REVISTA ANDAR EXTREMO N° 50

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Director / Propietario

Corrección

Marcos Ferrer

María Soledad Navarro

Participaron de esta edición

Fotografías

Matías Sergo Juan Martín Laborde Total Magnesiano Catalina Salata Julián Weich Viviana Blanch Iván Gómez Lucas Escobedo

Matías Sergo Federico Cabello Pablo Pinchiero Diego Winitzky Summit Aconcagua Hey Mai Verónica Burgos Specialized Argentina

Foto de Tapa Marcelo Tucuna

Elisa Forti Matías Torres María Laura Giuliani Mauro Gervasini Jonatan Segovia Martín E. Davies Flor del Negro Matías Carsillo

Pre Impresión Corrales Impresión 4 Colores

Leandro Arló Chino Avalos Ferrer Marcos Marcelo Tucuna Pablo Tolmasky Pablo Barrionuevo María Laura Romagnino

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rranqué a los 12 años, gracias a un guía que se llama Andy Jons, amigo llllllllllllllllde mi papá. Empecé a hacer salidas a montañas bajas y me gustó tanto llllllllllllllllque me atreví a salir por mi cuenta. Luego, estuve en la escuela del CAM (Club Andino de Mendoza) y conocí a Popys y a Horacio Cuñetis, que fueron muy importantes para poder estar en Aconcagua. Incluso Horacio me recomendó a la empresa Inca para que entre de porteador al Aconcagua. Había estado dos años para hacerlo por mi cuenta y, luego de conocerlos y entrenar todo ese tiempo, lo hice. En realidad, yo venía abocado a mi trabajo de profesor de Educación Física y entrenador. El primer año fue increíble, pero como trabajaba, la primera vez que portee en la temporada 2011-2012 se hizo muy duro. Fue tan difícil que llegué a pensar que no era lo mío. Quería desistir, pero al llegar abajo me tranquilicé. Hoy, luego de 7 temporadas, me encanta, lo disfruto un montón. A partir de la mitad de


esa primera etapa, me había adaptado muy bien a la altura y tenía buena velocidad, así que terminó siendo un excelente inicio. Desde allí no paré más, y año tras año fui experimentando diferentes entrenamientos así lograba estar de la mejor forma para poder conseguir algo en la montaña.

Las 10 cumbres las hice: una en diciembre y 9 entre enero, febrero y marzo. Cuatro en enero, cuatro en febrero y una en marzo.

Tengo tres patas principales de entrenamiento aparte de la montaña: ando mucho en bici, hago gimnasio y corro a pie. Creo que hay músculos fundamentales que entrenar para las cuestas. Fue resultado de esa primera temporada que me sentí tan bien, en ese momento pasó por la cabeza el récord. Se lo comenté a un compañero y el año pasado, luego de años de porteo, me decidí a intentarlo. El 360°, sobre todo, y el “Argentina, cumbre, Argentina”, que si bien hice 8,30 horas, no era un muy buen tiempo. En 2017 me dije: si voy a hacer récords que no sea uno, que sean tres.

Sí, tal cual… Acá en Mendoza hay grandes deportistas que trabajan en la montaña, no sólo residentes, sino de otros lugares también. Lo ven más como un hobby que como un deporte en sí.

Igualmente vi mucha gente motivada luego de mi récord, con ganas de entrenar y hacer cosas interesantes en Aconcagua y en otras montañas. Pero la verdad, es que estoy más que contento de que la marca esté acá. Batir un récord no tiene dimensión.

Un intento, pero tuve problemas al entrar al parque por el permiso, porque es uno especial. Sí había probado los tiempos en diferentes tramos, en otras oportunidades. Una de las cumbres que había hecho fue Horcones, y luego volví a subir antes de hacer el récord para fijarme unos tramo y chequear parte de la ruta. Allí terminé de cerrar, saqué cuentas, y los tiempos me daban. Decidí correr un poco los días, porque había mucho viento y el clima se ponía pesado. Tenía que subir el 21 y 22 de enero, y lo corrí al 24. Hice cumbre entre el 25 y el 26, a las 0:08 hs


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2018 Sunny Stroeer (Alemania) 360° 47 horas y 30 minutos 2018 Matías Sergo (Argentina) 360° 27 horas y 2 minutos 2018 Daniela Sandoval (Ecuador) 20 horas 17 minutos Horcones Cumbre Horcones de Mulas a cumbre con la bajada a Mulas 14 hs 53 min) 2017 Nicolás Miranda (Ecuador) 360° 27 horas y 58 minutos 2016 Fernanda Maciel (Brasil) 22 horas 52 minutos Horcones Cumbre Horcones 2015 Karl Egloff (Ecuador) 11 horas 52 minutos Horcones Cumbre Horcones 2014 Kilian Jornet (España) 12 horas 49 minutos Horcones Cumbre Horcones 2011 Charly Galosi (Récord Argentino) 17 horas 00 minutos Horcones Cumbre Horcones 2010 Willie Venegas (Argentina) 360° en 32 horas 26 minutos 2007 Jorge Egocheaga (España) 13 horas 48 minutos Horcones Cumbre Horcones 2006 Jaime R. Quiroz (Perú) 14 horas 59 minutos Horcones Cumbre Horcones 2006 Holmes Pantoja Bayona (Perú) 20 horas 35 minutos Horcones Cumbre Horcones 2002 Maria Mackern (Argentina) 17 horas 30 minutos desde ruta 7 a la Cumbre 2000 Willie Benegas (Argentina) 23 horas Horcones Cumbre Horcones 2000 Jorge Egocheaga (España) 3 horas 42 minutos desde Plaza de Mulas hasta la cumbre (con la bajada a Mulas 4 horas 45 minutos) 2000 Bruno Bronod , Fabio Meraldi y Jean Pellisier (Italia) 3 horas 40 minutos desde Plaza de Mulas hasta la cumbre (con la bajada a Mulas 4 horas 52 minutos) 1997 Jurgen Straub (Francia) 12 horas 30 minutos Pared Sur a Cumbre 1995 Thierry Spichiger (Suiza) 26 horas Pared Sur a Cumbre 1992 Dos militares Franceses 4 horas 36 minutos desde Plaza de Mulas hasta la cumbre (con la bajada a Mulas 5 horas 57 minutos) 1991 Thomas Bubendorfer (Alemán) 16 horas 30 minutos Pared Sur a Cumbre (cuerdas) 1990 Daniel Alessio (Argentina) 6 horas 7 minutos Plaza de Mulas hasta la cumbre 1989 Marty Schmid (EEUU) 6 horas 13 minutos Plaza de Mulas hasta la cumbre 1989 Michel Dacher (Alemán) 6 horas 15 minutos Plaza de Mulas hasta la cumbre 1987 Lito Sánchez (Argentina) 6 horas 32 minutos Plaza de Mulas hasta la cumbre 1987 Alejandro Randis (Argentina) 8 Horas 7 minutos Plaza de Mulas hasta la cumbre

Salí de Penitentes, hice un tramo de ruta hasta Punta de Vacas e ingresé al parque por allí. Luego Leñas, Piedra, Plaza Argentina y Cumbre, en unas 17 h y media. Mulas, Horcones y Penitentes, en 10 h. Tuve un inconveniente cuando subí. Corrí hasta Leñas, el primer campamento después de Punta de Vacas, y me empezó a doler mucho atrás de la rodilla. En realidad creo que el dolor fue en el tendón semi membranoso, atrás de los posteriores. Eso me impidió seguir corriendo. Me molestó, me daba impotencia y bronca no poder correr en tramos

corribles, y me limitó a pensar sólo en hacerlo, no en bajar el tiempo. En mi trabajo yo me muevo de los 4200 msnm a los 6000, y en estos tramos venía tardando una hora más de lo normal en cada etapa, y sumado me daba como unas 3 horas de más. A partir de ahí no quise mirar el reloj. Recién en la cumbre lo vi, y ahí me di cuenta que tenía chances para lograr el récord. Todo dependía de cómo anduviera la rodilla en la bajada. A los 20 metros de la cumbre, encontré a una guía que me dio un analgésico y, cuando llegó el gran acarreo y empecé a bajar, como era una superficie más blanda, se me empezó a ir el

dolor. Me mentalicé que podía, y bajé lo más rápido que pude a Mulas, en unas dos horas, y de allí, 8 h para lograrlo.

Estaban: mi madre, mi hermana y mi pareja, y algunos compañeros que me ayudaron. Verdaderamente siempre tuve en la cabeza lograrlo. Estaba contento por un lado y a la vez embroncado por la pierna, porque estaba seguro que lo podía hacer en menor tiempo. Luego, empecé a disfrutar.



Fui de Penitentes a los campamentos base, o sea en Plaza Argentina, en zapatillas. Usé unas Asics muy tranquilas. En el caso de la indumentaria, fui con las cosas que tenía. Nadie me sponsoreó, y quería demostrar que lo podía hacer a pulmón. Desde Penitentes salí con las zapas y un chaleco de hidratación que llevaba 3 litros de líquido. Lo acompañé con semillas y barras de cereales hasta

Plaza Argentina. Allí me quedé 45 minutos. En ese lugar había dejado una mochila de 30 litros donde estaban: las botas simples, los crampones, el pantalón de trekking raptor. Me cambié. Desde base a base no tenía asistencia, así que tenía que portear todo hasta los campamentos de altura. Renové el agua y la comida, llevando todo en la mochila. Desde Plaza de Mulas volví a ponerme las zapas, me saqué el abrigo, y volví al chaleco de hidratación. Para iluminarme, utilicé una Petzl que me prestaron, al igual que el chaleco.

Voy a seguir entrenando. Creo que voy a hacer más actividades en la montaña. Me gustaría empezar a trabajar con triatletas o en ciclismo.

A Nico Miranda, a Kilian...Cuando lo conocí a Jornet me desmotivé (risas). Yo quería hacer Horcones, Cumbre, Horcones, el que hizo récord él, y después se lo sacó Carl. Creo que el tiempo estaba en 17 h. Yo pensaba que lo podía hacer, y cuando lo hizo Kilian dije: -chau, ya no puedo!!! Admiro su preparación. Yo trabajo mucho y se me dificulta poder vivir para el entrenamiento. Siempre creí que hay deportistas locales que tienen la oportunidad de hacer estas cosas, y siempre vienen de afuera para intentarlo. Por ejemplo el record 360°, ninguna mujer lo había hecho, y vino Sanny una chica alemana. Hiciera el tiempo que hiciera, hacía récord. Acá hay chicas muy fuertes que lo pueden hacer, pero ella fue la primera y creo que lo hizo en 47 hs.



iempre seguimos a sus coterráneos Karl llllllllllllllllEgloff, récord de ascenso en velocidad llllllllllllllllpor la ruta normal, y Nicolás Miranda, récord de ascenso por la 360° (en manos de Matías Sergo). Recién bajada de la montaña y feliz por su logro, Daniela nos dio una entrevista.

Soy seguidora de Nicolás Miranda y de Karl Egloff y, como corredora de carreras de aventura, en un ascenso en Ecuador al volcán Cayambe, me encontré con Nico que me vio y me entusiasmó. Luego, en el Chimborazo, iba en una cordada a 5000 metros, me solté empecé a correr, y surgió la idea de venir a Aconcagua. Si Nico Miranda te dice que tenés las condiciones y que estás para intentarlo, te ilusionás mucho.

Entrené duro para ésto. Imagináte que vivo en Quito, rodeada de montañas, así que hace dos años nació el sueño del Aconcagua. Ni bien llegué a este gigante, la aclimatación fue caminar los 25 km de Horcones a Plaza de Mulas, dormir y después de ahí, con el grupo, quisimos tirar cumbre. A 300 metros, un temporal nos hizo descender. Bajamos e intentamos hacer el récord a los dos días. Eso fue el domingo, y los vientos eran tan fuertes que no nos dejaban avanzar. Casi en el mismo lugar, a unos 300 metros de la cumbre en una travesía, tuvimos que desistir y bajar. Creo que todo eso me hizo tener claro dónde tenía que poner la cabeza.

Fernanda en 2016 realizó el trayecto en 22 horas y 52 minutos. Tenía pensado poner como tope entre 18 y 19 horas. Pero el Aconcagua es una montaña muy dura, y las 20 h 17 minutos estuvieron más que bien.

