REVISTA ANDAR EXTREMO N° 52

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Director / Propietario Corrección

Foto de Tapa

Marcos Ferrer

Matías Marin

María Soledad Navarro

Participaron de esta edición

Fotografías

Valentí San Juan Juan Martín Laborde Lucas R. López Matías Marin Patricia Fernández Karina La Rotonda Ezequiel Mazzili Adriana Gómer

Lucas Bylo Marcos Ferrer Juan Martín Laborde Juan I. Tapia Matías Marin Hey Mai Germán Reula Mercedes L. Echenique

Andrés Calla Juan I. Tapia Gonzalo Martínez Tania Díaz Slater Franco Paredes Luisina Galassi Sara Estefanía Claudia Cabrera

Pre Impresión Corrales Impresión 4 Colores

Manu Ferrer Peña La Vida de Viaje Nación Salvaje Lucas R. López Ulises Kusnezov Marcelo Tucuna Constanza Greco Carlos Vaccarezza

Revista de Aventura, Deportes Extremos, Medio Ambiente y Turismo. Registro de la propiedad Intelectual. Dirección: 65 nº 287 (1 y 115), La Plata, Bs As, Argentina. Tel:0054 (0221) 4254577 E-mail: info@andaresaventura.com.ar ffan page: andar extremo Queda prohibida la reproducción no autorizada total o parcial de los textos publicados, mapas, ilustraciones y gráficos incluidos en esta edición.La Dirección de esta publicación no se hace responsable de las opiniones en los artículos firmados, los mismos son responsabilidad de sus propios autores. Las consecuencias de practicar deportes extremos pueden ser muy peligrosas. Las notas publicadas en este medio no reemplazan la debida instrucción por parte de personas idóneas. El staff de Andar Extremo colabora ad-honorem, si deseás publicar un relato o nota comunicate a nuestro mail.


o me he metido, me ha metido la misma vida. llllllllllllllllTenía un trabajo en la radio y otro en la tele. Me lllllllllllllllliba bien. Eso era mi pasión, mi ilusión, lo que me gustaba, lo que me hacía feliz. Cuando ya llevaba mucho tiempo en la radio, de repente me hundí en la misma mierda, y dentro de todo lo que pasó, dentro de una lista de cosas bastante duras, la única irreversible fue la muerte de mi madre de cáncer. Era una persona sana que no bebía, no fumaba, hacía deporte, trabajaba mucho con mi padre para atender la familia y para el sueño de su vida que era tener un taller de coches



propio. Así y todo, enfermó de cáncer. Había estado mucho tiempo ahorrando para comprarse un equipo de esquí nuevo, que era el único hobbie que tenían con mi padre, y estaba esperando el primer mes de paga de la jubilación para comprarlo. Murió y ese mismo mes le salió el pago. Entonces dijimos con mi hermana, mientras tratábamos de superar algo que nunca superaríamos, que debíamos hacer una lista de eso que nos gustaría hacer, eso que se dice: algún día hare, algún día haré…entendimos que algún día es demasiado tiempo, porque a veces no llega. Vida hay una y hay que hacer las cosas que nos gustan porque nunca sabemos cuándo va a terminar. Entonces, hicimos una lista de las cosas que queríamos hacer ya. Entre ello, estaba hacer un Ironman, un Ultraman, la Titan Desert,

entre otras. Recuerdo que en dos meses estaba el Ironman de Lanzarote, y ahí que me anote. Mi hermana me pedía que espere, que no lo iba a terminar. A mí no me importaba, sólo quería intentarlo. Me decía:- y si te lesionas?, y yo lo respondía: -Y?, qué pasa si me lesiono? Nada

Sí, y de allí viene una frase que me identifica “a la tumba habría que llegar después de un largo viaje derrapando, con raspones, ampollas, el cuerpo hecho trizas, para que cuando uno mire para atrás en el momento de la muerte diga: ¡¡¡Vaya viajecito!!!”. No llegar y ver la carrocería nueva, el motor perfecto. ¿Para qué? Cuando


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pasó lo de mi madre, a los dos meses, me echaron del trabajo. Hice un emprendimiento con amigos, y también me echaron. ¡Encima, me dejó mi novia por un argentino! (risas). Todo eso en ocho meses. La debía plata al banco, robaba en el supermercado para comer…ya estaba todo perdido. Allí remonté con otra frase del cantante de Jarabe de Palo, Pau Dones que cuando le diagnosticaron cáncer dijo: “ni miedo ni fe”, lema que me tatué. Para qué voy a tener miedo de morirme si sé lo que va a pasar y para qué voy a tener fe en mañana si lo que tengo que hacer es vivir hoy. Consecuentemente hicimos con mi hermana esa lista, y pensamos: vamos a vivir, vamos a correr, vamos a dar la vuelta al mundo, y así sucedió.

Fue por necesidad. Necesitaba facturar, pagar el banco, comer, y así salir del pozo. Fue de repente. En estos cinco años hemos aprendido de todo. También nos hemos dado la cabeza contra la pared. Pero lo que hago hoy me apasionó, porque no es sólo disfrutar y ver sitios o ver gente hacer videos. Lo que no se ve es que es muy duro. Se te caen los pies, vas al límite, y cuando estás hecho polvo, hay que editar 6 horas de video luego de la carrera. Por ejemplo, ahora en Córdoba en el Trans Cumbres, luego de cada etapa llegábamos a lugares en los que había muy poca cobertura y estábamos otras 5 horas para subirlo. Imagináte 8 horas de carrera, 5 horas de edición y 5 para subirlo, y contando que el día tiene 24 hs. Igual no me quejo, me apasiona, me gusta de corazón.



Es espectacular. Por ejemplo en Maratón Des Sables, dormís en un jaiba con 8 personas, todos pegados uno al lado del otro. Durante una semana nadie se ducha porque no hay duchas. Estás con la misma ropa y una mochila sólo con comida. El loco de al lado se saca los zapatos y huele a podrido, pero te da lo mismo y a los otros también. El primer día cuando vas, te querés ir y no volver, pero al tercer o cuarto día estás feliz. Dormís en el piso sobre piedras, cagás en un agujero, pero se hace de noche y ves las estrellas más brillantes que viste en tu vida, y encima no hay contaminación ni WhatsApp, ni internet. Es hermoso.

Hoy mi padre me decía: -no termino la carrera ya? ¿Qué haces en Argentina todavía? respondí: -estuve dando unas charlas en Córdoba, luego en Rosario y ahora en Buenos Aires A esto me dice: -estás traficando con algo? ¡porque no creo que la gente te vaya a ver a ti, estás tapando algo! Y dije: ¡no papá, están llenas de gente las charlas! A lo que asombrado expresó: ¿Y tú de qué le hablas a la gente? Contesté: ¡¡de lo que hago!! Y me remató: -Tú lo único que haces es correr y transpirar todo el día, ¿qué interesante puede tener eso? (risas). Yo lo ridiculizo un poco pero en la intimidad me pregunta por qué me siguen un millón de personas si soy un chico normal y le respondo que a veces por apasionado, por arremetedor, porque me apasioné al encontrar mi forma de vida, y le metí ganas, y hemos tenido la suerte de estar un poco más locos de lo común. Eso le gusta a la gente.

Hay una que está desde siempre: la de tener un sonrisa, de ser activo, de abrazar mucho. Ahora, cuando estoy mal se nota a la legua. De por sí me sale una sonrisa. Hinchar las bolas, que me jodan, también me gusta, pero lo que sí es verdad es que cuando hay stress se me nota mucho.

Tanto en Uruguay como en Argentina he utilizado un BH Ulitmate rígida porque eran dos carreras no tan técnicas, con más senderos, no había bajadas tan pronunciadas. Todo el año usé la BH Linx. Con la Bh Ultimate la experiencia es buena. Si bien en Uruguay utilicé unas cubiertas un poco minimalistas y pinché 5 veces, por lo demás es impecable.

Las que mejor emoción me dejaron son los tres Ironman de Lanzarote porque los compartí con mi hermana, y porque era un momento en que teníamos muy presente lo de nuestra madre. Ella había sido el motor. La aventura el Camino de Santiago corriendo desde Barcelona hasta Saint Jean Pied du Port y desde Saint Jean hasta Santiago de Compostela, también. Fue el año de la ciclo génesis explosiva, con nieve hasta las rodillas a diario, trece días corriendo 80 km por día, sin cobertura con diluvio. Tuvo en particular que llegamos a Santiago cuando se cumplían 5 años de la muerte de mi mamá. Fue un viaje con todas sus letras.




n el suelo están los botes desinflados y el llllllllllllllllequipo desparramado. Las bicis están intactas lllllllllllllllly nosotros todavía no nos pusimos los trajes secos. Estamos apurados por aprovechar lo que queda del día pero la puesta a punto del equipo es lenta o por lo menos esa es mi sensación. Miro el reloj y ya pasó casi una hora. Por instantes pienso que estamos desarmando lo ya armado, pero creo que en el fondo

estamos tratando de estirar lo más posible eso que sí o sí sabemos que tiene que pasar: empezar a flotar. El río avanza con fuerza, sin embargo casi que no sentimos su movimiento.Ya vamos una hora y no pasa nada. ¿Esto era? ¿Tanto mambo previo para esto? Pasamos un par de curvas y lo más emocionante es ver unos guanacos apareciendo en el filo de uno de los acantilados.


Miro a Javi y Sol, y vienen bien. Quizás un poco tensos por las primeras sensaciones pero de a poco se van aflojando. Mientras tanto, el río se empieza a encajonar entre paredones y los principios de la física sobre la mecánica de los fluidos hacen de las suyas. El agua se acelera y estamos entrando en la primera zona de rápidos. Voy atento y cada tanto el río me sorprende con borbotones que salen de la nada y remolinos que se forman en segundos. Por momentos hay ondulaciones y los botes suben y bajan casi un metro respecto de la línea de la costa. De repente, la cola del bote se me empieza a ir de costado y siento que se hunde. Giro la cabeza y veo atrás mío cómo se forma un remolino gigante con forma de embudo. Me empieza a chupar y sólo puedo hacer una cosa: remar, remar y remar. Remar tan fuerte como pueda hacia adelante. Poner cada milímetro de músculo al límite para poder salir cuanto antes de ahí. Sé que puede pasar que nos demos vuelta. Sé que puede ser parte del juego, pero eso, no va a pasar ahora. Empujo con fuerza, logro sacar el bote y me escapo.

A unos treinta metros viene Javi y un poco más atrás Sol. Les grito para avisarles que por ahí no pasen, y reman para alejarse. Vuelvo a respirar con normalidad. El río avanza rápido y las sorpresas van apareciendo. Los siguientes kilómetros los hacemos a buen ritmo. En cualquier momento sabemos que nos vamos a encontrar con lo que queda de un muelle caído. Lo había puesto hace poco una estancia para cruzar ovejas pero la fuerza del agua de la última crecida lo tiró y quedó volteado hacia uno de sus lados. Días antes de salir “El Colo Shule”, un kayakista amigo que conoce el Santa Cruz como nadie, nos dio una mano con la logística de la bajada y con su ayuda pudimos marcar en el GPS varios de los puntos donde debíamos estar atentos, las estancias abandonadas para poder pasar la noche y las posibles vías de escape a la ruta por si teníamos algún problema o mal clima. El sol está más bajo, las fotos se empiezan a ver más doradas y no tenemos idea dónde está el puesto. ¿Habremos seguido al pie de la letra las indicaciones del Colo? ¿Nos habremos pasado?

