto arriba de la plaza. La gente se sacaba fotos, y de repente aparecieron dos policías en bicicleta y nos preguntaron si teníamos permiso para estar ahí. Les dijimos que no y dijeron que no podíamos hacerlo, y acto seguido pidieron sacarse una foto!

Generando cosas y haciendo generar. Charlas y conferencias vamos a hacer siempre. Mucha gente nos conoce por internet o por el libro, pero la mayoría nos quiere ver. Vernos cara a cara es importante. Está bueno para mostrarles que no somos nada raro ni nada especial, que somos gente de barrio como cualquier hijo de vecino. Cuando arrancamos no pensamos en todo lo que surgió, como tener niños en el viaje, hacer un libro… todo fluyó. Acordáte que arrancamos los dos solos y se fue dando. No llegamos a ver la dimensión de nuestro viaje, a veces cuando vemos los videos sí. Nos llama la atención la gente que sigue la historia desde el principio. Nosotros, como lo vivimos de adentro, no nos damos cuenta de lo que vamos logrando. Cuando te dicen que empezaron por nosotros es muy gratificante. La idea es dar conferencias y habíamos pensado en tener un lugar para recibir gente de todo el mundo, pero falta… aún estamos en viaje.

*entrevista realizada en enero de 2018, antes de realizar la última etapa de su viaje alrededor del mundo.




uego de 141 días en su tabla, Antonio de la Rosa convirtió en la llllllllllllllllprimera persona en dar la vuelta a la Península Ibérica en paddlellllllllllllllllsurf. Su aventura finalizó el 26 de Octubre cuando llegó a Portbou y había empezado el 7 de junio en Guipúzcoa. Según contó, durante la travesía tuvo jornadas de más de 40 kilómetros de remo que en alguna ocasión llegaron hasta los 64 kilómetros. Sus días se dividieron en dos fases: una primera de 25 a 30 kilómetros, y otra después de


comer y descansar, que en los últimos días se redujo por la disminución de horas de sol. Recorrió las costas de Portugal y España en un reto en el que aseguró que “el que mandaba era el tiempo”, añadiendo seguidamente: “el problema eran los vientos frontales; en cambio cuando iban en tu misma dirección, mi cuerpo actuaba como una vela y me ayudaba a avanzar veloz. Con los vientos laterales, me podía permitir remar de lado, aunque progresaba más lento”. “Cuando estaba en Torredembarra, cerca de Barcelona, surgieron fuera de todo pronóstico unos vientos desde la mar hacia tierra de hasta 180 kilómetros hora. Fue una experiencia aterradora, volaba todo alrededor. Tuve suerte de encontrarme en tierra, prefiero no imaginarme

qué hubiera pasado si me hubiera sorprendido remando”, señaló. De los casi 4 meses de travesía, sólo 20 jornadas no remó, por condiciones climatológicas inadecuadas. En ese tiempo, lejos de descansar, disputó competencias de paddle-surf. “Terminaba de remar, miraba el parte de vientos y al día siguiente afrontaba más de lo mismo, pero siempre con optimismo y ganas”, expresó. Depor tista avezado, vivió complejos momentos que demostraron su afán de superación diario: su complicado paso por Estaca de Bares, el vértice más al Norte de Galicia; los acantilados de San Andrés de Teixido, casi 30 kilómetros en los que no había ningún entrante de tierra para parar; el robo de dos de

sus tablas en Oporto; la confiscación de otra de ellas por la policía marítima portuguesa que más tarde pudo recuperar; su difícil paso por el estrecho de Gibraltar o por el concurrido Puerto de Algeciras. “Los puertos daban respeto. Ahí toda precaución era poca. Yo y mi tabla éramos insignificantes ante la magnitud de los barcos que entran y salen constantemente. Te pones delante de ellos atento para comprobar su dirección, para tu dirigirte a la contraria. Y a cruzar dedos esperando que te hayan visto”, destacó. De esta expedición se llevó también el cariño de la gente de las zonas por las que paró, y de todos los amantes del stand paddle que lo

Antonio de la Rosa es un conocido aventurero español que se ha enfrentado a diversos desafíos. En 2014 ganó la prueba francesa de cruce del Océano Atlántico a remo y en solitario Rames Guyane. Ese mismo año, recorrió con esquís de fondo los 1.700 km de la prueba Iditarod en Alaska. En 2015 unió en paddle-surf por el río Tajo, Madrid con Lisboa; y en 2016 hizo parte de la costa de Groenlandia. El último reto fue su participación en la competición Lapland Extreme Challenge.



quisieron acompañar en algunos tramos, con sus tablas. Según dijo, las imágenes de los pueblos y ciudades costeras de la península serán imborrables de su mente. Durante sus extenuantes jornadas sobre su tabla de paddle-surf hinchable de la marca SPS siempre lo acompañó: su bolsa estanca Sea to Summit (donde llevaba una multiherramienta Leatherman), su aparato de posición vía satelital para emergencias; un cordino; un frontal acuático y dinero. Antonio ya está planificando nuevos desafíos: “volveré a Rovanieni para disputar Lapland Extreme Challenge, el desafío de superación humana más extremo de Finlandia. Este año no pude terminar los 900 kilómetros de recorrido a causa del congelamiento de tres de los dedos de mis pies, pero me veo con fuerzas para conseguirlo el próximo año. Además, estoy pensando en cruzar Europa en bici con mi pareja”, contó.



odo comenzó un mes de noviembre, lllllllllllllllcuando sonó el teléfono y al atender lllllllllllllllescuché una voz amiga preguntándome si quería realizar un trekking al Aconcagua y pasar allí Año Nuevo. Dudé al principio, y acepté luego de una serie de preguntas. La respuesta que me inspiró confianza fue breve: - “No te preocupes que ya está todo organizado”. Una semana después, recibí un e-mail de la empresa “Acampartrek” con la fecha exacta en la que debía encontrarme en Mendoza y contactarme con el resto del grupo (12 integrantes) para dar comienzo a la aclimatación.

Desde ese día comencé a preparar todo: el equipo básico, el entrenamiento y la información sobre el Aconcagua. En salidas de esta naturaleza, se necesita contar con elementos que uno no lleva en otras excursiones de trekking a baja altura o en un simple campamento al aire libre, y considero que una bolsa de dormir para –20 o –30 ºC, botas de trekking, campera de duvet, guantes, etc, requieren especial atención. El entrenamiento físico para mejorar el

rendimiento era de vital importancia, más aún cuando formaría parte de un grupo en donde todos debíamos ser autosuficientes y a la vez, cuidarnos entre sí. Indudablemente en ese contexto, no podía defraudar al resto por falta de una preparación adecuada. Una vez escuché que la mejor manera de prepararse físicamente para cargar una mochila y caminar la montaña era salir a correr para fortalecer las piernas y mejorar la capacidad cardiorrespiratoria, así que inicié la actividad.

El día de partida llegó rápido y el ómnibus me dejó en la terminal, donde conocí al resto del grupo. Luego de pasar una mañana realizando permisos en la Secretaría de Turismo, nos trasladamos hasta Penitentes (2.580 msnm) para pasar la noche, aclimatarnos y conocernos. Al día siguiente, nos trasladaron hasta la entrada del parque y antes de ingresar pasamos por la oficina de Guardaparques donde nos firmaron el permiso y nos dieron bolsas para desechos.

El Parque Provincial Aconcagua comprende a p r ox i m a d a m e n t e 6 5 . 0 0 0 h e c t á r e a s d e superficie. Fue declarado Área Natural Protegida y junto a varias otras, integra el Sistema de Áreas Naturales Protegidas de la provincia. Posee grandes glaciares que constituyen una reserva hídrica, además de importantes sitios arqueológi-



cos. La característica sobresaliente es que allí se encuentra la montaña más alta de América: el cerro Aconcagua de 6.962 msnm. El parque es un lugar que alberga residentes y fronteras, representa costos y beneficios, tiene amigos y a veces enemigos, y también posee un aura de perpetuidad ya que se trata de un sitio que la sociedad ha elegido proteger para siempre.

Luego de completar todo, emprendimos camino por la quebrada del río Horcones, desde el sur hacia el norte, a una altura de 2.950 msnm.

En 3 horas estuvimos llegando al primer campamento Confluencia (3.400 msnm). El servicio que se ofrecía consistía en carpas con camas cuchetas, baños rudimentarios y comidas variadas que permitían olvidarse de llevar muchos elementos en la mochila.

Al día siguiente, realizamos una caminata siguiendo el curso del río y luego de algunas horas por la quebrada de Horcones inferior llegamos al campamento Plaza Francia (4.100 msnm) o mirador de la cara sur, donde fue posible

conocer una de las paredes del Aconcagua, famosa por su desnivel de casi 3.000 m. Sus glaciares colgantes y seracs suelen originar grandes avalanchas haciendo muy peligroso y arriesgado el ascenso por esta vía. Posteriormente, emprendimos el regreso al campamento y consultamos a los médicos para que nos midan la saturación de oxígeno en sangre, parámetro indispensable que indicaría si podríamos continuar con el ascenso.