Venía de casi hacerlo dos días antes. El lunes y el martes a la madrugada, luego de un día espectacular y una noche con luna llena, las condiciones fueron óptimas. Salí de Horcones a la 1 de la mañana con una Lycra, un buzo, dos pares de medias, zapatillas, la Petzl Nao y un litro de agua. Luego de 4 h 16 minutos llegué a Plaza e Mulas donde me esperaba Nico. Allí me puse las botas, el pantalón de plumas, la campera, el gorro y los guantes, comí algo rápido y salimos para arriba. De Plaza de Mulas a Cumbre, casi unas 8 horas, y llegué a cima 13:35 minutos del martes 30 de enero, de la cumbre a Plaza de Mulas en

unas 2 horas 50 minutos. Estaba cansada. Demoré unas 4 horas a Horcones, llegando pasadas las 9 de la noche.

Este récord fue lo más grande que hice en mi vida, me hizo descubrir nuevas sensaciones. Yo era corredora y me hizo ver la montaña como andinista. Creo que este aprendizaje de vida increíble me va a hacer programar mis nuevos logros que, seguramente, van a ser también en montañas.

veces te avisa...cuando no se puede no se puede. Mariano pasaba los límites y eso le pasó factura. Sin lugar a dudas, un gran deportista. Mariano era un tipo fuera de serie, un animal… deportivamente descomunal. Muy pero muy fuerte, muy abocado a lo que hacía, pero tenía sus locuras. Él era el todo poderoso y se le escapaba respetar algunas cosas esenciales. No creo que no haya pensado en el peligro que conllevaba realizar montañas importantísimas, pero le faltaba un poco de humildad a la hora de tomar ciertas decisiones en la montaña. Creo que podía hacer lo que quisiera, si respetaba algunas cosas. Lamento mucho su pérdida... estaba para cosas muy grandes. La sucesión de logros hizo que le pierda un poco el respeto a la montaña, creyendo que él todo lo podía. A pesar de que tenía las condiciones, la montaña a

Puede ser en un futuro, me encantaría, pero todavía no estoy preparado. Ahora deseo hacer cosas más deportivas. Lo veo lejos.

A Norma Escudero, mi pareja, que estuvo incondicionalmente en cada una de las cumbres. A mi familia, a Iker que trabaja en Lanco, José Casas, Osvaldo Caravajal, Andrea González y Juan Alonso alias “el Topo”




o sé, creo que no merezco tanto. Mi único mérito es vivir el llllllllllllllllpresente y recibo tanto reconocimiento... jaja (risas). Yo no pienso llllllllllllllllen el mañana. Demasiado lindo es vivir hoy para estar pensando en el mañana. No reniego sobre el pasado ni planifico sobre el futuro. Me levanto, pienso lo que voy a hacer en el día, y disfruto al máximo.


En la última carrera que corrí al lado de mis nietos en mi ciudad natal Como, en Italia, al lado del lago, me asombraba de mí misma y no podía creer lo que había generado. Miraba a mis nietos tomados de la mano y me repetía: Elisa qué estás haciendo? Pudiste a los 83 años unir cuatro generaciones, ya que mis hijos estaban en la llegada, mis nietos corrían al lado mío y mis bisnietos hacían la corre caminata. Esta carrera fue la que más sentí de todas las corridas. Lo que sí, nunca voy a entender cómo generé tantas cosas en la gente en tan poco tiempo. Por ejemplo, el otro día estaba corriendo por acá, por

Vicente López, y se frenó un auto. Pensé que había cruzado mal, pero el señor frenó, me miró, y me dijo: -sos Elisa!!! yo le digo: -sí!!! Y me responde: - Gracias a vos y tus ganas de correr salvaste la vida de mis padres. No le pregunté en ningún momento por qué le había salvado la vida, pero así me di cuenta de que generaba cosas positivas en la gente. Lo que pasa es que la vida te lleva… una cosa te lleva la otra. Este año me invitaron a muchísimas carreras casi todos los fines de semana. Me encanta, me miman mucho! Fui a Ushuaia, me invitaron a Choele Choel, a San Juan... me invitan de todos lados.

El libro trata de la historia de mi vida, de mis primeros momentos en Italia y cuando emigramos con mi familia a la Argentina. De la vida acá, y cómo me desarrollé en el deporte. Para mí, la vida siempre fue movimiento. Cuando iba con mis hijos chiquitos a Mar del Plata, llegábamos a la playa y antes de que jueguen a la paleta, hagan castillos con arena o lo que sea, yo me iba a caminar una hora con ellos. Después de ahí, podían hacer lo que quisieran. Cuando vivía allá, en Como, un lugar con montañas y ríos, estaba todo el día subiendo y bajando por piedras pero cuando llegamos a Buenos Aires teníamos que hacer actividades entonces buscamos un club con mi hermano. Conocimos River Plate y allí comencé a jugar al vóley. Seguí jugando al vóley hasta grande, incluso cuando ya tenía los tres chicos, les daba de comer a la noche, les ponía el pijama, y después me iba a entrenar. A veces hasta me lo llevaba al gimnasio conmigo. Y lo bueno es que mi marido aceptaba que yo haga deporte, el problema fue cuando nació mi hija que ya no tenía tanto tiempo, entonces ahí empecé a jugar el tenis. También hice natación y hasta llegué a jugar al fútbol.


desafio ansilta


Un día estaba con mi hija que es kinesióloga, y una colega de ella me dice que se iba a Villa La Angostura a correr una carrera de aventura. Tanto insistí que me llevaron, pero me dijeron que no iba correr. Les dije que quería ir igual. Así conocí el grupo de entrenamiento y me aceptaron como si fuese una vieja amiga. Y lo que más me gustó es que a diferencia de un deporte convencional que competís contra alguien, acá lo hacés con vos mismo, en contacto con la naturaleza.

Eso se fue dando de a poco. Hablando con mi hermano, él me decía que me desenvolvía muy bien y que era raro porque yo siempre había sido muy tímida. La verdad es que yo digo lo que siento.

Sí, se siente la energía que emana de la gente. Eso me llena de ganas para enfrentar los sinsabores de la vida. Llegar a una carrera me hace sentir ganadora, me da fuerza para saltar los obstáculos del día a día. Cuando voy viendo el

arco y sé que estoy finalizando yo siento esa algarabía que genero cuando me aproximo. Y enseguida las fotos, fotos, y fotos.

Me rio de mí misma, porque digo que me parezco a la Jorobada de Notre Dame jajjaj (risas). Eso viene cuando me operaron de la columna, el médico me aconsejó qué me incline un poco hacia delante, así no sé mi pinzaban los discos. Entonces así parezco una vieja arrugada y Jorobada de Notre Dame, pero en movimiento jjaja (risas).

Yo corro con las zapatillas que me regala Columbia, que hace 4 años que me sponsorea con ropa. Hay gente que me pregunta qué indumentaria uso, pero yo no estoy pendiente de eso… yo corro y nada más. Generalmente me pongo lo que me dan. El otro día Nike me hizo unos regalos por el día de la mujer, me encantó.

No tenía nada, pero se me vinieron todas juntas. Tengo una en San Juan, el Raid de los Andes, la M42 en Villa Ventana y el Cruce Columbia en diciembre.



Del Aconcagua prefiero no hablar, es una lástima que no pude llegar un poquito más. En Plaza de Mulas hay dos o tres alturas que estaban buenas para hacer.

Si me ofrecen, con todo gusto. A mí me han llevado a centro de jubilados, a colegios. Ir a dar charlas es hermoso, la gente escucha y se interesa. Y no sólo con el deporte uno puede generar cambios, puede ser con la música,

pintando un cuadro, bailando, cualquier cosa qué te llene. Que tengas un motivo para empezar el día te da independencia y proyectos.

Sí, con Lihuel y Nihuel corrí Cruces Columbia. Luego, con mis nietos que están en Italia, Azul y Juan Pablo, también en Como. Uno de ellos hizo una película con la carrera de Italia. Es muy bonita, muestra la carrera luego, parte de mi vida, parte de la carrera y así van intercalando imágenes.

El libro que describe la vida de Elisa Forti se terminó de imprimir en la ciudad de Buenos Aires a fines de abril de 2018. Se presentó por primera vez en la Feria Internacional del Libro, en la Rural, el 29 de abril en la ciudad autónoma de Buenos Aires. Editado por Sol Navarro, con fotografías de Lean Arló y fotógrafos de carreras de aventuras. Tuvimos desde la Revista Andar Extremo el honor de diseñarlo, un libro realizado en papel ilustración, con fotografías en alta resolución en todas sus páginas . Para conseguir el libro comunicarse al mail: solnavarrosafe@gmail.com

Hay una canción que dice “yo quiero tener un millón de amigos” y nunca pensé en tenerlos, pero me estoy dando cuenta que me estoy acercando. Realmente siento que tengo muchos amigos, lo siento sinceramente cuando se me acerca la gente y me abraza. Siento el cariño que me brindan. Quiero agradecer a mis hijos, a mis nietos, al Club de Corredores, al organizador de M42, a los creadores del libro Sol Navarro y Lean Arló.



l cerro se encuentra en la Quebrada de lllllllllllllllVargas y debe su nombre a las capricho llllllllsas formas creadas por la erosión del viento sobre las areniscas de sedimentos marinos que asemejan a monjes penitentes con sus capuchas. Esta montaña fue elegida por los Incas, que construyeron en su cumbre un sitio ceremonial, vinculado a la momia encontrada en el espolón suroeste del Aconcagua. Con buen clima y desde su cumbre, es posible observar el imponente Cerro de 6.962 msnm, además de todas las montañas circundantes.

El grupo se reunió en un hostel durante las horas de la mañana y luego, junto al guía de la empresa “Acampartrek,” emprendimos el traslado desde la ciudad de Mendoza a la zona de alta montaña. El tiempo de viaje duró unas 3 horas. Luego de recorrer la ruta 7, llegamos a Los Penitentes que se encuentra a 2.600 msnm al pie del centro de esquí, del cerro homónimo y del Cruz de Caña. Allí nos detuvimos y pasamos la noche en el Refugio de Montaña “Cruz de Caña”, donde continuamos con nuestra aclimatación. La Quebrada de Vargas se abre en la

margen derecha del río Cuevas, entre el centro de esquí Los Penitentes y la localidad de Puente del Inca. Se puede acceder a ella desde estos dos lugares ubicados sobre la Ruta Nacional Nº 7 a 172 kilómetros de la ciudad de Mendoza. Después del desayuno y junto a mis compañeros: Mamuno, Marcelo y Sebastián, nos trasladamos en vehículo hasta el ingreso de la Quebrada de Vargas para comenzar al trekking al campamento base, que se encontraba a 3.200 msnm. Vale señalar, que la aproximación al mismo no tiene mayores dificultades y el ascenso a la cima puede hacerse aún si uno cuenta con pocos días. En tres días es lo usual o en dos, con un mayor esfuerzo y rapidez. Se accede al sendero a unos pocos kilómetros un poco más arriba del centro de esquí invernal cerca de una estación abandonada del tren que circulaba junto a la ruta, donde hay un precario puente colgante sobre el río Cuevas, donde se da inicio a la senda. El cruce de puente debe realizarse de a uno por vez. Así, partiendo de 2.650 msnm nos fuimos



Aproximación al campamento base

Así, partiendo de 2.650 msnm nos fuimos adentrando en la Quebrada de Vargas, siguiendo siempre en dirección norte-sur junto al curso del arroyo Vargas. El uso de bastones facilitó la tarea con la mochila. Al inicio, debimos superar una cuesta empinada y luego la pendiente de la senda se hizo más suave. Durante el recorrido por la quebrada, de paisaje agreste, observamos adelante e izquierda la pared noroeste del cerro Penitentes cada vez más cerca. Luego de dos horas llegamos a una amplia pampa verde, lugar indicado para descansar un poco y reponer energías. El sendero continuó por esta gran explanada siguiendo el curso del agua. Más adelante, la quebrada se estrechó

Cruce del arroyo Vargas

nuevamente y la huella se acercó y se alejó del curso de agua, hasta poder pasar un alambrado precario.