Minutos después… ¡puesto a la vista! Remamos con un solo objetivo en mente: llegar, bajarnos de los botes, cambiarnos el equipo húmedo por ropa seca, calentar agua para el mate, cenar y descansar. A la mañana siguiente se respira aire fresco y silencio. Con todo listo volvemos al río y el día no puede ser mejor. Casi que no hay viento, el sol nos acompaña y las nubes son las justas y necesarias para pintar el cielo y darles un equilibrio a las fotos. El objetivo del día: la estancia abandonada Lubeck. El objetivo de ahora: volver al cauce principal del Santa Cruz. Ayer, para llegar al refugio donde hicimos noche, tuvimos que meternos en una especie de delta del cual ahora tenemos que salir. Como casi no hay corriente toca remar y así, avanzamos lento. El poco viento que hay lo tenemos medio de costado y en contra, y eso nos demora bastante más de lo que pensábamos. De a poco nos vamos sintiendo parte del paisaje. El ayer quedó mucho más que a 30 kilómetros y hoy todo se siente a otra velocidad. Cerca de las cinco de la tarde vemos una estancia


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y decidimos que hasta acá llegamos por agua. El pronóstico nos marca que en cuestión de horas va a empezar a soplar mucho viento así que buscamos un reparo donde poder armar la carpa y pasar la noche. Los mates cortos que tomamos se lavan rápido y ponen en peligro el cálculo de yerba que hicimos para las dos semanas de travesía... pero qué importa si el momento es ahora y con amigos. El sol se va en el oeste y estamos en ese momento donde la luz empieza a ser poca y todo se va poniendo oscuro. Es en esos minutos donde la noche le empieza a pedir permiso al día, y elegimos no romper con las linternas la calma obligada de hacer todo un poco más lento. Es en este tipo de viajes donde uno empieza a sentirse de vuelta en equilibrio viviendo al ritmo del sol y la luna, lejos de las pantallas y todas las lucecitas de colores. La foto de los tres antes de entrar al río nunca existió. Por la vorágine de empezar la travesía nos olvidamos de esa foto tan simbólica que tienen todos los viajes. Recién terminando el segundo día pusimos la cámara en modo autorretrato y con esa foto tildamos el pendiente.

Posición de la caída

Nuestras caras están un poco más curtidas por el clima, las pocas horas de sueño y no son las mismas que cuando empezamos, pero los tres sabemos bien que cuando esas caras llegan es porque estamos donde queremos estar haciendo lo que queremos hacer. La mañana es fría y caminamos hasta la costa para cargar las caramañolas. Vemos el río y es imposible de navegar. Sería muy difícil remar con un día así y aunque se pudiera no valdría la pena correr el riesgo. La Ruta 17, que corre de oeste a este en la misma dirección que el viento, es la mejor opción para este tercer día de travesía. La ausencia de humanidad es lo que hace diferente a estos lugares perdidos en el horizonte. Vamos pedaleando por una huella y eso es lo único que nos habla del hombre. Esta ruta de la Patagonia no tiene alambrados y eso nos genera una sensación hermosa: pareciera que las tierras no son de nadie. En cada curva nos acercamos y alejamos del Santa Cruz y a la distancia podemos percibir cuál es la verdadera fuerza y dimensión de este último gran río libre. Imaginar que en unos años

todo esto puede quedar bajo el agua nos da mucha tristeza. Si así como está es perfecto, ¿qué es lo que le da derecho a unos pocos que nunca pisaron estos suelos a llegar con sus máquinas y planos a querer cambiarlo todo? Al día siguiente la ruta vuelve a ponerse paralela al río y es momento de tomar una decisión. El pronóstico indica que los próximos días el viento va a ser fuerte y tenemos tres opciones: seguir en bici por la Ruta 17 o la Ruta 9 (pero eso implicaría alejarnos del río por varios días), seguir por agua y jugarnos a que el clima cambie, o esperar que el viento no sea tan fuerte. Estamos en lo que se conoce como Cóndor Cliff y acá cerca se está levantando la primera de las dos megarepresas que van a cortar el río Santa Cruz. Como vinimos a este río para conocerlo de cerca y ver lo que está sucediendo con nuestros ojos, la balanza se inclina para seguir por el agua. Si mañana el viento nos saca, la próxima salida estará a más de 70 kilómetros y tendremos que caminar por la estepa. De a poco nos vamos acercando al ruido. Un ruido ridículo que aturde el silencio de la naturaleza. Un ruido que no debería estar dinamitándolo todo para construir paredes. Dicen que todo esto es en nombre del futuro y la energía pero donde otros dicen ver la luz, nosotros no podemos ver más que oscuridad. Al quinto día pasó lo que podía llegar a pasar. Una tormenta que avanza a buen ritmo desde el oeste nos obliga a pensar rápido. Donde hasta hace un rato había horizonte, ahora hay polvo en el aire y en minutos ese viento va a llegar hasta acá. Tenemos que decidir si entramos o no al río. Y entramos. Pero así como nos metemos avanzamos apenas 500 metros y las primeras



ráfagas nos sacan de un envión. Con el viento llega la lluvia y ahora no queda otra que esperar: nos sentamos en los botes, nos ponemos las capuchas y sentimos por un largo rato a la Patagonia bien de cerca, tan de cerca que por momentos asusta. Después de la tormenta empezamos a caminar. La estepa es un ambiente tan hostil que nuestras ruedas lo empiezan a sentir con sus espinas. El plan B de caminar los 70 kilómetros que nos separan de la próxima salida a la ruta ya es una locura y un par de casitas que vemos a la distancia se convierten en nuestro único objetivo. Es hora de dejar el río e improvisar. Llegamos a la estancia de noche como desconocidos, pero al minuto siguiente ya tenemos un mate caliente entre las manos para olvidarnos del frío. Dormimos hasta el mediodía y al levantarnos nos quedamos en las bolsas de dormir charlando sobre el día que pasó que ya se convirtió en una anécdota. Ahora nos toca descansar para recuperar energías y planificar cómo van a ser los próximos días. En la Estancia Juana nos quedamos dos noches. Ya van seis días desde que arrancamos la travesía, y a pesar de que los planes cambiaron más de una vez, podríamos decir que estamos

casi en la mitad del río. Al octavo día el viento para y volvemos al movimiento. Pedaleamos por la Ruta 9 hasta la próxima bajada que está a unos 30 kilómetros y nos reencontramos con el río. Esa noche acampamos en Los Plateados, un puesto abandonado. Es temprano y tenemos todo listo, pero también tenemos muchas dudas: estamos cerca del final y hay que tomar otra vez la decisión de si seguimos por agua o por tierra. Hoy el viento no es un problema pero si pasa lo que el pronóstico dice que puede llegar a pasar mejor estar sobre las bicis que arriba de los botes. Decidimos esperar. Al final del día la estepa nos regala un atardecer dorado de esos que quedan grabados para siempre y forman parte de nuestro tesoro de momentos eternos. El viento amaga y la mañana se vuelve incertidumbre. Parece que sí y al final no. Cuando parece que no, al final sí. Ya no podemos esperar más: nos subimos a las bicis y salimos a

buscar otra vez la ruta. Casi como si se tratara de un guión que se va escribiendo kilómetro a kilómetro, la ruta se acerca al río y vamos sintiendo la despedida. El viento nunca sopló como pensábamos y aunque quisiéramos meternos con los botes, únicamente vemos paredones y no queda otra que seguir en bicicleta. Llega el día doce y sabemos que no todo salió como lo planeábamos, sin embargo, así fue perfecto. El río ya es parte de nuestra historia y nosotros dejamos un poquito de lo que somos en esas aguas de la Patagonia. Conocimos un río Santa Cruz que corre libre desde los Andes al Mar y hoy más que nunca levantamos la bandera de su lucha por seguir siéndolo.



a Patagonia de Los Glaciares es llllllllllllllllconsiderada uno de los últimos territorios lllllllllllllpuros que van quedando en este transitado planeta. Un lugar donde reina el silencio, se respira la herencia de los pueblos originarios, domina la inmensa presencia de las montañas, las leyendas aún viven, y el destino llama con fuerza.

Casi llegando al final del mapa de nuestro país, encontramos El Calafate, una ciudad ubicada a orillas del Lago Argentino, en la región de la Patagonia, en la provincia de Santa Cruz, a unos 80 km del glaciar Perito Moreno. Es la puerta de acceso al parque nacional Los Glaciares, junto al glaciar Perito Moreno, el glaciar Upsala, el cerro Fitz Roy, el campo de hielo Patagónico Sur con los numerosos glaciares que se originan del mismo. Es el manto de hielo más grande del mundo después de la Antártida. Llegamos en avión al aeropuerto situado a unos 21km del centro de la ciudad y de ahí nos dirigimos al hotel a dejar nuestras mochilas y salir a pasear. El Calafate no es una ciudad muy grande, y decidimos movernos a pie para recorrer los

alrededores y visitar muchos de los atractivos que ofrece, como ferias artesanales o los senderos de la Laguna Nimez. El viento no cesa y es una constante en estas geografías, entonces no hay otra salida que adherirnos a la idiosincrasia del lugar que dice: no hay que pensar en el viento.

Al día siguiente, un bus nos condujo hasta el glaciar Perito Moreno que es el gran protagonista del Parque Nacional, quizás porque posee la condición de ser tan accesible. Realizamos un tour con una visita autoguiada, facilitada por los carteles que hay a lo largo de las pasarelas. Observar esa masa de hielo enorme que aparece como un fantasma silencioso entre el bosque, es una imagen surrealista y uno simplemente lo acepta y se pierde entre el reflejo blanco y azul de su extensión llena de grietas, como si fuese un gigantesco animal primigenio con el cuerpo marcado por heridas. No hay foto que describa la inmensidad del glaciar ni capte su esplendor, es uno de esos lugares en los que hay que olvidarse de todo y quedarse inmerso en esa maravilla natural, observarlo, respirar y guardar esa imagen en nuestros recuerdos para siempre.

Entre 3 y 4 horas alcanza para hacer los recorridos o simplemente sentarse a contemplar el paisaje, que deja una impresión en nuestras retinas que no se olvida. Por la tarde, regresamos a nuestro hotel y nos preparamos para partir al siguiente día, hacia El Chaltén.