Cuando comenzó a oscurecer, las pocas luces del lugar se encendieron. La carpa comedor nos recibió con una cena de fin de año generosa en cantidad y variedad de platos. Nuestro grupo se destacó por estar predispuesto a pasarla bien y, a pesar de la caminata, no perdió el deseo de una charla entretenida con los desconocidos de carpas vecinas. Un recorrido nocturno orillando el campamento, nos permitió observar un cielo pleno de estrellas y sin fuegos artificiales. Este Año Nuevo resultó ser extraño, una variante a aquello conocido desde niño. Inmerso en la montaña, lejos de la familia, con amigos nuevos y desconocidos por conocer, caí en la cuenta de que esta elección de estar lejos de casa no era ni mejor ni peor, sino diferente y enriquecedora. Nos dispusimos a seguir hacia Plaza de Mulas (4.300 msnm) sabiendo que era un recorrido muy largo (de 7 a 10 hs) y con un importante desnivel de 1.000 metros.



Por la mañana, una senda nos condujo hacia una pendiente que debíamos descender para llegar al puente que cruza el río Horcones inferior. Una trepada más prolongada pero menos empinada que el descenso, nos permitió progresar sin problemas. Continuamos por un sector de antiguas morenas y bajo un sol radiante llegamos al primer hito del camino: “Piedra Grande” o “Piedra Colorada” (3.650 msnm). Ese sitio indicó el comienzo a lo que es “Playa Ancha” que, como su nombre lo indica, es una planicie a una cota de 3.600 a 3.800 msnm y una parte de la quebrada formada por material aluvional en forma de U (vestigio de que alguna vez hubo un glaciar erosionando esa zona), muy pedregosa y de 10 km de extensión. Durante este tramo se cruzaban cursos de agua de baja profundidad en diversos lugares y por momentos nos generó la sensación de ser infinito e interminable.

De a poco, se llegó al segundo hito llamado “Piedra Ibañez” (3.850msnm). En este trayecto se hizo posible observar las dos cumbres del Aconcagua (6.962 msnm cumbre norte y 6.930 msnm cumbre sur) a través de la Quebrada del Sargento Más, y tener una vista cercana del cerro Pirámide donde en 1985 se descubrió una momia de origen Inca. Con cuidado, empezamos a subir por una serie de morenas que bajaban de las laderas del cerro, invadiendo el valle. Atravesamos unos canalones de descarga de material de la pared oeste y pudimos ascender rápido, comparado con el camino para llegar a un segundo lugar más o menos plano conocido como “Playa Chica”. Allí se podía ver al fondo de la quebrada de los cerros Cuerno y otros. Al final, se encontraba “Plaza Colombia” (4.070 msnm), una construcción militar destruida por avalanchas. La última parte de este largo día culminó al subir la “Cuesta Brava” y llegar al campamento Plaza de Mulas. La cuesta final era de unos 100 metros de

desnivel muy empinada y exigente, y nos permitió llegar a la ciudad de carpas en el medio de la nada, donde convergían centenares de montañistas. El resto de la tarde conocimos el intrincado laberinto de carpas, prestadores de servicios de montaña y descubrimos gente de varios rincones del mundo.

En este pasar de los días y con gente de todos lados del mundo, había mucha ansiedad en el ambiente y el paisaje. Las nuevas experiencias y los idiomas se confundían y confluían en una palabra: Aconcagua. El cansancio no se hizo esperar, al igual que la llegada del frío, así que nos dispusimos a comer, hidratarnos y dormir, para retornar al día siguiente, por la Quebrada Horcones hasta el punto de inicio de nuestro trekking donde terminaría nuestro andar por la montaña. En ese momento, nos tocaba acostarnos en las bolsas de dormir, temblando de a ratos, mientras la helada noche consolidaba su dominio y nos robaba el calor. En las paredes de la carpa se formaba escarcha. Tomé un té para mantenerme caliente y, entre sorbos, escuché historias de vida que nunca había escuchado. Nos reímos de recuerdos o quizás de nosotros mismos. Afuera, las constelaciones del Año Nuevo se movían despacio sobre el espinazo de las montañas y, el Aconcagua, resplandeciente como un gigante bajo la luz de la luna, se elevaba en los cielos del sur.



or la ruta no se escucha ni una mosca. Después de casi 500 kilómetros de ripio, andar por asfalto se volvió una necesidad. Estamos pisando marzo y eso es un buen augurio: vemos menos autos, menos turistas, menos camiones, menos todo eso que viajando tratamos de evitar. Una cuesta con curvas y contracurvas nos hace pedalear todavía más lento pero qué importa si la velocidad no es amiga de este paisaje. Pedaleamos por la Reserva Nacional Cerro Castillo, y al primer cartel de “Alerta” se nos encienden las alarmas. “Zona de Huemules”,

dice. Desde hace 5 años queremos cruzarnos con huemules pero se nos escapan de la vista. Estando en la Patagonia argentina, los carteles se nos reían en la cara y la cámara de fotos ya no nos creía su existencia. El huemul es parecido a un ciervo, es Monumento Natural de Argentina y especie protegida en Chile. Está en peligro de extinción y por eso ver uno es un golpe de suerte y de azar. Andrés iba adelante, yo atrás volando con los pajaritos. Es que a veces entro en un limbo y en la ruta no hay nadie más que la naturaleza y yo. Pispeo entre los árboles, asomo los ojos por entre

los cerros, intento escuchar lo que nunca escuché: sus pisadas, su respiración, algún sonido diferente para decir: sí, por ahí, por ahí está. Y me olvido. Y pienso que los paisajes de la Patagonia son de otro mundo. No sé si es lo extremo, la lluvia que hace magia, las montañas y sus pinceladas en la tierra, la vida del bosque, la convivencia con el sol, pero acá la vida tiene su propio pulso. Y cuando pienso en eso y doblo en una curva, lo veo. Está ahí, bajando una lomada con sus patitas de algodón y un sonido repetitivo grave que le sale de la garganta. Cuando camina su cuello se mueve como el de una paloma. Su cuerpo robusto todavía está en crecimiento. Apoyo la bicicleta en el guardarraíl tratando de no hacer ruido. Saco el celular. No quiero filmarlo ni sacarle fotos, no, quiero guardar este momento adentro mío. Pienso que Andrés siguió de largo y no lo pudo ver pero sonrío cuando lo veo con su cámara registrándolo todo. Me acerco. Nunca imaginé que iba a estar a menos de un metro de uno de los animales más emblemáticos del sur del mundo. Me mira, lo miro. Creo que nunca me voy a olvidar de esa mirada. El resto de la tarde se hace corta. Buscamos un lugar donde armar la carpa pero al acercarnos a la ciudad de Coyhaique los alambrados cercan hasta la porción más ridícula de tierra. Encontramos un espacio de dos por dos arriba de una lomada con vista a una rotonda y a un refugio de colectivos con mochileros que se turnan para hacer dedo. A la mañana siguiente, lluvia y viento, en ese orden. Lluvia que te hace sentir la ropa impermeable como segunda capa de piel y viento que te frena hasta el parpadeo.



Muy al contrario de lo que casi todos dicen, a nosotros Coyhaique nos generó rechazo. Rechazo a la ciudad, a las diferencias sociales, al ruido, al tumulto de gente yendo de un lado a otro, a las grandes colas, a los autos y sus bocinas, rechazo hasta de los alambrados que seguimos viendo dentro y fuera de la ciudad. Es el sabor amargo de ver un mundo fraccionado y loco con una venda en los ojos diciendo que sí a todo. Con el correr de los kilómetros volvemos a la calma. Dormimos debajo de un puente. Se nubla y llueve. Cruzamos ríos, llegamos a Villa Mañihuales. Frenamos en una panadería y una chica nos reconoce en la calle. Camila estuvo siguiendo nuestro viaje por Instagram y al final nos encontró. Nos invita a su casa, tomamos mate, nos muestra su nueva bici, nos cuenta sobre su viaje que tuvo que posponer porque le

salió un trabajo. Viene su novio, charlamos, cenamos, nos reímos. Por momentos escuchamos música. En este viaje me quedó grabada la canción "Pozo" de Lisandro Aristimuño. Al final de una de las estrofas dice: "todo era por el aire. Mis alas enlazaban rutas". No sé qué nos lleva a querer viajar y las respuestas pueden ser infinitas, pero el querer sentirnos libres nos seduce a todos. El llamado llega, tarde o temprano, inevitablemente. Y estoy convencida de eso. Somos almas inquietas buscando respuestas, tramas de vida. Somos un laboratorio de experiencias. Ojalá te animes a enlazar tus propias rutas. Ojalá, algún día, dejes de vivir soñando y vivas viviendo. PD: si no escucharon la canción de Lisandro tómense un ratito para hacerlo. La melodía les va a poner la piel de gallina.