Después de unas horas de caminata sin pendientes abruptas, llegamos al lugar de acampe donde se observó el refugio de Grajales (construido por uno de sus arrieros), levantado varios años atrás. El refugio era una construcción muy pequeña de bloques de concreto en el que podían entrar unas dos o tres personas Elegimos un lugar, dejamos nuestras mochilas y comenzamos con el armado de carpas. Luego, nos reunimos para compartir una

merienda antes de la cena. Dormir en este sitio no sólo nos sirvió para un buen descanso previo a la ascensión al cerro, sino también muy especialmente para obtener la aclimatación necesaria de nuestro organismo. La Quebrada de Vargas puede ser un interesante destino para recorrer y conocer si se cuenta con más días en el lugar, donde es posible seguir caminando adentrándose en ella, por un sendero que conduce a una bifurcación y siguiendo el curso natural de la quebrada se llega al Portezuelo Cerrata, a unos 3.700 msnm, camino obligado al valle del Río Blanco superior y los Portezuelos Alto y Bajo del Plomo. Hacia la derecha (oeste) se abre el brazo Laguna Seca. Este sí es un típico valle glaciar que, aunque termina cerrado por el mismo macizo de Los Gemelos, no permite el ascenso directo de estos cerros. Luego de la cena, sólo restaba alzar la mirada y ver el cielo nocturno que se mostraba en todo su esplendor.

Nos levantamos relativamente temprano, ya que nos esperaba un día largo e intenso de intento a lo más alto del cerro. El trekking del día anterior hasta el campamento base, nos había dejado detrás (al sur) de la montaña, que desde donde estábamos, mostraba una cara más accesible hacia la cumbre. Era necesario que llevemos suficiente cantidad de agua para casi todo el día, ya que no había cursos de agua durante el ascenso, así como también algo para comer y abrigo, porque cerca de cumbre, el viento de la cordillera se hacía presente. Paso a paso, dejamos el campamento y nos alejamos del arroyo subiendo por una ladera de piedra y tierra, ganando altura. En un determinado momento, vimos en el horizonte el cerro



Cumbre en el cerro Penitentes 4.350 msnm

Aconcagua, con su imponente cara sur y su cumbre frecuentemente escondida entre nubes. El sendero se hacía largo, y por momentos debimos detenernos a recuperar el aliento mientras observábamos el paisaje. Era una sensación difícil de expresar, pero poco a poco la intimidad de los cerros iba metiéndose en nuestras vidas. La aspereza de las rocas, la nieve, la marcha y el viento nos iba diciendo que era momento de ver hacia adentro, en nuestras emociones, sentimientos y desde nuestra propia vulnerabilidad. Durante el ascenso pudimos ver un cerro, con un gran abanico cóncavo y un glaciar colgante llamado Gemelos. Bastante poco frecuentado, debe su nombre a las dos cumbres iguales. Seguimos hacia arriba y con frecuencia íbamos callados, pero ese silencio era un decir. No era la “nada”, sino que era un “algo” difícil de descifrar. A veces, era un desierto y significaba desinterés, pero otras, sólo referenciaba el lugar donde el espíritu tomaba fuerzas para volver al ruedo, a fin de dar lo que se tuviera para ofrecer

Cruce del puente de inicio de sendero

en el complejo mundo de las relaciones en grupo. Al alcanzar el filo de la cumbre, pudimos observar el nevado Tolosa, el Cerro Plomo al oeste y cimas de Chile como el Juncal. Más al sur, los picos Bonito y Santi, el Tupungato y el Negro Pabellón. A las cuatro horas del inicio, tocamos la cumbre y nos dimos un abrazo como gesto de una meta alcanzada. A veces llegar a una cumbre es como estar parado frente a una verdad revelada. Y no se trata de una experiencia fuera de lo común, sino de algo simple, sencillo. No era mi primera visita al cerro, pero noté que cuando mis amigos sentían asombro, yo volví a sentirlo como la primera vez. La cumbre y toda el área circundante, era bastante amplia y relativamente llana, lo que permitía caminar por los alrededores y tener una amplia vista del paisaje. Pudimos observar entre otros, nuestro punto de partida del día anterior: la RN n° 7, las vías del ferrocarril, la villa Los Penitentes, y los cerros Banderita y Cruz de Caña.

De allí sólo quedaba descender entre rocas sueltas y filosas que castigaban nuestro calzado, con precaución para evitar lesiones. En algunos tramos los acarreos posibilitaban un descenso más rápido de entre dos o tres horas. Luego, aparecía la vegetación, una pendiente más suave, nuestro campamento, el arroyo y el descanso. Al día siguiente, desarmamos la carpa y emprendimos el regreso al refugio Cruz de Caña, y luego a Mendoza. Nunca me había sentido como un maestro en las montañas, sino más bien, como un alumno que se iba haciendo más antiguo con cada visita a ellas. He notado que muchas de las salidas a los cerros cambiaron mi percepción del mundo cotidiano, algo que podría llama “efecto montaña”; me volvieron más apacible, más consciente del momento presente, más autosuficiente, más dispuesto a tomar desafíos y menos dispuesto a vivir con prisas. Confieso que el tiempo en la montaña me hizo más feliz, y por momentos, anhelo prolongar esas vivencias.



etül Fit Studio es un sistema de biomecánica aplicada al ciclismo que analiza al ciclista en tiempo real y en 3 dimensiones. Surge hace varios años en Estados Unidos cuando Andy Pruitt tuvo un accidente, perdió una pierna y empezó a estudiar la posición del ciclista, es así que se hizo atleta para olímpico

y ganó muchas medallas. Luego, estudió medicina y desarrolló el sistema de biomecánica que más tarde se expandió, y todos los deportistas quisieron hacerlo por las virtudes y las diferencias que notaban sobre la bicicleta, a través del tiempo. Lo hacen desde personas que recién empiezan a pedalear hasta super profesionales que corren el Giro de Italia o el Tour de Francia. Está pensado para que lo haga todo el mundo, en la mayoría de lugares antes de

comprar la bicicleta, para saber cuál conviene más y cuál es la mejor para tu postura.

Cuando uno se decide a usar una bici o a comprarla, vienen por talles, por ejemplo: si vos estas entre una bici 52 o 54 de ruta o una S o una M de mountain bike, lo que se puede hacer en esta bicicleta regulable llamada “move” es replicar la medida de ángulo de una bicicleta sea la talla que sea, de todas las marcas que existen. Se saca el Stack y el Reach, largo y alto de la bicicleta. Se replican las medidas, y así se emula una Specialized, una Cannondale o una Trek o cualquiera. Una vez que se replica la bici en la “move”, se hace el entallado de la misma y así se elige la correcta. Este sistema es de Specialized, la marca te provee unas reglas de cada modelo donde, de acuerdo al modelo, tomás la regla, donde está el stack y el reach y la acomodás. Te simula exactamente el modelo. Si tenés otra marca de bicicleta, buscas el año de fabricación en la página y a partir de eso sacás el stack y el reach y llegás a la simulación adecuada.



Stack es altura y el reach la longitud

El cliente en estos espacios busca comodidad o rendimiento. El atleta profesional busca tiempos, sumar kilómetros o tener su potencia un poco más arriba. Y el cliente que la utiliza como hobbie, busca pedalear cómodo sin dolor. Si bien vienen a hacerse estudios un amplio segmento de hombres y mujeres, los que más utilizan más el servicio son hombres de 35 para arriba, que quieren: confort, comodidad y rendimiento.

Hay un contacto con el cliente siempre, queda registrado una vez terminado el estudio con todas sus mediciones y yo quedo registrado también como encargado de haberlo hecho. Hay clientes que hace 30 años pedalean y al hacer el Retül le subís el asiento 4 cm, les cambia el pedaleo, y se le van los dolores. Por suerte todas las devoluciones hasta ahora son buenas.

Sí, es un estudio en movimiento. Utilizamos un rodillo hidráulico que a medida que pasa el tiempo, toma temperatura y se endurece. Así podés observar la postura de pedaleo en continuo, y la exigencia es más alta. Una vez que

ponés las medidas y las replicás con el “zinc”, una aparato dibuja la bici virtual en pantalla para ver los cambios. Desde esa evaluación, le proponés al cliente una cadencia de pedaleo. Cuando hacés la mejora y le liberás peso de la presión de la rodilla, se nota, pedalean más cómodos porque le variaste el ángulo de la postura sobre la bici.

El entallado sale aproximadamente $ 1500 que te saca el largo y la altura. El estudio completo de Fit, con mediciones, donde se ve la planta del pie, el largo de extremidades, el deportista se sube a la bici, y se ponen sensores en todo el cuerpo para corregir pedaleo, ronda los 4500$. Son como tres horas de trabajo en total.

Hace seis años. Con esta tecnología hace 7 meses y ahora en junio estoy viajando a Estados Unidos para hacer el tercer nivel de Fit. Creo que soy el único argentino que tiene el segundo nivel de Fit hecho. Estamos siempre capacitándonos para recibir lo mejor posible al cliente.

Retül es una marca independiente, Specialized tenía el mejor procedimiento de biomecánica del mundo llamado Fit que tenía muchísimos años en el mercado. Cuando sale Retül, sale con unas herramientas muy buenas se fusiona con Specialized y cambia el nombre de Body Geometric Fit por Retül Fit.



l 14 de enero de 1942, los tres tripulan lllllllllltes: el Primer Oficial Mayor Harold lllllllllllllllllllDixon, Gene D. Aldrich Operador de Radio y Anthony J. Pastula, bombardero, se encontraron solos y perdidos, luego de volar una misión antisubmarina extendida en su Douglas TBD Devastator, después de despegar del USS Enterprise (CV 6). Un error del compás no sólo los había alejado de su hogar el Enterprise, sino que no tenían idea en qué área del Océano Pacífico se encontraban volando. Mantenían su mirada atenta para percibir una pequeña señal que los llevara de regreso, pero de pronto sucedió lo inevitable: el combustible se agotó y Dixon debió amerizar su avión en el mar. Milagrosamente ninguno resultó herido y siguieron los pasos que habían realizado decenas de veces en sus entrenamientos. El piloto se posó sobre una de las alas y recibió el bote salvavidas de sus compañeros, pero el cilindro de CO2 no funcionó y debieron inflar el bote a pulmón limpio. El avión se sumergió mucho antes de que ellos terminaran esa tarea. Los tres se encontraban en un bote de

1,2 por 2,4 metros, sin comida, agua y con unas pocas herramientas. En ese momento, ninguno de ellos se imaginó que pasarían los próximos 34 días en ese bote, al vaivén de las olas y bajo un inclemente sol. Su alimentación consistió en una que otra ave que se posó sobre el bote y que disparaban con su arma de dotación, alguna suerte en la pesca y algunos cocos que flotaban a su suerte. El agua que les permitió sobrevivir provino de las lluvias. Durante su octavo día, se despertaron rodeados de algunos tiburones. Inmediatamente Gene tomó su cuchillo y acertó en uno de ellos. Poco a poco fueron alimentándose del tiburón e inclusive de algunas sardinas que encontraron en su estómago. A partir del día 28, su suerte para hallar alimento cambió y estuvieron sin nada hasta el 19 de febrero. Después de un viaje de alrededor 1.200 millas y casi 450 millas de distancia del lugar del accidente, los tres hombres llegaron a la costa del Atolón Pukapuka, gracias a los “amigables” vientos de un huracán que los había azotado por dos días y que les había arrebatado todas sus posesiones y su esperanza de sobrevivir. Fueron

encontrados acurrucados por Teleuika Iotua. Se ha escrito una novela sobre su experiencia llamado The Raft por Robert Trumbull y en 2014 se filmó una película llamada “Against the Sun” en inlgés ,o “A la deriva” en español, primera producción de Angelina Jolie, que puede verse actualmente en Netflix.



ace unos meses atrás dos compañeros de trabajo amantes del running llllllllllllllllse unieron para armar un proyecto impensado en la empresa donde lllllllllllllllltrabajan. Hoy ese proyecto se hizo realidad de la mano de Total Magnesiano. Con el aval de las gerencias, se formó un grupo de entrenamiento que todos los viernes sale a realizar actividad física guiado por un equipo de profesionales. El entusiasmo hizo cambiar el ambiente de trabajo, llevándolo a ser más armónico y eficiente, gracias a que se mantiene el buen humor y la salud de las personas que componen el grupo. Hoy son casi 30 los que optaron por cambiar la vida sedentaria y se unieron a este proyecto que crece semana tras semana. Involucra a todos los que quieran participar, desde aquellos que nunca hicieron actividad física hasta quienes hacen del deporte su forma de vida. Los planes son muchos para el grupo y el más próximo es la carrera de Villa Ventana el 27 de mayo, en la que los corredores saldrán a lucir su remera de TM te Activa. Los creadores del proyecto apuestan a que en el futuro esto tiene que ser una política de RRHH en todas las empresas que valoren a su gente: “mente sana en cuerpo sano en empresas innovadoras y altamente competitivas”.