Unas pocas horas o 220 km, separan El Calafate de El Chaltén, con un paisaje de estepa patagónica. Esa es la verdadera Patagonia, la de mayor extensión, aunque de vez en cuando se cruzan algunos ríos con el típico color verde y algunas formaciones rocosas. A mitad de camino se encuentra el hotel y parador La Leona, un sitio histórico donde es posible detenerse tanto a la ida como a la vuelta, para degustar alguna exquisitez de la zona o caminar un poco. Si se cuenta con tiempo suficiente, es posible conocer el Bosque Petrificado La Leona, un yacimiento en el que es posible ver restos prehistóricos. Se encuentra dentro de la Estancia que está en pie desde principios del s. XX. Desde allí, también parte una caminata de 3 horas para observar el cerro Los Hornos, donde la erosión del viento y del agua fueron modelando el paisaje hasta llegar a una quebrada donde se encuentran decenas de ejemplares fosilizados de troncos y huesos prehistóricos de más de 150 millones de años. Antes de llegar a El Chaltén, los famosos picos del Fitz Roy nos impactan al asomarse entre las nubes y nos sentimos visitantes de una tierra de gigantes de piedra de una época remota. Y llegamos al pueblo más joven de la Argentina. Chaltén es el nombre con que los tehuelches denominaban al cerro, cuyo significado es “montaña que humea”, debido a que casi siempre está rodeado de nubes. Después, el Perito Moreno, lo bautizó como Fitz Roy. Nos contaron que son muy pocos los habitantes



permanentes de este pueblo que se autodenomina la capital nacional del trekking, por la gran cantidad de senderos autoguiados y el buen estado que poseen. El Chaltén ofrece muchas posibilidades de actividades que no dependen de la contratación de excursiones. De hecho, todas las caminatas son gratuitas y se pueden hacer por cuenta propia, sin ningún tipo de inconveniente. En la entrada de la ciudad, hacemos una breve parada en el Centro de Visitantes Ceferino Fonzo del Parque Nacional los Glaciares. Allí, recibimos las directivas de cómo manejarse en este lugar. Luego, nos acomodamos en el hostel y decidimos realizar algunos de los senderos cortos y los miradores que están a la entrada del pueblo. Son de dificultad baja y son llamados Los cóndores y Las águilas. Estos senderos parten de las oficinas del Parque Nacional mencionado. Desde allí, el camino asciende hasta el mirador Los Cóndores desde donde se ven el pueblo y los macizos Adela, Torre y Fitz Roy, y el valle del río De las Vueltas con vista panorámica hacia el lago Viedma. Por la tarde, fuimos hacia una cascada llamada Chorillo del Salto, cerca de la ciudad.Al retornar, nos dedicamos a pasear y recorrer las calles del pueblo.

Viajar significa siempre andar, y desde hace muchísimos años, andar significó ir a pie. De ese modo, al día siguiente, nos lanzamos a recorrer la senda hacia La Laguna de los Tres. No es fácil, y nos cuentan que se necesitan unas 9 horas entre ida y vuelta, un buen estado físico y botas de trekking, para evitar sorpresas. Esta senda se introduce en su comienzo, por un pequeño bosque de ñires que gana altura rápidamente a través de una pendiente pronunciada. Salimos temprano y amanece, la niebla envuelve el bosque. Apenas puede verse una pequeña parte de los cerros que asoman por instantes. Hay mucho silencio, y de pronto lo interrumpen unos toc-toc tan característicos que nos indican que un carpintero magallánico anda cerca. En un instante, emerge en un halo de luz que se cuela por el follaje de ñires y radales. Primero nos observa desde su rama, luego continúa con su labor de alimentarse de insectos que extrae de los troncos, inmutable ante nuestra presencia. Nos acercamos y vuelve a mirarnos con hastío e indiferencia profunda. Preparo la cámara esperando la foto deseada. Por fin, como complaciéndonos, se endereza, presentando

todo su flanco imponente, hermoso, iconográfico y visiblemente contrastante con el entorno. Unos pasos más adelante nos permiten llegar al primer mirador donde el cielo se abre con el sol, y nos detenemos a apreciar una buena vista del valle del río las Vueltas. El sendero sigue levemente en ascenso entre espacios abiertos y boscosos hasta llegar a una derivación de caminos. El de la izquierda nos lleva a la imperdible Laguna Capri, donde se encuentra el campamento de mismo nombre. De seguir, con el de la derecha se llega al primer mirador que nos da la posibilidad de apreciar el imponente cerro Fitz Roy. Uno queda sin palabras, es como contemplar una pintura que nos llega al alma. Vemos atentos los detalles de un paisaje primaveral de singular belleza. Su magnificencia nos atrae durante todo el recorrido y aun cuando quedó a nuestras espaldas, invita a detenerse y observarlo otra vez. A pocos minutos del mirador, el camino proveniente de laguna Capri se vuelve acoplar al sendero que nos permite la posibilidad de desviarnos un par de minutos hasta la laguna. En ella, algo nos invita a quedarnos y disfrutar. El terreno continúa por la ribera derecha del arroyo Del Salto bordeando un mallín extenso dominado por pastizales hasta que llegamos a las pasarelas de madera que cruzan el pequeño arroyo. En este punto existe también una derivación, donde el camino se desvía para realizar el trayecto Laguna Madre e Hija que finaliza en la senda que une El Chaltén con Laguna Torre. Finalmente, llegamos a un bosque de lengas donde se encuentra el campamento Poincenot. Luego de un descanso y una recorrida por el campamento, seguimos el camino por un terreno inestable donde la pendiente es pronunciada. La última hora de subida requiere de un mayor esfuerzo, pero al llegar al objetivo, la vista es perfecta. Aquí adelante el lago, allá atrás las agujas de granito: Saint-Exupery, Poincenot y Fitz Roy. El regreso es una bajada suave por lo que no es dificultosa pero es muy larga y el cansancio de la trepada a la laguna se siente. Por una desviación de este camino, está el mirador del glaciar Piedras Blancas que observamos desde la distancia.



En el trekking a Laguna Cerro Torre, encontramos que la dificultad es notablemente menor al sendero del Fitz Roy que hicimos el día anterior, menos escarpado e incluso insume menos tiempo. El nivel del suelo es prácticamente plano todo el trayecto y al llegar, los témpanos en la laguna le dan ese toque mágico que invitan a contemplar y reponer fuerzas para el regreso.

Si caminar es apropiarse de la esencia del lugar, este recorrido representa esas palabras. Se encuentra en la zona sur del parque. Llega hasta unos 1.500 msnm con uno de los miradores más impactantes desde donde se tiene una vista de 360º y se pueden apreciar los macizos del Fitz Roy y Torre, la estepa patagónica y el lago Viedma. Transitados los primeros metros, salimos de la senda que nos lleva hacia los miradores Los Cóndores y Las Águilas, tomando en dirección oeste hacia un arroyo que cruzamos. Desde ahí, el camino arranca en franco ascenso por un paisaje de estepa, encontrándonos por momentos con algunos grupos de árboles

durante los primeros kilómetros, en los cuales ascendemos casi 300 m. La caminata nos regaló, en sus inicios, una hermosa vista del Fitz Roy, del río Las Vueltas y la ciudad del Chaltén. A medida que ascendemos comienza a verse parte del Lago Viedma. Después de los primeros 3 km, el sendero continúa por un bosque poco denso y por momentos la senda transita por sectores de pradera. Antes de adentrarnos de nuevo, el camino se bifurca y, si seguimos derecho, nos vamos en dirección hacia Laguna Toro, Glaciar Túnel y al Paso del Viento, desde donde se tiene una increíble vista del campo de hielos continentales y el glaciar Viedma. Nuestro destino es hacia la derecha y siguiendo las indicaciones del cartel, continuamos en la senda durante 2 km. Al salir del bosque, vemos los últimos metros de pastizales para caminar ya sobre la zona rocosa hasta llegar al mirador ubicado prácticamente a un lado de Loma de Pliegue Tumbado. Con un día despejado se tiene una impresionante vista del Cerro Torres, Laguna Torres, la parte norte del glaciar Grande, el Fitz Roy junto a sus agujas, Laguna Capri y hasta el Valle del río las Vueltas con todos los cordones que lo rodean. Desde ahí siguen los últimos 500m hasta la cima, que son los más duros del recorrido, pero se

obtiene una excelente vista panorámica con buen clima. La vista en derredor es magnífica, se puede apreciar el lago Viedma, el cerro Huemul, parte del glaciar Túnel, el collado del Paso del Viento además del valle. Por la tarde, regresamos al hostel a planificar la cena.

Al día siguiente y en nuestro último día en el Chaltén, hicimos los 37 km en bicicleta por camino de ripio hasta el Lago del Desierto y en varias ocasiones nos detuvimos a sacar fotos. El camino es sinuoso, entre bosques y arroyos mientras se va rodeando y viendo las distintas caras del Fitz Roy. Al final de la ruta nos encontramos con el inmenso Lago del Desierto, icono histórico y geográfico. El regreso fue en vehículo. Por la noche, para despedirnos de este hermoso pueblo patagónico, fuimos a cenar en grupo para darle un cierre a esta salida que nos permitió conocer un hermoso lugar de nuestro país y nuevos amigos.

Viajar a la Patagonia desde niños, deja impresiones diferentes a lo largo del tiempo. Ha sido una ilusión, una frontera, una aventura, una grieta en el corazón y una cuerda floja, pero nunca desistimos de ir a su encuentro. Es un lugar que no tiene edades y quizás en el mejor de los casos, sea el inicio de un destino para aquellos que lo visiten. Lo mejor que podemos hacer es estar en ese lugar, y dejar que las cosas sucedan.


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los 36 años, la ultramaratonista estadounidense consiguió lllllllllllllel récord femenino de las 24 horas al correr 262 kilómetros y lllllllllllll192 metros en una pista de 400 metros a la cual le dio 650 vueltas. La trayectoria de Herron en ultramaratones comenzó en 2015, tras una larga carrera en maratones (ganó 33). La prueba en la cual Camille batió los récords sólo tuvo 33 participantes, debido a que se trataba de un clasificatorio para el equipo nacional de los Estados Unidos. El ritmo de carrera que la ultramaratonista mantuvo durante las 650 vueltas fue de 5m29s/km el pasado 8 de diciembre. nvirtió en el maratonista más rápido de la historia.


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Vista al Valle ruta Cascada Beban

rogramamos una excursión en Ushuaia llllllllllllllllbajo dos criterios de diversa índole, pero llllllllllllllllnutritivos para el tándem trekkinero: superar la cantidad de días ininterrumpidos de trekking y acampada por fuera de un centro urbano (en relación a lo experimentado desde hace un lustro por diversos espacios patagónicos), y poder hacerlo durante el traspaso de año y el cumpleaños de Juan Ignacio (1 de enero). De esta manera, nos propusimos una excursión de 20 noches por distintos valles y pasos de montaña.