por Marisol López fotos Javier Rasetti

No tenemos idea de cuántos son los puentes que cruzamos hasta ahora, pero todos fueron partícipes de este viaje. Es que por unos pocos metros cambia la superficie y rodamos a otro ritmo. Las piedras se transforman en madera y el sonido del agua nos desvía la atención hasta que volvemos a sentir la vibración del ripio en las manos y el ruido del camino en los oídos. Nos movemos en bicicleta, pero viajamos con los sentidos. Si todos los puentes de la Carretera Austral son fotogénicos, qué decir de los arroyos que suenan como palos de lluvia cada vez que los cruzamos. Es imposible no girar la cabeza con intriga y ver hasta dónde vamos a llegar con los ojos hoy. Siempre hay algo nuevo para ver, porque el bosque siempre tiene algo entre manos. Nada es igual, nada es estático. Todo es movimiento. Ayer anoté en mi cuaderno esta frase: "la Patagonia te deja ver lo que ella quiere que veas". Esta playa, sobre la costa del lago Las Torres, la vimos a pleno sol a las 6 de la tarde. Las

montañas brillaban. El cielo estaba semicubierto y de fondo se alcanzaba a ver alguna que otra nube cargada de agua. Escuchamos una cascada y la encontramos camuflada entre árboles de coihues. Al día siguiente, amaneció así: lluvioso y gris. Nos cruzamos con un viajero que no pudo ver todo ese paisaje que nosotros sí vimos. Viajar por la Patagonia a veces te deja la sensación de haber llegado al lugar exacto en el momento justo. Subimos una cuesta y en la bajada empieza a caer una lluvia finita que a los cinco minutos se convierte en un telón de agua. Llueve toda la tarde y toda la tarde sentimos la humedad en la cara, que es la única que está en contacto con el aire. El cuerpo ni se entera de lo que pasa afuera. Viva la indumentaria técnica e impermeable cuando viajás por uno de los lugares más lluviosos del mundo! A veces renegamos de la lluvia, claro. Pero gracias a ella, que parece no terminar nunca, el paisaje es lo que es. El agua

nos enfría, sí. Pero ella es el alma de toda esta tierra austral. Uno de los parques nacionales que atraviesa la Carretera Austral es el Queulat, que en idioma aborigen significa "sonido de cascadas". No alcanzamos a ver una, que ya el agua se siente en todas partes. El ripio entra en escena otra vez pero en lugares como éste, cuanto más agreste sea el paisaje más perfume a bosque. El sol está tapado por una nube que en cualquier momento nos moja. Verde, verde, verde…ese es el color rey de este camino. Entre las curvas del Queulat, hacemos 20 kilómetros. Frenamos en un refugio de Vialidad que tiene dos chapas en lugar de paredes y una lona negra como techo. Abrimos el bolso donde está la comida y donde generalmente está la carpa y…. A - No están las varillas de la carpa. (Silencio) J - ¿Cómo que no están las varillas de la carpa? A- No están las varillas de la carpa. (Silencio preocupante) J- ¿No las agarraste cuando desarmamos la carpa hoy a la mañana? (Sí, ya sé que esta pregunta es demasiado boluda pero es la que me salió en el momento) A - Y… si no están es porque no las agarré. (Su respuesta fue bastante sutil) J- Bueno, igual estemos tranquilos porque las varillas tienen que estar. A- Vos quedáte acá, yo hago dedo y las busco.



El tiempo transcurre. Pasa sólo una camioneta. Andrés no le pone ni un poco de onda a su dedo y la camioneta se va. Le digo que me deje a mí y (literalmente) me tiro encima de la próxima que veo pasar. Le hago señas con las manos para que por favor me escuche. El señor, con miedo por la loca de la ruta que se le cruzó, baja la ventanilla. Le explico la situación y Andrés se sube. Pasan dos horas, y llega con las varillas y confiesa que no sirve para hacer dedo. Fin de la historia. El agua en Queulat desborda, se filtra por las grietas de las rocas, viaja por los tallos de las

ramas, resbala por las hojas. Si no es de lluvia, es de vertiente. Si no nos moja, nos da sed. Y no hay agua más rica en este mundo que la que viene así, vertical y natural. Caminamos varios kilómetros entre rocas, troncos caídos y sonido a vida. El bosque se nos mete en los pulmones, los pájaros vuelan, y el agua es verde agua. De repente la melodía de dos cascadas y el glaciar colgante que sacude nuestras pupilas para que caigamos en la cuenta de que ésta, también es la realidad…otra realidad.



o fue una Navidad cualquiera para llllllllllllllllZbigniew Reket. El marinero polaco de lllllllllllllll54 años, fue rescatado el 25 de diciembre luego de haber naufragado durante siete meses en el océano Índico. Los servicios de salvamento marítimo informaron que lo encontraron frente a la isla francesa La Reunión. La embarcación improvisada que había sido realizada por el propio joven, y que se averió al inicio del viaje, fue avistada por un velero que alertó a los servicios de rescate. Según la Sociedad Nacional de Salvamento Marítimo, Reket indicó que se encontraba a la deriva después de haber salido al mar en mayo, en las Comoras, islas al sureste de África. Según señaló, su destino final era Sudáfrica, donde pretendía buscar trabajo. Sin medios para comunicarse, sin instrumentos de navegación, y con provisiones para un mes, el hombre detalló que estuvo a la deriva entre las Maldivas, Indonesia y la Isla de Mauricio, antes de ser rescatado.

Con su gato como única compañía, afirmó que sobrevivió comiendo medio sobre de sopa china al día, que a veces aderezaba con lo que pescaba. En la investigación, el marino precisó que después de haber pasado diez años en los Estados Unidos, había viajado a India en 2014 para comprar su embarcación y dirigirse a Polonia, pero que su bote perdió el mástil y quedó a la deriva hasta las Comoras donde permaneció varios meses. Asistido por la asociación “Gentes del Mar”, comentó la imposibilidad de volver a los EEUU dado que su permiso de residencia expiró. En sus planes tampoco pretende volver a Polonia, sino que espera poder reparar su barco y quedarse algún tiempo en La Reunión.


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l 2 de octubre de 2011 tres de los alpinistas más reconocidos a nivel mundial, lograron domar en la India, uno de los picos más complejos que existen: el monte Meru, más conocido como la Aleta de Tiburón. Tres años después, Jimmy Chin, Conrad Anker y Renan Ozturk, pudieron verse en un documental imperdible que se llevó el premio del público durante su premiere en el festival de cine independiente de Sundace. Con una calidad impecable y con un relato que corta la respiración, Netflix actualmente brinda a sus seguidores, la grata posibilidad de ver cómo, luego de varios intentos, el Meru fue coronado. Con la codirección de Chai Vasarhelyi, esposa de Jimmy Chin y la voz de Jon Krakauer, es el film recomendado para los amantes de la adrenalina.

l 4 de noviembre la expedición Rheinmetall Man Truck, con montañistas chilenos, alemanes, austriacos, australianos e ingleses, iniciaron su proyecto de instalar el refugio más alto del planeta, en el Volcán Ojos del Salado, Chile, a 6100 msnm. A cargo de la empresa Andes de Atacama, por el lado chileno, y de Matthias Jeschke por el lado alemán, llegaron tres camiones con la misión de trasladar los materiales necesarios, logrando cumplir lo planificado el 29 de noviembre cuando fue bautizado el lugar con el nombre: “Amistad”.

lisa ícono de las carreras de aventura, se prepara para alcanzar el Aconcagua en el mes de febrero. En una expedición que durará cerca de 20 días, y con la meta de colocar a 6962 metros la bandera de los Juegos Olímpicos de la Juventud que se realizarán en octubre, Ella formará parte del desafío Summit Argentina, un equipo de 11 personas más que, al igual que ella, son resilientes de algún suceso que les ha tocado atravesar. Santiago Lange, Fabricio Oberto, Silvio Velo y Álvaro Casillas, entre otros, serán compañeros de la corredora en esta aventura que marcará un hito en los Ascensos a Aconcagua por su modalidad y objetivo de “Promover el deporte, la vida saludable y fomentar los valores olímpicos de amistad, respeto y excelencia, y colaborar con la Fundación Cecilia Bacigalupo”.

E



ra 28 de diciembre y en la costa hacía muchísimo llllllllllllllllllllcalor. La cita: centro de Mar del Plata. Botella de vino llllllllllllllllllllen mano, dejé la camioneta en una cochera y me dirigí a la dirección donde Pablo estaba parando. Hacía menos de dos meses que había finalizado un viaje de 16 años ininterrumpidos, atravesando continentes y conociendo culturas, y mi ansiedad por entrevistarlo iba creciendo. Llegué a la dirección y luego de unos minutos bajó del departamento. Preparó unos buenos fideos, abrimos el vino, de a poco fuimos entrando en sintonía y, sin darnos cuenta, comenzó la nota.




Vivía en Brasil como aventurero y después de viajar un año, me había agarrado el fantasma de qué haría con mi vida teniendo 21 años. Ese tiempo había estado en el norte, vendiendo pulseras y así había logrado recorrer todo el litoral. Luego, me enganché con una chica 13 años más grande que yo. Estuvimos un tiempo y creo que esa relación me dio la fuerza para encarar el viaje. Tenía el mundo por delante y ella, con hijos y una vida organizada, me dejó. A partir de ahí me puse la meta de viajar. Empecé vendiendo remeras en la playa, trabajé alquilando departamentos y autos, y con dos argentinos pusimos una empresa de turismo. Te r m i n é v i v i e n d o 4 a ñ o s e n M a c e i ó . Comenzamos a ganar plata y paralelamente a pelearnos por ver quién trabajaba más o menos. En ese momento mis socios tenían 45 y 55 años y yo con 24 no quería complicarme. Aunque vivía frente al mar en mi departamento y tenía dos autos, pensé que si no me decidía a salir en ese momento, no lo haría nunca más. Con integrantes da tribu Turkana - Norte de Kenia 2003

Estaba un poco decepcionado con el entorno, medio rebelde con la sociedad, y me crucé a un amigo argentino que me dijo:- vos tenés que tener un conocimiento espiritual. Antes de empezar, andá a conocer a unos monjes arriba de la montaña, en Car Baru. Sentí que era una herramienta que necesitaba para el viaje que iba a realizar y fui a conocerlos. Estaban en una comunidad que parecía fuera del mundo mater ial: eran autosustentables, vivían completamente aislados. Al llegar, me señalaron que sería bienvenido si practicaba sus progra-

mas: levantarse a las 4 de la mañana, bañarse con agua fría o en el lago, ir al templo, cantar mantras y realizar lecturas del Bhagavad Gita. Ese libro, es lo único que mantuve desde el kilómetro cero hasta que terminé la travesía. Es una charla entre el Dios supremo Krishna y su primo Aryuna, su devoto, donde hablan de un cambio de era hacia otra llena de riña e hipocresía, donde nadie se pone de acuerdo. Realmente, un libro muy real en estos tiempos.



hice una técnica budista de meditación Vipassana, que hasta el día de hoy se enseña en 70 países. Todo eso lo conservo. Sí. Me quedé como diez días y cuando me fui me regalaron el libro y una especie de rosario, pidiéndome que cante un mantra todos los días para estar protegido. Me fui contento y entusiasmado y canté a diario hasta ahora. Eso se hizo compañero del pedaleo. Todas las mañanas me levanto y doy cuatro rondas, porque todo lo que me pasó: no tener accidentes, conseguir sponsor y dar con gente correcta, fue gracias al mantra que le dio impulso a mi recorrido.