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lyRanch es uno de los pocos centros de vuelo llllllllllllllllde Aladelta que hay en nuestro país, y se llllllllllllllllencuentra a solamente 45 minutos de la Ciudad de Buenos Aires, dentro del partido de La Plata. FlyRanch tiene poco más de 20 años de trayectoria desde sus principios. FlyRanch agrupa todo tipo de pilotos, desde novatos, principiantes, intermedios, avanzados, e Instructores que se dedican a seguir promulgando esta pasión de surcar los aires libremente, casi como lo hacen las aves.. Hay personas de todas partes que se forman en esta disciplina de vuelo aquí en Buenos Aires, también otros que vienen de diferentes puntos del país, que dedican viajes y tiempo para desarrollarse, o capacitarse en el deporte y esta aventura de volar. Desde nuestras tierras han salido pilotos que disfrutan de diferentes disciplinas, algunos que disfrutan pasear por el aire usando “térmicas” para volar más alto y más lejos, y hasta otros que les gusta recorrer el país volando en Alas Delta. Y también tenemos pilotos más aguerridos que participan de competiciones nacionales, y en el extranjero. El Aladeltismo es naturalmente un deporte que se

practica en zonas montañosas, donde los pilotos despegan corriendo por una pendiente hasta tomar vuelo, pero aquí en Buenos Aires hay sistemas montados y preparados para remontar vuelo remolcados. En FlyRanch particularmente hay un Ultraliviano preparado para llevar AlasDelta al cielo, y en apenas entre 3 a 5 minutos puede liberar a pilotos a 600 metros sobre el terreno previamente pactado.. Pueden hacer Vuelos de paseo Bautismo para aquellos que quieran experimentar la sensación de planear por el aire junto a un instructor. Tienen que comunicarse con la organización para analizar las condiciones climáticas y programar sus vuelos! Pueden visitar nuestra página web www.flyranchaladelta.com y ver más información al respecto..

ito Sánchez (60) es, sin lugar a duda, uno de los guías de montaña que llllllllllllllllmás se ha destacado en estos últimos 30 años. Mendocino, con 61 llllllllllllllllcumbres por la ruta normal, 3 por el glaciar de los Polacos, 3 por la vía Falso Polaco, la mencionada por la Pared Sur y 2 por la ruta 360°, ha alcanzado una vez más el preciado Aconcagua. Docente en la Escuela Provincial de Guías de Alta Montaña y Trekking, hizo cumbre por primera vez en 1983 y de ahí tuvo una performance de2 o 3 cumbres por temporada. Lleno de anécdotas a lo largo de su vida, Sánchez presentó su libro "Cho Oyu", donde relata su expedición al sexto monte más alto del mundo (8.201 m), que lo convirtió en el primer latinoamericano en coronar un ocho mil en temporada invernal.

n enero de este año, y con temperaturas de -50° C bajo llllllllllllllllcero, seis soldados británicas lograron finalizar el cruce de llllllllllllllllla Antártida. Durante 62 días, la expedición “Las Doncellas de Hielo”, iniciaron la travesía en noviembre de 2017 llegando a la entrada de Hércules Inlet, su meta, en febrero de este año. Con una preparación realizada durante 7 semanas en Noruega, y solamente con esquíes, las integrantes del equipo recorrieron 1,700 kilómetros del suelo antártico que incluyó la escalada a las Montañas Transantárticas, a través del glaciar Leverett. “Nos sentimos muy felices en este momento. Estamos muy aliviadas. Es una mezcla completa de emociones en este momento, emoción, alivio, felicidad, me alegro de que todo haya terminado”, señaló Nics Wetherill, una de las orientadoras.

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ay algo que los que hacemos carreras de aventura debemos llllllllllllllllllllagradecer, y es que logramos la conjunción de disfrutar la llllllllllllllllllllladrenalina de la competencia mientras nos deleitamos con los paisajes que vamos recorriendo, acompañados del latir de nuestro corazón, y del ocasional ruido de algún animal que nos cruza. Eso es vivir por un rato en el paraíso. Les comparto un relato de lo que vivimos durante 5 días de enero en Chile, en una competencia de MTB. Espero que después de terminar de leer este artículo, salgan corriendo a conseguir una bicicleta para entrenar y disfrutar el próximo año de este magnífico evento. El epicentro de la competencia durante los 3 primeros días fue la Reserva de Huilo Huilo. Este lugar fue declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO y, en su inmensidad, podemos disfrutar de montañas nevadas, trepadas muy divertidas, descensos enérgicos, lagos, ríos y una innumerable variedad de flora y fauna autóctona. Allí nos esperaba con toda la hospitalidad y simpatía imaginable, el equipo de la organización que hasta el último día nos hicieron sentir estrellas del MTB. Siempre atentos a nuestros pedidos y necesidades. El campamento estaba compuesto por una carpa comedor a un lado del lago en donde nos servían desayuno, almuerzo y cena. Los cocineros y mozos estaban a nuestra disposición con los más exquisitos platos y variedad de frutas y verduras...algún vinito y cerveza para los mas transgresores siempre había para apagar la sed...de los postres ni hablar, ¡sinfonía de gustos y colores! Al otro lado del lago un parque cerrado de bicicletas nos dejaba tranquilos de que nuestro móvil era mantenido bajo el mejor resguardo durante todo el tiempo que no estábamos en competencia. Los muchachos, a pesar de las bajas temperaturas por la noche, envueltos en bolsas de dormir, velaban en turnos por ellas. Un centro de atención complementaba el equipo que siempre atentos nos cargaban los celulares, los GPS, nos dieron el kit de inscripción y estaban para responder todas las inquietudes que en el stress de la llegada, eran muchas. Baños limpios en todo momento y un lavadero de bicicletas para dejar nuestro vehículo en condiciones tras la llegada de cada etapa, terminaban de completar el cuadro. Que más se puede pedir...era la versión tope de gama de una vida campamentista durante una semana. Llegada la noche previa al comienzo de la competencia, se realizó la inauguración del evento. Se entregaron menciones a algunos competidores que durante 10 años habían asistido, y nos deleitamos con bailes típicos que realizaron grupos de bailarines chilenos. Cena de por medio, nos fuimos rápido a nuestras carpas ya que se acababa el tiempo de hacer sociales y necesitábamos un buen descanso para empezar a transpirar la camiseta el día siguiente... A las 23 se apagaron los reflectores y el silencio reinó en todo el predio. Al día siguiente a las 7 de la mañana, cual sonámbulos comenzaron a aparecer los competidores con toalla en mano rumbo al baño a intentar despertarse y luego desayunar. No había tiempo que perder y la ansiedad era mucha. A veces me pregunto cuál es la veta masoquista que tenemos en donde pagamos para sufrir, pero sistemáticamente lo seguimos haciendo... Nos aprontamos en la largada y a la señal de “preparados, listos, yaaaaaaaa”, los competidores fuimos atravesando el inflable y nos metimos en carrera. Ese día fueron más de 50 km en donde conocimos Neltume y Remeco, dos pueblos cercanos a Huilo Huilo y luego de pasar tangente a la laguna Quilmio, nos sumergimos en un sueño para los que nos gustan los



senderos...un “Bike Park” en descenso con rampas, peraltes y saltos que nos deleito por casi 10 km, ¡¡¡adrenalina pura, felicidad absoluta!!! Finalmente un rápido pasaje por Puerto Fuy y llegamos a la meta. El clima cálido durante el día y algo frío durante la noche, nos acompañó toda la semana. Agradecíamos los cálidos rayos de sol en carrera y nuestras bolsas de dormir por la noche en la carpa...odiábamos a los roncadores compulsivos a los cuales señalábamos con el dedo por la mañana, aunque pocos se hacían cargo de los ruidos...recuerden para la próxima llevar tapones de oído de silicona jaja... La segunda etapa fue más corta pero más sufrida. No llegamos a hacer 50 km, pero en dos ocasiones dejamos nuestras pier nas en situación crítica: una al inicio con una trepada no muy larga pero sí constante, y otra a mitad de camino, en donde se comenzó a trepar hacia el centro de Esquí del Volcán Mocho-Choshuenco. Fue durísimo ese tramo porque a medida que nos acercábamos a la cima la pendiente iba aumentando hasta el límite del calambre. Al llegar, respiramos felices pero nuestra fascinación fue absoluta en el descenso del camino del esquiador que por casi 7 kilómetros nos divirtió sorteando obstáculos hasta hacernos llegar a la meta en la reserva. Allí la rutina del lavado de la bici, que siempre es primero que nuestro baño, luego nosotros y finalmente el almuerzo. El resto del día a charlar y descansar, sin olvidar la elongación de todos nuestros músculos que nos tendrían que acompañar por varios días más. A las 19 horas se hacían las premiaciones de cada etapa, con los gritos de algarabía de cada grupo de amigos que veía que uno había obtenido la meta de alguno de los tres primeros puestos. De eso se trata esto, de compartir logros y disfrutar-

los entre amigos. Luego la cena y a dormir temprano. El tercer día ya estábamos algo cansados así que todo se hacía pero a ritmo más cansino...despacito va lejos dice el dicho. Ir al baño, tomar un buen desayuno, preparar la bicicleta, llenar las reservas de agua y geles y aprontarnos en la largada. Nuevamente fueron casi 50 km aunque con una trepada bastante dura a mitad de carrera que era recompensada con un descenso



General Caballeros 1° Eyair Astudillo 15:16:11 hs 2° Marc Trayter 15:18:39 hs 3° Matthias Grick 15:33:15 hs 4° Miguel Angel Hidalgo 15:49:57 hs General Damas 1° Kaysee Armstrong 19:00:20 hs 2° Catalina Salata 19:59:06 hs 3° Elizabeth Cabrera 23:16:03 hs Team Caballeros 1° Benjamín Moya y José Pablo Ramirez 16:22:31. hs 2° Felipe Ojeda y Cristóbal Zamorano 16:51:24 hs 3° Ezequiel Cuevas y Funaro Pablo 17:27:33 hs Team Mixtos 1° Mary Mcconneloug y Michael Broderick 18:32:15 hs 2° Giorgio Rossini y Sara Dangelo 18:48:05 hs 3° Daniel Roura y Clara Baquerizo 19:32:08 hs Team Damas 1° Carolina Maldonado y Fátima Eynard 21:08:12 hs 2° Isabella Vincoletto y Suzan De Paula Zorzetto 24:02:30 hs

algo enérgico, pero en donde a pesar de tener que usar mucho los frenos, se agradecía está pendiente negativa. Ese día cruzamos el puente colgante del rio Fuy, se movía bastante y ni hablar de los graciosos que saltaban para ver nuestras caras de pánico. Por suerte todos llegamos vivos de esta etapa. La cuarta etapa era la “Etapa Reina”. Más de 100 km con puntos de control en donde si no llegabas a horario, te sacaban de competencia. Había que concentrarse y no perder tiempo. Ese día el campamento se trasladaba a Pucón, por lo que previo a largar debíamos entregar los bolsos con todas nuestras pertenencias al camión que los transportaría a la meta. Nos sacaron de la reserva en forma controlada y nos llevaron pedaleando por la ruta unos kilómetros hasta que nos adentraron en el bosque. Allí, comenzó la toma del tiempo real. Fuimos primero bordeando el rio Neltume, más adelante el rio Cua-Cua y en un instante todo se empezó a poner más espeso. Los arboles más cerrados, el camino más estrecho, los rayos de sol pasaban menos, y así es cómo nos sumergimos en la ruta Transvolcanica. El parque nacional Villa Rica nos recibió con sus bellas e inmensas araucarias que nos rodeaban por todo el trayecto. Un deleite a nuestras retinas. Mucha subida y bajada, y mucha piedra volcánica que de tan livianas que

eran, hacían fácilmente que perdiéramos el equilibrio. Había que tener mucho cuidado para no romper la bicicleta ni lastimarnos nosotros. El tiempo seguía corriendo y había que seguir pedaleando, y así llegamos a un ascenso muy exigente que nos hizo poner a prueba nuestro temple. Subir hasta el sector de Los Nevados, luego de haber hecho casi 90 exigentes kilómetros fue desgastante, pero nuestro espíritu fue más. Algunos paraban a sacar fotos para poder mostrar en donde habíamos estado. Otros, seguían en afán de llegar a la meta a descansar. Comenzó un espectacular descenso por bosques que nos llevaría hasta la ruta que nos comunicaría con Pucón. En medio de este espectáculo que ya hacía que nuestro sufrimiento valiera la pena, de repente, el bosque se abrió y aparecimos en una playa de lava volcánica con el volcán Villa Rica de fondo y una catarata de deshielo que tuvimos que atravesar por un improvisado puente de madera. Ya estaba cumplida la meta del placer pleno...podíamos morir felices con la imagen de esa postal en nuestra retina. Hasta el más PRO sonreía para la foto. Ese día fueron 110 km lo que marco el Garmin...mucho para nuestro esqueleto exhausto. Sólo restó lavar rápido las bicis, bañarnos, comer y dormir temprano, casi no había energía para las charlas de copetín que