Lago Khami, inmediaciones de Laguna Palacios

Registrándonos en Defensa Civil de Ushuaia el 30/12/17, en donde confirmamos que retornaríamos a la ciudad el 19/01/2018, partimos hacia el fin de la zona urbana sobre la Ruta Nacional (RN) 3 para comenzar a caminar con nuestras mochilas de 30kg- hasta la altura de “Mosca Loca” -puesto que el primer propósito era ingresar al Valle Carbajal y realizar el Paso Cinco Lagunas, culminando en las orillas del Khami. En el valle, serpenteamos el Río Olivia y la laguna Arco Iris. La primera jornada nos marcó lo que íbamos a encontrar durante nuestro itinerario

completo: humedales, suelo húmedo y fangoso, poco sol, lloviznas recurrentes, alteridad del ecosistema por la acción de los castores (lo cual nos llevaría a contabilizar, al final de la excursión, pérdidas y roturas de accesorios y prendas, debido a la poca estabilidad y a los circunstanciales resbalos que, a veces, teníamos en nuestra pisada de mojada roca, madera y vegetación). Ello confirmó la utilidad del uso de nuestras polainas. Por momentos, la marcha se vuelve lenta y permite retrasar toda propuesta de alcance de objetivos por etapas en cualquier itinerario planteado de antemano; esto sea por: la constante presencia de humedales, o por los desvíos que obligatoriamente uno debe realizar ante la influencia de los castores en los valles, los cuales conducen a efectuar una huella propia por bosques de lengas (con muchos troncos caídosatravesados) o de ñires (con vegetación intransitable). Por estos motivos, es importante contar para travesías de estas extensiones y por semejantes escenarios, con mapas y brújula, GPS y VHF, aún cuando, por suerte como nos ocurrió a nosotros, no tuvimos la necesidad de utilizar los dos últimos. La primera noche pernoctamos lindantes al Arroyo Angelito, mientras que el día de fin de año lo pasamos en el mismo valle pero a la altura de Laguna Valdivieso, a la cual llegaríamos el mismo primer día del 2018, teniendo la ocasión de divisar a un huidizo huillín en sus inmediaciones. Durante los dos días siguientes sufrimos una nevada. Nos quedamos un día completo dentro de la carpa a la altura de Laguna Mariposa. Aquí intuimos escuchar la expresión shelknam


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Cascada Submarino

Día de nevada en Laguna Mariposa

Paso Cinco Lagunas

“Kuóimstènen” (que significa: “abrigarse al lado del monte”). Luego continuamos cruzando la Sierra Valdivieso, ya pudiendo avistar al majestuoso Khami, y llegando a la Bahía de los Renos, en donde nos bautizamos con el agua fueguina por primera vez. Cruzando un bosque incendiado, llegamos a Bahía Torito, recibiéndonos un día acorde de verano con sol radiante, ideal para bañarse en las aguas del Khami. Siguiendo el curso del Río Torito, nos propusimos dirigirnos hacia el Paso Beban, pasando por la Cascada de los Saltos. En el paisaje de naturaleza pelada de la altura del Beban, y del viento arrolladoramente silbatino, confirmamos las palabras de Lucrecio en De la naturaleza de las cosas: “es el teatro de los vientos aquellos sitios que hay más elevados”. A diez días del comienzo de la excursión, descendimos del Beban e ingresamos a un valle en donde pudimos observar, según nuestra tonalidad estética, amarillos y verdes vivaces nunca antes vistos. Bordeamos el Río, e ingresando al Valle de Tierra Mayor, pernoctamos en las orillas de una sinfónica cascada con un hermoso paisaje lindante de la Sierra Alvear. Aquella noche nos vimos afectados por un juego gastronómico reparador de nuestra existencia:

Paso Beban

por un lado, entre la dulzura de la miel y el relieve agreste y, por el otro, entre el temple vigoroso del blend scotch de 18 años y la noche ventosa y helada (no supimos distinguir si nosotros los consumíamos a ellos, o si ellos a nosotros). De vuelta en la RN 3, visitamos el 'Centro Invernal de Tierra Mayor', recomponiéndonos en proteínas y grasas, gracias al especial y atento trato de sus anfitriones. Debíamos dirigirnos por la RN 3 hacia el Río Tristen para realizar el Paso homónimo. Este paso, hasta Laguna Margarita, nos llevó una jornada extenuante, debido a la adversidad del clima y a las pocas posibilidades de hacernos de un buen sendero para transitarlo. Desde Laguna Margarita, visitamos Laguna Bombilla y Laguna Palacios, reencontrándonos con el Khami. Nos acercamos al complejo 'Sur 54° Lodge' a almorzar y al día siguiente, volvimos para desayunar (en forma abundante): precisábamos complementar la alimentación que veníamos transpor tando por el desgaste constante. Agradecidos por la gentileza de los dueños y su cocina. A esta altura, debíamos comenzar el regreso hacia Tierra Mayor, debido a que, antes de volver a Ushuaia, pasaríamos por Laguna Submarino. Por lo tanto, para no atravesar nuevamente la dificultad del Paso Tristen, caminamos 25km por

la Ruta Complementaria 119 hacia la RN 3 a la altura de Lago Escondido. El propósito sería pernoctar en este lago, para luego hacerlo en el Río Tristen la noche siguiente. Vincularse con la RN 3, ya en esas fechas de enero, supone la constatación de la imantación que “el fin del mundo” efectúa para gran cantidad de turistas y aventureros: saludos bocinados de motociclistas, e incluso la cordialidad de automovilistas -en donde sin hacer autostop, se nos han ofrecido para alcanzarnos hasta Ushuaia. Dispuestos a pernoctar unos días en Submarino, porque recién el 19/1 estaríamos bajando hacia Ushuaia, comenzamos nuestros últimos días atravesando la belleza de ese sendero y disfrutando de la espectacular cascada que anticipa el carácter distintivo de esta laguna de montaña al final de la etapa: laguna que coronó nuestro tercer chapuzón en estas gélidas aguas fueguinas. Finalmente, luego de dos noches en Submarino, partimos hacia Ushuaia por el valle que linda con el del Río Encajonado y la Sierra Sorondo, para ingresar en la Ruta Provincial 35 y llegar al Beagle. Concebimos al excursionismo como un no habitar en ninguna parte, como una deriva paseante, como una demora vagabunda que despide toda forma de retención, como un montañoso flâneur. Por ello, ya nos trazamos un nuevo itinerario para el próximo verano…

Laguna Submarino



O D N A UT

R F IS

D

Somos entusiastas del deporte, de la aventura, de disfrutar la vida al aire libre y en relación a la naturaleza. Nos gusta pasarla bien como a todos, y Sumitate, es nuestra herramienta para invitar a la gente a vivir y compartir con nosotros esto, que tan felices nos hace. Siempre decimos que en Sumi no vendemos zapas, bicis. Vendemos “Correr”, vendemos “Andar” en bici, vendemos la posibilidad de vivir la experiencia que querés vivir a tu nivel, para tu etapa actual, en el lugar que quieras. En síntesis, somos especialistas y estamos muy capacitados para poder ofrecerte el producto correcto porque lo probamos, porque nos interesa y tenemos muy en cuenta el feedback con los clientes, y porque los clientes siempre vuelven a contarnos cómo les fue, y es en ese momento, cuando el círculo se cierra.

¡Sí, claro! La experiencia de andar en bici arranca en el momento en el que uno tiene el disparador. Por ejemplo: estás en tu casa el domingo tirado con tu novia y le decís: - gordi, que bueno sería tener bicis para ir a pasear al río!!! Ese es el momento. Ya es parte de nuestra tarea que puedas encontrar lo que buscás: una atención cálida, una entrevista/charla real en la puedas decir qué querés hacer con la bici: Cuándo? Dónde? Para qué? Con quién? El resultado es un material: una bici, un casco, una luz o un candado, lo que sea que complete esa experiencia que necesitás vivir. Pero para cada quien, es diferente.

Sí. El que compite necesita una casco o una calza o un jersey diferente del que va a la facultad o

quiere salir con la novia a pasear. Una luz, un sistema de hidratación diferente, hasta los pedales o el calzado. Todo responde a la necesidad del cliente, y nosotros nos caracterizamos por tener siempre una respuesta para cada actividad, para cada bolsillo, para cada etapa del desarrollo del cliente en su actividad.

Sí, eso en cada deporte: outdoor, ciclismo, natación, running, patines en línea, y canotaje! Todo es muy dinámico y orgánico en Sumi. Todo responde a la necesidad de la gente que nos visita y de nuestras ganas de que todos la pasen tan bien como nosotros. La gente también nos incentiva, nos invita a compartir, y es así como todos en el staff terminamos haciendo múltiples actividades.


Sí, sin dudas. Para correr, por ejemplo, necesitás analizar muchos factores: dónde va a correr, cuándo, a qué velocidad, con qué nivel técnico, hasta podemos analizar la biomecánica a diferentes velocidades suponiendo diferentes momentos de una carrera, y juntos llegar a elegir el calzado adecuado, las medias adecuadas, el abrigo, etc. Teniendo gran variedad de productos, tenemos la posibilidad de asesorar al usuario con sinceridad y precisión. Diferente es el caso de una tienda monomarca, o que tiene pocos productos, ya que tiene que vender lo que tiene. Eso termina por meter al cliente en un embudo del que sale con un producto único al que debe adaptar su necesidad. Por lo general los productos específicos no son muy versátiles y terminan por no satisfacer al usuario. Así es como una zapa con un super desarrollo termina en el fondo de un placard o una bici hermosa, llena de tierra en una cochera. Muchas veces el asesor comercial no tiene en cuenta el valor de su palabra. Un asesor tiene el

poder de hacer que una persona cambie su vida y se desarrolle como deportista al nivel que sea. Pero también puede hacer que crea que el deporte no es lo suyo, aunque nunca sepa ni se pregunte por qué.

Todos los productos que encontrás en Sumi son excelentes. Algunos nacionales, otros importados. De cada producto siempre hay dos o tres opciones en gama, color, precio, durabilidad. Pero siempre excelentes. Si no tenemos lo que responde a tu necesidad, lo buscamos entre nuestros proveedores o bien nos ocupamos de importarlo nosotros. La idea es que puedas venir con libertad y decirnos, por ejemplo: “Quiero mejorar mi pasada de ciclismo en el Ironman de Floripa” y trabajar con un especialista en tu Fitting, montar rulemanes cerámicos, y una trasmisión de alto rendimiento.

Esta es nuestra segunda temporada. La primera fue la de conocernos, adaptarnos, desarrollar la identidad de Sumitate, saber cómo íbamos a trabajar…esto que te cuento de entrevistar a la persona y responderle con un gran abanico de productos y marcas. De ser parte de su desarrollo como entusiasta, amateur, especialista o de alto rendimiento. Hoy que ya sabemos quiénes somos y que el grupo es el mejor, estamos trabajando en la “Comunidad Sumitate”. Tenemos una clientela con un feedback constante, que contagia su pasión, a los que llamamos “clientes amigos”, y estos tienen sus beneficios, somos como un club. Buscamos que esta gente se mantenga continuamente en actividad y lo logramos con especialistas en cada segmento que se ocupan de ayudarlos en su desarrollo, de incentivarlos, de darles herramientas y hacerlos vivir experiencias únicas e inolvidables. Ejemplos de esto son las clínicas de natación en aguas abiertas con Damián Blaum (Campeón del mundo en 2013), el trabajo en conjunto con el profe Ariel García y su escuela de BMX Race, charlas como la que hicimos con Agustina Apaza y Cesar Lettoli (Múltiple campeona nacional y sudamericana de MTB, ambos participantes de pruebas como Cape Epic en Sudáfrica y copas del mundo de XCO), Expo Run, Clínicas de mecánica para bicis, de Running con diferentes profes y especialistas en diferentes eventos, clases de Roller con la profe Araceli en el paseo costero de Vicente Lopez, nuestro propio Running Team con el “Negro” Doheijo y el futuro lanzamiento del trabajo en equipo de Sumitate y la Escuela de Ciclismo de Claudio Reybaud (Campeón Panamericano y múltiple campeón Argentino de ruta y pista). Tenemos muchos proyectos más para compartir, la idea es divertirnos y pasarla super bien siempre.



emoramos bastante en hacer nuestro primer ochomil. Hace rato que llllllllllllllllllllqueríamos hacerlo, pero la condición económica limita y lo lllllllllllllllllllllveníamos pateando. Hace mucho que hacemos montaña. Uli tiene 15 años menos que yo, pero desde chico empezó de la mano del abuelo y del padre. Yo hace 10 años, pero han sido super intensos. Llegamos con mucha experiencia. En la cordillera de los Andes nos manejamos como en nuestra casa, tenemos muchos 6miles ascendidos y guiados, hicimos las 10 montañas más altas de América, las 10 más altas de Argentina, los 10 volcanes más altos del mundo. Hace 5 años venimos subiendo montañas juntos.