Fui visitando algunos, eso ha sido una forma de cargar energía. Luego de 15 años volví a esa comunidad y aún había algunos monjes de esa época. Fue muy emocionante. Soy un convencido de que para cualquier cosa que uno quiera encarar tienen que tener un acercamiento a la “providencia”. Sigo cantando mantras, hago media hora de meditación y creo que eso hace que las cosas sigan su rumbo ahora: preparar conferencias, escribir el libro, hacer documentales. Es la conexión que quiero mantener. En India

Arranqué en 1999 en Maceió hacia Buenos Aires. Conseguí un año y medio de sponsors. En 27 meses hice Sudáfrica, el Cairo, tomé un avión a Europa, puntualmente a Madrid, y pensé que podía conseguir buenos sponsor como en África. Me fue mal. Viví en Europa gracias a la venta de fotos y de unas muñequitas muy pequeñas de tela que compraba en Brasil. Recorrí treinta

60°

30°

60°


1999, Maceió, Brasil

países vendiendo más de 10000 muñequitas. Hice norte de África, Medio Oriente, Cercano Oriente, los Balcanes, Turquía e Irán, Golfo Pérsico, Pakistán, India, Nepal y volé a Tailandia, porque por Birmania no se podía pedalear. Estuve dos años por el resto de Asia, Japón, Mongolia y Tíbet. Luego bajé al Sudeste Asiático, me fui Oceanía, de Nueva Zelanda a Polinesia, de allí a Hawái. De Hawái a California, donde estuve hasta el verano para poder recorrer, y me fui a Alaska volando. Hice México por las montañas rocosas, me fui en avión a Canadá y bajé por la costa este de EEUU hasta Miami volviendo al Distrito Federal. Atravesé Centroamérica y Colombia, donde estuve un mes vendiendo el documental. Junté dinero y compré 10 pasajes de avión y 7 de barco anticipados. Cruce las Antillas. Fui de isla en isla hasta terminar en Cuba, sin dinero. Todo lo que había juntado lo destiné a pasajes, pero sacaba el documental y lo vendía. De Cuba a Colombia, bajé por Ecuador, Perú, por el Amazonas al Atlántico y, de allí, a Maceió, completando la vuelta al mundo simbólicamente. Fui a Bolivia y luego entre a Argentina por Jujuy. Llegué a Ushuaia y tomé un avión a Bariloche. De allí fui al Bolsón porque desde ese punto quería terminar las provincias que no conocía del país. Subí hasta Formosa, crucé a Paraguay, hice Misiones y bajé a Buenos Aires hasta el Obelisco.

167.510 kilómetros y 106 países. Es uno de los viajes en bicicleta más largos del mundo, el récord creo que lo tiene Heinz Stücke. Él empezó su viaje en 1962 y tuvo casi 50 años subido en la bicicleta y unos 500.000 kilómetros.

El mundo no es tan maravilloso, está lleno de miserias. Se persigue el dinero como única forma de crecer y de tener poder. En el viaje vi muchas injusticias. Hay lugares y personas hermosas, pero las realidades me han hecho ser medio ermitaño. Si bien vendo y soy simpático, quiero estar solo. La esencia de la vida es encontrase a uno mismo. El conocimiento te llena. En Occidente la gente está vacía en vida espiritual. Necesitamos más espiritualidad, saber hacia dónde vamos para ser mejores personas, evolucionar como ser humano, encontrar la paz. Si uno está en paz con uno, está bien con lo que te rodea. Eso lo vez en Oriente. La esencia de Asia es el conocimiento espiritual. Nos consideramos los más avanzado, los mejores, y la realidad es otra. No vamos a mejorar si no entendemos eso.

2017, Bs As, Argentina

En África viajé con la boca abierta. Llegué a tribus donde viven en cavernas debajo de árboles y usan arcos y flechas. Con ellos me fui a cazar pajaritos y ratones. En Tanzania me recomendaron ir a la tribu de los Hadzabe, en las afueras del Serengueti, en el Easy Lake. Ellos viven como hace 10000 años atrás. La persona que me hizo la sugerencia, tuvo la oportunidad de cazar con ellos una mona y cuando la abrieron tenía un feto. Sin remordimiento alguno, me contó que se lo comieron ni bien lo sacaron. Cuando fui a cazar llevaba las cámaras, y en un momento salieron todos corriendo. Como a 100 metros habían aparecido Guineas Fowls, unos pájaros parecidos a las perdices pero un poco más grandes. Les dispararon como diez flechas y pensé que nunca podrían llegarles, pero pude ver uno que caía. Fue la comida del día. Encendieron fuego con los palitos y comimos. Increíble, África fue increíble. Muchas tribus, muy diferentes. Asia es todo lo contrario. Los musulmanes son más hospitalarios. En ese lugar conseguí los mejores sponsors. Son muy curiosos de nuestra cultura.

No son amigables. Sos un marciano, un blanco. Hay racismo. Todos te piden plata. La bicicleta me diferenciaban y las banderitas fueron mi mejor sponsor porque cualquier tribu reconocía la de su país. Yo no me acercaba, ellos


se acercaban a mí. Se ponían al lado e intimidaban. Sudáfrica fue el lugar más hostil que recorrí. Nunca les demostraba miedo aunque adentro estaba re cagado.

Ya en Brasil me habían tirado de la bici enfrente de Porto Alegre por la Free Way. Vi a un hombre a dos metros y me dije: éste me roba. Me tocó y volé por encima de la bici. Caí abajo, en un barranco al costado de la autopista. Me abrí la pierna y se me llenó todo de sangre. Miré atrás y venía solo. Solté la bici y lo encaré. Ahí cayeron dos más, uno con cuchillo. Esquivé cuchillazos y la bici de estar atrás mío, quedó adelante. Uno la

levantó y se la llevó. Esto me pasó en el ´99. No me daba para hacer nada. Al final se cansaron y se fueron caminando y yo, detrás de ellos. Mi peor error fue entrar en Porto Alegre, un sábado a las 5 de la tarde. Yo seguí a dos y el tercero se llevó la bici. Cruzaron los tres carriles y se metieron en un zanjón. Yo los seguía gritando. La imagen era: en un carril un flaco con la bici, en el otro carril los dos flacos y en el tercero yo, con pelo largo, en calzas y sangrando. Los autos empezaron a parar. Cuando llegaron al zanjón, los otros dos flacos cruzaron la otra vía y dejaron solo al tercero con la bici que no podía sacarla por lo que pesaba. Finalmente, salió corriendo y la dejó. En ese momento, paró un viejo en un fusca y le pedí que me espere mientras agarraba

la bici. Me acompañó escoltándome hasta la entrada. Por otro lado, en Colombia salí de Palmira y vi dos personas que me iban a encarar pero recordé que en México, sabiendo que entraba a Latinoamérica, había comprado un machete. Me paré y sabiendo que me iban a robar, les grité con eso en mano y zafé.

Estaba entrando en Irán, haciendo 100 km o 120 km por día. En esa jornada había hecho 170 km sin poblaciones. Entonces pensé que sería un buen día para sociabilizar con una familia. Sólo sabía algunas palabras, entre ellas “sala maleco”, el saludo tradicional. Era de noche y a


la distancia observé una fogata con varias personas alrededor. Pensé que sería una familia comiendo algo y dije: listo! Cocino al lado de ellos. Tomé un sendero de tierra muy oscuro porque no había luna, con tanta mala suerte que llegué por detrás y los sorprendí. Eran como diez, entre pastos altos, contando tocos de plata…llegué en el momento menos deseado. Saludé y en ese momento se dieron vuelta. Me rodearon gritándome en farsi (idioma local). Yo no comprendía nada, les repetía que venía de Turquía e iba hacia la ciudad de Tamis y le decía “adshala” (bicicleta en árabe), le decía Argentina, pero no me entendían nada. Me pusieron en una pared y se peleaban entre ellos, preguntaba si había alguien más, o yo entendía eso. Pasaron unos minutos de miedo y me fui a la bicicleta. Agarré la bandera de Irán y les decía “You” fuerte y preciso, y “Me” Argentina. Se los repetía a lo loco. En un momento dije “Maradona”, repetí ”Maradona”, y dos de ellos se miraron. Empezaron dos o tres a decir “Maradona number one”. En ese instante se fueron, trajeron agua, y uno me dijo con señas: andáte que ese de allí te quiere cortar la cabeza. Me fui temblando, pedalee una hora más de noche, y llegué a un restaurante de tres hermanos. Muy asustado les conté y me dijeron que era una zona de tráfico de opio.