solíamos tener luego de cenar, con ciclistas de otros países. Quinto y último día. Esta vez la largada era contra-reloj en función del tiempo que llevábamos acumulado en carrera, así que fue todo más descontracturado. Cada uno se fijaba su horario de largada y en función de eso era el horario de la alarma, el desayuno y la velocidad con que se preparaban las cosas. Había que ir hasta el centro de Pucón para largar que distaba 15 minutos del campamento. Nos fuimos poco a poco aprontando y un veedor nos marcaba el momento de salir. Gritaba el número de corredor, el apellido, y allí había que posicionarse para largar. Primero era una vuelta por el pueblo y luego, ir siguiendo en forma constante por la ruta hacia el volcán Villa Rica durante 15 km de ascenso. Era asfalto, pero el cansancio hacía que el ritmo de la mayoría fuera muy tranquilo, aunque parejo. Había que llegar sin romper. Los divertidos animadores de la competencia nos esperaban en varios lugares del trayecto con graciosas pistolitas de agua para mojarnos y, para los más osados que se prestaban al chiste, había latitas de cerveza para que tomaran como hidratación de competencia. Esto hizo más llevadera la subida, la cual, luego de llegar a la cima, se transformó en un divertido sendero de descenso con piedras para esquivar, pasto y arena volcánica. A esa altura creo que la inercia nos hizo llegar a la meta en donde cada grupo se iba esperando y se escuchaban los aplausos y

gritos de felicidad. No faltaron también unos cuantos ojos húmedos, que dejaron escapar las lágrimas contenidas por tantos días...¿¿sufrimiento?? ¿¿emoción?? ...sólo el que corrió sabe lo que se siente estar viviendo durante 5 días con sensaciones encontradas de felicidad y agotamiento, y la mayoría lejos de nuestras familias que nos hacen el soporte anímico. Para después del mediodía ya todos los competidores habíamos llegado y vueltos al campamento. Ese día sí que las risas se escuchaban por doquier. El almuerzo fue desparramado por el parque en donde se veía a los ciclistas tirados al sol comiendo hamburguesas con cerveza y demás ingestas, que pre carrera están casi prohibidas...¡¡el placer de los Dioses!! Otros lavaban sus bicis mientras les decían piropos para agradecerles que nos acompañaran sin mayores inconvenientes. ¡¡¡Nosotros en competencia sin ellas no somos nada!!! A las 19 horas comenzó la premiación y con ella las fotos y los gritos de felicidad. Fue muy lindo ver cómo los que fueron competidores durante los cinco días previos, en el momento de la premiación se abrazaban como si fueran del mismo equipo. Dejar de lado la competencia para felicitar de corazón al adversario es algo que no en muchos deportes se ve con tanta honestidad como en el MTB. Pasado este ritual, giramos nuestras cabezas

para la carpa-comedor en donde nos esperaba un fondo blanco de pisco, un sin fin de costillares y exquisita carne al asador que marcó el comienzo de una noche absolutamente inolvidable. Nos sentamos a cenar relajados y compartiendo charlas con ciclistas de todos lados. Pasó la cena, el postre, la torta y ¡¡¡se largó la pachanga!!! A partir de allí, la pista se llenó de bailarines que aunque nos habíamos quedado sin piernas pedaleando, la alegría del objetivo cumplido nos hizo recuperar la energía necesaria para danzar sin parar hasta muy entrada la noche. El cotillón fue la culminación de un evento magníficamente organizado, sin un detalle librado al azar...ésto es ponerle pasión al organizar una carrera, así como nosotros le ponemos la pasión equivalente para correrla. Cuando algo nos apasiona, es muy fácil estar motivados. No debemos frustrarnos por el simple hecho de no animarnos a algo. Lo peor que puede pasar es que tardemos más en llegar a la meta, pero al final vamos a lograr nuestro objetivo y eso nos transformará es seres únicos y exitosos. Siempre vamos a estar mejor posicionados que los que no lo intentaron... Debemos analizar cada logro obtenido y así armar nuestra estrategia de éxito. Aprender de errores para no repetirlos, y aprender a conocernos a nosotros mismos. Reírnos y disfrutar las metas, ya que sólo nosotros, sabemos a veces lo que nos cuesta obtenerlas. El 90% del éxito se basa simplemente en insistir... ¡¡¡¡Ojalá hayan disfrutado este relato tanto como yo la carrera, y espero encontrarlos el próximo año en la manga de largada!!!! Me despido con una frase que me resultó genial: “La gente dice a menudo que la motivación no dura. Bueno, tampoco dura el baño, por eso recomiendan que se haga a diario”


n el año 2017 se nos ocurrió ir a Chile a correr, nada más ni nada menos a una de las carreras en etapas más importantes de Sudamérica: “Transandes Challenge”. Al principio no conocíamos mucho, pero nos animamos…fuimos viendo videos, fotos, escuchando a otros corredores que habían ido años anteriores. Yo sentía que se me llenaba el alma al escucharlos, sentía muchas cosas ansiedad: nervios, alegría, explotaba el cuerpo. Al llegar a Chile y acreditarnos, sentimos una euforia tremenda. Estábamos rodeados de “Topes de Gama” y nosotros estábamos con ellos. Juntos íbamos a correr las 5 etapas… En mi caso particular, la primera etapa la largué con mucha expectativa de ver qué era el Transandes. La primera etapa fue muy dura, de las más duras que había corrido en mi vida, y quedaban 4 de igual magnitud. Día a día me levantaba y eran las ganas lo que me hacía terminar cada jornada, porque físicamente me había deshidratado en la primera y pagué las consecuencias en las 4 restantes. Aprendí mucho de esta carrera, de los corredores y de la geografía chilena. Me volví pensando en volver el año que viene, más concentrado, con un trabajo físico, asesorado por Pedro Billordo. Decidí volver, y en el 2018 ya nos sentíamos parte de ella. Este año llegué de otra manera, preparado física y mentalmente, con mejores sensaciones que en el año anterior, con más ganas, con menos miedos y con mucha energía positiva. Largué la primera etapa, y me fue como esperaba que me fuera. Tuve muy buenas sensaciones y eso me hizo decidir encarar sin ningún miedo, dando todo en cada etapa pero con inteligencia, sabiendo que es la carrera más importante de Sudamérica. Eso tiene un

riesgo si te sobrepasás de tus límites, cosa que 2017 ya me había pasado. La segunda etapa decidí no achicarme y dar lo mismo que había dado en la primera. Todo esto tiene un trabajo de fondo, más la experiencia del anterior que me ayudaba a estar concentrado y saber lo que quería y lo que buscaba. Así fueron todas las etapas, con las mismas ganas, las mismas fuerzas y con el encanto de estar corriendo en uno de los lugares más lindos, con toda la energía y con toda la camaradería de los corredores del todo el mundo. Fue tanta la voracidad que la carrera parecía que duraba una sola etapa. Pasó muy

rápido. Cada etapa tenía su encanto, cada etapa era un día distinto, por distintos paisajes recorriendo lugares increíbles, y así pasó el Transandes 2018. Me volví lleno, me volví feliz, y me di cuenta de que superarse uno mismo, es cuestión de la mente de cada uno. Todo está en la mente. Poder se puede, es cuestión de proponérselo, lleva tiempo y a mí me llevará mucho tiempo mejorar, pero estamos en el buen camino, y eso me deja tranquilo. Es por eso, que ya estoy pensando en el Transandes 2019, para seguir aprendiendo y sumando experiencia… Nunca te rindas…


l principio me costó entrar en el ritmo del Transandes Challenge. Miraba para atrás y adelante e iba sola, no sabía cuánto más adelante iba la puntera. Las típicas incertidumbres de carrera me invadían: “voy bien?”, “en esta muralla ritmo constante, no lleves el ritmo del que va al lado”, “no me vendría mal el empujón de una dupla en esta subida”, “abastecimiento, ya, rapidito un plátano, una sandía, dos vasos de coca y seguir camino”, “la bajada… al fin! Ya pero sin matarse, rápido pero sin volverse loca”, son algunas de las miles de cosas que pasan por mi cabeza durante todas esas horas en las que estoy metida en la mitad de la selva patagónica, subiendo un murallón o bajando por esos maravillosos descensos llenos de grietas y raíces, gozando, porque sé que la rueda va a afirmarse como sea en ese maravilloso grip (el agarre que tienen los neumáticos con el suelo) sureño, bordeando un lago o un río, perdida entre las infinitas montañas. Ya en el segundo y tercer día, fui conociendo a algunos corredores. Los veía todo el tiempo, iban siempre cerca, a un ritmo muy similar, compartiendo segundo a segundo cada segmento del camino, “sigue atrás de ellos, van a buen ritmo”, “aprieta aquí para llegar primero a la bajada”, “quedan sólo 2 kilómetros, ¡el último esfuerzo!”.

No más esfuerzo, no más dolor (por hoy); frenar, bajarse de la bicicleta, respirar profundo y sentir el relajo y la felicidad inundar mi cabeza… el momento más gratificante que puede existir! De la meta, directo al punto de abastecimiento a enguatarme con esa tonelada de sandía helada y refrescante que no dejan de cortar para los corredores, realmente el mejor premio. Partimos a la cabaña en bici, soltando, comentando con los amigos los tramos más duros y entretenidos del día. Llego a la cabaña, dejo la bici en la sombra. Estoy empolvadísima. Mi casco y anteojos de sol,

tatuados con polvo en la cara, sucia, transpirada entera, pero nada de esto me importa porque fue una experiencia espectacular. Muero de hambre! Ninguna ducha puede superar a ese exquisito almuerzo que espera por mí. No sé cuál es el menú, pero sé que será el plato más rico del planeta! Y así día a día: desayuno, preparar la bici, calentamiento, partida, meta, almuerzo, lavar la bici, descanso, charla técnica, comer, ¡dormir… el paraíso de los adictos al mountain bike!

Las piernas van más cansadas en carrera, empieza a doler la espalda, el sillín de la bici es cada día más incómodo, el cuerpo te pide más comida, el sueño es más pesado en las noches y todas las mañanas cuesta más levantarse de la cama. Lo que se mantiene firme: la motivación y las

ganas. Cada día que pasa es un día menos de carrera y más en experiencias y vivencias inigualables. Un nuevo circuito todos los días. Diferentes senderos, una subida más o menos empinada, un descenso diferente al anterior, un nuevo aprendizaje… no sabés lo que te depara el camino y lo único que quieres es descubrirlo, vivirlo y superarlo. Fue una carrera en que mi cuerpo y mente acumularon y concentraron una infinidad de sensaciones y sentimientos: la emoción y el ahogo de la partida; el polvo cubriendo el cuerpo; el golpe de los pedales en las piernas al tener que bajarme y caminar; las heridas en los brazos causadas por las ramas y zarzamoras en el camino; pasar de respirar un calor insoportable a sentir una brisa en la mitad de una cuesta; pasar de estar enterrado en un bosque de pinos a un claro en el que levanté la mirada y pude ver el volcán Choshuenco, el lago Pirihueico o alguno de los tantos ríos de la zona. Esa gota de transpiración que cosquillea y cae por la punta de la nariz; el sufrimiento en las subidas más difíciles, en los momentos en que ya dolían tanto las piernas que se me salían las lágrimas y ya quería llegar a la meta; adrenalina y éxtasis en las bajadas; alivio y felicidad en la meta; risas, copuchas, momentos con los amigos…

Y así podría seguir describiendo todas estas cosas que estoy recordando en este momento, que me suman experiencia, que me ayudan a conocerme y que siento que me han enriquecido como persona. Creo que además de éstos, son varios los motivos que impulsan a los otros 300 corredores, provenientes de todos los continentes, a inscribirse, viajar a este lejano rincón en el sur de Chile y disfrutar de esta increíble aventura. Es así como el Transandes Challenge fue un desafío netamente personal, un momento de reflexión, un momento para estar conmigo misma y que cumplió con mis expectativas con creces, sea cuál sea el resultado final en un papel (¡les cuento que quedé 3°! Pero mi alegría habría sido la misma al haber quedado última).