Necesitábamos armar una buena logística y llegar lo mejor posible al campamento base, por lo que al ser nuestra primera vez allá, la tuvimos que contratar. La aproximación es de una semana y te facilitan los permisos y se hacen cargo de los equipos. Desde el base hasta arriba nos auto gestionamos, sin sherpas, sin oxígeno. Este año después de la temporada de trabajo, en marzo, por suerte averiguamos varios presupuestos y empezamos a cerrar lo que sería este ascenso. Lo confirmamos recién 10 días antes. Ya veníamos entrenados, asi que cuando juntamos la plata sacamos pasaje y nos fuimos.



Volamos a Katmandú e hicimos las compras de las provisiones para los campos altos. Teníamos una semana de aproximación al base: un día de bus, un día de jeep y 5 días de trekking por la selva, que es increíble. Al tercer día de trekking nos separamos del grupo, nos adelantamos y llegamos dos días antes al base. Eso nos vino bien porque habíamos salido una semana más tarde que las demás empresas, así que el tiempo ese nos sirvió porque estuvimos más tiempo a 5000 metros, así podíamos generar más glóbulos rojos. Este detalle más otras cosas, nos sirvieron para hacer la diferencia. La ventana vino temprano, para el 27 de septiembre. Cuando bajamos de la rotación, teníamos dos días para descansar y volver a subir para el ataque a la cumbre. Muy poco tiempo, así que esos dos días de changüí nos ayudaron.

En el base estuvimos 2 o 3 días, hicimos un ascenso a Campo 1 cargadísimos, con 25 kilos cada uno. Dormimos ahí y bajamos. Después descansamos un día e hicimos la rotación: fue Campo 1 5800 msnm, Campo 2 6300 msnm y Campo 3 6700 msnm, en el que no pudimos quedarnos a dormir porque venía una nevada de dos o tres días así que nos quedamos un par de horas, tomamos unos mates y bajamos al 2. Era la primera vez que cargámos tantos kilos para arriba, acá en los Andes desde 5500 a 6000m, tirás cumbre y vas liviano, allí fue pesado. Bajamos de Campo 3 a Campo 2 donde dormimos casi sin gente en la montaña y bajamos al base. Allí teníamos dos días y arrancar de vuelta para arriba, para agarrar la ventana.



Hicimos Campo 1 y directo fuimos al Campo 3, porque había mucha gente en la montaña y queríamos evitarlos. Venía una masa china, que luego a la hora de avanzar en las cuerdas se hace tedioso. Y no son 3 o 4 cuando pasas, imagináte que había un grupo con 30 chinos con sus 30 sherpas. Son 60 personas! para pasarlos es un rato y es peligroso, porque en las cuerdas te desanclás de la línea de vida y tardás para volver a anclarte. Allí tomamos conciencia de lo que hacía Mariano Galván en Everest, él se soltaba y se ponía a pasar chinos para poder llegar a cumbre a los 8848msnm. Y encima ellos iban con oxígeno. De Campo 3 fuimos a Campo 4 a 7400 msnm e hicimos noche… si se puede decir noche. Llegamos a las 4 de la tarde, montamos el campamento, nos pusimos a derretir nieve, comimos y dormitamos hasta las 11 de la noche que, de nuevo comenzamos a derretir nieve para salir 1:30/ 2 de la mañana al ataque final.

Como íbamos muy lejos, el tema de trasladar equipaje es caro, así que sólo llevamos yerba y bizcochitos para cuando extrañáramos Argentina. El resto de la comida la compramos allá. Lo que implementamos allí, es usar comida liofilizada, que acá no hay de calidad. Eso te hace ahorrar mucho tiempo. Siempre calculamos al gramo para no llevar peso de más. No teníamos nada. Fue todo a pulmón. Ahora estamos hablando con Gonzalo, de Garmont, como futuro sponsor, así somos atletas de la marca. Además, tengo un amigo personal que tiene la marca Estilo Alpino y nos da indumentaria.

Habíamos dormitado 2hs, derretimos nieve y a las 2am arrancamos para arriba. Dentro de todo, salimos bien, sólo un poco adormecidos por la falta de sueño. Teníamos mucha carga en las piernas por subir tanto peso los días previos. Tardamos 9 horas en hacer cumbre, unos 700 m de desnivel. Ese día tiraron cumbre 25 personas, casi todos con oxigeno. Nos pasaron todos. Nosotros a los 15 días de llegar al campamento base tiramos cumbre, muy justo. Había un español, un chileno y un amigo de Suiza que subieron también sin oxigeno pero estuvieron 10 días antes. Puede atribuirse también a la falta de entrenamiento específico, capaz con eso la pasábamos mejor. Imagináte que en una hora hacíamos 80 metros de desnivel, nada. Hacías un paso, respirabas tres veces, otro paso. Lo bueno es que llegamos y estábamos solos, fuimos los últimos ese día.


Fue lindo, disfrutamos un montón del rato (¡estuvimos media hora en la cumbre!), pero fue raro. Ese sueño de estar en un 8000 estaba cumplido, pero por la tensión, la adrenalina y no conocer mucho el ochomilismo… no fue la mejor cumbre de nuestras vidas, no estábamos eufóricos, ni lloramos. Como muy controlados. Nuestro momento fue cuando superamos el último tramo con fuerte pendiente por arriba de los 8000m, y volvimos a ver la cima. Nos sentamos y nos aflojamos. Nos dimos un gran abrazo, sabíamos que no se escapaba. Hay un video que dice “lo hicimos, nos costo… pero no fue la muerte”. De a poco se nos mete en la cabeza intentar otros 8miles, capaz de hacer dos juntos. No sabemos todavía.

En 2 horas estábamos en el campamento 4, que está como en un col de la montaña, muy

expuesto. Teníamos una carpa sin abside, con lo cual tuvimos que derretir adentro. Llegamos al mediodía con idea de bajar al Campo 3, porque a la altura que estás, en el 4 no se recupera el cuerpo. Pero subía mucha gente para intentar al día siguiente, así que esperamos hasta las 5 de la tarde. Cuando llegó el grueso, bajamos al 3. A las 6:30 ya nos sentíamos en zona segura. Tanto confort había, que un sherpa estaba con una chica en nuestra carpa, así que tuvimos que esperar que salgan.

Nosotros tenemos posicionadores satelitales, spot e inreach. El spot manda una señal y le llega un mail a quien vos determinaste. El inreach además, te permite mandar mensajes y recibir respuesta, así que teníamos contacto directo. El día de cumbre, el inreach fue prendido trackeando y todo el ascenso nuestras familias lo pudieron seguir en vivo. La escuela de guías

EAAM, los amigos y también la Asociación de Tucumán (AAM) de donde es Uli, nos seguían.

Mariano Galván es el máximo exponente argentino con 7 ochomiles, la idea es darle a estas montañas. Pensamos Gasherbrum 1 y 2… le tenemos ganas. Ahora viene la temporada alta para nosotros, trabajamos como guías de montaña, así que tenemos que juntar dinero para poder cumplir los sueños.

A la gente que nos alienta y que nos da fuerza y sobre todo a nuestras familias, a quienes siempre queremos volver a ver.



l running no sólo es salir a correr, es una filosofía de vida. Me ayuda a ser mas dichosa y poner metas conmigo misma. El entrenar y el ser constante, da recompensas en mis diez años como corredora. El desafío al Áspero, mi primer Ultra Trail de 58 km, fue todo un nuevo conjunto de emociones. Un lugar único con paisajes soñados, arroyos que calmaron mi sed y un calor intenso, coronaron esta durísima prueba que permitía atravesarla, cruzándote con corredores de todo el país y haciendo amistades con gente que disfruta lo mismo que uno. El evento comenzó a las 05:45 AM, saliendo desde la comuna del Lutti. Luego de ocho horas de un circuito rodeado de senderos y caminos interminables en el medio de la nada, ver el arco de llegada, con las últimas fuerzas, y enterarme de que era la ganadora, fue algo maravilloso. Me invadió la felicidad. Todos los sacrificios míos y de mi familia, dieron sus frutos. Un gran agradecimiento a Prado Eventos por todo el esfuerzo que ponen en cada acontecimiento que organizan. A mi familia, por acompañarme en cada paso que doy, y toda la gente que me apoya y confía en mí.


a n t a l ó n Tr e k k i n g d e lllllllllllllllhombre y mujer confeccionado en tela Hybrid Elastic II, con refuerzos en tela reebstop con elastano en las rodillas y en la parte trasera del pantalón. Posee dos bolsillos en el frente y dos bolsillos laterales con cierre. Corte anatómico preformado en las rodillas, ajuste con cordón elástico y tancas en el dobladillo de la botamanga, con dos ojalillos para poder pasar un cordín de 4 mm y así hacer que el pantalón no se le suba por encima de la caña de la bota. También tiene en el centro de la cintura una cinta gross para poder colgar de ella una magnesiera.Usos ideales:trekking – escalada

ierra Activa, se desarrolla en el complejo de cabañas La Payana ubicado llllllllllllllllen Tandil, a 330 km de Buenos Aires, rodeado por sierras y entornos llllllllllllllllnaturales que facilitan al visitante desconectar de su rutina. Está a tan solo 10min del centro de la ciudad, en la zona del cerro El Centinela Sierra Activa es un emprendimiento multidisciplinario, familiar y deportivo, para todos los niveles de exigencia. Realizamos salidas de entrenamiento guiadas por las sierras ya sea de trekking, trail running o mountain bike. Sierra activa nació en el año 2012 de nuestra pasión por el deporte, la naturaleza, la vida sana, las sierras y el cuidado del medio ambiente. Nuestros guías son expertos corredores con experiencia en carreras de aventura, además de profesores de educación física y yoga. Acompañan a los grupos conteniendo, brindando contención y asistencia durante todo el recorrido. Las salidas de entrenamiento serán tres, una sábado a la mañana, sábado a la tarde y otra el domingo a la mañana, son para todos los niveles Las salidas de entrenamiento consisten en: Técnicas de ascensos y descensos técnicos, tips, uso de bastones. Las sesiones específicas de cuestas las realizamos sobre terrenos variados, Fondos serranos: Los entrenamientos pueden variar según los objetivos y el plan que posean.Además de brindar el hospedaje con opción de elegir cabañas totalmente equipadas o bien habitaciones compartidas, damos el servicio de comidas con todo incluido, basándonos en la alimentación sana, saludable, casera y abundante, que consta de desayuno, almuerzo, merienda y cena.

uestro casco Propero 3 llllllllllllllviene equipado con el lllllllllllllllnuevo dispositivo ANGI para cascos. ANGI puede detectar que te caíste, dónde ocurrió y contactarte con la ayuda que necesitas ¿No te caíste? Buenísimo! ANGI grabará tu recorrido y podrás compartir con tus amigos la increíble pedaleada que tuviste.


orrer de noche tiene sus cuidados, hay llllllllllllllllque estar muchos más atento al suelo, a llllllllllllllllno perder el rumbo, y a los animales y ramas que uno puede cruzarse en el camino. Por eso, es muy importante la iluminación que tengamos en cuanto a: la calidad, cantidad y duración. En cuanto a carreras de larga duración, corrí el Huairasinchi en Ecuador, y mi compañera de aventuras fue la Petzl Nao, una linterna que tiene la opción de cambiarle la batería, que se recarga con usb, con una durabilidad de 10 hs, con la función automática de acuerdo a la luz que hay en el ambiente que hace que se regule sola. La Petzl nao tiene 700 lúmenes. La usé también en la XK Race de Nono, y en la XK Traverse en San Juan. Para el resto de las Ultras que corrí el año pasado, entre ellas: 4 refugios en Bariloche, el mundial de Trail Penyagolosa Castellón en