Estaba atravesando el norte de Uganda con Gastón, un amigo camarógrafo, y llegamos a un campo de refugiados. Fuimos a buscar agua y le pedí que filme todo. Era otro mundo, eran miles, vivían allí agrupados y manejaban el lugar. Era un espacio difícil. Pensá que en el Congo los rebeldes secuestran a los chicos, violan mujeres, matan a los hombres y se llevan a los niños de 12 a 15 años. Una parte de esta zona imagináte que la tuvimos que hacer en camión por los peligros, hay mucho conflicto. El tema es que finalmente entramos y mi amigo me filmaba hasta que vinieron los líderes enojados diciendo:- quién es este blanco de mierda para entrar así!!!. En ese momentos saqué pecho, y le dije: -quién sos vos, yo estoy buscando agua. vengo dando la vuelta al mundo, mira las banderas!!! . Se me quedaron mirando como si fuere un marciano!!! Gastón apagó la cámara y con cuatro palabras en inglés ellos, y yo con cuatro palabras en dialecto, tuvimos que mediar. Querían sacarnos las cámaras pero al final salió todo bien. Muy loco había como 150 personas al lado. Por suerte salimos vivitos y coleando.

Sí claro, más tarde. Nos encontramos con varias tribus. Los pigmeos reales son de 1, 5 metros para abajo. Había otros en Uganda que eran de hasta 1, 60 metros. Con estos últimos nos encontramos y empezamos a preguntarles de los Pigmeos reales y nos señalaron que esperemos que ya iban a venir. A la media hora apareció un grupo de niños jugando y nos dijeron: - allí están los pigmeos!!! Pensé que ahí sólo había nenes, pero entre medio, a la misma altura, asomó uno con bigotes. Increíble. Ellos viven en casas de hojas de palmeras y cocinaban bananas. Comimos con ellos y lo único que hacían era repetir: money, money money. Fumaban marihuana todo el día. El dinero que pedían lo usan para tabaco.

Sí hay muchas miserias, tanto los Maorís en Nueva Zelanda, como los aborígenes en África o Australia, o los esquimales en Canadá, son todos grupos subvencionados por los gobiernos. Les dan planes sociales y tienen el problema de perder la cultura y caer en el alcohol o en la


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droga. Antes esta gente era alguien, vivían de la caza, era un orgullo para ellos, ahora desde el momento que el Estado les da dinero terminan mal. Mucha desconexión.

Podemos hablar del amor, del reconocimiento, los sponsor y el trato con los países musulmanes. Por ejemplo en la ciudad Bahrein, un reinado al lado de Arabia Saudita, el único acontecimiento del año es la carrera de fórmula uno y el segundo, fue mi paso por esos lares. Venía en avión de Kuwait porque no podía pedalear por ahí y quería hacer los países del Golfo. Contacté con un argentino, me junté a tomar un café y apareció de casualidad con la mujer de cónsul de Arabia

Saudita que había querido venir a conocerme. La señora me gestionó la visa para entrar a Arabia en donde pude hacer 1000 km escoltado por la policía. Pero bueno, esa sería otra anécdota. Nos juntamos por segunda vez en la recepción del Hotel Marriott y charlando me propuso llamar al gerente de marketing de ahí y pedir sponsoreo.Ya había estado en los hoteles 5 estrellas en Líbano y en Siria, y me gustó la idea. Vino el gerente, armó una conferenciad de prensa y me dio sponsor por una semana de hotel. Vinieron 33 periodistas para la conferencia que la hice en un inglés quebrado, porque no tenía aún mucha fluidez con el idioma. De allí me contacté con el Marriott de Catar, con el de Arabia Saudita y con el de Emiratos árabes, y cada vez que pasaba me daban 10 días de hotel.

“Cuando vayas a Catar buscá a Mohamed Altani de la familia real, es el presidente del comité olímpico de la Federación de ciclismo”, me decían. Recordé el nombre y pude pedalear con una visa de la Federación de Ciclismo y cientos de policías, durante 1000 km. Cada 30 km se relevaban y se pegaban un embole tremendo, así que en ese momento se me acercaban y me decían: - dale, dale!!. Venían atrás, y yo les decía que pasen adelante así por lo menos me paraban el viento. En una de las vueltas me pasó una 4 x4 gigante, se frenó y se pegó la vuelta. Bajó el vidrio y lo primero que me preguntó era de qué país venía. Cuando le dije Argentina, ya lo vincularon al fútbol y a Maradona. Me pidió que pare, me bajé de la bici y me dio una tarjeta que decía Mohamed Altani y me dijo:- conéctate conmigo cuando llegues a Catar. Al llegar, me recibió su secretario y me pidió que vaya al día siguiente porque estaban organizando una carrera a la que irían los atletas olímpicos. Al otro día, a las 7 de la mañana llegué. Me prestaron una bici y competí. Éramos 50 haciendo 13 km. Salieron a fondo y quedé último en la largada y me dije: -estoy dando la vuelta al mundo, no puede ser!. Así que salí a tope y quede séptimo en la general.

El viento a favor! Los momentos placenteros son 1 cada 10 o 1 cada 50. Viajar en bici es duro: viento en contra, frío, mucho calor, nieve, lluvia, hambre… Me gusta la llanura, la vista hasta el horizonte. Eso y el camping seguro es lo más. Imagináte, en Kenia luego de un año y medio de viaje por África en la casa de un amigo, me despertaron a cachetazos para robarme con una linterna y dos machetes. Pensé que estaba en una pesadilla hasta que sentí un nuevo cacheta-



La historia con la tana, Clara Vicari, es su nombre, fue muy fuerte. Venía de 5 años de viaje, estaba recorriendo Sicilia en Italia, yo tenía 32 y ella tenía 26 años. En esos momentos estaba saliendo de Europa hacia Medio Oriente. Entonces fui a un bar, nos miramos intensamente, ella estaba con gente y luego me vio que me subí a la bici cuando salí de comer del lugar. Al otro día me encontró vendiendo mis muñequitas. Hubo un acercamiento y al tercer día me dijo: -Llévame con vos. Uno siempre tiene ese sueño, de encontrar un amor y viajar juntos. A mí me voló, encima me hablaba en tano, igualmente me fuí a Túnez a viajar con mi hermano que había ido de España. Estuve dos meses en Túnez con la idea de sacar la visa de Egipto e ir por Libia, y no la conseguí. Mi hermano se fue de nuevo a España y como no podía ir para Medio Oriente por África me volví para Italia. En Europa era invierno, un frío terrible y recibo un email de Clara diciendo que vaya a Nápoles que estaba estudiando allí y me quede con ella. Fueron dos meses de luna de miel. Allí empezó a convencerse de viajar en bici y yo le llenaba la cabeza para que viaje un año. Hasta que le compre una bici, armaros todo y en el momento de arrancar no quiso, porque la familia se oponía.

zo. De ese día, nunca más dormí despatarrado, siempre en alerta. En la carpa escuchaba un ratón y agarraba el machete. Para relajarme tengo que estar en un camping o en el desierto. Estar en un lugar paradisiaco, con el cielo, las estrellas, el viento, cocinando… eso es el placer del viaje.

Estuve mucho tiempo en la calle, en la ruta y viviendo en la naturaleza. Ahora tengo la necesidad de un cable atierra y estar tranquilo en mi casa. Hoy mi pasión es revivir el viaje escribiendo el libro, preparando las conferencias, revisando las 400 hrs de video para un futuro documental. Sigo conectado con el viaje. Estoy en Mar del Plata, vendiendo postales y el documental en la calle. Si no genero plata no vivo. Quiero estar con las mismas energías para generar toda esa información. La naturaleza es maravillosa pero son contados los días, estas siempre en la lucha para comer, dormir, pedalear.

Tengo una historia que me la guardo para el libro, un encuentro, un milagro, una manifestación que me marco hasta el día de hoy.

Usé tres. La primera se gastó, la segunda se jodió la rosca de la caja pedalera (cada trescientos kilómetros hay que ajustarla porque la misma fuerza del cuadro sacar la pieza y para que no se salga le puse líquido de freno y se clavó), y con la última, que me la dieron en Israel, hice 107.500 kilómetros.

Amagó dos o tres veces y dije: -tengo que seguir el viaje!!! Arranqué a Grecia y a Turquía. Termine estos dos países y volví a Italia por quinta vez y allí se vino y se quedó un año recorriendo. La familia me hizo la cruz. Lo más lindo fue viajar juntos por los países

Tengo tres. El primero es dar conferencias. Me gustaría hacerlo en escuelas. Ya he recibido mucho, me toca dar. Me imagino dando charlas a jóvenes que salen del secundario…salen tan perdidos. Más que nada quiero transmitir que se puede soñar y materializar ese sueño con pasión y actitud. Se puede ir tan lejos como uno quiera. Luego, daría charlas en empresas. El segundo proyecto se está cumpliendo, estoy escribiendo el libro. El tercer proyecto es buscar una productora para un documental o que venda documentales al exterior. Y también me gustaría hacer cicloturismo como guía.

Qué buena pregunta, nunca me la habían hecho… le diría que arranque con dos palabras: se puede.

musulmanes. Luego de cuatro años de muchas idas y vueltas, tenía en claro lo que quería de su vida, un novio en bici por el mundo no le cerraba. Así que después de tanto juntos, decidimos seguir cada uno con su proyecto.