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rranqué de chiquito, haciendo rugby. llllllllllllllllLuego hice buceo a los 14, yudo como 7 lllllllllllllllaños, luego de grande, capoeira. Siempre me gustaron los deportes. Aprendí a esquiar y empecé con las carreras en el año 2000, cuando Sebastián Tagle me invitó a correr una Eco Peugeot. Me entrenó él mismo para ir a esta carrera en Cataratas, y fueron dos días de competencia. Así le empecé a tomar el gustito a todo lo que sean maratones y carreras de aventura. Más tarde, en el año 2008, me plantean hacer una expedición al Cerro Aconcagua para un programa de televisión. Yo había hecho el

Cruce de los Andes, y surgió la propuesta para un documental. Se armó un equipo de 5 participantes que eran elegidos por algún motivo, y en el 2008 me faltaron 300 metros para llegar a la cumbre. Luego de muchos años, surgió esta posibilidad de hacerlo en beneficio de la Fundación Baccigalupo.

No aventura, pero siempre algún deporte hice. En 2012, atravesé a caballo los Andes por donde cruzó San Martín. Cada vez que me tocó prepararme para la montaña, siempre lo hice con un plan de entrenamiento. A cada objetivo

importante que se me presentó, ya sea una carrera, el cruce de los Andes, o lo que sea, siempre hubo un entrenamiento responsable.

La idea fue de Matías Gutiérrez Moyano que, al principio, tenía fundamentado promocionar el deporte como idea principal para que los chicos no sean tan sedentarios. Quería promover la vida sana. Nos acoplamos pensando en hacerlo a beneficio, y así fue como elegimos la fundación Baccigalupo, que promueve el deporte para los chicos con discapacidad. Empezamos a formar un grupo que incluyera deportistas y personas con discapacidades, y esto dio muy buenos resultados ya que juntamos 1.300.000 pesos. Finalmente, el grupo lo armó Matías que no pudo viajar porque se fracturó el tobillo, 15 días antes de la escalada, y vinieron: Fabricio Oberto, Paula Pareto, Silvio Velo (integrante de los murciélagos), Peter Czanyo, Elisa Forti, entre otros. El equipo que se armó fue muy bueno y quedamos ligado efectivamente.

Me encanta la vida sana, el campamento, la naturaleza… cuando lo hago a beneficio de otro, me cierra más hacerlo. Si hay un componente social, le veo más sentido. A mí me gusta hacerlo con un sentido social y no hacerlo porque me gusta ir al Aconcagua. Pero paradójicamente, cuando estás en la montaña no podés pensar en otra cosa más que en vos. Tenés que estar bien, tenes que agotar todos los recursos para mantenerte vivo, sano, y estar fuerte para continuar todos los días.



Hace 4 años decidimos, con mi mujer y un grupo de amigos, juntar dinero para organizaciones no gubernamentales, sin la necesidad de hacer un evento. Creamos un agua llamada “Conciencia”, y el lema es “tomá conciencia”. Ahora la volvimos a lanzar, y estamos ayudando a 4 ONG: Techo, Ruta 40, Hospital de niños y Fundación Huésped.

o t r o d í a , m á s t ra n q u i l o, caminamos 28 kilómetros hasta Penitentes haciendo cálculos estimativos: uno camina como 112 kilómetros, haciendo los porteros y las cimas de prueba.

Salimos de Penitentes, hicimos el primer campamento en Confluencia, Plaza de Mulas, un cerro que se llama Bonete, que tiene unos 5000 metros. Después Piedras Conway, que está a unos 4750 msnm, luego Plaza Canadá, porteamos y volvimos. El último campamento que hicimos fue Cólera, y a las 4 de la mañana salimos para la cumbre. Nos llevó como 15 días.

Despertamos a las 4 de la mañana y a las 5 estábamos saliendo el torero, la nutricionista, Ezequiel Baraja "el espartano", y yo, más cuatro guías. A las dos horas, el torero y la nutricionista abandonaron porque sólo le quedaban energías para bajar. Con Ezequiel veníamos no muy bien, pero pudimos seguir. En un momento él se descompuso, pero con la ayuda de los guías continuó. Al final hicimos cumbre nosotros y los dos guías Guillermo Fuentes y Ulises Corvalán. A las 19 h estábamos pisando la cumbre. Lo más loco, fue que me agarró ataxia a 300 metros de la cumbre, en el mismo lugar que la vez anterior. No fue tan grave, tenía un poco más de resto. Cuando perdía el equilibrio y me iba hacia un lado, pegaban un tirón de la cuerda, me acomodaba, y continuábamos. Llegué atado.

La ataxia me hacía estar como borracho, no tenía mucha adrenalina. Estaba cansado y lo único que pensaba mi cabeza era cómo estar bien. Nadie me podía ayudar. El desafío ahí era poder estar parado y saber que después tenía que bajar. No salté de alegría, no abracé la cruz… lo único que tenía en la cabeza era bajar. Bajamos atados y fue lo más duro de todo porque tardamos 5 horas en llegar a Plaza de Mulas, de noche, con linternas en la frente y luna llena. Finalmente llegamos a las 12 de la noche al campamento totalmente destruidos y me tiré a dormir porque estaba sumamente agotado. Al

En el 2008 había tenido una mala experiencia, porque los sistemas de comunicación no eran tan buenos, y en el transcurso de la expedición no sabía nada mi mujer. Pero en este 2018 fue muy importante la empresa que nos llevó, en este caso fue Grajales, sumamente responsable, que continuamente brindaba su apoyo. Los servicios son excelentes, por ejemplo, hasta en Plaza de Mulas tuvimos estufa adentro de la carpa y wifi, e íbamos mandando a la familias los pormenores de la expedición. Es más, mi mujer tiene el audio del momento de cumbre.

Me preocupa el sedentarismo. Mis hijos y los hijos ajenos, los jóvenes y los niños, están mucho tiempo expuestos a las pantallas y se perdió la

cultura de subir al árbol, andar en bicicleta, en skate. No digo que no esté buena la tecnología, pero hay que mecharla con deporte. Nosotros cuando hicimos Aconcagua, uno de los fundamentos era promocionar el deporte, y en esa expedición, me crucé con un montón de personas que eligieron ser montañista porque habían visto el programa de expedición del 2008.

Yo creo que creció por la necesidad de la gente, porque quiere estar bien. No alcanza conectar la televisión, el teléfono o la computadora, ahí tenés un entretenimiento provisorio y no te da felicidad. Hacer deporte en la naturaleza o correr una carrera, genera endorfinas, cosa que los medios electrónicos no generan.

Quiero agradecer a la empresa Grajales porque trabaja muy bien, con mucha dedicación y profesionalidad. Para hacer Aconcagua es importante conseguir un buen guía, una buena empresa, no escatimar en gastos. Más allá de llegar o no a la cumbre, la idea es no pasarla mal, ir tranquilo.



sta nueva edición se palpitó en lllllllllllllllPotrerillos, Mendoza, lugar elegido para lllllllllllllluna nueva experiencia de la carrera itinerante que busca unir las distintas geografías de la Argentina a través de un viaje en el que el running es la mejor excusa para compartir y disfrutar entre amigos. El fin de semana largo de Pascuas, corredores nacionales, elites y amateurs, se mezclaron con chilenos, paraguayos, uruguayos y franceses, en una comunión especial. Los atletas Enzo Ferrari, Julieta Fraguio, Fernando Sañudo, Juan Manzano, Verónica Wittke y Loreto Fuenzalida, junto a Franco Oro, acompañaron a los atletas con discapacidad en

la prueba de 4km. La carrera largó en el corazón de la estancia El Salto, con el Cerro Negro y el arroyo El Alumbre como testigos de una jornada a puro sol.

Bolso, mochila y mate en mano, los 22 integrantes de Iaco Running Team, salimos rumbo a la tierra del buen vino. Charlas, recuerdos de carreras pasadas, anécdotas entre risas y carcajadas, hicieron que el viaje de casi 14 horas resultara más que ameno. Mendoza y la organización de Running Trip,

nos esperaban para comenzar a disfrutar de un fin de semana a puro sol y adrenalina runner. En la acreditación nos encontramos con amigos, corredores y conocidos del entorno, y fuimos sorprendidos gratamente con un kit personalizado mostrando el nombre de cada corredor y con el talle justo de remera. Luego, hubo varias charlas para deleitarse: psicología, nutrición y suplementación deportiva. Pocas horas nos separaban de una carrera que generaba intriga por su circuito virgen. El lugar estaba situado a tan sólo 12km de donde nos hospedamos. “Un fondito”, diría un corredor. Remera, dorsal, calza, pantorrilleras, medias, zapatillas, mochilas con elementos


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obligatorios y buff “de la suerte”: todo listo para correr una media maratón que nos tenía a más de uno expectante. Finalmente, llegó el día de la carrera donde conquistaría los 21km en Potrerillos, Luján de Cuyo, lugar situado a 2000 MNM de la planicie directo al corazón de la montaña. Mañana fresca pero hermosa. El sol radiante nacía detrás de la inmensidad y poco a poco templaba el día anunciando una jornada cálida, algo poco común en esta época del año. Una vez más, se avecinaba la tan esperada cuenta regresiva y el saludo cábala con gran “Jorge Iacobaccio” no podía faltar. Faltaban sólo 10 segundos para largar y la ansiedad con una mezcla de nervios se hacían presentes para darle paso a la adrenalina y el disfrute que perdurarían durante toda la carrera hasta cruzar el arco de llegada. Respiré profundo dos o tres veces y con la mente en blanco salí a darlo todo. Los primeros kilómetros fueron movidos y me sentía muy bien, un tanto “pesado” pero con fuerza para trepar las

subidas desafiantes y exigentes. Cerca del kilómetro 5 continuábamos subiendo y la piedra suelta siempre estaba presente haciendo los ascensos técnicos y con cierto nivel dificultad. En esa instancia, mi cuerpo sentía como si hubiese recorrido el doble de distancia, pero aún restaba ¾ de carrera por delante. Mientras esquivaba cardones y mis piernas se llevaban por delante la vegetación agreste, aproveché para recargar combustible (un gel). Por suerte, lo hice en el momento indicado dado que pronto comenzaba la bajada y era necesario para seguir disfrutando y a la vez mantener un ritmo de carrera. De repente, comenzó el descenso que fue muy corrible y me recordó a nuestro bello norte argentino, donde las montañas rocosas dejan sus huellas por el camino. En el medio del recorrido cruzamos dos o tres ríos de agua potable ideal para refrescarse. Faltaba poco para el desenlace, pero las últimas subidas y bajadas eran muy consecuentes por lo que fatigaban más los músculos de las piernas, quedado así poca

10 km Caballeros 1° Sergio Becerra 40 min 1 seg 2° Sandro Huampazo 42 min 28 seg 3° Pablo Mahnic 42 min 37seg

21 km Caballeros 1° Ezequiel Becerra 1h 32 min 10 seg 2° Arnaud Gallois 1h 36 min 13 seg 3° Franco Oro 1h 38 min 22 seg

10 km Damas 1° Josefina Villegas 56 min 35 seg 2° Eliana Etchevest 59 min 14 seg 3° Cecilia Malisani con 1h 1min 11seg

21k Damas 1° Verónica Wittke 1h 58min 22seg 2° Lenka Mrazek 2h 8min 45seg 3° Loreto Fuenzalida 2h 11min 15seg

fuerza para el final. El aliento por parte de la organización fue constante en todo el recorrido. Sin embargo, el ánimo en los últimos kilómetros fue clave para correr mitad con las piernas y la otra mitad con el corazón. La última parte del recorrido fue llano, para que no me olvide de mi querido Buenos Aires, bordeando una vía de tren abandonada que por momentos parecía interminable pero cada vez estaba más próximo a la meta. Corredores con medallas de finisher aprecian en mitad del recorrido y, de a poco, una sonrisa comenzaba a dibujarse en mi cara cuando a 800 metros divisaba el arco de llegada. Transcurridas las 2 horas y 07 minutos atravesé la meta con una alegría inexplicable y sintiendo falta de oxígeno por la altura del lugar. Me sentí cuidado porque son corredores y fotógrafos los que están detrás de toda la organización y de cada detalle, haciendo que uno se dedique a disfrutar. Ahora, esperaremos la próxima edición, para emprender una nueva aventura junto a Iaco Running Team.