España, la Yaboty en Misiones, la Xtreme Race en Córdoba, usé la Petzl Tikka de 160 lúmens con pilas, que en la mayoría de estas carreras las horas de noche son 1 o dos horas solamente. La Petzl Nao con una potencia de 700 lúmenes, es la referencia para los Trails nocturnos y carreas expedicionarias. Inteligente, está totalmente al servicio de las altas prestaciones. Durante la actividad, con la tecnología “Reactive Lighting”, la linterna evalúa la luminosidad ambiental y adapta al instante su potencia de iluminación a las necesidades del deportista. Con una energía optimizada y manipulaciones reducidas al mínimo, el corredor se puede concentrar en su carrera. Con el sistema “Reactive Lighting”, uno tiene más autonomía, porque la potencia de la iluminación y la forma del haz luminoso, se adaptan automáticamente por un sensor de que


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permite optimizar la utilización de la batería. Gracias a esta función, la autonomía escogida puede ser de 6:30 hs o 12 hs. La potencia de la iluminación se regula automáticamente según los modos Max Power y Max Autonomy. También tiene la posibilidad utilizar la linterna con la tecnología “Constant Lighting”, que garantiza una iluminación constante durante toda su autonomía. Para visualizar mejor el camino, tiene Iluminación de haz luminoso múltiple: combinación de un haz luminoso amplio para la visión de cerca con un haz luminoso focalizado para la visión de lejos. La Función Lock, sirve para evitar el encendido intempestivo durante el transporte o almacenamiento. Es importante señalar, que un kit cinturón como accesorio para llevar la batería en la cintura, con el objetivo de reducir el peso en la cabeza o para proteger la batería del frío en invierno. Pesa 185 gramos y es resistente al agua. La linterna frontal Tikka, ofrece una potencia de 160 lúmenes y un haz luminoso amplio para una iluminación de proximidad. Simple, compacta y con una gran autonomía, es práctica para las actividades outdoor como el camping, el trekking o los viajes.



on la idea de retribuirle algo a la lllllllllllllllmontaña, después de haber andado lllllllllllllmucho tiempo corriendo por esos senderos, en el año 2012 organizamos nuestra primera carrera de montaña. Ese diciembre, con 45 participantes, habíamos tocado el cielo con las manos, nos habíamos sentido plenos, y así empezamos a tejer un sueño enorme que sigue teniendo como meta difundir la actividad física saludable y recorrer los hermosos paisajes de las sierras del sur de Córdoba. Ese día salió todo a la perfección. El domingo se presentó con una temperatura espectacular y un cielo azul, ideal para poder disfrutar de los paisajes que nos regala siempre la localidad de Alpa Corral. Se acercaron corredores de muchas

provincias de nuestro país, entre ellas, Córdoba, San Luis, La Pampa, San Juan, Mendoza, Buenos Aires y Río Negro. Muchos, pisaban por primera vez este pequeño paraíso. Se respiraban aires de buena onda y predisposición de corredores, familiares, voluntarios, sponsors y organizadores. Todo marchó a la perfección y el entusiasmo de la gente se hacía sentir. El domingo 8:30hs se dio luz verde a la carrera, sólo quedaba disfrutar de un circuito increíble, totalmente de montaña, duro y bellísimo, donde cambiaba contantemente de lugares rocosos a bosques de pinos, de estepas agrestes a ríos cristalinos, de subidas durísimas a bajadas técnicas y rápidas.

No fue una carrera más, fue el cierre de un año excelente como organización. Ese día, casi 9hs después de que largaron los corredores, recibíamos con un fuerte aplauso al último par ticipante, que para nosotros era tan importante como el primero. El arco seguía ahí, su medalla en el cuello como corresponde, los kinesiólogos y médicos a su merced… volvimos a sentir lo mismo que 5 años atrás, cuando emprendimos esta hermosa aventura, y ya estamos planeando el 2019 con muchas ganas y entusiasmo. Agradecemos a nuestros sponsors, que sin ellos no sería posible llevar a cabo nuestros sueños: MSA, Osde, Powerade, Cepita, DH Impermeabilizaciones, Ferialvarez, Tate, Capello


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Empresa Constructora, Del Carmen, Gimnasio Salud y Deportes, Campanucci Social y Grupo La Barranca. Al enorme grupo de voluntarios que trabaja incansablemente, a la Municipalidad de Alpa C o r r a l , B o m b e r o s Vo l u n t a r i o s, p o l i c í a , Propietarios de Campos y Vaqueanos del lugar, que no escatiman esfuerzos para colaborar el día de la carrera. Al enorme grupo de voluntarios que trabajan incansablemente, a la Municipalidad de Alpa C o r ra l , B o m b e r o s Vo l u n t a r i o s, Po l i c í a , Propietarios de Campos y Vaqueanos del lugar que no escatiman esfuerzos para colaborar el día de la carrera.

Pasando Vicuña Mackenna, faltando unos 100 km para llegar a Río Cuarto, pensaba… ¿cómo serán estas sierras del sur de Córdoba? Claro está que pasando una provincia de la Pampa con poco y nada de desnivel, lo único que se me cruzaba en mente, era lo rápida y corrible que podían llegar a ser los 42 km de Alpa Corral. Pensamiento que duró poco.

Largada 8 A.M, y el pueblo estaba en llamas. Día de calor intenso para un sureño recién sacado del duro invierno patagónico. Largamos, y fiel a su estilo, un amigo de Río Cuarto con el que corrí, Víctor Aguilera, tiró los primeros kilómetros a gran intensidad. Iba corazón en la boca y concentrado a más no poder. La primera cumbre nos esperaba: el Cerro Blanco. Una locura para los ojos y una tortura para las piernas. Coronada la cumbre, empezó lo que más me gusta, una bajada técnica que bordeaba un arroyo seco donde te encontrabas sectores rápidos entremezclados de pedreros y otros de césped. ¿Peligroso? ¡sí! Pero era mi fuerte, y tenía que aprovecharlo para sacar una pequeña ventaja. Pasaron los kilómetros, aumentaba la temperatura, y el cansancio se hacía sentir. Estaba un poco agobiado, porque llevaba tan sólo 21 km de una carrera que pensé que iba a ser rápida y me demostró unos duros senderos con un sinfín de subidas y bajadas. Montaña de verdad, sierras cordobesas en su máxima expresión, igual de duras que de hermosas. Un poco de música después del kilómetro 28, y logré acercarme al puesto de otro amigo

42 km Caballeros 1° Paredes Franco 3:51:07 hs 2° Palacios Claudio 4:11:09 hs 3° Ayarragaray Matías 4:42:47 hs

25 km Damas 1° Espierrez Daiana 2:39:19 hs 2°benzoni Anabella 2:52:41 hs 3° Angeli Carolina 2:53:37 hs

42 km Damas 1° Cacciavilliani Silvana 5:19:15 hs 2° Matos Alejandra 5:37:46 hs 3° Seeber Teresa 5:55:16 hs

15 km Caballeros 1° Salvagno Joel 01:23:43 hs 2° Bognanno Alesandro 01:27:10 hs 3° Díaz Agustín 01:27:48 hs

7 km Caballeros 1° Díaz Facundo 00:32:00 hs 2° Gutiérrez Alexis 00:35:55 hs 3° Arriaga Leonell 00:33:22 hs

25 km Caballeros 1° Aguilera Victor 2:05:39 hs 2°Espeche Franco 2:09:10 hs 3° Zunino Jorge 2:13:20 hs

15 km Damas 1° Soria Anabeala 01:50:11 hs 2° Fessia Cintia 01:50:17 hs 3° Uria marina 01:59:21 hs

7 km Damas 1° Venga Verónica 00:42:19 hs 2° Benedetti Laura 00:43:08 hs 3° Cardenas Karina 00:43:09 hs

cordobés, el cual me dijo tranquilo, que ya era todo bajada con algún que otro "repechito". Claro está que los repechitos de Córdoba no son nada amigables. En el siguiente puesto, me encontré a los corredores de 25 km. Vino luego una subida durísima de unos 4 km que la hice corriendo gracias al aliento de los otros corredores que me crucé en carrera. Bajada final, y no sabía a qué distancia estaba el segundo corredor (el cual ya me habían nombrado innumerables veces los chicos de la organización: "el sapito"). Mi cabeza a mil ya había punteado toda la carrera y no quería imaginarme un cierre apretado hasta la llegada. Ritmo sostenido y aprovechaba al máximo el pedrero técnico que conectaba a la calle de ripio. De ahí, 2 km de muchas sensaciones. Correr es eso, y más en montaña. Es una aventura llena de sentimientos, donde te pasa toda una vida, con momentos buenos y otros malos, con altibajos y con una lucha interna inexplicable. Eso es la montaña, un desafío con la montaña y con uno mismo, donde llegás y buscás el límite de lo extremo. Alpa Corral logró eso, todo lo necesario para que más que una carrera, sea una aventura.



omo es costumbre en la distancia de 5K, llllllllllllllllse hicieron presentes muchos atletas con lllllllllllllllldiscapacidad, que fueron asistidos para que puedan conocer la geografía del lugar, llegando a la meta y emocionando a todos. En las distancias competitivas, se presentó en la línea de largada, un muy alto nivel de atletas de la región y de algunos puntos del interior del país entre los que se destacaron el olímpico Mariano Mastromarino, Nahuel Luengo, Mariel el Jaber, Ezequiel Mazzili, Matías Luero y Marcelo Michia. La acreditación se realizó el día anterior, en

las instalaciones del Complejo “ El portal del Bosque”, y la fiesta post carrera se realizó en la disco “ La Luna”. Fue la tercera y última fecha del 2018, luego de haber competido en Potrerillos (Mendoza) y Tanti (Córdoba), en donde se consagró a los campeones del 2018 de la Copa Sox donde acumulaban puntos durante las 3 ediciones. Los ganadores de la Copa fueron: 10K mujeres: Fabiana Macariz (Buenos Aires) 10K hombres: Sergio Becerra (Mendoza) 21K mujeres: Lenka Mrazek (Buenos Aires) 21K hombre: Ezequiel Becerra (Mendoza).



Apenas abrieron inscripciones, yo estaba llenando los formularios del pack full (trasladoshospedaje-inscripción) que ofrece la organización, donde por lo único que te debes preocupar es por divertirte. La tentación en este evento es el plus que ninguna otra carrera da a sus corredores, y es la capacidad de exaltar la parte humana, donde la inclusión y la solidaridad se destacan inevitablemente frente a seres maravillosos que, con alguna capacidad diferente, nos enseñan el verdadero significado de la autosuperación. Ya había vivido lo mismo en ediciones anteriores de Running Trip, pero ahí estaba de nuevo… quería volver a sentir esa calidez. Arribando el micro a Pinamar, ya veníamos con mateada, sor teos, anécdotas y, por supuesto, nuevos amigos (así somos los corredores, tenemos facilidad para pronto relacionarnos). Diego y el staff nos esperaban para darnos la bienvenida, y alojarnos en el complejo, un lugar increíble elegido por la organización, donde también se realizaba la acreditación. Con el kit en mano, lleno de regalos de los auspiciantes y número dorsal, esperamos ansiosos el día de la carrera. Por la mañana, nos pasó a buscar el micro. Llegando a la largada, bajamos y las demostraciones de afectos no se hicieron esperar. Risas, abrazos, saltos de alegría, el reencuentro con amigos de diferentes puntos del país. A muchos de ellos no los veía desde hacía tiempo, de otras carreras, y ahí estábamos. Coincidir era una fiesta para el alma. La conducción a cargo de Pablito Colombo, nos hizo vibrar de energía y, con pasión, entonamos nuestro Himno Nacional.