La entrevista llegó a su fin. Automáticamente apagué el grabador y Pablo muy emocionado, me dio un abrazo. Con sinceridad me dijo que le tenía mucho miedo cuando partió. Despacio me dirigí a buscar la camioneta. Arranqué, puse música y me fui despacio mirando el mar. Me llevo una historia llena de energía, una persona que aunque con muchos temores tuvo la fuerza de cumplir un sueño. Qué bueno que la gente sepa que sí, puede escribir su historia.

Podés conseguir la historia de Pablo García en video por solo 12 U$S en www.pedaleandoelglobo.com El documental muestra el inicio de su viaje en Brasil e imágenes inéditas de su recorrido a través de África, Europa, Medio Oriente, India, Tailandia, Tíbet, Australia y Norteamérica. Duración: 48 minutos Lenguaje: Español-Italiano-Inglés Subtítulos: Español / Inglés / Italiano / Portugués. Por consultas de entregas de DVD mandar un mail a pgarcia_28@yahhoo.com



l sábado 25 de noviembre se vivió una lllllllllllverdadera fiesta en Pinamar Norte, donde lllllllllllse unieron deporte y diversión, de la mano de deportistas de elite y amateurs reunidos con una misma meta: correr por senderos cargados de verde, arena y bosques típicos de la zona. La carrera contó con la presencia del atleta olímpico Mariano Mastromarino, quien participó en una función no competitiva: acompañar a Octavio, un chico con parálisis cerebral que participó de los 4km destinados a los atletas con discapacidad. “Disfruté mucho de estar junto con Octavio. Estar atrás con él, me mostró cosas que los atletas de elite solemos perdernos por estar concentrados en un objetivo”, señaló. Su alegría, sirvió para contagiar no sólo a los corredores sino

también a las personas que se acercaron para vivir un fin de semana diferente. Luego de la entrega de premios le tocó el turno a los más chiquitos, quienes disfrutaron de la carrera de 1k y pudieron iniciarse en la misma disciplina que sus papás. Para compartir un momento distendido y celebrar, se realizó un encuentro en la cervecería Pinta Pinamar, exclusiva para todos los deportistas y sus acompañantes. La cuarta edición, que se llamará “Sun y wine” y tendrá como escenario las montañas de Potrerillos, Mendoza, será el próximo 31 de marzo. El evento contará con varias actividades diurnas y nocturnas para transitar el fin de semana de Semana Santa.

Tuve la oportunidad de correr dos ediciones de Running Trip y siempre sentí el mismo ambiente de buena onda, la misma energía positiva, desde el retiro de kit hasta el viaje de vuelta a Capital. Es por eso que quiero estar presente. Llegué a correr los 21k en Pinamar bien preparado, con confianza. Salí a buen ritmo, decidido a buscar la punta. Imaginaba que se iba a poder correr bastante, pero el viento de los días previos hizo que los senderos estén con mucha arena suelta. Para el km 15 tuve que aflojar ya que el esfuerzo de correr en ese terreno, además del calor, me desgastó. Así y todo, pude


PH Pablo Tolmaski

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mantenerme y asegurarme el 3er lugar en la general. Me quedó un sabor un tanto agridulce en cuanto a mi rendimiento, pero estas carreras suelen ser impredecibles y hay que valorar lo obtenido. Al margen de lo que se sufrió, me encantó correr por los senderos, el bosque de pinos, los sube y baja del camino y alguna que otra duna.

Mi carrera comenzó unas semanas antes, cuando decidí que sería una linda experiencia sumar algo distinto a mí calendario atlético, ya que principalmente me había concentrado toda la temporada en preparar eventos de pista y calle. El objetivo fue apuntar a una distancia Intermedia, como fueron los 10 km. Dado que venía con muchas competencias encima y calculaba que el circuito podía llegar a ser complicado por la superficie del lugar, no quise arriesgar y fui a disfrutar una exigencia que me haría sentir cómodo. Llegó el día esperado. Faltaba poco para

largar y el sol se hacía sentir mucho, pero eso no le quitaba magia al evento sino que lo volvía más atractivo. Cuenta regresiva y largó. Como es mi costumbre, salí tranquilo pero siempre atento a lo que propondría la punta. Los primeros metros se iniciaron con un poco de desnivel pero no era algo muy duro ya que el terreno estaba firme y permitía correr muy bien. Hicimos algunos metros más y empezó la dificultad: pequeñas lomas de arena suelta que fueron constantes durante el recorrido. Aproximadamente en el km 2, decidí seguir al líder y correr al ritmo que él propusiera. Fue letal por varios motivos: no estaba en una superficie que me beneficiara, el calor y la arena caliente se hacían sentir, y venía de correr una carrera rápida la semana anterior. Bajé un cambio, me relajé, y empecé a correr mi carrera. Siempre defiendo mi lugar en los primeros puestos y en este caso, llegando al primer puesto de hidratación, tenía al 3ro cerca. Seguí un poco más y aproximadamente en el km 7, tomé una mala opción: no supe interpretar un cartel y elegí mal un desvío. Vale aclarar que estaba todo perfectamente marcado y era difícil

21km Caballeros Cristian Hernández 1:39:45 hs Nicolás Méndez 1:44:13 hs Fernando Sánchez Sañudo 1:46:09 hs

10k Caballeros Matías Luero 00:41:02 hs Héctor Gómez 00:43:25 hs Juan Cruz Suárez 00:45:30 hs

21km Damas Florencia Borelli 1:52:41 hs Roxana Preussler 1:53:46 hs Mariel El Jaber 2:05:53 hs

10k Damas María Luz Ramírez 00:59:47 hs Natalia Meza 1:01:59 hs Sonia Prieto 1:02:52 hs

perderse pero a mí me pasó por despistado. No quedó otra que volver atrás y retomar. Había perdido muchos puestos en mi lucha por el podio. Ya no me importaba, el objetivo era otro, terminar una carrera más sabiendo que había dado lo mejor. Hice 500 metros y logré alcanzar al 3° puesto. Ahí me dije: ¡estamos de nuevo!. El circuito se estaba volviendo más fácil. Las lomas con arena no estaban y sólo había que buscar un ritmo y correr constante hasta el final. Faltando 1 km, lo divisé a Diego en el cuatriciclo que pasaba al lado mío alentando y diciendo que faltaba poco. Llegando a los últimos 400 metros, vi la llegada. La gente alentaba, había un clima muy bueno, y sentí que no hacía falta esforzarme más. Tenía una ventaja considerable, entonces disfruté. Pasé por el arco, corté la cinta y cumplí. Para los que disfrutan este tipo de eventos, se los recomiendo. Muy buena la organización, siempre atenta en todo momento. El circuito fue excelente y hubo un ambiente muy agradable. Gracias Running Trip, nos vemos en la próxima carrera!!!!!!



Running Trip era mi última competencia del Calendario Total Magnesiano 2017. Cuando se aproximaba la fecha fue imposible no recordar lo que me costó la anterior, en los Molles, San Luis. Sabía que, en donde fuese, el circuito iba a ser duro, pero igual quería estar en esa largada con atletas de primer nivel. Largar entre ellos ya era "ganar" para mí. Fui en el micro de la organización y entre mates, risas y charlas, se anticipaba el clima que se iba a vivir: una verdadera fiesta del Running. La entrega de Kit fue genial. La previa fue inmejorable, tomando sol en el Hotel Playas con

grandes presencias como la de Mariano Mastromarino. En esta edición, los bosques estaban alrededor y por encima, pero abajo había arena, arena y más arena blanda y suelta. El calor no aflojaba. Corrí sin reloj. Estaba exhausta. Al preguntar a un compañero cuántos km llevábamos, calculando según mi esfuerzo cerca de 14k, me contestó que íbamos recién casi 10k. Ahí entendí que mi sufrimiento no iba a ceder. Subidas y bajadas pequeñas y medianas, y más arena. De vez en cuando encontraba raíces donde debía asegurar la pisada. Así, hasta el final. En la llegada pensé que el circuito no podía haber sido más duro. Al menos valió el esfuerzo,

ya que pude conservar mi 3° puesto de General Damas en 21k y subir al podio con Florencia Borelli, una de las mejores atletas de Argentina. Fue una bella carrera y un duro circuito,una combinación más que tentadora para volver.