Mi primer Running Trip !! En mi querida tierra mendocina, Diego Winitzky tuvo la gloriosa idea de hacer realidad su primer Runnin Trip en Cuyo, y mi primer Running Trip de local. ¿Qué decir de la organización? A él, lo sigo como fotógrafo, y admiro su buen ojo para plasmar momentos únicos. Cuando supe que vendría a Mendoza, me anoté el primer día que abrieron las inscripciones, y fue una buena elección. Impecable, distinta, super organizada, cuidada, son algunos conceptos para describir lo que fue una carrera que, sin dudas, nace desde el corazón. No hubo lugar a pregunta alguna. Todo estaba perfectamente pensado y

llevado a la práctica. Algo curioso fue el gran porcentaje de mujeres… se vendrá el Running Trip-Femme ? Un día maravilloso, algo de calor, paisajes que siendo de esta tierra, no conocía y nos dejaban boquiabiertos. Los arroyos, ideal para refrescarse y, las espinas, le dieron su toque particular. Hubo un gran nivel de competidores, con excelentes tiempos a pesar de la dureza de la carrera, las subidas agotadoras, agitadas y destructoras. ¡La marcación tuvo un 10 felicitado! Fuimos acompañados todo el tiempo, y en cada kilómetro siempre había una sonrisa, una palabra de aliento, una mano tendida en sectores con dificultad, puestos con lo necesario para cruzar la meta

enteritos. No son unos km más, sino que la aceptación, el respeto, la inclusión, son el sello que los hace diferentes. Los aplaudo, felicito y aliento para que sigan adelante. Son grandes porque el que da de corazón, recibe con creces, y presencié cómo cada corredor disfrutó , se emocionó, abrazó, compartió, agradeció. Fue una carrera donde todos fuimos distintos, pero iguales. Un evento para coleccionar momentos, y como quiero tener una gran colección, vendrán más Running Trip en mi agenda de carreras. ¡¡Gracias totales!!


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artín hace todos los días una distancia llllllllllllllllque ronda entre los 30 y 40 km. A Kuky, lllllllllllllllcomo le dicen los amigos, le gusta caminar. Padre de tres hijas, abuelo de 5 nietos, vive en Trelew con su mujer, pero su deseo hizo que arme un carro que mide 2 metros de largo (llega a 3 metros con el arnés), y unos 60 cm de ancho, y que el 31 de octubre de 2017 comenzara a caminar su historia, yendo a dedo hasta Ushuaia.

No piensen que tienen dinero o que usa tecnología. Kuky, se pone vaqueros, camisa, corbata y boina y, bien prolijo y con la fuerza de un percherón, se calza el carro a la cintura y sale a darle batalla a cada kilómetro que avanza. La gente lo ayuda en cada lugar que visita, dándole alojamiento y comida. Como hobbie, le saca fotos a todas las personas que comparten su camino. Con 4207 kilómetros en su humanidad, mates de por medio, en una mañana soleada, Martín en un viaje por el tiempo, nos contó de dónde viene esta hermosa historia.

Comencé trabajando de jagüelero con mi viejo, pero tuve un accidente y comencé a hacer albañilería, electricidad, mecánica, computación. Hacía planos de obra civil, mecánica de motores nafteros, gasista plomero. En el tiempo que era jagüelero, arreglaba molinos y pozos muy profundos de unos 130 metros. Con el trabajo del campo uno va aprendiendo. En una época fui alambrador, y caminaba unos 40 kilómetros: limpiaba la zona, hacía los pozos, repartía los postes, alineaba varillas y luego les pasaba el alambre…estaba todo el tiempo caminando. De ahí fue un poco el gusto de caminar. Estuve toda mi vida trabajando a la intemperie, eso me fortaleció para hacer este raid, ya que si hay sol, lluvia, viento, o lo que sea, para mí, es lo mismo.

Fue un hobby de toda la vida. Estuve un año haciendo la casa de mi hija, y el lugar quedaba a 3 kilómetros y pico de mi casa. El recorrido lo hacía dos veces por día entre ida y vuelta a la mañana, comía, y hacía ida y vuelta a la tarde. Si me remonto en el tiempo, cuando mi hija chica tenía 10 años, dábamos una vuelta de 17 kilómetros en Trelew, todos los días.

La primera vuelta la hice en 2015, de Punta Cuevas, Puerto Madryn, allí llegaron los galeses. Yo soy descendiente de galeses, de los primeros que llegaron en 1865 a las costas de la provincia de Chubut, por eso llevo en mi carro la bandera. Ese era un lugar donde existían seis refugios de madera metidos en la piedra, de ahí los primeros moradores fueron hasta Rawson vadeando el rio por unos 70,5 kilómetros. Este recorrido lo hice solo, con una mochila con comida y agua, en un día. Salí a las 5 de la mañana y terminé a las 12 de la noche. Luego, años más tarde quise repetir una travesía parecida de unos 150 kilómetros pero como tenía una mochila que pesaba 45 kilos, me hizo mal, me sentí débil y tuve que abandonar la travesía.


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Sí, hice un carro que era parecido al que llevo ahora pero con ruedas muchos más chiquitas. Así decidí hacer la travesía: "Tras las huellas de Fontana y sus Rifleros". Fontana fue el primer gobernador que tuvo la provincia de Chubut, luego de 20 años de establecimiento de la colonia galesa. Cuando llegó Fontana, enviado por gobierno argentino, decidió salir a recorrer la provincia y buscar tierras para nuevos asentamientos porque el valle de Chubut quedaba chico. El recorrido lo realizó dando la vuelta al lugar, que no es por el camino actual, sino por uno que iba bordeando un río porque necesitaban tener agua para los caballos y para la gente. Llevaba 260 caballos y 30 hombres, 15 eran del gobierno. Llevaba investigadores, gente que sabía de topografía, fotógrafos militares, y los otros 15 eran galeses y no le daban fusiles sino rifles, de allí el nombre. Esto lo realizó entre el año 1885 y 1886. Este hombre caminó hasta llegar a Trevelin, pasó para Chile, volvió a entrar en terreno argentino y pasó por Futaleufú. Él lo recorrió por lugares inhóspitos y a campo traviesa. Se estima que recorrió 5000 kilómetros. Yo como fui por ruta, hice unos 2150 km.

R aw s o n , Tr e l ew, G a i m a n , D o l avo n , Veintiocho de Julio, Villegas, Paso de Indios, Las Plumas, Cerro del Cóndor, Paso del Sapo, Piedra Parada, Gualjaina, todo eso es costeando Río

Chubut. Fontana continuó hacia otros lugares que no pude entrar, por eso yo volví para atrás por la antigua ruta 25 a la ruta 40 y fui hacia Tecka, pero antes pase por Trevelín. Él recorrió los lagos de Futaleufú y llegó hasta tierra chilena, pero en ese entonces no había división porque no había chilenos. Recién en el año 1985 empiezan a ir chilenos porque empiezan a hacer rutas. La vuelta la hice por Corcovado, Tecka, Gobernador Costa, allí se encuentra el Valle del Génova, mucho más grande que el Valle del Río Chubut. Todo este lugar se pobló con los galeses que luego llevó Fontana. En ese momento no existían los aborígenes, mucha gente se piensan que los galeses se mezclaron con ellos, pero no había. Sólo en la provincia de Chubut había 120 tehuelches porque a los demás los habían matado. Cuando pasó, encontró uno escondido con su familia: Martín Platero, que es muy famoso porque cuenta la historia que lo echaron por delante, lo utilizaron para que guíe al resto de la gente. Este aborigen conocía bien los lugares donde podían descansar, donde podían los animales tomar agua, etc. Martín los guió hasta el río Senguer. En realidad no se llama así el lugar, era una palabra aborigen que significaba atravesar, pero cuando le preguntaba al aborigen qué era ese lugar, él le decía senguer, que significaba atravesar el río. De allí fui al lago Fontana, lugar donde se hizo la bandera argentina el 1° de enero de 1886. Pasé por el río Mayo y los pantanos A Ayones, luego Sarmiento, al lado del lago Musters y el Lago Colhué Huapi, el río Chico, el río Senger y luego llegué al valle. Todo me demandó a mí, 26 días. Fontana, al hacer más recorrido, lo hizo en casi 4 meses.

En vez de 4 ruedas tenía 3, un poco más chicas, y una era loca, y en vez de pesar 180 kilos pesaba 110 kilos. El carro de ahora, cuando salí de Lapataia, Ushuaia, tenía ruedas de bicicleta. Cuando llegué a Trelew tenía muchos problemas con las llantas, así que tuve que adaptarles unas ruedas de moto para que sea más fuerte.

Cuando llegué del viaje de “Fontana y sus Rifleros”, mi idea era realizar un libro, pero averiguando en Guiness World Récords, para ver si me daban un reconocimiento, me explicaron que no podían hacerlo con alguien que hace la gesta de otra persona, que en realidad eso es un seguimiento. Me me puse a averiguar y leí "Memorias de un pobre diablo" qué es la historia de un tucumano que va caminando hasta Buenos Aires. Luego escuché la historia de "Gato y Mancha", la de un hombre que se fue con un rifle y un perro caminando hasta Estados Unidos. Descubrí también un caminante, un tal George, que en el año 1985 con una mochila y un pequeño carrito, realizó la travesía de Ushuaia hasta Alaska. Este hombre había hecho unos 18000 kilómetros. Entonces me dije: voy a caminar de Ushuaia a Alaska, pero previamente voy a visitar las 23 capitales provinciales del país, una travesía que me estaría dando unos 25.000 km.


Todo lo que puede llevar una persona para vivir: bolsa de dormir, carpa, platos, jarros, pavas. Anafe no llevo porque estoy acostumbrado a hacer fuego. Luego me compré un calentador a gas, por las dudas que no pueda hacer fuego. Infladores, herramientas, alambre y goma, colchoneta y frazadas. En total, llevo tres mudas de ropa, guantes, mameluco térmico, un botiquín.

Llevo recorridas 7 capitales de provincias. Arranqué en Lapataia, pasé por Ushuaia, Tolhuin (donde existe una panadería que te da asistencia completa: te dan de comer y alojamiento), Río Grande. Entré a Chile, pasé con el ferry boat, regresé a nuestro país, llegué a Río Gallegos, segunda capital. En Trelew cambié las ruedas, hice Rawson, la tercera. Volví a Trelew para seguir subiendo. Pasé por Madryn, Viedma, la cuarta capital. Hice Neuquén, quinta capital, luego la Pampa, sexta capital, y así llegue a La Plata, luego de cuatro meses y medio. En cada capital voy a Deporte, Turismo o Cultura, y me firman el cuaderno de bitácora.

Por Argentina viajaré alrededor de 1 año y serán unos 3 años para llegar a Alaska.

La gente pasa en los autos y toca bocina. Paran a saludarte, te dan agua, comida, es realmente muy cálida. Una vez me pasó que una señora me paró a las 10 de la mañana para invitarme a comer a su restaurante, estaba a 2 kilómetros. Formalmente le dije que no, porque era muy cerca y era muy temprano. Empecé a caminar esos kilómetros hasta el pueblo, y fue tanta la cantidad de gente que se paró a saludar que al final terminé llegando a las 13 h al restaurante. Había periodistas, televisión, sacaban fotos… fue increíble. Al final me quedé comiendo.

Tengo un fan page en Facebook, a la que voy subiendo las fotos de las personas que me cruzo y pongo información del recorrido, videos. Martín E. Echegaray Davies o caminata a las 3 Américas.

Fue un barco en el que viajaron desde Liverpool en 1865 un grupo de 153 colonos galeses (56 adultos en pareja, 33 hombres solteros, 12 mujeres solteras, y 52 niños) a la Patagonia Argentina, en donde hasta entonces no había asentamientos poblacionales permanentes. El desembarco se produjo en el golfo Nuevo (en la zona de Puerto Madryn) y debido a la falta de agua, la colonia se fundó 50 kilómetros al sur, junto al Valle inferior del río Chubut dando origen a los primeros poblados de dicha provincia. Martín E Echegaray Davies es descendiente de Ivan Davies y Ann James tripulantes de este viaje.


Laguna Negra

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legamos a la ciudad de San Carlos de Bariloche el 16 de enero de 2018, con las mochilas cargadas de sueños. Estábamos ahí para hacer la Travesía de las 5 Lagunas y gracias a la vida, los pronósticos indicaban que el clima marcharía de lo mejor. Al día siguiente, una vez registrados en Parques Nacionales, emprendimos la aventura junto a nuestro amigo Andy. Teníamos por delante más de 54 kilómetros que pensábamos disfrutar a pleno, deleitándonos ante la inmensidad de ese escenario.