Ya con todas las sensaciones, nos ubicamos en el arco de largada. Había que correr, y la emoción volvió a tocarme al ver aquellas personitas con capacidades diferentes, escoltadas, acompañadas y mimadas por atletas elite, integrantes y colaboradores de staff, incluso por nosotros mismos. Eso te llenaba el alma de amor. Ya en los primeros km, correr a orillas del mar con perfume a sal, el viento llevándose las risas, el esfuerzo para trepar las dunas, la adrenalina para bajarlas, el fresco del bosque, las palabras de aliento y camaradería de tus compañeros de sendero, hacía placentero cada paso. La organización cuidó cada detalle para que nada nos falte a lo largo del recorrido, siempre vigilando, ayudando, hidratando, para garantizar

nuestro bienestar. A lo lejos se escuchaba la música, el locutor, las llegadas y sabías que estabas a metros de cruzar el arco. Ovación, aplausos, emoción… un combo de satisfacción. La premiación vino con lágrimas, sonrisas y asombro, para los abanderados, los atletas que alcanzaron el podio y las menciones especiales, inesperadas pero tan bien merecidas como la de los acompañantes. Cerró el evento con una gran fiesta nocturna, con ganas de que sea infinita. Siento que esto ya se convirtió en una gran familia, y siempre sumamos, pero era hora de retornar. Sabemos que todo lo que uno comparte se multiplica, así es Running Trip, donde dos días de locura tienen cordura. Feliz de ser parte!!!


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Tres ediciones de Running Trip pasaron este 2018. Todo comenzó en Potrerillos, Mendoza, donde quedé encantada con el lugar y el recorrido de la carrera: un circuito muy técnico, entre rocas, que se disputó con un clima caluroso. A pesar de las adversidades, logré obtener un 6to puesto en la general damas que me sorprendió, debido a que volvía de una lesión que me había mantenido inactiva durante varios meses. La segunda edición de esta serie se llevó a cabo en julio, en la localidad de Tanti, Córdoba, otro viaje increíble. En esta ocasión tuve el honor de compartir cabaña, comidas, charlas, risas, con atletas elite como los colombianos María Eugenia Rodríguez Quijano Y William Rodríguez, entre otros. Experiencia más que gratificante para mí, que siendo una corredora amateur vemos eso como algo inalcanzable. Llegó el día de la carrera. Largamos e inmediatamente me sentí muy cansada como consecuencia de las competencias previas, siendo este un año muy intenso para mí en lo deportivo. Sin embargo, no pude negarme a la

invitación de mi amigo Diego Winitzky, organizador del evento. Así que largué y corrí. En el km 20 me encontré con la que resultó ser mi rival (por llamarlo de alguna manera) en la tan deseada Copa Sox, mi amiga Lenka Mrázek. Con la que tuve el placer de compartir un par de kilómetros y finalmente debido a su malestar, pude superarla quedándome con el 7mo puesto de la general de damas. Esta victoria logró posicionarme en un segundo puesto, con 15 puntos, de la copa. Propuesta de la organización que le puso el toque picante a esta competencia, y que permitió que corredores como yo, puedan disputar un campeonato de semejante dimensión. Finalmente, llegó la última fecha, en la ciudad costera de Pinamar. El circuito se caracterizó por la dificultad brindada por la arena, mi peor enemiga, entre médanos y bosques, aunque resultó ser muy entretenida. Dado que me encontraba disputando la copa, me otorgaron un número de elite que me permitió largar en la primera línea con atletas como el

Colo Mastromarino, por ejemplo… algo totalmente inesperado. Llegué feliz, delante de Lenka, obteniendo un 4to puesto en la general de damas y pensando que había ganado la copa, pero resultó que por un punto no la alcance y merecidamente la ganó la rubia de los locos iacos. Así se fue este 2018. El próximo año volveremos a dar pelea, quizás con más entrenamiento, más experiencia y siempre dejando todo. Es muy lindo competir sanamente y compartir este deporte con amigos, es eso a lo que yo siempre apunto. Running Trip, según mi visión, es una carrera que se caracteriza por la inclusión, la alegría, la fiesta, la familia, los amigos, los paisajes y las hermosas imágenes que nos quedan siempre guardadas en nuestra memoria y plasmadas por el mejor equipo de fotógrafos. Arrancaremos nuevamente en marzo de 2019 volviendo a ser parte de esta hermosa aventura.Muchas gracias Andar Extremo por la nota, y Diego Winitzky por esta oportunidad.

10 km Mujeres 1° Mariel el Jaber 00:53:07 hs 2° Marianela Melia 00: 54:53 hs 3° Analía Pereyra 00:55:28 hs

21 km Mujeres 1° Estela Aldaz 02:00:48 hs 2° Sara Estefanía 02:01:59 hs 3° Silvia Soriano 02:10:54 hs

10 km Hombres 1° Matías Luero 00:39:26 hs 2° Nahuel Luengo 00:39:55 hs 3° Fernando Lemmi 00:42:22 hs

21 km Hombres 1° Ezequiel Mazzili 01:35:02 hs 2° Mariano Mastromarino 01:37:42 hs 3° Marcelo Michia 01:38:21 hs


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Running Trip era una carrera que venía esperando ansioso. Había tenido la oportunidad de correr y ganar la primera edición en Miramar, y me gustó mucho. Por razones laborales no había podido participar en las siguientes, pero siempre quería volver a estar en las carreras que realiza Diego Winisky, ya que es una persona que aprecio mucho. El día 24 de noviembre, llegué a Pinamar sobre las 9 de la mañana, con tiempo suficiente para acreditarme y prepararme tranquilo, aunque los nervios y las expectativas eran muchas. Antes de largar, me hicieron una nota junto con el Colo Mastromarino, Matías Luero y otros chicos más. Cuando me preguntaron de mis expectativas para la carrera, siempre dije que quería llegar segundo. Aunque el sueño de todo corredor es siempre ganarle a un olímpico. Tenía pensado de qué manera iba a correr, pero el ritmo del resto de los corredores me llevó a cambiar todos mis planes. Lo único que mantenía firme era que iba a dar todo de mí, estaba preparado y quería hacerlo. El ritmo de inicio fue rápido, Marcelo Michia que era otro de los candidatos, venía adelante. En el kilómetro 3 comencé a bajar unos segundos y mantenerlo para ir tranquilo. Sabía que el circuito iba a ser duro y tenía que estar fuerte. Pasando por el kilómetro 7, Marcelo, que era quien venía liderando la carrera comenzó a quedarse. Me sentí fuerte y aumenté el ritmo. Decidí ir a buscar la punta, me acerqué al “ Colo”,

y quedé en segunda posición durante unos cuantos minutos. A partir del kilómetro 12 aproximadamente, la competencia estaba muy peleada. Durante algunos metros nos íbamos pasando, pero ninguno quería dejar de dar pelea. La arena se hacía sentir. El calor y la distancia recorrida también hacen los suyo. Mi reloj marcaba 17 kilómetros y me di cuenta de que estaba corriendo solo, ya que Mariano se había quedado algunos metros atrás. Desde ahí, todo fue una mezcla de sentimientos. Durante todo el recorrido, espectadores, organizadores y colaboradores, nos habían dado fuerzas con gritos y aplausos. El recorrido fue duro pero hermoso, bien marcado, y estuvimos acompañados en todo momento. Ahora quedaba disfrutar de lo que estaba viviendo, y eso hice. Los últimos kilómetros fueron de pura felicidad. Me acerqué al arco de llegada y no podía creer que estaba ganando la carrera. Ya no sentía cansancio ni dolores. Crucé el arco y lo encontré a Diego que me felicitó. Sé que el esfuerzo de cada día valió la pena. Me llevé de Running Trip una experiencia hermosa desde la organización, la gente y los atletas con los que compartimos y disfrutamos la experiencia. Destaco como siempre, la atención de Diego Winitzky para con los corredores, desde los detalles en cada parte del circuito, hasta la premiación. Nos hace sentir siempre valorados con cada detalle. Compartir el podio con dos grandes atletas

como Mariano Mastromarino y Marcelo Michia, fue un gran orgullo para mí y me siento muy agradecido de haber tenido esta experiencia. Recomiendo a quienes no hayan participado en las ediciones de Running Trip, que se sumen. La experiencia es única y cada lugar está pensado exclusivamente para que el corredor disfrute. Agradezco también a Scat sport que es la marca a la que represento, que me apoya y me brinda la indumentaria para cada competencia.

Mi nombre es Sara, tengo 17 años y vivo en Pinamar desde que nací. Por accidente descubrí que correr es una de las cosas que más me gustan. Pocos tenemos el privilegio de poder correr en tan lindos bosques, médanos y, mi lugar preferido, la playa. Running Trip Pinamar nos hace recorrer todos estos hermosos paisajes que son referentes de nuestro partido. En este momento, todo parece color de rosa, pero les puedo asegurar que durante esta durísima carrera nadie halaga a los bosques, playa y mucho menos a los médanos. Es mucho esfuerzo, sudor, a veces lágrimas de bronca o emoción, pero estoy segura de que eso vale la pena con tal de cruzar el arco de llegada y darnos cuenta de que pudimos finalizar a pesar del intenso calor, las ampollas, la arena floja y nuestra misma cabeza que a veces nos juega en contra.


Gratamente conseguí el 2do puesto en la general y cumplí el objetivo de bajar mi marca del año pasado en 5'. Quiero destacar la ayuda de tres amigos que con sus bicicletas me acompañaron en algunas partes del recorrido. Running Trip Pinamar es una carrera en la que sin dudas, volvería a participar, por el lugar donde se organiza y por el hecho de tener la oportunidad de competir con atletas no sólo locales sino que también con aquellos que no lo son y tienen más experiencia.


La vigésima juntada nacional de travesía se llevó a cabo entre el 6 y el 9 de diciembre. Comandados por el Capitán Alfredo Barragán, acompañado por los 4 tripulantes de la Atlantis, Jorge Iriberri, Horacio Giaccaglia, Chanco Arrieta, Daniel Sánchez Magariños, y unas 200 embarcaciones más, surcaron las aguas desde Dolores a la Bahía de Samborombón para, de ahí, remar hasta Punta Raza completando 100 km. En la nota, Adriana Gómer cuenta su travesía.

ecuerdo vagamente que cuando era llllllllllllllllchica, tuve en mis manos un manual que llllllllllllllcomo ayudamemoria, asemejaba el mapa de la provincia de Buenos Aires a la figura de un pez. Su cola se extendía desde Bahía Blanca hasta Carmen de Patagones, un ojo muy redondo y desorbitado andaba por 25 de Mayo, tenía enormes branquias que abarcaban toda la curva de la costa atlántica, y su boca abierta era la Bahía de Samborombón. Básicamente, era una palometa del Paraná boqueando en las arenas del Río de La Plata. Es imposible

olvidarme de esa imagen que pasó de dibujo a mapa y, desde hace unos días, a vivencia plena con todos los sentidos.