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na Carrera de Expedición es algo muy lllllllllllllllldistinto a una carrera de aventura, es un lllllllllllllllldesafío superior que involucra factores como adentrarse en lugares desconocidos en cualquier momento del día, sin marcaciones y con todos los elementos para ser auto-suficiente en la naturaleza. Cada evento plantea un desafío, y en este caso se podía elegir 100k nonstop para expertos o 60k en 2 etapas para principiantes. Conquista tu Cumbre es una aventura para no perderse, porque el hacerla o no hace que la experiencia sea muy distinta. Es nómada, la distancia está cerca de los 100 km, siempre

cambia de sede y el recorrido no está delimitado, sólo los puestos de control. El plan de carrera queda únicamente en manos del corredor, además de la responsabilidad de no perderse, comer, dormir y estar hidratado. Hace 7 años que la corro y mi método consiste en, cuando conozco la nueva sede: estudiar el lugar, relevar los puntos de interés y, sobre todo, la geografía. Con el mapa que dan horas antes de la largada, y la disposición de los puestos de control, trazo lo que sería la línea de recorrido. Para componerla se pueden usar tracks existentes para alguna que otra parte o si no, hay que interpretar el lugar y determinar la ruta más

accesible dependiendo de la vegetación y los accidentes. Después, cargo todo en mi GPS, un Garmin Oregon 650 con pantalla touch. Para mejor análisis del terreno, subo mapas Topográficos Topo Andes e imágenes satelitales Birdeyes. Esta es una gran herramienta que hace que la navegación sea más sencilla. Tiene la ventaja que es sumergible y la autonomía de las baterías (2 pilas AA) es de 10 horas en modo economizador. Es superior a un celular en cuanto a la recepción y captación de satélites y capta la red GPS (Americana) y también la Glonass (Rusa), así tiene muchísima información de orientación en tiempo real: rumbo, distancia lineal a punto seleccionado, altura e imágenes satelitales de Birdeyes, información visual de referencia. En una carrera común, todo esto se reemplaza por el recorrido marcado. En las CTC eso no alcanza, sobre todo de noche, ya que cuando van muchas horas de carrera, la información de las herramientas puede ser exactas pero uno ya no está con la disposición mental para interpretarlas correctamente. Esta última edición en Lago Puelo fue normal hasta la medianoche siguiente. Arrancó 7 de la mañana desde el gimnasio municipal. El primer tramo fue por una senda buena hasta una laguna de altura. Llegué solo y de ahí seguí junto con un grupo numeroso con rumbo norte, a veces por un camino poco visible con rumbo a un col para pasar a la siguiente montaña sin perder altura. Lo encontramos fácil. De ahí subimos por el filo a la


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cumbre del Cordón Morrudo a 1950msnm. Antes de que la vegetación desapareciera, apareció la nieve entre los árboles que dificultaba el avance. Iba con los pies mojados pero con avance sostenido. Hice cumbre con un equipo de General Roca con los que corríamos segundos en la general porque el primero pasó 40 minutos antes y era un local que ganó el año pasado, y que vivía por la zona. Fuimos hasta la segunda cumbre, no muy lejana, con una inmejorable vista del lago y del Glaciar Torrecillas con sus 3 Picos. Llegamos cerca de las 17:40 al camp en el Complejo Sol de Puelo donde debíamos parar 2 horas. Nos enteramos que íbamos primeros porque “el local” había abandonado producto de una descompos-

tura. Comimos algo y apenas se cumplió el tiempo, salimos. Corrimos casi toda la conexión de ruta, unos 10 kilómetros, y empezamos a subir nuevamente, de noche. La senda estaba bastante trabada y por momentos se perdía mucho. Pudimos llegar al Control Mirador de la laguna cerca de la medianoche y ahí comenzó un tramo de mucha navegación, bastante complicado. La primera parte hasta la otra laguna, que eran unos 2 km, fue trabada porque no encontrábamos camino y el bosque quemado por donde andábamos se cerraba bastante. Ya en la laguna, llegar al punto donde teóricamente aparecía una ruta que nos sacaba de ahí fue muy complicado. Nos metimos en unos paredones y tuvimos que descolgarnos. Ya en el punto exacto desde donde

comenzaba la senda estuvimos dando vueltas y dudando como 50 minutos. Luego de analizar bien el mapa, nos convencimos y finalmente salimos con rumbo norte, correctamente, hasta el siguiente punto de control donde nos desorientamos nuevamente unos 20 minutos. Luego de 18 horas de carrera las decisiones pueden no ser las correctas. Encontramos nuevamente la dirección hasta que un terrible bosque de lengas nos cerró completamente el paso por otros 20 minutos. Al amanecer, vimos que estábamos 50 metros al sur del claro por donde debíamos ir. Llegamos y empalmamos el camino hasta el último PC, cerca de la cumbre del Churrumahuida. De ahí, a la llegada.

Fueron 25 horas de carrera con 2 de descanso. Fue una gran aventura, comparto el track: https://www.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id= 21266879

Individual Caballeros Mayores Individual Caballeros Menores 1° Manuel Del Pozo 1° Gustavo Eggeling 2° Jorge Sanchez Trek Mixtos 3° Sergio Zanetti 1 Kuntur Mix 2 Mendiak Equipos Mixtos 3 Corega Team 1° Alquimistas Mix 2° Eska Bariloche Trek Caballeros 3° Se sale mix 1 Kuntur Rafa 2. Tugores / Tugores Equipos Caballeros 3.-Renacer 1° IQ - Gral Roca 2° Doble A 3° Ladran Sancho

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l Elbrus es la montaña más alta de Europa con 5642msnm y es conocida fundamentalmente porque integra el selecto grupo “Seven Summit”. Si bien es bastante visitada porque no tiene grande exigencias técnicas en su ruta normal, muy poca gente intenta ascenderla íntegramente sin utilizar ningún medio de elevación. En diciembre de 2016, después de varios años, nos reencontramos con Oscar, y entre posibles ideas de viajes mencionamos el Elbrus, pero no fue hasta junio de 2017 en que definimos viajar a Rusia e intentarlo con un estilo un poco más montañero que el que se acostumbra.

Nos unimos en Ezeiza, ya que él venía desde Mendoza y yo desde Comodoro Rivadavia, y en ese momento comenzó el periplo de vuelos y esperas entre los aeropuertos Charles de Gaulle, Sheremetyevo y finalmente en Mineralnye Vody, donde arribamos a las 3:30 hr de la mañana, después de casi 30 horas de viaje desde Buenos Aires. Tomamos un taxi hasta la villa Cheget, cercana de la montaña. Luego de aproximadamente 4 horas de recorrido llegamos al pueblo donde nos instalamos en un hotel y, sin perder tiempo ni relajarnos para no quedarnos dormidos, salimos en busca de los elementos que nos faltaban para comenzar el ascenso (combustible, azúcar y pan). Entre un corto recorrido por el lugar y la preparación de nuestras mochilas, el día pasó volando.


Comodoro en el Elbrus 4.

Con pocas horas de descanso y habiendo revisado el pronóstico, a las 6 de la mañana comenzamos a caminar desde Cheget hacia la montaña, con el objetivo de instalar nuestra carpa cerca de los 4000msnm. Como en el trayecto hacia Azau (la villa que se encuentra en la base del Elbrus), caminamos sobre la cinta asfáltica, un par de vehículos pararon ofreciéndonos acercarnos pero desistimos a dichas ofertas. Una vez que llegamos, comenzamos a desplazarnos por senderos de piedras sueltas y a medida que transcurría el

tiempo íbamos superando las distintas estaciones de teleféricos y aerosillas. En aproximadamente 3900msnm., nos adentramos en el glaciar y avanzamos hasta unos montículos rocosos que sobresalían en 4100msnm. Armamos nuestro campamento y ese día no quedó más que hidratarse, comer e intentar descansar, dado que el largo ascenso de 2200 metros de desnivel cargados, el cambio de horario y el viaje desde Argentina comenzaban a sentirse en el cuerpo. Basados en el informe meteorológico, los siguientes 2 días correspondían a descanso, por lo que aprovechamos para pasear un poco y conocer algunos vecinos de campamento. En las primeras horas del día 9 de agosto, el

En la estación del teleférico Azau en 2300 msnm.

ruido de las máquinas de nieve que subían cargadas con gente, nos obligó a adelantar el horario de la salida a la cumbre. En el ascenso hasta los 4900 msnm. otras snowcats nos superaron. A partir de esa altitud, tuvimos que regular el ritmo porque los grupos que nos precedían impedían que los superáramos. Cuando atravesamos el collado que unía las dos cumbres de la montaña, pudimos sentir los primeros rayos del sol y apaciguar la sensación de frío que en la oscuridad nos había acompañado permanentemente. Después llegó el tramo donde se encontraban instaladas unas cuerdas fijas y una planicie con muy suave pendiente que llevaba a la cumbre. Finalmente ahí estábamos, en lo más


Descendiendo.


Cumbre.

alto de Europa en un día casi ideal por la visibilidad que nos permitía contemplar el paisaje europeo hacia un lado, y el asiático para el otro. Hubo abrazos, felicitaciones y fotos hasta que decidimos emprender la bajada. El descenso hasta la carpa fue muy relajado y con buena temperatura ambiente, aunque a partir de los 4800msnm la consistencia de la nieve comenzó a complicar un poco la marcha debido a que nos hundíamos y patinábamos. Al día siguiente fuimos hasta la villa Cheget utilizando el mismo camino que cuando

subimos. Esa bajada la realizamos con mucha precaución debido a la facilidad de resbalarse por las piedras sueltas, y el peso que llevábamos en las espaldas. La gente desde los teleféricos nos miraba y saludaba como si fuéramos superestrellas. Los días en espera de regreso a casa, los pasamos entre recorridos por la zona del Elbrus y unas pocas horas en Moscú donde nos dimos la satisfacción de visitar la Plaza Roja, el Kremblin y la catedral de San Basilio. Debo decir que todo fue muy gratificante.

Desarmando el campamento para empezar a descender.

Compartir el viaje con Oscar, la interacción con la gente local que ayudó a encontrar soluciones a los inconvenientes que iban surgiendo, el saber que la investigación previa sobre los posibles caminos de ascenso y lugares donde instalar nuestra carpa fue fundamental y correcta, la preparación previa y el esfuerzo puesto, convirtieron a esta expedición en una historia digna de recordar.