Empieza la aventura, tenemos todo listo y una emoción que recorre nuestras venas. Iniciamos la travesía en Colonia Suiza por un sendero amplio que da ganas de caminar rapidito pero el peso de las mochilas nos obliga a avanzar más tranquilos. Disfrutamos del paisaje salido de un cuento. Nos adentramos en un bosque de pinos, cohíues y ñires que se


adueñaban del camino. Transitamos por el Valle del Arroyo Goye escuchando el agua correr. Después de cargar nuestras caramañolas en una zona donde varios expedicionarios deciden que será su zona de acampe, nosotros continuamos por el sendero que nos lleva hasta el llamado “maldito caracol”, una subida entretenida pero que, como su nombre lo indica, es un tanto exigente y para muchos detestable. Una vez superado el caracol, vemos un espejo de agua oscura envuelto en cerros apenas nevados a 1650 metros de altura, la Laguna Negra está a nuestros pies, custodiada por montañas rocosas. Buscamos un espacio para nuestra carpa y allí armamos campamento. Ansiosos nos acercamos a la laguna, los tres queremos tocar el

agua y sentir su frescura. Después de compartir una ronda de mate y algo dulce, nos disponemos a preparar nuestra primera cena en la montaña coronada por una cantidad de estrellas difícil de apreciar en la gran ciudad.

Amanece con un sol radiante que nos invita a salir de la carpa y empezar a disfrutar lo que sería el segundo día. Luego de desayunar, desarmar nuestra casita y preparar las mochis, despedimos a nuestro amigo que baja a Colonia Suiza y comenzamos nuestra caminata. Rodeamos la Laguna Negra por la derecha, pasando unos cortitos pero entretenidos manchones de nieve y poco antes de subir al filo

nos topamos con unas grandes piedras que para atravesarlas tenemos que usar unas cuerdas puestas con anterioridad. Pasado el obstáculo de la naturaleza, subimos al filo y por primera vez divisamos el Cerro Tronador. Es mágico, único y a cada instante que deja oírse, logra que el alma se llene de alegría. Escucharlo es maravilloso. Después de sacar unas fotos y con la no tan grata bienvenida de los insoportables tábanos, comenzamos una bajada muy linda pero empinada dentro del bosque hasta llegar al Valle del Arroyo La Chata. Cruzamos el arroyo, reponemos energías y a darle para arriba que todavía nos queda la gran trepada hasta llegar a la Laguna CAB. Una vez allí y cuando pensamos que ya era hora de nuestro merecido descanso, nos dimos cuenta de que aún falta bordear la laguna porque la mejor zona de acampe estaba en el otro extremo de la misma. Así que con las crocs puestas y el agua refrescando nuestros piecitos rodeamos la laguna sin orilla y en menos de media hora estamos sentados en un tronco, con la carpa armada y tomando los tan esperados mates.

El despertador suena temprano, tenemos por delante el día más largo de la expedición. Con el equipo listo y ansiosos por lo que vendrá, damos los primeros pasos sobre un mallín, uno de los tantos que cruzamos. Con los pies mojados, comenzamos la subida al Cerro CAB. Desde la altura podemos observar de un lado la laguna y el claro que nos hospedó la noche anterior y del otro el Cerro Cristales, punto más alto de toda la travesía. Desde este filo, y sin perder altura transitamos un entretenido pedrero, el cual nos pone a prueba con variados manchones de nieve que exigen ser atravesados con sumo cuidado. Una vez superados, el camino se transforma en lajas



grandes donde es mucho más seguro caminar. Con la bienvenida de una familia de patos, nos adentramos en el Mallin de las Vueltas. Más adelante, atravesado el mallín Mate Dulce, comenzamos el ascenso al Cristales, donde realizamos un almuerzo express con la compañía de nuestros tan queridos tábanos. La subida resulta sencilla con algo de nieve. Llegamos al filo cumbrero, felicidad total y una vista que te deja sin aliento, pero paciencia que todavía queda un pedrero con una bajada que asusta. De pronto nos vemos sumergidos en un océano de muchas, muchísimas piedras de todos los tamaños y colores imaginables. No se ven pircas, ni puntos rojos. La bajada se pone áspera y la desesperación sumada al cansancio nos complica el descenso. Bajamos como podemos, colgados de las piedras, sin distinguir donde pisamos, hasta otro mallín donde nos detenemos a observar lo que habíamos hecho. El desvío involuntario nos hizo dura la bajada, más de lo imaginado. Repuestos del susto y con varios frutos secos en la boca, continuamos hasta la Laguna Cretón, donde nos encontramos con un espacio soñado. La laguna al fondo, en el medio piletones que invitan a refrescarse y al frente un valle de película. El paraíso existe ahí, en ese mismo lugar.

¡Cuarto día y dale que va! Empieza la subida, que hoy cuesta. Pero a medida que avanzamos nos encontramos con ella, la más imponente de todas: la Laguna Azul. Está alejada, prefiere que la apreciemos a lo lejos. Así que después de un par de fotos continuamos nuestro camino hasta la Laguna Jujuy que se distingue con una forma muy peculiar y rodeada de nieve. Otra trepada más y llegamos al filo del Cerro Capitán desde donde se puede apreciar el Monte Tronador, es imponente no caben dudas. Ahora toca bajar, pero se siente bien el descenso. Para no perder la costumbre pasamos por uno más llamado el Mallín de Ricardo donde además de los habituales tábanos aparecen los mosquitos. Manotada va, manotada viene nos sumergimos en un bosque donde reina el silencio. Vemos la Laguna, vemos la tan prometedora playita y sabemos que llegamos a la Laguna Ilón. Mochis al piso y carrera al agua. El Tronador nos observa, aprecia nuestra infinita alegría. Mateada con amigos del camino y de a poco cae la noche que amenaza con unos relámpagos del otro lado de la montaña.

Hoy amanecemos con una sutil nostalgia, es nuestro último día de travesía. Desarmamos campamento y a patear por el bosque. Tratamos de atesorar cada momento, deseamos que la aventura continúe, que dure unos días más. El bosque queda atrás y nos topamos con una zona de mallines, que atravesamos rápidamente. Continuamos por un sendero de tierra y algunas piedras sueltas que da ganas de bajarlo corriendo si no fuera por las mochilas que pesan en nuestros hombros. De golpe, nos sorprende un mirador extraordinario que nos muestra el Tronador en todo su esplendor. Sigue el sendero cuesta abajo y nos abrimos paso al Río Castaño Overa, que se presenta con una importante correntada y una respetada agua de deshielo. Nuevamente obstáculo de la naturaleza que pasamos en crocs y con los dientes apretados. Se empiezan a escuchar sonidos y en un abrir y cerrar de ojos estamos en Pampa Linda donde pasamos nuestra última noche. La travesía fue más allá de lo soñado. Fue inolvidable, sensacional, magnífica. No hay palabras que abarquen todo. Compartimos m o m e n t o s h e r m o s o s, d e t e n s i ó n , d e incertidumbre, nos reímos, nos divertimos y nos sorprendimos con los lugares que tiene nuestro país. Disfrutemos de lo simple y de lo maravilloso de la naturaleza. ¡ Po r m á s v a c a c i o n e s d i s f r u t a n d o intensamente!


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l cierre de esta edición, Néstor Gabriel Pereyra, atleta Total llllllllllllllllMagnesiano Vitalizante, se encontraba rumbo a Penyagolosa, el llllllllllllllllmundial de trail running a desarrollarse en Castellón de La Plana, España. “El Rústico”, como le dicen sus amigos, es de Tandil y trabaja de albañil. En 2007 comenzó a competir en running y su carrera fue en constante ascenso. En una competencia llamada ADN en San Martín de Los Andes obtuvo la clasificación al mundial 2018. “Total Magnesiano Vitalizante” lo acompaña dándole fuerza y energía en cada paso.

a cuarta edición de Running Trip pasó por Potrerillos con más de 500 lllllllllllllllllcorredores La carrera se realizó en la mañana del Sábado de marzo lllllllllllllllllen el corazón de la estancia El Salto, con el Cerro Negro y el arroyo El Alumbre como testigos de una jornada a puro sol. Afortunadamente “Total Magnesiano Vitalizante” acompaño como sponsor a Running Trip en tres ediciones con diferentes geografías. El espíritu del running volvió a sentirse y esta vez se palpitó en Potrerillos, Mendoza, lugar elegido para una nueva experiencia de estas carreras itinerante que busca unir las distintas geografías de la Argentina. “Total Magnesiano Vitalizante” te espera en Running Trip el próximo 22 de julio en Tanti, Córdoba.

omo todos los años en la temporada estival se celebra en Tandil, lllllllllllllll“El Cruce Tandilia”, una competencia tradicional que ya cuenta llllllllllllllllcon ocho ediciones organizadas por Charly Centineo y Marcelo Palahí. Alrededor de 2000 corredores de todo el país y de países vecinos, desafían esta prueba de dos días, ofrece diferentes distancias de 60 km, 42 km, 21 km y 10 km (única que se corre en un solo día). En los dos últimos años incluyeron una carrera de ascenso llamada “ Tandil Vertical” que se realizó un día antes del Cruce Tandilia. Este año la fecha de este trail running que se corre 100% en la sierras tandilenes fue el 6 y 7 de enero y por tercera vez consecutiva, “Total Magnesiano Vitalizante” estuvo presente como sponsor de esta prestigiosa competencia. Para los interesados ya se lanzaron las inscripciones para el 2019 que tendrá lugar entre el 11 y el 13 de enero. Una vez más “Total Magnesiano Vitalizante” acompañara a los corredores de ese nuevo desafío, para mayor información entra en el sitio web www.crucetandilia.com.ar

l magnesio es fundamental para la lllllllllllllfijación de calcio y el fósforo en los lllllllllllllhuesos y dientes. Su consumo en las cantidades recomendadas previene la osteoporosis y las caries. El magnesio es un mineral esencial en la realización de diversos procesos metabólicos y se halla presente en todas las células del cuerpo.


El l 3 de noviembre de 2018 en la Cumbrecita, Córdoba, se lllllllllllllllldesarrollará esta carrera de Ultra Trail Run individual con cuatro llllllllllllllldistancias 10 km, 25km, 45km y 60k, Total Magnesiano Vitalizante estará presente en esta comepetencia que se desarrolla íntegramente en el cordón montañoso de las Altas Cumbres. Unir La Cumbrecita con el Cerro Champaquí por estas antiguas sendas, es un desafío, sólo recomendado para quienes estén preparados física y mentalmente, ya que implica un duro desafío donde se deben superar importantes desniveles. En su segunda edición y como novedad, Ultra Champaquí otorgará puntos ITRA (International Trail Running Association) para participar en UTMB 2019 , Francia. www.ultrasport.com.ar

l 27 de Mayo se celebra la séptima edición del M42 Maratón de llllllllllllllllMontaña en Villa Ventana y como no podía ser de otra manera llllllllllllllll"Total Magnesiano Vitalizante" es main sponsor de esta alucinante carrera. Más de 2000 corredores desafiarán 42 km, 25 km o 10 km. Este verdadero trail run en Villa Ventana se desarrolla en una muy atrapante y natural zona de sierras. Para más información www.fcproducciones.com.ar

l calzado perfecto para aquellos que buscan una mayor comodidad y llllllllllllllllprotección al correr sobre múltiples terrenos. Las tecnologías lllllllllllllllllaplicadas en la capellada ( X-PROTEC ™ by KEVLAR) proporcionan protección y durabilidad, mientras que la suela multi-terreno ofrece el agarre necesario para una confianza en la pisada sin importar cuán diverso o impredecible sea el terreno.

n junio de 2016, el argentino Alex Van Reeth y el belga Seba lllllllllllllllVandermolen, comenzaron una travesía de 5.000 kms, que lllllllllllllllos llevó desde Alaska a Ushuaia. Los jóvenes, que concluyeron la travesía en mayo de este año, corrieron entre 4 y 5 horas por día, haciendo aproximadamente 11 kilómetros por hora. "Lo hicimos por amor al deporte, al aire libre, a esta necesidad de evitar la sensación de encierro que nos lleva esta vida del siglo XXI", señaló Alex, quien también contó que el fin principal era colaborar con la ONG To Walk Again para ayudar a deportistas discapacitados. Marc Herremans, entrenador del argentino, fue un triatlonista que quedó paralítico luego de un accidente en su bicicleta e inició este organismo que los corredores decidieron promover. Canadá, Estados Unidos, México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina, fueron transitados en este proyecto solidario.




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