Esto sucedió gracias a que: desde el viernes 7 al domingo 9 de diciembre tuvo lugar la vigésima edición del Encuentro Nacional de Kayakistas de Travesía Dolores-San Clemente del Tuyú, organizada por el CAND (Centro de Actividades Náuticas de Dolores) con el capitán Alfredo Barragán a la cabeza, y a que con integrantes del grupo de los Re-Copados tuvimos la alegría de

poder participar junto a alrededor de unas 170 personas. En mi caso, con los hermanos Lara, Noelia y Daniel, viajamos desde Paraná, Entre Ríos, arribando a la sede del CAND aproximadamente a las 20 del jueves. Luego de armar las carpas, nos dirigimos al hermoso Teatro Municipal Unione para disfrutar del 9° Festival Nacional de Audiovisuales de Kayakismo de Travesía “Libres del Sur” con que se iniciaba este importante evento. De los cinco finalistas cuyos cortos se proyectaron en la velada, resultó ganador del primer premio, el audiovisual de Adriana Büchele, “Río Bermejo”. El segundo premio lo obtuvo “Agua que une”, de

*Estribillo que corresponde, en los versos citados, al Himno Flota Nacional de Kayaks, compuesto para la ocasión del 20° encuentro, con letra y música de Pablo Banchero.

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*2 *1

Miguel Zorzi, y el tercer premio fue “Aguas brillantes”, de Carolina Saá. Los trabajos se destacaron por ser muy emotivos y captar con imágenes, palabras y videos, lugares hermosos de nuestro país forjados por el curso de ríos y esteros, la singularidad de la fauna autóctona y, especialmente, histor ias de amistad y descubrimientos surgidos con el correr de los días y del agua, entre paladas y descansos. La cena que siguió en el Club Ever Ready, fue ocasión de encontrarnos con el resto de los amigos y amigas de Rosario y Resistencia, participar de sorteos, aplaudir homenajes como el de los 20 años del astillero Tigre (del querido Damián “Chapita” Figueroa), y conocer al resto de los integrantes de la Expedición Atlantis*: Jorge Iriberri, Horacio Giaccaglia, Daniel Sánchez Magariños y Félix Arrieta. A la mañana siguiente, la alarma en el campamento sonó a las 8:00, y a las 10:00 ya estábamos formándonos en caravana para dirigirnos al margen del canal 9, junto al puente,

desde donde partiría la flota pasado el mediodía. Como se imaginarán quienes conocen el lugar o han participado de otras ediciones, esta primera jornada fue “un paseo”, en palabras de Barragán. El tránsito por el canal prácticamente no tiene variaciones y lo que más distrae y alegra la vista son las aves acuáticas que frecuentan el lugar, como garzas blancas y biguás y, por la costa, alguna nutria y muchos caballos que se alimentan a campo abierto y nos observan el paso con ojos curiosos. Después de navegar 27 kilómetros por el canal con una parada de descanso frente a la estancia Las redondas, arribamos a los puentes que marcan la intersección con la ruta provincial N° 11, lugar que sería nuestro campamento. La corriente era fuerte y nos costó un poco bajar, pero rápidamente nos organizamos en dos barrios separados por ambos puentes. Por la noche, nos dirigimos a la Escuela Rural N° 7 del Paraje Las Víboras por un sendero paralelo a la ruta, bordeado de pastizales amarillos y un

entorno boscoso. Luego de cruzar un par de alambrados, estábamos en la escuelita que nos recibió con un asado y ensaladas. Dadas las indicaciones precisas del capitán acerca de la segunda jornada, reemprendimos la caminata a la escasa luz de la luna nueva, esquivando –cuando los reflejos lo permitíanalgunos pozos del camino, y deteniéndonos de vez en cuando para identificar alguna constelación o adivinar el paso de una estrella fugaz para pedir un deseo. Algunos extendieron un poco la velada haciendo ronda junto a una carpa, acompañados de charlas y bebidas espirituosas, pero pronto todos se fueron a dormir ya que al día siguiente el suave despertar del capitán se haría sentir a las 6:00 de la mañana.

Para los debutantes como yo en esta travesía, la llegada e ingreso a la bahía era motivo de una gran ilusión y expectativa. Acostumbrada a ríos más largos que anchos, sería como navegar en el mar. Dos horas era el tiempo pautado para levantarse y levantar campamento, higienizarse y desayunar. Y alcanzaba perfectamente para que al cabo de ese lapso estuviéramos todos en el agua prontos a zarpar. En esta segunda jornada continuaríamos por el canal 9 hasta su desembocadura en la bahía, a 13 kilómetros de distancia. Debíamos llegar allí a las 11:00 para aprovechar la pleamar y poder navegar cómodamente durante 21 kilómetros más hasta el canal 1, en cuya boca acamparíamos.

La Expedición Atlantis se llevó a cabo en 1984 al mando del capitán Alfredo Barragán y unió, a través del Atlántico y a lo largo de 52 días Tenerife, en las Islas Canarias, con La Guaira, en Venezuela, a bordo de una balsa.


a leva 4 años la ultra maratón Atlántica. Una competencia llllllllllllllllúnica en la provincia de Buenos Aires y como no podía ser de llllllllllllllllotra manera Total Magnesiano Vitalizante estuvo junto a esta competencia el 29 de septiembre. Cuatro distancias podían elegir los corredores, la más dura 120 km empezaba en Mar del Plata y llegaba a Pinamar. Los 90 km eran de Mar Chiquita a Pinamar, los 45 km tenían su punto de inicio en el Faro Querandí y los 21 km salían del muelle de Villa Gesell y terminaban también en Pinamar. También el Total Magnesiano Team se hizo presente en esta extraordinaria apuesta.

l 24 de Noviembre se realizó la sexta edición de Runnig Trip llllllllllllllllBeach and Forest Edition. Un evento que se llrvó a cabo en las llllllllllllllllplayas del norte y los bosques de la ciudad de Pinamar, con un circuito rodeado de naturaleza. Los más de 400 participantes podían elegir las distancias de 21, 10, o 5km. Total Magnesiano Vitalizante estuvo presente aportando energía a los corredores. A su vez el Total Magnesiano Team se hizo presente obteniendo muy buenos resultados y viviendo una jornada de sol espectacular.

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Y así fue. Si bien algunos integrantes de la flota no la pasaron tan bien, principalmente por sufrir síntomas de cinetosis, caídas por efecto del oleaje, de una distracción, o pérdida de una pala, lo cierto es que siempre hubo cerca alguien de prefectura, organizadores o compañero/a de remada, que se apresuraba a brindar la ayuda necesaria. Y entonces, el cuerpo en el agua, el kayak dado vuelta, la pala derivando o una fruta que flotaba, volvían a sus lugares para seguir el curso del resto de los navegantes en esa curiosa mezcla marrón y salada que conformaba el agua de la bahía. Esa tarde al llegar, nos recibieron los cangrejos que se dejaban ver cada vez más a medida que avanzaba la bajamar. Asustados de nosotros, se metían en sus cuevitas en el barro cruzando las pinzas para pedir que nuestros pies no los dañaran. Nos instalamos en una larga avenida sobre una franja verde con bordes de pastizales a modo de medianera. A un lado los kayaks, al otro las carpas. Picada, siesta, charlas, fueron la previa de una noche con luces montadas para la ocasión, cerveza tirada, choripanes y bife de chorizo. Por las instrucciones del capitán, supimos que al día siguiente habría más viento. Por los horarios de la marea la salida se estableció a las 9:00, por lo que debíamos levantarnos a las 7:00. Nos restaban aún 31 kilómetros.

La última jornada fue divertida y agotadora a la vez. No tocamos la costa blanca de conchillas y no pudimos detenernos al grito de “proa al viento” más que minutos contados en el agua, porque había pronóstico de viento sur que, en lo posible, se debía evitar. Durante cinco horas no miré el reloj. Cuando me decidí, ya eran casi las dos de la tarde. El faro San Antonio comenzaba a dibujarse a la distancia, en la cima de una línea de árboles. Franja blanca, franja negra, franja blanca, franja negra, iba cobrando nitidez, pero a un ritmo más lento que aquel con que crecían nuestras ganas de llegar. Siempre custodiados por los gomones del CAND y de prefectura, y por los subcapitanes de la travesía, llegamos a la costa donde nos esperaban familiares, amigos y gente de la organización. Rápidamente, tras tomar un café caliente, trasladamos los botes, los vaciamos y ayudamos a cargarlos en los camiones que los devolverían por tierra a Dolores. Muchas manos ayudaron afanosas en esta tarea. Al poco rato, ya nos estábamos sacando el barro de las patas para presentarnos (si no de punta en blanco, al menos limpitos), al complejo “Termas marinas”. Mientras flotábamos y nuestro cuerpo tenso se aflojaba en el agua salada, comenzó a llover, y

los vientos se tornaron fuertes. El contraste entre el agua caliente y el aire frío del exterior nos disuadió por un buen rato, de abandonar las piscinas. Nos terminó de persuadir el anuncio por altoparlantes de que el complejo se cerraba. Una ducha caliente y ropa limpia y seca, nos dejaron listos para disfrutar de una cena generosa en la carpa matera, apenas un rato antes de la entrega de remeras, diplomas y de algunos sorteos más. Pronto llegaron aplausos, felicitaciones merecidas a los organizadores por sostener a lo largo de tantos años esta travesía pensada con un plan “que funciona”, en palabras de Alfredo. Algunas anécdotas ilustraron los inicios del emprendimiento, se alzaron las manos de quienes llevaban años asistiendo y se reconoció la participación de los más jóvenes. Nuevas amistades kayakeras surgieron que, si el agua nos vuelve a unir como espero que suceda, reencontraremos en futuras travesías. Finalizada la ceremonia, los ómnibus nos aguardaban a la salida del complejo para trasladarnos a Dolores. En un ir y venir, nos devolvían al lugar que había reunido a la flota, sumidos en un sueño ondulante como las olas de la bahía. De allí, saldríamos horas después hacia los extremos, otras ciudades, otras provincias. Partíamos renovados hacia distintas latitudes, como la sangre oxigenada que bombea el corazón del pez.



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otal Magnesiano Vitalizante esta vez junto a la décimo novena lllllllllllllllMaratón del Desierto que se llevó a cabo el 6 de enero, con la lllllllllllllllparticipación de 1000 corredores, que desafiaron los 10 km tradicionales de arena en los medanos de Pinamar.

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l explorador estadounidense de 33 años realizó el primer llllllllllllllllviaje en solitario sin apoyo a través de la Antártida, una llllllllllllllllhazaña épica de resistencia que duró casi dos meses y terminó con un extraordinario sprint. Colin O´Brady cubrió las últimas 125 km a lo largo de 32 horas sin dormir. Había pasado 54 días en condiciones que llevaron a su cuerpo a su límite, luchando contra el hambre, el frío y la soledad, a menudo caminando casi a ciegas a través de la nieve, luchando por un terreno traicionero y juntando suministros de semanas en un trineo. El viaje total fue de 1500 km. En 2016, el británico Henry Worsleymurió luego de interrumpir la misma caminata a solo 30 millas del final. Otro explorador abandonó la búsqueda en el polo sur el año pasado.




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