Avanzando sobre el glaciar en 4000 msnm,


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ace tiempo le veníamos escapando a las zapatillas “maximalistas”. Zapatillas que cuentan con una suela bastante gruesa (rondan los 30 milímetros en la zona del talón), un drop inferior a 10 milímetros y cierta ligereza. Al analizar las Brooks Caldera nos encontramos con una zapatilla sin drop, pero con mucha amortiguación debido a que la media suela en la parte del metatarso mide 2, 4 cm y en la parte del talón mide 2,8 cm.

Qué significa ésto, en este caso unas zapatillas sin drop, 4mm. Ósea es la diferencia de altura entre el talón y el apoyo de los dedos del pie. La primera sensación es increíble. Comodidad absoluta. La pisada en diferentes suelos hace que no sintamos las irregularidades. Se corre de forma muy natural, apoyando la zapatilla en la parte media y, continuamente, da una placentera sensación de confort. Es ideal para largas distancias porque es muy liviana, con un peso de 280 grs. y tecnología DNA.

La capellada es fuerte, con punteras y talón sólidos. Contiene perfectamente y, gracias a que está engomada, provoca una buena sensación. En lo que respecta a la suela, es para terrenos variados pero no demasiado técnicos. En la arena funcionó muy bien y en el pasto también. En caminos agrestes o donde hay que hacer equilibro no son recomendables. Si bien el diseño de suela es multidireccional, si hay barro no hay tracción, uno patina mucho y es difícil hacer pie. En cuanto a detalles, podemos decir que l o s c o r d o n e s s o n bu e n o s, s e t ra b a n correctamente y no es necesario hacer un nudo muy sofisticado. Posee guarda cordón y en el talón, un velcro para sujetar polainas.


En síntesis: un antes y un después. Probar las Brooks Caldera permite perder el miedo al maximalismo. Sin lugar a dudas, 100% recomendables para carreras o entrenamiento

donde lo muy técnico no predomine, con una excelente amortiguación y una capellada resistente que mantiene el pie cómodo.

*para más datos de uso y duración en el tiempo, consultar el posteo del producto en el sector de tecnología en el sitio web www.andarextremo.com.ar


Liviana y técnica diseñada específicamente para trail running, parte de la colección Columbia Montrail, presenta un tejido con excelente capacidad de evaporación de la humedad y súper refrigeración activada por la transpiración que ayuda a controlar la temperatura de tu cuerpo cuando estás esforzándote al máximo bajo el sol. El cuello con cierre permite liberar el calor para no sofocarte en el camino.

Una zapatilla de trail running liviana y agresiva para el corredor que busca performance de bajo perfil en un robusto y poderoso calzado velocista.TrailShield: Protección del Antepié FluidFoam: Amortiguación. Peso 280 Gr.

Destacada tracción alto rendimiento Vibram en un novedoso calzado de trail running impermeable y respirable de nuestra nueva línea Columbia Montrail.

Cuadro de carbono boost, horquilla RockShox RS 1, transmisión Shimano XTR, Llantas Dt KTM

Peso 9.4 kg.

Zapatilla sport de material tejido y con talón gofrado que la hacen versátil y joven. Cuenta con una plantilla de Eva removible y lavable. Su suela es de Eva ultra liviana que absorbe el impacto del andar y la hace confortable.

Bota de trekking liviana y resitente, en tela IShield. Confeccionada en gamuza y poliester con tratamiento Water Proof. La suela es de Soft Eva para una mayor amortiguación.

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Capellada waterproof de cuero, durabilidad y confort. Membrana resistente al agua dri-tec mantiene el pie seco. I-shield repele el agua y suciedad, y es resistente a las manchas. Sistema de enlazado combinado y versátil para un calce seguro y ojales de metal inoxidable. Parte superior transpirable de malla, puntera y el talón de protección. Plantilla Ortholite que impulsa la comodidad y el rendimiento.

Calzado hiking multifunción, de cuero Pigskin, con forro de mesh respirable con función antibacterial. Es un calzado sumamente funcional y apropiado para actividades al aire libre. Plantilla de Eva removible y lavable. Cuenta con tecnología M Select Fresh en plantillas con tratamiento antimicrobial que evita los malos olores. M Select Fresh en suela ofrece estabilidad duradera, son altamente antideslizantes en el suelo húmedo, seco y mixto.


Rediseñado para terrenos aún más difíciles, todavía tiene todo lo que le encantó de la primera versión, solo que mejoró. Inspirado por el mismo Speedgoat, el atleta de Hoka Karl Meltzer, este zapato está diseñado literalmente para cualquier superficie que no sea de asfalto, en serio, cualquier superficie, y lo hace especialmente bien en pistas técnicas y desafiantes.

Campera con capucha incorporada, dos bolsillos en el frente, costura plana y ajuste en ruedo, puños y capucha con lycra. También posee en la manga los ojales para los dedos pulgares. Trekking, ski,escalada, kayak y montañismo.

Para hombre con cuello alto. Posee un bolsillo en el frente y lugar. Ideal para pasar el dedo pulgar. trekking, ski, escalada, kayak y montañismo.

Impermeable y respirable, con costuras selladas. Capucha fija con ajuste y Roll Up. Ventilación axilar.

Carpa espaciosa y liviana para 3 personas con piso con costuras selladas, varillas codificadas con colores para armarla y dos puertas. Peos 2725g, medidas 119 x 165 x 224 cm.

Es un modelo que se incorpora a la línea de asfalto de la marca, una zapatilla ligera (240 gramos) y rápida, apta para entrenar o competir, mezclando amortiguación con el popular grip de las zapatillas Inov-8.

Mochila de hidratación que permite mantenerse hidratado (depósito interno de 2 litros). Bote de 500 ml de fácil acceso, tipo gel, que está ubicado en la correa para el hombro.

La camisa Enfield de manga larga está confeccionada con tejido Coolmax®, cuenta un tejido doblemente peinado para proporcionarte mayor comodidad y posee protección contra los rayos UV.


TELEFONIA POR INTERNET

Material de montaña

Calle Gascon 238 (CP 1181) Cap. Fed. Tel: Fax 4982-0203 www.fugate.com.ar info@fugate.com.ar


l 3 de diciembre pasado se inició un gran sueño para Nacho, Gisela y la llllllllllllllllpequeña Jazmín, de tres años: recorrer de Ushuaia hasta Alaska en un llllllllllllllllMotorhome de 1978. Con la idea de que otro modo de vida era posible, y admirando a la Familia Zapp, bautizaron a su proyecto “Soñar, Oír, Vivir” motivados por su historia personal. La niña, que había nacido sin audición, los impulsó a luchar como guerreros hasta poder obtener el implante coclear que hoy le permite escuchar, y viendo la fuerza del deseo, decidieron atreverse a hacer lo que anhelaban: viajar. “Hoy ya podemos decir que estamos en el camino de cumplir nuestro segundo sueño, y lo que nos enseña que nunca dejemos de soñar y pelear por eso”, señalan. Actualmente, están en el Chaltén y luego irán por la Ruta 40 hacia el norte de Santa Cruz con destino a Los Antiguos. Si quieren seguir su aventura, puede acompañarlos desde https://www.facebook.com/SonarOirVivir/

uego de 10 meses de planificación, la familia de Sebastián, llllllllllllllllAlberta y sus dos hijas, partieron desde Italia a Ushuaia para el lllllllllllllll13 de enero de 2016, en bicicleta, comenzar a recorrer América durante 20 meses. Con una filosofía de amor a la naturaleza, y buscando conocer la variedad de insumos, producción y consumo de productos agroecológicos que ofrece el continente, van deteniéndose en distintas poblaciones para aprender y compartir con los pequeños productores, lo que es su trabajo y, en un futuro cercano, poder transmitir todo en un documental. Facebook: Happy Family BIOcycling.

milio Sáez, panadero fueguino, recorre las rutas del llllllllllllllllpaís recogiendo residuos para generar conciencia llllllllllllllllambiental. Con un mensaje de Basura Cero, el 7 de agosto inició su travesía en La Quiaca con el deseo de unir caminos y dar charlas en escuelas, hasta llegar a Tierra del Fuego el 2 de abril. “Cuando les pregunto a los chicos en las escuelas si les gustaría que su provincia esté representada por una bolsa de basura, me responden 'no'. La respuesta es uniforme en todas las aulas y es lógico: es algo que nos avergüenza y que tenemos que cambiar”, enunció. Según relató, la misión se inició trabajando en su panadería, al descubrir el flagelo social que se produce en torno a los residuos. “De Ushuaia a la Quiaca, hemos convertido las rutas en verdaderos basurales”, dijo Sáez.

n el 2010 el fotógrafo, camarógrafo, documentalista llllllllllllllllRómulo Carpinetti, tuvo un accidente en moto que lo dejó llllllllllllllllcon un certificado de defunción casi firmado, un mes y medio de respirador, el equivalente a un solo pulmón y prácticamente con una rodilla. Lejos de iniciar una vida lejos de la adrenalina, Rómulo se convirtió en escalador de grandes cumbres, entre las que se cuentan el Lanín (3.747 metros) y la Cordillera de Ansilta (5.887), entre otros. Con el objetivo de hacer todas los ascensos relevantes del continente, el documentalista inició una serie web llamada Registro Vertical, donde relata las peripecias de sus colegas montañistas, y las propias. “En cada lugar se van poniendo de manifiesto los valores del deporte, que tienen que ver mucho con el cuidado del medio ambiente, el respeto por la vida, el compañerismo... La vida del otro está en tus manos todo el tiempo. Y viceversa. La confianza, la construcción de los vínculos reales. La vida en el presente”, señaló.

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